Página 1 de 35. • 1, 2, 3 ... 18 ... 35
Misterioso lugar, posiblemente algún brujo poderoso o sus aprendices pueden habitarla...
Actualmente, está en poder de los Soul Reaper. Quien quiera penetrar en la Torre encontrará una serie de dificultades, si no ha sido invitado.
El Guardián vagabundea constantemente por la Torre. Un ser oscuro, enorme y sin ojos deteniendo a los intrusos y alertando de su presencia, una bestia enorme y silenciosa como la muerte, pese a su gran tamaño.
Desapareció de su emplazamiento original (Irlanda)
ESCUDOS TORRE: 5000 puntos. En combate, cada turno, pueden regenerar los escudos, pero para eso deben perder un turno tanto de atacar, aunque no de defenderse personalmente si lo necesitan. A cambio de 10 PS de vida, pueden añadir 100 puntos a los escudos. Cada PJ. Los SOUL PNj aportan la mitad, por 10 PS 50 Puntos de escudo.
Nº de Soul Reapers: 90
Actualmente, está en poder de los Soul Reaper. Quien quiera penetrar en la Torre encontrará una serie de dificultades, si no ha sido invitado.
El Guardián vagabundea constantemente por la Torre. Un ser oscuro, enorme y sin ojos deteniendo a los intrusos y alertando de su presencia, una bestia enorme y silenciosa como la muerte, pese a su gran tamaño.
- El Guardián:
200 PS - 70 stat - 20 daño área por grito
Desapareció de su emplazamiento original (Irlanda)
ESCUDOS TORRE: 5000 puntos. En combate, cada turno, pueden regenerar los escudos, pero para eso deben perder un turno tanto de atacar, aunque no de defenderse personalmente si lo necesitan. A cambio de 10 PS de vida, pueden añadir 100 puntos a los escudos. Cada PJ. Los SOUL PNj aportan la mitad, por 10 PS 50 Puntos de escudo.
Nº de Soul Reapers: 90
Khaled Svensson escribió:Los cimientos de la torre se tambalearon brevemente, pero los de allí arriba habían logrado frenar el brutal ataque de asedio. No perdí la concentración ni por un momento. Terminé de tallar a fuego las runas en el dintel, al tiempo que las hablaba.
La piedra de los tres mundos se elevó, y empezó a gira a una velocidad cada vez mayor, vertiginosa. Surgieron de ella fugaces relampagos en espiral, que lamían la piedra de la amplia sala, y se dirigían cada vez más en el arco del Portal al que me dirigía, formando un puente entre dicho portal, y mis manos, igualmente alzadas... en una posición similar de aquel devoto que está rezando a su dios. Los relámpagos restallaban, aparecían y desaparecían. Pero en mis manos no causaban dolor, solo una fuerte sensación de tensión, como una cuerda que tiraba de mi hacia el arco.
Lo unico que tenia que hacer era soportar el tirón, y seguir conjurando el núcleo del maestro del espacio. Mis ojos seguian fijos en las runas del caos, pronunciandolas. A estas alturas, una persona normal habría perdido la cabeza al contemplarlas durante tantos minutos ya.
Una imagen apareció al otro lado del portal, la senda estaba abierta. El relampagueo se extendió, envolviendo a toda la Torre.
Y tras varios segundos, pareció que aquellos relámpagos la engullían.
La Torre desapareció, en su totalidad, de aquel lugar, dejando tras de si un vendaval que se extendió a lo largo del bosque helado desde el lugar donde habia desaparecido. Y en un lugar, nada, una gran marca circular en el suelo que ninguna máquina podría entender.
Aquella zona inexplorada de Ouroboros era basta, y solitaria.
Hasta ahora.
Igual que en el momento de la desaparicion de la Torre en Irlanda, el Bosque Helado, su llegada a la nueva ubicacion fue anunciada con unos pulsantes relampagos, timidos al inicio, pero cada vez mas estruendoso, hasta que de la nada, la imponente Torre de la Alta Hechicería se materializó con el parpadeo de una tormenta en aquel lugar, haciendo huir de los alrededores a cualquier criatura que habitase aquellos lares, debido a la honda expansiva que generó.
En el interior de la Torre, en su base subterránea o la Sala de los Portales, la Piedra de los Tres Mundos dejó de girar lentamente, volviendo a la mano del nigromante, que la aferró mientras el demonio esbozaba una interesante sonrisa con sus ojos aun pegados unos instantes más al portal.
Todo en orden. Por el silencio que siguió a estos instantes....podía asegurar que las cosas habian salido bien. ... y que Ouroboros tenía unos nuevos invitados. No sabía si la idea había sido mia, o de Khaled....
Satisfecho, guardé la joya nuevamente y salí del sótano. Me detuve a medio camino de las escaleras....cosa de habitar mortales. Tendían a cansarse cuando el gasto de energía mágica era elevado.
Retomé el camino hasta el hall de la entrada, donde sali al exterior a través de las grandes puertas de la Torre, para contemplar nuestra nueva ubicación. Me preguntaba si alguien había trasladado esta Torre con anterioridad, ya que quedaba demostrado el potencial que tenía....
Hasta ahora.
Igual que en el momento de la desaparicion de la Torre en Irlanda, el Bosque Helado, su llegada a la nueva ubicacion fue anunciada con unos pulsantes relampagos, timidos al inicio, pero cada vez mas estruendoso, hasta que de la nada, la imponente Torre de la Alta Hechicería se materializó con el parpadeo de una tormenta en aquel lugar, haciendo huir de los alrededores a cualquier criatura que habitase aquellos lares, debido a la honda expansiva que generó.
En el interior de la Torre, en su base subterránea o la Sala de los Portales, la Piedra de los Tres Mundos dejó de girar lentamente, volviendo a la mano del nigromante, que la aferró mientras el demonio esbozaba una interesante sonrisa con sus ojos aun pegados unos instantes más al portal.
Todo en orden. Por el silencio que siguió a estos instantes....podía asegurar que las cosas habian salido bien. ... y que Ouroboros tenía unos nuevos invitados. No sabía si la idea había sido mia, o de Khaled....
Satisfecho, guardé la joya nuevamente y salí del sótano. Me detuve a medio camino de las escaleras....cosa de habitar mortales. Tendían a cansarse cuando el gasto de energía mágica era elevado.
Retomé el camino hasta el hall de la entrada, donde sali al exterior a través de las grandes puertas de la Torre, para contemplar nuestra nueva ubicación. Me preguntaba si alguien había trasladado esta Torre con anterioridad, ya que quedaba demostrado el potencial que tenía....
Lyosha Svensson
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Todo iba viento en popa, estábamos petándolo y el ver los rayos que estaban encima de la torre sabía que el éxito estaba cerca. De pronto, tras un gran movimiento y sonido, estaban en un lugar nuevo. Lyosha se rió brevemente -Suficiente- Soltó golpeando el hombro de Erika bruscamente y luego le miró con soberbia, solemnidad y orgullo -Bienvenida, Soul Reaper- Saludó de forma mucho más formal, volviendo a controlar esos sentimientos de éxtasis para dirigirse a cada uno de los miembros de la Hermandad del Metal y felicitarlos por su trabajo, revisar si alguno había sido herido o se encontraba mal y enviarlo al área de sanación. También lo hizo con otras hermandades, aunque no eran muchos más.
Cuando terminó se encontró en la puerta con Khaled aunque al verlo a los ojos supo que no se trataba de él -Y dicen que el tiempo no puede comprarse- Dijo con una sonrisa perversa en los labios mientras le miraba a los ojos. Avanzó a su lado, porque ella estaba en el mismo rango que él, aunque él no lo reconociera. Se quedó mirando alrededor con el ceño levemente fruncido. Era una zona un poco escabrosa y tenebrosa -Perfecto- Confesó avanzando un poco más mientras empezaba a reunir todo el metal que antes protegía la torre para crear una calavera gigante que colocó formando la puerta de la torre, dejando que las fauces de ésta quedaran justo en la puerta. Miró su arte con una sonrisa contenta, se llevó las manos a la cadera con un gesto sardónico -¿Dónde estamos exactamente, Belialt? ¿A dónde nos has traído?- Preguntó ya que se había enfocado en mirar exclusivamente a sus alrededores pero cuando volvió a su lado para mirar al horizonte se quedó patitiesa. Flotaban…Y podía ver otras islas. Aquello era una …Isla flotante.
Ouroboros.
Sintió la ira ir subiendo por su cuerpo, dándole fuerza, y formó un puño que lanzó directo al pecho de Khaled sin importarle que era su hermano. Se puso delante de él y lo cogió de ambos lados del abrigo con fuerza -El cuerpo de Khaled te protege más de lo que crees, demonio- Espetó apretando la tela entre sus dedos. Manteniendose así, mirándolo con intensidad, escupió hacia un lado y lo soltó bruscamente -Eres un maldito- Dijo apartándolo de un empujón y se fue dentro de la torre a buscar problemas con alguien más y así descargar su ira.
