Recuerdo del primer mensaje :
Es la antesala al edificio de Reuniones Generales y Cónclaves del Consejo de los 20.
Dejamos que Nya se fuese a jugar con sus amigos, aunque vigilándola estrechamente. Aluciné con eso de que le gustasen las canciones en ruso, eran todas muy agresivas. Al menos saldría hablando otro idioma. - Creo que tenemos que hablar de su educación y esas cosas, aunque aún sea pequeña. - entorné los ojos para mirarla al captar que se daba por participante de la reunión, esperaba que no de la misión. - No es buena idea. Mira lo que pasó en el subterráneo. - casi acaba aplastada, tuve que sacarla de allí en mal estado. No, no quería pasar otra vez por algo así. En mitad de eso llegó Adael, justo cuando íbamos a dar un paseo tal y como le dijo Josephine. La miré de reojo al ver su intento de disimular la risa con lo de señor Black, sabiendo que aquello le hacía gracia. Después asentí al comentario de Adael, algo así era.
- Eso es, la burocracia lo ralentizaría. Hoy debemos dejarlo todo pensado para la misión, apenas queda tiempo y tenemos que ver todas las opciones.- ahora fui yo el que estuvo a punto de reírse cuando llamó Tomeline a Josephine, aunque sabía que el tipo no lo decía con mala intención. Se comentaba que tenía algo de sordera desde alguna de las misiones anteriores. - Josephine. Trabaja en el hospital, lleva aquí bastante tiempo. Somos los padres de Nyara.- corregí hablando un poco más alto para que pudiese escucharme, señalando también a la chiquilla que seguía jugando cerca de nosotros. - Discúlpanos un momento, Adael. Espera aquí mientras van llegando los demás a la reunión. - tras eso cogí a Jo por el brazo, alejándonos junto con la cría de la zona central en la que sería la reunión. - Te dije que teníamos tiempo para dar una vuelta, aún falta gente. - cuando estuvimos lo suficientemente lejos volví a hablar, aunque no hubiese hecho falta por aquello de la sordera del Descendiente. - ¿De verdad has venido porque quieres bajar a la misión? ¿no puede bajar otro sanador?
- Eso es, la burocracia lo ralentizaría. Hoy debemos dejarlo todo pensado para la misión, apenas queda tiempo y tenemos que ver todas las opciones.- ahora fui yo el que estuvo a punto de reírse cuando llamó Tomeline a Josephine, aunque sabía que el tipo no lo decía con mala intención. Se comentaba que tenía algo de sordera desde alguna de las misiones anteriores. - Josephine. Trabaja en el hospital, lleva aquí bastante tiempo. Somos los padres de Nyara.- corregí hablando un poco más alto para que pudiese escucharme, señalando también a la chiquilla que seguía jugando cerca de nosotros. - Discúlpanos un momento, Adael. Espera aquí mientras van llegando los demás a la reunión. - tras eso cogí a Jo por el brazo, alejándonos junto con la cría de la zona central en la que sería la reunión. - Te dije que teníamos tiempo para dar una vuelta, aún falta gente. - cuando estuvimos lo suficientemente lejos volví a hablar, aunque no hubiese hecho falta por aquello de la sordera del Descendiente. - ¿De verdad has venido porque quieres bajar a la misión? ¿no puede bajar otro sanador?
Sayid Ibn Salah
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En cuanto el patronus llegó a casa Arleen se puso manos a la obra a meterme la comida con un embudo de ser necesario, lo cierto es que empezaba a apreciar esa parte de ella, tan testaruda y atenta con todos pero prefería que lo fuera conmigo. Hablamos un rato pero nada serio como lo de su embarazo, para eso necesitábamos tiempo y calma. La dejé con un beso y entonces me desaparecí rumbo a la plaza tal y como indicaba el patronus, por suerte mi mujer se había encargado de enviarme bien abrigado porque estaba haciendo bastante frío.
Al aparecer en la plaza pude ver a Johan, a Josephine y a Adael que ya se encontraban allí, me acerqué a ellos e hice un saludo general con una reverencia y después extendí mi mano al líder de la resistencia para después darle una especie de abrazo con un par de palmadas en la espalda -Amigo mío ¿qué tal estás? te veo bastante bien, eso es que no acabase como yo después de la misión- dije entre risas para después pasar a Josephine -Todo gracias a ti, Muchas gracias por todo Josephine- dije haciéndole una reverencia a la rubia para volver con el otro -Tener a una sanadora como esposa tiene sus ventajas ¿a que si? aunque dudo que la tuya te haga comer tanto como la mía, Arleen me va a hacer engordar- Me froté las manos por el frío y miré alrededor pensando que era extraño que no hubiera llegado nadie más aunque si pensaba en el mensaje... era comprensible -La próxima vez añade fecha y hora en el mensaje para la reunión- después de eso se alejaron y me quedé a solas con Adael esperando al resto.
Al aparecer en la plaza pude ver a Johan, a Josephine y a Adael que ya se encontraban allí, me acerqué a ellos e hice un saludo general con una reverencia y después extendí mi mano al líder de la resistencia para después darle una especie de abrazo con un par de palmadas en la espalda -Amigo mío ¿qué tal estás? te veo bastante bien, eso es que no acabase como yo después de la misión- dije entre risas para después pasar a Josephine -Todo gracias a ti, Muchas gracias por todo Josephine- dije haciéndole una reverencia a la rubia para volver con el otro -Tener a una sanadora como esposa tiene sus ventajas ¿a que si? aunque dudo que la tuya te haga comer tanto como la mía, Arleen me va a hacer engordar- Me froté las manos por el frío y miré alrededor pensando que era extraño que no hubiera llegado nadie más aunque si pensaba en el mensaje... era comprensible -La próxima vez añade fecha y hora en el mensaje para la reunión- después de eso se alejaron y me quedé a solas con Adael esperando al resto.
Me había acercado a la plaza pegándome un pateo de cojones, porque le habia dejado la moto a Erika en casa, en el caso de que ella se despertara a tiempo para venir a la reunion, o tuviese ganas de asomar el morro, pudiera tener un vehículo para llegar desde la cabaña aquella.
Me dolía el culo por culpa del dia anterior, pero caminar era una buena opcion para mejorar las agujetas. Al menos la reunion sería al aire libre, asi podría fumar a mi aire sin que nadie me mirase mal.
No podía negarse que estaba de un evidente buen humor (buen humor en el rango de Thalos) asi que no insulté a nadie aunque hubiese bastante bullicio, y en lugar de eso, hasta le pedí a una vieja que se hiciera a un lado por favor y me dejase cruzar. Al final llegué al centro pero al ver a Johan hablando con Jo, decidí quedarme apartado y no interrumpirlos.
Tambien estaba alli Sayid y otro tipo que no tenia claro quien era. Al moro me habia hartado de verle la cara durante el mes que estuvimos en tierra haciendo no se que cosa...ah. Buscar a James.
Pero yo habia gastado ya toda mi sociabilidad en decirle a la vieja que se apartase de un modo amable, asi que me encendí un cigarro y me senté en uno de aquellos bancos de piedra blanca que habian a los lados de la plaza, esperando.
Me dolía el culo por culpa del dia anterior, pero caminar era una buena opcion para mejorar las agujetas. Al menos la reunion sería al aire libre, asi podría fumar a mi aire sin que nadie me mirase mal.
No podía negarse que estaba de un evidente buen humor (buen humor en el rango de Thalos) asi que no insulté a nadie aunque hubiese bastante bullicio, y en lugar de eso, hasta le pedí a una vieja que se hiciera a un lado por favor y me dejase cruzar. Al final llegué al centro pero al ver a Johan hablando con Jo, decidí quedarme apartado y no interrumpirlos.
Tambien estaba alli Sayid y otro tipo que no tenia claro quien era. Al moro me habia hartado de verle la cara durante el mes que estuvimos en tierra haciendo no se que cosa...ah. Buscar a James.
Pero yo habia gastado ya toda mi sociabilidad en decirle a la vieja que se apartase de un modo amable, asi que me encendí un cigarro y me senté en uno de aquellos bancos de piedra blanca que habian a los lados de la plaza, esperando.
Me acordé y cagué en todo lo cagable cuando el maldito patronus de Johan me hizo volver a la puta plaza. Joder que hacía un frío que erizaba los pezones y yo por ahí, de excursión de punta a punta de la isla. Que la última vez que había salido de la torre Soul era para perseguir a Lyosha y no me había abrigado lo suficiente. Pero en fin. Al menos Khaled me había dejado ir en nombre de los Souls a esa maldita reunión.
Cuando llegó a la plaza los guardias sin armadura y apalizados habían dejado paso a los corrillos que empezaban a formarse alrededor de ciertos puntos aleatorios, también se habían acercado por allí un par de jefazos de la isla, los reconoció por lo estirados que parecían. Y fumando por ahí estaba el tío guaperas, al que debería acercarse….pero no. No. Céntrate Vanessa y no pienses con lo que no tienes que pensar. Céntrate. Coño, se había besado con Adrameleh, ¿y aquello cómo dejaba nuestra relación? ¿Ahora se haría rara? ¿Cómo estaría su niño? Cuántas preguntas sin respuesta. Se sentó por ahí, abrazándose a sí misma esperando a que empezara la famosa reunión.
