Templo de Sangre

-Wthyr…- Murmuró cuando le llamó cobarde -Hay gente que sabe elegir sus batallas- Y hasta donde sabía Oscurus era un sanador, no un guerrero. Aún así, alargó la mano para coger el antebrazo de Wthyr y mirarlo con intensidad -Gracias…- Sabía que lo había intentado, pero el Sanguis, a diferencia de Eretria y las sacerdotisas, sí sabía de la ascendencia de Aelin y no reconocía ni respetaba su sangre. No le servía de nada.

Los pensamientos que le llegaron de Oscurus le sentaron fatal. No lo de Wthyr, eso lo entendía pero los de Aelin… ¿Estaría tan en riesgo en Ávalon? ¿Y eso que iba a significar para su futuro? No podía…Dejarle la carga a Ian y desentenderse; nunca en la vida abandonaría a uno de sus hijos pero tampoco le pondría en peligro a propósito.

“Lo haré”

Fue la única respuesta que le envió a Oscurus antes de cerrar los ojos con cansancio, pero no tardó mucho en abrirlos ante la llegada de Cedric. Observó con gracia cómo le abrazaba y le daba golpecitos a Wthyr. Aún se sorprendía de su altura. Le sonrió de vuelta cuando miró a los niños -¿Quieres sostenerlo?- Preguntó pero entonces advirtió que buscaría al resto de los hermanos. Le parecía prudente así que cuando se fue aprovechó, ya que los niños se habían quedado satisfechos y dormían; para ponerlos en las cunas con ayuda de Wthyr.

Sin embargo, poco después de que se fuera Cedric; Oscurus y…Chloe…En cuanto vio a su cuñada se echó a llorar de nuevo, la familiaridad de su rostro, la presencia de un Hacksaw allí para achuchar a su niña…Era un sentimiento que no podía describir. Cerró los ojos al abrazarla con fuerza, estrechándola contra sí misma -Ahora…bien- Dijo entre sollozos -Pensé que…- Negó con la cabeza, no podía enfocarse en el pasado -Zephyr está bien pero Aelin…- Miró a Oscurus con el gesto grave mientras se limpiaba las lágrimas -Eretria nos ha recomendado que esté en incubadora pero no están listas las que mandó a construir aquí. Necesitamos alguna de Ouroboros- Dejó caer pero Chloe tenía otra idea.

Miró a Aelin en su cuna y su gesto dibujó la profunda pena que sentía, el miedo que le había atenazado, y fue consciente de que estaba llorando de nuevo. No quería separarse, tenía miedo de perderla. La voz de Wthyr preguntando por sus hermanas hizo que alzara la mirada hacia las camillas y el gesto de Catherine se volvió de miedo. Parecía que la pesadilla no había terminado.  Escuchó la explicación de Chloe, notando el cambio en el tono -Gracias Chloe- Dijo lo que Wthyr no llegó a decir y cuando éste le dedicó las palabras sobre Aelin, Catherine asintió con suavidad -Lo sé Wthyr, gracias- Le respondió cuando el Pendragon le advirtió que a él también le importaba lo que le ocurriera.

Volvió a ver las cunas pero luego alzó la vista hacia Oscurus, recordando lo que le había dicho y Catherine simplemente asintió con cuidado -¿Podré…verla?- Preguntó, aunque le daba esperanza eso de que la podría tener de nuevo entre sus brazos en unos días -Quiero visitarla…puedo abrir portales- Explicó un poco a la desesperada. Podría hacerlo…Podría cuidar a Zephyr y a Aelin, le exigiría mucho de sí misma pero lo haría.

Antes de seguir hablando llegaron otros guardias con la noticia de que su padre estaba allí, Catherine parpadeó y sintió que el piso se le movía de nuevo. Dio la orden de que los hicieran pasar y cuando observó los ojos del italiano le costó discernir si era su padre o no. Se sentía extraña la forma en la que el hombre le hablaba y le recorrió el rostro en silencio antes de que la tocara. Cuando lo hizo fue consciente de que el murmullo de su magia respondía a la de él y aquello la hizo sonreír, trayendo buenos recuerdos a su mente. En cierta medida, su aura de paz y elegante educación seguía con él y eso le aportaba tranquilidad. Podía no tener el mismo rostro, pero las sensaciones de protección y calma que despertaban en ella eran las mismas.

-Está bien- Respondió  a aquello de que había querido verificar si estaba bien. Luego buscó a Matvey con la mirada, encontrándolo luego y sonriéndole brevemente, agradeciendo; sabía que había sido él quien los había traído. Miró a la mujer de pelo blanco que le clavaba la mirada y la reconoció como una Soul Reaper, no tenía ni idea de que hacía Lyosha Svensson allí pero no iba a preguntar. Tras aquello recorrió la sala observando la gente a su alrededor y le tembló el labio inferior al darse cuenta de que Aelin y ella estaban rodeadas, de una u otra forma, de su familia; gente en la que confiaba y pondría su vida en sus manos. Se limpió de nuevo las lágrimas ahora con las manos limpias de sangre y tuvo que tomar una profunda inspiración para luego asentir a su padre, apartándose un poco el vestido en el pecho para mostrarle -Ya no hay marca, somos libres- Murmuró y vio a Zephyr con una ligera preocupación.

-Oscurus…- Murmuró volviendo la cabeza hacia él -Gracias, por todo. Lamento la forma de actuar de Wthyr, pero… Creyó que podía salvar a Aelin- Vio al resto de los guardias y movió la mano, despachándolos. Los tipos se le quedaron mirando para luego mirarse entre ellos como debatiéndose -Retiraos- Ordenó nuevamente con un tono más firme y cuando les dejaron cierta privacidad decidió seguir - No saben que Aelin es hija de Ian, Wthyr no ha querido informarlo para protegerla…- Volvió la vista hacia Chloe -No he podido contactar con él y ahora me duele mucho la cabeza…¿Puedes enviarle un mensaje para que vaya al hospital? Lamento mucho no haberle podido avisar pero…no teníamos tiempo y yo…- Sólo había querido mantenerse con vida, no había podido pensar en otra cosa. Estaba tan cansada. Soltó un largo suspiro y se recostó mejor en la camilla -¿Estáis todos bien?- Preguntó hacia Matvey, refiriéndose al Consejo.

