Las miradas sobre mí me hicieron sonrojar y sonreír nerviosa inevitablemente. El campo en el que yo estaba especializada era en el sigilo y el camuflaje así que no supe qué hacer con tanta atención y comentarios dirigidos a mí. Llevé mi atención a los extraños globos que volaban por la estancia para distraerme con algo. La comodidad de mi atuendo me permitía moverme con soltura y seguridad.
"Y el elfo quiere que devuelva los zapatos... ¡Ja! Si, seguro..."
Aunque tenía la sensación de que en un futuro cercano debería volver a ver a Aldaron por el torneo cuando yo esté en una vulnerable situación y él se encontraría en una situación de poder con su maldita cerbatana. Sonreí al silbido de Reiv mostrándome consiente y orgullosa de mi cuerpo gracias a la genética y a las misiones con la Brigada. Asentí agradecida con los buenos deseos de la dragona y el feral se retiró junto a mí unos pasos en dirección a la pista de baile. Pude sentir su mirada recorrer mi espalda descubierta hasta donde empezaba la tela en la espalda baja mientras estaba de espaldas a él cuando nos dirigía lejos del curioso grupo. Éso produjo cosquilleos en mi bajo vientre y un ligero estremecimiento. Aproveché estar segura de tener su mirada encima mío para contonearme un poco, casi imperceptiblemente, al caminar con tranquilidad y coquetería. Al girarme para volver a hablar con él lo miré a los ojos. Sonreí de lado cuando salió con eso de alteza.
-Puede invitarme a bailar.- Dije con mirada burlona. No me esperé mucho a su respuesta para agarrar uno de sus brazos, arrastrarlo a la pista de baile y obligarlo a poner sus manos alrededor de mi cintura para luego poner mis manos alrededor de su cuello.
-No sé tu, pero yo no quiero que me descalifiquen antes de empezar.- Dije mientras empezaba a dar los primeros pasos siguiendo el compás de la música. Luego de un momento mi mirada se dirigió a la marca que le había quedado en el cuello. El recuerdo de aquella noche me hizo suspirar con pesar.
-Kyllian, yo...- No sabía qué decir. Tenía la mente en blanco.
-Sabías que no quería que Lila se relacione con el mundo mágico y sabías que yo aún dudaba sobre venir aquí.- Dije con una expresión de fatiga mezclada con dolor.
"Y el elfo quiere que devuelva los zapatos... ¡Ja! Si, seguro..."
Aunque tenía la sensación de que en un futuro cercano debería volver a ver a Aldaron por el torneo cuando yo esté en una vulnerable situación y él se encontraría en una situación de poder con su maldita cerbatana. Sonreí al silbido de Reiv mostrándome consiente y orgullosa de mi cuerpo gracias a la genética y a las misiones con la Brigada. Asentí agradecida con los buenos deseos de la dragona y el feral se retiró junto a mí unos pasos en dirección a la pista de baile. Pude sentir su mirada recorrer mi espalda descubierta hasta donde empezaba la tela en la espalda baja mientras estaba de espaldas a él cuando nos dirigía lejos del curioso grupo. Éso produjo cosquilleos en mi bajo vientre y un ligero estremecimiento. Aproveché estar segura de tener su mirada encima mío para contonearme un poco, casi imperceptiblemente, al caminar con tranquilidad y coquetería. Al girarme para volver a hablar con él lo miré a los ojos. Sonreí de lado cuando salió con eso de alteza.
-Puede invitarme a bailar.- Dije con mirada burlona. No me esperé mucho a su respuesta para agarrar uno de sus brazos, arrastrarlo a la pista de baile y obligarlo a poner sus manos alrededor de mi cintura para luego poner mis manos alrededor de su cuello.
-No sé tu, pero yo no quiero que me descalifiquen antes de empezar.- Dije mientras empezaba a dar los primeros pasos siguiendo el compás de la música. Luego de un momento mi mirada se dirigió a la marca que le había quedado en el cuello. El recuerdo de aquella noche me hizo suspirar con pesar.
-Kyllian, yo...- No sabía qué decir. Tenía la mente en blanco.
-Sabías que no quería que Lila se relacione con el mundo mágico y sabías que yo aún dudaba sobre venir aquí.- Dije con una expresión de fatiga mezclada con dolor.
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Kyllian
Kyllian Evans
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Al final nos separamos de Reiv y los otros dejándome arrastrar por Leila, mal hecho, la chica se movía ante mi contoneándose de un lado a otro y me daba rabia no poder apartar la mirada de su piel descubierta, había perdido nada más empezar. Una vez nos detuvimos me pilló desprevenido pues estaba tan centrado en el movimiento casi hipnótico de su cuerpo que no le pude apartar la mirada, encontrándome directamente con sus ojos, se había maquillado y se veía muy bien, sus ojos verdes parecían más grandes e intensos que nunca "Basta Kyllian, deja de pensar con el pito" me dije a mi mismo tomando mi posición de brazos cruzados y cara seria, no debía dejarme vencer.
Cuando le solté aquello de alteza la chica me salió de nuevo por donde menos me esperaba, arrastrándome a la pista de baile y ahí frente a todo el mundo no me podía escapar, me la había liado pero bien además de engancharme con sus brazos por el cuello -Podrías haber elegido a cualquier otro, a Altair por ejemplo, que bien que le chupas la cara , parece que el pulgoso te desagrada menos al no ser un mordido- dije mirando para otro lado claramente enfadado pero no sabía si era más por lo de mordido o por que había chupado al licántropo en su forma feral pues eso equivalía a un beso a fin de cuentas ¿no? no lo sabía, ya no estaba muy seguro pero enfadado estaba.
Leila empezó a hablar haciendo una pausa para después continuar con eso de que no quería que la niña viera la magia -Te das cuenta que literalmente vives entre magos? tu misma eres un feral! qué le vas a decir cuando llegue la luna llena y te salga pelo hasta en las orejas?- suspiré y esta vez la miré a los ojos para poder seguir hablando sin perder el compás de la música -Ya sé que no quieres que tenga ese contacto pero se va a dar cuenta si o si, admito mi culpa al traerla aquí pero no te has parado a pensar en mis intenciones ¿Ladrón, Leila? ¿en serio? no sé que he hecho mal contigo para que no confíes en mi después de todo lo que ha pasado pero te voy a decir lo que pasó ese día, Lila llevaba llorando todo el día y por más que intentaba calmarla con cualquier cosa no paraba, fue entonces cuando le subió la fiebre y yo estaba solo en aquel barco con contraseña, ¿Qué va antes? ¿Tus deseos o la salud de tu hija?- hice una pequeña pausa para que lo procesara y después seguí -Te dejé una nota precisamente para que no te preocuparas y supieras dónde estábamos, no conozco otro hospital que no sea el de humanos, no conozco a nadie más que no sean Reiv, Juliet, su hermano Johan o la gente de esta isla... y a ti-
El baile se había acabado y cuando nos detuvimos mis ojos seguían clavados en Leila -Te prometí que cuidaría de Lila, me lo prometí a mi mismo el día que nació... nunca me ha importado que me llamen mordido pero que lo hagas tu es otra cosa porque para mi significa que no me aceptas, que no soy suficiente para formar parte de tu vida y la de Lila- ya me estaba poniendo modo dramas así que decidí cortar por lo sano, me separé de ella y di una pequeña inclinación como todos los demás a sus parejas, ya habíamos bailado y a la feral se le había caducado la excusa del baile por lo que simplemente salí de la pista de baile antes de que me volviera a enganchar para bailar.
Cuando le solté aquello de alteza la chica me salió de nuevo por donde menos me esperaba, arrastrándome a la pista de baile y ahí frente a todo el mundo no me podía escapar, me la había liado pero bien además de engancharme con sus brazos por el cuello -Podrías haber elegido a cualquier otro, a Altair por ejemplo, que bien que le chupas la cara , parece que el pulgoso te desagrada menos al no ser un mordido- dije mirando para otro lado claramente enfadado pero no sabía si era más por lo de mordido o por que había chupado al licántropo en su forma feral pues eso equivalía a un beso a fin de cuentas ¿no? no lo sabía, ya no estaba muy seguro pero enfadado estaba.
Leila empezó a hablar haciendo una pausa para después continuar con eso de que no quería que la niña viera la magia -Te das cuenta que literalmente vives entre magos? tu misma eres un feral! qué le vas a decir cuando llegue la luna llena y te salga pelo hasta en las orejas?- suspiré y esta vez la miré a los ojos para poder seguir hablando sin perder el compás de la música -Ya sé que no quieres que tenga ese contacto pero se va a dar cuenta si o si, admito mi culpa al traerla aquí pero no te has parado a pensar en mis intenciones ¿Ladrón, Leila? ¿en serio? no sé que he hecho mal contigo para que no confíes en mi después de todo lo que ha pasado pero te voy a decir lo que pasó ese día, Lila llevaba llorando todo el día y por más que intentaba calmarla con cualquier cosa no paraba, fue entonces cuando le subió la fiebre y yo estaba solo en aquel barco con contraseña, ¿Qué va antes? ¿Tus deseos o la salud de tu hija?- hice una pequeña pausa para que lo procesara y después seguí -Te dejé una nota precisamente para que no te preocuparas y supieras dónde estábamos, no conozco otro hospital que no sea el de humanos, no conozco a nadie más que no sean Reiv, Juliet, su hermano Johan o la gente de esta isla... y a ti-
El baile se había acabado y cuando nos detuvimos mis ojos seguían clavados en Leila -Te prometí que cuidaría de Lila, me lo prometí a mi mismo el día que nació... nunca me ha importado que me llamen mordido pero que lo hagas tu es otra cosa porque para mi significa que no me aceptas, que no soy suficiente para formar parte de tu vida y la de Lila- ya me estaba poniendo modo dramas así que decidí cortar por lo sano, me separé de ella y di una pequeña inclinación como todos los demás a sus parejas, ya habíamos bailado y a la feral se le había caducado la excusa del baile por lo que simplemente salí de la pista de baile antes de que me volviera a enganchar para bailar.
Rodé los ojos al tiempo que me encogía de hombros acerca de lo que dijo Reiv sobre hacerme socio de Smaug.
-Cómo explicartelo? Fue una larga historia
"con muchas idas y venidas...."
Llegó una moza rubia, para llevarse a un baile al zagal de los placajes. Les dediqué una curiosa mirada por unos instantes antes de volver mi atencion a Juliet cuando habló por fin. Me sonó un poco brusca, quizá porque algo le preocupaba?
- Tranquila, no comparto sus deseos de dominio sobre la humanidad ni le ayudo en su febril sueño de lograr una supremacía de dragones sobre humanos, y ni mucho menos comparto su odio hacia Reiv. Pero es un dragón añado, y ha sufrido traiciones dolorosas de los de mi especie. Magos.... - chasqueé la lengua. - Quizá Svart y su relación con vosotros, o el tener un aliado humano le cambien un poco ese agrio humor que tiene. Nada dura eternamente, ni si quiera los sentimientos de odio.
