Torre de Alta Hechicería [cerca de Monte Aventino]

Miré hacia abajo por si a la soul reaper se le habia hecho el antojo de seguirme y estrenar sus nuevas alas, y algo decepcionado comprobé que no era así.

"no de momento"

Inspiré y espiré, negando con la cabeza con cierta indignación, y decepcion. Había sido todo un desperdicio de tiempo y energía? Su reacción no me cuadraba y no la había hecho tan creyente en ninguna entidad superior como para traer a colación al creador. Pero bueno, todos los dias se aprendía algo nuevo. Ascendía hacia lo alto de la torre, en mis pensamientos no estaba el irme todavia, por lo que pudiera ocurrir. Miré hacia abajo de nuevo, recordando brevemente...no había sido alli donde habia estado con Gwen y con Cath la primera vez que me sacaron del vaticano? Creía recordar haberme escapado y....

De pronto, y como sacada de mis memorias, Gwen apareció, literalmente, a mi lado. Me costó unos instantes darme cuenta que no era mi imaginación la que la había proyectado ahi, sobre todo porque empezó a caer y a gritar. Instantes preciosos perdidos, a decir verdad... No me lo pensé dos veces y plegué las alas para descender en picado tras ella, eso sí, aplicando algo de propulsión para llegar a tiempo. No podía confiar exclusivamente en que la gravedad y un buen uso de las fuerzas de rozamiento hicieran todo el trabajo.

Logré ponerme a su altura y la agarré con ambos brazos por la cintura, pegándola contra mi con fuerza. En ese mismo instante abrí las alas y frené, haciendo una leve parábola....y levantando el vuelo de nuevo, pasando de largo del techo de la torre. El cambio de velocidades quizá fue un poco brusco, pero el ascenso en sí mismo suave. Aproveché para mirar lo que tenía entre los brazos y comprobar que era ella de verdad. Desde luego, olía como ella, y eso lo podia comprobar facil porque toda su melena me iba dando en la cara. No había sido ninguna alucinación. Y sí, la había echado de menos. Pero a decir verdad, lo había buscado yo solito.

- Gwen? eres tú? - había pasado algo? por qué habia aparecido aqui en mitad de la nada? Se me dispararon las alarmas y fui a buscar aterrizaje en lo alto del techo de la torre, una superficie lisa y mucho mas pequeña que la base, de alabastro negro como el resto ,para poder comprobar si estaba bien en cuanto aterrizasemos.
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destreza en aterrizaje forzoso?

El miembro 'Giordano Da Vinci' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado (20)' :

Estaba buscando la concentración para transportarme al tejado que había visto bajo mis pies cuando sentí el tirón fuerte desde mi estómago. El empujón contra la gravedad hizo que el dolor de la herida del abdomen apareciese de nuevo y llevé instintivamente las manos para sujetarme a lo que fuese que me había aferrado.

Unas manos. Sentí el viento soplar en mis oídos al abrir los ojos y me percaté de que alguien había pegado mi espalda contra su cuerpo y volábamos. Desvié la vista a la torre contra la que había estado a punto de chocar, ahora varios metros por debajo de lo que se encontraba antes, soltando una breve bocana de aire aliviado. Giré el rostro por encima del hombro al escuchar la voz encontrando los ojos de DaVinci entre los mechones de pelo que ondeaban. Pero no respondí.

Cuando tocamos la base del techo, solté sus manos. Es más, tiré de las suyas para apartarlas de mi mientras giraba para quedar frente a él. Sacudí mis vestiduras, la túnica abrigada para los días de enero e incliné la cabeza como agradecimiento por aquello.-Disculpad. Os hacía en un taller a ras de suelo.-Alcé la vista al cielo inspirando mientras plantaba una mano en mi abdomen. Qué vergüenza. Una mestiza de dragón a punto de partirse la cabeza por aquello. Suspiré volviendo a mirar hacia él. Un pequeño movimiento de ojos, investigando su estado.

