Recuerdo del primer mensaje :
Misterioso lugar, posiblemente algún brujo poderoso o sus aprendices pueden habitarla...
Actualmente, está en poder de los Soul Reaper. Quien quiera penetrar en la Torre encontrará una serie de dificultades, si no ha sido invitado.
El Guardián vagabundea constantemente por la Torre. Un ser oscuro, enorme y sin ojos deteniendo a los intrusos y alertando de su presencia, una bestia enorme y silenciosa como la muerte, pese a su gran tamaño.
Desapareció de su emplazamiento original (Irlanda)
ESCUDOS TORRE: 5000 puntos. En combate, cada turno, pueden regenerar los escudos, pero para eso deben perder un turno tanto de atacar, aunque no de defenderse personalmente si lo necesitan. A cambio de 10 PS de vida, pueden añadir 100 puntos a los escudos. Cada PJ. Los SOUL PNj aportan la mitad, por 10 PS 50 Puntos de escudo.
Nº de Soul Reapers: 90
Actualmente, está en poder de los Soul Reaper. Quien quiera penetrar en la Torre encontrará una serie de dificultades, si no ha sido invitado.
El Guardián vagabundea constantemente por la Torre. Un ser oscuro, enorme y sin ojos deteniendo a los intrusos y alertando de su presencia, una bestia enorme y silenciosa como la muerte, pese a su gran tamaño.
- El Guardián:
200 PS - 70 stat - 20 daño área por grito
Desapareció de su emplazamiento original (Irlanda)
ESCUDOS TORRE: 5000 puntos. En combate, cada turno, pueden regenerar los escudos, pero para eso deben perder un turno tanto de atacar, aunque no de defenderse personalmente si lo necesitan. A cambio de 10 PS de vida, pueden añadir 100 puntos a los escudos. Cada PJ. Los SOUL PNj aportan la mitad, por 10 PS 50 Puntos de escudo.
Nº de Soul Reapers: 90
Escuché a Vanessa cabizbajo, agradeciendo que sea ella la que se ofrezca como voluntaria para escuchar las penas de una mortaja como yo. A pesar de ello no estaba del todo seguro, no quería que me viera como un debilucho. Los hermanos Souls no nos podemos mostrar débiles ante nadie y nadie, y menos después de lo que hemos pasado. ¿O sí? Me he perdido tanto…
Quedé en silencio cuando me preguntó por cómo me sentí durante la defensa de la torre ante SAM. No soy muy de ir luchando a diestra y siniestra, pero en ese momento me sentí bien. Me sentí completo. -Vivo- Respondí al final, después de un rato largo de silencio. Cuando me coge por los hombros esbozo una tímida sonrisa, clavando mis ojos en los suyos.
Sin embargo, la conexión cuerpo y alma no era óptima. El cuerpo de revelaba contra el control, contra su dueño antinatural. Retazos de una muerte violenta revividos en la memoria de cada célula nerviosa, una y otra vez. Espasmos de otra vida.
El contacto físico de la mujer sobre los hombros desató la reacción en cascada, un estímulo, un modo de procesarlo que se salta los protocolos racionales del cerebro, y una respuesta.
Aunque no fue solo eso. La palabra "soldado" despertaba ecos del pasado.
- tú no eres soldado! - un golpe directo hacia la cara de la mujer la aparta. Después la agarra por el cuello, apretando, para apagar su vida poco a poco. Eso activa un instinto de supervivencia: no solo le está privando de oxígeno si no que también le está drenando la vitalidad
Quedé en silencio cuando me preguntó por cómo me sentí durante la defensa de la torre ante SAM. No soy muy de ir luchando a diestra y siniestra, pero en ese momento me sentí bien. Me sentí completo. -Vivo- Respondí al final, después de un rato largo de silencio. Cuando me coge por los hombros esbozo una tímida sonrisa, clavando mis ojos en los suyos.
Sin embargo, la conexión cuerpo y alma no era óptima. El cuerpo de revelaba contra el control, contra su dueño antinatural. Retazos de una muerte violenta revividos en la memoria de cada célula nerviosa, una y otra vez. Espasmos de otra vida.
El contacto físico de la mujer sobre los hombros desató la reacción en cascada, un estímulo, un modo de procesarlo que se salta los protocolos racionales del cerebro, y una respuesta.
Aunque no fue solo eso. La palabra "soldado" despertaba ecos del pasado.
- tú no eres soldado! - un golpe directo hacia la cara de la mujer la aparta. Después la agarra por el cuello, apretando, para apagar su vida poco a poco. Eso activa un instinto de supervivencia: no solo le está privando de oxígeno si no que también le está drenando la vitalidad
Me encanta escuchar su respuesta de cómo se sentía el día de la pelea, al menos hemos avanzado un poco, que para su estado depresivo es un muy mucho. -¿Sabes por qué? Porque esto, esto y esto estaba todo conectado- Le dije señalando su frente y su pecho, si funciona el conjunto funcionará todo lo demás.
Parece que de alguna forma, consigo convencer a Astaroth de que debe abrirse más a los demás, al menos en lo que a este tema se trata y que podría empezar por mi misma. Sin embargo hay algo que, de repente, parece no funcionar bien. Se lo noto en la mirada, en el gesto, en la expresión. Pero lo que viene a continuación no es para nada esperado. Su golpe me hace levantarme de la cama de un salto, llevándome la mano a la cara, mirándole ahora con enfado -¿Pero a ti qué mierda te pasa? Solo quiero ayudarte, gilipollas- Tras esto se lanza al cuello como una fiera sin control. Me pregunté qué es lo que estaba pasando en la mente de Astaroth y si esto era normal en él o en los revenardos esos.
El agarre al cuello nos hizo caer al suelo y rodar hasta chocar con una de las paredes opuestas al camastro. Intentaba zafarme de las manos que me agarraban al cuello, pero al ver la fuerza del tipo, con esos brazos, opté por algo con mayor posibilidad de acertar, empezando a golpearle en las costillas con los puños y en la cara. No sabía qué estaba pasando, ya me habían estrangulado antes, pero había algo que era diferente, algo que me decía que luchar iba a ser inútil… pero Vanessa no se rendiría hasta que se le acabaran las fuerzas.
Parece que de alguna forma, consigo convencer a Astaroth de que debe abrirse más a los demás, al menos en lo que a este tema se trata y que podría empezar por mi misma. Sin embargo hay algo que, de repente, parece no funcionar bien. Se lo noto en la mirada, en el gesto, en la expresión. Pero lo que viene a continuación no es para nada esperado. Su golpe me hace levantarme de la cama de un salto, llevándome la mano a la cara, mirándole ahora con enfado -¿Pero a ti qué mierda te pasa? Solo quiero ayudarte, gilipollas- Tras esto se lanza al cuello como una fiera sin control. Me pregunté qué es lo que estaba pasando en la mente de Astaroth y si esto era normal en él o en los revenardos esos.
El agarre al cuello nos hizo caer al suelo y rodar hasta chocar con una de las paredes opuestas al camastro. Intentaba zafarme de las manos que me agarraban al cuello, pero al ver la fuerza del tipo, con esos brazos, opté por algo con mayor posibilidad de acertar, empezando a golpearle en las costillas con los puños y en la cara. No sabía qué estaba pasando, ya me habían estrangulado antes, pero había algo que era diferente, algo que me decía que luchar iba a ser inútil… pero Vanessa no se rendiría hasta que se le acabaran las fuerzas.
Seguí al otro lado de la puerta escuchando la intensa conversación entre Astaroth y Vanessa, sintiendo lástima por él y admiración por ella. El modo en que le hablaba era directo y claro, pero se notaba que se preocupaba por él y quería ayudarle. Vanessa podía ser muy bruta hablando y un poco chunga a veces, pero tenía buen corazón. A mí siempre me había ayudado, y había estado ahí cuando más lo había necesitado. Ahora lo hacía con Astaroth, y eso era de agradecer. Me molestó un poco que mi hermano no tuviese la suficiente confianza como para hablar conmigo de lo que estaba sintiendo y lo que le estaba pasando. Cada vez que intentaba hablar con él alegaba que estaba cansado, o dormía, o respondía con evasivas. Tal vez debería haberle obligado más en lugar de darle tanto espacio.
