Recuerdo del primer mensaje :
El Bosque de Sherwood es un bosque conocido mundialmente, que se encuentra en el pueblo de Edwinstowe en Nottinghamshire, Inglaterra, que históricamente asociada con la leyenda de Robin Hood una leyenda que se cree que fue cierta. Actualmente también sirve de refugio a grupos guerrilleros renegados.
- +18:
- -No es solo por eso.... -le dije en voz baja y susurrante, cerca de su oido. Aunque me costaba articular frases a medida que la excitacion iba creciendo en mi. Asenti afirmativamente cerca de su hombro, cuando dijo que aquello ya no le dolía. Quizá luego pudiese contarme la historia completa...
Pude sentir como reaccionaba a mis caricias y estímulos, su cuerpo me decía todo lo que necesitaba saber, las palabras no eran necesarias. Supe si tenia que ir mas despacio, o mas suave, y cuando estaba preparada para un poco más de intensidad, que fui añadiendo muy poco a poco, tal como notaba que ella estaba dispuesta. Disfruté de su piel erizada, de su aroma, de todos los movimientos de cada uno de sus musculos, de sus labios y su cabello, y de sus delicadas orejas.
Sentí tambien la urgencia con la que ella me deshizo de mis pantalones y pasaba sus manos bajo mi camiseta. Me deshice de esa prenda mia, para poder besarla con pasion pegando piel con piel, sintiendo su busto contra mi pecho y pasando mis manos ahora tras su espalda. Las hice bajar, para agarrar la cintura de su pantalon, y bajárselo tambien lentamente, volviendo a colocarme entre sus piernas, notando ahora con mucha mas intensidad aquel intimo contacto que me hizo soltar un jadeo. La miré, y me incliné sobre ella para susurrale al oido que iría despacio. Y así lo hice, dejé que fuese Azazel quien marcase el ritmo mientras moví mi cadera para entrar en ella muy lentamente, cerrando mis ojos por las sensaciones y los calambrazos de placer que empezaban a recorrer todo mi estomago y mi espalda, hasta quedar abrazado a ella y besarla de nuevo.
Y lo de los regalos...eso lo veriamos luego, que con toda la faena, no nos dimos cuenta de que habiamos estado siendo observados O___________O
Azazel Dostyan
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- +18:
- Al ver como se quitaba la camiseta pude observar todas los cicatrices que el tenia en su pecho. Al volver a besarlo lo abrace fuertemente pegándolo a mi. Desvié un poco la mirada al notar como me quitaba los pantalones volviendo mi vista al ver que se colocaba nuevamente entre mis piernas, jadeando un poco al sentir aquel contacto en su sexo.
Asentí con la cabeza al escucharlo mientras pasaba mis manos por sus hombros para abrazarlo por el cuello llevando una de mis manos a su cabello y otra a su espalda. Cerré los ojos con algo de fuerza al sentirlo entrar lentamente y apretando mis labios. Para besarle cuando sentí sus labios sobre los míos.
No me importaba lo que sucediera a nuestro alrededor. Mi excitación y mis ganas de él habían hecho que ignorara completamente aquel pensante dolor que desapareció lentamente unos segundos después, dejándome sentir incluso mas placer que antes. Me separe lentamente de sus labios gimiendo mirando detenidamente el rostro de si pareja. Lleve una de mis manos a su mejilla acariciando sus labios con mi pulgar suavemente. Cuando pude acostumbrarme completamente a él pude hablar como podía.
-P..Puedes ir mas rápido.. S-Si quieres...
Lo que siguió a aquel inicio solo podria clasificarlo de maravilloso. Tras aquellas palabras de ella, llenamos la noche con nuestra pasion, nuestros suspiros, caricias y demases cosas....hasta concluir en aquel punto álgido que conseguimos alcanzar mutuamente.
Un rato mas tarde, yacía tendido sobre su capa, al lado de ella, con mi brazo sobre su cabeza para hacerle de almohada, jugando con los mechones de su cabello que caian entre mis dedos, normalizando mi respiracion y sintiendo ahora el frio de la noche en mi piel desnuda. Agarré un trocito de capa que quedaba libre y la plegué sobre nosotros, para cubrirnos un poco de aquel fresco, y refugie mi cara entre su cuello, oliendo aquel embriagador aroma suyo para luego quedarme asi reposando.
-Ha sido...
"genial"
- Creo que he tenido suerte de encontrarte.
Suspiré, y me incorporé. Creia que debia decirle aquello, al fin y al cabo ella me habia contado lo de su cicatriz. Quiza no le pareciera tan raro. Sin decir nada, empecé a quitarme los vendajes rojos de la mano izquierda, ayudado por la derecha. En cuanto los retiré, mi mano perdió su forma física y sólida. No era ni sombra, ni gaseoso, ni humo...mas bien algo a medio camino entre gaseoso y corporeo, pero oscuro, y en movimiento. Aun no tenia control total sobre aquello si no estaba confinado al vendaje.
- Bueno. Esto forma parte de mi. Mis manos y mi brazo. No son mios... no te lo dije antes porque... pero ahora ya lo sabes. Es lo justo, verdad?
Un rato mas tarde, yacía tendido sobre su capa, al lado de ella, con mi brazo sobre su cabeza para hacerle de almohada, jugando con los mechones de su cabello que caian entre mis dedos, normalizando mi respiracion y sintiendo ahora el frio de la noche en mi piel desnuda. Agarré un trocito de capa que quedaba libre y la plegué sobre nosotros, para cubrirnos un poco de aquel fresco, y refugie mi cara entre su cuello, oliendo aquel embriagador aroma suyo para luego quedarme asi reposando.
-Ha sido...
"genial"
- Creo que he tenido suerte de encontrarte.
Suspiré, y me incorporé. Creia que debia decirle aquello, al fin y al cabo ella me habia contado lo de su cicatriz. Quiza no le pareciera tan raro. Sin decir nada, empecé a quitarme los vendajes rojos de la mano izquierda, ayudado por la derecha. En cuanto los retiré, mi mano perdió su forma física y sólida. No era ni sombra, ni gaseoso, ni humo...mas bien algo a medio camino entre gaseoso y corporeo, pero oscuro, y en movimiento. Aun no tenia control total sobre aquello si no estaba confinado al vendaje.
- Bueno. Esto forma parte de mi. Mis manos y mi brazo. No son mios... no te lo dije antes porque... pero ahora ya lo sabes. Es lo justo, verdad?
Azazel Dostyan
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Lo que había pasado hacia tan solo instantes fue asombroso, si me lo hubieran contado antes no lo creería. Mi respiración se encontraba aun algo agitada y aun podía sentir las caricias en mi cuerpo, estaba acostada junto al castaño con mi cabeza apoyada en su brazo sintiendo como jugaba con mi cabello. Sonreí al notar que nos cubría con parte de mi capa y acaricie su cabello al sentir como escondía su rostro en mi cuello llevando una mano a su cabello cepillándolo lentamente con mis dedos.
-...Fantástico.
Termine la frase que él dejo a medias sonriendo abiertamente y haciéndole rulitos con su cabello.
-Haz tenido mucha suerte, y tu que te negaste a aceptar mis frutas y querías atacarme...-Dije fingiendo egocentrismo y haciéndome la ofendida para terminar por reír por mi propia tontería- Yo también tuve mucha suerte en encontrarte y mas con lo perdida que estoy en este nuevo mundo.
Lo mire algo extrañada al ver que se incorporaba por lo que también hice lo mismo quedando algo sorprendida al ver que comenzaba a deshacerse de los rojos vendajes de su mano izquierda, no caía en mi asombro al ver la masa negra algo gaseosa que era contenido bajo la tela.
-En verdad tenia mucha curiosidad de saber que había bajo los vendajes y porque eran rojos... Es...Wow...-Dije asombrada pero sin borrar la sonrisa de mi rostro. Acerque lentamente mi mano a aquella masa, sin forma que anteriormente había sido su mano, pero me detuve antes de tocarlo ya que no sabia si estaba bien que lo hiciera o si algo malo pasaría si lo hacia- En verdad me alegra que me lo hayas contado... Aunque no sepa que es... Pero se ve asombroso, es como agua, pero a su vez no lo es... No es como nada que hubiera visto antes... ¿Que es?... Debes contarme como es que funciona, ¿se siente mas que una mano? ¿Las vendas son especiales para eso? ¿En las transformaciones también cambia de forma? -Todas las preguntas salieron una tras otra en lo que examinaba la masa oscura y tomaba tu otra mano para verla, acariciar un poco las vendas para sentir como eran. En fin, la emoción y curiosidad que había crecido en mi interior era comparable a la de un niño al querer saber que fue lo que le trajo santa, aunque me avergonzó un poco al darme cuenta de todas las preguntas que había hecho y que no se en que momento había tomado su mano derecha y entrelazado nuestros dedos- N-No tienes que responder si no quieres.
-...Fantástico.
Termine la frase que él dejo a medias sonriendo abiertamente y haciéndole rulitos con su cabello.
-Haz tenido mucha suerte, y tu que te negaste a aceptar mis frutas y querías atacarme...-Dije fingiendo egocentrismo y haciéndome la ofendida para terminar por reír por mi propia tontería- Yo también tuve mucha suerte en encontrarte y mas con lo perdida que estoy en este nuevo mundo.
