Kyle Franklin
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Al llegar, algunas cabezas me saludaron en señal de bienvenida, pero me limité a sentarme sin decir nada. Estaba al corriente de lo que ocurría, mas o menos, o eso creía. Cuando Matvey leyó a carta, intenté no reaccionar demasiado. El politiqueo nunca me había gustado, y prefería no opinar para no iniciar, sin quererlo, una discusión si elegia mal las palabras.
Catherine hizo su entrada, sentándose a mi lado. Le dediqué un saludo con la cabeza, recordando la vez que coincidimos en una misión contra Sam no hace mucho. Iba escuchando las palabras de uno y otro, hasta que Emerald entró como un vendaval, cargada con una cesta llena de fruta echada a perder. Al parecer, el condenado árbol estaba acabando con todo a su alcance, y las defensas que estaban levantando no parecía que surgieran mucho efecto. Rosse llegó entonces, había luchado junto a Cath y conmigo, intentando poner a salvo a la gente. Fueron momentos muy duros, pero aquí estábamos de nuevo, de cabeza, seguramente, a otra guerra. Genial. Y las discrepancias y el odio por los Pendragón no tardaron en aparecer. Hubo gritos, lagrimas… yo me dediqué a desviar la mirada hacia un ventanal, intentando ver mas allá de él, perdido en mis pensamientos.
Entonces, alguien más a quien conocía hizo acto de presencia, y al parecer, no es que le hiciera tampoco mucha ilusión estar allí. Yo había estado en guerras, huyendo y ocultándome en esos últimos años, no creía servir para ayudar en nada, sinceramente. Suspiré intentando entender qué pintaba yo aquí. Yo tampoco entendía de botánica, y dudaba mucho que mis conocimientos mágicos o genéticos pudieran ayudar en esto. Quizá solo me habían hecho venir para ocupar la silla y aparentar que seguíamos siendo tan fuertes e importantes como antaño.
Catherine hizo su entrada, sentándose a mi lado. Le dediqué un saludo con la cabeza, recordando la vez que coincidimos en una misión contra Sam no hace mucho. Iba escuchando las palabras de uno y otro, hasta que Emerald entró como un vendaval, cargada con una cesta llena de fruta echada a perder. Al parecer, el condenado árbol estaba acabando con todo a su alcance, y las defensas que estaban levantando no parecía que surgieran mucho efecto. Rosse llegó entonces, había luchado junto a Cath y conmigo, intentando poner a salvo a la gente. Fueron momentos muy duros, pero aquí estábamos de nuevo, de cabeza, seguramente, a otra guerra. Genial. Y las discrepancias y el odio por los Pendragón no tardaron en aparecer. Hubo gritos, lagrimas… yo me dediqué a desviar la mirada hacia un ventanal, intentando ver mas allá de él, perdido en mis pensamientos.
Entonces, alguien más a quien conocía hizo acto de presencia, y al parecer, no es que le hiciera tampoco mucha ilusión estar allí. Yo había estado en guerras, huyendo y ocultándome en esos últimos años, no creía servir para ayudar en nada, sinceramente. Suspiré intentando entender qué pintaba yo aquí. Yo tampoco entendía de botánica, y dudaba mucho que mis conocimientos mágicos o genéticos pudieran ayudar en esto. Quizá solo me habían hecho venir para ocupar la silla y aparentar que seguíamos siendo tan fuertes e importantes como antaño.
Como ciertos usuarios tienen la manía de manipular los personajes de otro (que sepa que puedo editar el post con el poder de la moderación y hacer que parezcas tonto, Oscurus) pues alguien decidió que Markus debía ir a esa reunión, aunque Markus estuviera demasiado atareado con su nuevo escudo protector frente a ataques electromagnéticos y sónicos. Una tecnología nueva que había visto en una serie de esas de la tele. Pronto lanzaría los satélites que había modificado para que hubiera conexión inalámbrica mágica, nada hackeable por una máquina. Pero necesitaba de los conocimientos de Newton y de Adael para lanzar los cohetes. Pero el uno estaba demasiado entretenido en ser odiado, el segundo en hacer no sabía Markus qué cosas raras con un censo. Un censo que nadie contestó, por cierto. Pero había que hacerle casito al pobre.
Total, que en el transcurso del camino hasta que entrarnos en la sala, Oscurus dijo “hola” a Markus y Markus aprovechó para contarle lo mucho que echaba de menos salir de parranda con Lucio, y meterse con Gio y con su estúpido café italiano delicioso. Pero eso nunca se lo diría. Bueno, en verdad dijo eso porque alguien que no era Markus controlaba las acciones de Markus. (Leer el post de Oscurus). Y entraron y Markus se acomodó en su sitio, vacío, porque ahora encajonó la silla de ruedas tuneada con florecitas, que para eso era ya abril y los brotes despuntaban. Y como vio que el juego del día era poner cosas sobre la mesa, como una cesta de comida de la pelirrosa, pues Markus también quiso jugar y dejó su nuevo invento, aunque no dijo nada. Luego escuchó (hacía como que escuchaba, en verdad) y apuntaba cosas en un post-it azul mientras asentía de una forma muy sonora diciendo “ahá, ahá”.
-Habláis de matar árboles? Pues que Sofía haga un pesticida, o que este el descendiente de Franklin, Markus qué sabe, porque Markus siempre dice tonterías, pero ¿por qué modificas su ADN para que se ataque a sí misma, o que tenga un tumor de esos chungos y destructivos? Markus piensa que eso haría un montón de agallas y seguro que la madera de árbol de los Pendragon dará para calentar la estufa de la casa de Markus durante mucho tiempo- Golpe de mesa -Markus ha dicho- Y volvió a la maraña de cables que tenía entre manos, en mitad de un invento le habían convocado para la maldita reunión. Malditos fueran todos.
Markus suspiró de una forma muy cansina con tanto blablablá. ¿Por qué no estaba su secretaria Arleen allí tomando notas? ¿O con café? Debería instalar en su silla de ruedas una cafetera portátil. Pronto -Markus echa de menos a Lucio. ¿No podrían turnarse los dos Galenos?- Entrecerró los ojos y miró directamente a Oscurus, bajando la voz para hablar con el que tenía al lado -Ese es muy arisco y siempre hace trabajar a Markus- Asintió a cualesquiera de los descendientes que tuviera a su lado. Daba igual. A cualquiera. A Adael mismo.
Total, que en el transcurso del camino hasta que entrarnos en la sala, Oscurus dijo “hola” a Markus y Markus aprovechó para contarle lo mucho que echaba de menos salir de parranda con Lucio, y meterse con Gio y con su estúpido café italiano delicioso. Pero eso nunca se lo diría. Bueno, en verdad dijo eso porque alguien que no era Markus controlaba las acciones de Markus. (Leer el post de Oscurus). Y entraron y Markus se acomodó en su sitio, vacío, porque ahora encajonó la silla de ruedas tuneada con florecitas, que para eso era ya abril y los brotes despuntaban. Y como vio que el juego del día era poner cosas sobre la mesa, como una cesta de comida de la pelirrosa, pues Markus también quiso jugar y dejó su nuevo invento, aunque no dijo nada. Luego escuchó (hacía como que escuchaba, en verdad) y apuntaba cosas en un post-it azul mientras asentía de una forma muy sonora diciendo “ahá, ahá”.
-Habláis de matar árboles? Pues que Sofía haga un pesticida, o que este el descendiente de Franklin, Markus qué sabe, porque Markus siempre dice tonterías, pero ¿por qué modificas su ADN para que se ataque a sí misma, o que tenga un tumor de esos chungos y destructivos? Markus piensa que eso haría un montón de agallas y seguro que la madera de árbol de los Pendragon dará para calentar la estufa de la casa de Markus durante mucho tiempo- Golpe de mesa -Markus ha dicho- Y volvió a la maraña de cables que tenía entre manos, en mitad de un invento le habían convocado para la maldita reunión. Malditos fueran todos.
Markus suspiró de una forma muy cansina con tanto blablablá. ¿Por qué no estaba su secretaria Arleen allí tomando notas? ¿O con café? Debería instalar en su silla de ruedas una cafetera portátil. Pronto -Markus echa de menos a Lucio. ¿No podrían turnarse los dos Galenos?- Entrecerró los ojos y miró directamente a Oscurus, bajando la voz para hablar con el que tenía al lado -Ese es muy arisco y siempre hace trabajar a Markus- Asintió a cualesquiera de los descendientes que tuviera a su lado. Daba igual. A cualquiera. A Adael mismo.
Seguí en silencio, paseando mis ojos de unos a otros. Curie hizo acto de presencia, quejándose por unos vegetales muertos.
- Debe ser consa del Sanguis. Ese arbol absorbe la magia de la tierra. Sofía arreglará los cultivos. - sentencié de modo tajante y directo, con voz calmada.
Alcé la mirada de la mesa cuando llegó Catherine y la inspeccioné largamente en silencio. Era imposible que mi mensaje....que el mensajero Pendragon le hubiese hecho llegar ya mi respuesta. O no? Bueno, al menos estaba aqui.
Le devolví la mirada a Catherine, de modo adusto.
- Asumo que ya te has enterado de todo. - dije con voz neutra, volviendo a mirar su carta ahora. Guardé silencio por un buen rato, mientras Adael hablaba. Y después Sofía. Yo estaba....cansado. Los escuchaba y notaba la presencia de Catherine pero mis ojos estaban fijos en su carta, aun sobre la mesa. También llegaron Oscuros, y Markus, con mas o menos buenas noticias sobre Jack....
Cuando Sofía terminó su alegato sobre arboles, pidiendo algun tipo de ayuda a Catherine, volví a levantar la mirada. No me habia pasado desapercibido el desaire de Rosse pero habia esperado que la descendiente de Circe supiera comportarse.
No lo hizo. Explotó de todas las maneras posibles y luego se derrumbó.
- Basta, Rosse! - dije por fin con vehemencia. - No es momento de ponernos emocionales. - me levanté poniendo mis manos sobre la mesa, mirándolos a todos. - No sé si sois conscientes pero....hemos estado a esto... - hice un gesto con mi pulgar e indice, mostrando lo poco que nos habia faltado - para ser destruidos. Para que nos matasen alli mismo, a todos. Para que acabasen con Ouroboros, con todo lo que hemos creado, con los ciudadanos de la isla que confian en nosotros. Os ruego que dejéis vuestros egos heridos de lado. Porque si hay una proxima vez, no tendremos tanta suerte, vendrán preparados contra los trucos que nos funcionaron la primera vez. Asi que ya podéis ir pensando trucos nuevos
Nunca había hablado tan en serio, es que no podía ser el unico que habia notado la muerte respirandole en la nuca, o que? No se daban cuenta?
"Si Markus, yo tambien echo de menos a Lucio"
Pensé, pero no dije, mirando a Tesla con una extraña comprensión en la mirada.Negué con la cabeza a sus propuestas....
- Se puede probar lo que propone Tesla, pero....lo primero que habría que hacerlo es privarlo de su capacidad de absorber magia. Intentadlo rápido. - yo habia estado madurando una idea. No quería...terminar de llevarla a cabo. Era demasiado. Demasiado. Muy pocas garantias. Pero el poder necesario....estaba ahi. Solo tenia que hacerlo, reclamarlo. Pagarlo.
Desvié la mirada a Le Fay, sabiendo que ella habria recibido a los perdedores a su retorno a Avalon.
- No voy a dañar a la sacerdotisa. Pero necesito su sangre para el árbol en caso de emergencia. Antes la suya que la de cualquiera de los nuestros. Lo siento. No voy a devolverla. Debería haberselo pensado mejor antes de plantar eso aquí.
- Debe ser consa del Sanguis. Ese arbol absorbe la magia de la tierra. Sofía arreglará los cultivos. - sentencié de modo tajante y directo, con voz calmada.
Alcé la mirada de la mesa cuando llegó Catherine y la inspeccioné largamente en silencio. Era imposible que mi mensaje....que el mensajero Pendragon le hubiese hecho llegar ya mi respuesta. O no? Bueno, al menos estaba aqui.
Le devolví la mirada a Catherine, de modo adusto.
- Asumo que ya te has enterado de todo. - dije con voz neutra, volviendo a mirar su carta ahora. Guardé silencio por un buen rato, mientras Adael hablaba. Y después Sofía. Yo estaba....cansado. Los escuchaba y notaba la presencia de Catherine pero mis ojos estaban fijos en su carta, aun sobre la mesa. También llegaron Oscuros, y Markus, con mas o menos buenas noticias sobre Jack....
Cuando Sofía terminó su alegato sobre arboles, pidiendo algun tipo de ayuda a Catherine, volví a levantar la mirada. No me habia pasado desapercibido el desaire de Rosse pero habia esperado que la descendiente de Circe supiera comportarse.
No lo hizo. Explotó de todas las maneras posibles y luego se derrumbó.
- Basta, Rosse! - dije por fin con vehemencia. - No es momento de ponernos emocionales. - me levanté poniendo mis manos sobre la mesa, mirándolos a todos. - No sé si sois conscientes pero....hemos estado a esto... - hice un gesto con mi pulgar e indice, mostrando lo poco que nos habia faltado - para ser destruidos. Para que nos matasen alli mismo, a todos. Para que acabasen con Ouroboros, con todo lo que hemos creado, con los ciudadanos de la isla que confian en nosotros. Os ruego que dejéis vuestros egos heridos de lado. Porque si hay una proxima vez, no tendremos tanta suerte, vendrán preparados contra los trucos que nos funcionaron la primera vez. Asi que ya podéis ir pensando trucos nuevos
Nunca había hablado tan en serio, es que no podía ser el unico que habia notado la muerte respirandole en la nuca, o que? No se daban cuenta?
"Si Markus, yo tambien echo de menos a Lucio"
Pensé, pero no dije, mirando a Tesla con una extraña comprensión en la mirada.Negué con la cabeza a sus propuestas....
- Se puede probar lo que propone Tesla, pero....lo primero que habría que hacerlo es privarlo de su capacidad de absorber magia. Intentadlo rápido. - yo habia estado madurando una idea. No quería...terminar de llevarla a cabo. Era demasiado. Demasiado. Muy pocas garantias. Pero el poder necesario....estaba ahi. Solo tenia que hacerlo, reclamarlo. Pagarlo.
Desvié la mirada a Le Fay, sabiendo que ella habria recibido a los perdedores a su retorno a Avalon.
- No voy a dañar a la sacerdotisa. Pero necesito su sangre para el árbol en caso de emergencia. Antes la suya que la de cualquiera de los nuestros. Lo siento. No voy a devolverla. Debería haberselo pensado mejor antes de plantar eso aquí.