Me encogí de hombros cuando Chloe se unió a la procesión, donde debía ser yo, sin quererlo ni beberlo, el santo de su devoción. Quizás le habían puesto precio a mi cabeza, qué erótico festivo. -Me apetecía venir de excursión. Por aquello de conocer las tripas del lobo- Ironicé con desdén cuando un pinchazo en el hombro me hizo moverme hacia delante. Al menos, de esa manera, se dejaron ver los grilletes con antimagia. No, los guardias no eran tontos, aunque al principio lo parecían. Yo no respondí a la amenaza de los guardias y me incomodaba que Chloe lo hiciera porque parecían estar demasiado nerviosos para pensar. Ya no con lógica, sino en general. Le susurré un gracias cuando me sanó, dado que yo no podía hacerlo pero esquivé su pregunta -Que estamos rodeados de mierda hasta las cejas- No quería contarle mucho más, no dentro de Avalon porque no estaba seguro de si podría comprometerla de alguna manera, y ya vería cómo lidiaría con Wthyr si se atrevía a tocarle un pelo de la pelirroja cabellera. -Ah, y que eres tía. Enhorabuena- De las camillas reconocí al del pelo blanco y a la morena, que se suponía se había ido…. En teoría -Ya os he dicho que si me soltáis podríamos tratar de sanar a estos dos- Añadí con voz cansina a los guardias, esperando que Chloe me contara, al menos qué es lo que teníamos entre manos. Pero nada, silencio absoluto. Su objetivo era llevarnos ante los reyes y ante los reyes fuimos.


De nuevo, la imagen de la joven madre con sus retoños, llorando en este caso al encontrarse con su cuñada me hico recordar la imagen del estanque del templo. Mentiría si dijera que aquello no me conmovió, por diversas razones, pero había una máscara que mantener. Me crucé de brazos clavando la mirada en los reyes con estoicismo mientras Chloe hablaba, asintiendo levemente a la pregunta de la pelirroja, con mucha parsimonia. Ya se lo había dicho al terco del Pendragon, que por mucho que le escociera en Ouroboros estaban mejor, y le dirigí un breve vistazo con altenería. Pero ni puto caso, al contrario, parecía que la piscina allí era la solución para todo. Desvié la mirada hacia la misma con cierto resquemor mientras Chloe seguía exponiendo lo que había hecho con Shyvanna y luego me enfoqué en Catherine imaginándome qué es lo que estaba pensando y no la envidié en absoluto, al contrario, porque sabía lo que se sentía cuando te arrancaban un hijo, aunque las circunstancias eran diametralmente opuestas, por lo que permanecí en respetuoso silencio hacia la Regente. No desdije a la muchacha, pero no podía quitarme de la cabeza que aquel desquiciado pudiera abalanzarse sobre cualquiera de nosotros para tratar de, qué sabía yo, un segundo round de sacrificio. Pero al final el comentario de los Descendientes me hizo ladear la mandíbula, ya en tensión de por sí por la situación. Inflé las narinas con odio contenido, siguiendo con la mirada cómo el hermano mayor se llevaba a las hermanas, a saber a dónde. Al menos los guardias obecdecieron y pudo recuperar la libertad de las muñecas, y con ello la magia -Deberíamos llevarlas a Ouroboros, buscar un tanque bacta- Traté de negociar con aquel cabezota, sin éxito alguno. Suspiré y rodeé los ojos para ponerlos en blanco, con cansancio, siguiendo con la mirada a Pendragon hasta desaparecer. Al menos había aprendido a no menear a los heridos -No seré yo quien lo impida- Añadí con rotunda sinceridad a aquella pregunta -Y por encima de mi habrá de pasar quien ponga algún impedimento- Prometí. Como el tonto de Leroy, antes le arrancaba las manos que dejarle ver a la niña. Cogí aire para proponerle una idea, que sabía que iba a rechazar, ella misma podría venir, pero…



Llegó la siguiente comitiva y me aparté del camino de la misma, con cierta frustación. Reconoció el revenant amigo de Matvey, que apareció en la isla después de la misión en Roma, y a su convocante andando tan pancho a pesar de que hacía nada estaba ensartado en el cuello, y una mujer de pelo blanco y cara de pocos amigos. Este tuvo el detalle de limpiarle a lo que agradeció con una leve mueca de no entender muy bien qué estaba ocurriendo, con todo aquel acercamiento a Cath, ¿acaso es que también se conocían? Buscó la mirada explicativa de Matvey, con el cuello sanado y, de nuevo, se preguntó de qué mierda estaba hecha aquel tipo. Ni las cucarachas tienen tanto aguante.



Dirigí de nuevo la mirada a Catherine cuando me llamó por mi nombre -Lo sé- Ni siquiera le importó rendirse al árbol. Y de aquello, lo que más me jodía es que el árbol no hubiera aceptado el sacrificio, era… como que no quería a la niña allí. -No comparto sus formas, pero entiendo sus motivaciones- Añadí con seriedad, esperando que ella entendiera las razones de la conversación anterior. “Y no estás sola” quiso decirle, por aquel canal mental que ella solía usar antes de que despachara a todos los guardias de allí. Pero no sabía cómo funcionaba aquello, y el mensaje quedaría perdido en el recuerdo para siempre. -Dejaremos el recado a Chloe-

Y luego habladurías. Zanjé -Deberías descansar. Ven a Ouroboros, por favor- Esperaba que entrara en razón y que no fuera tan terca como el Pendragon, pero seguramente no quisiera dejar al otro niño atrás e incluso entendía el miedo de llevar a un hijo de Pendragon a la isla, pero... No le pareció justo, joder. Ahora que la maldición ya se había roto, y desconfiando plenamente en Wthyr, no podía asegurar que no la hiciera daño: él, ávalon o el árbol.

Permaneci en silencio todo el camino desde la sala del trono hasta el templo, y al igual que Lyosha, estudiaba profundamente el lugar. No solo físicamente si no tambien a nivel magico. La energía espiritual de alli, era tremenda.

