Recuerdo del primer mensaje :
En este lugar se encontraba la Antigua Torre de hechicería que desapareció misteriosamente absorbiéndose a si misma durante una batalla contra las tropas androides de SAM.
Las desavenencias entre Adael y Zaphira no pasaron desapercibidas, parecían mantener cierta rivalidad y un interesante tira y afloja. Negué con la cabeza a eso de formar parte del Consejo, al menos no entendido de ese manera. - Recuerdo que se dijo que el Consejo de los 20 era una entidad sólo de magos y brujas, y no he dicho que eso me parezca mal. Lo que se habló allí tenía que ver con crear algo mayor, una especie de gobierno en el que cada grupo tuviese representación. ¿No habéis avanzado sobre esa idea? - pregunto un tanto desilusionado, pues en aquel momento parecía que se iban a poner a trabajar en ello de manera inmediata. Doy la razón a Zaphira cuando dice que ese tema ya fue hablado y arreglado, pues esto sólo me parece remover más de lo mismo.
Presentía que mi abuelo se estaba cabreando por momentos, aunque no lo demostrase con grandes aspavientos. No pude evitar un gesto de sorpresa cuando se autoculpó de habernos enviado a esa misión, pero me mantuve callado mientras se negaba a que volviésemos a pedir perdón por aquello. - Es cierto. Ya quedó todo solucionado, estáis sacando las cosas de quicio para nada. Tenemos problemas más importantes que ver si alguien se disculpó a vuestro gusto o no. En serio...no sé qué estáis buscando con todo esto, ni que beneficios puede traer. - mantuve un tenso contacto visual con Adael, que en lugar de apaciguarse iba cada vez a más.
- ¡Ya dijimos que sentíamos el daño causado, el mismo día de la boda, cuando nos reventaron entre unos cuantos, vuestro nigromante entre ellos! - protesto perdiendo un poco los nervios, cosa que no quería que sucediera. - Para ir hacia delante hay que permitir olvidar. No acabaríamos nunca si nosotros siguiéramos recordando todo lo que nos han hecho los magos a lo largo de los siglos. No me gustó en absoluto la frase de matón del pelirrojo que acompañaba a Adael, que parecía querer decir que teníamos suerte de que no nos hubiese pegado. Habría querido decirle algo más, pero el repentino cambio en el color del fuego de las antorchas me alertó.
- El Guardián...intrusos. - intercambié una rápida mirada con Khaled, saliendo rápidamente de la biblioteca para ir a ver qué pasaba. Los sonidos provenían de la parte de abajo de la torre, así que corrimos para comenzar a descender las escaleras de caracol. Lo peor es que fuese quien fuese estaba en la sala de los 7 portales.
- No tienes ni puta idea de qué va esto ni de lo que somos, así que para decir esas tonterías es mejor que sigas callado.- lo que dijo Aiden sobre nosotros y sobre los demonios me dieron ganas de soltarle un puñetazo, cosa que habría hecho de no ser porque teníamos cosas más importantes que hacer. Al entrar a la sala de los portales nos encontramos al Guardián, que había llevado a cabo su trabajo de manera eficiente golpeando al intruso. Adael se nos adelantó, agarrando al hombre antes de que se golpease contra el suelo al caer desmayado. Me adelanté para ir en dirección al monstruoso ser, que obedecía a la sangre Soul Reaper. - Detente- ordené de modo autoritario, de modo que se quedase estático. Después me acerqué a Adael, dejando un poco de lado la discusión anterior.
- ¿Está vivo? ¿lo conocéis? no he visto que viniese con vosotros. - miré hacia atrás, como interrogando a Khaled con la mirada. Nadie conocía este lugar, excepto Matvey. Y tampoco sabíamos de dónde venía el hombre del parche.
Presentía que mi abuelo se estaba cabreando por momentos, aunque no lo demostrase con grandes aspavientos. No pude evitar un gesto de sorpresa cuando se autoculpó de habernos enviado a esa misión, pero me mantuve callado mientras se negaba a que volviésemos a pedir perdón por aquello. - Es cierto. Ya quedó todo solucionado, estáis sacando las cosas de quicio para nada. Tenemos problemas más importantes que ver si alguien se disculpó a vuestro gusto o no. En serio...no sé qué estáis buscando con todo esto, ni que beneficios puede traer. - mantuve un tenso contacto visual con Adael, que en lugar de apaciguarse iba cada vez a más.
- ¡Ya dijimos que sentíamos el daño causado, el mismo día de la boda, cuando nos reventaron entre unos cuantos, vuestro nigromante entre ellos! - protesto perdiendo un poco los nervios, cosa que no quería que sucediera. - Para ir hacia delante hay que permitir olvidar. No acabaríamos nunca si nosotros siguiéramos recordando todo lo que nos han hecho los magos a lo largo de los siglos. No me gustó en absoluto la frase de matón del pelirrojo que acompañaba a Adael, que parecía querer decir que teníamos suerte de que no nos hubiese pegado. Habría querido decirle algo más, pero el repentino cambio en el color del fuego de las antorchas me alertó.
- El Guardián...intrusos. - intercambié una rápida mirada con Khaled, saliendo rápidamente de la biblioteca para ir a ver qué pasaba. Los sonidos provenían de la parte de abajo de la torre, así que corrimos para comenzar a descender las escaleras de caracol. Lo peor es que fuese quien fuese estaba en la sala de los 7 portales.
- No tienes ni puta idea de qué va esto ni de lo que somos, así que para decir esas tonterías es mejor que sigas callado.- lo que dijo Aiden sobre nosotros y sobre los demonios me dieron ganas de soltarle un puñetazo, cosa que habría hecho de no ser porque teníamos cosas más importantes que hacer. Al entrar a la sala de los portales nos encontramos al Guardián, que había llevado a cabo su trabajo de manera eficiente golpeando al intruso. Adael se nos adelantó, agarrando al hombre antes de que se golpease contra el suelo al caer desmayado. Me adelanté para ir en dirección al monstruoso ser, que obedecía a la sangre Soul Reaper. - Detente- ordené de modo autoritario, de modo que se quedase estático. Después me acerqué a Adael, dejando un poco de lado la discusión anterior.
- ¿Está vivo? ¿lo conocéis? no he visto que viniese con vosotros. - miré hacia atrás, como interrogando a Khaled con la mirada. Nadie conocía este lugar, excepto Matvey. Y tampoco sabíamos de dónde venía el hombre del parche.
Zaphira Eire
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-Ha sido complicado, desde la fiesta y después de la convergencia también hemos tenido asuntos que atender, retomar las clases y las actividades normales de la isla ha costado, supongo que lo comprenderás dado que estáis en una situación similar a la nuestra, pero nuestra presencia aquí deja claro que no hemos abandonado la creación de algo nuevo- Mi voz con Adramelech era tranquila, como si hablara con cualquiera de la isla, lo conocía poco pero era un chico razonable dentro de lo normal y mientras no le tocaran las narices, por desgracia tanto las palabras de Adael como las del enano a su lado, aquel chico no tendría más de trescientos años, consiguieron que el chico saltara a la defensiva haciendo que me llevara una mano al entrecejo para masajearlo por la falta de estrategia de esos dos, las negociaciones habían caído en picado.
El siguiente en hablar fue Khaled después de su constante contacto visual, tanto que me sentí tentada a enseñarle los tobillos, el moreno se hizo responsable por los chicos pero yo no podía creer eso, no me parecía la clase de hombre que mandaba a su nieto al peligro sin tenerlo todo calculado y sinceramente lo de la boda fue un poco chapuza, les salió bien por los pelos. Contesté intentando que la cosa no se fuera demasiado de nuestras manos pues estaba claro que Khaled no iba a dar su brazo a torcer como quería Adael, reclamando de aquella forma tan autoritaria, tal vez no fuera su intención pero obviamente estaba atacando desde su posición de descendiente, intentando quedar por encima o esa era la sensación que me daba y era un mal plan pues la paciencia del Soul se estaba agotando.
Busqué de nuevo la mirada de Khaled intentando que no se tomara demasiado en serio las palabras de Adael, no para desautorizarlo o contradecirlo, más bien para hacer ver que no se había expresado todo lo bien que podía, sin embargo ese momento nunca llegó y al igual que Aiden me levanté de la silla al notar ese pico de magia tan alto -Ha pasado algo- todas las luces se tornaron violeta unos momentos después y todos salieron por la puerta, Adramelech dijo que se trataba de intrusos e iba a seguirlos pero Adael me detuvo justo antes de que el pelirrojo soltara esa perlita por su bocaza -¿Pero qué haces?- dije sin saber las razones del chico y de repente empezó a darme la chapa, a mi, que le sacaba más de un milenio, me resultó hasta gracioso -Sé que Sean te dio ese mapa, estaba en la biblioteca ese día, por eso os he seguido- aclaré mientras sacaba el trozo de papel, lo siguiente fue un sermón digno de un cura, eso si lo había sacado de su familia porque menudo tostón, incluso se había atrevido a mencionar mis jugueteos con khaled, eso hizo que se me escapara una risita que intenté disimular con un carraspeo, cuando se levantó de la mesa lo detuve solo un instante -Sean fue el primero en pactar con ellos, por supuesto que iba a estar de acuerdo, pero el plan era que se convirtieran en aliados, no volver a lo mismo de antes, en ningún momento me he puesto de su parte y con quien esté o deje de estar no es asunto de nadie más que mío y te voy a decir una cosa, piensa como tu enemigo y nunca lo subestimes pues si te pasas la vida mirando hacia abajo nunca verás lo que viene desde arriba, hay que mantener la cabeza fría en las negociaciones ¿Crees que Newton habría llevado la situación así? estamos en su casa, podrían haber acabado con nosotros en cualquier momento y sin embargo no lo han hecho a pesar de tu soberbia, te falta madurar chico-
Lo dejé ir pero esa puntillita final sobre Sean si que me había tocado las narices, tanto que me quedé un momento en la sala respirando profundamente para no darle un par de nalgadas o tirarle de las orejas -Es solo un crío, es solo un crío, no lo hagas- me aparecí directamente en el hall para ahorrar tiempo y bajé las escaleras desde ahí hasta el sótano rápidamente siguiendo el olor de los otros, para cuando llegué el guardián ya se había detenido, me detuve al lado de Khaled un instante mientras Adramelech ayudaba a los otros dos y me moví también para levantar a Adael -¿estás bien Adael?- pregunté al chico viendo que no tuviera heridas muy graves, por suerte parecía ser solo el golpe -a este no lo he visto en mi vida, no sé quien es, metedlo en una celda por si acaso- dije como sugerencia pues ese hombre tenía un olor un tanto extraño.
El siguiente en hablar fue Khaled después de su constante contacto visual, tanto que me sentí tentada a enseñarle los tobillos, el moreno se hizo responsable por los chicos pero yo no podía creer eso, no me parecía la clase de hombre que mandaba a su nieto al peligro sin tenerlo todo calculado y sinceramente lo de la boda fue un poco chapuza, les salió bien por los pelos. Contesté intentando que la cosa no se fuera demasiado de nuestras manos pues estaba claro que Khaled no iba a dar su brazo a torcer como quería Adael, reclamando de aquella forma tan autoritaria, tal vez no fuera su intención pero obviamente estaba atacando desde su posición de descendiente, intentando quedar por encima o esa era la sensación que me daba y era un mal plan pues la paciencia del Soul se estaba agotando.
Busqué de nuevo la mirada de Khaled intentando que no se tomara demasiado en serio las palabras de Adael, no para desautorizarlo o contradecirlo, más bien para hacer ver que no se había expresado todo lo bien que podía, sin embargo ese momento nunca llegó y al igual que Aiden me levanté de la silla al notar ese pico de magia tan alto -Ha pasado algo- todas las luces se tornaron violeta unos momentos después y todos salieron por la puerta, Adramelech dijo que se trataba de intrusos e iba a seguirlos pero Adael me detuvo justo antes de que el pelirrojo soltara esa perlita por su bocaza -¿Pero qué haces?- dije sin saber las razones del chico y de repente empezó a darme la chapa, a mi, que le sacaba más de un milenio, me resultó hasta gracioso -Sé que Sean te dio ese mapa, estaba en la biblioteca ese día, por eso os he seguido- aclaré mientras sacaba el trozo de papel, lo siguiente fue un sermón digno de un cura, eso si lo había sacado de su familia porque menudo tostón, incluso se había atrevido a mencionar mis jugueteos con khaled, eso hizo que se me escapara una risita que intenté disimular con un carraspeo, cuando se levantó de la mesa lo detuve solo un instante -Sean fue el primero en pactar con ellos, por supuesto que iba a estar de acuerdo, pero el plan era que se convirtieran en aliados, no volver a lo mismo de antes, en ningún momento me he puesto de su parte y con quien esté o deje de estar no es asunto de nadie más que mío y te voy a decir una cosa, piensa como tu enemigo y nunca lo subestimes pues si te pasas la vida mirando hacia abajo nunca verás lo que viene desde arriba, hay que mantener la cabeza fría en las negociaciones ¿Crees que Newton habría llevado la situación así? estamos en su casa, podrían haber acabado con nosotros en cualquier momento y sin embargo no lo han hecho a pesar de tu soberbia, te falta madurar chico-
Lo dejé ir pero esa puntillita final sobre Sean si que me había tocado las narices, tanto que me quedé un momento en la sala respirando profundamente para no darle un par de nalgadas o tirarle de las orejas -Es solo un crío, es solo un crío, no lo hagas- me aparecí directamente en el hall para ahorrar tiempo y bajé las escaleras desde ahí hasta el sótano rápidamente siguiendo el olor de los otros, para cuando llegué el guardián ya se había detenido, me detuve al lado de Khaled un instante mientras Adramelech ayudaba a los otros dos y me moví también para levantar a Adael -¿estás bien Adael?- pregunté al chico viendo que no tuviera heridas muy graves, por suerte parecía ser solo el golpe -a este no lo he visto en mi vida, no sé quien es, metedlo en una celda por si acaso- dije como sugerencia pues ese hombre tenía un olor un tanto extraño.
