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Recuerdo del primer mensaje :
Misterioso lugar, posiblemente algún brujo poderoso o sus aprendices pueden habitarla...
Actualmente, está en poder de los Soul Reaper. Quien quiera penetrar en la Torre encontrará una serie de dificultades, si no ha sido invitado.
El Guardián vagabundea constantemente por la Torre. Un ser oscuro, enorme y sin ojos deteniendo a los intrusos y alertando de su presencia, una bestia enorme y silenciosa como la muerte, pese a su gran tamaño.
Desapareció de su emplazamiento original (Irlanda)
ESCUDOS TORRE: 5000 puntos. En combate, cada turno, pueden regenerar los escudos, pero para eso deben perder un turno tanto de atacar, aunque no de defenderse personalmente si lo necesitan. A cambio de 10 PS de vida, pueden añadir 100 puntos a los escudos. Cada PJ. Los SOUL PNj aportan la mitad, por 10 PS 50 Puntos de escudo.
Nº de Soul Reapers: 90
Actualmente, está en poder de los Soul Reaper. Quien quiera penetrar en la Torre encontrará una serie de dificultades, si no ha sido invitado.
El Guardián vagabundea constantemente por la Torre. Un ser oscuro, enorme y sin ojos deteniendo a los intrusos y alertando de su presencia, una bestia enorme y silenciosa como la muerte, pese a su gran tamaño.
- El Guardián:
200 PS - 70 stat - 20 daño área por grito
Desapareció de su emplazamiento original (Irlanda)
ESCUDOS TORRE: 5000 puntos. En combate, cada turno, pueden regenerar los escudos, pero para eso deben perder un turno tanto de atacar, aunque no de defenderse personalmente si lo necesitan. A cambio de 10 PS de vida, pueden añadir 100 puntos a los escudos. Cada PJ. Los SOUL PNj aportan la mitad, por 10 PS 50 Puntos de escudo.
Nº de Soul Reapers: 90
Lyosha Svensson
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Apenas sonrió de lado, sabiendo que no mentía. Matvey era un chico malo, aunque se pintara de bueno. O quizás era bueno pero sabía cuando ser malo. Cualquiera de los dos encajaba perfectamente con ella y así se lo hizo saber en aquel momento más pausado y…extraño entre ellos. Sí, era maravilloso pero se sentía tan raro dejar caer un poco la guardia para realmente disfrutar de que alguien estuviera ¿Sosteniéndola?
Pero en otro orden de ideas… ¿No llevaba haciéndolo desde que creó el sello?
Prefirió no ir más profundo en aquellos pensamientos y se movió para la habitación. Le gustó ver que Ivanov reconocía a su padre y parloteaba algunas palabras. Lyosha intentaba hablarle en varios idiomas para que fuera aprendiendo como ella. Estuvo a punto de compartirle lo bien que se le daba ir persiguiendo a Amrem con la espada cuando apareció la luz.
No le costó nada atajar a Matvey pero si moverlo, a fin de cuentas, era un hombre grande. Lo llevó a su cama y fijó la trampa encima de esta -Tu padre tiene el sueño pesado- Le dijo a Ivanov mientras trataba de mantener una cara bastante serena aunque verlo caer de aquella forma tan fácil sólo le hizo recordar lo mortales que eran. Cogió al niño para sacarlo de la cuna y que caminara de su mano, guiándolo al aseo para que se lavara la cara y hiciera sus necesidades.
Tras ello se encargó de su desayuno y avisó que hoy se tomaría el día. Nadie titubeó. ¿Por qué? Que las urgencias las atendiera Khaled mientras ella, tal como había dicho, custodiaba a Matvey en su sueño y entrenaba a su hijo en el mundo de los despiertos.
Pero en otro orden de ideas… ¿No llevaba haciéndolo desde que creó el sello?
Prefirió no ir más profundo en aquellos pensamientos y se movió para la habitación. Le gustó ver que Ivanov reconocía a su padre y parloteaba algunas palabras. Lyosha intentaba hablarle en varios idiomas para que fuera aprendiendo como ella. Estuvo a punto de compartirle lo bien que se le daba ir persiguiendo a Amrem con la espada cuando apareció la luz.
No le costó nada atajar a Matvey pero si moverlo, a fin de cuentas, era un hombre grande. Lo llevó a su cama y fijó la trampa encima de esta -Tu padre tiene el sueño pesado- Le dijo a Ivanov mientras trataba de mantener una cara bastante serena aunque verlo caer de aquella forma tan fácil sólo le hizo recordar lo mortales que eran. Cogió al niño para sacarlo de la cuna y que caminara de su mano, guiándolo al aseo para que se lavara la cara y hiciera sus necesidades.
Tras ello se encargó de su desayuno y avisó que hoy se tomaría el día. Nadie titubeó. ¿Por qué? Que las urgencias las atendiera Khaled mientras ella, tal como había dicho, custodiaba a Matvey en su sueño y entrenaba a su hijo en el mundo de los despiertos.
No tardé mucho en hacer acto de presencia, con la consciencia de Matvey vete a saber donde....que se había esfumado por completo por culpa de esa luz que nos había atravesado.
"malditos nigromantes"
Abrí los ojos incorporándome con un gruñido. Sabía de sobra que tenía la trampa encima asi que no me cansé en intentar nada. Sueño pesado? No tanto.
Esa maldita alada revenant había frustrado mis planes y no solo eso...habian acabado retozando.
- Ha sido asqueroso. - verbalicé finalmente, comenzando a estar harto de estar ahi. - Crees que tiene que ver con la afición que Diana tenía por los demonios? - no podía hacerle daño mas que con las palabras. Qué frustrante. Tenía que librarme de esta prisión en algun momento....
Que no iba a ser este. Emití un quejido de dolor grave, doblandome sobre mi mismo y sujetando mi cabeza. Ya volvía. Podía haberse quedado ahi mas tiempo, pero no. Poco a poco, se hizo el silencio...
Una tenue luz rodeó mi silueta, concentrandose finalmente en la mano donde se formó un nuevo sello. Bajé las manos, apoyandolas en el suelo y me puse en pie entonces, mirando a Lyosha y a Ivanov. Alcé la mirada hacia la trampa y luego miré a Lyo.
- Ha funcionado. - le dije enseñándole la mano. Y en mi ausencia, no parecía haber habido ningun problema, aunque sabía que Valqar había salido a flote. Recordé lo que había visto que le hacían durante aquella especie de alucinacion.
"no ha de ser mi religión, eh?"
- Ha sido...esclarecedor. - estaban entrenando con espadas? Me di cuenta entonces de que habia transcurrido mas tiempo del que creia porque habian mensajes acumulados, y uno muy dramatico de Cath. Que la trajera de vuelta.
"mas te vale que no tenga que ser asi Catherine"
- Debo irme.
"malditos nigromantes"
Abrí los ojos incorporándome con un gruñido. Sabía de sobra que tenía la trampa encima asi que no me cansé en intentar nada. Sueño pesado? No tanto.
Esa maldita alada revenant había frustrado mis planes y no solo eso...habian acabado retozando.
- Ha sido asqueroso. - verbalicé finalmente, comenzando a estar harto de estar ahi. - Crees que tiene que ver con la afición que Diana tenía por los demonios? - no podía hacerle daño mas que con las palabras. Qué frustrante. Tenía que librarme de esta prisión en algun momento....
Que no iba a ser este. Emití un quejido de dolor grave, doblandome sobre mi mismo y sujetando mi cabeza. Ya volvía. Podía haberse quedado ahi mas tiempo, pero no. Poco a poco, se hizo el silencio...
Una tenue luz rodeó mi silueta, concentrandose finalmente en la mano donde se formó un nuevo sello. Bajé las manos, apoyandolas en el suelo y me puse en pie entonces, mirando a Lyosha y a Ivanov. Alcé la mirada hacia la trampa y luego miré a Lyo.
- Ha funcionado. - le dije enseñándole la mano. Y en mi ausencia, no parecía haber habido ningun problema, aunque sabía que Valqar había salido a flote. Recordé lo que había visto que le hacían durante aquella especie de alucinacion.
"no ha de ser mi religión, eh?"
- Ha sido...esclarecedor. - estaban entrenando con espadas? Me di cuenta entonces de que habia transcurrido mas tiempo del que creia porque habian mensajes acumulados, y uno muy dramatico de Cath. Que la trajera de vuelta.
"mas te vale que no tenga que ser asi Catherine"
- Debo irme.
Lyosha Svensson
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Se giró hacia Matvey cuando habló sin entender lo de “Asqueroso” -Eso te pasa por arrodillarte a tus ancestros- Respondió soberbia pensando que se refería a la prueba pero la siguiente pregunta hizo que se pusiera entre Ivanov y él. Confiaba en su trampa pero por si acaso reforzó su armadura.
-Diana no tiene nada que ver- Levantó el mentón con soberbia aunque no podía dejar de pensar…¿Y si era una posibilidad? -Esto es entre Matvey y yo. No entre vosotros- Y lo creía de verdad, es más, le daba un regusto delicioso que lo considerara asqueroso.
Sin embargo, poco tiempo tuvo para hablar con Valqar porque Matvey logró volver en sí. Le recorrió con la mirada capciosa pero finalmente se acercó hacia él ignorando el anillo, le importaba un huevo -Para mí también- Mencionó acortando las distancias y cogiéndolo de la nuca para inclinarse hacia su oído.