De repente escuché un golpe y un grito fuera de lugar, seguido de una queja por parte de Vanessa. Algo estaba pasando. Dejé rápidamente mi posición de escuchador anónimo para abrir la puerta de una, irrumpiendo en la estancia con rapidez. La imagen de Astaroth tratando de estrangular a Vanessa me horrorizó, no entendía nada de lo que estaba pasando. - ¡Astaroth, no! ¡Suéltala! - dudé que fuese a hacerme caso, parecía fuera de sí. Ella no podía librarse de él a pesar de estar intentándolo, así que fui corriendo hacia ellos para empujar a Astaroth con fuerza hacia un lado, utilizando de paso una descarga eléctrica no demasiado intensa pero lo justo para dejarle los músculos agarrotados para que no se revolviese. - ¿Por qué la estás atacando? ¡sólo quería ayudarte! - vale, acababa de confesar que estaba cotilleando tras la puerta, pero ya daba igual. Me volví hacia ella, tomándola por los hombros y sacudiéndola un poco para comprobar que estuviese bien.
De repente escuché un golpe y un grito fuera de lugar, seguido de una queja por parte de Vanessa. Algo estaba pasando. Dejé rápidamente mi posición de escuchador anónimo para abrir la puerta de una, irrumpiendo en la estancia con rapidez. La imagen de Astaroth tratando de estrangular a Vanessa me horrorizó, no entendía nada de lo que estaba pasando. - ¡Astaroth, no! ¡Suéltala! - dudé que fuese a hacerme caso, parecía fuera de sí. Ella no podía librarse de él a pesar de estar intentándolo, así que fui corriendo hacia ellos para empujar a Astaroth con fuerza hacia un lado, utilizando de paso una descarga eléctrica no demasiado intensa pero lo justo para dejarle los músculos agarrotados para que no se revolviese. - ¿Por qué la estás atacando? ¡sólo quería ayudarte! - vale, acababa de confesar que estaba cotilleando tras la puerta, pero ya daba igual. Me volví hacia ella, tomándola por los hombros y sacudiéndola un poco para comprobar que estuviese bien.
Parte de mi no sabía qué estaba haciendo aunque otra parte lo estaba disfrutando. Disfrutó estrangulando a la mujer, era indudable, y sus intentos de forcejeo le estaban haciendo sentirse extasiado, lleno de energía. Malditos magos, malditos sean todos, y allí tenía delante a una que pretendía hacérselas de colega. No, no cesé en el cierre de las manos alrededor de su cuello. Sus golpes empezaron a hacer que brotara sangre en la boca, lo mismo me había roto hasta un labio, pero el sabor metálico de la sangre no me importó. Al contrario, hasta lo disfruté. Sonreí a la señorita a la que juré que le arrancaría la vida, tal y como los magos habían hecho con otros compañeros soldados, con mi mujer y su asqueroso fuego mágico.
En algún momento, lejos muy lejos alguien me llamaba. No llamaba a Jed, claro, sino al parásito que controlaba MI cuerpo. Apreté más las manos, con suerte le partiría el cuello antes de estrangularla y mientras seguía absorbiendo su energía vital que me daba más y más fuerza en contraposición a lo que le ocurría a ella. Empujé con fuerza al hermano cuando vino sobre mi persona, lanzándole lo más lejos que la posición me permitía. Pero su magia me bloqueó los músculos y tuve que soltarme. La mujer estaría en las últimas, pero ahora ese mendrugo venía a joderme, pues no se lo pondría tan fácil -Quería comerme la cabeza como hacéis todos los de vuestra especie- Me levanté de a una, volviendo hacia él con ínfulas de atacarle.
Pero a mitad de camino algo cambió. El gesto se relajó. Alguien pudo tomar el control y cambió el gesto. El cuerpo se detuvo en seco. Se miró las manos, luego a su hermano y luego a Vanessa. ¿Qué estaba haciendo? ¿Qué estaba pasando? Miré a mi hermano confuso, me llevé las manos a la cabeza, me morí el labio -Yo… yo…- Y horrorizado por lo que acaba de hacer y por lo que hubiera hecho, salgo de la enfermería corriendo.
En algún momento, lejos muy lejos alguien me llamaba. No llamaba a Jed, claro, sino al parásito que controlaba MI cuerpo. Apreté más las manos, con suerte le partiría el cuello antes de estrangularla y mientras seguía absorbiendo su energía vital que me daba más y más fuerza en contraposición a lo que le ocurría a ella. Empujé con fuerza al hermano cuando vino sobre mi persona, lanzándole lo más lejos que la posición me permitía. Pero su magia me bloqueó los músculos y tuve que soltarme. La mujer estaría en las últimas, pero ahora ese mendrugo venía a joderme, pues no se lo pondría tan fácil -Quería comerme la cabeza como hacéis todos los de vuestra especie- Me levanté de a una, volviendo hacia él con ínfulas de atacarle.
Pero a mitad de camino algo cambió. El gesto se relajó. Alguien pudo tomar el control y cambió el gesto. El cuerpo se detuvo en seco. Se miró las manos, luego a su hermano y luego a Vanessa. ¿Qué estaba haciendo? ¿Qué estaba pasando? Miré a mi hermano confuso, me llevé las manos a la cabeza, me morí el labio -Yo… yo…- Y horrorizado por lo que acaba de hacer y por lo que hubiera hecho, salgo de la enfermería corriendo.
La poca cordura que me quedaba de mente por la falta de oxigenación agradeció enormemente la presencia de un curioso que entrara. Por culpa de los ojos llorosos no podía enfocarle con claridad, pero entre los gimoteos y la respiración agónica pude escuchar la voz de Adramelech. No sabía si había salido de una pieza de la misión, lo cual me alegraba enormemente. Pero no podía regodearme porque lo que necesitaba era sobrevivir.
Seguí luchando todo lo que pude, a pesar de que las fuerzas me fueran flaqueando cada vez más y más. El consumo disparado de oxígeno por la adenalina y la activación del simpático disparaba el ritmo cardíaco. Pero cada vez me faltaba más energía y mis golpes eran menos fuertes y certeros. Le vi hasta sonreír, y me pareció sadismo lo que capté. Cuando me soltó por culpa del ataque de Adramelech cogí una sonora bocanada de aire. Poco había faltado. Pero quedé en el suelo unos instantes mientras intentaba incorporarme sin mucho éxito por la falta de energía que se me había robado. Tumbada en el suelo le seguí con la mirada salir, y suspiré, rendida.
Ya en brazos de Adramelech le sonreí, le dije en un hilo de voz que esta vez había sido él el que me había salvado y el cuerpo se desplomó, fuera de peligro, inconsciente.
OFF: trátame bien o te corto la mano metálica!
Seguí luchando todo lo que pude, a pesar de que las fuerzas me fueran flaqueando cada vez más y más. El consumo disparado de oxígeno por la adenalina y la activación del simpático disparaba el ritmo cardíaco. Pero cada vez me faltaba más energía y mis golpes eran menos fuertes y certeros. Le vi hasta sonreír, y me pareció sadismo lo que capté. Cuando me soltó por culpa del ataque de Adramelech cogí una sonora bocanada de aire. Poco había faltado. Pero quedé en el suelo unos instantes mientras intentaba incorporarme sin mucho éxito por la falta de energía que se me había robado. Tumbada en el suelo le seguí con la mirada salir, y suspiré, rendida.
Ya en brazos de Adramelech le sonreí, le dije en un hilo de voz que esta vez había sido él el que me había salvado y el cuerpo se desplomó, fuera de peligro, inconsciente.
OFF: trátame bien o te corto la mano metálica!
El ataque con electricidad fue lo suficientemente efectivo para ralentizarlo, aunque tenía toda la intención de querer atacar de nuevo. No entendía una mierda de lo que decía con eso de que querían comerle la cabeza, pero era como si no fuese él. De repente se frenó en seco, como si estuviese confuso y arrepentido. - Astaroth...¿qué te pasa...?- lo miré con una mezcla de temor y lástima, algo no estaba bien en su cabeza, estaba claro. - ¡Espera, hermano! - extendí la mano hacia él tratando de detenerlo cuando salió corriendo, pero no pude alcanzarlo.
"Mierda. Khaled tiene que enterarse de lo que ha pasado. Tal vez no haya salido bien. No sé si Lyosha pasó por esto."
Enseguida me giré para coger a Vanessa en brazos, pasando una mano por su mejilla con preocupación. Le había dejado marcas en el cuello al intentar ahogarla, y casi no podía ni hablar. - Perdona, tenía que haber entrado antes. Estaba detrás de la puerta escuchando y... - No tardó en caer inconsciente, probablemente por la falta de aire. - Aguanta. Voy a pedir ayuda. - la dejé sobre la cama de la enfermería, llamando a voz en grito a los de la hermandad de sanación. Aquello era una urgencia, y no parecía algo demasiado difícil de solucionar como para que ellos no pudiesen solventarlo.
