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[Residencia Eire]
Cabaña en el bosque de la familia Eire, era usada por los bisabuelos del miembro de los descendientes Sean Eire pero era administrada por la familia desde la desaparición de éstos.
Dotada de pocos lujos o artículos electrodomésticos ya que las labores del hogar siempre eran llevadas a cabo por encantamientos, aún así es acojedora y hogareña.
ubicada en lo profundo del bosque solo los miembros de la familia conocen su úbicación además de estar protegida por diversos encantamientos y poderosas barreras creadas por la familia de Merlín.
El viaje desde Praga fue una mierda. O más bien así es como estábamos nosotros después de haber estado a punto de quebrarnos con tanta cantidad de energía mágica a canalizar. Acabamos tan hechos polvo que tuvimos que partir al día siguiente, volando en aquella dragona sobreprotectora y el chaval, que era el que iba más jodido de todos. Ninguno hablamos prácticamente en todo el viaje, entre que íbamos muy cansados y que habíamos recibido aquel mensaje de un ataque al castillo Le Fay. El mensaje era del galeno, pero no se entendía muy bien qué había sucedido. Daba la impresión de que les habían pillado, y además estaban desprevenidos.
Al sobrevolar el bosque de Galloway nos temimos lo peor: enormes columnas de humo se alzaban desde las ruinas del castillo Le Fay, ahora destruido, como si se hubiesen empleado en destrozarlo a conciencia. Ahora no era más que un montón de escombros y piedras, con casi toda su estructura dañada. Me dio un vuelco el corazón al ver aquello, temí por mi familia, y maldecí por haberme marchado a la estúpida misión aquella. Cuando llegamos al lugar ya no se podía hacer nada, o se habían marchado o los habían capturado. Por el suelo quedaban algunos de los que no habían podido escapar, todos muertos. Traté de aferrarme al pensamiento de que debían estar sanos y salvos, pues de lo contrario me los hubiese encontrado entre los desafortunados. El siguiente lugar al que se me ocurrió ir era Hosgmeade, otro de los refugios. Zaphira nos llevó primero al hogar de la familia Eire, un lugar por ahora desconocido para la Alianza. Así sabríamos a dónde acudir en caso de necesidad.
Allí desembarcamos por fin, despidiéndonos de Khaled, que se fue a buscar a los suyos. Yo iba a hacer lo mismo de un momento a otro, necesitaba saber ya de los míos, aunque antes tenía que cruzar un par de palabras con Zaphira. - Reúne al Consejo, lo que quede de él. Yo traeré aquí a quien encuentre. Necesitamos la maldita isla Ouroboros de vuelta. Eres vieja y has visto muchas cosas, algo se podrá hacer con eso, ¿no?
Al sobrevolar el bosque de Galloway nos temimos lo peor: enormes columnas de humo se alzaban desde las ruinas del castillo Le Fay, ahora destruido, como si se hubiesen empleado en destrozarlo a conciencia. Ahora no era más que un montón de escombros y piedras, con casi toda su estructura dañada. Me dio un vuelco el corazón al ver aquello, temí por mi familia, y maldecí por haberme marchado a la estúpida misión aquella. Cuando llegamos al lugar ya no se podía hacer nada, o se habían marchado o los habían capturado. Por el suelo quedaban algunos de los que no habían podido escapar, todos muertos. Traté de aferrarme al pensamiento de que debían estar sanos y salvos, pues de lo contrario me los hubiese encontrado entre los desafortunados. El siguiente lugar al que se me ocurrió ir era Hosgmeade, otro de los refugios. Zaphira nos llevó primero al hogar de la familia Eire, un lugar por ahora desconocido para la Alianza. Así sabríamos a dónde acudir en caso de necesidad.
Allí desembarcamos por fin, despidiéndonos de Khaled, que se fue a buscar a los suyos. Yo iba a hacer lo mismo de un momento a otro, necesitaba saber ya de los míos, aunque antes tenía que cruzar un par de palabras con Zaphira. - Reúne al Consejo, lo que quede de él. Yo traeré aquí a quien encuentre. Necesitamos la maldita isla Ouroboros de vuelta. Eres vieja y has visto muchas cosas, algo se podrá hacer con eso, ¿no?
Zaphira Eire
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Después de abandonar praga notamos que la magia volvía a invadir el planeta, los del castillo lo habían conseguido y menos mal, sin embargo el mensaje de Lucio no era para nada alentador y lo cierto era que poco le importaban los del castillo, sólo necesitaba al médico para que curara a Sean, en cual estaba en muy mal estado y con cada hora que pasábamos lejos de londres todo iba a peor o así lo sentía.
Cuando por fin alcanzamos inglaterra lo primero que hacemos es ir al castillo, por si alguien sigue allí pero resulta ser una auténtica pérdida de tiempo por lo que tomo la decisión de irme de allí con o sin los otros dos hombres que nos acompañaban, Khaled decide irse a por los suyos mientras que Adam nos sigue a Sean y a mi, alzo el vuelo y al ver el nuevo báculo de Sean se me ocurre una idea, la casa de sus bisabuelos.
poco tardamos en llegar, menos si usáramos la desaparición pero con lo débil que estaba el chico era mejor no arriesgarse, recordaba vagamente el camino y la vegetación había crecido bastante, probablemente debido al gran golpe de magia, cuando por fin llegan, toma su forma humana y lleva a Sean hasta la habitación principal.
Al bajar el tal Adam empieza a hablarme sobre el consejo y la maldita isla -Lo primero es saber cuantos quedamos... y encontrar a Lucio, además, yo no puedo reunir al consejo, debe ser uno de los suyos y Sean está más muerto que vivo...- digo mientras voy escribiendo un mensaje a todos
Cuando por fin alcanzamos inglaterra lo primero que hacemos es ir al castillo, por si alguien sigue allí pero resulta ser una auténtica pérdida de tiempo por lo que tomo la decisión de irme de allí con o sin los otros dos hombres que nos acompañaban, Khaled decide irse a por los suyos mientras que Adam nos sigue a Sean y a mi, alzo el vuelo y al ver el nuevo báculo de Sean se me ocurre una idea, la casa de sus bisabuelos.
poco tardamos en llegar, menos si usáramos la desaparición pero con lo débil que estaba el chico era mejor no arriesgarse, recordaba vagamente el camino y la vegetación había crecido bastante, probablemente debido al gran golpe de magia, cuando por fin llegan, toma su forma humana y lleva a Sean hasta la habitación principal.
Al bajar el tal Adam empieza a hablarme sobre el consejo y la maldita isla -Lo primero es saber cuantos quedamos... y encontrar a Lucio, además, yo no puedo reunir al consejo, debe ser uno de los suyos y Sean está más muerto que vivo...- digo mientras voy escribiendo un mensaje a todos
Zaphira escribió:La misión de praga ha sido un éxito, pero necesitamos a Lucio, el descendiente de merlín está en estado grave, necesitamos un médico
Dejo escapar un sonido irónico cuando dice eso de saber cuántos quedamos, pues me da la impresión de que nos hemos perdido demasiado de lo que ha estado sucediendo aquí. - Qué más da dónde esté Lucio, ni que fuese el único médico disponible. - a ella le debe interesar para que venga a curar a su Sean, pero a mí la verdad es que me da un poco igual lo que haya pasado con él. - A quien quiero encontrar es a mi familia. Tú ya tienes aquí a la tuya, aunque esté herido, pero sabes que se recuperará. - respondo de modo huraño, dirigiéndome hacia la entrada de la casa. Ahora resulta que ella poco puede hacer por convocar al Consejo, ni por intentar que la puñetera isla en la que estábamos a salvo vuelva a su sitio. No tendrá la culpa de nada, pero me jode la situación igualmente.
- Pues volvemos a lo de siempre, que cada uno se busque la vida y sálvese quien pueda. Fue un error pensar que Ouroboros era la solución. Y encima mi hijo ha acabado casado con una de los vuestros. Sois como una secta, joder. Tanta norma, tanto protocolo. A lo mejor ya es hora de cambiar las reglas....esperar a que lo convoquen...qué gilipollez. - bufo sin detenerme y sin importarme el decir eso delante de ella. No es que Catherine me caiga mal, pero nunca ha terminado de hacerme gracia eso de emparentar con la "nobleza mágica", ni nada que tenga que ver con sus historias. En realidad sólo estoy soltando cosas porque estoy de mala leche, aunque sé que no aportan nada. Intento pensar fríamente, deteniéndome un instante antes de atravesar la puerta mientras cruzo una mirada sombría con Zaphira.
- Puede que hayamos ganado la batalla por recuperar la magia, pero no se van a detener aquí. Nunca lo hacen. No podemos tomarnos ni un segundo de descanso, hay que reagruparse. - dicho esto doy media vuelta, saliendo de allí para desaparecerme en dirección a Hogsmeade. Lo que no sé es que llegamos 3 días tarde y no encontraré a nadie allí...
- Pues volvemos a lo de siempre, que cada uno se busque la vida y sálvese quien pueda. Fue un error pensar que Ouroboros era la solución. Y encima mi hijo ha acabado casado con una de los vuestros. Sois como una secta, joder. Tanta norma, tanto protocolo. A lo mejor ya es hora de cambiar las reglas....esperar a que lo convoquen...qué gilipollez. - bufo sin detenerme y sin importarme el decir eso delante de ella. No es que Catherine me caiga mal, pero nunca ha terminado de hacerme gracia eso de emparentar con la "nobleza mágica", ni nada que tenga que ver con sus historias. En realidad sólo estoy soltando cosas porque estoy de mala leche, aunque sé que no aportan nada. Intento pensar fríamente, deteniéndome un instante antes de atravesar la puerta mientras cruzo una mirada sombría con Zaphira.
- Puede que hayamos ganado la batalla por recuperar la magia, pero no se van a detener aquí. Nunca lo hacen. No podemos tomarnos ni un segundo de descanso, hay que reagruparse. - dicho esto doy media vuelta, saliendo de allí para desaparecerme en dirección a Hogsmeade. Lo que no sé es que llegamos 3 días tarde y no encontraré a nadie allí...