Cuando llegó a la plaza los guardias sin armadura y apalizados habían dejado paso a los corrillos que empezaban a formarse alrededor de ciertos puntos aleatorios, también se habían acercado por allí un par de jefazos de la isla, los reconoció por lo estirados que parecían. Y fumando por ahí estaba el tío guaperas, al que debería acercarse….pero no. No. Céntrate Vanessa y no pienses con lo que no tienes que pensar. Céntrate. Coño, se había besado con Adrameleh, ¿y aquello cómo dejaba nuestra relación? ¿Ahora se haría rara? ¿Cómo estaría su niño? Cuántas preguntas sin respuesta. Se sentó por ahí, abrazándose a sí misma esperando a que empezara la famosa reunión.
Puse rumbo a la plaza en cuanto recibí el patronus de Johan, acudiendo allí con Rhados y Vyras. Íbamos juntos a todos sitios, así que la reunión no iba a ser menos. Por suerte estaba cerca del lugar, pues esa mañana habíamos salido a dar una vuelta por el mercado navideño. Si hubiese estado en la cabaña habría tardado unas dos horas a pie. Al llegar no localizamos a mucha gente congregada, pero lo que más me extrañó fue no encontrar a nadie de la Brigada. Podíamos ser impuntuales, pero al menos alguien tendría que estar por allí.
Decidí esperar un poco más antes de enviarles un mensaje, dejando que Rhados y Vyras se fuesen a jugar con la hija de Johan y Josephine. Yo me dirigí al banco en el que estaba Thalos, el tuerto ya no tan tuerto. Saludé escuetamente al sentarme, cruzándome de brazos y quedándome callado durante un rato antes de preguntar si había visto por allí a alguien de la Brigada.
Decidí esperar un poco más antes de enviarles un mensaje, dejando que Rhados y Vyras se fuesen a jugar con la hija de Johan y Josephine. Yo me dirigí al banco en el que estaba Thalos, el tuerto ya no tan tuerto. Saludé escuetamente al sentarme, cruzándome de brazos y quedándome callado durante un rato antes de preguntar si había visto por allí a alguien de la Brigada.
Era evidente que comenzaba a llegar gente que esperaba a que la reunion diese comienzo...aun así, faltaban bastantes. Sigrid no estaba por alli, y sinceramente deberia estar. Y el puto androide, Sam. Igual llegaban puntuales, como maquinas. Me rei entredientes continuando con mi cigarro, mirando entre el humo de una calada la soul reaper, Vanessa, que se sentó por ahi sola, modo margi. Esa debia de ser de los de mi calaña, mas o menos.
Miré a Imram de arriba abajo cuando se sentó a mi lado, lo cual me hizo gracia.
- Genial, ahora este parece el banco de los muggles tullidos. - comenté con sarcasmo, aunque evidentemente era humor. Bueno, evidentemente para mi. Miré al bicho alado con el que habia venido, que iba con una criatura que se parecia a Imram. Su hijo, supuse. Me puse a pensar en Reed. Que estaría haciendo? Estaria con el maldito viejo ese que decia ser su maestro? El puto khaled no me habia contestado. Necesitaba una respuesta....
El silencio fue largo hasta que me habló.
- Las Mil Grullas? No, ni un alma. Solo estan Johan, Josephine, una soul reaper....Sayid y otro tio que no se quien es. Igual uno de esos "descendientes". Eres el primero de los tuyos en llegar.
Miré a Imram de arriba abajo cuando se sentó a mi lado, lo cual me hizo gracia.
- Genial, ahora este parece el banco de los muggles tullidos. - comenté con sarcasmo, aunque evidentemente era humor. Bueno, evidentemente para mi. Miré al bicho alado con el que habia venido, que iba con una criatura que se parecia a Imram. Su hijo, supuse. Me puse a pensar en Reed. Que estaría haciendo? Estaria con el maldito viejo ese que decia ser su maestro? El puto khaled no me habia contestado. Necesitaba una respuesta....
El silencio fue largo hasta que me habló.
- Las Mil Grullas? No, ni un alma. Solo estan Johan, Josephine, una soul reaper....Sayid y otro tio que no se quien es. Igual uno de esos "descendientes". Eres el primero de los tuyos en llegar.
Alcé ambas cejas ante las palabras de Johan sobre la educación de la pequeña. No me sorprendía que quisiese ser partícipe, simplmenete por el momento en el que lo habá mencionado me daba la impresión de que estaba juzgando mi forma de hacerlo.
-Si, claro.-Contesté escuetamente pensando qué podía tener de malo que a Nya le gustasen las canciones en ruso. Yo misma le hablaba en ese idioma de cuando en cuando. Capté su gesto y arrugé mi nariz mientras recordaba la misión en Francia. Sabía que yo no era la más capacitada para ir a las misiones pero no le entraba la cabeza que en cuanto a curación era necesario que alguien capacitado estuviese con ellos.
La presentación con Adael me dejó un poco cortada cuando cambió mi nombre por completo y aunque yo le había tendido mi mano para estrechar la suya decició hacer uso de unos modales algo más antiguos. Sonreí cortesmente, evitando corregir su error a pesar de ver de reojo el gesto de Johan y miré al moreno algo sorprendida cuando él mismo fue quien volvió a repetir mi nombre alzando la voz.
"¿Por qué alza la voz?"
Me pilló del brazo tirando de mi para alejarnos de él.-En...encantada!-Volví a decir mientras nos marchábamos algo apresuradamente, dando después con Sayid por el camino. Mi gesto no podía ser de mayor extrañeza cuando me adjudicó una obra que no era mía.-Todos los sanadores hemos hecho nuestro trabaj...-Pero lo siguiente me hizo mirar a Johan un poco cortada, volviendo la vista de nuevo al descendiente mientras empujaba al moreno para alejarnos de aquella incómoda conversación-Je, dale saludos a Arleen de mi parte.
Continuamos andando , alejándonos de Sayid un poco más. Miré hacia atrás un par de veces, observando que ya iba apareciendo gente en la reunión mientras escuchaba a Johan. Me daba a mi que no tendríamos tanto tiempo como él decía. Paré de andar suspirando por aquellas preguntas.-Johan...-Mi tono era cansado, no quería volver a repetirle lo mismo de siempre-¿Quién quieres que baje?La mitad están de baja o embarazadas y...alguien tiene que quedarse en el hospital cubriendo y...sinceramente no creo que bajar con un solo sanador sea suficiente.-Porque yo pensaba que Lucio bajaría, no lo tenía tan claro con Aldaron.
-Me quedaré en la retaguardia,esperando que sea necesario que actúe y...tal vez estaría bien que no me arrastrases por todos lados. No puedes estar pendiente de mi.-Volví a mirar a la plaza. Más gente. Regresé la mirada a Johan cruzando mis brazos.-Sé que no soy la mejor en defensa pero...en vez de...-Estaba buscando las palabras-Intentar retenerme, ¿Por qué no me ayudas?Yo que sé Johan...te has ofrecido a entrenar a Justin¿No puedes darme un par de lecciones?Tal vez así te quedes más tranquilo.-No lo tenía claro pero podía ser una opción. Me incliné un poco hacia él.-¿No crees?
Miré ahora de nuevo, al resto de la plaza localizando a Thalos por ahí e hice un gesto con la cabeza hacia ellos.
-Creo que tendremos que dejar el paseo para otro día.
-Si, claro.-Contesté escuetamente pensando qué podía tener de malo que a Nya le gustasen las canciones en ruso. Yo misma le hablaba en ese idioma de cuando en cuando. Capté su gesto y arrugé mi nariz mientras recordaba la misión en Francia. Sabía que yo no era la más capacitada para ir a las misiones pero no le entraba la cabeza que en cuanto a curación era necesario que alguien capacitado estuviese con ellos.
La presentación con Adael me dejó un poco cortada cuando cambió mi nombre por completo y aunque yo le había tendido mi mano para estrechar la suya decició hacer uso de unos modales algo más antiguos. Sonreí cortesmente, evitando corregir su error a pesar de ver de reojo el gesto de Johan y miré al moreno algo sorprendida cuando él mismo fue quien volvió a repetir mi nombre alzando la voz.
"¿Por qué alza la voz?"
Me pilló del brazo tirando de mi para alejarnos de él.-En...encantada!-Volví a decir mientras nos marchábamos algo apresuradamente, dando después con Sayid por el camino. Mi gesto no podía ser de mayor extrañeza cuando me adjudicó una obra que no era mía.-Todos los sanadores hemos hecho nuestro trabaj...-Pero lo siguiente me hizo mirar a Johan un poco cortada, volviendo la vista de nuevo al descendiente mientras empujaba al moreno para alejarnos de aquella incómoda conversación-Je, dale saludos a Arleen de mi parte.