Cuando terminó se encontró en la puerta con Khaled aunque al verlo a los ojos supo que no se trataba de él -Y dicen que el tiempo no puede comprarse- Dijo con una sonrisa perversa en los labios mientras le miraba a los ojos. Avanzó a su lado, porque ella estaba en el mismo rango que él, aunque él no lo reconociera. Se quedó mirando alrededor con el ceño levemente fruncido. Era una zona un poco escabrosa y tenebrosa -Perfecto- Confesó avanzando un poco más mientras empezaba a reunir todo el metal que antes protegía la torre para crear una calavera gigante que colocó formando la puerta de la torre, dejando que las fauces de ésta quedaran justo en la puerta. Miró su arte con una sonrisa contenta, se llevó las manos a la cadera con un gesto sardónico -¿Dónde estamos exactamente, Belialt? ¿A dónde nos has traído?- Preguntó ya que se había enfocado en mirar exclusivamente a sus alrededores pero cuando volvió a su lado para mirar al horizonte se quedó patitiesa. Flotaban…Y podía ver otras islas. Aquello era una …Isla flotante.
Ouroboros.
Sintió la ira ir subiendo por su cuerpo, dándole fuerza, y formó un puño que lanzó directo al pecho de Khaled sin importarle que era su hermano. Se puso delante de él y lo cogió de ambos lados del abrigo con fuerza -El cuerpo de Khaled te protege más de lo que crees, demonio- Espetó apretando la tela entre sus dedos. Manteniendose así, mirándolo con intensidad, escupió hacia un lado y lo soltó bruscamente -Eres un maldito- Dijo apartándolo de un empujón y se fue dentro de la torre a buscar problemas con alguien más y así descargar su ira.
Zaphira Eire
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
El pelotón esperaría a mis órdenes antes de aparecer, yo me adelanté volando para poder explorar el terreno y ya que estaba observar las líneas enemigas desde las alturas, no se habían movido, al menos a simple vista. En cuanto me acerqué cada vez más al pequeño islote de la zona inexplorada mi expresión de sorpresa podía notarse incluso en mi forma de dragón, una estilizada estructura se erguía sobre las nubes y no me era para nada desconocida, se trataba de la torre de los Soul reaper.
Aterricé de forma pesada para después pasar a mi menuda forma humana, a simple vista se trataba de la torre que yo conocía pero una horterada metálica en forma de calavera adornaba la puerta -¿Qué es esto? ¿el castillo de Grayskull?- me puse el casco comunicador pues el pelotón aguardaba pero quien de verdad importaba era la general
"Pelotón, descanse... General, se han presentado invitados inesperados, creo que no vienen con intenciones hostiles pero voy a comprobar la situación"
La gran puerta se encontraba abierta y tras ella se encontraba el moreno de cabello largo a quien en otras circunstancias me habría alegrado de ver, me acerqué con paso decidido ataviada con mi armadura y la mirada fija en él -No te diré que no me alegro de verte pero esto es demasiado para una visita formal, Khaled... Tenemos enemigos en la isla y no estáis seguros aquí, mucho me temo que tampoco sé como reaccionará el consejo ante esto..- sin embargo sabía que aquel hombre no hacía las cosas porque si, algo había pasado y... tal vez me sería de ayuda -¿Qué razón de fuerza mayor te ha empujado a cometer tal locura?-
Aterricé de forma pesada para después pasar a mi menuda forma humana, a simple vista se trataba de la torre que yo conocía pero una horterada metálica en forma de calavera adornaba la puerta -¿Qué es esto? ¿el castillo de Grayskull?- me puse el casco comunicador pues el pelotón aguardaba pero quien de verdad importaba era la general
"Pelotón, descanse... General, se han presentado invitados inesperados, creo que no vienen con intenciones hostiles pero voy a comprobar la situación"
La gran puerta se encontraba abierta y tras ella se encontraba el moreno de cabello largo a quien en otras circunstancias me habría alegrado de ver, me acerqué con paso decidido ataviada con mi armadura y la mirada fija en él -No te diré que no me alegro de verte pero esto es demasiado para una visita formal, Khaled... Tenemos enemigos en la isla y no estáis seguros aquí, mucho me temo que tampoco sé como reaccionará el consejo ante esto..- sin embargo sabía que aquel hombre no hacía las cosas porque si, algo había pasado y... tal vez me sería de ayuda -¿Qué razón de fuerza mayor te ha empujado a cometer tal locura?-
No le respondí a Lyosha pero no hizo falta porque ella sola se dio cuenta de donde estabamos. Miré a la mujer con una perversa sonrisa de diversión al verla cabreada. Me pegó un puñetazo en el centro del pecho, que de flojo no tenía un pelo y me arrancó una chispa de cabreo de los ojos.
- Ah si? Y de qué mas me protege, Lyosha? - se largó furiosa, y me giré mirandola. Maldita mocosa. - Ese no es tu cuerpo, de todos modos. - comenté despues. Como si el cuerpo del nigromante no me perteneciese, lo había dicho. A lo de maldito, pues no podia llevarle la contra. Lo era.
Iba a entrar cuando el vuelo de un dragón me llamó la atención y detuve mis pasos, mirando hacia el cielo.
"Mira quien viene ahora. Ha tardado poco en darse cuenta"
Bajé las escaleras de la entrada a la Torre, hacia Zaphira, contemplando su armadura. Le corté el paso parandome a escasos palmos de ella. Ah, claro. Ella no era como Lyosha, no percibía tan facilmente el cambio...
- Lo que opine tu Consejo me da igual. Me interesa más lo que opine Zaphira Eire, la cazadora de demonios... - estaba claro que no me preocupaban demasiado los enemigos de aquella isla como los de alli abajo, donde estábamos más vendidos. - Ha sido excesivo esto para venir a verte? - la observé con un impulso raro, no se sabía muy bien si deseaba partirla en dos alli mismo de un modo o....del otro, mas placentero para ambos.
Quizá fue aquel primitivo sentimiento, o quizá el saludo de la dragona y su presencia, lo que hizo que Khaled se rebelase. Me dio un profundo dolor de cabeza mientras trataba de recuperar el control de su cuerpo, ya que mi mano se habia levantado hasta la mejilla de la dragona y estaba a escasos centimetros de rozar su piel.
El demonio se detuvo susurrando algo en su propia e incomprensible lengua mirando hacia abajo contrariado, parando la mano. No parecía decirselo a ella...mas bien...a si mismo... cerró los ojos y sacudió la cabeza un poco.
Bajé la mano hasta dejarle en le hombro de Zaphira y solté aire, me tambaleé un poco pero aquel gesto de sujetarme a ella me devolvió el equilibrio. Abrí los ojos para fijarme en ella. Ésta vez....me había costado un poco más volver. Aun seguía débil por el gasto de magia realizado para transportar la torre...pero parecía que cada vez...costaba más y más.
- La inteligencia artificial atacó la Torre. Estabamos rodeados, iban a destruir nuestras barreras mágicas. Tuvimos que transportarla. Era mayor locura quedarse allí. - eché un vistazo a su mejilla. - Lo de antes...no era yo. Ha pasado más tiempo para mi que para ti desde la ultima vez que nos vimos. Y sin embargo...has dicho que aquí tambien hay enemigos? Cómo?
- Ah si? Y de qué mas me protege, Lyosha? - se largó furiosa, y me giré mirandola. Maldita mocosa. - Ese no es tu cuerpo, de todos modos. - comenté despues. Como si el cuerpo del nigromante no me perteneciese, lo había dicho. A lo de maldito, pues no podia llevarle la contra. Lo era.
Iba a entrar cuando el vuelo de un dragón me llamó la atención y detuve mis pasos, mirando hacia el cielo.
"Mira quien viene ahora. Ha tardado poco en darse cuenta"
Bajé las escaleras de la entrada a la Torre, hacia Zaphira, contemplando su armadura. Le corté el paso parandome a escasos palmos de ella. Ah, claro. Ella no era como Lyosha, no percibía tan facilmente el cambio...
- Lo que opine tu Consejo me da igual. Me interesa más lo que opine Zaphira Eire, la cazadora de demonios... - estaba claro que no me preocupaban demasiado los enemigos de aquella isla como los de alli abajo, donde estábamos más vendidos. - Ha sido excesivo esto para venir a verte? - la observé con un impulso raro, no se sabía muy bien si deseaba partirla en dos alli mismo de un modo o....del otro, mas placentero para ambos.
Quizá fue aquel primitivo sentimiento, o quizá el saludo de la dragona y su presencia, lo que hizo que Khaled se rebelase. Me dio un profundo dolor de cabeza mientras trataba de recuperar el control de su cuerpo, ya que mi mano se habia levantado hasta la mejilla de la dragona y estaba a escasos centimetros de rozar su piel.
