Plaza central

Permanecí sentado y con el rostro serio mientras escuchaba a unos y a otros, aunque en el fondo estaba maldiciendo internamente a todos esos niñatos maleducados con ínfulas de señor feudal. Tenían suerte de que esa mañana la ciruela me hubiese venido bien para salir afuera, de lo contrario ya los habría enviado a pastar desde que entraron. Aguanté las réplicas de unos y otros, mirando a Lucio con cara de disgusto cuando le pudo el buenismo de decir que se quedasen a modo de prueba, como si Ouroboros fuese una suscripción. Seguí tocándome la barba por puro estrés, esperando mi oportunidad de poder replicar. Curie se me adelantó, y mi reacción a sus comentarios fue la de abrir mucho los ojos, extendiendo los brazos a ambos lados del cuerpo como si perdiese la fe en el sentido común del Consejo.  El libro...apeló al maldito libro. Me levanté por fin de la mesa, como si fuese a dar una ponencia.

- El libro lo hicimos nosotros, no vosotros, y si queremos cambiar o modificar algo lo hacemos según nos convenga. Somos mayoría, llevamos años cuidando la isla. No me interesa hablar de discusiones pasadas, ni Zaphira ni Zaphiro. Ya está bien. Lucio ha mostrado la bondad de la que vosotros carecéis, ofreciendo que os quedéis para daros un voto de confianza. Yo no seré tan benévolo. Tengo unos cuantos años más que vosotros y ya he visto ese tipo de actitud soberbia antes. No confío en vosotros, y no me quedaré tranquilo si estáis en la isla. Ni siquiera os habéis ofrecido a colaborar en la guerra contra las máquinas, como si no fuese con vosotros. Tampoco puedo pasar por alto que estáis burlándoos de nosotros para pedirnos un puesto en el Consejo tras entrar de manera hostil. Qué descortés. - fruncí el ceño mirando a los hermanos, cerrando el puño para golpear en la mesa de manera firme.  - Mi voto es que abandonéis este lugar. No os perseguiremos, y sólo nos replantearemos nuestra opinión si colaboráis en esta guerra. No tengo nada más que decir, que hablen los demás. - dicho esto me senté, cruzándome de brazos con ganas de que todo acabase.

“¿Alguien más sabe de una regla de mierda que nos vaya a explotar en la cara?” Conectó las mentes de todos los Descendientes después de escuchar todo lo que había dicho Wthyr. Tenían que parecer un frente unido sin duda alguna porque era evidente que las fallas las estaban notando a leguas. Aunque siempre era difícil unir en una misma idea a los 20. Catherine lo sabía. SAM era la única real amenaza que los había puesto en marcha con un mismo objetivo. Ignoró todo el teatrillo de los demás porque bueno había pasado la noche despierta y eso la ponía de mal humor. También el hecho de ir por aquí y por allá tirando cosas.

Lucio habló, Giordano habló, Curie habló, Jack habló y ella se veía venir a todo los Descendientes hablando y diciendo sus opiniones cuando aquello debía hacerse en un Cónclave -Snagov es joven. Yo también lo fui. Nuestras reglas, como bien sabrás Emerald, nos dicen que al cumplir 15 años ya puedes reclamar tu puesto. Si no me equivoco, está cerca de ello. Es su derecho. Snagov falleció protegiendo esta isla. Me parece imprudente quitarle su derecho- Expresó y después observó a Zaphira llegar como perro por su casa lo que le sacó de quicio -No- Respondió a su pregunta de si la tomaban por consejera pero seguía hablando -Si quieres permanecer aquí, lo harás en tu puesto militar. En silencio- Señaló hacia donde estaban los guardias de Ouroboros y después la miró con el ceño fruncido. Su desenvolvimiento ya le había tocado las narices así que miró a Sean.

“Ya se lo había dicho en la última reunión. Se cree por encima del Consejo porque asume que solo responde a ti. El Linaje Eire, como todos, sirve al Consejo. Por favor, haz algo” Aquel mensaje fue único para Sean pero no lo miró. Catherine corrió su silla y se levantó para caminar seguida de sus lobos. Tenía una dirección exacta porque temía la reacción de algunos miembros del consejo después de sus primeras palabras. Llegó hasta Altair y se tomó el atrevimiento de poner las manos sobre sus hombros y apretarlas con “cariño”. Sonrió hacia los Pendragon. “Si derramamos sangre tendremos una maldición y, te recuerdo, que el linaje Le Fay es muy retorcido”

-Queréis volver al Consejo. Entendido. Si no os hacéis cargo de vuestro antepasado aquí nosotros tampoco nos hacemos cargo de lo que hicieron los nuestros- Esta vez sí desvío la mirada hacia la mujer morena pero la mantuvo sólo un ápice -Debo informaros que cualquier cambio dentro del Consejo, sobretodo una nueva inclusión, se deberá realizar en un Cónclave al que convoco dentro de 45 días exactos a partir de hoy- Volvió su vista hacia Jack sonriendo de lado con tranquilidad y volvió de nuevo hacia Wthyr -En ese tiempo valoraremos no sólo vuestra sabiduría en las ramas que actualmente manejáis sino también vuestro compromiso con los ideales ahora del Consejo. Tenemos una misión actual y es en contra de SAM. No podemos preservar el conocimiento mágico sino hay sociedad mágica a la que educar. Se os permitirá participar y vuestras sugerencias serán bienvenidas- Dejó de tocar a Altair y se fue caminando hacia donde estaba Giordano para hacer el mismo que había hecho con el licántropo. Estaba exaltado pero ella sabía que era así.