Continuamos andando , alejándonos de Sayid un poco más. Miré hacia atrás un par de veces, observando que ya iba apareciendo gente en la reunión mientras escuchaba a Johan. Me daba a mi que no tendríamos tanto tiempo como él decía. Paré de andar suspirando por aquellas preguntas.-Johan...-Mi tono era cansado, no quería volver a repetirle lo mismo de siempre-¿Quién quieres que baje?La mitad están de baja o embarazadas y...alguien tiene que quedarse en el hospital cubriendo y...sinceramente no creo que bajar con un solo sanador sea suficiente.-Porque yo pensaba que Lucio bajaría, no lo tenía tan claro con Aldaron.
-Me quedaré en la retaguardia,esperando que sea necesario que actúe y...tal vez estaría bien que no me arrastrases por todos lados. No puedes estar pendiente de mi.-Volví a mirar a la plaza. Más gente. Regresé la mirada a Johan cruzando mis brazos.-Sé que no soy la mejor en defensa pero...en vez de...-Estaba buscando las palabras-Intentar retenerme, ¿Por qué no me ayudas?Yo que sé Johan...te has ofrecido a entrenar a Justin¿No puedes darme un par de lecciones?Tal vez así te quedes más tranquilo.-No lo tenía claro pero podía ser una opción. Me incliné un poco hacia él.-¿No crees?
Miré ahora de nuevo, al resto de la plaza localizando a Thalos por ahí e hice un gesto con la cabeza hacia ellos.
-Creo que tendremos que dejar el paseo para otro día.
Saludé a Sayid con una sonrisa antes de alejarnos más, no podía negar que era el que mejor me caía del Consejo por todo lo que se había implicado desde el principio. Asentí a lo de estar bien, era cierto que dentro de lo que cabía no había terminado mal la misión y mi paso por el hospital fue muy breve. - Me alegro de verte recuperado, tenemos a las mejores sanadoras en el hospital. - respondí de manera bastante generalista evitando centrarlo en el tema "esposas", que no estaba la cosa como para hablar de ello. Lo de que su mujer le iba a hacer engordar me hizo gracia, sobre todo porque recordé que casi le enveneno con lo que cociné yo en aquella misión tan larga. - No somos muy de poner fecha y hora. Solemos ser de reuniones casi inmediatas, dejar lo que se esté haciendo y venir. - costumbres de la Resistencia. Tras aquel breve intercambio de palabras pude seguir caminando con Jo, retomando la conversación con ella.
Estaba en lo cierto con eso de que había demasiada gente de baja o embarazada, estábamos bajo mínimos porque muchos no se habían recuperado del todo de la anterior misión. - Ya lo sé, pero entiende que prefiera que no seas tú la que se ponga en peligro. - me detuve con ella cerca de las columnas que rodeaban la plaza, echando un vistazo general para ver que la gente comenzaba a llegar. Nya se fue a jugar con el hijo de Imram y la quimera de la Brigada, así que los di por vigilados. - Lo de la retaguardia suena mejor. Algo así como una zona externa a la que poder acudir para primeros auxilios, pero fuera de todo el jaleo. - me lo pensé unos segundos, podía ser una opción si se quedaba con ella alguien que hiciese buenas defensas. Puse cara de contrariedad cuando dijo que la arrastraba por todos lados, aunque era cierto. - Normal, te ibas quedando atrás...quedarse atrás significa quedarse solo y expuesto. - sonreí brevemente negando con la cabeza como si fuese imposible no estar pendiente de ella. Claro que iba a estarlo...no dejaba a nadie atrás, cuanto ni más a alguien que quería. Tampoco me gustaba que me viese como una persona que quería retenerla en lugar de protegerla. Suspiré resignado, comprendiendo que podía sentir que la hacía de menos. Bajé la mirada de sus ojos a sus manos, cogiéndolas entre las mías sin pararme a pensar. Esas manos me habían sanado muchas veces, pero ya era hora de que intentase colaborar con ella para que pudiese ir más allá.
- Llevas razón. Siempre me ha dado tanto miedo que te pase algo que me he puesto muy plasta con lo de ser sobreprotector. Puedo intentar entrenarte para ponerte a prueba. Al menos lo necesario para que vayas más segura. Si quieres hacemos algo después de la reunión. Así no tenemos que dejar el paseo para otro día. Yo también necesitaría alguna ayuda con las prácticas de sanación...- acabé por soltar sus manos, aunque sentía que la conversación se nos había quedado corta. Cada vez llegaba más gente, incluso Thalos se había ido a esperar a un banco. Conté representantes de cada bando...Descendientes, Brigada, Soul, nosotros...puede que necesitásemos al resto de los indeseables, como los de la Alianza. Los Pendragon me daban un poco igual, que los avisasen los Descendientes. Faltaban también los androides, pero con esos no lo tenía tan claro. - Regresemos. - eché a andar hacia el centro de la plaza, decidiendo comenzar ya la reunión. Que se incorporase el resto después. Hice un gesto con la mano a los desperdigados para que se acercasen, alzando la voz para comenzar.
- Vamos a comenzar la reunión para hablar de la próxima misión en tierra. Ya hay al menos una persona de cada uno de los bandos convocados, aunque falte gente. Conforme se unan les iremos informando. Soy consciente de que también faltan los de la Alianza, pero esos se supone que son prisioneros aquí por ahora, dejo en manos del Consejo la decisión de avisarles. Lo mismo con los Pendragon. Los androides creo que deberían venir, necesitamos sus datos. - saqué el papel en el que había apuntado algunos puntos principales de la misión, comenzando con el tema de las coordenadas. - Durante la misión en el subterráneo Mónica y Setelah consiguieron un papel que les entregó un androide, uno que tenía las coordenadas de tres lugares diferentes. Luego le pasaron el papel a Lykaios, que se lo dio a su vez a Mérida. Ella averiguó que esos tres puntos correspondían a las ciudades de Londres, Turín y San Francisco. Allí es supuestamente donde S.A.M ha trasladado las tres copias de su núcleo, el mismo que quisimos destruir en la misión fallida de Ciudadela Alpha. Esta decisión de la máquina no debe ser casual. Sabemos, por una misión anterior, que Turín es un lugar especial en temas de energía mágica. Desconozco qué pasa con los otros lugares, pero es probable que compartan características similares. Los tres núcleos deben ser destruidos a la vez.- hice una pequeña pausa para dar tiempo a asimilar la información, respirando hondo antes de proseguir. - Tenemos que hacer esto el primer día del próximo año, antes de que se produzca el volcado de datos a la nube, porque en ese momento S.A.M sabrá que ese androide nos dio la información y ya no podremos hacer nada para solucionarlo. Bajar de nuevo sin certezas puede sonar a locura, pero es una locura necesaria, tal y como me dijo el jefe Knox de la Brigada. Necesitamos preparar varios planes para todos los imprevistos que puedan surgir. - tras eso guardé silencio, esperando que hablase quien quisiera de la asamblea callejera para aportar ideas, teorías, planes...lo que fuese.
Estaba en lo cierto con eso de que había demasiada gente de baja o embarazada, estábamos bajo mínimos porque muchos no se habían recuperado del todo de la anterior misión. - Ya lo sé, pero entiende que prefiera que no seas tú la que se ponga en peligro. - me detuve con ella cerca de las columnas que rodeaban la plaza, echando un vistazo general para ver que la gente comenzaba a llegar. Nya se fue a jugar con el hijo de Imram y la quimera de la Brigada, así que los di por vigilados. - Lo de la retaguardia suena mejor. Algo así como una zona externa a la que poder acudir para primeros auxilios, pero fuera de todo el jaleo. - me lo pensé unos segundos, podía ser una opción si se quedaba con ella alguien que hiciese buenas defensas. Puse cara de contrariedad cuando dijo que la arrastraba por todos lados, aunque era cierto. - Normal, te ibas quedando atrás...quedarse atrás significa quedarse solo y expuesto. - sonreí brevemente negando con la cabeza como si fuese imposible no estar pendiente de ella. Claro que iba a estarlo...no dejaba a nadie atrás, cuanto ni más a alguien que quería. Tampoco me gustaba que me viese como una persona que quería retenerla en lugar de protegerla. Suspiré resignado, comprendiendo que podía sentir que la hacía de menos. Bajé la mirada de sus ojos a sus manos, cogiéndolas entre las mías sin pararme a pensar. Esas manos me habían sanado muchas veces, pero ya era hora de que intentase colaborar con ella para que pudiese ir más allá.