Enseguida aparecieron tres de ellos, que subieron corriendo las escaleras hasta llegar a la sala en la que estaba la enfermería. Les expliqué de manera atropellada lo que había pasado, y ellos se encargaron de comenzar con las sanaciones. Me echaron de allí para trabajar mejor, diciendo que me avisarían cuando pudiese entrar. Volví a quedarme en la puerta bastante nervioso, hasta que algunos minutos después me dijeron que habían conseguido que dejarla estable. Por ahora estaba dormida y fuera de peligro, aunque pasarían horas o algún día hasta que espabilase, ya que la habían drogado. Pasé un momento a verla, suspirando algo más tranquilo al ver que ya respiraba bien. A partir de ese momento me quedé a ratos en la habitación y a ratos en los alrededores de la torre, siguiendo con la coordinación de los entrenamientos.
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off: Vanessa y Adra limbeados en torre
"Mierda. Khaled tiene que enterarse de lo que ha pasado. Tal vez no haya salido bien. No sé si Lyosha pasó por esto."
Enseguida me giré para coger a Vanessa en brazos, pasando una mano por su mejilla con preocupación. Le había dejado marcas en el cuello al intentar ahogarla, y casi no podía ni hablar. - Perdona, tenía que haber entrado antes. Estaba detrás de la puerta escuchando y... - No tardó en caer inconsciente, probablemente por la falta de aire. - Aguanta. Voy a pedir ayuda. - la dejé sobre la cama de la enfermería, llamando a voz en grito a los de la hermandad de sanación. Aquello era una urgencia, y no parecía algo demasiado difícil de solucionar como para que ellos no pudiesen solventarlo.
Enseguida aparecieron tres de ellos, que subieron corriendo las escaleras hasta llegar a la sala en la que estaba la enfermería. Les expliqué de manera atropellada lo que había pasado, y ellos se encargaron de comenzar con las sanaciones. Me echaron de allí para trabajar mejor, diciendo que me avisarían cuando pudiese entrar. Volví a quedarme en la puerta bastante nervioso, hasta que algunos minutos después me dijeron que habían conseguido que dejarla estable. Por ahora estaba dormida y fuera de peligro, aunque pasarían horas o algún día hasta que espabilase, ya que la habían drogado. Pasé un momento a verla, suspirando algo más tranquilo al ver que ya respiraba bien. A partir de ese momento me quedé a ratos en la habitación y a ratos en los alrededores de la torre, siguiendo con la coordinación de los entrenamientos.
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off: Vanessa y Adra limbeados en torre
Me encontraba sentado en el sótano de la Torre, en la sala de los Portales. Frente a mí había dibujado en el suelo un circulo de invocación y contención demoniaca. Tenía el báculo con la calavera a mi lado, y la mano aun manchada de sangre, ahora seca.
Esperaba, y mientras esperaba, contemplaba el Portal del espacio, aquel que junto a la piedra de los mundos me permitió trasladar la Torre entera hasta Ouroboros. Pensaba en las posibilidades del portal, estaba seguro casi al cien por cien de poder controlarlo y manejarlo. Y al tiempo, conseguiría abrir los restantes.
El demonio se estaba tomando su tiempo. Pero a decir verdad no le había mandado una misión sencilla. De vez en cuando susurraba su nombre y lo llamaba, para que no olvidase a su maestro, para que no olvidase que tenia un trabajo pendiente.
Con la sangre del hombre le había dado la identidad del sujeto, el padre, y con sus pecados le había indicado en qué circulos buscar. Pero aun así no era una tarea sencilla.
Al cabo de un par de horas más, el demonio volvió a aparecer en el interior del círculo. Lo interrogué con la mirada y el demonio, hastiado por tener que llevar a cabo mi tarea, me respondió sin mas. Dejé salir a relucir a Belialt, quería asegurarme de que no me mintiese. Total, podria ir a comprobarlo yo mismo....
Cuando el demonio se marchó, o más bien lo obligué a marchar, me quedé algo pensativo. Había pensado que eran delirios del humano, pero al parecer, no lo eran. Las cosas del reino de los muertos que se escapaban a mi conocimiento...bueno, no lo hacían durante mucho tiempo. Limpié por fin mis manos y me marché de la sala y de la Torre, dejando la primera bien sellada....
Esperaba, y mientras esperaba, contemplaba el Portal del espacio, aquel que junto a la piedra de los mundos me permitió trasladar la Torre entera hasta Ouroboros. Pensaba en las posibilidades del portal, estaba seguro casi al cien por cien de poder controlarlo y manejarlo. Y al tiempo, conseguiría abrir los restantes.
El demonio se estaba tomando su tiempo. Pero a decir verdad no le había mandado una misión sencilla. De vez en cuando susurraba su nombre y lo llamaba, para que no olvidase a su maestro, para que no olvidase que tenia un trabajo pendiente.
Con la sangre del hombre le había dado la identidad del sujeto, el padre, y con sus pecados le había indicado en qué circulos buscar. Pero aun así no era una tarea sencilla.
Al cabo de un par de horas más, el demonio volvió a aparecer en el interior del círculo. Lo interrogué con la mirada y el demonio, hastiado por tener que llevar a cabo mi tarea, me respondió sin mas. Dejé salir a relucir a Belialt, quería asegurarme de que no me mintiese. Total, podria ir a comprobarlo yo mismo....
Cuando el demonio se marchó, o más bien lo obligué a marchar, me quedé algo pensativo. Había pensado que eran delirios del humano, pero al parecer, no lo eran. Las cosas del reino de los muertos que se escapaban a mi conocimiento...bueno, no lo hacían durante mucho tiempo. Limpié por fin mis manos y me marché de la sala y de la Torre, dejando la primera bien sellada....
Apareci en la Torre con Lyosha, en la sala que ella tenía asignada para si misma. Dejé mi báculo con la calavera apoyado en la pared y me aproximé a su cama, dejándola sobre esta con cuidado. Sabía lo mucho que estaría odiando ahora mismo su propio cuerpo, o el que la hubiese transportado asi sin dejarla poner un pie en el suelo.
- No te quejes. La mayoria de las veces el que está medio muerto soy yo y tú la que ha tenido que velar por mi. - despues de eso aproximé una silla para sentarme cerca de su cama, miré por la ventana y volví a tenderle mi mano. - Necesitas energía. Si no, no te recuperarás nunca.
Esperé que hiciese lo que tenía que hacer, mientras me dispuse a explicarle lo que había descubierto, el pequeño hallazgo.
- Esa persona que creian que estaba muerta no lo está. No han encontrado su alma en el infierno... asi que al parecer, está por aquí cerca. En algun lugar de esta isla. Interesante, no crees? Puede tratarse de un nigromante. Pero....no hay ningun demonio de por medio. Lo habría percibido.
- No te quejes. La mayoria de las veces el que está medio muerto soy yo y tú la que ha tenido que velar por mi. - despues de eso aproximé una silla para sentarme cerca de su cama, miré por la ventana y volví a tenderle mi mano. - Necesitas energía. Si no, no te recuperarás nunca.
Esperé que hiciese lo que tenía que hacer, mientras me dispuse a explicarle lo que había descubierto, el pequeño hallazgo.
- Esa persona que creian que estaba muerta no lo está. No han encontrado su alma en el infierno... asi que al parecer, está por aquí cerca. En algun lugar de esta isla. Interesante, no crees? Puede tratarse de un nigromante. Pero....no hay ningun demonio de por medio. Lo habría percibido.
Lyosha Svensson
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No se trataba sólo de todo lo que le dolía con el movimiento de Khaled, hasta su propia respiración le generaba ráfagas de dolor por todo el cuerpo que la hacían estremecerse en un círculo vicioso sin beneficio alguno. Sino en el orgullo, nunca había vuelto de una misión tan maltrecha; sentía pena por si misma, vergüenza por la maldita bata de hospital que llevaba aunque debía agradecer que iba con ropa interior inferior.