Lo miré justo cuando en el discurso de Adael llegó la parte de anunciar las parejas del Torneo, y casualidad de casualidades, aquellos focos nos iluminaron a los dos a la vez. Le alcé una ceja al vampiro y curvé mis labios en una sonrisa.
Nada mencioné de los provechosos objetos que habia obtenido o lo mucho que había aprendido en la magia gracias a Smaug. En estas que ADSL se marchó de mi hombro, con lo cual me hizo seguirlo con la mirada, no fuese que se atirase al peinado pomposo de alguna de las presentes. Me sorprendio verlo bajo una mesa, atacando una mazorca con la cual lo habia tentado Corvo.
- En fin, la noche se pone interesante. Suerte en el torneo, compañeros. - me despedí de Juliet y Reiv, caminando en direccion al vampiro, cuando ya no eramos presa de los focos. - qué haces ahi escondido en esa postura tan extraña, Corvo?
-Cómo explicartelo? Fue una larga historia
"con muchas idas y venidas...."
Llegó una moza rubia, para llevarse a un baile al zagal de los placajes. Les dediqué una curiosa mirada por unos instantes antes de volver mi atencion a Juliet cuando habló por fin. Me sonó un poco brusca, quizá porque algo le preocupaba?
- Tranquila, no comparto sus deseos de dominio sobre la humanidad ni le ayudo en su febril sueño de lograr una supremacía de dragones sobre humanos, y ni mucho menos comparto su odio hacia Reiv. Pero es un dragón añado, y ha sufrido traiciones dolorosas de los de mi especie. Magos.... - chasqueé la lengua. - Quizá Svart y su relación con vosotros, o el tener un aliado humano le cambien un poco ese agrio humor que tiene. Nada dura eternamente, ni si quiera los sentimientos de odio.
Lo miré justo cuando en el discurso de Adael llegó la parte de anunciar las parejas del Torneo, y casualidad de casualidades, aquellos focos nos iluminaron a los dos a la vez. Le alcé una ceja al vampiro y curvé mis labios en una sonrisa.
Nada mencioné de los provechosos objetos que habia obtenido o lo mucho que había aprendido en la magia gracias a Smaug. En estas que ADSL se marchó de mi hombro, con lo cual me hizo seguirlo con la mirada, no fuese que se atirase al peinado pomposo de alguna de las presentes. Me sorprendio verlo bajo una mesa, atacando una mazorca con la cual lo habia tentado Corvo.
- En fin, la noche se pone interesante. Suerte en el torneo, compañeros. - me despedí de Juliet y Reiv, caminando en direccion al vampiro, cuando ya no eramos presa de los focos. - qué haces ahi escondido en esa postura tan extraña, Corvo?
Para cuando me enfocaron con las luces yo ya estaba muy borracho, así que sólo me tapé los ojos con el antebrazo mientras sujetaba la botella de vodka en la otra mano. - ¡Que no me deslumbrres, maldito! - la otra que enfocaron casi a la vez fue Azahar, ella iba a ser mi pareja en el inicio del torneo. No me pareció mal, la chica tenía agallas, lo había demostrado en más de una ocasión. - ¡Ganarremos, camarrada! - le hice un gesto de brindis con la botella, viendo como enseguida se la llevaba a bailar el que había dado el discurso, Adael. No me había enterado de la mitad de lo que había dicho, estaba en mi mundo. Había perdido de vista al elfo entre la multitud, pero me pareció que se había enfadado conmigo por mis técnicas agresivas de markéting.
Solté un eructaco épico al pasar cerca de Khaled, volviendo a mirar alrededor para ver si conocía a alguien con quien me apeteciese hablar. - Mmmm...qué perreza socializar. Además, ya tienen todos sus grrupúsculos. Me voy a la mierda un rato. - además, mañana había que combatir, y yo iba a tener una resaca brutal. Me dirigí hacia la salida tras arramplar con una bandeja de canapés, que me vendrían bien para desayunar luego. Por ahora daría cuenta de otra botella de vodka mientras me largaba de allí, rumbo a las habitaciones.
Solté un eructaco épico al pasar cerca de Khaled, volviendo a mirar alrededor para ver si conocía a alguien con quien me apeteciese hablar. - Mmmm...qué perreza socializar. Además, ya tienen todos sus grrupúsculos. Me voy a la mierda un rato. - además, mañana había que combatir, y yo iba a tener una resaca brutal. Me dirigí hacia la salida tras arramplar con una bandeja de canapés, que me vendrían bien para desayunar luego. Por ahora daría cuenta de otra botella de vodka mientras me largaba de allí, rumbo a las habitaciones.
Zaphira Eire
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La chica sin duda alguna era la oveja negra de la familia, no era tan aplicada como su hermano o Sean pero tenía una personalidad envidiable -Mi ventaja se ve reducida por otros factores, ya no tengo 900 años- dije en respuesta a su comentario sobre el torneo aunque dudaba bastante que pudiera hacerse cargo de Sean si llegara a pasar algo. La presencia de Desmond sacó a la luz el asunto de la biblioteca, estaba completamente segura de que solo se dedicaban a restaurar libros y poner todo en orden pero el marido de Catherine me sacó de mi error y de la peor manera, mi mirada de sorpresa para con él fue inevitable y la descendiente no se quedó atrás con su pregunta por lo que tenía que ver como salir del paso -Vaya sorpresa... es raro que se lo hayan tomado tan en serio, no se sabe nada de los pendragon, ni siquiera si eran magos, el mago de la corte era Merlín y para cuando mi padre tomó su lugar ya casi no quedaba nada de ellos, yo creo que se están complicando la existencia, Bellatrix solo quería darle dramatismo a la fiesta y lo consiguió, por eso nadie le da importancia y como bien dice Catherine, soy vieja y quien mejor que yo para decir que son cuentos de viejas?- sonreí a los dos a mi lado siendo totalmente convincente, el secreto de los pendragon no debía salir a la luz y después de 841 años no iba a dejar que nadie volviera a desatar los horrores de la guerra, tenía que pararle los pies a Sean.
no hubo mucho tiempo para pensar después de eso pues en seguida se acercó el matrimonio Knox, algo que agradecí enormemente para desviar la conversación, la mujer iba muy elegante y al acercarse era como si flotara en aquel vaporoso vestido con aquella sonrisa radiante. Saludó a los chicos junto a su marido y les dio un abrazo para después centrar su atención en mi -Es un placer Señora Malfoy, Señor Knox, Soy Zaphira Eire, guardiana de la casa de Merlín, niñera de los descendientes en mis ratos libres- dije mirando de reojo a Catherine con una sonrisa burlona. Otra chica se acercó, también parte de la familia Knox, una jovencita bastante alegre que no dudo en interferir de forma amistosa, estaba claro que la chica Le fay tenía más familia de la que se pensaba y por una parte eso me dejaba tranquila, no era muy abierta pero al menos no estaba sola.
La música y las luces bajaron para dar paso a Adael y su discurso, nombrando a las parejas que iban a competir en la prueba de selección y cuando el foco me iluminó hice un pequeño movimiento de cabeza para después erguirme de forma muy digna mirando al frente cuando las miradas y los aplausos se centraron en mi, sin embargo pude sentir un nuevo olor en la sala a la vez que una mirada penetrante que me hizo sonreír levemente. Esperé a que acabaran las presentaciones y el descendiente de Moisés acabara para bajar volando hasta la chica de los Knox, Desmond también se acercó a nuestro pequeño grupo, lo vi acercarse perfectamente cuando mi mente me jugó una mala pasada, por un solo segundo no lo vi a él, vi al chico Le Fay de hace 800 años, cubierto de sangre después de matar a la hija de Charles... estaba con la mirada fija en él y a la vez no.
La voz del chico al saludarme me sacó de mis pensamientos, incliné mi cabeza de forma cortés en respuesta a su saludo -Me alegro de verte Desmond- Pronto todos se marcharían a bailar así que debía aprovechar la oportunidad para huir y centrarme en cosas más agradables -Siento tener que irme pero mi acompañante acaba de llegar, espero que nos volvamos a encontrar para platicar nuevamente, con permiso- de nuevo una inclinación de cabeza y salí del círculo en dirección al Azabache que me miraba fijamente, Khaled.
Caminé de forma calmada y con mis ojos fijos en los suyos, como si compitieramos a ver quien apartaba la mirada antes, el vestido que llevaba era bastante recatado a primera vista y elegante pero en cuanto le daba movimiento la falda se movía ondulante dejando ver una abertura en un lado de la misma por la que se atisbaran mis piernas de vez en cuando al compás del sonido de los altos tacones que llevaba puestos -Es un placer volver a verte Khaled, ya pensaba que no vendrías- extendí una mano hacia él para que hiciera lo pertinente, podía besarla o simplemente estrecharla con la suya, lo dejaba a su elección -Espero que se te de bien bailar, es tradición que los participantes del torneo abran el baile y ya vamos tarde- me acerqué a él sonriente para tomar su brazo, llevaba el pañuelo que le había regalado y eso era una buena señal -Bonito pañuelo- comenté mientras lo arrastraba a la pista de baile.
no hubo mucho tiempo para pensar después de eso pues en seguida se acercó el matrimonio Knox, algo que agradecí enormemente para desviar la conversación, la mujer iba muy elegante y al acercarse era como si flotara en aquel vaporoso vestido con aquella sonrisa radiante. Saludó a los chicos junto a su marido y les dio un abrazo para después centrar su atención en mi -Es un placer Señora Malfoy, Señor Knox, Soy Zaphira Eire, guardiana de la casa de Merlín, niñera de los descendientes en mis ratos libres- dije mirando de reojo a Catherine con una sonrisa burlona. Otra chica se acercó, también parte de la familia Knox, una jovencita bastante alegre que no dudo en interferir de forma amistosa, estaba claro que la chica Le fay tenía más familia de la que se pensaba y por una parte eso me dejaba tranquila, no era muy abierta pero al menos no estaba sola.
La música y las luces bajaron para dar paso a Adael y su discurso, nombrando a las parejas que iban a competir en la prueba de selección y cuando el foco me iluminó hice un pequeño movimiento de cabeza para después erguirme de forma muy digna mirando al frente cuando las miradas y los aplausos se centraron en mi, sin embargo pude sentir un nuevo olor en la sala a la vez que una mirada penetrante que me hizo sonreír levemente. Esperé a que acabaran las presentaciones y el descendiente de Moisés acabara para bajar volando hasta la chica de los Knox, Desmond también se acercó a nuestro pequeño grupo, lo vi acercarse perfectamente cuando mi mente me jugó una mala pasada, por un solo segundo no lo vi a él, vi al chico Le Fay de hace 800 años, cubierto de sangre después de matar a la hija de Charles... estaba con la mirada fija en él y a la vez no.