Lo mire algo extrañada al ver que se incorporaba por lo que también hice lo mismo quedando algo sorprendida al ver que comenzaba a deshacerse de los rojos vendajes de su mano izquierda, no caía en mi asombro al ver la masa negra algo gaseosa que era contenido bajo la tela.
-En verdad tenia mucha curiosidad de saber que había bajo los vendajes y porque eran rojos... Es...Wow...-Dije asombrada pero sin borrar la sonrisa de mi rostro. Acerque lentamente mi mano a aquella masa, sin forma que anteriormente había sido su mano, pero me detuve antes de tocarlo ya que no sabia si estaba bien que lo hiciera o si algo malo pasaría si lo hacia- En verdad me alegra que me lo hayas contado... Aunque no sepa que es... Pero se ve asombroso, es como agua, pero a su vez no lo es... No es como nada que hubiera visto antes... ¿Que es?... Debes contarme como es que funciona, ¿se siente mas que una mano? ¿Las vendas son especiales para eso? ¿En las transformaciones también cambia de forma? -Todas las preguntas salieron una tras otra en lo que examinaba la masa oscura y tomaba tu otra mano para verla, acariciar un poco las vendas para sentir como eran. En fin, la emoción y curiosidad que había crecido en mi interior era comparable a la de un niño al querer saber que fue lo que le trajo santa, aunque me avergonzó un poco al darme cuenta de todas las preguntas que había hecho y que no se en que momento había tomado su mano derecha y entrelazado nuestros dedos- N-No tienes que responder si no quieres.
- Es que de lejos, parecías desconfiable con esa capucha, demasiado misteriosa. -respondí mirandola de reojo y sonriendo muy levemente,de modo casi imperceptible. - Y si esas bayas estaban envenenadas?
La verdad es que me habia acercado a ella con pies de plomo, pero no habia tardado nada en conseguir desbaratar todas mis barreras de desconfianza. Por un lado se me hacia raro, porque no lo entendia. Por otro lado, me agradaba. Y mucho.
-Sospecho que no tardarás en acostumbrarte a este "nuevo mundo". Te adaptas rapido.
Farfullé en respuesta mientras me quitaba las vendas. Para cuando habia terminado de quitar la parte que queria retirar, ella ya se habia incorporado. No parecía asustada. Eso era bueno, no? Era mas bien...curiosidad lo que demostraba.
- Si me hubieses preguntado, seguramente te lo hubiese dicho.- "seguramente", porque hasta el momento, ni yo lo habia tenido claro. Ella acercó su mano, y me alegré de que al detuviese antes de llegar a entrar en contacto con aquello, puesto que no me atrevía a tocarla sin las vendas de por medio. Pero no pude evitar hacer un amago de apartar la mano para evitar cualquier clase de contacto.
Luego hizo toda clase de preguntas, ingenua como una niña. No habian malas formas en su modo de preguntar, solo...mucha curiosidad. Aunque yo me quedé un tanto sombrío observando aquello, puesto que eso si lo habia terminado recordando, todo lo que pasó. Hasta que finalmente la oi disculparse.
-Descuida. Está bien no olvidar este tipo de cosas. Es....sombra, oscuridad; tiene voluntad propia si no la controlo. Se siente...distinto, no es como cuando tenía mis manos de verdad. - miraba con un poco de rabia como fluctuaba ingrávida aquella masa oscura. Pero aquello me habia salvado la vida. -Sí. - contesté algo mas animado. -Cambia con las transformaciones, se convierten en enormes garras de licántropo, y las vendas tambien. Al perder las extremidades y ser un licántropo...la opcion de brazos robóticos quedaba descartada, pues esos no cambiarían al transformarse si no que mas bien acabarian destrozados cada luna llena. Un lobo cojo, te imaginas? - los animales débiles solian morir en poco tiempo. Apreté levemente la mano que ella me habia tomado. - Por eso los que me curaron tuvieron que optar por esto.
La verdad es que me habia acercado a ella con pies de plomo, pero no habia tardado nada en conseguir desbaratar todas mis barreras de desconfianza. Por un lado se me hacia raro, porque no lo entendia. Por otro lado, me agradaba. Y mucho.
-Sospecho que no tardarás en acostumbrarte a este "nuevo mundo". Te adaptas rapido.
Farfullé en respuesta mientras me quitaba las vendas. Para cuando habia terminado de quitar la parte que queria retirar, ella ya se habia incorporado. No parecía asustada. Eso era bueno, no? Era mas bien...curiosidad lo que demostraba.
- Si me hubieses preguntado, seguramente te lo hubiese dicho.- "seguramente", porque hasta el momento, ni yo lo habia tenido claro. Ella acercó su mano, y me alegré de que al detuviese antes de llegar a entrar en contacto con aquello, puesto que no me atrevía a tocarla sin las vendas de por medio. Pero no pude evitar hacer un amago de apartar la mano para evitar cualquier clase de contacto.
Luego hizo toda clase de preguntas, ingenua como una niña. No habian malas formas en su modo de preguntar, solo...mucha curiosidad. Aunque yo me quedé un tanto sombrío observando aquello, puesto que eso si lo habia terminado recordando, todo lo que pasó. Hasta que finalmente la oi disculparse.
-Descuida. Está bien no olvidar este tipo de cosas. Es....sombra, oscuridad; tiene voluntad propia si no la controlo. Se siente...distinto, no es como cuando tenía mis manos de verdad. - miraba con un poco de rabia como fluctuaba ingrávida aquella masa oscura. Pero aquello me habia salvado la vida. -Sí. - contesté algo mas animado. -Cambia con las transformaciones, se convierten en enormes garras de licántropo, y las vendas tambien. Al perder las extremidades y ser un licántropo...la opcion de brazos robóticos quedaba descartada, pues esos no cambiarían al transformarse si no que mas bien acabarian destrozados cada luna llena. Un lobo cojo, te imaginas? - los animales débiles solian morir en poco tiempo. Apreté levemente la mano que ella me habia tomado. - Por eso los que me curaron tuvieron que optar por esto.
Azazel Dostyan
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-Si las bayas hubieran estado envenenadas probablemente ya no estaría viva, luego de meterme todo el puñado en la boca -Reí un poco entrecerrando un poco los ojos.- Pero necesito a alguien que me explique que son algunas cosas.
El tenia razón, si le hubiera preguntado antes tal vez me hubiera contado, pero prefería que se sintiera cómodo cuando lo hiciera, cuando se sintiera en suficiente confianza como para hacerlo. Vi el amago a quitar la mano y entendí que tocarlo no seria una buena idea, el sabría por que lo hacia. Lo mire un tanto avergonzada al hacer hecho tantas preguntas ya que temía que a él no le agradara que lo hiciera. Lo mire atenta cuando me contó que era aquella cosa, y vi el enfado en sus ojos, sabia que no era un buen recuerdo. Sonreí levemente de lado al escuchar lo de los brazos roboticos y las transformaciones. Levantando mi vista a sus ojos al momento que apretó mi mano.
-Lamento haberte hecho recordar todo eso. -Me sentía una tonta al haber preguntado tantas cosas que no eran de mi incumbencia, debí haber dejado que él me lo contara cuando quisiera- Yo... En verdad esto es sorprendente para mi, y es algo asombroso, pero fui una tonta al haber preguntado tanto...-Baje un poco la mirada aunque la desvié un poco viendo nuestras manos unidas- Eres muy fuerte, no cualquiera había soportado lo que tu sufriste... No se que fue lo que te sucedió pero se, por tu mirada, que no fue nada bueno pero aun así saliste adelante... En verdad te admiro, Jarkko... -Subí la mirada a sus dorados ojos para acariciarle la mejilla con mi mano libre, era tan joven y había logrado soportarlo todo, y aunque aun tenia que seguir luchando para lograr algunas cosas mas tenia un presentimiento que sabia que lo lograría. Mi pecho dolía al imaginar por lo que el castaño había tenido que pasar.
El tenia razón, si le hubiera preguntado antes tal vez me hubiera contado, pero prefería que se sintiera cómodo cuando lo hiciera, cuando se sintiera en suficiente confianza como para hacerlo. Vi el amago a quitar la mano y entendí que tocarlo no seria una buena idea, el sabría por que lo hacia. Lo mire un tanto avergonzada al hacer hecho tantas preguntas ya que temía que a él no le agradara que lo hiciera. Lo mire atenta cuando me contó que era aquella cosa, y vi el enfado en sus ojos, sabia que no era un buen recuerdo. Sonreí levemente de lado al escuchar lo de los brazos roboticos y las transformaciones. Levantando mi vista a sus ojos al momento que apretó mi mano.
-Lamento haberte hecho recordar todo eso. -Me sentía una tonta al haber preguntado tantas cosas que no eran de mi incumbencia, debí haber dejado que él me lo contara cuando quisiera- Yo... En verdad esto es sorprendente para mi, y es algo asombroso, pero fui una tonta al haber preguntado tanto...-Baje un poco la mirada aunque la desvié un poco viendo nuestras manos unidas- Eres muy fuerte, no cualquiera había soportado lo que tu sufriste... No se que fue lo que te sucedió pero se, por tu mirada, que no fue nada bueno pero aun así saliste adelante... En verdad te admiro, Jarkko... -Subí la mirada a sus dorados ojos para acariciarle la mejilla con mi mano libre, era tan joven y había logrado soportarlo todo, y aunque aun tenia que seguir luchando para lograr algunas cosas mas tenia un presentimiento que sabia que lo lograría. Mi pecho dolía al imaginar por lo que el castaño había tenido que pasar.
