Ellyos Kakumei
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Estuve tranquilamente comiendo y bebiendo un poco escaneando el terreno, Adael empezó a dar su discurso para acto seguido dar las combinaciones de parejas del torneo, iluminando a cada miembro de dichas parejas. Cuando me tocó mi turno la otra luz iluminaba un rincón vacío, mi pareja de torneo aún no había llegado así que me iba a tocar esperar, esperemos que aparezca a tiempo.
Comenzó el baile por parejas, un vals, pero yo ahora mismo estaba desparejado y no sabía a quien pedirle, además que creo que el baile no es mi fuerte. Me senté tranquilamente en un asiento mientras continuaba con mi ritual de comer y beber, tampoco iba a poder secuestrar un momento a Adael y pedirle perdón por haber vaciado tan drásticamente sus entrañas con mi pregunta y decirle que aceptaba lo del entrenamiento, se le veía ocupado.
Se me acercó Reiv con Juliet a saludar.
- Hola chicos, si por fiestero te refieres a pacífico y enrollado, sí lo soy, pero creo que es un buen momento para probar mis habilidades ya que me he planteado ayudar un poco más si es que tu hermano tiene a bien acogerme en vuestro grupo, hablando de lo que - señalé disimuladamente a Adael y le susurré al grupo para evitar cotillas - Básicamente me ha convencido de que es una buena oportunidad para demostrar habilidades y después de entrenar aún más para que Johan me eche un poco el ojo encima... así que, como no estoy seguro de si podré llevarme algún trofeo a casa viendo los participantes que hay, tu estás de testigo Reiv de que yo he estado aquí y no hice el ridículo y si lo hago, no lo he hecho.
Cuando anunciaron la primera prueba del torneo que era ver nuestra suerte en la siguiente prueba que nos iba a tocar, después de que pasaran unas personas fui yo como representante del grupo dado que mi compañero no estaba, la esfera que saqué mostró un 2.
Comenzó el baile por parejas, un vals, pero yo ahora mismo estaba desparejado y no sabía a quien pedirle, además que creo que el baile no es mi fuerte. Me senté tranquilamente en un asiento mientras continuaba con mi ritual de comer y beber, tampoco iba a poder secuestrar un momento a Adael y pedirle perdón por haber vaciado tan drásticamente sus entrañas con mi pregunta y decirle que aceptaba lo del entrenamiento, se le veía ocupado.
Se me acercó Reiv con Juliet a saludar.
- Hola chicos, si por fiestero te refieres a pacífico y enrollado, sí lo soy, pero creo que es un buen momento para probar mis habilidades ya que me he planteado ayudar un poco más si es que tu hermano tiene a bien acogerme en vuestro grupo, hablando de lo que - señalé disimuladamente a Adael y le susurré al grupo para evitar cotillas - Básicamente me ha convencido de que es una buena oportunidad para demostrar habilidades y después de entrenar aún más para que Johan me eche un poco el ojo encima... así que, como no estoy seguro de si podré llevarme algún trofeo a casa viendo los participantes que hay, tu estás de testigo Reiv de que yo he estado aquí y no hice el ridículo y si lo hago, no lo he hecho.
Cuando anunciaron la primera prueba del torneo que era ver nuestra suerte en la siguiente prueba que nos iba a tocar, después de que pasaran unas personas fui yo como representante del grupo dado que mi compañero no estaba, la esfera que saqué mostró un 2.
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-Bueno, físicamente no estoy escondido, solo mentalmente, y estoy observando a la gente de aquí, no sabía que había que venir vestido de forma rara, si es un torneo de lucha! -
Le miraba un poco desde arriba y acerqué mi cara lentamente hasta que nuestras frentes se tocaron y nuestras narices se rozaban, disfrutando momentáneamente de ese calor corporal que tanto había echado en falta y retirándome al segundo por si le hacía sentir incómodo. Me puse en pie en la mesa y baje de esta de un pequeño salto, estando ahora en pie frente a él.
-Qué ha sido de ti? No has pasado casi por la posada, yo he conseguido varios objetos mágicos, aunque ninguno como tu piedra, lo intenté con Smaug pero intentó matarme -
En ese momento empezaron a decir los nombres de las parejas me quedé perplejo al saber que íbamos juntos en el torneo, me giré hacia él y le abracé cuando los focos nos iluminaron.
-Esto va en serio? Los vamos a machacar! -
No me podía creer que iba a tener combates contra algo que no fuesen criaturas, y además con una persona especial para mí, en aquel momento decidí que tenía que ir a por todas. Estuvimos charlando y explicando nuestras habilidades y cómo combinarlas, fue una oportunidad única de saber más de Setelah e idear estrategias que jamás se me habrían ocurrido por mi cuenta, hasta que se nos explicó la primera prueba.
-Me gustaría ir a cogerlo a mí, si no te importa, suelo tener suerte con estas cosas -
me dirigí hacia donde estaba el descendiente y cogí una de las bolas. No era una de las rojas, estábamos en el torneo y nos había tocado la puerta 6. Volví con Setelah con la pelota en ambas manos
-Será que este número representa algún descendiente o crees que nos tocará contra otro equipo? Espero que no sea la vía libre, yo he venido aquí para pelear y mejorar en combate-
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No me entero de nada. La gente va para todos lados, algunos gritan muy fuerte otros se ríen mucho a lo que yo trato de hacer los mismos gestos que ellos por eso de sentirme integrado y tal. Puff esto es muy cansado. Cuando pueda volver a mi cuerpo de dragón me quedaré así para siempre. A ver si restauran ya la magia o algo.
Pasó otra bandeja flotante y arrugué la nariz.
"jolines que pesadas son"
Justo me dio una luz muy fuerte mientras me lanzaba un pescadito enano de esos. Tenía que comer muchos si quería igualarlo a un pescado grandote. Me quedé un rato mirando a todos lados mientras me enfocaba la luz y tiré disimuladamente el panecillo asqueroso. Había mas gente con luz. No entendía nada de nada. Saludé sonriendo extrañamente, así como muy tirante.
Tras un rato me enteré de lo que significaba la luz. Nos había tocado un premio. Lo dijo el señor del vozarrón. Subí a trompicones al escenario pero se me adelantaron varios. Saltaba impaciente, parecía que me estaba haciendo pis. Por cierto, ya hablaré más adelante de lo extraño que es hacer pis con este cuerpo. Todo son desventajas.
Cuando tocó mi turno saqué una bolita brillante como los demás. Dijeron algo de Sofía. Creo que esa es la señora del bosque y los lagos. La miré saludando alegremente con mi mano, o eso creo. Lo hice sonriendo y sacando el dedo como le había visto a Thalos muchas veces hacer. Aunque era una mala mascota si que era un buen maestro de ser humano.
Miré la bola, brillante. La puse a la altura de mis ojos y mis pupilas se dilataron a lo bestia.
"brillaaaante"
Tenía que ser comida. Los premios que me traía Thalos para que le quisiese un poco más siempre eran comida. ASí que pa dentro. Tosí un par de veces mientras pasaba agarrándole el brazo al señor del escenario. Dí un par de golpecitos en mi pecho para que acabase de pasar y sonreí al señor. No sabía ni mierda pero tenía que agradecer el premio.
Fui marcha atrás y me despedí alzando mis manos al señor ese majo sacando mis dos corazones sacudiéndolos aún con la sonrisa en la cara mientras abajaba del escenario y salía de la fiesta.
Interactúo con Sayid, Sofía
Pasó otra bandeja flotante y arrugué la nariz.
"jolines que pesadas son"
Justo me dio una luz muy fuerte mientras me lanzaba un pescadito enano de esos. Tenía que comer muchos si quería igualarlo a un pescado grandote. Me quedé un rato mirando a todos lados mientras me enfocaba la luz y tiré disimuladamente el panecillo asqueroso. Había mas gente con luz. No entendía nada de nada. Saludé sonriendo extrañamente, así como muy tirante.
Tras un rato me enteré de lo que significaba la luz. Nos había tocado un premio. Lo dijo el señor del vozarrón. Subí a trompicones al escenario pero se me adelantaron varios. Saltaba impaciente, parecía que me estaba haciendo pis. Por cierto, ya hablaré más adelante de lo extraño que es hacer pis con este cuerpo. Todo son desventajas.
Cuando tocó mi turno saqué una bolita brillante como los demás. Dijeron algo de Sofía. Creo que esa es la señora del bosque y los lagos. La miré saludando alegremente con mi mano, o eso creo. Lo hice sonriendo y sacando el dedo como le había visto a Thalos muchas veces hacer. Aunque era una mala mascota si que era un buen maestro de ser humano.
Miré la bola, brillante. La puse a la altura de mis ojos y mis pupilas se dilataron a lo bestia.
"brillaaaante"
Tenía que ser comida. Los premios que me traía Thalos para que le quisiese un poco más siempre eran comida. ASí que pa dentro. Tosí un par de veces mientras pasaba agarrándole el brazo al señor del escenario. Dí un par de golpecitos en mi pecho para que acabase de pasar y sonreí al señor. No sabía ni mierda pero tenía que agradecer el premio.
Fui marcha atrás y me despedí alzando mis manos al señor ese majo sacando mis dos corazones sacudiéndolos aún con la sonrisa en la cara mientras abajaba del escenario y salía de la fiesta.
Interactúo con Sayid, Sofía
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Éstos momentos eran los que el miembro del Consejo descendiente de Moisés más disfrutaba, estaba en su ambiente, en su hábitat natural (?. Estaba acostumbrado a estar rodeado de personas por la cantidad de parientes que vivían en la isla. Ésta situación, para Adael, era como una reunión familiar más, solo que con colegas, amigos, estudiantes y un par de personas más que conocía de vista. Además las fiestas era lo que más le gustaba.
Pudo identificar a Azahar de entre la multitud por su cabello azul. Se acercó a ella con el único pensamiento de bailar, pero se dió cuenta tarde de que estaba interrumpiendo una conversación gracias a Catherine exigiendo un saludo en condiciones. Cuando Adael cayó en la cuenta rodeó a su amiga entre sus brazos y se elevó con ella y todo un par de metros en el aire mientras giraban gracias a su poder sobre el aire. Luego la devolvió al lugar en el que estaba sana y salva. Estaba con Ian, Cath, Zaphira, Desmond y sus padres, Anteia y Lyran. La proposición pareció generar sorpresa, no sabía muy bien por qué.
