Recuerdo del primer mensaje :
Misterioso lugar, posiblemente algún brujo poderoso o sus aprendices pueden habitarla...
Actualmente, está en poder de los Soul Reaper. Quien quiera penetrar en la Torre encontrará una serie de dificultades, si no ha sido invitado.
El Guardián vagabundea constantemente por la Torre. Un ser oscuro, enorme y sin ojos deteniendo a los intrusos y alertando de su presencia, una bestia enorme y silenciosa como la muerte, pese a su gran tamaño.
Desapareció de su emplazamiento original (Irlanda)
ESCUDOS TORRE: 5000 puntos. En combate, cada turno, pueden regenerar los escudos, pero para eso deben perder un turno tanto de atacar, aunque no de defenderse personalmente si lo necesitan. A cambio de 10 PS de vida, pueden añadir 100 puntos a los escudos. Cada PJ. Los SOUL PNj aportan la mitad, por 10 PS 50 Puntos de escudo.
Nº de Soul Reapers: 90
Actualmente, está en poder de los Soul Reaper. Quien quiera penetrar en la Torre encontrará una serie de dificultades, si no ha sido invitado.
El Guardián vagabundea constantemente por la Torre. Un ser oscuro, enorme y sin ojos deteniendo a los intrusos y alertando de su presencia, una bestia enorme y silenciosa como la muerte, pese a su gran tamaño.
- El Guardián:
200 PS - 70 stat - 20 daño área por grito
Desapareció de su emplazamiento original (Irlanda)
ESCUDOS TORRE: 5000 puntos. En combate, cada turno, pueden regenerar los escudos, pero para eso deben perder un turno tanto de atacar, aunque no de defenderse personalmente si lo necesitan. A cambio de 10 PS de vida, pueden añadir 100 puntos a los escudos. Cada PJ. Los SOUL PNj aportan la mitad, por 10 PS 50 Puntos de escudo.
Nº de Soul Reapers: 90
- bien de +18:
- Como esperaba, aquellas palabras causaron un profundo impacto en ella. Ladeé un poco mi cabeza, aun apoyada sobre su hombro, para escrutar aunque fuera un angulo de su cara, de su expresion. Mi mirada era serena ahora, pero de absoluta concentración y devoción. También escuché (y observé) como su cuerpo reaccionó a la caricia a su pecho... pero un silencio prolongado era una respuesta mas que suficiente, y supe entonces que no estaba preparada para eso. Tampoco sabía si yo lo estaba, pero quería hacerlo. Amarla sin reservas. No a medias, no solo su cuerpo.
"da miedo, lo entiendo..."
Se separó de mi y por un momento el miedo que tuve fue no el haberla...asustado de algun modo al decirle eso, si no el haber malinterpretado todo esto, todo lo que habiamos vivido, y que para mi hubiera sido algo mas que para ella. Uno de sus juguetes magos, como había dicho su hermano en aquella ocasión.
Pero sus palabras provocaron que mi mirada se volviera a encender, aunque mi ceño se frunció y apreté la mandibula por la presión que ejerció con sus manos ahi abajo, placer o dolor...a partes iguales, con un poco más de lo ultimo...nada que no pudiera soportar. Le limpié la sangre que se había quedado en sus labios con el pulgar, de cuando habia mordido los mios, mientras le respondía.
- Da, Lyosha, u nas sdelka. Yesli ya umru, to tol'ko ot tvoyey ruki. - fue lo ultimo que le dije antes de que me apartara de ella y se arrodillase frente a mi. El contacto visual lo hacia todo más... intimo, mas atrayente. Cerré los ojos mordiendome le labio inferior para evitar que un jadeo saliera de mis labios cuando sus labios me rozaron, y despues sus senos. Observé hacia abajo, dejándome llevar por el placer que me producía aquella imagen y sus movimientos. En un momento determinado enredé una de mis manos en su cabello, pero la que marcaba el ritmo era ella en todo momento. Me estremecí de arriba abajo. Si eso era lo que me esperaba con ella... podía destruirme cuantas veces quisiera. Pero como siguiera así, iba a ....
Sujeté su barbilla con la mano y levanté un poco su cara para que me mirase, que viera lo que estaba provocando en mi. Me agaché, arrodillado frente a ella, besándola de nuevo. Recogí del suelo el abrigo que me habia quitado y, sin dejar de besarla, lo extendí como una capa a sus espaldas, y lo sujeté con las manos sobre sus hombros, antes de presionarlos levemente para que quedara recostada en el suelo sobre el grueso abrigo. Me incliné sobre ella con un beso pausado, lento... bajé por su mandibula y su cuello mientras mis manos recorrían su cintura y sus gluteos. La clavicula, la recorrí entera, besándola, mordiendole levemente antes de bajar hasta su pecho, primero con besos, luego mordiendo también sus pezones, ya que habia podido comprobar antes cuan sensibles eran. Primero uno, luego el otro. Mientras, apretaba mis caderas contra sus piernas separadas, en un anticipo, y aumentando tambien mi propio placer. Pero la tortura no habia terminado. Me entretuve un buen rato así, hasta que mis labios continuaron el recorrido por su abdomen hacia abajo. Caderas, ingles... no dejé un solo centimetro de su cuerpo sin besar. La miré desde aquella posición, antes de probar sus labios inferiores con mi lengua, pues quería ver su reacción en ese momento. Lo recorrí de arriba abajo, con la lengua muy despacio...apretando alli donde sabía que debía estimularla mas, mientras una mano apresaba su glúteo la otra subió por la cara interna del muslo hasta arriba y despacio introdujo el corazón de la mano en su interior, esperando notarla estremecerse, como ella habia hecho conmigo.
Lyosha Svensson
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- +18 Yisus:
- Casi… Casi se deja llevar por el placer que le recorrió al oír a Matvey repetir sus palabras y, además, agregar algo más. Pero tenía cierto autocontrol sobre sí misma, al menos eso quería creer porque lo cierto es que aquel cuerpo resultaba en extremo sensible a… todo. ¿O era a él en particular? Optaría por la segunda opción.
Lyosha no era una “giver”, muy por el contrario, lo suyo era quitar. Pero haría su excepción con Matvey. Es más, todo lo respectivo a él era una excepción. ¿Cuándo había comenzado eso? El maldito se había labrado el camino directo bajo su piel y Lyosha apenas se había dado cuenta hasta que ya había sido tarde. Curiosamente, no tenía ningún arrepentimiento. Menos aún al ver la cara de placer y satisfacción que sus acciones le estaban dando.
Sonrió levemente, orgullosa y soberbia, mientras el bajaba para encontrarla. Recorrió las heridas previas de su pecho hasta sus hombros retirándole finalmente la camiseta y disfrutando del contacto de su piel y la suavidad de sus movimientos. Encontró sus labios a medio camino y respondió a su beso con calma, dejando que la recostara con cada vez menos ganas de oponerse a lo que quisiera hacer. Quizás porque ya estaba ansiosa por tenerlo de una vez.
Acarició con una mano el abrigo y tuvo una rarísima sensación posesiva. Sí, quería que todo su abrigo tuviera su aroma y que cuando lo llevara de misión se acordara de ella. Tomó una larga respiración cuando abandonó su boca y cerró los ojos mordiéndose el labio. ¿Quedarse quieta un rato? No sabía si era una opción para ella… No estaba acostumbrada a dejar que alguien hiciera lo que quisiera con su cuerpo. Ni en la vida anterior, ni en esta.