Aldaron Failon
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Después del ataque a hogsmade todo había sido un caos, en cuanto salí de aquella casa solo pude ver como el centinela se plantaba frente a Lucio y no pude hacer nada en absoluto, solo quedarme paralizado mientras se o llevaban, después las llamas se hicieron presentes y solo en ese momento pude correr por salvar mi vida, lo justo para caer de rodillas fuera del peligro pero no lejos de los gritos de socorro de todas las personas que estaban asesinando, muchos pudieron escapar pero no sabía si los heridos que había tratado lo habían conseguido, tampoco me dio tiempo a pensarlo demasiado pues los ataques se sucedían uno tras otro, si me levantaba a ayudar a una persona, otra moría irremediablemente pocos metros más allá.
Me escondí como un cobarde y era algo que jamás me perdonaría. Los gritos de uno de los chicos que ya había tratado me despiertan levemente, estaba llamando al chico feral que acababa de ser padre, pretendía sacarlo de aquella casa en llamas, los llantos de aquella pobre criatura que acababa de traer al mundo me hacen querer llorar ¿qué habíamos hecho para merecer tal cosa? ¿de verdad merecíamos tanto dolor? no lo sabía y probablemente jamás encontraría respuesta a esas preguntas.
Salí de mi escondite y me dirigí a ellos -Vámonos de aquí, ya no queda nada que hacer en éste lugar- acto seguido desaparecimos todos.
Llevavamos tres días escondidos como ratas, por suerte tanto el feral como yo podiamos sobrevivir de lo que daban los bosques que volvían a florecer llenos de vida pero no sabíamos nada de nadie, no había noticias, para ahorrar batería encendía el teléfono una vez al día con la esperanza de que alguien dijera algo pero nada, nada hasta el tercer día, Zaphira había enviado un mensaje, era poco alentador pero al menos alguien seguía con vida.
Escribo enviando una foto de la ubicación del lugar esperando una respuesta, a los pocos minutos la dragona se aparece bastante enfadada pero preocupada era algo muy extraño, sin embargo nos llevó a todos a un lugar seguro en el bosque de Dean, no era una casa demasiado grande pero al menos esa noche podriamos descansar bajo un techo.
los días siguientes los pasaría curando al descendiente de Merlín y a todos los que fueran llegando al lugar o hubieran ido conmigo, todos colaboraban de distintas formas durante la semana para hacer guardias y evitar que encontraran el lugar, al menos hasta que el joven Sean despertara.
Me escondí como un cobarde y era algo que jamás me perdonaría. Los gritos de uno de los chicos que ya había tratado me despiertan levemente, estaba llamando al chico feral que acababa de ser padre, pretendía sacarlo de aquella casa en llamas, los llantos de aquella pobre criatura que acababa de traer al mundo me hacen querer llorar ¿qué habíamos hecho para merecer tal cosa? ¿de verdad merecíamos tanto dolor? no lo sabía y probablemente jamás encontraría respuesta a esas preguntas.
Salí de mi escondite y me dirigí a ellos -Vámonos de aquí, ya no queda nada que hacer en éste lugar- acto seguido desaparecimos todos.
Llevavamos tres días escondidos como ratas, por suerte tanto el feral como yo podiamos sobrevivir de lo que daban los bosques que volvían a florecer llenos de vida pero no sabíamos nada de nadie, no había noticias, para ahorrar batería encendía el teléfono una vez al día con la esperanza de que alguien dijera algo pero nada, nada hasta el tercer día, Zaphira había enviado un mensaje, era poco alentador pero al menos alguien seguía con vida.
Aldaron escribió:Zaphira, Lucio ha sido capturado y no sabemos nada del resto, estamos en éste punto
Escribo enviando una foto de la ubicación del lugar esperando una respuesta, a los pocos minutos la dragona se aparece bastante enfadada pero preocupada era algo muy extraño, sin embargo nos llevó a todos a un lugar seguro en el bosque de Dean, no era una casa demasiado grande pero al menos esa noche podriamos descansar bajo un techo.
los días siguientes los pasaría curando al descendiente de Merlín y a todos los que fueran llegando al lugar o hubieran ido conmigo, todos colaboraban de distintas formas durante la semana para hacer guardias y evitar que encontraran el lugar, al menos hasta que el joven Sean despertara.
- gente en la chabola:
- no he mencionado a nadie concreto pero todo el mundo es bienvenido en la casita de blancanieves~
Aparecí en la ubicación en la que se encontraba la residencia de los Eire, lugar en el que se recuperaba el joven descendiente después de todo lo sucedido. El lugar exacto se nos había mostrado en los días previos, por ello conocía ya dónde tenía que ir. Accedí a la casa después de que Aldaron me abriese, pidiendo que me explicase cómo estaba el muchacho. Al pobre le había tocado madurar muy de golpe, pasó de estar entre libros a tener que enfrentar cosas demasiado duras.
Dejé que el elfo me guiase hasta la habitación en la que estaba Sean, aunque antes saludé a la venerable Zaphira, que tenía cara de haber estado sufriendo lo suyo. - Zaphira, deberías descansar. Y aunque suene extraño...a Sean y a ti os vendría bien algo de distancia en estos momentos. - parecía una propuesta descabellada, pero la dragona llevaba demasiado tiempo dedicada en exclusiva a los Eire, dejando de lado su vida. Entré por fin a la habitación del muchacho, que se encontraba junto a la ventana para que le diese el sol. Me acerqué a él para darle las buenas tardes de manera solemne, poniéndome delante de él para poder mantener una conversación cara a cara. Me fijé en sus ojos opacos, sin poder ocultar mi expresión de lástima. Al parecer no podía ver. Puse una mano sobre su hombro para que supiese que estaba a su lado, para orientarlo a la hora de hablar. - Me alegra verte más recuperado. Si ya fue dura la subida de magia aquí...no quiero ni imaginar lo que tuvo que ser en Praga y en Lyon. Al final todo ha vuelto a la normalidad...más o menos. - supuse que Aldaron ya le había contado que nos faltaba gente, así que tampoco tuve tacto ni filtro a la hora de soltar las cosas.
- Ahora queda hacer todo lo posible por recuperar a Lucio y a Sayid, y por volver a poner la isla en su sitio. Adael y sus elementaristas se encargan de la reconstrucción. Yo puedo intentar usar mis poderes de control de gravedad para elevarla, pero si queremos que se mantenga flotando como antes, por medios arcanos, necesitamos saber cómo lo hicieron los fundadores del Consejo en su día. Necesitamos acceso a los archivos de la fundación de Ouroboros, y al libro en el que narran el tipo de magia que emplearon. Por eso he venido aquí, para saber si tienes los documentos, o si sabes algo al respecto. Recuerdo haber leído algo al respecto hace muchos años, pero mi memoria no es tan buena como la de otros.
Dejé que el elfo me guiase hasta la habitación en la que estaba Sean, aunque antes saludé a la venerable Zaphira, que tenía cara de haber estado sufriendo lo suyo. - Zaphira, deberías descansar. Y aunque suene extraño...a Sean y a ti os vendría bien algo de distancia en estos momentos. - parecía una propuesta descabellada, pero la dragona llevaba demasiado tiempo dedicada en exclusiva a los Eire, dejando de lado su vida. Entré por fin a la habitación del muchacho, que se encontraba junto a la ventana para que le diese el sol. Me acerqué a él para darle las buenas tardes de manera solemne, poniéndome delante de él para poder mantener una conversación cara a cara. Me fijé en sus ojos opacos, sin poder ocultar mi expresión de lástima. Al parecer no podía ver. Puse una mano sobre su hombro para que supiese que estaba a su lado, para orientarlo a la hora de hablar. - Me alegra verte más recuperado. Si ya fue dura la subida de magia aquí...no quiero ni imaginar lo que tuvo que ser en Praga y en Lyon. Al final todo ha vuelto a la normalidad...más o menos. - supuse que Aldaron ya le había contado que nos faltaba gente, así que tampoco tuve tacto ni filtro a la hora de soltar las cosas.
- Ahora queda hacer todo lo posible por recuperar a Lucio y a Sayid, y por volver a poner la isla en su sitio. Adael y sus elementaristas se encargan de la reconstrucción. Yo puedo intentar usar mis poderes de control de gravedad para elevarla, pero si queremos que se mantenga flotando como antes, por medios arcanos, necesitamos saber cómo lo hicieron los fundadores del Consejo en su día. Necesitamos acceso a los archivos de la fundación de Ouroboros, y al libro en el que narran el tipo de magia que emplearon. Por eso he venido aquí, para saber si tienes los documentos, o si sabes algo al respecto. Recuerdo haber leído algo al respecto hace muchos años, pero mi memoria no es tan buena como la de otros.
no sabía cuanto tiempo había pasado cuando por fin conseguí abrir los ojos para no ver absolutamente nada, solo una gran oscuridad, estaba asustado, perdido, no sabía dónde me encontraba ni a quien llamar, la última persona que estuvo conmigo fue la dragona pero no estaba, no había nadie -¡Zaph! zaph, dónde estás! Zaph!!- me dolía el cuerpo desde la punta de los pies hasta la cabeza, sentía algo alrededor de mi cuerpo y al tocarme parecían vendas, estaba acostado, en un lugar bastante cómodo pero me movía de un lado a otro hasta dar con el borde de la cama y caer de ella, el dolor por el golpe me hace gritar y de forma inmediata aparece alguien para sujetarme.
-No! no! suéltame!- decía mientras forcejeaba pero un abrazo y la voz de la dragona me hicieron calmarme, tras ella algo que parecía una pequeña luz seguido de un destello blanco, fue lo único que pude percibir -Zaph... no... no puedo verte... no puedo ver nada- sentí como mis lágrimas empapaban mis mejillas mientas escuchaba los sollozos de la albina, la cual me abrazaba con fuerza, sin duda alguna había sido el peor despertar que había tenido en toda mi vida.
Los días iban pasando y no podía hacer otra cosa que no fuera estar en la cama aún así no podía dormir, al menos no de noche, durante el día la leve luz del sol que se filtraba por la ventana me daba seguridad, sentir el calor en mi piel, muchas veces la dragona me sacaba de casa para que pudiera escuchar el sonido de los árboles, aún así no podía evitar sentir tristeza -Muchas personas no aprecian el poder ver el sol salir, lo colores del cielo cambiantes... al menos me consuela saber que yo si lo hice- le comento a la albina en uno de esos paseos por el jardín de la pequeña cabaña de mi familia.
