Bosque Darwin

La situación para/con los compañeros de la Brigada de Cleopatra no parecía mejorar, al contrario, mi presencia cada vez suscitaba más sospechas. Y así lo demostró el hombre del pelo azul, el tal Lykaios. Ni siquiera el intercambio de regalos por parte de las chicas del grupo parecía relajar la tensión que se mascaba en el ambiente. Ni el niño jugando. En ese círculo estaban pasando demasiadas cosas y no estaba seguro de si todas ellas le estaban gustando, de hecho, la mayoría le parecían extrañas. ¿Aquello era lo que hacían las familias normales?

Cleopatra me enseñó el brazalete de la amistad que había preparado su amiga, eran hilos de colores entrecruzados de una forma bastante armónica. Pero, ya está. Sin más. Por precio económico eran más caros los regalos de Cleopatra, no entendía muy bien el bombo de aquellas pulseras… ¿Algún tipo de simbolismo? El hombre de gafas explicó a su hijo que significaba todo aquello, de modo que interpretó aquello como un símbolo de unidad de familia, una forma de estar todos conectados sin estar presentes. Le recordaba a los hilos rojos que unen personas en ciertos folclores japoneses. Cleo iba a tratar de explicar el cómo nos conocimos, y aquello hizo que me sintiera incómodo. Me daba vergüenza ser tanto el centro de atención y captar tanto interés. Pero fue interrumpida y la idea del cigarro surtió efecto. Menos mal. Asentí a lo de no hacerlo delante de los niños y la embarada. Me levanté de forma pesada y seguí a Lykaios. Aquello olía a cigarro de la felicidad a tres metros de distancia. Pero tampoco le hice muchos ascos -De modo que Lykaios…- Traté de empezar una conversación con el capitán cuando el cigarro pasó a mis manos. El humo invadió mis pulmones (bueno, los de Jed) y cuerpo no pareció poner pega alguna, al contrario, de modo que le dio otra calada antes de devolverlo a su legítimo dueño mientras echaba despacio el humo -¿Mil grullas?- Porque faltaban allí como 995…

Sin embargo todo se fue al traste cuando empezó a llover. El círculo se había formado de nuevo para empezar a contar la historia que tampoco pudo empezar. Bueno, pues nada. El círculo de alcohólicos anónimos empezó a disiparse (menos mal) y ayudé a la egipcia a recoger las cosas que había traído. Se despidieron con la mano alzada (y muchos abrazos por parte de ella) y la pareja salió de allí.

Me había colocado la pulsera que nos habia regalado Mérida a todos en mi muñeca, muy orgullosamente, molaba llevar insignias a conjunto. Imram dijo unas palabras, muy en el blanco a decir verdad..... Le di un par de vueltas a la pulserita con la otra mano antes de sacudir la muñeca y estarme quieto.

La jarra de Cleo tampoco se quedaba atrás, ahora que lo pensaba....me pondría mucho mas facil aun emborracharme. Yo estaba feliz con mis regalos, pero me tocaba hablarle del circulo de confianza a este tal Astaroth, asi que me lo habia llevado lejos del crio con la excusa de fumar.

Regruñí porque empezó a llover, cosa que nos joderia el picnic. Escuché gritar a Pyro despidiendose y alcé un brazo.
- nos vemos Pyro! Cuídate....y que no se te moje el pelo, que se te bufa!! - me rei como pulgoso, era evidente que no se le iba a bufar mas de lo que ya lo tenía. Agarré el regalo de Gen al vuelo, asintiendo. Pues si, a ver si la veia yo tambien.

- Agh, maldita lluvia. - dije mientras veia a Cleo recoger las cosas, al igual que Imram. Vyras estaba cubriendo a Rhados de la lluvia con sus alas, y Balto....bueno, Balto corría intentando MORDER la lluvia. Le había dado una calada al cigarro antes de entregarselo a Astaroth, aun no tenia muy claras sus intenciones pero la historia de Cleo sobre que era un resucitado en un cuerpo ajeno pues...vale, tenia algo de sentido. - Pareces importante para Cleo. Te daré el beneficio de la duda... - me quedé mirando su pelo blanco, una de las diferencias que habia encontrado respecto a Jed. - El infierno es una mierda, verdad?

Dicho esto apagué el piti, ellos se fueron y yo terminé de ayudar a recoger todo PORQUE SOMOS ECOFRIENDLYS Y NO DEJAMOS BASURAS Y NOS FUIMOS.

El concepto del tiempo es algo abstracto cuando el mundo espiritual se despliega ante ti. Una persona ajena al laberinto que podían presentar los espíritus podía perderse por días dentro de aquella gran planicie. Savannah se perdía porque quería y la canción le seducía…Le seducía tanto que cuando salía del trance no era consciente de lo mucho que su cuerpo necesitaba volver a la realidad.

Abrió los ojos el blanco se disipó para dar paso a aquellas orbes doradas inyectadas en sangre. Betsabeth apareció en su panorama con un gesto de preocupación que le hastiaba -No lo digas- Le ordenó casi en un gruñido. Sabía perfectamente su estado porque cuando quiso ponerse de pie le costó mantener el equilibrio -¿Cuánto tiempo?- La niña alzó la mano mostrando dos dedos y la, ahora, peliblanca tragó seco.

Se reacomodó la ropa un momento y se apartó el cabello del rostro lentamente. Tenía ojeras, no muy profundas pues, después de todo su cuerpo había estado en alto estado de meditación pero tenía hambre y no sed porque… Se llevó la mano a los labios y se tocó, había algo denso  y dulce sobre ellos -¿Esto es miel?- Preguntó y Betsabeth asintió con temor -No sabíamos qué hacer Savannah…No puedes  seguir así… Por tu bien y por la manada- La chamana decidió que necesitaba… necesitaba volver a conectar con la naturaleza, quería correr pero no tenía la fuerza suficiente.  Cogió la manzana que le tendió Betsabeth y empezó a morderla mientras salía de la casa de los Hijos de Fenrir sin dar ninguna explicación.