- Llevas razón. Siempre me ha dado tanto miedo que te pase algo que me he puesto muy plasta con lo de ser sobreprotector. Puedo intentar entrenarte para ponerte a prueba. Al menos lo necesario para que vayas más segura. Si quieres hacemos algo después de la reunión. Así no tenemos que dejar el paseo para otro día. Yo también necesitaría alguna ayuda con las prácticas de sanación...- acabé por soltar sus manos, aunque sentía que la conversación se nos había quedado corta. Cada vez llegaba más gente, incluso Thalos se había ido a esperar a un banco. Conté representantes de cada bando...Descendientes, Brigada, Soul, nosotros...puede que necesitásemos al resto de los indeseables, como los de la Alianza. Los Pendragon me daban un poco igual, que los avisasen los Descendientes. Faltaban también los androides, pero con esos no lo tenía tan claro. - Regresemos. - eché a andar hacia el centro de la plaza, decidiendo comenzar ya la reunión. Que se incorporase el resto después. Hice un gesto con la mano a los desperdigados para que se acercasen, alzando la voz para comenzar.
- Vamos a comenzar la reunión para hablar de la próxima misión en tierra. Ya hay al menos una persona de cada uno de los bandos convocados, aunque falte gente. Conforme se unan les iremos informando. Soy consciente de que también faltan los de la Alianza, pero esos se supone que son prisioneros aquí por ahora, dejo en manos del Consejo la decisión de avisarles. Lo mismo con los Pendragon. Los androides creo que deberían venir, necesitamos sus datos. - saqué el papel en el que había apuntado algunos puntos principales de la misión, comenzando con el tema de las coordenadas. - Durante la misión en el subterráneo Mónica y Setelah consiguieron un papel que les entregó un androide, uno que tenía las coordenadas de tres lugares diferentes. Luego le pasaron el papel a Lykaios, que se lo dio a su vez a Mérida. Ella averiguó que esos tres puntos correspondían a las ciudades de Londres, Turín y San Francisco. Allí es supuestamente donde S.A.M ha trasladado las tres copias de su núcleo, el mismo que quisimos destruir en la misión fallida de Ciudadela Alpha. Esta decisión de la máquina no debe ser casual. Sabemos, por una misión anterior, que Turín es un lugar especial en temas de energía mágica. Desconozco qué pasa con los otros lugares, pero es probable que compartan características similares. Los tres núcleos deben ser destruidos a la vez.- hice una pequeña pausa para dar tiempo a asimilar la información, respirando hondo antes de proseguir. - Tenemos que hacer esto el primer día del próximo año, antes de que se produzca el volcado de datos a la nube, porque en ese momento S.A.M sabrá que ese androide nos dio la información y ya no podremos hacer nada para solucionarlo. Bajar de nuevo sin certezas puede sonar a locura, pero es una locura necesaria, tal y como me dijo el jefe Knox de la Brigada. Necesitamos preparar varios planes para todos los imprevistos que puedan surgir. - tras eso guardé silencio, esperando que hablase quien quisiera de la asamblea callejera para aportar ideas, teorías, planes...lo que fuese.
- Genial, un ingenioso chiste de ciegos. Seguro que nunca te han hecho ninguno, igual que a mí. - respondí irónicamente, aunque no me molestaba en absoluto porque yo mismo hacía esos chistes. Era mi tono, que sonaba más serio de lo que era en realidad. - Muggles tullidos de los que dan guerra, eso es lo que somos. - y a mucha honra, pensé. Su respuesta a lo de mi Brigada me dejó más mosqueado, era muuy raro que no viniese nadie, más raro todavía cuando el resto de gente ya estaba llegando.
- Tsk...normalmente estarían aquí los primeros. Espero que no haya pasado nada con el juicio. - sabía que habían decidido asistir, y todavía no tenía noticias. Saqué la moneda comunicadora de mi bolsillo, recorriendo el canto con los dedos para pulsar las letras y enviar un mensaje a TODOS preguntando si pasaba algo, que ya había comenzado la reunión en la plaza. Tras eso volví a guardarme la moneda, acudiendo al círculo centrar para ponerme al día y escuchar el asunto. Mi rostro se ensombreció por el recordatorio de la anterior misión, pues Praga era una de las ciudades implicadas y fue allí donde sucedió la tragedia de Katrina.
Después de la agradable cena de Nochebuena con Adael, el chico Arturo y Matvey, Sarah fue al hospital a pasar la Navidad con Amaya, esperando que ésta despertara pronto y pudieran darle el alta también con premura, indicando que el estado de salud de su amiga era bueno. Tendría que contarle, igualmente el fallecimiento de su esposo y no estaba segura de cómo se lo podría tomar, pero aunque fuera portadora de malas noticias, quería estar allí para acompañarla.
El despertar no se hizo de esperar, igualmente el alta de Amaya. Y, a pesar de la opinión de Sarah, se incorporó enseguida a la guardia, a pesar de las instancias de la pelirroja de que debía mantener el duelo, o descansar. O hablarlo porque quedarse callada y hacer como que aquello no había pasado no podía ser bueno. Pero la dejó con su decisión y le demostró que estaría allí para lo que necesitara y cuando lo necesitó. Le explicó algunos de los pormenores del juicio que se iba a celebrar y ella le puso al tanto también del tema de la masa oscura que todavía estaba en el bosque y que aquello sería trabajado de una forma multidisciplinar necesitando probablemente de la intervención de Catherine o Matvey ya que ellos estaban más acostumbrados a trabajar con magia oscura.
Cuando Sarah salió de casa camino a la reunión convocada para la misión se encontró con Amaya y ambas fueron juntas hasta la plaza. La pelirroja le preguntó cómo estaba y cómo había ido el juicio, sorprendiéndole la decisión de Jack de ilegalizar a la Brigada, algo que no estaba de acuerdo y que tampoco entendía. Llegaron a la plaza abrigadas y cogidas del brazo. Allí se encontraron con la chica pelimorada que era especialista en máquinas, y se interesó en si ella bajaría de nuevo a tierra. Cuando las tres llegaron a la plaza, atravesaron la multitud para poder llegar hasta primera fila, justo cuando Johan comenzaba a explicar algunos de los pormenores de la misión.
El despertar no se hizo de esperar, igualmente el alta de Amaya. Y, a pesar de la opinión de Sarah, se incorporó enseguida a la guardia, a pesar de las instancias de la pelirroja de que debía mantener el duelo, o descansar. O hablarlo porque quedarse callada y hacer como que aquello no había pasado no podía ser bueno. Pero la dejó con su decisión y le demostró que estaría allí para lo que necesitara y cuando lo necesitó. Le explicó algunos de los pormenores del juicio que se iba a celebrar y ella le puso al tanto también del tema de la masa oscura que todavía estaba en el bosque y que aquello sería trabajado de una forma multidisciplinar necesitando probablemente de la intervención de Catherine o Matvey ya que ellos estaban más acostumbrados a trabajar con magia oscura.
Cuando Sarah salió de casa camino a la reunión convocada para la misión se encontró con Amaya y ambas fueron juntas hasta la plaza. La pelirroja le preguntó cómo estaba y cómo había ido el juicio, sorprendiéndole la decisión de Jack de ilegalizar a la Brigada, algo que no estaba de acuerdo y que tampoco entendía. Llegaron a la plaza abrigadas y cogidas del brazo. Allí se encontraron con la chica pelimorada que era especialista en máquinas, y se interesó en si ella bajaría de nuevo a tierra. Cuando las tres llegaron a la plaza, atravesaron la multitud para poder llegar hasta primera fila, justo cuando Johan comenzaba a explicar algunos de los pormenores de la misión.
Después de todo el tema del juicio se habia recibido el patronus del líder de los Renegados. Tenía un millón de cosas que hacer pero aún así la misión era lo más importante de esa forma los refugiados poco a poco podrían ir bajando a tierra y finalmente dejar a Ouroboros en paz. En maldita paz. Aun quedaban un millón de juicios por hacer y no estaban dando abasto...Pero las misiones, las misiones eran lo mejor en sí.
Llegó junto a Sarah a quien le soltó el brazo en cuanto vio demasiada gente. Había una gran diferencia en rangos y no podían aparecerse así nada más como las amigas que eran. Observó a la pelimorada que les acompaño pero se mantuvo en silencio porque estaba recibiendo numerosos mensajes a través del casco y dando otro numeroso par de órdenes.
"Entonces sacarlo. ¿Zaphira dijo que tenía derecho a visita?" Preguntó por el hombre en la celda de la Soul Reaper. Debían pensar lo de la prisión de plástico. Saludó a Sayid con un movimiento rígido de cabeza, ella en particular se había perdido todo el show con Arleen y lo cierto es que estaba ocupada con sus hijos para cotillear sobre lo demás. Cuando Johan anunció que era decisión de los del Consejo dar aviso a los Pendragon, etc, Amaya volvió la vista hacia Sayid y le hizo un gesto preguntándole si quería que los fuera a buscar y así dar la orden a los guardias que mantenían vigilados a los humanos e ir personalmente a la Residencia de los dragones. No arriesgaría un soldado más.
Amaya se adelantó un poco para encarar a Johan -Entre esos imprevistos, proteger a aquellos que abren portales para evitar una nueva invasión. ¿Quién tiene más información sobre esas zonas especiales de magia?- Volvió los ojos hacia Sarah y después hacia Sayid.