Se apreciaba mejor color, a pesar de su aspecto habitualmente pálido y su mirada parecía más centrada. Mi mirada se desvió de nuevo a cualquier otro lugar.-Mi hermano me envía para indicaros que deberíais reunir al consejo en dos días frente al nuevo árbol de Ouroboros. Nosotros nos reuniremos también si nos indicáis dónde ha germinado.-Solté del tirón volviendo a mirarle. Y ya. Bastaría su respuesta y no habría más que hablar.

Merda. Debería haber hablado antes con ella, debería haberle respondido a alguno de sus envíos o simplemente...no sé, aparentar ser una persona normal. En el ultimo encuentro practicamente la habia echado del cuarto y luego me había liado con Shyvanna. Por eso no me extrañó para nada el modo en el que tiró de mis manos para apartarla de ella. De pronto me habia olvidado de la loca peliblanca de abajo a la que habia lanzado el reto de perseguirme.

- Estás bien? Te has hecho daño? - emití un leve "oh" de comprensión al saber por qué se habia aparecido de pronto en el aire. Habia debido ubicarme mediante la sangre, pero eso no le habia indicado la altura. - Necesitas un barómetro para realizar con mas exactitud las ubicaciones si es que luego vas a aparecerte en el punto...

Así que Wthyr quería iniciar ya los movimientos definitivos para terminar con todo. Y no era de extrañar, no era de extrañar para nada.

- Due giorni, capito. Está en la ciudad de Praga. - mandé plegar las alas, pues estaban haciendo efecto parapente con el viento y una de dos, o se acababan partiendo o me mandaban a volar de nuevo. Me acerqué a ella porque sospechaba que ahora que tenia la información que habia venido a pedir y me habia dado el mensaje necesario para transmitir, se marcharía. - Espera un poco. Solo un momento.

"la proxima vez que coincidamos será rodeados de un monton de gente y a punto de afrontar el reto final"

- Yo...necesito scusarme.

Asentí primero negando instantáneamente después.-Nada de lo que preocuparse.-Hice un gesto con la mano leve restando importancia al incidente justo antes de que empezase a explicarme algo sobre algún invento de los suyos. Muy él. Parpadeé un par de veces manteniendo el rostro serio y después apreté los labios antes de hablar de nuevo.-Generalmente uso un mensaje antes de hacer algo así.-Pero claro, no contaba con que él lo hubiese respondido.

Asentí conforme con el intercambio de información.-En dos días en Praga pues.-No me moví cuando se aproximó alzando la vista a él al escuchar su petición. Arqueé una ceja ante lo siguiente. ¿Por qué querría disculparse? ¿Por desconfiar de nuestros métodos?¿Insistir en meterse en mi vida? .Suspiré negando.-No creo que haya nada por lo que tenga que disculparse mi señor DaVinci.-En realidad mi enfado a parte de la sensación de que ningún miembro del Consejo iba a confiar jamás en nosotros y que en aquel momento mi hermana había sido secuestrada por Rasputín, había sido fruto de mi cabeza y de una conversación unilateral. Además de mi enfado conmigo misma que no era culpa de él.

-Pero si se queda más tranquilo...-Hice un gesto con mi mano dándole paso a hablar mientras sujetaba los bodes de la túnica a la altura de mi pecho para resguardarme mejor del viento de la azotea.

La revisé rapido con la mirada, para comprobar si lo que decia era cierto. El agarre habia sido algo brusco pero parecía en condiciones...

Un mensaje previo. Claro. Tenia bastante logica. Probablemente, no lo hubiese leido. Pero de haberlo hecho seguramente le habria dicho que esperase unos minutos hasta tomar tierra.

- La proxima vez, no dudes en avisar. Nunca se sabe donde podría estar. - sonreí, estaba tratando de hacer una broma o algo por el estilo. Pero donde podría estar a parte de volando? Pues como habia dicho, en un taller o ....cagando?