- Pero....tu sabes de plantas. Nunca te confundirias de bayas o de hierbajos, cierto? - le fruncí el ceño. No estaba dispuesto a perderlo por unos estupidos frutos. - Ves! por eso comer animales es mejor....! corren menos riesgo de ser venenosos
Terminé de recolocar mis vendas y luego agarré una de mis prendas de ropa que andaba por ahi tirada por los suelos cerca de un matorral, resultó ser la camiseta, asi que me la puse. Negué cuando se disculpó otra vez.
-Tu me hablaste sobre tu cicatriz. Ya es hora de que yo tambien afronte mis demonios. Hablar de ellos es el primer paso.
Le di un beso en la sien cuando siguió hablando, alabando mi fuerza, cosa con la que yo no estaba de acuerdo. No habia sido gracias a mi. Recordé eso, y sonreí.
- Te equivocas. Yo quería dejarme morir. Recibí ayuda, eso fue lo que me sacó de aquella situación. Tenía buenos amigos...
Era un recuerdo difuso, pero un recuerdo al menos, que volvía a mi, con tranquilidad, porque aunque venia de una epoca de dolor era reconfortante. Sabía que debía de hablar con Ian, sobre cosas que no habia hablado antes....
Mas decidido, me puse en pie, recogiendo toda nuestra ropa. Cogí tambien la de ella y se la puse cerca. Tuve tentaciones de no dejarla vestirse, y casi se me pudo notar la intencion porque se me escapó una mirada un tanto lasciva. Terminando de recoger mis armas y ponermelas, me di cuenta de que habian unos paquetitos alli que antes no estaban, los cuales olfateé extrañado, pero sin llegar a tocarlos
-Esto es tuyo, Azazel?
Terminé de recolocar mis vendas y luego agarré una de mis prendas de ropa que andaba por ahi tirada por los suelos cerca de un matorral, resultó ser la camiseta, asi que me la puse. Negué cuando se disculpó otra vez.
-Tu me hablaste sobre tu cicatriz. Ya es hora de que yo tambien afronte mis demonios. Hablar de ellos es el primer paso.
Le di un beso en la sien cuando siguió hablando, alabando mi fuerza, cosa con la que yo no estaba de acuerdo. No habia sido gracias a mi. Recordé eso, y sonreí.
- Te equivocas. Yo quería dejarme morir. Recibí ayuda, eso fue lo que me sacó de aquella situación. Tenía buenos amigos...
Era un recuerdo difuso, pero un recuerdo al menos, que volvía a mi, con tranquilidad, porque aunque venia de una epoca de dolor era reconfortante. Sabía que debía de hablar con Ian, sobre cosas que no habia hablado antes....
Mas decidido, me puse en pie, recogiendo toda nuestra ropa. Cogí tambien la de ella y se la puse cerca. Tuve tentaciones de no dejarla vestirse, y casi se me pudo notar la intencion porque se me escapó una mirada un tanto lasciva. Terminando de recoger mis armas y ponermelas, me di cuenta de que habian unos paquetitos alli que antes no estaban, los cuales olfateé extrañado, pero sin llegar a tocarlos
-Esto es tuyo, Azazel?
Azazel Dostyan
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Me sorprendí un poco al escucharlo y ver como fruncía el ceño de esa manera, parecía como una forma de preocupación...Su forma de preocupación...
-Se reconocerlos, solo bromeaba... Pero debiste haber notado que no soy de la clase de personas que van con un manojo de bayas envenenadas y entregándoselas a cualquiera -Me encogí de hombros sonriendo. Al escuchar lo de la cacería desvié un poco la mirada- Es mas fácil para los cazadores, pero esos animales tienen alguien esperándolos... Una pareja, sus crías, o hasta quizá una manada... Esas son las cosas en las que pienso antes de cazar y es por lo que cazo a animales de vez en cuando, solo cuando me siento muy débil o la comida escasea.
Era sincera, el cazar animales me dolía por pensar en que daños colaterales podría estar causando. Vi atenta como se volvía a colocar la venda y lo vi ir a buscar la ropa. Me estire un poco y vi como se colocaba la camiseta.
-Pero tu no hiciste preguntas sobre eso... es justo que ahora las hagas.
Al escucharlo mis sonrisa se había borrado y mis ojos se cristalizaron amenazando con soltar aquellas lagrimas que en solo instantes se habían acumulado, no podía pensar en perderle, ni en no haberlo conocido... Gracias a él había salido del bosque, había conocido mas cosas de las que jamas hubiera imaginado.
-Bueno...Creo que tenemos algo mas en común...Yo también quise dejarme morir...Pero a mi nadie me ayudo... Me gustaría conocer a esos amigos para agradecerles, gracias a ellos te tengo hoy aquí.
Dije con voz suave y con una pequeña sonrisa llevando una mano a su mejilla acariciándola suavemente. Le agradecí cuando me trajo mi ropa sonrojandome un poco al ver su mirada y sonriendo un poco mas. Comencé a vestirme colocándome primero los pantalones y las botas, ya que era lo mas fácil junto a la falda de la armadura. Luego me coloque el corsé y lo estaba ajustando para atarlo cuando oí su pregunta. por lo que me levante y me acerque para ver lo que era lo que el estaba mirando.
-Mm...No, no es mio...-Logre ajustar bien el corsé para atarlo y arrodillarme frente a los paquetes para leer lo que llevaban escritos- Este tiene tu nombre... Y este el mio -Dije recogiendo los paquetes y entregándole a él el que llevaba su nombre. Y abriendo el que llevaba el mio para encontrar una cota de metal, me pregunto si servirá para cubrirme del sol... y que otros usos tendrá.- ¿Quien lo habrá dejado? Nadie de esta época conoce mi nombre... Y dudo que alguien sepa que estamos juntos.
-Se reconocerlos, solo bromeaba... Pero debiste haber notado que no soy de la clase de personas que van con un manojo de bayas envenenadas y entregándoselas a cualquiera -Me encogí de hombros sonriendo. Al escuchar lo de la cacería desvié un poco la mirada- Es mas fácil para los cazadores, pero esos animales tienen alguien esperándolos... Una pareja, sus crías, o hasta quizá una manada... Esas son las cosas en las que pienso antes de cazar y es por lo que cazo a animales de vez en cuando, solo cuando me siento muy débil o la comida escasea.
Era sincera, el cazar animales me dolía por pensar en que daños colaterales podría estar causando. Vi atenta como se volvía a colocar la venda y lo vi ir a buscar la ropa. Me estire un poco y vi como se colocaba la camiseta.
-Pero tu no hiciste preguntas sobre eso... es justo que ahora las hagas.
Al escucharlo mis sonrisa se había borrado y mis ojos se cristalizaron amenazando con soltar aquellas lagrimas que en solo instantes se habían acumulado, no podía pensar en perderle, ni en no haberlo conocido... Gracias a él había salido del bosque, había conocido mas cosas de las que jamas hubiera imaginado.
-Bueno...Creo que tenemos algo mas en común...Yo también quise dejarme morir...Pero a mi nadie me ayudo... Me gustaría conocer a esos amigos para agradecerles, gracias a ellos te tengo hoy aquí.
Dije con voz suave y con una pequeña sonrisa llevando una mano a su mejilla acariciándola suavemente. Le agradecí cuando me trajo mi ropa sonrojandome un poco al ver su mirada y sonriendo un poco mas. Comencé a vestirme colocándome primero los pantalones y las botas, ya que era lo mas fácil junto a la falda de la armadura. Luego me coloque el corsé y lo estaba ajustando para atarlo cuando oí su pregunta. por lo que me levante y me acerque para ver lo que era lo que el estaba mirando.
-Mm...No, no es mio...-Logre ajustar bien el corsé para atarlo y arrodillarme frente a los paquetes para leer lo que llevaban escritos- Este tiene tu nombre... Y este el mio -Dije recogiendo los paquetes y entregándole a él el que llevaba su nombre. Y abriendo el que llevaba el mio para encontrar una cota de metal, me pregunto si servirá para cubrirme del sol... y que otros usos tendrá.- ¿Quien lo habrá dejado? Nadie de esta época conoce mi nombre... Y dudo que alguien sepa que estamos juntos.
-Ah, eso lo noté tras nuestros primeros diez minutos de conversacion, al principio no estaba tan seguro. -ya habiamos terminado de vestirnos para cuando la conversacion estaba tomando aquellos derroteros, pero me hizo gracia imaginarla como elfa maligna envenenadora de gente.
Era cierto, no le pegaba para nada. La escuché, y suspiré, respetando su opinión, aunque no lograba entenderla, porque yo practicamente habia nacido cazador. Sabia que arrebataba vidas constantemente. Cuando lo hacia con consciencia, estaba bien, sabía porque lo hacia, y elegía bien a las presas. Lo malo era cuando lo hacia en luna llena. No tenia ni idea de lo que cazaba....podrian hasta ser personas. El caso es, que el instinto era demasiado fuerte.