-Termina tu misión, Matvey, y vuelve aquí porque me resultara extremadamente placentero hacerte mío una y otra vez…- Sonrió de lado -Y además… asquear a Valqar podría convertirse en mi pasatiempo favorito- Se alejó para mirarlo con picardía, tras lo cual le besó de nuevo, con un poco más de ímpetu que antes durante un rato. Se alejó finalmente y le miró a los ojos -Los refuerzos esperan tu orden- Le recordó antes de dejarle partir.
Se sentía…agridulce. Por un lado, odiaba que se fuera pero también le resultaría especialmente agradable que volviera porque entonces…podría cumplir su palabra. Ivanov y ella volvieron a su rutina diaria sin ningún problema.
-Diana no tiene nada que ver- Levantó el mentón con soberbia aunque no podía dejar de pensar…¿Y si era una posibilidad? -Esto es entre Matvey y yo. No entre vosotros- Y lo creía de verdad, es más, le daba un regusto delicioso que lo considerara asqueroso.
Sin embargo, poco tiempo tuvo para hablar con Valqar porque Matvey logró volver en sí. Le recorrió con la mirada capciosa pero finalmente se acercó hacia él ignorando el anillo, le importaba un huevo -Para mí también- Mencionó acortando las distancias y cogiéndolo de la nuca para inclinarse hacia su oído.
-Termina tu misión, Matvey, y vuelve aquí porque me resultara extremadamente placentero hacerte mío una y otra vez…- Sonrió de lado -Y además… asquear a Valqar podría convertirse en mi pasatiempo favorito- Se alejó para mirarlo con picardía, tras lo cual le besó de nuevo, con un poco más de ímpetu que antes durante un rato. Se alejó finalmente y le miró a los ojos -Los refuerzos esperan tu orden- Le recordó antes de dejarle partir.
Se sentía…agridulce. Por un lado, odiaba que se fuera pero también le resultaría especialmente agradable que volviera porque entonces…podría cumplir su palabra. Ivanov y ella volvieron a su rutina diaria sin ningún problema.
Aparecí frente a la Torre después de aquella breve reunión informativa en las Highlands. Era increíble lo rápidos que pasaban los días y las horas cuando se iba a contra reloj.
Al llegar a la entrada solicité audiencia con Lyosha Svensson... Quizá me estaba pasando de formalidades y oficialidad, pero es que venía a pedirle algo diplomático y pensé que al ser así lo más indicado era ser protocolario. Quizá me equivocaba. Con ella nunca se sabía del todo .
Me informaron que estaba en Turín pero que no debería tardar asique que me condujeron a la sala donde ella solia recibir audiencias y me dejaron solo tras eso. Supuse que se había llevado a Ivanov con ella y aquello me sacó una sonrisa al imaginarlo. No, no se despegaba de él. Sin duda iba a acabar queriéndola mucho.
"Debería estar esperándola en su cuarto sin ropa y no aquí"
Me pasé una mano por la barba mirando fijamente a la puerta por esa idea. Quizá en otro momento. Ahora seguramente volvería con Ivanov y era muy pequeño para explicarle nada referente a eso.
No tardó mucho en llegar un mensaje de Sofía, tan mística como siempre. No podía haber mandado una ubicación exacta? Pero aquello era una buena noticia. Aunque me llevó a cuestionarme si mi energía era lo que necesitaba ese árbol.
Al llegar a la entrada solicité audiencia con Lyosha Svensson... Quizá me estaba pasando de formalidades y oficialidad, pero es que venía a pedirle algo diplomático y pensé que al ser así lo más indicado era ser protocolario. Quizá me equivocaba. Con ella nunca se sabía del todo .
Me informaron que estaba en Turín pero que no debería tardar asique que me condujeron a la sala donde ella solia recibir audiencias y me dejaron solo tras eso. Supuse que se había llevado a Ivanov con ella y aquello me sacó una sonrisa al imaginarlo. No, no se despegaba de él. Sin duda iba a acabar queriéndola mucho.
"Debería estar esperándola en su cuarto sin ropa y no aquí"
Me pasé una mano por la barba mirando fijamente a la puerta por esa idea. Quizá en otro momento. Ahora seguramente volvería con Ivanov y era muy pequeño para explicarle nada referente a eso.
No tardó mucho en llegar un mensaje de Sofía, tan mística como siempre. No podía haber mandado una ubicación exacta? Pero aquello era una buena noticia. Aunque me llevó a cuestionarme si mi energía era lo que necesitaba ese árbol.
Lyosha Svensson
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Las puertas se abrieron de sopetón para dar entrada a la magnificencia en persona. Lyosha iba vestida de negro de pies a cabeza, con un pantalón que acentuaba sus piernas, una blusa con corset incorporado y unas botas altas con mucho tacón. La mirada azul de la revenant recorrió a Matvey de arriba a abajo mientras Ivanov iba hacia él con pasos algo tímidos.
-Deberías saber que no tengo por costumbre que esté en mis reuniones. Digamos que eres…- Se acercó hasta él con una sonrisa malévola - La excepción a la regla- Añadió con una voz cargada de significado. Sabía que el nigromante sería capaz de entenderlo.
Con un movimiento de sus garras las puertas se cerraron -Has pedido audiencia- Murmuró alzando una mano a su pecho y arrastrando las garras por él antes de ir hacia la mesa donde estaba el licor. Sus reuniones siempre tenían de eso así que no tardó en servir vodka para ambos -Así que… ¿qué quiere el Consejo de los 20 de los Soul Reaper?- Le acercó el vaso de vodka y alzó las cejas -Déjame adivinar: Reconocer la supremacía del gobierno italiano que hemos asentado y, por ende, pedir ayuda.
-Deberías saber que no tengo por costumbre que esté en mis reuniones. Digamos que eres…- Se acercó hasta él con una sonrisa malévola - La excepción a la regla- Añadió con una voz cargada de significado. Sabía que el nigromante sería capaz de entenderlo.
Con un movimiento de sus garras las puertas se cerraron -Has pedido audiencia- Murmuró alzando una mano a su pecho y arrastrando las garras por él antes de ir hacia la mesa donde estaba el licor. Sus reuniones siempre tenían de eso así que no tardó en servir vodka para ambos -Así que… ¿qué quiere el Consejo de los 20 de los Soul Reaper?- Le acercó el vaso de vodka y alzó las cejas -Déjame adivinar: Reconocer la supremacía del gobierno italiano que hemos asentado y, por ende, pedir ayuda.
El fuerte portazo que produjo al entrar Lyosha me hizo alzar la mirada hacia ella. Estaba despampanante y se lo hice saber por la larga mirada que le dediqué, de arriba abajo, porque de poder devorarla con la mirada ese habría sido el término.
Pero luego me fijé en el pequeño Ivanov y cambié el gesto progresivamente, haciendole un gesto para que se acercara.
- ¿Como estás, hijo? - le pregunté al pequeño, esperando que él mismo decidiera terminar de acercarse a mi.
El agradable tacto de Lyosha a través de las garras y de la ropa no ayudó a aventar de mi cabeza los deseos que venian acechándome desde hacia un rato para con ella.
- Asi es, me han dicho que estabas en Turín. ¿Cómo os va en esa ciudad? - el interés era genuino. No preguntaría si no lo fuera. Tome el vaso y agradecí con unas palabras, antes de brindar hacia ella y beber.
"la supremacia de su gobierno?"
- Sí. Ha llegado el momento en el que Ouroboros requiere vuestra ayuda. Si reconocimiento oficial de vuestro gobierno en Roma o Italia por parte del Consejo es lo que quieres, puedo solicitar una carta firmada y sellada por los Descendientes. - había que reconocer que estaban haciendo las cosas bien. En Roma, al menos, habia tranquilidad en la gran ciudad. - No creo que ninguno de mis compañeros se oponga a dar ese paso. Necesitamos evacuar el campamento con los civiles de Ouroboros de las Highlands escocesas, Lake Pendragon anda suelta asesinando descendientes y ganando adeptos entre las filas de su hermano Wthyr. Tememos que conozca la ubicacion del campamento y se lance al ataque, y no solo eso...el avance del velo de la muerte crece por dias, al igual que las raices del sanguis. Es cuestion de tiempo que nos alcance alli. Se está priorizando evacuar Londres, pues están mucho mas cerca de donde comenzó todo, mas al sur...pero en cuestion de dias habrá de evacuarse tambien las Highlands. Necesitamos refugio para esa gente, y seguridad para el proceso.
Pero luego me fijé en el pequeño Ivanov y cambié el gesto progresivamente, haciendole un gesto para que se acercara.
- ¿Como estás, hijo? - le pregunté al pequeño, esperando que él mismo decidiera terminar de acercarse a mi.
El agradable tacto de Lyosha a través de las garras y de la ropa no ayudó a aventar de mi cabeza los deseos que venian acechándome desde hacia un rato para con ella.
- Asi es, me han dicho que estabas en Turín. ¿Cómo os va en esa ciudad? - el interés era genuino. No preguntaría si no lo fuera. Tome el vaso y agradecí con unas palabras, antes de brindar hacia ella y beber.
"la supremacia de su gobierno?"