Una semana después de aquello ya podía caminar por mi cuenta pero no podía salir sin la ayuda de mi bastón y la de Aldaron o Zaphira para no estamparme contra algo y caer al suelo, era el momento de levantar una barrera alrededor de la casa, estaba bien escondida pero toda precaución era poca. los límites del terreno estaban marcados con algunas piedras que hacían tanto de canalizadores como de "pergamino" para así albergar todos los encantamientos protectores sin perder el tiempo a la hora de levantar la barrera, tan solo me llevó un par de minutos proteger la casa gracias a eso.
ese mismo día después de volver a la habitación en la que descansaba y sentarme junto a la ventana, recibí una visita, se trataba de Jack Newton y una sonrisa se dibuja en mi rostro, era el primero de los compañeros que iba a verme aunque esperaba que fuera lucio quien apareciera por la puerta -Bueno... digamos que lo de la magia fue una auténtica locura pero me alegro de que consiguierais. Aldaron ha hecho un gran trabajo, le estoy muy agradecido pero deberías llevarlo contigo Jack, seguramente haga más falta en el castillo- no sabía absolutamente nada de lo sucedido , la peliblanca me había dicho que acabamos en la casa porque en el castillo no estabamos tan cómodos y que necesitarían todas las camas y que todos estaban bien, Aldaron dijo lo mismo pero en seguida me doy cuenta de que es mentira cuando el hombre a mi lado habla -Espera... como... cómo que recuperar a Lucio? dónde está Lucio!? qué le ha pasado!?- mi cara en ese momento era de auténtico pánico, si lo había metido en el mismo saco que a Sayid quería decir que los de la alianza lo habían secuestrado y que seguramente estaba siendo torturado o alguna cosa peor.
Me llevo una mano a la boca mientras me agacho un poco, como quien tiene ganas de vomitar, la noticia me había caído como un cubo de agua fría, incluso me temblaban las manos, nadie me había dicho nada y eso me hacía sentir rabia pero a la vez comprendía las razones pero eso no evitaba que sintiera una gran opresión en el pecho.
-No! no! suéltame!- decía mientras forcejeaba pero un abrazo y la voz de la dragona me hicieron calmarme, tras ella algo que parecía una pequeña luz seguido de un destello blanco, fue lo único que pude percibir -Zaph... no... no puedo verte... no puedo ver nada- sentí como mis lágrimas empapaban mis mejillas mientas escuchaba los sollozos de la albina, la cual me abrazaba con fuerza, sin duda alguna había sido el peor despertar que había tenido en toda mi vida.
Los días iban pasando y no podía hacer otra cosa que no fuera estar en la cama aún así no podía dormir, al menos no de noche, durante el día la leve luz del sol que se filtraba por la ventana me daba seguridad, sentir el calor en mi piel, muchas veces la dragona me sacaba de casa para que pudiera escuchar el sonido de los árboles, aún así no podía evitar sentir tristeza -Muchas personas no aprecian el poder ver el sol salir, lo colores del cielo cambiantes... al menos me consuela saber que yo si lo hice- le comento a la albina en uno de esos paseos por el jardín de la pequeña cabaña de mi familia.
Una semana después de aquello ya podía caminar por mi cuenta pero no podía salir sin la ayuda de mi bastón y la de Aldaron o Zaphira para no estamparme contra algo y caer al suelo, era el momento de levantar una barrera alrededor de la casa, estaba bien escondida pero toda precaución era poca. los límites del terreno estaban marcados con algunas piedras que hacían tanto de canalizadores como de "pergamino" para así albergar todos los encantamientos protectores sin perder el tiempo a la hora de levantar la barrera, tan solo me llevó un par de minutos proteger la casa gracias a eso.
ese mismo día después de volver a la habitación en la que descansaba y sentarme junto a la ventana, recibí una visita, se trataba de Jack Newton y una sonrisa se dibuja en mi rostro, era el primero de los compañeros que iba a verme aunque esperaba que fuera lucio quien apareciera por la puerta -Bueno... digamos que lo de la magia fue una auténtica locura pero me alegro de que consiguierais. Aldaron ha hecho un gran trabajo, le estoy muy agradecido pero deberías llevarlo contigo Jack, seguramente haga más falta en el castillo- no sabía absolutamente nada de lo sucedido , la peliblanca me había dicho que acabamos en la casa porque en el castillo no estabamos tan cómodos y que necesitarían todas las camas y que todos estaban bien, Aldaron dijo lo mismo pero en seguida me doy cuenta de que es mentira cuando el hombre a mi lado habla -Espera... como... cómo que recuperar a Lucio? dónde está Lucio!? qué le ha pasado!?- mi cara en ese momento era de auténtico pánico, si lo había metido en el mismo saco que a Sayid quería decir que los de la alianza lo habían secuestrado y que seguramente estaba siendo torturado o alguna cosa peor.
Me llevo una mano a la boca mientras me agacho un poco, como quien tiene ganas de vomitar, la noticia me había caído como un cubo de agua fría, incluso me temblaban las manos, nadie me había dicho nada y eso me hacía sentir rabia pero a la vez comprendía las razones pero eso no evitaba que sintiera una gran opresión en el pecho.
La sonrisa con la que me recibe Sean hace que me de más pena el pobre muchacho, tanto que me dan ganas de hornearle bollos del modelo atómico de Rutherford. Se los haré más tarde. - Sí, sí...lo logramos con el esfuerzo de todos. Aunque todavía hay detalles que debemos contarnos. ¿Castillo? el castillo Le Fay está en ruinas después de que nos atacasen los de la Alianza cuando estábamos más vulnerables. Ya sabes, cuando nos localizaron y tuvimos que salir huyendo. A mi me hirieron, me tuvo que sacar Lucio. - enseguida me doy cuenta de que me he ido de la lengua. Ni Aldaron ni Zaphira le han contado nada de lo sucedido. Por ahorrarle el disgusto, visto lo visto.
- Siento mucho ser yo quien te de la noticia, pensé que lo sabías. Después de la caída del castillo Le Fay usamos las aves de Sarah para trasladarnos a Hogsmeade, el otro punto que tenía zona mágica. También nos siguieron allí. Unos robots Centinela se llevaron a Lucio y otros cuantos más, después de arrasar el pueblo. - mi voz suena grave y apenada mientras cojo una silla para sentarme frente a Sean. No pensé que fuera a afectarle tanto la noticia, tal vez por estar convaleciente. - Los recuperaremos, estarán bien. Nosotros tenemos, o teníamos... a su ministro. Podríamos sobornarles con él. Y si no, ya encontraremos la manera. Pero ahora tienes que recuperarte por completo. Y necesito que me digas si sabes algo más de lo que te he dicho, sobre la historia que hay detrás del nacimiento de la isla Ouroboros. Tenemos que hacer exactamente lo mismo que se hizo entonces. Si ellos pudieron, nosotros también.
- Siento mucho ser yo quien te de la noticia, pensé que lo sabías. Después de la caída del castillo Le Fay usamos las aves de Sarah para trasladarnos a Hogsmeade, el otro punto que tenía zona mágica. También nos siguieron allí. Unos robots Centinela se llevaron a Lucio y otros cuantos más, después de arrasar el pueblo. - mi voz suena grave y apenada mientras cojo una silla para sentarme frente a Sean. No pensé que fuera a afectarle tanto la noticia, tal vez por estar convaleciente. - Los recuperaremos, estarán bien. Nosotros tenemos, o teníamos... a su ministro. Podríamos sobornarles con él. Y si no, ya encontraremos la manera. Pero ahora tienes que recuperarte por completo. Y necesito que me digas si sabes algo más de lo que te he dicho, sobre la historia que hay detrás del nacimiento de la isla Ouroboros. Tenemos que hacer exactamente lo mismo que se hizo entonces. Si ellos pudieron, nosotros también.
la noticia no le sienta nada bien, ahora entendía porqué había venido aldarón y no Lucio, estaba capturado y él solo se había dedicado a dormir y dar paseos por el jardín sin saber nada del mundo exterior, como siempre, encerrado en su biblioteca sin saber nada más allá de su caja de cristal. La petición de Newton hace que intente recomponerse, levanta la cabeza y busca su báculo con la mano, dando golpes al aire hasta dar con él, intenta levantarse con algo de dificultad y al final lo consigue -La biblioteca debe estar hecha un desastre, tenía encantamientos de espacio por lo que con la pérdida de magia ni siquiera se podrá pasar, lo primero es restaurarla, hay que bajar al sótano-
se ayuda de las paredes y el báculo para poder moverse por la casa, el reto llega con las escaleras por lo que debe pedir la ayuda del anciano, no le gustaba nada el sentirse tan inútil, pero no le quedaba otra opción -Siento ser una carga para todos Jack... no ser de ayuda, pero espero poder hacer algo por la isla- al llegar abajo la puerta había reventado y los libros se desbordaban como si de una avalancha se tratara -Llévame a la puerta por favor, arreglaré esto en un momento- deja que lo guíe y pasa sus manos por el marco de la puerta, acaricia la madera como si buscara algo hasta que por fin da con un pequeño relieve, gira la cabeza hasta dónde cree que está el mago pero mirando al suelo ya que no podía ubicarlo del todo -creo que lo que buscas es algo parecido a esto, hay runas por toda la casa y todas son específicas para algo, sin embargo tienen algo en común, son autónomas y funcionan más o menos como la batería de un coche, necesitan que les des algo de energía pero una vez en marcha se va recargando poco a poco hasta que se desgastan- vuelve la vista al frente y recita algunas palabras, infundiendo magia a aquella marca en la puerta, de forma inmediata todo a su alrededor empieza a temblar y los libros empiezan a caer pero lo hacen debido a que el espacio empieza a ampliarse de forma gradual pero a saltos, como si de un lag se tratara. la habitación empieza a ampliarse, las estanterías caídas y destrozadas empiezan a verse y a levantarse por si solas, cuando la habitación está lista, solo queda dejar todo en su lugar y al igual que en la película de dibujos sobre su antepasado el mago Merlín, mueve las manos y todos los libros y pergaminos se ponen en pie -Volved todos a vuestro lugar, por favor- no pudo verlo pero estaba seguro que cada objeto danzaba por el aire y pudo escuchar los sonidos sordos de los libros posicionándose en la estantería y golpeando contra el fondo.