Adael me devolvió la mirada de modo directo y sostenido. Eso me gustaba. Alguien capaz de sostenerme así la mirada....supe entonces que Adael no se iba a rendir facilmente en sus deseos por conseguir aquella disculpa que él tan necesaria creia. Pero que me gustase no quería decir que fuese a darle el gusto. Belialt estaba disfrutando de lo lindo, podía sentirlo en mi interior.
"eres un auténtico pesado, lo sabías?"
- Humildad.....igualdad.... Tienes razón. - dije de modo pensativo. Khaled Svensson a duras penas conocía qué eran la humildad o la igualdad. No había crecido rodeado de ninguna de ambas. Nunca nos habian tratado con humildad o igualdad y por tanto era dificil sentirse identificado con ello, y lo reconocía sin tapujos. Pero el arrepentimiento, eso.... tenía tanto de lo que arrepentirme. Tantas cosas. Pero no dije nada respecto a eso. - Por eso quiero dejar paso al futuro. A las nuevas generaciones. - en ese momento, miré a Adramelech, dejando muy claro a que y sobretodo a QUIEN me estaba refiriendo. - Y no quiero que un igual empiece sus relaciones con el mundo de los magos de este modo. El chico ya se disculpó.
"suenas coherente y todo, Khaled....eso me está aburriendo. No ves que no les interesa? Solo quieren robaros este sitio"
Entonces las llamas cambiaron de color, ocurrió aquello...
- El guardián....la sala.... - me levanté de mi asiento y tomé el báculo, no esperé a nadie y abrí un portal demoniaco por el que me desvanecí apareciendo nuevamente en la sala de los portales. ¿Cómo era posible? Alli estaba el guardián, zarandeando al intruso. Pero no fue eso lo primero que atendí. El portal al mundo infernal, lo miré. Estaba bajo control, tal como lo habia dejado. Bien, entonces no era eso. Despues de corroborar aquello, fui hacia donde estaba la estatua de Zayra...seguía en su sitio, intacta. Me quedé a su lado y miré con furia al hombre de cabellos blancos que era zarandeado. Llegaron los demás entonces, no me agradaba tener visitantes en este lugar...
Adramelech detuvo al guardian y Adael puso a salvo a aquel hombre. Me aproximé a examinarlo, escuchando la advertencia de Zaphira. Invoqué los poderes de Belialt para poder identificarlo mejor.
- Es...un mago. - su aura me reveló también que no era mala persona. No era un santo, pero tampoco se lo podía catalogar de asesino por placer....o crimenes de ese estilo. Nadie parecía conocerlo.
Mi mirada se entornó, dejé de mirar al mago y caminé hacia el portal que algunas horas antes habia llamado mi atención por aquellos simbolos en su piedra. Se le veia normal, inerte, como cuando me fui.... al acercarme y pararme entre sus dos pilares me crucé de brazos, mirando hacia arriba. Y si....? Que interes tendrian los descendientes en colar aqui a un mago? Solo Matvey sabia de la existencia de esta estancia, y el nigromante no era ningun cobarde, de querer algo, habria venido él mismo. Puse mi mano sobre la piedra del arco. Me sorprendió lo caliente que estaba...tanto que tuve que retirar mi mano.
Me giré, mirando al recien llegado bajo la luz de otra perspectiva.
"interesante..."
"eres un auténtico pesado, lo sabías?"
- Humildad.....igualdad.... Tienes razón. - dije de modo pensativo. Khaled Svensson a duras penas conocía qué eran la humildad o la igualdad. No había crecido rodeado de ninguna de ambas. Nunca nos habian tratado con humildad o igualdad y por tanto era dificil sentirse identificado con ello, y lo reconocía sin tapujos. Pero el arrepentimiento, eso.... tenía tanto de lo que arrepentirme. Tantas cosas. Pero no dije nada respecto a eso. - Por eso quiero dejar paso al futuro. A las nuevas generaciones. - en ese momento, miré a Adramelech, dejando muy claro a que y sobretodo a QUIEN me estaba refiriendo. - Y no quiero que un igual empiece sus relaciones con el mundo de los magos de este modo. El chico ya se disculpó.
"suenas coherente y todo, Khaled....eso me está aburriendo. No ves que no les interesa? Solo quieren robaros este sitio"
Entonces las llamas cambiaron de color, ocurrió aquello...
- El guardián....la sala.... - me levanté de mi asiento y tomé el báculo, no esperé a nadie y abrí un portal demoniaco por el que me desvanecí apareciendo nuevamente en la sala de los portales. ¿Cómo era posible? Alli estaba el guardián, zarandeando al intruso. Pero no fue eso lo primero que atendí. El portal al mundo infernal, lo miré. Estaba bajo control, tal como lo habia dejado. Bien, entonces no era eso. Despues de corroborar aquello, fui hacia donde estaba la estatua de Zayra...seguía en su sitio, intacta. Me quedé a su lado y miré con furia al hombre de cabellos blancos que era zarandeado. Llegaron los demás entonces, no me agradaba tener visitantes en este lugar...
Adramelech detuvo al guardian y Adael puso a salvo a aquel hombre. Me aproximé a examinarlo, escuchando la advertencia de Zaphira. Invoqué los poderes de Belialt para poder identificarlo mejor.
- Es...un mago. - su aura me reveló también que no era mala persona. No era un santo, pero tampoco se lo podía catalogar de asesino por placer....o crimenes de ese estilo. Nadie parecía conocerlo.
Mi mirada se entornó, dejé de mirar al mago y caminé hacia el portal que algunas horas antes habia llamado mi atención por aquellos simbolos en su piedra. Se le veia normal, inerte, como cuando me fui.... al acercarme y pararme entre sus dos pilares me crucé de brazos, mirando hacia arriba. Y si....? Que interes tendrian los descendientes en colar aqui a un mago? Solo Matvey sabia de la existencia de esta estancia, y el nigromante no era ningun cobarde, de querer algo, habria venido él mismo. Puse mi mano sobre la piedra del arco. Me sorprendió lo caliente que estaba...tanto que tuve que retirar mi mano.
Me giré, mirando al recien llegado bajo la luz de otra perspectiva.
"interesante..."
Arturo Lizarraga
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Bando
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30 minutos después
Con una desorientación digna de una borrachera, despierto inmovilizado de una forma un tanto peculiar, pero que cumple con su cometido de evitar escape alguno. Pero se me permite tener una visión del lugar donde me encuentro y de las personas que me tienen custodiado. En la celda se encuentra un tipo con vestimentas algo orientales, presiento energías elementales, pero no puedo precisar nada a detalle, todavía sigo sin haber descansado lo suficiente. De todos parece el más preocupado por mi…bueno, todos lo están, pero de diferente forma. Me parece sentir a alguien más, pero es más discreto. Quien está más atento a cualquier movimiento mío es alguien con una vestimenta blanca y mirada seria, parece ser que es quien me tiene inmovilizado. Luego veo a una mujer con vestimenta Victoriana, pero no tan bombacha y clasicista, más bien de esa que se usan en historias steampunk. No muy lejos de ella esta quien parece ser el líder, su porte y mirada es mucho más intensa que cualquiera de los demás presentes. Se acerca para hacer lo que cualquiera haría en una situación como esta.
El interrogatorio está a punto de iniciar cuando rompo el silencio—muy bien, antes cualquier cosa, hablamos el mismo idioma, ¿no?....parece que sí, entonces luego de responder a sus preguntas, me gustaría confirmar si esto es un universo paralelo y no uno alternativo, siendo una forma sencilla de verificarlo, el mencionar las razas mágicas predominantes y las facciones que mantienen su influencia en el mundo secreto*…. vale, prosigan con lo suyo—termino mi peculiar interrupción. Entonces sin más preámbulos, de forma concreta se me inquiere sobre mi identidad, quien me ha enviado y mi razón de estar ahí, entre otras cosas, pero las 3 primeras es lo que más suele interesar. Es lo más razonable querer saber esas cosas, después de todo, soy un intruso en su territorio y cualquier extraño puede ser un espía. El asunto aquí, es que esto no ha sido intencionado y espero que puedan atender a razones…si no, entonces se puede decir que ya estoy muerto.
Mi nombre no es importante, pero pueden llamarme Razor, miembro de una cábala muy peculiar, pero no he sido enviado…al menos no de forma voluntaria. Es posible que sea de otro universo, pero me falta información para confirmar tal idea. Nunca tuve intención de estar aquí, de hecho fui succionado por un portal mientras intentaba cerrarlo antes de que un grupo enemigo lo cruzara, pero falle en ello y termine accidentalmente en este sitio—no es la información más clara, pero es algo y de momento he respondido lo que se me pedía, aunque no de la forma en que quisieran de seguro. Es más que seguro que mi ambigüedad no les haga gustado del todo.
Entonces espero que me sacien mi curiosidad…aunque estoy consciente de que no estoy en posición de pedir nada, ni como favor siquiera.
Con una desorientación digna de una borrachera, despierto inmovilizado de una forma un tanto peculiar, pero que cumple con su cometido de evitar escape alguno. Pero se me permite tener una visión del lugar donde me encuentro y de las personas que me tienen custodiado. En la celda se encuentra un tipo con vestimentas algo orientales, presiento energías elementales, pero no puedo precisar nada a detalle, todavía sigo sin haber descansado lo suficiente. De todos parece el más preocupado por mi…bueno, todos lo están, pero de diferente forma. Me parece sentir a alguien más, pero es más discreto. Quien está más atento a cualquier movimiento mío es alguien con una vestimenta blanca y mirada seria, parece ser que es quien me tiene inmovilizado. Luego veo a una mujer con vestimenta Victoriana, pero no tan bombacha y clasicista, más bien de esa que se usan en historias steampunk. No muy lejos de ella esta quien parece ser el líder, su porte y mirada es mucho más intensa que cualquiera de los demás presentes. Se acerca para hacer lo que cualquiera haría en una situación como esta.
El interrogatorio está a punto de iniciar cuando rompo el silencio—muy bien, antes cualquier cosa, hablamos el mismo idioma, ¿no?....parece que sí, entonces luego de responder a sus preguntas, me gustaría confirmar si esto es un universo paralelo y no uno alternativo, siendo una forma sencilla de verificarlo, el mencionar las razas mágicas predominantes y las facciones que mantienen su influencia en el mundo secreto*…. vale, prosigan con lo suyo—termino mi peculiar interrupción. Entonces sin más preámbulos, de forma concreta se me inquiere sobre mi identidad, quien me ha enviado y mi razón de estar ahí, entre otras cosas, pero las 3 primeras es lo que más suele interesar. Es lo más razonable querer saber esas cosas, después de todo, soy un intruso en su territorio y cualquier extraño puede ser un espía. El asunto aquí, es que esto no ha sido intencionado y espero que puedan atender a razones…si no, entonces se puede decir que ya estoy muerto.
Mi nombre no es importante, pero pueden llamarme Razor, miembro de una cábala muy peculiar, pero no he sido enviado…al menos no de forma voluntaria. Es posible que sea de otro universo, pero me falta información para confirmar tal idea. Nunca tuve intención de estar aquí, de hecho fui succionado por un portal mientras intentaba cerrarlo antes de que un grupo enemigo lo cruzara, pero falle en ello y termine accidentalmente en este sitio—no es la información más clara, pero es algo y de momento he respondido lo que se me pedía, aunque no de la forma en que quisieran de seguro. Es más que seguro que mi ambigüedad no les haga gustado del todo.
Entonces espero que me sacien mi curiosidad…aunque estoy consciente de que no estoy en posición de pedir nada, ni como favor siquiera.
- Off-rol:
- *El Mundo Secreto, es el termino equivalente a comunidad mágica en el mundo de Artie, aunque el segundo también se usa, pero es en menor grado o escala.
Si les parece que me he pasado en algunas cosas, avisadme para corregir.
Dejó que la dragona explicara los avances en la representación de cada grupo mágico mientras en su mente se cocía la idea de un Congreso Mágico conformado por representantes elegidos democráticamente.
“¿Así no era el Ministerio de Magia?”