Llegó junto a Sarah a quien le soltó el brazo en cuanto vio demasiada gente. Había una gran diferencia en rangos y no podían aparecerse así nada más como las amigas que eran. Observó a la pelimorada que les acompaño pero se mantuvo en silencio porque estaba recibiendo numerosos mensajes a través del casco y dando otro numeroso par de órdenes.
"Entonces sacarlo. ¿Zaphira dijo que tenía derecho a visita?" Preguntó por el hombre en la celda de la Soul Reaper. Debían pensar lo de la prisión de plástico. Saludó a Sayid con un movimiento rígido de cabeza, ella en particular se había perdido todo el show con Arleen y lo cierto es que estaba ocupada con sus hijos para cotillear sobre lo demás. Cuando Johan anunció que era decisión de los del Consejo dar aviso a los Pendragon, etc, Amaya volvió la vista hacia Sayid y le hizo un gesto preguntándole si quería que los fuera a buscar y así dar la orden a los guardias que mantenían vigilados a los humanos e ir personalmente a la Residencia de los dragones. No arriesgaría un soldado más.
Amaya se adelantó un poco para encarar a Johan -Entre esos imprevistos, proteger a aquellos que abren portales para evitar una nueva invasión. ¿Quién tiene más información sobre esas zonas especiales de magia?- Volvió los ojos hacia Sarah y después hacia Sayid.
-Josephine.- Repitió cuando Johan le señaló el error. “Bastante tiempo” fue poco preciso para saber si la sanadora y el joven maestro se habían encontrado antes, de haber estado mientras entrenaba para convertirse en miembro del Consejo seguramente la habría conocido ya que pasaba bastante tiempo en el hospital por los golpes. Pero la última parte volvió a tomarlo un poco desprevenido ya que la mujer pareció presentarse con su apellido de soltera. Dirigió su mirada a la niña que jugaba cerca, luego a Josephine y por último a Johan sin saber muy bien cómo reaccionar mientras pensaba que a aquella gente le faltaban algunos valores. Asintió cuando se disculparon y respondió a la mujer con un -Igualmente.- mientras se marchaban.
Justo en ese momento apareció Sayid al cual respondió su saludo con una suave reverencia y, tras una charla entre ellos, los descendientes quedaron a solas. -Es un gran alivio verte bien Sayid, una pena que no hayas podido asistir a la cena de navidad. ¿Cómo se encuentra tu esposa?- Le preguntó. Poco a poco empezó a llegar más gente al lugar, echó una mirada alrededor en busca de caras conocidas, encontró a Sarah, a Amaya, a Belle y la vio…
A ella.
A ella.
Y lo sabía. Sabía que ella era la única. Estaba congelado, inmóvil. El aire no corría en su cuerpo; más bien parecía escapar lentamente hasta no quedar nada, y se quedó allí, vacío, y ansioso por más. Su cálido cabello castaño recogido dejaba a la vista la impresionantemente perfecta curva de su cuello. Y en todo lo que podía pensar, era: Estoy arruinado. Para todas las mujeres, estaba arruinado. Esa intensidad, ese fuego, esa sensación tan aplastante de estar en lo correcto, nunca la había sentido. Quizás era tonto. Quizás estaba loco. Probablemente ambas cosas. Pero había estado esperando. Por ese momento, tanto tiempo, lo había estado esperando. Y repentinamente todo se había vuelto tan claro.
Y allí estaba.
Ella estaba allí.
Y él lo sabía.
Lo sabía.
Se movió lentamente, logró murmurar una disculpa alejándose del descendiente, encaminadose hacia ella. Tenía que alcanzarla. Tenía que ver sus ojos, respirar su olor, conocer el sonido de su voz. Estaba intimidado por tan abrumadores sentimientos y, de algún modo, logró ponerse frente a ella. Estaba sentada algo apartada del resto un poco encogida por el frío. Sonrió. Suavemente, solo un poco. Y dijo… -¿Quiere mi abrigo?- Le preguntó tendiendole su gruesa túnica oscura. -Yo soy Adael Cohen ¿usted cómo se llama?- Era consciente de que estaba hecho un desastre; tenía el pelo despeinado, ojeras por malas noches de sueño y vello facial desparejo que necesitaba una afeitada. -Venga conmigo.- Le ofreció cuando notó que la reunión daba inicio y se encaminó al círculo central esperando que lo siga.
Al llegar se encontró al lado de Sarah a la que saludó por lo bajo para no interrumpir la reunión, del mismo modo saludó a Amaya y a Belle para luego centrarse en las palabras de Johan. Los crímenes de la Alianza humana no podían seguir siendo ignorados, había compartido unas palabras con la druida al respecto. Sobre los Pendragon opinaba que ellos debían encargarse del problema en tierra firme para permitirles a los descendientes tratar temas más importantes. Y no tenía una opinión formada sobre los androides, eran producto de los muggles. Escuchó atentamente la explicación del líder de los renegados y entendió la gran parte de ella, la otra parte no mucho porque algunas palabras se las llevó el viento, pero tenía lo suficiente para hacerse una idea.
-Los de la Alianza se quedan, no podemos arriesgarnos a que escapen. A los Pendragon si hay que avisarles y a los androides parece que también.- Declaró tras las palabras de la General para luego mirar a Sayid y a Sarah alentandolos a dar su opinión. Conjuró patronus con forma de nutria para que den aviso a aquellas dos facciones.
Justo en ese momento apareció Sayid al cual respondió su saludo con una suave reverencia y, tras una charla entre ellos, los descendientes quedaron a solas. -Es un gran alivio verte bien Sayid, una pena que no hayas podido asistir a la cena de navidad. ¿Cómo se encuentra tu esposa?- Le preguntó. Poco a poco empezó a llegar más gente al lugar, echó una mirada alrededor en busca de caras conocidas, encontró a Sarah, a Amaya, a Belle y la vio…
A ella.
A ella.
Y lo sabía. Sabía que ella era la única. Estaba congelado, inmóvil. El aire no corría en su cuerpo; más bien parecía escapar lentamente hasta no quedar nada, y se quedó allí, vacío, y ansioso por más. Su cálido cabello castaño recogido dejaba a la vista la impresionantemente perfecta curva de su cuello. Y en todo lo que podía pensar, era: Estoy arruinado. Para todas las mujeres, estaba arruinado. Esa intensidad, ese fuego, esa sensación tan aplastante de estar en lo correcto, nunca la había sentido. Quizás era tonto. Quizás estaba loco. Probablemente ambas cosas. Pero había estado esperando. Por ese momento, tanto tiempo, lo había estado esperando. Y repentinamente todo se había vuelto tan claro.
Y allí estaba.
Ella estaba allí.
Y él lo sabía.
Lo sabía.
Se movió lentamente, logró murmurar una disculpa alejándose del descendiente, encaminadose hacia ella. Tenía que alcanzarla. Tenía que ver sus ojos, respirar su olor, conocer el sonido de su voz. Estaba intimidado por tan abrumadores sentimientos y, de algún modo, logró ponerse frente a ella. Estaba sentada algo apartada del resto un poco encogida por el frío. Sonrió. Suavemente, solo un poco. Y dijo… -¿Quiere mi abrigo?- Le preguntó tendiendole su gruesa túnica oscura. -Yo soy Adael Cohen ¿usted cómo se llama?- Era consciente de que estaba hecho un desastre; tenía el pelo despeinado, ojeras por malas noches de sueño y vello facial desparejo que necesitaba una afeitada. -Venga conmigo.- Le ofreció cuando notó que la reunión daba inicio y se encaminó al círculo central esperando que lo siga.
Al llegar se encontró al lado de Sarah a la que saludó por lo bajo para no interrumpir la reunión, del mismo modo saludó a Amaya y a Belle para luego centrarse en las palabras de Johan. Los crímenes de la Alianza humana no podían seguir siendo ignorados, había compartido unas palabras con la druida al respecto. Sobre los Pendragon opinaba que ellos debían encargarse del problema en tierra firme para permitirles a los descendientes tratar temas más importantes. Y no tenía una opinión formada sobre los androides, eran producto de los muggles. Escuchó atentamente la explicación del líder de los renegados y entendió la gran parte de ella, la otra parte no mucho porque algunas palabras se las llevó el viento, pero tenía lo suficiente para hacerse una idea.
-Los de la Alianza se quedan, no podemos arriesgarnos a que escapen. A los Pendragon si hay que avisarles y a los androides parece que también.- Declaró tras las palabras de la General para luego mirar a Sayid y a Sarah alentandolos a dar su opinión. Conjuró patronus con forma de nutria para que den aviso a aquellas dos facciones.
Sayid Ibn Salah
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Me apetecía hablar un poco más con Johan pero al parecer tenía asuntos pendientes con su mujer así que no dije mucho más para poder dejarlos marchar, Adael también se acercó para entablar conversación y le sonreí -Siento no haber podido asistir, tenía otros asuntos en casa y era mi primera navidad como recién casado, además, pronto seremos tres en la familia- si, le estaba informando sutilmente que pronto sería padre y traería al próximo descendiente de mi linaje, se me hinchó el pecho al decirlo pero pronto el chico se marchó a por una joven.