¿Por qué no le daban la última parte de la profecía? Ella sabía que la tenían, sabían que podían decírsela pero renegaban. ¿Por qué decirle eso a Wthyr pero no lo demás? ¿Por qué sólo esas palabras? Sentir la hierba en sus pies le ayudó a concentrarse en su propio cuerpo y no en su espíritu, volviendo así al plano terrenal. Vagó, durante un rato dejándose llevar por el viento. Había silencio. Los espíritus silenciosos le daban escalofríos. Dejó el corazón de la manzana en la hierba, para que volviera al ciclo.

Hacía frío, sí, pero no le importaba y cuando llegó hacia el pequeñísimo lago en el bosque se metió hasta la cintura, mojando la gruesa túnica y mirando hacia el árbol gigante al final del lago con curiosidad. ¿Cómo es que no estaba congelado? Debía ser magia como la de Sofía. Sus sentidos se llenaron de los sonidos y olores del bosque y cerró los ojos. El cansancio le golpeó en ese momento. El mental y un poco el físico. Cogió un poco del agua helada del lago -Siempre he buscado y ansiado este silencio. Es egoísta de vuestra parte dármelo ahora porque sois vosotros los que no abrís la boca. Si esta profecía afecta al Clan necesito saberlo… ¿Cómo os puedo rogar? Necesito saberlo- Insistió y salió del lago para sentarse en el borde, con los pies aún sumergidos mientras se acostaba en la hierba y mirada el entresijo de ramas y hojas que cubría el cielo -¿Qué es lo que estáis esperando?-

Nada había podido hacer por impedir que Ian y Chloe bajasen de nuevo a la misión, al final hacían lo que querían porque ya eran mayores. No podría concentrarme en nada ni estar tranquilo hasta que no regresasen. Tampoco estaba de humor para nadie, así que ese día ni había ido a visitar a Shamandalie. Total, acabaríamos discutiendo más que de costumbre. Al final lo mejor sería intentar distraerme dando una vuelta. Catherine me había dejado a Aedan para bajar a apoyar en el rescate, pero ella no iba a Turín, sino a Londres. Aquello me extraño, pero no hubo tiempo de preguntar mucho más. Me aparecí con el crío en la zona más alejada del núcleo urbano, dejando a Aedan en el suelo para que caminase bajo los árboles cercanos al lago. El pequeño parecía divertirse correteando por ahí ajeno a todo, dirigiéndose hacia el lago a toda velocidad. - Espera, Aedan. No puedes meterte, hace frío. - le dije adelantándole sin dificultad para ponerme a su altura, negando con la cabeza al observar que la mujer del lago me echaba por tierra el argumento.

"¿Qué hace esa bañándose ahí ahora? y hablando sola..."

Entorné los ojos al reconocer su pelo blanco, identificándola como la compañera de clan de Ian, y ex compañera de Jarkko. Ella estuvo en aquella pelea de la que me había conseguido enterar a medias porque ninguno de los dos quiso contar mucho. Guardé silencio para enterarme de lo que decía, como si esperase que alguien le contestase. Mierdas místicas, o algo así. - Oír voces en tu cabeza no es bueno. Deberías agradecer no escucharlas. - me crucé de brazos mientras el niño se emocionaba al reconocerla, llamándola algo así como "banana". Se ve que Ian le había llevado a Aedan más de una vez.

- Sal del lago ahora mismo, estás dándole un mal ejemplo a mi nieto. Así no me va a hacer caso cuando le diga que no se puede bañar ahora.

-No están en mi cabeza- Respondió con tranquilidad mientras se giraba para enfrentar a alguien de pelo negro. Entrecerró los ojos y en cuanto inspiró percibió la esencia de éste, más allá, vio a Aedan corriendo hacia ella y una sonrisa radiante iluminó su rostro - Sr. Hacksaw- Dijo haciendo una elegante reverencia con la cabeza sacando conclusiones al ver al hijo de Ian, la propia semejanza entre padre e hijo tanta como en Aedan e Ian; aunque al primero solía verle algunas cosas de Catherine.

No tardó mucho en salir del lago con paso lento mientras se acercaba al pequeñajo que había visto crecer y que había cuidado en la boda de  los Descendientes. Se agachó para tomar sus manitas pero en seguida dejó de tocarlo al ver que su reacción. Ella estaba helada...Y el simple contacto de Aedan había sido más que suficiente para traerla a la realidad. Su manada... aunque fuese por extensión. Tenía que cuidarse, al menos hasta que el otro alfa ocupara su puesto. Abrió los brazos para cubrir las posibles rutas de Aedan pero pronto echó a correr y Savannah salió corriendo tras él, escuchando su risa trinar a través de los árboles. Le gustó, le agradó, la llenó de aquella calidez humana que el mundo espiritual no tenía. Se sintió de nuevo ella misma mientras se unía a las carcajadas del niño y lo pillaba en sus brazos para achucharlo, teniendo suficiente cuidado de no pegárselo porque la parte inferior de la tunica estaba mojada y helada.

