Zona desierta- Antigua Torre de Alta Hechicería

En medio de la tranquilidad de la torre se abre un portal distorsionando a su alrededor el espacio, de entre la grieta emerjo a irrumpir esa quietud. En el aire aun quedan viejas trazas de todo aquello que sucedió, es como si el aire y el aura estuvieran dañados, heridos, supurando. Ningún signo de vida, nadie o al menos eso parece. Seguramente Adramelech esté por ahí afuera haciendo de las suyas y seguro que liandola bien, si es que no se les puede dejar solos a estos jovencitos de hoy en día.

- Oye Diablo, tu que tienes poderes de esos monosos para ver cosas, ¿por qué no buscas a ver donde están?
- ¿Que busque qué? ¿Tengo cara de perro de caza? Toby, ¡busca! trae el palito, ¿quién es un chico bueno?
- A veces eres todo un encanto ¿lo sabías?

Camino por el interior tratando de buscar indicios para saber a donde pudo haber ido, pero no encuentro nada que me ayude mucho, probablemente deba esperar a ver si regresa y que me cuente sus expediciones mientras yo visitaba la torre familiar y de paso contarle mis descubrimientos, aunque también podría buscar de hacer algo mientras espero, aunque no se muy bien lo que.

Una densa niebla empieza a apoderarse del paisaje de la torre, cubriéndola y dejando que entre poca luz, una parte de la niebla se empezó a ahcer cada vez más densa arremolinándose y formando un portal del que salía un demonio portando en su mano a un joven pelirrojo, cuando acceden al suelo, toda la niebla empiza a desaparecer junto con el portal., el demonio también empieza a desvanecerse junto al portal.

Hacía tiempo que no venía a esta torre, donde había quedado para poder hablar a solas con Adramelech, y posiblemente echarle una bronca. Decido esperar en la puerta mientras me sumerjo en mis pensamientos, ¿qué habrá estado haciendo ese cabra loca sin mi supervisión, ahora ya la ha liado de nuevo seguro, porque la última vez que lo vi no estaba tan ... piratizado?
- ¿Cómo quieres que acabe si no sabe cuidar ni de una inocente calavera? Acuérdate de como quedó la última vez que lo ayudamos
- Pues anda que tu el día que sepas hacer un vaticinio como los Creadores mandan...
- ¿Perdona? ¿Qué tienes que decir de mis predicciones, eh? ¿Qué? Desagradecido, un desagradecido es lo que eres
- ¿Desagradecido yo? Pero si el otro día nos enviaste a una fiesta de locos, y todo para nada.
- Oye, oye, oye ... que al menos yo te di los medios para encontrar a tu crush o lo que coño sea Adra para ti.

Giré los ojos y dejé escapar un suspiro de resignación, si claro, si no fuera porque casi nos quedamos perdidos enmedio de ninguna parte ... Espera, ¿son celos en ese tono con lo que ha dicho la última frase Diablo? ¡Son celos! ¡Está celoso de Adra, un simple mortal! No pude contener la risa.
- Eh, eh, eh, de celos nada monada, que no te enteras contreras, lo que queráis hacer vosotros dos me la refanfinfla, pero el que te cuida y te aguanta a diario y no te deja solo soy yo.

Creo que más bien es al contrario, sigo riendo por lo bajini ante las protestas de Diablo mientras sigo esperando a tener noticias de Adramelech.

Habían transcurrido bastantes días desde que Khaled nos trajese aquí desde Gorgoroth, a través de uno de sus portales demoníacos. El científico secuestrado de la Alianza accedía a sus peticiones bajo coacción, poniéndose a trabajar con los materiales robados de la base para tratar de formar las prótesis mecánicas que necesito. Khaled se había encargado de tenerlo encerrado y vigilado en una sala con lo necesario para cuando llegase el momento, haciendo trabajar al científico.

Mientras sólo puedo esperar en el interior de la maldita torre, sin poder ayudar mucho a otros compañeros en las tareas de conseguir nuevos reclutas. A estas alturas Vanessa ya habrá hecho buena parte del trabajo sin mi. La espera se me hace bastante tediosa, así que salgo al exterior de la torre para que al menos me de el aire y me despeje un poco la cabeza. Nada más salir me encuentro con un viejo conocido al que apenas vi unos segundos en nuestra otra guarida. Recuerdo que le dije que teníamos una conversación pendiente, han pasado meses desde que hablamos por última vez. Al parecer él anda de conversación con ese demonio que vive con él, así que es como tener una conversación con ambos.

- Alpha.- saludo un tanto más serio de lo habitual, además de algo frío y distante. Antes solíamos llevarnos bien, pero desde lo de la torre hay muchas cosas que me rondan por la cabeza, todas contradictorias. - Mucho tiempo sin saber de ti...¿qué has estado haciendo? - pregunto de manera neutra para iniciar la conversación, haciendo un gesto para que me acompañe a andar un poco, pero sin alejarnos mucho de la torre. En cualquier momento pueden avisarme para que me prepare para ir con el científico.

Nuestra pequeña conversación mental se ve interrumpida por la aparición de Adramelech saliendo por la puerta de la torre. Llevabamos tiempo sin hablarnos y justo habiamos quedado aquí para volver a charlar y ponernos al día, aunque solo fuera por un rato. Su tono es un poco más frío y distante de lo habitual, lo cual me choca bastante y si no fuera por ese intento de conversación hasta parecería que se siente incómodo ante mi presencia.

- Hola Adra ... pues poca cosa: investigando, buscando a cierta persona que escapa de hospitales cuando su cuidador se queda dormido momentaneamente y como mi "gps" estaba un poco desubicado encontré a una chica en ciertas dificultades pertenecientes a los Souls y que Diablo asegura que ese fortuito encuentro fue lo que ayudó a que nos encontráramos, aunque discrepo, fue más un golpe de suerte que otra cosa.

Comenzamos a caminar un poco, sin alejarnos mucho de los alrededores de la torre, era como si el ambiente del lugar se introdujera en nuestra conversación, silencioso, frío, lúgubre ... bueno no tanto, pero ya me entendéis, como si hubiera algo que diera mal rollo y no te atrevieras a abrir la boca, quieres decir algo pero no sabes el qué, y el silencio se hacía mortificador, normalmente dentro de mi cabeza Diablo lo hubiera roto, pero estaba silencioso observando, como si él notara también el ambiente tan cargado. Por un momento, Adramelech y yo pareciamos como dos completos extraños que se acaban de conocer.

- He encontrado cosas interesantes en mis investigaciones, una "pelea" que lleva muchos milenios llevándose a cabo pero nunca concluyó en su fatal destino, es como una profecía que espera su desenlace, una bomba que no puede explotar pero sigue cargada. Imagínate que el mundo es un oceano, y que nuestras acciones son gotas que caen en el oceano y crean ondas. Obviamente aunque pequeñas, esas ondas mueven el agua que está a su alrededor, nuestras acciones hacen lo mismo, sean buenas o malas, aunque las malas suelen dejar su "residuo". El agua también se puede manchar, pero si son gotas pequeñas, eso se diluye en un agua tan grande, pero ¿y si te dijera que hay puntos especiales donde las ondas crecen mucho más grande? Donde incluso la más pequeña acción puede desencadenar un maremoto que afecta a más lugares que en cualquier otro sitio. Existen 4 puntos así espirituales en el mundo, que mantienen el "agua" moviéndose y si se corrompieran, todo se corrompería enseguida y sería una catástrofe.