Ignoró la frase de Rosse aunque sabía que lo había dicho con toda la intención de despreciarla. No era nuevo. Devolvió el saludo a Kyle y luego observó a Emerald y las patatas con un gesto serio y neutral viendo cómo el Sanguis empezaba a afectar la vida “normal” -Hola Emerald, tuve que retrasar mi viaje a Italia porque…- Los recuerdos de lo que Wthyr había hecho y su episodio de ayer la hicieron reacomodarse en el asiento -Me descompuse al estar preparando todo, y por los mellizos debía descansar. Pero no debemos ignorar que Giordano está viviendo una dictadura en Italia con las comunicaciones intervenidas, supongo que por eso no ha vuelto a escribir por el brazalete- Le hizo saber a la pelirosa antes de girar la vista hacia los demás y oír todo. Miró hacia Matvey y asintió con suavidad -Cuando escribí la carta no sabía lo del Sanguis Ligno, en cuanto me enteré abandoné Ávalon y vine aquí-
Alzó la vista hacia Adael al escuchar lo del secuestro -Tienes razón- Porque era cierto, cuando Sofía fue secuestrada no habían tenido más que expectativas -Espero que de momento el secuestro esté en igual de condiciones, aunque Sofía nunca habló de ellas- Añadió y suspiró brevemente -La situación ha cambiado y ahora mi posición está comprometida con ambas islas y aunque deseo que se establezca la paz, confieso que no estoy segura de cómo lograrla- Lo dijo con total honestidad porque no tenía nada que esconder. Miró a Adael un momento cuando preguntó lo de Ávalon y Catherine parpadeó un instante con sorpresa -Técnicamente…No lo sé- Frunció el ceño -No…No puedo mostrarlo en un mapa porque no lo sé-
En cuanto Sofía habló, Catherine miró hacia ella -Yo…Estoy tratando de ejercer mi poder como Reina para evitar que movilicen tropas de nuevo pero…- Alzó levemente los hombros -No estoy segura de cuánto pueda retenerlos. Mi poder es escaso- Añadió y al escuchar lo de Gwen sobre la seguridad de Sofía en Ávalon, Catherine endureció el gesto pero no dijo nada porque…No sabía que aquello había ocurrido y, sinceramente, tampoco sabía que Sofía fuera una mujer rencorosa y vengativa, pero todos podían cambiar. Ella lo había hecho. Tras ello recibió su mirada y Catherine soltó un suspiro quedo -Realmente no… Yo…- Bajó la vista y se reacomodó en el asiento un poco para mirar a Mei un momento, como haciéndole entender que seguramente sería la única que comprendería lo que iba a explicar -Creo que tiene mucho menos de árbol de lo que pensamos- Dijo Catherine y luego volvió la vista hacia Sofía y Matvey -¿Recordáis los votos de mi boda? ¿Mis heridas, mi sangre y cómo se agitó el árbol? Creo que de alguna extraña manera, a través de ellos, estoy conectada a él, con el Sanguis. En uno de mis primeros días en Ávalon logré hacer un hechizo para conectarme con él y pude sentir el alcance que tenía, recorre y posee todo Ávalon y es una…Es un…- Movió las manos como tratando de explicar algo pero luego se dio por vencida, soltando un suspiro -Es como una zona de convergencia mágica en la que hay almas, pero cada alma tiene su propio ser…su mente propia. Es como una red mental…Yo…- Apretó las muelas y miró a Mei -Ellas tienen años… Años adquiriendo conocimiento, adquiriendo experiencia y sabiduría. Magia y poder, Mei… Me aterré, no pude seguir investigando porque sabía que si presionaba podría perderme-
Después de eso… Rosse. Catherine se echó lentamente hacia atrás, apoyando la espalda en el asiento para clavar su mirada en la pelirroja. Si creía que por alzarle la voz iba a aterrarla estaba muy equivocada, sin embargo, cada palabra la decía con tanta pasión que la morena creyó que hablaba desde lo que opinaba todo el Consejo. Le Fay parpadeó una vez al sentir que su mirada se humedecía e inmediatamente levantó una ilusión de sí misma para que la pelirroja no viera exactamente hasta donde estaba dañándola. Aquel no era más que el testimonio a vox populi de lo que el Consejo pensaba de ella, podía sentir sus miradas y su rechazo. Para Ávalon era una Descendiente, para Ouroboros era una Pendragon. No tenía un lugar. Ni aquí, ni en Ávalon, ni en tierra firme, ni en ningún sitio. Catherine no tenía un lugar al cual llamar hogar. ¿Así se había sentido Morgana en algún momento? ¿Era ese el punto de inflexión donde había decidido… Eliminó aquel hilo de pensamiento -Bueno, Rosse, si me convirtieras te ahorrarías enfrentarte al linaje real de Ávalon, después de todo, mi muerte los arrastraría a los seis conmigo. Y a mis tres hijos, estoy segura de que sería una rápida manera de solucionar las cosas… de forma momentánea. Sumirías a Ávalon en caos temporalmente, antes de hacernos mártires y banderas de su nueva venganza- Respondió con voz neutral, carente de emoción alguna antes de que sus ojos destellaran un instante -Asumiendo que te dejara jugar con la vida de mis hijos- Tras ello apartó la mirada, la de la ilusión al menos, porque la real estaba clavada en la silla vacía de Sean frente a ella.
Escuchó el grito de Matvey pero la morena no reaccionó, deseando que Wthyr nunca hubiese controlado las sombras y que pudiera volver a ese sitio donde era consciente de que no había nada que pudiera hacer.
Newton. En recuperación. Markus habló aportando, como siempre, su interesante punto de vista y Catherine miró a Kyle un momento -O podemos enviarlo al espacio- Ya que estaban con ideas desquiciadas. Catherine volvió la vista hacia Sofía y subió la mano hacia su frente -¿El Teniente Royden no es el hombre con la advertencia sobre sus poderes? ¿Si se la quitamos no puede abrir un portal para enviar el árbol a otra galaxia?...- Y que consumiera otro planeta, no este. Lo de Lucio la pilló con la guardia baja y aunque la ilusión seguía impertérrita, Catherine dejó que las lágrimas se le escaparan, humedeciendo sus mejillas. Ella también lo extrañaba.
-No, Matvey, no la necesitas. Estoy yo aquí. Si el Sanguis que vive en Ávalon me ha aceptado, este también debería hacerlo. Llevo un Pendragon en mi vientre, deberá bastarle- Se inclinó de nuevo hacia delante y lo observó a los ojos con determinación -Gwen dio su sangre para hacerlo crecer, según creo… No pedirá sangre Pendragon pronto. Puedo hacerlo. Puedo aprender y encargarme de mantener al Sanguis Ligno satisfecho para que no ataque al resto de la isla hasta que sepamos cómo deshacernos de él. No es, ni de lejos, tan poderoso como el de Ávalon- Esperaba que comprendiera que …No estaba pidiéndole permiso. No iba a dejar que Gwen sangrara para el Sanguis, no cuando ella estaba allí y era lo único que podía hacer.
Alzó la vista hacia Adael al escuchar lo del secuestro -Tienes razón- Porque era cierto, cuando Sofía fue secuestrada no habían tenido más que expectativas -Espero que de momento el secuestro esté en igual de condiciones, aunque Sofía nunca habló de ellas- Añadió y suspiró brevemente -La situación ha cambiado y ahora mi posición está comprometida con ambas islas y aunque deseo que se establezca la paz, confieso que no estoy segura de cómo lograrla- Lo dijo con total honestidad porque no tenía nada que esconder. Miró a Adael un momento cuando preguntó lo de Ávalon y Catherine parpadeó un instante con sorpresa -Técnicamente…No lo sé- Frunció el ceño -No…No puedo mostrarlo en un mapa porque no lo sé-
En cuanto Sofía habló, Catherine miró hacia ella -Yo…Estoy tratando de ejercer mi poder como Reina para evitar que movilicen tropas de nuevo pero…- Alzó levemente los hombros -No estoy segura de cuánto pueda retenerlos. Mi poder es escaso- Añadió y al escuchar lo de Gwen sobre la seguridad de Sofía en Ávalon, Catherine endureció el gesto pero no dijo nada porque…No sabía que aquello había ocurrido y, sinceramente, tampoco sabía que Sofía fuera una mujer rencorosa y vengativa, pero todos podían cambiar. Ella lo había hecho. Tras ello recibió su mirada y Catherine soltó un suspiro quedo -Realmente no… Yo…- Bajó la vista y se reacomodó en el asiento un poco para mirar a Mei un momento, como haciéndole entender que seguramente sería la única que comprendería lo que iba a explicar -Creo que tiene mucho menos de árbol de lo que pensamos- Dijo Catherine y luego volvió la vista hacia Sofía y Matvey -¿Recordáis los votos de mi boda? ¿Mis heridas, mi sangre y cómo se agitó el árbol? Creo que de alguna extraña manera, a través de ellos, estoy conectada a él, con el Sanguis. En uno de mis primeros días en Ávalon logré hacer un hechizo para conectarme con él y pude sentir el alcance que tenía, recorre y posee todo Ávalon y es una…Es un…- Movió las manos como tratando de explicar algo pero luego se dio por vencida, soltando un suspiro -Es como una zona de convergencia mágica en la que hay almas, pero cada alma tiene su propio ser…su mente propia. Es como una red mental…Yo…- Apretó las muelas y miró a Mei -Ellas tienen años… Años adquiriendo conocimiento, adquiriendo experiencia y sabiduría. Magia y poder, Mei… Me aterré, no pude seguir investigando porque sabía que si presionaba podría perderme-
Después de eso… Rosse. Catherine se echó lentamente hacia atrás, apoyando la espalda en el asiento para clavar su mirada en la pelirroja. Si creía que por alzarle la voz iba a aterrarla estaba muy equivocada, sin embargo, cada palabra la decía con tanta pasión que la morena creyó que hablaba desde lo que opinaba todo el Consejo. Le Fay parpadeó una vez al sentir que su mirada se humedecía e inmediatamente levantó una ilusión de sí misma para que la pelirroja no viera exactamente hasta donde estaba dañándola. Aquel no era más que el testimonio a vox populi de lo que el Consejo pensaba de ella, podía sentir sus miradas y su rechazo. Para Ávalon era una Descendiente, para Ouroboros era una Pendragon. No tenía un lugar. Ni aquí, ni en Ávalon, ni en tierra firme, ni en ningún sitio. Catherine no tenía un lugar al cual llamar hogar. ¿Así se había sentido Morgana en algún momento? ¿Era ese el punto de inflexión donde había decidido… Eliminó aquel hilo de pensamiento -Bueno, Rosse, si me convirtieras te ahorrarías enfrentarte al linaje real de Ávalon, después de todo, mi muerte los arrastraría a los seis conmigo. Y a mis tres hijos, estoy segura de que sería una rápida manera de solucionar las cosas… de forma momentánea. Sumirías a Ávalon en caos temporalmente, antes de hacernos mártires y banderas de su nueva venganza- Respondió con voz neutral, carente de emoción alguna antes de que sus ojos destellaran un instante -Asumiendo que te dejara jugar con la vida de mis hijos- Tras ello apartó la mirada, la de la ilusión al menos, porque la real estaba clavada en la silla vacía de Sean frente a ella.
Escuchó el grito de Matvey pero la morena no reaccionó, deseando que Wthyr nunca hubiese controlado las sombras y que pudiera volver a ese sitio donde era consciente de que no había nada que pudiera hacer.
Newton. En recuperación. Markus habló aportando, como siempre, su interesante punto de vista y Catherine miró a Kyle un momento -O podemos enviarlo al espacio- Ya que estaban con ideas desquiciadas. Catherine volvió la vista hacia Sofía y subió la mano hacia su frente -¿El Teniente Royden no es el hombre con la advertencia sobre sus poderes? ¿Si se la quitamos no puede abrir un portal para enviar el árbol a otra galaxia?...- Y que consumiera otro planeta, no este. Lo de Lucio la pilló con la guardia baja y aunque la ilusión seguía impertérrita, Catherine dejó que las lágrimas se le escaparan, humedeciendo sus mejillas. Ella también lo extrañaba.
-No, Matvey, no la necesitas. Estoy yo aquí. Si el Sanguis que vive en Ávalon me ha aceptado, este también debería hacerlo. Llevo un Pendragon en mi vientre, deberá bastarle- Se inclinó de nuevo hacia delante y lo observó a los ojos con determinación -Gwen dio su sangre para hacerlo crecer, según creo… No pedirá sangre Pendragon pronto. Puedo hacerlo. Puedo aprender y encargarme de mantener al Sanguis Ligno satisfecho para que no ataque al resto de la isla hasta que sepamos cómo deshacernos de él. No es, ni de lejos, tan poderoso como el de Ávalon- Esperaba que comprendiera que …No estaba pidiéndole permiso. No iba a dejar que Gwen sangrara para el Sanguis, no cuando ella estaba allí y era lo único que podía hacer.
Emerald K Curie
Raza
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puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Me puse a mirar a unos y otros, sugiriendo cosas respecto al Árbol ese que había aparecido cortesía de los Pendragón, además achacaron el mal de las cosechas al mismo.
-Unos días dices...¿y que les decimos a los ganaderos? Porque por lo visto se les ha despeñao el ganado por un acantilao que ha aparecido ahí plas! Adiós vacas.-Comenté gesticulando e imitando como una vaca se estampaba contra el suelo usando la mesa.
Pero nada ellos seguían con sus sugerencias para el Árbol ese a las que no aporté nada porque como siempre sospechaba que no me iban a dar bola alguna, así que crucé mis brazos sobre el pecho y miré a Catherine como una señora mayor mira a una embarazada, así como alegre. Que además había sido amable conmigo.-Oh mellizos, que bendición.-Añadí muy viejunamente.
Después empezaron a tirarle mierda y miré a la que se puso modo esquizoide con los ojos muy abiertos. Le lancé una mirada a Franklin, que era tan nuevo como yo, pensando que debía estar flipando tal como yo lo hacía. ¿Dónde nos habíamos metido?
En las pocas reuniones que había presenciado pasaba eso, hablaban, hablaban, sugerían y al final acababan descartando las sugerencias de unos y otros. Cogí una mugrienta patata y me puse a mirarla con toda la atención del mundo, girándola.
-Yo sigo pensando que nos hubiésemos ahorrado todo esto si les hubiésemos aceptado, pero bueno.-Encogí mis hombros, de hecho pensé que ninguno me prestaría atención así que lo dije casi murmurando gruñonamente.-Total ...solo faltan nosecuantitos puestos del Consejo por cubrir y tienen habilidades importantes.-Cogí aire suspirando y dejé la patata sobre la mesa volviendo a cruzarme de brazos para presenciar una vez más ese intercambio de palabras que llevaría a poco o nada.
-Ay no, no querida! Cargando con mellizos y soltando sangre por ahí! Dile a tu marido que te de sangre suya que tu ya estás haciendo bastante.-Le solté a la morena al escucharla y después miré a los demás.-Yo sugiero que antes de hacer cualquier cosa que no sabemos si va a ser mejor o peor nos reunamos con los Pendragon...al fin y al cabo ha venido Catherine como portavoz, eso implica buena fe, pero ella tiene muchos menos conocimientos de ese bicho Árbol que ellos.
Encogí mis hombros de nuevo y me recargué contra el respaldo de la silla.-Pero supongo que seguimos con lo de intentar quedar por encima porque OH! somos el todopoderoso Consejo! Hacen cosas en contra de nuestros valores!-Solté de modo irónico. Entorné los ojos-Valores JA! La que transmuta bichos, el que levanta muertos...-Volví a suspirar.-Yo misma me he cargado muggles en mis tiempos mozos.
Señalé a Franklin-¿Y tú que opinas muchacho?, apenas te he escuchado desde que nos nombraron miembros del Consejo.
-Unos días dices...¿y que les decimos a los ganaderos? Porque por lo visto se les ha despeñao el ganado por un acantilao que ha aparecido ahí plas! Adiós vacas.-Comenté gesticulando e imitando como una vaca se estampaba contra el suelo usando la mesa.
Pero nada ellos seguían con sus sugerencias para el Árbol ese a las que no aporté nada porque como siempre sospechaba que no me iban a dar bola alguna, así que crucé mis brazos sobre el pecho y miré a Catherine como una señora mayor mira a una embarazada, así como alegre. Que además había sido amable conmigo.-Oh mellizos, que bendición.-Añadí muy viejunamente.
Después empezaron a tirarle mierda y miré a la que se puso modo esquizoide con los ojos muy abiertos. Le lancé una mirada a Franklin, que era tan nuevo como yo, pensando que debía estar flipando tal como yo lo hacía. ¿Dónde nos habíamos metido?
En las pocas reuniones que había presenciado pasaba eso, hablaban, hablaban, sugerían y al final acababan descartando las sugerencias de unos y otros. Cogí una mugrienta patata y me puse a mirarla con toda la atención del mundo, girándola.
-Yo sigo pensando que nos hubiésemos ahorrado todo esto si les hubiésemos aceptado, pero bueno.-Encogí mis hombros, de hecho pensé que ninguno me prestaría atención así que lo dije casi murmurando gruñonamente.-Total ...solo faltan nosecuantitos puestos del Consejo por cubrir y tienen habilidades importantes.-Cogí aire suspirando y dejé la patata sobre la mesa volviendo a cruzarme de brazos para presenciar una vez más ese intercambio de palabras que llevaría a poco o nada.
-Ay no, no querida! Cargando con mellizos y soltando sangre por ahí! Dile a tu marido que te de sangre suya que tu ya estás haciendo bastante.-Le solté a la morena al escucharla y después miré a los demás.-Yo sugiero que antes de hacer cualquier cosa que no sabemos si va a ser mejor o peor nos reunamos con los Pendragon...al fin y al cabo ha venido Catherine como portavoz, eso implica buena fe, pero ella tiene muchos menos conocimientos de ese bicho Árbol que ellos.
Encogí mis hombros de nuevo y me recargué contra el respaldo de la silla.-Pero supongo que seguimos con lo de intentar quedar por encima porque OH! somos el todopoderoso Consejo! Hacen cosas en contra de nuestros valores!-Solté de modo irónico. Entorné los ojos-Valores JA! La que transmuta bichos, el que levanta muertos...-Volví a suspirar.-Yo misma me he cargado muggles en mis tiempos mozos.
Señalé a Franklin-¿Y tú que opinas muchacho?, apenas te he escuchado desde que nos nombraron miembros del Consejo.