Pasados pocos minutos aún había libros volando por todas partes pero no podía verlo, aún así confió en que se podía pasar y tocando el suelo con su báculo empezó a andar en la estancia, una gran biblioteca que nada tenía que envidiar a la del castillo lefay, puede que fuera incluso más impresionante -Las runas son algo muy interesante, me he pasado mucho tiempo estudiándolas al igual que muchas personas de mi familia, aún así creo que deberías preguntar a Zaphira sobre el tipo de ritual o runas que se usó en el momento que se creó la isla, hay muchas posibilidades y estoy seguro de que ella lo sabrá, después de todo estaba allí cuando se fundó el consejo de los 20-
se ayuda de las paredes y el báculo para poder moverse por la casa, el reto llega con las escaleras por lo que debe pedir la ayuda del anciano, no le gustaba nada el sentirse tan inútil, pero no le quedaba otra opción -Siento ser una carga para todos Jack... no ser de ayuda, pero espero poder hacer algo por la isla- al llegar abajo la puerta había reventado y los libros se desbordaban como si de una avalancha se tratara -Llévame a la puerta por favor, arreglaré esto en un momento- deja que lo guíe y pasa sus manos por el marco de la puerta, acaricia la madera como si buscara algo hasta que por fin da con un pequeño relieve, gira la cabeza hasta dónde cree que está el mago pero mirando al suelo ya que no podía ubicarlo del todo -creo que lo que buscas es algo parecido a esto, hay runas por toda la casa y todas son específicas para algo, sin embargo tienen algo en común, son autónomas y funcionan más o menos como la batería de un coche, necesitan que les des algo de energía pero una vez en marcha se va recargando poco a poco hasta que se desgastan- vuelve la vista al frente y recita algunas palabras, infundiendo magia a aquella marca en la puerta, de forma inmediata todo a su alrededor empieza a temblar y los libros empiezan a caer pero lo hacen debido a que el espacio empieza a ampliarse de forma gradual pero a saltos, como si de un lag se tratara. la habitación empieza a ampliarse, las estanterías caídas y destrozadas empiezan a verse y a levantarse por si solas, cuando la habitación está lista, solo queda dejar todo en su lugar y al igual que en la película de dibujos sobre su antepasado el mago Merlín, mueve las manos y todos los libros y pergaminos se ponen en pie -Volved todos a vuestro lugar, por favor- no pudo verlo pero estaba seguro que cada objeto danzaba por el aire y pudo escuchar los sonidos sordos de los libros posicionándose en la estantería y golpeando contra el fondo.
Pasados pocos minutos aún había libros volando por todas partes pero no podía verlo, aún así confió en que se podía pasar y tocando el suelo con su báculo empezó a andar en la estancia, una gran biblioteca que nada tenía que envidiar a la del castillo lefay, puede que fuera incluso más impresionante -Las runas son algo muy interesante, me he pasado mucho tiempo estudiándolas al igual que muchas personas de mi familia, aún así creo que deberías preguntar a Zaphira sobre el tipo de ritual o runas que se usó en el momento que se creó la isla, hay muchas posibilidades y estoy seguro de que ella lo sabrá, después de todo estaba allí cuando se fundó el consejo de los 20-
Estoy a punto de buscarle el báculo a Sean para que el pobre deje de dar palos de ciego, pensando que iré al infierno por tener ese pensamiento. Al final dejo que el chico se las apañe solo, aunque miro de reojo su báculo, pues no lo reconozco. En ese momento recuerdo que debo devolverle su orbe, aunque lo haré al final de mi visita para que al menos no se quede tan tristón. - Ya habrá tiempo de arreglar la biblioteca, muchacho. Ahora hay otras prioridades. - lo acompaño hasta que llegamos a las escaleras, echándole una mano para que no las baje rodando. Parece que se cambian las tornas, el viejo debe ayudar al joven. - No te permito que digas que eres una carga, Sean Eire. Los Descendientes somos, ante todo, un grupo que se considera como familia. Eso nunca es una carga. Te repondrás y volverás a ser el de antes. Con o sin vista, los serás. - sentencio antes de comenzar a bajar las escaleras, dándome la impresión de que tal vez he sonado demasiado rudo aunque mi intención fuese la de ayudar.
Al llegar a la biblioteca me entra el afán de querer colocar cosas, pero me estoy quietecito porque no es el momento. Guío al joven hasta donde me dice, echando un ojo a lo que me señala en el marco de la puerta. - Runas...- murmuro pasando una mano por mi barba, entornando los ojos. - Una de las formas más antiguas de grabar magia. Presente en muchos canalizadores mágicos, tendría sentido...- las runas se activan con las palabras de Sean, provocando que la habitación comience a cambiar de tamaño de manera progresiva. Todo el desastre de desorden se va colocando en su lugar, como si nunca hubiese estado inmerso en el caos. Su preciada biblioteca debe contener valiosos y antiguos ejemplares, puesto que su linaje no ha dejado de tener presencia en el Consejo desde hace cientos de años. Cuando mi linaje entró, el suyo ya estaba allí.
- Cierto. No había reparado en Zaphira. A veces se me olvidan los años que tiene. - sonrío, acercándome un poco a Sean mientras bajo la voz. - Pero no le digas que he dicho eso, ¿vale? no queremos enfadarla. - me acerco a una de las estanterías, las que tienen los libros más antiguos. Paso las manos por el lomo de alguno de ellos, sacando el que tiene el aspecto más antiguo. - Entonces me llevaré a Zaphira a las ruinas de Ouroboros, para que les diga a todos lo que vio aquel día. Es mejor que tú te quedes descansando aquí...- aunque no estoy seguro de que me haga caso. Abro el ajado libro con cuidado, tratando de no doblar ni las hojas ni la portada de cuero. Casi le digo a Sean que venga a mirar, pero me callo antes de que pueda sonar cruel. - Parece un listado de los miembros originales, de los fundadores... - la escritura es diferente a la de hoy día, por ello cuesta leer tan intrincado trazo. - Por la fecha y el lugar cuadra. Aquisgrán...- alzo la mirada del libro, interrogando a Sean.
- ¿Qué es lo que estudiaste sobre runas que nos pueda servir para este caso? ¿ relacionadas con defensa y protección?
Al llegar a la biblioteca me entra el afán de querer colocar cosas, pero me estoy quietecito porque no es el momento. Guío al joven hasta donde me dice, echando un ojo a lo que me señala en el marco de la puerta. - Runas...- murmuro pasando una mano por mi barba, entornando los ojos. - Una de las formas más antiguas de grabar magia. Presente en muchos canalizadores mágicos, tendría sentido...- las runas se activan con las palabras de Sean, provocando que la habitación comience a cambiar de tamaño de manera progresiva. Todo el desastre de desorden se va colocando en su lugar, como si nunca hubiese estado inmerso en el caos. Su preciada biblioteca debe contener valiosos y antiguos ejemplares, puesto que su linaje no ha dejado de tener presencia en el Consejo desde hace cientos de años. Cuando mi linaje entró, el suyo ya estaba allí.
- Cierto. No había reparado en Zaphira. A veces se me olvidan los años que tiene. - sonrío, acercándome un poco a Sean mientras bajo la voz. - Pero no le digas que he dicho eso, ¿vale? no queremos enfadarla. - me acerco a una de las estanterías, las que tienen los libros más antiguos. Paso las manos por el lomo de alguno de ellos, sacando el que tiene el aspecto más antiguo. - Entonces me llevaré a Zaphira a las ruinas de Ouroboros, para que les diga a todos lo que vio aquel día. Es mejor que tú te quedes descansando aquí...- aunque no estoy seguro de que me haga caso. Abro el ajado libro con cuidado, tratando de no doblar ni las hojas ni la portada de cuero. Casi le digo a Sean que venga a mirar, pero me callo antes de que pueda sonar cruel. - Parece un listado de los miembros originales, de los fundadores... - la escritura es diferente a la de hoy día, por ello cuesta leer tan intrincado trazo. - Por la fecha y el lugar cuadra. Aquisgrán...- alzo la mirada del libro, interrogando a Sean.
- ¿Qué es lo que estudiaste sobre runas que nos pueda servir para este caso? ¿ relacionadas con defensa y protección?
Sin duda las palabras de Newton intentaban reconfortarme y algo hacían pero la noticia sobre Lucio secuestrado no paraba de rondar en mi cabeza y estaba deseando salir a buscarlo pero ¿cómo? apenas podía moverme por la casa sin matarme y necesitaba la compañía y ayuda de alguien en todo momento para poder desplazarme, era sin duda alguna algo que odiaba, ser una carga para los deás y sentirme un inútil, al menos mucho más de lo que solía sentirme normalmente. le dedico una sonrisa al anciano pero la verdad era una sonrisa un tanto amarga -Gracias Jack... hablando de familia, ¿ que tal se encuentra Giordano? espero que no le haya pasado nada... y el resto del consejo?- dice cambiando un poco el tema mientras buscan lo que necesita el mayor.
Era reconfortante hablar con una persona que entendía lo que decía a la primera, sin tener que explicarlo con dibujitos, por algo Newton era uno de los más inteligentes del consejo junto al italiano y Tesla que seguramente estuvieran trabajando a destajo junto a los otros para volver a poner la isla en pie -No se lo diré, tranquilo, no queremos que te pille de la oreja como en el colegio- me río pensando en ello pues para la dragona incluso alguien de la edad de newton era simplemente un crío -Pero no te sientas mal, al señor Khaled lo ha llamado yogurín, se veía la tensión entre los dos- recordar aquello que me había dejado tan desconcertado en ese momento me hace reír de nuevo, al menos no había olvidado como hacerlo después de tantas tragedias, una tras otra en los últimos meses.
-Está bien, le pediré que vaya contigo, duo que quiera irse por voluntad propia... también deberías llevarte a Aldaron, seguramente haya gente herida que necesite de él ahora que Lucio no está, yo ya me encuentro mejor y si los tengo conmigo no podré aprender a valerme por mi mismo, solo molestaría en la isla-.