-¡Oh! Entonces supongo que los rayos de bienvenida fueron una demostración de arrepentimiento auténtico y profundo cariño... que el Gran Espíritu de la Naturaleza nos proteja de sus muestras de amor...- Respondió el descendiente actuando como si estuviera un poco sorprendido a las protestas de Adramelech sobre que ya habían pedido disculpas pero manteniendo más la calma que éste. Tenía la esperanza que lo que dijo después sobre permitir olvidar también lo apliquen ellos, porque hasta ahora no daban señales de hacerlo. Y allí iban otra vez a hacerse las víctimas.
“Los pobres Souls Reapers no son más que humanos que consiguieron a través de medios artificiales manejar la magia ¿Qué sabrán ellos sobre la comunidad mágica si ellos mismos son reacios a formar parte de ella?”
El aprendiz del mago elementarísta respondió hoscamente pero con la verdad, al soul no pareció que le hayan gustado sus modos, pero el joven maestro consideró que no hacía falta agregar más nada, además la luz del ambiente cambió y el soul más joven, el pelirrojo y Zaphira se levantaron abruptamente para averiguar la razón de que el guardián haya dado aviso. Afortunadamente logró retener a la dragona, por desgracia el dragón se quedó a presenciar las palabras que ella y el mago intercambiaron mientras que el Svensson nieto salió corriendo y el abuelo abrió un portal para llegar a destino al instante y dejándonos a solas. Cuando el descendiente de Moisés distinguió la risita que se le escapó a la otra, su respiración fue haciéndose más y más caliente, podía sentir la furia creciendo en su interior hasta notó que estaba empezando a largar humo por la nariz y las orejas, parecía una locomotora, sin duda la dragona lo había notado al retenerlo solo un instante, en ese momento se encomendó a la tarea de tranquilizarse.
“49 ovejas... 48 ovejas... 47 ovejas...”
Un comentario posterior hizo reír a Adael cuando ya estaba tranquilo mientras levantaba la silla que Aiden había tirado por las prisas y la ponía en su respectivo sitio.
-¿Tu me vas a hablar de mantener la cabeza fría en las negociaciones?¿En serio?- Rió por lo bajo un poco más negando ligeramente con la cabeza. -Anda, vamos con tu novio demonio, seguro que te está echando de menos.- Dijo para luego agregar lo de la falta de comunicación entre ella y su protegido y abandonar finalmente la biblioteca. Cuando el concejal llegó al final de la escalera de caracol, Aiden ya estaba allí con su típica posición fanfarrona y Adramelech se mostraba furioso por algo que el pelirrojo probablemente había dicho. Cuando Adael llegó al escalón en el que el dragón estaba, tomó su hombro suavemente y le pidió con la mirada suplicante que se llamara al silencio. Luego avanzó para adelantarse hasta quedar encogido frente al Guardián con el desconocido en brazos esperando un golpe que nunca llegó. Miró primero sorprendido a Adramelech y luego agradecido.
-Gracias Adramelech.- Dijo sonriendo ligeramente. Luego miró con más detalle al sujeto que tenía desfallecido entre sus brazos, analizó su pulso para responderle al Soul Reaper que estaba vivo, que no había venido con ellos, aceptó la ayuda de la mujer para incorporarse levantando tambíen al peliblanco y secundo a la dragona diciendo que no sabía quién era.
-Gracias, si, estoy bien, gracias a Adramelech.- En ese momento la razón por la que había ido le pareció ligeramente banal, pero los habitantes de Ouroboros seguían en su mente y su deseo de que los Souls ofrezcan disculpas públicas para lograr una alianza sólida seguía ahí, del mismo modo que seguía estando dispuesto a disculparse por todos los siglos en los que tuvieron que mantenerse como una organización en secreto, las persecuciones que sufrieron y por las acciones de todos sus antepasados ante todos los Souls Reapers. El mago no estaba tan de acuerdo con meterlo en una celda, pero no sabía a qué se enfrentaba así qué eligió guardar silencio y dejar que los anfitriones decidan. Era mago según el nigromante. Cuando dirigió su vista a éste último pudo ver una estatua muy realista de una mujer detrás de él. Luego de un tiempo en el que el descendiente usó el agua que aún quedaba en la cantimplora que el extraño trajo para sanarlo tanto física como espiritualmente el hombre despertó. Adael miró al resto de los presentes precavido y asintió con la cabeza a la primera pregunta sobre el idioma mientras devolvía con movimientos fluidos el agua a la cantimplora. Entornó los ojos al escuchar lo siguiente, esa no era su especialidad así que esperó a que alguien que si sepa sobre el tema responda o indague. Eventualmente le preguntó directamente su identidad, quién lo había enviado y su razón de estar ahí. Ante la extrañas respuestas de Razor, Adael miró a Khaled con la clara interrogante de si para él tenía sentido lo que decía.
-Las razas mágicas predominantes son los magos y las facciones a las que pertenecen los nuestros son tan variadas como personas hay en el mundo, pero abundan entre el bando de los renegados. Mi nombre es Adael Cohen, yo soy un mago elementarísta.-
“¿Así no era el Ministerio de Magia?”
-¡Oh! Entonces supongo que los rayos de bienvenida fueron una demostración de arrepentimiento auténtico y profundo cariño... que el Gran Espíritu de la Naturaleza nos proteja de sus muestras de amor...- Respondió el descendiente actuando como si estuviera un poco sorprendido a las protestas de Adramelech sobre que ya habían pedido disculpas pero manteniendo más la calma que éste. Tenía la esperanza que lo que dijo después sobre permitir olvidar también lo apliquen ellos, porque hasta ahora no daban señales de hacerlo. Y allí iban otra vez a hacerse las víctimas.
“Los pobres Souls Reapers no son más que humanos que consiguieron a través de medios artificiales manejar la magia ¿Qué sabrán ellos sobre la comunidad mágica si ellos mismos son reacios a formar parte de ella?”
El aprendiz del mago elementarísta respondió hoscamente pero con la verdad, al soul no pareció que le hayan gustado sus modos, pero el joven maestro consideró que no hacía falta agregar más nada, además la luz del ambiente cambió y el soul más joven, el pelirrojo y Zaphira se levantaron abruptamente para averiguar la razón de que el guardián haya dado aviso. Afortunadamente logró retener a la dragona, por desgracia el dragón se quedó a presenciar las palabras que ella y el mago intercambiaron mientras que el Svensson nieto salió corriendo y el abuelo abrió un portal para llegar a destino al instante y dejándonos a solas. Cuando el descendiente de Moisés distinguió la risita que se le escapó a la otra, su respiración fue haciéndose más y más caliente, podía sentir la furia creciendo en su interior hasta notó que estaba empezando a largar humo por la nariz y las orejas, parecía una locomotora, sin duda la dragona lo había notado al retenerlo solo un instante, en ese momento se encomendó a la tarea de tranquilizarse.
“49 ovejas... 48 ovejas... 47 ovejas...”
Un comentario posterior hizo reír a Adael cuando ya estaba tranquilo mientras levantaba la silla que Aiden había tirado por las prisas y la ponía en su respectivo sitio.
-¿Tu me vas a hablar de mantener la cabeza fría en las negociaciones?¿En serio?- Rió por lo bajo un poco más negando ligeramente con la cabeza. -Anda, vamos con tu novio demonio, seguro que te está echando de menos.- Dijo para luego agregar lo de la falta de comunicación entre ella y su protegido y abandonar finalmente la biblioteca. Cuando el concejal llegó al final de la escalera de caracol, Aiden ya estaba allí con su típica posición fanfarrona y Adramelech se mostraba furioso por algo que el pelirrojo probablemente había dicho. Cuando Adael llegó al escalón en el que el dragón estaba, tomó su hombro suavemente y le pidió con la mirada suplicante que se llamara al silencio. Luego avanzó para adelantarse hasta quedar encogido frente al Guardián con el desconocido en brazos esperando un golpe que nunca llegó. Miró primero sorprendido a Adramelech y luego agradecido.
-Gracias Adramelech.- Dijo sonriendo ligeramente. Luego miró con más detalle al sujeto que tenía desfallecido entre sus brazos, analizó su pulso para responderle al Soul Reaper que estaba vivo, que no había venido con ellos, aceptó la ayuda de la mujer para incorporarse levantando tambíen al peliblanco y secundo a la dragona diciendo que no sabía quién era.
-Gracias, si, estoy bien, gracias a Adramelech.- En ese momento la razón por la que había ido le pareció ligeramente banal, pero los habitantes de Ouroboros seguían en su mente y su deseo de que los Souls ofrezcan disculpas públicas para lograr una alianza sólida seguía ahí, del mismo modo que seguía estando dispuesto a disculparse por todos los siglos en los que tuvieron que mantenerse como una organización en secreto, las persecuciones que sufrieron y por las acciones de todos sus antepasados ante todos los Souls Reapers. El mago no estaba tan de acuerdo con meterlo en una celda, pero no sabía a qué se enfrentaba así qué eligió guardar silencio y dejar que los anfitriones decidan. Era mago según el nigromante. Cuando dirigió su vista a éste último pudo ver una estatua muy realista de una mujer detrás de él. Luego de un tiempo en el que el descendiente usó el agua que aún quedaba en la cantimplora que el extraño trajo para sanarlo tanto física como espiritualmente el hombre despertó. Adael miró al resto de los presentes precavido y asintió con la cabeza a la primera pregunta sobre el idioma mientras devolvía con movimientos fluidos el agua a la cantimplora. Entornó los ojos al escuchar lo siguiente, esa no era su especialidad así que esperó a que alguien que si sepa sobre el tema responda o indague. Eventualmente le preguntó directamente su identidad, quién lo había enviado y su razón de estar ahí. Ante la extrañas respuestas de Razor, Adael miró a Khaled con la clara interrogante de si para él tenía sentido lo que decía.
-Las razas mágicas predominantes son los magos y las facciones a las que pertenecen los nuestros son tan variadas como personas hay en el mundo, pero abundan entre el bando de los renegados. Mi nombre es Adael Cohen, yo soy un mago elementarísta.-
Si bien lo que encontró cuando bajó al sótano era extraño, no fue lo suficiente extraordinario para llamar su atención hasta el punto de ayudar. Sobre todo al peliblanco que tenía un olor un poco extraño. Casi como de otra época. Le desagradaba a decir verdad, pues olía a sal y mar. Era casi como su tiempo en Italia, donde todo el lugar olía como si el mar se hubiera tragado la tierra. Al menos tenía algo de diversión, pues el Soul pequeño se dignó a responder.
El pelirrojo se irguió para espetar, con una gran sonrisa en los labios.- Tonterías dices. Si tal cosa fuera no estarías dignándote a responder, Alteza.- Y así fue hasta que Adael pasó por su lado dirigiéndole aquella mirada. Se dio por enterado, pero aquello solo recalcaba su enunciado anterior, que si por él fuera las palabras ya saldrían sobrando. Miró fijamente a Adramelech. No sabía por qué, pero tenía ganas de masticarlo lentamente. Seguro su sangre sucia sabría peor de lo que pensaba, menos mal que no era quisquilloso.
El peliblanco no le era importante, sobre todo con sus cosas de portales. No era una magia que le interesara demasiado a los dragones en general, salvo raras excepciones. Así que se limitó a ver el interrogatorio del recién llegado y los intentos por revivirlo después de aquel extraño suceso. Sin embargo, su instinto había estado acertado en Khaled. Por más insignificantes que esos humanos fueran, tenían el potencial fijado en la magia.
El pelirrojo se irguió para espetar, con una gran sonrisa en los labios.- Tonterías dices. Si tal cosa fuera no estarías dignándote a responder, Alteza.- Y así fue hasta que Adael pasó por su lado dirigiéndole aquella mirada. Se dio por enterado, pero aquello solo recalcaba su enunciado anterior, que si por él fuera las palabras ya saldrían sobrando. Miró fijamente a Adramelech. No sabía por qué, pero tenía ganas de masticarlo lentamente. Seguro su sangre sucia sabría peor de lo que pensaba, menos mal que no era quisquilloso.
El peliblanco no le era importante, sobre todo con sus cosas de portales. No era una magia que le interesara demasiado a los dragones en general, salvo raras excepciones. Así que se limitó a ver el interrogatorio del recién llegado y los intentos por revivirlo después de aquel extraño suceso. Sin embargo, su instinto había estado acertado en Khaled. Por más insignificantes que esos humanos fueran, tenían el potencial fijado en la magia.
Toda la conversación había quedado a medias por culpa del aviso dado por el guardián, pero al menos me quedé con la sensación de que Zaphira no estaba en nuestra contra, y de que mi abuelo confiaba en mi para delegar responsabilidades en las nuevas generaciones. Él tampoco pensaba que tuviese que disculparme, y la sensación de que me apoyase era algo que nunca había tenido con mi madre. No hubo mucho tiempo para pararme a pensar en ello, enseguida tuvimos que ir a encargarnos del intruso que había aparecido en la sala de los portales. Firmé una tregua no verbal con Adael después de que me diese las gracias por detener al monstruo, asintiendo levemente con la cabeza mientras Zaphira se encargó de preguntarle si había salido bien parado del golpe. Coincidimos en que por ahora era mejor meterlo en una celda, por si acaso el intruso se ponía agresivo al despertar. Cuando por fin lo hizo parecía que respondería a las preguntas de buen grado, y me sorprendió bastante el hecho de que no se negase a hablar o que no respondiese con monosílabos.