Presionó los labios en una mueca de aceptar a regañadientes que la Descendiente de Circe diga unas pocas groserías aunque le resultó divertida la escena, cuando había desacuerdos entre compañeros todas las partes debían ceder de vez en cuando pero cerró los ojos molesto con las vulgaridades que la experta en transformaciones le dispensó a Catherine nada más llegar. Miró a la morena con los ojos muy abiertos por la conmoción que le generó la noticia de la presencia de una dictadura en Italia pero respiró profundo, murmuró una corta plegaria en hebreo y se dijo a sí mismo que había que enfrentar un problema a la vez. Alternó la mirada entre Sofía y Matvey, turbado porque una decía que lo de los campos no era cosa del Sanguis Ligno y el otro decía que si. A él le parecía lógico que, si podía absorber sangre y devorar seres, también podía absorber nutrientes de la tierra. Al menos ambos estaban de acuerdo en que se arreglaría. -¡¿Todas las vacas?!- Preguntó casi gritando al escuchar las palabras de Emerald, no había sido su intención gritar, solo estaba muy preocupado. Se rascó la incipiente barba mientras meditaba en silencio las palabras de la pocionista y de la experta en maleficios acerca del tema de dar su palabra por mantener la seguridad de la rehén pero miró a la Descendiente de Dioscórides alzando las cejas de forma irónica con cara de “eso suena a rencor”.
-Guinevere Pendragon terminó la batalla en las montañas herida, le hice los primeros auxilios pero necesitaba atención médica ¿está en el hospital?- Preguntó mirando a sus compañeros ya que había perdido el rastro de la bruja de sangre. Asintió cuando la Descendiente de Morgana dijo desconocer la ubicación de aquel lugar oculto, podía entenderlo porque ése mismo había sido el caso de Ouroboros. También entendió la explicación de Sofía sobre las plantas que tenían otro tipo de naturaleza, encontró semejanzas con la zarza ardiente presente en los relatos de su antepasado. Mantuvo los ojos color caoba en Catherine mientras ella describía sus percepciones sobre el Sanguis Ligno pero al finalizar, el joven maestro tenía el desconcierto plasmado en su expresión. Tras eso llegó la furia de Rosse durante la que él se mantuvo con la mirada baja y Azlan, espantado por los gritos, buscó refugio debajo de la silla del moreno mientras Oscurus y Markus llegaban. Él se hacía las mismas preguntas que la Descendiente de Circe o más aún, la diferencia es que él las habría planteado con otras palabras, sin insultos y en una conversación privada. Se puso de pie suspirando pesadamente mientras la experta en maleficios daba su respuesta.
Agarró la tetera y preparó un té de tilo que le sirvió a la experta en transformaciones. -Vamos, Rosse.- Dijo en tono conciliador al acercarse a ella y apoyando su mano en el hombro de la bruja. -Hay que esforzarnos en mantenernos unidos. Bébelo, te ayudará a relajarte.- La animó a tomar la infusión que había puesto frente a ella sobre la mesa, que en realidad no relajaba mucho por sí sola, pero tal vez la sugestión haría su magia, y luego escuchó al experto en magia negra mientras volvía a sentarse en su silla entre Emerald y el Descendiente de Tesla. -Esas palabras valen para ti también, Matvey. Pienso que las artes oscuras deben ser estudiadas para comprender su funcionamiento pero algo muy distinto es usarlas en seres contra su voluntad. Estoy seguro que habríamos muerto sin ti, sin tus conocimientos y sin tu poder pero lo que pasó en las montañas fue una profanación tras otra. Te ruego que busques otros métodos, yo me ofrezco a enseñarte la magia elementarista que desees. Si investigas otros métodos y aún así realizas esos mismos sacrilegios o peores, te juro por el Espíritu de la Naturaleza que ningún reproche saldrá de mi boca ni de mi expresión en la vida ni en la muerte porque sabré que los utilizas cuando no hay otra opción.-
Ahogó un grito cuando encontró a un pequeño insecto volando cerca de él, el bicho debió haber seguido a las plantas que decoraban la silla de ruedas del mago experto en control energético pero no quería hacer un escándalo así que se mantuvo en silencio y quieto como una estatua mientras seguía cada movimiento del insecto rogando que se fuera por el ventanal. -Gracias por informarnos, Oscurus.- El sanador llegaba con una buena noticia, al fin, luego escuchó las propuestas de Markus que le parecieron buenas ideas y acercó el oído cuando notó que el excéntrico mago quería compartir confidencias con él. -Tienen personalidades distintas, pero estoy seguro que es un buen profesional. Cambiando de tema ¿por qué usas una silla de ruedas?- Le preguntó manteniendo la voz baja y como estaba con la atención en el Descendiente de Tesla no escuchó los murmullos de la experta en radiactividad pero, si los hubiera escuchado, le habría dicho que los aceptaron y que los mismos Pendragon dejaron claro que ya no estaban interesados en formar parte del Consejo de los 20. Arrugó el gesto cuando algo de lo que dijo la Descendiente de Morgana le sonó raro. -¿No era que tenías mellizos?-
¿Estaba gestando a un Pendragon o mellizos? Mientras Azlan saltaba a su regazo para volver a subir a la mesa y quedarse sentado allí mirando a todos los presentes, el moreno se mostró de acuerdo con la idea de que el esposo de Catherine dé su sangre pero se mordió la lengua para no decir que Emerald ya no estaba en “sus tiempos mozos”. -Todos aquí aceptamos formar parte de ésta institución cuyo objetivo es compartir los conocimientos para que el mundo pueda gobernarse con sabiduría, no para hacer guerras ni herir.- Dijo con calma. Si ella había asesinado, eso debía quedar en el pasado y no volver a repetirse. Tenían la palabra de Catherine pero ¿cómo eso detendría a los Pendragon si se les zafaba un tornillo otra vez? -Necesitamos acciones concretas que nos demuestren que los Pendragon no atacarán la Isla Flotante: deben permitirle a los miembros del Consejo de los 20 y a nuestros aliados residir en Ávalon sin sufrir maltratos, heridas ni muerte. Además hay que ir allí para tener una reunión con ellos, porque aquí no vuelven. La hechicera de sangre puede indicar el camino para llegar.- Tras esas palabras posó los ojos en Keli’l, animándolo a pronunciarse.
-Guinevere Pendragon terminó la batalla en las montañas herida, le hice los primeros auxilios pero necesitaba atención médica ¿está en el hospital?- Preguntó mirando a sus compañeros ya que había perdido el rastro de la bruja de sangre. Asintió cuando la Descendiente de Morgana dijo desconocer la ubicación de aquel lugar oculto, podía entenderlo porque ése mismo había sido el caso de Ouroboros. También entendió la explicación de Sofía sobre las plantas que tenían otro tipo de naturaleza, encontró semejanzas con la zarza ardiente presente en los relatos de su antepasado. Mantuvo los ojos color caoba en Catherine mientras ella describía sus percepciones sobre el Sanguis Ligno pero al finalizar, el joven maestro tenía el desconcierto plasmado en su expresión. Tras eso llegó la furia de Rosse durante la que él se mantuvo con la mirada baja y Azlan, espantado por los gritos, buscó refugio debajo de la silla del moreno mientras Oscurus y Markus llegaban. Él se hacía las mismas preguntas que la Descendiente de Circe o más aún, la diferencia es que él las habría planteado con otras palabras, sin insultos y en una conversación privada. Se puso de pie suspirando pesadamente mientras la experta en maleficios daba su respuesta.
Agarró la tetera y preparó un té de tilo que le sirvió a la experta en transformaciones. -Vamos, Rosse.- Dijo en tono conciliador al acercarse a ella y apoyando su mano en el hombro de la bruja. -Hay que esforzarnos en mantenernos unidos. Bébelo, te ayudará a relajarte.- La animó a tomar la infusión que había puesto frente a ella sobre la mesa, que en realidad no relajaba mucho por sí sola, pero tal vez la sugestión haría su magia, y luego escuchó al experto en magia negra mientras volvía a sentarse en su silla entre Emerald y el Descendiente de Tesla. -Esas palabras valen para ti también, Matvey. Pienso que las artes oscuras deben ser estudiadas para comprender su funcionamiento pero algo muy distinto es usarlas en seres contra su voluntad. Estoy seguro que habríamos muerto sin ti, sin tus conocimientos y sin tu poder pero lo que pasó en las montañas fue una profanación tras otra. Te ruego que busques otros métodos, yo me ofrezco a enseñarte la magia elementarista que desees. Si investigas otros métodos y aún así realizas esos mismos sacrilegios o peores, te juro por el Espíritu de la Naturaleza que ningún reproche saldrá de mi boca ni de mi expresión en la vida ni en la muerte porque sabré que los utilizas cuando no hay otra opción.-
Ahogó un grito cuando encontró a un pequeño insecto volando cerca de él, el bicho debió haber seguido a las plantas que decoraban la silla de ruedas del mago experto en control energético pero no quería hacer un escándalo así que se mantuvo en silencio y quieto como una estatua mientras seguía cada movimiento del insecto rogando que se fuera por el ventanal. -Gracias por informarnos, Oscurus.- El sanador llegaba con una buena noticia, al fin, luego escuchó las propuestas de Markus que le parecieron buenas ideas y acercó el oído cuando notó que el excéntrico mago quería compartir confidencias con él. -Tienen personalidades distintas, pero estoy seguro que es un buen profesional. Cambiando de tema ¿por qué usas una silla de ruedas?- Le preguntó manteniendo la voz baja y como estaba con la atención en el Descendiente de Tesla no escuchó los murmullos de la experta en radiactividad pero, si los hubiera escuchado, le habría dicho que los aceptaron y que los mismos Pendragon dejaron claro que ya no estaban interesados en formar parte del Consejo de los 20. Arrugó el gesto cuando algo de lo que dijo la Descendiente de Morgana le sonó raro. -¿No era que tenías mellizos?-
¿Estaba gestando a un Pendragon o mellizos? Mientras Azlan saltaba a su regazo para volver a subir a la mesa y quedarse sentado allí mirando a todos los presentes, el moreno se mostró de acuerdo con la idea de que el esposo de Catherine dé su sangre pero se mordió la lengua para no decir que Emerald ya no estaba en “sus tiempos mozos”. -Todos aquí aceptamos formar parte de ésta institución cuyo objetivo es compartir los conocimientos para que el mundo pueda gobernarse con sabiduría, no para hacer guerras ni herir.- Dijo con calma. Si ella había asesinado, eso debía quedar en el pasado y no volver a repetirse. Tenían la palabra de Catherine pero ¿cómo eso detendría a los Pendragon si se les zafaba un tornillo otra vez? -Necesitamos acciones concretas que nos demuestren que los Pendragon no atacarán la Isla Flotante: deben permitirle a los miembros del Consejo de los 20 y a nuestros aliados residir en Ávalon sin sufrir maltratos, heridas ni muerte. Además hay que ir allí para tener una reunión con ellos, porque aquí no vuelven. La hechicera de sangre puede indicar el camino para llegar.- Tras esas palabras posó los ojos en Keli’l, animándolo a pronunciarse.
Kyle Franklin
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mensajes
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Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Emerald y Adael se dirigieron directamente a mi para que abriera la boca, cosa que podía entender. No me metería en donde no debía diciendo qué pensaba sobre la situación con los Pendragón, pero si tenia algo que decir acerca de ese… árbol.
-Bueno, estoy de acuerdo en algunas cosas que se han dicho aquí. Solucionar lo de ese árbol no va a ser fácil. Pero si consiguiéramos una muestra, podría aplicar mis conocimientos sobre genética y tratar de encontrar un modo de ralentizarlo, o de entender cómo funciona exactamente. Todo en un entorno seguro y controlado, por supuesto. Podría hacer más daño que bien. Aunque si se alimenta de sangre y haya almas en su interior… diría que hay más de nigromancia que de botánica o genética involucrado.
Di mi más sincera opinión al respecto. No sabía si enviarlo al espacio serviría de algo. Ya había contaminado la tierra, el agua… y a saber hasta cuanta profundidad.
-dejo a vuestra decisión si queréis correr el riesgo, pero no sé si, aunque consiguiéramos arrancar al árbol, como si extirpáramos un tumor, sea suficiente. Si se ha ramificado bajo tierra, infectando también los acuíferos que haya a su alrededor… Bueno, no quiero ser pesimista, pero pinta bastante mal.
No me pronuncié sobre la política, eso no era lo mío. Podía ayudar mas peleando o con mis conocimientos en genética. O al menos, eso esperaba.
-Bueno, estoy de acuerdo en algunas cosas que se han dicho aquí. Solucionar lo de ese árbol no va a ser fácil. Pero si consiguiéramos una muestra, podría aplicar mis conocimientos sobre genética y tratar de encontrar un modo de ralentizarlo, o de entender cómo funciona exactamente. Todo en un entorno seguro y controlado, por supuesto. Podría hacer más daño que bien. Aunque si se alimenta de sangre y haya almas en su interior… diría que hay más de nigromancia que de botánica o genética involucrado.
Di mi más sincera opinión al respecto. No sabía si enviarlo al espacio serviría de algo. Ya había contaminado la tierra, el agua… y a saber hasta cuanta profundidad.
-dejo a vuestra decisión si queréis correr el riesgo, pero no sé si, aunque consiguiéramos arrancar al árbol, como si extirpáramos un tumor, sea suficiente. Si se ha ramificado bajo tierra, infectando también los acuíferos que haya a su alrededor… Bueno, no quiero ser pesimista, pero pinta bastante mal.
No me pronuncié sobre la política, eso no era lo mío. Podía ayudar mas peleando o con mis conocimientos en genética. O al menos, eso esperaba.
Las opiniones eran demasiadas a tan solo unos minutos de haber iniciado la reunión. Normalmente podía con el ajetreo del Consejo y absorbía bien las opiniones de los demás. Normalmente estaba más centrada, pero estar embarazada le estaba quitando algunas capacidades mientras su cuerpo se enfocaba en crear un nuevo ser desde cero. La biología, después de todo, era una ciencia más certera que cualquiera que las que usaran los presentes, y mucho más universal. Mientras sentía el cansancio encima, bebió de su té y apareció una pequeña libreta con un bolígrafo para poder escribir lo que deseara. Que le sirviera después para poner sus ideas en orden y opinar de manera más concisa.
Ante las dudas de Emerald, todos comenzaron a dar su opinión, y se las agradecía, pero en realidad lo de los cultivos sí habían sido culpa suya. Había necesitado usar magia de otros lugares para cortar los lazos con la montaña. Bueno, ya lo había dicho una vez, no iba a repetirse. Lo de las vacas sí no eran su culpa. ¿Qué hacían las vacas en la ciudad y en la montaña de todos modos? Ahí no había pastura que comer. Se hizo de la vista gorda, pues sí le daban penita las vacas pero habrían muerto tarde o temprano.
Cuando Oscurus apareció, una especie de culpa se instaló en su pecho. ¿Dónde estaba Lucio y por qué había decidido finalmente recular y entregar su lugar en el Consejo? Lo hecho hecho estaba, pero le costaba. Le costaba aceptar la ida, no tanto así la llegada de Oscurus al lugar. Suponía que tenía buenas capacidades y que se llevaría con él tan bien como con Lucio en su momento. La mención de Jack, por más que tuvieran sus rencillas, le dolía. Al menos estaba recuperándose y fuera de peligro. Le visitaría después... No le pasó por alto el gesto de Oscurus al tocar el nombre de su antecesor. Aquello era un error, un desaire para su nuevo compañero al que debían aceptar con brazos abiertos pues las decisiones se daban entre líneas sucesorias. Tendría después el detalle de pedir que lo arreglaran. Escuchó entonces a Markus hablar de pesticida y le sonrió con ternura. No era mala idea, incluso lo anotó en su pequeña libreta, pero no sería tan fácil sin conocer la raíz de ese árbol. Terminó por reír suavemente a lo de "Markus ha dicho", porque era lo que más le había alegrado el día , eso y lo del nuevo invento que había puesto sobre la mesa. No le pasó por alto el desaire a Oscurus, pero la realidad era que todos extrañarían a Lucio. Más aún si no estaba en la isla.
Decidió no hablar sobre su secuestro, como había pedido Catherine, pues las condiciones se las había hecho ella misma. Que le dieran alimento tres veces al día no compensaba en nada el hecho de haber sido privada de su libertad en plena era de paz. No había sido su elección hacer acto de presencia en una batalla campal y haber sido tomara como rehén. Se dispuso a tomar de su té, con tal de no apoyar o desmeritar esa causa. Además, Catherine seguía empeñada en salvaguardar ambas islas, como si hubieran sido los de Ouroboros quienes llegaron a Ávalon con intención de matar a todo ser viviente. Después de eso, solo asintió suavemente hacia Catherine cuando admitió que su poder era escaso. Era lo que se temía, que los Pendragón no tenían palabra y que ella no podía hacer gran cosa para que la tuvieran. Volvían a la misma disyuntiva donde no podía dejarle caer el peso de una dinastía ajena a quien nada tenía que ver. Y sin embargo, ahí estaba, pidiendo que confiaran en ella cuando los únicos que le hacían caso en su doble vida eran ellos. Debería estar haciendo reuniones con su esposo y sus cuñados, no con el Consejo.