“ I ya mogu lyubit' tebya, yesli ty pozvolish' mne”
Enredó ambas manos en su cabello y le dejó vagar por su piel libremente. Dejándolo amarla. Y se sentía bien, muy bien. Cuando sus labios alcanzaron sus senos Lyosha emitió un femenino gemido mientras su cuerpo respondía involuntariamente, alzando las caderas en busca de más de él. Cuando sus dientes hicieron acto de presencia, el ramalazo de placer que le recorrió casi la hace deshacerse en un orgasmo por lo que apretó las piernas contra él tratando de contenerlo -Matvey…- Soltó una risa porque… Le costaba reconocer lo caliente y lo cerca de alcanzar el clímax que estaba - Eres un maldito- Se rió un poco más pero no lo detuvo, lo dejó bajar para que le devolviera con creces lo que ella le había dado. Sí, eso era más lo que esperaba Lyosha de sus amantes. Servicio.
Lo que no esperaba es que Matvey le observara con aquella intensidad mientras la saboreaba. Maldito nigromante. Apretó las piernas de nuevo y movió la cadera tratando de mitigar parte del placer -Este…Joder, Matvey- Quería decirle que ese cuerpo era muy sensible, era algo que no esperaba. No se comportaba así en los entrenamientos ¿Tendría que ver con la raza? ¿Eran más sensibles al pecado original? Eso explicaría muchas cosas, aunque otras tantas se las concedía al arte del nigromante. Apretó los dedos en el cabello negro cuando la expectativa de su caricia en el muslo disparó la adrenalina en su cuerpo y en el instante en el que la exploró, Lyosha soltó un gemido profundo y la fuerza del clímax la obligó a cortar el contacto visual y echar la cabeza hacia atrás entregándose abiertamente a las sensaciones. No soltó el cabello de Matvey, lo usó de riendas para guiarle y extender su deleite.
Se extendió por más tiempo del que esperaba y cuando soltó el cabello del nigromante dejó escapar un jadeo mientras su cuerpo se relajaba. No podía pensar. Tenía una sobrecarga de sensaciones, sentimientos y pensamientos. Ladeó la cabeza, encontrando la textura del abrigo algo reconfortante y movió el rostro acariciándose con él antes de soltar otro suspiro. Abrió los ojos y buscó con la mirada al culpable de todo aquello, cogiéndole de la mandíbula con los ojos entrecerrados -Tú…- Se rió de nuevo porque… es que le hacía mucha gracia la facilidad con la cual le desarmaba. Evidentemente, también por el chute de endorfinas porque más tarde cuando pensara en aquello sabría que era una peligrosa debilidad.
-Idite syuda- Tiró de él para que se acercara a ella pero aprovechó el movimiento para rotarlo y que fuera él el que estuviera de espaldas en el abrigo. Se recostó sobre su cuerpo, aún sin unirlos sino disfrutando de la fricción. Allí donde él era duro, ella era suave. Acunó su rostro entre sus dedos mientras estudiaba sus facciones lentamente antes de subir sus ojos hacia los de él -Nikogda ne perestavay smotret' na menya tak- Era de los pocos que la miraba a ella, más allá del cuerpo que ahora poseía. Y le gustaba, madre mía, le ponía con una profundidad que no llegaba aún a entender pero su cuerpo sí y lo convirtió todo en deseo líquido. Se incorporó un poco para atrapar sus labios en un beso suave mientras los alineaba y unía en un movimiento firme que luego le robó un siseo y la hizo cerrar las piernas contra el cuerpo de Matvey. Claro, ella lo tenía mentalmente más reciente pero el cuerpo de Diana… Hacía siglos y siglos que no pecaba de aquella manera.
Se alejó un poco succionando levemente el labio de Matvey antes de dejarlo libre. Fue incorporándose lentamente hasta estar sentada, dándose un poco de tiempo para adaptarse. Deslizó la mirada por el pecho del nigromante, fijándose de nuevo en la cicatriz y encontrando más preguntas que respuestas a sus sospechas pero no era el momento de aquella conversación, verdad? -Tócame- Dijo encontrando sus manos y llevándolas hacia sus senos, apartándose el cabello de un movimiento de cabeza para dejarle vía libre. Cerró los ojos ante la delicia del contacto que la impulsó a moverse a un ritmo suave y lento hasta que pudieran encontrar uno que equilibrara la carga emocional y el deseo físico de aquel momento.
- quema, abrir con cuidado:
- No pensaba darle tregua ahora, aunque sus palabras parecían pedirlo...el modo en el que dijo mi nombre me excitó mas aun, me pedía mas. La noté estremecerse de placer cuando introduje en ella un par de dedos al tiempo que mi lengua y mis labios presionaban y estimulaban la zona adecuada. Su profundo gemido y el modo en el que se apretó alrededor de mi mano fue...extasiante. Tuve que gruñir yo para contener mi propio placer, para no terminar por devorarla entera. Pero cerré los ojos, me dejé guiar por sus manos enredadas en mi pelo...y prolongué su climax lo suficiente, saboreando cada espasmo de su cuerpo y curvando el indice y el corazon en su interior, hasta que....se relajó. Salí de ella y acaricié sus muslos con ambas manos, besando ahora hacia arriba y apoyando la mejilla sobre su pubis mientras alzaba la mirada hacia ella... que parecía buscar venganza.
Subí hacia ella por su tirón, pero me empujó con habilidad dejandome debajo de ella. Subí mis manos por sus antebrazos, el roce de su piel con la mia, sus caderas, expuestas y abiertas sobre mi... pude notar su humedad contra mi virilidad directamente, y apreté sus muñecas ardiendo en deseos por abrirme paso a su interior. Solo su mirada y aquel gesto...inesperado, tierno a su modo...lograron desarmarme aun más que el modo en el que me cabalgaba. Se tomó su tiempo en recorrer mis facciones antes de pedirme aquello, y le devolví la mirada, directa a los ojos, como solía hacerlo. Pero entrecerré un poco los ojos al...al ver su cara... superponerse con la de una mujer castaña...de facciones más afiladas...
"qué...."
Empecé a sentir calor, mucho calor. Cerré los ojos para eliminar la visión borrosa, correspondiendo a su beso, hasta que ella se colocó del modo adecuado para permitir que entrara en ella finalmente. Cada centímetro recorrido me robó el aire de los pulmones y emití un jadeo de placer, echando la cabeza hacia atras mientras ella se separaba de mi labio con ese casi mordisco. Tragué saliva, intentando retener el climax, pero es que era... eran las emociones, era ella, su cuerpo.... cada contacto era como una maldita bendición con sabor a condena.
Abrí de nuevo los ojos cuando estuve preparado, y al enfocarla me calmó que hubiera desaparecido aquella visión doble. Que había sido eso?
Dejé que llevara mis manos hacia sus senos, recorriendo sus costados y aquella enorme cicatriz que tenia en uno de ellos...esa...esa no era de Diana, era reciente. Verla me provocó ira, no sabía muy bien por qué, y hasta fugazmente se me cruzó el pensamiento de abrir de nuevo esa cicatriz. Tomé sus senos, alzandolos para juntarlos, apretándolos y masajeandolos... y elevé mis caderas para aumentar la fricción con sus zonas mas erógenas y aumentar su placer. Despacio, muy despacio al principio... mirándola a los ojos en todo momento, queriendo meterme en su interior de todos los modos posibles, no solo físicamente.
La tensión empezó a acumularse, deseaba ir mas rapido, y eso hice. No solo empujé mas mis caderas contra ella, aumentando el ritmo y la fuerza...si no que apreté sus pechos con mas de intensidad, sabiendo que sus pezones eran especialmente sensibles los presioné suavemente, para despues bajar una de mis manos por su vientre dejandole marcas rojas en su piel, para agarrarla de un lado de la cadera y ayudarnos a intensificar el ritmo.