Antes de seguir continuando le dejé un poco de tiempo para que asimilara bien toda la información que le había proporcionado y pudiera entenderlo y entender lo siguiente que le iba a comentar:

- Existe un poderoso demonio que está incompleto desde hace mucho tiempo, se aprovechó de la desaparición de Lilith y se apoderó de sus hijas y dispuso que tuvieran 4 hijos que las guiaran, los Emperadores Sucubo, de los cuales yo soy uno de ellos, para recolectar la malevolencia, la maldad de las criaturas e insuflarla en esos lugares especiales, cuando todo se corrompiera, él podría resurgir, ¿con qué intenciones? Además de completarse, siendo uno de los demonios de mayor poder que existen, no lo sé ¿traer el caos, destruir por destruir? ¿Qué pasará cuando ese "ritual" se complete? además de regresar Thanatos, tampoco lo se, probablemente todo esté inundado de oscuridad, el mundo apenas podrá albergar vida seguramente, muchas posibilidades. Por suerte, nunca tuvo éxito, lo bueno de que tengan que ser 4 y que solo nazcan cada 1000 años, da mucha ventaja, porque ahora mismo como yo no pienso realizar mis "funciones", el ritual seguirá incompleto por otros 1000 años y como mi clan está muerto, probablemente nunca más se pueda completar a no ser que encuentren otra forma, y me da que la respuesta está en las calaveras. Que estando el demonio que las creó a buen recaudo, y me imagino que las calaveras las tendréis bien resguardadas, no pasará nada, pero si alguien encuentra la manera de usarlas, quitarme mi poder y entregárselo a otro, ya podéis ir rezando para que encontremos la manera de pararlos y si no lo paramos, vosotros seríais los primeros perjudicados porque os pondrán el muerto de haber "ayudado" al señor oscuro.

Continuamos caminando alrededor de la torre, la verdad que posiblemente tenga que tener cierto cuidado y ver quienes de los caritativos reclutas que puedan tener, lleve segundas intenciones. Mejor evitaré contactos con las calaveras o su proximidad por si las moscas.

- Vosotros supongo que también estaríais ocupados, me imagino.

Avanzamos con calma hacia la linde del bosque, manteniendo por el momento esa especie de distanciamiento físico y esa sensación de silencio que nos acompaña hasta que él comienza a hablar tras mi pregunta para romper el hielo. - Me fui, pero te deje una nota diciendo dónde iba.  No podía quedarme más tiempo. Te di las gracias por la ayuda... - matizo sin darle mucha importancia a lo de que no me encontrase, suponiendo que él tenía otras cosas que hacer. Asiento a la mención de la chica que dice, mi compañera Vanessa. No sé cuánto le habrá contado ella de lo que nos ha sucedido, pero apostaría que apenas le ha dicho nada.  Por mi parte creo que seguiré raro con él hasta que no consiga solucionar lo que me ronda por la cabeza, aunque antes de que pueda decirle nada él comienza a contarme otra cosa. Me detengo para mirarle, poniendo cara de extrañeza porque no entiendo mucho lo que me está diciendo.  

- ¿De qué cuatro puntos me estás hablando? ¿qué tenemos que ver nosotros en esa profecía? - bastante he tenido ya con el demonio que ha estado jodiendo a los Soul Reaper durante años, no sé si quiero verme involucrado en nada más de ese estilo. No me da mucho tiempo a asimilar nada, pero trato de seguirle el ritmo con eso de los emperadores súcubo y demás. Pensaba que en ese tipo de demonios los súcubo eran los que adoptaban apariencia de mujer y los íncubo la forma de hombre, pero ahora me hace dudar. - No te veo yo haciendo las funciones del ritual que dices...tendrías que ser un cabrón para eso. ¿Alguna vez pensaste en completarlo? porque sería una locura. Me dijiste una vez que venías de otro tiempo futuro para ayudarnos con nuestro presente, así que no creo que eso estuviese en tus planes. - suspiro con pesar cuando dice eso de que tenemos todas las calaveras bien guardadas, cosa que es verdad a medias.

- No todas. Algunas nos las han quitado. Pero no tienes que preocuparte porque nadie te robe tus poderes...las que había ya están todas cargadas de diferentes magias, así que ya no se pueden usar para robar a nadie. Y ya no se crearán más calaveras. Khaled selló al demonio creador después de utilizarlo para crear las nuevas calaveras, así que ahora tenemos nosotros el control. No temas. - en lugar de seguir andando hacia el bosque decido sentarme en un viejo tronco caído, contemplando desde ahí la imponente torre de la Alta Hechicería. Esbozo una leve sonrisa irónica a su pregunta de si hemos estado ocupados.  Nos ha pasado de todo.  - Bastante. Conseguimos cargar de poder todas las calaveras que quedaban, aunque casi nos dejamos la vida en ello. Podría decirse que tuve suerte de perder sólo el brazo.- hago una mueca señalando con la cabeza lo evidente, que tengo un brazo menos desde la última vez que lo vi, además de haber perdido la mano mecánica que tenía en el otro.

- Engañamos, atacamos, a traición y de frente, robamos, irrumpimos en Ouroboros...y acabamos encerrados. Salimos de allí por un cúmulo de casualidades.

Como me imaginaba, todo lo que le conté era bastante difícil de asimilar, aunque por sus preguntas creo que no andaba del todo perdido y por lo que me ha contado todas las calaveras estaban utilizadas y a salvo, aunque el demonio que las creó esté sellado, no se si quizás alguien encuentre la manera de hacer algo similar, bueno, de todas maneras ¿quién es lo suficientemente estúpido para llamar a un demonio descontrolado, que lo va a destruir todo en su paso?

- No te preocupes, vosotros no encajáis en ninguna parte, simplemente se me ocurrió que quizás alguien podría tratar de usar una calavera o buscar una manera de conseguir alguna de algún modo para tratar de cumplir el ritual. Los cuatro puntos no se el lugar exacto, pero alguien con mucha sensibilidad hacia lo espiritual podría encontrarlos, son un bosque, una isla y un lugar desértico y el último ni siquiera se cual puede ser, al menos no he encontrado ningún tipo de información sobre él.

Por lo que veo, si que han estado ocupados, demasiado. Por no mencionar que estuvieron en un buen aprieto, veo que ahora está manco de una mano y sin un brazo, este chiquillo, le debe tener querencia a eso de la muerte, sonrio y me encojo de hombros como dando a entender "que paciencia os tengo que tener".

- Prometeme que la próxima vez que no estemos juntos no perderás más extremidades o sino me veré obligadoa pegarme a tu trasero como si fuera tu sombra, supongo que tendrás pensado como solucionar eso, ¿no? Imaginate que el día de mañana nos casamos, ¿como piensas llevar a tu futuro marido hasta la cama en brazos? ¿O quizás es que me vas a sorprender y resulta que tienes otras maneras de hacerlo sin manos? - dije en broma - Por cierto alguien quiere saludarte.