La voz del chico al saludarme me sacó de mis pensamientos, incliné mi cabeza de forma cortés en respuesta a su saludo -Me alegro de verte Desmond- Pronto todos se marcharían a bailar así que debía aprovechar la oportunidad para huir y centrarme en cosas más agradables -Siento tener que irme pero mi acompañante acaba de llegar, espero que nos volvamos a encontrar para platicar nuevamente, con permiso- de nuevo una inclinación de cabeza y salí del círculo en dirección al Azabache que me miraba fijamente, Khaled.
Caminé de forma calmada y con mis ojos fijos en los suyos, como si compitieramos a ver quien apartaba la mirada antes, el vestido que llevaba era bastante recatado a primera vista y elegante pero en cuanto le daba movimiento la falda se movía ondulante dejando ver una abertura en un lado de la misma por la que se atisbaran mis piernas de vez en cuando al compás del sonido de los altos tacones que llevaba puestos -Es un placer volver a verte Khaled, ya pensaba que no vendrías- extendí una mano hacia él para que hiciera lo pertinente, podía besarla o simplemente estrecharla con la suya, lo dejaba a su elección -Espero que se te de bien bailar, es tradición que los participantes del torneo abran el baile y ya vamos tarde- me acerqué a él sonriente para tomar su brazo, llevaba el pañuelo que le había regalado y eso era una buena señal -Bonito pañuelo- comenté mientras lo arrastraba a la pista de baile.
Me estaba esforzando por entender cómo era que podía verse tan bien en camiseta y vaqueros cuando salió con eso de que podría haber elegido a cualquiera. Me reí un poco cuando me recordó cómo le había lamido la cara.
-Si, pero yo te quiero a ti.- Dije mirando aquellos ojos dorados que me calentaban y me hacían hervir como el mismo sol. Lo dejé hablar mientras bailabamos y pensaba en lo que decía, me dolió un poco en el orgullo que piense que no había considerado lo de la luna llena o el entorno ¿Pensaba que no había considerado renunciar a ella para dejarla con una familia humana o en un internado?¿Solo un día se la pasó llorando? Con los de la brigada llegó a llorar durante una semana entera, hasta que llegó Cleo y puso las cosas en orden, aunque claro que eso no se lo diría a Kyllian, que de seguro perdería los estribos al enterarse. Lo miraba atentamente, concentrada en cada palabra, cada expresión y mientras él hablaba mis expresiones fueron mutando. Tan concentrada estaba en sus palabras que el final de la música me tomó por sorpresa. Me sentí algo perdida cuando se separó de mi y lo mire confundida cuando hizo esa leve inclinación hasta que observé a las otras parejas y veía que ellas también se inclinaban, así que hice lo mismo. Me apresuré a alcanzarlo para caminar a su lado.
-Esta bien, admito que hice mal en desconfiar de ti, pero trata de comprender, todo lo que dije aquella noche fue producto del miedo, en ese momento me sentía traicionada y estaba cegada por mi furia. Estaba enfadada con el mundo y conmigo misma porque pensaba que le había entregado mi confianza a la persona equivocada, pero ahora sé que estaba confundida.- Dije arrepentida.
-Pero tú más que nadie debería saber porque busco apartarla de la sociedad mágica. Bien sabes que la vida allá abajo no es como aquí, en el mundo real los no mágicos son los que tienen todas las oportunidades, mientras a nosotros nos tratan como a escoria, nos utilizan como objetos de su diversión, experimentan con nosotros y, cuando no les servimos más, nos matan sin pestañear. Lila tiene la posibilidad de tener una vida en la que, cuando se levante por las mañanas, no tenga que pensar cómo hacer para sobrevivir a ese nuevo día. Ahora, dime ¿Qué crees que pienso que va antes?- Le pregunté mientras continuaba caminando a su lado tomando ocasionalmente un canapé de las bandejas voladoras cuando surgía la oportunidad.
-Si, pero yo te quiero a ti.- Dije mirando aquellos ojos dorados que me calentaban y me hacían hervir como el mismo sol. Lo dejé hablar mientras bailabamos y pensaba en lo que decía, me dolió un poco en el orgullo que piense que no había considerado lo de la luna llena o el entorno ¿Pensaba que no había considerado renunciar a ella para dejarla con una familia humana o en un internado?¿Solo un día se la pasó llorando? Con los de la brigada llegó a llorar durante una semana entera, hasta que llegó Cleo y puso las cosas en orden, aunque claro que eso no se lo diría a Kyllian, que de seguro perdería los estribos al enterarse. Lo miraba atentamente, concentrada en cada palabra, cada expresión y mientras él hablaba mis expresiones fueron mutando. Tan concentrada estaba en sus palabras que el final de la música me tomó por sorpresa. Me sentí algo perdida cuando se separó de mi y lo mire confundida cuando hizo esa leve inclinación hasta que observé a las otras parejas y veía que ellas también se inclinaban, así que hice lo mismo. Me apresuré a alcanzarlo para caminar a su lado.
-Esta bien, admito que hice mal en desconfiar de ti, pero trata de comprender, todo lo que dije aquella noche fue producto del miedo, en ese momento me sentía traicionada y estaba cegada por mi furia. Estaba enfadada con el mundo y conmigo misma porque pensaba que le había entregado mi confianza a la persona equivocada, pero ahora sé que estaba confundida.- Dije arrepentida.
-Pero tú más que nadie debería saber porque busco apartarla de la sociedad mágica. Bien sabes que la vida allá abajo no es como aquí, en el mundo real los no mágicos son los que tienen todas las oportunidades, mientras a nosotros nos tratan como a escoria, nos utilizan como objetos de su diversión, experimentan con nosotros y, cuando no les servimos más, nos matan sin pestañear. Lila tiene la posibilidad de tener una vida en la que, cuando se levante por las mañanas, no tenga que pensar cómo hacer para sobrevivir a ese nuevo día. Ahora, dime ¿Qué crees que pienso que va antes?- Le pregunté mientras continuaba caminando a su lado tomando ocasionalmente un canapé de las bandejas voladoras cuando surgía la oportunidad.
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- Juliet, Setelah, Kyllian, Leila:
- Leila Alabi escribió:Dejé que el elfo hablara solo un rato cuando se puso en plan maruja, no entendía todo lo que decía, pero era simpático. Le sonreí a Ares cuando se acercó, era lindo tener a los de la Brigada cerca, me hacían sentir más relajada.
-Tu te ves increíble, casi no te reconozco Ares, los de la Brigada nunca andamos de gala.- Tomé de los canapés que me recomendó y asentí de acuerdo con él sobre que estaban buenos mientras los masticaba. Lo miré sorprendida cuando habló de la bebida, eso no era posible, si invitaban a miembros de la Brigada debía haber alcohol en condiciones, por eso le pedí al elfo que me consiga alcohol. Comprar información sobre la ubicación del elixir de los dioses me pareció justo, así que mire al ruso que el elfo señalaba y al bar detrás de él. Le hice una seña de cerrar la cremallera de mi boca dando a entender que yo no diría una palabra al respecto, salvo a los de la brigada, claro. Miré extrañada al mayordomo que tenía un curioso parecido al ruso que nos había señalado antes y emití algunas quejas con respecto a la idea de maquillarme, ya tenía unas visibles marcas de colmillos en el hombro derecho ¿Qué más hacía falta para resaltar?.
Aunque quise moverme o hacer algo para consolar a mi compañero sin pareja me fue imposible por mi miedo escénico que me tenía paralizada. Como pude le dirigí una temerosa sonrisa al elfo mientras me mantenía tan dura como rulo de estatua. Mientras los muchachos junto a mi charlaban sobre cómo conseguir pareja yo dirigí una fugaz mirada a Kyllian que seguía hablando con Reiv, Juliet y uno que no conocía.
-Prueba con postres, Kyllian hace muy ricos postres.- Dije distraída. Yo tenía a un hombre en la mira que quería atrapar. Mi atención se redirigió a mi moneda comunicadora en la que había un mensaje sin leer de Johan. Así que estaban en Francia. Me sentí mal porque yo estaba en este evento y ellos, mientras, estaban trabajando, pero luego pensé para mi misma que Mérida y yo debíamos dar una buena impresión en el torneo como representantes de la Brigada. Mientras pensaba en ello el elfo se dedicó a pasarme cosas por la cara, por los ojos, alguna vez estuve a punto de lanzarle un derechazo por meter el lápiz fino aquel adentro de mi ojo, y por los labios. Cuando vi mi reflejo en una bandeja que antes tenía comida vi que tenía una mirada más intensa y mis labios parecían haber sido hinchados. El empujoncito de Ares me obligó a moverme. Negué con la cabeza sonriente ante la imagen de Ares bailando con una escoba y dejé la bandeja por ahí.
-Ve y consigue el alcohol, Ares, que si me rechaza voy a necesitar emborracharme. Están escondidos en los cajones de abajo del bar, pero ni una palabra.- Le dije a mi colega con una sonrisa. Me armé de valor y me dirigí caminando al grupo en el que Kyllian estaba mientras oía los gritos del elfo detrás mío sobre los zapatos y los cogollos, me giré para que se calle y para hacerle señas de que me reserve los cogollos y los preservativos, por las dudas.
-Hola, chicos. ¿Vas a participar Juliet? Que gane la mejor, entonces.- Le dije con una sonrisa sincera cuando quedé al lado de ella, luego me dirigí al grupo.
-¿Les importa si les robo a Kyllian un rato? Prometo devolverlo entero.-Kyllian Evans escribió:Me eché a reír como un loco con el susto que le di a Reiv, estaba bastante tenso y se lo pude notar cuando le pasé el brazo por los hombros y tanto su novia como el hombre con el que hablaban habían recibido daños colaterales -y porque no nos hemos ido de acampada o te ibas a enterar por la noche, se me da bien camuflarme entre las sombras- El hombre del Kimono se presentó conmigo, parecía majo así que le devolví el saludo -Soy Kyllian Evans, un placer... me mola tu Kimono! no se ven mucho- el piropo a Juliet había causado una buena reacción por parte de los enamorados, ella roja como un tomate y Reiv marcando territorio, hasta envidia me daban pues parecían tener una relación normal.
Mi amigo me hizo girarme para ver a Leila, llevaba un vestido negro muy bonito que le sentaba muy bien haciendo que la mirara más de la cuenta para después chistar y cruzarme de brazos algo molesto -Tu lo has dicho, mi tormento, si quiere bailar que busque un candidato que no sea sangre sucia como yo ¡Que me llamó mordido! a mi! - aún seguía claramente molesto por aquello y ninguno de los dos parecía ceder así que las cosas no habían mejorado desde aquel día.
La conversación con el hombre del Kimono siguió por un camino que yo desconocía así que me entretenía echándole miradas a Leila de vez en cuando, parecía pasarlo bien con el elfo chalado y otro que no conocía. La música empezó a bajar y Adael dio el discurso de inauguración pasando a mencionar a los que participabamos en el torneo, sorprendentemente me había tocado y cuando el foco me iluminó levanté una mano y la cerré en un puño sintiendo el baño de gloria y los aplausos, Leila y Juliet también habían sido seleccionadas para la competición y estabamos todos emparejados con otras personas -Tranquilo, no le haré mucho daño a tu novia- le comenté a Reiv pero la verdad es que probablemente ella me diera una paliza a mi.