Al parecer había encontrado un registro con los nombres de los fundadores del consejo -Eso también puedes verificarlo con Zaphira, tiene buena memoria, es una suerte que conociera a los miembros originales del consejo, incluso creo recordar que no se llevaba muy bien con alguno- recordaba algunas historias que me contaba Zaphira sobre todos los miembros de mi familia que había conocido, me gustaba escucharlas de niño ya que mi destino era unirme al consejo pero en cuanto fui creciendo pude ver que era doloroso para ella recordar a tantos que había perdido así que dejé de preguntar.
-Hay muchos tipos de runas, muchas ligadas a distintos tipos de magias, todas ellas con distintas formas y tamaños pero tienen que ser precisas, la forma adecuada y la posición correcta ya que funcionan como un circuíto, si un elemento falla pueden no funcionar y el el peor de los casos ser peligrosas para quienes las activan, así que tenemos que conocer el ritual exacto que usaron la primera vez en Ouroboros -levanta su mano y aparece un pergamino en ella, el cual entrega a Newton- ésto es el tratado que firmamos cuando hicimos la alianza con las otras organizaciones, creo que es prudente que lo tengas, aquí poco puedo hacer si la cosa se descontrola, además ya no tiene mucha validez pues ha vuelto la magia, igualmente llévatelo- vuelve a hacer un movimiento y en su mano aparece una libreta, que esperaba que fuera la que quería -ésto os puede servir para proteger la isla de momento, yo mismo lo he diseñado y es algo parecido a lo que protege ésta casa, tomad unas cuantas rocas y grabad tal cual las runas, cada línea es crucial y crearán una barrera parecida a la que levanté en el castillo pero será autónoma ya que tomará la magia de fuera y no de un mago- habiéndole entregado todo a Newton no me quedaba mucho más por hacer por ellos
Era reconfortante hablar con una persona que entendía lo que decía a la primera, sin tener que explicarlo con dibujitos, por algo Newton era uno de los más inteligentes del consejo junto al italiano y Tesla que seguramente estuvieran trabajando a destajo junto a los otros para volver a poner la isla en pie -No se lo diré, tranquilo, no queremos que te pille de la oreja como en el colegio- me río pensando en ello pues para la dragona incluso alguien de la edad de newton era simplemente un crío -Pero no te sientas mal, al señor Khaled lo ha llamado yogurín, se veía la tensión entre los dos- recordar aquello que me había dejado tan desconcertado en ese momento me hace reír de nuevo, al menos no había olvidado como hacerlo después de tantas tragedias, una tras otra en los últimos meses.
-Está bien, le pediré que vaya contigo, duo que quiera irse por voluntad propia... también deberías llevarte a Aldaron, seguramente haya gente herida que necesite de él ahora que Lucio no está, yo ya me encuentro mejor y si los tengo conmigo no podré aprender a valerme por mi mismo, solo molestaría en la isla-.
Al parecer había encontrado un registro con los nombres de los fundadores del consejo -Eso también puedes verificarlo con Zaphira, tiene buena memoria, es una suerte que conociera a los miembros originales del consejo, incluso creo recordar que no se llevaba muy bien con alguno- recordaba algunas historias que me contaba Zaphira sobre todos los miembros de mi familia que había conocido, me gustaba escucharlas de niño ya que mi destino era unirme al consejo pero en cuanto fui creciendo pude ver que era doloroso para ella recordar a tantos que había perdido así que dejé de preguntar.
-Hay muchos tipos de runas, muchas ligadas a distintos tipos de magias, todas ellas con distintas formas y tamaños pero tienen que ser precisas, la forma adecuada y la posición correcta ya que funcionan como un circuíto, si un elemento falla pueden no funcionar y el el peor de los casos ser peligrosas para quienes las activan, así que tenemos que conocer el ritual exacto que usaron la primera vez en Ouroboros -levanta su mano y aparece un pergamino en ella, el cual entrega a Newton- ésto es el tratado que firmamos cuando hicimos la alianza con las otras organizaciones, creo que es prudente que lo tengas, aquí poco puedo hacer si la cosa se descontrola, además ya no tiene mucha validez pues ha vuelto la magia, igualmente llévatelo- vuelve a hacer un movimiento y en su mano aparece una libreta, que esperaba que fuera la que quería -ésto os puede servir para proteger la isla de momento, yo mismo lo he diseñado y es algo parecido a lo que protege ésta casa, tomad unas cuantas rocas y grabad tal cual las runas, cada línea es crucial y crearán una barrera parecida a la que levanté en el castillo pero será autónoma ya que tomará la magia de fuera y no de un mago- habiéndole entregado todo a Newton no me quedaba mucho más por hacer por ellos
Prosigo con mi observación de la estancia, un tanto pensativo y con el ceño fruncido, hasta que Sean me pregunta por cómo se encuentran el resto de los compañeros. - Bastante mejor, estas semanas han servido para que nos fuésemos recuperando. Aunque Giordano está un tanto raro. Más si cabe, tú ya me entiendes. - comento haciendo un gesto con los hombros, añadiendo después algo sobre los demás. - La mayoría están preparando las tareas para volver a alzar la isla, en la zona que quedó en ruinas. - la breve charla sobre Zaphira me saca una sonrisa amable, pues son muchos años ya conociéndola. Para ella todos somos yogurines, pocos quedan de su edad, incluso entre los dragones. - Quién sabe, tal vez se hagan incluso amigos. A Zaphira le vendría bien ampliar el círculo fuera del mundo Ourboros. - la dragona debía haber conocido mucha gente interesante a lo largo de los años, y es probable que eche de menos a mucha de la gente que conoció alguna vez. No sólo habría perdido a generaciones anteriores de los Eire, puede que hubiese perdido incluso algún amor por el camino.
- Está bien, me llevo a Zaphira pero te dejo a Aldaron, por si acaso. Esperamos resolver lo de la isla en un par de días como mucho, no debemos dar oportunidades de que nos localicen antes de terminar con todo. - me entra cierta curiosidad por conocer los fundadores con los que no se llevaba bien Zaphira, toda información podría ser útil. Presto atención a continuación a lo que sabe Sean sobre runas, que no es poco, dejando un poco de lado el libro antiguo que había cogido segundos antes. - Todo en el mismo orden para que funcione, nada es al azar, comprendo... - tomo el pergamino que hace aparecer Sean, con lo cual ya tengo dos elementos que me ayuden en la investigación, además del libro. Después me explica que sólo se trata del pergamino firmado con las intenciones de paz de todos los grupos. - No estaría mal de cara a formar un futuro gobierno. En algún momento tendrá que suceder. Lo guardaré también. - lo último que hace aparecer, la liberta, es lo que nos ofrecerá la protección necesaria y sin que tenga que depender sólo de la energía del mago. Mis ojos siguen las líneas de las múltiples runas, tratando de memorizarlas en el orden correcto.
- Será más que suficiente por el momento. Con todo lo que me has dado ya tenemos para avanzar. Gracias, Eire. - lo llamo por su apellido en señal de respeto y reconocimiento, podría decirse que ya no es uno de esos jóvenes novatos que entran en el Consejo sin saber nada. - Ah, antes de que se me olvide. Tengo algo que devolverte. - saco del bolsillo del abrigo el orbe de Sean, aquel que ha ido rodando de mano en mano debido a todos los problemas que hemos ido encadenando. - Esto es tuyo. - cojo su mano y le pongo el orbe sobre ella, asegurándome de que no se caiga. - Irá bien con ese nuevo báculo...parece muy antiguo. - no me había pasado desapercibido, pero desconozco de dónde lo ha podido sacar. - Te avisaremos con cualquier novedad. Cuídate - dicho esto espero a que haga las pertinentes comunicaciones a Zaphira, marchándonos de allí después con la esperanza de poder volver a levantar Ouroboros.
- Está bien, me llevo a Zaphira pero te dejo a Aldaron, por si acaso. Esperamos resolver lo de la isla en un par de días como mucho, no debemos dar oportunidades de que nos localicen antes de terminar con todo. - me entra cierta curiosidad por conocer los fundadores con los que no se llevaba bien Zaphira, toda información podría ser útil. Presto atención a continuación a lo que sabe Sean sobre runas, que no es poco, dejando un poco de lado el libro antiguo que había cogido segundos antes. - Todo en el mismo orden para que funcione, nada es al azar, comprendo... - tomo el pergamino que hace aparecer Sean, con lo cual ya tengo dos elementos que me ayuden en la investigación, además del libro. Después me explica que sólo se trata del pergamino firmado con las intenciones de paz de todos los grupos. - No estaría mal de cara a formar un futuro gobierno. En algún momento tendrá que suceder. Lo guardaré también. - lo último que hace aparecer, la liberta, es lo que nos ofrecerá la protección necesaria y sin que tenga que depender sólo de la energía del mago. Mis ojos siguen las líneas de las múltiples runas, tratando de memorizarlas en el orden correcto.
- Será más que suficiente por el momento. Con todo lo que me has dado ya tenemos para avanzar. Gracias, Eire. - lo llamo por su apellido en señal de respeto y reconocimiento, podría decirse que ya no es uno de esos jóvenes novatos que entran en el Consejo sin saber nada. - Ah, antes de que se me olvide. Tengo algo que devolverte. - saco del bolsillo del abrigo el orbe de Sean, aquel que ha ido rodando de mano en mano debido a todos los problemas que hemos ido encadenando. - Esto es tuyo. - cojo su mano y le pongo el orbe sobre ella, asegurándome de que no se caiga. - Irá bien con ese nuevo báculo...parece muy antiguo. - no me había pasado desapercibido, pero desconozco de dónde lo ha podido sacar. - Te avisaremos con cualquier novedad. Cuídate - dicho esto espero a que haga las pertinentes comunicaciones a Zaphira, marchándonos de allí después con la esperanza de poder volver a levantar Ouroboros.
Aparecí frente a la casita del descendiente de Merlin, bastante ofuscado, continuando con la conversacion que me traia previamente conmigo mismo. Me habia enterado de todo lo que era necesario saber acerca de la mision y el resultado de la misma en Turin, a los pocos dias de aquella tremenda desbandada en Hogsmeade, en la que no solamente se perdió a Lucio, si no a otro buen numero de magos, brujas, y demas entes del mundo mágico.