"si, mejor que avise"

Carraspeé poniendo el puño frente a mi boca y desviando la mirada intentando desvanecer la imagen mental absurda que me habia creado. No era momento de perder el tiempo.

- Sin embargo, discrepo. - odiaba cuando me llamaba "señor Da Vinci" y volví a sonreir, pero esta vez con mucha incomodidad.

- Ah...- cazzo, por qué era tan dificil? Antes no habia parado de hablar solo durante un par de minutos para explicarle cuatro cosas a Lyosha. - Creo que he sido desconsiderado en el trato contigo dadas las...circunstancias y la ayuda prestada... en...todo el asunto con...ya sabes. - le dije acompañando mi alegato con varios gestos de las manos, como si asi lograra explicarme mejor o ser mas elocuente. - Y debería haber respondido, un mensaje no cuesta tanto de enviar.

"he pensado demasiado en tí"

- Lo que quiero decir es que ha funcionado y...como ves estoy mejor... y es en parte gracias a ti. Tu esfuerzo, quiero decir.

"no, no estoy mas tranquilo. Al contrario"

Tomé aire pensando mis siguientes palabras. Qué mas?

- Espero que no me guardes rencor.

Volví a parpadear inevitablemente por la incredulidad que recorría mi mente al escuchar que no dudase en enviar un mensaje. Traté de que no se notase que aquello me había molestado. ¿Para qué iba a enviarle un mensaje si precisamente no había contestado durante aquellos meses? Aún así asentí.

Esperé paciente y con gesto neutro. Desvié la mirada a esa sonrisa, muy de él. Muy incómoda. Y suspiré brevemente mientras no se decidía por las palabras. ¿Para qué lo hacía? Tal vez por no ir a batalla con más rencillas entre los bandos. Alcé las cejas por un segundo al caer en que se disculpaba por no haber respondido a mi primera carta dado que le había ayudado con su situación. Asentí de nuevo aceptando de ese modo aquella disculpa.-Cada uno tiene sus razones. No juzgo las vuestras.-Comenté tras sus palabras.

Bien. Supuse que ya era momento de partir entonces. Me encogí un poco por una ráfaga de viento algo más fuerte. Volví a alzar la vista hacia él y apreté los labios molesta por no desaparecer sin más.-¿Necesitáis más?-Había dicho que estaba mejor. ¿Pero estaba bien?-Necesitaréis todas las fuerzas si vais a cruzar el velo con nosotros.-Y ahí se encontraba, además de una justificación válida para mi ofrecimiento otra pregunta velada. Según lo que había hablado con él no pensaba hacerlo, cuando se sentía inútil y recurría a esa sustancia había dicho que no participaría en la batalla.

No sabía descifrar muy bien su gesto tan tan neutro, tan neutro como ese modo de referirse a mi como "señor Da Vinci". Solo apreciaba como alzaba de cuando en cuando las cejas con...quizá...sorpresa o incredulidad.

- Pues no eran las razones correctas. - porque simplemente querer evitarme el posible rechazo o la vergüenza, no parecía una muy buena razon para ser desagradecido. - Asi que sí, puedes juzgarlas todo lo que quieras.

Advertí que tenía frío, yo por el contrario iba bien abrigado porque habia previsto una clase de vuelo más extensa. Una muy bonita chaqueta estilo aviador con la que me habia hecho, con borreguito por dentro.

Más sangre? Me acerqué retirandome la chaqueta. Era cierto, estaba más estable, ya no sufría los bajones de antes ni tampoco esas subidas desmedidas.

"y si es lo unico que nos mantiene en contacto?"

- Toma, no te enfríes. - se la puse por encima de la espalda a modo de capa, afianzandola por el cuello con un boton para que no saliera volando tambien. - Tomalo como pago por casi partirte la cabeza por venir a dar un mensaje. - cruzar el velo con ellos. Sí, había tenido tiempo de pensarlo. Y sí, gracias a lo que habia hecho Gwen por mí, habia conseguido una puesta a punto. Levanté la mano y le enseñé mi nuevo sello, aquel que habia obtenido de mi ancestro. - No voy a decepcionarles más. Así que quizá tengas que venir a verme un día antes de ese encuentro en Praga, por si acaso.