Terminado eso Leila se acercó ante lo cual arrugué el morro, saludó a los otros y sobretodo a la dragona, Reiv por su parte le lanzó un piropo y lo miré mal, suspiré cuando dijo que me necesitaba y hacerle el feo estaría mal por lo que accedí pero no sin antes darle un puñetazo en el brazo a Reiv, lo justo para hacerle algo de daño pero no para arrancarle el brazo -Por capullo- me aparté con la rubia hasta que ella lo creyó conveniente pero mis brazos seguían cruzados, tenía todas las defensas puestas y los ojos clavados en ella pero a pesar de lo que quería creer era porque estaba impresionante, de los pies a la cabeza, estaba preciosa -¿Qué puede hacer el mordido por usted, alteza?-
Interacciones:
Reiv, Juliet, Setela y Leila
Sale con lala a partir de este postJuliet Bennett escribió:Aquel enredo de quien invitaba a salir a quien quedó un poco relegado mientras el baile se llevaba a cabo. Solo alcanzó a asentir cuando dijo de explicarle lo que el protocolo decía de las citas. De verdad que su rostro mostraba confusión al no haber considerado antes la posibilidad, por lo que aceptó enérgicamente la posterior explicación con el rostro sereno y curioso.
- No, no lo pedí yo, te comenté un deseo y tu aceptas cumplirlo. Te daré los días del torneo para que planees. Lo podemos hacer después, solo quería amarrar esto.- Soltó una risilla por lo bajo tomándose de su brazo mientras caminaban entre las parejas. Era una noche feliz, de eso no tenía duda, y gran parte de su felicidad se debía a que el moreno aún compartía sus locuras.- ¿Tengo límite de deseos o puedo pedir lo que sea?
No tardaron mucho en hacer grupo con Setelah y Kyllian, que una vez pasadas las introducciones pudo relajarse y mirarlo de manera más o menos normal. El agarre de Reiv por poco y echaba abajo sus planes de dejar de ruborizarse, pero es que no estaba acostumbrada a sus demostraciones de afecto tan públicas. Debía decir que le agradaban más de lo que podía admitir, por lo que también pasó un brazo por detrás de su cintura, abrazándose a él con suavidad. A decir verdad, ese gesto territorial para con Kyllian fue de su agrado.- Te pedí que me pidieras una cita.- Aclaró, que a efectos bastos era la misma cosa, pero quería seguir siendo la consentida de aquella noche. Mientras iban comentando, alcanzó a ver a lo lejos a Leila con un hermoso vestido. Antes de ver el revelador escote se preguntó si serían la misma talla, aunque después se dio cuenta de que no podría usarlo ni poniéndoselo sola frente al espejo del baño. Con lo guapa que iba, seguro que cualquiera la invitaría a bailar, así que tuvo que asentir cuando el moreno hizo aquel comentario sobre la chica.
Le pareció demasiado extraño que conociera a Svart, aunque claro que ya era un dragón entero antes de que ella lo conociera.- ¿Socio? ¿De Smaug? - Escrutó el rostro de Setelah con detenimiento, pues si el dragón había intentado asesinar a Reiv por mucho tiempo no entendía como un socio suyo podría hacerla de su amigo. Se dio cuenta pronto de que eran las únicas palabras que le había dirigido mas no se inmutó, pues era para ella mucho más fácil mantenerse callada y escuchando que participando activamente en la conversación. Sus elucubraciones casi le hicieron perderse el inicio del emotivo y mágico discurso de Adael. Habría sido perfecto si no hubieran puesto ese enorme reflector sobre ella, haciéndola pasar por una invitada más sin hacerle tanto enfasis. Dio un par de pasos atrás, saliendo enseguida del círculo luminoso, jalando a Reiv consigo. Al menos así se sentía menos nerviosa. No conocía a su compañera, pero sí le sorprendió que Aiden no estuviera por allí. Cuando lo buscó con la mirada alcanzó a ver a Daniel saliendo del gran salón por la entrada principal. No lo había visto antes, pero se iba justo después de las asignaciones. Lo más seguro era que solo se quisiera enterar. Kyllian volvió a llamarle novia de Reiv, no pudiendo evitar la sonrisa boba que venía por defecto con cualquier cosa que los emparejara aquella noche.
Le sonrió a Leila por sus buenos deseos, asintiendo al tema de su participación.- Gracias, te deseo buena fortuna también.- No solo en eso, sino también en aquella misión que llevaba con Kyllian. ¿De verdad se gustaban a ese grado? Sabía que compartían a Lila, pero no se había dado cuenta antes. Cosas del amor...
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Reiv
Kyllian
Setelah
Leila
Setelah Barrett escribió:Rodé los ojos al tiempo que me encogía de hombros acerca de lo que dijo Reiv sobre hacerme socio de Smaug.
-Cómo explicartelo? Fue una larga historia
"con muchas idas y venidas...."
Llegó una moza rubia, para llevarse a un baile al zagal de los placajes. Les dediqué una curiosa mirada por unos instantes antes de volver mi atencion a Juliet cuando habló por fin. Me sonó un poco brusca, quizá porque algo le preocupaba?
- Tranquila, no comparto sus deseos de dominio sobre la humanidad ni le ayudo en su febril sueño de lograr una supremacía de dragones sobre humanos, y ni mucho menos comparto su odio hacia Reiv. Pero es un dragón añado, y ha sufrido traiciones dolorosas de los de mi especie. Magos.... - chasqueé la lengua. - Quizá Svart y su relación con vosotros, o el tener un aliado humano le cambien un poco ese agrio humor que tiene. Nada dura eternamente, ni si quiera los sentimientos de odio.
Lo miré justo cuando en el discurso de Adael llegó la parte de anunciar las parejas del Torneo, y casualidad de casualidades, aquellos focos nos iluminaron a los dos a la vez. Le alcé una ceja al vampiro y curvé mis labios en una sonrisa.
Nada mencioné de los provechosos objetos que habia obtenido o lo mucho que había aprendido en la magia gracias a Smaug. En estas que ADSL se marchó de mi hombro, con lo cual me hizo seguirlo con la mirada, no fuese que se atirase al peinado pomposo de alguna de las presentes. Me sorprendio verlo bajo una mesa, atacando una mazorca con la cual lo habia tentado Corvo.
- En fin, la noche se pone interesante. Suerte en el torneo, compañeros. - me despedí de Juliet y Reiv, caminando en direccion al vampiro, cuando ya no eramos presa de los focos. - qué haces ahi escondido en esa postura tan extraña, Corvo?
La cita con Juliet tendría que esperar, pero le aseguré que tendría deseos ilimitados, que tendríamos que negociarlos. Poco después nos unimos a Setelah y Kyllian, así que dejamos la conversación privada para luego. - Entonces recuérdame que no vaya nunca contigo de acampada por la noche. - repliqué a Kyllian antes de que se presentase a Setelah, pensando en que sería curioso verlos juntos transformados en pantera, uno versión animago y otro versión feral. Éste parecía molesto con Leila porque le dijo "mordido", cosa que a mi no me pareció un insulto. - ¿Y? qué más da, sois los dos peludos y ya. - sería algo similar a lo que sucedía con los sangre sucia, o eso imaginé. Problemas menores, en mi opinión, ya se arreglarían, como habíamos hecho otras veces Juliet y yo. La noche estaba marchando muy bien para nosotros, y el pequeño acercamiento tras el comentario de Kyllian pareció agradar a la pelirroja, que iba de sonrojo en sonrojo. - No una cualquiera, sino una cita en condiciones dijo. - seguí rodeando a Juliet por la cintura mientras hablábamos con Setelah del tema Smaug, algo que me dejó un poco más tranquilo sabiendo que no compartía las ideas del dragón.
- Ya es todo un logro haber conseguido algo así con ese dragón que aterrorizo a la Resistencia en Bastion Hollow. Svart será diferente, ha crecido de otra manera. Sería interesante juntarnos algún día con ambos... - esperaba que el temperamento de los dragones negros no estropease su carácter cuando creciese más. Me quedé reflexionando sobre la última frase que dijo Setelah, la de que nada dura eternamente, ni siquiera el odio. Me despedí de Setelah cuando se fue a saludar a otra gente, tras el momento de los focos en el que Juliet casi muere de vergüenza. No pude evitar reírme un poco, aunque menos cuando me arrastró al foco con ella. - Te deseo suerte, Kyllian, la vas a necesitar. - bromeé con lo que dijo de que no haría daño a mi novia, pensando que como se transformase en dragón iba a hacer mucho daño.
Leila no tardó en acercarse al grupo, así que imité a Kyllian en lo del silbido y el piropo sólo por fastidiarlo, aunque era cierto que la feral iba bastante guapa, aunque claramente prefería a mi pelirroja. El halago me valió un golpe de Kyllian, a lo que protesté por lo bajo. - Suerte en el torneo, Leila. Eso, esta noche mantened la violencia al mínimo, que luego me toca a mi ir a separaros. - me despedí de la pareja, echando un vistazo a ver qué hacían. - Estos esta noche acaban en la cama, te lo digo yo. - cotilleé a Juliet por lo bajo, dejando de mirar a la pareja para ver si podíamos saludar a alguien más. Vi a Ellyos solo entre la multitud, así que tomé a Jul de la mano para acercarnos a él para saludarlo. - No sabía que participabas en el torneo, te hacía más fiestero, Ellyos.
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Leila, Kyllian, Setelah (terminadas)
Juliet
Ellyis
Julies Verne
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Había terminado de bebes mis dos botellas de alcohol, y ya tenía nuevas en las manos, aunque no sin antes tirar por los aires las anteriores sabiendo que al menos uno la había caído en la cabeza a alguien. Habia abierto una de las dos botellas nuevas con mis dientes, escupiendo la tapa y poder vaciar el contenido en mi boca.
Uno de los descendientes subió al escenario, dijo algunas tonterías, nombró a las parejas del torneo, viendo que algunas luces alumbraban a lugares vacíos. Negué con la cabeza por la desorganización. La luz me alumbró a mi y a la señora que seria mi pareja, rodando mis ojos, y alcé mi dedo mayor cuando la luz estaba sobre mi, mientras empinaba la botella que había abierto hace un rato.
Debí esquivar algunos pisotones con mi cola e insultar a algunos idiotas que se chocaban con mis alas. Los humanos eran tan detestables. Mire hacia todos lados viendo a un peli azul solo acercándome a él y sacándolo a bailar sin haberle preguntado siquiera. Posicione las dos botellas en una de mis manos para poder sostenerlas cómodamente a ambas y con mi mano, ahora, libre lo tome por la cintura para guiarlo en un ligero baile.
-Tu no quieres esto y yo tampoco, pero estos pomposos son muy aburridos como para intentar siquiera dirigirles la palabra, menos te sacaran a bailar… ¿Quieres? -Dije ofreciéndole de mi vodka con total tranquilidad.