- Sí. Ha llegado el momento en el que Ouroboros requiere vuestra ayuda. Si reconocimiento oficial de vuestro gobierno en Roma o Italia por parte del Consejo es lo que quieres, puedo solicitar una carta firmada y sellada por los Descendientes. - había que reconocer que estaban haciendo las cosas bien. En Roma, al menos, habia tranquilidad en la gran ciudad. - No creo que ninguno de mis compañeros se oponga a dar ese paso. Necesitamos evacuar el campamento con los civiles de Ouroboros de las Highlands escocesas, Lake Pendragon anda suelta asesinando descendientes y ganando adeptos entre las filas de su hermano Wthyr. Tememos que conozca la ubicacion del campamento y se lance al ataque, y no solo eso...el avance del velo de la muerte crece por dias, al igual que las raices del sanguis. Es cuestion de tiempo que nos alcance alli. Se está priorizando evacuar Londres, pues están mucho mas cerca de donde comenzó todo, mas al sur...pero en cuestion de dias habrá de evacuarse tambien las Highlands. Necesitamos refugio para esa gente, y seguridad para el proceso.
Lyosha Svensson
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Ivanov le empezó a contar cosas en su lenguaje infantil y Lyosha lo miró un poco con la comisura de los labios levantada en una esquina -Sí- Soltó un “hmmm” por lo bajo, meditabundo, analítico -Podría ser mejor. Las calaveras han rechazado a muchos humanos y se han unido a los racistas formado un frente un tanto… molesto. Lo arreglaré- Sentenció con sumo convencimiento.
Sin embargo, qué iluso era Matvey. Lyosha soltó una risa de… de cabrona -No necesito ningún reconocimiento firmado del Consejo de los 20, Matvey. Soy lo que soy, con o sin él. - Le recordó exactamente con quién estaba hablando. Se acercó a él y atrajo su rostro con delicadeza, procurando que la larga garra de su índice no le hiciera daño -Recuerda que aunque tú te hayas ganado mi respeto, Rasputín…la mitad del Consejo son un puñado de críos inmaduro e insolentes. La otra mitad son magos y brujas soberbios que aún miran por encima del hombro- Soltó su rostro para poder beber del vaso de vodka, dándole toda la información de lo que necesitaban.
Lyosha se quedó en silencio mirándolo durante un par de segundos, inamovible. Tras ello caminó hacia el balcón -Ven conmigo- Le “pidió” mientras las puertas se abrían mostrando ante ellos la explanada donde habían muerto muchos enemigos y, más allá, la ciudad -Para nadie es un secreto que SAM liquidó a gran parte de la población mundial. Roma y otras ciudades de Italia tienen espacio y recursos para recibir a los refugiados- Le aseguró -No lo haremos por la bondad de nuestro corazón- Dijo tras un rato en silencio, contemplando no sólo lo que veía ahora si no lo que podría ser… y lo que tendría que ser si Lake Pendragon venía a tocarle las narices.
-Quiero que el Consejo de los 20 sirva a su propósito original- Expresó con suma tranquilidad -Quiero que el chico DaVinci colabore con la facción de desarrollo tecnológico. Quiero una escuela oficial para los magos y brujas, con profesores directos del Consejo o aprendices avalados para tal tarea. Quiero la tecnología de la Guardia de Ouroboros para mis fuerzas militares y quiero sus estrategias para destruir dragones. Quiero que el Consejo de los 20 sea mi asesor especial cuando sea necesario en los proyectos especiales que tenga mi gobierno- Tamborileó los dedos en el vaso de vodka antes de cerrar su petición -Y no quiero que llames a los refugiados, refugiados- Ella había sido una especie de “refugiada”, odiaba el término -Serán ciudadanos italianos y una vez hayáis arreglado vuestro problema de jardinería… - Se giró hacia Matvey con gesto serio -Ellos serán quienes elijan si volver a Ouroboros o quedarse en Italia-
Sin embargo, qué iluso era Matvey. Lyosha soltó una risa de… de cabrona -No necesito ningún reconocimiento firmado del Consejo de los 20, Matvey. Soy lo que soy, con o sin él. - Le recordó exactamente con quién estaba hablando. Se acercó a él y atrajo su rostro con delicadeza, procurando que la larga garra de su índice no le hiciera daño -Recuerda que aunque tú te hayas ganado mi respeto, Rasputín…la mitad del Consejo son un puñado de críos inmaduro e insolentes. La otra mitad son magos y brujas soberbios que aún miran por encima del hombro- Soltó su rostro para poder beber del vaso de vodka, dándole toda la información de lo que necesitaban.
Lyosha se quedó en silencio mirándolo durante un par de segundos, inamovible. Tras ello caminó hacia el balcón -Ven conmigo- Le “pidió” mientras las puertas se abrían mostrando ante ellos la explanada donde habían muerto muchos enemigos y, más allá, la ciudad -Para nadie es un secreto que SAM liquidó a gran parte de la población mundial. Roma y otras ciudades de Italia tienen espacio y recursos para recibir a los refugiados- Le aseguró -No lo haremos por la bondad de nuestro corazón- Dijo tras un rato en silencio, contemplando no sólo lo que veía ahora si no lo que podría ser… y lo que tendría que ser si Lake Pendragon venía a tocarle las narices.
-Quiero que el Consejo de los 20 sirva a su propósito original- Expresó con suma tranquilidad -Quiero que el chico DaVinci colabore con la facción de desarrollo tecnológico. Quiero una escuela oficial para los magos y brujas, con profesores directos del Consejo o aprendices avalados para tal tarea. Quiero la tecnología de la Guardia de Ouroboros para mis fuerzas militares y quiero sus estrategias para destruir dragones. Quiero que el Consejo de los 20 sea mi asesor especial cuando sea necesario en los proyectos especiales que tenga mi gobierno- Tamborileó los dedos en el vaso de vodka antes de cerrar su petición -Y no quiero que llames a los refugiados, refugiados- Ella había sido una especie de “refugiada”, odiaba el término -Serán ciudadanos italianos y una vez hayáis arreglado vuestro problema de jardinería… - Se giró hacia Matvey con gesto serio -Ellos serán quienes elijan si volver a Ouroboros o quedarse en Italia-
No sabía que sus calaveras fueran capaces de "rechazar" a algunos humanos. En qué se basaban? Se lo preguntaría luego.
- No me cabe duda. - sentencié cuando dijo que arreglaría lo de aquel otro frente que se le habia formado. Aunque la curiosidad de por qué un artefacto magico rechazaria a un humano a quien supuestamente debia otorgar magia me seguia rondando la cabeza. Los soul reaper no es que fueran lo que se dice...santos. No podía ser por brujula moral, verdad?
Ladeé un poco la cabeza cuando se rió y descartó aquello.
- Ya decía yo.... - Ivanov me seguía hablando y lo tomé para subirlo sobre mi rodilla. - Serán críos aun a tus ojos, pero tienen potencial de ser mucho más, y lo serán. Y el que no, dejará de formar parte del consejo. Respecto a ese mago soberbio que mira por encima del hombro...ya no está entre nosotros. Han matado a Merlin. - le respondí con calma, solo para que viera el otro lado de la moneda del Consejo.
Pero la entendía, y no pretendía hacerla cambiar de opinión. Cuando se puso en pie la segui con curiosidad con la mirada. Le hice un gesto a Ivanov y lo cogí por la cintura para devolver sus pies al suelo, y caminar hacia donde ella dijo. Aquella explanada cargada de muerte, sí. Se elevaba sobre un cementerio de enemigos. Era eso lo que queria que viera?
Aceptó, claro...a mi petición, pero como supuse y dije al Consejo, no lo harían gratis.
Apoyé mis manos en la baranda y la miré, serio, y con el ceño fruncido en una expresión dura mientras la escuchaba hablar, y pedir su precio. Sin interrupciones. Y aunque por fuera mi expresión era de dureza, casi indescifrable o contrariado, por dentro anotaba mentalmente cada una de sus peticiones.
Ser lo que eramos...un organismo de equilibrio y academicismo. En cuanto se acabase esa guerra, podríamos serlo de nuevo.
Que Da Vinci ayudara con su tecnomagia en su tierra. Algo que habia pensado proponer yo mismo.
Una escuela oficial, aqui, de nuestra mano, junto con los soul reaper y otros...
Colaboración tecnologica de la guardia magica y asesoria.
Visualizaba cada uno de sus proyectos, planes....sueños? No me parecian condiciones, me parecían aspiraciones conjuntas en busca de un futuro mejor. Por ultimo matizó mis palabras, otorgando la ciudadania temporal a los que vinieran aqui, y no solo eso...la posibilidad de elegir hacerlo su hogar de modo permanente. Hice una mueca, apretando los labios, y negué con la cabeza con aquel gesto ceñudo. No, no era porque no me pareciera bien. Era porque me habia puesto muchisimo e iba a hacer algo que iba a ver Ivanov estando ahi delante. Avancé un paso hacia ella con decisión y alargué una mano hacia su cabeza, tomandola por la nuca. Al tiempo que recortaba distancia la aproximé a mi ayudandome de esa mano en su nuca, para besarla con impetu, con necesidad. Se me habia acelerado la respiracion al escucharla. Me había hecho desearla aun mas, si eso era posible.
Ouroboros tenía mucho que ofrecer, como había dicho Nikolaos.
- Eso es un sí, por si no ha quedado claro. - le dije cuando logré separar mis labios de los suyos.
- No me cabe duda. - sentencié cuando dijo que arreglaría lo de aquel otro frente que se le habia formado. Aunque la curiosidad de por qué un artefacto magico rechazaria a un humano a quien supuestamente debia otorgar magia me seguia rondando la cabeza. Los soul reaper no es que fueran lo que se dice...santos. No podía ser por brujula moral, verdad?
Ladeé un poco la cabeza cuando se rió y descartó aquello.