Volvió caminando hacia Adam, manteniendo la sonrisa, mientras batallaba con Aedan -Te bajo si no vas al lago...¿Promesa de meñique?- Le mostró el meñique que el niño abrazó con su mano con un gesto de pillo. Sabía que iba a acabar correteándolo de nuevo pero de todas formas lo bajo cerca de donde se encontraba el padre de Ian - Aedan no me necesita a mi de mal ejemplo para no cumplir ciertas órdenes, es digno hijo de sus padres. Supongo que Ian os dió más de un dolor de cabeza rebelándose a tu tono imperativo- Se cruzó de brazos mientras veía al  pequeño pelinegro ir corriendo hacia los árboles. Savannah movió una mano y una pared de plantas se levantó para cerrarle el paso. Sintió su energía mermar y tensó un poco los labios -Estoy buscando otra parte de una profecía. No quieren decírmela y eso sólo augura peligro. La última destruyó Llangoed hasta sus cenizas- Se cruzó de brazos y mantuvo las piernas separadas la una de la otra buscando su punto de equilibrio y balance como le había enseñado Lorcan.

- Ya...lo que tú digas. - respondí de modo escéptico a eso de que las voces no estaban en su cabeza. Al menos reaccionó  y se giró, dibujado una sonrisa en el rostro al ver al crío. No me había equivocado, se ve que se conocían bien.  Ella me llamó por mi apellido, así que Intenté recordar el suyo por lo que me había dicho Ian. Por el momento no lo recordé, evitaría llamarla por su nombre.  La seguí con la mirada mientras salía del lago, y después cuando se puso a jugar con Aedan en la hierba. Se notaba que apreciaba al crío, o simplemente le gustaban los niños en general.  Me dio un escalofrío al ver la parte de abajo de su ropa mojada,  aunque tal vez con sus cosas del clan estaba acostumbrada.  - Nada de lagos, Aedan.- le repetí al niño después de que le hiciese esa "promesa" a la muchacha. Después lo vigilé de reojo, dejándolo que corretease a nuestro alrededor.

Descrucé los brazos para meter las manos en los bolsillos del abrigo largo que llevaba puesto, haciendo un sonido irónico cuando mencionó lo de las rebeliones de Ian. - No lo sabes tú bien. Menuda adolescencia... - principalmente porque él me odiaba en esa época, aunque el que más contacto tenía con él por aquel entonces era Ian.  Mi tono no me parecía tan imperativo, no si lo comparaba con el de tipos dictatoriales que había conocido. Jones, el juez Black...  -  A él por el momento no parece afectarle el tono. - desvié la mirada hacia ella, ladeando levemente la cabeza cuando empezó a hablar de profecías. Tal vez por eso hablaba "sola" en el lago. - ¿Hasta qué punto crees en las profecías?  - yo las detestaba, especialmente las profecías autocumplidas.   - Incluso en caso de que sean ciertas y las "voces" te las digan...debe ser frustrante convertirte en una Casandra y que no sirva de nada. - alcé la vista hacia arriba, observando el cielo que comenzaba a nublarse y a amenazar lluvia. Era fácil prever ese tipo de cosas, pero no de las que hablaba ella. - Y la primera parte de la profecía dice que... - la invité a que contase lo que sabía, intentando abrir así paso para preguntarle después por un asunto más personal.

La respuesta de Adam le robó una sonrisa. Ian podía ser muy cabezota, pero había que darle su tiempo. Lo había aprendido, había aprendido a tratar con él...A diferencia de otros licántropos. Su mente se desvió, evidentemente hacia Jarkko. Sabía que Chloe le había dicho que se fuera con ellos así que no tardó mucho en preguntar -¿Cómo se encuentra Jarkko? ¿Ya se ha recuperado?- Preguntó con el tono más neutral que pudo.

-No se cree en las profecías. Se intepretan y es trabajo del profeta dar con el significado real. Los espíritus viven en un mundo abstracto y distinto a nosotros, son caprichosos cuanto menos… Así que encuentran divertido dejarnos acertijos- Mencionó  y volvió la vista hacia él cuando hizo ese énfasis en “voces”. Ian parecía más crédulo que él. -Es muy frustrante ver a tu clan perecer bajo las llamas porque no llegaste a tiempo, sí. Porque no interpretaste a tiempo- Cuando respondió su tono no fue ni amable ni neutral, había algo hosco. Quizás, marcando un límite. Quizás, siendo consciente de un error que no se perdonaría. Connor había muerto en ese incendio y Oren, sospechaba, poco después.  

Apartó la vista de él pero no respondió en el momento -¿Sabes lo que me molesta de esta profecía? Que decidieron ellos decirla…Como si fuese una profecía hace mucho tiempo olvidada y, al mismo tiempo, entregada antes de tiempo. Es extraña…Y más extraño es el hombre a quien se la dijeron- El recuerdo de Wthyr fluyó a través de ella. Su perspicaz tono de voz, su mirada astuta y su deseo de ¿Cómo lo había llamado? ¿Admiración? Su necesidad de ser el hombre de la mano ganadora. Su ambición brillando al oír la profecía

-De oscuridad y azufre
De escamas y fuego
Caminará por la tierra
Un ser eterno

La balanza del mundo
caerá del lado en el que él esté-

Recitó de memoria y se cruzó de brazos, momentos antes de olisquear el aire y ver hacia el cielo -Umm…la lluvia nos mojará pronto- Sonrió, contenta. La naturaleza dispuesta a purificarla y limpiarla de su antigua actitud -Faltan dos líneas y un párrafo. La segunda parte no rima. Hay algo mal… Y no quieren decírmelo. He pasado los últimos días yendo y viniendo, presionando pero…- Negó, frustrada y dejó escapar el aire a través de los perfectos dientes con fuerza.

No me hizo falta sacar el tema de Jarkko porque al final lo sacó ella, cosa que me vino bien porque necesitaba comprender lo que había sucedido entre ellos. -  Sí, ya se ha recuperado. Pero sigue poco comunicativo...supongo que sabrás cómo es. Esperaba que tú pudieses decirme lo que pasó en las montañas. Sé que estuviste allí. - comenté en tono casual para que no se sintiese presionada y así hablase más libremente.  Le hice un gesto para alejarnos un poco del lago, caminando después hacia un árbol pero sin dejar de vigilar a Aedan, que ahora jugaba a lanzar piñas por los aires. Ese crío tenía energía para todo el día.