Uno de los descendientes subió al escenario, dijo algunas tonterías, nombró a las parejas del torneo, viendo que algunas luces alumbraban a lugares vacíos. Negué con la cabeza por la desorganización. La luz me alumbró a mi y a la señora que seria mi pareja, rodando mis ojos, y alcé mi dedo mayor cuando la luz estaba sobre mi, mientras empinaba la botella que había abierto hace un rato.
Debí esquivar algunos pisotones con mi cola e insultar a algunos idiotas que se chocaban con mis alas. Los humanos eran tan detestables. Mire hacia todos lados viendo a un peli azul solo acercándome a él y sacándolo a bailar sin haberle preguntado siquiera. Posicione las dos botellas en una de mis manos para poder sostenerlas cómodamente a ambas y con mi mano, ahora, libre lo tome por la cintura para guiarlo en un ligero baile.
-Tu no quieres esto y yo tampoco, pero estos pomposos son muy aburridos como para intentar siquiera dirigirles la palabra, menos te sacaran a bailar… ¿Quieres? -Dije ofreciéndole de mi vodka con total tranquilidad.
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Ares
En mitad de nuestros saludos, habian anunciado el inicio del torneo, el porqué de su celebracion y las parejas que empezarian colaborando juntas. Me habia tocado con Thoren, que....estaba borracho como una cuba.
"mierda, si mi compañero ya va pedo...yo deberia parar...para que al menos mañana uno de los dos esté entero"
- Puto ruso, ya me ha jodido el plan- murmuré por lo bajo para que nadie me oyese, saludando a Thoren como si no me estuviese cagando en su estampa. - Ahi tienes tu respuesta. - le dije a Ian ante su pregunta por mi participacion. Luego solté una pedorreta cuando me quiso dar consejos. - Si eres tu quien me las chiva, ya puedo darme por perdida, Hacksaw. - Asentí con energia a lo que decía Cat, sobre que mejor ignorase los consejos de Ian, y luego se puso modo profe dura. - No esperaria menos....
Vi por el rabillo del ojo a Desmond acercarse a saludar, y le correspondí con una amplia sonrisa. Despues de fijarme en él con atencion, me di cuenta de que traía un aire distinto....más serio? Mas...Rhaegar? Luego miré a mis padres, estaban todos estupendos. - Deberiamos echarnos una foto todos juntos....estais super guapos!
Me di cuenta entonces de que Adael se habia aproximado, se dirigía a mi y me pedia un baile. Lo miré con la boca levemente entreabierta, a su cara y a su mano alternativamente
"WTF por qué"
- Piso a la gente. Cuando bailo. Solo lo digo. Pero es sin querer. - le respondí al joven maestro. Luego miré a Cat que le hizo esa llamada de atencion a su amigo, y que luego se fue a bailar con su hermano. - Ehhh...vale, si no te importa. Está bien. - ademas seguro que se sabia mover bien para esquivar mis pisotones, uno no puede ser maestro del viento y ser torpe... asi que tomé su mano, de paso, le haria algunas preguntas técnicas- Será mejor que lleves tú el ritmo. - le pedí con una risa por lo bajo. - Te importa que te haga preguntas mientras bailamos? O dias como hoy prefieres no trabajo de escuela?
"mierda, si mi compañero ya va pedo...yo deberia parar...para que al menos mañana uno de los dos esté entero"
- Puto ruso, ya me ha jodido el plan- murmuré por lo bajo para que nadie me oyese, saludando a Thoren como si no me estuviese cagando en su estampa. - Ahi tienes tu respuesta. - le dije a Ian ante su pregunta por mi participacion. Luego solté una pedorreta cuando me quiso dar consejos. - Si eres tu quien me las chiva, ya puedo darme por perdida, Hacksaw. - Asentí con energia a lo que decía Cat, sobre que mejor ignorase los consejos de Ian, y luego se puso modo profe dura. - No esperaria menos....
Vi por el rabillo del ojo a Desmond acercarse a saludar, y le correspondí con una amplia sonrisa. Despues de fijarme en él con atencion, me di cuenta de que traía un aire distinto....más serio? Mas...Rhaegar? Luego miré a mis padres, estaban todos estupendos. - Deberiamos echarnos una foto todos juntos....estais super guapos!
Me di cuenta entonces de que Adael se habia aproximado, se dirigía a mi y me pedia un baile. Lo miré con la boca levemente entreabierta, a su cara y a su mano alternativamente
"WTF por qué"
- Piso a la gente. Cuando bailo. Solo lo digo. Pero es sin querer. - le respondí al joven maestro. Luego miré a Cat que le hizo esa llamada de atencion a su amigo, y que luego se fue a bailar con su hermano. - Ehhh...vale, si no te importa. Está bien. - ademas seguro que se sabia mover bien para esquivar mis pisotones, uno no puede ser maestro del viento y ser torpe... asi que tomé su mano, de paso, le haria algunas preguntas técnicas- Será mejor que lleves tú el ritmo. - le pedí con una risa por lo bajo. - Te importa que te haga preguntas mientras bailamos? O dias como hoy prefieres no trabajo de escuela?
Reed Draven
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Tras adecentarse un poco, tampoco mucho, Reed cruzó las puertas del salón que habían preparado para aquella fiesta pre-torneo.
Había acabado apuntándose por la simple razón del aburrimiento de su día a día, sin tener un propósito marcado a corto plazo. Y también por aquello de darse de hostias.
Desde la parte alta observó la gran multitud. Arqueó una ceja observando las vestimentas y miró por un momento su chupa de cuero. Al menos la había limpiado y había resuelto el tema de que anteriormente estaba cosida a cuchillazos. La camiseta había acabado en la basura. La había cambiado por otra, también negra. No era muy fan de los colorinchis que veía por aquella fiesta.
Bajó al piso donde se encontraba la mayoría de la gente y tras descartar varias bandejas que le ofrecían champán de los cojones finalmente apareció una con cerveza. Agarró la jarra apoyándose en una de las columnas de la sala con el lateral de su cuerpo.
La gente parecía feliz, excepto por el peliblanco grandón que se acababa de marchar refunfuñando cosas. Era un puto armario. Hablaban, se abrazaban, bailaban. Pegó un sorbo a la bebida. Solamente estaba ahí por la mierda del torneo, por si soltaban algo que tuviese que saber. No sabía que se había perdido el tema de asignación de parejas.
Siguió paseando la vista hasta ver una espalda semidesnuda que siguió hasta encontrar el pelo azul. Alzó una ceja y volvió a bajar la mirada hasta su culo. Sonrió de medio lado justo antes de mirar a su pareja de baile.
Le había visto alguna vez por el patio. Rodeado de chavalas y chavales que parecían adorarle. Un profesor. Un pez gordo.
"No veas con la patosa"
Justo giraron al bailar. La peliazul tampoco se había esmerado en arreglarse pero había que decir que no le hacía mucha falta. Al menos eso pensaba Reed. Siguió observando mientras bebía, clavándole los ojos como si se la comiese justo como aquel día en el bar. Lo justo para incomodarla.
Si en algún momento se percatase de que la estaba mirando pensaba tensarla un poquito más.
Había acabado apuntándose por la simple razón del aburrimiento de su día a día, sin tener un propósito marcado a corto plazo. Y también por aquello de darse de hostias.
Desde la parte alta observó la gran multitud. Arqueó una ceja observando las vestimentas y miró por un momento su chupa de cuero. Al menos la había limpiado y había resuelto el tema de que anteriormente estaba cosida a cuchillazos. La camiseta había acabado en la basura. La había cambiado por otra, también negra. No era muy fan de los colorinchis que veía por aquella fiesta.
Bajó al piso donde se encontraba la mayoría de la gente y tras descartar varias bandejas que le ofrecían champán de los cojones finalmente apareció una con cerveza. Agarró la jarra apoyándose en una de las columnas de la sala con el lateral de su cuerpo.
La gente parecía feliz, excepto por el peliblanco grandón que se acababa de marchar refunfuñando cosas. Era un puto armario. Hablaban, se abrazaban, bailaban. Pegó un sorbo a la bebida. Solamente estaba ahí por la mierda del torneo, por si soltaban algo que tuviese que saber. No sabía que se había perdido el tema de asignación de parejas.
Siguió paseando la vista hasta ver una espalda semidesnuda que siguió hasta encontrar el pelo azul. Alzó una ceja y volvió a bajar la mirada hasta su culo. Sonrió de medio lado justo antes de mirar a su pareja de baile.
Le había visto alguna vez por el patio. Rodeado de chavalas y chavales que parecían adorarle. Un profesor. Un pez gordo.
"No veas con la patosa"
Justo giraron al bailar. La peliazul tampoco se había esmerado en arreglarse pero había que decir que no le hacía mucha falta. Al menos eso pensaba Reed. Siguió observando mientras bebía, clavándole los ojos como si se la comiese justo como aquel día en el bar. Lo justo para incomodarla.
Si en algún momento se percatase de que la estaba mirando pensaba tensarla un poquito más.
Kyllian Evans
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Aquel "yo te quiero a ti " me hizo abrir los ojos bastante sorprendido, no sabía a que se refería exactamente pero por como estaban las cosas mejor me iba por la solución fácil que era la de "solo me quiere para bailar". Leila dejó que expresara mi punto de vista y le diera mis explicaciones, para cuando acabó el baile me retiré pero ella me siguió de cerca sin dejarme la opción de huir para empezar a beber.