Pero bueno, si la gente seguía negando la realidad material del árbol, no los iba a corregir. Estaba cansada y si querían echarle el muerto a Matvey y evitar su colaboración, por ella era igual. Pero a Matvey también le veía cansado. Quizás no físicamente, pero la batalla lo había dejado más cansado de lo usual, la situación era desgastante y, sin Sayid ni Jack ni Giordano de por medio, él era el adulto reinante en la situación, si es que aquello existía. Y a pesar de que entre todos comenzaban a negar la existencia material del árbol y su raíz con la madre naturaleza, a pesar de que lo querían plantear en el área espiritual, en el plano místico, seguían ignorando que, lo que Catherine explicaba, era exactamente lo que ella sentía cuando se conectaba con la naturaleza misma. Con la diferencia de que ella tenía años de práctica. No pudo evitar una sonrisa mientras miraba el papel donde había escrito, porque nadie comprendía como ella lo que había dentro del bosque y debajo de la tierra, y solo ahora estaba Catherine enlazándose con ello ponían atención. Estaban fuera de lugar cuando daban por sentado que su naturaleza no tenía nada que ver con la botánica, pues cada bosque era un compendio entero de almas.- A oídos sordos no hay quién les hable. No comprenden a la Madre Naturaleza.- Susurró suavemente, pensando que quizás comprendían lo mismo que ella de los poderes de Matvey.
La cantaleta de Rosse no le era enteramente desconocida. La había tenido en su cabeza varias veces ese día y varias veces en antaño. Independientemente de que estuviera tratando de colaborar con ella y evitarse el desgaste emocional de reclamarle, no podía ignorar que Rosse realmente decía ciertas cosas de lo que pensaba, aunque también acordaba con Matvey de que no era el momento para entrar en emociones, y que había estado bastante mal de parte de Catherine el responderle con aquellas palabras. Había que ser prácticos, pero había sido bueno. Era mejor sacarlo al aire pronto en la reunión que esperar a que todo se caldeara mucho más. Si bien, ella misma pensó en prepararle un té, en reconfortarla, Adael hizo bien en atenderla para que aquello pasara. No lo dijo, pero ella estaba ahora, cuando más la necesitaban, y eso decía mucho de su persona.
Miró a Matvey con preocupación mientras explicaba lo que había sucedido en las montañas. Lo cerca que habían estado de perder la batalla de la cuál, personalmente, no se había enterado del todo cuando inició. O quizás se le había olvidado. No lo sabía. Sin embargo, tuvo que mirar a Catherine con una sonrisa extraña, como si hubiera dicho algo que Markus habría dicho en cualquier otro momento. ¿Al espacio? Bastante futurista la solución hasta que... se le heló la sangre de una. Cerró las manos en puños, atrapando el bolígrafo con fuerza, el rostro y la mirada se endurecieron en una mortal seriedad mientras incluso el pequeño en su vientre reaccionaba de mala manera. Su voz fue baja pero afilada como un cuchillo, salió sin filtro y sin corazón, como pocas veces hacía.- ¿Cómo te atreves a arrastrar en esto a mi esposo? No puedes controlar al tuyo pero sí quieres que Vishous nos solucione los problemas que él ha causado. Todo para que vengas y digas que quieres por igual a ambas islas y puedas seguir en tu juego de tronos. Él nació y creció en Ouroboros y da su vida por Ouroboros cada día, y está en peligro igual que todos aquí. ¿Y qué hace Wthyr aparte de tratar de destruirlo todo? Prefiero dejar sin padre a tus hijos.- Sentenció, pues aunque para el resto habría sido un comentario cualquiera, pero quitarle la advertencia y pretender que de buenas a primeras supiera cómo usar el poder del universo sin preparación ni entrenamiento era asegurarle la muerte. Y no cualquier muerte. Una muerte lenta, dolorosa, insultante, insoportable que no dejaría nunca a su alma descansar. Ese final le estaba deseando Catherine a aquel ser. Si tuviera tiempo para siquiera ayudarle a prepararse... siquiera... las manos le temblaban después de haber escupido aquel insulto, y los ojos se le habían puesto cristalinos de solo pensar en la posibilidad de que el Consejo tomara las palabras de Catherine como una posibilidad. El miedo se instaló en ella, en un ataque de ansiedad que trataba de parar. Tuvo que usar todo su autocontrol para desengancharse de la situación, mirar a la pared frente a ella y comenzar a tranquilizarse, pero no fue fácil. Cobarde. De haber sabido que Catherine estaba igual de vulnerable en ese momento y que se ponía una fachada para parecer fuerte, le habría llamado cobarde. Esperaba que no le respondiera, porque entonces sí iba a conocer su temperamento.
Las frutas en el cesto de Emerald pagaron las consecuencias, pues se tornaron negras y las pocas plantas que había en el salón se secaron y deshicieron como si las hubieran hecho cenizas. La vibra de la habitación no era la misma desde ese comentario. Dejó, por un momento, que la reunión continuara y que hablaran sobre Gwen. Ella no le interesaba en absoluto, y no le interesaba quién hiciera qué con ella. Le volvió el coraje por un instante mientras volvía a pensar en regresarle su cortesía, pero tuvo que volver a iniciar su proceso de relajación por sí sola antes de terminar de con el lugar de maneras extrañas. Tuvo que reírse cuando Emerald habló de la buena fé de los Pendragón al enviar a Catherine, una risa aún baja, nerviosa y trastocada por la idea de Catherine, porque aquello podía mostrar buena fe de ella, pero no se aplicaba al resto de su familia política. Molesta como estaba, solo pudo atender a lo que decía la pelirrosada, tratando de sonar lo más tranquila posible, a pesar de su alterado estado. Y luego decidió morderse la lengua porque exasperada como estaba, no podía hacer nada. Adael terminó por explicarlo bien, pero buscar de nuevo la paz con los Pendragón... Eran solo tonterías. Decidió levantarse de la mesa y caminar hacia el lado contrario que Catherine, reposando por un momento en la silla que sería de Sayid. Cuanta falta le hacía, por Dios.
Ante las dudas de Emerald, todos comenzaron a dar su opinión, y se las agradecía, pero en realidad lo de los cultivos sí habían sido culpa suya. Había necesitado usar magia de otros lugares para cortar los lazos con la montaña. Bueno, ya lo había dicho una vez, no iba a repetirse. Lo de las vacas sí no eran su culpa. ¿Qué hacían las vacas en la ciudad y en la montaña de todos modos? Ahí no había pastura que comer. Se hizo de la vista gorda, pues sí le daban penita las vacas pero habrían muerto tarde o temprano.
Cuando Oscurus apareció, una especie de culpa se instaló en su pecho. ¿Dónde estaba Lucio y por qué había decidido finalmente recular y entregar su lugar en el Consejo? Lo hecho hecho estaba, pero le costaba. Le costaba aceptar la ida, no tanto así la llegada de Oscurus al lugar. Suponía que tenía buenas capacidades y que se llevaría con él tan bien como con Lucio en su momento. La mención de Jack, por más que tuvieran sus rencillas, le dolía. Al menos estaba recuperándose y fuera de peligro. Le visitaría después... No le pasó por alto el gesto de Oscurus al tocar el nombre de su antecesor. Aquello era un error, un desaire para su nuevo compañero al que debían aceptar con brazos abiertos pues las decisiones se daban entre líneas sucesorias. Tendría después el detalle de pedir que lo arreglaran. Escuchó entonces a Markus hablar de pesticida y le sonrió con ternura. No era mala idea, incluso lo anotó en su pequeña libreta, pero no sería tan fácil sin conocer la raíz de ese árbol. Terminó por reír suavemente a lo de "Markus ha dicho", porque era lo que más le había alegrado el día , eso y lo del nuevo invento que había puesto sobre la mesa. No le pasó por alto el desaire a Oscurus, pero la realidad era que todos extrañarían a Lucio. Más aún si no estaba en la isla.
Decidió no hablar sobre su secuestro, como había pedido Catherine, pues las condiciones se las había hecho ella misma. Que le dieran alimento tres veces al día no compensaba en nada el hecho de haber sido privada de su libertad en plena era de paz. No había sido su elección hacer acto de presencia en una batalla campal y haber sido tomara como rehén. Se dispuso a tomar de su té, con tal de no apoyar o desmeritar esa causa. Además, Catherine seguía empeñada en salvaguardar ambas islas, como si hubieran sido los de Ouroboros quienes llegaron a Ávalon con intención de matar a todo ser viviente. Después de eso, solo asintió suavemente hacia Catherine cuando admitió que su poder era escaso. Era lo que se temía, que los Pendragón no tenían palabra y que ella no podía hacer gran cosa para que la tuvieran. Volvían a la misma disyuntiva donde no podía dejarle caer el peso de una dinastía ajena a quien nada tenía que ver. Y sin embargo, ahí estaba, pidiendo que confiaran en ella cuando los únicos que le hacían caso en su doble vida eran ellos. Debería estar haciendo reuniones con su esposo y sus cuñados, no con el Consejo.
Pero bueno, si la gente seguía negando la realidad material del árbol, no los iba a corregir. Estaba cansada y si querían echarle el muerto a Matvey y evitar su colaboración, por ella era igual. Pero a Matvey también le veía cansado. Quizás no físicamente, pero la batalla lo había dejado más cansado de lo usual, la situación era desgastante y, sin Sayid ni Jack ni Giordano de por medio, él era el adulto reinante en la situación, si es que aquello existía. Y a pesar de que entre todos comenzaban a negar la existencia material del árbol y su raíz con la madre naturaleza, a pesar de que lo querían plantear en el área espiritual, en el plano místico, seguían ignorando que, lo que Catherine explicaba, era exactamente lo que ella sentía cuando se conectaba con la naturaleza misma. Con la diferencia de que ella tenía años de práctica. No pudo evitar una sonrisa mientras miraba el papel donde había escrito, porque nadie comprendía como ella lo que había dentro del bosque y debajo de la tierra, y solo ahora estaba Catherine enlazándose con ello ponían atención. Estaban fuera de lugar cuando daban por sentado que su naturaleza no tenía nada que ver con la botánica, pues cada bosque era un compendio entero de almas.- A oídos sordos no hay quién les hable. No comprenden a la Madre Naturaleza.- Susurró suavemente, pensando que quizás comprendían lo mismo que ella de los poderes de Matvey.
La cantaleta de Rosse no le era enteramente desconocida. La había tenido en su cabeza varias veces ese día y varias veces en antaño. Independientemente de que estuviera tratando de colaborar con ella y evitarse el desgaste emocional de reclamarle, no podía ignorar que Rosse realmente decía ciertas cosas de lo que pensaba, aunque también acordaba con Matvey de que no era el momento para entrar en emociones, y que había estado bastante mal de parte de Catherine el responderle con aquellas palabras. Había que ser prácticos, pero había sido bueno. Era mejor sacarlo al aire pronto en la reunión que esperar a que todo se caldeara mucho más. Si bien, ella misma pensó en prepararle un té, en reconfortarla, Adael hizo bien en atenderla para que aquello pasara. No lo dijo, pero ella estaba ahora, cuando más la necesitaban, y eso decía mucho de su persona.
Miró a Matvey con preocupación mientras explicaba lo que había sucedido en las montañas. Lo cerca que habían estado de perder la batalla de la cuál, personalmente, no se había enterado del todo cuando inició. O quizás se le había olvidado. No lo sabía. Sin embargo, tuvo que mirar a Catherine con una sonrisa extraña, como si hubiera dicho algo que Markus habría dicho en cualquier otro momento. ¿Al espacio? Bastante futurista la solución hasta que... se le heló la sangre de una. Cerró las manos en puños, atrapando el bolígrafo con fuerza, el rostro y la mirada se endurecieron en una mortal seriedad mientras incluso el pequeño en su vientre reaccionaba de mala manera. Su voz fue baja pero afilada como un cuchillo, salió sin filtro y sin corazón, como pocas veces hacía.- ¿Cómo te atreves a arrastrar en esto a mi esposo? No puedes controlar al tuyo pero sí quieres que Vishous nos solucione los problemas que él ha causado. Todo para que vengas y digas que quieres por igual a ambas islas y puedas seguir en tu juego de tronos. Él nació y creció en Ouroboros y da su vida por Ouroboros cada día, y está en peligro igual que todos aquí. ¿Y qué hace Wthyr aparte de tratar de destruirlo todo? Prefiero dejar sin padre a tus hijos.- Sentenció, pues aunque para el resto habría sido un comentario cualquiera, pero quitarle la advertencia y pretender que de buenas a primeras supiera cómo usar el poder del universo sin preparación ni entrenamiento era asegurarle la muerte. Y no cualquier muerte. Una muerte lenta, dolorosa, insultante, insoportable que no dejaría nunca a su alma descansar. Ese final le estaba deseando Catherine a aquel ser. Si tuviera tiempo para siquiera ayudarle a prepararse... siquiera... las manos le temblaban después de haber escupido aquel insulto, y los ojos se le habían puesto cristalinos de solo pensar en la posibilidad de que el Consejo tomara las palabras de Catherine como una posibilidad. El miedo se instaló en ella, en un ataque de ansiedad que trataba de parar. Tuvo que usar todo su autocontrol para desengancharse de la situación, mirar a la pared frente a ella y comenzar a tranquilizarse, pero no fue fácil. Cobarde. De haber sabido que Catherine estaba igual de vulnerable en ese momento y que se ponía una fachada para parecer fuerte, le habría llamado cobarde. Esperaba que no le respondiera, porque entonces sí iba a conocer su temperamento.
Las frutas en el cesto de Emerald pagaron las consecuencias, pues se tornaron negras y las pocas plantas que había en el salón se secaron y deshicieron como si las hubieran hecho cenizas. La vibra de la habitación no era la misma desde ese comentario. Dejó, por un momento, que la reunión continuara y que hablaran sobre Gwen. Ella no le interesaba en absoluto, y no le interesaba quién hiciera qué con ella. Le volvió el coraje por un instante mientras volvía a pensar en regresarle su cortesía, pero tuvo que volver a iniciar su proceso de relajación por sí sola antes de terminar de con el lugar de maneras extrañas. Tuvo que reírse cuando Emerald habló de la buena fé de los Pendragón al enviar a Catherine, una risa aún baja, nerviosa y trastocada por la idea de Catherine, porque aquello podía mostrar buena fe de ella, pero no se aplicaba al resto de su familia política. Molesta como estaba, solo pudo atender a lo que decía la pelirrosada, tratando de sonar lo más tranquila posible, a pesar de su alterado estado. Y luego decidió morderse la lengua porque exasperada como estaba, no podía hacer nada. Adael terminó por explicarlo bien, pero buscar de nuevo la paz con los Pendragón... Eran solo tonterías. Decidió levantarse de la mesa y caminar hacia el lado contrario que Catherine, reposando por un momento en la silla que sería de Sayid. Cuanta falta le hacía, por Dios.
Leroy Merlín
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Emisarios de Ouroboros fueron enviados fuera de la isla en busca de una alternativa para el linaje de Merlín, ante el cargo vacío que había dejado su antecesor Sean. Sabían que el siguiente en línea sucesoria era un primo segundo, cuyo cargo era ser uno de los guardianes de las cuevas alquímicas, situadas en los tres puntos principales de fuente de magia del planeta. Leroy había imaginado muchas veces cómo sería pertenecer al Consejo, su rama familiar siempre había envidiado a la principal, que vivía en Ouroboros y tenía un gran renombre. Por eso sintió tanta satisfacción cuando le informaron de que el puesto vacante era suyo. Preparó todo lo necesario para viajar a la isla: sus libros de magia, sus canalizadores, sus cachivaches mágicos, mejores túnicas...todo le pareció poco. Ya había estado en aquel lugar alguna vez, cuando era niño y sus familiares hacían alguna visita protocolaria de vez en cuando. Sin embargo, al llegar lo encontró todo un tanto cambiado.
Los guardias que le escoltaban le informaron brevemente de la situación actual, del árbol extraño que crecía en la isla, del ataque de los dragones por parte del linaje Pendragon. Todo aquello me pareció sumamente interesante, aunque no tenía los datos suficientes. Había oído rumores de que los Pendragon nunca se habían ido del todo, pero desconocía que estuviesen en guerra contra Ouroboros. Esperó a que le guiasen a la sala en la que estaba teniendo lugar la reunión, pidiendo que le presentasen como merecía. Los guardias abrieron la puerta, cuadrándose para alzar la voz y anunciar la llegada.