Al llegar no solo vi a Chloe si no tambien a un ensangrentado Oscurus, al cual interrogué con la mirada al captar su examen visual sobre mi. Luego mire a Stavron que fue hacia Cath, mientras que yo me mantuve en mi lugar, con mi ceño fruncido y mi cara de ir a invocar a una hueste de demonios de un momento a otro, como un chacal a punto de saltar.

- estas bien, Galeno? - pregunte, aunque era evidente que no, y lo hice en voz baja y muy ronca. Me sabia todo a sangre aun. Asentí a la pregunta de Cath, sacando mi petaca de vodka para beber y matar ese sabor. Si, todos estaban bien. Mire alrededor, no habia ni rastro de wthyr o los otros. Luego volvi a observar a Cath y por ultimo a esos bebés...

Y no pude apartar la mirada. Pero no era una mirada de ternura, alivio o felicidad... si no de aversión, rechazo, asco.Un murmullo....por encima de todos los demas...y esa sensación de desasosiego absoluta, de terror.... de tener que calllar. Por fin, largos segundos despues, aparté la mirada de aquel bebé. El agujero que sentía en el pecho poco tenia que ver con la magia negra que mantenia mi corazón en otra parte.

“Estas seguro?”

Estaba agotado, y si veia fantasmas donde no los había? Trate de mudar mi expresión a algo mas neutro, cemtrarme en algo tangible.
- El galeno tiene razón. - añadi en aquel tono de antes,y miré a los presentes de Ouroboros, y soul reaper incluida, a la que le di mi petaca - tenemos que irnos

Abrazó con más fuerza a Catherine porque notaba que lo necesitaba y estaba muy sensible después de todo, más si Aelin no estaba muy bien tal y como parecía. Asintió a lo de las incubadoras, o lo que fuese que necesitase. En Ouroboros podrían atenderla. Rodó los ojos al escuchar de fondo a Wthyr decir lo de Descendientes desgraciados, pero no dijo nada. Al menos se fue y las dejó tranquilas con sus cosas. - Sí, cuando vaya al hospital avisaré a Ian. Te estaba buscando...porque la maldición de Aedan se había activado. Savannah y Jarkko lo llevaron a la zona antimagia y está bien. - explicó, para que supiese que Ian estaba al tanto de que había sucedido algo. Le dio pena el modo en que suplicó por poder ver a Aelin, pero negó con la cabeza. Al menos había aceptado que se la llevase.

- Cuando pasen unos días. De momento debes descansar...en el hospital nos encargaremos de ella. Me comunicaré contigo mentalmente y te informaré. - miró un momento al otro bebé, que era demasiado pequeño pero parecía estar más sano. Supuso que ese podría quedarse en Ávalon. La llegada de Matvey, Lyosha y un desconocido le hizo separarse de Catherine para dejarles espacio, aunque no entendía la familiriadad del peliblanco. ¿De dónde había salido y por qué hacía como si la conociera? se encogió de hombros, dejando que hablasen un poco. Luego se encogió de hombros con lo que dijo Oscurus.

 - Es mejor que no se mueva por ahora. Debe descansar, pero cuanto menos ajetreo mejor. - y dicho eso se acercó a su sobrina, tomándola en sus brazos mientras la envolvía bien en la manta. Le daba mucha lástima toda la situación, el modo en que había acabado lo que podría haber sido el nacimiento del segundo bebé de Cath e Ian. Así era todo...raro.  - No te preocupes. Cuídate, Cath. - tras eso se dio media vuelta, marchándose de allí con Aelin y los guardias que la escoltaron fuera del templo, y después de Ávalon.

Observó la piel de porcelana de su hija, libre de la marca, y asintió -Bien hecho- Tendría que sentarse a hablar con ella para que le diera detalles, quizás escribir el mismo ensayo juntos. Se quedó escuchando lo demás sobre las disculpas que pidió en nombre de Wthyr y la curiosidad le mantuvo atento. ¿Qué le había hecho al sanador? Observó al Descendiente con suspicacia.

La orden a los guardias fue atendida poco después y Stavron sonrió de lado. Madera de reina pero quizás no el egoísmo necesario. Catherine nunca había sido egoísta, según recordaba. Asintió con suavidad cuando preguntó si todos estaban bien y miró a Matvey que era el que tenía la herida más peligrosa, captando entonces su mirada a los bebés. ¿Qué estaba pasando él por alto? Volvió la vista a sus nietos tratando de observar más allá de lo que sus ojos veían, revisó su pulso y sus corazones pero de momento a nivel físico estaban bien, aunque Aelin estaba más débil.

Le cuestionó con la mirada pero entonces Oscurus le pidió a Catherine que fuera a la isla. Stavron entrecerró los ojos observando a su hija cuyo rostro decía todo pero no decía nada. Chloe eligió ese momento para irse y Stavron la siguió con la mirada, sospechando que Catherine debía confiar mucho en ella para dejarla retirarse así. Aún así, recomendó que no se moviera -Puedo quedarme, luego te acompañaré a Ouroboros- Le sugirió a Catherine, dandole otra opción porque…No soportaba tener que volver con la Soul Reaper que Matvey tenía de perrito faldero. Desvió la vista hacia su amigo, charlando con él en silencio, estableciendo un acuerdo mutuo. Matvey sabía cuánta curiosidad tenía por Wthyr y que, de los que le rodeaban, era uno de los pocos que podía quedarse ahí sin ser DEMASIADO problema. Era el padre de la Reina, que viniera Wthyr e intentara sacarlo.

Entendió de dónde nacía el comentario de Oscurus y asintió -Dad la orden, no le quiero cerca- No dijo el nombre porque no era necesario. Agradecía sinceramente la iniciativa de Oscurus, era curioso…Que había echado tanto en falta a Lucio como amigo para encontrar en su primo un aliado mucho más alineado con sus propios objetivos y comportamientos.