- Ya decía yo.... - Ivanov me seguía hablando y lo tomé para subirlo sobre mi rodilla. - Serán críos aun a tus ojos, pero tienen potencial de ser mucho más, y lo serán. Y el que no, dejará de formar parte del consejo. Respecto a ese mago soberbio que mira por encima del hombro...ya no está entre nosotros. Han matado a Merlin. - le respondí con calma, solo para que viera el otro lado de la moneda del Consejo.
Pero la entendía, y no pretendía hacerla cambiar de opinión. Cuando se puso en pie la segui con curiosidad con la mirada. Le hice un gesto a Ivanov y lo cogí por la cintura para devolver sus pies al suelo, y caminar hacia donde ella dijo. Aquella explanada cargada de muerte, sí. Se elevaba sobre un cementerio de enemigos. Era eso lo que queria que viera?
Aceptó, claro...a mi petición, pero como supuse y dije al Consejo, no lo harían gratis.
Apoyé mis manos en la baranda y la miré, serio, y con el ceño fruncido en una expresión dura mientras la escuchaba hablar, y pedir su precio. Sin interrupciones. Y aunque por fuera mi expresión era de dureza, casi indescifrable o contrariado, por dentro anotaba mentalmente cada una de sus peticiones.
Ser lo que eramos...un organismo de equilibrio y academicismo. En cuanto se acabase esa guerra, podríamos serlo de nuevo.
Que Da Vinci ayudara con su tecnomagia en su tierra. Algo que habia pensado proponer yo mismo.
Una escuela oficial, aqui, de nuestra mano, junto con los soul reaper y otros...
Colaboración tecnologica de la guardia magica y asesoria.
Visualizaba cada uno de sus proyectos, planes....sueños? No me parecian condiciones, me parecían aspiraciones conjuntas en busca de un futuro mejor. Por ultimo matizó mis palabras, otorgando la ciudadania temporal a los que vinieran aqui, y no solo eso...la posibilidad de elegir hacerlo su hogar de modo permanente. Hice una mueca, apretando los labios, y negué con la cabeza con aquel gesto ceñudo. No, no era porque no me pareciera bien. Era porque me habia puesto muchisimo e iba a hacer algo que iba a ver Ivanov estando ahi delante. Avancé un paso hacia ella con decisión y alargué una mano hacia su cabeza, tomandola por la nuca. Al tiempo que recortaba distancia la aproximé a mi ayudandome de esa mano en su nuca, para besarla con impetu, con necesidad. Se me habia acelerado la respiracion al escucharla. Me había hecho desearla aun mas, si eso era posible.
Ouroboros tenía mucho que ofrecer, como había dicho Nikolaos.
- Eso es un sí, por si no ha quedado claro. - le dije cuando logré separar mis labios de los suyos.
Lyosha Svensson
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Sonrió enigmáticamente cuando Matvey respondió a su frase. Bien, bien. Aprendía rápido el nigromante. Escuchó tras ello como defendía a los niños del Consejo y Lyosha bajó un poco el mentón para verlo con cara de “por favor” -No tengo tiempo de criarlos ni de esperar a que demuestren su valía- Ivanov, por el contrario, tendría al menos alguna cosa Soul Reaper, que bien que cogía la espada cuando iban a entrenar. Desvió la mirada que se suavizó en cuando se posó en el niño pensando que, de acuerdo, Ivanov también era la excepción a la regla. Pero le gustaba, era un niño diferente, acorde con su propia naturaleza.
Alzó la vista cuando habló de Merlín y, sinceramente, no le importaba en lo más mínimo. Empezaba a ver que quizás a él tampoco pero decidió no decir nada en ese aspecto -¿Lake?- Inquirió por curiosidad. Quizás debía prepararse mejor para la Pendragon, tomando en cuenta que cierta criaja debía aún pagar sus deudas -Por cierto, estoy siendo…flexible con tu ahijada porque es tu ahijada, pero tiene una deuda pendiente y… Empiezo a impacientarme- Le advirtió con un filo particular en su tono de voz.
En el balcón Lyosha puedo plasmar exactamente lo que esperaba del Consejo. Miró de reojo a Matvey, serio. Bastante serio. ¿Le parecía mal? Torció el gesto. Le daba igual -Y la gente recibirá techo pero tendrá que ganarse el pan, Matvey. Hay mucho trabajo que hacer en Roma, Nápoles, Turín, et…- Movió la mano como enumerando y cuando lo vio negar, alzó la barbilla soberbia -Esas son mis condiciones, no pienso negociar- Le advirtió con clara inflexibilidad…
Razón por la cual su actuación la pilló absolutamente desprevenida.
El ímpetu de Matvey se filtró por cada poro de Lyosha y respondió a su beso igualando su intempestividad. Joder… Ese acceso de violento deseo había disparado la lujuria en cada ápice de su cuerpo y dejó que un gemido se le escapara. Sus manos lo cogieron del abrigo para sentirlo aún más cerca, sin embargo, mientras percibía la brisa natural del balcón fue consciente de donde estaba. Bajó una mano hasta acariciar la virilidad de Matvey, escuchando sus palabras con una sonrisa. Tras ello apretó con firmeza, no para infligir dolor sino para hacer que le prestara atención por encima de su deseo -Eres un tonto, nigromante. ¿Sabes lo que acabas de hacer?- Inquirió sin apartar la mirada de sus ojos, con un claro brillo de lascivia en ellos -Te acabas de convertir en mi debilidad delante de todos- Abajo estaban entrenando varias tropas de Soul Reapers y el sonido que antes hacían las espadas, demás armas y hechizos, se había silenciado.
-Así pues…- Arañó la tela del pantalón mientras liberaba su cuerpo -Más te vale resistir lo que te viene encima…por ser mío- Tras decir eso movió ligeramente la mano libre hacia donde la explanada haciendo que una lluvia de dagas de metal cayera contra los Souls por cotillas.
Alzó la vista cuando habló de Merlín y, sinceramente, no le importaba en lo más mínimo. Empezaba a ver que quizás a él tampoco pero decidió no decir nada en ese aspecto -¿Lake?- Inquirió por curiosidad. Quizás debía prepararse mejor para la Pendragon, tomando en cuenta que cierta criaja debía aún pagar sus deudas -Por cierto, estoy siendo…flexible con tu ahijada porque es tu ahijada, pero tiene una deuda pendiente y… Empiezo a impacientarme- Le advirtió con un filo particular en su tono de voz.
En el balcón Lyosha puedo plasmar exactamente lo que esperaba del Consejo. Miró de reojo a Matvey, serio. Bastante serio. ¿Le parecía mal? Torció el gesto. Le daba igual -Y la gente recibirá techo pero tendrá que ganarse el pan, Matvey. Hay mucho trabajo que hacer en Roma, Nápoles, Turín, et…- Movió la mano como enumerando y cuando lo vio negar, alzó la barbilla soberbia -Esas son mis condiciones, no pienso negociar- Le advirtió con clara inflexibilidad…
Razón por la cual su actuación la pilló absolutamente desprevenida.
El ímpetu de Matvey se filtró por cada poro de Lyosha y respondió a su beso igualando su intempestividad. Joder… Ese acceso de violento deseo había disparado la lujuria en cada ápice de su cuerpo y dejó que un gemido se le escapara. Sus manos lo cogieron del abrigo para sentirlo aún más cerca, sin embargo, mientras percibía la brisa natural del balcón fue consciente de donde estaba. Bajó una mano hasta acariciar la virilidad de Matvey, escuchando sus palabras con una sonrisa. Tras ello apretó con firmeza, no para infligir dolor sino para hacer que le prestara atención por encima de su deseo -Eres un tonto, nigromante. ¿Sabes lo que acabas de hacer?- Inquirió sin apartar la mirada de sus ojos, con un claro brillo de lascivia en ellos -Te acabas de convertir en mi debilidad delante de todos- Abajo estaban entrenando varias tropas de Soul Reapers y el sonido que antes hacían las espadas, demás armas y hechizos, se había silenciado.
-Así pues…- Arañó la tela del pantalón mientras liberaba su cuerpo -Más te vale resistir lo que te viene encima…por ser mío- Tras decir eso movió ligeramente la mano libre hacia donde la explanada haciendo que una lluvia de dagas de metal cayera contra los Souls por cotillas.
Igual me había precipitado al lanzarme sobre ella para besarla de ese modo. Lo noté cuando su contacto ahi abajo me dio la advertencia justa, y cuando el sonido de las espadas que producían en el entrenamiento de abajo se silenció. Había sido impulsivo de más? Me separé y al ver la expresión de sus ojos me dio igual haberlo sido. Quería saciar cada ápice de esa sed que sentía y que veía en su mirada.
"debilidad?"
Así me veía? Tendría que cambiar ese concepto suyo. El silencio fue reemplazado por gritos de alerta e indignación cuando les llovieron un montón de dagas del cielo. A mi me hizo sonreir de lado. Soporté de modo estoico su contacto aunque reaccionó algo a ella. Luego me di cuenta de que Ivanov...seguia ahi, mirandonos desde la sala de reuniones.
"oh"
Carraspeé un poco y la mirada hacia el niño fue evidente, para que ella cuidara a donde iban a parar sus manos.