La magia habia vuelto pero me daba la sensacion de que todo seguía en un perfecto caos. Incluida mi cabeza.
Aun asi me decidí a ir a visitar a mi amigo, habia estado esperando, no queria ser yo quien tuviese que darle la mala noticia. Las secuelas de aquella noche seguian presentes.
Pedí algunas indicaciones para que me dijesen donde se encontraba Sean, me enteré que Jack habia estado yo por ahi. Yo me estaba escaqueando muy mucho de encontrarme con nadie del Consejo, el caso es que ni yo mismo sabia por qué. Probablemente era porque no podía explicarme aun que habia pasado con nuestro invento y con aquel fallo. Era un auténtico obsesivo a la hora de repasar fallos, y fallos que llevan a fallos mayores.
Cuando por fin vi a Sean me aproximé hacia él con aire un poco taciturno, solo para darme cuenta de que aun no estaba fisicamente recuperado del todo.
"uhm, como deberia saludarlo en este caso? Cual es el protocolo de actuacion a seguir? Hay protocolo? Que le digo? Te ves bien? estas horrible? Me das cafe? Lo siento mucho? Hola, que tal?"
Me empezó a doler la cabeza y solo dije: -Lo...lo...ey, que tal? - cambiar las frases de modo inconexo a la mitad de decirlas era mi especialidad.
La magia habia vuelto pero me daba la sensacion de que todo seguía en un perfecto caos. Incluida mi cabeza.
Aun asi me decidí a ir a visitar a mi amigo, habia estado esperando, no queria ser yo quien tuviese que darle la mala noticia. Las secuelas de aquella noche seguian presentes.
Pedí algunas indicaciones para que me dijesen donde se encontraba Sean, me enteré que Jack habia estado yo por ahi. Yo me estaba escaqueando muy mucho de encontrarme con nadie del Consejo, el caso es que ni yo mismo sabia por qué. Probablemente era porque no podía explicarme aun que habia pasado con nuestro invento y con aquel fallo. Era un auténtico obsesivo a la hora de repasar fallos, y fallos que llevan a fallos mayores.
Cuando por fin vi a Sean me aproximé hacia él con aire un poco taciturno, solo para darme cuenta de que aun no estaba fisicamente recuperado del todo.
"uhm, como deberia saludarlo en este caso? Cual es el protocolo de actuacion a seguir? Hay protocolo? Que le digo? Te ves bien? estas horrible? Me das cafe? Lo siento mucho? Hola, que tal?"
Me empezó a doler la cabeza y solo dije: -Lo...lo...ey, que tal? - cambiar las frases de modo inconexo a la mitad de decirlas era mi especialidad.
Los soldados de Blair me alejaron lo suficiente de la capital, conduciendo por carreteras secundarias para evitar pasar los controles. Ella misma había dicho que prefería que nadie se enterase de esto, así que tienen mucho cuidado de que no se sepa nada. El viaje se hace largo por tanta tensión, me llevan en la parte de atrás del furgón militar, siendo vigilado por un par de soldados. Llegamos a una zona boscosa después de conducir varias horas, momento en que detienen el vehículo para dejarme por allí. Bajo sin decir ni una palabra, aunque ellos se encargan de recordarme que obedezca las instrucciones que me dio la ministra.
- Vosotros tampoco digáis nada, o se puede montar una buena rebelión en el ejército contra vuestra "ama y señora"- la verdad es que no estaría tan mal que se peleasen entre ellos, después de lo que he visto con Gelion ya me espero cualquier cosa. Me despido de ellos antes de que me amenacen, echando a andar en dirección a ese bosque. Todavía no me ubico demasiado, pero para eso tengo el móvil que me ha dejado Blair, el mismo que tenía cuando me cogieron. Por un momento me lo pienso, temo que estén pinchados los teléfonos y que sólo quiera rastrearme para ir hasta donde estén los demás. Tras unos momentos de duda decido sacar el teléfono, que parece estar en funcionamiento. Seguro que los que lo requisaron han mirado todo lo que han querido y más. Suspiro con resignación, enviando un rápido mensaje a Aldaron, de los primeros que encuentro.
Envío el mensaje con cara de disgusto, no terminan de gustarme estos modos de comunicarme, prefiero nuestros medios con artefactos mágicos. Ahora ya sólo queda esperar. Por un lado me puede la impaciencia de volver a ver a mis compañeros, y por otro me da cierto reparo que me vean como un manco.
- Vosotros tampoco digáis nada, o se puede montar una buena rebelión en el ejército contra vuestra "ama y señora"- la verdad es que no estaría tan mal que se peleasen entre ellos, después de lo que he visto con Gelion ya me espero cualquier cosa. Me despido de ellos antes de que me amenacen, echando a andar en dirección a ese bosque. Todavía no me ubico demasiado, pero para eso tengo el móvil que me ha dejado Blair, el mismo que tenía cuando me cogieron. Por un momento me lo pienso, temo que estén pinchados los teléfonos y que sólo quiera rastrearme para ir hasta donde estén los demás. Tras unos momentos de duda decido sacar el teléfono, que parece estar en funcionamiento. Seguro que los que lo requisaron han mirado todo lo que han querido y más. Suspiro con resignación, enviando un rápido mensaje a Aldaron, de los primeros que encuentro.
Lucio escribió:Me han liberado para un intercambio de prisioneros. Necesito a Éamon. Tengo máximo tres días. No sé exactamente dónde estoy, te mando mi ubicación.
Envío el mensaje con cara de disgusto, no terminan de gustarme estos modos de comunicarme, prefiero nuestros medios con artefactos mágicos. Ahora ya sólo queda esperar. Por un lado me puede la impaciencia de volver a ver a mis compañeros, y por otro me da cierto reparo que me vean como un manco.
La visita de Jack había traído muchas cosas, malas noticias, buenas noticias, el orbe... al menos no se había perdido pues perder una reliquia familiar nunca era bueno, mucho menos si la había hecho el mismísimo Merlín -Muchas gracias Jack, ahora vamos a hablar con Zaphira, mucho me temo que no será tan fácil como conseguir poner toda una isla a flote- y estaba en lo cierto pues la dragona no iba a aceptar tan fácilmente el dejarme solo con el elfo y así fue, tuve que usar mis mejores artes para poder convencerla y aún así casi no lo consigo, no podía verla, así que no pude tantear el terreno con sus expresiones faciales pero podía escuchar su voz llena de preocupación, en el fondo sabía que se sentía culpable -Zaph, si no vas tu tendré que ir yo... te sentará bien salir de aquí, por favor, todos en la isla te necesitan- al final parece ablandarse y decide ir con Jack, no sin antes amenazar con volver.
Una vez se han marchado, pongo el orbe en su nuevo lugar, el báculo parecía reclamarlo, era una sensación que tenía, como si sintiera como ambas fuerzas mágicas se atrajeran una a la otra y se complementaran perfectamente y no era lo único que había sentido en aquella vieja casa llena de habitaciones encantadas con muchos misterios por descubrir y pensaba descubrir alguno de ellos pues no quería pensar en Lucio o la preocupación me mataría de un momento a otro pues ya estaba luchando para no echarme a llorar por mis propios problemas.
Dos días pasaron desde aquella visita y había encontrado algo con lo que entretenerme, al parecer había un huevo de color escarlata en una de las habitaciones selladas con magia cuando yo era tan solo un niño pero el hechizo desapareció, según lo describió el elfo parecía un huevo faberge, de esos decorados con muchas cosas brillantes y bonitas pero yo solo podía sentir una gran magia en el y una especie de calor inusual que provenía de él como para ser solo algo decorativo, al tocarlo pude ver una gran luz y el grito del elfo por lo que estaba pasando, yo no pude ver nada pero si pude escuchar algo que se rompía y después un piar más parecido a un graznido -¿Es...un pollito? ha salido algo del huevo?- Aldaron dijo que si pero cuando fue a tomarlo en sus manos recibió un picotazo pero el polluelo finalmente se dejó atrapar por mi -¿De qué color es? será mejor llevarlo a que le de un poco el sol y darle calor- y a eso me dediqué los dos días anteriores a una inesperada visita, a ser mamá gallina de un pollo con plumas rojas.
me encontraba tomando el sol como siempre desde la ventana de lo que ahora era mi habitación, de alguna forma aquel pollito de hace dos días ahora tenía el tamaño de una paloma y se pasaba mucho tiempo posado en mi hombro, probablemente Aldaron estaba haciendo su magia de elfo pues algo había escuchado de un huevo de un ruso o algo así. Unos pasos desconocidos retumbaron en la madera del suelo y las paredes de la casa, los pasos del elfo eran más ligeros así que podía saber que no era él, agaché la cabeza mientras le daba un trozo de carne a mi nuevo amigo emplumado cuando una voz conocida me hizo girar la cabeza en dirección a la puerta con una gran sonrisa en mi rostro -¿Gio? eres tu? porque me haría falta un par de tus ocurrencias ahora mismo, estar aquí encerrado es demasiado aburrido- digo mientras tomo mi bastón, levantándome para empezar a caminar y buscar tanteando con mi mano en el aire al italiano.
Una vez se han marchado, pongo el orbe en su nuevo lugar, el báculo parecía reclamarlo, era una sensación que tenía, como si sintiera como ambas fuerzas mágicas se atrajeran una a la otra y se complementaran perfectamente y no era lo único que había sentido en aquella vieja casa llena de habitaciones encantadas con muchos misterios por descubrir y pensaba descubrir alguno de ellos pues no quería pensar en Lucio o la preocupación me mataría de un momento a otro pues ya estaba luchando para no echarme a llorar por mis propios problemas.