No me quedé solo mucho tiempo pues Sarah había llegado con la general y Belle -Señorita Simon, volvemos a encontrarnos- le hice una reverencia para después saludar a Sarah y Amaya -General- dije al verla ya repuesta después de la batalla, me había enterado de su pérdida pero más adelante le daría el pésame pues la reunión estaba a punto de empezar.
Todos nos reunimos mas o menos en el centro haciendo corro, no era muy de mi gusto llevar a cabo una reunión seria en esas condiciones pero intentaría tomar nota de todo mentalmente. Adael salió a decir que debían llamar a los Pendraagon y solo suspiré, ya lo había soltado y no podía decir que no pero no les tenía demasiada confianza, mucho menos después del jaleo con Markus y Giordano -También necesitamos a Sigrid, como mínimo, Tenemos a Belle pero recordad que el código lo diseñó ella- dicho eso invoqué un patronus para que fuera en su búsqueda al taller y si no acudía ella... bueno, alguien que pudiera informarla.
Johan empezó a dar los datos que tenían y cuando dijo las ciudades fruncí el ceño, sí, Turín era una ciudad especial por sus propiedades mágicas pero tenía dos mitades según recordaba de la misión a los pozos de magia y mucho me temía que necesitaríamos a Setelah de nuevo. Invoqué un mapa para marcar las ciudades que había mencionado Johan y entonces fui consciente de nuestro mayor problema, la magia. Amaya tomó la palabra y cuando hizo su pregunta di un paso al frente -Tenemos un gran problema, espero que todos recordéis la misión a Turín cuando nos quedamos sin magia, nos basamos en un libro de nostradamus que pertenecía al descendiente de Merlín y gracias a ello pudimos crear un dispositivo que nos diera magia durante la crisis y así poder sobrevivir hasta la convergencia, sin embargo el libro decía otra cosa, al igual que hay puntos desbordantes de magia los hay sin ella y mucho me temo que las ciudades elegidas por la IA coinciden con esos puntos... por tanto creo que en esos puntos nuestra magia será muy débil y en el peor de los casos, inexistente-
No me quedé solo mucho tiempo pues Sarah había llegado con la general y Belle -Señorita Simon, volvemos a encontrarnos- le hice una reverencia para después saludar a Sarah y Amaya -General- dije al verla ya repuesta después de la batalla, me había enterado de su pérdida pero más adelante le daría el pésame pues la reunión estaba a punto de empezar.
Todos nos reunimos mas o menos en el centro haciendo corro, no era muy de mi gusto llevar a cabo una reunión seria en esas condiciones pero intentaría tomar nota de todo mentalmente. Adael salió a decir que debían llamar a los Pendraagon y solo suspiré, ya lo había soltado y no podía decir que no pero no les tenía demasiada confianza, mucho menos después del jaleo con Markus y Giordano -También necesitamos a Sigrid, como mínimo, Tenemos a Belle pero recordad que el código lo diseñó ella- dicho eso invoqué un patronus para que fuera en su búsqueda al taller y si no acudía ella... bueno, alguien que pudiera informarla.
Johan empezó a dar los datos que tenían y cuando dijo las ciudades fruncí el ceño, sí, Turín era una ciudad especial por sus propiedades mágicas pero tenía dos mitades según recordaba de la misión a los pozos de magia y mucho me temía que necesitaríamos a Setelah de nuevo. Invoqué un mapa para marcar las ciudades que había mencionado Johan y entonces fui consciente de nuestro mayor problema, la magia. Amaya tomó la palabra y cuando hizo su pregunta di un paso al frente -Tenemos un gran problema, espero que todos recordéis la misión a Turín cuando nos quedamos sin magia, nos basamos en un libro de nostradamus que pertenecía al descendiente de Merlín y gracias a ello pudimos crear un dispositivo que nos diera magia durante la crisis y así poder sobrevivir hasta la convergencia, sin embargo el libro decía otra cosa, al igual que hay puntos desbordantes de magia los hay sin ella y mucho me temo que las ciudades elegidas por la IA coinciden con esos puntos... por tanto creo que en esos puntos nuestra magia será muy débil y en el peor de los casos, inexistente-
El ciego tenía humor, habia que reconocerselo. Me reí entredientes sin emitir sonido alguno por su respuesta, pegando despues otra calada. Lo escuché y le pregunté a traves del humo.
- Juicio? Suena a un grano en el culo, desde luego- hice una mueca. Juicio. Llevaba sin oir esa palabra...años.
La cosa pareció dar comienzo y nos pusimos en pie. Fui hacia donde estaba el Scalovix, acercandome un poco hacia donde estaban él y Josephine. Johan expuso el asunto, conocía algo de eso, aunque el asunto de los puntos de la no magia no lo pilotaba demasiado bien.
Esperé a que hablara Sayid, Amaya, etc. Sin magia, estaban bastante jodidos para ser utiles, pero en realidad lo que jodía mas era el asunto del transporte.
- ¿No podéis volver a crear otro de esos dispositivos para que os den magia? - levanté una ceja, les pasaría algo si empuñaban una pistola o serian como storm troopers? - igual convendría contar con algo de tecnología...analógica, cosas no pirateables. Transportes, sobre todo. No confiar exclusivamente en los portales.
- Juicio? Suena a un grano en el culo, desde luego- hice una mueca. Juicio. Llevaba sin oir esa palabra...años.
La cosa pareció dar comienzo y nos pusimos en pie. Fui hacia donde estaba el Scalovix, acercandome un poco hacia donde estaban él y Josephine. Johan expuso el asunto, conocía algo de eso, aunque el asunto de los puntos de la no magia no lo pilotaba demasiado bien.
Esperé a que hablara Sayid, Amaya, etc. Sin magia, estaban bastante jodidos para ser utiles, pero en realidad lo que jodía mas era el asunto del transporte.
- ¿No podéis volver a crear otro de esos dispositivos para que os den magia? - levanté una ceja, les pasaría algo si empuñaban una pistola o serian como storm troopers? - igual convendría contar con algo de tecnología...analógica, cosas no pirateables. Transportes, sobre todo. No confiar exclusivamente en los portales.
Corrió hacia la plaza con toda la rapidez que pudo acumular. Hubiera podido volar, pero aquello de correr era un gusto que había ido adquiriendo con el tiempo en la isla. De Reiv no sabía nada desde temprano, así que simplemente supuso que no iría a lo de la reunión que Johan convocaba. Ella se había enterado escuchando por entre las conversaciones mientras estaba en el Mercado. Eso de no pertenecer formalmente a ningún bando parecía no ser tan bueno como sonaba.
Cuando por fin llegó, ya todo mundo estaba más o menos en círculo. Bueno, no, estaban desparramados pero mirando a donde mismo, a Johan mientras hablaba. Aquello de los tres núcleos tenía días que no la dejaba descansar, porque había sido muy difícil uno... ahora no sabía si podrían con tres. La anterior misión había causado bajas y sabía de más de uno que no podría unirse, como Reiv, Arleen, el Teniente buenorro de la guardia del que todo mundo hablaba... Su rostro se ruborizó, pero sonaba más a que era por lo mucho que había corrido en el frío que por otra cosa. Llegó justo a tiempo para alcanzar a escuchar a Sayid. Su corazón se desbocó.- ¿Cómo? ¿Sin magia? ¿Los portales funcionan siquiera sin magia? ¿La magia no puede trasladarse? Es energía... ¿Por qué están sin magia estos lugares? - Quizás, aquella había sido la vez que había dicho más veces la palabra Magia en una sola oración. Ella tenía cierta experiencia en combate cuerpo a cuerpo, pero...- ¿Cómo nos vamos a cargar a un centinela a palos? - Entendió bien pronto que no estaba siendo constructiva, así que dio un paso atrás, bastante apenada por haberse expuesto tanto en público. Si Reiv la hubiera acompañado se habría escondido tras él.
Cuando por fin llegó, ya todo mundo estaba más o menos en círculo. Bueno, no, estaban desparramados pero mirando a donde mismo, a Johan mientras hablaba. Aquello de los tres núcleos tenía días que no la dejaba descansar, porque había sido muy difícil uno... ahora no sabía si podrían con tres. La anterior misión había causado bajas y sabía de más de uno que no podría unirse, como Reiv, Arleen, el Teniente buenorro de la guardia del que todo mundo hablaba... Su rostro se ruborizó, pero sonaba más a que era por lo mucho que había corrido en el frío que por otra cosa. Llegó justo a tiempo para alcanzar a escuchar a Sayid. Su corazón se desbocó.- ¿Cómo? ¿Sin magia? ¿Los portales funcionan siquiera sin magia? ¿La magia no puede trasladarse? Es energía... ¿Por qué están sin magia estos lugares? - Quizás, aquella había sido la vez que había dicho más veces la palabra Magia en una sola oración. Ella tenía cierta experiencia en combate cuerpo a cuerpo, pero...- ¿Cómo nos vamos a cargar a un centinela a palos? - Entendió bien pronto que no estaba siendo constructiva, así que dio un paso atrás, bastante apenada por haberse expuesto tanto en público. Si Reiv la hubiera acompañado se habría escondido tras él.