-Pues te haré algunas entonces. Sobre tu herida. Tu no le devolviste el golpe? Y...como lograste sanar?
Una cicatriz asi solo podia venir de una herida profunda. La rodee por los hombros con mi brazo mirandola cuando dijo que le gustaria conocer a mis amigos. Algunos ya no estaban, sus rostros se habian difuminado en mi mente, pero otros seguia recordandolos.
-Uno de ellos pertenece al clan ahora, como yo. Te lo presentaré.
Luego nos separamos, y ella terminaria de vestirse mientras yo miraba los raros paquetes. Azazel se acercó tomando el que tenia su nombre, que parecia una muy ligera cota de malla. Ella me tendió aquel que parecia para mi. Desconfiado, lo olisqueé antes de abrirlo y revelar que se trataba de una capa negra, de tela muy pesada y con runas rojas en los bordes. Alcé las cejas, pensando que desde luego, bonita era. Me la puse por encima de los hombros, nunca habia sido yo mucho de llevar capas, pero aquella se sentía particularmente bien.
-No lo se. Pero ahora llevo capa como tu....ahora que lo pienso...quizá la capa te vendría mejor a ti. ¿La quieres? Tiene capucha, y runas a juego con tus ojos. - de pronto, sonreí y me la quité, poniendosela a ella. -Ya está! Y no me la devuelvas! a ti te vendrá mejor.
Era cierto, no le pegaba para nada. La escuché, y suspiré, respetando su opinión, aunque no lograba entenderla, porque yo practicamente habia nacido cazador. Sabia que arrebataba vidas constantemente. Cuando lo hacia con consciencia, estaba bien, sabía porque lo hacia, y elegía bien a las presas. Lo malo era cuando lo hacia en luna llena. No tenia ni idea de lo que cazaba....podrian hasta ser personas. El caso es, que el instinto era demasiado fuerte.
-Pues te haré algunas entonces. Sobre tu herida. Tu no le devolviste el golpe? Y...como lograste sanar?
Una cicatriz asi solo podia venir de una herida profunda. La rodee por los hombros con mi brazo mirandola cuando dijo que le gustaria conocer a mis amigos. Algunos ya no estaban, sus rostros se habian difuminado en mi mente, pero otros seguia recordandolos.
-Uno de ellos pertenece al clan ahora, como yo. Te lo presentaré.
Luego nos separamos, y ella terminaria de vestirse mientras yo miraba los raros paquetes. Azazel se acercó tomando el que tenia su nombre, que parecia una muy ligera cota de malla. Ella me tendió aquel que parecia para mi. Desconfiado, lo olisqueé antes de abrirlo y revelar que se trataba de una capa negra, de tela muy pesada y con runas rojas en los bordes. Alcé las cejas, pensando que desde luego, bonita era. Me la puse por encima de los hombros, nunca habia sido yo mucho de llevar capas, pero aquella se sentía particularmente bien.
-No lo se. Pero ahora llevo capa como tu....ahora que lo pienso...quizá la capa te vendría mejor a ti. ¿La quieres? Tiene capucha, y runas a juego con tus ojos. - de pronto, sonreí y me la quité, poniendosela a ella. -Ya está! Y no me la devuelvas! a ti te vendrá mejor.
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Sonreí al saber que cuando nos conocimos supo rápidamente que no seria alguien que lo atacaría, al menos no sin ser atacada antes. Y por lo que recordaba, el no era tanto de frutas, era mas que obvio que era cazador, y no lo juzgaba por eso, el debería saber muy bien a lo que caza o que efectos tendrá a corto o largo plazo, y tampoco tenia pensado hacerlo cambiar de opinión, solo el tenia su opinión y sus gustos, y yo tenia los míos. Suspire al escuchar aquellas preguntas sobre mi cicatriz, pero no eran de hartazgo o de cansancio ni mucho menos, solo era por el recuerdo, creo saber que se le decía melancolía.
-No...No ataque a mi madre devuelta, solo me largue de ahí, no quería quedarme ni un segundo mas en un lugar como ese...Había logrado detener un poco la hemorragia con trozos de tela, sabia que no soportaría mucho mas en esas condiciones, por lo que solo encontré un lindo árbol joven en el cual lograr refugiarme en su sombra y deje que sucediera lo que tenia que pasar... Un mago me encontró y me curo... Aunque también desconfió de mi al principio por ser una Drow, solo pude hablar con él esa tarde y jamas lo volví a ver...
Mi sonrisa nunca abandono mi rostro al momento de contar aquello, no tenia nada de que avergonzarme, pero me enorgullecía de ser como soy y de lograr alejarme de quienes me afectaban. Lo mire algo sorprendida al escuchar lo de sus amigos, el acercarme a ellos significaba acercarme un poco al clan lo cual me ponía un poco nerviosa pero aun así me gustaría agradecerles lo que hicieron por Jarkko.
El verlo con aquella capa que había salido de su paquete, se veía muy bien aunque a él no le parecieran buenas prendas. Negué con la cabeza ante su ofrecimiento, en verdad lo agradecía pero era su obsequio.
-Oye! -Me queje un poco al notar que me colocaba la capa que a él le había tocado para negar con la cabeza y una amplia sonrisa- Creo que esto se servirá mas a ti que a mi... Podrás encontrarle mas usos, yo ya tengo mi armadura y dudo que esto pueda protegerme del sol... -Camino hacia el castaño para darle la cota de malla y de paso ver el collar que yo misma le había echo acercándome a él lo suficiente para robarle un pequeño y suave beso en los labios y caminar para recoger mi capa a la cual ya no usaría, al menos no por ahora.
-No...No ataque a mi madre devuelta, solo me largue de ahí, no quería quedarme ni un segundo mas en un lugar como ese...Había logrado detener un poco la hemorragia con trozos de tela, sabia que no soportaría mucho mas en esas condiciones, por lo que solo encontré un lindo árbol joven en el cual lograr refugiarme en su sombra y deje que sucediera lo que tenia que pasar... Un mago me encontró y me curo... Aunque también desconfió de mi al principio por ser una Drow, solo pude hablar con él esa tarde y jamas lo volví a ver...
Mi sonrisa nunca abandono mi rostro al momento de contar aquello, no tenia nada de que avergonzarme, pero me enorgullecía de ser como soy y de lograr alejarme de quienes me afectaban. Lo mire algo sorprendida al escuchar lo de sus amigos, el acercarme a ellos significaba acercarme un poco al clan lo cual me ponía un poco nerviosa pero aun así me gustaría agradecerles lo que hicieron por Jarkko.
El verlo con aquella capa que había salido de su paquete, se veía muy bien aunque a él no le parecieran buenas prendas. Negué con la cabeza ante su ofrecimiento, en verdad lo agradecía pero era su obsequio.
-Oye! -Me queje un poco al notar que me colocaba la capa que a él le había tocado para negar con la cabeza y una amplia sonrisa- Creo que esto se servirá mas a ti que a mi... Podrás encontrarle mas usos, yo ya tengo mi armadura y dudo que esto pueda protegerme del sol... -Camino hacia el castaño para darle la cota de malla y de paso ver el collar que yo misma le había echo acercándome a él lo suficiente para robarle un pequeño y suave beso en los labios y caminar para recoger mi capa a la cual ya no usaría, al menos no por ahora.
- Mmmm....supongo que tomaste la decisión correcta y más inteligente. - que era marcharse de aquel lugar y no dejarse llevar por la ira. Seguramente aquello le habia permitido sobrevivir.
- Un mago? Que curioso. Te gustaria volver a verlo alguna vez? - a mi la verdad, era algo que si me gustaria poder hacer. Agradecer, preguntar, esas cosas. Aunque seguramente el hombre estuviese ya muerto o vete a saber.
Me propuso una especie de intercambio pero yo negué....ella ya me habia hecho un regalo.
-Tu me diste el colgante ya, Aza. Eh, espera! -sali detras de ella con la cota en las manos que me habia dejado. La verdad, era muy ligera. Y...me alegró comprobar que no era de plata.
-Y si hubiese sido de plata?! - le dije haciendome el indignado. Reí antes de recibir su beso, pero se lo correspondí con ganas. No habria pasado nada de ser de plata, no al contacto unicamente con mis no manos manos.
Luego de recoger nuestras cosas, le pedí que fuesemos a su cueva. Pasaría con ella alguna noche más. Algun día, querría enseñarle Llangoed, pero antes debia de contar con el permiso de Oren....y Oren era esquivo y dificil de localizar, asi que por el momento eso tendría que esperar. Echamos a caminar, perdiendonos en la espesura del bosque que tan bien conociamos.
- Un mago? Que curioso. Te gustaria volver a verlo alguna vez? - a mi la verdad, era algo que si me gustaria poder hacer. Agradecer, preguntar, esas cosas. Aunque seguramente el hombre estuviese ya muerto o vete a saber.
Me propuso una especie de intercambio pero yo negué....ella ya me habia hecho un regalo.
-Tu me diste el colgante ya, Aza. Eh, espera! -sali detras de ella con la cota en las manos que me habia dejado. La verdad, era muy ligera. Y...me alegró comprobar que no era de plata.