Intercambié otra mirada con Khaled, alzando una ceja como preguntándole por eso de los universos alternativos o paralelos. Algo tendría que ver que estuviésemos en la sala de los portales, el tío no parecía venir de fuera de la torre. El asunto es que todavía no teníamos información suficiente de todos los portales, más que de unos cuantos. Adael ya le respondió a lo de las razas y los bandos, así que permanecí algunos minutos más observándole con el semblante serio, como si estuviese analizándole. Tras eso me acerqué a los barrotes, agarrándome a uno de ellos con una de mis manos metálicas.
- Muy bien, Razor...según tú has venido atravesando un portal, acabando en esta sala. Supongo que no eres un demonio, porque de ser así él lo sabría. - señalo a Khaled con un gesto de la cabeza. Si no ha dicho nada es que no lo es. - Debes decirnos el portal por el que supuestamente has salido, de todos los que hay, y por qué te perseguían. No podemos dejarte ir sin saber de dónde vienes y cuáles son tus intenciones. ¿Te envía la Alianza Humana? ¿Eres alguna clase de experimento suyo? ¿Algo que ver con los Blood Keepers? - me separé de los barrotes de la celda, como dando paso al siguiente que quisiera lanzarle preguntas.
Aquello iría para rato, estaba seguro. Miré a Adael de reojo, supuse que seguiría en sus trece, pues era un testarudo. Yo no daría mi brazo a torcer por su capricho, nuestro orgullo estaba en juego. Tanta tensión acumulada me había puesto dolor de cabeza como para aguantar todo el interrogatorio, así que avisé de que saldría afuera unos minutos a tomar el aire. Pasé al lado de Aiden al salir, pensando en cuánto costaría electrocutar a un dragón hasta dejarlo frito. Su comentario de Alteza me había tocado las narices, el tipo no entendía nada del tema. Abandoné los calabozos, encaminándome al bosque helado. Adael salió siguiéndome, aunque no me percaté de ello.
Intercambié otra mirada con Khaled, alzando una ceja como preguntándole por eso de los universos alternativos o paralelos. Algo tendría que ver que estuviésemos en la sala de los portales, el tío no parecía venir de fuera de la torre. El asunto es que todavía no teníamos información suficiente de todos los portales, más que de unos cuantos. Adael ya le respondió a lo de las razas y los bandos, así que permanecí algunos minutos más observándole con el semblante serio, como si estuviese analizándole. Tras eso me acerqué a los barrotes, agarrándome a uno de ellos con una de mis manos metálicas.
- Muy bien, Razor...según tú has venido atravesando un portal, acabando en esta sala. Supongo que no eres un demonio, porque de ser así él lo sabría. - señalo a Khaled con un gesto de la cabeza. Si no ha dicho nada es que no lo es. - Debes decirnos el portal por el que supuestamente has salido, de todos los que hay, y por qué te perseguían. No podemos dejarte ir sin saber de dónde vienes y cuáles son tus intenciones. ¿Te envía la Alianza Humana? ¿Eres alguna clase de experimento suyo? ¿Algo que ver con los Blood Keepers? - me separé de los barrotes de la celda, como dando paso al siguiente que quisiera lanzarle preguntas.
Aquello iría para rato, estaba seguro. Miré a Adael de reojo, supuse que seguiría en sus trece, pues era un testarudo. Yo no daría mi brazo a torcer por su capricho, nuestro orgullo estaba en juego. Tanta tensión acumulada me había puesto dolor de cabeza como para aguantar todo el interrogatorio, así que avisé de que saldría afuera unos minutos a tomar el aire. Pasé al lado de Aiden al salir, pensando en cuánto costaría electrocutar a un dragón hasta dejarlo frito. Su comentario de Alteza me había tocado las narices, el tipo no entendía nada del tema. Abandoné los calabozos, encaminándome al bosque helado. Adael salió siguiéndome, aunque no me percaté de ello.
Zaphira Eire
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Pude ver perfectamente como la ira de Adael se iba haciendo presente pues la estaba materializando y no sabía si lo hacía de forma consciente o no, el caso es que parecía una pataleta del tipo "ahora me enfado y no respiro" incluso llamó al Soul mi novio demoniaco -Si, vamos a ver que tal le va- no se lo negué, era más divertido que pensara lo que quisiera pero lo de Sean no tenía gracia y esa se la iba a devolver en algún momento, o al menos lo pensaría hasta que se me pasara el cabreo.
Al llegar a la mazmorra todo parecía en orden y no había heridos, hasta el intruso parecía gozar de buena salud, mas o menos, pues las heridas que traía no se las había hecho nadie en la torre. Los jóvenes parecían bastante receptivos al extraño, pero yo no tanto -No sabéis quien es, podría estar mintiendo así que mejor ir con cautela- dije mientras llevaba una de mis manos a la empuñadura de una de mis dagas. Mi sugerencia sobre la celda fue bien recibida y una vez el "invitado" tomó posesión de su habitación entré con él manteniendome a una distancia prudente, Adael contestó a su pregunta con mucha facilidad , no era buena idea, por su parte Adramelech empezó a interrogarlo tras los barrotes mientras yo me dedicaba a inspeccionarlo de arriba a abajo con la mirada, caminando a su alrededor a la vez que intentaba identificar los olores que traía impregnados en la ropa.
Era extraño, había olores familiares que me recordaban a ciertas cosas, de muchos años atrás pero a la vez no eran los mismos, otros que eran totalmente ajenos a nuestro mundo o al menos todo lo que yo había conocido en 1400 años -No sé... puede que necesitemos algo más que solo confiar en lo que dice- esperé a que contestara a las preguntas de adramelech y salí de la celda de nuevo sin darle la espalda al albino y siempre con la mirada fija en sus movimientos. Los más jóvenes decidieron retirarse, primero Adramelech que se excusó para poder irse y tras él Adael que salió rápido como el viento solo dedicándole unas palabras al dragón más joven -Adael!- grité su nombre en vano pues nada podía hacer contra su control elemental, me crucé de brazos para suspirar centrándome de nuevo en el detenido -Éstos chicos... - no alcé mucho mi voz pero los otros dos seguro podían oírme.
Ahora lo importante era aquel chico -Necesitamos un método más fiable para saber si dice la verdad o no... la tortura no suele funcionar, te dicen lo que quieres oír para librarse, tal vez algo que vea lo que tiene desde dentro, no sé, como sugerencia- si, estaba hablando de una posesión, fácil, rápido y sin dejar huella, no sabía nada del pelirrojo pero esperaba no se fuera de la lengua, Adael no estaría nada conforme con eso pero ya que se había ido era una buena oportunidad y siempre lo podían pensar que hablaba del control mental.
Al llegar a la mazmorra todo parecía en orden y no había heridos, hasta el intruso parecía gozar de buena salud, mas o menos, pues las heridas que traía no se las había hecho nadie en la torre. Los jóvenes parecían bastante receptivos al extraño, pero yo no tanto -No sabéis quien es, podría estar mintiendo así que mejor ir con cautela- dije mientras llevaba una de mis manos a la empuñadura de una de mis dagas. Mi sugerencia sobre la celda fue bien recibida y una vez el "invitado" tomó posesión de su habitación entré con él manteniendome a una distancia prudente, Adael contestó a su pregunta con mucha facilidad , no era buena idea, por su parte Adramelech empezó a interrogarlo tras los barrotes mientras yo me dedicaba a inspeccionarlo de arriba a abajo con la mirada, caminando a su alrededor a la vez que intentaba identificar los olores que traía impregnados en la ropa.
Era extraño, había olores familiares que me recordaban a ciertas cosas, de muchos años atrás pero a la vez no eran los mismos, otros que eran totalmente ajenos a nuestro mundo o al menos todo lo que yo había conocido en 1400 años -No sé... puede que necesitemos algo más que solo confiar en lo que dice- esperé a que contestara a las preguntas de adramelech y salí de la celda de nuevo sin darle la espalda al albino y siempre con la mirada fija en sus movimientos. Los más jóvenes decidieron retirarse, primero Adramelech que se excusó para poder irse y tras él Adael que salió rápido como el viento solo dedicándole unas palabras al dragón más joven -Adael!- grité su nombre en vano pues nada podía hacer contra su control elemental, me crucé de brazos para suspirar centrándome de nuevo en el detenido -Éstos chicos... - no alcé mucho mi voz pero los otros dos seguro podían oírme.
Ahora lo importante era aquel chico -Necesitamos un método más fiable para saber si dice la verdad o no... la tortura no suele funcionar, te dicen lo que quieres oír para librarse, tal vez algo que vea lo que tiene desde dentro, no sé, como sugerencia- si, estaba hablando de una posesión, fácil, rápido y sin dejar huella, no sabía nada del pelirrojo pero esperaba no se fuera de la lengua, Adael no estaría nada conforme con eso pero ya que se había ido era una buena oportunidad y siempre lo podían pensar que hablaba del control mental.
Me mantuve ligeramente durante el interrogatorio inicial al recien llegado. Dejé que los más jovenes se encargasen de ello, del primer contacto. Yo permanecí en segunda línea, observando y escuchando, mas al fondo donde las sombras del calabozo eran mayores. Porque si, las mazmorras de la torre no eran luminosas, ni cómodas, y la luz provenía de algunas llamas de fuego mágico que circulaban por el pasillo.
Adramelech marchó, parecia agobiado, y Adael no tardó en seguirlo. El dragón acompañante de Adael no obstante, se quedó. Cuando se hubieron marchado aquellos dos, di un par de pasos al frente para observar mejor al peliblanco.
Zaphira no se fiaba enteramente de lo que decía, y hacía bien. Podía estar mintiendo, ocultando algo importante.....
- Hay que cerciorarse de que dice la verdad - o de cuales son sus intenciones, al menos. Los asuntos de torturar....la verdad es que me conocía mil métodos. Guardé silencio unos instantes, pensando en todas las maneras que conocía, pero sobre todo las que conocía gracias a Belialt. Observé después a Zaphira, de verdad un paladín de Eire me estaba proponiendo aquel método para sacar la verdad? Claro, no es oro todo lo que reluce. Eso ya lo sabía. Pero el contraste me llamaba la atención. - Razor... - pronuncié su nombre, observandolo al otro lado de los barrotes, que en realidad, para un mago poco podían suponer. - ...antes de que vinierais vosotros, Zaphira, me encontraba en la sala de los portales. Por casualidad me percaté de que en uno de ellos, el de aspecto más viejo, presentaba alteraciones en sus grabados. Siempre he estado convencido de que esos portales cerrados son puertas a otros planos de existencia, modos de viajar en el espacio, el tiempo, u otras capas de la realidad. Dices que intentabas cerrarlo. Con qué fin? Y qué fin perseguían aquellos que lo deseaban abierto? Cómo lo han hecho?
Mientras formulaba esas tres preguntas, unas lenguas muy pequeñas de fuego surgieron del final de mi báculo y serpentearon por el suelo al interior de la celda de Razor, comenzando a dibujar a su alrededor un circulo de invocacion demoniaca, encerrando en su interior al sujeto, y dejando en el exterior al invocador. El circulo se dibujó rapido, y luego apagué las llamas, dejando solo las marcas chamuscadas. Entonces sonreí levemente de lado, y hablé en la lengua de los demonios, incomprensible para la mayoria de los mortales. Las marcas que habia dejado el fuego se reactivaron y brillaron tenuemente, volviendo a dibujar aquel circulo de invocacion.
El demonio que estaba invocando quedaria atrapado en aquel circulo junto con Razor, y cumpliría mi orden de poseer ese cuerpo para, como habia dicho Zaphira, "mirar desde adentro", y respondernos. No me costó nada conseguir que el demonio aceptase esa orden, sobre todo porque no le adelanté que pensaba expulsarlo tan pronto como le hubiese sacado provecho. Ahora solo tenía que esperar a que el proceso de posesion se produjese....que por cierto, no resulta nada agradable por más que uno se resista.
- Dinos que ves. - le ordené después, en la propia lengua del inframundo
Adramelech marchó, parecia agobiado, y Adael no tardó en seguirlo. El dragón acompañante de Adael no obstante, se quedó. Cuando se hubieron marchado aquellos dos, di un par de pasos al frente para observar mejor al peliblanco.
Zaphira no se fiaba enteramente de lo que decía, y hacía bien. Podía estar mintiendo, ocultando algo importante.....
- Hay que cerciorarse de que dice la verdad - o de cuales son sus intenciones, al menos. Los asuntos de torturar....la verdad es que me conocía mil métodos. Guardé silencio unos instantes, pensando en todas las maneras que conocía, pero sobre todo las que conocía gracias a Belialt. Observé después a Zaphira, de verdad un paladín de Eire me estaba proponiendo aquel método para sacar la verdad? Claro, no es oro todo lo que reluce. Eso ya lo sabía. Pero el contraste me llamaba la atención. - Razor... - pronuncié su nombre, observandolo al otro lado de los barrotes, que en realidad, para un mago poco podían suponer. - ...antes de que vinierais vosotros, Zaphira, me encontraba en la sala de los portales. Por casualidad me percaté de que en uno de ellos, el de aspecto más viejo, presentaba alteraciones en sus grabados. Siempre he estado convencido de que esos portales cerrados son puertas a otros planos de existencia, modos de viajar en el espacio, el tiempo, u otras capas de la realidad. Dices que intentabas cerrarlo. Con qué fin? Y qué fin perseguían aquellos que lo deseaban abierto? Cómo lo han hecho?