El demonio se detuvo susurrando algo en su propia e incomprensible lengua mirando hacia abajo contrariado, parando la mano. No parecía decirselo a ella...mas bien...a si mismo... cerró los ojos y sacudió la cabeza un poco.
Bajé la mano hasta dejarle en le hombro de Zaphira y solté aire, me tambaleé un poco pero aquel gesto de sujetarme a ella me devolvió el equilibrio. Abrí los ojos para fijarme en ella. Ésta vez....me había costado un poco más volver. Aun seguía débil por el gasto de magia realizado para transportar la torre...pero parecía que cada vez...costaba más y más.
- La inteligencia artificial atacó la Torre. Estabamos rodeados, iban a destruir nuestras barreras mágicas. Tuvimos que transportarla. Era mayor locura quedarse allí. - eché un vistazo a su mejilla. - Lo de antes...no era yo. Ha pasado más tiempo para mi que para ti desde la ultima vez que nos vimos. Y sin embargo...has dicho que aquí tambien hay enemigos? Cómo?
Lyosha Svensson
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Iba subiendo las escaleras cuando a través de una de las ventanas vio el vuelo de un dragón. El mismo dragón que había traído a Adramelech después del torneo y la misión en Francia. Se inclinó sobre esta para mirar como Khaled volvía sobre sus pasos, o Belialt. Que por cierto... ¿A qué coño iba con lo de su cuerpo? Se miró a si misma bastante mosqueada, nunca había estado contenta con ese cuerpo pero el comentario de Belialt le había dolido. A fin de cuentas...Era una de sus inseguridades y peleas constantes. La falta de energía, la falta de sentirse como ella misma.
Formó un puño con la mano derecha y la calavera empezó a derretirse hasta caer al suelo y elevarse como un muro concreto de hierro. No le apetecía recibir a nadie, ni al maldito de Belialt. Tras eso se dio la vuelta dando la orden de que no dejaran entrar a nadie hasta nuevo aviso y se encerró en su habitación desde el que se oyeron gritos y cosas romperse.
Formó un puño con la mano derecha y la calavera empezó a derretirse hasta caer al suelo y elevarse como un muro concreto de hierro. No le apetecía recibir a nadie, ni al maldito de Belialt. Tras eso se dio la vuelta dando la orden de que no dejaran entrar a nadie hasta nuevo aviso y se encerró en su habitación desde el que se oyeron gritos y cosas romperse.
Zaphira Eire
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
El acercamiento de Khaled de primeras no me molestaba pero si me parecía extraño dado que quien había dado los primeros pasos siempre había sido yo, pero eso no me distrajo de las notables heridas que tenía, sin duda algo había ocurrido pero su mirada parecía tranquila, aún así sus ojos brillaban más que de costumbre. "Cazadora de demonios" había pasado mucho desde que me llamaron así por última vez pero lo extraño era que no recordaba haberle dicho nada al nigromante sobre eso -Ha sido excesivo si esa era tu intención...- la espada a mi lado vibró y aparté un momento la vista antes de posar mi mano en la empuñadura y dar un paso hacia atrás evitando así la mano que se dirigía hasta mi mejilla -... Demonio... ¿Qué le has hecho al nigromante?-
Pude reconocer la lengua de los demonios a pesar de no entender lo que decía y la expresión del moreno cambió, dolor, eso era lo que a duras penas se podía ver en sus facciones, la mano se detuvo pero algo parecía ir mal -¡Khaled!- dije algo preocupada por su estado mientras parecía librar una pelea en su interior, me acerqué a él y su mano se apoyó en mi hombro a lo cual me acerqué aún más y lo sujeté para que no se cayera al verlo tambalearse.
De nuevo su voz me alcanzó pero esta vez en un tono diferente, exhausto y parecía ser la persona que yo buscaba, torcí el gesto entendiendo lo que decía sobre la inteligencia, solo era cuestión de tiempo que los encontraran y no sabía cuanto duraría la isla -Tranquilo, te ayudaré con el papeleo de nuevo residente- lo arrastré hasta algún lugar en el que se pudiera sentar mirándolo con una sonrisa sarcástica -¿De verdad? no me había fijado, pero si ha pasado tanto tiempo para ti...- me apoyé en la escalera y aprovechando que no estaba en sus cinco sentidos le robé un beso corto, él parecía resistirse pero yo no tenía restricción alguna -te tocaba la siguiente dosis, y hablando de eso, estás fatal, debería llevarte al hospital-
Me aparté para quitarme los guanteletes mientras mi cara se tornaba más sombría -El pasado siempre nos alcanza Khaled... y yo no soy la excepción de la regla- saqué un par de pociones de mi bolsillo y se las di al nigromante para que hiciera uso de ellas, una dosis de díctamo y un frasco entero de poción hervolizante, en ese momento le hacían más falta que a mi -antiguos miembros del consejo, traidores y mentirosos se han presentado a nuestras puertas aprovechando la situación...- hice una pausa y me llevé una mano a los ojos, era sin duda un tema delicado para mi -llevo 800 años guardando la isla de esos intrusos y ahora que he vuelto solo puedo sentir que he fracasado...- esperé a que se bebiera las pociones... si le daba la gana, pero al verlo una nueva idea me venía a la mente, algo para poder enfrentar a tal enemigo -Oye...llevo pensando un tiempo cierta teoría... si alguien lleva un demonio dentro... ¿crees posible que otro mago pueda controlar su mente?-
Pude reconocer la lengua de los demonios a pesar de no entender lo que decía y la expresión del moreno cambió, dolor, eso era lo que a duras penas se podía ver en sus facciones, la mano se detuvo pero algo parecía ir mal -¡Khaled!- dije algo preocupada por su estado mientras parecía librar una pelea en su interior, me acerqué a él y su mano se apoyó en mi hombro a lo cual me acerqué aún más y lo sujeté para que no se cayera al verlo tambalearse.
De nuevo su voz me alcanzó pero esta vez en un tono diferente, exhausto y parecía ser la persona que yo buscaba, torcí el gesto entendiendo lo que decía sobre la inteligencia, solo era cuestión de tiempo que los encontraran y no sabía cuanto duraría la isla -Tranquilo, te ayudaré con el papeleo de nuevo residente- lo arrastré hasta algún lugar en el que se pudiera sentar mirándolo con una sonrisa sarcástica -¿De verdad? no me había fijado, pero si ha pasado tanto tiempo para ti...- me apoyé en la escalera y aprovechando que no estaba en sus cinco sentidos le robé un beso corto, él parecía resistirse pero yo no tenía restricción alguna -te tocaba la siguiente dosis, y hablando de eso, estás fatal, debería llevarte al hospital-
Me aparté para quitarme los guanteletes mientras mi cara se tornaba más sombría -El pasado siempre nos alcanza Khaled... y yo no soy la excepción de la regla- saqué un par de pociones de mi bolsillo y se las di al nigromante para que hiciera uso de ellas, una dosis de díctamo y un frasco entero de poción hervolizante, en ese momento le hacían más falta que a mi -antiguos miembros del consejo, traidores y mentirosos se han presentado a nuestras puertas aprovechando la situación...- hice una pausa y me llevé una mano a los ojos, era sin duda un tema delicado para mi -llevo 800 años guardando la isla de esos intrusos y ahora que he vuelto solo puedo sentir que he fracasado...- esperé a que se bebiera las pociones... si le daba la gana, pero al verlo una nueva idea me venía a la mente, algo para poder enfrentar a tal enemigo -Oye...llevo pensando un tiempo cierta teoría... si alguien lleva un demonio dentro... ¿crees posible que otro mago pueda controlar su mente?-
- Será algo temporal. - respondí a aquello de papeleo de nuevo residente, entendiendo la perspicacia de sus palabras. No iba a rechazar sentarme un rato. La puerta se habia fundido y reconvertido en metal a causa de Lyosha, que se habia agarrado un buen cabreo a causa de Belialt. Le habia insistido en que no hiciese esas cosas...pero no me habia hecho ni caso. Tuvimos que acabar sentados en los escalones de la entrada a la torre
"Ahora le tocará arreglarla...."
Iba a explicarle a Zaphiraque el demonio solía tener mas control cuando mi psique acababa agotada por algun ritual o esfuerzo mágico serio, pero entonces se inclinó sobre mi para besarme. Fue corto, demasiado. No lo rehuí, como el anterior. La seguí con la mirada cuando se separó. Dos a cero... - Vas a seguir haciendo eso sin pedir permiso? Corres el riesgo de que me acostumbre.
Mi mirada fue suficiente para indicarle que nada de hospitales. Acepté sin embargo aquellas pociones, no me vendrían mal para recobrar la energía. Mientras ella hablaba las destapé y me las tomé, usando el dictamo sobre algunas heridas que se me habian reabierto durante el proceso de teletransporte.
- De quienes se trata? Supongo que no vienen en ademán pacífico. Quieren destronaros? - miré al paraje a través del cristal vacio de la pocion que acababa de beber. Asi, observaba la escena de un modo distinto. Igual que la Historia. Sabía muy bien que la historia de los Soul Reaper era muy diferente segun quien la contase. Y por supuesto, también según quien la escuchase. Por eso también sabia que la historia de este Consejo y la de los recién llegados, podía llegar a ser muy relativa.