-Sería interesante que retirarais vuestras tropas de nuestros campos de cultivo, a fin de cuentas, es el área que usamos para mantener parte de la alimentación de la isla. Os podemos derivar a otra área siempre que sepamos la cantidad de personas. Necesitaremos por escrito vuestra solicitud de unión al Consejo, amparándose en las reglas a considerar, y también un censo de las personas que corresponden no sólo a vuestro linaje sino a sus vasallos. Tenéis dos días para entregarlo- Aunque sospechaba que lo tenían preparado. Parecían muy…Previsivos. Dio una palmada suave a Giordano antes de irse caminando hacia Jack -Creo que con eso podemos cerrar este parlamento. Si así lo consideráis- Se dirigió a sus compañeros del Consejo, a fin de cuentas, habían dado la fiesta y habían oído sus palabras. Check. Check.

Durante la fiesta me dediqué a distraerme por ahí, incluso una Pendragón se acercó a mí para halagarme, incluso me ofreció un cambio de nombre. Me quedé en shock ante aquel ofrecimiento. ”Incluso me podríais poner el nombre vosotros ” Le transmití contenta, pero otro hombre me la robó y se fue con él sin poder responderme. Al amanecer izamos el vuelo para que el resto hablase y yo me puse a hablar con algunons telepáticamente, hasta Alud me anunció que bajase, sin decirme el porqué.

Aterricé de forma suave y escuché a Zaphira hablar mientras me acercaba lentamente. ”No me siento especialmente cómoda para estar aquí con ellos aún...” Les transmití a los Pendragon ”Pero me quedaré si queréis que os haga de puente telepático” Me acerqué para ponerme al lado de G y sentarme intentando evitar cualquier mirada por parte del grupo contrario, sobretodo de Altaïr y Zaphira. -Si la dragona de los Eire se puede quedar yo también me quedaré- Dije con un absolutismo y orgullo que en ese momento no tenía, preparándome incluso para defenderlos por si pasaba algo.

Me faltó muy poco para soltar una risotada cuando dijeron que querían un puesto en el consejo. Me sorprendió que hubiesen montado todo el tinglado para eso, pero pude relajarme y me senté de nuevo, notando al poco tiempo las manos de Cath sobre mis hombros y asintiendo a cada palabra que decía. - Además, según las normas “Si solicitase puesto en el Consejo algún linaje que deba mostrar su valía, seis meses en la isla pasará. El cónclave decidirá su destino”, por tanto deberíais elegir a un representante y ya veremos si lo aceptamos. Para empezar, deberéis ayudarnos a solucionar lo de SAM sin que muera toda la peña conectada - Dije con una sonrisa triunfal y poniendo mis manos detrás de mi nuca.

”¿De verdad se creen que pueden usar nuestras normas contra nosotros? Se van a comer una mierda y nos van a hacer el trabajo sucio”

Pero mi expresión cambió cuando apareció Lasaña. Ya en su cara se podía ver que no estaba cómoda, en ese momento cambió. La miré, con cara de preocupación, quería que conectase conmigo para darle ánimos, pero seguramente estaba muy cohercionada hasta en eso. Me volví a levantar y me acerqué a la chica al lado de Lasaña, dejando nuestras caras muy cerca. -Ah, y, por supuesto, devolvednos a los dragones. Ahora - Apreté el puño, por si la respuesta resultaba ser negativa.