Mi cara al escuchar hablar de profecías era una mezcla de escepticismo y condescendencia, aunque la escuché mientras me contaba lo de no interpretar a tiempo.  - Lo de vuestro clan no habría podido evitarse ni aunque hubieses interpretado la profecía a la perfección. Lo primero porque tal vez habrías cambiado algo al contarlo, y hubiese pasado  otra cosa tal vez peor. Y lo segundo por lo que te he dicho antes. Tu maldición puede consistir en ser capaz de interpretar las profecías y que nadie te haga caso, o que simplemente sufras sabiendo lo que tiene que suceder.  - sí, definitivamente le pegaría el apodo 'Casandra' por todo ese asunto.  Debía ser frustrante, tal y como ella decía. - No sé a qué hombre le dijeron la profecía de la que hablas ahora, pero...¿no te has parado a pensar que también puede haber espíritus malignos que quieran confundirte o vengarse?  - claro que sabía que era posible hablar con los muertos, o espíritus. Ian Foster era la prueba de ello, y su espíritu aún seguía en el mundo dentro de un cuervo que ahora acompañaba a su nieta. Pero aquello era distinto porque lo habíamos conocido en vida.


Fruncí levemente el ceño sin apartar la mirada de ella mientras la escuchaba recitar aquellas palabras de la profecía, pensando que sonaba a bicho malo. - Pues que va a venir un monstruo con fuego y escamas. Y que si no estás de su lado te puedes dar por muerto. Yo qué sé. Anda que no hay ya monstruos de fuego y escamas pululando por el mundo, seguro que ya está aquí. - alcé los hombros sin darle importancia, había visto ya tantas cosas en la vida que... eso era lo que menos miedo me daba.  Alcé la vista al cielo nuevamente, notando sobre mi cara las primeras gotas de una lluvia fina de las que mojan sin que te des cuenta.  - Al menos has acertado en esta profecía. - le respondí con sarcasmo a eso de que la lluvia nos mojaría pronto. Yo no me había dado cuenta de la falta de rima, sólo había atendido a las palabras. - Puede faltar información de quién, cuándo y dónde. Sería lo importante. Lo único que puedes hacer es matar cuanto antes a todos los seres que reúnan esas características, pero no lo harás. - llamé a Aedan para que viniese, pensando en que tendríamos que marcharnos enseguida si la lluvia arreciaba. El crío vino hacia mí, y entonces lo alcé en brazos. Saqué una pequeña bola de metal de mi bolsillo, modificando su forma para que se transformase en una especie de paraguas metálico ligero.

Se mordió la lengua para no soltar lo que últimamente estaba pensando sobre Jarkko -Yo estaba bailando muy tranquilamente, es más, a punto estaba de pasármelo muy bien cuando empezaron a venirme flashes de los dos tontos peleando.  Se supone que Ian iba a estar solo, no sé que hacia el otro ahí. Evidentemente, soy el alfa, debía ir a controlarlos. Sin embargo, acabamos los tres peleando como idiotas. Luego vino un dragón y según Wthyr nos salvó el culo. La verdad sea dicha, creo que lo usó como estrategia para que le lamieramos los pies. Mucho aire de grandeza tiene ese- Le soltó a Adam la retahíla con toda la tranquilidad del mundo mientras caminaban hacia donde estaba Aedan.

-No estoy maldita- Le aclaró a Adam cuando empezó con ese tema de sobreanalizar las profecías -Ummm…¿Alguna vez hubo alguna profecía sobre ti? Eres escéptico hasta más no poder- Dijo con toda la tranquilidad del mundo y luego escuchó lo de los espíritus malignos y se mordió el labio -Supongo, pero a esta altura de mi vida ya sé distinguirlos. Esta profecía se sintió diferente, apresurada y como …- Cayó en ello. Los espíritus no hablaban porque no lo sabían. Porque…Aún estaban esperando que algo se resolviera de la antigua profecía para poder moverse a la siguiente. La certeza de aquello le hizo fruncir el ceño.  

-¿Lo  idiota sarcástico se desarrolla o se hereda? Resulta un rasgo bastante insoportable- Le preguntó y luego dejó escapar el aire, ella disfrutaba de la lluvia así que las pequeñas gotas fueron una caricia fría en su ya helada piel -Y así es como ganas espíritus enfadados, Hacksaw- Le respondió con los ojos cerrados y el rostro hacia el cielo. Pero su paz finalizó cuando el caos reinó y al abrir los ojos vio parte de la cúpula romperse. La naturaleza le habló, vibró…lloró. Los espíritus volvieron y gritaron, chillaron en sus oídos. Savannah se llevó las manos hacia ellos y miró hacia Aedan -La biblioteca es el lugar seguro. Tengo que ir con mi manada…- Murmuró, miró a Aedan y le sonrió tratando de que el nerviosismo no se notara en su rostro. Quizás fuera la última vez que lo viera -Sé tú, siempre- Susurró y le dio un toque en la nariz, tras eso arrastró sus ojos hacia Adam -Adiós, escéptico- Le guiñó un ojo y se fue corriendo por el camino que antes había recorrido, podría haberse desaparecido pero no tenía fuerzas.