-No te preocupes, tengo la piel de los pies más dura que una roca porque la mayoría del tiempo ando descalzo, para oír mejor por la sordera parcial.- El comentario hizo reír a Adael.
-Es un vestido increíble, señora.- Dijo inclinando la cabeza a modo de saludo para la pareja Knox. El hermano de Catherine le propuso lo mismo a la miembro del Consejo, aliviando un poco el incómodo momento de sorpresa. Al final Azahar aceptó bailar una pieza con Adael momento en el que se separaron del grupo con una inclinación de cabeza a modo de saludo general. Éste sonrió cuando ella le preguntó si podía hacerle preguntas.
-Me encanta enseñar, pero si esperas que te pase las respuestas del torneo, ya te voy diciendo que no lo haré.- Le dijo con una sonrisa mientras comenzaban a dar los primeros pasos. A medida que fueron avanzando las notas musicales, fueron complejizando los pasos porque la muchacha seguía bien el ritmo. Entre vueltas y elegantes movimientos, terminaron la pieza con Adael sosteniendo a Azahar en una posición diagonal con respecto al piso y con la cabeza de la mujer cerca del suelo, en una pose final digna de bailarines profesionales. El joven maestro ayudó a la hechicera a recobrar una postura vertical entre risas. Sabía que la peliazul podría hacerlo, los movimientos de la magia elementarista del agua son fluidos y elegantes, estaba en ella. A eso le siguió una amena charla sobre las clases ya que a ella la había visto alguna vez, pero siempre se esforzaba en no resaltar, de todos modos el descendiente se ofreció a enseñarle con mucho gusto. Luego vimos el bello baile de Sofía y Sayid, que Adael aplaudió encantado.
En cierto punto de la noche la hermana le llamó la atención para indicarle que una de las responsables de la seguridad de la isla estaba bailando con el mismísimo artífice del ataque al cual la misma Zaphira había invitado, el joven se encogió de hombros sin saber qué hacer con ese dato, gesto que enervó a su hermana y exigió que retiren al Soul Reaper de la isla, pero Adael no respondió a sus exigencias aunque sí pensaba que la dragona estaba llegando al límite de lo irónico y que estaba metiendo el dedo en la llaga de todos los habitantes de la isla. No le sorprendieron las miradas de los invitados y los de la Guardia de Merlín hacia la pareja. Quizás era lo que la mujer buscaba, quizás era lo que la pareja buscaba, pero Adael enseguida volvió a su amena charla con Darwin sobre el kneazle cachorro, restándole importancia al asunto.
Luego siguió el discurso del árabe, Adael aplaudió a sus colegas seleccionados y sonrió agradecido con los aplausos y silbidos dirigidos a él. La conversación con la hechicera del agua siguió fluyendo hasta decantar en que ambos decidieron que ya era hora de retirarse de la fiesta. Luego de los saludos pertinentes, se dirigieron juntos hacia la zona residencial mientras charlaban de las diferentes aplicaciones del agua y se despidieron con cortesía cuando fue el momento de separarse.
Interacciónes con todo el mundo xD
Pudo identificar a Azahar de entre la multitud por su cabello azul. Se acercó a ella con el único pensamiento de bailar, pero se dió cuenta tarde de que estaba interrumpiendo una conversación gracias a Catherine exigiendo un saludo en condiciones. Cuando Adael cayó en la cuenta rodeó a su amiga entre sus brazos y se elevó con ella y todo un par de metros en el aire mientras giraban gracias a su poder sobre el aire. Luego la devolvió al lugar en el que estaba sana y salva. Estaba con Ian, Cath, Zaphira, Desmond y sus padres, Anteia y Lyran. La proposición pareció generar sorpresa, no sabía muy bien por qué.
-No te preocupes, tengo la piel de los pies más dura que una roca porque la mayoría del tiempo ando descalzo, para oír mejor por la sordera parcial.- El comentario hizo reír a Adael.
-Es un vestido increíble, señora.- Dijo inclinando la cabeza a modo de saludo para la pareja Knox. El hermano de Catherine le propuso lo mismo a la miembro del Consejo, aliviando un poco el incómodo momento de sorpresa. Al final Azahar aceptó bailar una pieza con Adael momento en el que se separaron del grupo con una inclinación de cabeza a modo de saludo general. Éste sonrió cuando ella le preguntó si podía hacerle preguntas.
-Me encanta enseñar, pero si esperas que te pase las respuestas del torneo, ya te voy diciendo que no lo haré.- Le dijo con una sonrisa mientras comenzaban a dar los primeros pasos. A medida que fueron avanzando las notas musicales, fueron complejizando los pasos porque la muchacha seguía bien el ritmo. Entre vueltas y elegantes movimientos, terminaron la pieza con Adael sosteniendo a Azahar en una posición diagonal con respecto al piso y con la cabeza de la mujer cerca del suelo, en una pose final digna de bailarines profesionales. El joven maestro ayudó a la hechicera a recobrar una postura vertical entre risas. Sabía que la peliazul podría hacerlo, los movimientos de la magia elementarista del agua son fluidos y elegantes, estaba en ella. A eso le siguió una amena charla sobre las clases ya que a ella la había visto alguna vez, pero siempre se esforzaba en no resaltar, de todos modos el descendiente se ofreció a enseñarle con mucho gusto. Luego vimos el bello baile de Sofía y Sayid, que Adael aplaudió encantado.
En cierto punto de la noche la hermana le llamó la atención para indicarle que una de las responsables de la seguridad de la isla estaba bailando con el mismísimo artífice del ataque al cual la misma Zaphira había invitado, el joven se encogió de hombros sin saber qué hacer con ese dato, gesto que enervó a su hermana y exigió que retiren al Soul Reaper de la isla, pero Adael no respondió a sus exigencias aunque sí pensaba que la dragona estaba llegando al límite de lo irónico y que estaba metiendo el dedo en la llaga de todos los habitantes de la isla. No le sorprendieron las miradas de los invitados y los de la Guardia de Merlín hacia la pareja. Quizás era lo que la mujer buscaba, quizás era lo que la pareja buscaba, pero Adael enseguida volvió a su amena charla con Darwin sobre el kneazle cachorro, restándole importancia al asunto.
Luego siguió el discurso del árabe, Adael aplaudió a sus colegas seleccionados y sonrió agradecido con los aplausos y silbidos dirigidos a él. La conversación con la hechicera del agua siguió fluyendo hasta decantar en que ambos decidieron que ya era hora de retirarse de la fiesta. Luego de los saludos pertinentes, se dirigieron juntos hacia la zona residencial mientras charlaban de las diferentes aplicaciones del agua y se despidieron con cortesía cuando fue el momento de separarse.
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Arturo Lizarraga
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Como ya mencione, Zaphira me dio un breve tour mientras me llevaba a la zona de habitaciones. Antes de despedirme le pedí que cuidara de mis armas y ella deja un guardia cerca de mi cuarto avisándole solo lo necesario, como que estaba bajo libertad vigilada y que todavía no están seguros si soy o no peligroso para la isla. Pero le informa de tal manera que no escandaliza al guardia, pero si le pone en alerta sobre mi persona. Yo solo respondo con desgana a la situación de momento, estoy más ocupado con querer dormir luego de haber comido algo.
—¡¡Charlotte!!—despierto con algo de sudor. Otra vez ese sueño, cada vez que lo tengo, considero usar el neurolizador. Volviendo a algo más alegre, en las afueras se escucha la gente particularmente activa y el guardia que se encarga de mí, recibe mi salida del cuarto con un formato—buenas, la señora Zaphira ha pedido que firmes este documento, que indica tu cooperación para con las directivas de la Isla Ouroboros contra la Alianza Humana a cambio de alojamiento. Cualquier otro tema tendrás que hablarlo con ella o solicitar adecuadamente audiencia con el Consejo de los 20—me rasco la barbilla pensativo—vale, ¿Por qué no?, pero no tengo pluma—el guardia con señas explica—con un poco de sangre, es parte del protocolo—esto me está dando mala espina—espera, aquí hay trampa, ¿no?, ¿Dónde están las letras pequeñas?—el guardia empieza a ponerse nervioso y solo cae en decir mientras me entrega una carta—por cierto, estamos de fiesta y todos están invitados—empiezo a ojear el contenido de la carta, que me revela un par de datos curiosos, como la fecha por ejemplo, no solo he viajado a otro universo, también lo he hecho temporalmente y al futuro para variar, otra cosa rara para la lista de locuras. Parece que he llegado para presenciar un torneo nuevo en la isla y que festeja la alianza de varios bandos y parece que de alguna forma aquí la magia desapareció, espero que las Abejas estén bien cuando recorran ese extracto del tiempo. Hoy se celebrara una fiesta a modo de prologo para el torneo que comenzara mañana. Me vendrá bien ver desde las gradas como es la magia en este lugar y la forma de combate, así al menos tendré una referencia de cómo son las reglas mágicas, que espero sean similares en su mayoría—pero en serio, debe firmar el documento para que su estancia sea de acuerdo al protocolo para los extranjeros—insiste el guardia mientras me entrega un cuchillo pequeño. Con cierto recelo cedo a la petición y pongo mi nombre con la sangre de mi dedo índice. Supongo que tarde o temprano tendría que firmar algo por el estilo y no hay forma de falsificar esto sin saber de magia y no hay tiempo para tal artimaña.
El resto del día el guardia hace de guía general por la isla como el hospital mágico, la zona residencial, los jardines y áreas verdes, así como la academia de la isla…los calabozos no porque ya los conozco, pero que como ya mencione, hoy las personas están algo entusiasmadas, haciendo preparativos para el torneo que es el tema principal en la mayoría de las conversaciones en la población.
El sol cae en su descanso diario y la noche hace su aparición. Los ánimos solo siguieron aumentando y la gente se dirigía a un gran salón. El guardia que se tomó la “molestia” de vigilarme, me llevo al salón. Se me dijo que sería un evento de gala, por lo que una vestimenta adecuada debería llevarse. Estuve revisando mi conducto de Agartha por la ropa que suelo llevar. La gran mayoría son para pasar desapercibido en mis misiones en áreas tradicionales con mundanos y otras para combate. Solo encontré 2 conjuntos que podrían valer, pero uno lo descarto para que no haya malentendidos. Por descarte el conjunto sobrante es el elegido y me lo pongo, exceptuando la gorra que trae, me parece que traerá demasiado formalismo si lo uso.