Matvey Rasputín escribió:También podría haber sido un modo de hacer las paces entre Diana y la matriarca del metal. Entre la necesidad de la una y de la otra. Pues necesitaría las habilidades de las dos para hacerlas funcionar. Mas las de Lyosha, sin duda....

Pero no, no fue así. Lo supe en cuanto empezó a hurgarse en la herida, como un mecanismo para volver en si ,para controlarse, asegurarse que ese cuerpo le pertenecía. Lo comprendía demasiado bien.  Me levanté posicionando a Ivanov detrás de mi, que ahora estaba con las piezas del puzzle en la mano, a lo suyo todavía...aunque no por mucho tiempo. Pronto comenzó a prestar mas atencion a lo que ocurria entre nosotros.

Pareció que lo dominaba, por un momento porque vi su sonrisa...parecía satisfecha con el regalo. Duró poco, su gesto mutó a uno de dolor y gritó. Avancé instintivamente hacia ella, pero no llegué a tocarla aun. Sus ojos habian cambiado de color y maldije por lo bajo. Al tiempo, el efecto que esa aura generaba sobre Valkar se hizo sentir, porque pude discernir aquel instinto asesino del verdugo, surgiendo desde el interior y estampándose como olas de marea contra los límites fisicos que le ponian mi cuerpo y las múltiples marcas mágicas que lo surcaban.

- Aléjate, Da Vinci. Con un poco de suerte logrará controlarlo. Y si no...estoy yo aquí. - El fue muy elocuente y aproveché su distracción del balcón para abrir un portal y enviar a Ivanov de vuelta a mi habitación en el Vaticano, donde estaría solo pero al menos, fuera de la escena de acción. Si es que al final la había.

- Lyosha. - sujeté su antebrazo, el que no habia envuelto en metal. - Eres más fuerte que ella. Úsala como la ventaja que puede ser.

-Tú no me dices qué debo y qué…- Un gruñido grave interrumpió el diálogo y Lyosha cerró de nuevo los ojos, moviendo la cabeza de lado antes de soltar una leve carcajada como si la Svensson estuviera disfrutando de aquella pelea por la posesión del cuerpo físico.

Y así era

“Tu voluntad para vivir murió hace mucho Diana. Ya no hay alados, ya no hay nada a lo que servir”
“Estás equivocada, seguimos aquí”

Abrió los ojos y se mantuvieron de color dorado mientras el italiano desplegaba alas que hicieron que Diana abriera los labios con sorpresa e irritación – Como Ícaro- Soltó despectivamente mientras intentaba incorporarse pero Lyosha no la dejó porque de refilón observó cómo Matvey se llevaba a Ivanov.

“Qué irónico”, dijo riéndose para sí misma y cuando Matvey se acercó a ella, Diana volvió su atención hacia él -Y tú…- El gesto de asco en su cara era claro. Un rechazo evidente a lo que se había convertido. Sus palabras, aunque eran evidentes para Lyosha, Diana no las dejó pasar -¿Entiendes acaso la realidad de la revenant? ¿Eres consciente de que sin mí no hay cuerpo que valga? Puedo decidir dejar de existir-

“¿Por qué has reaccionado así por unas alas y no cuando montamos el dragón?”
“Porque era una bestia que dominabas”
“Y ahora no necesitaré a nadie”
“No, pero esas no son mis alas”
“Mejóralas”

Aquello hizo que Diana parpadeara un momento como si Lyosha la hubiese puesto en jaque mate sin que ella lo hubiese visto venir. Lyosha no insistió, no tenía por costumbre rogarle nada a nadie. Así que esperó y cuando la pequeña duda, o esperanza, se alojó en aquella parte del alma de Diana que quedaba allí, Lyosha se hizo cargo del cuerpo y ladeó la cabeza para tronarse el cuello.