-Y si hubiese sido de plata?! - le dije haciendome el indignado. Reí antes de recibir su beso, pero se lo correspondí con ganas. No habria pasado nada de ser de plata, no al contacto unicamente con mis no manos manos.
Luego de recoger nuestras cosas, le pedí que fuesemos a su cueva. Pasaría con ella alguna noche más. Algun día, querría enseñarle Llangoed, pero antes debia de contar con el permiso de Oren....y Oren era esquivo y dificil de localizar, asi que por el momento eso tendría que esperar. Echamos a caminar, perdiendonos en la espesura del bosque que tan bien conociamos.
Azazel Dostyan
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-Si, me gustaría volver a verlo, al menos para lograr agradecerle y presentártelo... Gracias a él sigo viva y gracias a eso te conocí, una seria de eventos desafortunados terminaron mejor de lo que creíamos -Sonreí de lado, aunque sabia que ese hombre debía ser mas que polvo, pero aun así lo recordaba con mucho aprecio, pudo haberme dejado morir y aun así no lo hizo.
-Te mereces mucho mas que un collar o una cota, ademas quiero dártela...- Reí un poco ante la cara de indignación que puso, en verdad no me había puesto a pensar lo de la plata, no me había dado cuenta, pero supongo que la habría soltado de inmediato al ser así.- Pero no lo es... Aunque, si lo hubiera sido tendría mas excusas para estar contigo cuidándote - Sonreí mirándolo a los ojos. Cerré los ojos al sentir como correspondía mi beso.
Me dijo de ir a mi cueva a lo que acepte sin pensarlo dos veces, aun me rondaba por la cabeza el ir a conocer a sus amigos, se me hacia algo raro pero me agradaría conocer a los chamanes de su clan, debía hacerles varias preguntas si es que me lo permitían, aunque sabia que tardaríamos en ir con ellos, no era tan fácil como cualquiera se lo imaginaba, seguro debía pedir permiso primero, pero al menos, el tiempo que se quedara conmigo podríamos meditar un poco para poder ayudarlo a centrarse y estar u poco mas cerca a que lograra la meta de controlar a aquel lobo en su interior. Aunque mas bien debía dejar de tomarlo como una amenaza, y volverlo parte de él, pero eso no seria fácil para nada. Lo guié a mi hogar perdiéndonos en el bello y oscuro lugar para lograr refugiarnos de la luz del día que comenzaba a nacer nuevamente.
-Te mereces mucho mas que un collar o una cota, ademas quiero dártela...- Reí un poco ante la cara de indignación que puso, en verdad no me había puesto a pensar lo de la plata, no me había dado cuenta, pero supongo que la habría soltado de inmediato al ser así.- Pero no lo es... Aunque, si lo hubiera sido tendría mas excusas para estar contigo cuidándote - Sonreí mirándolo a los ojos. Cerré los ojos al sentir como correspondía mi beso.
Me dijo de ir a mi cueva a lo que acepte sin pensarlo dos veces, aun me rondaba por la cabeza el ir a conocer a sus amigos, se me hacia algo raro pero me agradaría conocer a los chamanes de su clan, debía hacerles varias preguntas si es que me lo permitían, aunque sabia que tardaríamos en ir con ellos, no era tan fácil como cualquiera se lo imaginaba, seguro debía pedir permiso primero, pero al menos, el tiempo que se quedara conmigo podríamos meditar un poco para poder ayudarlo a centrarse y estar u poco mas cerca a que lograra la meta de controlar a aquel lobo en su interior. Aunque mas bien debía dejar de tomarlo como una amenaza, y volverlo parte de él, pero eso no seria fácil para nada. Lo guié a mi hogar perdiéndonos en el bello y oscuro lugar para lograr refugiarnos de la luz del día que comenzaba a nacer nuevamente.
Shiro
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Era simplemente otro día en el bosque para Shiro, lamentablemente este relato comienza con una mala noticia. John, quien había sido su tutor y su protector desde prácticamente su nacimiento, había muerto hace unas semanas. El remordimiento y el dolor ya solo se percibían en la mente de la joven como un denso color gris del pasado, otra mancha mas en la tela de su vida. con 18 años nuestra muchacha sabia que si perdía un segundo de su tiempo mirando hacia atrás, la guerra se avalansaria sobre ella por el frente. No confiar en nadie era su política y su religión, su fuerza no era algo sobre lo cual pudiera alardear, pero su agilidad y velocidad para moverse y saltar entre los arboles era algo que, con 18 años viviendo en el bosque... Tenia que aprender.
La gente que deambulaba por el lugar solía ver una sombra saltando por las copas de los arboles, jamas nadie supo ni quiso saber que o quien era el propietario de aquella estela fugaz. El miedo y las ganas de sobrevivir la movían casi instintivamente. Saltaba como zorro y atacaba como humana; sus flechas medianamente certeras aseguraban su almuerzo y cena cada día.
La guerra no era del todo mala, la falta de justicia en las calles le hacían el trabajo fácil a la joven zorra que a menudo rondaba sigilosamente los pueblos y ciudades robando alguna prenda necesaria para no perecer ante el frió. Aunque el bosque siempre fue su refugio fiel, el impulso de su curiosidad tímida la había llevado muy lejos de casa en diferentes ocaciones, las heridas físicas y psicológicas luego de estas aventuras generaban mas curiosidad y cierta ambicion por adentrarse mas y mas en el territorio desconocido.
Allí sentada en lo alto de un árbol observaba su hogar, vigilaba su entorno con recelo.-Padre... que es lo que tu hacías cuando la soledad te consumía?-
La gente que deambulaba por el lugar solía ver una sombra saltando por las copas de los arboles, jamas nadie supo ni quiso saber que o quien era el propietario de aquella estela fugaz. El miedo y las ganas de sobrevivir la movían casi instintivamente. Saltaba como zorro y atacaba como humana; sus flechas medianamente certeras aseguraban su almuerzo y cena cada día.
La guerra no era del todo mala, la falta de justicia en las calles le hacían el trabajo fácil a la joven zorra que a menudo rondaba sigilosamente los pueblos y ciudades robando alguna prenda necesaria para no perecer ante el frió. Aunque el bosque siempre fue su refugio fiel, el impulso de su curiosidad tímida la había llevado muy lejos de casa en diferentes ocaciones, las heridas físicas y psicológicas luego de estas aventuras generaban mas curiosidad y cierta ambicion por adentrarse mas y mas en el territorio desconocido.
Allí sentada en lo alto de un árbol observaba su hogar, vigilaba su entorno con recelo.-Padre... que es lo que tu hacías cuando la soledad te consumía?-
Mi paseo semanal por el bosque de Sherwood está durando más de lo esperado, pues entre salvar animales heridos, reforestar con pequeñas plantitas y recolectar plantas medicinales se me va más de medio día por allí perdida. Camino entre los árboles casi en modo película Disney, seguida de animales, canturreando y hippiosamente feliz. Puede que sea eso o que me he tomado alguna que otra seta alucinógena y todo me parecen divertidos pajarillos y cervatillos que me ayudan a hacer mi labor. Le voy contando a un pequeño zorro que me acompaña algún que otro cotilleo, inventándome mentalmente lo que me responde el zorro. Asiento y recojo plantas de un arbusto cercano, echando lo que recolecto a mi cesta.
- Sí, y entonces el maldito ruso se fue a la habitación con otra. ¿Te lo puedes creer? nunca me hace caso. - refunfuño indignada, soltando después una risita por lo bajo. - Los que creo que van a tener lío son Desmond y Azahar. Al menos a él creo que le gusta ella, pero ella no estoy segura, ¿sabes? yo creo que le gustaba mi hermano antes, pero ahora ya no lo sé. - suspiro mirando hacia arriba un momento, sentándome después bajo uno de los árboles. Todavía no se me pasa el efecto de las setas esas, así que veo las hojas como si fuesen molinillos de viento girando rápidamente.
Tanto despiste se me olvida que había quedado con Azahar hace un rato, no recuerdo para qué. Tampoco me acuerdo de mirar la moneda comunicadora, a pesar de que lleva un rato vibrando. Paso la mano sobre el lomo del pequeño zorro rojo, empanándome mientras miro los molinillos de colores (hojas en realidad). De vez en cuando me da la risa tonta, aunque no haya nadie que me esté contando nada gracioso. Si mi padre me viese me caía una buena bronca. Mi padre o Lyran.
- Toda la culpa es de Maffy y del centauro de la furgo hippie...yo antes era normal. Más o menos...
- Sí, y entonces el maldito ruso se fue a la habitación con otra. ¿Te lo puedes creer? nunca me hace caso. - refunfuño indignada, soltando después una risita por lo bajo. - Los que creo que van a tener lío son Desmond y Azahar. Al menos a él creo que le gusta ella, pero ella no estoy segura, ¿sabes? yo creo que le gustaba mi hermano antes, pero ahora ya no lo sé. - suspiro mirando hacia arriba un momento, sentándome después bajo uno de los árboles. Todavía no se me pasa el efecto de las setas esas, así que veo las hojas como si fuesen molinillos de viento girando rápidamente.