Llego a salón con una camisa verde con distintivas cuerdas doradas que anteceden los botones para ajustar la prenda. Del mismo tono, están en el cuello unos detalles cuadriculados. Encima del mismo tengo un saco de rayas grisáceo con ligeros tonos verdes con botones en medio, dos aperturas arriba y debajo de los botones. El primero tiene un bordado rojo y en la parte del cuello otro distintivo dorado hace presencia, también en la parte final del hombro se encuentra otro detalle dorado. En la parte izquierda del pecho, está un peculiar símbolo una especie de cráneo el cual al principio nadie puede reconocer. Es el símbolo de la facción El Dragón. Debajo hay una apertura para un bolsillo en rojo, al lado derecho también hay otro bolsillo. Las mangas están enmarcadas de rojo con unos botones dorados para amoldar la prenda con la muñeca de la mano. El pantalón es verde similar a la camiseta, con rayas que parecen pretender ser escamas con terminaciones en botones dorados, mientras que dentro de la pierna tiene un estilo diferente en gris con rayas en horizontal.
Por el momento, debido a mi condición de extranjero con libertad vigilada, solo seguía la corriente y analizaba el salón, la gente y las curiosidades mágicas en el lugar mientras degustaba la comida y bebida en el mismo. Como no conocía a nadie, no tuve con quien platicar salvo el vigilante, el cual respondía a mis dudas de menor importancia en diversos temas sobre la isla.
Pasando un buen rato, en una zona bastante alejada hace acto de presencia a uno de los pocos conocidos, Adael, un descendiente de Moisés según afirma. Da un discurso inaugural que parece conmover a la gente. Comenta un par de detalles sobre el origen del torneo y anuncia a los participantes en parejas mientras son alumbrados por reflectores. La gente aplaudía a cada pareja que era anunciada. Reconozco algunos participantes, Zaphira es una de ellas, mientras que Adramelech lo hago por su apariencia más que por su nombre, que apenas recién conozco. El dragón del día anterior también participa y su pareja no lo conozco de vista, pero su presencia me parece familiar. De repente una luz me ciega y escucho mi nombre—¿? Espera, ¿qué mier—digo para mí mismo mientras intento comprender que estaba sucediendo y disimulo mi sorpresa mientras respondo con un saludo normal a los aplausos de la gente.
Adael prosigue con su discurso y empiezo a darme una idea. ¡El maldito documento!, no puede ser de otra manera—de alguna manera me vengare—digo sabiendo que nadie me escucha, y menos con el discurso que todavía no termina. Sorpresa resulta la declaración de unas preliminatorias en plena fiesta, mediante un baile. La gente empieza a buscar pareja o inician de plano al ya tenerla. Empiezan a llegar figuras que llaman la atención, como una despampanante mujer acompañada de dos hombres, siendo el señor Newton uno de ellos. El viejo sí que tiene buen ojo. Otra entrada que roba miradas es la de una morena con ropajes de pieles muy a la antigua.
Hay más barullo de lo que esperaba pero me dispongo a buscar a Zaphira y pedir una explicación. Si un fénix de fuego no fuera suficiente, ahora aparece una especie de caja flotante en mitad de la fastuosa sala, de la cual hay unas esferas que formaran parte de la primera prueba oficial después de la preliminatoria. Dejo de lado la reciente distracción y me concentro en buscar a la dragona para inquirir de mi actual situación.
(…………………………….)
—¡¡Charlotte!!—despierto con algo de sudor. Otra vez ese sueño, cada vez que lo tengo, considero usar el neurolizador. Volviendo a algo más alegre, en las afueras se escucha la gente particularmente activa y el guardia que se encarga de mí, recibe mi salida del cuarto con un formato—buenas, la señora Zaphira ha pedido que firmes este documento, que indica tu cooperación para con las directivas de la Isla Ouroboros contra la Alianza Humana a cambio de alojamiento. Cualquier otro tema tendrás que hablarlo con ella o solicitar adecuadamente audiencia con el Consejo de los 20—me rasco la barbilla pensativo—vale, ¿Por qué no?, pero no tengo pluma—el guardia con señas explica—con un poco de sangre, es parte del protocolo—esto me está dando mala espina—espera, aquí hay trampa, ¿no?, ¿Dónde están las letras pequeñas?—el guardia empieza a ponerse nervioso y solo cae en decir mientras me entrega una carta—por cierto, estamos de fiesta y todos están invitados—empiezo a ojear el contenido de la carta, que me revela un par de datos curiosos, como la fecha por ejemplo, no solo he viajado a otro universo, también lo he hecho temporalmente y al futuro para variar, otra cosa rara para la lista de locuras. Parece que he llegado para presenciar un torneo nuevo en la isla y que festeja la alianza de varios bandos y parece que de alguna forma aquí la magia desapareció, espero que las Abejas estén bien cuando recorran ese extracto del tiempo. Hoy se celebrara una fiesta a modo de prologo para el torneo que comenzara mañana. Me vendrá bien ver desde las gradas como es la magia en este lugar y la forma de combate, así al menos tendré una referencia de cómo son las reglas mágicas, que espero sean similares en su mayoría—pero en serio, debe firmar el documento para que su estancia sea de acuerdo al protocolo para los extranjeros—insiste el guardia mientras me entrega un cuchillo pequeño. Con cierto recelo cedo a la petición y pongo mi nombre con la sangre de mi dedo índice. Supongo que tarde o temprano tendría que firmar algo por el estilo y no hay forma de falsificar esto sin saber de magia y no hay tiempo para tal artimaña.
El resto del día el guardia hace de guía general por la isla como el hospital mágico, la zona residencial, los jardines y áreas verdes, así como la academia de la isla…los calabozos no porque ya los conozco, pero que como ya mencione, hoy las personas están algo entusiasmadas, haciendo preparativos para el torneo que es el tema principal en la mayoría de las conversaciones en la población.
(…………)
El sol cae en su descanso diario y la noche hace su aparición. Los ánimos solo siguieron aumentando y la gente se dirigía a un gran salón. El guardia que se tomó la “molestia” de vigilarme, me llevo al salón. Se me dijo que sería un evento de gala, por lo que una vestimenta adecuada debería llevarse. Estuve revisando mi conducto de Agartha por la ropa que suelo llevar. La gran mayoría son para pasar desapercibido en mis misiones en áreas tradicionales con mundanos y otras para combate. Solo encontré 2 conjuntos que podrían valer, pero uno lo descarto para que no haya malentendidos. Por descarte el conjunto sobrante es el elegido y me lo pongo, exceptuando la gorra que trae, me parece que traerá demasiado formalismo si lo uso.
Llego a salón con una camisa verde con distintivas cuerdas doradas que anteceden los botones para ajustar la prenda. Del mismo tono, están en el cuello unos detalles cuadriculados. Encima del mismo tengo un saco de rayas grisáceo con ligeros tonos verdes con botones en medio, dos aperturas arriba y debajo de los botones. El primero tiene un bordado rojo y en la parte del cuello otro distintivo dorado hace presencia, también en la parte final del hombro se encuentra otro detalle dorado. En la parte izquierda del pecho, está un peculiar símbolo una especie de cráneo el cual al principio nadie puede reconocer. Es el símbolo de la facción El Dragón. Debajo hay una apertura para un bolsillo en rojo, al lado derecho también hay otro bolsillo. Las mangas están enmarcadas de rojo con unos botones dorados para amoldar la prenda con la muñeca de la mano. El pantalón es verde similar a la camiseta, con rayas que parecen pretender ser escamas con terminaciones en botones dorados, mientras que dentro de la pierna tiene un estilo diferente en gris con rayas en horizontal.
- Uniforme de Arturo y unos extras:
El que Artie usa es el de mero izquierda, pero sin el gorro. Pensaba cortar la imagen para solo mostrar el uniforme del pj, pero me pareció mejor dejar la imagen completa para que puedan apreciar la versión femenina y el resto de facciones.
Por el momento, debido a mi condición de extranjero con libertad vigilada, solo seguía la corriente y analizaba el salón, la gente y las curiosidades mágicas en el lugar mientras degustaba la comida y bebida en el mismo. Como no conocía a nadie, no tuve con quien platicar salvo el vigilante, el cual respondía a mis dudas de menor importancia en diversos temas sobre la isla.
Pasando un buen rato, en una zona bastante alejada hace acto de presencia a uno de los pocos conocidos, Adael, un descendiente de Moisés según afirma. Da un discurso inaugural que parece conmover a la gente. Comenta un par de detalles sobre el origen del torneo y anuncia a los participantes en parejas mientras son alumbrados por reflectores. La gente aplaudía a cada pareja que era anunciada. Reconozco algunos participantes, Zaphira es una de ellas, mientras que Adramelech lo hago por su apariencia más que por su nombre, que apenas recién conozco. El dragón del día anterior también participa y su pareja no lo conozco de vista, pero su presencia me parece familiar. De repente una luz me ciega y escucho mi nombre—¿? Espera, ¿qué mier—digo para mí mismo mientras intento comprender que estaba sucediendo y disimulo mi sorpresa mientras respondo con un saludo normal a los aplausos de la gente.
Adael prosigue con su discurso y empiezo a darme una idea. ¡El maldito documento!, no puede ser de otra manera—de alguna manera me vengare—digo sabiendo que nadie me escucha, y menos con el discurso que todavía no termina. Sorpresa resulta la declaración de unas preliminatorias en plena fiesta, mediante un baile. La gente empieza a buscar pareja o inician de plano al ya tenerla. Empiezan a llegar figuras que llaman la atención, como una despampanante mujer acompañada de dos hombres, siendo el señor Newton uno de ellos. El viejo sí que tiene buen ojo. Otra entrada que roba miradas es la de una morena con ropajes de pieles muy a la antigua.
Hay más barullo de lo que esperaba pero me dispongo a buscar a Zaphira y pedir una explicación. Si un fénix de fuego no fuera suficiente, ahora aparece una especie de caja flotante en mitad de la fastuosa sala, de la cual hay unas esferas que formaran parte de la primera prueba oficial después de la preliminatoria. Dejo de lado la reciente distracción y me concentro en buscar a la dragona para inquirir de mi actual situación.