- ¡Excelentísimos Descendientes, hace su entrada el nuevo descendiente del linaje de Merlín, Leroy Merlín! - los guardias se retiraron, dejando paso. El nuevo entró totalmente erguido y con la barbilla ligeramente alzada, portando su báculo con aquella piedra rojiza. Avanzó de frente hacia la mesa central, desviando la mirada apenas un momento para admirar su reflejo en uno de los espejos de los laterales. Ese era el porte que debía tener un descendiente de Merlín, no como el escuálido de su primo. Después observó a los presentes con una estudiada y confiada sonrisa, llevándose la mano un momento al pecho a modo de saludo.
- Vuestros emisarios me entregaron vuestra petición con la búsqueda de un sustituto para que continúe el legado de nuestra noble familia. Será para mí un placer atender a vuestra llamada. - recorrió los rostros de los presentes uno a uno, analizando, tomando nota. No parecían precisamente felices ni relajados, suponía que tenía que ver con la situación de la que le habían informado. - Espero no interrumpir las deliberaciones, la guardia me ha puesto al día con lo sucedido. - siguió caminando como si tal cosa, buscando la silla que le correspondía. Se detuvo al leer "Sean Eire", pasando el pulgar por el grabado de la silla como si estuviese sucio o algo. ¿Por qué no podía ponerse el apellido Merlín, acaso le avergonzaba? chistó por lo bajo antes de sentarse, colocando su báculo sobre la mesa de manera bastante precisa. - ¿Es cierto que han vuelto? ¿Después de todo este tiempo?
Los guardias que le escoltaban le informaron brevemente de la situación actual, del árbol extraño que crecía en la isla, del ataque de los dragones por parte del linaje Pendragon. Todo aquello me pareció sumamente interesante, aunque no tenía los datos suficientes. Había oído rumores de que los Pendragon nunca se habían ido del todo, pero desconocía que estuviesen en guerra contra Ouroboros. Esperó a que le guiasen a la sala en la que estaba teniendo lugar la reunión, pidiendo que le presentasen como merecía. Los guardias abrieron la puerta, cuadrándose para alzar la voz y anunciar la llegada.
- ¡Excelentísimos Descendientes, hace su entrada el nuevo descendiente del linaje de Merlín, Leroy Merlín! - los guardias se retiraron, dejando paso. El nuevo entró totalmente erguido y con la barbilla ligeramente alzada, portando su báculo con aquella piedra rojiza. Avanzó de frente hacia la mesa central, desviando la mirada apenas un momento para admirar su reflejo en uno de los espejos de los laterales. Ese era el porte que debía tener un descendiente de Merlín, no como el escuálido de su primo. Después observó a los presentes con una estudiada y confiada sonrisa, llevándose la mano un momento al pecho a modo de saludo.
- Vuestros emisarios me entregaron vuestra petición con la búsqueda de un sustituto para que continúe el legado de nuestra noble familia. Será para mí un placer atender a vuestra llamada. - recorrió los rostros de los presentes uno a uno, analizando, tomando nota. No parecían precisamente felices ni relajados, suponía que tenía que ver con la situación de la que le habían informado. - Espero no interrumpir las deliberaciones, la guardia me ha puesto al día con lo sucedido. - siguió caminando como si tal cosa, buscando la silla que le correspondía. Se detuvo al leer "Sean Eire", pasando el pulgar por el grabado de la silla como si estuviese sucio o algo. ¿Por qué no podía ponerse el apellido Merlín, acaso le avergonzaba? chistó por lo bajo antes de sentarse, colocando su báculo sobre la mesa de manera bastante precisa. - ¿Es cierto que han vuelto? ¿Después de todo este tiempo?
Rosse McGonagall
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Nacionalidad
Veamos...
Ella acababa de tener un colapso bastante violento, y por eso en ese momento se encontraba bastante derrumbada producto del mismo, sin embargo, lo primero que pasó después de eso, resultó ser qué llegó Oscurus, un reemplazante de un descendiente especializado en la sanación y que según la opinión popular, es mucho menos agradable qué el anterior.
Pero fuera de eso, la noticia que trajo consigo fue como un soplo de aire fresco, algo que le permitía calmarse un poco, Jack iba a estar bien, solo podía agradecer eso, tal como en su vida a llegado a agradecer pocas cosas.
Luego de eso, el siguiente en tomar la palabra fue el descendiente de Tesla, quien dió una charla sobre pesticidas y una idea interesante sobre darle cancer al árbol, además la forma en que lo dijo fue algo graciosa, y ella sobre todas la personas en ese sitio, podía apreciarlo.
A tal grado qué incluso se había calmado un poco, aunque luego de eso hablo el viejo Matvey...
Y cualquier brisna de calma qué pudiera haber conseguido se disipó de inmediato, cada palabra exarcerbo su temor haciendo qué por su mente empezaran a pasar ideas horribles.
¿Y que tal si ella aportaba trucos nuevos? Tiene experiencia creando criaturas extrañas a partir de otras con sus hechizos de transformación... Podría llevarlos más lejos, podría llevarlos hasta lo más lejos posible, y crear criaturas qué puedan darle pesadillas hasta a los propios dragones, aberraciones qué vayan contra todo lo natural, cosas como las que hizo su padre...
La respuesta de Cath no fue de ayuda... Porque ni siquiera se molestó en negar nada de lo que le dijo, simplemente le argumentó el porqué no sería una solución viable convertirla en rana, cosa que le ha parecido de lo más cínico y miserable, al menos en el estado mental tan precario en que se encontraba.
Ahora su furia también estaba exacerbada, sentía que su interior estaba ardiendo otra vez aún mientras tenía la mirada baja, y bueno, a eso se terminó de sumar lo que ha dicho emerald.
No oyó ninguno de sus murmullos raros y obvió sus platicas de vacas cayendo por barrancos, eso le importaba lo que viene a ser nada y menos ahora mismo... Pero lo siguiente que dijo, no lo del esposo de Cath, a ese podían desangrarlo todo y no importaría, si no lo otro.
La forma en que la empezó a mirar ahora a ella debía ser precedente de que le iba a gritar tanto como a Cath, y quizás hasta más debido a que sus emociones estaban más fuera de control qué antes incluso, sin embargo, antes de que soltara todo, pasó algo, escuchó...
¿Adael?...
No preguntaba en el sentido de no reconocer, era más una pregunta en el sentido de ¿Qué haces?, aunque claro, él mismo terminó explicándolo con esa forma tan tranquilizadora qué tiene de hacerlo, y bueno, eso le hizo... Pensar en la cosas un poco, mientras que veía intercaladamente a la taza, a su mano, y al rostro del elementarista.
Y luego poner atención a lo que le decía a Matvey, bueno, era obvio que iba a salir en algún momento, lo declaró punto importante al principio de la reunión cuando solo eran tres.
Ah... Cómo sea...
Entonces tomó la taza, y decidió ponerse a beber mientras escuchaba atentamente el resto de cosas porque... Por mucho que le jode admitirlo... Matvey tiene razón, tiene que estar centrada, o todos pueden morir, y a su vez Adael también la tienen... Tienen que estar juntos en esto, solo su esfuerzo combinado hará el truco.
El miedo a terminado ganando el pulso la furia, y es natural, porque tiene ayuda de la culpa que aún siente, que le hace querer tomarse esto enserio y no empeorarlo más... Pero si va a ser seria, tiene que ser todo lo seria qué pueda ser.
Bueno, mientras bebía escuchó lo que dijo Kyle y bueno básicamente estaba atendiendo a lo que dijeron antes, y parecía que lo aprovaba, solo era cosa de darle una muestra... Pero claro, ¿Cómo? Eso sería algo que tendrían qué resolver.
Luego de eso, llegó Sofía... Que bueno, también le ha tirado lo suyo a Cath, y por respetar eso no tomará en cuenta la opción de mandar el árbol al espacio sugerida por Cath qué igual si quiere permanecer todo lo cuerda posible mejor será ignorar la mayoría de cosas que diga.
Y finalmente llegó un sujeto justo cuando se terminó el té, que entró de una forma que le hace pensar que su composición debe ser 1% merlin y 99% ego, fue tan teatral qué se hubiera reído de estar de mejor humor, pero no es el caso, sin embargo, decide responderle sin más.
Han vuelto y están tan locos como se contaba.
Le dijo sin titubeo ninguno, antes de ver el canalizador qué seguía en la mano opuesta a la taza por unos segundos y pensar en utilizar un método qué suele emplear para ayudarse a concentrarse cuando se encuentra sola.
Hizo algunos movimientos con el canalizador y lo apuntó directo a la mesa, aquí a punto de demostrar su capacidad para transformaciones de objetos.
Conforme se movía la mesa empezó a cambiar, mostrando en el centro una especie de diagrama circular qué salía de la propia madera de la mesa, organizado de tal forma que pueda ser comprensible desde cualquier perspectiva, entonces hizo lo mismo con la taza de té ya vacía para convertirla en una especie de vara para señalar, hace esto porque se concentra mejor cuando usa su magia, eso siempre ha sido así, y con este simple hechizo se ayuda mucho a sí misma.
A ver, hasta donde he podido entender...
Señaló el diagrama qué había creado, al centro, dos simbolos un dragón, y un árbol, representando a los pendragon y al sanguis, finalmente denotando la capacidad de ser metódica necesaria para ser especialista en transformaciones.
Aquí hay una guerra y un árbol diabólico, la idea es acabar con ambos.
Luego procedió a señalar un símbolo qué representa la magia nigromantica, que simboliza a Matvey y otro que refiere a la magia elementalista, que representa a Adael.
Para empezar el viejo Matvey y Adael dijeron que los Pendragon tampoco saben como acabar con esto, así que ellos no pueden ayudarnos ni aún suponiendo qué quisieran.
La unión entre los pendragon y el árbol tenía en medio el simbolo de una espada rota.
Luego hizo señales a los simbolos de Cath y de Sofía, respectivamente simbolos representando la magia de la ilusión y la herbología.
Según lo que han dicho Sofía y la Reina de Avalon, creo que solo podemos acabar de concluir qué ese árbol, no puede ser lidiado con métodos convencionales... En mayor o menor medida.
Sí, llamó reina de Avalon a Cath para dejar más que claro que no la ve como ninguna otra cosa más que eso.
Luego señaló otro simbolo, el árbol contenido en un círculo.
Hasta ahora hay tres métodos con intención de refrenar al árbol.
Señaló un símbolo qué parecía una esfera rodeada de rayos y fuego.
Los escudos de metal, los rayos y el fuego de Adael, que ya fueron implementados, aunque se limiten al hospital.
Luego un símbolo de una figura cautiva tras barrotes.
La sangre de la rehén, que Matvey busca utilizar para apaciguar al árbol en caso de necesidad.
Y finalmente, un símbolo de unas manos rodeando al árbol con un gesto ceremonioso.
Y la idea de dar el trato correcto al árbol de tal forma que se mantenga apaciguado, dada por la reina de Avalon y donde ella misma se ofrece a hacerlo, idea qué está enfrentada con la de usar a la rehén por palabra de la reina.
Muestra una línea entre ambas propuestas con un símbolo de disyuntiva sobre la misma, antes de dar su postura al respecto de esta situación.
Según yo, la mejor opción es la de dejar qué la reina Pendragon haga lo suyo, digo esto porque la idea se ve reforzada con lo dicho por Sofía sobre eso de la forma de pensar y las ambiciones... Sí lo tratan de una forma en Avalon y funciona, debe ser por algo, y además por la anecdota qué mencionó, es posible que el árbol ya la considere "digna" sea lo que sea que eso signifique en este caso.
Mostró las líneas qué mostraban la convergencia de las ideas por medio de las líneas, uniéndose a la línea de esa idea y reforzandola y además mostrando un símbolo qué representa un círculo de transmutación, que la representa a ella, unido por otra línea a la misma idea.
Siguiendo las formas de destruir el árbol, hasta ahora, Marcus sugirió una idea... De darle cancer al árbol con ayuda de Kyle y él no parece en desacuerdo.
Señaló un símbolo del árbol con un crecimiento maligno en él y simbolos de la magia de Marcus y la de Kyle apuntando ahí.
Y yo antes de que la mayoría llegara, también hice una sugerencia.
Señaló otro símbolo, uno de una piedra.
Usar un hechizo de petrificación sobre el árbol, es el único método qué se me ocurre podría deshabilitarlo de forma definitiva, al menos al qué yo tengo acceso.
Señaló la unión de su simbolo con el símbolo de la idea, pero luego volvió al simbolo de los pendragon.
Ahora los Pendragon y el peligro qué representan, en lo que refiere a ellos, hay dos alternativas sugeridas, y una sub alternativa.
Señaló el primer simbolo una clásica paloma de la paz.
La primera es reunirnos como quieren Emerald, Adael, y como sería necesario hacer en caso de buscar la paz como quiere la reina de Avalon.
Señaló los simbolos de los tres, y las líneas qué los unen al símbolo de esta idea y luego señaló un símbolo de una isla qué representa Ávalon.
Luego la alternativa dentro de la alternativa, que es la de ir y residir en Ávalon teniendo certeza de seguridad, que no es realmente algo que esté necesariamente unido a la alternativa primaria, pero Adael también lo sugirió.
Y de nuevo señaló el símbolo de Adael.
Y la opción del viejo Matvey... Que dijo que mejor sería prepararnos e innovar para la próxima embestida de los Pendragon.
Señaló un símbolo con un signo de interrogación rodeado por un círculo mágico y también d e nuevo el símbolo de Matvey.
Y yo particularmente estoy de acuerdo con eso y a la vez no creo que la diplomacia sea algún tipo de opción a estas alturas...
Señaló su símbolo y su unión con el de la idea de prepararse, además de señalar otro símbolo una representación de un símbolo de transmutación con unos tentáculos en medio, que dan a entender que deben pertenecer a alguna aberración abjecta.
Además, también he estado pensando en algunas cosas que podría a hacer para ayudar a esa causa, si es por nuestras vidas y Ouroboros no hay nada que no estaría dispuesta a hacer...
Concluyó antes de dejar de señalar el diagrama y decir.
¿Me estoy dejando algo?
Con el colapso qué había tenido, perfectamente podría haber sucedido, así que mejor lo pregunta, antes de que alguien más se lo recuerde primero, y ya después de poner sus ideas en orden dejará a todos a ver que opinan.
Ella acababa de tener un colapso bastante violento, y por eso en ese momento se encontraba bastante derrumbada producto del mismo, sin embargo, lo primero que pasó después de eso, resultó ser qué llegó Oscurus, un reemplazante de un descendiente especializado en la sanación y que según la opinión popular, es mucho menos agradable qué el anterior.
Pero fuera de eso, la noticia que trajo consigo fue como un soplo de aire fresco, algo que le permitía calmarse un poco, Jack iba a estar bien, solo podía agradecer eso, tal como en su vida a llegado a agradecer pocas cosas.
Luego de eso, el siguiente en tomar la palabra fue el descendiente de Tesla, quien dió una charla sobre pesticidas y una idea interesante sobre darle cancer al árbol, además la forma en que lo dijo fue algo graciosa, y ella sobre todas la personas en ese sitio, podía apreciarlo.
A tal grado qué incluso se había calmado un poco, aunque luego de eso hablo el viejo Matvey...
Y cualquier brisna de calma qué pudiera haber conseguido se disipó de inmediato, cada palabra exarcerbo su temor haciendo qué por su mente empezaran a pasar ideas horribles.
¿Y que tal si ella aportaba trucos nuevos? Tiene experiencia creando criaturas extrañas a partir de otras con sus hechizos de transformación... Podría llevarlos más lejos, podría llevarlos hasta lo más lejos posible, y crear criaturas qué puedan darle pesadillas hasta a los propios dragones, aberraciones qué vayan contra todo lo natural, cosas como las que hizo su padre...
La respuesta de Cath no fue de ayuda... Porque ni siquiera se molestó en negar nada de lo que le dijo, simplemente le argumentó el porqué no sería una solución viable convertirla en rana, cosa que le ha parecido de lo más cínico y miserable, al menos en el estado mental tan precario en que se encontraba.
Ahora su furia también estaba exacerbada, sentía que su interior estaba ardiendo otra vez aún mientras tenía la mirada baja, y bueno, a eso se terminó de sumar lo que ha dicho emerald.