Le di un momento la espalda, mi figura por un momento como que se distorsionó a la vista y mi pelo tenía mechones negros como la noche, entonces me giré y observé a nuestro compañero con mis ojos negros y de iris dorado, sonreí y me crucé de brazos.

- Ha pasado mucho tiempo, ¿verdad? En condiciones normales creo que haría unas cuantas bromas ya que el momento se presta, pero por ahora, solo quiero hacerte un pequeño regalo,a ver si así al menos tu mente se serena - tomé un momento de respiro para llenar de aire los pulmones - El tiempo se mueve, sigue fluyendo como un río imparable y cada vez sus aguas se agitan más y más, nuevos caminos se abren, nuevas perspectivas aparecen, nuevas posibilidades ... Mientras otras llamas arden y otras parecen perder su vigor, una pequeña lumbre comienza a avivar, trae nuevo calor y con ella ¿traerá un fuego que lo quema todo o una luz que ilumine en el camino? Cuando estés al borde del abismo, salta, solo entonces sabrás si realmente sabes volar o te estrellarás y todo acabará pero no pierdas de vista lo importante.

Mi figura se volvió a distorsionar, mis ojos volvierona la normalidad al igual que mi pelo. Para descansar un poco, apoyé mi espalda contra un tronco de un arbol teniendo a la vista a Adramelech y al fondo la torre.

Permanezco en silencio con expresión pensativa mientras menciona eso de los puntos conflictivos, sin tener en mente ningún sitio en concreto a excepción de la isla Ouroboros. De algún modo tenemos que recuperar lo que dejamos allí, pero me temo que no será nada fácil. Supongo que por ahora no tenemos que preocuparnos de localizar esos puntos que él dice, a menos que haya algo que indique que sea necesario, o que haya algún peligro asociado.  - Deberías consultarlo con algún mago experto en ese tipo de cuestiones. Yo no creo que pueda ayudarte a encontrar lo que buscas. - respondo sinceramente y con gesto serio, levantándome después del tronco caído en el que me he sentado.

- Ya no hay mucho más que perder, como puedes ver. Y sería un idiota con la peor suerte del mundo si me volviese a pasar algo parecido. - desvío la mirada hacia el bosque, el lugar donde ocurrió todo aquello con el nigromante. También fue al pie de la torre donde perdí la otra mano. Dentro de la maldita torre casi me mata mi madre. Este sitio no me ha traído más que cosas malas, por mucho que sea un espacio mágico de valor incalculable. Estos y otros pensamientos me impiden participar de la broma que hace Alpha como para tratar de romper el hielo, o de hacer que estemos de manera parecida a como estábamos antes. No le sostengo la mirada, sólo miro hacia abajo como si le estuviese dando vueltas a mis asuntos sin resolver. Me atormenta demasiado el recuerdo de lo que sucedió aquí el día que recuperamos las calaveras. En el fondo siento que, por estar hablando con Alpha, estoy traicionando a mi propia sangre, a mis antepasados, a mi mismo. Siento que no debería pasar por alto que tanto Alpha como Rosse fueron los culpables de las heridas que hicieron que mi madre muriese, por mucho que lo hiciesen para salvarme de ella en su ataque de locura.

Al volver a alzar la mirada me encuentro con que el demonio de Alpha ha tomado el control, así que le dedico una mirada bastante hostil porque él tuvo bastante culpa en aquello. Sus palabras  no me calman en absoluto, los demonios siempre consiguen ponerme de los nervios.  - ¿No perder de vista lo importante? ¿eso dices? ¿y qué es para ti lo importante? ¿acaso te importa algo de lo que hacemos o lo que somos? ¿por qué te uniste a nosotros si te da igual?- respondo de manera algo agresiva, haciendo que comiencen a saltar chispas de mi cuerpo, literalmente. - Lo importante eran los míos, que ya no están. Nuestros ideales y el fin último de todo lo que hacemos. Yo he fallado en muchas cosas...- avanzo unos pasos más hacia él mientras vuelve a su forma de pelirrojo, entrando en conflicto conmigo mismo de manera exagerada. A partir de ese momento comienzo a gritar y a descontrolar mis poderes de electricidad de tal manera que comienzan a caer rayos a nuestro alrededor.

- ¡Mi madre estaría viva si no la hubieseis atacado de ese modo! ¡no hacía falta matarla para detenerla! ¡y yo soy un maldito traidor por seguir permitiendo que esté aquí alguien que ha atentado contra la matriarca de la hermandad y que no vela por nuestros intereses!

"él la mató..."

"pero lo hizo para salvarme. Ella quiso matarme también..."

"la perdoné, no estaba bien, perdió el juicio. Podíamos haberla salvado, teníamos que haberlo intentado"

Un mago experto, efectivamente es lo que de verdad necesito aunque la verdad es que no conozco a nadie en esta linea temporal, esperaba que Adramelech me pudiera dar alguna indicación más pero creo que me tocará investigar, después de todo no se pueden esperar muchos milagros de Diablo.

"Perdona, puedo hacer lo que quiera, pero tampoco gasto todos los milagros o se enfadará la competencia porque son unos patanes."

La situación se pone un tanto extraña, Adra no reacciona, no me mira, la sensación de que parecemos completos extraños que no confían el uno en el otro se acrecienta a pasos agigantados, ¿qué está pasando? La respuesta no se hace de rogar cuando Adra muestra su cabreo agresivamente, gritando y hacer caer rayos por la zona. Junto las manos, un montón de rosas blancas aparecen a mis pies, una rosa gigantesca me rodea con sus blancos pétalos y cuando mi figura desaparece se vuelven a abrir, quedándose la rosa abierta como un trono mientras muestra mi figura como emperador. Mi melena creció un poco más, miles de pétalos blancos forman unas alas a mi espalda y porto una túnica blanca como llevaría la mismísima Afrodita, un avatar de una belleza sobrenatural.

Con un gesto de la mano haciéndo un semicírculo varios pétalos se arremolinan encima nuestra creando una barrera que absorve los rayos y los envían como una energía sutil y suave hacia mi. Abro los ojos y le miro, le miro seriamente, una mirada que friamente dice "Si fuera mi deseo yacerías muerto donde estás", aunque realmente no era mi intención, después de todo estaba conteniendo mi rabia, así que suspiré, invoqué el poder de Diablo a través de nuestro pacto y señalé a Adramelech con la mano abierta, todoa nuestro alrededor se empezó a distorsionar y una ilusión de una ciudad futurista se presentó, haciéndo que pareciera que estabamos enmedio relamente de sus calles. Aún siendo futurista, la ciudad estaba en armonía con la naturaleza, cristalinas aguas recorrían las calles, grandes fuentes y hermosos parterres adornaban cada calle donde todo era luz brillante llena de vida.