Escuché perplejo la explicación de Savannah sobre lo sucedido en las montañas entre Jarkko e Ian. Sabía que mi hijo estaba entrenando con la piedra de transformación de su clan, para poder controlarse. Por eso era lógico que estuviese solo. Lo que no tenía sentido era la discusión con Jarkko. El motivo es lo que no sabíamos, y ella tampoco me lo había aclarado. Intuí que lo de ver "flashes" de ellos peleando tenía que ver con el tipo de poderes de Savannah. Muy curioso... el caso es que acabaron los tres transformados. - Encima un dragón y el puto gilipollas ese que siempre está metiéndose con Ian y con Catherine. Tendré que hablar con los dos a la vez para que me cuenten qué es eso de pelear por estupideces. Porque seguro que era una estupidez. - estaba enfadado con ambos...¿cómo podían estropear su amistad de ese modo? yo no era el más indicado para hablar porque le había hecho mucho daño a mi amistad con Lyran, pero precisamente por eso no quería que siguiese mis pasos.

- No digo que estés maldita. Te hablaba de que veía similitud contigo y con el personaje de mitología que te mencioné. - le aclaré sin más, sonriendo de lado cuando dijo eso de alguna profecía sobre mí. - No, que yo sepa. Aunque no me habrían venido mal algunos avisos sobre ciertas cosas... - ¿me habría ahorrado tantos errores? ¿o habría seguido el mismo camino? imposible saberlo.

- Pues si que soportas poco para ser licántropo... y eso que no me has conocido en un mal día. - respondí sin darle más importancia a eso de parecerle insufrible, menuda novedad. No tenía día de mal humor, pero sí que estaba preocupado por mis hijos, y mucho. Suspiré con pesar al pensar en ello, protegiendo a Aedan de la lluvia bajo el improvisado paraguas de metal. Alcé la mirada al cielo de manera repentina al escuchar aquellos ruidos de rayos chocando contra la cúpula, pensando inmediatamente en lo que eso significaba. - No...no puede ser. Maldita sea. - murmuré con los dientes apretados al ver romperse la cúpula en algunos puntos, escuchando a medias a Savannah cuando dijo aquello del lugar seguro. Si habían fracasado...no quería ni pensarlo. Dejé que se despidiese de Aedan mientras yo no podía apartar la vista del cielo, despidiéndome también de ella por el mote que le había puesto durante nuestra breve charla.

"¿Y ahora qué...? "


- Tus padres volverán, Aedan. Y tu tía también. - le aseguré al niño sin apartar la vista del cielo. Tal vez mis ojos me engañasen, pero me pareció que los rayos láser se movían muy despacio, dando la impresión de que casi ni avanzaban. Era como mirar algo estando drogado, como si se alterasen todas las leyes de la física. Alguien debía estar controlando aquello con una magia poderosa, lo suficiente para darnos más tiempo. No hice caso del consejo de la biblioteca, me fui de allí para llevarle al crío a Lyran, y tras eso me fui al hospital para enterarme de si habían llegado ya Ian y Chloe.

Habían pasado ya horas despues del ataque a la isla y las cosas habian vuelto a su cauce, sobre todo porque este ataque no se había saldado con victimas como la otra vez, los heridos habian sido minimos, y no habia llegado a batalla campal o masacre como la vez anterior. Lo habian conseguido rapido, habian logrado que se retiraran las maquinas.

Eso me alegraba porque ademas Ian había vuelto de una pieza, aunque segun supe Chloe estaba en UCI, iria a verla despues.

Tras eso, me habia dado cuenta de una cosa...y es que si la IA ya no dominaba el resto del mundo fuera de Ouroboros, Savannah podría irse cuando quisiera. Esa idea de golpe me apesadumbró y cai en que no habia terminado su encargo, con todo aquel...jaleo del dragon y la piedra. Nos habiamos cabreado muy fuerte y no habiamos vuelto a hablar, yo me habia recluido en mi fragua a hacer cosas (menos su sol y su luna) pero ahora que veia la perspectiva, mas cercana, de que se marchara de verdad, digamos que empecé a ablandarme....

Asi que lo había terminado, porque realmente lo tenía a medias desde hacia un par de semanas ya, y cuando acabé con los ultimos detalles del repujado en el cobre y el envejecido de la plata, lo envolví en un lienzo de tela y ....y me fui al bosque, que fue donde me dijo que la buscara.

"igual es un regalo de despedida"

"no jarkko no es un regalo no flipes es un maldito encargo"

Suspiré y me dediqué a caminar por el bosque, esperando captar su olor por ahi para localizarla. Olía a hierba humeda y tierra mojada....habia llovido tanto que habia borrado cualquier rastro. Llevaba mi ceño fruncido, me sentía estupido y culpable por lo que había pasado en la cueva.

-Está bien, Lorcan…En serio te lo digo. Vete- Le dio una palmadita en la espalda, pero luego él la alzó y la abrazó con fuerza -¿Estás segura?- La peliblanca se rió un poco -¿Me estás preguntando si voy a volver a forzar el trance?- El silencio que llenó el escaso espacio en aquel abrazo le dio la respuesta que necesitaba -He entendido por qué no quieren decírmelo, te prometo que no voy a volver a forzarlo- Le explicó y se lo aseguró de nuevo bajo la atenta mirada de casi todo el clan. Excepto los mayores que estaban descansando por todo el tema del ataque, les había puesto demasiado nervioso.

-Tienen cosas que hacer, largaos ya. Estoy bien- Era mentira, pero no podía hacérselos saber. A fin de cuentas, ya se lo había dicho a Jarkko, el tiempo en Ouroboros había llegado a su fin y tenía que empezar a organizar la búsqueda de un lugar propio. Pero antes de eso debía visitar Llangoed, confirmar su… Frunció suavemente el ceño y miró a Betsabet que le dedicó una sonrisa. Todos bajaron y Savannah tomó dirección hacia el sur para caminar un poco por el bosque mientras Lorcan y Aaidan con sus respectivas armaduras se fueron por el otro camino, encontrándose de lleno con Jarkko.  Lorcan, beta de Savannah, sabía perfectamente que había tenido contacto con el licántropo y después de que tuviera que ir a buscarla al hospital había logrado que desembuchara mucho. El rubio observó a Jarkko y lo que tenía entre manos sin saber qué era -Si buscas a Savannah, se ha ido al norte- Dijo señalando el camino hacia allí. Su tono, por supuesto, poco amistoso -No le des problemas- Le advirtió y se fue con Aidan para ayudar a la guardia con el tema de los escombros.