Al oír que Aedan había sido llevado por Savannah y Jarkko a aquella zona, Catherine soltó un borrascoso suspiro -Tengo que agradecerles en persona- Musitó pensando en como los amigos de Ian siempre habían estado, en las buenas y en las malas. Ella… ella contaba a sus amigos "disponibles" con una mano. Giordano entre ellos. Matvey no era su amigo, era más bien su padre. Adael y Sean, bueno, ya no era lo mismo que antes. Esperaba que Mei y Ling siguieran viéndola a ella y no a su nuevo título.

Miró a los bebés cuando Chloe empezó a dirigirse hacia ellos y luego alzó la vista hacia Matvey, notando entonces esa mirada extraña a sus hijos -¿Matvey?- no obstante, no pudo indagar más porque Oscurus le sugirió que fuera a Ouroboros y… y notó algo más en su mirada que no supo interpretar. Trago en seco, despidiéndose de Aelin con el corazón en un puño y un nudo en la garganta. Que supiera que era la mejor opción para ella no implicaba que fuera fácil. No era nada fácil.

"Dale un abrazo de mi parte Chloe… y dile que lo siento. Intentaré comunicarme por el espejo"

Le dijo a la pelirroja antes de volver a los presentes, quedando cada vez menos personas. Sabía que esperaban su respuesta sobre la isla pero Catherine… Catherine no podía dejar a Zephyr. Otra vez se encontraba en medio. Con la vista fija en algún punto indefinido del templo, la morena intentaba organizar sus pensamientos. No podía dejar a Zephyr, Aelin estaba en peor condición pero Zephyr tenía solo siete meses y…

Y estaba tan cansada.

-Me quedaré hoy en Avalon, Oscurus- Mencionó con una sonrisa tensa. Ninguno de ellos iba a entender, tampoco, su posición respecto a Wthyr y Zephyr así que no se molestó en explicarla. ¿Como es que dejarían de verlo como un enemigo y verlo como un padre que, finalmente, veía la luz al final del túnel?

Alzó la vista hacia su padre y la sonrisa perdió un poco de tensión, asintió brevemente antes de volver la ver a Matvey -Gracias por venir. Cuidaos… y cuidad de Aelin, mientras no estoy, por favor- Murmuró de forma queda.

Las aguas curativas del lago en las cuevas encantadas fueron la mejor opción para que las heridas de su familia sanasen de manera más rápida, especialmente las de Shyvanna. El tiempo allí transcurría de manera diferente, de manera que unas horas allí suponían unos minutos fuera. Así sabía que Catherine y su hijo recién nacido no se quedaban a solas demasiado tiempo.

Regresó en cuanto ellas estuvieron estabilizadas y las sanadoras se quedaron vigilando su descanso. Para ese momento ya se había quitado toda esa sangre de encima y se había cambiado la ropa, asegurándose de poner a buen recaudo el maldito pergamino que le había robado a aquel despojo de Leroy. Por el momento no tenía la menor intención de mirarlo, no quería que nada empañase el día en que por fin habían logrado lo que tanto anhelaba, lo que había estado a punto de escapárseles entre los dedos.

Estaba deseando volver al templo y poder por fin irse a los aposentos con ellos, pero al llegar se llevó una desagradable sorpresa. Había visita...no sólo Oscurus seguía allí, sino que se habían unido Matvey, la Soul del metal (que no sabía qué pintaba allí) y alguien más. Adriano...no. Stvaron. Su padre. Era lógico que quisiera saber cómo estaba su hija, pero lo que no le hacía gracia ninguna era que el nigromante entrase y saliese de Ávalon a su antojo. Dirigió la mirada al nigromante con gesto de desagrado, avanzando hacia ellos para situarse después al lado de Catherine. - ¿Esta visita a mis dominios significa que podemos hacer lo mismo con vuestra isla cuando queramos? ¿ir de visita sin permiso y cuando nos plazca? Pues añádelo al tratado fallido. - cruzó los brazos sobre el pecho, alzando levemente la barbilla. Ni siquiera habían podido quedar en nada al final...sólo un vago "acuerdo" sobre Gwen visitando los templos.

Asentí a la orden, no hacía falta que lo dijera explícitamente, ya lo habría hecho aunque ella no lo hubiera pedido, tal y como se lo había prometido. Con todo, respondí de aquella manera, reafirmando el acuerdo. La pregunta que me sobrevino luego era, ¿cuántos enemigos podría tener esa niña en la isla? Y ¿cuánta ayuda aceptará el padre por parte de Ouroboros? El hermano de Chloe no parecía muy afín con la gente de la isla.

Entrecerré los ojos como respuesta no verbal a la mirada inquisitiva de Matvey, todavía sin obtener la respuesta de qué era lo que se echaba en el Colacao por la mañana, pero quería lo mismo. Desvié la mirada hacia arriba para acabar con los ojos en blanco y encogiéndome de hombros, como respuesta a la pregunta -De puta madre- Ironicé, al menos la herida del abdomen ya no era un dolor de huevos, y la magia volvía a fluir después de que Wthyr tratara de robármela junto a mi vida. En verdad, lo único que quería hacer, era puto largarme de allí. -Supongo que… es cosa de…- Mascullé señalándome la garganta para luego dirigir la mirada a Chloe mientras se encargaba de su cuñada y le explicaba qué había pasado con el hijo primogénito de la descendiente y algunas de las consideraciones que sobre volver a Ouroboros. Ahora ya podría desaparecerse, quizás no deba esperar tanto como “unos días”. AL final Chloe terminó yéndose de allí y nos dejó esperando la respuesta de la morena ante una de las peores decisiones que tuviera que enfrentarse nunca. El pequeño Pendragon podría venir, nadie había dicho lo contrario, salvo su padre, quizás. Menos mal que se había ido, era un auténtico dolor de huevos.