- Ciudad-Estado Neutral Santuario, mi ciudad de la que vengo antes de que todo se fuera a la mierda gracias a la Alianza. Era un sueño, una utopía, un lugar donde todos podían convivir en paz y vivir las vidas que no se les permitieron, después de todo, la gran mayoría son gente que perdió su hogar y su familia, niños incluso huerfanos y sin nadie que los acogiera. Intentar acercar a alguna gente a la magia fue muy difícil por no decir complicado y muy pocos humanos podían conseguir algo de poder a través de prestamos que hacía de poderes, después de todo vosotros no estabais. Yo, un Kakumei exiliado porque mi rama familiar creyó que lo mejor era mezclarse con el mundo, mi bisabuela creyó que tenía que estar enmedio del mundo ayudando e incluso llegó a tener descendencia con un dragón a pregonar desde un "lugar sagrado" el conocimiento y protegerlo y ayudar solo a los dignos a mejorar, a evolucionar y por ello aceptó el exilio. Yo, que no conocí jamás a mis padres salvo los muros de una torre desde que tenía unos pocos años de vida.

Volví a hacer otro gesto y la visión cambió a la de una ciudad contaminada, derruida, oxidada, vieja, sin vida, una visión deprimente del paso de la Alianza por aquellas tierras para eliminar la amenaza mágica como ellos lo llamaban. Más bien es la destrucción a pasos del planeta.

- Y ahora es así gracias a la Alianza, y así al tuve que dejar sin poder hacer nada más salvo tratar de venir aquí a impedir eso. Así que por lo que a mi concierne, creo que sí, que algo me importa, algo de bueno vi en vuestro pensar, incluso llegué a considerarte un enlace, unn exo de unión un emisario de humanos y magos por igual, una oportunidad de cambio. Pero parece que me equivoqué, no eres más que un maldito ingrato que debí haber dejado morir desangrado en la torre y no haber perdido mi tiempo en salvarlo, llevarlo a un hospital y quedarme con él hasta que sanara del todo, porque total como soy un egoista. Mírate en el fanático que te estás convirtiendo, a estas alturas no hay diferencias entre tu, la Alianza y los demás fanáticos pro-magos que existen, después de todo tienes que imponer la magia a todos.

Todo empezó a distorsionarse de nuevo y el paisaje volvió a la normalidad, a ser aquel lugar donde estuvimos charlando a unos metros de la torre. Invoqué un portal para marchar por él.

- Muy bien, si es tu deseo, no te preocupes, no me volverás a ver, a no ser que tu cabecita se gobierne y me quiera volver a buscar, quizás entonces me replantée el que me vuelvas a ver, de mientras buscaré por mi lado el impedir que el mundo se vaya a la mierda total soy un egoista que solo piensa en si mismo y nada le importa.

Suspiré y moví la cabeza algo deprimido y me dirigí al portal, ahora mismo no sabía muy bien a donde ir, quizás tendría que averiguarlo una vez lejos de allí, aunque ahora mismo la verdad solo me apetece despejar la cabeza.

El despliegue de poderes de Alpha no calma mi arranque de ira, aunque le sirve para defenderse del ataque eléctrico que podría haberle dañado. Tampoco me aplaca su mirada amenazante, aunque sí que empiezo a inquietarme cuando me sumerge en esa especie de ilusión para que pueda ver el mundo futuro del que él dijo proceder cuando le conocí. El lugar que me envuelve es una utopía que nada tiene que ver con la realidad en la que vivimos. Contemplo el lugar con una mezcla de desconfianza y admiración, escuchando con pesar  lo que va contando Alpha al respecto.

"ese tipo de futuro es posible...aunque parece inalcanzable a día de hoy"

Me sobresalto un poco cuando la ilusión cambia a otra cosa muy diferente, girándome bruscamente para mirar a mi acompañante en busca de una explicación. Lo cierto es que ya me lo dijo cuando vino a nuestro tiempo, nos contó que el futuro era un desastre aún peor que el actual, pero no me imaginaba que fuese así. A partir de ese momento me llueven los reproches, siendo los más dolorosos esos de que soy un ingrato y que me estoy convirtiendo en un fanático. -  ¿Eso crees? ¿en qué mierdas te basas para decir eso? ¿a quién he hecho daño yo para parecerme a los de la Alianza?  y te di las gracias por salvarme, maldita sea, sé que me hubiese desangrado ahí si  no me hubieses sacado, sé que querías que viviera. -   Una parte de mí no puede evitar sentirse culpable y mal por haberle decepcionado tras haber confiando en los Soul Reapers y en mí, pero la otra reacciona con más rabia aún si cabe por lo que entiendo como una especie de traición a los nuestros, a mi madre. Mi cabeza tiene tal punto de confusión que parece que va a estallar.

- Dices que te importa nuestra causa, pero...¿qué has hecho tú hasta ahora para defenderla? ¿dónde estabas mientras las pasábamos putas para conseguir recargar de poder el resto de calaveras? ¿eh, ayudaste a recuperar alguna?  ¿dónde estabas cuando perdí el maldito brazo, o cuando nos atraparon en Ouroboros? Yo te lo diré. No estabas. - replico con dureza, temblando de ira y con la mirada encendida mientras me acerco más a él . - Y te repito, señor salvador del futuro,  que no era necesario asesinar a Zayra Svensson, pudimos haberlo hecho mejor, haberla atado, bloqueado, ¡yo qué sé! cualquier cosa diferente a lo que pasó. - creo que me quedaré para siempre con la duda de si pudimos hacer algo por salvar a Zayra, por arreglar lo que hubiese mal en su mente como para provocar que aceptase matar a su propio hijo. He querido perdonarla, pero no podré olvidarlo.

Dejo de avanzar hacia Alpha en cuanto abre ese portal, teniendo la certeza de que si cruza por él nuestros caminos se separarán. Le sostengo la mirada con intensidad durante un momento, cortando después el contacto visual al bajar la cabeza. Suspiro largamente, dejando la barbilla ligeramente apoyada sobre el pecho mientras noto cómo la ira me va abandonando poco a poco, y con ella todas las energías que me había dado. Una inmensa pena se apodera de mí, y durante varios segundos no soy capaz de moverme del sitio. Cuando vuelvo a levantar la cabeza él ya ha desaparecido, tras decir todo lo que debía. Tras eso me quedó ahí solo durante algunos minutos más, rumiando todo lo que me ha dicho. Finalmente regreso de vuelta a la torre, deseando que el científico haya terminado de una vez todos los preparativos que le habíamos encargado.

Un par de semanas o asi mas tarde de lo acaecido en Gorgoroth retorné a la Torre, solo para comprobar que habian trazas por alli de aquel demonio, Alpha. No se le habia vuelto a ver el pelo tras lo ocurrido en la sala de los portales y todo aquello relacionado con mi hija. Pero si volviese a tenerlo frente a mis, a ese o a la mujer del brazo metalico, no tenia muy claro que es lo que haria con ellos. Echarles una mano al cuello, quizá. Esos soul reaper oportunistas de clase baja.... hacian que mi imperturbable humor se nublase mas de lo debido. Pocos eran los comprometidos hoy dia. Pero Adramelech era uno de ellos.