No oyó ninguno de sus murmullos raros y obvió sus platicas de vacas cayendo por barrancos, eso le importaba lo que viene a ser nada y menos ahora mismo... Pero lo siguiente que dijo, no lo del esposo de Cath, a ese podían desangrarlo todo y no importaría, si no lo otro.
La forma en que la empezó a mirar ahora a ella debía ser precedente de que le iba a gritar tanto como a Cath, y quizás hasta más debido a que sus emociones estaban más fuera de control qué antes incluso, sin embargo, antes de que soltara todo, pasó algo, escuchó...
¿Adael?...
No preguntaba en el sentido de no reconocer, era más una pregunta en el sentido de ¿Qué haces?, aunque claro, él mismo terminó explicándolo con esa forma tan tranquilizadora qué tiene de hacerlo, y bueno, eso le hizo... Pensar en la cosas un poco, mientras que veía intercaladamente a la taza, a su mano, y al rostro del elementarista.
Y luego poner atención a lo que le decía a Matvey, bueno, era obvio que iba a salir en algún momento, lo declaró punto importante al principio de la reunión cuando solo eran tres.
Ah... Cómo sea...
Entonces tomó la taza, y decidió ponerse a beber mientras escuchaba atentamente el resto de cosas porque... Por mucho que le jode admitirlo... Matvey tiene razón, tiene que estar centrada, o todos pueden morir, y a su vez Adael también la tienen... Tienen que estar juntos en esto, solo su esfuerzo combinado hará el truco.
El miedo a terminado ganando el pulso la furia, y es natural, porque tiene ayuda de la culpa que aún siente, que le hace querer tomarse esto enserio y no empeorarlo más... Pero si va a ser seria, tiene que ser todo lo seria qué pueda ser.
Bueno, mientras bebía escuchó lo que dijo Kyle y bueno básicamente estaba atendiendo a lo que dijeron antes, y parecía que lo aprovaba, solo era cosa de darle una muestra... Pero claro, ¿Cómo? Eso sería algo que tendrían qué resolver.
Luego de eso, llegó Sofía... Que bueno, también le ha tirado lo suyo a Cath, y por respetar eso no tomará en cuenta la opción de mandar el árbol al espacio sugerida por Cath qué igual si quiere permanecer todo lo cuerda posible mejor será ignorar la mayoría de cosas que diga.
Y finalmente llegó un sujeto justo cuando se terminó el té, que entró de una forma que le hace pensar que su composición debe ser 1% merlin y 99% ego, fue tan teatral qué se hubiera reído de estar de mejor humor, pero no es el caso, sin embargo, decide responderle sin más.
Han vuelto y están tan locos como se contaba.
Le dijo sin titubeo ninguno, antes de ver el canalizador qué seguía en la mano opuesta a la taza por unos segundos y pensar en utilizar un método qué suele emplear para ayudarse a concentrarse cuando se encuentra sola.
Hizo algunos movimientos con el canalizador y lo apuntó directo a la mesa, aquí a punto de demostrar su capacidad para transformaciones de objetos.
Conforme se movía la mesa empezó a cambiar, mostrando en el centro una especie de diagrama circular qué salía de la propia madera de la mesa, organizado de tal forma que pueda ser comprensible desde cualquier perspectiva, entonces hizo lo mismo con la taza de té ya vacía para convertirla en una especie de vara para señalar, hace esto porque se concentra mejor cuando usa su magia, eso siempre ha sido así, y con este simple hechizo se ayuda mucho a sí misma.
A ver, hasta donde he podido entender...
Señaló el diagrama qué había creado, al centro, dos simbolos un dragón, y un árbol, representando a los pendragon y al sanguis, finalmente denotando la capacidad de ser metódica necesaria para ser especialista en transformaciones.
Aquí hay una guerra y un árbol diabólico, la idea es acabar con ambos.
Luego procedió a señalar un símbolo qué representa la magia nigromantica, que simboliza a Matvey y otro que refiere a la magia elementalista, que representa a Adael.
Para empezar el viejo Matvey y Adael dijeron que los Pendragon tampoco saben como acabar con esto, así que ellos no pueden ayudarnos ni aún suponiendo qué quisieran.
La unión entre los pendragon y el árbol tenía en medio el simbolo de una espada rota.
Luego hizo señales a los simbolos de Cath y de Sofía, respectivamente simbolos representando la magia de la ilusión y la herbología.
Según lo que han dicho Sofía y la Reina de Avalon, creo que solo podemos acabar de concluir qué ese árbol, no puede ser lidiado con métodos convencionales... En mayor o menor medida.
Sí, llamó reina de Avalon a Cath para dejar más que claro que no la ve como ninguna otra cosa más que eso.
Luego señaló otro simbolo, el árbol contenido en un círculo.
Hasta ahora hay tres métodos con intención de refrenar al árbol.
Señaló un símbolo qué parecía una esfera rodeada de rayos y fuego.
Los escudos de metal, los rayos y el fuego de Adael, que ya fueron implementados, aunque se limiten al hospital.
Luego un símbolo de una figura cautiva tras barrotes.
La sangre de la rehén, que Matvey busca utilizar para apaciguar al árbol en caso de necesidad.
Y finalmente, un símbolo de unas manos rodeando al árbol con un gesto ceremonioso.
Y la idea de dar el trato correcto al árbol de tal forma que se mantenga apaciguado, dada por la reina de Avalon y donde ella misma se ofrece a hacerlo, idea qué está enfrentada con la de usar a la rehén por palabra de la reina.
Muestra una línea entre ambas propuestas con un símbolo de disyuntiva sobre la misma, antes de dar su postura al respecto de esta situación.
Según yo, la mejor opción es la de dejar qué la reina Pendragon haga lo suyo, digo esto porque la idea se ve reforzada con lo dicho por Sofía sobre eso de la forma de pensar y las ambiciones... Sí lo tratan de una forma en Avalon y funciona, debe ser por algo, y además por la anecdota qué mencionó, es posible que el árbol ya la considere "digna" sea lo que sea que eso signifique en este caso.
Mostró las líneas qué mostraban la convergencia de las ideas por medio de las líneas, uniéndose a la línea de esa idea y reforzandola y además mostrando un símbolo qué representa un círculo de transmutación, que la representa a ella, unido por otra línea a la misma idea.
Siguiendo las formas de destruir el árbol, hasta ahora, Marcus sugirió una idea... De darle cancer al árbol con ayuda de Kyle y él no parece en desacuerdo.
Señaló un símbolo del árbol con un crecimiento maligno en él y simbolos de la magia de Marcus y la de Kyle apuntando ahí.
Y yo antes de que la mayoría llegara, también hice una sugerencia.
Señaló otro símbolo, uno de una piedra.
Usar un hechizo de petrificación sobre el árbol, es el único método qué se me ocurre podría deshabilitarlo de forma definitiva, al menos al qué yo tengo acceso.
Señaló la unión de su simbolo con el símbolo de la idea, pero luego volvió al simbolo de los pendragon.
Ahora los Pendragon y el peligro qué representan, en lo que refiere a ellos, hay dos alternativas sugeridas, y una sub alternativa.
Señaló el primer simbolo una clásica paloma de la paz.
La primera es reunirnos como quieren Emerald, Adael, y como sería necesario hacer en caso de buscar la paz como quiere la reina de Avalon.
Señaló los simbolos de los tres, y las líneas qué los unen al símbolo de esta idea y luego señaló un símbolo de una isla qué representa Ávalon.
Luego la alternativa dentro de la alternativa, que es la de ir y residir en Ávalon teniendo certeza de seguridad, que no es realmente algo que esté necesariamente unido a la alternativa primaria, pero Adael también lo sugirió.
Y de nuevo señaló el símbolo de Adael.
Y la opción del viejo Matvey... Que dijo que mejor sería prepararnos e innovar para la próxima embestida de los Pendragon.
Señaló un símbolo con un signo de interrogación rodeado por un círculo mágico y también d e nuevo el símbolo de Matvey.
Y yo particularmente estoy de acuerdo con eso y a la vez no creo que la diplomacia sea algún tipo de opción a estas alturas...
Señaló su símbolo y su unión con el de la idea de prepararse, además de señalar otro símbolo una representación de un símbolo de transmutación con unos tentáculos en medio, que dan a entender que deben pertenecer a alguna aberración abjecta.
Además, también he estado pensando en algunas cosas que podría a hacer para ayudar a esa causa, si es por nuestras vidas y Ouroboros no hay nada que no estaría dispuesta a hacer...
Concluyó antes de dejar de señalar el diagrama y decir.
¿Me estoy dejando algo?
Con el colapso qué había tenido, perfectamente podría haber sucedido, así que mejor lo pregunta, antes de que alguien más se lo recuerde primero, y ya después de poner sus ideas en orden dejará a todos a ver que opinan.
Capté con cierto desaire algunas de las miradas de los compañeros del Consejo. Dejé el café ya vacío con parsimonia sobre la mesa y me crucé de brazos por delante del pecho, cerrando los ojos y peinándome las cejas con la yema de los dedos, tratando de ubicar todos los conceptos que se trataban en la reunión, sobre el árbol, las vacas y los Pendragon. Suspiré con cierto cansancio y pedí con un leve movimiento de mano la carta a cuya lectura había llegado tarde, mientras los demás se reprochaban cosas o andaban divagando.
-Gaia- Respondí breve y cortante a Catherine sobre su divagación de cómo funcionaba el árbol, no alejándose mucho de cómo la naturaleza lo hace. La teoría de Gaia era archiconocida en biología y hablaba de cómo todos los seres vivos, y en especial las plantas, estaban conectadas como una extensísima red neuronal. Muchas culturas vanagloriaban esa idea, incluso los muggles hicieron una película sobre ello, algo de unos pitufos azules. Avatar, creo que se llamaba. No pude evitar escapar una carcajada irónica ante el comentario de Adael -¿Sacrilegio? ¿Entonces la alquimia qué es? Aprende tú magia oscura- Bufé, con cierta molestia y más cuando empezaron con la bobada de lanzarlo al espacio, haciendo que rodeara los ojos y me recolocara en el asiento. -El teniente estará una temporada en una situación delicada. Y Newton también- Lo de atar los poderes del árbol, no era una mala idea, al fin de cuentas.
-¿Y ya está? Qué decepcionante. Esto qué es, ¿una mesa de trabajo? ¿o la gestión de una isla? Si es un árbol que usa magia negra, que el experto en magia negra hable. Que estudie. Toda esta divagación no va a llevar a ningún sitio- Joder, había que ser práctico y no andar con elucubraciones que no iban a llevar a ningún sitio, la verdad que la primera reunión en la que participaba era bastante poco fructífera, más bien una patética pérdida de tiempo. La actitud del polinesio Kyle tampoco ayudaba mucho. Cogí las patatas de Emerald, que entonces se me tornaron muy interesantes. Lancé el primer tubérculo a Matvey para que lo cogiera al vuelo. Otra a Markus. A la cara larga de Catherine y otra a Sofía, que fue rodando por la mesa hasta su puesto -Si el árbol usa magia, usad antimagia o atemos su magia. ¿Qué pasó durante el periodo de los satélites de SAM? Si usa almas, investigad con nigromancia o espiritismo qué quieren esas almas. Si es una planta, que la botánica diga cómo conectarse con él. Catherine ya sabe cómo hacerlo- Era un poco el juego de la patata caliente. Que los que tenían la patata hablaran. Los demás, que cierren su maldita boca, me incluyo. Trabajemos con lo que tenemos. Yo no iba explicando el protocolo de una RCP o de una qPCR para CoVID19 cada vez que tenía una sesión, ni de la apertura de un cádaver para una autopsia. Presentaba resultados, conclusiones, protocolos. -Más resultados, menos elucubraciones-
Pero el cacareo seguía. Rodeé los ojos y me volví a dejar caer sobre el asiento que se me hizo terriblemente incómodo. Me eché el pelo hacia atrás -Decís que árbol funciona como canalizador de magia. Bien. Canalicemos esa magia. Escuchemos a los Pendragon qué tienen que decir. Como dice Emeral, hagámosles un hueco. Ya han demostrado el poder de su magia y su valor a nuestro lado… y también en el lado contrario. Si tanto arraigo tenéis por los ciudadanos de Ouroboros, preocuparos más por su bienestar y no por una trifulca de hace cuatro milenios que a la mitad de los presentes nos da igual. Hambre. Miedo. Inestabilidad. Esto es lo que transmitís a los ciudadanos de Ourobos. Guerra, a la que me opongo abiertamente- Bufé de nuevo con molestia y cogí un tubérculo de aquella cesta que me venía a mano. Le lancé la patata podrida por la magia de Sofia a Adael, con cierto ímpetu, alzando el cuerpo. Tenía un hospital que gestionar y no escuchar tantas gilipolleces -Quieres invadir su casa a exigir puestos que ni tú estás dispuesto a ceder- Juro por el Papa que me iba a ir, cuando llegó el nuevo descendiente de Merlín al cual seguí con cierta parsimonia. Pero cuando Rosse volvió a empezar me dejé caer en la silla con total desgana.
Nos iba a hacer un resumen.
UN JODIDO RESUMEN.
Menos mal que no había dejado la comida al fuego porque se iba a carbonizar. Como mi paciencia.
-Gaia- Respondí breve y cortante a Catherine sobre su divagación de cómo funcionaba el árbol, no alejándose mucho de cómo la naturaleza lo hace. La teoría de Gaia era archiconocida en biología y hablaba de cómo todos los seres vivos, y en especial las plantas, estaban conectadas como una extensísima red neuronal. Muchas culturas vanagloriaban esa idea, incluso los muggles hicieron una película sobre ello, algo de unos pitufos azules. Avatar, creo que se llamaba. No pude evitar escapar una carcajada irónica ante el comentario de Adael -¿Sacrilegio? ¿Entonces la alquimia qué es? Aprende tú magia oscura- Bufé, con cierta molestia y más cuando empezaron con la bobada de lanzarlo al espacio, haciendo que rodeara los ojos y me recolocara en el asiento. -El teniente estará una temporada en una situación delicada. Y Newton también- Lo de atar los poderes del árbol, no era una mala idea, al fin de cuentas.
-¿Y ya está? Qué decepcionante. Esto qué es, ¿una mesa de trabajo? ¿o la gestión de una isla? Si es un árbol que usa magia negra, que el experto en magia negra hable. Que estudie. Toda esta divagación no va a llevar a ningún sitio- Joder, había que ser práctico y no andar con elucubraciones que no iban a llevar a ningún sitio, la verdad que la primera reunión en la que participaba era bastante poco fructífera, más bien una patética pérdida de tiempo. La actitud del polinesio Kyle tampoco ayudaba mucho. Cogí las patatas de Emerald, que entonces se me tornaron muy interesantes. Lancé el primer tubérculo a Matvey para que lo cogiera al vuelo. Otra a Markus. A la cara larga de Catherine y otra a Sofía, que fue rodando por la mesa hasta su puesto -Si el árbol usa magia, usad antimagia o atemos su magia. ¿Qué pasó durante el periodo de los satélites de SAM? Si usa almas, investigad con nigromancia o espiritismo qué quieren esas almas. Si es una planta, que la botánica diga cómo conectarse con él. Catherine ya sabe cómo hacerlo- Era un poco el juego de la patata caliente. Que los que tenían la patata hablaran. Los demás, que cierren su maldita boca, me incluyo. Trabajemos con lo que tenemos. Yo no iba explicando el protocolo de una RCP o de una qPCR para CoVID19 cada vez que tenía una sesión, ni de la apertura de un cádaver para una autopsia. Presentaba resultados, conclusiones, protocolos. -Más resultados, menos elucubraciones-
Pero el cacareo seguía. Rodeé los ojos y me volví a dejar caer sobre el asiento que se me hizo terriblemente incómodo. Me eché el pelo hacia atrás -Decís que árbol funciona como canalizador de magia. Bien. Canalicemos esa magia. Escuchemos a los Pendragon qué tienen que decir. Como dice Emeral, hagámosles un hueco. Ya han demostrado el poder de su magia y su valor a nuestro lado… y también en el lado contrario. Si tanto arraigo tenéis por los ciudadanos de Ouroboros, preocuparos más por su bienestar y no por una trifulca de hace cuatro milenios que a la mitad de los presentes nos da igual. Hambre. Miedo. Inestabilidad. Esto es lo que transmitís a los ciudadanos de Ourobos. Guerra, a la que me opongo abiertamente- Bufé de nuevo con molestia y cogí un tubérculo de aquella cesta que me venía a mano. Le lancé la patata podrida por la magia de Sofia a Adael, con cierto ímpetu, alzando el cuerpo. Tenía un hospital que gestionar y no escuchar tantas gilipolleces -Quieres invadir su casa a exigir puestos que ni tú estás dispuesto a ceder- Juro por el Papa que me iba a ir, cuando llegó el nuevo descendiente de Merlín al cual seguí con cierta parsimonia. Pero cuando Rosse volvió a empezar me dejé caer en la silla con total desgana.