Abandoné mis pensamientos cuando ella formuló aquello. La miré con mi ceño algo fruncido. Conocia la respuesta pero, a qué la pregunta?
- No... un demonio es inmune a cualquier tipo de manipulacion mental, y por lo tanto... yo lo soy. No es si quiera que tenga que luchar contra ello. Es que él es mas fuerte. Ahora explícate,a que viene la pregunta?
"Ahora le tocará arreglarla...."
Iba a explicarle a Zaphiraque el demonio solía tener mas control cuando mi psique acababa agotada por algun ritual o esfuerzo mágico serio, pero entonces se inclinó sobre mi para besarme. Fue corto, demasiado. No lo rehuí, como el anterior. La seguí con la mirada cuando se separó. Dos a cero... - Vas a seguir haciendo eso sin pedir permiso? Corres el riesgo de que me acostumbre.
Mi mirada fue suficiente para indicarle que nada de hospitales. Acepté sin embargo aquellas pociones, no me vendrían mal para recobrar la energía. Mientras ella hablaba las destapé y me las tomé, usando el dictamo sobre algunas heridas que se me habian reabierto durante el proceso de teletransporte.
- De quienes se trata? Supongo que no vienen en ademán pacífico. Quieren destronaros? - miré al paraje a través del cristal vacio de la pocion que acababa de beber. Asi, observaba la escena de un modo distinto. Igual que la Historia. Sabía muy bien que la historia de los Soul Reaper era muy diferente segun quien la contase. Y por supuesto, también según quien la escuchase. Por eso también sabia que la historia de este Consejo y la de los recién llegados, podía llegar a ser muy relativa.
Abandoné mis pensamientos cuando ella formuló aquello. La miré con mi ceño algo fruncido. Conocia la respuesta pero, a qué la pregunta?
- No... un demonio es inmune a cualquier tipo de manipulacion mental, y por lo tanto... yo lo soy. No es si quiera que tenga que luchar contra ello. Es que él es mas fuerte. Ahora explícate,a que viene la pregunta?
Zaphira Eire
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Al final nos habíamos quedado fuera por culpa del armatoste aquel de calavera que se había fundido, así estaba mejor. Me reí cuando Khaled dijo aquello de que era temporal encogiendo un hombro -Lástima, me habría gustado venir a pedir azúcar a los vecinos- los escalones de la entrada no eran lo mejor para un herido pero algo era algo.
El beso por por suerte no fue mal recibido, de hecho esta vez habría podido ser un poco más avariciosa pero decidí controlarme -¿Para qué voy a pedirte permiso? ya estoy mayorcita para eso- a lo de acostumbrarse no dije nada, solo lo miré pasando mi lengua por mi labio superior mientras lo miraba, que sacara su propias conclusiones. la conversación pasó a ser menos amena en cuanto surgió el tema del hospital pero al menos había aceptado las pociones, me senté a su lado sintiendo el cansancio de la última semana venir de golpe, habían pasado demasiadas cosas desde la muerte de Desmond.
-El linaje de los Pendragon, antaño fueron miembros queridos del consejo, amigos de la familia de Merlin pero el poder corrompe y su camino se torció, eso nos llevo a una guerra demasiado larga en la que hice cosas de las que no estoy orgullosa- aquellos recuerdos aún me atormentaban, luchar contra amigos, compañeros, otros dragones con los que había crecido y al final incluso la sangre de Merlín manchó mis manos, me quedé un momento en silencio disfrutando de la paz del lugar.. a parte de los gritos y las cosas rotas que sonaban desde la torre, sentaba bien hablar con alguien que al menos parecía tener la misma edad mental que yo.
Mi pregunta sobre el control mental fue contestada más que satisfactoriamente, apreté los labios y moví una pierna de forma inquieta, había barajado muchas posibilidades pero aquella era la que tenía a mano, me giré hacia él decidida y mirándolo a los ojos -Khaled, necesito que me poseas- vale, aquello había sonado mal pero no tenía tiempo para pensar en dobles sentidos -Esa gente puede dominar dragones con solo chascar los dedos, ahora mismo toda la isla está bajo su influencia y si he aguantado tanto tiempo es porque llevo preparándome para esto más de la mitad de mi vida, pero si los tengo delante dudo poder resistirme... ya lo hicieron una vez y acabé con la vida de alguien importante para mi- no sabía si eso funcionaría, no sabía que pasaría conmigo, pero tenía que intentarlo y estaba dispuesta a todo con tal de salvarlos a todos -Por favor Khaled-
El beso por por suerte no fue mal recibido, de hecho esta vez habría podido ser un poco más avariciosa pero decidí controlarme -¿Para qué voy a pedirte permiso? ya estoy mayorcita para eso- a lo de acostumbrarse no dije nada, solo lo miré pasando mi lengua por mi labio superior mientras lo miraba, que sacara su propias conclusiones. la conversación pasó a ser menos amena en cuanto surgió el tema del hospital pero al menos había aceptado las pociones, me senté a su lado sintiendo el cansancio de la última semana venir de golpe, habían pasado demasiadas cosas desde la muerte de Desmond.
-El linaje de los Pendragon, antaño fueron miembros queridos del consejo, amigos de la familia de Merlin pero el poder corrompe y su camino se torció, eso nos llevo a una guerra demasiado larga en la que hice cosas de las que no estoy orgullosa- aquellos recuerdos aún me atormentaban, luchar contra amigos, compañeros, otros dragones con los que había crecido y al final incluso la sangre de Merlín manchó mis manos, me quedé un momento en silencio disfrutando de la paz del lugar.. a parte de los gritos y las cosas rotas que sonaban desde la torre, sentaba bien hablar con alguien que al menos parecía tener la misma edad mental que yo.
Mi pregunta sobre el control mental fue contestada más que satisfactoriamente, apreté los labios y moví una pierna de forma inquieta, había barajado muchas posibilidades pero aquella era la que tenía a mano, me giré hacia él decidida y mirándolo a los ojos -Khaled, necesito que me poseas- vale, aquello había sonado mal pero no tenía tiempo para pensar en dobles sentidos -Esa gente puede dominar dragones con solo chascar los dedos, ahora mismo toda la isla está bajo su influencia y si he aguantado tanto tiempo es porque llevo preparándome para esto más de la mitad de mi vida, pero si los tengo delante dudo poder resistirme... ya lo hicieron una vez y acabé con la vida de alguien importante para mi- no sabía si eso funcionaría, no sabía que pasaría conmigo, pero tenía que intentarlo y estaba dispuesta a todo con tal de salvarlos a todos -Por favor Khaled-
La conversacion habia derivado rapido en cosas mas serias, aunque su gesto no me habia pasado desapercibido.
- El linaje Pendragon? Hechiceros de alta cuna....al igual que Merlín. Hay muchas historias sobre ellos... - al final habló de la guerra y las cosas que hizo. - Pero ganasteis. Hiciste lo que tenías que hacer.
La mujer soltó aquello sin ningun tipo de rodeo. Sabía a que se refería,pero igualmente habia sonado mal, y mi ceja levemente alzada le dio a saber que sí, que yo tambien habia caido en ese doble sentido.
- No sabes lo que me estás pidiendo.... - negué con la cabeza, su arrojo a esta decision tenia sentido si era verdad que los Pendragon podian dominar a los dragones. - Pasarías de ser dominada por los Pendragon a ser dominada por un demonio. Eso es lo que deseas? O en el mejor de los casos...pasarias a estar bajo mis órdenes, si soy yo quien lo invoca.
La miré de arriba abajo, evaluando hasta qué punto esa dragona sabía cuanto o cuanto no podia fiarse de mi. Pero en ciertas fronteras, la desesperacion elimina la importancia de la confianza.
- Y aunque estuvieses dispuesta a eso, luego estaría el exorcismo. - me encontré a mi mismo decidiendo que no quería hacerlo y mi mano, que habia estado apoyada en el escalon, se movió un poco para poner mi dedo índice sobre su mano, deslizando despues el resto de los dedos hasta rodearla. - Perdí a mi nieto mientras intentaba exorcizarlo. Expulsé al demonio que lo poseía, pero lo mató en el proceso. Y con ese chico Hacksaw, casi ocurrió lo mismo. No estoy dispuesto a eso.
- El linaje Pendragon? Hechiceros de alta cuna....al igual que Merlín. Hay muchas historias sobre ellos... - al final habló de la guerra y las cosas que hizo. - Pero ganasteis. Hiciste lo que tenías que hacer.
La mujer soltó aquello sin ningun tipo de rodeo. Sabía a que se refería,pero igualmente habia sonado mal, y mi ceja levemente alzada le dio a saber que sí, que yo tambien habia caido en ese doble sentido.