Mientras formulaba esas tres preguntas, unas lenguas muy pequeñas de fuego surgieron del final de mi báculo y serpentearon por el suelo al interior de la celda de Razor, comenzando a dibujar a su alrededor un circulo de invocacion demoniaca, encerrando en su interior al sujeto, y dejando en el exterior al invocador. El circulo se dibujó rapido, y luego apagué las llamas, dejando solo las marcas chamuscadas. Entonces sonreí levemente de lado, y hablé en la lengua de los demonios, incomprensible para la mayoria de los mortales. Las marcas que habia dejado el fuego se reactivaron y brillaron tenuemente, volviendo a dibujar aquel circulo de invocacion.
El demonio que estaba invocando quedaria atrapado en aquel circulo junto con Razor, y cumpliría mi orden de poseer ese cuerpo para, como habia dicho Zaphira, "mirar desde adentro", y respondernos. No me costó nada conseguir que el demonio aceptase esa orden, sobre todo porque no le adelanté que pensaba expulsarlo tan pronto como le hubiese sacado provecho. Ahora solo tenía que esperar a que el proceso de posesion se produjese....que por cierto, no resulta nada agradable por más que uno se resista.
- Dinos que ves. - le ordené después, en la propia lengua del inframundo
Arturo Lizarraga
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La tensión estaba a la orden del día. Mi intrusión es claramente indeseada, pero parece que hay algo más que mantiene a todos con presión y por lo tanto en alerta. Otra cosa que me he dado cuenta es que mis heridas se han reducido notablemente, no del todo, pero es mejor que seguir como estaba en mi llegada.
Después de mis respuestas a sus interrogantes, el tipo de ropas orientales responde a mis dudas iniciales. Es claro que los magos siempre están en las altas esferas, más que nada por números, si no fuera por eso, la historia del mundo sería muy diferente. Me habla de un bando llamado los renegados, no hay un grupo similar en mi mundo, al menos es una pista. Se presenta como Adael Cohen y su especialidad siendo la misma que la mía—gracias colega elemental—asiento con la cabeza. Ahora yo mismo he dado una pista, mi poder.
Luego de otro momento de silencio, el tipo de blanco, se acerca a los barrotes y quiere confirmar lo que he dicho, además de medio confirmar que no soy un demonio—aja—secundo dicho comentario, para seguir escuchando, queriendo comprobar otros detalles de mi situación—mira, como dije, fui succionado por el portal y luego escupido a este a una considerable velocidad, por lo que no puedo asegurar por cual portal salí, pero en todo caso, ¿no ha dejado un rastro mágico de actividad al menos?, eso debería ser suficiente para responder esa duda—aquí me da otras pistas, que son nombres de facciones he de suponer—ninguno de los dos nombres me suena y no soy experimento de nadie—al menos ya no—Además, ya les dije, he llegado por accidente, mis intenciones son neutras para con ustedes, ni buenas ni malas—pero la mujer es quien parece más atenta a mi persona, posiblemente este analizándome a modo precautorio. Su comentario aclara que no cree en lo que digo y sugiere que los demás hagan lo mismo. Entonces, el interrogador se aleja como terminando su turno y anuncia que debe irse, sale del recinto, siendo seguido por Adael.
Ahora solo quedan dos…rectifico, quedan tres, pero la otra presencia sigue discreta pero presente. Una vez idos los otros dos, la persona que parece ser el líder, se acerca saliendo de las sombras. Una clásica entrada, aunque eso no quita que sea misteriosa—en efecto, la tortura rara vez es efectiva—asiento a lo dicho por la mujer, pero luego parece sugerir algo que me provoca un escalofrío. Y el aparente líder parece estar de acuerdo. Su meditación no presagia nada bueno a mi persona.
El incómodo silencio es interrumpido hasta que se dirige a mí por mi alias. El empieza a comentar algo relacionado con la sala donde había llegado por medio del portal. Y parece confirmar mi historia, con su hipótesis de la sala de portales. Pero aun así, prosigue con otras preguntas—los portales a otros universos están prohibidos por la institución reguladora en mi mundo, el grupo enemigo rompió las reglas e intentábamos capturar a su líder para llevarlo a juicio, pero logro ganar tiempo para activarlo y cruzarlo, al otro lado vi un logo que no reconocí, por eso intuí que no era el mismo mundo…tengo una idea de cómo lo habrán logrado, seguro que consiguieron tecnomagia de la Tercera Edad, esos cachivaches superan toda expectativa en magia y tecnología….. ¿Qué mierdas estás haciendo?—inquiero cuando me percato del círculo mágico. Luego empecé a escuchar otro idioma, ¿lengua demoníaca?, maldita sea, debí aprenderla cuando tuve oportunidad.
En eso, el círculo empezaba a brillar y realizar su trabajo. Un demonio aparece unos instantes después—espera—digo con un rostro algo preocupado—este cuerpo ya está ocupado y las visitas no serán bien recibidas—el demonio se acerca para acatar la orden dada—ni se te ocurra, le diré a Wicker que te regañe, ¿acaso no es tu mesías?...mierda, eres seguidor de Eblis, ¿no?—digo con resignación. Este se transforma en una especie de humo y se interna en mi boca, provocándome un gran dolor al intentar evitar la propia posesión—ARRRGGHGGRR—una vez dentro, yo seguía resistiendo y eso provoco que mi cuerpo empezara a convulsionar, hasta que se calma, dejando mi cuerpo sin movimiento aparente desde la perspectiva del invocador.
El demonio al internarse en la mente de la víctima, empieza a escuchar un zumbido en los alrededores. Apenas logra percatarse que se encuentra rodeado de un enjambre de abejas.
¡¡¡PELIGRO!!! – ¡¡¡PELIGRO!!! – ¡¡¡PELIGRO!!! – ¡¡¡VISITANTE NO AUTORIZADO!!! – Se advierte al visitante de las dimensiones infernales desistir de su intrusión a nuestra Dulzura.
El demonio no se deja amedrentar por la advertencia, aunque probablemente le haya sorprendido que ya haya una entidad ahí dentro. Intenta proseguir con su cometido.
¡ADVERTENCIA IGNORADA! – Iniciando protocolo de expulsión clase 2.
Un aluvión de imágenes de un mundo es llevado al demonio. Tres ciudades son vislumbradas: Nueva York, Londres y Seúl, ¿Qué será lo que las conecta?. Ruinas de civilizaciones antiguas y ya olvidadas incluso por el tiempo mismo. Diversos eventos en menos de 10 años han estado ocurriendo en ese mundo. Una entidad soñada solo en las más profundas pesadillas por el más aclamado novelista de Providence. Unas frases resuenan por todos lados: “Días Oscuros Vienen” y “El Mundo Secreto”.
Después de mis respuestas a sus interrogantes, el tipo de ropas orientales responde a mis dudas iniciales. Es claro que los magos siempre están en las altas esferas, más que nada por números, si no fuera por eso, la historia del mundo sería muy diferente. Me habla de un bando llamado los renegados, no hay un grupo similar en mi mundo, al menos es una pista. Se presenta como Adael Cohen y su especialidad siendo la misma que la mía—gracias colega elemental—asiento con la cabeza. Ahora yo mismo he dado una pista, mi poder.
Luego de otro momento de silencio, el tipo de blanco, se acerca a los barrotes y quiere confirmar lo que he dicho, además de medio confirmar que no soy un demonio—aja—secundo dicho comentario, para seguir escuchando, queriendo comprobar otros detalles de mi situación—mira, como dije, fui succionado por el portal y luego escupido a este a una considerable velocidad, por lo que no puedo asegurar por cual portal salí, pero en todo caso, ¿no ha dejado un rastro mágico de actividad al menos?, eso debería ser suficiente para responder esa duda—aquí me da otras pistas, que son nombres de facciones he de suponer—ninguno de los dos nombres me suena y no soy experimento de nadie—al menos ya no—Además, ya les dije, he llegado por accidente, mis intenciones son neutras para con ustedes, ni buenas ni malas—pero la mujer es quien parece más atenta a mi persona, posiblemente este analizándome a modo precautorio. Su comentario aclara que no cree en lo que digo y sugiere que los demás hagan lo mismo. Entonces, el interrogador se aleja como terminando su turno y anuncia que debe irse, sale del recinto, siendo seguido por Adael.
Ahora solo quedan dos…rectifico, quedan tres, pero la otra presencia sigue discreta pero presente. Una vez idos los otros dos, la persona que parece ser el líder, se acerca saliendo de las sombras. Una clásica entrada, aunque eso no quita que sea misteriosa—en efecto, la tortura rara vez es efectiva—asiento a lo dicho por la mujer, pero luego parece sugerir algo que me provoca un escalofrío. Y el aparente líder parece estar de acuerdo. Su meditación no presagia nada bueno a mi persona.
El incómodo silencio es interrumpido hasta que se dirige a mí por mi alias. El empieza a comentar algo relacionado con la sala donde había llegado por medio del portal. Y parece confirmar mi historia, con su hipótesis de la sala de portales. Pero aun así, prosigue con otras preguntas—los portales a otros universos están prohibidos por la institución reguladora en mi mundo, el grupo enemigo rompió las reglas e intentábamos capturar a su líder para llevarlo a juicio, pero logro ganar tiempo para activarlo y cruzarlo, al otro lado vi un logo que no reconocí, por eso intuí que no era el mismo mundo…tengo una idea de cómo lo habrán logrado, seguro que consiguieron tecnomagia de la Tercera Edad, esos cachivaches superan toda expectativa en magia y tecnología….. ¿Qué mierdas estás haciendo?—inquiero cuando me percato del círculo mágico. Luego empecé a escuchar otro idioma, ¿lengua demoníaca?, maldita sea, debí aprenderla cuando tuve oportunidad.
En eso, el círculo empezaba a brillar y realizar su trabajo. Un demonio aparece unos instantes después—espera—digo con un rostro algo preocupado—este cuerpo ya está ocupado y las visitas no serán bien recibidas—el demonio se acerca para acatar la orden dada—ni se te ocurra, le diré a Wicker que te regañe, ¿acaso no es tu mesías?...mierda, eres seguidor de Eblis, ¿no?—digo con resignación. Este se transforma en una especie de humo y se interna en mi boca, provocándome un gran dolor al intentar evitar la propia posesión—ARRRGGHGGRR—una vez dentro, yo seguía resistiendo y eso provoco que mi cuerpo empezara a convulsionar, hasta que se calma, dejando mi cuerpo sin movimiento aparente desde la perspectiva del invocador.
El demonio al internarse en la mente de la víctima, empieza a escuchar un zumbido en los alrededores. Apenas logra percatarse que se encuentra rodeado de un enjambre de abejas.
¡¡¡PELIGRO!!! – ¡¡¡PELIGRO!!! – ¡¡¡PELIGRO!!! – ¡¡¡VISITANTE NO AUTORIZADO!!! – Se advierte al visitante de las dimensiones infernales desistir de su intrusión a nuestra Dulzura.
El demonio no se deja amedrentar por la advertencia, aunque probablemente le haya sorprendido que ya haya una entidad ahí dentro. Intenta proseguir con su cometido.
¡ADVERTENCIA IGNORADA! – Iniciando protocolo de expulsión clase 2.
Un aluvión de imágenes de un mundo es llevado al demonio. Tres ciudades son vislumbradas: Nueva York, Londres y Seúl, ¿Qué será lo que las conecta?. Ruinas de civilizaciones antiguas y ya olvidadas incluso por el tiempo mismo. Diversos eventos en menos de 10 años han estado ocurriendo en ese mundo. Una entidad soñada solo en las más profundas pesadillas por el más aclamado novelista de Providence. Unas frases resuenan por todos lados: “Días Oscuros Vienen” y “El Mundo Secreto”.
Zaphira Eire
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Alineamiento
Ocupación
Bando
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Edad
Nacionalidad
El prisionero seguía colaborando pero me parecía demasiado fácil, contestaba a todo y parecía tener sentido pero con los años había aprendido a desconfiar de lo desconocido aunque de vez en cuando hacía algunas concesiones, tal vez para darme algo de vidilla pues mil años podían ser muy aburridos, pero de vez en cuando aparecía algo o alguien interesante.
Khaled había captado al instante a lo que me refería, tenía algo de sorpresa en su mirada lo que era gracioso, nadie podía vivir tantos años sin ensuciarse un poco las manos, mucho menos yo que había sido la sirviente de la familia de Merlin durante mucho tiempo -No me refería a eso, pensaba más en magia de la mente, Que hombre más aterrador- dije con claro sarcasmo intentando que mis palabras quedaran en un malentendido, El chico pelirrojo no parecía muy interesado en lo que estábamos haciendo así que simplemente salió -Ve a buscar a Adael, no te quedes merodeando solo por ahí, es de mala educación- le dije antes de que saliera observando el ritual que llevaba a cabo el azabache -Aunque no lo parezca sé alguna que otra cosa de demonios, hasta puede que haya conocido a tu amigo en alguna ocasión- dije sin apartar la mirada del prisionero esperando que pudiéramos acceder a su mente y comprobar que todo lo que decía era cierto, solo esperaba que se diera prisa por si el pelirrojo se iba a quejar con Adael y se acababa la fiesta.