A mi regreso el cientifico ya lo habia dispuesto todo. Fui a buscar a mi nieto para informarle de que habia llegado la hora. La operacion no estaba exenta de riesgos, eso lo sabiamos... pero saldría bien. Aseveré que me quedaria durante todo el proceso, queria vigilar al cientifico.

No hablé mucho, lo justo para informar a Adremelech y dar unas cuantas ordenes necesarias al cientifico. Luego, me tomé la molestia de avisar a Vanesa, no vendría mal tenerla cerca.

Empezó el proceso y observé, un tanto retirado. El conocimiento y ciertos procedimientos nunca estorban en la retina...y esto era algo que Belialt tampoco habia visto en todos sus milenios de eternidad. Cosas similares si, por supuesto, pero no a este nivel.

Mientras, en algún lugar de Irlanda...

Científico Alianza Humana escribió:El equipo de ingenieros de la Alianza continúa con su frenética actividad previa al lanzamiento de uno de los seis satélites que se pondrán  en órbita en tan sólo unos minutos. Ha sido mucho tiempo de preparación y todo se ha medido hasta el más mínimo detalle, lo que no asegura que el lanzamiento vaya a ser un éxito. Cualquier fallo puede provocar consecuencias desastrosas, no sólo por la falta de coordinación con el resto, sino por la pérdida de algo muy costoso y difícil de de desarrollar. Los políticos y demás autoridades se encuentran ya en el exterior para observar el proceso a una distancia prudencial, fuera de peligro. También se encuentran allí los dueños de las empresas de tecnología y armamento que han aportado su capital al proyecto, pendientes de que su dinero les reporte beneficios. De no ser así no financiarían a los gobiernos. El plano de los satélites está proyectado en una de las pantallas gigantes con las que cuenta la sala de mando del edificio militar en el que nos encontramos, donde efectuamos las últimas comprobaciones.



En la sala de control se respira tensión máxima, todos se encuentran en sus puestos, a la espera de recibir los mensajes necesarios para iniciar la maniobra.  - Los japoneses acaban de efectuar el lanzamiento del suyo. Permanecemos a la espera de la señal de Australia. - comunico al resto de la sala mediante los cascos que llevo puestos, mientras controlamos en una pantalla transparente la trayectoria del satélite recién lanzado desde Tokyo. A continuación recibimos el mensaje de la base de los australianos, cuyo lanzamiento parece funcionar también sin problemas. El siguiente punto de lanzamiento está en la arrasada Francia, cuyos núcleos de población mermaron a más de la mitad tras el ataque sufrido. Es la base de la Alianza en Marsella la que se encarga de cumplir con su parte.

- Somos los siguientes. Preparando la lanzadera... - todo el mundo sabe ya lo que tiene que hacer, no estarían aquí de ser mediocres. El silencio se adueña de la sala mientras los presentes contienen la respiración.  - 3, 2, 1...

Andreas Wilhelm escribió:Llegué al area donde se controlaria el lanzamiento un tanto despues que Eamon. En cuanto mi comitiva me dejó en el lugar indicado los despaché, y fui a reunirme con la elite- aquel dia, veriamos el mundo cambiar.

Me posicioné junto a Eamon e intercambiamos algunas palabras necesarias en lo que a ponernos al dia respecta. El pequeño golpe sufrido hacia unos dias a causa de la perdida de los cabecillas de la revolucion poco nos iba a afectar dentro de poco si esto salia bien...al contrario sus acciones nos habian venido de perlas para poder presionar en el panorama politico externo al pais para acelerar algunos acontecimientos.

Comenzaron los lanzamientos en serie de los satelites. Primero Japón, luego Australia....seguidos por Francia....conteniamos la respiracion cada vez que se iniciaba uno, y respirabamos de nuevo al oir que habia entrado en orbita de modo exitoso. Ahora, le tocaba a nuestra base. Comenzó la cuenta atrás y se produjo el despegue. No es que yo entendiese muy bien todo el lenguaje de ingenieria aeronautico-espacial, pero por los mensajes que se iban desprendiendo, se veia que el lanzamiento iba bien. Cada una de las fases se cumplió como debia, hasta que finalmente el cuarto satélite, el de la base de Irlanda, estuvo en órbita. El anuncio vino acompañado de efusivos aplausos del personal que se habia estado dejando el pellejo en el proyecto en estos ultimos tiempos, y algun que otro abrazo aislado. Yo tenia las manos entrelazadas tras mi espalda mirando el enorme panel que notificaba que se estaba iniciando la siguiente cuenta atrás por parte de los estadounidenses, en su base de lanzamiento en las Montañas Rocosas.

-  En el 1492 los europeos descubrieron lo que ellos llamaron el Nuevo Mundo....hoy en el 2040 ya no hay ni un solo rincon mas por descubrir en este pequeño planeta. Pero aun así, hoy estamos creando un mundo nuevo. Uno que ellos no esperaban...

Éamon O'Connell escribió:Wilhelm hizo una de sus entradas tardías y casi teatrales, de modo que casi parecen premeditadas. A nadie pareció importarle la tardanza del ministro, todo el mundo estaba ya inmerso en el ambiente tenso que se vivía en la base. La expectativa generada era grande, se contenía la respiración en los momentos previos a los lanzamientos. Las primeras noticias positivas, provenientes de otros países, aportaron algo de calma. El silencio sólo se interrumpía por los aplausos cada vez que algo salía bien, y por las comunicaciones entre unos puntos del planeta y otros. Cualquier otra charla no tenía espacio en este momento.

Todos los presentes teníamos la sensación de estar asistiendo a algo realmente importante, un acontecimiento histórico de los que serán recordados, tal vez comparable con hitos como la llegada del ser humano a la Luna, o el fin de las grandes guerras. No sabíamos a ciencia cierta si lo que estábamos haciendo conseguiría el final de la guerra que vivimos en nuestros días, pero con toda seguridad inclinará la balanza a nuestro favor, dejará de ser una guerra mágica. Los ahogaremos definitivamente.

Los lanzamientos estaban casi finalizados, tras el de Estados Unidos sólo quedaba por lanzar el satélite procedente de Brasil, el cual se puso en órbita sin mayor problema. Un estruendoso aplauso llenó el lugar en cuanto la misión estuvo concluida, la culminación de la obra había llegado a su fin. Los potentes satélites antimagia se interconectaron unos con otros, creando una red capaz de anular la fuente de energía mágica del planeta. Probablemente no habríamos conseguido el detalle final de los satélites de no haber contado con las investigaciones de un mago entre los científicos de nuestras filas. Él será otro de los perjudicados, pero ni siquiera sabe que se usaron ciertos datos de sus investigaciones para estos menesteres. Suele pasar cuando te crees más listo que todos.

Los efectos anuladores de los satélites no tardarían en sentirse, y si todo ha funcionado como debería...

- Claro que es un nuevo mundo. Uno mejor en el que no tendremos que temer el abuso de poder de esos seres. El mundo que debería haber sido si no hubiesen dado la cara esos engendros. Deberían haber permanecido ocultos como hicieron tanto tiempo, pero les dio por ponerse supremacistas y mira lo que han conseguido. Ahora se darán cuenta de que nuestra ciencia es muy superior a su magia. - sonreí de manera jactante antes de brindar con las copas que nos proporcionaron, la proeza merecía celebración. Horas después abandonaríamos ambos Irlanda en nuestro jet privado, de vuelta al trabajo en Londres, donde esperaríamos las primeras reacciones de unos y otros.