El del pelo blanco ofreció quedarse, ladeé la mirada a Matvey por si era de confiar. Porque, en tal caso, aceptaría que se quedara Catherine. No entendía qué había en el Pendragon, era una sensación que … simplemente no. Al menos, así, no estaría sola ante el trago. Pero no dejaba de mirar a los bebés de aquella forma tan… tan de él y no pude evitar mirar a la pareja que quedaba todavía. Y llegó la respuesta, que no me gustó, pero no quedó otra que aceptar -Como veas. Pero ante cualquier atisbo de…- Y otra vez el Pendragon. Exhalé aire con fuerza por la nariz porque su presencia era sumamente agotadora. -Cuidaremos de la niña- Respondí ignorando deliberadamente a Wthyr, acariciándome la sien, como un leve mensaje de que para cualquier cosa tenía la libertad de usar ese canal. -Larguémonos- “Antes de que el pinzao se le ocurra cualquier otra gilipollez de las suyas, o nos pegue la rabia” pensé, pero no comenté. Indiqué con la cabeza a Matvey en la dirección por la que había entrado con los guardias, aunque esperaba que creara su propio portal. Antes de irnos, conjuré mi ropa sucia, que había tenido que quitármela para que sus guardias no me siguieran, con poco éxito

Había avanzado con todos en silencio. Se estaba comportando pese a que el arakh seguía en su mano goteando sangre negra en el piso de los Pendragon. No tenía nada que añadir q la conversación, ni siquiera saludó a la morena más que con un asentimiento de la cabeza pues su atención se desvió a los bebés.

Todo le generaba una… extraña sensación que en algún momento había identificado como añoranza pero que había enterrado a profundidad. Sin embargo, el desasosiego de la muchacha al separarse de su hija, causó ciertos estragos a su determinación. Pero entonces Matvey le tendió el vodka advirtiendo que debían irse. Por ella, bien. Y si Stavron ni venía, mejor, tenía asuntos que hablar con el nigromante.

Bajo un largo trago de vodka sintiendo que el licor renovaba su energía. Fue entonces cuando llegó Wthyr y Lyosha le siguió con la mirada, le recorrió de arriba a abajo con suspicacia y tuvo que sonreír cuando abrió la boca -¿Con este te quedas? ¿Por voluntad propia? - Levantó el mentón de forma orgullosa. Ella en particular había estado en pocos nacimientos, muy escasos pero… -Enhorabuena por tus hijos, Catherine- Y recordó que estaba en proceso de presentar una cara mucho más política y menos caótica así que se obligó a decir algo más apropiado de Lyosha Svensson en suelo ruso -De parte de los Soul Reapers- Inclinó con suavidad la cabeza y luego desvió la vista hacia Wthyr.

-¿Por qué no coges a tu hijo y a tu mujer y te vas a hacer vida en vez de política?- Decidió ser un poco más brusca, pero esta vez, con la morena -Nunca he tenido hijos pero sí sé el valor de una familia. De la que es consanguínea y de la que eliges. Nuestra vida está determinada por las oportunidades que tomamos, incluso esas que dejas pasar- Su rostro carecia de sonrisa, simplemente estaba diciendo algo en lo que creía -Elige bien- Bastante que había visto a Matvey abstenerse de romperle el cuello a ese hombre que estaba al lado de aquella muchacha que tanto le interesaba y que, Stavron le había dicho, era su ahijada. Lyosha no tenía ahijados tampocos. Solo tuvo una sobrina… y ahora sus sobrinos segundos pero los había conocido de grandes. Poco le quedaba por influir en sus vidas -Porque una vez que pierdes tu voz, es muy difícil volver a encontrarla - Y parecía que este tipo tenía la manía de poner su voz por encima de la de todo el mundo y Lyosha no iba a ser mangoneada por él.  Miró a Matvey, moviendo la cabeza, como indicándole que abriera el portal.

Seguí un momento a Chloe con la mirada cuando se llevó a Aelin, pero me obligué a apartarla antes de que nadie notara nada fuera de lo comun. Metí la mano ensangrentada, llena de cortes hechos por Lyosha, dentro del bolsillo donde guardaba le anillo y lo apreté con fuerza entre mis dedos... y respiré breve y entrecortadamente un momento, consciente del alma que habia ahi, de lo que deseaba de cómo tiraba en aquella otra dirección.


Mi nombre en boca de Cath me sacó de mi...breve trance. La miré. Qué me había preguntado? Asentí, simplemente, esperando haber acertado en la respuesta a lo que fuera.

Ella declinó, y Stavron pidió quedarse.

- Confío plenamente en él. - le dije a Oscurus en voz baja, refiriendome a Stavron, aun demasiado ronca como para abusar. Necesitaria mas vodka para curar. Y reposo. Miré a Catherine, expresándole con los ojos que no estaba de acuerdo en que se quedara alli. Maldita sea, no era su hogar. El envenenamiento, esto ahora...todo...todo eso le habia pasado por culpa de los Pendragon, por estar del lado de Wthy. Que por cierto, hacia acto de aparición. Lo miré con un profundo desprecio en los ojos. Sinceramente, con la maldicion rota, NADA me impedía matarlo ahora.

"Mejor será que aprendas a rezar las oraciones adecuadas para mantener los demonios alejados de tu cama"

Ah, si....la política....

Ignoré muchisimo las palabras de Wthyr pero si me llamó la atención que Lyosha decidiera hablar. La observé, pues aquellas palabras estaban...eran cabales. Sabias.

"Los contratos se rompen...."

Era un contrato lo que la iba a hacer quedarse alli, del lado de Wthyr? En serio? Era eso o seria su decisión...? Él ya tenía su ansiada descendencia. Pero no le bastaba, lo queria todo...reina e imperio incluidos. No era capaz de sentir alegría por ella en esos instantes.

No añadí nada más. Probé a usar la piedra de los tres mundos para abrir un portal más...convencional, afortunadamente, desde adentro pareció funcionar sin problemas. Asi no tendriamos que traumatizar a Oscurus haciendolo viajar por el infierno. Me despedí de Stavron con una breve mirada, y luego de Cath. Tenía que vigilar a Aelin. Tras eso, los tres cruzamos el portal, saliendo de Avalon.

Matvey no respondió a Catherine y Stavron no había podido recuperar aún su telepatía así que no sabía en qué estaba pensando su amigo. Pero algo estaba fuera de lugar, eso estaba seguro. Incluso antes de que llegara Wthyr, a quien observó en silencio. Lo recordaba de Roma, pero aún así no había podido armarse una opinión sobre él.