“De acuerdo”

No necesitaba esa afirmación de Diana pero lo dejó estar mientras se incorporaba, retirando el “guante” de metal que por un instante vió estampado en la cara de Matvey -Amas el peligro- Le dijo la revenant mientras su mirada, ahora azul y clara, se fijaba en Matvey. Por un instante pareció que iba a atraerlo hacia ella, al deslizar sus manos por su pecho, pero acabó empujándolo para apartarlo del camino e ir hacia las alas. Se detuvo al frente y reconstruyó la pluma de metal siguiendo el patrón de las anteriores y la colocó en su sitio.

-Así que…- Levantó la cabeza para mirar de reojo a Matvey -Ese niño ¿Qué bebe?- Porque ella era capaz de devolver un regalo. Matvey…bueno, él ya podría obtener el suyo pero el otro… Hmm, era difícil para ella decir gracias así que buscaría nuevas formas de atender la situación.

Luego se giró enteramente hacia él y sonrió de lado -Esto…- chasqueó con la lengua varias veces mientras negaba -No libera a tu ahijada…- Alzó un dedo para que se callara por si le apetecía empezar a hablar -Pero podría ganarle tiempo…y a ti, una recompensa- Atrajo el vaso de vodka hacia ella y alzó las cejas como cuestionándole -Pide lo que quieras, excepto aquello que ya tienes y acceso a la sala de los portales- Bebió del vaso y se giró nuevamente para acariciar las alas mientras un escalofrío de expectativa y satisfacción le recorría el cuerpo.

No salió más palabra de mis labios respecto a sus razones. No las conocía y tampoco quería profundizar más en ello. Tampoco servía de nada dar vueltas al tema y acabar llegando a la misma conclusión una y otra vez.

Una vez más no moví un paso cuando se acercó, algo a lo que me había acostumbrado durante esos meses en Delfos. Sin embargo mi pecho se encogió por dentro cuando alzaba de nuevo la mirada para enfocar los ojos de Giordano que quedaban a mayor altura que antes y observaba desconcertada aquel gesto suyo al quitarse la chaqueta y cargarla en mis hombros. No necesitaba su abrigo, ya se lo había dicho en las cuevas hacía meses.-Eso ha sido consecuencia de mis propias decisiones - murmuré mientras él la abotonaba y el aroma a café, vino y taller inundaba mi nariz. Mis ojos bajaron a la chaqueta y la sujeté con una de las manos a la altura del pecho.

Me parecía desconsiderado volver a rechazar su ofrecimiento y además aquel olor... Tenía claro que el gesto neutro de mi rostro había desaparecido bastante. Algo que no podía suceder. Aparté la mirada del borrego de la prenda para volver a mirarle mientras me mostraba algo. El sello de su antepasado. Un tirón en mi pecho al recordar que en mi dedo también reposaba otro sello ahora, la mano se apretó en la chaqueta como respuesta.

Asentí apartando la mirada de sus ojos.-Mañana entonces. - Apreté los labios considerando la posibilidad de enviar la sangre tal y como había estado haciendo estos meses. -Podría servir el método de estos meses pero el ritual tiene mayor efectividad. Sé que no es agradable así que dejo la decisión en sus manos.-Ahora sí di un paso atrás.-Enviad hora y lugar y asistiré. Llevaré vuestra chaqueta de vuelta.-una inclinación de cabeza de mi parte mientras susurraba la despedida en idioma antiguo antes de desaparecer del tejado.

Cuando cambió el gesto fue cuando me acordé de cuando habia rechazado ese mismo gesto cuando supervisé sus investigaciones en las ruinas de los templos de los dragones. No me respondió pero apretó la mano en la chaqueta, me fijé de refilón en el gesto y me pareció ver algun adorno ahi que no estaba seguro de si lo habia visto llevar antes, pero no le di mas importancia.