- Está bien. Cuando podemos empezar con el traslado? Informaré al Consejo de las condiciones pero estoy seguro de que aceptarán. - saqué el brazalete, pasando al interior de la sala y envié un mensaje a Da Vinci por privado, como anticipación a la petición. No quería cerrar nada sin consentimiento previo. Luego redacté las condiciones de Lyosha por encima y las envié al resto de los Descendientes. Esperaba su pronta respuesta. Me acordé de otra de sus peticiones.... y le dediqué una mirada curiosa. - ¿Que te prometió Cath?
"debilidad?"
Así me veía? Tendría que cambiar ese concepto suyo. El silencio fue reemplazado por gritos de alerta e indignación cuando les llovieron un montón de dagas del cielo. A mi me hizo sonreir de lado. Soporté de modo estoico su contacto aunque reaccionó algo a ella. Luego me di cuenta de que Ivanov...seguia ahi, mirandonos desde la sala de reuniones.
"oh"
Carraspeé un poco y la mirada hacia el niño fue evidente, para que ella cuidara a donde iban a parar sus manos.
- Está bien. Cuando podemos empezar con el traslado? Informaré al Consejo de las condiciones pero estoy seguro de que aceptarán. - saqué el brazalete, pasando al interior de la sala y envié un mensaje a Da Vinci por privado, como anticipación a la petición. No quería cerrar nada sin consentimiento previo. Luego redacté las condiciones de Lyosha por encima y las envié al resto de los Descendientes. Esperaba su pronta respuesta. Me acordé de otra de sus peticiones.... y le dediqué una mirada curiosa. - ¿Que te prometió Cath?
Lyosha Svensson
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Mantuvo la ligera sonrisa al ver la expresión de Matvey. Era…refrescante que no hubiese juzgado su acción contra los cotillas. Muchos habrían jadeado de sorpresa. También era cierto que tenían otras cosas entre manos. Sin embargo, el carraspeo y su mirada hicieron que se fijara de nuevo en Ivanov. El pequeño los miraba con cierta confusión y Lyosha aligeró un poco el gesto mientras inspiraba con profundidad para controlar sus sensaciones y emociones.
-Mañana- Respondió porque entendía la premura. En cuanto acabaran allí podría dividir a los Soul Reaper para que informaran al resto de sus compañeros y pusieran en marcha la estrategia que ya estaba diseñando mentalmente.
“¿Estás seguro?”, le recorrió con la mirada mientras pasaba al lado de Ivanov y le acariciaba el cabello con suavidad antes de leer todo lo que Rasputín redactaba, haciendo alguna que otra pequeña corrección o añadido. Tenía que sacar aquel proyecto adelante y seguir impulsando el desarrollo de Italia. Tenía que consolidar y establecer su gobierno antes de pensar en moverse fuera de su territorio.
-Un dragón- Respondió con sosiego -Pero la última vez que nos vimos fui…- Ambiciosa -Flexible- Añadió con una sonrisa mientras se sentaba en la mesa y desviaba la vista hacia Ivanov, moviendo suavemente la mano para crearle uno de esos juegos que tanto le gustaban y entretenían -Y le dije que con una piedra de los 3 mundos también bastaría- Volvió la vista hacia él -Quiero ser libre de moverme por donde quiera sin necesidad de pedirle a nadie portales o reportar a dónde voy- Lo otro…lo primero, él sabía por donde venía. No era tanto una necesidad de Lyosha como respondía a algo intrínseco de aquel cuerpo y del alma residente de cierta alada.
-Mañana- Respondió porque entendía la premura. En cuanto acabaran allí podría dividir a los Soul Reaper para que informaran al resto de sus compañeros y pusieran en marcha la estrategia que ya estaba diseñando mentalmente.
“¿Estás seguro?”, le recorrió con la mirada mientras pasaba al lado de Ivanov y le acariciaba el cabello con suavidad antes de leer todo lo que Rasputín redactaba, haciendo alguna que otra pequeña corrección o añadido. Tenía que sacar aquel proyecto adelante y seguir impulsando el desarrollo de Italia. Tenía que consolidar y establecer su gobierno antes de pensar en moverse fuera de su territorio.
-Un dragón- Respondió con sosiego -Pero la última vez que nos vimos fui…- Ambiciosa -Flexible- Añadió con una sonrisa mientras se sentaba en la mesa y desviaba la vista hacia Ivanov, moviendo suavemente la mano para crearle uno de esos juegos que tanto le gustaban y entretenían -Y le dije que con una piedra de los 3 mundos también bastaría- Volvió la vista hacia él -Quiero ser libre de moverme por donde quiera sin necesidad de pedirle a nadie portales o reportar a dónde voy- Lo otro…lo primero, él sabía por donde venía. No era tanto una necesidad de Lyosha como respondía a algo intrínseco de aquel cuerpo y del alma residente de cierta alada.
El portal se abrió cerca de la escalinata de la gran torre para darnos paso a mi, que habia cargado a Ivanov con un brazo, y a Giordano, que caminaba a mi lado. Los protocolos seguian siendo protocolos para segun que situaciones y esta podia ser una de ellas…en cierto modo, claro está. No iba a poder proporcionarle un dragon sin incurrir en otra crisis diplomatica con los Pendragon, pero esto era algo que si podía hacer.
Bueno, lo habia hecho Giordano, a decir verdad. Cerré el portal y le hice un gesto para que avanzara conmigo hacia la puerta.
- Te acompañaré mientras le explicas como funciona…o por lo menos para las presentaciones.
“No se si se conocen formalmente”
Y Giordano podía ser muy él, y la paciencia de Lyosha era muy limitada, sobre todo estos ultimos meses, tanta tensión y dificultad de la gente para adaptarse a todos los cambios…no eran el mejor caldo de cocción a decir verdad. O sí lo eran, para una crisis.
Al terminar de subir las escaleras, hice un llamado a la puerta, anunciando en voz alta nuestra llegada. Siempre habia alguien de vigia, aunque la torre pareciera silencios….nunca dormía.
Bueno, lo habia hecho Giordano, a decir verdad. Cerré el portal y le hice un gesto para que avanzara conmigo hacia la puerta.
- Te acompañaré mientras le explicas como funciona…o por lo menos para las presentaciones.
“No se si se conocen formalmente”
Y Giordano podía ser muy él, y la paciencia de Lyosha era muy limitada, sobre todo estos ultimos meses, tanta tensión y dificultad de la gente para adaptarse a todos los cambios…no eran el mejor caldo de cocción a decir verdad. O sí lo eran, para una crisis.
Al terminar de subir las escaleras, hice un llamado a la puerta, anunciando en voz alta nuestra llegada. Siempre habia alguien de vigia, aunque la torre pareciera silencios….nunca dormía.
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Una leve risa inundaba los pasillos de la torre mientras Lyosha Svensson caminaba hacia la sala donde solía recibir visitas. Sí, sabía que era Matvey, pero venía acompañado así que la visita era política no de carácter personal. Los de la guardia ya los habían hecho pasar y cuando las puertas se abrieron con un movimiento de su mano, la Soul Reaper ingresó con un ajustado pantalón de cuero, botas bajas y corto top del mismo color.
De su mano colgaba su arakh, sin una mancha de sangre. Sin embargo, ella tenía manchas de sangre por todos lados. De la nariz le salía un hilillo, del pómulo derecho tenía otro corte. Estaba segurísima de que tenía el labio partido y tenía más cortes por el resto de carne que tenía expuesta . Llevaba el pelo blanco suelto y para nada pulcro. Allí también se veían algunos manchones de sangre -Hmm...- Dijo al mirar a Matvey con un brillo particular en los ojos. Estaba de buen humor, de muy buen humor pese a la paliza. Dejó el arakh en la mesa mientras miraba a Ivanov -Creces por momentos- Le dijo al pequeño, guiñándole un cristalino ojo azul.
Tras eso, su expresión se tornó mucho más cerrada y fría. Indiferente y distanciada mientras miraba a la mascota que traía Matvey ahora. Uno del Consejo. Eso lo sabía. DaVinci si la memoria no le fallaba. Le lanzó un vaso vacío a Matvey hacia la cara, porque sí. Cogió dos más y fue acercándose hacia ambos. Puso uno en la mesa y lo lanzó/deslizó hacia Giordano antes de empezar a servir vodka en el suyo. En silencio fue hacia Matvey y empezó a servirle vodka lentamente mientras lo observaba con intensidad y bebía de su vaso. Luego dejó la botella al lado de Giordano, podía servirse solito -¿Ahora qué pasa?- Preguntó mientras caminaba hasta la silla central, poniéndose detrás de ella y apoyando los brazos allí -¿El papa dejó algún regalo en el Vaticano?- Inquirió porque sus fuentes le habían dicho lo mucho que a Giordano le gustaba juguetear por allí. El vaso de vodka casi vacío lo sostuvo entre sus dedos mientras jugueteaba con el borde.
Al mismo tiempo, Ivanov recibía un juego de rompecabezas de metal que lo mantendría distraído mientras los adultos hablaban.
De su mano colgaba su arakh, sin una mancha de sangre. Sin embargo, ella tenía manchas de sangre por todos lados. De la nariz le salía un hilillo, del pómulo derecho tenía otro corte. Estaba segurísima de que tenía el labio partido y tenía más cortes por el resto de carne que tenía expuesta . Llevaba el pelo blanco suelto y para nada pulcro. Allí también se veían algunos manchones de sangre -Hmm...- Dijo al mirar a Matvey con un brillo particular en los ojos. Estaba de buen humor, de muy buen humor pese a la paliza. Dejó el arakh en la mesa mientras miraba a Ivanov -Creces por momentos- Le dijo al pequeño, guiñándole un cristalino ojo azul.