Nos iba a hacer un resumen.
UN JODIDO RESUMEN.
Menos mal que no había dejado la comida al fuego porque se iba a carbonizar. Como mi paciencia.
Markus asintió a la idea de Catherine de enviar al árbol al espacio. Le gustó la idea. Le gustaba la idea de volar y hacer volar cosas, aunque a veces explotaban. Eso también estaba bien. ¿No hay pizza? Markus quiere pizza. -¿Y si matamos a alguien a pies del árbol? Alguien de alma pura, un alado, quizás- Miró con interés a los que estaban alrededor, por si a alguien le interesaba la idea. Quizás con eso el árbol dejaba de comer gente. Markus dudaba que fuera la idea bien recibida y la gente parecía muy enfadada la una con la otra. Cogió la patara y Markus la miró confuso, ya había dado todas las ideas que se le había ocurrido -Markus no sabe cómo afectó la antimagia al árbol. Pero es una buena pregunta…- Markus se rascó el bigote con la patata, antes de que se pochara le diera asco y la lanzara. Luego volvió a Adael que le había respondido, le sonrió abiertamente y le respondió en modo confidente -Solo lo hago para fastidiar a Arleen- Se recoló en su silla y le guiñó un ojo al elementarista.
Markus no entendía por qué no le gustaba a Oscurus el resumen de Rosse y se portaba con aquella desgana. Allá él. Ya no le gustaba a Markus, prefería a Lucio. Markus miró a Adael con gesto de alianza. Después de ese desaire Markus trató de prestar toda la atención que si dispersa mente le dejaba. El esquema le encantaba, aunque Markus era más de tablón blanco, hilos rojos y teorías del fin del mundo. Pero no estaba nada mal y Markus trató de replicarlo en papel… y corrigió el símbolo que le representaba por parte de Rosse con un posti-it que tenía dibujado una paloma. Su querida Entropía.
-Markus cree que puede encontrar algo de antimagia en los satélites de SAM, o copiar la señal que emitían- Markus dibujó un satélite con la cara de un robot enfadado y la dejó levitando sobre el símbolo que representaba el árbol -Canalizando la señal sobre el árbol, Markus cree que será más fácil para acceder al interior de él, a su alma. Pero si la señal falla, la mente de la persona que entre quizá se pierda para siempre. Si el árbol absorbe magia, los escudos mágicos no van a servir para nada. Markus podría usar su magia de anulación, pero no la ha usado nunca con plantas- Las plantas son aburridas, pensó. Añadió un post-it con el símbolo de anulación sobre el escudo. Markus lo estaba pasando en grande en aquel puzzle. -Se puede atar su magia, como la que tiene el teniente. Petrificar no va a acabar con la magia subyacente del árbol, por mucha piedra que sea- Markus dirigió primero la mirada a Rosse, luego miró a Sofía esperando que supiera cómo era aquello, no fue él quién lo ató. El amor y la boda era como atar a alguien, pero diferente -¿Quizás deberíamos casarnos con el árbol?- Pensó en voz alta, más para sí mismo que para cualquiera de los otros.
-A Markus no le gustan las reuniones con los Pendragon. La última vez lo casaron con Lake- Markus miró por el rabillo del ojo a Catherine, sin saber cómo podía aguantarlo. Tampoco tenía respuesta que darle a los ciudadanos de Ouroboros. -La paz de Ouroboros es lo más importante y debe ser primordial, haya que llevarse a quien sea por delante: árbol o Pendragon- Golpe de mesa -Markus ha dicho- Le enfurecía siquiera que Oscurus tuviera cualquier mínimo ápice de duda sobre ese tema. Esperaba que de aquella manera le quedase claro. Y si tenía que lavar el cerebro a todos los cidadanos para que creyeran que todo iba bien, lo haría. Ya vería cómo.
-¡Juguete nuevo!- Recibió al nuevo compañero con una exclamación, perdiendo el hilo de lo que estaba diciendo y cediendo toda su atención a Leroy.
Markus no entendía por qué no le gustaba a Oscurus el resumen de Rosse y se portaba con aquella desgana. Allá él. Ya no le gustaba a Markus, prefería a Lucio. Markus miró a Adael con gesto de alianza. Después de ese desaire Markus trató de prestar toda la atención que si dispersa mente le dejaba. El esquema le encantaba, aunque Markus era más de tablón blanco, hilos rojos y teorías del fin del mundo. Pero no estaba nada mal y Markus trató de replicarlo en papel… y corrigió el símbolo que le representaba por parte de Rosse con un posti-it que tenía dibujado una paloma. Su querida Entropía.
-Markus cree que puede encontrar algo de antimagia en los satélites de SAM, o copiar la señal que emitían- Markus dibujó un satélite con la cara de un robot enfadado y la dejó levitando sobre el símbolo que representaba el árbol -Canalizando la señal sobre el árbol, Markus cree que será más fácil para acceder al interior de él, a su alma. Pero si la señal falla, la mente de la persona que entre quizá se pierda para siempre. Si el árbol absorbe magia, los escudos mágicos no van a servir para nada. Markus podría usar su magia de anulación, pero no la ha usado nunca con plantas- Las plantas son aburridas, pensó. Añadió un post-it con el símbolo de anulación sobre el escudo. Markus lo estaba pasando en grande en aquel puzzle. -Se puede atar su magia, como la que tiene el teniente. Petrificar no va a acabar con la magia subyacente del árbol, por mucha piedra que sea- Markus dirigió primero la mirada a Rosse, luego miró a Sofía esperando que supiera cómo era aquello, no fue él quién lo ató. El amor y la boda era como atar a alguien, pero diferente -¿Quizás deberíamos casarnos con el árbol?- Pensó en voz alta, más para sí mismo que para cualquiera de los otros.
-A Markus no le gustan las reuniones con los Pendragon. La última vez lo casaron con Lake- Markus miró por el rabillo del ojo a Catherine, sin saber cómo podía aguantarlo. Tampoco tenía respuesta que darle a los ciudadanos de Ouroboros. -La paz de Ouroboros es lo más importante y debe ser primordial, haya que llevarse a quien sea por delante: árbol o Pendragon- Golpe de mesa -Markus ha dicho- Le enfurecía siquiera que Oscurus tuviera cualquier mínimo ápice de duda sobre ese tema. Esperaba que de aquella manera le quedase claro. Y si tenía que lavar el cerebro a todos los cidadanos para que creyeran que todo iba bien, lo haría. Ya vería cómo.
-¡Juguete nuevo!- Recibió al nuevo compañero con una exclamación, perdiendo el hilo de lo que estaba diciendo y cediendo toda su atención a Leroy.
Lo de que Da Vinci estaba teniendo problemas en Italia era otro problema, pero tenian demasiados frentes abiertos, como solucionar también ese? Italia...además el mensaje de Adramelech.... sí, si que tenía tarea.
Escuché y hasta desvié la mirada a Catherine cuando me dijo que no la necesitaba, a Gwen.
- Yo diré lo que necesito y lo que no. - quizá arisco de más. Pero es que Catherine se estaba dejando llevar por sus emociones tambien, emociones respecto a esa chica. - Crees que te voy a dejar que seas tu quien ofrezca tu sangre? Me vale más medio litro tuyo que cinco de los de esa sacerdotisa. Además podemos usarla también para negociar un cese de ataques contra Ouroboros porque sé de sobra que de no ser por tu intervención, ya estarían aqui con sus dragones otra vez. La prisionera se quedará bajo mi custodia, hasta que veamos como evoluciona esto.
A Emerald no le faltaba razon con lo de haberlos aceptado. Si,...yo me lo habia replanteado y todo. Reflexioné en silencio.
- Es cierto. Podemos hacer un ultimo intento. Un ultimo ofrecimiento de paz mediante un tratado. Oscurus y Emerald están en lo cierto. Los odio, os lo juro, los destruiría. Pero no paro de hablar de lo importantes que son los Ciudadanos de Ouroboros, y vosotros.....no hay nada que no haría para protegerlos. Para protegeros. Ya sea.....crear un lich, resucitar a los muertos, ejecutar posesiones.... - lancé una mirada muy significativa a Adael, por sus comentarios anteriores.... - o incluso lanzarme a otro intento de paz. Y yo te ruego, Adael, que entiendas que ya domino un elemento, mi elemento es la muerte, que tu concepto religioso implique que manejar la muerte es sacrilegio, es problema tuyo, no mio. Lo importante es para qué se usa, al final.
"si no queréis un nigromante en el Consejo eliminad el linaje de Rasputin de él.... no le eches cadenas encima"
- Para que queremos residir en Avalon? Para ellos esa isla maldita
Hice una mueca cuando Sofía entró al trapo con Catherine también. Si la conocía bien, ahora mismo seguro que tenía levantada una ilusión de si misma para mantener el semblante impertérrito .Tenía una manía muy mala de hacer eso.
- Seamos pract.... - iba a decir "practicos", pero la entrada del nuevo ocupante del puesto Merlín me descolocó por completo....me lo quedé mirando, analizandolo con la mirada. Adulto, un tanto soberbio, seguro de si mismo.... ya veríamos por donde respiraba este. La ausencia de Sean lo habia hecho necesario.
Rosse comenzó una especie de síntesis a la que Oscururs y Markus sumaron sus propias aportaciones. Otra síntesis....
- En síntesis.... - hice un gesto señalando al enorme diagrama que se habia hecho Rosse,y me puse en pie, caminando tras las mesas de mis compañeros del Consejo - Tenemos trabajo. Yo estudiaré, como Oscurus ha dicho, el plano de las almas. Tengo un método de adentrarme en ellas, comunicarme con ellas y hasta controlarlas. Puede que logre comunicarme con las del arbol, controlar algo...refrenar su extensión o su hambre.
No dije que método era, pero era uno, al fin y al cabo, uno bueno. Uno de esos que asustarían mucho mucho a Adael.
- Markus, tú trabaja en ese amplificador. No hicisteis uno para amplificar la magia en el castillo Le Fay? Consigue el mineral de antimagia, y crea un amplificador con eso. Ayudará a mantener las raices a raya del hospital. Kyle puede investigar lo que ha comentado de manera paralela. Sofia y Adael tendréis que seguir trabajando en los cultivos y mantener las raices de nuestros bosques lo mas desunidas posible. - ignoré lo de sacrificar alados o casarse con el árbol, porque entre las ideas buenas de Markus, siempre habian algunas que implicasen casarse con palomas o arboles u otras cosas no humanas.
- Finalmente. - me detuve, ahora llegaba la ultima opcion. - Paz o guerra. O ambas. Preparáos, mejoraos, estad listos para enfrentaros a controles mentales, dragones, magia de sangre. Haced mas escorpiones... - hice una breve pausa...reflexionando todo lo que habiamos dicho. Personalmente creia que no habia marcha atrás pero me sentía culpable por haber fracasado en mis negociaciones con Wthyr. - Fracasé al intentar negociar con Wthyr que dejasen la idea del imperio a cambio de residir aqui. Eso nos llevó a esta batalla y a que nos explotase todo. Sabeis que ningun residente o miembro del Consejo puede tener ese tipo de aspiraciones de dominio fuera de la Isla. Pero.......podemos extender un tratado de paz. Residencia en Ouroboros, acceso a sus templos, un puesto en el Consejo para alguien que no sea Wthyr. A cambio tendrán que cejar en su campaña de imperio. Ellos y sus vasallos tendrán que jurar jamás dañar Ouroboros y velar por su bien. Y por supuesto tendrán a su sacerdotisa de vuelta.
- Votad. Nos aventuramos a enviarles un tratado de paz , mientras nos preparamos para lo peor, o simplemente nos preparamos para lo peor?
Escuché y hasta desvié la mirada a Catherine cuando me dijo que no la necesitaba, a Gwen.
- Yo diré lo que necesito y lo que no. - quizá arisco de más. Pero es que Catherine se estaba dejando llevar por sus emociones tambien, emociones respecto a esa chica. - Crees que te voy a dejar que seas tu quien ofrezca tu sangre? Me vale más medio litro tuyo que cinco de los de esa sacerdotisa. Además podemos usarla también para negociar un cese de ataques contra Ouroboros porque sé de sobra que de no ser por tu intervención, ya estarían aqui con sus dragones otra vez. La prisionera se quedará bajo mi custodia, hasta que veamos como evoluciona esto.
A Emerald no le faltaba razon con lo de haberlos aceptado. Si,...yo me lo habia replanteado y todo. Reflexioné en silencio.
- Es cierto. Podemos hacer un ultimo intento. Un ultimo ofrecimiento de paz mediante un tratado. Oscurus y Emerald están en lo cierto. Los odio, os lo juro, los destruiría. Pero no paro de hablar de lo importantes que son los Ciudadanos de Ouroboros, y vosotros.....no hay nada que no haría para protegerlos. Para protegeros. Ya sea.....crear un lich, resucitar a los muertos, ejecutar posesiones.... - lancé una mirada muy significativa a Adael, por sus comentarios anteriores.... - o incluso lanzarme a otro intento de paz. Y yo te ruego, Adael, que entiendas que ya domino un elemento, mi elemento es la muerte, que tu concepto religioso implique que manejar la muerte es sacrilegio, es problema tuyo, no mio. Lo importante es para qué se usa, al final.
"si no queréis un nigromante en el Consejo eliminad el linaje de Rasputin de él.... no le eches cadenas encima"
- Para que queremos residir en Avalon? Para ellos esa isla maldita
Hice una mueca cuando Sofía entró al trapo con Catherine también. Si la conocía bien, ahora mismo seguro que tenía levantada una ilusión de si misma para mantener el semblante impertérrito .Tenía una manía muy mala de hacer eso.
- Seamos pract.... - iba a decir "practicos", pero la entrada del nuevo ocupante del puesto Merlín me descolocó por completo....me lo quedé mirando, analizandolo con la mirada. Adulto, un tanto soberbio, seguro de si mismo.... ya veríamos por donde respiraba este. La ausencia de Sean lo habia hecho necesario.
Rosse comenzó una especie de síntesis a la que Oscururs y Markus sumaron sus propias aportaciones. Otra síntesis....
- En síntesis.... - hice un gesto señalando al enorme diagrama que se habia hecho Rosse,y me puse en pie, caminando tras las mesas de mis compañeros del Consejo - Tenemos trabajo. Yo estudiaré, como Oscurus ha dicho, el plano de las almas. Tengo un método de adentrarme en ellas, comunicarme con ellas y hasta controlarlas. Puede que logre comunicarme con las del arbol, controlar algo...refrenar su extensión o su hambre.
No dije que método era, pero era uno, al fin y al cabo, uno bueno. Uno de esos que asustarían mucho mucho a Adael.
- Markus, tú trabaja en ese amplificador. No hicisteis uno para amplificar la magia en el castillo Le Fay? Consigue el mineral de antimagia, y crea un amplificador con eso. Ayudará a mantener las raices a raya del hospital. Kyle puede investigar lo que ha comentado de manera paralela. Sofia y Adael tendréis que seguir trabajando en los cultivos y mantener las raices de nuestros bosques lo mas desunidas posible. - ignoré lo de sacrificar alados o casarse con el árbol, porque entre las ideas buenas de Markus, siempre habian algunas que implicasen casarse con palomas o arboles u otras cosas no humanas.
- Finalmente. - me detuve, ahora llegaba la ultima opcion. - Paz o guerra. O ambas. Preparáos, mejoraos, estad listos para enfrentaros a controles mentales, dragones, magia de sangre. Haced mas escorpiones... - hice una breve pausa...reflexionando todo lo que habiamos dicho. Personalmente creia que no habia marcha atrás pero me sentía culpable por haber fracasado en mis negociaciones con Wthyr. - Fracasé al intentar negociar con Wthyr que dejasen la idea del imperio a cambio de residir aqui. Eso nos llevó a esta batalla y a que nos explotase todo. Sabeis que ningun residente o miembro del Consejo puede tener ese tipo de aspiraciones de dominio fuera de la Isla. Pero.......podemos extender un tratado de paz. Residencia en Ouroboros, acceso a sus templos, un puesto en el Consejo para alguien que no sea Wthyr. A cambio tendrán que cejar en su campaña de imperio. Ellos y sus vasallos tendrán que jurar jamás dañar Ouroboros y velar por su bien. Y por supuesto tendrán a su sacerdotisa de vuelta.
- Votad. Nos aventuramos a enviarles un tratado de paz , mientras nos preparamos para lo peor, o simplemente nos preparamos para lo peor?