La peliblanca le había prometido a todos que no volvería a entrar en trance pero quería meditar, aunque el suelo estaba demasiado mojado para sentarse, se alejó de la casa una gran distancia antes de mirar hacia el cielo y dejar caer los brazos en una pose más bien de entrega a la naturaleza. Cerró los ojos y se concentró en el resto de sus sentidos y en cuán cansada estaba. Meditar no era lo mismo que forzar aunque añoraba tener alguna guía por parte de los espíritus sobre cuál sería su siguiente paso. Es decir, tenía claro que debía bajar…No tenía tan claro si hacerlo sola o acompañada. No podía pedirle a Lorcan y Aidan que dejaran su vida aquí, les daba seguridad y podrían quedarse con Ian mientras ella buscaba otro enclave. Ian…Debía hacer el ritual, debía hablar con él.

Y aunque estaba pensando en Ian, la imagen que vino a su mente fue la de Lorcan dándole la espalda a Jarkko. Frunció el ceño. Fue apenas un segundo pero despertó sus alertas. ¿Por qué habrían de estar esos dos juntos? No, no le gustaba. Empezó a dirigirse hacia la zona por donde se había ido Lorcan para ir a hablar con él. ¿Aquello era pasado, presente o futuro? Tenía la armadura. Tenía que ser en la isla.

Empecé a oir ruidos de armaduras y capté el olor de varios licántropos, pero ninguno de ellos Savannah. De todos modos segui caminando a su encuentro, porque quiza podian darme indicaciones....era la mejor carta a jugar.

Me detuve cuando nos encontramos en mitad del bosque, de hecho, todos detuvimos nuestros pasos unos breves instantes. Un saludo colgó en mis labios, estaba pensando si saludar o no, al fin y al cabo los conocía y habia vivido durante bastante tiempo con ellos, aunque ahora hubiese "roto...." al final el saludo murió antes de salir de mi boca cuando Lorcan atajó de aquel modo. Frunci mi ceño mirándolo mal....a causa de su tono hosco.

"al menos me ha dicho donde ha ido Savannah"

"por qué da por supuesto que la busco a ella?"

Lo ultimo que dijo de dar problemas me hizo ladear la cabeza (como un chewie) pero con el ceño fruncido. Qué le hacía suponer que le iba a dar problemas? Yo no....

- Yo no le doy problemas, Lorcan. - gruñí, algo molesto, pasando también cuando me dio la espalda, mirando hacia el camino que él me habia indicado donde podría encontrar a Savannah. Me vinieron a la cabeza las palabras de Ian....sobre que yo estaba asi porque tenía rencor por ser el más debil de la manada. Suspiré sabiendo que Lorcan seguramente pensaba igual que Ian. En fin, por qué me importaba? Algo dolía cuando me dio la espalda y siguió a lo suyo.

"Supongo que en realidad era asi de sencillo"

-¿Estás seguro de eso?- Espetó deteniéndose de nuevo y girándose, realmente con ganas de partirle la cara después de que Savannah haya estado todos esos días en trance por una profecía que salió porque ELLOS estaban peleando y se vieron envuelto con los Pendragon. Aidan le puso una mano en el pecho y lo empujó, con bastante fuerza porque Lorcan ya respiraba y se le hinchaban las aletas de la nariz. Al final, ambos se fueron pero no estaban demasiado lejos cuando Savannah entró en su campo de visión.

La peliblanca miró a Aidan cogiendo a Lorcan del pecho, deteniéndolo exactamente para que no fuera tras Jarkko y tensó los labios. Se detuvo, observando a Lorcan a los ojos un instante. No necesitó palabras, ni siquiera un gesto, la mirada del Alfa fue suficiente para apaciguar el temple de su beta. Al verlo tranquilizarse, finalmente, volvió su vista a Jarkko. Se cruzó de brazos, no sabía porqué estaba allí pero al ver lo que llevaba entre manos lo supuso.

Pese al cansancio, pese al ligero rencor que quedaba después de que le hablara de esa manera la última vez que habían cruzado palabras, pese a que por su culpa había acabado en el castillo Pendragon… Sonrió levemente y habló -Hola- No sabía qué más decir. Le gustaría saber si era consciente de lo que los espíritus le habían preguntado, si tenía la respuestas…Si sabía las preguntas -¿Necesitas ayuda con algo?- Preguntó con calma. Quizás había venido para hablar con los espíritus y, de ser así, le echaría una mano pese a lo que le hubiese dicho a Lorcan y a todo el clan.

Su empujón me habia hecho trastabillar y me tuve que sujetar a uno de los arboles, con cuyas raices casi tropiezo al darme de espaldas contra él.

- Que te den, Lorcan! - no tenía intenciones de enzarzarme en una batalla fisica con ninguno de ellos....por qué tenía que reaccionar así? Quizá nunca fuimos una familia, al fin y al cabo. No quería acabar igual con Ian....no... con Ian no. Con él tenía que ser diferente, hablaría con él....

Savannah apareció a los pocos pasos de alejarme de su manada. Me detuve y miré hacia Lorcan y Aidan y los demás, que obedecieron con solo una mirada de ella. Luego la observé nuevamente y movi un poco el paquete que traia entre manos.