Empezó a explicarse y ya que había admitido su parte de culpa la dejé hablar -A eso voy Leila, ¿cómo se te ocurre que os voy a hacer algo a ti o a la niña?- me llevé una mano al puente de la nariz para masajearlo y pensar mejor las cosas mientras ella seguía explicándome lo que le pasaba por esa cabeza tan loca que tenía, pero llevaba algo de razón en una cosa, la isla era toda una utopía -Sé perfectamente como es la vida allí abajo igual que tu, lo hemos vivido de primera mano- Recordar los campos y lo que había pasado tal vez me ablandó el corazón un poco pues ella también había sufrido llegando a tener a la hija de ese bastardo, algo que siempre me había parecido muy valiente por su parte. Me acerqué a ella y tomé su mano para estrecharla con la mía -Sé que tienes miedo Leila pero alejarla de ti no es la mejor solución, si la dejas con los humanos no podrás enseñarle las cosas importantes, como cazar ratones- dije buscando una sonrisa en la chica para después dirigir mi mano libre a su barbilla y hacer que levantara la mirada y que se cruzara con la mía -La guerra es una mierda pero nos salpica a todos, sea del bando que sea, puedes enseñarle que hay dos caminos y cuando llegue el momento ella podrá decidir por si misma, mientras tanto siempre tendrá una familia que la proteja, una madre y sus... no sé... ochenta tíos? cuantos sois en la brigada?-
Esperé a terminar de reírme por aquella ocurrencia y la solté para poder continuar -Además, su nombre es Lila Evans, si le pones mi apellido apechugas y me dejas formar parte de esto y yo digo que se queda con nosotros- eso no se me había olvidado, aquel día en el barco le había soltado eso a su amiga la de las plumas, por no decir que ya podía balbucear un "papá" -así que aquí están mis condiciones, nada de rajarme la garganta cada que se te vaya la pinza, habla conmigo primero gata loca! segundo, si lleva mi apellido quiere decir que aceptas mi parte en su crianza como su figura paternal y tercero...- la tomé de la cintura y la acerqué a mi todo lo posible hasta quedar pegados el uno al otro, bajando mi rostro hasta que mi nariz casi toca la suya -Como vuelvas a chupar a otro hombre te enteras-
Empezó a explicarse y ya que había admitido su parte de culpa la dejé hablar -A eso voy Leila, ¿cómo se te ocurre que os voy a hacer algo a ti o a la niña?- me llevé una mano al puente de la nariz para masajearlo y pensar mejor las cosas mientras ella seguía explicándome lo que le pasaba por esa cabeza tan loca que tenía, pero llevaba algo de razón en una cosa, la isla era toda una utopía -Sé perfectamente como es la vida allí abajo igual que tu, lo hemos vivido de primera mano- Recordar los campos y lo que había pasado tal vez me ablandó el corazón un poco pues ella también había sufrido llegando a tener a la hija de ese bastardo, algo que siempre me había parecido muy valiente por su parte. Me acerqué a ella y tomé su mano para estrecharla con la mía -Sé que tienes miedo Leila pero alejarla de ti no es la mejor solución, si la dejas con los humanos no podrás enseñarle las cosas importantes, como cazar ratones- dije buscando una sonrisa en la chica para después dirigir mi mano libre a su barbilla y hacer que levantara la mirada y que se cruzara con la mía -La guerra es una mierda pero nos salpica a todos, sea del bando que sea, puedes enseñarle que hay dos caminos y cuando llegue el momento ella podrá decidir por si misma, mientras tanto siempre tendrá una familia que la proteja, una madre y sus... no sé... ochenta tíos? cuantos sois en la brigada?-
Esperé a terminar de reírme por aquella ocurrencia y la solté para poder continuar -Además, su nombre es Lila Evans, si le pones mi apellido apechugas y me dejas formar parte de esto y yo digo que se queda con nosotros- eso no se me había olvidado, aquel día en el barco le había soltado eso a su amiga la de las plumas, por no decir que ya podía balbucear un "papá" -así que aquí están mis condiciones, nada de rajarme la garganta cada que se te vaya la pinza, habla conmigo primero gata loca! segundo, si lleva mi apellido quiere decir que aceptas mi parte en su crianza como su figura paternal y tercero...- la tomé de la cintura y la acerqué a mi todo lo posible hasta quedar pegados el uno al otro, bajando mi rostro hasta que mi nariz casi toca la suya -Como vuelvas a chupar a otro hombre te enteras-
Sayid Ibn Salah
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Una vez entramos nos dedicamos todos a hablar y saludar a los invitados que eran de lo más variopinto, Sofía iba de mi brazo y atraía muchas de las miradas de la sala a pesar de haber tanta competencia -Querida Sofía, eres la estrella que más brilla esta noche, he tenido suerte de pillarte libre, aunque tenga que compartir- con Newton más en concreto pero era como el abuelo de la familia así que tampoco me importaba demasiado. Adael dio aquel discurso seguido del espectáculo del fenix, algo que aproveché para tomar a mi compañera descendiente -Newton, permiteme que la monopolice un momento, esta dama me debe un baile- nos separamos del resto y la llevé a la pista para dejarnos llevar por la música entre elegantes pasos de baile y giros que hacían que su hermoso vestido diera un efecto etéreo.
Una vez acabado el baile me separé de ella para poner una mano en mi pecho y hacerle una reverencia, volviendo a ofrecerle mi brazo para retirarnos de la pista. Cuando la noche ya había avanzado un poco me levanté haciendo una señal para detener la música y que los focos me iluminaran.
-Queridos amigos, es un autentico honor contar con la presencia de todos en esta celebración tan especial y siento interrumpir la fiesta pero antes de que alguno no pueda beber más, permitirme explicar la primera prueba del torneo-
Esperé unos momentos y con mi poder de invocación hice aparecer una caja, muy decorada con muchas gemas y que además emitía un brillo especial.
-La fuerza bruta no lo es todo y si no te acompaña una buena estrella podrás ser el hombre más fuerte del mundo pero sin suerte no llegarás muy lejos- esperé a que los cuchicheos acallaran para seguir -Es esta caja hay diez esferas de cristal que al tocarlas revelarán un número, aquellos que las obtengan habrán superado la primera prueba y demostrarán su buena fortuna, las otras esferas emitirán un humo rojo en su interior dando a entender que habéis sido eliminados del torneo, fácil, ¿Verdad?-
De nuevo las voces se alzaron, muchas contrariadas a lo que levanté mis manos para llamar a la calma de nuevo
-Quedar fuera también puede ser suerte pues los elegidos que consigan un número tendrán que pasar por una puerta, es decir, cada pareja elegirá un camino a seguir con esas esferas dónde encontrará una batalla contra alguno de los miembros del consejo de los 20! pero no solo eso, habrá caminos que se crucen entre ellos y habrá parejas que deban enfrentarse a otras, sin embargo la buena fortuna seguirá influyendo por lo que habrá una pareja que pasará sin luchar a la siguiente fase-
Hice otra pausa y continué -Los descendientes elegidos son los siguientes- aclaré la garganta y empecé a nombrar a los elegidos
-Altair Kirgyakos! - uno de los focos señaló al licántropo donde sea que estuviese si es que estaba en la sala
-Adael Cohen!- el público, que era la mitad de la familia de Adael más sus estudiantes, estallaron en aplausos y silbidos
-La hermosa Sofía Discórides!- aquí se alzaron más silvidos y voces masculinas al momento de nombrarlas
-Sean Eire!- El chico no estaba así que no hubo foco pero los guardias de la fiesta y miembros de la guardia de Merlín hicieron sonar sus lanzas en honor a la casa de su nombre además de muchos de sus alumnos que también estaban en la sala
-Y por último, un servidor- Dije inclinándome hacia el público que también aplaudió
-Ahora haremos la selección! que cada pareja o un representante de la misma pase para tomar su esfera!-
Una vez acabado el baile me separé de ella para poner una mano en mi pecho y hacerle una reverencia, volviendo a ofrecerle mi brazo para retirarnos de la pista. Cuando la noche ya había avanzado un poco me levanté haciendo una señal para detener la música y que los focos me iluminaran.
-Queridos amigos, es un autentico honor contar con la presencia de todos en esta celebración tan especial y siento interrumpir la fiesta pero antes de que alguno no pueda beber más, permitirme explicar la primera prueba del torneo-
Esperé unos momentos y con mi poder de invocación hice aparecer una caja, muy decorada con muchas gemas y que además emitía un brillo especial.
-La fuerza bruta no lo es todo y si no te acompaña una buena estrella podrás ser el hombre más fuerte del mundo pero sin suerte no llegarás muy lejos- esperé a que los cuchicheos acallaran para seguir -Es esta caja hay diez esferas de cristal que al tocarlas revelarán un número, aquellos que las obtengan habrán superado la primera prueba y demostrarán su buena fortuna, las otras esferas emitirán un humo rojo en su interior dando a entender que habéis sido eliminados del torneo, fácil, ¿Verdad?-
De nuevo las voces se alzaron, muchas contrariadas a lo que levanté mis manos para llamar a la calma de nuevo
-Quedar fuera también puede ser suerte pues los elegidos que consigan un número tendrán que pasar por una puerta, es decir, cada pareja elegirá un camino a seguir con esas esferas dónde encontrará una batalla contra alguno de los miembros del consejo de los 20! pero no solo eso, habrá caminos que se crucen entre ellos y habrá parejas que deban enfrentarse a otras, sin embargo la buena fortuna seguirá influyendo por lo que habrá una pareja que pasará sin luchar a la siguiente fase-
Hice otra pausa y continué -Los descendientes elegidos son los siguientes- aclaré la garganta y empecé a nombrar a los elegidos
-Altair Kirgyakos! - uno de los focos señaló al licántropo donde sea que estuviese si es que estaba en la sala
-Adael Cohen!- el público, que era la mitad de la familia de Adael más sus estudiantes, estallaron en aplausos y silbidos
-La hermosa Sofía Discórides!- aquí se alzaron más silvidos y voces masculinas al momento de nombrarlas
-Sean Eire!- El chico no estaba así que no hubo foco pero los guardias de la fiesta y miembros de la guardia de Merlín hicieron sonar sus lanzas en honor a la casa de su nombre además de muchos de sus alumnos que también estaban en la sala
-Y por último, un servidor- Dije inclinándome hacia el público que también aplaudió
-Ahora haremos la selección! que cada pareja o un representante de la misma pase para tomar su esfera!-
Ares Kylee
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- Prueba eso, la repostería, sino reposteria con alcohol y sino le metes algo en el alcohol, un potente narcótico, o afrodisiaco, las posibilidades son infinitas - le dije al elfo.
Le hice un gesto con el pulgar arriba cuando Leila me dijo que enmancipara un poco de alcohol del minibar y lo adoptara para nosotros. Me dirijí a donde estaba el Thoren-bot en la zona de apuestas y otros menesteres, probablemente no me iba a dejar sin más coger la cantidad de alcohol requerida sin más y llevarmela. Me rasqué la barbilla, tenía que distraerlo...
- ¡Mira! Se te ha caido una electrotuerca de esas, yo que tu la cogería antes de que le den una patada y vuele a Valdemoro. - aproveché el momento para colarme ahí detrás y requisar botellas de distintas graduaciones, convoqué el poder de la Luna Nueva para esconderlas haciéndolas invisibles al ojo y salí de allí dejándolas con el encantamiento medio escondidas en la mesa donde estabamos Leila y yo.
Al poco se me acercó una dragona y sin que me diera cuenta me cogió de la cintura y me llevó a bailar, con lo mal que se me da. Me ofreció una botella y yo la cogí.
- Sí por favor, la necesitaré para recordar como se baila algo así - empecé a bailar algo torpemente con la desconocida - ¿Como te llamas? Yo soy Ares - dije un poco para romper el hielo.
Al rato de estar bailando la música se detuvo y anunciaron la primera prueba del torneo, una sencilla prueba de coger una de las esferas de cristal y según lo que te saliese era la siguiente prueba, como mi compañero no estaba me iba a tocar a mi traernos el infortunio.
- Si me permites, voy a por mi esfera de cristal.
Dejé a mi acompañante y me dirgí al moro superbien ataviado, me quedé un rato mirando la caja con curiosidad y pensando para mis adentros que Madre Luna me diera suerte para este torneo. Cogí una de las esferas y la mostré al hombre, en el cristal apareció un 10.