La advertencia de Oscurus… Ese “cualquier atisbo”...¿Qué había hecho Wthyr y por qué Catherine se había disculpado? Escuchó las preguntas del Rey Pendragon y Stavron se quedó estoicamente en silencio para luego sorprenderse de las narices de Lyosha. Lo cierto es que no se había esperado que la mujer hablara con sensatez pero…La revenant tenía muchas capas y un denso mecanismo de defensa. Le gustaría conocer su historia, un día que tuviera paciencia.

Se despidió de los demás con un movimiento de cabeza y luego volvió su mirada hacia Catherine -Están en lo correcto, debes descansar- Volvió la mirada hacia una mujer que se acercó hacia Zephyr y estudió sus movimientos y la reacción de Catherine, parecía confiar en ella así que se alejó un paso para permitirle maniobrar -Nos lo llevaremos ahora, Su Majestad, para hacer el resto de revisiones y lo subiremos con vosotros… ¿Dónde… Dónde está la princesa?- Stavron miró a la mujer y luego a Catherine, finalmente a Wthyr, y volvió la vista hacia la mujer -Se la han llevado a Ouroboros para prestarle los cuidados necesarios- Aprovechó de explicar y cuando la mujer le quedó mirando con un gesto reticente, Catherine le dio la razón y finalmente se retiró.

Se giró entonces hacia los presentes y se fijó en Wthyr -No me he presentado aún, Stavron Le Fay, Su Majestad- Dijo ladeando la cabeza, como todo signo de reverencia y respeto de protocolo. No iba a inclinarse hacia él porque, técnicamente, no era su súbdito. Volvió la vista hacia Catherine -¿Dónde están tus aposentos?- Si los Pendragon eran tan retrógrados como le habían anunciado entonces el Rey seguramente siguiera haciendo política mientras su mujer se recuperaba, era una de las razones por las que Stavron se había quedado. Así como Matvey, tenía las sospechas de que Wthyr podía... Tomar otro tipo de decisiones respecto a Catherine una vez la maldición estuviese rota.

La frase de Oscurus, oscureció (jah! XD) el gesto de Catherine durante un largo rato. Pese a todo lo que insinuaban, en el fondo quería creer que Wthyr no le haría daño ni la tomaría contra ella convirtiéndola de nuevo en sólo una Descendiente. Pero la duda estaba ahí y aquello la hacía sentir fuera de lugar e incómoda.

Alzó la mirada hacia el Pendragon -¿Cómo…- Iba a preguntar por sus hermanas pero entonces abrió la boca. Catherine cerró los ojos, agotada. Se llevó una mano a la sien, masajeándosela a ver si con eso la pesadez de la cabeza y ese sentimiento de que estaba cayéndose constantemente acabara -...Nuestros dominios… - Suspiró -Tratado interrumpido- Murmuró, moviendo la mano hacia Wthyr para tocar su antebrazo y apretarlo, pidiendole silenciosamente que se callara la boca.

Al menos Matvey, Oscurus y su padre se callaron pero de pronto la peliblanca que había estado mortalmente callada abrió la boca. Catherine le dirigió la mirada ante su pregunta, arqueando una ceja -Creo que he sido clara- Indicó con un tono neutral pero firme para luego escuchar el resto de sus palabras, sintiendo un tirón en el estómago al pensar que quizás aquello era cierto y su lugar no estaba allí. Bajó la vista con tristeza, en silencio.

-Lo sé- Le respondió a su padre, echándose hacia atrás en la camilla para descansar un poco viendo cómo Eretria se acercaba a Zephyr. Asintió a lo que le dijo su padre para que se quedara tranquila. Estaba tan agotada que ni cuenta se dio de presentarlos, abrió los ojos de nuevo, siendo consciente de que no se había dado cuenta de cuándo los había cerrado -No puedo ir por Ávalon así… Wthyr…- Volvió a apretar su antebrazo -Mi padre se queda por hoy…¿Puedes pedir que preparen un baño? Necesito…necesito bañarme- Preguntó

El momento seguía siendo tenso a pesar de las escasas palabras por parte de Oscurus, o las nulas palabras de Matvey. No le agradó en absoluto el modo en que dijo Oscurus que cuidarían de la niña, que finalmente se habían llevado a Ouroboros. Como si se pensasen que él la iba a despreciar o algo así. Fue consciente de lo individualista que había sonado con lo de sus dominios cuando Catherine añadió aquel "nuestros", frunciendo el ceño levemente ante su toque en el antebrazo para que no siguiese hablando del tratado. En cierto modo no era lo que más le importaba en ese momento, no después de lo que habían conseguido ese día con el nacimiento de Zephyr.

Dirigió su atención por primera vez a Lyosha desde que habían entrado, elevando levemente una ceja al escucharla opinar sobre si Catherine se quedaba con él por voluntad propia. - Sinceramente...no pintas nada aquí y tu opinión no nos importa lo más mínimo. - era cierto, esa mujer que siempre iba pegada a un nigromante no tenía nada que decirle a él, y mucho menos darle consejos o soltarles frases de manual de autoayuda.  - Ocúpate de tu propia vida. - terminó por responderle con frialdad cuando la otra terminó de dirigirse a ellos. Sintió cierta satisfacción interna cuando su esposa zanjó el asunto de acompañarlos, porque daba la impresión de que querían hacer que fuese a Ouroboros. Aún así se dio cuenta de que la habían hecho quedarse cabizbaja y pensativa, cosa que le molestó.

Apartó la mirada del grupo cuando escuchó a Eretria preguntar por la "princesa", dándose cuenta de que tendrían que tomar una decisión común sobre la identidad de Aelin en Ávalon. O decir la verdad...o hacerla pasar por hija. Todavía tenía que decidirlo con Catherine. Dejó que ella le explicase que se la habían llevado, evaluando después con la mirada al supuesto Stavron. Era extraño. porque para él era el guardiani que le había dicho que tenía un pésimo acento italiano.