Los miembros del Consejo comenzaron a hablar y me invadió la sensación de que no habían captado para nada el mensaje. Parecía que estaban votando, cuando tendrían que seguir las normas del libro que habían jurado seguir.
Las palabras del sanador al menos resultaron minimamente satisfactorias, dando su brazo a torcer en cierta manera. Pero los otros.... los otros seguían empeñados en menospreciar a los Pendragón, en humillarnos.
Cuando el Descendiente de DaVinci se pronunció insultando de ese modo a mi hermano miré a W temiendo que reaccionase del peor de los modos. No tenía sentido que hubiese mentado el código para ahora fastidiar aquella oportunidad, pero mi hermano era mucho menos comedido que yo, así que saltándome el protocolo hablé dirigiéndome al italiano.
-Yo ayudaré.
Comenté con calma antes de que derramase su copa de vino, cosa que hizo que mi mirada se desviase a mi hermana y a sus piernas volviendo a mirar a sus ojos de nuevo, tensando mi mandíbula por un breve instante.Era bien sabido que mi hermana era toda una provocadora y más cuando se obsesionaba con un tema concreto.
"Shyvanna..."
Volví a mirar a Giordano que ahora estaba inclinado sobre la mesa. Me incliné levemente también tratando de cruzarme en su campo de visión y así evitar el conflicto con mi hermana.
-Yo bajaré a Londres. Ya os dije antes que estaría encantada de ayudaros.
Arrugué el ceño un poco con cierta cara de suplica para que se calmase posando mi mano sobre una de las suyas por un segundo, como queriendo decir que así no conseguiría nada. Miré a W mientras retomaba mi posición en la silla apretando mis labios, sabiendo que no debí hablar antes que él pero entonces apareció la dragona de los Eire. Fruncí mi ceño mientras leía el libro de Ouroboros y aspiré indignada cuando lo soltó de aquel modo. Me pareció tan insultante que tirase el libro de aquel modo y se bebiese el vino y hablase en un parlamento cuando no le correspondía que volví a mirar al Descendiente de Merlín sin poder creerlo.
Por suerte LeFay se encargó de aquel asunto pero en mi mirada aún se mantenía aquella sensación de horror por los gestos tan irrespetuosos de la dragona. Alcé la vista hasta ella, era verdad que tenía una edad pero con la presencia de todos nosotros debería tener algún tipo de reacción ante nuestro poder, cosa que no pasó. Miré seriamente a mis hermanos.
No hablé más a pesar de las palabras de LeFay o el hombre-bestia sobre nuestra estancia en Ouroboros, era algo que le correspondía al Descendiente de Pendragón y no debía inmiscuirme, aunque supuse que accedería y nos retiraríamos a las antiguas dependencias de nuestra familia en la isla, allí seguramente tendríamos espacio para nuestros aliados también.
Al escuchar la voz de alguien a mi lado desvié la mirada viendo ahí al dragón del licántropo.
-Dije al finalizar el parlamento, no es momento de que habléis ahora.
Reclamé con seriedad, pareciéndome una falta de respeto al momento en el que nos encontrábamos. Los pasos del Descendiente me hicieron girar hacia él que ya se encontraba próximo a mi y me levanté repentinamente justo antes de que hablase. Mi iris rasgado le observó por unos segundos, era muy alto.
-Los dragones son libres, no son objetos que os podamos devolver.
Apreté mis labios antes de dirigirme a Lasaña sin dejar de mirar al licántropo.
-Si os resulta incómodo podéis marcharos, podéis hablar después si eso es lo que deseas.
Cogí aire sin amedrentarme ante el corpulento hombre.
-No nos pertenecen, son nuestra familia. Aunque está claro que para usted no es más que una mascota.
Le miré ahora de arriba a abajo con cierto gesto despectivo antes de sentarme de nuevo.
-No me extraña que nos prefiera, se nota a la legua lo poco civilizado que es.Si hasta le ha puesto un nombre de comida...
Murmuré irritada estirando mis ropas.

Aparecí llevando a Bellatrix de un brazo, en la plaza, muy cerca de donde se estaba desarrollando aquel Parlamento. Di unos cuantos pasos arrastrandola conmigo, hasta arrojarla en el suelo, a mi lado, a mis pies.

- Honorable Consejo de Ouroboros! - dije alzando mi voz, ronca y fuerte como un trueno. Interrumpiendo, aunque hice una mueca rara, pasando la lengua por mis labios con algo de incomodidad. Desvié la mirada hacia los ojos de Cat, y se la mantuve durante muchos segundos más que a los demás, esperando que me leyera.

"Cat, no intervengas. No intervengáis"

- No escuchéis una sola palabra de los Pendragón!  Su invitación al Parlamento es solo una estratagema más.  He hipnotizado la mente de Allighieri y he descubierto la verdad tras sus actos.

La obligué a levantarse, sujetandola por el cuello de la ropa como habia hecho antes con ella, quedando frente a frente. Una vez mas desvié la mirada a Cat.
- Se dejó embaucar por sus mentiras...planeando actos oscuros contra nosotros, bajo las órdenes de esos intrusos. Que solo buscan nuestra desgracia.

"Lucio lo sabe. No la...empales ni nada de eso cuando pase, por favor. Y no dejéis que se queden mi cuerpo... sería un problema para después"

- Ellos solo planean quedarse con el Consejo, dominarlo todo. - había vuelto a mirar a Bella. Ahora que estabamos aqui, no tenia nada claro qeue fuese a funcionar, aunque hubiese preparado algo para hacerlo mas contundente, la pocion. Había llegado el momento de decir adiós.

Al tomar asiento, el beso en la mano de Sayid y sus palabras le ayudaron a calmarse, regresándole con una grata sonrisa. Cualquiera que les viera creería que entre ellos había algo más que una amistad profunda y modales antiguos. Asintió a lo de que todo saldría bien y le soltó cuando decidió levantarse para hablar. ¿Por qué se levantaban para hablar? Le parecía que todos podían hablar sentados.

Cuando Catherine le mencionó en dos ocasiones (una para informar del secuestro y otra para recordar lo de la pira funeraria), se quedó mirando a Shyvana con rostro sereno y le devolvió el saludillo gracioso con los dedos que ella le había dado el día anterior. Que supiera que le tenía presente ambas cosas. Tenían la cabeza muy torcida todos ellos. Miró a la morena con el "yo solo los desmayé" y no pudo evitar que un Já saliera de su boca. Fue una reacción inmediata a la que luego se mordió los labios en una sonrisa. Iba de sobra la disculpa, porque no lo sentía, pero sabían así que no les creían. Dejó que todos hablaran, estando más de acuerdo con Catherine que con Jack y con Lucio. La posición de Jack nos acarrearía a una guerra ahora mismo y la de Lucio era bastante relajada. Y de todas maneras, girl power. Cruzó las piernas bajo el fino vestido, tomando un hueco para hablar.