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El científico secuestrado por Khaled realizó su trabajo durante unas cuantas horas, utilizando también todo el material robado de la base para llevar a cabo una compleja operación. Antes de eso había pasado bastante tiempo fabricando el brazo y la mano mecánicas para que ajustasen, siguiendo el método que suelen usar con otros militares de la base cuando pierden alguna extremidad. Para ellos no es nada fuera de lo común, es algo que sus científicos llevan algunos años ya practicando, pero para nosotros es casi tan sorprendente como nuestra propia magia. La operación termina cuando el científico se asegura de que ha conseguido conectar todo correctamente, de manera que las prótesis respondiesen después a mis órdenes para realizar los movimientos.

Poco a poco voy despertando de la sedación que ha usado, escuchando de fondo los ruidos del científico mientras recoge sus instrumentos metálicos. Comienzo a espabilar un poco más, abriendo los ojos para comprobar que me ha dejado todo en su lugar. La sensación de verme de nuevo con brazo es tan extraña como reconfortante, aunque todavía me falta probarlo y ver que funciona. - ... ¿Ya está? - me incorporo lentamente para sentarme en la mesa en la que estoy tendido, sin darme demasiada prisa porque todavía tengo la cabeza un tanto ida. Pruebo en primer lugar a mover el brazo en el que me ha puesto una mueva mano metálica, pero esta vez es mucho mejor que aquella que me puso el científico chalado. La forma es mucho mejor, y se mueve prácticamente como una de verdad. Me faltará algo de entrenamiento para adaptarme a ella y utilizar la fuerza y la magia adecuadamente, pero creo que con unos días lo lograré. A continuación pruebo a mover el brazo, flexionándolo un par de veces de manera más o menos aceptable.

Alzo la mirada para buscar la de Khaled, asintiendo en un gesto de que todo había salido bien. - Gracias, Khaled. - Si no hubiese secuestrado al científico yo seguiría totalmente manco. No habría encontrado a nadie que hiciese el trabajo en condiciones, sin chapuzas. Ahora ya no seré un inútil para los Soul Reapers, podré volver a la acción. - Has hecho un buen trabajo. Te liberaremos, cuando compruebe que puedo usarlo en combate y cuando me digas cómo repararlo en caso de que se estropee. - le digo al científico para que sepa que todavía no puede marcharse, aunque ponga cara de contrariedad. Es un rehén, debe asumirlo. Khaled sabrá qué hacer con él mientras, si encerrarlo o lo que sea. Me siento en el borde de la mesa en la que estaba tendido, cerrando el puño para probar la fuerza que puedo hacer. En ese momento me recorre todo el cuerpo un mareo de lo más extraño, seguido de una especie de debilidad que achaco a lo de la anestesia y la reciente operación. No consigo comprender que se trata de otra cosa, no un simple mareo. A pesar de ello trato de canalizar mi magia de electricidad, para comprobar la compatibilidad. No consigo nada de nada, es como si de repente hubiese perdido toda mi energía mágica, como si estuviese en niveles mínimos.

"no tiene gracia...vamos"

Lo intento una vez más, sin éxito alguno. Miro a mi mano sin comprender lo que sucede, volviendo a mirar a Khaled con cara de confusión. Después pregunto al científico, empezando a mosquearme. - ¿Es normal que no pueda canalizar magia con esto? - seguro que el tipo no tiene ni puñetera idea, no los hacen precisamente para gente con magia. Y espero que no haya aprovechado la ocasión para ponerme algún bloqueador de magia o algo así. Khaled lo habría visto, estaba vigilando.

El proceso terminó algun tiempo despues, y parecia que habia ido todo bien. No habia pasado nada raro y no lo habia visto cometer algun acto que estuviera fuera del proceso pactado.

Esperé ahi un rato hasta que Adramelech despertara, vigilando tambien al cientifico, aun podiamos necesitarlo. El resultado parecio ser bueno. Despertó de la anestesia sin mayores problemas y comprobó que la protesis funcionase.

Cuando me da las gracias hago una leve mueca pero no le contesto. Era mi deber como soul reaper, y mi deber como Svensson, además. Me pierdo un poco la parte en la que intenta hacer la magia y no puede, porque yo mismo sufro aquellos mismos efectos. Comienzo a ver borroso y escucho a Belialt hablarme, aunque no se le entiende nada. Parecen mas gritos de furia.

"Que estás haciendo, Belialt?"

"LA PREGUNTA ES QUE ESTÁS HACIENDO TÚ KHALED!!! TENEMOS UN PACTO...NO INTENTES ROMPERLO! NO PUEDES DESTERRARME!!! SABES QUE NO!!"

"...de que...estás hablando, Bel? No pretendo romper el pacto, por qué iba....?"

Intenté acallar las insensateces de Belialt porque Adramelech preguntó algo. Yo estaba demasiado centrado intentando que Belialt no se saliera de control asi que el hombre respondió

- No, no deberia darte ningun problema para usar magia, ese modelo esta pensado para soportar cargas electricas elevadas, incluso fuego...son similares a los que se implantan en los androides...

Mejor. Ya estaba a punto de matarlo. El caso es que yo tampoco me encontraba muy bien.

-Que es lo que... - le dije avanzando hacia el para sujetarlo amenazadoramente. Quiza habia activado algo, o habia soltado algun tipo de veneno al aire....

"KHALED, TRAIDOR!!!"

- Belialt cállate! - la torre tembló en ese momento. Y yo me estremecí con ella. Solté al cientifico sabiendo en ese momento que un simple insecto como ese no tenia el poder de causar lo que iba a ocurrir a continuacion. Sentí como Belialt era arrancado de mi interior. El vinculo que habia establecido con el demonio era demasiado profundo a estas alturas y era como si te sajaran el alma en dos. Mi mente no lo entendia y cada fibra de mi cuerpo ardía. Era como aquella vez que nos habiamos separado para que yo pudiera poseer al Todo, pero en ese caso, fue voluntario...ahora que no lo estaba siendo era aun mas doloroso. Grité y las llamas salieron de mis ojos. Miré hacia arriba y me pareció ver a Belialt, desapareciendo en una brecha abierta en la nada.

Y Belialt se cayó. Subitamente. Y yo no lo habia expulsado. En ese momento cai al suelo de rodillas, y luego de espaldas, perdiendo el conocimiento. A mi lado, cerca de mi mano extendida, el baston de nigromante con la calavera en su extremo...que habia perdido su coloración negra y ahora era un cristal mas.