- Su hija me contó lo necesario sobre su nueva...condición. Habrá tiempo para hablar de eso y de otros asuntos. - respondió de manera bastante formal, asimilando que ese era algo así como su suegro. No hizo falta que Catherine le dijese que iba a quedarse esa noche. - Claro. - Ya lo supuso, y no puso objeción. Otra cosa es que el nigromante lo usase para espiar, en cuyo caso estaría muy atento. Al menos se largaron rápido, sin soltar más estupideces.

Por el momento sólo quería llevarse a Catherine a descansar, así que ordenó a su sirvienta que le preparase un baño en los aposentos. - Pediré también que te traigan más pociones para recuperar fuerzas. - No sabía cómo sería su primera noche como padres, pero no le iba a quitar ojo de encima al crío. Al tomarlo de nuevo entre sus brazos se dio cuenta de que estaba un tanto oxidado porque no se acordaba bien de cómo se cogía a un recién nacido...al único que pudo coger lo había tenido muy poco tiempo, y tomar conciencia de aquello seguía siendo doloroso. Intentó reacomodarlo lo mejor que pudo antes de mover la camilla en la que estaba Catherine, haciendo un gesto a Stavron para que les siguiese. Luego usó la piedra de los portales que le había dado Catherine cuando la atacaron, saliendo de allí con ella a través del portal  junto con Zephyr y Stavron.

Cualquiera diría que habría algo de estabilidad en algún puto momento. Bueno, no. La alianza con los vikingos no había funcionado, el tratado de paz estaba en veremos, la Reina ya no era Reina, los mellizos no eran "mellizos" y Freyja estaba un poco hasta las narices PERO lo cierto es que aquello aunque impactaba su vida no podía controlarlo así que solo esperaba.

Sin embargo, había otro asunto que sí: Su matrimonio con Darren. A diferencia de Aric ella no iba a esperar una década para luego ser devorada por el Sanguis Ligno, le gustará q Shyvanna o no. Darren estaba junto a su hermana en su recuperación y eso ella lo entendía, lo entendía bien. Tenían una relación muy íntima y lo respetaba pero también exigía respeto a su propia alianza.

Por eso, había acudido al Templo de Sangre donde generalmente podía encontrarse a la menor de los Pendragon. Al entrar, dejó las armas fuera como símbolo de paz e ingresó diciendo que estaba en búsqueda de Lady Gwen. ¿O Duquesa? Aún no estaba segura de los cargos.

Estaba en una de las estancias laterales del templo organizando viales de sangre cuando una de las sacerdotisas me hizo saber que Freyja había llegado al templo en mi busca.

Me pareció extraño ya que tenía entendido que la vikinga no profesaba nuestra fe aunque algunos de los de su clan si lo hacían. Tal vez estaba equivocada. ¿Para qué más querría Freyja algo de mi?

En cualquier caso marché en su busca y cuando llegué frente a ella saludé con una inclinación.-Mi señora Lothbrock.-El templo olía a inciensos y varias de las sacerdotisas estaban adornándolo con flores y ofrendas.-¿A qué debo su visita?-Pregunté directa pero con amabilidad. Había mucho que organizar, el ritual de potenciación de magia preferido de mi hermana, el bautismo de sangre del heredero...y la boda de mi hermano con la misma vikinga cuando alguien dispusiese una fecha.

Observó a la pequeña de los Pendragon con interés, revisando su estado, después de todo tras lo de Tintagel no la había visto porque habían sucedido demasiadas cosas y ella tendría que organizar otras tantas.

-Perdonad que os interrumpa, sé que estáis ocupada - Dijo con un tono que dejaba entrever cierto respeto. A diferencia de Shyvanna o Lake, Gwen siempre se había mostrado respetuosa y educada y Freyja no tenía problemas en devolverle el gesto siempre que no rozara demasiado en los protocolos.

-Entiendo que es vuestra responsabilidad oir los deseos del árbol sagrado. Shyvanna se mostró reticente al compromiso con su hermano, pero sé que los dictámenes los dice el Sanguis Ligno- Esperaba que supiera por donde venía -¿Habéis consultado nuestra alianza con el árbol sagrado, Lady Gwen- Preguntó llevándose las manos a la cadera, si estaban haciendo rituales bien podrían meter su boda allí. Y no quería que su clan empezará a presionarla para modificar la alianza y capturar al Rey…

PASANDOOO…

Sonreí escuetamente ante su disculpa y negué.-Todo Avalon es bienvenido al templo de sangre más aún lo es la Descendiente de Lothbrock.-Respondí con sinceridad alzando ambas cejas un segundo para instalarla a proceder.

Mi mirada se desvió a otro lado soltando un pequeño suspiro al escuchar sobre el rechazo de mi hermana a esa unión. Siempre sobreprotectora, más todavía con su mellizo. Shyvanna tendría que aprender a aceptar la palabra del Sanguis Ligno, quisiese o no. No habían pasado inadvertidas las señales de su rechazo a la fe. Sin embargo la pregunta de la morena hizo que mi mirada retornase a ella.

Asentí. ¿Acaso no se lo habían comunicado?-El Sanguis Ligno bendice vuestra unión.-Desvié la mirada a sus manos, ese gesto de impaciencia era obvio, y volví a posarla en sus ojos.-Se lo comuniqué a mi hermano y al rey días atrás. Supongo que los acontecimientos recientes han tenido que ver con que no fueseis informada.-Miré hacia atrás por un segundo, al altar en el que los tallos y raíces del Sanguis se retorcían ante los pequeños sacrificios de las sacerdotisas.

Sonreí de medio lado y volví a mirar a la vikinga.-En cuanto nos digáis una fecha comenzaremos los preparativos. Y los rituales Lothbrock por supuesto serán bien recibidos.

Un movimiento de cabeza fue su gesto para agradecer las palabras de Gwen, hasta allí los protocolos porque sino le iba a dar algo.  Al observarla suspirar al oír lo de Shyvanna supo que estaba más que acostumbrada a lidiar con ese tipo de episodios. Todos en Ávalon sabían que la rubia era particularmente sobreprotectora con su mellizo, aunque mostraba las garras de igual forma con casi todos sus hermanos.