Todo parecía ir bien hasta que algo en el rostro del nigromante me indicó que podría haber complicaciones o tal vez era mi imaginación porque era tan inexpresivo como la niña esa de las ridículas películas de vampiros que brillaban -¿Todo bien?- dije dirigiendo la mirada al más alto esperando por su respuesta.
Khaled había captado al instante a lo que me refería, tenía algo de sorpresa en su mirada lo que era gracioso, nadie podía vivir tantos años sin ensuciarse un poco las manos, mucho menos yo que había sido la sirviente de la familia de Merlin durante mucho tiempo -No me refería a eso, pensaba más en magia de la mente, Que hombre más aterrador- dije con claro sarcasmo intentando que mis palabras quedaran en un malentendido, El chico pelirrojo no parecía muy interesado en lo que estábamos haciendo así que simplemente salió -Ve a buscar a Adael, no te quedes merodeando solo por ahí, es de mala educación- le dije antes de que saliera observando el ritual que llevaba a cabo el azabache -Aunque no lo parezca sé alguna que otra cosa de demonios, hasta puede que haya conocido a tu amigo en alguna ocasión- dije sin apartar la mirada del prisionero esperando que pudiéramos acceder a su mente y comprobar que todo lo que decía era cierto, solo esperaba que se diera prisa por si el pelirrojo se iba a quejar con Adael y se acababa la fiesta.
Todo parecía ir bien hasta que algo en el rostro del nigromante me indicó que podría haber complicaciones o tal vez era mi imaginación porque era tan inexpresivo como la niña esa de las ridículas películas de vampiros que brillaban -¿Todo bien?- dije dirigiendo la mirada al más alto esperando por su respuesta.
Pese a que me habia resultado interesante como Zaphira se habia "limpiado las manos" ante aquella idea, no me desconcentré en mi control sobre aquella invocacion. Acerca de lo de conocer a Belialt, en su momento tuve mis dudas, aunque si que era verdad que habia estado bastante acallado (salvo por las ganas de liarse en contra del descendiente de Moisés) ante la presencia de Zaphira.
- Al parecer, tienes muchas historias que contar. Podrias llenar varias vidas con eso.
De vuelta al asunto de la posesión, el demonio se fundió en el cuerpo del intruso sin demasiados problemas.
- Entonces si tan neutro eres, no te resistas. Si no tienes nada que ocultar, no te importará que echemos un vistazo.
Pero nada mas lejos. Aunque ordené al demonio que tomase posesion de su cuerpo, parecia estar teniendo algunas dificultades a la hora de penetrar su mente. El mago habia hablado de una tecnologia mezclada con una magia que al parecer, distaba mucho de lo que conociamos y en algunos aspectos, parecia superior. Mis ojos se estrecharon al concebir que en otros planos pudieran estar adquiriendo el poder de influir en este. Aquello abria un abanico de posibilidades amplio, muy amplio....
El demonio, bajo la presión de mis ordenes, siguio intentando poseer aquel cuerpo. Lo escuché hablar, en la lengua de los demonios, pero a través de los labios de Razor...comprendiendo aun incluso antes de que me lo dijera, que no era su cuerpo lo que no podia dominar ni tomar, si no su mente.
- Hay otra entidad ahí adentro. Pero no se trata de un demonio.... - si no, lo habria notado. Daba igual los mundos que nos separasen, era algo que a Belialt no se le habria escapado. Le insté a contarme más. El heraldo no podía terminar de hacerse con el control pero las mismas imagenes que recibió para intentar ser repelido, me las envió a mi cabeza. El final de ese mensaje en forma de visiones concluyó al mismo tiempo que la dragona formuló su pregunta.
- Todo bien... - dije lentamente, y luego volví a cambiar a la lengua demoniaca. - Regresa al inframundo, este mago no es para tí. - el demonio, a regañadientes, se vio forzado a salir del cuerpo de Razor y regresar por una brecha al infierno al cual pertenecía. Sentí sus ansias de conocer más, de saber más sobre el mundo que le había mostrado aquel recién llegado. Quien sabe si habia cometido un error.
- A los demonios les encanta todo lo que tenga que ver con el caos y el fin de las cosas... - mis ojos volvieron a la normalidad y la estancia dejó de vibrar con aquella magia oscura, dejando una atmosfera algo mas relajada. Observé a Razor, sabia por experiencia el agotamiento fisico que dejaba en el cuerpo el paso de un demonio. - Hay una conciencia en el interior de ese mago, no es un espiritu ni un demonio, es algo diferente que no habia visto todavía. El demonio se ha encontrado con que eso ha tratado de expulsarlo y le ha enseñado varias imagenes, pero no se si son una creacion o se refieren al mundo del que viene este visitante. - me quedé mirandolo un rato largo, antes de posar de nuevo mi mirada en ella. - Creo que deberiais llevarlo a vuestra Isla. - concluí, y había un ápice de disgusto en mi voz, apenas perceptible, pero que ahí estaba, aunque el motivo por el cual se hacia notorio podia ser, o podian ser, de lo mas variados.
- Al parecer, tienes muchas historias que contar. Podrias llenar varias vidas con eso.
De vuelta al asunto de la posesión, el demonio se fundió en el cuerpo del intruso sin demasiados problemas.
- Entonces si tan neutro eres, no te resistas. Si no tienes nada que ocultar, no te importará que echemos un vistazo.
Pero nada mas lejos. Aunque ordené al demonio que tomase posesion de su cuerpo, parecia estar teniendo algunas dificultades a la hora de penetrar su mente. El mago habia hablado de una tecnologia mezclada con una magia que al parecer, distaba mucho de lo que conociamos y en algunos aspectos, parecia superior. Mis ojos se estrecharon al concebir que en otros planos pudieran estar adquiriendo el poder de influir en este. Aquello abria un abanico de posibilidades amplio, muy amplio....
El demonio, bajo la presión de mis ordenes, siguio intentando poseer aquel cuerpo. Lo escuché hablar, en la lengua de los demonios, pero a través de los labios de Razor...comprendiendo aun incluso antes de que me lo dijera, que no era su cuerpo lo que no podia dominar ni tomar, si no su mente.
- Hay otra entidad ahí adentro. Pero no se trata de un demonio.... - si no, lo habria notado. Daba igual los mundos que nos separasen, era algo que a Belialt no se le habria escapado. Le insté a contarme más. El heraldo no podía terminar de hacerse con el control pero las mismas imagenes que recibió para intentar ser repelido, me las envió a mi cabeza. El final de ese mensaje en forma de visiones concluyó al mismo tiempo que la dragona formuló su pregunta.
- Todo bien... - dije lentamente, y luego volví a cambiar a la lengua demoniaca. - Regresa al inframundo, este mago no es para tí. - el demonio, a regañadientes, se vio forzado a salir del cuerpo de Razor y regresar por una brecha al infierno al cual pertenecía. Sentí sus ansias de conocer más, de saber más sobre el mundo que le había mostrado aquel recién llegado. Quien sabe si habia cometido un error.
- A los demonios les encanta todo lo que tenga que ver con el caos y el fin de las cosas... - mis ojos volvieron a la normalidad y la estancia dejó de vibrar con aquella magia oscura, dejando una atmosfera algo mas relajada. Observé a Razor, sabia por experiencia el agotamiento fisico que dejaba en el cuerpo el paso de un demonio. - Hay una conciencia en el interior de ese mago, no es un espiritu ni un demonio, es algo diferente que no habia visto todavía. El demonio se ha encontrado con que eso ha tratado de expulsarlo y le ha enseñado varias imagenes, pero no se si son una creacion o se refieren al mundo del que viene este visitante. - me quedé mirandolo un rato largo, antes de posar de nuevo mi mirada en ella. - Creo que deberiais llevarlo a vuestra Isla. - concluí, y había un ápice de disgusto en mi voz, apenas perceptible, pero que ahí estaba, aunque el motivo por el cual se hacia notorio podia ser, o podian ser, de lo mas variados.
Arturo Lizarraga
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Entre la mujer y el aparente líder había algo. Mientras ese algo no compagine de mala manera con mi situación, a mí me tiene sin cuidado. Empezaron a hablar entre sí pero no me cuadraban las cosas, por lo que desestime tales comentarios. La discreta presencia se va, a lo que la mujer le da cierta instrucción y desaparece del lugar. Luego vuelve su atención hacia mí, mientras comenta que sabe algo sobre los demonios.
Volviendo al tema del demonio, mientras inicia la posesión alcanzo a escuchar el comentario de la neutralidad y reclamo—neu…tra..lidad….n..n..nn..no es…lo…mismo….que…revelar…secretos—apenas logro responder antes de caer en esta pelea de voluntades.
EXPULSIÓN EXITOSA!! Reiniciando conciencia de nuestra Dulzura—se escucha desde mi boca una voz como si fuera estática y zumbidos de fondo—Designación del mundo actual: desconocida. Iniciando protocolos de reconocimiento del nuevo mundo…plegando el espacio diagonalmente fuera del tiempo, para regurgitar conocimiento a nuestro Querido. Dejando mensajes preventivos para el uso del Conducto de Agartha. ¡USTEDES!—ahora parece dirigirse al dúo—No recriminamos sus acciones, están justificadas en cierta medida, pero no toleraremos una intrusión más. Nuestra Dulzura nos advertirá de sus acciones cuando volvamos de recorrer el pasado, presente y futuro de este mundo.
Luego de eso, yo empiezo despertar—mggghh díganme que no dije nada relevante…como la ubicación de Shambala o el Dorado por ejemplo—sinceramente no me importa revelar tales cosas, pues al ser diferentes mundos, dudo que se estén en el mismo sitio—como sea, ¿ahora que procede?, ¿torturas a la antigua?. No les conviene, tanto por lo que dijo ella—señaló con la cabeza a la mujer—como al hecho de que soy la única persona que se ha enfrentado con la facción que intentaba impedir su llegada a este mundo, ellos son El Grupo Orochi y les aseguro que les darán un dolor de cabeza, se las han apañado para ser un grano en el culo de Los 3 Grandes, y lo serán tanto para Los Renegados, La Alianza Humana o los Blood Keepers.
Claramente quiero salvar mi pellejo, pero tampoco es que este mintiendo para ello. Tengo una cruzada personal contra Orochi, así que cualquier célula del mismo que haya logrado cruzar, tengo…no necesariamente la responsabilidad, pero si la intención de darles caza. Hay pros y contras para mi empresa contra el Grupo Orochi y ellos también están en una situación similar, pero no tardaran en tener las cosas a su favor, son muy eficientes en ello.
La tensión por la posesión están cobrando factura con un cansancio más pesado y prolongado—de casualidad no tienen algo para el agotamiento, ¿una bebida Monster o Gatorade quizás?—digo mientras estoy intentando aguantar, pero si no recibo alguna ayuda sucumbiré a lo que dicta el cuerpo.
Volviendo al tema del demonio, mientras inicia la posesión alcanzo a escuchar el comentario de la neutralidad y reclamo—neu…tra..lidad….n..n..nn..no es…lo…mismo….que…revelar…secretos—apenas logro responder antes de caer en esta pelea de voluntades.
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EXPULSIÓN EXITOSA!! Reiniciando conciencia de nuestra Dulzura—se escucha desde mi boca una voz como si fuera estática y zumbidos de fondo—Designación del mundo actual: desconocida. Iniciando protocolos de reconocimiento del nuevo mundo…plegando el espacio diagonalmente fuera del tiempo, para regurgitar conocimiento a nuestro Querido. Dejando mensajes preventivos para el uso del Conducto de Agartha. ¡USTEDES!—ahora parece dirigirse al dúo—No recriminamos sus acciones, están justificadas en cierta medida, pero no toleraremos una intrusión más. Nuestra Dulzura nos advertirá de sus acciones cuando volvamos de recorrer el pasado, presente y futuro de este mundo.
Luego de eso, yo empiezo despertar—mggghh díganme que no dije nada relevante…como la ubicación de Shambala o el Dorado por ejemplo—sinceramente no me importa revelar tales cosas, pues al ser diferentes mundos, dudo que se estén en el mismo sitio—como sea, ¿ahora que procede?, ¿torturas a la antigua?. No les conviene, tanto por lo que dijo ella—señaló con la cabeza a la mujer—como al hecho de que soy la única persona que se ha enfrentado con la facción que intentaba impedir su llegada a este mundo, ellos son El Grupo Orochi y les aseguro que les darán un dolor de cabeza, se las han apañado para ser un grano en el culo de Los 3 Grandes, y lo serán tanto para Los Renegados, La Alianza Humana o los Blood Keepers.
Claramente quiero salvar mi pellejo, pero tampoco es que este mintiendo para ello. Tengo una cruzada personal contra Orochi, así que cualquier célula del mismo que haya logrado cruzar, tengo…no necesariamente la responsabilidad, pero si la intención de darles caza. Hay pros y contras para mi empresa contra el Grupo Orochi y ellos también están en una situación similar, pero no tardaran en tener las cosas a su favor, son muy eficientes en ello.