Levanté las cejas cuando me dijo que no era agradable lo de realizar el ritual. Lo que no era agradable, en general, era beber sangre sin más, aun en esas dosis tan pequeñas.

- Perfecto, espera un mensaje mio entonces.

Cuando se desaparecio finalmente me abracé a mi mismo, frotándome los brazos.

- Cazzo! Fa freddo! - bufé pensando que, si lo miraba desde un punto de vista muy positivista, hasta podría decirse que acababa de concertar una cita. Aquello me arrancó una risa breve un tanto burlona. Saqué el dispositivo comunicador para avisar al Consejo de la fecha de encuentro frente al arbol, y despues desplegué las alas mecánicas nuevamente al saltar por el borde, el frío me despejaria un poco antes de marchar y queria comprobar que Rasputin siguiera vivo.

Me ecaramé al balcón y miré hacia adentro. Estaban los dos solos y todo parecía normal.

- Rasputín! - dije alzando la voz sin llegar a entrar. - Tienes un mensaje en el comunicador. Empezamos en dos dias. Ciao! - dicho eso me arrojé nuevamente, al vuelo, dejando atrás la torre y con intenciones de comenzar con algunos preparativos.

- Hay muchas cosas que aun no entiendo de Lyosha Svensson... pero si algo sé es que tu cuerpo la convierte en una revenant diferente. Debías ser muy fuerte en vida para que tan solo un fragmento minusculo de tí misma consiga interponerse de ese modo. - no, no lo habia emitido como un halago, era una mera observación, un hecho fehaciente, que mi fría mirada constataba al igual que mi tono de voz, exclusivamente calculador. -¿Cejar de existir solo para vengarte de una mujer? Uno de los pocos seres que escucha tus lamentos? Qué triste, Diana... - dije con desaprobación. Si pretendía marcarse una amenaza....en fin, no.

Le di tiempo a conversar en su cabeza. Ese sonido que hizo con su cuello y el hecho de que la mirada de Lyosha retornase, me hizo poder soltar en parte la tensión. Aunque nunca del todo, la guardia siempre alta. O casi siempre. Al verla incorporarse pensé que habia terminado pero no, lanzó un puñetazo directo a mi cara. Por suerte, como mencioné antes, mi guardia no se habia desbaratado por completo y alcé la mano para frenar su puñetazo, asi por lo menos el daño me lo hizo en la mano y no en la cara, aunque estuvo muy, muy cerca, tanto que el dorso de mi mano dio contra mi mejilla al pararlo, o mas bien, desviarlo.

-Te llamas peligro? - le repliqué poniendome en pie, recibiendo su empujon para luego seguirla con la mirada hacia las alas. - La has convencido?

Su pregunta me pillo desprevenido, como que qué bebía el niño?

"se refire a....?"

- Giordano? - no había tocado el vodka. - Café, según tengo entendido, como si fuera agua.

Emití un quedo sonido de disconformidad cuando dijo que esto no liberaba a mi ahijada, aun querría aquello que Catherine le prometió.

"aquello que ya tengo"

Sonreí levemente de lado, sabía a que se referia. Y la sala de los portales...vetada, como siempre. Pero no lo habia hecho por eso.

- No puedes aceptar un regalo sin pensar que tienes que dar algo a cambio? Sácale partido, hazlo útil para ti, y ya está. No quiero nada a cambio, salvo lo que ya tengo.

Al poco de recibir el mensaje, apareció el inventor por la ventana, dando esa información antes de marcharse. Recogí el rompecabezas que le habia dado Lyosha a Ivanov para llevarmelo y devolverselo. Me quedé silencioso y acabé por recoger tambien todo lo que habia dejado Giordano en la mesa, el muy despistado se lo habia olvidado todo, maletin y bocetos incluidos. Mientras procesaba que finalmente asestariamos el golpe definitivo.

"qué dibujos tan curiosos..."

- Ya lo has oido. ¿Necesitarás que refuerce el sello antes de partir?