- No sabes lo que me estás pidiendo.... - negué con la cabeza, su arrojo a esta decision tenia sentido si era verdad que los Pendragon podian dominar a los dragones. - Pasarías de ser dominada por los Pendragon a ser dominada por un demonio. Eso es lo que deseas? O en el mejor de los casos...pasarias a estar bajo mis órdenes, si soy yo quien lo invoca.
La miré de arriba abajo, evaluando hasta qué punto esa dragona sabía cuanto o cuanto no podia fiarse de mi. Pero en ciertas fronteras, la desesperacion elimina la importancia de la confianza.
- Y aunque estuvieses dispuesta a eso, luego estaría el exorcismo. - me encontré a mi mismo decidiendo que no quería hacerlo y mi mano, que habia estado apoyada en el escalon, se movió un poco para poner mi dedo índice sobre su mano, deslizando despues el resto de los dedos hasta rodearla. - Perdí a mi nieto mientras intentaba exorcizarlo. Expulsé al demonio que lo poseía, pero lo mató en el proceso. Y con ese chico Hacksaw, casi ocurrió lo mismo. No estoy dispuesto a eso.
Zaphira Eire
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Asentí ante la afirmación del nigromante sobre los linajes, la victoria por otra parte... -Pero pagué un alto precio... aún lo estoy pagando- la armadura empezaba a pesarme así que me deshice de ella, un mensaje de Amaya me llegó e invoqué un pequeño patronus con forma de Azulejo que voló de inmediato para informar
"Los Soul reaper han aparecido en la isla, SAM les ha atacado y han venido buscando refugio temporal, son aliados y estoy hablando con su líder, hay gente herida, enviad un par de médicos por favor"
no habría hospital pero necesitaban ayuda y no admitiría un no por respuesta.
mi petición no fue bien recibida y no era de extrañar, sabía las consecuencias de las posesiones, yo misma había luchado contra magos incautos que se habían tomado a la ligera los tratos con los demonios y habían sucumbido a ellos, fruncí el ceño mientras agachaba la mirada pero no me quedaban muchas más opciones -Sé que no es lo mejor pero ¿qué otra opción me queda?- estaba realmente preocupada, ni tan siquiera podía acercarme a esa estúpida fiesta para vigilar a mi muchacho por la amenaza de los traidores.
El toque de Khaled no me hizo levantar la mirada pero era consciente de él, mucho más de lo que me habría gustado admitir pues la atracción física ya no era lo único que sentía por él, moví mi mano para no solo estar en contacto con la suya sino para entrelazar mis dedos con los contrarios, lo miré cuando dijo lo de su nieto con tristeza, lo de Ian también lo sabía -Ian está bien, ha vuelto con su familia gracias a ti.... pero si has perdido a tu nieto sabes lo que significa perder a un ser querido por tu propia mano- yo también lo había vivido y nada me aseguraba que no lo volvería a hacer.
Me giré para mirar su rostro, sus ojos ya no eran tan rojos como cuando llegué pero en mi memoria seguían aquellos de color verde que vi por primera vez, levanté mi otra mano hasta tocar su mejilla y sonreír con cierto pesar -sé que te pido mucho y es decisión tuya, pero de una forma u otra debo acabar con esto para ser libre... no puedo entregar un corazón con una carga tan pesada-
"Los Soul reaper han aparecido en la isla, SAM les ha atacado y han venido buscando refugio temporal, son aliados y estoy hablando con su líder, hay gente herida, enviad un par de médicos por favor"
no habría hospital pero necesitaban ayuda y no admitiría un no por respuesta.
mi petición no fue bien recibida y no era de extrañar, sabía las consecuencias de las posesiones, yo misma había luchado contra magos incautos que se habían tomado a la ligera los tratos con los demonios y habían sucumbido a ellos, fruncí el ceño mientras agachaba la mirada pero no me quedaban muchas más opciones -Sé que no es lo mejor pero ¿qué otra opción me queda?- estaba realmente preocupada, ni tan siquiera podía acercarme a esa estúpida fiesta para vigilar a mi muchacho por la amenaza de los traidores.
El toque de Khaled no me hizo levantar la mirada pero era consciente de él, mucho más de lo que me habría gustado admitir pues la atracción física ya no era lo único que sentía por él, moví mi mano para no solo estar en contacto con la suya sino para entrelazar mis dedos con los contrarios, lo miré cuando dijo lo de su nieto con tristeza, lo de Ian también lo sabía -Ian está bien, ha vuelto con su familia gracias a ti.... pero si has perdido a tu nieto sabes lo que significa perder a un ser querido por tu propia mano- yo también lo había vivido y nada me aseguraba que no lo volvería a hacer.
Me giré para mirar su rostro, sus ojos ya no eran tan rojos como cuando llegué pero en mi memoria seguían aquellos de color verde que vi por primera vez, levanté mi otra mano hasta tocar su mejilla y sonreír con cierto pesar -sé que te pido mucho y es decisión tuya, pero de una forma u otra debo acabar con esto para ser libre... no puedo entregar un corazón con una carga tan pesada-
- Ninguna victoria viene sin pagar un precio muy alto. - y si lo hacía, no seria duradera. En su caso, habia durado...casi 800 años habia dicho?
- Alejarte de aquí. Dejarle la guerra a los magos. - le dije, como otra opcion que podía tomar. Pero sabía que una persona que habia luchado tantos años por algo y con el sentido del deber y la familia que ella habia demostrado, o que yo habia podido ver, no lo haría. En algunas cosas nos parecíamos. - Uno debe de saber cuando es mejor dar un paso a un lado y apartarse... Pero un tu caso tu ausencia no aseguraría la victoria de los tuyos.
Emití un breve sonido de comprensión, mirando de nuevo hacia el frente, pensando. Aquel lugar no era como el bosque helado, pero tampoco estaba mal. Supuse que Lyosha estaría cabreada, a juzgar por los gritos, y el resto de Souls desubicados. Envié una visión a sus cabezas, una acerca del lugar en el que nos encontrábamos, una imagen de la isla de Ouroboros vista desde lejos, con un mensaje: "no somos hostiles, pero tampoco invitados". Asi no les cabría duda.
Noté como ella habia entrelazado sus dedos con los mios. Levanté la vista desde su armadura hasta el perfil de la dragona. La supervivencia de Ian no me importaba más que por un asunto de ego.
- Perder a un ser querido por tu propia mano... - emití con un tono de voz en el que podía identificarse una fuerte ironía. - Tiene sentido. - tenía sentido, ahora que lo pensaba, que si Astaroth habia muerto por mi propia mano, lo que hubiese sacrificado trayéndolo de vuelta fuese un brazo entero. La herida la habian curado los de la hermandad de sanación, pero seguia siendo extrañamente dolorosa. - Sí, lo sé demasiado bien.
Se volvió para mirarme, coincidiendo con el momento en el que habia estado escrutando su perfil. Sus siguientes palabras fueron...interesantes.
"Hazlo, puede ser divertido"
"No, no lo sería"
"Si no lo haces por tenerla bajo tu poder, hazlo por..."
- Realmente es mi decisión? - fruncí el ceño, hablando de modo pausado y muy concreto. Cerré los ojos inclinando levemente mi cabeza hacia su mano alzada.
"no es esto lo que quieres?"
"no estoy seguro"
- Puede que encuentres la libertad de una forma que no esperas. - abrí los ojos y la miré, pues había tomado una decisión. - Puedo hacerlo.
- Alejarte de aquí. Dejarle la guerra a los magos. - le dije, como otra opcion que podía tomar. Pero sabía que una persona que habia luchado tantos años por algo y con el sentido del deber y la familia que ella habia demostrado, o que yo habia podido ver, no lo haría. En algunas cosas nos parecíamos. - Uno debe de saber cuando es mejor dar un paso a un lado y apartarse... Pero un tu caso tu ausencia no aseguraría la victoria de los tuyos.
Emití un breve sonido de comprensión, mirando de nuevo hacia el frente, pensando. Aquel lugar no era como el bosque helado, pero tampoco estaba mal. Supuse que Lyosha estaría cabreada, a juzgar por los gritos, y el resto de Souls desubicados. Envié una visión a sus cabezas, una acerca del lugar en el que nos encontrábamos, una imagen de la isla de Ouroboros vista desde lejos, con un mensaje: "no somos hostiles, pero tampoco invitados". Asi no les cabría duda.
Noté como ella habia entrelazado sus dedos con los mios. Levanté la vista desde su armadura hasta el perfil de la dragona. La supervivencia de Ian no me importaba más que por un asunto de ego.
- Perder a un ser querido por tu propia mano... - emití con un tono de voz en el que podía identificarse una fuerte ironía. - Tiene sentido. - tenía sentido, ahora que lo pensaba, que si Astaroth habia muerto por mi propia mano, lo que hubiese sacrificado trayéndolo de vuelta fuese un brazo entero. La herida la habian curado los de la hermandad de sanación, pero seguia siendo extrañamente dolorosa. - Sí, lo sé demasiado bien.