La tensión por la posesión están cobrando factura con un cansancio más pesado y prolongado—de casualidad no tienen algo para el agotamiento, ¿una bebida Monster o Gatorade quizás?—digo mientras estoy intentando aguantar, pero si no recibo alguna ayuda sucumbiré a lo que dicta el cuerpo.
Zaphira Eire
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Sonreí un poco amarga ante las palabras de Khaled, era cierto, podía contar muchas vidas, después de tantos años había visto a muchos ir y venir, ya había perdido la cuenta de todos los descendientes que había enterrado, de todos los que me habían dejado atrás y a pesar de alejar ese pensamiento de mi, sabía que algún día Sean también me dejaría -Unas cuantas si, vivir tantos años da para muchas cosas-contesté finalmente.
El prisionero se resistía y a pesar de la posesión pudo dar unas últimas palabras -Al menos no se ha muerto a la primera, es resistente- dije prestando atención al albino hasta que por fin sucumbió ante el demonio que habló en su lengua desde dentro de aquel hombre, no pude entender mucho, mi demoniaco estaba muy oxidado pero Khaled no tardó en contestar a mi pregunta, y aún a pesar de decir que estaba todo bien no parecía del todo cierto. El demonio se esfumó y volvió al sello, con ello supuse que lo había mandado de vuelta al inframundo, miré de nuevo al Azabache, no parecía muy contento, fue entonces cuando pude escuchar el zumbido, venía de aquel hombre en la celda pero no era su voz, sonaba como muchas a la vez hablando a una sola -Qué es eso?... no me gusta nada este tipo- me inquietaba, mucho, no era normal ni tan siquiera para éste mundo de locos.
Aquella voz colectiva había lanzado una amenaza, lo que sea que tuviera dentro protegía al chico -¿Qué crees que es lo que tiene dentro? - Pregunté al Soul que a duras penas pudo contestarme con lo que había visto, también era un misterio para él por lo que había que investigar más a aquel tipo que ahora volvía a hablar, levanté una ceja con eso del dorado o Shambala -Le quedan fuerzas para hacerse el gracioso, tal vez si deberíamos darte el servicio especial aunque torturar magos se le da mejor a los de la Alianza- entré en la celda de nuevo mientras volvía a hablar sobre el grupo ese raro, como si fuera nuestra última esperanza o el maldito elegido -si, si obi-wan, eres nuestra última esperanza, quédate calladito un rato- había un trapo roñoso en una esquina y lo tomé para taparle los ojos, ya estaba esposado así que eso me lo ahorraba pero con lo de la bebida me sentí tentada a meterle un calcetín en la boca, por suerte no tenía muchas más fuerzas así que solo esperé a que cayera desmayado por el agotamiento volviendo con Khaled.
La sugerencia de llevarlo a Ouroboros no me gustaba, no era partidaria de llevar gente extraña y potencialmente peligrosa a la isla pero por la cara de molestia del Soul parecía que a él le gustaba menos aún esa idea, me llevé las manos a las caderas posicionando los brazos en jarras -No me hace mucha gracia pero si tu lo dices... tal vez alguien pueda sacarle más información- un aleteo se acercó por detrás, me di la vuelta y supe en seguida de qué se trataba, tomé el pájaro de papel que se deshizo en mis manos para dar paso a una nota, Sean quería verme en la isla -Se acabó la visita- dije arrugando el papel para meterlo en mi bolsillo -Supongo que esto también te interesa así que en cuanto se sepa algo te enviaré una notificación, pero esta vez asegúrate de leerlas... a menos que quieras que venga a entregarlas personalmente- dije con una sonrisa pícara al más alto al cual me acerqué tal vez invadiendo un poco su espacio personal -Espero que también tengas algo para mi la próxima vez, como información de ese portal, sería un problema no tenerlo bajo control y que pasara cualquier idiota desde otra dimensión- de nuevo tomé su pañuelo roto acercándome a su rostro de forma algo difícil por su altura pero me las apañaba -Te traeré uno nuevo la próxima vez, intenta mandar a los niños a la cama pronto- aquello lo había dicho en un susurro, tan cerca de él para que fuera el único en escucharme para separarme justo después e ir con el prisionero, le puse un pie en la espalda para que no pudiera levantarse, guiñé un ojo al soul y me desaparecí rumbo a Ouroboros.
El prisionero se resistía y a pesar de la posesión pudo dar unas últimas palabras -Al menos no se ha muerto a la primera, es resistente- dije prestando atención al albino hasta que por fin sucumbió ante el demonio que habló en su lengua desde dentro de aquel hombre, no pude entender mucho, mi demoniaco estaba muy oxidado pero Khaled no tardó en contestar a mi pregunta, y aún a pesar de decir que estaba todo bien no parecía del todo cierto. El demonio se esfumó y volvió al sello, con ello supuse que lo había mandado de vuelta al inframundo, miré de nuevo al Azabache, no parecía muy contento, fue entonces cuando pude escuchar el zumbido, venía de aquel hombre en la celda pero no era su voz, sonaba como muchas a la vez hablando a una sola -Qué es eso?... no me gusta nada este tipo- me inquietaba, mucho, no era normal ni tan siquiera para éste mundo de locos.
Aquella voz colectiva había lanzado una amenaza, lo que sea que tuviera dentro protegía al chico -¿Qué crees que es lo que tiene dentro? - Pregunté al Soul que a duras penas pudo contestarme con lo que había visto, también era un misterio para él por lo que había que investigar más a aquel tipo que ahora volvía a hablar, levanté una ceja con eso del dorado o Shambala -Le quedan fuerzas para hacerse el gracioso, tal vez si deberíamos darte el servicio especial aunque torturar magos se le da mejor a los de la Alianza- entré en la celda de nuevo mientras volvía a hablar sobre el grupo ese raro, como si fuera nuestra última esperanza o el maldito elegido -si, si obi-wan, eres nuestra última esperanza, quédate calladito un rato- había un trapo roñoso en una esquina y lo tomé para taparle los ojos, ya estaba esposado así que eso me lo ahorraba pero con lo de la bebida me sentí tentada a meterle un calcetín en la boca, por suerte no tenía muchas más fuerzas así que solo esperé a que cayera desmayado por el agotamiento volviendo con Khaled.
La sugerencia de llevarlo a Ouroboros no me gustaba, no era partidaria de llevar gente extraña y potencialmente peligrosa a la isla pero por la cara de molestia del Soul parecía que a él le gustaba menos aún esa idea, me llevé las manos a las caderas posicionando los brazos en jarras -No me hace mucha gracia pero si tu lo dices... tal vez alguien pueda sacarle más información- un aleteo se acercó por detrás, me di la vuelta y supe en seguida de qué se trataba, tomé el pájaro de papel que se deshizo en mis manos para dar paso a una nota, Sean quería verme en la isla -Se acabó la visita- dije arrugando el papel para meterlo en mi bolsillo -Supongo que esto también te interesa así que en cuanto se sepa algo te enviaré una notificación, pero esta vez asegúrate de leerlas... a menos que quieras que venga a entregarlas personalmente- dije con una sonrisa pícara al más alto al cual me acerqué tal vez invadiendo un poco su espacio personal -Espero que también tengas algo para mi la próxima vez, como información de ese portal, sería un problema no tenerlo bajo control y que pasara cualquier idiota desde otra dimensión- de nuevo tomé su pañuelo roto acercándome a su rostro de forma algo difícil por su altura pero me las apañaba -Te traeré uno nuevo la próxima vez, intenta mandar a los niños a la cama pronto- aquello lo había dicho en un susurro, tan cerca de él para que fuera el único en escucharme para separarme justo después e ir con el prisionero, le puse un pie en la espalda para que no pudiera levantarse, guiñé un ojo al soul y me desaparecí rumbo a Ouroboros.
Observé aquel curioso evento en el cual la entidad se comunicó con Zaphira y conmigo, advirtiendonos de que tuviesemos cuidado con aquel mago, que tenia toda la pinta de ser el protegido de aquella entidad para la cual ni el tiempo ni el espacio parecia suponer un muro. Aquella habilidad me recordaba a la de algunos demonios pero... estaba seguro de que no se trataba de uno.
Sin embargo, lejos de amendrentarme por aquello, lo unico que lograron aquellas palabras fue aumentar mi interés y curiosidad, dificiles de saciar. Un destello rojo se revolvió en el fondo de mis iris, notaba la agitación de Belialt tambien.
- A estas alturas, te crees que nos asusta añadir una pieza mas al tablero? - le dije en voz suave al recien llegado, que parecia querer hacernos ver que debiamos agradecer que hubiese evitado la entrada de otro grupo a nuestro plano. Zaph parecio decirle lo mismo que yo pero de un modo distinto....
Observé a Zaphira hacerse cargo del hombre, a mi tampoco me gustaba la idea del todo, pero parecia mas sensato.
- No me fio de la interaccion que pueda establecer esa entidad que tiene dentro con el resto de portales de la sala que has visto abajo.
Entonces llegó aquel pequeño mensajero y Zaphira informó de que tenia que partir. La seguí con la mirada y en algun punto esperé a que se detuviese antes de atreverse a acercarse tanto a mi, pero no lo hizo. Parecía no importarle. Aquella total, absoluta e irreverente falta de miedo o rechazo por su parte hacia mi me resultaba....interesante. Bajé un poco la barbilla para equiparar la linea de nuestras miradas.
- Avísame. De un modo u otro, volveremos a vernos. - mis delgados labios se curvaron en una tenue sonrisa, volvió a tomar aquel pañuelo del cuello, y bajé la voz. - Sabes que cualquier otro estaría rumbo al infierno por atreverse si quiera a darme direcciones sobre cómo hacer mi trabajo?
Se separó finalmente y se marchó. Cuando estuve solo, me recoloqué el pañuelo del cuello...luego me pausé unos instantes y me lo quité. Lo observé, alzandolo a la altura de mis ojos. Chasqueé la lengua y lo guardé en el bolsillo. Despues de aquello, me dirigí de nuevo a aquella sala.
Tenía mucho trabajo de investigacion por delante.
Sin embargo, lejos de amendrentarme por aquello, lo unico que lograron aquellas palabras fue aumentar mi interés y curiosidad, dificiles de saciar. Un destello rojo se revolvió en el fondo de mis iris, notaba la agitación de Belialt tambien.
- A estas alturas, te crees que nos asusta añadir una pieza mas al tablero? - le dije en voz suave al recien llegado, que parecia querer hacernos ver que debiamos agradecer que hubiese evitado la entrada de otro grupo a nuestro plano. Zaph parecio decirle lo mismo que yo pero de un modo distinto....
Observé a Zaphira hacerse cargo del hombre, a mi tampoco me gustaba la idea del todo, pero parecia mas sensato.
- No me fio de la interaccion que pueda establecer esa entidad que tiene dentro con el resto de portales de la sala que has visto abajo.
Entonces llegó aquel pequeño mensajero y Zaphira informó de que tenia que partir. La seguí con la mirada y en algun punto esperé a que se detuviese antes de atreverse a acercarse tanto a mi, pero no lo hizo. Parecía no importarle. Aquella total, absoluta e irreverente falta de miedo o rechazo por su parte hacia mi me resultaba....interesante. Bajé un poco la barbilla para equiparar la linea de nuestras miradas.
- Avísame. De un modo u otro, volveremos a vernos. - mis delgados labios se curvaron en una tenue sonrisa, volvió a tomar aquel pañuelo del cuello, y bajé la voz. - Sabes que cualquier otro estaría rumbo al infierno por atreverse si quiera a darme direcciones sobre cómo hacer mi trabajo?
Se separó finalmente y se marchó. Cuando estuve solo, me recoloqué el pañuelo del cuello...luego me pausé unos instantes y me lo quité. Lo observé, alzandolo a la altura de mis ojos. Chasqueé la lengua y lo guardé en el bolsillo. Despues de aquello, me dirigí de nuevo a aquella sala.
Tenía mucho trabajo de investigacion por delante.
Había pasado el tiempo en la sala de los portales, investigando aquel portal por el cual llegó el visitante. Quedaba claro ahora que era un portal dimensional. Me habia encargado tambien de registrar por escrito aquello, para incorporarlo a nuestra biblioteca. De modo igualmente sistemático, me había dedicado a invocar a diferentes demonios de diferentes Casas, para poner sus conocimientos bajo mis servicios. El saber de los infiernos era basto y no se limitaba, en la mayoria de los casos, a una sola dimensión....
De momento me interesaba mantener aquel portal cerrado, y de eso ya me había encargado de modo concienzudo. Claro que, siempre contaba con que un poder superior al que yo mismo pudiera invocar rompiese el sello que habia mandado imponer sobre aquel portal. Las posibilidades siempre son infinitas.
La llegada de Adramelech en algun punto entre esos ...dias? me habia sacado de la tarea de la Torre, traia un mensaje de Zaphira. Un mensaje un tanto raro, con un no menos raro obsequio. Pasé mucho rato sentado en mi alcoba con aquel pañuelo extendido sobre las rodillas, mirándolo, simplemente. Podría pasar así siete vidas y habría seguido sin saber qué hacer exactamente con aquello. Me hacía pensar en cosas que habia olvidado y que no deseaba traer de vuelta.