Lyosha decidió no perder la compostura, decidió quedarse muy quieta porque parecía que todo su mundo se había movido de lado para luego empezar a girar y perder estabilidad. No quería imaginarse cosas.  Estaba demás decir que su corazón había decidido, ese momento, para decidir si sus costillas eran lo suficientemente fuertes para contenerlo.

“Amas el peligro”
“¿Te llamas peligro?”
“¿Me estás diciendo algo Matvey?”

Se giró hacia él enteramente – Es mi segundo nombre- Sonrió de lado, lacónicamente. Una parte de ella quería saber si le estaba diciendo lo que ella creía que le estaba diciendo y se maldijo por comportarse como una adolescente hormonada. Le recorrió el rostro en silencio pero no emitió pregunta alguna antes de asentir a la de él.

-Entiendo- Ya pediría un delivery especial de café. O muchos. Dependería de que tan bien estaban echas aquellas alas. Se giró hacia las alas de nuevo para contemplarlas con una sonrisa de codicia pero también de satisfacción antes de girarse hacia Matvey que empezaba a decir cosas sin sentido.

O con demasiado sentido.

A Lyosha le costaba expresar sus sentimientos en palabras o con su lenguaje corporal. Era una persona que respondía con acciones. Con lo cual…No podía comprender una acción desinteresada.  Era… Dejó que su rostro reflejara su incomodidad. Hacía… años que nadie le regalaba nada -Eso es…- Tragó un poco -Nuevo- Pero estaba haciendo muchas cosas nuevas con Matvey, no por ello insatisfactorias.

Miró el rompecabezas con cierta curiosidad. Ella no tenía problema en dar… Era su forma de expresarse. A Khaled nunca le había dicho que lo quería, a nadie de su familia, pero se había sacrificado por ellos.

Y lo volvería a hacer.

Pero recibir regalos… -No he hecho nada para merecer un regalo Matvey- Le dijo con el ceño levemente fruncido  y visiblemente incómoda, quizás hasta vulnerable, pero tuvo que endurecer su rostro cuando el inventor volvió a aparecer  y dio una especie de ultimátum.

-No. Quiero que te quedes conmigo y repasemos tu plan. Voy a criticarlo y a plantearte escenarios que no has visto aún. Voy a asegurarme que vuelvas vivo- Le cogió del antebrazo para indicarle luego que le siguiera hacia un lugar más privado, atrajo las alas para que levitaran a su lado junto a su arakh.

A decir verdad mantuvo muy bien su expresión a pesar de mi insidiosa pregunta a modo de respuesta. La habia soltado como un dardo, premeditada y al mismo tiempo, no. Respondió mas o menos rapido...y eso era preferible a ninguna respuesta en absoluto.

- Entonces me temo que sí. - crucé mis brazos frente a ella cuando mostró aquella aparente confusión a la hora de recibir un regalo desinteresado. Me habia dado cuenta que ella no le costaba ofrecer cuando te consideraba de su circulo y no obstante, cuando era al contrario, era como si...

Exacto. No se considerase merecedora. ¿Por qué?

- Más de lo que crees. - en otra ocasion le explicaria que, pese a lo que habia dicho, no era por tratarse de ser merecedor de un regalo o no, si no era simplemente algo que la persona que ofrecía quería hacer, igual que hacia ella. Rodé un momento los ojos cuando se puso tan tajante tras mi oferta, pero me parecía buena idea. Tener a Lyosha criticando cada posible estrategia me sería muy util para revisitar eventos que pudiera no haber anticipado. Y por lo tanto, prepararme para ellos.

- Son muchas cosas las que pueden salir mal... - dije caminando con ella alzando una ceja. Pasamos un par de horas repasando algunos planes, quizá no solo repasando planes. Después volví por Ivanov y retomamos el trabajo. que se extendió por bastante tiempo dada la naturaleza de los preparativos. El proximo dia y medio lo pasamos allí, hasta que llegó el momento de separarse y partir a Praga. Evidentemente, Ivanov se quedaría en la torre.