Altair Kirgyakos
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A penas me sorprendió el recibimiento por parte del Clan de la Luna Roja, desde que era niño ya hacían esos recibimientos para mi padre y ahora me tocaba a mí. Ofrecí a Kiana la oportunidad de participar en el Torneo Fénix con la finalidad de dar a conocer más su clan en la comunidad mágica, en tiempos difíciles necesitábamos esa unidad en nuestra raza y qué mejor representante que la Alfa de uno de los clanes más importantes en UK.
-Están impresionante a la vez que tradicional, Kinana, nada que que ver con mi haragán atuendo -
Este constaba de una camisa, corbata negra, un parche negro y unos pantalones de vestir. Ofrecí mi brazo para irnos y aparecimos ya en la fiesta. Fui saludando cordialmente a la gente que conocía pero sin pararme a hablar con nadie, hasta que me dediqué a bailar con Kiana para ponernos al día sobre medidas políticas licanas sin llegar a ningún acuerdo, como de costumbre.
-Efectivamente, Ian es uno de los participantes y, por tanto, tu contrincante ¿Ves a alguien por aquí que te preocupe como competencia?-
No me hacía falta fijarme en los alrededores para saber que habían vampiros en aquel lugar, ya desde el primer paso su olor se pegó a mi nariz, impidiendo que oliese otra cosa, pero ya casi no me era casi molestia.
-Ahora algunos vampiros se pueden comportar de manera civilizada, ni te imaginas lo útiles que pueden llegar a ser. Además estoy harto de cazarlos, ya es hora de establecer un control para ellos, y qué mejor que aquí para hacerlo -
Aproveché el momento de emparejamientos y selección de pruebas para comer algo y fumar un poco, seis cigarritos, menos mal que habían ceniceros encantados, de los que recogen la ceniza sin importar dónde la tires. Cuando volvió Kiana la pista estaba llena de borrachos, por lo que le ofrecí llevarle de vuelta para recogerla al día siguiente.
-Están impresionante a la vez que tradicional, Kinana, nada que que ver con mi haragán atuendo -
Este constaba de una camisa, corbata negra, un parche negro y unos pantalones de vestir. Ofrecí mi brazo para irnos y aparecimos ya en la fiesta. Fui saludando cordialmente a la gente que conocía pero sin pararme a hablar con nadie, hasta que me dediqué a bailar con Kiana para ponernos al día sobre medidas políticas licanas sin llegar a ningún acuerdo, como de costumbre.
-Efectivamente, Ian es uno de los participantes y, por tanto, tu contrincante ¿Ves a alguien por aquí que te preocupe como competencia?-
No me hacía falta fijarme en los alrededores para saber que habían vampiros en aquel lugar, ya desde el primer paso su olor se pegó a mi nariz, impidiendo que oliese otra cosa, pero ya casi no me era casi molestia.
-Ahora algunos vampiros se pueden comportar de manera civilizada, ni te imaginas lo útiles que pueden llegar a ser. Además estoy harto de cazarlos, ya es hora de establecer un control para ellos, y qué mejor que aquí para hacerlo -
Aproveché el momento de emparejamientos y selección de pruebas para comer algo y fumar un poco, seis cigarritos, menos mal que habían ceniceros encantados, de los que recogen la ceniza sin importar dónde la tires. Cuando volvió Kiana la pista estaba llena de borrachos, por lo que le ofrecí llevarle de vuelta para recogerla al día siguiente.
- Entonces, el resto de gente me está viendo hablarle al aire? Oh, quizá a ADSL. Ves, las mascotas son buena excusa para todo... - ADSL me repitió modo cansino. - Tu camiseta me parece mas apropiada que muchos trajes que por aqui veo.
Sonreí de lado por lo cercano que se mostraba el vampiro conmigo, sin perderlo de vista cuando se separó tambien y bajó al suelo de un agil salto.
- He estado viajando. - eso era cierto. - Afianzando algunas alianzas, creo.- y haciendo nuevos descubrimientos. - Por todo aquel asunto de la desaparición de la magia. Escuché que los vampiros habian comenzando a perder el control sobre si mismos.... - apostillé, mirandolo con mi cabeza levemente inclinada. - Pero tu claramente te has repuesto. Mejorando tus habilidades como mercenario, por lo que veo. Y Smaug....lo siento pero ese no es un hito facil de conquistar.
Lo cierto es que me pareció absolutamente curioso que él fuese mi pareja en el combate, sobre todo porque podriamos combatir codo con codo, y eso iba a ser muy interesante. Pasamos un rato compartiendo ideas, planes y estrategias, hasta que a él le tocó ir a seleccionar aquello. Yo esperé, pensativo, observando al vampiro cuando volvio a acercarse.
- No lo sé. Quizá determine contra quien nos vamos a enfrentar o el tipo de prueba que tendremos, como tu has dicho. Otra cosa...no tendria sentido. - volví a mirar alrededor, analizando los contendientes. - Realmente quiero ganar esto. - ambicioso por naturaleza, ver la posibilidad de mejorar y crecer....me llamaba igual que a Corvo. - Tenemos que hablar en privado. Tengo...algo que ofrecerte. - dije acercándome a él, mirando a su pecho y subiendo mis ojos lentamente hacia los suyos mientras terminaba esa frase. Maldito y estúpido vampiro, era magnético. - Podemos ir a la posada a terminar de ultimar todo lo referente a la estrategia.
Ambos estuvimos de acuerdo. Yo arramplé un par de bandejas de cucuruchos rellenos de no se qué para llevarmelos, porque habia estado hablando tanto que no habia comido nada y tenia hambruzo. Además, igual a Corvo tambien le entraba hambre.... el caso es que salimos de alli las bandejas, el loro, el vampiro y yo, rumbo a la posada.
Sonreí de lado por lo cercano que se mostraba el vampiro conmigo, sin perderlo de vista cuando se separó tambien y bajó al suelo de un agil salto.
- He estado viajando. - eso era cierto. - Afianzando algunas alianzas, creo.- y haciendo nuevos descubrimientos. - Por todo aquel asunto de la desaparición de la magia. Escuché que los vampiros habian comenzando a perder el control sobre si mismos.... - apostillé, mirandolo con mi cabeza levemente inclinada. - Pero tu claramente te has repuesto. Mejorando tus habilidades como mercenario, por lo que veo. Y Smaug....lo siento pero ese no es un hito facil de conquistar.
Lo cierto es que me pareció absolutamente curioso que él fuese mi pareja en el combate, sobre todo porque podriamos combatir codo con codo, y eso iba a ser muy interesante. Pasamos un rato compartiendo ideas, planes y estrategias, hasta que a él le tocó ir a seleccionar aquello. Yo esperé, pensativo, observando al vampiro cuando volvio a acercarse.
- No lo sé. Quizá determine contra quien nos vamos a enfrentar o el tipo de prueba que tendremos, como tu has dicho. Otra cosa...no tendria sentido. - volví a mirar alrededor, analizando los contendientes. - Realmente quiero ganar esto. - ambicioso por naturaleza, ver la posibilidad de mejorar y crecer....me llamaba igual que a Corvo. - Tenemos que hablar en privado. Tengo...algo que ofrecerte. - dije acercándome a él, mirando a su pecho y subiendo mis ojos lentamente hacia los suyos mientras terminaba esa frase. Maldito y estúpido vampiro, era magnético. - Podemos ir a la posada a terminar de ultimar todo lo referente a la estrategia.
Ambos estuvimos de acuerdo. Yo arramplé un par de bandejas de cucuruchos rellenos de no se qué para llevarmelos, porque habia estado hablando tanto que no habia comido nada y tenia hambruzo. Además, igual a Corvo tambien le entraba hambre.... el caso es que salimos de alli las bandejas, el loro, el vampiro y yo, rumbo a la posada.
Me llevé una mano a la cara por pura vergüenza al ver el modo en que se marchó el ruso de allí, borracho no, lo siguiente. Azahar iba a necesitar suerte con ese compañero resacoso. Miré a la Knox con indignación cuando me dijo que yo no era válido para chivarle las respuestas, y solté un sonido más indignado aún cuando Catherine se unió a ella en eso de que yo no gané nada, excepto a la Le Fay. - Pero porque me tocó en la prueba final con un maldito ruso, con el hermano. Esto es la maldición de los rusos, ya verás tú. - en realidad el otro tampoco ganó, fue un doble KO, pero a efectos prácticos fue lo mismo. Iba a decirle a Azahar que podía ir a buscar mi cámara de fotos para hacernos una, pero antes de eso llegó Adael y se la llevó a bailar. Me pareció curioso, aunque sabía que Adael ponía mucho interés en todos los elementaristas, le encantaba acumular estudiantes. O tal vez quisiese algo más con Azahar...ya lo vigilaría. Hice un gesto significativo a Catherine, alzando las cejas como diciendo que me contase después si sabía algo sobre un posible interés de Adael en Azahar.
Tras eso retomamos la conversación con Zaphira y el asunto de las investigaciones, pero no parecía tener muchos datos al respecto. - Debían ser linaje mágico, ¿no? de no ser así Bellatrix no los habría propuesto en la ceremonia para escoger nuevos linajes. - no conocía mucho a la médium, pero no creo que fuese de inventarse cosas sólo por dar dramatismo a una fiesta. Precisamente eran los viejos como Zaphira los que más podían aportar con su sabiduría adquirida a lo largo de los años y sus conocimientos sobre lo acontecido. - Pues que miren también en los archivos de los Le Fay. Seguro que entre los dos descubren algo. O preguntar directamente a Bellatrix. - el asunto me intrigaba un poco más desde que Catherine me había planteado eso de que Aedan podría estar en peligro. Por un lado quería pensar que era una estupidez, que en caso de que existiesen no tendría sentido que quisieran hacer daño. Por otro pensaba que cuanta más información, más capacidad para actuar en consecuencia. Zaphira se marchó con otro acompañante, ni más ni menos que Khaled Svensson. Miré de reojo a Lyran y Anteia, pues a ésta última podía darle un chungo al enterarse de que el Soul estaba aquí. Tampoco me pareció apropiado que el tipo campase por aquí a sus anchas.