A mi me parece difícil de creer que desprecieis tanto al Consejo y aún así querráis uniros. No, que exijais uniros. Y si me lo permiten, me parece cinismo el tratar de trasladar su participación en la muerte de los guardias y las consecuencias de su llegada hacia nosotros, conociendo lo que conocemos. Si siguen tratando de negar su participación, permitanme recordarles que el que me secuestraran, ataran a una pira y me prendieran fuego no es estar "desacostumbrados a tratar con dragones". Los dragones no atan cuerdas. Si se están ateniendo tanto al código, me pregunto qué dice este de extinguir una rama principal del Consejo. Estoy segura que eso sí sería considerado un "acto de guerra". Ya quedamos en dejar el pasado atrás, pero eso no es algo que hayan hecho nuestros antepasados. Quieres un gobierno, yo quiero congruencia.- Observó a Wthyr, porque eran sus palabras las que estaba citando. Miró de nuevo a Shyvana; sí, hablaba de la pira en la que la había tratado de quemar, y nada de eso podía ser achacado a los dragones. Comenzaba a creer que la hermana estaba pirada y que aquello no lo habían consensuado. - Y si de todas maneras estaban apelando a ser el miembro 21 del Consejo, no veo la razón por la cual buscaban hacernos espacio ayer por la mañana.- Dijo con voz cantora, como si recitara un poema de flores y azucenas aunque claramente hablaba del intento de asesinado.- Su desplante, su... desarrollo aquí es confuso y torpe, por lo menos.

Estaba por continuar cuando la voz de matvey hizo presencia. Una pesada hacha golpeó su pecho, girándose para verle. No pudo más que buscar la mano de Sayid de nuevo mientras escuchaba. Lo sabía, lo sentía. Sentía que sus palabras eran sinceras, mucho más que lo que los Pendragón mostraban, pero ahora que la verdad estaba fuera, ¿qué les detendría? Miró hacia el cielo; no hacía falta ponerlo en palabras. Apretó la mano de Sayid con fuerza, no porque tuviera miedo, sino porque estaba canalizando su magia a la tierra a través de la planta de sus pies. Estas se mecían, como si el viento las estuviera columpiando, pero se estaban preparando con premura.- No hay manera de que podamos permitir lo que deseais.

Ella también se levantó al verme cómo me acercaba, y aún así tenía que curvar bastante mi espalda para que nuestras caras estuviesen cerca. -Ah, claro, y qué casualidad que casi todos los dragones han decidido irse con unos desconocidos, ¿no?-

Chisté a lo de que para mí era una mascota. -Para mí no es ninguna mascota, es como mi hermana, pero para vosotros es más que obvio que son como marionetas - terminé la frase empujando con fuerza su frente a modo desafiante.

-¿Y tú qué cojones sabrás de porqué se llama así?¿Acaso se lo has preguntado?- Ya no pude contener más, en el momento que terminé la frase le solté un puñetazo dirección a la cara.

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5 dado + 50 base + 10 hab ficha + 5 lycan = 70 daño a G

El miembro 'Altair Kirgyakos' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Ataque Físico' :

La espectral forma de la bruja apareció con su soberbia expresión sujeta por el nigromante. Avanzó pero sin ánimos de avanzar. Había recogido su cabello en una trenza envuelta, alta y había cambiado su anterior atuendo por un vestido azul y una túnica a juego, entre otras prendas que, aunque no se veían, como los zapatos de cristal, hacían al aspecto.

Cayó al suelo cuando el mago la arrojó haciendo que un par de mechones de la trenza se salieran. Arrodillada, miró sus guantes y su vestido ensuciados por apoyarlos en el suelo para luego mirar a los presentes. Su aura helada se podía sentir a la distancia. Fue nuevamente levantada por la ropa, pero con el mentón en alto.

-¡¿Desgracia?! La desgracia llegó a Ouroboros cuando el Concejo decidió intervenir en una guerra que no es de su incumbencia.- Dijo con voz pausada y contenida.

-Si quieren intervenir, entonces, hace falta… ambición.- Dijo mirando al hombre a los ojos respondiendo a su última frase. Su mirada cambio por una fracción de segundo al mirar a Matvey a una más profunda para luego recuperar la frialdad de su mirada. Le arrebató la daga y lo atravesó con ella donde el corazón hundiendola hasta el mango.

Decidí no contestar al licántropo mas que con mis ojos entornándose repetidas veces. Era perder el tiempo.
Una vez ya sentada de pronto me soltó un puñetazo del cual no me defendí a propósito. La silla se movió y caí al suelo malamente. Llevé una mano a mi rostro notando el líquido fluir y gruñí por lo bajo.
-¡No hagáis nada!
Grité a mis hermanos y a pesar de ello varios dragones tocaron tierra. Me incorporé dando órden a los dragones de que no se atreviesen a atacar y miré al hombre con los chorros de sangre aún brotando de mi nariz, sintiéndola en la boca. Un guardia me pasó un pañuelo y le di las gracias con un gesto a pesar de que me estuviese retumbando la cabeza. Sentía el pulso en mi sien bombear.
-¿Esto es lo que queréis?
Pregunté a los miembros del consejo con incredulidad mirando a varios de ellos mientras apartaba la mano de mi rostro. Se podía ver la sangre volver a entrar en mi cuerpo y mi ojo "de geko" se había teñido de rojo. Limpié mis manos de la sangre volviendo a mirar al hombre mientras negaba.
-¿No véis que así no van a mejorar las cosas?
Justo entonces apareció otro descendiente con la que cantaba en la fiesta, la rara. Entorné los ojos. Para ese momento había perdido por completo el protocolo de dejar a mi hermano hablar. Ante sus acusaciones planté ambas manos en la mesa mirando a W ya que la mujer era su problema.
"maldita sea di algo"
-Wthyr!
Exclamé frustrada por tal locura repentina.