-Conoces tus límites y sin embargo l…- Gimió cuando se tuvo que reacomodar en la cama, sufriendo un dolor profundo en el costado -Los cruzas y me dejas con el otro maldito- Espetó con furia porque era eso. Era exactamente eso lo que le ardía en el pecho que la dejara con un imbécil que …en fin, con un demonio en resumidas cuentas. Pero no siguió hablando, tomó su mano y cuando estableció la conexión y empezó a drenar su energía Lyosha no pudo más que jadear de satisfacción cuando el dolor empezó a remitir levemente. Necesitaría muchas de esas sesiones y no sólo de él. Para algo tenía sobrinos. Para algo tenía acólitos. Sin siquiera ser consciente, aunque sus ojos no funcionaran sus lagrimales sí y por sus mejillas y fuera de las vendas se deslizaron un par de lágrimas que sólo significaban algo: Paz.
Escuchó lo que le decía sobre el padre de Thalos y una sonrisa se dibujó en sus labios -Me preguntó si sabe matar de verdad- Se rió pero cortó la risa en cuanto el dolor volvió a atormentarla -¿Quién no está en esta maldita isla, Khaled? Hasta nosotros estamos aquí …Es evidente que si vive estaría aquí y oye…¿Por qué no tocarle las narices al hijo que intentó matarlo? Supongo que yo lo haría, si tuviera alguno de esos...¿Qué planeas hacer con la información?-
-Conoces tus límites y sin embargo l…- Gimió cuando se tuvo que reacomodar en la cama, sufriendo un dolor profundo en el costado -Los cruzas y me dejas con el otro maldito- Espetó con furia porque era eso. Era exactamente eso lo que le ardía en el pecho que la dejara con un imbécil que …en fin, con un demonio en resumidas cuentas. Pero no siguió hablando, tomó su mano y cuando estableció la conexión y empezó a drenar su energía Lyosha no pudo más que jadear de satisfacción cuando el dolor empezó a remitir levemente. Necesitaría muchas de esas sesiones y no sólo de él. Para algo tenía sobrinos. Para algo tenía acólitos. Sin siquiera ser consciente, aunque sus ojos no funcionaran sus lagrimales sí y por sus mejillas y fuera de las vendas se deslizaron un par de lágrimas que sólo significaban algo: Paz.
Escuchó lo que le decía sobre el padre de Thalos y una sonrisa se dibujó en sus labios -Me preguntó si sabe matar de verdad- Se rió pero cortó la risa en cuanto el dolor volvió a atormentarla -¿Quién no está en esta maldita isla, Khaled? Hasta nosotros estamos aquí …Es evidente que si vive estaría aquí y oye…¿Por qué no tocarle las narices al hijo que intentó matarlo? Supongo que yo lo haría, si tuviera alguno de esos...¿Qué planeas hacer con la información?-
Eso era cierto. Conocía donde tenía mis limites, donde, si llegaba más lejos, me abandonaba la consciencia. Pero lo unico que sabía hacer bien y lo unico que habia hecho siempre era eso, cruzar limites.
- No estaría aquí hoy si no los cruzase una y otra vez. Que Belialt te de donde te duele es un daño colateral. - dije con calma, en contraste con su furia, pese a estar postrada en la cama. Me quedé sentado a su lado, sin apartar mi mano de la de ella. Cerré los ojos, para concentrarme. No quería que el bajón de energía revertiese en que el demonio pudiese cruzar las barreras necesarias y hacerse con el control. Lo notaba agitarse en mi interior.
Abrí los ojos y la miré, notando por su expresion como recibía aquella bien necesitada energía. Me incliné sobre ella y pasé el dedo pulgar de la otra mano sobre su frente, como si repasara una marca olvidada con ello.
- Él estaba muy seguro de que así lo hizo. - Su observacion me hizo asentir en plan "pues tienes razon", porque cierto, todos los que quedabamos vivos, "vivos", estabamos aqui. Incluso nosotros. El cómo Lyosha planteó el asunto me hizo seguir dandole vueltas al asunto. Pensé en Zayra, mi hija. Las condiciones de una cosa y de la otra. Mi silencio se prolongó por demasiado tiempo.
- Solo sabemos que un mago con algun tipo de poder o pacto oscuro está rondando por aquí, ni si quiera si tiene ansias de venganza o no. Pero Erika es una Soul, y esto probablemente le salpique, no necesito una líder de hermandad más descentrada de lo que ya es. La informaré. - miré de reojo hacia la calavera que traia sobre mi baculo. - Por algun motivo...sigo encontrando satisfactorio el desbaratarle los planes a los magos.
- No estaría aquí hoy si no los cruzase una y otra vez. Que Belialt te de donde te duele es un daño colateral. - dije con calma, en contraste con su furia, pese a estar postrada en la cama. Me quedé sentado a su lado, sin apartar mi mano de la de ella. Cerré los ojos, para concentrarme. No quería que el bajón de energía revertiese en que el demonio pudiese cruzar las barreras necesarias y hacerse con el control. Lo notaba agitarse en mi interior.
Abrí los ojos y la miré, notando por su expresion como recibía aquella bien necesitada energía. Me incliné sobre ella y pasé el dedo pulgar de la otra mano sobre su frente, como si repasara una marca olvidada con ello.
- Él estaba muy seguro de que así lo hizo. - Su observacion me hizo asentir en plan "pues tienes razon", porque cierto, todos los que quedabamos vivos, "vivos", estabamos aqui. Incluso nosotros. El cómo Lyosha planteó el asunto me hizo seguir dandole vueltas al asunto. Pensé en Zayra, mi hija. Las condiciones de una cosa y de la otra. Mi silencio se prolongó por demasiado tiempo.
- Solo sabemos que un mago con algun tipo de poder o pacto oscuro está rondando por aquí, ni si quiera si tiene ansias de venganza o no. Pero Erika es una Soul, y esto probablemente le salpique, no necesito una líder de hermandad más descentrada de lo que ya es. La informaré. - miré de reojo hacia la calavera que traia sobre mi baculo. - Por algun motivo...sigo encontrando satisfactorio el desbaratarle los planes a los magos.
Lyosha Svensson
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En cuanto mencionó al demonio, Lyosha apartó al mano con brusquedad. Imbécil, es que los dos eran unos imbéciles -Sí, supongo que Adramelech aprendió cómo tratar mujeres con Belialt y contigo- Quería seguir drenándolo pero hasta ella misma conocía el límite, con lo entregado sería suficiente para que su cuerpo dejara de dolerle con cada respiración ahora podía hacer varias de forma profunda sin tener que apretar las muelas o chillar por ello.
-¿Qué haces?- Preguntó cuando le tocó la frente, pensando en la marca ridícula que tenía aquel cuerpo entonces recordó, de pronto, lo que la alada le había dicho antes de irse de misión. Intentó hacer un poco más de memoria -¿De qué conocías a este cuerpo? Me han reconocido y no como Lyosha, sino como Diana.- Giró la cabeza hacia él con el ceño fruncido aunque por las vendas no se podía apreciar -Una maldita alada de mierda me llamó hereje. ¿Dónde conseguiste este envase?- Inquirió, con un tono poco agradable.
El tema de Thalos, para ser sinceras, le traía sin puto cuidado. No le importaba el moreno -Bueno… Será iluso- Indicó sin intentar darle más rienda al asunto aunque sería interesante decirle que había fallado. La sonrisa que se dibujó en sus labios fue malvada. El silencio se prolongó y ella no hizo nada para llenarlo porque no tenía nada que decir -Infórmala. Ajá. Que cada vez que Thalos cojeaba la otra le servía de bastón. Agh, el amor a veces es muy repugnante- De haber podido habría puesto los ojos en blanco, pero se contentó con hacer una mueca de lado con los labios como si gruñera -¿Ah sí? Pensé que tu dragona te había sensibilizado respecto a sus benefactores. ¿Te has acostado con ella para conseguir información o te atrae de verdad?- Cuestionó sin ningún tipo de tapujo.
-¿Qué haces?- Preguntó cuando le tocó la frente, pensando en la marca ridícula que tenía aquel cuerpo entonces recordó, de pronto, lo que la alada le había dicho antes de irse de misión. Intentó hacer un poco más de memoria -¿De qué conocías a este cuerpo? Me han reconocido y no como Lyosha, sino como Diana.- Giró la cabeza hacia él con el ceño fruncido aunque por las vendas no se podía apreciar -Una maldita alada de mierda me llamó hereje. ¿Dónde conseguiste este envase?- Inquirió, con un tono poco agradable.