Desmond llegó en ese momento, así que lo saludé antes de que mencionase problemas con mi licantropía. Aquello me irritó un poco, especialmente porque no sabía a qué se refería exactamente. Tal vez alguien le hubiese contado mi pelea con Altair. - En realidad no, está todo bastante controlado, es sólo que hemos estado viviendo en la zona del clan durante algunas semanas. Aedan está perfectamente. - respondí algo tenso, por si me estaba cuestionando. Además, no éramos como ese clan peligroso de la Luna Roja. No entendía por qué Altair había invitado a Ouroboros a la líder de ese clan, Kiana, cuando sus objetivos eran convertir en licántropos a todos los que pudiesen. No tenía sentido que participase en un torneo sobre el respeto, al igual que no tuvo sentido que participasen algunos Blood Keepers en el torneo anterior. A veces no sabía ni qué pensar del Consejo de los 20. Catherine se fue a bailar con él tras despedirse de mi con un beso en la mejilla, así que me quedé sólo con Lyran y Anteia. De Jarkko no había ni rastro, a saber en qué andaba.
En ese momento vibró la moneda comunicadora que llevaba en el pantalón, así que la saqué para leer el mensaje de parte de Johan. Tras leer sorprendido se la mostré a Lyran, que estuvo de acuerdo en ir a otro sitio a hablar con más calma del tema, y también en ir a contárselo a mi padre. Pasé al lado de Catherine un momento, informándole. - Me voy con Lyran a casa, donde está mi padre con Aedan. - me referí a la casa de la isla, obviamente.
- Ya te contaré cuando llegues, pero deberíamos tener la vista puesta más fuera de la isla que dentro. - advertí un tanto serio, despidiéndome tanto de ella como de Desmond. Después me fui de la fiesta con Lyran, dejando a Anteia con una copa en la mano y sin decirle nada de quién era Khaled para que no la armase allí mismo, no había tiempo para eso.
Tras eso retomamos la conversación con Zaphira y el asunto de las investigaciones, pero no parecía tener muchos datos al respecto. - Debían ser linaje mágico, ¿no? de no ser así Bellatrix no los habría propuesto en la ceremonia para escoger nuevos linajes. - no conocía mucho a la médium, pero no creo que fuese de inventarse cosas sólo por dar dramatismo a una fiesta. Precisamente eran los viejos como Zaphira los que más podían aportar con su sabiduría adquirida a lo largo de los años y sus conocimientos sobre lo acontecido. - Pues que miren también en los archivos de los Le Fay. Seguro que entre los dos descubren algo. O preguntar directamente a Bellatrix. - el asunto me intrigaba un poco más desde que Catherine me había planteado eso de que Aedan podría estar en peligro. Por un lado quería pensar que era una estupidez, que en caso de que existiesen no tendría sentido que quisieran hacer daño. Por otro pensaba que cuanta más información, más capacidad para actuar en consecuencia. Zaphira se marchó con otro acompañante, ni más ni menos que Khaled Svensson. Miré de reojo a Lyran y Anteia, pues a ésta última podía darle un chungo al enterarse de que el Soul estaba aquí. Tampoco me pareció apropiado que el tipo campase por aquí a sus anchas.
Desmond llegó en ese momento, así que lo saludé antes de que mencionase problemas con mi licantropía. Aquello me irritó un poco, especialmente porque no sabía a qué se refería exactamente. Tal vez alguien le hubiese contado mi pelea con Altair. - En realidad no, está todo bastante controlado, es sólo que hemos estado viviendo en la zona del clan durante algunas semanas. Aedan está perfectamente. - respondí algo tenso, por si me estaba cuestionando. Además, no éramos como ese clan peligroso de la Luna Roja. No entendía por qué Altair había invitado a Ouroboros a la líder de ese clan, Kiana, cuando sus objetivos eran convertir en licántropos a todos los que pudiesen. No tenía sentido que participase en un torneo sobre el respeto, al igual que no tuvo sentido que participasen algunos Blood Keepers en el torneo anterior. A veces no sabía ni qué pensar del Consejo de los 20. Catherine se fue a bailar con él tras despedirse de mi con un beso en la mejilla, así que me quedé sólo con Lyran y Anteia. De Jarkko no había ni rastro, a saber en qué andaba.
En ese momento vibró la moneda comunicadora que llevaba en el pantalón, así que la saqué para leer el mensaje de parte de Johan. Tras leer sorprendido se la mostré a Lyran, que estuvo de acuerdo en ir a otro sitio a hablar con más calma del tema, y también en ir a contárselo a mi padre. Pasé al lado de Catherine un momento, informándole. - Me voy con Lyran a casa, donde está mi padre con Aedan. - me referí a la casa de la isla, obviamente.
- Ya te contaré cuando llegues, pero deberíamos tener la vista puesta más fuera de la isla que dentro. - advertí un tanto serio, despidiéndome tanto de ella como de Desmond. Después me fui de la fiesta con Lyran, dejando a Anteia con una copa en la mano y sin decirle nada de quién era Khaled para que no la armase allí mismo, no había tiempo para eso.
- Código:
Interacciones con:
Azahar, Anteia, Lyran, Catherine, Desmond, Zaphira
El silbido que le eché a Leila provocó que Juliet me reprendiese y me diese un par de cachetadas flojas a modo de reclamo, a lo que me quejé replicando. - ¿Qué? si era por fastidiar al gato. ¿Has entrado en modo celos? - le piqué con un dedo en las costillas un par de veces, bromeando. El par de dos ya se habían alejado, así que los perdimos de vista entre la gente al poco rato. Nosotros ya habíamos tenido nuestro baile a nuestro aire, así que en el de seleccionados no volvimos a la pista. Al llegar con Ellyos le presenté a Juliet, aunque igual ya lo había hecho en otra ocasión y no me acordaba.
- Es la chica de la que te hablé aquella noche, ya sabes...- de algo se acordaría, aunque fuésemos borrachos. Citas en un burdel, borrachera, confesiones, pelea... - Muchos dragones en el torneo de este año, por lo que veo. ¿No estabas ya en el grupo de los renegados? aunque hace bastante que no te vemos...creo que Johan sí cuenta contigo. - desvié la mirada hacia donde señaló Ellyos, hacia el gran elementarista. Seguro que si Ellyos entrenaba con él mejoraría bastante. Lo mismo podría enseñarme a mí también algún truco sobre el dominio del fuego y el rayo. Volví a mirar a Ellyos alzando una ceja cuando dijo lo de que Johan le echase el ojo encima, suponiendo que tenía algún tipo de interés en él más allá de la amistad. - No sé yo eh...él es muy de Josephine, aunque haga el idiota.- lo del premio ya era un objetivo más factible, así que lo animé con eso. - Se lo contaré de todos modos, iré a veros a las gradas. - en ese momento llamaron a los participantes para coger una bola que los emparejaría con su primera prueba, así que dejé que Ellyos fuese a por la suya. Al llegar el turno de Juliet noté que estaba nerviosa por cómo me apretaba la mano, así que le devolví el apretón antes de dejarla ir, susurrando un 'suerte'.
Mientras terminaba el sorteo, y antes de que ella volviese, me dio tiempo a echar un vistazo a la moneda comunicadora del bolsillo. Leí el mensaje de Johan con preocupación, llevaba tantos días en la isla que ni me había enterado del ultimátum. Quedaba poco tiempo. No le dije nada a Juliet cuando regresó, pero no quería pasar la noche de antes del torneo hablando de eso, ya respondería a Johan al día siguiente y hablaría con quien tuviese que hablar de la isla. Para la noche tenía otros planes... - Creo que el elfo ha sacado una cosa de oferta que deberíamos probar. - la tomé de la mano tras susurrarle algo al oído, dedicándole una media sonrisa antes de salir ambos del lugar.
- Es la chica de la que te hablé aquella noche, ya sabes...- de algo se acordaría, aunque fuésemos borrachos. Citas en un burdel, borrachera, confesiones, pelea... - Muchos dragones en el torneo de este año, por lo que veo. ¿No estabas ya en el grupo de los renegados? aunque hace bastante que no te vemos...creo que Johan sí cuenta contigo. - desvié la mirada hacia donde señaló Ellyos, hacia el gran elementarista. Seguro que si Ellyos entrenaba con él mejoraría bastante. Lo mismo podría enseñarme a mí también algún truco sobre el dominio del fuego y el rayo. Volví a mirar a Ellyos alzando una ceja cuando dijo lo de que Johan le echase el ojo encima, suponiendo que tenía algún tipo de interés en él más allá de la amistad. - No sé yo eh...él es muy de Josephine, aunque haga el idiota.- lo del premio ya era un objetivo más factible, así que lo animé con eso. - Se lo contaré de todos modos, iré a veros a las gradas. - en ese momento llamaron a los participantes para coger una bola que los emparejaría con su primera prueba, así que dejé que Ellyos fuese a por la suya. Al llegar el turno de Juliet noté que estaba nerviosa por cómo me apretaba la mano, así que le devolví el apretón antes de dejarla ir, susurrando un 'suerte'.
Mientras terminaba el sorteo, y antes de que ella volviese, me dio tiempo a echar un vistazo a la moneda comunicadora del bolsillo. Leí el mensaje de Johan con preocupación, llevaba tantos días en la isla que ni me había enterado del ultimátum. Quedaba poco tiempo. No le dije nada a Juliet cuando regresó, pero no quería pasar la noche de antes del torneo hablando de eso, ya respondería a Johan al día siguiente y hablaría con quien tuviese que hablar de la isla. Para la noche tenía otros planes... - Creo que el elfo ha sacado una cosa de oferta que deberíamos probar. - la tomé de la mano tras susurrarle algo al oído, dedicándole una media sonrisa antes de salir ambos del lugar.
- Código:
Interacciones:
Julie, Ellyos
El día de la fiesta inaugural se dedicó a despejar su mente lo más que pudo sobre los problemas que perturban su mente. Le hacía algo de ilusión ir a un evento en el que abunde la música en un volumen elevado para así poder tapar las voces de los espiritus que la atosigaban.
Se alistó con un vestido tan dramático como ella.
Con movimientos gráciles y su habitual liviandad al caminar fue avanzando por la estancia saludando cortésmente a invitados que la miraban o que ya se retiraban o a los que la reconocían. Pocas personas se atrevían a interponerse en su camino, por la experiencia de la pasada fiesta, pero eso no representaba un problema para la descendiente. Se dirigió sin prisas, pero sin pausas hacia donde el resto de los miembros del Consejo se encontraban para hacer los saludos pertinentes con las debidas reverencias. Ya entre sus colegas asentia y les sonreía a modo de respuesta ante sus palabras, interviniendo lo justo y necesario.