200-70:130PS

Sangrado brutal: Pierdes 20 PS en siguiente post

Las intervenciones de Gwen y Shyvanna sirvieron para seguir presionando a los Descendientes, una con la alusión a los puestos disponibles y otra a la falta de descendencia de algunos linajes. La melliza de Darren se dedicó a insultarlos al fina de su intervención, pero no pudo importarme menos. El galeno mostró su voto favorable a permitirnos quedarnos, pero torcí el gesto cuando dijo que sólo en calidad de invitados. Tan benevolente no era. Mostré una leve sonrisa de desdén ante el desquiciamiento del borracho Da Vinci cuando afirmó que sólo pedíamos. Un voto negativo. - Qué decepción de descendencia de Da Vinci...esperaba algo mejor. - La mujer del cabello rosado se mostró más lógica, así que asentí cuando preguntó que si lo que queríamos era volver al Consejo. Observé con interés a la mujer peliblanca que se acercó a Sean, intercambiando una mirada con Darren como queriendo decir que por fin se había dignado a aparecer. Parecían molestarle las normas "antiguas" que habíamos sacado, pero que también eran las suyas. Chasqueé la lengua a modo de reproche por la negativa de Newton, cuya soberbia debería revisarse. No disimulé que el discurso burocrático de Catherine era pesado de escuchar, aunque en eso se parecía un poco a G.

- Qué a mano te viene la burocracia para ignorar nuestras peticiones, Le Fay. - hice una pausa sin apartar una mirada seria de ella, como recordándole lo que habíamos hablado antes. Ya habría tiempo para eso, por ahora teníamos algo sobre lo que trabajar, si es que ellos cumplían como debían. Eché otra mirada de advertencia a mi hermana pequeña cuando se lanzó tan alegremente a ofrecer su ayuda, aunque sabía que lo que quería a toda costa era que se cumpliese el pacto. Mostré un gesto de escepticismo ante las quejas de Sofía, que pedía congruencia porque no entendía nada. La decisión para el parlamento ya estaba tomada, así que no me molesté en rebatirla. Curioso, pero el descendiente de Merlín no se pronunció antes de cerrar el pacto. Un problema menos.

- Pues que así sea. Los Pendragon, en virtud de lo expuesto en el antiguo código, aceptamos el pacto propuesto en el parlamento con las reglas aquí acordadas. Está hecho. - sentencié con firmeza en voz alta antes de volver a sentarme, ignorando un poco al violento licántropo hasta que se atrevió a golpear a Gwen. Mi primera reacción fue la de ir a socorrerla en el suelo, ayudándola a levantarse mientras comprobaba los daños. Lancé una mirada furiosa al licántropo, al que habría devuelto el golpe de no ser por la advertencia de Gwen. - Cómo te atreves burdo mago de segunda...¿esto es lo que se puede esperar de vuestros tratos? ¿violencia y desprecio? - en medio de ese caos aparecieron Alighieri y el nigromante en la plaza, justo en el momento menos oportuno. Entorné los ojos observando a la mujer, que había desaparecido de la fiesta la noche anterior. El descendiente de Rasputín la arrojó al suelo, alegando que sabía de su traición. Esa idiota no había sabido hacer las cosas de manera discreta.

Me aparté de Gwen tras su petición desesperada, tratando de mantener el rostro imperturbable ante la escena de ambos. En este momento resultaba un tanto inconveniente y molesta. - Si hubieses llegado antes, Rasputín, habrías asistido al pacto que acabamos de cerrar. Llegas tarde con tus conspiraciones. Las mentiras de las que hablas no son más que lo que aquí hemos expuesto, la necesidad de acabar con la decadencia en Ouroboros y volver al Consejo.- si encarcelaban a la mujer contaría lo que le había pedido en la montaña, pero aquello tampoco representaba un problema excesivamente importante. No me esperaba el posterior giro de los acontecimientos, cuando arrebató la daga al nigromante para hundirla en su corazón. Qué torpe por su parte, después de haberla capturado. Era la prueba de su 'lealtad', según le había pedido, pero no había sido nada discreta. Qué le costaba sacar un corazón y traérmelo en una caja...

- Esa es la lealtad que muestran los miembros del Consejo entre sí...ya teníais manzanas podridas aquí dentro, capaces de matar a la mínima. La fragilidad del Consejo es evidente. - aparté la vista del cuerpo del nigromante, fingiendo sentirme horrorizado por la sangre mágica derramada.

- El monstruo es vuestro...