El tema de Thalos, para ser sinceras, le traía sin puto cuidado. No le importaba el moreno -Bueno… Será iluso- Indicó sin intentar darle más rienda al asunto aunque sería interesante decirle que había fallado. La sonrisa que se dibujó en sus labios fue malvada. El silencio se prolongó y ella no hizo nada para llenarlo porque no tenía nada que decir -Infórmala. Ajá. Que cada vez que Thalos cojeaba la otra le servía de bastón. Agh, el amor a veces es muy repugnante- De haber podido habría puesto los ojos en blanco, pero se contentó con hacer una mueca de lado con los labios como si gruñera -¿Ah sí? Pensé que tu dragona te había sensibilizado respecto a sus benefactores. ¿Te has acostado con ella para conseguir información o te atrae de verdad?- Cuestionó sin ningún tipo de tapujo.
Su insinuación me hizo alzar una ceja mientras me cruzaba de brazos, soltando un sonido de ironía por lo bajo. El drenaje de vitalidad me habia dejado bastante cansado y lo último que me apetecía ahora era una disputa con mi hermana.
- No sé de Belialt, pero mis experiencias ya sabes cuales son. - cortas y ninguna buena. - De hecho la mujer que más tiempo lleva a mi lado eres tú, asi que deberías cuestionarte de dónde he aprendido yo. - no estaba peleando. Era una conversación tipica entre nosotros.
- Estaba revisando una cosa. - abrí los ojos cuando de pronto me salió con esas preguntas...nunca antes se habia interesado por su vasija. - Diana....
Se me pasaron un montón de imagenes por la cabeza en ese instante, de tal modo que incluso sentí una punzada de dolor en la sien que me hizo llevarme una mano a esa parte. Pero no eran recuerdos mios, para nada. Eran de Belialt. Aquel par de alas blancas eran dificiles de ignorar, mas aun que la conexión del pasado. Chasqueé la lengua tratando de analizar las imagenes, o bloquearlas, frenar el torrente. - Diana la hereje? Quién te reconoció?
Pasé la mano de mi cabeza a mis ojos y luego al final del rostro.
- Es...una historia para otro momento. - no sabía como contestarle de manera corta a aquella pregunta que nunca, hasta ahora, se habia cuestionado. Dio su aprobación al respecto de que hacer con aquella información y luego llevó el tema de conversación por otros derroteros.
- Sensibilizarme respecto a los magos? Nada más lejos. - dije de modo austero desviando mi mirada hacia la ventana. - Solo han entrado en razón y no por... - corté la conversación apretando los labios ligeramente cuando insinuó aquello. - No me he acostado con ella.
"ni lo necesito para obtener información"
Claro que me atraía, de un modo absurdo. Quizá por eso me molesté con su pregunta.
- Y lo demás no importa. Pronto tendrás el gusto de verle la cara de nuevo. Realicé una posesión y Maera, un demonio de los Corruptores, ocupa su cuerpo. Son capaces de moldear la carne como no puede hacerlo ningun hechicero de ese hospital de magos. Te devolverá los ojos.
- No sé de Belialt, pero mis experiencias ya sabes cuales son. - cortas y ninguna buena. - De hecho la mujer que más tiempo lleva a mi lado eres tú, asi que deberías cuestionarte de dónde he aprendido yo. - no estaba peleando. Era una conversación tipica entre nosotros.
- Estaba revisando una cosa. - abrí los ojos cuando de pronto me salió con esas preguntas...nunca antes se habia interesado por su vasija. - Diana....
Se me pasaron un montón de imagenes por la cabeza en ese instante, de tal modo que incluso sentí una punzada de dolor en la sien que me hizo llevarme una mano a esa parte. Pero no eran recuerdos mios, para nada. Eran de Belialt. Aquel par de alas blancas eran dificiles de ignorar, mas aun que la conexión del pasado. Chasqueé la lengua tratando de analizar las imagenes, o bloquearlas, frenar el torrente. - Diana la hereje? Quién te reconoció?
Pasé la mano de mi cabeza a mis ojos y luego al final del rostro.
- Es...una historia para otro momento. - no sabía como contestarle de manera corta a aquella pregunta que nunca, hasta ahora, se habia cuestionado. Dio su aprobación al respecto de que hacer con aquella información y luego llevó el tema de conversación por otros derroteros.
- Sensibilizarme respecto a los magos? Nada más lejos. - dije de modo austero desviando mi mirada hacia la ventana. - Solo han entrado en razón y no por... - corté la conversación apretando los labios ligeramente cuando insinuó aquello. - No me he acostado con ella.
"ni lo necesito para obtener información"
Claro que me atraía, de un modo absurdo. Quizá por eso me molesté con su pregunta.
- Y lo demás no importa. Pronto tendrás el gusto de verle la cara de nuevo. Realicé una posesión y Maera, un demonio de los Corruptores, ocupa su cuerpo. Son capaces de moldear la carne como no puede hacerlo ningun hechicero de ese hospital de magos. Te devolverá los ojos.
Lyosha Svensson
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Una risa cruel salió de los labios de Lyosha cuando quiso voltear la tortilla hacia ella. Se llevó una mano al costado donde le dolía pero no pudo evitar su reacción espontánea -Oh, Khaled, a mi no me querías conquistar. Yo sí he aprendido muy bien como debo ser tratada, Rodrigo me lo mostró así que haré lo posible porque los dos imbéciles que tenemos por nietos aprendan a llevar una mejor vida que la nuestra- Que por lo menos tuvieran un par de críos y así las hermandades seguirían vigentes, llevando el legado Svensson. Menos mal que Zayra había tenido hombres -Adramelech debería tomar el liderazgo de la hermandad de electricidad. Tuvo buen desempeño abajo- Expresó en un tono menos jocoso, más centrado.
-Si, Diana- Repitió mientras se tranquilizaba, intentando que su pecho volviera a la normalidad. No entendió el silencio que vino después y frunció el ceño. Al no poder verlo no podía interpretarlo como debería. Aquello le frustró -¿Khaled?- Inquirió con un tono que dejaba entrever que no estaba contenta con que estuviera callado. ¿Que es lo que no quería contarle? Intentó hacer memoria del nombre de la alada pero no lo recordaba, básicamente porque no le interesaba -Erika debe saberlo. Cuando hables con ella podrías preguntarselo- Agrego ahora más contenta de respirar mejor. Levantó una de las manos y se acomodó el cabello para luego bajarlo hacia la ropa y entonces darse cuenta de algo… pero la frase de Khaled le mosqueo -¿Como que para otro día? ¿Acaso tienes que ir a algún lugar ahora mismo? Yo me quedaré postrada en esta cama de mierda por las próximas semanas así que… yo tengo tiempo. ¿Tú que tienes que hacer?-
Al menos su reacción con respecto a los magos le hizo sonreír brevemente, gesto que se borró cuando dijo que no de acostó con ella. Le tomó por sorpresa -¿Por qué? Se ve que tiene carácter. Yo tendria tendencia a matarla…- Pensó aunque algo en su cuerpo, muy dentro, se removió ante la idea -... Pero me gusta para ti. Seguro es de esas que te pega un golpe cuando lo necesitas. Y … también debe ser muy interesante en el lecho. Seguro te divierte- Tensó brevemente los labios con una sonrisa pero luego fue borrandose para derivar a cosas más importantes y pensó en lo que dijo a continuación. -¿Por qué razón la has poseído?¿Quién en su sano juicio optaría por una estrategia tan… arriesgada?- su cerebro se puso a maquinar. Lo de los ojos le alegraba, sin duda. Pero… ¿una dragona poseída? -Mmm Khaled. ¿Que peligro la ha obligado a eso? ¿Nos afecta directamente?-
-Si, Diana- Repitió mientras se tranquilizaba, intentando que su pecho volviera a la normalidad. No entendió el silencio que vino después y frunció el ceño. Al no poder verlo no podía interpretarlo como debería. Aquello le frustró -¿Khaled?- Inquirió con un tono que dejaba entrever que no estaba contenta con que estuviera callado. ¿Que es lo que no quería contarle? Intentó hacer memoria del nombre de la alada pero no lo recordaba, básicamente porque no le interesaba -Erika debe saberlo. Cuando hables con ella podrías preguntarselo- Agrego ahora más contenta de respirar mejor. Levantó una de las manos y se acomodó el cabello para luego bajarlo hacia la ropa y entonces darse cuenta de algo… pero la frase de Khaled le mosqueo -¿Como que para otro día? ¿Acaso tienes que ir a algún lugar ahora mismo? Yo me quedaré postrada en esta cama de mierda por las próximas semanas así que… yo tengo tiempo. ¿Tú que tienes que hacer?-
Al menos su reacción con respecto a los magos le hizo sonreír brevemente, gesto que se borró cuando dijo que no de acostó con ella. Le tomó por sorpresa -¿Por qué? Se ve que tiene carácter. Yo tendria tendencia a matarla…- Pensó aunque algo en su cuerpo, muy dentro, se removió ante la idea -... Pero me gusta para ti. Seguro es de esas que te pega un golpe cuando lo necesitas. Y … también debe ser muy interesante en el lecho. Seguro te divierte- Tensó brevemente los labios con una sonrisa pero luego fue borrandose para derivar a cosas más importantes y pensó en lo que dijo a continuación. -¿Por qué razón la has poseído?¿Quién en su sano juicio optaría por una estrategia tan… arriesgada?- su cerebro se puso a maquinar. Lo de los ojos le alegraba, sin duda. Pero… ¿una dragona poseída? -Mmm Khaled. ¿Que peligro la ha obligado a eso? ¿Nos afecta directamente?-
- Estoy contigo con lo de Adramelech. Creo que ha madurado lo suficiente ya, está más que preparado. - se lo comunicaríamos en cuanto pudiesemos. Antes quería atender unos asuntos con Astaroth.