De vez en cuando le dedicaba unas miradas fugaces casi con altivez a aquellas personalidades que ella consideraba que no se merecían el honor de estar ante la presencia de los miembros del Consejo de los 20, o de los descendientes, o siquiera en la isla, como cazarrecompensas, algunos renegados o el Soul Reaper.
Se alistó con un vestido tan dramático como ella.
- Spoiler:
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Con movimientos gráciles y su habitual liviandad al caminar fue avanzando por la estancia saludando cortésmente a invitados que la miraban o que ya se retiraban o a los que la reconocían. Pocas personas se atrevían a interponerse en su camino, por la experiencia de la pasada fiesta, pero eso no representaba un problema para la descendiente. Se dirigió sin prisas, pero sin pausas hacia donde el resto de los miembros del Consejo se encontraban para hacer los saludos pertinentes con las debidas reverencias. Ya entre sus colegas asentia y les sonreía a modo de respuesta ante sus palabras, interviniendo lo justo y necesario.
De vez en cuando le dedicaba unas miradas fugaces casi con altivez a aquellas personalidades que ella consideraba que no se merecían el honor de estar ante la presencia de los miembros del Consejo de los 20, o de los descendientes, o siquiera en la isla, como cazarrecompensas, algunos renegados o el Soul Reaper.
Anteia agradeció los halagos aunque no dejaba de sentirse fuera de lugar debido a que se sentía demasiado arreglada. Le sonrió con ternura a Zaphira cuando indicó que era la niñera de los Descendientes, ella se sentía igual solo que con sus propios chicos. No pudo evitar mirar a Ian y a Cath, a Azahar y se imaginó a Chloe, a sus mellizos y todos esos niños que de una u otra manera terminaron en sus brazos. Inspiró profundamente cuando Desmond le tendió la mano a Lyran, ella simplemente apretó la de él con una sonrisa, esperando que en efecto la sacara a bailar.
Pero el discurso de uno de los Descendientes y las bolitas que esparció llamaron la atención. Las elecciones fueron pasando y Anteia se limitó a aplaudir con cada elección. Hubo nombres que le sonaron conocidos y otros no tanto. Sin embargo, la pasividad que tenían los Descendientes respecto a los Souls Reapers realmente le generaba una ira increíble. Y por eso absorbía la alegría de alrededor cual vórtice espacial. Esperaba que sus allegados no se dieran cuenta.
Entonces algo vibró en su moneda pero...Decidió no leerla. No iban a arruinarle su noche. Excepto, que sí. Lyran e Ian decidieron irse para hablar con Adam. Anteia volvió la vista hacia su esposo sin ningún gesto, sólo conectó con su mirada unos segundos antes de apartarse ella. Decidió ir caminando hacia una de las bandejas de bebidas...a ver si se la tomaba toda entera.
Maldita guerra.
Maldita guerra.
Maldita guerra.
-Maldita guerra- Espetó cogiendo dos copas de golpe y bebiéndose una y luego la otra sintiendo que su corazón empezaba a latir con más fuerza -Malditos humanos- Dijo entre dientes dejando las copas vacías y cogiendo ahora sólo una para intentar equilibrarse saboreando la bebida.
Pero el discurso de uno de los Descendientes y las bolitas que esparció llamaron la atención. Las elecciones fueron pasando y Anteia se limitó a aplaudir con cada elección. Hubo nombres que le sonaron conocidos y otros no tanto. Sin embargo, la pasividad que tenían los Descendientes respecto a los Souls Reapers realmente le generaba una ira increíble. Y por eso absorbía la alegría de alrededor cual vórtice espacial. Esperaba que sus allegados no se dieran cuenta.
Entonces algo vibró en su moneda pero...Decidió no leerla. No iban a arruinarle su noche. Excepto, que sí. Lyran e Ian decidieron irse para hablar con Adam. Anteia volvió la vista hacia su esposo sin ningún gesto, sólo conectó con su mirada unos segundos antes de apartarse ella. Decidió ir caminando hacia una de las bandejas de bebidas...a ver si se la tomaba toda entera.
Maldita guerra.
Maldita guerra.
Maldita guerra.
-Maldita guerra- Espetó cogiendo dos copas de golpe y bebiéndose una y luego la otra sintiendo que su corazón empezaba a latir con más fuerza -Malditos humanos- Dijo entre dientes dejando las copas vacías y cogiendo ahora sólo una para intentar equilibrarse saboreando la bebida.
Escuchó las respuestas de Ian y asintió. Tras ello miró a Catherine penetrantemente y finalmente respondió a sus palabras. "No te necesito para vivir, Catherine. Eres libre de hacer con tu familia lo que consideres". Le dijo con total neutralidad, una carencia de sentimientos casi palpable. Tras ello observó a Azahar, deslizando su mirada por su figura un escaso segundo antes a retirarse de la pista con Catherine.
"Como quieras. No hay ningún problema", le respondió y la guió. Catherine no era mala bailarina sólo no estaba acostumbrada a cumplir este tipo de formalidades. Desmond consideraba que se debía a sus escasas habilidades sociales y su bien marcada personalidad introvertida. Ojalá fuera un poco más como... ¿quién? ¿Quién exactamente se comportaba de acuerdo a lo esperado? Se preguntó a sí mismo.
"No he encontrado nada, Cath y... Me parece particularmente curioso no encontrar absolutamente nada", volvió su vista hacia su hermana mientras la hacía girar sobre sí misma. La evaluó, Catherine se movía con una gracia natural y cuando sonreía era una mujer hermosa. Pero había pasado tanto o más que él. A medida que pasaban los meses desde la muerte de Rhaegar, Desmond se sentía más... vinculado a ella; a su actitud, a su rebeldía, a su sentido irónico. La entendía de una forma que no lo hacía antes. Con la noticia de Elise, él había perdido algo más o menos equivalente a lo que había perdido Catherine con Stavron y Altair. Él perdió a Elise y a Rhaegar el mismo día. Ian se acercó a decirle algo y Desmond apartó la vista para darles privacidad, pero algo logró escuchar que le hico retorcer el estómago. Afuera, abajo. Líos.
La atrajo hacia sí con seriedad "Sin embargo, hay algo que me llama la atención. En el despacho de padre, hay una especie de puerta oculta que tiene el símbolo del cuervo. No he encontrado la manera de acceder. Conociéndole... Hay algo para activarlo. Todavía no sé el qué. Intenté hasta con sangre. Creo que deberíamos convocarlo, con el disco que tenías", explicó cuando la música empezaba a ceder y veía entrar a Bellatrix.
"Cath…", indicó y se detuvo para mirarla a los ojos "Me gustaría tu consentimiento para cortejar a Bellatrix". Notó la sorpresa en sus ojos y él se limitó a sonreír. "Eres nuestra matriarca", expresó y apretó sus manos con un gesto más afectuoso, diferente a la frialdad con la que le había tratado. Al escucharla, asintió y la dejó sola para ir a por la rubia.
Se acercó al círculo de Descendientes con el debido respeto y saludó a todos con un grácil gesto de cabeza. Entonces se interesó por Bellatrix y le tendió una de las dos copas que traía consigo. Desmond le sonrió un largo rato en silencio para luego reírse de sí mismo -No encuentro las palabras para describirte en este momento- Soltó, galante, antes de extender la mano -¿Me concedes un baile?-
"Como quieras. No hay ningún problema", le respondió y la guió. Catherine no era mala bailarina sólo no estaba acostumbrada a cumplir este tipo de formalidades. Desmond consideraba que se debía a sus escasas habilidades sociales y su bien marcada personalidad introvertida. Ojalá fuera un poco más como... ¿quién? ¿Quién exactamente se comportaba de acuerdo a lo esperado? Se preguntó a sí mismo.
"No he encontrado nada, Cath y... Me parece particularmente curioso no encontrar absolutamente nada", volvió su vista hacia su hermana mientras la hacía girar sobre sí misma. La evaluó, Catherine se movía con una gracia natural y cuando sonreía era una mujer hermosa. Pero había pasado tanto o más que él. A medida que pasaban los meses desde la muerte de Rhaegar, Desmond se sentía más... vinculado a ella; a su actitud, a su rebeldía, a su sentido irónico. La entendía de una forma que no lo hacía antes. Con la noticia de Elise, él había perdido algo más o menos equivalente a lo que había perdido Catherine con Stavron y Altair. Él perdió a Elise y a Rhaegar el mismo día. Ian se acercó a decirle algo y Desmond apartó la vista para darles privacidad, pero algo logró escuchar que le hico retorcer el estómago. Afuera, abajo. Líos.
La atrajo hacia sí con seriedad "Sin embargo, hay algo que me llama la atención. En el despacho de padre, hay una especie de puerta oculta que tiene el símbolo del cuervo. No he encontrado la manera de acceder. Conociéndole... Hay algo para activarlo. Todavía no sé el qué. Intenté hasta con sangre. Creo que deberíamos convocarlo, con el disco que tenías", explicó cuando la música empezaba a ceder y veía entrar a Bellatrix.
"Cath…", indicó y se detuvo para mirarla a los ojos "Me gustaría tu consentimiento para cortejar a Bellatrix". Notó la sorpresa en sus ojos y él se limitó a sonreír. "Eres nuestra matriarca", expresó y apretó sus manos con un gesto más afectuoso, diferente a la frialdad con la que le había tratado. Al escucharla, asintió y la dejó sola para ir a por la rubia.
Se acercó al círculo de Descendientes con el debido respeto y saludó a todos con un grácil gesto de cabeza. Entonces se interesó por Bellatrix y le tendió una de las dos copas que traía consigo. Desmond le sonrió un largo rato en silencio para luego reírse de sí mismo -No encuentro las palabras para describirte en este momento- Soltó, galante, antes de extender la mano -¿Me concedes un baile?-
Lo que dijo Ian sobre el tema del linaje tenía sentido y, en cierto punto, le pareció un tanto extraño que Zaphira dijera que incluso no lo eran. Pero lo dejó pasar, tampoco iba a utilizar su control mental para adivinar que pensaba la dragona. Aparte las mentes tan viejas... Pues resultaban un poco caóticas. Notó la tensión de Ian respecto a lo que le dijo Desmond pero intentó no meterse tras ello se fue a bailar con su hermano.