Se volvió para mirarme, coincidiendo con el momento en el que habia estado escrutando su perfil. Sus siguientes palabras fueron...interesantes.
"Hazlo, puede ser divertido"
"No, no lo sería"
"Si no lo haces por tenerla bajo tu poder, hazlo por..."
- Realmente es mi decisión? - fruncí el ceño, hablando de modo pausado y muy concreto. Cerré los ojos inclinando levemente mi cabeza hacia su mano alzada.
"no es esto lo que quieres?"
"no estoy seguro"
- Puede que encuentres la libertad de una forma que no esperas. - abrí los ojos y la miré, pues había tomado una decisión. - Puedo hacerlo.
Zaphira Eire
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
En efecto, todo tenía su precio pero ya estaba cansada, le había dedicado la mitad de mi vida a la empresa que me dejó Robert para que al final no sirviera para nada, los pendragon habían sobrevivido en las sombras y se habían reproducido como cucarachas. Alejarme de los magos... no negaría que no me había sentido tentada pero no podía dejar a mi familia a su suerte -Esos chicos no saben lo que se les viene encima Khaled, solo hace un año que la guerra por fin llamó a sus puertas y conseguimos sobrevivir de milagro, han nacido en una burbuja de paz e ignorancia y por más que intente abrirles los ojos solo ven a alguien que no pertenece al consejo, la vieja loca que se preocupa demasiado- me reí con eso último, si que eran miembros del consejo y todo eso pero pedían respeto sin ganárselo, solo por su apellido o su posición... demasiado medievales.
suspiré pensando en todo aquello... hacía mucho que no me desahogaba con una persona de verdad y no con una fría lápida de piedra en medio de ninguna parte -Pero mi muchacho es especial... mira hacia un futuro de paz en el que todos puedan vivir en paz, incluso se atrevió a pactar con los Soul reapers después de ...- eché cuentas más o menos rápidas para sacar los años que llevábamos en conflicto - ¿1200 años? - el sonido de más cosas rompiéndose me hizo girar la cabeza bastante intrigada por aquel alboroto.
Nuestras manos establecieron aquel contacto tan simple pero que tenía un significado más que especial, solo con eso las palabras sobraban entre los dos, él comprendía mi dolor y eso me hacía las cosas mucho más fáciles -no estoy dispuesta a perder a otra persona que me importa, mucho menos al chico que he criado como si fuera sangre de mi sangre- nuestras miradas se cruzaron y el favor que le pedía era una locura, lo sabía muy bien y notaba la duda en sus ojos, su cabeza se inclinó suavemente contra mi mano haciéndome sentir egoísta y no menos culpable -Solo tu puedes hacerlo- moví mi pulgar para acariciar su mejilla mientras él lo pensaba -al menos conoceré la libertad- fue lo último que dije antes de que me comunicara su decisión.
Acorté la distancia entre los dos pasando la mano que tenía en su mejilla hasta su nuca, me había quitado la armadura así que nada me impedía sentir su cuerpo contra el mío cuando nuestros labios se volvieron a tocar en un beso menos inocente que el anterior, aunque esta vez no sabía si se trataba de uno que decía "gracias" o "lo siento". para cuando me sentí satisfecha me separé de sus labios pero no de su cuerpo mientras mis ojos celestes se encontraban con los suyos -si llegado el momento tuviera que decidir entre la isla y el chico, Ouroboros puede arder hasta sus cimientos mientras él esté a salvo- eso era lo único que quería que quedara claro, esa era mi voluntad.
suspiré pensando en todo aquello... hacía mucho que no me desahogaba con una persona de verdad y no con una fría lápida de piedra en medio de ninguna parte -Pero mi muchacho es especial... mira hacia un futuro de paz en el que todos puedan vivir en paz, incluso se atrevió a pactar con los Soul reapers después de ...- eché cuentas más o menos rápidas para sacar los años que llevábamos en conflicto - ¿1200 años? - el sonido de más cosas rompiéndose me hizo girar la cabeza bastante intrigada por aquel alboroto.
Nuestras manos establecieron aquel contacto tan simple pero que tenía un significado más que especial, solo con eso las palabras sobraban entre los dos, él comprendía mi dolor y eso me hacía las cosas mucho más fáciles -no estoy dispuesta a perder a otra persona que me importa, mucho menos al chico que he criado como si fuera sangre de mi sangre- nuestras miradas se cruzaron y el favor que le pedía era una locura, lo sabía muy bien y notaba la duda en sus ojos, su cabeza se inclinó suavemente contra mi mano haciéndome sentir egoísta y no menos culpable -Solo tu puedes hacerlo- moví mi pulgar para acariciar su mejilla mientras él lo pensaba -al menos conoceré la libertad- fue lo último que dije antes de que me comunicara su decisión.
Acorté la distancia entre los dos pasando la mano que tenía en su mejilla hasta su nuca, me había quitado la armadura así que nada me impedía sentir su cuerpo contra el mío cuando nuestros labios se volvieron a tocar en un beso menos inocente que el anterior, aunque esta vez no sabía si se trataba de uno que decía "gracias" o "lo siento". para cuando me sentí satisfecha me separé de sus labios pero no de su cuerpo mientras mis ojos celestes se encontraban con los suyos -si llegado el momento tuviera que decidir entre la isla y el chico, Ouroboros puede arder hasta sus cimientos mientras él esté a salvo- eso era lo único que quería que quedara claro, esa era mi voluntad.
- Da igual lo que hagas Zaphira, la guerra es inevitable. - lo decía con la certeza de quien dice que el sol saldría a la mañana siguiente. Aquellos preparados sobrevivirían, y los que no, serían destruidos de un modo u otro.
Se puso a hablar del Descendiente de Merlin con visible orgullo. ¿Un futuro de paz? No... solo era un breve paréntesis. - Que la Orden de Merlín fue un enemigo tenaz de los Soul Reaper no es ningun secreto... Los cambios grandes demandan de grandes mentes, no te lo discuto. - le di por respuesta, recordando que de todos él había sido el más dispuesto a hablar. Los demás solo decían tonterías y pedían disculpas absurdas.
Ella había decidido también y aceptado. Se haría pues. Ella volvió a acercarse para besarme. Levanté mi mano hasta su barbilla, notando la calidez de sus labios y su respiración. Para mis adentros, susurraba "maldita sea". Al separarse apoyé mi frente contra la suya tras aguantarle la mirada por unos segundos breves, y mi mano pasó tras su cuello. Tenía mi ceño levemente fruncido pero en esa postura no tenía que disimularlo. Escuché su postura para con Ouroboros y con Sean. Tenía claras sus prioridades.
- La legendaria lealtad de los dragones. Que hay de vuestra justicia? Pareces desconocerla....
"no quieres perder a nadie importante por tu propia mano, y sin embargo me cargas a mi con esa misma responsabilidad"
- No es justo. - acerqué mis labios a los suyos y los rocé. - Pero la mayoria de las cosas no lo son. ¿Estás lista para hacerlo ahora? - como oscuro y retorcido deseo, me aferraba al consuelo de que si algo salía mal, no tendría que seguir sintiendo como se acrecentaba poco a poco mi miedo a perder eso que encontraba cada vez que pasaba mas tiempo con ella. Pero incluso aquello me sonaba ya a viejas historias....
Se puso a hablar del Descendiente de Merlin con visible orgullo. ¿Un futuro de paz? No... solo era un breve paréntesis. - Que la Orden de Merlín fue un enemigo tenaz de los Soul Reaper no es ningun secreto... Los cambios grandes demandan de grandes mentes, no te lo discuto. - le di por respuesta, recordando que de todos él había sido el más dispuesto a hablar. Los demás solo decían tonterías y pedían disculpas absurdas.
Ella había decidido también y aceptado. Se haría pues. Ella volvió a acercarse para besarme. Levanté mi mano hasta su barbilla, notando la calidez de sus labios y su respiración. Para mis adentros, susurraba "maldita sea". Al separarse apoyé mi frente contra la suya tras aguantarle la mirada por unos segundos breves, y mi mano pasó tras su cuello. Tenía mi ceño levemente fruncido pero en esa postura no tenía que disimularlo. Escuché su postura para con Ouroboros y con Sean. Tenía claras sus prioridades.
- La legendaria lealtad de los dragones. Que hay de vuestra justicia? Pareces desconocerla....
"no quieres perder a nadie importante por tu propia mano, y sin embargo me cargas a mi con esa misma responsabilidad"
- No es justo. - acerqué mis labios a los suyos y los rocé. - Pero la mayoria de las cosas no lo son. ¿Estás lista para hacerlo ahora? - como oscuro y retorcido deseo, me aferraba al consuelo de que si algo salía mal, no tendría que seguir sintiendo como se acrecentaba poco a poco mi miedo a perder eso que encontraba cada vez que pasaba mas tiempo con ella. Pero incluso aquello me sonaba ya a viejas historias....