Tras aquel repentino dolor de cabeza causado por la mezcla de recuerdos y por las visiones de Belialt, que muy astutamente sabía meter en mi cerebro, asentí. Hasta que recordé que ella no me veía. - Preguntaré a Erika. Te enviaré a Maera también. Y sí, para otro día. Tengo que hablar con Astaroth. Apenas ha movido un músculo desde que volvió. Le está costando, apenas parece que esté despierto de verdad. Asi que lo de Diana...tendrá que aguardar. - me puse en pie, algo más recuperado tras aquel drenaje de energía, aunque seguía algo cansado.
- Claro que tiene caracter.- era una de las cosas que me atraían de esa dragona, su irreverente carácter y su falta de miedo. - Tú siempre tan directa... - le dije cuando habló de cómo sería Zaphira en la cama. La verdad, estaba seguro de que no decepcionaría. Pero ahora que estaba poseída.... - No es el mejor momento... y eso que oigo es tu beneplácito? - comenté con un tono un tanto...jocoso, para tratarse de mi. Pero con ella me permitía ese tipo de cosas. - Por los Pendragon, los nuevos inquilinos de este lugar. Esos magos al parecer tienen el poder de influir sobre los dragones. El único modo de ser inmune a cualquier tipo de control es... bueno, una posesión demoníaca. Tenía miedo de que volviesen a doblegar su voluntad. - me quedé pensativo unos instantes. - Muy desesperada estaba para fiarse de mi, caer en un control para escapar de otro. Directamente no nos afecta, pero indirectamente podría hacerlo. No dejan de ser una línea de magos muy antigua.
Me concentré un momento para enviarle una visión a Zaphira, diciéndole que la necesitabamos en la Torre. Despues, miré a Lyosha.
- La he avisado para que venga.
Tras aquel repentino dolor de cabeza causado por la mezcla de recuerdos y por las visiones de Belialt, que muy astutamente sabía meter en mi cerebro, asentí. Hasta que recordé que ella no me veía. - Preguntaré a Erika. Te enviaré a Maera también. Y sí, para otro día. Tengo que hablar con Astaroth. Apenas ha movido un músculo desde que volvió. Le está costando, apenas parece que esté despierto de verdad. Asi que lo de Diana...tendrá que aguardar. - me puse en pie, algo más recuperado tras aquel drenaje de energía, aunque seguía algo cansado.
- Claro que tiene caracter.- era una de las cosas que me atraían de esa dragona, su irreverente carácter y su falta de miedo. - Tú siempre tan directa... - le dije cuando habló de cómo sería Zaphira en la cama. La verdad, estaba seguro de que no decepcionaría. Pero ahora que estaba poseída.... - No es el mejor momento... y eso que oigo es tu beneplácito? - comenté con un tono un tanto...jocoso, para tratarse de mi. Pero con ella me permitía ese tipo de cosas. - Por los Pendragon, los nuevos inquilinos de este lugar. Esos magos al parecer tienen el poder de influir sobre los dragones. El único modo de ser inmune a cualquier tipo de control es... bueno, una posesión demoníaca. Tenía miedo de que volviesen a doblegar su voluntad. - me quedé pensativo unos instantes. - Muy desesperada estaba para fiarse de mi, caer en un control para escapar de otro. Directamente no nos afecta, pero indirectamente podría hacerlo. No dejan de ser una línea de magos muy antigua.
Me concentré un momento para enviarle una visión a Zaphira, diciéndole que la necesitabamos en la Torre. Despues, miré a Lyosha.
- La he avisado para que venga.
Zaphira Eire
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Después del desastre de la boda me dediqué a mi trabajo con la guardia, por desgracia no pude asistir al interrogatorio de la chica pelirroja pero por suerte pude leer los informes que quedaron de ese día, también compartí con la general y Sayid aquello que yo misma había visto y comprobado durante la fiesta y por desgracia la ganadora del torneo ya no parecía jugar en nuestro equipo. Maera disfrutaba de mi cuerpo y mi imagen de persona seria iba cayendo a medida que ella se dedicaba a pasarlo bien con los guardias e ir de fiesta en fiesta, pasaba más tiempo en el bar que en casa pero al menos una vez al día podía tener el control.
Aquel día no fue muy distinto a los otros, entrenamiento por la mañana, acudir a la guardia, hacer las rondas pertinentes y después al bar... cuanto más a gusto estaba Maera en ese lugar más lo odiaba yo. La rutina iba como siempre hasta que una visión nubló mi vista, no era la primera vez y poco a poco me fui acostumbrando a ellas, dejé al compañero que iba conmigo y me transformé para echar el vuelo hacia la torre Soul.
No tardé mucho en llegar, en cuanto mis grandes zarpas tocaron tierra de forma pesada volví a mi forma humana, caminé hacia la puerta y esperé a que la abrieran para mi, ya no me era extraño aquel lugar así que me dirigí inmediatamente hasta la habitación desde la cual me habían enviado aquella visión, toqué la puerta y entré a la estancia encontrándome con Khaled y su hermana -Buenos días, espero no haber tardado demasiado-
Aquel día no fue muy distinto a los otros, entrenamiento por la mañana, acudir a la guardia, hacer las rondas pertinentes y después al bar... cuanto más a gusto estaba Maera en ese lugar más lo odiaba yo. La rutina iba como siempre hasta que una visión nubló mi vista, no era la primera vez y poco a poco me fui acostumbrando a ellas, dejé al compañero que iba conmigo y me transformé para echar el vuelo hacia la torre Soul.
No tardé mucho en llegar, en cuanto mis grandes zarpas tocaron tierra de forma pesada volví a mi forma humana, caminé hacia la puerta y esperé a que la abrieran para mi, ya no me era extraño aquel lugar así que me dirigí inmediatamente hasta la habitación desde la cual me habían enviado aquella visión, toqué la puerta y entré a la estancia encontrándome con Khaled y su hermana -Buenos días, espero no haber tardado demasiado-
Lyosha Svensson
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-Métele una hostia. Seguro así se avispa. O tráelo conmigo, a rastras. Ya hablaré yo con él. A veces eres un soso cuando tienes que regañarlos- Quiso poner los ojos en blanco cuando habló de lo de Diana, pero la verdad, empezaba a sospechar que había tocado un tema con mucha historia pese a que durante años ni siquiera cuestionó. Tenía una manera eficaz de evadir el tema -Si crees que voy a dejar de preguntar con esta estrategia de mierda, estás equivocado.
-¿Mi beneplácito? ¿Cuándo has necesitado una mierda de mi para tus relaciones? Vive tu vida. Intentaré que no me de un arranque homicida- Alzó uno de sus hombros y se arrepintió inmediatamente de hacerlo. Suspiró y después gruñó, acomodándose en la cama -Necesito mis cosas. Quedaron en el hospital- Soltó así, sin más -Mándame a mis acólitos. ¿Volvieron los de tierra?- Eso había quedado rondando en su cabeza durante un largo, largo rato. De todas las cosas que estaban en el hospital lo que más quería era su arma y la calavera del acólito caido para realizar su ceremonia.