- Ly...lyosha.... - jadeé su nombre, muy próximo al climax... uno que esta vez quería compartir con ella.
Lyosha Svensson
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- +18:
- Desde arriba podía ver su gloriosa figura y la forma en la que su placer lo exponía para ella. Era…delicioso. Aprendió bien cuáles movimientos le gustaban más a él y cuáles a ella. Sin duda, el tiempo que habían tratado de contener aquel deseo les estaba pasando factura y amenazaba con tirarlos por la borda en cualquier momento.
No ayudaba que Matvey hubiese aprendido tan rápido lo bien que se sentían sus dedos sobre la piel sensible de sus senos. Mucho menos que le mirara así… Tenía que contenerse, con cada respiración, con cada movimiento porque sus ojos la devoraban y la hacían suya de formas que no era capaz de comprender.
-Da…- Gimió cuando marcó su piel y aumentó el ritmo. Ella también quería más, pero más de él. Lo tomó de la nuca y lo guió para que se sentara, cambiando el ángulo para que más de su piel y su cuerpo estuviese en contacto con ella. Sus pulgares levantaron su mentón para exponer sus labios hacia ella -dal'she…- Le susurró antes de atrapar sus labios en un beso tan profundo y salvaje como el clímax que no tardó en alcanzarlos. Esta vez la revenant sintió que el placer la recorrió con tanta fortaleza como un rayo, y la destruyó de camino. Sus pensamientos se dispersaron y sus sentidos quedaron tan aturdidos como quien presencia la explosión de una bomba.
Se apartó brevemente sus labios de él para soltar un jadeo mientras su cadera se movía sosegadamente alargando el placer de ambos. Levantó un poco la cara con la idea de soltar algo inteligente pero le era imposible pensar, echó la cabeza hacia atrás echando otro suspiro de relajación. Aquella experiencia… No tenía palabras para describirla pero…podría repetirla de nuevo.
“Pero tiene que irse”
Fue lo primero que le vino a la mente así que bajó la cabeza para mirarlo…Necesitaba encontrar palabras pero es que sentía que, en el fondo, lo habían dicho todo entre sus escasos diálogos y todo lo que sus cuerpos se habían confesado. Le apartó un poco el cabello del hombro -Considerate secuestrado- Le dijo en un tono que no era bromista pero su rostro decía otra cosa. Sabía perfectamente con quien había hecho un trato y las responsabilidades en torno a su posición -Por el día-
- +18 leve :
- La sensación de locura habia empezado a volverse insostenible largos minutos atrás, pero es que ahora era como si estuvieran tensando el cuerpo y la mente, enteros. Había algo en ese cuerpo de Lyosha...quizá su parte celestial....era como tocar una parte del cielo con la yema de los dedos. No es que eso fuese particularmente bueno, en realidad... perturbaba y despertaba demasiado a una presencia no deseada. Pero a mi me tenía tan extasiado que lo intenté ignorar, apartar. Quería más de ella.
Terminamos unidos también por ese salvaje beso iniciado por ella, el cual en parte ahogó el gruñido de placer que emití. La abracé con fuerza estremeciendome por sus ultimos y pausados movimientos de cadera sobre mi, respirando de modo entrecortado y apoyando la cabeza sobre su hombro brevemente, antes de que ella la echase hacia atrás.
Quedé abrazado a ella, que seguía sentada sobre mi, escuchando su comentario mientras me apartaba algo de pelo de mi hombro....y...cerré los ojos, queriendo dejarme llevar por una calma que no había experimentado nunca, recordando lo que los ojos me habían mostrado por aquel breve instante. Un rostro diferente...uno que ...
"que podrías devolver al infierno, a donde pertenece. No! Que DEBEMOS devolver al infierno!!! "
Mi cuerpo se tensó automáticamente. Llevaba meses sin escucharle verbalizar, no le dejaba, lo tenía "controlado", amordazado a base de sellos y raudales de magia. Aferré la espalda de Lyosha con demasiada fuerza, hundiendo mis dedos entre sus costillas y abriendo los ojos al golpe. Gruñí levemente, pero esta vez no fue de placer, si no de esfuerzo. Por qué ahora? La separé de mi con brusquedad, mirandola a los ojos...los mios, por su parte, presentaban indicios de ir a volverse completamente negros.
Iba lento, porque mi cuerpo se resistía a ello, pero mis manos fueron ascendiendo hasta su cuello tras aquella primera declaración de intenciones. Usé mi magia para volver a subyugar al demonio, recitando en la mente las palabras que lo harían ceder a mi control pero lo cierto era que...andaba muy escaso de poder arcano después de todo el asunto con Charles y posterior excursión por el velo de la muerte.
__
pérdida de control del 1 al 10 (siendo 10 mazo)
3 - leve/moderado
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El miembro 'Matvey Rasputín' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Lyosha Svensson
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Después de aquel breve momento de relajación, a Lyosha no le pasó desapercibido cómo se estremeció y tensó Matvey. Desvió la mirada para observarlo en el instante en el que los dedos se le clavaban en la piel al punto de…molestarle. Estaba acostumbrada a recibir golpes de los entrenamientos pero después de haber bajado sus defensas y estar en ese instante de “paz” no se esperaba una actitud así.
El gruñido añadió más a su perspicaz y evaluadora mirada justo cuando la apartó bruscamente. Lyosha emitió un gruñido de molestia al verlo a los ojos, sopesando el cambio en ellos y convocando todo el metal que había a su alrededor para crear unas nuevas esposas, unas que envolvieran sus manos de lleno y también que cubrieran tanto su báculo como sus pertenencias.
-Hola, hijo de perra- Su gesto irritado poco a poco fue mutando a uno mucho más alegre y complacido, fue inclinando la cabeza para acortar la distancia entre Matvey y ella hasta llegar a su oído -Buenas noches- Dijo antes de que Matvey recibiera un golpe en la cabeza que lo dejó noqueado. El peso del nigromante cayó contra su cuerpo y Lyosha borró la sonrisa con un gesto molesto mientras en el techo terminaba de formarse la jaula demoníaca.
Lo recostó con cuidado en el suelo y permitió que el metal engullera sus manos en pesadas esposas que quedaron atadas al suelo para evitar movimientos. Caminó alrededor de él sin quitarle la vista de encima, rodeándolo mientras se saboreaba los labios recordando momentos previos. Las sensaciones seguían más que presentes. Y no se arrepentía de nada. Se sentía…plena. Aunque bien sabía que las cosas entre ellos siempre serían complicadas…pero no podían…esperar un poco? ¿Dejarle que le abrazara sólo un cachito más?
Sacudió la cabeza para sacarse esos pensamientos y fue a cambiarse, procediendo luego a ponerle sólo los pantalones para que si alguien entraba -si es que se atrevían- no lo vieran como el día de su nacimiento. Finalmente, se sentó en una silla para vigilar su sueño por si lo metía en una nueva pesadilla.
El gruñido añadió más a su perspicaz y evaluadora mirada justo cuando la apartó bruscamente. Lyosha emitió un gruñido de molestia al verlo a los ojos, sopesando el cambio en ellos y convocando todo el metal que había a su alrededor para crear unas nuevas esposas, unas que envolvieran sus manos de lleno y también que cubrieran tanto su báculo como sus pertenencias.
-Hola, hijo de perra- Su gesto irritado poco a poco fue mutando a uno mucho más alegre y complacido, fue inclinando la cabeza para acortar la distancia entre Matvey y ella hasta llegar a su oído -Buenas noches- Dijo antes de que Matvey recibiera un golpe en la cabeza que lo dejó noqueado. El peso del nigromante cayó contra su cuerpo y Lyosha borró la sonrisa con un gesto molesto mientras en el techo terminaba de formarse la jaula demoníaca.