La respuesta del científico no me tranquiliza del todo, aunque me asegure que los materiales que ha empleado no bloquean de ningún modo el uso de magia. Si los brazos son similares a los que le implantan a los androides se supone que deben ser más que resistentes, que no acabarán rotos al primer combate. Hago una mueca de disgusto al comprobar que sigo sin poder conjurar ni el más mínimo rayo de electricidad, lanzando después una mirada de desconfianza al científico. - Retírate, pero no intentes salir de la torre por el momento.- ordeno al científico para que nos deje a solas, pues no dejaré que se aleje hasta que no me asegure de que esto no tiene nada que ver con lo que ha hecho. Puede que esté pecando de desagradecido, pero ya estoy más que escarmentado con eso de confiar en los demás.

Trato de sostenerme en pie al bajar de la mesa en la que estaba, sintiendo de nuevo esa debilidad extraña que noté hace unos segundos al intentar canalizar mis poderes. No puede ser simplemente cosa de la droga usada para dormirme, y al parecer no soy el único que está notando cosas raras. Khaled parece desconcertado durante un instante, justo antes de vociferar contra el demonio que lleva dentro.   - ¿Belialt? ¿qué te dice, qué está pasando? - intuyo que debe tener relación con lo que está sucediendo, pero no me imagino hasta qué punto puede afectar esto al nigromante asociado con el demonio. Me acerco rápidamente a Khaled, asustado ante las llamas que salen de sus ojos y ante esa grieta que rasga el espacio un instante. Todo termina súbitamente, para cuando llego hasta Khaled ya ha caído de espaldas al suelo, desmayado. No llego a tiempo de sujetarlo, pero me arrodillo a su lado poniendo las manos sobre sus hombros para zarandearlo levemente gracias a que por fin, de una vez por todas, puedo usar las manos de nuevo.  Sacudo un poco más a mi abuelo, con la apremiante necesidad de espabilarlo. Al menos tiene pulso, pero no tengo ni idea de qué hacer. Por mucho que lo llamo no consigo nada, es como si el demonio hubiese hecho algo con él.  Estas cosas de nigromantes me sobrepasan, siempre lo han hecho.

- Joder... reacciona, por favor. - murmuro desesperado sin dejar de pensar que es la última familia que me queda, aunque nos hayamos conocido hace poco. Al principio no me doy cuenta de que la calavera de nigromancia, la que lleva en su báculo, ha perdido su característico brillo y su color. En cuanto me fijo en ese detalle mi cabeza comienza a armar planes conspiranoicos sobre lo que puede haber pasado. Alguien ha debido hacer alguna canallada con las calaveras de poder, y sólo se me ocurre pensar en los vengativos Descendientes o en la pesadilla que supondría que El Todo hubiese regresado.

No consigo hacer reaccionar a Khaled de ninguna de las maneras, teniendo como única esperanza que su pulso se mantenía a pesar de ser débil, y que además seguía respirando. Por lo demás es como si de repente se hubiese quedado en coma, desmayándose de esa manera tan súbita. Incluso intento reanimarlo usando mi poder de electricidad, pero no consigo ni la más mínima chispa, nada en absoluto. Es como si las calaveras estuviesen fallando, o más bien como si nos estuviesen haciendo algo a nosotros. Empiezo a entrar en pánico y desesperación por no saber qué hacer, ya que casualmente no hay nadie en la torre en este momento como para ayudarnos. Tampoco hay ningún núcleo de civilización cerca, sólo el bosque helado.

Por eso doy gracias cuando escucho la voz de Vanessa gritando mi nombre muy bastamente cuando entra en la torre, a la que supongo acaba de llegar. - ¡ Corre! ¡estamos aquí arriba! - grito mientras me pongo en pie, volviendo a notar esa debilidad tan extraña que sentí al intentar canalizar magia. Cada vez tengo más claro que no tiene que ver con la anestesia que ha usado el científico para hacer la operación de colocar los nuevos brazos metálicos. Me asomo a la puerta a la espera de que llega, y en cuanto la veo asomar tiro de su mano para colarla en la estancia. - Menos mal que estás aquí. - Cuánto había echado de menos poder usar las manos para lo más básico y necesario, y este simple gesto de agarrar a alguien me lo recuerda.

- No sé qué ha pasado, Khaled se ha desmayado de repente y ya lleva así varios minutos. No entiendo nada. Tenemos que llevarlo con alguien que pueda curarlo. Tal vez la chica esa que me ayudó cuando lo del nigromante. ¿Tienes alguna de tus furgonetas robadas por ahí abajo?

Si no fuese por la situación la verdad es que me habría hecho bastante ilusión ver la alegría de Vanessa al ver que ya no estoy desbrazadamente manco, que la pobre también lo pasó muy mal cuando tuvo que hacer aquello. Ahora por fin podemos olvidarlo (a medias, recordar no acercarse a nigromantes peligrosos) y pasar página. - Ha sido hace un rato, gracias al científico de la Alianza que secuestró Khaled. Justo me estaba despertando cuando empezó a suceder todo esto. - y cuando digo todo señalo al desmayado Khaled, pasándome la mano por la cara con mucho agobio. Es eso y que no tenemos poderes. - ¿Tú también? - pregunto a Vanessa con preocupación, volviéndome a agachar al lado de Khaled. Sigue igual, totalmente inconsciente. - No entiendo nada de nada. Pensé que pueden ser los Descendientes manipulando lo que nos robaron. Mira la calavera de nigromancia, ha perdido su brillo. Espero que no tenga que ver con el demonio que sellamos. - suelto con un hilo de voz por el miedo que me da imaginar que haya regresado. Se supone que sigue sellado en la estatua de hielo de mi madre, pero hay que comprobarlo.


Lo único que parece seguir intacto son los poderes de robar de Vanessa, que deja entrever que tiene un transporte abajo. - Pues hay que largarse ya. Vamos. Eh, pero con cuidado, hay que llevarlo con cuidado. - reprendo a Vanessa al coger a Khaled, compensando la carga al coger yo a mi abuelo por el otro brazo, de tal manera que cada uno llevemos un brazo sobre el hombro. Después comenzamos a descender los tortuosos escalones de piedra de la escalera de caracol de la torre, será toda una proeza que no bajemos rodando. - No. Al hospital de humanos no. No podemos fiarnos, lo usarán para experimentar. Hay que ir a lo seguro. Robaremos alguna farmacia por el camino para ver si podemos recuperar a Khaled, pero prefiero que lo atienda esa chica. Ella me mantuvo con vida, ¿no? puede hacerlo. - seguimos bajando la escalera, hasta llegar a la planta de abajo. Allí sigue imperturbable la escultura helada de Zayra, sin cambio alguno. La esencia demoníaca de El Todo fue sellada ahí, y no parece que eso haya variado. Al menos una buena noticia, habrá que buscar el origen de esto en otro lado. Tras esa última comprobación salimos de la torre, montando los tres en la furgona robada de Vanessa. A partir de ahí ponemos rumbo a la costa.