Me saludó y ofreció su ayuda. Ayuda con qué? Con los espiritus? Con sus respuestas y sus confusas preguntas...? No, no mas de eso....gracias. Negué con la cabeza.

- No, no es eso. - me sentía incomodo con la presencia del resto del reducido clan allí. - Es solo que...despues de lo ocurrido, supuse que...

"que te irías pronto y...."

- Al menos quería darte esto ya que pagaste por adelantado...

"aunque se perdió todo el dinero de la tienda cuando explotó....."

También quería disculparme, con ella y con Ian. Había sido...impulsivo y poco cuidadoso.

- Siento el incidente con el dragón. No esperaba que aparecieses. Ni tú ni el dragón a decir verdad....

"solo esperaba que....no se. Que Ian me diese una paliza y ya...."

"o que acabase conmigo... no lo se"

Sacudí la cabeza, no, no era eso. Hacerle entrar en razon, sin mas.

-...¿Supusiste el qué? - Peguntó sin entenderle  -¿Lo ocurrido? ¿El qué exactamente? ¿Nuestras diferencias o la pelea?- Que fuese amable no quería decirte que fuese tonta. Y le gustaban las cosas claras. Aún así se veía incómodo y eso le dolía. Antes el clan había sido su familia ¿Qué tanto daño le habían hecho? Ella.. ¿Qué tanto daño le había hecho ella? Porque ella había sido una de las que había quedado atrapada en su forma licántropa y había olvidado su “humanidad” y dejado al lobo apoderarse.

Miró lo que traía entre las manos y entendiendo lo que era. Aunque estaba cubierto, el regalo no dejaba de ser un gesto de ella para su familia y aunque había llegado tarde…quizás, quizás había llegado en el momento adecuado. Alargó las manos, acercándose hacia él para quitarle la manta y observar el trabajo que había hecho -Gracias- Sonrió de lado, con orgullo y tristeza al mismo tiempo. Trazó los detalles con los dedos pensando en lo mucho que le iba a doler dividir el clan pero era una decisión ya tomada. No podían quedarse en Ouroboros para siempre, no cuando no podían liberar a su lobo interior. Vivían la mitad de su vida. Necesitaba darles un refugio como Llangoed donde pudieran correr libres de ataduras, donde pudieran ser ellos mismos.

-Los espíritus querían que lo hiciera. Estaba bailando cuando recibí la primera visión…Intenté ignorarlo pero no pude- Le dijo con tranquilidad observando la luna ahora, su luna -¿Cómo habéis acabado así? - Preguntó y alzó la mirada hacia él, intentando comprender. Iba a tomar el regalo pero más pronto que tarde se dio cuenta que era muy pesado y ella…No estaba en todas sus facultades para colocarlo. Dejó escapar un gruñido de frustración, estaba, quizás un poco peor de lo que esperaba -¿Me ayudarías a llevarlo a la cabaña? Allí seguro que Marisa o Adrien me ayudan a colgarlo-

- No, con lo ocurrido me refiero a que han conseguido derrotar a la máquina y que ahora es seguro volver abajo. Me dijistes que tenías pensado partir.

Le dejé retirar el lienzo de la pieza para que lo observara, y me agradeció con aquella sonrisa extraña que parecía mas de tristeza que de otra cosa. A lo mejor es que no queria irse? Lo examinó bien y me alegré de ello, pues le había dedicado bastante tiempo a los detalles. Incluso había grabado unas runas nórdicas, que me había molestado de buscar en la biblioteca ya que supuestamente decian algo de mi origen paterno, aunque no las conocia de nada y me habia tocado rebuscar.

"o sea que los espiritus se chivaron? Seran entrometidos...."

"espera"

- Ba...has dicho bailando? - la observé alzando una ceja. Si parecía super torpe, como iba a bailar? Lo mismo bailaba torpemente. Me hizo gracia imaginarla como una pulga saltarina por la pista de baile.

PEro su pregunta me apartó de pensamientos divertidos porque era sincera y directa como una lanza. Cómo? Por un error, un impulso, un deseo...por miedo....

- Fue mi culpa. Ian estaba solo entrenando. Fui y tras hablar, activé la piedra de Fenrir para que nos transformaramos... para demostrarle... lo peligroso de sus elecciones... - alcé mis hombros y bajé mi mirada, sabía que habia sido egoista. - No pensé en lo peligroso de las mías. Siento que te vieras arrastrada. - conclui en voz baja.

Vi que intentó cogerlo pero le fallaban las fuerzas o algo, la verdad es que estaba ojerosa. Sujeté bien el sol y la luna y asentí.
- Claro, te lo llevo a la cabaña. - cargué con la cosa un rato mas echando a andar hacia la cabaña, no sabia como abordar el tema del castillo pendragon....pero queria preguntarle.... - Tú....estas bien...? Por lo del castillo lo digo...

-Sí. Sé cuando no soy bienvenida en un lugar. Necesito buscar un sitio para que mi clan pueda ser libre- Le dijo a Jarkko pero sin mirarlo, estaba más ensimismada en el simbolismo del objeto que tenía delante. Notó las runas y las señaló, para luego mirarlo con curiosidad. Quizás tenían algún significado que ella no conocía -¿Qué son?-

-Sí… Estaba con el clan y unos conocidos de la Guardia, del escuadrón de Aidan y Lorcan ¿Benjamín? No sé si lo conoces, en fin…Estaba bailando con él y de pronto me entró un escalofrío y luego la visión. Me aparté un poco y tal…Pero cuando bebíamos cerveza me volvió a pasar y os vi peleando, así que decidí intervenir- Le explicó al moreno, recordando que debía hablar con Benjamín porque tenía algo pendiente con él y lo cierto es que le gustaría…Sacarse un par de cosas de encima, tenía mucha energía y la cercanía de la luna no ayudaba. Tampoco su cansancio.