Catherine no respondió a Wthyr porque básicamente no le apetecía. Asintió ante aquello acordado esperando que con ello finalizara todo. Volvió lentamente a su asiento mientras pensaba en lo bien que, tal como decía Wthyr, le venía la burocracia. Algo que en otro momento habría enturbiado sus pensamientos ahora le relajaba. En ello estaba cuando Lasaña descendió y habló de aquella manera, la morena arqueó una ceja pero decidió que no era su lugar pero al ver a Altair levantase tan intempestivamente no hizo más que poner los ojos en blanco -Altair- Llamó su atención esperando que hiciera algún tipo de efecto pero sabía que sería imposible. Lo que no se esperó es que, en efecto, le diera un puñetazo. Catherine se levantó de la mesa sorprendida y asqueada al mismo tiempo -¡ALTAIR!- Le gritó, exaltada negando con la cabeza. Se fue acercando hasta él para cogerlo del brazo y obligarlo a sentarse, alejándolo lo más posible de Lasaña y los Pendragon. Oyó de fondo la pregunta de Wthyr y tensó los labios.

Pero…Llegó Matvey.

La mirada que le echó el nigromante fue más que evidente para ella y conectó sus mentes “¿Qué no intervenga? ¿En qué no voy a intervenir?” Preguntó y miró al nigromante con el ceño fruncido. Sus ojos violáceos se desviaron hacia Bellatrix sin comprender a qué venía tanto enigma y traspasó el mensaje hacia el Consejo. “Matvey dice que no intervengamos”. Una especie de advertencia. El siguiente mensaje hizo que le recorriera un escalofrío “Lucio…” Susurró mentalmente hacia el sanador y volvió su mirada hacia él  sin llegar a comprender.

El gesto de Bellatrix le heló la sangre y la maldijo interiormente. Pero lo que no esperó fue lo siguiente, básicamente, porque siempre pensó que le faltaban huevos para siquiera existir. No le dio tiempo a reaccionar para protegerlo. Vio el cuchillo hundido en el pecho del nigromante y algo dentro de ella se rompió. Entreabrió los labios en un siseo -Voy a…- Y después gritó -...MATARTE, MALDITA...- Cuando lo hizo sus elementales gruñeron dirigiéndose hacia ella con sólo aquella reacción, pero Catherine necesitaba más que eso.  Necesitaba sentir que el dolor de la peliblanca lo provocaba ella, necesitaba ver la sangre de la mujer. Atrajo su báculo y elevó una mano y varios tentáculos de oscuridad fueron hasta ella con el propósito de atravesarle los hombros y las rodillas, para luego volver a meterse en su cuerpo y volver a salir…Como si estuviera cosiéndola viva. Durante su ataque se fue acercando hacia ellos sin apartar la vista de Bellatrix.

Los elementales llegaron primero que ella hacia el cuerpo de Matvey y cuando ella lo hizo no consultó nada, no miró a nadie, no dijo palabra. Simplemente desapareció de allí con él y sus elementales se convirtieron en humo negro... porque al menos a sus últimas palabras sí que haría caso.


Ataque Mágico a Bellatrix:  10 (dado) + 27 stat +10 Hab.  +5 canalizador +10 capa runica +5 báculo de oscuridad = 67 en total.
Hab. Zarcillos de oscuridad

El miembro 'Catherine Le Fay' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Ataque Mágico' :

Pues al parecer no había que seguir las normas del libro, yo que sé. Encogí mis hombros sin entender al ver el gesto de Newton y simplemente seguí "atenta" lo que decían los demás.
"Tengo que comprar un kilo de morcillo, que no se me olviden los rotuladores de colores para los niños y..."
Al final tras las palabras de LeFay y del de los Pendragón parecía que habíamos llegado a un acuerdo por fin así que me incorporé dispuesta a irme a casa de una vez.Desvié la vista cuando el descendiente que era un licántropo se levantó hacia una de los otros. Parecía enfadado. Cuando pegó aquel puñetazo fruncí mis labios.
Después todo se volvió una locura, apareció Matvey con Bellatrix, en ese momento me pregunté la razón de saber sus nombres, si tan siquiera habíamos cruzado palabra. Cuando le dio esa puñalada entorné los ojos.
-Válgame Morgana.
Sabía que tenía que haber dicho que no venía, que tenía que limpiar los baños y la cocina, pero todo había sido por socializar un poco y sentirme más integrada. Aunque de poco había servido. Seguí mirando la escena cuando LeFay atacó a la rubia y simplemente suspiré cansada.
-Mirad, no me estoy enterando de nada y no sé que líos os traéis entre vosotros. El pacto se ha sellado y tengo una vida que solucionar en mi casa.
Solté sin más y alcé ambas cejas mirando a los presentes que seguramente no me iban a hacer ni caso.Además si pretendían que sintiese algo de congoja por aquella muerte de una persona a la que no conocía pues lo llevaban claro.
-Avisadme si es necesario.
Desaparecí.

Me mantuve callada junto a Cath durante toda la reunión, analizando las palabras de los rivales y nerviosa por lo que pudiese pasar, por lo que de vez en cuando le cogía la mano con fuerza para darnos ánimos la una a la otra. Todo estaba yendo moderadamente tranquilo hasta que todo cambió de golpe. El puñetazo de mi compañero me hizo taparme la boca de la impresión, mientras que la puñalada de Bella a Matvey me dejó completamente en shock. Fueron los actos de Catherine los que me hicieron reaccionar y correr tras Matvey, pero Cath parecía querer encargarse.