Dos días pasaron desde aquella visita y había encontrado algo con lo que entretenerme, al parecer había un huevo de color escarlata en una de las habitaciones selladas con magia cuando yo era tan solo un niño pero el hechizo desapareció, según lo describió el elfo parecía un huevo faberge, de esos decorados con muchas cosas brillantes y bonitas pero yo solo podía sentir una gran magia en el y una especie de calor inusual que provenía de él como para ser solo algo decorativo, al tocarlo pude ver una gran luz y el grito del elfo por lo que estaba pasando, yo no pude ver nada pero si pude escuchar algo que se rompía y después un piar más parecido a un graznido -¿Es...un pollito? ha salido algo del huevo?- Aldaron dijo que si pero cuando fue a tomarlo en sus manos recibió un picotazo pero el polluelo finalmente se dejó atrapar por mi -¿De qué color es? será mejor llevarlo a que le de un poco el sol y darle calor- y a eso me dediqué los dos días anteriores a una inesperada visita, a ser mamá gallina de un pollo con plumas rojas.
me encontraba tomando el sol como siempre desde la ventana de lo que ahora era mi habitación, de alguna forma aquel pollito de hace dos días ahora tenía el tamaño de una paloma y se pasaba mucho tiempo posado en mi hombro, probablemente Aldaron estaba haciendo su magia de elfo pues algo había escuchado de un huevo de un ruso o algo así. Unos pasos desconocidos retumbaron en la madera del suelo y las paredes de la casa, los pasos del elfo eran más ligeros así que podía saber que no era él, agaché la cabeza mientras le daba un trozo de carne a mi nuevo amigo emplumado cuando una voz conocida me hizo girar la cabeza en dirección a la puerta con una gran sonrisa en mi rostro -¿Gio? eres tu? porque me haría falta un par de tus ocurrencias ahora mismo, estar aquí encerrado es demasiado aburrido- digo mientras tomo mi bastón, levantándome para empezar a caminar y buscar tanteando con mi mano en el aire al italiano.
Aldaron Failon
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Los días iban pasando en aquella cabaña del bosque y no pasó demasiado hasta que solo quedamos solo Sean, la dragona y yo, cosa que agradecía pues las heridas del chico requerían toda mi atención y entre la albina y yo conseguimos sacarlo a flote, al menos físicamente pues se le veía bastante deprimido.
La visita de Newton no lo hizo mejorar, por el contrario, la mala noticia que había preferido esconderle Zaphira le dio un buen golpe, ya llevaba muchos días con él y poco a poco empezaba a aprender a leer sus expresiones y esas sonrisas que ocultaban un profundo dolor, a pesar de todo el chico no nos hizo ningún reproche y a pesar de que pensaba que solo se encerraría en su habitación, decidió explorar aquella casa que tenía muchas inscripciones en muchas puertas y paredes, era como la madriguera de los wesley pero nivel experto.
Al final encontramos un pollo que me odiaba, si intentaba tocarlo el muy asqueroso tiraba a morder y crecía de forma rápida, ahora era una bola fea y esponjosa de plumas que solo comía de la mano de Sean y me seguía con la mirada cuando pasaba por delante -Estúpido pollo... te voy a meter en el horno- me decía a mi mismo mientas estaba solo pues la terapia con animales parecía funcionar y Sean no parecía tan "solo".
La visita de otro de los descendientes me hace pensar que el chico es más apreciado de lo que parece o más útil en todo caso -Por favor, no le digas nada de Lucio, suficiente con que Jack se lo dijera sin ningún tipo de tacto así que no se lo recuerdes... y el pollo muerde, voy a buscar algún conejo o algo parecido para comer, no dejes solo a Sean, volveré pronto- digo para dejar solos a aquellos dos e ir a cazar la cena.
No me da tiempo a alejarme demasiado de aquella cabaña cuando el teléfono en mi bolsillo suena, al parecer era un mensaje y por norma general eran importantes pero al mirar quién era el remitente ahogo un grito y me desaparezco sin pensarlo para ir al lugar de aquella ubicación, no volvería a perder a un amigo por mi cobardía.
Aparezco en aquel lugar del bosque y ver a Lucio casi e hace querer llorar pero en lugar de eso lo saludo con un gran abrazo -Lucio, pensé que no volvería a verte... lo siento, yo... esa noche... no pude hacer nada, lo siento tanto- ni tan siquiera había reparado en su ropa de soldado, era él, al menos en aspecto, tampoco se me pasó por la cabeza la posibilidad de una trampa -¿Cómo es eso del intercambio? has tenido mucha suer... ¡JODER TE FALTA UNA PUTA MANO!-
La visita de Newton no lo hizo mejorar, por el contrario, la mala noticia que había preferido esconderle Zaphira le dio un buen golpe, ya llevaba muchos días con él y poco a poco empezaba a aprender a leer sus expresiones y esas sonrisas que ocultaban un profundo dolor, a pesar de todo el chico no nos hizo ningún reproche y a pesar de que pensaba que solo se encerraría en su habitación, decidió explorar aquella casa que tenía muchas inscripciones en muchas puertas y paredes, era como la madriguera de los wesley pero nivel experto.
Al final encontramos un pollo que me odiaba, si intentaba tocarlo el muy asqueroso tiraba a morder y crecía de forma rápida, ahora era una bola fea y esponjosa de plumas que solo comía de la mano de Sean y me seguía con la mirada cuando pasaba por delante -Estúpido pollo... te voy a meter en el horno- me decía a mi mismo mientas estaba solo pues la terapia con animales parecía funcionar y Sean no parecía tan "solo".
La visita de otro de los descendientes me hace pensar que el chico es más apreciado de lo que parece o más útil en todo caso -Por favor, no le digas nada de Lucio, suficiente con que Jack se lo dijera sin ningún tipo de tacto así que no se lo recuerdes... y el pollo muerde, voy a buscar algún conejo o algo parecido para comer, no dejes solo a Sean, volveré pronto- digo para dejar solos a aquellos dos e ir a cazar la cena.
No me da tiempo a alejarme demasiado de aquella cabaña cuando el teléfono en mi bolsillo suena, al parecer era un mensaje y por norma general eran importantes pero al mirar quién era el remitente ahogo un grito y me desaparezco sin pensarlo para ir al lugar de aquella ubicación, no volvería a perder a un amigo por mi cobardía.
Aparezco en aquel lugar del bosque y ver a Lucio casi e hace querer llorar pero en lugar de eso lo saludo con un gran abrazo -Lucio, pensé que no volvería a verte... lo siento, yo... esa noche... no pude hacer nada, lo siento tanto- ni tan siquiera había reparado en su ropa de soldado, era él, al menos en aspecto, tampoco se me pasó por la cabeza la posibilidad de una trampa -¿Cómo es eso del intercambio? has tenido mucha suer... ¡JODER TE FALTA UNA PUTA MANO!-
Mientras espero me da por pensar que puede pensar que soy un infiltrado, al verme con esta ropa, o que ni siquiera soy yo. Se me pasan mil y una paranoias por la cabeza. También me preocupa lo que pueda haberle pasado a los míos, ya que no sé nada de ellos desde lo de Hogsmeade. Además, se supone que los de las misiones ya deberían haber vuelto, y hace mucho que no sé nada de Sean. Reconozco que me da miedo pensar que pueda haberle pasado algo muy grave en Praga, que era uno de los puntos de mayor intensidad.
La espera no se hace demasiado larga, y mis dudas sobre si vendrán o no se disipan en cuanto veo (con mi ojo bueno) venir a Aldaron. Sé que no he estado encerrado durante tanto tiempo como otros, pero el hecho de estar libre de nuevo y de volver a abrazar a un compañero hacen que me emocione. No sabía que podría echar tanto de menos al elfo impertinente, aunque es supongo que es normal habiendo compartido tantas horas en el trabajo.
- No te disculpes, Aldaron. Fue todo muy rápido, no pudiste hacer nada para evitar que me capturasen. Además, ya estoy aquí. - voy a explicarle lo del intercambio, aunque antes de eso él se da cuenta del asunto de que me falta una mano. Bajo la mirada con gesto traumado al recordar cómo fue aquello, suspirando como si no tuviese muchas ganas de hablar de ello. - Ya conoces sus métodos. Al menos estoy vivo, y libre. En ese sentido sí he tenido suerte. - intenté consolarme con eso, aunque me seguía doliendo el pensar eso de ser un médico sin mano. - Lo del intercambio es cosa de Blair. Quiere a su marido de vuelta. A cambio soltará a dos de los nuestros, pero tiene que ser rápido. ¿Tenéis a Éamon, no? - espero que la respuesta sea afirmativa, de lo contrario estaremos en un problema.
- Ahora dime, ¿cómo están todos? ¿Sean regresó bien de la misión? ¿dónde os refugiáis? - pregunto de manera impaciente, esperando que me lleve con el resto del grupo.
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off: elfos no tienen lo de aparición en las raciales xD
La espera no se hace demasiado larga, y mis dudas sobre si vendrán o no se disipan en cuanto veo (con mi ojo bueno) venir a Aldaron. Sé que no he estado encerrado durante tanto tiempo como otros, pero el hecho de estar libre de nuevo y de volver a abrazar a un compañero hacen que me emocione. No sabía que podría echar tanto de menos al elfo impertinente, aunque es supongo que es normal habiendo compartido tantas horas en el trabajo.
- No te disculpes, Aldaron. Fue todo muy rápido, no pudiste hacer nada para evitar que me capturasen. Además, ya estoy aquí. - voy a explicarle lo del intercambio, aunque antes de eso él se da cuenta del asunto de que me falta una mano. Bajo la mirada con gesto traumado al recordar cómo fue aquello, suspirando como si no tuviese muchas ganas de hablar de ello. - Ya conoces sus métodos. Al menos estoy vivo, y libre. En ese sentido sí he tenido suerte. - intenté consolarme con eso, aunque me seguía doliendo el pensar eso de ser un médico sin mano. - Lo del intercambio es cosa de Blair. Quiere a su marido de vuelta. A cambio soltará a dos de los nuestros, pero tiene que ser rápido. ¿Tenéis a Éamon, no? - espero que la respuesta sea afirmativa, de lo contrario estaremos en un problema.
- Ahora dime, ¿cómo están todos? ¿Sean regresó bien de la misión? ¿dónde os refugiáis? - pregunto de manera impaciente, esperando que me lleve con el resto del grupo.