-Jah. O sea, que alguna vez ya lo hicieron. Mira por donde- Soltó un “agh” demasiado largo y sonoro con eso de “fiarse de él” como si no quisiera y le gustara que se fiasen de él. Pero en fin, no era su asunto -Pues entonces mientras más rápido nos vayamos de aquí, mejor- Advirtió antes de que la susodicha entrara, Lyosha sonrió de lado al oír la voz y soltó un “Tsk” -Tardar, tardar, has tardado un par de semanas así como el bruto de mi hermano cuando tiene un As bajo la manga. Pero en fin, procedamos, necesito dormir y hablar con mi hermandad- Intentó empezar a quitarse la venda pero en cuanto se movió un ramalazo de dolor se le disparó desde el tronco y soltó un gemido ahogado. Maldita sea, maldita sea, parecer débil sin duda era una horrorosa sensación. Sí, parecer, que ella de débil no tenia nada.
-¿Mi beneplácito? ¿Cuándo has necesitado una mierda de mi para tus relaciones? Vive tu vida. Intentaré que no me de un arranque homicida- Alzó uno de sus hombros y se arrepintió inmediatamente de hacerlo. Suspiró y después gruñó, acomodándose en la cama -Necesito mis cosas. Quedaron en el hospital- Soltó así, sin más -Mándame a mis acólitos. ¿Volvieron los de tierra?- Eso había quedado rondando en su cabeza durante un largo, largo rato. De todas las cosas que estaban en el hospital lo que más quería era su arma y la calavera del acólito caido para realizar su ceremonia.
-Jah. O sea, que alguna vez ya lo hicieron. Mira por donde- Soltó un “agh” demasiado largo y sonoro con eso de “fiarse de él” como si no quisiera y le gustara que se fiasen de él. Pero en fin, no era su asunto -Pues entonces mientras más rápido nos vayamos de aquí, mejor- Advirtió antes de que la susodicha entrara, Lyosha sonrió de lado al oír la voz y soltó un “Tsk” -Tardar, tardar, has tardado un par de semanas así como el bruto de mi hermano cuando tiene un As bajo la manga. Pero en fin, procedamos, necesito dormir y hablar con mi hermandad- Intentó empezar a quitarse la venda pero en cuanto se movió un ramalazo de dolor se le disparó desde el tronco y soltó un gemido ahogado. Maldita sea, maldita sea, parecer débil sin duda era una horrorosa sensación. Sí, parecer, que ella de débil no tenia nada.
- No tienes ni idea. - le respondí cuando me llamó soso al respecto de los castigos. Si había ironía, era dificil de apreciar. Sobre Diana, no dije nada más, porque ni quería ni me interesaba. - En realidad, nunca. - era cierto, su beneplácito no me importaba ni lo habia hecho anteriormente. Empecé a pensar que debería practicar más mi tono irónico.
- Pues luego ve a buscarlas, no pienso poner un pie en ese edificio de nuevo. - dije con tono algo más hosco, que mandase a alguien a buscarlas si no queria ir ella. - Sí, volvieron. Te los enviaré. - las habilidades de heraldo de Belialt eran muy utiles pera llegar a las mentes de todos en cualquier momento.
Presentí la llegada de Zaphira, había sido rápida. Al poco tiempo entró tras llamar a la puerta. La analicé, se la veía cansada. Hice un gesto hacia Lyosha que ahora mismo estaba intentando disimular aquel profundo dolor.
- Son sus ojos. Los ha perdido por culpa de esas máquinas. Tú podrás regenerárselos como hiciste con mi brazo, mucho más rapido de lo que lograrían en el hospital. Hazlo.
Me quedé mirando a Zaphira. Pero lo cierto era que me costaba verla desde que había invocado a ese demonio a habitar su ser. Aquella capacidad para ver a las personas por sus auras...era lo que tenía.
- Pues luego ve a buscarlas, no pienso poner un pie en ese edificio de nuevo. - dije con tono algo más hosco, que mandase a alguien a buscarlas si no queria ir ella. - Sí, volvieron. Te los enviaré. - las habilidades de heraldo de Belialt eran muy utiles pera llegar a las mentes de todos en cualquier momento.
Presentí la llegada de Zaphira, había sido rápida. Al poco tiempo entró tras llamar a la puerta. La analicé, se la veía cansada. Hice un gesto hacia Lyosha que ahora mismo estaba intentando disimular aquel profundo dolor.
- Son sus ojos. Los ha perdido por culpa de esas máquinas. Tú podrás regenerárselos como hiciste con mi brazo, mucho más rapido de lo que lograrían en el hospital. Hazlo.
Me quedé mirando a Zaphira. Pero lo cierto era que me costaba verla desde que había invocado a ese demonio a habitar su ser. Aquella capacidad para ver a las personas por sus auras...era lo que tenía.
Zaphira Eire
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Al entrar en aquella habitación me disculpé por educación, había acudido en seguida con Khaled, le debía mucho o eso pensaba yo y mi sentido del deber me hacía no vacilar ante sus órdenes. Mientras me acercaba a la cama para quedar junto al nigromante su hermaname recibió con palabras afiladas, levanté una ceja al escucharla pero no dije nada, al menos no a ella -¿qué necesitas Khaled?- no quería mirarlo porque sabía que nuestras miradas no se cruzarían, ya no lo hacían desde hacía un tiempo y lo entendía perfectamente pero eso no significaba que sintiera algo de dolor por aquello.
"fíjate, si tienes corazoncito y todo"
Maera hablaba en mi cabeza, no podía ocultarle nada pero podía elegir no caer ante sus provocaciones, cuando Khaled por fin dijo lo que quería suspiré -Entonces no me necesitas a mi- en ese momento la demonio tomó el control haciendo que mis ojos cambiaran de color, ese violeta que la caracterizaba.
(?)
-Bueno, sus deseos son órdenes... aunque no será agradable-
Sonreí, llevaba un tiempo en aquella isla, recorriendola y festejando aquí y allá junto a los humanos, era divertido, había placeres no reservados para el infierno pero a pesar de ello la oportunidad de ver sufrimiento en vivo me hizo pasar la lengua por los labios, humedeciéndolos como si estuviera a punto de darme un buen festín. Retiré las vendas sin delicadeza alguna sólo quería deshacerme de ellas rápido y evaluar el estado de los ojos de aquella mujer, cuanto peor estuvieran mejor sería para mi... decepción, eso había reflejado en mi rostro
-Pues no es tan malo como parece, pero tardaré un poco- después de todo nadie sabría que lo haría lento y doloroso ¿tal vez Belialt? no se chivaría. - empecemos por lo de fuera- me senté en el borde de la cama y pasé un dedo por las cicatrices alrededor de la zona, una por una y de forma lenta pero al hacerlo las herias desaparecían como quien borra una pizarra, aún así la sensación sería de ardor, una quemazón acompañada de pinchazos, ese era el primer plato.
En cuanto acabé con aquello me sentí orgullosa de mi obra -mucho mejor.. ahora el plato principal, mantén los párpados bien abiertos- sujeté su cabeza y miré fijamente a aquellos orbes incompletos... sentí aquel cuerpo a través de mi poder y entonces descubrí algo... dos latidos que solo podían significar una cosa. "ahora si que me voy a divertir" mientras tenía los ojos abiertos puse los pulgares en la parte superior para que no los cerrara y entonces empezó la curación.
Los ojos era complicados, muchas capas, muchos tejidos distintos y lo mejor, una terminación nerviosa que viajaba directamente al cerebro. Sus ojos se irían regenerando desde el fondo hacia afuera, rellenando, eliminando tejido cicatricial, volviendo a poner tejido sano en su lugar y el precio era el dolor, intenso y lento, para cuando acabé probablemente los diez minutos que tardé se le habrían hecho horas -Pues ya está, tardará un rato hasta que su cerebro vuelva a procesar, pero en menos de una hora volverá a ver-
"fíjate, si tienes corazoncito y todo"
Maera hablaba en mi cabeza, no podía ocultarle nada pero podía elegir no caer ante sus provocaciones, cuando Khaled por fin dijo lo que quería suspiré -Entonces no me necesitas a mi- en ese momento la demonio tomó el control haciendo que mis ojos cambiaran de color, ese violeta que la caracterizaba.
(?)