Escuchó atentamente lo que le decía mientras bailaba, dejándose guiar por él con mucha tranquilidad y en cierto modo disfrutando del momento. "Eso ha sonado horrible. Tú eres mi familia...Aunque entiendo lo que dices...ehem, gracias..Creo", respondió un poco extrañada de esa respuesta.
Lo notó ciertamente cabizbajo, tal vez un poco pensativo. Más de lo normal. Cortó su conexión mental cuando Ian se acercó hasta ella, le sonrió asintiendo -Dale un beso de mi parte- Le dijo y se despidió de su esposo para luego seguir con su hermano.
Escuchó el resto de lo que decía su hermano y se sorprendió de que le dijera lo del disco. Ella asintió con suavidad. "De acuerdo, lo convocaremos y entonces podremos hablar con él sobre todo. Estoy segura de que papá debe saber algo y nos dirá como abrir eso. Necesito hablar con Matvey para organizarlo todo, Ian y Aedan también vendrán para que papá los vea aunque sea una vez".
Cuando la música terminó, Cath miró alrededor mordiéndose el labio por ver qué podía hacer ahora que Ian no estaba. Pero Desmond volvió a cogerla de las manos y le hizo mirarla. La pregunta la llenó de dudas y la sorpresa la inundó el rostro. -Eh... Sí, claro. No creo que pueda negarte nada. Aparte...yo no te pedí permiso a ti con lo mío. Más allá de matriarca, Desmond. Somos lo único que tenemos- Indicó y le apretó las manos sonriéndole mientras lo veía irse. Miró alrededor un momento incómoda y decidió hacer lo más productivo, abandonó el baile y fue a buscar a Matvey.
Escuchó atentamente lo que le decía mientras bailaba, dejándose guiar por él con mucha tranquilidad y en cierto modo disfrutando del momento. "Eso ha sonado horrible. Tú eres mi familia...Aunque entiendo lo que dices...ehem, gracias..Creo", respondió un poco extrañada de esa respuesta.
Lo notó ciertamente cabizbajo, tal vez un poco pensativo. Más de lo normal. Cortó su conexión mental cuando Ian se acercó hasta ella, le sonrió asintiendo -Dale un beso de mi parte- Le dijo y se despidió de su esposo para luego seguir con su hermano.
Escuchó el resto de lo que decía su hermano y se sorprendió de que le dijera lo del disco. Ella asintió con suavidad. "De acuerdo, lo convocaremos y entonces podremos hablar con él sobre todo. Estoy segura de que papá debe saber algo y nos dirá como abrir eso. Necesito hablar con Matvey para organizarlo todo, Ian y Aedan también vendrán para que papá los vea aunque sea una vez".
Cuando la música terminó, Cath miró alrededor mordiéndose el labio por ver qué podía hacer ahora que Ian no estaba. Pero Desmond volvió a cogerla de las manos y le hizo mirarla. La pregunta la llenó de dudas y la sorpresa la inundó el rostro. -Eh... Sí, claro. No creo que pueda negarte nada. Aparte...yo no te pedí permiso a ti con lo mío. Más allá de matriarca, Desmond. Somos lo único que tenemos- Indicó y le apretó las manos sonriéndole mientras lo veía irse. Miró alrededor un momento incómoda y decidió hacer lo más productivo, abandonó el baile y fue a buscar a Matvey.
Sayid Ibn Salah
Raza
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Alineamiento
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Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
La selección había empezado, poco a poco los participantes iban pasando para tomar la esfera de la caja, muchos de los primeros tomaron las que parecían recordadoras con aquel humo rojo -Lo siento chicos, más suerte la próxima vez- les decía a los desafortunados que no pasaban a la siguiente fase, el primero en tener suerte fue uno de los miembros de la brigada, Ares, que sacó su esfera con el primer número de la noche -Ya tenemos al primer selecionado!- anuncié ante todos, los aplausos se alzaron para vitorearlo mientras después de él se acercaban otros dos jóvenes, los ferales que habían hecho de las suyas un mes antes -Otras dos parejas clasificadas!- la chica había tenido suerte, él no tanta por lo que le sonreí y esperé a que bajara. Más alumnos iban pasando sin mucha suerte y los siguientes fueron Mooshie y el nuevo, aún no lo identificaba y no es que me diera tiempo a pensar en él pues el chico de cabello negro decidió tragarse la bola, apenas me dio tiempo a ver el número -Chico, eso te va a sentar mal...- no contento con eso se fue levantando los dedos muy sonriente dejándome desconcertado -Bueno, esperemos que la bola salga bien- comenté en voz alta quitándole hierro al asunto.
los participantes fueron pasando uno tras otro y había por lo menos un representante o dos de cada una de las facciones que habían participado durante el incidente de la magia para poder recuperarla, los siguientes en clasificarse fueron Setelah y su pareja, Juliet y la acompañante de Altair, Azahar que había tenido que subir por su compañero el ruso, uno de los hermanos de Juliet (creo) y alumno de Adael con otro que no conocía, la pequeña lasaña y la chica de los Souls... y por último Zaphira.
Fue la última en sacar su esfera y en cuanto se acercó hubo un pequeño silencio en la sala, sin duda ella era imponente y todos en la isla la conocían pero a su acompañante también, no me lo esperaba para nada, eran como el día y la noche en más de un sentido. Él líder de los Soul Reaper se acercó con ella hasta las escaleras del escenario, la dejó subir sola y ella con total calma a pesar de las miradas sacó su esfera -Interesante elección de pareja querida Zaphira- dije en un susurro para ella, quien me contestó con una sonrisa, bajando de nuevo del escenario para retirarse del brazo con su acompañante -YA TENEMOS A LOS CLASIFICADOS!!- levanté mis manos haciendo mucho énfasis después de aquel momento de silencio que se rompió gracias a los aplausos.
-Mañana dará comienzo el torneo, recomiendo a los veinte clasificados que descansen apropiadamente y recarguen energías, el resto puede seguir disfrutando de la velada hasta el amanecer!- y con eso había concluido la selección para la primera prueba y las cartas estaban echadas.
Bajé del escenario en busca de algo de comer y beber acercándome a una de las bandejas que flotaban por allí, una hermosa mujer bebía y maldecía la guerra por lo que me acerqué sin saber que se trataba de Anteia -Duras palabras para una hermosa mujer, pero la guerra nos ha traído hasta este encuentro- esperé a que se girara para poder ver su rostro mejor, ahora sabía quien era pero no estaba seguro de si ella me conocía a mi, por lo que tendí mi mano esperando que la mujer hiciera lo propio para besarla -Es un placer conocerla, mi nombre es Sayid, Descendiente de saladino... ¿Que hace una bella flor de jazmin como usted aquí sola? ¿Me permite acompañarla?-
los participantes fueron pasando uno tras otro y había por lo menos un representante o dos de cada una de las facciones que habían participado durante el incidente de la magia para poder recuperarla, los siguientes en clasificarse fueron Setelah y su pareja, Juliet y la acompañante de Altair, Azahar que había tenido que subir por su compañero el ruso, uno de los hermanos de Juliet (creo) y alumno de Adael con otro que no conocía, la pequeña lasaña y la chica de los Souls... y por último Zaphira.
Fue la última en sacar su esfera y en cuanto se acercó hubo un pequeño silencio en la sala, sin duda ella era imponente y todos en la isla la conocían pero a su acompañante también, no me lo esperaba para nada, eran como el día y la noche en más de un sentido. Él líder de los Soul Reaper se acercó con ella hasta las escaleras del escenario, la dejó subir sola y ella con total calma a pesar de las miradas sacó su esfera -Interesante elección de pareja querida Zaphira- dije en un susurro para ella, quien me contestó con una sonrisa, bajando de nuevo del escenario para retirarse del brazo con su acompañante -YA TENEMOS A LOS CLASIFICADOS!!- levanté mis manos haciendo mucho énfasis después de aquel momento de silencio que se rompió gracias a los aplausos.
-Mañana dará comienzo el torneo, recomiendo a los veinte clasificados que descansen apropiadamente y recarguen energías, el resto puede seguir disfrutando de la velada hasta el amanecer!- y con eso había concluido la selección para la primera prueba y las cartas estaban echadas.
Bajé del escenario en busca de algo de comer y beber acercándome a una de las bandejas que flotaban por allí, una hermosa mujer bebía y maldecía la guerra por lo que me acerqué sin saber que se trataba de Anteia -Duras palabras para una hermosa mujer, pero la guerra nos ha traído hasta este encuentro- esperé a que se girara para poder ver su rostro mejor, ahora sabía quien era pero no estaba seguro de si ella me conocía a mi, por lo que tendí mi mano esperando que la mujer hiciera lo propio para besarla -Es un placer conocerla, mi nombre es Sayid, Descendiente de saladino... ¿Que hace una bella flor de jazmin como usted aquí sola? ¿Me permite acompañarla?-
Mantenía una conversación de sobremesa con Jack Newton y Mei Xian sobre la meditación que se requería para alcanzar el estado espiritual en el que lograba pedirle a un espectro que tome su cuerpo para hablar a través de ella. Luego pasaron a intentar darle una explicación física a los viajes entre los planos de la existencia que ella lograba hacer.
La aparición del joven Le Fay resultó sorpresiva, pero bien recibida. El muchacho se mostró respetuoso e inclinó su cabeza a su vez para responder a su saludo en un movimiento pausado y elegante. Alternó su mirada suspicaz entre los dorados ojos y la copa que le ofreció antes de tomarla y agradecerle cortésmente el detalle. La bruja supuso que se acercó hambriento de curiosidad. Conocía su fama de estudioso. También podía ser que estuviera interesado en los efectos a largo plazo de nacer con el don de la videncia, o el de escuchar a los espiritus.
-Quizás tú si tengas una opinión formada sobre el tema… ¿Considera la videncia un don o una maldición?- Podían considerase don al igual que maldición, por eso podría interesarle. Así que la charla se dirigió a la clarividencia a través de las estrellas, materia en la que el anciano mago podía intervenir gracias a sus conocimientos sobre la astronomía, a la vez que ella tomaba de a sorbos su bebida.