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off: elfos no tienen lo de aparición en las raciales xD
Aldaron Failon
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Que Lucio me perdonara por haberlo dejado tirado aquel día sin hacer nada por impedir que se lo llevaran me tranquiliza un poco, pero ya era algo que yo mismo no podía perdonarme, aún así me alegro mucho de verle pero lo de su mano no tanto, los de la alianza no tenían nada de lo que antes era llamado "humanidad" eran todos unas bestias sin escrúpulos -Bueno, arreglaremos tu mano, no te preocupes por eso, pero lo primero que debemos hacer es avisar a los demás que estás bien y debemos encontrar a Éamon, creo que nadie lo ha visto desde que atacaron el castillo... y quítate ese uniforme, me das muy mal rollo- en seguida me pongo a teclear y envío un mensaje general para todos los de confianza, mi crush el ruso sexy que seguramente ya estuviera por ahí sobando tortugas, algunos de la brigada y por supuesto a los descendientes
una vez enviado el mensaje le contesto -vaya, tiene que ser un buen marido si lo quieren de vuelta tan desesperadamente, pensaba que esa gente tenía un agujero en vez de corazón... espero que alguien sepa dónde está- sobre cómo están todos no sé muy bien que decirle al pobre pero tampoco puedo omitir nada -pues... perdimos a muchos magos y brujas aquel día en hogsmade, los que consiguieron salvarse están ahora mismo en las ruinas de Ouroboros intentando levantar la isla, o eso dijo jack el día que vino para llevarse a Zaphira pon no sé que cosa sobre un ritual para levantar la isla, todos los del consejo están bien, ahora mismo Gio está con Sean... creo que es el que quedó más afectado después de lo de praga, aún se está recuperando, está bastante apagado sobretodo después de enterarse de lo tuyo- suspiro pensando en lo que nos habiamos esforzado para no decirselo pero tenía que venir el viejo a joder la marrana -Zaphira y yo se lo ocultamos pero Newton no lo sabía y se lo soltó sin más ¡Pero ya estás aquí! seguro que se alegra de vert... de que hayas vuelto!-
Aldaron escribió:Han liberado a Lucio! necesitamos a Adael ya para que lo examine y saque el metal de su cuerpo, la alianza propone un intercambio de rehenes, necesitamos al ministro. Aquí nuestra ubicación, estamos solos.
una vez enviado el mensaje le contesto -vaya, tiene que ser un buen marido si lo quieren de vuelta tan desesperadamente, pensaba que esa gente tenía un agujero en vez de corazón... espero que alguien sepa dónde está- sobre cómo están todos no sé muy bien que decirle al pobre pero tampoco puedo omitir nada -pues... perdimos a muchos magos y brujas aquel día en hogsmade, los que consiguieron salvarse están ahora mismo en las ruinas de Ouroboros intentando levantar la isla, o eso dijo jack el día que vino para llevarse a Zaphira pon no sé que cosa sobre un ritual para levantar la isla, todos los del consejo están bien, ahora mismo Gio está con Sean... creo que es el que quedó más afectado después de lo de praga, aún se está recuperando, está bastante apagado sobretodo después de enterarse de lo tuyo- suspiro pensando en lo que nos habiamos esforzado para no decirselo pero tenía que venir el viejo a joder la marrana -Zaphira y yo se lo ocultamos pero Newton no lo sabía y se lo soltó sin más ¡Pero ya estás aquí! seguro que se alegra de vert... de que hayas vuelto!-
El optimismo de Aldaron con lo de la mano me anima un poco, seguro que acabamos encontrando una solución más pronto que tarde. Ahora que estoy de vuelta será mucho más fácil todo con la ayuda de los compañeros. Todo va bien hasta que casi me da un infarto al escuchar lo que dice de Éamon, que hace no lo han visto desde el ataque al castillo. Lo agarro por los hombros, zarandeándolo un poco. - Pero...¡de eso habrán pasado ya unas dos o tres semanas! ¿cómo es posible que le hayan perdido la pista al único rehén que teníamos? - empiezo a agobiarme porque el plan se desmorona si no hay Éamon que cambiar, así que intento que Aldaron comprenda la gravedad del asunto. - Nos estamos jugando mucho. Sayid no será liberado si no le damos a Éamon, y yo tampoco creo que salga muy bien parado. Necesitamos saber ya quién lo tiene. Espero que no esté muerto, si no...Blair montará en cólera. - murmuro temeroso de la reacción de la mujer, la creo muy capaz de cualquier cosa a pesar de que en la charla me pareció más o menos razonable, quitando las amenazas.
Ni me acordaba ya de que llevaba el uniforme, entre los agobios de pensar que la hemos cagado. Me quito el uniforme ahí mismo, quedando con la pobre ropa que llevaba debajo. Decido conservar la ropa que me he quitado, doblándola. Nunca se sabe si puede ser necesaria en algún momento. Sigo con mi estrés mientras Aldaron manda el mensaje, mirándolo con cara de circunstancia mientras comenta que espera que alguien sepa algo. - No sé si será buen marido o no, supongo que con su familia será de otra manera. Eso no lo hace mejor persona. Aunque me hizo pensar en que en algunas cosas no somos tan diferentes...todos queremos que los nuestros estén a salvo, protegerlos. Casi todo el mundo quiere a alguien.- no dejo de pensar que podrían dejarse de tanta violencia y ambición de controlarlo todo, pero no hay manera. Mi cara de agobio pasa a una de preocupación cuando comienza a hablarme de Sean en relación con la misión de Praga. Lo sabía, sabía que no había podido salir todo bien. - Tengo que ir a verlo cuanto antes. Tal vez yo pueda hacer algo para que se recupere por completo. - y encima estaba apagado por mi culpa, por saber que me habían encerrado.
- Maldito Jack. No debió decir nada. - el viejo se iba de la lengua a menudo, no es novedad. Entorno los ojos cuando deja a medias la frase, sospechando que me oculta algo. - Aunque tú haces lo contrario, me ocultas algo. Vamos, cuanto antes me quiten los chismes de metal antes podrás llevarme a ver a Sean. - aguardamos un poco más hasta la llegada de nuestro compañero elementarista, al cual también recibo con un efusivo abrazo. Ya habrá tiempo de hablar largo y tendido, así que primero nos desaparece de allí a los tres, para ir a un lugar más seguro donde pueda quitarme con su poder cualquier metal que me hayan implantado, cosa que habría sido imposible hace unas semanas.
Ni me acordaba ya de que llevaba el uniforme, entre los agobios de pensar que la hemos cagado. Me quito el uniforme ahí mismo, quedando con la pobre ropa que llevaba debajo. Decido conservar la ropa que me he quitado, doblándola. Nunca se sabe si puede ser necesaria en algún momento. Sigo con mi estrés mientras Aldaron manda el mensaje, mirándolo con cara de circunstancia mientras comenta que espera que alguien sepa algo. - No sé si será buen marido o no, supongo que con su familia será de otra manera. Eso no lo hace mejor persona. Aunque me hizo pensar en que en algunas cosas no somos tan diferentes...todos queremos que los nuestros estén a salvo, protegerlos. Casi todo el mundo quiere a alguien.- no dejo de pensar que podrían dejarse de tanta violencia y ambición de controlarlo todo, pero no hay manera. Mi cara de agobio pasa a una de preocupación cuando comienza a hablarme de Sean en relación con la misión de Praga. Lo sabía, sabía que no había podido salir todo bien. - Tengo que ir a verlo cuanto antes. Tal vez yo pueda hacer algo para que se recupere por completo. - y encima estaba apagado por mi culpa, por saber que me habían encerrado.
- Maldito Jack. No debió decir nada. - el viejo se iba de la lengua a menudo, no es novedad. Entorno los ojos cuando deja a medias la frase, sospechando que me oculta algo. - Aunque tú haces lo contrario, me ocultas algo. Vamos, cuanto antes me quiten los chismes de metal antes podrás llevarme a ver a Sean. - aguardamos un poco más hasta la llegada de nuestro compañero elementarista, al cual también recibo con un efusivo abrazo. Ya habrá tiempo de hablar largo y tendido, así que primero nos desaparece de allí a los tres, para ir a un lugar más seguro donde pueda quitarme con su poder cualquier metal que me hayan implantado, cosa que habría sido imposible hace unas semanas.
"un pollo que muerde, un Jack bocazas...ajá"
Repasaba los consejos del elfo, eran unos consejos raros. Por lo visto, bastaba con no hablar del desaparecido medimago y con no tocar al pollo.
Veo a Sean levantarse y venir hacia mi en plan vendedor de la ONCE, con su baston, haciendose el ciego y con un pollo guia en lugar de un bonito golden retriever.
- Me quieres vender algun boleto de loteria o es verdad que no ves?
Pregunté, esquivando su mano para que no me tocase. Ah, acto reflejo, perdon. Al menos tuve la decencia de retirarle un taburete que habia ahi en medio para que no topase con él.
- Aunque dada nuestras experiencias....sí, es perfectamente posible que no estes intentando venderme nada y lo de Praga te haya dejado ciego. La mision, fue como la de Turín? Vas a pedirme unas gafas como las que le hice a....?
"PELIGRO, PELIGRO"
"que sentido tiene hacer como si nada?! ya lo sabe!"
-Cambiando de tema. Por qué estas aqui enclaustrado? Estoy aqui, por cierto. - le di unos toquecitos en su hombro, no estaba bien jugar al hide and seek con un cegatillo. Seria permanente o pasajero?
Repasaba los consejos del elfo, eran unos consejos raros. Por lo visto, bastaba con no hablar del desaparecido medimago y con no tocar al pollo.
Veo a Sean levantarse y venir hacia mi en plan vendedor de la ONCE, con su baston, haciendose el ciego y con un pollo guia en lugar de un bonito golden retriever.
- Me quieres vender algun boleto de loteria o es verdad que no ves?
Pregunté, esquivando su mano para que no me tocase. Ah, acto reflejo, perdon. Al menos tuve la decencia de retirarle un taburete que habia ahi en medio para que no topase con él.
- Aunque dada nuestras experiencias....sí, es perfectamente posible que no estes intentando venderme nada y lo de Praga te haya dejado ciego. La mision, fue como la de Turín? Vas a pedirme unas gafas como las que le hice a....?
"PELIGRO, PELIGRO"
"que sentido tiene hacer como si nada?! ya lo sabe!"
-Cambiando de tema. Por qué estas aqui enclaustrado? Estoy aqui, por cierto. - le di unos toquecitos en su hombro, no estaba bien jugar al hide and seek con un cegatillo. Seria permanente o pasajero?
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