-Entiendo- Dijo finalmente cuando la noticia le fue dada. Había que poner fecha, así se calmarían un poco las aguas en su clan. Sí, era cierto que Darren no había dado mucho la cara, y no lo haría mientras el estado de Shyvanna fuera grave y no despertara. Hacía su paz con eso…Y el Rey, bueno, el Rey acababa de tener a su heredero y había mandado a pastar a la Reina, para sorpresa de Freyja porque ella sí había presenciado ese beso en la frente en el Sanguis Ligno antes de ir a Roma, apenas unas semanas antes.

¿Qué había cambiado?

A saber. Sólo conoce lo que hay en la sopa el cucharón que lo menea. Bajó las manos de la cadera -Este mes está bastante completo con  el bautizo del príncipe y Belthane. Creo que lo ideal sería hacerlo en agosto pero supongo que tendré que hablarlo con Darren- Al oír que aceptarían sus rituales, Freyja sonrió brevemente -Os agradezco, pero mover la escultura de Freyja y de Frigg es complicado. Prefiero que los nórdicos los hagamos nosotros con vuestra presencia- Le parecía un mejor arreglo -¿Necesitáis ayuda con alguno de los rituales? - Dijo moviendo la barbilla para señalar el templo. Los Lothbrock eran más de armas y peleas, pero había una parte del clan que entendía la religión Pendragon y que dedicaba su atención a esos menesteres sin abandonar del todo los de su propia cultura. Después de ayudar con los preparativos, las dos se retiraron a seguir con sus asuntos.

Los rituales se les empezaban a acumular durante ese mes. Por un lado tenían el bautismo de sangre de Zephyr, y por otro el ritual de recarga mágica de  Belthane. Esos dos serían buenos momentos, al contrario del ritual que aún debían hacer por  Asiaín. Finalmente pudieron llevarlo a cabo el día anterior al bautismo, reuniendo en el templo a la familia Pendragon, las sacerdotisas y los vasallos. Los cánticos y letanías por el alma de Asiaín resonaban con ecos en las paredes del lugar, en cuya atmósfera flotaba el aroma de los inciensos quemándose.

Con aquellos cánticos querían asegurar que su alma hubiese llegado por fin al Sanguis Ligno de los ancestros, a cuyo lugar irían todas las almas de los Pendragon al morir. Las raíces del árbol que se extendían por el suelo temblaron levemente como confirmando  a las sacerdotisas que sí, que el pobre muchacho formaba ahora parte del árbol. No habían encontrado su cuerpo, así que no habían podido  hacer el ritual de despedida de otro modo. Tampoco había ni rastro del pequeño que mencionaba, probablemente hubiese muerto. Una lástima. Subió a la zona del altar al Sanguis para decir unas palabras por él, comenzando con tono serio y grave.

- Hoy queremos honrar la memoria de uno de los nuestros, y dirigirlo hacia la casa de los ancestros. Asiaín Pendragon fue leal y fiel a su familia hasta el final. Era inteligente y un buen estratega, no dudó ni por un momento en prometerse para así lograr una alianza con otra familia, aunque al final resultasen ser unos traidores. Él sentía que no era lo suficientemente fuerte, pero su fortaleza era distinta. En su diferencia radicaba su virtud. Espero que haya donde esté sepa que su vida no fue en vano, que su familia lo valoraba. Que vele por nosotros a partir de ahora. - terminó de manera solemne, dejando que las sacerdotisas prosiguiesen con los cánticos rituales, o que alguno de los hermanos participase diciendo algo si quería.

De ese modo concluyó el día, dejando después el templo preparado para el gran evento que tendría lugar al día siguiente.

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RITUAL DE BAUTISMO DE SANGRE DE ZEPHYR PENDRAGON






Todos los preparativos estaban listos para el bautizo y presentación en sociedad de su primogénito, su heredero, y posiblemente el que sería su único hijo. Habían envuelto al niño en una manta ceremonial negra y roja con el escudo de los Pendragon, además de runas grabadas. Se había usado desde muchas generaciones atrás, y así seguiría siendo mientras hubiese heredero. Los vasallos y sus familias ya estaban en el templo, al igual que capitanes de la guardia Pendragon y personalidades relevantes en la isla. Además, acudirían las habitantes de las cuevas encantadas, el linaje Innnombrable.

El bullicio en el templo con la gente llegando comenzaba a escucharse desde la sala que se encontraba tras el altar principal, donde esperaba por el momento Wthyr con el niño en brazos. En ese momento dormía, ajeno a todo lo que iba a desarrollarse a su alrededor. Sus hermanas y hermanos debían estar llegando también, tomando su lugar en la ceremonia.

Como esperaba que Freyja acompañara a Darren, Shyvanna ingresó sola al Templo de Sangre. Al ser un ritual religioso, no podía meter mucho las narices así que las sacerdotisas ocupaban casi toda el protocolo. Pero eso no implicaba que no pudiera robarse el show, después de todo, con la ausencia de Catherine como Reina volvía a ser la primera dama Pendragon para todo Ávalon.

Una vez más, la codiciada mujer.

Había elegido un vestido ligero ligerito para combatir el calor del verano aunque en Ávalon la temperatura no sufriera bruscos cambios. El escote, por supuesto, ahora podía mostrarlo a vox populi porque ya no tenía la horrorosa marca sino piel “pristina” más allá de sus cicatrices de guerrera.

Avanzó por el pasillo central con el mentón en alto saludando a todos los que la reverenciaban como lo merecía. Ella en particular no llevaba nada en las manos porque su regalo era, sin lugar a dudas, el mejor del mundo: El huevo de dragón del heredero. Se haría la ceremonia de entrega pero luego se le devolvería el huevo a la madre para que lo terminara de incubar aunque Zephyr lo recibiría de visita en numerosas ocasiones para reforzar el yawe. Kaiona era la dragona que se había presentado voluntaria para el honor, teniendo una camada hace poco de tres huevos. Tras hablarlo largo y tendido con Darren habían decidido que era una buena opción.

Llegó hasta su asiento y miró alrededor tratando de ubicar a sus hermanos y el asiento de la madre de Zephyr, mientras más lejos del niño mejor. Nadie quería su débil influencia.

OFF: Vestiditooo