Zaphira Eire
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
En lo de la guerra tenia razón, pero también era cierto que deseaba que ninguno de ellos tuvieran que ver tal derramamiento de sangre, que vivieran sus vidas sin las preocupaciones que yo había tenido. se me iluminó el rostro con aquel halago hacia el chico, por supuesto que estaba orgullosa de él -Bueno, de la Orden solo queda lo que ves, simples restos que ya nadie recuerda- me encogí de hombros zanjando aquel tema, sin duda era gratificante hablar con alguien pero no era el momento, ya nos contaríamos batallitas después.
La decisión sobre la posesión había sido tomada y aquel beso sellaba el trato, nos tomamos nuestro tiempo para sentir la presencia del otro, su calidez, los latidos que me demostraban que había un corazón en ambos y finalmente su mirada. Nuestros labios se rozaron cuando le di mi postura, mi determinación -Mi justicia está con los míos, con quienes me importan y aquellos merecedores de mi lealtad- y sinceramente, el nigromante se la estaba ganando a pulso.
No era justo, él lo sabía y a mi se me encogió un poco el corazón al escucharlo decir eso , lo abracé , solo podía hacer eso pues no había excusa alguna para justificarme, pero si todo salía bien tenía toda una vida para recompensarlo -Estoy lista...- un patronus llegó desde la zona central de Ouroboros interrumpiendo nuestro momento y haciéndome apartar la mirada, habían aceptado mi petición de ayuda además de dejar para después el asunto de la torre pero también pedían ayuda algo por lo que torcí el gesto, no era su guerra, no tenían por qué librar batallas que no les pertenecían.
Volví mi vista al nigromante y me aparté de él para levantarme y tenderle una mano -Primero vamos a curarte esas heridas, has dicho nada de hospitales pero no has dicho nada sobre traer médicos, ¿Hay más heridos en la torre? ¿Adramelech está bien?-
La decisión sobre la posesión había sido tomada y aquel beso sellaba el trato, nos tomamos nuestro tiempo para sentir la presencia del otro, su calidez, los latidos que me demostraban que había un corazón en ambos y finalmente su mirada. Nuestros labios se rozaron cuando le di mi postura, mi determinación -Mi justicia está con los míos, con quienes me importan y aquellos merecedores de mi lealtad- y sinceramente, el nigromante se la estaba ganando a pulso.
No era justo, él lo sabía y a mi se me encogió un poco el corazón al escucharlo decir eso , lo abracé , solo podía hacer eso pues no había excusa alguna para justificarme, pero si todo salía bien tenía toda una vida para recompensarlo -Estoy lista...- un patronus llegó desde la zona central de Ouroboros interrumpiendo nuestro momento y haciéndome apartar la mirada, habían aceptado mi petición de ayuda además de dejar para después el asunto de la torre pero también pedían ayuda algo por lo que torcí el gesto, no era su guerra, no tenían por qué librar batallas que no les pertenecían.
Volví mi vista al nigromante y me aparté de él para levantarme y tenderle una mano -Primero vamos a curarte esas heridas, has dicho nada de hospitales pero no has dicho nada sobre traer médicos, ¿Hay más heridos en la torre? ¿Adramelech está bien?-
Lyosha Svensson escribió:Todo iba viento en popa, estábamos petándolo y el ver los rayos que estaban encima de la torre sabía que el éxito estaba cerca. De pronto, tras un gran movimiento y sonido, estaban en un lugar nuevo. Lyosha se rió brevemente -Suficiente- Soltó golpeando el hombro de Erika bruscamente y luego le miró con soberbia, solemnidad y orgullo -Bienvenida, Soul Reaper- Saludó de forma mucho más formal, volviendo a controlar esos sentimientos de éxtasis para dirigirse a cada uno de los miembros de la Hermandad del Metal y felicitarlos por su trabajo, revisar si alguno había sido herido o se encontraba mal y enviarlo al área de sanación. También lo hizo con otras hermandades, aunque no eran muchos más.
----
El suelo tembló, todo tembló y ante mis ojos la vista de la batalla que tenía de frente cambió en cuestión de segundos por un lugar totalmente despejado.
Mis ojos se movieron rápidos sin saber muy bien que había sucedido mientras buscaba un punto de apoyo con mi mano, alcanzando uno de los laterales pétreos de la ventana.
"¿Qué?!"
Miré de reojo a Lyosha cuando oí aquella risa y me quejé por lo bajo por el golpe, llevando la mano a mi hombro.
"no estoy entendiendo nada"
Volví a mirar al exterior, a lo lejos se veía una ciudad, mientras la Soul me daba la bienvenida. Hice un gesto con la boca, chascando mi lengua y al volver la vista hacia ella ya se estaba marchando. Así que finalmente pude asomar mi cuerpo por la ventana vomitando un poco de lo que sea que hubiese comido antes. Lo que sea que hubiese pasado no me había sentado demasiado bien.
Entorné los ojos limpiándome con la manga antes de volver al interior por completo donde varios de esos alumnos estaban celebrando la victoria. Aunque más bien había resultado ser una huida.
Varios dragones pasaron volando hacia aquella ciudad y fruncí mi ceño tratando de saber donde mierda habíamos ido a parar y desde cuando se podían mover edificios enteros de ese modo. Gruñí antes de salir de aquella sala aún sintiendo las paredes moverse.
Tras comprobar que aquellos críos a los que tenía a mi cargo estaban bien, estaba intentando buscar a Khaled y decirle de una maldita vez que decidiese si querían o no participar en lo de SAM cuando pasé por un cuarto del que salían sonidos muy de romper cosas y un poco loquers. La gente que pasaba por ahí se apartaba y alguno me advirtió que no era buena idea preguntar.
Seguí buscando al Soul por la torre sin suerte alguna así que finalmente decidí salir al exterior. Sin embargo una estructura metálica lo impedía.
"no preguntes"
Me asomé por una ventana encontrando a Khaled allí con una mujer, a esa la había visto en alguna reunión en Ouroboros, creo. Estarían discutiendo sobre SAM o...o tal vez aquella ciudad...¿estábamos en la isla? .¿Para que habían movido la torre a la isla?. Volví a prestarles atención y de pronto vi que se estaban besando. Una de mis cejas se arqueó, no imaginaba al Soul endemoniado besando a nadie y menos a alguien de Ouroboros. Era...raro.
Decidí volver al interior sin llamar la atención del hombre. Crucé mis brazos acabando por apoyar mi espalda en uno de los muros.
"Supongo que no es momento de hablar con el... "
Entorné mis ojos pensando que ya había pasado una semana y estábamos perdiendo el tiempo con el tema así que finalmente desaparecí.
- Y aun así el pasado siempre vuelve, no? - le recordé cuando insinuó que de la Orden apenas quedaban unos restos.
Al final todo quedó pactado. Alcé brevemente una ceja cuando el patronus volvió trayendo palabras que me despertaron algo de curiosidad. Refuerzos?
- En la Torre están bien, Adramelech incluido...
"A no ser que Astaroth ya le haya pegado..."
- Y yo también. Solo necesito reposar un poco. - me levanté, indicándole que no tenía intenciones ningunas de ponerme en manos de sus médicos. - En cuanto a esto.... - bajé la mirada hacia mi inexistente brazo - estará arreglado muy pronto.
"porque lo vas a arreglar tu misma, si todo sale bien"
- Pon tus asuntos en orden. Vuelve en un rato, cuando estés lista... lo tendré todo preparado.
Nos despedimos, y cada uno tomó su camino en ese momento. Yo volvi al interior de la Torre tras ordenar a algun soul de dicha hermandad que se encargase de devolver la puerta a su estado normal.
Tenía que descansar primero. Y luego lo otro. Y también era primordial acabar con la amenaza que nos había obligado a ocupar la isla flotante de los magos. De no ser por el cansancio, me habría detenido mas tiempo a pensar sobre la ironía de haber acabado ahi....
[....]
Tras varias horas de necesario descanso, había vuelto a la tarea. Escogí una de las salas que solían usar los soul iniciados para comenzar sus prácticas. Solo necesitaba mi báculo, ningun libro u otro artefacto magico era necesario para mediar esto.
La sala era amplia, asi que procedí a dibujar el circulo de invocación. Lo rodeé por un círculo que haría las veces de prisión, para que no pudiera escapar. Y dentro, en otro circulo, uno de protección, ahi se colocaría Zaphira hasta que los términos del pacto estuviesen sellados. Por lo demás, había decidido ya que tipo de demonio sería el invocado, así como su nombre.
Alguien conocido de las antiguas guerras, a decir verdad.
Cuando estuvo todo terminado, fui yo quien avisó a Zaphira enviando una visión a su mente.
Al final todo quedó pactado. Alcé brevemente una ceja cuando el patronus volvió trayendo palabras que me despertaron algo de curiosidad. Refuerzos?
- En la Torre están bien, Adramelech incluido...
"A no ser que Astaroth ya le haya pegado..."