Le hice un gesto con el pulgar arriba cuando Leila me dijo que enmancipara un poco de alcohol del minibar y lo adoptara para nosotros. Me dirijí a donde estaba el Thoren-bot en la zona de apuestas y otros menesteres, probablemente no me iba a dejar sin más coger la cantidad de alcohol requerida sin más y llevarmela. Me rasqué la barbilla, tenía que distraerlo...
- ¡Mira! Se te ha caido una electrotuerca de esas, yo que tu la cogería antes de que le den una patada y vuele a Valdemoro. - aproveché el momento para colarme ahí detrás y requisar botellas de distintas graduaciones, convoqué el poder de la Luna Nueva para esconderlas haciéndolas invisibles al ojo y salí de allí dejándolas con el encantamiento medio escondidas en la mesa donde estabamos Leila y yo.
Al poco se me acercó una dragona y sin que me diera cuenta me cogió de la cintura y me llevó a bailar, con lo mal que se me da. Me ofreció una botella y yo la cogí.
- Sí por favor, la necesitaré para recordar como se baila algo así - empecé a bailar algo torpemente con la desconocida - ¿Como te llamas? Yo soy Ares - dije un poco para romper el hielo.
Al rato de estar bailando la música se detuvo y anunciaron la primera prueba del torneo, una sencilla prueba de coger una de las esferas de cristal y según lo que te saliese era la siguiente prueba, como mi compañero no estaba me iba a tocar a mi traernos el infortunio.
- Si me permites, voy a por mi esfera de cristal.
Dejé a mi acompañante y me dirgí al moro superbien ataviado, me quedé un rato mirando la caja con curiosidad y pensando para mis adentros que Madre Luna me diera suerte para este torneo. Cogí una de las esferas y la mostré al hombre, en el cristal apareció un 10.
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- Leila
- Aldaron
- Julies
- Sayid
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El miembro 'Ares Kylee' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Su mano se sentía fría, quizás porque yo estaba acalorada por el calor que él me hacía sentir, pero cuando tomó mi mano envolví la suya con mi mano libre en un intento de darle calor. Negué suavemente con la cabeza en desacuerdo con Kyllian cuando expresó que alejarla de mi no era la mejor opción ¿No podía escuchar su voz?¿No se había mirado al espejo? Le había dejado una marca de por vida, producto de mi violencia. Las últimas palabras del feral me robaron una sonrisa. Cuando me instó a levantar el rostro lo miré a los ojos. Dejé que sus dulces palabras me envolvieran y calmaran mis miedos, aunque abrí la boca para refutar que probablemente, si se quedaba con nosotros, no tendría qué decidir porque no le permitirían tener opciones, de mí salió una sonora carcajada que no pude detener cuando mencionó a sus ochenta tíos. Cuando me soltó aproveché para taparme la bocota con las manos, que estaba mostrando hasta la faringe. Me había tomado desprevenida.
No podía contra esa lógica. Había dicho eso en el barco porque no me había gustado cómo sonaba Lila Alabi. Si la niña buscaba un ejemplo a seguir, yo preferiría mil veces que lo siga a él. Puse los brazos en jarra escuchando sus condiciones divertida, pero volvió a tomarme por sorpresa cuando me pegó a él, tan cerca de él no sabía dónde poner las manos, así que en un principio las puse en los brazos que me apresaban para luego subirlas a los hombros en una suave caricia, pasando por su cuello para terminar en su cabellera mientras hebras de pelo negro se filtraban entre mis dedos. El comentario, mi posible respuesta con doble sentido y su voz ronca me estaban empezando a hacer vibrar con anticipación.
-Tsk! Pero si la voz te quedó tan sexi!¿Estas seguro que no quieres una rajadita más?- Le dije bromeando.
-Yo también tengo condiciones.- Le dije mirándolo a los ojos un poco más seria pero no por ello menos sonriente.
-Cuarto, Lila se queda aquí, contigo. Espero que no te importe pasarme a buscar y traerme aquí cada tanto. Quinto, quiero que conozcas a todos los miembros de la brigada, ellos son mi familia prácticamente, lo que me recuerda, tienes una charla pendiente con Lykaios que es el padrino de la niña y sexto...- Rosé mi nariz con la suya un par de veces para acercar mi boca a la de él de forma sugestiva para, finalmente, susurrarle al oído.
-Nunca dejes de abrazarme así.- Sus manos acariciaban mi espalda descubierta y mi cintura de tal forma que hacían que los cosquilleos que empezaron en el bajo vientre se esparzan hacia todo mi cuerpo, lo cual me hacía removerme de ansias, haciendo rozar ligeramente nuestros cuerpos. No sabía si podía sentir mis pezones erectos, pero mi olor de excitación, sin duda podían olerlo todos los presentes.
-Me encanta estar entre tus brazos.- Le dije en otro susurro casi gemido. Había olvidado un poco del mundo a nuestro alrededor, pero las palabras de Sayid hacia los invitados me espabilaron. Le di un dulce beso en la mejilla a Kyllian cuando el miembro del consejo terminó de decir la nueva consigna.
-Para la buena fortuna.- Le dije con una sonrisa pícara y tomé su mano para acercarnos a la caja con las gemas mágicas mientras el descendiente mencionaba nombres y nosotros sorteando a las personas que se interponian en nuestro camino y que aplaudían. Ares estaba tomando la suya cuando llegamos a un lugar en el que teníamos a la vista al árabe. Me solté de la mano de Kyllian, no sin antes darle una última mirada, para acercarme a la caja y, sin pensarmelo mucho, tomar la primera esfera de cristal que estaba a mano. Le mostré a Sayid y ella reveló un "5".
No podía contra esa lógica. Había dicho eso en el barco porque no me había gustado cómo sonaba Lila Alabi. Si la niña buscaba un ejemplo a seguir, yo preferiría mil veces que lo siga a él. Puse los brazos en jarra escuchando sus condiciones divertida, pero volvió a tomarme por sorpresa cuando me pegó a él, tan cerca de él no sabía dónde poner las manos, así que en un principio las puse en los brazos que me apresaban para luego subirlas a los hombros en una suave caricia, pasando por su cuello para terminar en su cabellera mientras hebras de pelo negro se filtraban entre mis dedos. El comentario, mi posible respuesta con doble sentido y su voz ronca me estaban empezando a hacer vibrar con anticipación.
-Tsk! Pero si la voz te quedó tan sexi!¿Estas seguro que no quieres una rajadita más?- Le dije bromeando.
-Yo también tengo condiciones.- Le dije mirándolo a los ojos un poco más seria pero no por ello menos sonriente.
-Cuarto, Lila se queda aquí, contigo. Espero que no te importe pasarme a buscar y traerme aquí cada tanto. Quinto, quiero que conozcas a todos los miembros de la brigada, ellos son mi familia prácticamente, lo que me recuerda, tienes una charla pendiente con Lykaios que es el padrino de la niña y sexto...- Rosé mi nariz con la suya un par de veces para acercar mi boca a la de él de forma sugestiva para, finalmente, susurrarle al oído.
-Nunca dejes de abrazarme así.- Sus manos acariciaban mi espalda descubierta y mi cintura de tal forma que hacían que los cosquilleos que empezaron en el bajo vientre se esparzan hacia todo mi cuerpo, lo cual me hacía removerme de ansias, haciendo rozar ligeramente nuestros cuerpos. No sabía si podía sentir mis pezones erectos, pero mi olor de excitación, sin duda podían olerlo todos los presentes.
-Me encanta estar entre tus brazos.- Le dije en otro susurro casi gemido. Había olvidado un poco del mundo a nuestro alrededor, pero las palabras de Sayid hacia los invitados me espabilaron. Le di un dulce beso en la mejilla a Kyllian cuando el miembro del consejo terminó de decir la nueva consigna.
-Para la buena fortuna.- Le dije con una sonrisa pícara y tomé su mano para acercarnos a la caja con las gemas mágicas mientras el descendiente mencionaba nombres y nosotros sorteando a las personas que se interponian en nuestro camino y que aplaudían. Ares estaba tomando la suya cuando llegamos a un lugar en el que teníamos a la vista al árabe. Me solté de la mano de Kyllian, no sin antes darle una última mirada, para acercarme a la caja y, sin pensarmelo mucho, tomar la primera esfera de cristal que estaba a mano. Le mostré a Sayid y ella reveló un "5".
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Kyllian
Ares
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El miembro 'Leila Alabi' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Kyllian Evans
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Al final todo parecía estarse aclarando entre los dos, tanto que nos íbamos acercando cada vez más el uno al otro con las pertinentes consecuencias. Su risa escandalosa hizo que yo mismo me echara a reír con lo de los tíos de la niña y después de eso mis condiciones parecían ir por el buen camino -Segura que no eres otro tipo de feral? porque estás como una cabra- Dije a su comentario sobre mi voz mientras seguía con ella entre mis brazos, su mirada se puso un poco más seria cuando decidió poner condiciones al igual que yo así que escuché atentamente.
La primera me hizo sorprenderme -Entonces tanto lío para que al final la dejes aquí? no hay quién te entienda- suspiré resignado por eso para después aceptar -Está bien, Lila se queda, además hay más niños en la guardería y por el momento la isla es más segura que allí abajo, iré a buscarte cada vez que pueda pero para eso vamos necesitar mantener el contacto- la siguiente condición no era difícil así que esa aceptada sin rechistar -Llevaré un barril entero de cerveza para el aperitivo, seguro que no tenéis ni para empezar con eso- la charla con Lykaios no me sonaba de nada... es más.... ¿alguna vez nos habíamos visto? no lo recordaba pero me encogí de hombros para aceptar.
Estábamos ahí creando tensión y como no parara ahí la cosa pronto habría una en mis pantalones, el acercamiento de la feral hizo que mi mano se deslizara suavemente por su cadera hasta acariciar su trasero para finalmente susurrarme al oído. En aquella posición pude ver el hombro que había quedado marcado con mis colmillos y deslicé mis labios hasta esas marcar dejando un delicado beso -Acepto las condiciones- susurré mientras dejaba otro beso en la misma zona mientras ella se estremecía entre mis brazos embotando mis sentidos con aquel delicioso aroma que estaba poniendo a prueba la resistencia de mi pantalón.
Metidos en nuestra pequeña burbuja no nos dimos cuenta en qué momento saladino pasó al frente para anunciar la prueba del torneo, solté a Leila para que prestara atención mientras la abrazaba por la espalda y rodeándola con mis brazos -¿Y si aprovechamos que Lila está en la guardería y te abrazo toda la noche? - no hicieron falta palabras pues supuse que con ese beso en la mejilla me había contestado. Nos acercamos juntos hasta la urna del descendiente para sacar la dichosa bolita de cristal, muchos ya habían sacado las rojas así que los aparté para acabar eso rápido y poder seguir la fiesta en otro lugar -A llorar a la iglesia, fuera que tengo prisa- Leila fue la primera en meter la mano y sacar su número, seguidamente lo hice yo y para mi sorpresa también saqué una cifra -El tres- le dije al de bollywood enseñándole la bolita para después tomar a Leila y bajar del escenario tan rápido como habíamos subido.