Lo recostó con cuidado en el suelo y permitió que el metal engullera sus manos en pesadas esposas que quedaron atadas al suelo para evitar movimientos. Caminó alrededor de él sin quitarle la vista de encima, rodeándolo mientras se saboreaba los labios recordando momentos previos. Las sensaciones seguían más que presentes. Y no se arrepentía de nada. Se sentía…plena. Aunque bien sabía que las cosas entre ellos siempre serían complicadas…pero no podían…esperar un poco? ¿Dejarle que le abrazara sólo un cachito más?
Sacudió la cabeza para sacarse esos pensamientos y fue a cambiarse, procediendo luego a ponerle sólo los pantalones para que si alguien entraba -si es que se atrevían- no lo vieran como el día de su nacimiento. Finalmente, se sentó en una silla para vigilar su sueño por si lo metía en una nueva pesadilla.
Qué poco duró la paz, ni tan si quiera en sueños. Someter a un demonio en el subconsciente no era más sencillo que hacerlo en el mundo exterior, en la realidad como podría llamarse...pero quedaba suficiente de mi como para hacerlo con creces. Quizá las marcas que me ayudaban a ello se habían visto debilitadas con las sucesivas curaciones, al fin y al cabo, no eran más que cicatrices.
Cuando recobré la consciencia lo primero que me golpeó fue un punzante dolor en un lado de la cabeza, y lo segundo el hecho de no poder mover mis manos o brazos, que estaban esposados contra el suelo. Abrí los ojos zarandeando un poco las manos para tratar de tirar de ellas y romperlas, con un gruñido quedo de contrariedad. Sin embargo, al enfocar la jaula en el techo, cejé en mis movimientos. Y sonreí de lado relajándome un tanto, al saber que Lyosha había actuado rápida como siempre.
- Buenos días. - respondí a lo que no había podido responder antes. De algun modo, ese...descanso obligado, me había venido incluso bien para recargarme. Aunque seguía oyendo a Valqar en el fondo de mi cabeza.- Estás bien? - no la veía, pero sentía que estaba cerca, asi que ladeé la cabeza buscándola con la mirada. Sentía que le debía una disculpa pero el dolor de cabeza me indicaba cómo había lidiado con el asunto asi que...podíamos dejarlo en empate?
Cuando recobré la consciencia lo primero que me golpeó fue un punzante dolor en un lado de la cabeza, y lo segundo el hecho de no poder mover mis manos o brazos, que estaban esposados contra el suelo. Abrí los ojos zarandeando un poco las manos para tratar de tirar de ellas y romperlas, con un gruñido quedo de contrariedad. Sin embargo, al enfocar la jaula en el techo, cejé en mis movimientos. Y sonreí de lado relajándome un tanto, al saber que Lyosha había actuado rápida como siempre.
- Buenos días. - respondí a lo que no había podido responder antes. De algun modo, ese...descanso obligado, me había venido incluso bien para recargarme. Aunque seguía oyendo a Valqar en el fondo de mi cabeza.- Estás bien? - no la veía, pero sentía que estaba cerca, asi que ladeé la cabeza buscándola con la mirada. Sentía que le debía una disculpa pero el dolor de cabeza me indicaba cómo había lidiado con el asunto asi que...podíamos dejarlo en empate?
Lyosha Svensson
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Al final había caído dormida en la silla tras varias horas en vigilia, pero dentro de todo la noche fue “tranquila”. Al despertarse observó que Matvey seguía en el quinto sueño y verificó las runas y la prisión. Estando segura de que su ausencia sería momentánea fue a buscar algo para comer, para la cabeza de Matvey. También se dio una ducha rápida.
Volvió pero el nigromante seguía dormido así que estiró un poco y entrenó, disfrutando de aquellos músculos levemente adoloridos por hacer otro tipo de ejercicios que el normal. La voz de Matvey inundó la estancia y Lyosha fue a por las pastillas que le habían dado los de la hermandad de sanación y caminó hasta entrar en el campo visual de Matvey, recorriendolo con la mirada un instante antes de centrarse en sus ojos.
Silenciosamente pasó un pie por encima de él y se sentó en su pecho con poca suavidad, poco después se inclinó y lo besó dejando caer la pastilla que había metido previamente en su boca. Se incorporó y apoyó las manos en su pecho -Traga- Ordenó golpeando sus labios con el índice un par de veces -Estoy bien… Un poco irritada porque parte de mi secuestro se ha visto frustrado. Pero soy una mujer adulta, puedo vivir con eso- Terminó diciendo mientras una sonrisa felina se dibujaba en sus labios.
Volvió pero el nigromante seguía dormido así que estiró un poco y entrenó, disfrutando de aquellos músculos levemente adoloridos por hacer otro tipo de ejercicios que el normal. La voz de Matvey inundó la estancia y Lyosha fue a por las pastillas que le habían dado los de la hermandad de sanación y caminó hasta entrar en el campo visual de Matvey, recorriendolo con la mirada un instante antes de centrarse en sus ojos.
Silenciosamente pasó un pie por encima de él y se sentó en su pecho con poca suavidad, poco después se inclinó y lo besó dejando caer la pastilla que había metido previamente en su boca. Se incorporó y apoyó las manos en su pecho -Traga- Ordenó golpeando sus labios con el índice un par de veces -Estoy bien… Un poco irritada porque parte de mi secuestro se ha visto frustrado. Pero soy una mujer adulta, puedo vivir con eso- Terminó diciendo mientras una sonrisa felina se dibujaba en sus labios.
Cuando se sentó sobre el pecho con tan poco tacto se me escapó el aire en un resoplido, la miré algo indignado hasta que se metió totalmente en mi campo de visión para besarme.
"ah...una aspirina...?"
Tragué la medicina, mirándola a los ojos un tanto desafiante.
- Frustrado? Sigo atado. - a decir verdad, yo también estaba contrariado. Habían otras cosas que quería decirle tras aquello que habíamos compartido, otras cosas que me habría gustado hacer. Pero parecía que ahora ya no era el momento....y sin embargo por culpa de eso ahora habia algo que me reconcomía. Si seguía aqui debia ser que...
- No te arrepientes, verdad...?
"ah...una aspirina...?"
Tragué la medicina, mirándola a los ojos un tanto desafiante.
- Frustrado? Sigo atado. - a decir verdad, yo también estaba contrariado. Habían otras cosas que quería decirle tras aquello que habíamos compartido, otras cosas que me habría gustado hacer. Pero parecía que ahora ya no era el momento....y sin embargo por culpa de eso ahora habia algo que me reconcomía. Si seguía aqui debia ser que...
- No te arrepientes, verdad...?
Lyosha Svensson
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Sonrió de lado cuando mencionó que seguía atado con aquel brillo en sus ojos, la mirada de la revenant de dirigió a las esposas y luego a su rostro con lentitud. Verificando… que todo estuviera en orden. La runa seguía por encima de sus cabezas, si, pero dentro de la "jaula" aún podía hacerle daño y de todos los demonios que Matvey podía elegir… había escogido uno particularmente empeñado en devolverla a su sitio.
-Si esperas que me disculpe… puedes seguir haciéndolo - Mencionó aunque poco después el metal que envolvía sus manos se retiró formando una bola a cada lado. Siempre era bueno tener algo a mano por si acaso todo se torcía.