A medida que la charla avanzó hizo habitual el movimiento de balancear ligeramente la copa en su mano para revolver el contenido mientras meditaba en silencio su siguiente comentario. La sonrisa constante en el rostro del hombre comenzó a llamarle la atención. Alzó sus cejas comenzando a interesarse por la razón de tanta gracia. La sorpresa fue grande cuando recibió su alago. Pocas cosas la sorprendían, su recidencia no faltaba de espíritus que abrían y cerraban sus puertas sin aviso, o prendían y apagaban las luces, incluso algunas mañanas despertó manteniendo la compostura ante el grito de una banshee. Pero ésto fue distinto.
Ella siempre se consideró un canal a través del cual otros conseguían sus objetivos, eso también la hizo sentir descolocada por un momento. Dejó la copa mientras aprovecho para mirar disimuladamente a su alrededor para cerciorarse de que le estaba pidiendo a ella salir a bailar, si no era a ella era porque se lo estaba pidiendo a alguno de los espiritus que la rodeaban. Tomó su mano esperando que la rechace al sentir su helada piel.
-Me resulta difícil decir que no a esa sonrisa.- Dijo para luego inclinarse y alejarse de Newton y Xian.
-Eres una curiosa mezcla de temerario y tradicional.- Dijo observándolo al tiempo que las comisuras de sus labios se elevaban ligeramente. El pelo prolijamente peinado, el elegante traje del hombre creaban una recta apariencia que lo hacía parecer más adulto.
La aparición del joven Le Fay resultó sorpresiva, pero bien recibida. El muchacho se mostró respetuoso e inclinó su cabeza a su vez para responder a su saludo en un movimiento pausado y elegante. Alternó su mirada suspicaz entre los dorados ojos y la copa que le ofreció antes de tomarla y agradecerle cortésmente el detalle. La bruja supuso que se acercó hambriento de curiosidad. Conocía su fama de estudioso. También podía ser que estuviera interesado en los efectos a largo plazo de nacer con el don de la videncia, o el de escuchar a los espiritus.
-Quizás tú si tengas una opinión formada sobre el tema… ¿Considera la videncia un don o una maldición?- Podían considerase don al igual que maldición, por eso podría interesarle. Así que la charla se dirigió a la clarividencia a través de las estrellas, materia en la que el anciano mago podía intervenir gracias a sus conocimientos sobre la astronomía, a la vez que ella tomaba de a sorbos su bebida.
A medida que la charla avanzó hizo habitual el movimiento de balancear ligeramente la copa en su mano para revolver el contenido mientras meditaba en silencio su siguiente comentario. La sonrisa constante en el rostro del hombre comenzó a llamarle la atención. Alzó sus cejas comenzando a interesarse por la razón de tanta gracia. La sorpresa fue grande cuando recibió su alago. Pocas cosas la sorprendían, su recidencia no faltaba de espíritus que abrían y cerraban sus puertas sin aviso, o prendían y apagaban las luces, incluso algunas mañanas despertó manteniendo la compostura ante el grito de una banshee. Pero ésto fue distinto.
Ella siempre se consideró un canal a través del cual otros conseguían sus objetivos, eso también la hizo sentir descolocada por un momento. Dejó la copa mientras aprovecho para mirar disimuladamente a su alrededor para cerciorarse de que le estaba pidiendo a ella salir a bailar, si no era a ella era porque se lo estaba pidiendo a alguno de los espiritus que la rodeaban. Tomó su mano esperando que la rechace al sentir su helada piel.
-Me resulta difícil decir que no a esa sonrisa.- Dijo para luego inclinarse y alejarse de Newton y Xian.
-Eres una curiosa mezcla de temerario y tradicional.- Dijo observándolo al tiempo que las comisuras de sus labios se elevaban ligeramente. El pelo prolijamente peinado, el elegante traje del hombre creaban una recta apariencia que lo hacía parecer más adulto.
Reed Draven
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Reed continuó bebiendo observando al personal. De cuando en cuando observaba a la peliazul y el profesor. Para su desgracia, ya que había pensando entretenerse en fastidiarla un poco Azahar no se percató de su presencia. Era lo único que podía entretenerle en aquel sitio finolis, además de la cerveza y la comida, que tampoco era muy allá.
Crujió su espalda, aún estaba resentido de aquella paliza por parte del androide. Cuando uno de los tipos de la isla mandó subir al escenario le reconoció. Era el que estaba en los campos de concentración cuando Reed salió por patas. Frunció su ceño tratando de recordar los datos que ponía tener Sayid sobre él. El nombre y poco más, jugará la baza de que oyó mal su nombre. Eso es.
dispuesto a avanzar al escenario paró sus pasos antes de subir. Al parecer la mierda de torneo era por parejas y la suya, acababa de elegir puerta. Chascó la lengua. Ya no había posibilidad de amañar el sorteo. Maldito tipo cagaprisas. No era bueno jugando en equipo, menos aún si le fastidiaban los planes.
Bebió de su jarra hasta acabarla dejando que una de esas bandejas se la llevase. Decidido a abandonar aquella fiesta de mierda giró justo cuando Adael finalizaba el baile con Azahar. Arqueó una ceja al ver la cursilada que acababa de hacer. Un sonido de risa contenida se escapó de sus labios mientras volvían a su posición erguida.
"en fin.."
Metió ambas manos en los bolsillos de su cazadora estrujando con una de ellas el paquete de tabaco que ya estaba bastante perjudicado de por sí, saliendo de allí.
Crujió su espalda, aún estaba resentido de aquella paliza por parte del androide. Cuando uno de los tipos de la isla mandó subir al escenario le reconoció. Era el que estaba en los campos de concentración cuando Reed salió por patas. Frunció su ceño tratando de recordar los datos que ponía tener Sayid sobre él. El nombre y poco más, jugará la baza de que oyó mal su nombre. Eso es.
dispuesto a avanzar al escenario paró sus pasos antes de subir. Al parecer la mierda de torneo era por parejas y la suya, acababa de elegir puerta. Chascó la lengua. Ya no había posibilidad de amañar el sorteo. Maldito tipo cagaprisas. No era bueno jugando en equipo, menos aún si le fastidiaban los planes.
Bebió de su jarra hasta acabarla dejando que una de esas bandejas se la llevase. Decidido a abandonar aquella fiesta de mierda giró justo cuando Adael finalizaba el baile con Azahar. Arqueó una ceja al ver la cursilada que acababa de hacer. Un sonido de risa contenida se escapó de sus labios mientras volvían a su posición erguida.
"en fin.."
Metió ambas manos en los bolsillos de su cazadora estrujando con una de ellas el paquete de tabaco que ya estaba bastante perjudicado de por sí, saliendo de allí.
Escuchar las palabras de reacción respecto a las suyas le cayó como un valde de agua fría. Se le encogió el estómago y sus hombros subieron levemente. Sin embargo, su primer pensamiento fue tan mordaz como sus anteriores palabras. “Daría lo que fuera por no estar aquí y volver a vivir mi vida con mi familia…Feliz”…Pero no lo dijo. Se giró suavemente sobre sus pies para mirar al descendiente que le dirigía la palabra. La mirada azul de Anteia se deslizó por los rasgos que no llegaba a conocer del todo. Sayid, creyó recordar su mente, pero no sabía realmente ni quién era, ni cómo era, ni qué manejaba. ¿Importaba acaso? No. Anteia nunca había hecho diferencias.
No hasta ahora. No hasta que los humanos y los Souls terminaron con su paciencia.
Extendió con suavidad su mano dejando que le saludara mientras me inclinaba con mucha suavidad siguiendo el educado protocolo que le daba tanta tranquilidad. Cuando irguió, ladeó la cabeza -Soy Anteia Malfoy- Se presentó con una sonrisa para luego mirar alrededor y suspirar -]Estoy sola porque mi esposo tiene otras preocupaciones en este momento- Especificó apartando la mirada de Sayid para desviarla hacia la pista de baile, buscó a Azahar con la mirada pero notó que se había retirado, analizó entonces que su actitud respecto al mensaje en su moneda no había sido la correcta. Buscó la propia y leyó el mensaje sintiendo que se le hacía un nudo en la garganta, era evidente que su familia iría allí. La guardó nuevamente y se acarició el entrecejo, sin saber muy bien qué decisión tomar.
]-Vosotros estáis de torneo y en Francia probablemente erradiquen la ciudad- Indicó, pesimista y decidió dejar la copa a un lado, posándola en una de esas bandejas voladoras que pasaban por su lado. Sin importarle tres pepinos lo que pensara el Descendiente empezó a retirarse algunas pinzas del cabello y deshizo el recogido de su dorada melena. La dejó caer y se masajeó con suavidad la cabeza, tras hacerlo y respirar varias veces volvió la vista hacia Sayid -]No creo que sea buena compañía esta noche- Expresó con profunda sinceridad y una sonrisa cortés antes de transformar las pinzas en unas pequeñas mariposas que salieron volando de su mano para integrarse el baile y desaparecer.
No hasta ahora. No hasta que los humanos y los Souls terminaron con su paciencia.
Extendió con suavidad su mano dejando que le saludara mientras me inclinaba con mucha suavidad siguiendo el educado protocolo que le daba tanta tranquilidad. Cuando irguió, ladeó la cabeza -Soy Anteia Malfoy- Se presentó con una sonrisa para luego mirar alrededor y suspirar -]Estoy sola porque mi esposo tiene otras preocupaciones en este momento- Especificó apartando la mirada de Sayid para desviarla hacia la pista de baile, buscó a Azahar con la mirada pero notó que se había retirado, analizó entonces que su actitud respecto al mensaje en su moneda no había sido la correcta. Buscó la propia y leyó el mensaje sintiendo que se le hacía un nudo en la garganta, era evidente que su familia iría allí. La guardó nuevamente y se acarició el entrecejo, sin saber muy bien qué decisión tomar.
]-Vosotros estáis de torneo y en Francia probablemente erradiquen la ciudad- Indicó, pesimista y decidió dejar la copa a un lado, posándola en una de esas bandejas voladoras que pasaban por su lado. Sin importarle tres pepinos lo que pensara el Descendiente empezó a retirarse algunas pinzas del cabello y deshizo el recogido de su dorada melena. La dejó caer y se masajeó con suavidad la cabeza, tras hacerlo y respirar varias veces volvió la vista hacia Sayid -]No creo que sea buena compañía esta noche- Expresó con profunda sinceridad y una sonrisa cortés antes de transformar las pinzas en unas pequeñas mariposas que salieron volando de su mano para integrarse el baile y desaparecer.
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