-Soy el único alfa del clan. Era mi deber intervenir- Expresó con voz bastante neutral. Sin embargo, había cosas que no podía contenerse -No sé qué es lo que buscas Jarkko, ni como ayudarte…aunque me dirás que no necesitas ayuda. Fenomenal…Pero estás empujando el lobo y el lobo no se quedará mucho tiempo allí. Haz caso omiso de mis palabras, si quieres, pero deja de querer convencer a Ian de lo contrario. Es su decisión y como su amigo debes respetarla así como yo respeto que no quieres pertenecer a mi clan- Le informó, metiéndose las manos en los bolsillos mientras caminaba junto a él hacia la cabaña.

-No- Respondió, también con sinceridad -Los espíritus le dijeron una profecía al Pendragon pero está incompleta y estuve forzando el trance los últimos días…- Guardó silencio un momento -De seguido- Frunció el ceño al ver a Betsabeth en la terraza, observándola con curiosidad -Además que me preguntaba si habías pensado en las palabras que te habían dicho los espíritus. Gracias…por cierto, por dar la cara por mí- Le dijo, sonriendo de lado. Ingresó en la casa viendo a Adrien perderse en el piso superior, ignorándolos totalmente con gesto hosco y Marisa saliendo a la recepción mordiendo una manzana. Echó un vistazo a Jarkko  y luego a lo que llevaba en las manos. Sonrió de lado acercándose a ellos -¿Para la casa?- Preguntó a Savannah y luego miró al moreno asintiendo a forma de saludo -Lo pondré en la chimenea- Le dijo al Alfa cogiéndolo de las manos del licántropo para ir a colocarlo directamente allí donde chisporroteaba un fuego que calentaba la austera residencia. Lo justo y necesario para vivir y nada de ello era de primera mano, habían amoblado la casa con lo que habían podido comprar y algunas cosas que la misma Catherine e Ian les habían donado.

Betsabeth ingresó al salón y pasó al lado de Jarkko mirándolo de arriba abajo para luego ver a Savannah -Así que él es Jarkko- La peliblanca asintió y la chiquilla volvió a mirarlo a los ojos. Portaba también una runa de color blanco en la frente, a diferencia de Savannah que la llevaba en el labio -¿Te quedas a cenar?- Una risita se escapó de los labios de Savannah ante la ocurrencia de la niña, pero claro, ella quizás no conocía la relación de Jarkko con el clan -¿Qué?- Preguntó frunciendo el ceño pero Savy alzó los hombros con cuidado para ver a Jarkko de soslayo.

-Son unas runas nórdicas...de protección. Estuve leyendo un poco sobre ellas, porque aunque soy de alli no las conozco y me pareció buena idea incluir algunas? Ya que es para un hogar...todos los hogares necesitan proteccion. Esa que parece una pata de pollo es "Algiz" y significa protección. Y la otra que es como la pata del pollo del revés es "Tyr", es la runa del herrero.

"las otras se me han olvidado"

- Tengo que estudiar mas. - dije en voz baja cabreado con mi memoria a largo plazo, porque cuando las grabé me las sabía todas pero claro...solo las habia grabado una vez. - Benjamin....de la Guardia...? No será...el ex-auror....?

Porque sí, lo conocía. A todos los aurores, de hecho. Probablemente ellos a mi no, pero yo a ellos....sí. Mi semblante se oscureció ante el recuerdo de aquellos días. Pasar página, pasar página...todos lo estaban haciendo. Ian...que iba a pasar de desafiar lideres a convertirse en uno. Si, eso era pasar pagina tambien.

"Y qué hacia bailando con Benjamin? Estupido Benjamin, que tal si le parto las piernas? Asi ya no baila mas"

No le dije nada respecto a eso de que debia intervenir, de lo que habia aprendido de ella sabia que era muy responsable y se lo tomaba todo muy en serio. Continuó hablando, sacando a relucir ese tema. El caso es que estaba dispuesto a escucharla.
- Sí, he estado pensando en lo que me dijeron los espíritus pero no encuentro la respuesta por mas que busco.... hay muchas cosas....que organizar. Dejaré a Ian tranquilo. - reconocí al final. Le había causado más mal que bien... - solo quería enfrentarlo a la realidad....y acabó en casa del enemigo....

"soy un desastre...."

Me mordí la lengua porque cada vez que mencionaba al lobo podía sentir cómo, a base de sujetarlo luna tras luna, de negarlo, se revolvía de modo cada vez mas oscuro y rencoroso en mi interior. Era algo, no sabia que nombre ponerle, mas bestia que lobo ya. Quiza a eso se habian referido los espiritus. Preguntas de las que no quiero oir respuestas.

- La misma profecia de la que me hablaste? No era sobre Ouroboros, entonces? No se cumplio el dia del ataque? - creia que si....vaya. La observé bien. Se habia estado propasando entonces en sus habilidades. - Por eso Lorcan me ha dicho que no te de problemas.

Entramos a la cabaña y miré alrededor, humilde pero acogedora. Miré a Marisa, evidentemente incómodo, aunque parte de esa incomodidad desapareció cuando llego Bet. La reconoci aunque...estaba algo cambiada.

- Cómo has crecido tanto? - a esa cria no le podía guardar ningun tipo de recelo. Sonreí de lado porque no se acordaba de mi, era normal a esas edades. Me fije en su runa, asi que.... - futura chamana?

Luego soltó lo de la cena y automáticamente me puse tenso y miré a Savannah, que se rió. Pregunté micras de segundo despues que Betsabeth.
- Qué? Que pasa?