Tanto despiste se me olvida que había quedado con Azahar hace un rato, no recuerdo para qué. Tampoco me acuerdo de mirar la moneda comunicadora, a pesar de que lleva un rato vibrando. Paso la mano sobre el lomo del pequeño zorro rojo, empanándome mientras miro los molinillos de colores (hojas en realidad). De vez en cuando me da la risa tonta, aunque no haya nadie que me esté contando nada gracioso. Si mi padre me viese me caía una buena bronca. Mi padre o Lyran.
- Toda la culpa es de Maffy y del centauro de la furgo hippie...yo antes era normal. Más o menos...
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El sol y las nubes pintaban un paisaje bellísimo, apreciable solo sobre la copa de aquel árbol. Shiro observaba cada movimiento en el bosque, sus colas jugueteaban con la brisa y sus peludas orejas se encontraban alsadas y movedizas, alertas ante cualquier sonido en el bosque que indicase peligro, fue en ese momento en que la vio sentado de bajo de un árbol junto a un zorro rojo, otra ves la misma chica que habitualmente recorre el bosque ayudando a los animales, plantando nuevos arboles y plantas en donde falten, pero esta ves tenía algo diferente, un aire cómico, torpe o extrovertido "me pregunto ¿que le sucederá? Parece drogada... ¿Estará enferma? Nah... no creo" La joven hablaba sola, como si estuviese hablando con los animales, ¿acaso seria una de esos seres mágicos que pueden interpretar lo que dicen las criaturas del bosque? en ese caso... ¿se trataría de un ser pacifico o solo seria otro de esos lobos vestidos con piel de cordero? Con la mentalidad de Shiro y su timidez todas estas preguntas eran interrogantes que jamas tendrían respuesta.
Shiro tomo forma zorruna, el pelo de sus tres colas comenzó a recubrir la piel albina de su cuerpo, sus garras aparecieron en sus nuevas cuatro patas mientras que el cambio de su mandíbula y colmillos culminaron la transformación. Con su nueva agilidad aumentada, salto por entre las copas de los árboles sigilosamente hasta llegar a las alturas del árbol que se encontraba justo detrás de aquella plantación bajo la cual la joven se allaba sentada. Nuestra zorra se sentó entre las ramas secas, no confiaba en nadie pero a su ves su curiosidad la hacía acercarse al fuego hasta casi quemarse pero, eso jamás la detuvo.
Jugueteando con sus colas y los pajaros, pero aún alerta, se quedó observando a la muchacha, entre susurros cautos hablaba con ella misma -¿amiga, siempre te observo y nunca te has dado cuenta me pregunto cuál será tu nombre? ¿Cuántos años tendrás? ¿Que cosa eres?- De repente la rama se quebró, Shiro no lo esperaba, no pudo sostenerse de nada, un escalofrío corrió por todo su cuerpo, la verían y debía huir, o al menos esa era la teoría, el pánico y la adrenalina comenzaron a correr por sus venas mientras caía en caída libre sobre un curioso y oportuno colchón de hojas.." ¡¿Y ahora que?!"
Shiro tomo forma zorruna, el pelo de sus tres colas comenzó a recubrir la piel albina de su cuerpo, sus garras aparecieron en sus nuevas cuatro patas mientras que el cambio de su mandíbula y colmillos culminaron la transformación. Con su nueva agilidad aumentada, salto por entre las copas de los árboles sigilosamente hasta llegar a las alturas del árbol que se encontraba justo detrás de aquella plantación bajo la cual la joven se allaba sentada. Nuestra zorra se sentó entre las ramas secas, no confiaba en nadie pero a su ves su curiosidad la hacía acercarse al fuego hasta casi quemarse pero, eso jamás la detuvo.
Jugueteando con sus colas y los pajaros, pero aún alerta, se quedó observando a la muchacha, entre susurros cautos hablaba con ella misma -¿amiga, siempre te observo y nunca te has dado cuenta me pregunto cuál será tu nombre? ¿Cuántos años tendrás? ¿Que cosa eres?- De repente la rama se quebró, Shiro no lo esperaba, no pudo sostenerse de nada, un escalofrío corrió por todo su cuerpo, la verían y debía huir, o al menos esa era la teoría, el pánico y la adrenalina comenzaron a correr por sus venas mientras caía en caída libre sobre un curioso y oportuno colchón de hojas.." ¡¿Y ahora que?!"
Paso demasiado tiempo mirando hacia las copas de los árboles esos que me hacen alucinar, acabando por darme cuenta de que he perdido la noción del tiempo. Llevo tantas horas por allí que ya se ha hecho prácticamente de noche, así que no debería tardar en volver a casa para no preocupar a mi familia. - Pero luego pasan muuucho tiempo fuera de casa. Mi padre aparece cuando le da la gana, no sé en qué anda ni dónde se mete. Y mi hermano está siempre con Catherine. Están muy raros los dos...- Prosigo con mi monólogo durante varios minutos más, aunque en realidad creo estar hablando con el pequeño zorro rojo que me acompaña. Es fácil hablar de tus cosas cuando te responde a todo como quieres, o cuando te inventas la respuesta del otro.
Sigo divagando un poco más, hasta el punto de que comienza a darme sueño y acabo murmurando. Los efectos de las setas esas ya deben estar pasándose, pero no sé si será muy buena idea marcharme de allí utilizando la desaparición. No me percato de la presencia de alguien entre los árboles, y tampoco llego a escuchar los susurros que emite ni lo que dicen. Pego un respingo cuando la rama del árbol en el que estoy se parte y cae al suelo, encogiendo las piernas y pegándome al máxmo al tronco para que no me caiga nada encima. - ¡No me ataquéis, árboles, que yo os cuido! - chillo ante el ataque vegetal que luego resulta no ser tal. Ha sido cosa de un animal, en este caso una especie de zorro blanco un tanto particular, por eso de las colas de más. Me llevo una mano al pecho, suspirando aliviada.
- Me has dado un buen susto. ¿Qué hacías en ese árbol? ¿no es un poco alto para un zorro? - miro de reojo al pequeño zorro rojo, a él no lo había visto nunca subiendo a un árbol. Me levanto del suelo, sacudiéndome al hierba y la tierra antes de acercarme con cautela al nuevo animal. - Puedes acompañarnos el próximo día, estamos ayudando a cualquier que lo necesite en el bosque. ¡Y te puedo emparejar con él! - abrazo al zorro rojo para acercarlo al albino, feliz por haber creado una nueva pareja. No sé el sexo de cada uno, pero da igual.
- Quedáis muy monos juntos ¡que viva el amor! - entrelazo las manos a la altura de la cara, mirándolos entusiasmada. Creo que por hoy ya puedo darme por satisfecha por haber hecho la buena acción del día. No debería tardar en marcharme a casa, así que esperaré unos pocos minutos más y después los dejaré aquí a ambos, hasta la próxima ocasión. - Voy a tener que marcharme, creeeo que tenía algo que hacer, pero no lo recuerdo bien.
Sigo divagando un poco más, hasta el punto de que comienza a darme sueño y acabo murmurando. Los efectos de las setas esas ya deben estar pasándose, pero no sé si será muy buena idea marcharme de allí utilizando la desaparición. No me percato de la presencia de alguien entre los árboles, y tampoco llego a escuchar los susurros que emite ni lo que dicen. Pego un respingo cuando la rama del árbol en el que estoy se parte y cae al suelo, encogiendo las piernas y pegándome al máxmo al tronco para que no me caiga nada encima. - ¡No me ataquéis, árboles, que yo os cuido! - chillo ante el ataque vegetal que luego resulta no ser tal. Ha sido cosa de un animal, en este caso una especie de zorro blanco un tanto particular, por eso de las colas de más. Me llevo una mano al pecho, suspirando aliviada.
- Me has dado un buen susto. ¿Qué hacías en ese árbol? ¿no es un poco alto para un zorro? - miro de reojo al pequeño zorro rojo, a él no lo había visto nunca subiendo a un árbol. Me levanto del suelo, sacudiéndome al hierba y la tierra antes de acercarme con cautela al nuevo animal. - Puedes acompañarnos el próximo día, estamos ayudando a cualquier que lo necesite en el bosque. ¡Y te puedo emparejar con él! - abrazo al zorro rojo para acercarlo al albino, feliz por haber creado una nueva pareja. No sé el sexo de cada uno, pero da igual.
- Quedáis muy monos juntos ¡que viva el amor! - entrelazo las manos a la altura de la cara, mirándolos entusiasmada. Creo que por hoy ya puedo darme por satisfecha por haber hecho la buena acción del día. No debería tardar en marcharme a casa, así que esperaré unos pocos minutos más y después los dejaré aquí a ambos, hasta la próxima ocasión. - Voy a tener que marcharme, creeeo que tenía algo que hacer, pero no lo recuerdo bien.