La pregunta, sin embargo, le tomó desprevenida y la sorpresa se reflejó efímeramente en su rostro antes de volver a un gesto sereno. No, no se arrepentía. Lyosha no solía tomar decisiones a la ligera y lo que había hecho ayer había sido… lanzarse de nuevo por la torre sin seguridad de cómo iba a aterrizar. En el fondo… había tenido la misma confianza en que Matvey le correspondería, que la aquel día tuvo en que Belialt no la dejaría estrellarse contra el suelo.
-No tengo por costumbre arrepentirme de lo que hago. Tampoco cometer errores- Sentada desde donde estaba le miró con algo de suspicacia porque… ¿De dónde venía la pregunta? ¿Acaso él sí se arrepentía? La inseguridad le duró un parpadeo, le daba igual si se arrepentía. Sabría cómo recomponerse- Sólo hay una cosa de la que me arrepiento y, de todas las personas que hoy caminan en la tierra, eres la única que lo conoce-
El metal de sus pies también se retiró y cuando estuvo libre, Lyosha se incorporó con elegancia y le tendió la mano para ayudarle a incorporarse. Tenía curiosidad de preguntarle si el que se arrepentía era él y estaba reflejándolo en ella pero decidió no hacer la pregunta por si la respuesta no le gustaba. -Tu brazalete sonó-
-Si esperas que me disculpe… puedes seguir haciéndolo - Mencionó aunque poco después el metal que envolvía sus manos se retiró formando una bola a cada lado. Siempre era bueno tener algo a mano por si acaso todo se torcía.
La pregunta, sin embargo, le tomó desprevenida y la sorpresa se reflejó efímeramente en su rostro antes de volver a un gesto sereno. No, no se arrepentía. Lyosha no solía tomar decisiones a la ligera y lo que había hecho ayer había sido… lanzarse de nuevo por la torre sin seguridad de cómo iba a aterrizar. En el fondo… había tenido la misma confianza en que Matvey le correspondería, que la aquel día tuvo en que Belialt no la dejaría estrellarse contra el suelo.
-No tengo por costumbre arrepentirme de lo que hago. Tampoco cometer errores- Sentada desde donde estaba le miró con algo de suspicacia porque… ¿De dónde venía la pregunta? ¿Acaso él sí se arrepentía? La inseguridad le duró un parpadeo, le daba igual si se arrepentía. Sabría cómo recomponerse- Sólo hay una cosa de la que me arrepiento y, de todas las personas que hoy caminan en la tierra, eres la única que lo conoce-
El metal de sus pies también se retiró y cuando estuvo libre, Lyosha se incorporó con elegancia y le tendió la mano para ayudarle a incorporarse. Tenía curiosidad de preguntarle si el que se arrepentía era él y estaba reflejándolo en ella pero decidió no hacer la pregunta por si la respuesta no le gustaba. -Tu brazalete sonó-
- No es que me disguste, dado el contexto... - hasta podia encontrarle su punto a esa exhibición de control por su parte, hábil y fuerte a la vez. No obstante noté alivio cuando retiró el metal de mis manos y pude devolver los brazos a una posición normal, apoyando las manos para incorporarme un poco y quedar frente a ella, aunque siguiera sentada sobre mi.
"Sorpresa?"
Había visto un atisbo de sorpresa. De que se sorprendía? Había intentado matarla practicamente despues de acostarnos y... no, ella tenía las cosas claras. Claro que no iba a asustarse por eso. Dijo aquello con tanta seguridad que sentí ganas de besarla de nuevo pero...demasiado tarde. Se levantó y me tendió la mano, la cual acepté. Paseé la vista por la estancia para ubicar mis cosas, entre ellas el brazalete mencionado. Me sobró una breve mirada para ver aquella pregunta dibujada en sus ojos y recordé vividamente aquel espejismo que había tenido anteriormente. Atraje el brazalete con magia para traerlo a mi mano y leerlo. Respondí con expresión grave porque...era cierto, no lo sabía. Cabía la posibildiad.
La miré nuevamente y levanté un poco las cejas porque sabía que no me lo iba a preguntar pero...quería responderle.
- Llévame a donde tienes guardado el cofre que te pedí que me guardases.
- le dije mientras me colocaba el brazalete en el antebrazo y recogía del suelo el resto de mis cosas, para ir vistiéndome.
"Sorpresa?"
Había visto un atisbo de sorpresa. De que se sorprendía? Había intentado matarla practicamente despues de acostarnos y... no, ella tenía las cosas claras. Claro que no iba a asustarse por eso. Dijo aquello con tanta seguridad que sentí ganas de besarla de nuevo pero...demasiado tarde. Se levantó y me tendió la mano, la cual acepté. Paseé la vista por la estancia para ubicar mis cosas, entre ellas el brazalete mencionado. Me sobró una breve mirada para ver aquella pregunta dibujada en sus ojos y recordé vividamente aquel espejismo que había tenido anteriormente. Atraje el brazalete con magia para traerlo a mi mano y leerlo. Respondí con expresión grave porque...era cierto, no lo sabía. Cabía la posibildiad.
La miré nuevamente y levanté un poco las cejas porque sabía que no me lo iba a preguntar pero...quería responderle.
- Llévame a donde tienes guardado el cofre que te pedí que me guardases.
- le dije mientras me colocaba el brazalete en el antebrazo y recogía del suelo el resto de mis cosas, para ir vistiéndome.
Lyosha Svensson
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Lyosha ladeó la cabeza lenta y pausadamente al oír aquella respuesta de Matvey. Luego su mirada recorrió su rostro, bajó a su cuello y a los hombros y de allí a las manos que antes habían estado presas de sus esposas de metal. Si, era un gesto felino de curiosidad. Devolvió la mirada a sus ojos y entonces sonrió perversamente -La próxima vez me aseguraré de que sea en el contexto correcto- Afirmó poco antes de incorporarse.
Se quedó en su sitio cuando Matvey se sentó porque lo de establecer límites en su espacio personal ya no era algo que pudiera hacer con el nigromante, era una barrera cruzada. Estaba en el pasado. Y…se sentía bien tener a alguien al que no debía recordarle su sitio constantemente.
Observó el cambio en su rostro cuando tomó el brazalete sabiendo que eran temas del Consejo -¿Tienes un plan?- Preguntó porque sabía que irse… se iría. Pero era un poco… impulsivo cuando le daba la gana y era un aspecto que ahora no le apetecía permitirle.
La siguiente… impertinente petición. Con aquel tono a orden hizo que Lyosha se cruzará de brazos inmediatamente y lo mirará con la ceja arqueada -¿Y si no me da la gana? Ahora es mío- Ese cofre era importante y había caído en su posesión. Desde un punto de vista absolutamente pragmático era una ventaja que tenía sobre Matvey. Desde un punto de vista más personal, que era donde las cosas estaban ahora, era un vago intento de proteger lo que sea que estaba ahí de las garras del demonio. El cofre estaba en su habitación, bajo su cama, en una bóveda acorazada que ella misma había construido y que solo alguien con ganas de morir y control de metal podría acceder. Y de momento se iba a quedar ahí…-Come- Dijo señalando el desayuno con un movimiento de barbilla -Cuando tengas suficiente energía me lo vuelves a PEDIR-
Se quedó en su sitio cuando Matvey se sentó porque lo de establecer límites en su espacio personal ya no era algo que pudiera hacer con el nigromante, era una barrera cruzada. Estaba en el pasado. Y…se sentía bien tener a alguien al que no debía recordarle su sitio constantemente.
Observó el cambio en su rostro cuando tomó el brazalete sabiendo que eran temas del Consejo -¿Tienes un plan?- Preguntó porque sabía que irse… se iría. Pero era un poco… impulsivo cuando le daba la gana y era un aspecto que ahora no le apetecía permitirle.