El Consejo había mandado citaciones a los Souls de manera reiterada para, ahora que ya estaban un poco más tranquilas las aguas, llevar a cabo el juicio y conmutar la sentencia, cosa que habían pospuesto por la urgencia de recuperar la magia en aquella reunión en el Castillo Le Fay, pero ninguna fue respondida y aún no se habían presentado en la isla, así que Adael fue enviado para buscarlos y llevarlos a la isla, incluso cuando él había salido contadas veces de Ouroboros y no conocía el mundo exterior, por eso le había pedido un mapa a Sean el cual se mostró reacio a colaborar porque decía que los que habían sido afectados por las calaveras ya se habían recuperado y que los habían ayudado a devolver la magia como lo prometieron, pero eso no quitaba que habían atacado a personas inocentes, que habían mentido sobre su identidad y que habían irrumpido en Ouroboros sin permiso, además el mago elementarista prometió que evitaría todo tipo de conflictos priorizando mantener las relaciones de paz y cooperación con la agrupación, ante esto el descendiente cedió y le entregó un mapa con las posibles ubicaciones de los Souls Reapers de entre todos sus papeles, pergaminos y libros. Suspendió sus clases con sus otros estudiantes así como el censo, había pasado a buscar las pociones pero no las llevaba todas encima, llevaba puesto su traje volador especial para elementaristas de aire, el rollo de cable de metal en la espalda, el Anillo de Ouroboros como canalizador, Vilya por las dudas, un brazalete con cuchilla de metal retráctil en cada muñeca y el Rubí de Akkad, la Estatuilla de colibrí de diamante, una Poción herbovitalizante y Esencia de díctamo en su bolso de piel de moke color verde plateado que se contrae cuando se aproxima alguien desconocido, haciendo que nadie excepto el dueño pueda sacar objetos de él, una reliquia familiar. Miraba pensativo el mapa para ubicarse, las otras veces que había viajado había sido guiado, pero ahora iba por su cuenta junto con el estudiante al que últimamente le dedicaba más tiempo, Aiden Bennett.

-Recuerda que este es un viaje de estudio, Aiden. Lo que veamos aquí entra en el examen.- Dijo desde la espalda del dragón, donde examinaba el mapa mientras su estudiante continuaba avanzando a través del aire, se había posado momentáneamente sobre el gigante rojo ya que la mayor parte del viaje ambos volaron a la par gracias a su traje volador.

-El río va en esta dirección, nosotros lo debemos bordear hasta la meseta, allí doblar a la izquierda y seguir derecho unos 2800 km ¡Esa es la meseta! Vamos.- Dicho esto guardó el mapa en su bolso y se zambulló en el aire para girar junto con el dragón unos 90° hacia la izquierda y volar a la par. -Bien, a este paso llegaremos en 2 horas… creo que es un buen momento para repasar lo que debemos hacer, estamos en busca de tres miembros de los Souls Reapers; Adramelech Svensson, un hombre de alrededor 30 años, de pelo negro, su mano derecha es mecánica y le falta el brazo izquierdo, Khaled Svensson, un hombre… mayor, también tiene pelo negro, más largo y siempre anda con un bastón de metal retorcido y Vanessa Montenegro… a ella no la vi mucho pero es una mujer que también debe tener alrededor de 30 años, de pelo castaño usualmente recogido en una trenza o en una coleta. Lo que nosotros vamos a hacer es transportarlos a Ouroboros de forma pacífica, esto quiere decir: nada de fuego, nada de garras, nada de dientes y nada de gruñidos. No hay que herirlos ni amenazarlos bajo ninguna circunstancia. El consejo tiene un pacto de paz con los Souls Reapers muy frágil y lo que nosotros vamos a hacer es muy delicado, un paso en falso y podemos ir despidiéndonos de la paz.- Le costaba hablar mientras el viento le daba constantemente en la cara.

-Los Souls Reapers consiguen su magia a través de unas calaveras y éstas necesitan cargarse de magia de otros seres, lo que pasó fue que Adramelech y Vanessa extrajeron por la fuerza la magia de muchos individuos, engañaron a un descendiente para llegar a la isla y continuaron con sus ataques en Ouroboros hasta que fueron detenidos y las calaveras les fueron confiscadas. Por su parte, Khaled parece ser la mente maestra detrás de todo esto. De algún modo lograron escapar de la isla antes de poder enjuiciarlos pero sin las calaveras. Durante el bloqueo mágico, el Consejo y los Souls nos reunimos y decidimos devolverles las calaveras para unir fuerzas y devolver la magia, con la condición de someterse a un juicio una vez resuelto el bloqueo mágico. Por el acto de buena voluntad de devolverles los artefactos fue acordado dejar las hostilidades de lado y al final, con su ayuda, la magia volvió. Pasó mucho tiempo desde entonces y aún no se han presentado ante el Consejo para acordar una sentencia justa, así que me mandaron a buscarlos y sentí que te resultaría enriquecedor participar de esta campaña. No me cansaré de repetir que no hay que herirlos ni amenazarlos bajo ninguna circunstancia. Ellos son un grupo influyente entre la comunidad mágica y es crucial mantener la paz y el buen trato, pero el juicio por sus ataques no puede hacerse esperar más.- Consideró que explicarle a su estudiante sería lo mejor para velar por la paz mientras el viento le revolvía el cabello.

El dragón había pasado a aceptar ir con Adael, como le pasaba con todas las cosas que hacía con él, por su gran capacidad de insistir e insistir insaciablemente hasta que encontraba una respuesta favorable. A veces, solo por dejar de escucharle, aceptaba de manera rápida, que lo que se le metía en la cabeza era imposible sacárselo. Después de todo, ya tenía algo de tiempo conociéndole y había terminado ser incluso más insistente que Thranduil mismo.

Gruñó dejando los ojos en blanco cuando escuchó lo del examen. Sobre todo por lo del viaje de estudio. Ya se lo había dicho, pero iban por gente que no se dejaría transportar tan fácilmente. También hizo un par de movimientos bruscos al sentirlo en la espalda. El elfo normalmente iba con Daniel, o con ninguno, así que la sensación no era agradable. Siguio el camino que señalaba, la meseta, el río, seguir derecho.

Puso atención en las descripciones, que al final las dejó en uno viejo, uno joven y una mujer con coleta. Podía decirse que ese detalle despertó su interés, pues se imaginaba con la coleta enredada en su muñeca, haciendo cosas que no eran precisamente las propias de la misión. Bufó nuevamente cuando las prohibiciones empezaron. Controlar los gruñidos iba a ser lo más dificil, según veía.- Si se te ocurrió venir con alguien, no sé, más diplomático, ¿no? - Gruñó despues del bufido, porque las sutilezas no le iban mucho y parecía ser todo lo que el contrario quería.

Entonces ni siquiera es magia propia. Vaya, los humanos sí que son inútiles. ¿Qué te hace pensar que tienen algún tipo de honor?- Dijo abiertamente, que a tal altura nadie se enteraba.- ¿De verdad crees tu que colaboraron por voluntad propia? Los tenían del cuello sin sus calaveras. No van a ir a tu juicio a que tengan oportunidad de quitarles de nuevo su fuente de poder. Los magos creen poder regir todo y no se dan cuenta de nada.- Sentenció, acelerando el paso, que si iban a volver sin nada mejor volver antes, así alcanzaba a hacer paradas técnicas aquí y allá. Aún cuando le dijeran que la no agresión y la no violencia eran la clave, tenía muy en claro lo que de verdad los recibiría en tanto entraran al territorio enemigo.