Shiro
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Estaba dura y herida, la zorra albina estaba completamente inmóvil y la sangre escurría lentamente por su pierna derecha, se había herido en el aterrizaje al caer mal sobre una rama puntiaguda que se clavo ligeramente en su pierna. Atemorizada ante la presencia de aquella muchacha y su supuesto zorro, sintió el viento y el aire más densos y pesados, el tiempo parecía transcurrir más lento en el bosque, la mujer se acercó, su pelo se erizó, abrazando al zorro la sin nombre acerco al animal hasta Shiro sin preguntar nada y sin que nuestra joven entendiese por completo la situación que transcurría frente a sus ojos carmesí. Shiro entendía todo lo que la joven decía con ese aire delirante, pero las respuestas inteligentes o incluso las respuestas no salían de su boca, era como si hubiese una trenza cocida en su garganta, solo atinó a cubrirse la herida para inútilmente tratar de que no se diera cuenta de su debilidad. Al cabo de unos minutos la adolescente transformada se hecho para atrás violenta, temerosa y cuidadosamente -No te acerques! Oh si no... Yo...- llora - No se! No me hagas daño...- dijo secando sus lágrimas e ignorando por completo lo que la chica había dicho a causa del pánico. Su vida paso frente a sus ojos, Shiro sabía bien sus límites y más sabia como siempre fue todo allá afuera; frío, cruel y crudo.
No había mucho tiempo como para rememorar los buenos momentos, así que sin más la zorra se transformó, volviendo a su forma "semi -humana", ya con aire de resignación, aceptó su error y bajo la cabeza esperando el fin, si se trataba de un vampiro ella sería la cena, si fuere un licántropo ella sería su juguete para morder o también su cena, y si fuese una bruja..
Ni hablemos de la posibilidad de que sea una bruja, según lo que Shiro sabía y averiguo, todo brujo la debe de odiar puesto que su madre fue una desertora traicionera a su raza, si se trataba de una bruja nuestra muchacha sería apl
aplastada por el poder mágica de Miles de hechizos. Nada se veía bien en su mente.
No había mucho tiempo como para rememorar los buenos momentos, así que sin más la zorra se transformó, volviendo a su forma "semi -humana", ya con aire de resignación, aceptó su error y bajo la cabeza esperando el fin, si se trataba de un vampiro ella sería la cena, si fuere un licántropo ella sería su juguete para morder o también su cena, y si fuese una bruja..
Ni hablemos de la posibilidad de que sea una bruja, según lo que Shiro sabía y averiguo, todo brujo la debe de odiar puesto que su madre fue una desertora traicionera a su raza, si se trataba de una bruja nuestra muchacha sería apl
aplastada por el poder mágica de Miles de hechizos. Nada se veía bien en su mente.
- PS:
150 - 2 (sangrado)
Mi acción de aproximarme parece causarle temor al animal caído del árbol, pues sus movimientos indican que está bastante asustado. Muchas veces se asustan si no han visto a humanos, así que debería haberme acercado con cuidado. Susurro un 'lo siento', guardando las distancias para que no se ponga más nervioso. No puedo evitar soltar una exclamación de sorpresa al escuchar que habla, siendo ahora yo la que retrocede un poco. En realidad no debería extrañarme lo de un animal que hable, siendo que vengo de un mundo en el que la magia es normal, pero no es de lo más habitual. O soy yo que de repente comprendo a los animales como su fuese una druida, o es que realmente ha hablado en mi idioma.
- ¡Oh, sabes hablar! - me tapo la boca con las manos un momento, haciendo después un gesto como de echarme hacia atrás, indicando que no pienso hacerle daño. - No te preocupes, no vengo aquí a hacer daño a nadie. Todo lo contrario. Vengo a ayudar. - me siento algo culpable al ver que al asustarse y caerse se ha herido la pata, señalando con el dedo hacia la herida. - Sé sanar heridas, si me permites puedo echarte una mano con eso. - aguardo por una señal de permiso para poder acercarme de nuevo, pues sé que puede ser molesto invadir el espacio de alguien que recela de ti. La sorpresa anterior se vuelve mucho mayor al ver que se transforma en una chica joven, algo que no me esperaba. - Eres...¿eres animaga? - así se llama a la habilidad de aquellos magos y brujas que saben convertirse en animales, debí haber pensado antes en algo así. Siempre me han llamado la atención aquellos que pueden hacer eso, y ojalá un día aprendiese yo, pero hay que tener ciertas aptitudes.
- Por cierto, me llamo Chloe, y no pertenezco a ningún bando en concreto, por si me temes por eso... ¿Por qué crees que iba a hacerte daño?- nunca me he visto a mi misma como una persona imponente o que intimide, así que supongo que no habrá visto a otros que son bastante peores que yo. Me causa curiosidad saber el motivo de esa reacción de temor en la chica.
- ¡Oh, sabes hablar! - me tapo la boca con las manos un momento, haciendo después un gesto como de echarme hacia atrás, indicando que no pienso hacerle daño. - No te preocupes, no vengo aquí a hacer daño a nadie. Todo lo contrario. Vengo a ayudar. - me siento algo culpable al ver que al asustarse y caerse se ha herido la pata, señalando con el dedo hacia la herida. - Sé sanar heridas, si me permites puedo echarte una mano con eso. - aguardo por una señal de permiso para poder acercarme de nuevo, pues sé que puede ser molesto invadir el espacio de alguien que recela de ti. La sorpresa anterior se vuelve mucho mayor al ver que se transforma en una chica joven, algo que no me esperaba. - Eres...¿eres animaga? - así se llama a la habilidad de aquellos magos y brujas que saben convertirse en animales, debí haber pensado antes en algo así. Siempre me han llamado la atención aquellos que pueden hacer eso, y ojalá un día aprendiese yo, pero hay que tener ciertas aptitudes.
- Por cierto, me llamo Chloe, y no pertenezco a ningún bando en concreto, por si me temes por eso... ¿Por qué crees que iba a hacerte daño?- nunca me he visto a mi misma como una persona imponente o que intimide, así que supongo que no habrá visto a otros que son bastante peores que yo. Me causa curiosidad saber el motivo de esa reacción de temor en la chica.
Shiro
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"respira profundo, si... Eso es... Ahora piensa... ¿que es lo que te estan diciendo?... No se ¿estas bien? Emmm... Si, mis colas están en su lugar... Ahora... Relájate e intenta hablar, vamos..."
Se hacía de noche, el atardecer se moría lentamente dando lugar a la obscuridad salvaje. Se llamaba Chloe, la joven a la cual Shiro había estado observando se llamaba Chloe. Hablaba de una manera dulce y tranquila, tan tranquila que, sin saber por qué, nuestra joven se relajo y suspiro por el alivio, no era de ningún bando de aquellos raros que luchaban en la guerra, a decir verdad tampoco parecía una muchacha muy interesado en lo bélico, más bien parecía una pasifiata o hippie como les decían hace mucho tiempo atrás. Era una joven que al verla de cerca sacaba una sonrisa, pero... ¿por que de repente tanta confianza en Shiro como para responder a lo que ella preguntaba? Nadie lo sabe, quizás sea el dolor de la herida o la soledad aplastante del bosque, sea lo que sea se podía decir que la kitsune se allaba sumisa y alerta al cabo de unos minutos luego de su transformación, lo suficientemente tranquila y cómoda como para responder.
-Si... Puedo hablar no soy un zorro solamente... Emmm... - tragó saliva y tomó aire -No soy animaga y tampoco se que es eso específicamente, solo sé que puedo transformarme en zorra desde que tengo uso de razón, me han dicho que es por emm.. ¿una maldición?- suspiro resignada y bajo la cabeza antes de continuar hablando y respondiendo aquello que la hippie había preguntado tan rápidamente, no quería olvidarse de ninguna pregunta así que se concentró, las punzadas en su pierna la inquietaban, el pelaje blanco de sus colas se manchaba con rojo con cada movimiento brusco o espasmos de dolor.
-Te temo porque no confio en nadie, en este mundo y con esta guerra no es sano confiar... Menos en mi situación, da igual que bando sean, siempre soy la comida o una bella alfombra o trofeo...- por un momento se llenó de furia y bronca hacia los demás seres, sus ojos rojos irradiaban un brillo enigmático y atrapador, luego de unos segundos todo volvió a la normalidad en el cuerpo de la albina, entonces prosiguió con su intento torpe de presentación pese a que el dolor la acosaba, al parecer no era una herida tan simple como pensaba que era - Me llaman Shiro, un gusto Chloe, gracias por no matarme... Creo que eres la primer persona en años que no lo intenta- una sonrisa pícara se esbozo en su rostro pálido, quizás y solo quizás Shiro estaba empezando una historia en la cual la soledad no era protagonista, quizás esta Chloe sea la puerta que tanto ha estado esperando que conduce hacia la no soledad, en todo su esplendor. Luego de la muerte de su padre ya nadie cuidaba de ella, ya nadie hablaba con ella y su naturaleza timida la mantenía aislada del mundo, metida en su pequeño bosque, tal ves esto estuviese a punto de cambiar, el punto de quiebre estaba tan cerca que se podía oler, solo hacía falta un...