Tras eso, su expresión se tornó mucho más cerrada y fría. Indiferente y distanciada mientras miraba a la mascota que traía Matvey ahora. Uno del Consejo. Eso lo sabía. DaVinci si la memoria no le fallaba. Le lanzó un vaso vacío a Matvey hacia la cara, porque sí. Cogió dos más y fue acercándose hacia ambos. Puso uno en la mesa y lo lanzó/deslizó hacia Giordano antes de empezar a servir vodka en el suyo. En silencio fue hacia Matvey y empezó a servirle vodka lentamente mientras lo observaba con intensidad y bebía de su vaso. Luego dejó la botella al lado de Giordano, podía servirse solito -¿Ahora qué pasa?- Preguntó mientras caminaba hasta la silla central, poniéndose detrás de ella y apoyando los brazos allí -¿El papa dejó algún regalo en el Vaticano?- Inquirió porque sus fuentes le habían dicho lo mucho que a Giordano le gustaba juguetear por allí. El vaso de vodka casi vacío lo sostuvo entre sus dedos mientras jugueteaba con el borde.
Al mismo tiempo, Ivanov recibía un juego de rompecabezas de metal que lo mantendría distraído mientras los adultos hablaban.
Suspiré con cierto alivio al cruzar el portal junto con Matvey. Un reposo para mi cabeza, el estar alli en el monte Aventino, donde los susurros de la tecnomagia se acallaban lejos del Vaticano y del bullicio. Sin embargo, otra sensación reemplazaba aquella. Hasta el más escaso en magia seria capaz de notar la atmósfera que generaba aquella torre.
Avancé con él hasta que nos hicieron entrar, cargando con mi maletin y algunos planos bajo el brazo. Observé todo, con atención y ojo clínico. La estructura era extraña, era una arquitectura que realmente no correspondía a ningun patrón o estilo concreto. Una mezcla entre lo humano y lo natural. Pero no como cuando el humano intenta imitar lo natural, no. Era genuino.
Seguía observando y reflexionando sobre ello cuando entró una mujer de pelo blanco en la sala. Su cara me resultaba conocida. Vale, era Lyosha. Dirigía el cotarro por alli y habia estado presente en alguna que otra encomienda en la que yo también. Y ella, por su contextura, altura, dimensiones y demás, debía ser la persona para quien Matvey me había encargado las alas metálicas. Supe todo eso con una mirada de pies a cabeza. Sabía que le iban a encajar perfectamente.
Reparé en la sangre después. Parecía llevarse bien con el...niño? Miré a Ivanov confuso. Cómo hacia un niño para ser mas sociable que yo? Desplacé esa misma mirada hacia Matvey al ver su interacción con la mujer. Había algo raro ahí o era cosa mia? Observé el vaso y la botella de vodka, esa bebida rusa infernal. Licor de patata. De verdad qué cutres.
Solo levanté la mirada hacia la de ella cuando mencionó que si el Papa había dejado algun regalo en el Vaticano.
"solo demonios y malos recuerdos"
Carraspeé y me levanté, apoyando ambas manos sobre la mesa.
- Están hechas de un metal muy ligero que no añadirá demasiado peso a tu cuerpo. Se pliegan en un cómodo espaldar que he diseñado a su vez a modo de armadura, el efecto mochila es mínimo. Para no descompensar la carga lo he complementado con una coraza para el pecho, exclusivamente. Como he dicho es un metal muy flexible para favorecer ligereza y vuelo, asi que no protegería de ningun tipo de golpe contundente o perforante, pero si ofrece cierta defensa contra hechizos.
Mientras hablaba, iba desplegando planos y bocetos sobre la mesa. Señalé entonces a uno donde se veía una la totalmente desplegada.
- Tanto las plumas primarias como secundarias están realizadas a filo de espada. Las terciarias no, por su proximidad al cuerpo del usuario. Sin embargo como Matvey me ha comentado que controlas el metal, sé que es algo que podrás modificar cuando y como quieras. He diseñado cada pluma de modo que puedas desplegarla de la estructura "ósea" del ala, y volver a encajarla. Te recomiendo que practiques hasta aprenderte la posición de cada pluma en el ala. Podrías descompensar el vuelo si las retornas mal.
"vale...que más..."
Dejé todos los planos en la mesa, y guardé algunos demasiado garabateados como para ser entendidos por nadie. Ahora si abrí el maletin de donde saqué el susodicho espaldar y la pechera y las puse sobre la mesa.
- Evidentemente el espacio de guardado va ampliado con un hechizo de espacio asi que si entraras en alguna zona de antimagia no podrías mantenerlas plegadas, se desplegarían automáticamente. Tendrías una autonomía de vuelo limitada pero suficiente para volver a tierra. Sin antimagia la autonomia de vuelo es practicamente ilimitada y dependerá de tu magia, que será la batería para los motores situados en ambos metacarpos. No he metido enlaces tecnomágicos de control porque requerirían mas mantenimiento, peso y equipación para una no usuaria de la tecnomagia, ademas seria contraproducente con la idea de que controles tú el metal para los movimientos de planeo. Lo que si he incluido es un giróscopo magnético para orientación en el aire.
Me quedé en silencio mirando lo que parecía una armadura de la parte superior, muy liviana, plateada y muy muy levemente decorada. Como si esperase que fuera ella quien terminara de añadir las decoraciones deseadas. Solo habia una marca en el centro del pecho, una placa romboide que parecía tener algo de relieve. Era el mecanismo de despliegue.
Avancé con él hasta que nos hicieron entrar, cargando con mi maletin y algunos planos bajo el brazo. Observé todo, con atención y ojo clínico. La estructura era extraña, era una arquitectura que realmente no correspondía a ningun patrón o estilo concreto. Una mezcla entre lo humano y lo natural. Pero no como cuando el humano intenta imitar lo natural, no. Era genuino.
Seguía observando y reflexionando sobre ello cuando entró una mujer de pelo blanco en la sala. Su cara me resultaba conocida. Vale, era Lyosha. Dirigía el cotarro por alli y habia estado presente en alguna que otra encomienda en la que yo también. Y ella, por su contextura, altura, dimensiones y demás, debía ser la persona para quien Matvey me había encargado las alas metálicas. Supe todo eso con una mirada de pies a cabeza. Sabía que le iban a encajar perfectamente.
Reparé en la sangre después. Parecía llevarse bien con el...niño? Miré a Ivanov confuso. Cómo hacia un niño para ser mas sociable que yo? Desplacé esa misma mirada hacia Matvey al ver su interacción con la mujer. Había algo raro ahí o era cosa mia? Observé el vaso y la botella de vodka, esa bebida rusa infernal. Licor de patata. De verdad qué cutres.
Solo levanté la mirada hacia la de ella cuando mencionó que si el Papa había dejado algun regalo en el Vaticano.
"solo demonios y malos recuerdos"
Carraspeé y me levanté, apoyando ambas manos sobre la mesa.
- Están hechas de un metal muy ligero que no añadirá demasiado peso a tu cuerpo. Se pliegan en un cómodo espaldar que he diseñado a su vez a modo de armadura, el efecto mochila es mínimo. Para no descompensar la carga lo he complementado con una coraza para el pecho, exclusivamente. Como he dicho es un metal muy flexible para favorecer ligereza y vuelo, asi que no protegería de ningun tipo de golpe contundente o perforante, pero si ofrece cierta defensa contra hechizos.
Mientras hablaba, iba desplegando planos y bocetos sobre la mesa. Señalé entonces a uno donde se veía una la totalmente desplegada.
- Tanto las plumas primarias como secundarias están realizadas a filo de espada. Las terciarias no, por su proximidad al cuerpo del usuario. Sin embargo como Matvey me ha comentado que controlas el metal, sé que es algo que podrás modificar cuando y como quieras. He diseñado cada pluma de modo que puedas desplegarla de la estructura "ósea" del ala, y volver a encajarla. Te recomiendo que practiques hasta aprenderte la posición de cada pluma en el ala. Podrías descompensar el vuelo si las retornas mal.
"vale...que más..."
Dejé todos los planos en la mesa, y guardé algunos demasiado garabateados como para ser entendidos por nadie. Ahora si abrí el maletin de donde saqué el susodicho espaldar y la pechera y las puse sobre la mesa.
- Evidentemente el espacio de guardado va ampliado con un hechizo de espacio asi que si entraras en alguna zona de antimagia no podrías mantenerlas plegadas, se desplegarían automáticamente. Tendrías una autonomía de vuelo limitada pero suficiente para volver a tierra. Sin antimagia la autonomia de vuelo es practicamente ilimitada y dependerá de tu magia, que será la batería para los motores situados en ambos metacarpos. No he metido enlaces tecnomágicos de control porque requerirían mas mantenimiento, peso y equipación para una no usuaria de la tecnomagia, ademas seria contraproducente con la idea de que controles tú el metal para los movimientos de planeo. Lo que si he incluido es un giróscopo magnético para orientación en el aire.
Me quedé en silencio mirando lo que parecía una armadura de la parte superior, muy liviana, plateada y muy muy levemente decorada. Como si esperase que fuera ella quien terminara de añadir las decoraciones deseadas. Solo habia una marca en el centro del pecho, una placa romboide que parecía tener algo de relieve. Era el mecanismo de despliegue.