La siguiente… impertinente petición. Con aquel tono a orden hizo que Lyosha se cruzará de brazos inmediatamente y lo mirará con la ceja arqueada -¿Y si no me da la gana? Ahora es mío- Ese cofre era importante y había caído en su posesión. Desde un punto de vista absolutamente pragmático era una ventaja que tenía sobre Matvey. Desde un punto de vista más personal, que era donde las cosas estaban ahora, era un vago intento de proteger lo que sea que estaba ahí de las garras del demonio. El cofre estaba en su habitación, bajo su cama, en una bóveda acorazada que ella misma había construido y que solo alguien con ganas de morir y control de metal podría acceder. Y de momento se iba a quedar ahí…-Come- Dijo señalando el desayuno con un movimiento de barbilla -Cuando tengas suficiente energía me lo vuelves a PEDIR-
Lyosha reaccionó con una negativa rapida cuando le pedí que me llevase a donde quiera que lo hubiese guardado, alegando que ahora era suyo.
- Eso ya lo sé. - dije mientras me ceñía le cinturón con fuerza y dejaba las cosas en su sitio. - Sólo quería responderte a tu pregunta. - sí, esa que no había hecho ella...pero yo sí. Me di un toque en la sien mientras me sentaba en una silla, antes de empezar a atarme las botas. - Él sabe lo que es...pero ahora ninguno de los dos sabemos donde está. Quizá sea mejor asi. - comenté pareciendo que estaba valorando que no me lo terminase de revelar nunca pues en realidad, resultaría incluso más práctico, aunque...me generaba algo de...estrés pensar que no sabía donde se encontraba. Pero tocaría vivir con ello.
- Mi plan es aguardar a que concluyan las pruebas de los Fundadores de Ouroboros...y ver si logramos su apoyo para derrotar a Charles dentro de esa aberración que ha creado su Sanguis Ligno. Segun acabo de leer ya ha comenzado para algunos. Si ves una luz aparecer de la nada y pierdo el conocimiento, forma parte del plan. -la puse rapido al dia con eso, gracias a la información de Cath que había leido. Wthyr también... más le valía no cagarla.
- No pido las cosas dos veces. - le dije levantándome cuando habia tarminado de colocarme el calzado, levantandome para ir hacia ella mientras cogía unas cuantas uvas del plato del desayuno para echarmelas a la boca mientras me ponía frente a frente, escrutando sus rasgos una vez mas. En lo de comer le hice caso. Me facía falta. Me encontraba mucho mejor que hacía...tiempo, mucho tiempo. Puse mi mano sobre su pecho, notando el latido de uno de sus corazones. O era de los dos a la vez? No era capaz de distinguirlo , pero latían fuerte. Subi la mano por su cuello hasta su mejilla siguiendo con la mirada el recorrido hasta llevarla a sus ojos de nuevo.
- Eran verdes, verdad? -
- Eso ya lo sé. - dije mientras me ceñía le cinturón con fuerza y dejaba las cosas en su sitio. - Sólo quería responderte a tu pregunta. - sí, esa que no había hecho ella...pero yo sí. Me di un toque en la sien mientras me sentaba en una silla, antes de empezar a atarme las botas. - Él sabe lo que es...pero ahora ninguno de los dos sabemos donde está. Quizá sea mejor asi. - comenté pareciendo que estaba valorando que no me lo terminase de revelar nunca pues en realidad, resultaría incluso más práctico, aunque...me generaba algo de...estrés pensar que no sabía donde se encontraba. Pero tocaría vivir con ello.
- Mi plan es aguardar a que concluyan las pruebas de los Fundadores de Ouroboros...y ver si logramos su apoyo para derrotar a Charles dentro de esa aberración que ha creado su Sanguis Ligno. Segun acabo de leer ya ha comenzado para algunos. Si ves una luz aparecer de la nada y pierdo el conocimiento, forma parte del plan. -la puse rapido al dia con eso, gracias a la información de Cath que había leido. Wthyr también... más le valía no cagarla.
- No pido las cosas dos veces. - le dije levantándome cuando habia tarminado de colocarme el calzado, levantandome para ir hacia ella mientras cogía unas cuantas uvas del plato del desayuno para echarmelas a la boca mientras me ponía frente a frente, escrutando sus rasgos una vez mas. En lo de comer le hice caso. Me facía falta. Me encontraba mucho mejor que hacía...tiempo, mucho tiempo. Puse mi mano sobre su pecho, notando el latido de uno de sus corazones. O era de los dos a la vez? No era capaz de distinguirlo , pero latían fuerte. Subi la mano por su cuello hasta su mejilla siguiendo con la mirada el recorrido hasta llevarla a sus ojos de nuevo.
- Eran verdes, verdad? -
Lyosha Svensson
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Mantuvo el silencio cuando le soltó que ya lo sabía y…que quería responder a su pregunta. Entrecerró los ojos con una leve irritación. ¿Había sido tan fácil de leer? ¿O era que él ya sabía leerla? Dos cosas distintas. Una le despertaba molestia y la otra… Algo raro. -Lo veo mejor así, sí- Dijo observando las botas y luego relajó un poco el rostro al percatarse de que el hecho de que el demonio supiera lo que era explicaba porqué había oído ruidos en el sótano aquel fatídico día en el que casi no cuenta la historia.
-¿Pruebas? ¿Qué pruebas?- Inquirió. Eso era nuevo. Le permitió que se explicara asintiendo suavemente a aquello de la luz -¿Ver si lográis su apoyo? Qué pretenciosos. ¿Acaso no les interesan los actuales habitantes de vuestra isla? ¿La isla en sí? ¿Quiénes creen que son? - Se indignó profundamente porque le parecía una tontería tener que probarle nada a un muerto -¿Prefieren hacer pruebas a sus descendientes que enfocarse en resolver el problema? ¿Sólo por mantener el prestigio?- La ira se fue caldeando por momentos. Eran magos, de la antigua escuela, de esa que había matado a sus padres. Lyosha no supo bien cómo apaciguar su molestia e indignación - Prefieren condenar al mundo por mantener una imagen estúpida que no se adapta a la realidad actual. Sus almas han sido arrancadas del mundo y no tienen espacio en él. Su tiempo para juzgar ha acabado… ¡Es una puta estupidez, Mat…-
Como si nada, como si creyera que con ese gesto podía calmarla -Matvey- Le advirtió de que tuviera cuidadito con lo que sea que planeaba hacer porque le apetecía ver sangre correr. Sin embargo, el lento paso de sus dedos por su piel hizo otras cosas “raras” y variadas despertando reacciones tan ajenas como las mariposas en el estómago. Le miró en silencio, notando la forma en la que escrutaba sus facciones. La pregunta le pilló fuera de sitio pero tardó poco en caer en cuenta de lo que le preguntaba. ¿Cómo lo supo? -Sí- Susurró y apartó la mirada contrariada por las emociones que le sobrepasaban. Tardó un momento en volver la vista hacia él -¿Me robaste alguna foto?-
-¿Pruebas? ¿Qué pruebas?- Inquirió. Eso era nuevo. Le permitió que se explicara asintiendo suavemente a aquello de la luz -¿Ver si lográis su apoyo? Qué pretenciosos. ¿Acaso no les interesan los actuales habitantes de vuestra isla? ¿La isla en sí? ¿Quiénes creen que son? - Se indignó profundamente porque le parecía una tontería tener que probarle nada a un muerto -¿Prefieren hacer pruebas a sus descendientes que enfocarse en resolver el problema? ¿Sólo por mantener el prestigio?- La ira se fue caldeando por momentos. Eran magos, de la antigua escuela, de esa que había matado a sus padres. Lyosha no supo bien cómo apaciguar su molestia e indignación - Prefieren condenar al mundo por mantener una imagen estúpida que no se adapta a la realidad actual. Sus almas han sido arrancadas del mundo y no tienen espacio en él. Su tiempo para juzgar ha acabado… ¡Es una puta estupidez, Mat…-
Lyosha tomó una larga inspiración, preparando una perorata de palabras para ponerlo en su sitio. Empezando porque no había sido una petición pues había tenido un tono imperativo. En segundo lugar, ella no tomaba órdenes de nadie y si se creía que por meterse en sus pantalones y en su corazón tenía alguna especie de ventaja estaba muy equivocado. También iba a decirle que si quería pedirle algo podía ponerse de rodillas…Y muchas cosas más. Vamos, que estaba preparada para dar guerra pero entonces…la tocó.No pido las cosas dos veces. -
Como si nada, como si creyera que con ese gesto podía calmarla -Matvey- Le advirtió de que tuviera cuidadito con lo que sea que planeaba hacer porque le apetecía ver sangre correr. Sin embargo, el lento paso de sus dedos por su piel hizo otras cosas “raras” y variadas despertando reacciones tan ajenas como las mariposas en el estómago. Le miró en silencio, notando la forma en la que escrutaba sus facciones. La pregunta le pilló fuera de sitio pero tardó poco en caer en cuenta de lo que le preguntaba. ¿Cómo lo supo? -Sí- Susurró y apartó la mirada contrariada por las emociones que le sobrepasaban. Tardó un momento en volver la vista hacia él -¿Me robaste alguna foto?-
Lyosha había entrado en modo temperamental con aquello de los Fundadores, no parecía entenderlo desde su punto de vista de Soul Reaper. Habria podido intentar explicárselo pero se habia callado de pronto, dejado mi nombre a medias.