- confiaré en ti, no se porque, ya no me queda de otra, ayúdame... Por favor-
Se hacía de noche, el atardecer se moría lentamente dando lugar a la obscuridad salvaje. Se llamaba Chloe, la joven a la cual Shiro había estado observando se llamaba Chloe. Hablaba de una manera dulce y tranquila, tan tranquila que, sin saber por qué, nuestra joven se relajo y suspiro por el alivio, no era de ningún bando de aquellos raros que luchaban en la guerra, a decir verdad tampoco parecía una muchacha muy interesado en lo bélico, más bien parecía una pasifiata o hippie como les decían hace mucho tiempo atrás. Era una joven que al verla de cerca sacaba una sonrisa, pero... ¿por que de repente tanta confianza en Shiro como para responder a lo que ella preguntaba? Nadie lo sabe, quizás sea el dolor de la herida o la soledad aplastante del bosque, sea lo que sea se podía decir que la kitsune se allaba sumisa y alerta al cabo de unos minutos luego de su transformación, lo suficientemente tranquila y cómoda como para responder.
-Si... Puedo hablar no soy un zorro solamente... Emmm... - tragó saliva y tomó aire -No soy animaga y tampoco se que es eso específicamente, solo sé que puedo transformarme en zorra desde que tengo uso de razón, me han dicho que es por emm.. ¿una maldición?- suspiro resignada y bajo la cabeza antes de continuar hablando y respondiendo aquello que la hippie había preguntado tan rápidamente, no quería olvidarse de ninguna pregunta así que se concentró, las punzadas en su pierna la inquietaban, el pelaje blanco de sus colas se manchaba con rojo con cada movimiento brusco o espasmos de dolor.
-Te temo porque no confio en nadie, en este mundo y con esta guerra no es sano confiar... Menos en mi situación, da igual que bando sean, siempre soy la comida o una bella alfombra o trofeo...- por un momento se llenó de furia y bronca hacia los demás seres, sus ojos rojos irradiaban un brillo enigmático y atrapador, luego de unos segundos todo volvió a la normalidad en el cuerpo de la albina, entonces prosiguió con su intento torpe de presentación pese a que el dolor la acosaba, al parecer no era una herida tan simple como pensaba que era - Me llaman Shiro, un gusto Chloe, gracias por no matarme... Creo que eres la primer persona en años que no lo intenta- una sonrisa pícara se esbozo en su rostro pálido, quizás y solo quizás Shiro estaba empezando una historia en la cual la soledad no era protagonista, quizás esta Chloe sea la puerta que tanto ha estado esperando que conduce hacia la no soledad, en todo su esplendor. Luego de la muerte de su padre ya nadie cuidaba de ella, ya nadie hablaba con ella y su naturaleza timida la mantenía aislada del mundo, metida en su pequeño bosque, tal ves esto estuviese a punto de cambiar, el punto de quiebre estaba tan cerca que se podía oler, solo hacía falta un...
- confiaré en ti, no se porque, ya no me queda de otra, ayúdame... Por favor-
- PS:
148 (PS actual) -2(sangrado) = 146 PS
Mi gesto de confusión se hace visible al escuchar que no es animaga, pues yo no he conocido a nadie que se transforme y no lo sea. Tal vez nunca me hayan enseñado que existen otras maneras o vete a saber qué tipo de magia será. Suelto un leve 'oh' de sorpresa ante eso de la maldición, aunque la forma de zorro que tenía es muy bonita como para considerarla así. - ¿En serio? a mi no me parece una maldición...no eres un monstruo horrible ni nada por el estilo. Tampoco afecta a tu vida, pues parece que te destransformas si lo deseas. - en estos momentos pienso en mi hermano Ian, licántropo. Él no puede controlar la transformación y es peligroso en ese estado, para él mismo y los que lo rodean. Está intentando controlar su forma de licántropo con las enseñanzas del clan de los Hijos de Fenrir, pero le llevará algo de tiempo. - Supongo que un experto en defensa contra artes oscuras podría decirte lo que es exactamente...- eso me hace pensar en Lyran, que fue profesor de DCAO. Él sabe bastante de esos temas.
Observo con preocupación el sangrado de su pierna, la caída parece que le ha hecho bastante daño. Eso o ha caído en mala posición, o dañándose con algo en el proceso. Alzo la mirada de nuevo hacia ella, esperando que me de vía libre para acercarme, pues necesita atención médica. - Comprendo...es difícil confiar en estos tiempos. Pero tenemos que hacer un esfuerzo por no encerrarnos en nosotros mismos. Yo todavía creo que en la bondad de las personas. Hay más personas buenas en el mundo que personas malas...aunque tampoco me gusta usar ese adjetivo. Todos pueden cambiar. Además, creo que las malas acciones hacen más ruido que las buenas, y por eso parece que hay tantas. También es cierto que la buena gente a veces mira para otro lado y no quiere detener a los que no están actuando bien, o no ayudan al prójimo. Por eso pienso que si todos ayudásemos conseguiríamos vivir mejor, en paz y felices. - sonrío tras terminar de dar mi punto de vista, a sabiendas de que hay muchas personas a las que les parece utópico, pero me da igual. Hay que dar pasos en esa dirección para estar más cerca de la utopía, aunque nunca se alcance realmente.
- Eso de la caza es horrible, normal que tengas miedo. - sus ojos cambian de repente, pasando a resultar amenazadores y cargados de ira. Tal vez haya sido cosa de los malos recuerdos por lo que está contando, pero este cambio provoca que retroceda un poco hacia atrás, ligeramente asustada. Al ver que se calma vuelvo a acercarme, suspirando. Asiento de manera amable a su presentación, murmurando. - Encantada. Lamento que quieran matarte. Yo estoy en contra de quitar cualquier vida. Es una posición algo complicada en estos tiempos que corren. Mi familia y amigos no lo comprenden muy bien.- muchas veces me han intentado convencer para enseñarme a luchar, incluso llegué a probar el tiro con arco, pero no me convenció. Ella por fin accede a aceptar mi ayuda, más tranquila tras las presentaciones y explicaciones. Me agacho junto a su herida para colocar las manos sobre ella, a unos pocos centímetros. Una tenue luz azulada ilumina la zona, canalizando mi magia sanadora hacia ella. El anillo que llevo en la mano potencia el efecto de la curación, por lo que la herida deja de sangrar con relativa rapidez. También comienza a regenerarse poco a poco, hasta dejar la piel en un estado bastante aceptable.
- Creo que ya está. He parado el sangrado y cerrado la herida, pero te llevaré al hospital para que te revisen mejor, por si acaso. Está en el exterior del bosque, así que podrás volver aquí cuando quieras. Vamos a usar desaparición, prepárate...- advierto a Shiro antes de colocar mi mano sobre su hombro, desapareciéndome de allí con ella rumbo a la recepción del hospital.
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Curación a Shiro:
10 dado + 10 habilidad de ficha + 40 anillo= 60
Observo con preocupación el sangrado de su pierna, la caída parece que le ha hecho bastante daño. Eso o ha caído en mala posición, o dañándose con algo en el proceso. Alzo la mirada de nuevo hacia ella, esperando que me de vía libre para acercarme, pues necesita atención médica. - Comprendo...es difícil confiar en estos tiempos. Pero tenemos que hacer un esfuerzo por no encerrarnos en nosotros mismos. Yo todavía creo que en la bondad de las personas. Hay más personas buenas en el mundo que personas malas...aunque tampoco me gusta usar ese adjetivo. Todos pueden cambiar. Además, creo que las malas acciones hacen más ruido que las buenas, y por eso parece que hay tantas. También es cierto que la buena gente a veces mira para otro lado y no quiere detener a los que no están actuando bien, o no ayudan al prójimo. Por eso pienso que si todos ayudásemos conseguiríamos vivir mejor, en paz y felices. - sonrío tras terminar de dar mi punto de vista, a sabiendas de que hay muchas personas a las que les parece utópico, pero me da igual. Hay que dar pasos en esa dirección para estar más cerca de la utopía, aunque nunca se alcance realmente.
- Eso de la caza es horrible, normal que tengas miedo. - sus ojos cambian de repente, pasando a resultar amenazadores y cargados de ira. Tal vez haya sido cosa de los malos recuerdos por lo que está contando, pero este cambio provoca que retroceda un poco hacia atrás, ligeramente asustada. Al ver que se calma vuelvo a acercarme, suspirando. Asiento de manera amable a su presentación, murmurando. - Encantada. Lamento que quieran matarte. Yo estoy en contra de quitar cualquier vida. Es una posición algo complicada en estos tiempos que corren. Mi familia y amigos no lo comprenden muy bien.- muchas veces me han intentado convencer para enseñarme a luchar, incluso llegué a probar el tiro con arco, pero no me convenció. Ella por fin accede a aceptar mi ayuda, más tranquila tras las presentaciones y explicaciones. Me agacho junto a su herida para colocar las manos sobre ella, a unos pocos centímetros. Una tenue luz azulada ilumina la zona, canalizando mi magia sanadora hacia ella. El anillo que llevo en la mano potencia el efecto de la curación, por lo que la herida deja de sangrar con relativa rapidez. También comienza a regenerarse poco a poco, hasta dejar la piel en un estado bastante aceptable.
- Creo que ya está. He parado el sangrado y cerrado la herida, pero te llevaré al hospital para que te revisen mejor, por si acaso. Está en el exterior del bosque, así que podrás volver aquí cuando quieras. Vamos a usar desaparición, prepárate...- advierto a Shiro antes de colocar mi mano sobre su hombro, desapareciéndome de allí con ella rumbo a la recepción del hospital.
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Curación a Shiro:
10 dado + 10 habilidad de ficha + 40 anillo= 60
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