A juzgar por el arakh impecable y el estado de Lyosha, debía de haber estado entrenando con aquella androide rescatada de las prisiones del coliseo. A su modo, era como desfogaba, lo había terminado por aprender a base de observarla. Pero no podía olvidar que hoy iba acompañado, y no quería que Giordano empezase a conjeturar .Aunque el aspecto de Lyosha iba a dificultarlo.
Sonreí brevemente cuando le dijo eso a Ivanov y coloqué mi mano sobre su cabeza, revolviendole un poco el oscuro pelo.
- Quería venir a verte. - dije refiriendome a Ivanov, aunque quizá no solo a Ivanov. Pillé el vaso a tiempo, a su modo brusco de ofrecerme vodka. Le mantuve la mirada mientras llenaba el vaso, de la misma manera porque...no habia otro modo de hacerlo. Bebí y desvié la mirada al italiano cuando ella hizo aquella pregunta.
- Sigo investigando la necrópolis. Hay para rato allí abajo. Giordano ha estado trabajando en la parte tecnomágica dejada por los androides y en un encargo especial.
Comenzó a hablar entonces, y siguió durante un rato. Solo hablaba tanto tiempo cuando hablaba sobre sus creaciones o similares. No habia tenido ocasion de ver el diseño o el resultado final antes de hoy, asi que yo tambien estaba intrigado en ciertpo modo. Pero más en la reaccion de ella. No era un dragón, no, pero...podría tener autonomía, volar, no depender de. Lo que me intrigaba más era saber cómo aquello encajaría con el pasado de su cuerpo antes de ser de ella, si habria mucha disonancia o no, si se lo podría llegar a tomar como una ofensa de algun modo retorcido.
Sonreí brevemente cuando le dijo eso a Ivanov y coloqué mi mano sobre su cabeza, revolviendole un poco el oscuro pelo.
- Quería venir a verte. - dije refiriendome a Ivanov, aunque quizá no solo a Ivanov. Pillé el vaso a tiempo, a su modo brusco de ofrecerme vodka. Le mantuve la mirada mientras llenaba el vaso, de la misma manera porque...no habia otro modo de hacerlo. Bebí y desvié la mirada al italiano cuando ella hizo aquella pregunta.
- Sigo investigando la necrópolis. Hay para rato allí abajo. Giordano ha estado trabajando en la parte tecnomágica dejada por los androides y en un encargo especial.
Comenzó a hablar entonces, y siguió durante un rato. Solo hablaba tanto tiempo cuando hablaba sobre sus creaciones o similares. No habia tenido ocasion de ver el diseño o el resultado final antes de hoy, asi que yo tambien estaba intrigado en ciertpo modo. Pero más en la reaccion de ella. No era un dragón, no, pero...podría tener autonomía, volar, no depender de. Lo que me intrigaba más era saber cómo aquello encajaría con el pasado de su cuerpo antes de ser de ella, si habria mucha disonancia o no, si se lo podría llegar a tomar como una ofensa de algun modo retorcido.
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-Comprensible- Mencionó cuando dijo que quería “verla” y en sus ojos azules se reflejó cierta picardía. Había entendido que se refería al niño pero, eran adultos, estaba claro que ella era adictiva y comprendía que Matvey tuviera la necesidad de verla. Por supuesto, nunca reconocería que aquello también le pasaba a ella. No podía darle más poder del que ya tenía.
Miró de vuelta a Giordano cuando se refirió a él -Necesitas dejar de verme así si quieres conservar el sentido de la vista, DaVinci- Pues a diferencia de Matvey y Khaled, Lyosha no apreciaba una evaluación exhaustiva en su ser. ¿Acaso le debía algo? No obstante, la respuesta que obtuvo fue distinta.
De forma particularmente felina, la peliblanca ladeó la cabeza hacia los planos y empezó a examinar. Mientras los segundos pasaban y Giordano explicaba el ceño de Lyosha se iba frunciendo lentamente pero estaba… Había llamado su atención, para bien.
Podría volar.
Bajó el vaso a la mesa mientras caminaba hacia donde Giordano se mantenía en un activo monólogo. Alzó la mirada hacia Matvey y arqueó una ceja cuestionándole antes de bajar la vista de nuevo a los planos.
Tenía una sensación extraña en el pecho. No sabía bien cómo llamarla porque parecía algo entre el rechazo y la adoración. Parpadeó varias veces para reubicarse y apartó la mirada de las alas, se cruzó de brazos y miró al frente hacia el balcón y a la distancia más allá.
“Son un chiste”
“Son libertad”
“No son mis alas”
“Por supuesto que no, son MÍAS”
Un extraño, primitivo y bajo sonido empezó a formarse en su garganta y fue tomando fuerza a medida que el diálogo interno continuaba.
“Este no es tu cuerpo”
“¿Ah no?”
Alzó una mano hacia el pómulo donde aún le sangraba una de las heridas y apretó con los dedos con algo de fuerza, sintiendo la ráfaga de dolor. Pequeña, pero efectiva para su punto. Sus dedos, ensangrentados, se pararon frente a sus ojos antes de llevárselos a la lengua y lamerlos.
“La última vez que chequeé soy yo la que controla los movimientos y usa el cerebro. Ya no estás aquí, Diana. Esta ya no es tu historia”
El gruñido cesó cuando la voz de Diana pareció calmarse y Lyosha se giró hacia Matvey con una leve sonrisa que se desdibujó instantes después cuando un lacerante dolor empezó en el centro de su pecho. Diana no se había dado por vencida y lo curioso era que ella lo entendía, lo entendía muy bien. Lyosha se llevó una mano al centro del top y apretó la tela mientras la libre se apoyaba en la mesa para darle algo de equilibrio. Cerró los ojos un momento con fuerza y cuando los abrió su iris abandonó el azul por el dorado.
-Tú…- Una mano se alargó hacia Giordano con la idea de cogerlo del cuello -...no eres el Creador-
“Y una mierda”
La otra mano de Lyosha se levantó con rapidez arrancando de camino una de las plumas que Giordano le dijo que podía extraer, envolvió la mano que iba hacia el Descendiente y la lanzó al piso controlando el movimiento antes de que pudiera hacerle daño al moreno. Un grito de pura frustración salió de su garganta cuando su cuerpo, de forma descoordinada, intentaba hacerse con Giordano y la otra trataba de pararla.
¿Qué opina Diana de las alas?: 20 siendo éxito y mucha ilusión.
Miró de vuelta a Giordano cuando se refirió a él -Necesitas dejar de verme así si quieres conservar el sentido de la vista, DaVinci- Pues a diferencia de Matvey y Khaled, Lyosha no apreciaba una evaluación exhaustiva en su ser. ¿Acaso le debía algo? No obstante, la respuesta que obtuvo fue distinta.
De forma particularmente felina, la peliblanca ladeó la cabeza hacia los planos y empezó a examinar. Mientras los segundos pasaban y Giordano explicaba el ceño de Lyosha se iba frunciendo lentamente pero estaba… Había llamado su atención, para bien.
Podría volar.
Bajó el vaso a la mesa mientras caminaba hacia donde Giordano se mantenía en un activo monólogo. Alzó la mirada hacia Matvey y arqueó una ceja cuestionándole antes de bajar la vista de nuevo a los planos.
Tenía una sensación extraña en el pecho. No sabía bien cómo llamarla porque parecía algo entre el rechazo y la adoración. Parpadeó varias veces para reubicarse y apartó la mirada de las alas, se cruzó de brazos y miró al frente hacia el balcón y a la distancia más allá.
“Son un chiste”
“Son libertad”
“No son mis alas”
“Por supuesto que no, son MÍAS”
Un extraño, primitivo y bajo sonido empezó a formarse en su garganta y fue tomando fuerza a medida que el diálogo interno continuaba.
“Este no es tu cuerpo”
“¿Ah no?”
Alzó una mano hacia el pómulo donde aún le sangraba una de las heridas y apretó con los dedos con algo de fuerza, sintiendo la ráfaga de dolor. Pequeña, pero efectiva para su punto. Sus dedos, ensangrentados, se pararon frente a sus ojos antes de llevárselos a la lengua y lamerlos.
“La última vez que chequeé soy yo la que controla los movimientos y usa el cerebro. Ya no estás aquí, Diana. Esta ya no es tu historia”
El gruñido cesó cuando la voz de Diana pareció calmarse y Lyosha se giró hacia Matvey con una leve sonrisa que se desdibujó instantes después cuando un lacerante dolor empezó en el centro de su pecho. Diana no se había dado por vencida y lo curioso era que ella lo entendía, lo entendía muy bien. Lyosha se llevó una mano al centro del top y apretó la tela mientras la libre se apoyaba en la mesa para darle algo de equilibrio. Cerró los ojos un momento con fuerza y cuando los abrió su iris abandonó el azul por el dorado.
-Tú…- Una mano se alargó hacia Giordano con la idea de cogerlo del cuello -...no eres el Creador-
“Y una mierda”
La otra mano de Lyosha se levantó con rapidez arrancando de camino una de las plumas que Giordano le dijo que podía extraer, envolvió la mano que iba hacia el Descendiente y la lanzó al piso controlando el movimiento antes de que pudiera hacerle daño al moreno. Un grito de pura frustración salió de su garganta cuando su cuerpo, de forma descoordinada, intentaba hacerse con Giordano y la otra trataba de pararla.
¿Qué opina Diana de las alas?: 20 siendo éxito y mucha ilusión.