"Mat?"
Me gustaba como sonaba el nombre acortado en sus labios, aunque hubiese sido una interrupción no premeditada por su parte. Aunque lo dijera de mala hostia.
Y sonrei, pero solo con los ojos, muy levemente con los labios. Aunque luego soltó mi nombre entero como advertencia, noté una especie de tirón en la garganta. Porque sabia que ella no era nigromante, y que yo mismo no era un demonio, porque de lo contrario habría jurado que ella tenía algún tipo de poder sobre ese nombre mío al pronunciarlo asi .
- Y castaña. - robarle una foto?- puedo ver las almas de los difuntos, Lyosha... Y he visto la tuya por una fracción de segundo. - retiré la mano de su rostro, bajandola. - debí haber tomado aquello como una advertencia de que Valqar estaba saliendo a flote. Quiza tengas que rehacer algunas marcas.
No sabía cómo decirle que no me quería ir todavía... Estaba esperando a que ella me echara? Era todo tan raro.
- el Ouroboros es el principio y el final. No es una cuestión de prestigio, es una cuestión de decidir si ha llegado o no ese momento de renovación... Ese final antes del nuevo comienzo.
"Mat?"
Me gustaba como sonaba el nombre acortado en sus labios, aunque hubiese sido una interrupción no premeditada por su parte. Aunque lo dijera de mala hostia.
Y sonrei, pero solo con los ojos, muy levemente con los labios. Aunque luego soltó mi nombre entero como advertencia, noté una especie de tirón en la garganta. Porque sabia que ella no era nigromante, y que yo mismo no era un demonio, porque de lo contrario habría jurado que ella tenía algún tipo de poder sobre ese nombre mío al pronunciarlo asi .
- Y castaña. - robarle una foto?- puedo ver las almas de los difuntos, Lyosha... Y he visto la tuya por una fracción de segundo. - retiré la mano de su rostro, bajandola. - debí haber tomado aquello como una advertencia de que Valqar estaba saliendo a flote. Quiza tengas que rehacer algunas marcas.
No sabía cómo decirle que no me quería ir todavía... Estaba esperando a que ella me echara? Era todo tan raro.
- el Ouroboros es el principio y el final. No es una cuestión de prestigio, es una cuestión de decidir si ha llegado o no ese momento de renovación... Ese final antes del nuevo comienzo.
Lyosha Svensson
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El añadido de su color de pelo hizo que la curiosidad se acrecentara. En silencio asintió. Joder, adoraba su cabello… Su melena castaña, suave, con cuerpo y… No permitió que su cabeza fuera por ahí. La explicación fue… sensata y Lyosha no supo cómo sentirse al respecto. Una parte de ella, que aparentemente era insegura, quería preguntarle si le había gustado lo que había visto. Pero la respuesta no serviría de nada, a fin de cuentas, su cuerpo ya no existía y no podía tenerlo de vuelta.
-Cuando quieras- Respondió tras el silencio mirando la mano que descendió con un gesto de “Quién te dijo que la quitaras? ¡Encima que te dejo!”. Pero no lo vociferó, alzó la vista hacia él notando el raro silencio que quedaba entre ellos. Era curioso…tomando en cuenta que ayer se habían confesado verdades muy profundas, hoy parecía que le era…complicado sacar las palabras.
-Hmm…- Dio un paso hacia él acortando la distancia -¿Tienes que irte?- Podía manejar las preguntas directas y las respuestas que le seguía. Bajó la vista al brazalete y le dio un toque con una de sus bien cuidadas uñas -¿Alguien requiere guía o un líder?- Volvió la mirada hacia él lentamente con un gesto neutro pero su tono de voz había perdido el hierro, era un tono más aterciopelado, lleno de promesas silenciosas y quizás un poco de anhelo -¿O puedes quedarte aquí esperando tu prueba?- Movió los dedos como si estuviera dando pequeños pasos por el antebrazo del brazalete y siguió subiendo hasta coger la solapa del abrigo inclinándose levemente hacia él -Puedo renovar las runas mientras estás inconsciente- Mencionó con un tono casi pragmático para luego continuar -...i bud' khranitelem svoyey mechty-
-Cuando quieras- Respondió tras el silencio mirando la mano que descendió con un gesto de “Quién te dijo que la quitaras? ¡Encima que te dejo!”. Pero no lo vociferó, alzó la vista hacia él notando el raro silencio que quedaba entre ellos. Era curioso…tomando en cuenta que ayer se habían confesado verdades muy profundas, hoy parecía que le era…complicado sacar las palabras.
-Hmm…- Dio un paso hacia él acortando la distancia -¿Tienes que irte?- Podía manejar las preguntas directas y las respuestas que le seguía. Bajó la vista al brazalete y le dio un toque con una de sus bien cuidadas uñas -¿Alguien requiere guía o un líder?- Volvió la mirada hacia él lentamente con un gesto neutro pero su tono de voz había perdido el hierro, era un tono más aterciopelado, lleno de promesas silenciosas y quizás un poco de anhelo -¿O puedes quedarte aquí esperando tu prueba?- Movió los dedos como si estuviera dando pequeños pasos por el antebrazo del brazalete y siguió subiendo hasta coger la solapa del abrigo inclinándose levemente hacia él -Puedo renovar las runas mientras estás inconsciente- Mencionó con un tono casi pragmático para luego continuar -...i bud' khranitelem svoyey mechty-
Se produjo un silencio algo extenso entre nosotros, en el que supuse estaba procesando mi respuesta....y quizá, formulándose nuevas preguntas, preguntas que no me hizo. Porque ella no se quedaba silenciosa demasiado tiempo, eran raros los momentos en los que tenía que reflexionar, o eso me habia parecido aprender de ella....cuando callaba generalmente era porque se venia una tempestad o porque estaba demasiado ocupada pensando como iba a destrozar a un enemigo. No solia augurar nada bueno y sin embargo, nada de eso estalló asi que pude suponer por ello que serían otro tipo de pensamientos o cuestiones mas melancólicos.