Me quedé mirando a Bella negando con la cabeza, no entendía nada y la falta de sueño tampoco ayudaba a aquella situación tan sangrienta. Los tentáculos de Cath fueron a por ella, por lo que yo también me intenté ayudar, metiéndome en la mente de Bella para introducir los pensamientos de caer en un profundo sueño y ocuparnos de ella más tarde.

Miré a mis espaldas, donde estaban todos, para ver sus reacciones. La mía era de shock absoluto, haciendo que cayese de rodillas y me toqué la cara respirando de forma entrecortada, propio de un ataque de ansiedad.
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Dado
0 dado + 40 stat + 5 canalizador + 10 hab = 55 ataque mental a Bella para dormirla

El miembro 'Mei Xian' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Ataque Mágico' :

Daba la impresión de que el parlamento estaba próximo a concluir, después de tensos intercambios de palabras de unos y otros. La entrada de Zaphira me dejó un tanto confuso, aunque más confuso me dejó el hecho de que Sean no dijese nada sobre esa especie de pacto que habían alcanzado los Pendragon tras la proposición burocrática de Catherine. Es más, Sean tenía una cara de malas pulgas poco habitual en él. Tal vez le había parecido mal mi apoyo a la vía pacífica. Era un paso importante poder resolver aquello sin violencia. O eso pensaba yo, hasta que a Altair se le fue la pinza y atacó a la chica. Me di con la mano en la frente, suspirando después como dándolo por perdido. Peor aún fue cuando apareció Matvey tirando a Bellatrix al suelo. La escena hizo que se me encogiese el corazón, la traición de Bellatrix era dolorosa, si lo que decía el nigromante era cierto. Miré inquieto a mis compañeros, especialmente al recibir el mensaje mental de Catherine en el que decía que Matvey pedía que no interviniésemos. La Le Fay me llamó mentalmente por mi nombre, pero puse cara de no entender nada. - Bellatrix...¿por qué? - pregunté apenado mirando a la mujer, aunque un instante después se me heló la sangre con lo que hizo.

- ¡NO! - tiré la silla hacia atrás para salir corriendo hacia él, sin tiempo ni para pensar en usar la desaparición. Catherine fue a atacar a Bellatrix, pero a mi lo único que me interesaba era llegar hasta Matvey. No pude llegar a él, Catherine se lo llevó antes de que lo hiciese. Me quedé allí plantado, en shock.

Me senté una vez expuse mis alegatos y por supuesto que algunas cara no me habían pasado desapercibidas pero tan solo debía ignorarlos a todos, tenía que calmarme y no lo iba  conseguir cayendo ante sus provocaciones por lo que a partir de ese momento me limité a escuchar.

Altair como siempre tenía una forma única de expresarse pero por esta vez estaba de acuerdo con él, Sayid también salió a exponer y remarcar algunas cosas que yo había dicho desmontando toda la palabrería que se gastaban los forasteros, la chica rubia era más transparente pero los otros dos... sin contar al que no había dicho nada durante toda la reunión. Catherine expuso un par de casos más, esa gente había llegado con ataques y con intenciones nada pacificas, todos pareciamos de acuerdo con eso por lo que pensé que las negociaciones de volverlos a aceptar quedarían denegadas haciéndome suspirar tranquilo solo por unos instantes y viendo aparecer aquella copa de vino frente a todos la cual aparté con mi magia unos cuantos centímetros.

En seguida el primero que saltó a contestar fue el hombre de la cicatriz (que esto es un post serio y no puedo poner wiwi) no le contesté, ante sus acusaciones simplemente me dediqué a tomar nota ¿de verdad nadie se daba cuenta de que sabían más de nosotros que nosotros mismos? las defensas de Ouroboros, en ese caso, eran cuestionables o por el contrario podría ser que hubiera traidores como mencionó Zaphira alguna vez... pero no quería pensar que esaa fuera la causa, tal vez fuera la magia de la mujer morena, una cosa más en la lista de tareas.

Di un bufido cuando el moreno expuso que querían volver al consejo y no miré de forma muy amable a la del truco de la sangre insinuó que la culpa de la muerte de los soldados era culpa nuestra, solo se burlaban de nosotros -Excálubur no tiene ese tipo de poder y antes de pertenecer a vuestra familia le perteneció a ella- dije señalando a mi elemental que representaba la dama del lago y llevaba una espada en sus manos, la misma cuyo poder se estaba cuestionando -Pero lo comprobaremos, gracias por la advertencia- tema zanjado, Zaphira la había tenido en sus manos y Catherine y yo la examinamos, sin duda una mentira más de esa gente y no pensaba creer ni una sola palabra más.

La rubia saltó con más acusaciones, una de ellas directamente hacia Giordano que iba pasado de copas "todo culpa de vuestra estúpida fiesta" esperaba que no le diera más al vino aunque sus palabras parecían bastante elocuentes, me llevé una mano al entrecejo para masajearlo, no sabía si estaba enfadado, estresado, cansado... tenía un cúmulo de cosas encima que Lucio remató con su propuesta, lo miré como si no me creyera lo que acababa de decir y después volví mi mirada a la mesa cuando la morena me lanzó el libro con las reglas y normas del consejo, algunas muy convenientes para ellos, Curie también habló en su favor y entonces un estruendo me hizo girarme, un dragón acababa de aterrizar y yo lo conocía muy bien, entonces el miedo se unió a mi cocktail de emociones.