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El miembro 'Lyosha Svensson' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Dado (20)' :
'Dado (20)' :
Esperaba conservar el sentido de la vista, sinceramente, pues privado de ella no podría hacer la mayoria de las cosas que hacía y....eh, no la estaba mirando por otro motivo que simplemente comprobar las tallas. Por suerte pareció darse cuenta tras proceder con todas las explicaciones pertinentes. Al principio la habia notado interesada. Pero luego...dispersa. Le aburría? Quizá.
No, espera. No es aburrimiento. Es otra cosa.¿El balcón? Estaba pensando en la travesía?
"Matvey no me habria encargado esto si ella tuviese miedo a las alturas o vértigo o...."
Observé de reojo al nigromante, parecía serio. Pero él siempre estaba serio.
- Eh... está bien? - pregunté más a él que a ella cuando la vi estrujarse un corte para lamerse su propia sangre después. No estaba acostumbrado a que las presentaciones de mis obras causaran semejante reaccion. Solia ser asombro, admiración, curiosidad, codicia o envidia pero no habia visto esa, hasta hoy.
Retrocedí varios pasos para alejarme de ella cuando además del cambio de color en los ojos hasta su voz pareció adquirir un tono diferente, con evidente desprecio hacia mi. Miré hacia Matvey que se habia levantado y se habia colocado delante de Ivanov.
- Qué le pasa? - Interrogué cuando pareció querer estrangularme pero ella misma se detuvo.
"que no soy el creador?"
Me habia dado una puntadita de ego, asi que crucé los brazos delante de mi pecho mientras la mujer de doble personalidad seguia insultando mi trabajo. Por no ser el creador. Y eso que tenía que ver?
- No, pero en lugar de enfadarte porque no sea el creador quien las ha hecho, deberías alegrarte de
que nuestro creador nos ha dotado con el intelecto como un excelente instrumento de percepción para hacer estas máquinas.
Me habia apartado caminando de espaldas, para no darle, precisamente, la espalda a ella, acercandome hacia aquel balcón.
- De todos modos, si tanto te disgusta mi imitación, tendrás que aleccionarme o buscar venganza en el aire, porque de otro modo no me pillarás. De lo contrario, seguiré deshonrando lo que tu consideras la creación. Y si no te gusta, arrivederci - me encaramé a la baranda del balcón, el viento me azotó haciendome casi perder el equilibrio y sacudiendome la ropa. Encantador. Desplegué mis propias alas, diferentes a las de ella pues no recordaban para nada a las de un ave. Tela y otros materiales, tecnomagia sin duda. Salté pero no caí, el propio viento y el impulso del invento me elevó hacia lo alto de la torre, en el aire.
No, espera. No es aburrimiento. Es otra cosa.¿El balcón? Estaba pensando en la travesía?
"Matvey no me habria encargado esto si ella tuviese miedo a las alturas o vértigo o...."
Observé de reojo al nigromante, parecía serio. Pero él siempre estaba serio.
- Eh... está bien? - pregunté más a él que a ella cuando la vi estrujarse un corte para lamerse su propia sangre después. No estaba acostumbrado a que las presentaciones de mis obras causaran semejante reaccion. Solia ser asombro, admiración, curiosidad, codicia o envidia pero no habia visto esa, hasta hoy.
Retrocedí varios pasos para alejarme de ella cuando además del cambio de color en los ojos hasta su voz pareció adquirir un tono diferente, con evidente desprecio hacia mi. Miré hacia Matvey que se habia levantado y se habia colocado delante de Ivanov.
- Qué le pasa? - Interrogué cuando pareció querer estrangularme pero ella misma se detuvo.
"que no soy el creador?"
Me habia dado una puntadita de ego, asi que crucé los brazos delante de mi pecho mientras la mujer de doble personalidad seguia insultando mi trabajo. Por no ser el creador. Y eso que tenía que ver?
- No, pero en lugar de enfadarte porque no sea el creador quien las ha hecho, deberías alegrarte de
que nuestro creador nos ha dotado con el intelecto como un excelente instrumento de percepción para hacer estas máquinas.
Me habia apartado caminando de espaldas, para no darle, precisamente, la espalda a ella, acercandome hacia aquel balcón.
- De todos modos, si tanto te disgusta mi imitación, tendrás que aleccionarme o buscar venganza en el aire, porque de otro modo no me pillarás. De lo contrario, seguiré deshonrando lo que tu consideras la creación. Y si no te gusta, arrivederci - me encaramé a la baranda del balcón, el viento me azotó haciendome casi perder el equilibrio y sacudiendome la ropa. Encantador. Desplegué mis propias alas, diferentes a las de ella pues no recordaban para nada a las de un ave. Tela y otros materiales, tecnomagia sin duda. Salté pero no caí, el propio viento y el impulso del invento me elevó hacia lo alto de la torre, en el aire.
También podría haber sido un modo de hacer las paces entre Diana y la matriarca del metal. Entre la necesidad de la una y de la otra. Pues necesitaría las habilidades de las dos para hacerlas funcionar. Mas las de Lyosha, sin duda....
Pero no, no fue así. Lo supe en cuanto empezó a hurgarse en la herida, como un mecanismo para volver en si ,para controlarse, asegurarse que ese cuerpo le pertenecía. Lo comprendía demasiado bien. Me levanté posicionando a Ivanov detrás de mi, que ahora estaba con las piezas del puzzle en la mano, a lo suyo todavía...aunque no por mucho tiempo. Pronto comenzó a prestar mas atencion a lo que ocurria entre nosotros.
Pareció que lo dominaba, por un momento porque vi su sonrisa...parecía satisfecha con el regalo. Duró poco, su gesto mutó a uno de dolor y gritó. Avancé instintivamente hacia ella, pero no llegué a tocarla aun. Sus ojos habian cambiado de color y maldije por lo bajo. Al tiempo, el efecto que esa aura generaba sobre Valkar se hizo sentir, porque pude discernir aquel instinto asesino del verdugo, surgiendo desde el interior y estampándose como olas de marea contra los límites fisicos que le ponian mi cuerpo y las múltiples marcas mágicas que lo surcaban.
- Aléjate, Da Vinci. Con un poco de suerte logrará controlarlo. Y si no...estoy yo aquí. - El fue muy elocuente y aproveché su distracción del balcón para abrir un portal y enviar a Ivanov de vuelta a mi habitación en el Vaticano, donde estaría solo pero al menos, fuera de la escena de acción. Si es que al final la había.
- Lyosha. - sujeté su antebrazo, el que no habia envuelto en metal. - Eres más fuerte que ella. Úsala como la ventaja que puede ser.
Pero no, no fue así. Lo supe en cuanto empezó a hurgarse en la herida, como un mecanismo para volver en si ,para controlarse, asegurarse que ese cuerpo le pertenecía. Lo comprendía demasiado bien. Me levanté posicionando a Ivanov detrás de mi, que ahora estaba con las piezas del puzzle en la mano, a lo suyo todavía...aunque no por mucho tiempo. Pronto comenzó a prestar mas atencion a lo que ocurria entre nosotros.
Pareció que lo dominaba, por un momento porque vi su sonrisa...parecía satisfecha con el regalo. Duró poco, su gesto mutó a uno de dolor y gritó. Avancé instintivamente hacia ella, pero no llegué a tocarla aun. Sus ojos habian cambiado de color y maldije por lo bajo. Al tiempo, el efecto que esa aura generaba sobre Valkar se hizo sentir, porque pude discernir aquel instinto asesino del verdugo, surgiendo desde el interior y estampándose como olas de marea contra los límites fisicos que le ponian mi cuerpo y las múltiples marcas mágicas que lo surcaban.
- Aléjate, Da Vinci. Con un poco de suerte logrará controlarlo. Y si no...estoy yo aquí. - El fue muy elocuente y aproveché su distracción del balcón para abrir un portal y enviar a Ivanov de vuelta a mi habitación en el Vaticano, donde estaría solo pero al menos, fuera de la escena de acción. Si es que al final la había.
- Lyosha. - sujeté su antebrazo, el que no habia envuelto en metal. - Eres más fuerte que ella. Úsala como la ventaja que puede ser.
Gwen Pendragón
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Resultaba fácil localizar a DaVinci con parte de mi sangre corriendo por sus venas. Suponía que, dada nuestra última conversación y la falta de noticias por su parte , no iba a resultar un encuentro desenfadado. Pero era simple, solamente debía transferir un mensaje.
Cuando me concentré para desaparecerme había enfocado la mente en ese pulso de mi sangre, externo a mi. Diminuto. Al menos sabía que sí la había usado. Un "plop" sonó en la estancia en la que me encontraba y ya no estaba allí.
El segundo "pop" se escuchó en el aire y para cuando me di cuenta abrí los ojos y agité brazos y piernas al no encontrar apoyo del suelo. La sorpresa se escapó de mis labios en forma de grito cuando miré hacia la torre que se acercaba a toda velocidad desde abajo. Cerré los ojos para intentar concentrarme, tendría que intentar desaparecerme de nuevo.
Cuando me concentré para desaparecerme había enfocado la mente en ese pulso de mi sangre, externo a mi. Diminuto. Al menos sabía que sí la había usado. Un "plop" sonó en la estancia en la que me encontraba y ya no estaba allí.
El segundo "pop" se escuchó en el aire y para cuando me di cuenta abrí los ojos y agité brazos y piernas al no encontrar apoyo del suelo. La sorpresa se escapó de mis labios en forma de grito cuando miré hacia la torre que se acercaba a toda velocidad desde abajo. Cerré los ojos para intentar concentrarme, tendría que intentar desaparecerme de nuevo.
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