- Y yo también. Solo necesito reposar un poco. - me levanté, indicándole que no tenía intenciones ningunas de ponerme en manos de sus médicos. - En cuanto a esto.... - bajé la mirada hacia mi inexistente brazo - estará arreglado muy pronto.
"porque lo vas a arreglar tu misma, si todo sale bien"
- Pon tus asuntos en orden. Vuelve en un rato, cuando estés lista... lo tendré todo preparado.
Nos despedimos, y cada uno tomó su camino en ese momento. Yo volvi al interior de la Torre tras ordenar a algun soul de dicha hermandad que se encargase de devolver la puerta a su estado normal.
Tenía que descansar primero. Y luego lo otro. Y también era primordial acabar con la amenaza que nos había obligado a ocupar la isla flotante de los magos. De no ser por el cansancio, me habría detenido mas tiempo a pensar sobre la ironía de haber acabado ahi....
[....]
Tras varias horas de necesario descanso, había vuelto a la tarea. Escogí una de las salas que solían usar los soul iniciados para comenzar sus prácticas. Solo necesitaba mi báculo, ningun libro u otro artefacto magico era necesario para mediar esto.
La sala era amplia, asi que procedí a dibujar el circulo de invocación. Lo rodeé por un círculo que haría las veces de prisión, para que no pudiera escapar. Y dentro, en otro circulo, uno de protección, ahi se colocaría Zaphira hasta que los términos del pacto estuviesen sellados. Por lo demás, había decidido ya que tipo de demonio sería el invocado, así como su nombre.
Alguien conocido de las antiguas guerras, a decir verdad.
Cuando estuvo todo terminado, fui yo quien avisó a Zaphira enviando una visión a su mente.
Zaphira Eire
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
suspiré con una sonrisa melancólica, no, la orden de Merlín no volvería, yo era lo último que quedaba de ella, una general sin ejercito.
Me sentí aliviada al saber que nadie estaba herido, sobretodo el Soul y su nieto que me había caído bien, parecía un buen chico. El brazo de Khaled ya no estaba pero él parecía muy seguro de lo que decía así que simplemente levanté mis manos en señal de dejarlo estar -Entonces mandaré a los médicos de vuelta al hospital, hablaré con...- "mi yerno" que mal sonaba eso -Lucio- me levanté y de nuevo me puse la pesada armadura volviendo a la realidad -Vendré antes del amanecer, el parlamento se llevará a cabo al alba- dicho eso me di la vuelta y me transformé para volar de nuevo a los campos de cultivo y dejar a las tropas preparadas.
Una vez arreglado todo y advirtiendo a los soldados que los Soul no eran una amenaza, volví a la torre llamada por el nigromante con aquella visión que me había enviado, al entrar el guardián ya parecía advertido de mi presencia aunque yo no me acostumbraba mucho a la suya, caminé guiada por lo que me enseñaba Khaled y al final di con una sala en la que ya parecía estar todo preparado, una vez más me despojé de todo lo que llevaba encima excepto la ropa, autoconvenciéndome de que eso era lo mejor.
Mis pies descalzos caminaron por la fría piedra hasta quedar al lado de Khaled -Cuando quieras- dije esperando instrucciones para poder dar inicio al ritual.
Me sentí aliviada al saber que nadie estaba herido, sobretodo el Soul y su nieto que me había caído bien, parecía un buen chico. El brazo de Khaled ya no estaba pero él parecía muy seguro de lo que decía así que simplemente levanté mis manos en señal de dejarlo estar -Entonces mandaré a los médicos de vuelta al hospital, hablaré con...- "mi yerno" que mal sonaba eso -Lucio- me levanté y de nuevo me puse la pesada armadura volviendo a la realidad -Vendré antes del amanecer, el parlamento se llevará a cabo al alba- dicho eso me di la vuelta y me transformé para volar de nuevo a los campos de cultivo y dejar a las tropas preparadas.
(...)
Una vez arreglado todo y advirtiendo a los soldados que los Soul no eran una amenaza, volví a la torre llamada por el nigromante con aquella visión que me había enviado, al entrar el guardián ya parecía advertido de mi presencia aunque yo no me acostumbraba mucho a la suya, caminé guiada por lo que me enseñaba Khaled y al final di con una sala en la que ya parecía estar todo preparado, una vez más me despojé de todo lo que llevaba encima excepto la ropa, autoconvenciéndome de que eso era lo mejor.
Mis pies descalzos caminaron por la fría piedra hasta quedar al lado de Khaled -Cuando quieras- dije esperando instrucciones para poder dar inicio al ritual.
Lyosha Svensson
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Little do you know
How I'm breaking while you fall asleep
Little do you know
I'm still haunted by the memories
Little do you know
I'm trying to pick myself up piece by piece
Little do you know
I need a little more time
Underneath it all I'm held captive by the hole inside
I've been holding back
How I'm breaking while you fall asleep
Little do you know
I'm still haunted by the memories
Little do you know
I'm trying to pick myself up piece by piece
Little do you know
I need a little more time
Underneath it all I'm held captive by the hole inside
I've been holding back
Los gritos cesaron cuando las lágrimas silenciosas se hicieron lugar. La Soul se había sentado en su cama mientras se miraba las manos ensangrentadas, a sus pies los restos del espejo estaban embadurnados del líquido carmesí no quería ver el reflejo de su cuerpo pero, sobretodas las cosas, no quería ver a la persona que le observaba de vuelta. No reconocía sus ojos, no reconocía su cabello, no reconocía su rostro y esa que le hablaba al espejo ni siquiera era ella misma. Era una verdad que ocultaba bajo la soberbia elegancia que le había caracterizado toda la vida y una realidad que no estaba dispuesta a reconocer más allá de aquellas cuatro paredes que durante mucho tiempo habían sido más su prisión que su hogar.
No reconocía su lugar en el mundo porque el mundo había cambiado desde que ella entregó su vida por la causa de los Soul Reapers. No entendía su lugar al lado de Khaled pero esa era otra de esas verdades que no estaba dispuesta a reconocer. Seguía siendo el mismo lugar de siempre y, no obstante, no podía desempeñarlo bien. La victoria se convirtió en cenizas. La satisfacción fue succionada por ese vacío interminable dejándole sólo un sentimiento de desasosiego cuyo gasto de energía hizo que se durmiera apretando contra su pecho un pedazo de aquel espejo roto.
Cuando se despertó al día siguiente el dolor de sus manos no era más que la muestra de lo que sentía dentro pero no dejó que aquello nublara su sentido. Belialt había jugado su última carta. Ella ni siquiera había recibido una. Khaled había demostrado una extraña vinculación a los magos y ella… Se incorporó y observó por la ventana la urbe mágica de Ouroboros y la desaparición del muro de hierro. Ni siquiera le hacían caso. La sola idea de depender de alguien más la hizo sentir enferma y terminó en el aseo devolviendo lo que no tenía en el estómago. Una fantasía de poder. Eso tenía. Porque ahora sí, era más dependiente que nunca. Una Revenant vinculada a un nigromante, una hermana vinculada a su familia…Una Soul vinculada a los magos. Se vendó las manos sin comprender exactamente qué debía hacer con su vida. Mientras se vestía decidió que debía ir a entrenar para poner su cabeza en orden, tal como había hecho Vanessa.
Salió de su habitación en un pasillo despejado pero oyendo el aterrizaje de un dragón. Aquello la hizo repensarse aquello de tirarse por la ventana. Se preguntaba si Khaled sería tan estúpido de buscarla dos veces. Bajó las escaleras al siguiente nivel y aunque muchos se alejaron casi de ipso facto al verla uno quedó detenido por su arma contra la pared -Limpiad mi cuarto… Y no volváis a poner ningún espejo. Es más… Eliminar todos los espejos y superficies reflectantes de la torre. Si veo alguna tu sangre soul será la primera en bañar esta isla- Amenazó y cuando retiró el arakh lo hirió a propósito antes de ir a la sala de entrenamiento donde convocó a sus hermanos, obligándolos a todos a atacarla para empezar a entrenar. O ir de misión.
Misión. Erika. Detuvo el entrenamiento ordenando que alguien la localizara pero pronto le dijeron que de había ido. Salió de allí en busca de alguien de la calavera mental para que la localizara, mientras tanto ella organizo sus trastos, y cuando lo hicieron fueron hasta ella -Decidle que yo voy a esa misión. Que venga a por mí -
Después de volver y avisarle lo de Erika, ella asintió. Tenía todo lo que necesitaba más lo que le habían entregado hace unos minutos. Sería suficiente. Al salir se encontró con Adramelech -Voy de misión.... Con Erika....- Le devolvió una mirada severa -No se ni me importa donde esté Khaled. No tengo que reportarle nada...- Al final termino uniéndose a ella y partieron de allí en su nuevo grifo astral.
Contenido patrocinado
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Página 1 de 35. • 1, 2, 3 ... 18 ... 35
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.