-Zaphira, no!- dije cuando se excusó por llegar tarde, no podía permitirlo, ella no podía caer en manos de esa gente y exponerse de esa forma, pero estaba tranquila. El mensaje de Catherine me llegó y solo pude mirarla con bastante enfado "eso es lo único que te preocupa, Catherine? el estúpido orgullo del consejo? podría perderla solo por estar aquí pero parece que las reglas te importan solo cuando no son los tuyos los que están en peligro" me levanté de la silla para llevar a Zaphira a un lado por un momento antes de que se bebiera el estúpido vino, hasta el vino me parecía que tenía la culpa de todo  -Zaphira es peligroso que estés aquí...- me llevé las manos al rostro y después me aparté el cabello de la cara, a ella no le podía esconder nada, estaba agobiado y a punto de explotar... más que con Catherine -Si te vas a quedar no te separes de mi, yo si quiero tu consejo así que si vas  a decir algo dímelo sólo a mi, de acuerdo?- no dijo nada, solo asintió para poder volver juntos a la mesa dónde Jack empezaba a exponer su punto de vista.

Estaba de acuerdo con el mago pero Catherine se puso modo burocrático y de nuevo bufé, lo que faltaba ¿en qué momento se habían vuelto las tornas? por suerte Altair dijo algo en nuestro favor “Si solicitase puesto en el Consejo algún linaje que deba mostrar su valía, seis meses en la isla pasará. El cónclave decidirá su destino” aún era decisión nuestra y como bien había dicho Newton , podíamos cambiar  normas y otras directrices, esa sería nuestra mejor baza.

Altair no se quedó a gusto, mucho menos cuando Lasaña bajó y se puso del lado enemigo... busqué la mano de Zaphira que estaba a mi lado para tomarla con fuerza, para sentir que seguía conmigo y que no se iría. Las provocaciones de la morena dieron el resultado esperado en el licántropo que no tardó en propinarle un golpe a la chica, hice el amago de levantarme para detenerlo pero nada pude hacer, ahora tenían una razón más para justificarse.

Como si todo aquello no fuera suficiente Matvey apareció gritando con Bellatrix pero era demasiado tarde, ya habían aceptado el trato y W se jactó de ello frente al nigromante -Mentiras las vuestras, solo retorcéis hechos y palabras en vuestro beneficio! no queréis volver a casa, solo queréis poder- le solté a aquel hombre, a la mierda las restricciones di un golpe a la mesa al decirlo y entonces la consternación del resto me hizo mirar de nuevo hacia el recién llegado , la bruja acababa de apuñalar a Matvey y todos corrieron a por ellos mientras yo me quedaba en el sitio sin poder moverme por unos segundos, al menos hasta que el moreno volvió a hablar -cada vez que abrís la boca solo soltáis veneno, os las habéis arreglado para llegar hasta aquí burlandoos de nosotros pero a mi no me vais a engañar, mi voto para vosotros en un no, ahora , en un mes o en seis, en esta isla no había más inquina que la que habéis traído vosotros-

Me levanté de la mesa y guardé todas mis cosas, de nuevo la caja que había traído con aquella pluma como regalo para Giordano se interpuso, lo miré un par de sillas más allá y me acerqué a él para plantársela en el pecho con un golpe -Idiota- si, también estaba enfadado con él por enfadarse conmigo por algo que no sabía lo que era -La reunión ha acabado, el consejo tiene asuntos que atender- dije levantando la sesión para después toma el brazo de la dragona y desaparecerme de allí, necesitábamos ese pensadero y yo paz y tranquilidad.

Después de mi intervención vino la contra partida y todo parecía muy elocuente, los Pendragon tenían una postura muy sólida pero eso no les daba más veracidad, no me hizo falta volver a intervenir pues mis compañeros se ocuparon de todo, algunos de forma más acertada que otros. La presencia de Zaphira me sorprendió, ella misma había dicho que no era seguro estar frente a los invitados, aún así Sean y Catherine se ocuparon de mantenerla bajo control, cosa que no podía decir de Altair.

Estuve de acuerdo con seguir las normas del conejo y aceptar darle un tiempo a los recién llegados, sin duda nos vendría bien la ayuda contra SAM, todo estaba decidido cuando Matvey hizo acto de presencia, me levanté de inmediato de la silla temiendo que hubiéramos cometido un error aceptando tan alegremente el pacto, miré a los guardias para que se prepararan pero Bellatrix atentó contra la vida de Matvey -Guadias! apresadla! proteged al desendiente de Rasputín- me moví de forma rápida con ellos invocando un látigo para poder atraparla pero Catherine fue más allá lanzando un ataque contra ella -¡No!- me interpuse y protegí a la bruja mientras la morena se desaparecía con Matvey.

El teniente Roydeen estaba entre los soldados y le di una órden directa -Buscad a la descendiente de morgana, hay que atender a Matvey- sin duda fue un golpe duro para todos el presenciar aquello pero lapidarla no era la mejor opción, solo esperaba que no se nos volviera a escapar.

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Como soy gili y no tiré pues:

Def : 25 stat + 25 cota + 5 diamante= 55 def