Lake Pendragon
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Con tal de salir de la residencia, atendió el pobre llamado a la reunión de la plebe en la plaza central. Había subido a lomos de su dragón compañero y, sin más, había abandonado las montañas. No tardó mucho en sobrevolar la plaza en amplios círculos que se fueron cerrando al ver a el rastro de los presentes. Su dragón era perfecto en la cacería, por lo que los encontró mucho antes de que se acercaran a la tierra. En un gracil movimiento, el dragón hizo retumbar la tierra al posarse en ella, cuidando de lucir amenazador sin hacer un solo gesto de desprecio. Dejó que se asentara y la pelirroja bajó rápidamente de él. El sonido de sus botas contra el pavimento era fuerte y claro. Lo suficiente para que la gente se abriera para que ella accediera al círculo principal de aquella reunión improvisada. Cuando finalmente se detuvo, su capa dejó de ondearse para rozar ligeramente el suelo. Miró a los presentes, entre los que estaban el recién casado, la descarada que se había infiltrado en los campamentos de su ejército y el que huyó con miedo de los campos de cultivo, seguramente a esconderse en la ratonera donde el resto de los descendientes estaban. Habría intentado parecer más amable que su rostro serio y su ceja alzada mostrándose cero impresionada, pero desde hacía días no tenía ánimos mas que para quemar cosas. Viendo que su querido esposo no estaba ahí, no tenía nada que quemar por el momento. Comenzó a quitarse los guantes de montar mientras escuchaba tonterías de estar sin magia de nuevo. Una ligera molestia le recorrió, pero se dedicó a juzgar con la mirada a todo aquel que tomaba la palabra.
La Descendiente Le Fay, tras irse con un amargo sabor de boca de los calabozos, fue al hospital para ver a Aedan. Estaba bien en la guardería y eso le dejaba un poco más tranquila, había menos niños de lo normal y supuso que se trataría de las fiestas. Se quedó un rato más saludándolo y tras eso se fue a la plaza. Llegó apenas un poco antes que la pelirroja que, como todo Pendragon, hizo acto de presencia por todo lo alto. Catherine fue moviéndose entre la gente para posicionarse al lado de Sayid llegando al círculo interno casi al mismo tiempo que ella. “Esa debe ser la prometida de Markus”, le dijo a Sayid mentalmente y luego volvió la vista a lo que realmente les interesaba.
La campeona del torneo hizo una pregunta que Catherine si supo responder -Equilibrio- Mencionó con tranquilidad -La magia es energía, como bien dices, así que si hay demasiada magiaen un sitio la naturaleza crea su propio balance- Inspiró profundamente, cruzándose de brazos. Aquello complicaba mucho las cosas. Miró a Johan un momento y luego a Jo y tensó los labios en una mueca de preocupación -Los sanadores no podrán curar- Indicó después de que Thalos hablara sobre medios de transporte -Se pueden hacer portales o trasladores para llevarlos exactamente al límite de la zona con magia, donde podrían estar los sanadores capacitados sólo con sus poderes- Inmediatamente, contactó con Anteia informándole de la creciente necesidad de pociones sanadoras. También con Sofía, debían trabajar en ello.
Se cruzó de brazos sintiendo que se le atenazaba el estómago y, ojo, no por su esposo pues conocía de primera mano su desempeño físico sino porque eso implicaba que muchísima gente no iba a hacer acto de presencia en la misión. Ella misma no podría bajar, aunque eso ya lo había decidido con anterioridad. Se quedó mirando el mapa con cierto desazón -Seguramente Tesla, Newton y Da Vinci podrán crear algo… Pero… El tiempo nos juega en contra. Por ende, sería bastante prudente que todos aquellos capaces de presentar batalla sin uso de su magia sean la fuerza de ataque- Respondió a Thalos tras un tiempo pensativa y en silencio. Sobre todo porque San Francisco estaba demasiado lejos. Demasiado. Conectó con Sayid de nuevo, conteniendo un suspiro "No pinta bien. Tú puedes defenderte perfectamente y los guardias también pero...y el resto del Consejo? Quizás Ling" Miró hacia donde se encontraba el dragón de la pelirroja y volvió la vista hacia Sayid "¿Las criaturas se ven afectadas? Quizás habría que preguntarle a Sarah o Tepes...No...No recuerdo mucho de esa época", dijo bajando la vista al piso y sintiendo que la vergüenza coloreaba sus mejillas. No estaba orgullosa de aquel momento pero seguramente habría sido más un estorbo que algo positivo.
La campeona del torneo hizo una pregunta que Catherine si supo responder -Equilibrio- Mencionó con tranquilidad -La magia es energía, como bien dices, así que si hay demasiada magiaen un sitio la naturaleza crea su propio balance- Inspiró profundamente, cruzándose de brazos. Aquello complicaba mucho las cosas. Miró a Johan un momento y luego a Jo y tensó los labios en una mueca de preocupación -Los sanadores no podrán curar- Indicó después de que Thalos hablara sobre medios de transporte -Se pueden hacer portales o trasladores para llevarlos exactamente al límite de la zona con magia, donde podrían estar los sanadores capacitados sólo con sus poderes- Inmediatamente, contactó con Anteia informándole de la creciente necesidad de pociones sanadoras. También con Sofía, debían trabajar en ello.
Se cruzó de brazos sintiendo que se le atenazaba el estómago y, ojo, no por su esposo pues conocía de primera mano su desempeño físico sino porque eso implicaba que muchísima gente no iba a hacer acto de presencia en la misión. Ella misma no podría bajar, aunque eso ya lo había decidido con anterioridad. Se quedó mirando el mapa con cierto desazón -Seguramente Tesla, Newton y Da Vinci podrán crear algo… Pero… El tiempo nos juega en contra. Por ende, sería bastante prudente que todos aquellos capaces de presentar batalla sin uso de su magia sean la fuerza de ataque- Respondió a Thalos tras un tiempo pensativa y en silencio. Sobre todo porque San Francisco estaba demasiado lejos. Demasiado. Conectó con Sayid de nuevo, conteniendo un suspiro "No pinta bien. Tú puedes defenderte perfectamente y los guardias también pero...y el resto del Consejo? Quizás Ling" Miró hacia donde se encontraba el dragón de la pelirroja y volvió la vista hacia Sayid "¿Las criaturas se ven afectadas? Quizás habría que preguntarle a Sarah o Tepes...No...No recuerdo mucho de esa época", dijo bajando la vista al piso y sintiendo que la vergüenza coloreaba sus mejillas. No estaba orgullosa de aquel momento pero seguramente habría sido más un estorbo que algo positivo.
Traté de estirar mi espalda cuando Johan comenzó a hablar del tema de la misión, cruzando las piernas y moviendo el pie de forma nerviosa e insistente, esperando que todo aquello no se alargara mucho. Miró a su alrededor comprobando que aquella reunión era demasiado multitudinaria como para lo que realmente era. Por lo que bufó molesta. Se conocía que faltaban los miembros de la Alianza, pensando que esa gente lo que hacía era dejarte en la estocada a primera de cambio. Qué remedio. Pero la gente empezó a cerrar el círculo y me ocultaron la vista, por lo que tuve que ponerme de pie para poder mirar al moreno.
Lo de la magia era una cagada, pero Vanessa sabría perfectamente sobrevivir sin ella. Todo lo demás, pues era bastante relleno, la verdad. Lo malo es que, con la premura de la misión, muchos de los souls no podrían bajar al no estar todavía lo suficientemente sanados. Por supuesto no podía contar con Adramelech y tampoco con Lyosha y su… en fin, sus cosas mentales. ¿Se unirían los nigromantes?
Andaba sumida en sus pensamientos y en sus cosas sin percatarse de las miradas del tipo. Se me acercó y le alcé la ceja con gesto de desaprobación cuando me hablaba. A mí. Oh, un abrigo. Ok. Encogí los hombros y me lo puse sin darle mucha más coba al tema. Ya le daría las gracias si eso cuando acabaran, si es que se acordaba. Pero aquel humano siguió tratando de entablar conversación con ella, dirigió la cara hacia otro lado, poniendo los ojos en blanco y suspirando de una forma muy cansada. Cogió aire, volvió a mirar al muchacho y le estudió de arriba a abajo, sonriendo muy falsamente. -Vanessa- Tras aquello dio un paso hacia un lado, alejándose de él. Y luego otro. Y un tercero. Al final terminó inmiscuida en un grupo que no conocía de nada, lo más lejos posible de aquel acosador con pinta de vagabundo. Qué poca clase. Qué grima. -Los médicos podrán curar si saben hacerlo sin magia. Igual que podríamos patear esos culos metálicos con un poco de abracadabra tecnológico- Le dije a la pelirroja casi riéndome de ella. Los que únicamente dependían de la magia eran débiles.