La chica tenía cosas que hacer así que la esperé mientras iba con el elfo y se despedía de sus amigos, cuando volvió olía a drogas verdes e iba sin zapatos -¿has empeñado los zapatos para comprar eso?- dije a modo de broma para después cargarla modo princesa y salir de aquel lugar desapareciendonos hasta la zona de habitaciones.
La primera me hizo sorprenderme -Entonces tanto lío para que al final la dejes aquí? no hay quién te entienda- suspiré resignado por eso para después aceptar -Está bien, Lila se queda, además hay más niños en la guardería y por el momento la isla es más segura que allí abajo, iré a buscarte cada vez que pueda pero para eso vamos necesitar mantener el contacto- la siguiente condición no era difícil así que esa aceptada sin rechistar -Llevaré un barril entero de cerveza para el aperitivo, seguro que no tenéis ni para empezar con eso- la charla con Lykaios no me sonaba de nada... es más.... ¿alguna vez nos habíamos visto? no lo recordaba pero me encogí de hombros para aceptar.
Estábamos ahí creando tensión y como no parara ahí la cosa pronto habría una en mis pantalones, el acercamiento de la feral hizo que mi mano se deslizara suavemente por su cadera hasta acariciar su trasero para finalmente susurrarme al oído. En aquella posición pude ver el hombro que había quedado marcado con mis colmillos y deslicé mis labios hasta esas marcar dejando un delicado beso -Acepto las condiciones- susurré mientras dejaba otro beso en la misma zona mientras ella se estremecía entre mis brazos embotando mis sentidos con aquel delicioso aroma que estaba poniendo a prueba la resistencia de mi pantalón.
Metidos en nuestra pequeña burbuja no nos dimos cuenta en qué momento saladino pasó al frente para anunciar la prueba del torneo, solté a Leila para que prestara atención mientras la abrazaba por la espalda y rodeándola con mis brazos -¿Y si aprovechamos que Lila está en la guardería y te abrazo toda la noche? - no hicieron falta palabras pues supuse que con ese beso en la mejilla me había contestado. Nos acercamos juntos hasta la urna del descendiente para sacar la dichosa bolita de cristal, muchos ya habían sacado las rojas así que los aparté para acabar eso rápido y poder seguir la fiesta en otro lugar -A llorar a la iglesia, fuera que tengo prisa- Leila fue la primera en meter la mano y sacar su número, seguidamente lo hice yo y para mi sorpresa también saqué una cifra -El tres- le dije al de bollywood enseñándole la bolita para después tomar a Leila y bajar del escenario tan rápido como habíamos subido.
La chica tenía cosas que hacer así que la esperé mientras iba con el elfo y se despedía de sus amigos, cuando volvió olía a drogas verdes e iba sin zapatos -¿has empeñado los zapatos para comprar eso?- dije a modo de broma para después cargarla modo princesa y salir de aquel lugar desapareciendonos hasta la zona de habitaciones.
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El miembro 'Kyllian Evans' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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La conversación entre Kyllian y Reiv fue en general divertida. El tipo de relación en la que reniegan de su amistad pero continúan ahí molestándose y cuidándose a la vez. Había crecido bastante más de lo que cualquiera pensaría, pero los dos eran niños grandes y quizás era eso lo que los hacía llevarse bien. El resultado de sus interacciones le parecía completamente contrario al tipo de relación que guardaba con Setelah, aunque pudo comprenderla un poco mejor cuando habló sobre sus intenciones al acercarse a Smaug, dejándola tranquila de que no compartiera su instinto asesino contra Reiv.
Después de la presentación de los participantes del torneo se despidieron de Kyllian y de Setelah. De cierto modo prefería mucho más el escucharles hablar con tanta soltura y camaradería que agregarse a la conversación, por lo que aceptó los buenos deseos de Setelah y permitió que se fuera tras darle las gracias. Seguro que él podría darles algún dato de Svart de cuando en cuando.
Lo que sí no pudo dejar pasar fue el silbido que Reiv le hizo a la rubia. Le dio de inmediato un trío de cachetadas en la mejilla, suaves pero fastidiosas, para que aprendiera a no piropear chicas frente a ella.- ¡Reiv! - Le reprendió en un susurro, tratando de ocultar su sonrisa cuando el par se alejó y el moreno aventó aquella frase. Ocultó la cara en su cuello por un instante mientras se quitaba la sonrisa boba por las emociones que le causaba el comentario de solo pensar que alguien pudo haber dicho algo parecido de ellos la noche del Moulin. Después de aquella vez no hubo gran cosa entre ellos en ese terreno con todo lo que se distanciaron después, pero entendía perfecto. Así, viendo el vestido de Leila, tenía que admitir que pensaba igual que Reiv.
Pasaron un poco del baile de los seleccionados al torneo. No quería volver a ser el centro de atención como cuando los reflectores estuvieron sobre ellos. La arena de batalla sería algo diferente, en ese lugar se sentía cómoda y en su ambiente. Decidieron ir tras Ellyos, que se encontraba un poco más alejado. Tomó la mano de Reiv y se acercaron al dragón. Solo le saludó con una suave sonrisa. Prometió comenzar a practicar en el espejo sus saludos, pues cada vez que tenía que comenzar a hablar terminaba por quedarse callada y tímida. No hubo ocasión de mucho más, pues al instante otro de los Descendientes del Consejo saltó al escenario. La pareja tenía hermosas galas por lo que le fue fácil mantener la atención en ellos. Pensó en lo mucho que se estaba perdiendo Aiden por no haber llegado a tiempo y quizás eso le daría una ventaja sobre él y algunos más que no se encontraban. Los nervios le estaban entrando por el estómago cuando escuchó lo de la primera prueba.
Al finalizar la explicación de la caja, una nueva pregunta se quedó en su cabeza. ¿Debía ir ella? ¿Debía esperar a que fuera su compañera o eso sería igual que esperar a que la última bola fuera la suya? No sabía muy bien quien era Kiana, no había alcanzado a verla cuando el reflector la iluminó, pero las personas que se acercaron claramente no eran ella. Conocía a quienes iban pasando: Ares, Leila, Kyllian... Allí ya iban tres parejas, sus posibilidades se reducían. Quedaban la pareja de Thoren, Setelah, Ellyos y algunas más que no recordaba. Tenía que ser en ese instante o nunca. Soltó la mano de Reiv no muy convencida, mirando alrededor por si alguna chica desconocida se acercaba a tomar la bola que correspondía a su equipo. Al ver que no ocurría, dio un paso nerviosa, girándose a ver a Reiv, casi como si estuviera buscando su aprobación para ir, aunque eran los nervios lo que la tenían así. Caminó dando la impresión de seguridad, manteniendo movimientos lentos y acómpasados con tal de no revelarle sus sentimientos a ninguno de sus contrincantes. Después de Leila y Kyllian, se acercó a tomar la bola de cristal de la caja. Salió el número uno y sus labios se curvaron en una sonrisa al pensar que aquello sería de buen augurio. Le mostró la esfera a Sayid y, contrario al resto, se alejó de nuevo hacia donde Reiv se encontraba, enseñándole también la esfera.- Mira, esto dice que voy a ganar porque soy la número 1.- Bromeó, soltando al instante una carcajada, viendo después la esfera con detenimiento por si había alguna especie de pista de lo que sería la primera prueba.
Después de la presentación de los participantes del torneo se despidieron de Kyllian y de Setelah. De cierto modo prefería mucho más el escucharles hablar con tanta soltura y camaradería que agregarse a la conversación, por lo que aceptó los buenos deseos de Setelah y permitió que se fuera tras darle las gracias. Seguro que él podría darles algún dato de Svart de cuando en cuando.
Lo que sí no pudo dejar pasar fue el silbido que Reiv le hizo a la rubia. Le dio de inmediato un trío de cachetadas en la mejilla, suaves pero fastidiosas, para que aprendiera a no piropear chicas frente a ella.- ¡Reiv! - Le reprendió en un susurro, tratando de ocultar su sonrisa cuando el par se alejó y el moreno aventó aquella frase. Ocultó la cara en su cuello por un instante mientras se quitaba la sonrisa boba por las emociones que le causaba el comentario de solo pensar que alguien pudo haber dicho algo parecido de ellos la noche del Moulin. Después de aquella vez no hubo gran cosa entre ellos en ese terreno con todo lo que se distanciaron después, pero entendía perfecto. Así, viendo el vestido de Leila, tenía que admitir que pensaba igual que Reiv.
Pasaron un poco del baile de los seleccionados al torneo. No quería volver a ser el centro de atención como cuando los reflectores estuvieron sobre ellos. La arena de batalla sería algo diferente, en ese lugar se sentía cómoda y en su ambiente. Decidieron ir tras Ellyos, que se encontraba un poco más alejado. Tomó la mano de Reiv y se acercaron al dragón. Solo le saludó con una suave sonrisa. Prometió comenzar a practicar en el espejo sus saludos, pues cada vez que tenía que comenzar a hablar terminaba por quedarse callada y tímida. No hubo ocasión de mucho más, pues al instante otro de los Descendientes del Consejo saltó al escenario. La pareja tenía hermosas galas por lo que le fue fácil mantener la atención en ellos. Pensó en lo mucho que se estaba perdiendo Aiden por no haber llegado a tiempo y quizás eso le daría una ventaja sobre él y algunos más que no se encontraban. Los nervios le estaban entrando por el estómago cuando escuchó lo de la primera prueba.
Al finalizar la explicación de la caja, una nueva pregunta se quedó en su cabeza. ¿Debía ir ella? ¿Debía esperar a que fuera su compañera o eso sería igual que esperar a que la última bola fuera la suya? No sabía muy bien quien era Kiana, no había alcanzado a verla cuando el reflector la iluminó, pero las personas que se acercaron claramente no eran ella. Conocía a quienes iban pasando: Ares, Leila, Kyllian... Allí ya iban tres parejas, sus posibilidades se reducían. Quedaban la pareja de Thoren, Setelah, Ellyos y algunas más que no recordaba. Tenía que ser en ese instante o nunca. Soltó la mano de Reiv no muy convencida, mirando alrededor por si alguna chica desconocida se acercaba a tomar la bola que correspondía a su equipo. Al ver que no ocurría, dio un paso nerviosa, girándose a ver a Reiv, casi como si estuviera buscando su aprobación para ir, aunque eran los nervios lo que la tenían así. Caminó dando la impresión de seguridad, manteniendo movimientos lentos y acómpasados con tal de no revelarle sus sentimientos a ninguno de sus contrincantes. Después de Leila y Kyllian, se acercó a tomar la bola de cristal de la caja. Salió el número uno y sus labios se curvaron en una sonrisa al pensar que aquello sería de buen augurio. Le mostró la esfera a Sayid y, contrario al resto, se alejó de nuevo hacia donde Reiv se encontraba, enseñándole también la esfera.- Mira, esto dice que voy a ganar porque soy la número 1.- Bromeó, soltando al instante una carcajada, viendo después la esfera con detenimiento por si había alguna especie de pista de lo que sería la primera prueba.
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