Pero una de mis mas grandes debilidades, o quizá se podria contar entre mis virtudes, era aquella insaciable curiosidad. A veces podia ver patrones, pero no siempre.
Decepcionar a un dragón no entraba entre mis planes. Al menos no a ese en concreto. Hice uso de su regalo, combinandolo con un atuendo más apropiado que el que habia estado usando para aquellas invocaciones. El caso es que no tenía claro donde se encontraba el nuevo Ouroboros....pero Belialt seguramente si.
La habitación se quedó más silenciosa aun tras mi partida.
De momento me interesaba mantener aquel portal cerrado, y de eso ya me había encargado de modo concienzudo. Claro que, siempre contaba con que un poder superior al que yo mismo pudiera invocar rompiese el sello que habia mandado imponer sobre aquel portal. Las posibilidades siempre son infinitas.
La llegada de Adramelech en algun punto entre esos ...dias? me habia sacado de la tarea de la Torre, traia un mensaje de Zaphira. Un mensaje un tanto raro, con un no menos raro obsequio. Pasé mucho rato sentado en mi alcoba con aquel pañuelo extendido sobre las rodillas, mirándolo, simplemente. Podría pasar así siete vidas y habría seguido sin saber qué hacer exactamente con aquello. Me hacía pensar en cosas que habia olvidado y que no deseaba traer de vuelta.
Pero una de mis mas grandes debilidades, o quizá se podria contar entre mis virtudes, era aquella insaciable curiosidad. A veces podia ver patrones, pero no siempre.
Decepcionar a un dragón no entraba entre mis planes. Al menos no a ese en concreto. Hice uso de su regalo, combinandolo con un atuendo más apropiado que el que habia estado usando para aquellas invocaciones. El caso es que no tenía claro donde se encontraba el nuevo Ouroboros....pero Belialt seguramente si.
La habitación se quedó más silenciosa aun tras mi partida.
Lyosha Svensson
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Tras la mierda que habíamos vivido, la brecha abrio finalmente en la Torre de Hechicería. Lyosha se mantuvo con los ojos cerrados casi todo el camino apoyándose más en Khaled que en ella misma y su arakh. Estaba agotada. Algo que en su vida anterior no le pasaba tan seguido pero esta vez sí. Cuando sintió que abandonaban el infierno, la Soul Reaper abrió los ojos y vio el interior de la torre. Buscó lo primero que tuvo a mano y se sentó. Dejó caer su arma al piso y con lo que le restaba de energía fue quitándose las piezas de metal que formaban su armadura. Debajo de esta, donde sólo había una camiseta negra en la que no se apreciaba la sangre pero Lyosha sentía que estaba allí.
-Entonces... teníamos calavera de curación no?- Inquirió alzando los ojos hacia él. Lyosha recordaba perfectamente lo que ella había sacrificado para que esa maldita calavera se activara -¿Hay matriarca o patriarca?- Preguntó para luego escupir hacia un lado el exceso de sangre que aún tenía en la boca. Suspiró para luego emitir un gemido mientras levantaba la camiseta y observaba, prácticamente, sus entrañas. - Aparte de tu deuda saldada, Khaled....Dime, ha servido de algo lo que hemos hecho?- Preguntó en la soledad de aquella sala. Al menos la relación de ellos seguía siendo la misma. Honesta, sincera, directa. Sin tonterías
-Entonces... teníamos calavera de curación no?- Inquirió alzando los ojos hacia él. Lyosha recordaba perfectamente lo que ella había sacrificado para que esa maldita calavera se activara -¿Hay matriarca o patriarca?- Preguntó para luego escupir hacia un lado el exceso de sangre que aún tenía en la boca. Suspiró para luego emitir un gemido mientras levantaba la camiseta y observaba, prácticamente, sus entrañas. - Aparte de tu deuda saldada, Khaled....Dime, ha servido de algo lo que hemos hecho?- Preguntó en la soledad de aquella sala. Al menos la relación de ellos seguía siendo la misma. Honesta, sincera, directa. Sin tonterías
El viaje de vuelta a la Torre a mi se me hizo breve, aunque sabia que no era asi para Lyosha. Ya habia sido una insensatez que cruzase ella la primera vez a solas, en este segundo viaje no iba a permitir que hiciese ningun esfuerzo, ni que ningun demonio la alcanzase.
Habiamos ido a aparecer a la sala de la torre que yo usaba como habitacion propia. La ayudé a tomar asiento en una de las sillas, y yo acerqué otra para sentarme frente a ella, dejándo mi báculo con la calavera apoyado en la pared.
- Sí, la tenemos. Pero...sin un líder aun. Están todos muy...verdes, perdidos, sin guia, aprendiendo por instinto.
La observé y me incliné hacia ella, observando sus heridas con interés cuando se levantó la camiseta. Extendí mis manos hacia ella, codos apoyados en mis rodillas y las palmas extendidas hacia arriba, para que ella pusiera las suyas encima. En privado, aun daba muestras de que eramos hermanos. Y más aun por su estado, por aquella pregunta que me hizo.
Le dediqué una intensa mirada, muy significativa. Al fondo de aquellos ojos, habia una expresion de triunfo. Khaled Svensson sonrió, de lado, muy levemente. Había servido de algo más?
- Sí. - contesté arrastrando las dos unicas letras de esa palabra, con la firmeza cincelada en los ojos y en la expresion. - Lo ha hecho. Ahora...mandaré avisar a un sanador. Necesitas energía vital. - tambien, le habia tendido las manos para algo.
Habiamos ido a aparecer a la sala de la torre que yo usaba como habitacion propia. La ayudé a tomar asiento en una de las sillas, y yo acerqué otra para sentarme frente a ella, dejándo mi báculo con la calavera apoyado en la pared.
- Sí, la tenemos. Pero...sin un líder aun. Están todos muy...verdes, perdidos, sin guia, aprendiendo por instinto.
La observé y me incliné hacia ella, observando sus heridas con interés cuando se levantó la camiseta. Extendí mis manos hacia ella, codos apoyados en mis rodillas y las palmas extendidas hacia arriba, para que ella pusiera las suyas encima. En privado, aun daba muestras de que eramos hermanos. Y más aun por su estado, por aquella pregunta que me hizo.
Le dediqué una intensa mirada, muy significativa. Al fondo de aquellos ojos, habia una expresion de triunfo. Khaled Svensson sonrió, de lado, muy levemente. Había servido de algo más?
- Sí. - contesté arrastrando las dos unicas letras de esa palabra, con la firmeza cincelada en los ojos y en la expresion. - Lo ha hecho. Ahora...mandaré avisar a un sanador. Necesitas energía vital. - tambien, le habia tendido las manos para algo.
Lyosha Svensson
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-La guerra nos pasa factura- Dijo en voz baja y pensativa. Las hermandades sin líder generaban ansiedad, poca lucidez y problemas ya que tiraban de creatividad para hacer sus trabajos. Ahora dudaba si ponerse en la mano de alguno de ellos -Necesitamos que todas las hermandades tengan líder. Es la única manera de volver a ser lo que somos. No podemos depender de otros sanadores- Dijo pensativa mientras miraba sus manos.
En su gesto se dejó entrever que aquello no le gustaba para nada. Casi prefería soportar el dolor que dañarlo... Pero aún así, lo necesitaba. Lyosha coloco las palmas ensangrentadas sobre las de su hermano y mantuvo su vista en la de él mientras le deenaba más energía vital, sintiendo como su herida empezaba a sanar. Trago seco cuando la sangre dejo de manar y entrecerró los ojos al reconocer ese brillo en sus ojos.
No sabía qué era, pero sabía que era algo muy bueno. La sonrisa de Khaled se le contagió y sus labios se curvaron de lado -Entonces, todo sacrificio vale la pena- Expresó con cierta solemnidad y apartó las manos estirando el cuerpo posteriormente.
-Es una buena idea ... Pero necesito saber qué es lo que hemos ganado- Soltó y después arqueo suavemente una ceja -Y porque no has traído al moreno y a la pelirroja. También quiero saber sobre el hombre que maneja el metal. Me despertó... Curiosidad- Expreso cruzando las piernas con una elegancia que siempre le perteneció, y le pertenecería, en cualquier cuerpo. -Me hace gracia que el de las relaciones sociales seas tú...- Soltó y después lanzó una daga -Incluso bailes y todo .. suelta la lengua Khaled o estoy segura de que Belialt querrá contarme cosas- Está vez fue más jocosa y le miró con diversión en las orbes de un azul descolorido
En su gesto se dejó entrever que aquello no le gustaba para nada. Casi prefería soportar el dolor que dañarlo... Pero aún así, lo necesitaba. Lyosha coloco las palmas ensangrentadas sobre las de su hermano y mantuvo su vista en la de él mientras le deenaba más energía vital, sintiendo como su herida empezaba a sanar. Trago seco cuando la sangre dejo de manar y entrecerró los ojos al reconocer ese brillo en sus ojos.
No sabía qué era, pero sabía que era algo muy bueno. La sonrisa de Khaled se le contagió y sus labios se curvaron de lado -Entonces, todo sacrificio vale la pena- Expresó con cierta solemnidad y apartó las manos estirando el cuerpo posteriormente.
-Es una buena idea ... Pero necesito saber qué es lo que hemos ganado- Soltó y después arqueo suavemente una ceja -Y porque no has traído al moreno y a la pelirroja. También quiero saber sobre el hombre que maneja el metal. Me despertó... Curiosidad- Expreso cruzando las piernas con una elegancia que siempre le perteneció, y le pertenecería, en cualquier cuerpo. -Me hace gracia que el de las relaciones sociales seas tú...- Soltó y después lanzó una daga -Incluso bailes y todo .. suelta la lengua Khaled o estoy segura de que Belialt querrá contarme cosas- Está vez fue más jocosa y le miró con diversión en las orbes de un azul descolorido
- Por eso mismo quiero que Erika Malfoy empiece a tomar responsabilidades. - lo cual, me recordó, tenía un deber que cumplir. Cerré los ojos unos momentos, enviandole una visión en la cual reclamaba su presencia aquí.
Luego los volví a abrir, justo a tiempo para realizar aquella transferencia de energía. Noté un repentino cansancio, pero era necesario, Lyosha lo necesitaba mas que yo. Al menos, habiamos logrado detener el sangrado.
Al separar las manos, uní las mias entre mi regazo, quedando inclinado hacia delante en cerrada conversacion.
- Lo necesario para traer a un Svensson de vuelta. - Lyosha debia de haberse de dado cuente, o quizá no, de lo que habia hecho con aquellos soldados caídos... - Siempre y cuando puedas extraer el metal de un cuerpo muerto. - le dejé como pista final. - Recuerdo que dijiste que podias hacerlo, pero no sin matarlo en el proceso. Eso no parece ser un problema ya.
Lyosha hacia muchas preguntas para estar aun herida. Me pasé el dedo pulgar por la palma de la mano contraria, rascando la sangre que habia empezado a secarse.
- A la pelirroja acabo de convocarla. Y al otro hombre...no es un soul reaper. - de momento. - ¿Adam Hacksaw? ¿Recuerdas 2011, poco antes de la caída? Atacamos su escuela... era un crío por aquel entonces. Con mal genio porque atacamos a sus amigos en el proceso. Asi que curiosidad? Piensas acercarte a él?
Pasó entonces a preguntarme aquello y me eché hacia atrás, mirandola largamente. Y cruzándome de brazos al cabo de un rato. Que soltara la lengua?
"Está intentando...?"
-Oblígame. - le solté despues de pensar una respuesta durante un rato demasiado largo.
Luego los volví a abrir, justo a tiempo para realizar aquella transferencia de energía. Noté un repentino cansancio, pero era necesario, Lyosha lo necesitaba mas que yo. Al menos, habiamos logrado detener el sangrado.
Al separar las manos, uní las mias entre mi regazo, quedando inclinado hacia delante en cerrada conversacion.
- Lo necesario para traer a un Svensson de vuelta. - Lyosha debia de haberse de dado cuente, o quizá no, de lo que habia hecho con aquellos soldados caídos... - Siempre y cuando puedas extraer el metal de un cuerpo muerto. - le dejé como pista final. - Recuerdo que dijiste que podias hacerlo, pero no sin matarlo en el proceso. Eso no parece ser un problema ya.
Lyosha hacia muchas preguntas para estar aun herida. Me pasé el dedo pulgar por la palma de la mano contraria, rascando la sangre que habia empezado a secarse.
- A la pelirroja acabo de convocarla. Y al otro hombre...no es un soul reaper. - de momento. - ¿Adam Hacksaw? ¿Recuerdas 2011, poco antes de la caída? Atacamos su escuela... era un crío por aquel entonces. Con mal genio porque atacamos a sus amigos en el proceso. Asi que curiosidad? Piensas acercarte a él?
Pasó entonces a preguntarme aquello y me eché hacia atrás, mirandola largamente. Y cruzándome de brazos al cabo de un rato. Que soltara la lengua?
"Está intentando...?"
-Oblígame. - le solté despues de pensar una respuesta durante un rato demasiado largo.
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