Lo de la magia era una cagada, pero Vanessa sabría perfectamente sobrevivir sin ella. Todo lo demás, pues era bastante relleno, la verdad. Lo malo es que, con la premura de la misión, muchos de los souls no podrían bajar al no estar todavía lo suficientemente sanados. Por supuesto no podía contar con Adramelech y tampoco con Lyosha y su… en fin, sus cosas mentales. ¿Se unirían los nigromantes?
Andaba sumida en sus pensamientos y en sus cosas sin percatarse de las miradas del tipo. Se me acercó y le alcé la ceja con gesto de desaprobación cuando me hablaba. A mí. Oh, un abrigo. Ok. Encogí los hombros y me lo puse sin darle mucha más coba al tema. Ya le daría las gracias si eso cuando acabaran, si es que se acordaba. Pero aquel humano siguió tratando de entablar conversación con ella, dirigió la cara hacia otro lado, poniendo los ojos en blanco y suspirando de una forma muy cansada. Cogió aire, volvió a mirar al muchacho y le estudió de arriba a abajo, sonriendo muy falsamente. -Vanessa- Tras aquello dio un paso hacia un lado, alejándose de él. Y luego otro. Y un tercero. Al final terminó inmiscuida en un grupo que no conocía de nada, lo más lejos posible de aquel acosador con pinta de vagabundo. Qué poca clase. Qué grima. -Los médicos podrán curar si saben hacerlo sin magia. Igual que podríamos patear esos culos metálicos con un poco de abracadabra tecnológico- Le dije a la pelirroja casi riéndome de ella. Los que únicamente dependían de la magia eran débiles.
Sabía que a Nichollas no le molaba ni pizca que volviera a enfrentarme de nuevo contra la máquina, pero traté de convencerle de lo contrario y de que esta vez, trabajaríamos para que la máquina no subiera a la isla. El tema no lo había hablado con Mónica, tampoco había tenido tiempo para poder hacerlo desde que le habían dado el alta en el hospital …. Ni tampoco le había dicho nada de mi conversación con Arleen porque todos mis planes se habían trastocado con la llegada del patronus de Johan y la convocatoria de la reunión. ¿Que si estaba preparada? No sé si en algún momento te preparan para estas cosas, pero tenía una sensación extraña en su estómago fruto de los nervios y de la incertidumbre. Por el momento sabía que solo iban a hablar, pero estaba claro que iban a hacerlo de cosas importantes, por lo que decidió asistir. Salió de casa con un abrigo largo de color rojo, un gorro de lana de color gris perla y unas katiuskas color rojo, además de haberse perfumado con olor a cereza. A su llegada se encontró con la descendiente pelirroja que la ayudó en la misión anterior y que, junto a Arleen, la estuvieron defendiendo de los envistes de la máquina. Venía con otra mujer, le sonó también de la misión, pero no la ponía nombre, pero sí rango, por las vestimentas que llevaba. Se unió con ellas a la reunión y enseguida se toparon con Sayid -Sí, mucho tiempo. No podía perderme esta ocasión tan especial- Saludé al descendiente, queriendo decir que no podía no asistir a aquel encuentro en la plaza. Las sospechas sobre quién era la acompañante de Sarah se vieron despejadas, era una General, pintaba que de la Guardia.También estaba Adael, de modo que le saludó desde la distancia con un leve movimiento de mano. Habían llegado con el tiempo justo y la reunión estaba por empezar.
Muchos de ellos empezaron a hablar después de que lo hiciera Johan. Ella también quiso aportar su punto de vista, de modo que alzó tímidamente la mano para hablar, y, una vez que se hizo un silencio comenzó a hablar tímidamente, estudiando a sus oyentes. -Sigrid y yo podemos trabajar contra la máquina sin necesidad de magia. A ver, por mi parte facilita las cosas, pero no las hace imposibles. Y Collins también es bueno con la tecnología, quizás también pudiéramos contar con su inestimable ayuda- No estaba segura de si le habían dado de alta en el hospital, de modo que le mandó un patronus para preguntarle si vendría. Lo de las cosas no pirateables le dio una idea, y era lo de hacer un protocolo en codificación que pudiera evitar el pirateo, lo que no estaba segura era cuánto podía durar. Supuso que todo aquello que no se conectara a la red se salvaría de ser dominadas por SAM.
Muchos de ellos empezaron a hablar después de que lo hiciera Johan. Ella también quiso aportar su punto de vista, de modo que alzó tímidamente la mano para hablar, y, una vez que se hizo un silencio comenzó a hablar tímidamente, estudiando a sus oyentes. -Sigrid y yo podemos trabajar contra la máquina sin necesidad de magia. A ver, por mi parte facilita las cosas, pero no las hace imposibles. Y Collins también es bueno con la tecnología, quizás también pudiéramos contar con su inestimable ayuda- No estaba segura de si le habían dado de alta en el hospital, de modo que le mandó un patronus para preguntarle si vendría. Lo de las cosas no pirateables le dio una idea, y era lo de hacer un protocolo en codificación que pudiera evitar el pirateo, lo que no estaba segura era cuánto podía durar. Supuso que todo aquello que no se conectara a la red se salvaría de ser dominadas por SAM.
Darren Pendragon
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Nacionalidad
Tras el Yule, lo ocurrido en el hospital, las palabras de su hermano llamándole básico, la boda de sus hermanas, Darren había estado esquivando todo lo posible a su hermano mayor. No tenía ganas de confraternizar con él de ninguna de las maneras. Para bien y para mal, tampoco se había topado con ninguna de sus hermanas, y aquello sí que le había parecido sospechoso. ¿Dónde estaría Shyvanna? ¿Preparando el holmgang? ¿Trajinándose a cualquier pobre víctima para saciar su sexo antes de la boda? ¿Lake ya se habría encargado de exanguinar al primero que se hubiera cruzado con ella?
Darren estaba sobrevolando la isla sin mayores preocupaciones cuando el patronus se hizo presente ante él. No reconoció el remitente, pero aquel no era el de su familia. Le indicó a Altamir que virase en dirección a la plaza sobrevolándola. No tardó en identificar a la pelirroja matadragones, puso sentir sus dudas, su nerviosismo y su corazón desbocado, podía hacerlo desde allí arriba. También estaba Lake y su dragón apostados, al margen del tumulto. Indicó a su dragón que descendiera y se quedara a un lado, dado que no esperaba que aquello fuera a demorarse mucho. Aterrizaron y desmontó con elegancia, cubriéndose el pecho con una capa roja que ondeaba con el aire levantado por el dragón al tocar tierra, haciendo crujir la nieve con las botas a cada paso. Avanzó sin muchos miramientos hasta llegar al lado de su hermana Lake, mirándola de soslayo para tratar de evaluar sus pensamientos, críticos y mortales. También estaba el usurpador, la loca LeFay y alguno de los Descendientes a los que les dirigió indiferencia. Lo que sí captó su atención era la ausencia del cervatillo y del medimago, ¿acaso el segundo no se había recuperado después de la intervención? Había tratado de localizar la casa de ambos, pero le había sido imposible, suponiendo que bajo aquel fallo se encontraba algún Fidelio.
Por lo que pareció escuchar a su llegada la zona de acción sería sin magia, de modo que necesitaría de su “básica” forma física para poder luchar. Recordó cuando Whtyr se rio en su cara de la espada que le había cedido y apretó las muelas y las muelas con rabia.
Darren estaba sobrevolando la isla sin mayores preocupaciones cuando el patronus se hizo presente ante él. No reconoció el remitente, pero aquel no era el de su familia. Le indicó a Altamir que virase en dirección a la plaza sobrevolándola. No tardó en identificar a la pelirroja matadragones, puso sentir sus dudas, su nerviosismo y su corazón desbocado, podía hacerlo desde allí arriba. También estaba Lake y su dragón apostados, al margen del tumulto. Indicó a su dragón que descendiera y se quedara a un lado, dado que no esperaba que aquello fuera a demorarse mucho. Aterrizaron y desmontó con elegancia, cubriéndose el pecho con una capa roja que ondeaba con el aire levantado por el dragón al tocar tierra, haciendo crujir la nieve con las botas a cada paso. Avanzó sin muchos miramientos hasta llegar al lado de su hermana Lake, mirándola de soslayo para tratar de evaluar sus pensamientos, críticos y mortales. También estaba el usurpador, la loca LeFay y alguno de los Descendientes a los que les dirigió indiferencia. Lo que sí captó su atención era la ausencia del cervatillo y del medimago, ¿acaso el segundo no se había recuperado después de la intervención? Había tratado de localizar la casa de ambos, pero le había sido imposible, suponiendo que bajo aquel fallo se encontraba algún Fidelio.
Por lo que pareció escuchar a su llegada la zona de acción sería sin magia, de modo que necesitaría de su “básica” forma física para poder luchar. Recordó cuando Whtyr se rio en su cara de la espada que le había cedido y apretó las muelas y las muelas con rabia.
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