- En realidad.... - no, no me estaba echando, lo contrario. - Me gustaría quedarme.
"un guía o un lider? Eso piensas de mi?"
Pensé que estaba equivocada en sus calificativos, pero me dio igual. El sutil paseo de su mano y tono de voz fue suficiente para desear quedarme a su lado el tiempo que me pidiese.
- No deshagas la jaula - miré hacia el techo un momento, donde tenia trazada la trampa, y luego de nuevo a sus ojos. - Y...déjame ahi dentro en el momento en el que me quede inconsciente. - no sabia que nivel de subconsciente alcanzaría con aquello pero Valqar iba a estar muy, pero que muy atento a todo y...quizá despertara. Maldito puto demonio.
"todo esto tiene que servir de algo... "
La miré a los ojos mientras subía mis manos hacia su cuerpo. Terminé de eliminar la poca distancia que ella habia dejado entre ambos, rozando primero sus labios con los mios, despacio...como una invitación... antes de besarlos como se merecían, lentamente, sin prisa alguna.
- En realidad.... - no, no me estaba echando, lo contrario. - Me gustaría quedarme.
"un guía o un lider? Eso piensas de mi?"
Pensé que estaba equivocada en sus calificativos, pero me dio igual. El sutil paseo de su mano y tono de voz fue suficiente para desear quedarme a su lado el tiempo que me pidiese.
- No deshagas la jaula - miré hacia el techo un momento, donde tenia trazada la trampa, y luego de nuevo a sus ojos. - Y...déjame ahi dentro en el momento en el que me quede inconsciente. - no sabia que nivel de subconsciente alcanzaría con aquello pero Valqar iba a estar muy, pero que muy atento a todo y...quizá despertara. Maldito puto demonio.
"todo esto tiene que servir de algo... "
La miré a los ojos mientras subía mis manos hacia su cuerpo. Terminé de eliminar la poca distancia que ella habia dejado entre ambos, rozando primero sus labios con los mios, despacio...como una invitación... antes de besarlos como se merecían, lentamente, sin prisa alguna.
Lyosha Svensson
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-Bien- Dijo asintiendo en un movimiento sexo aunque luego cayó en cuenta de una cosa. Alzó las cejas divertida mientras una sonrisa pícara curvaba sus labios -Que luego no te acusen de síndrome de Estocolmo - Mencionó como nota para que sus amiguitos del Consejo no se pusieran creativos con tonterías innecesarias.
Alzó la mirada siguiendo su gesto. La trampa estaba perfectamente hecha, era un dibujo que había estudiado muy bien por distintas razones. Bajó el rostro pensando que era buena idea mantenerlo todo controlado mientras él estuviera inconsciente. -Consideralo hecho- No le costaba prácticamente nada. Lo que también iba a dejar lejos era la maldita espada que le había regalado.
Pero, por el momento, prefirió concentrarse en la cercanía de su cuerpo y la invitación que no dudó en aceptar. Ahora, con un poco menos de desesperación e intensidad que el día anterior, Lyosha se encontró… derritiéndose en sus brazos. Se dejó llevar por la placentera sensación de bajar levemente la guardia para disfrutar de algo que se había negado durante muchísimo tiempo. Se alejó tras un rato, atrapando el labio inferior entre sus dientes sin hacerle daño. Abrió los ojos para mirarlo y soltó lentamente su presa.
No dijo nada, simplemente se dio la vuelta con una media sonrisa mientras lo cogía de la mano y lo guiaba fuera de allí con la trampa siguiéndolos a cada paso. Al salir del área de entrenamiento se dirigió a la parte final del pasillo, a una puerta que Matvey quizás no conocía porque tenía la manía de abrir portales dentro. Aún así, abrió la puerta de su dormitorio para confirmar sus sospechas -No te secuestré para mí solo- Dijo al ver que Ivanov se estaba despertando y se restregaba los ojos mientras se sentaba en su cama infantil -A veces duerme aquí… - Explicó brevemente -Puedo vigilarlo mejor-
Alzó la mirada siguiendo su gesto. La trampa estaba perfectamente hecha, era un dibujo que había estudiado muy bien por distintas razones. Bajó el rostro pensando que era buena idea mantenerlo todo controlado mientras él estuviera inconsciente. -Consideralo hecho- No le costaba prácticamente nada. Lo que también iba a dejar lejos era la maldita espada que le había regalado.
Pero, por el momento, prefirió concentrarse en la cercanía de su cuerpo y la invitación que no dudó en aceptar. Ahora, con un poco menos de desesperación e intensidad que el día anterior, Lyosha se encontró… derritiéndose en sus brazos. Se dejó llevar por la placentera sensación de bajar levemente la guardia para disfrutar de algo que se había negado durante muchísimo tiempo. Se alejó tras un rato, atrapando el labio inferior entre sus dientes sin hacerle daño. Abrió los ojos para mirarlo y soltó lentamente su presa.
No dijo nada, simplemente se dio la vuelta con una media sonrisa mientras lo cogía de la mano y lo guiaba fuera de allí con la trampa siguiéndolos a cada paso. Al salir del área de entrenamiento se dirigió a la parte final del pasillo, a una puerta que Matvey quizás no conocía porque tenía la manía de abrir portales dentro. Aún así, abrió la puerta de su dormitorio para confirmar sus sospechas -No te secuestré para mí solo- Dijo al ver que Ivanov se estaba despertando y se restregaba los ojos mientras se sentaba en su cama infantil -A veces duerme aquí… - Explicó brevemente -Puedo vigilarlo mejor-
- Me han acusado de cosas peores. - le dije levantando una ceja porque en fin, era cierto.
El beso que siguió a ese intercambio de palabras fue delicioso, fundido con un abrazo suave. Extrañaba tanto esa sensación...la de tener a alguien junto a mi, entre mis brazos. Sí, era extraño. El nivel de intimidad que habia podido alcanzar con ella no dejaba de fascinarme y de hacerme querer más.
La seguí viendo que la trampa iba tras nosotros pero cuando abrió aquella puerta a su cuarto y vi a Ivanov sonreí ampliamente mirando al pequeño.
"menos mal que estabas dormido"
Me acerqué al pequeño saludándolo en ruso, preguntándole como estaba. No es que pudiera hacer mucho más. En ese instante preciso, como si casi lo hubiese estado aguardando, una esfera de luz aparecida a través de una pared, sin más, se cruzó en mi camino atravesándome el pecho para dejarme noqueado en el suelo. Situación que por supuesto....no duraría demasiado tiempo.
El beso que siguió a ese intercambio de palabras fue delicioso, fundido con un abrazo suave. Extrañaba tanto esa sensación...la de tener a alguien junto a mi, entre mis brazos. Sí, era extraño. El nivel de intimidad que habia podido alcanzar con ella no dejaba de fascinarme y de hacerme querer más.
La seguí viendo que la trampa iba tras nosotros pero cuando abrió aquella puerta a su cuarto y vi a Ivanov sonreí ampliamente mirando al pequeño.
"menos mal que estabas dormido"
Me acerqué al pequeño saludándolo en ruso, preguntándole como estaba. No es que pudiera hacer mucho más. En ese instante preciso, como si casi lo hubiese estado aguardando, una esfera de luz aparecida a través de una pared, sin más, se cruzó en mi camino atravesándome el pecho para dejarme noqueado en el suelo. Situación que por supuesto....no duraría demasiado tiempo.
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