-Bueno, sus deseos son órdenes... aunque no será agradable-
Sonreí, llevaba un tiempo en aquella isla, recorriendola y festejando aquí y allá junto a los humanos, era divertido, había placeres no reservados para el infierno pero a pesar de ello la oportunidad de ver sufrimiento en vivo me hizo pasar la lengua por los labios, humedeciéndolos como si estuviera a punto de darme un buen festín. Retiré las vendas sin delicadeza alguna sólo quería deshacerme de ellas rápido y evaluar el estado de los ojos de aquella mujer, cuanto peor estuvieran mejor sería para mi... decepción, eso había reflejado en mi rostro
-Pues no es tan malo como parece, pero tardaré un poco- después de todo nadie sabría que lo haría lento y doloroso ¿tal vez Belialt? no se chivaría. - empecemos por lo de fuera- me senté en el borde de la cama y pasé un dedo por las cicatrices alrededor de la zona, una por una y de forma lenta pero al hacerlo las herias desaparecían como quien borra una pizarra, aún así la sensación sería de ardor, una quemazón acompañada de pinchazos, ese era el primer plato.
En cuanto acabé con aquello me sentí orgullosa de mi obra -mucho mejor.. ahora el plato principal, mantén los párpados bien abiertos- sujeté su cabeza y miré fijamente a aquellos orbes incompletos... sentí aquel cuerpo a través de mi poder y entonces descubrí algo... dos latidos que solo podían significar una cosa. "ahora si que me voy a divertir" mientras tenía los ojos abiertos puse los pulgares en la parte superior para que no los cerrara y entonces empezó la curación.
Los ojos era complicados, muchas capas, muchos tejidos distintos y lo mejor, una terminación nerviosa que viajaba directamente al cerebro. Sus ojos se irían regenerando desde el fondo hacia afuera, rellenando, eliminando tejido cicatricial, volviendo a poner tejido sano en su lugar y el precio era el dolor, intenso y lento, para cuando acabé probablemente los diez minutos que tardé se le habrían hecho horas -Pues ya está, tardará un rato hasta que su cerebro vuelva a procesar, pero en menos de una hora volverá a ver-
Lyosha Svensson
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-Yo tampoco. Para algo tengo acólitos, Khaled- Espetó con bastante mala hostia por su respuesta y le dio ganas de tirarle algo pero aún no tenía energía suficiente para invocar sus poderes y no morir en el intento. Le respuesta de Zaphira hizo que Lyosha soltara un “Tsk” -¿Ves Khaled, no sabes tratar a las mujeres? Si tu no oiste el rintintin, yo si. Que estoy ciega, no sorda- Espetó así sin más, porque es Lyosha y le chupa tres huevos todo.
Lyosha alzó una mano para manotear la de Zaphira cuando fue una bruta al quitarle las vendas. Sintió que le agitaba el cerebro. Sin embargo, pronto empezó a obrar su magia y la revenant apretó las muelas con fuerza. Sin embargo, era imposible no emitir sonido alguno cuando sentía que la estaban quemando por dentro y por fuera. Todo su cuerpo aullaba de dolor pero intentó mantenerse quieta.
Cuando finalizó suspiró, pero supo que aquello era sólo el comienzo. Aunque sintió que le abrió los parpados la realidad es que sólo observaba oscuridad. No había nada que pudiera diferenciar. Pero pronto empezó a sentir la renovación y regeneración de sus ojos, Lyosha movió las manos hacia las sábanas y apretó con fuerza éstas y el propio colchón mientras sin ser muy consciente gruñía como un perro preparado para pelear. El dolor era indescriptible pero, al mismo tiempo, no era la primera vez que le ocurría. Mucha historia tenía el alma de aquella mujer encerrada en aquel cuerpo desconocido.
De pronto todo acabó, y Lyosha levantó las manos para limpiarse las lágrimas que caían por su rostro y que aunque eran evidente muestra de su dolor no pensaría reconocerlo nunca. No lo dudó demasiado y cogió de las manos a Zaphira antes de que se fuera y drenó su energía como venganza por aquella obra, no obstante, soltó una cosa distinta -Gracias- Le dijo, porque por más que fuera una maldita perra de vez en cuando sabía decir palabras educadas -Ahora sería bueno descansar y que Khaled te pague por lo que has hecho. Al demonio y a la dragona- Respondió soltando finalmente sus manos con mucho mejor color en el rostro, resultaba que la criatura que tenía delante de ella tenía mucha energía y muy potente. Deliciosa.
Lyosha alzó una mano para manotear la de Zaphira cuando fue una bruta al quitarle las vendas. Sintió que le agitaba el cerebro. Sin embargo, pronto empezó a obrar su magia y la revenant apretó las muelas con fuerza. Sin embargo, era imposible no emitir sonido alguno cuando sentía que la estaban quemando por dentro y por fuera. Todo su cuerpo aullaba de dolor pero intentó mantenerse quieta.
Cuando finalizó suspiró, pero supo que aquello era sólo el comienzo. Aunque sintió que le abrió los parpados la realidad es que sólo observaba oscuridad. No había nada que pudiera diferenciar. Pero pronto empezó a sentir la renovación y regeneración de sus ojos, Lyosha movió las manos hacia las sábanas y apretó con fuerza éstas y el propio colchón mientras sin ser muy consciente gruñía como un perro preparado para pelear. El dolor era indescriptible pero, al mismo tiempo, no era la primera vez que le ocurría. Mucha historia tenía el alma de aquella mujer encerrada en aquel cuerpo desconocido.
De pronto todo acabó, y Lyosha levantó las manos para limpiarse las lágrimas que caían por su rostro y que aunque eran evidente muestra de su dolor no pensaría reconocerlo nunca. No lo dudó demasiado y cogió de las manos a Zaphira antes de que se fuera y drenó su energía como venganza por aquella obra, no obstante, soltó una cosa distinta -Gracias- Le dijo, porque por más que fuera una maldita perra de vez en cuando sabía decir palabras educadas -Ahora sería bueno descansar y que Khaled te pague por lo que has hecho. Al demonio y a la dragona- Respondió soltando finalmente sus manos con mucho mejor color en el rostro, resultaba que la criatura que tenía delante de ella tenía mucha energía y muy potente. Deliciosa.
Si no hubiese estado postrada en una cama le habria pegado un bastonazo a Lyosha por la insolencia que soltó delante de Zaphira, acerca de mis escasas habilidades en tratar bien a las mujeres, en general.
- Pues ya podías estar muda, Lyo. - le solté con los dientes ligeramente apretados. Dejé a Zaphira, bueno, Maera mejor dicho, aproximarse. Pero por un momento la sujeté por la muñeca y la miré como advirtiéndole. - Sin pasarse....demasiado. - no me habia pasado desapercibido aquel gesto. Era un diviertete, pero no mucho.
Me senté en la silla, apartado de ellas, contemplando el espectáculo en un segundo plano. Cuando terminó, y los gruñidos de Lyo cesaron, me levanté a comprobar los resultados, que eran tan buenos como cabía esperar.
- Los Corruptores nunca decepcionan.... - sacudí brevemente la cabeza. - Buen trabajo. - pero luego Lyo volvio a abrir el pico diciendo lo de la recompensa. - Lo de las cuerdas vocales lo estudiaremos para luego.
Invite a Zaphira a salir conmigo de la habitación de Lyosha, para dejarla descansar, ofreciéndole mi brazo a Zaph a modo de apoyo, quizá lo necesitara despues de lo que acababa de hacer mi hermana.
- Estoy en deuda contigo. Me temo que voy a tener que compensarte. O compensaros....¿Te apetece dar un paseo?
- Pues ya podías estar muda, Lyo. - le solté con los dientes ligeramente apretados. Dejé a Zaphira, bueno, Maera mejor dicho, aproximarse. Pero por un momento la sujeté por la muñeca y la miré como advirtiéndole. - Sin pasarse....demasiado. - no me habia pasado desapercibido aquel gesto. Era un diviertete, pero no mucho.
Me senté en la silla, apartado de ellas, contemplando el espectáculo en un segundo plano. Cuando terminó, y los gruñidos de Lyo cesaron, me levanté a comprobar los resultados, que eran tan buenos como cabía esperar.
- Los Corruptores nunca decepcionan.... - sacudí brevemente la cabeza. - Buen trabajo. - pero luego Lyo volvio a abrir el pico diciendo lo de la recompensa. - Lo de las cuerdas vocales lo estudiaremos para luego.
Invite a Zaphira a salir conmigo de la habitación de Lyosha, para dejarla descansar, ofreciéndole mi brazo a Zaph a modo de apoyo, quizá lo necesitara despues de lo que acababa de hacer mi hermana.
- Estoy en deuda contigo. Me temo que voy a tener que compensarte. O compensaros....¿Te apetece dar un paseo?
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