Catherine forzó una sonrisa ante el comentario de Emerald. Una bendición…Técnicamente, lo eran. Se llevó una mano al vientre pensando que gracias a ser mellizos es que la maldición iba a deshacerse aunque…No lograba sentir ninguna felicidad. Escuchó de fondo lo que decía sobre haberlos aceptado y, lo cierto, es que Catherine estaba de acuerdo. Lo había sugerido desde que había visto el holmgang pero… la ignoraron. Si Emerald creía que era la única, bueno, estaba equivocada.
La pregunta de Adael sobre el bienestar y ubicación de Gwen nadie la respondió y Catherine sencillamente extendió su campo telepático buscándola en Ouroboros pero no dio con ella, algo la detuvo. Un bloqueo. Deslizó lentamente la mirada a Matvey antes de volver a observar el centro de la mesa. Estaba en los calabozos de la Guardia pero ese conocimiento lo guardó para sí misma. La respuesta de Matvey sobre su ofrecimiento, y la de Emerald, la hicieron analizar un poco. Alzó la vista hacia Matvey -No les estaba pidiendo permiso- Luego la apartó con seriedad.
Miró hacia Kyle cuando Emerald lo instó a hablar y escuchó cada detalle que decía -Ten cuidado- Fue la única sugerencia que dio, no iba a detener ningún tipo de investigación si con ello acababan con el árbol pero… No estaba demás sugerirlo.
Aún así Adael no dejó de sorprenderla y asquearla profundamente con su actitud “honorable”. Frunció el ceño recordando de nuevo las palabras de Wthyr: Eso se os ha dado siempre bien a los Descendientes. Neutralidad y supuestos nobles propósitos… Tragó en seco pero mantuvo la boca cerrada porque tanto Oscurus como Matvey respondieron. Se mordió la lengua para soltarle “¿Entonces tú sí puedes hacer lo que te dé la gana y yo no?” Movió suavemente la cabeza y soltó un suspiro cansado -Yo también les propuse firmar la paz. Wthyr va a reunirse con sus vasallos y tengo que estar allí para explicar que es una maldita estupidez repetir los errores del pasado. Ellos han sido criados con un único objetivo que es la venganza y han dirigido sus decisiones hacia allí, quiero hacer que entren en razón. La última vez perdieron, en la batalla perdieron, aunque estaban con la mitad de sus fuerzas… No podemos repetir la historia, no podemos seguir bañando de sangre ni Ouroboros ni Ávalon porque la gente que está muriendo lo está haciendo por un objetivo egoísta y egocéntrico, una venganza que ni siquiera es suya. La historia está allí para aprender de ella. Familias desechas, viudas, huérfanos, por un deseo estúpido, por un pedazo de tierra, por un puesto en el Consejo, por ese orgullo tan fuerte que tenemos- Se incluyó, porque le sucedía -Y son ellos los que terminan sufriendo y dando su vida. Y no me parece justo. No cuando acabamos de salir de una guerra que desangró el mundo-
En la respuesta a Adael no iba a inmiscuirse. Ella allí no tenía que defender a nadie, todos tenían garras. Como demostró Sofía no sólo por el comentario tan fuera de lugar sobre la “Madre Naturaleza” como si ella supiera una mierda de maldiciones o control mental.
El griterío de Sofía la hizo mirarla con sorpresa y sus palabras le hirieron profundamente. ¿Juego de tronos? ¿Qué maldito juego de tronos? Ella había estado allí durante el horroroso día en el que había tenido que prepararse para la boda de Wthyr, la había visto llorar, rota, por todo lo que tenía que sacrificar para estar con él. Y por eso, porque ella misma le limpió las lágrimas para poder maquillarla…Se sorprendió de su actitud. ¿Acaso creía que iba a dejar al teniente solo? Estaban tan… decepcionado de ella que cualquier cosa que dijera la tomarían a mal -Tengo la esperanza de que nunca te veas en una situación como la mía- Le respondió de forma neutral a través de su ilusión e ignoró la pregunta de Adael sobre los mellizos. No era su asunto. Miró hacia Oscurus al escuchar lo del teniente Royden y asintió con suavidad.
Tras eso volvió a mirar al centro de la mesa controlando el temblor de su cuerpo fuera de la ilusión. Tenía que mantenerlo a raya todo. Alzó la mano para detener la patata de Oscurus con uno de sus zarcillos de oscuridad y alzó la vista hacia él. Parecía tan centrado que…le sorprendía. De alguna manera, aportaba objetividad como Lucio sólo que sin la sonrisa. Bien -Yo lo hice a través de la magia de sangre, puedo volver a intentarlo- Porque Wthyr también quería conectarse. Se humedeció los labios -Veré qué información puedo obtener de las sacerdotizas de Ávalon- Aún así cuando Markus y él hablaron de la antimagia, Catherine ladeó suavemente la cabeza y luego frunció el ceño para buscar a Sean con la mirada pero…Él no estaba. Jack tampoco. Tensó los labios y miró a Matvey porque él había participado en las pruebas -¿No había un mago que tenía algo parecido?-
Tras eso, Adael insistió en lo de Ávalon y a Catherine le dio vértigo, apretó las manos en puños. Había tenido dos intentos de asesinato en aquella isla y si comprendieran el terror que tenía de salir del castillo…No, no iban a comprenderlo. La paz de momento parecía ganar pero no se contaban los pollitos antes de nacer. Catherine cerró los ojos y se concentró en calmarse y en respirar lenta y profundamente pero entonces irrumpieron en la reunión y la morena alzó la vista al oír la presentación de la persona que…venía a ocupar el puesto de Sean. El estómago le dio un vuelco y a punto estuvo de devolver el escaso té y frutas que había desayunado. ¿Sean había muerto? ¿SEAN HABÍA MUERTO? Catherine extendió tan rápidamente su campo telepático hacia su amigo que tuvo una puntada detrás de los ojos pero…No lo encontró. La ilusión buscó con la mirada a Lucio, pero no estaba. A Giordano, pero tampoco y Ling estaba dormido. ¿Por qué nadie reaccionaba? ¿Dónde estaba Sean? Catherine se incorporó para respirar mientras temblaba bruscamente, aún así, su ilusión permanecía sentada. ¿Y Zaphira? ¿Dónde estaban TODOS? ¿POR QUÉ ESTABAN DESAPARECIENDO?
Rosse empezó a hacer su gran resumen y Catherine volvió la vista hacia ella cuando la llamó Reina. Una…Y dos…Y tres veces.
Reina Pendragon.
Reina.
Reina.
Digna.
Reina de Ávalon.
“¿Me estoy dejando algo?”
-Te estás dejando varias cosas, igual que Matvey, Rosse. Por ejemplo, que ninguno de vosotros sabría una maldita mierda de las intenciones de imperio de Wthyr si yo no hubiese dado la información. ¿O crees que el Consejo lo sabe por arte de magia? ¿Acaso no lees tu brazalete?- Alzó las cejas y se incorporó en la mesa -¿O es que Matvey no os dijo que fui yo quien lo metió en Ávalon para que escuchar a Wthyr hablar sobre su súper imperio? - Volvió la vista hacia él -¿Acaso les dijiste que fui yo la que te informé sobre la importancia de sus templos?- Volvió la vista hacia Sofía - Te estás dejando que yo también crecí en esta isla y que ya he sangrado por ella. En tierra firme y aquí arriba- Volvió la vista hasta Matvey -Te estás dejando que yo también daría lo que fuera por Ouroboros y no necesito vuestro permiso para protegerlo- Y luego hacia la maldita Rosse -Te estás dejando que soy Reina de Ávalon pero también soy una Descendiente. No soy una sola cosa. Soy ambas. Y que si tú no tienes en valor tu propia palabra, yo sí y no tomo en vano NINGÚN JURAMENTO que haga ante nadie. Y juré proteger ambas islas, a su gente-
Se incorporó, al menos su ilusión, la Catherine real estaba cerca de la puerta con la espalda apoyada en la pared mirándolos a todos. Allí al menos no estaba Jack que podía ubicarla en cualquier sitio -Un tratado de paz es la mejor opción para no repetir nuestros errores pero te aviso que no dejarán el imperio de lado, así que habrá que idear la manera de controlarles. Así sea con un juramento inquebrantable. Preparaos para lo peor, porque los ejércitos Pendragon están volviendo a Ávalon y quemarán todo a su paso ya no por su orgullo herido, ya no por la isla, lo harán por Gwen porque dejarla en Ouroboros la convertirá en mártir. Y mientras vosotros la veis como una ventaja, ellos la ven como la razón para arrasar todo a su paso. Si yo lo hago, lo comprenderán. Allí me ven como una Descendiente, como aquí me ven como una traidora- Inspiró profundamente y negó con la cabeza. La idea sobre la mesa redonda seguía siendo aún muy… nueva, muy sensible y no sabía qué pensaba Wthyr de ella así que no podía informarlo aquí.
Mei votó directamente por la paz así que Catherine enunció-Galenus, Rasputin, Tesla, Curie, Le Fay, Xian, votan por la paz- No le había quedado claro lo de Rosse, ya que lo dijera ella. Catherine desvió la vista hacia Kyle y alzó las cejas -Pronunciaos- Advirtió y la ilusión fue hacia donde se encontraba Ling para pasarle una mano por la espalda con suavidad y luego moverle el hombro buscando despertarlo pues ella no había oído que él también quería paz porque llegó tarde.
La pregunta de Adael sobre el bienestar y ubicación de Gwen nadie la respondió y Catherine sencillamente extendió su campo telepático buscándola en Ouroboros pero no dio con ella, algo la detuvo. Un bloqueo. Deslizó lentamente la mirada a Matvey antes de volver a observar el centro de la mesa. Estaba en los calabozos de la Guardia pero ese conocimiento lo guardó para sí misma. La respuesta de Matvey sobre su ofrecimiento, y la de Emerald, la hicieron analizar un poco. Alzó la vista hacia Matvey -No les estaba pidiendo permiso- Luego la apartó con seriedad.
Miró hacia Kyle cuando Emerald lo instó a hablar y escuchó cada detalle que decía -Ten cuidado- Fue la única sugerencia que dio, no iba a detener ningún tipo de investigación si con ello acababan con el árbol pero… No estaba demás sugerirlo.
Aún así Adael no dejó de sorprenderla y asquearla profundamente con su actitud “honorable”. Frunció el ceño recordando de nuevo las palabras de Wthyr: Eso se os ha dado siempre bien a los Descendientes. Neutralidad y supuestos nobles propósitos… Tragó en seco pero mantuvo la boca cerrada porque tanto Oscurus como Matvey respondieron. Se mordió la lengua para soltarle “¿Entonces tú sí puedes hacer lo que te dé la gana y yo no?” Movió suavemente la cabeza y soltó un suspiro cansado -Yo también les propuse firmar la paz. Wthyr va a reunirse con sus vasallos y tengo que estar allí para explicar que es una maldita estupidez repetir los errores del pasado. Ellos han sido criados con un único objetivo que es la venganza y han dirigido sus decisiones hacia allí, quiero hacer que entren en razón. La última vez perdieron, en la batalla perdieron, aunque estaban con la mitad de sus fuerzas… No podemos repetir la historia, no podemos seguir bañando de sangre ni Ouroboros ni Ávalon porque la gente que está muriendo lo está haciendo por un objetivo egoísta y egocéntrico, una venganza que ni siquiera es suya. La historia está allí para aprender de ella. Familias desechas, viudas, huérfanos, por un deseo estúpido, por un pedazo de tierra, por un puesto en el Consejo, por ese orgullo tan fuerte que tenemos- Se incluyó, porque le sucedía -Y son ellos los que terminan sufriendo y dando su vida. Y no me parece justo. No cuando acabamos de salir de una guerra que desangró el mundo-
En la respuesta a Adael no iba a inmiscuirse. Ella allí no tenía que defender a nadie, todos tenían garras. Como demostró Sofía no sólo por el comentario tan fuera de lugar sobre la “Madre Naturaleza” como si ella supiera una mierda de maldiciones o control mental.
El griterío de Sofía la hizo mirarla con sorpresa y sus palabras le hirieron profundamente. ¿Juego de tronos? ¿Qué maldito juego de tronos? Ella había estado allí durante el horroroso día en el que había tenido que prepararse para la boda de Wthyr, la había visto llorar, rota, por todo lo que tenía que sacrificar para estar con él. Y por eso, porque ella misma le limpió las lágrimas para poder maquillarla…Se sorprendió de su actitud. ¿Acaso creía que iba a dejar al teniente solo? Estaban tan… decepcionado de ella que cualquier cosa que dijera la tomarían a mal -Tengo la esperanza de que nunca te veas en una situación como la mía- Le respondió de forma neutral a través de su ilusión e ignoró la pregunta de Adael sobre los mellizos. No era su asunto. Miró hacia Oscurus al escuchar lo del teniente Royden y asintió con suavidad.
Tras eso volvió a mirar al centro de la mesa controlando el temblor de su cuerpo fuera de la ilusión. Tenía que mantenerlo a raya todo. Alzó la mano para detener la patata de Oscurus con uno de sus zarcillos de oscuridad y alzó la vista hacia él. Parecía tan centrado que…le sorprendía. De alguna manera, aportaba objetividad como Lucio sólo que sin la sonrisa. Bien -Yo lo hice a través de la magia de sangre, puedo volver a intentarlo- Porque Wthyr también quería conectarse. Se humedeció los labios -Veré qué información puedo obtener de las sacerdotizas de Ávalon- Aún así cuando Markus y él hablaron de la antimagia, Catherine ladeó suavemente la cabeza y luego frunció el ceño para buscar a Sean con la mirada pero…Él no estaba. Jack tampoco. Tensó los labios y miró a Matvey porque él había participado en las pruebas -¿No había un mago que tenía algo parecido?-
Tras eso, Adael insistió en lo de Ávalon y a Catherine le dio vértigo, apretó las manos en puños. Había tenido dos intentos de asesinato en aquella isla y si comprendieran el terror que tenía de salir del castillo…No, no iban a comprenderlo. La paz de momento parecía ganar pero no se contaban los pollitos antes de nacer. Catherine cerró los ojos y se concentró en calmarse y en respirar lenta y profundamente pero entonces irrumpieron en la reunión y la morena alzó la vista al oír la presentación de la persona que…venía a ocupar el puesto de Sean. El estómago le dio un vuelco y a punto estuvo de devolver el escaso té y frutas que había desayunado. ¿Sean había muerto? ¿SEAN HABÍA MUERTO? Catherine extendió tan rápidamente su campo telepático hacia su amigo que tuvo una puntada detrás de los ojos pero…No lo encontró. La ilusión buscó con la mirada a Lucio, pero no estaba. A Giordano, pero tampoco y Ling estaba dormido. ¿Por qué nadie reaccionaba? ¿Dónde estaba Sean? Catherine se incorporó para respirar mientras temblaba bruscamente, aún así, su ilusión permanecía sentada. ¿Y Zaphira? ¿Dónde estaban TODOS? ¿POR QUÉ ESTABAN DESAPARECIENDO?
Rosse empezó a hacer su gran resumen y Catherine volvió la vista hacia ella cuando la llamó Reina. Una…Y dos…Y tres veces.
Reina Pendragon.
Reina.
Reina.
Digna.
Reina de Ávalon.
“¿Me estoy dejando algo?”
-Te estás dejando varias cosas, igual que Matvey, Rosse. Por ejemplo, que ninguno de vosotros sabría una maldita mierda de las intenciones de imperio de Wthyr si yo no hubiese dado la información. ¿O crees que el Consejo lo sabe por arte de magia? ¿Acaso no lees tu brazalete?- Alzó las cejas y se incorporó en la mesa -¿O es que Matvey no os dijo que fui yo quien lo metió en Ávalon para que escuchar a Wthyr hablar sobre su súper imperio? - Volvió la vista hacia él -¿Acaso les dijiste que fui yo la que te informé sobre la importancia de sus templos?- Volvió la vista hacia Sofía - Te estás dejando que yo también crecí en esta isla y que ya he sangrado por ella. En tierra firme y aquí arriba- Volvió la vista hasta Matvey -Te estás dejando que yo también daría lo que fuera por Ouroboros y no necesito vuestro permiso para protegerlo- Y luego hacia la maldita Rosse -Te estás dejando que soy Reina de Ávalon pero también soy una Descendiente. No soy una sola cosa. Soy ambas. Y que si tú no tienes en valor tu propia palabra, yo sí y no tomo en vano NINGÚN JURAMENTO que haga ante nadie. Y juré proteger ambas islas, a su gente-
Se incorporó, al menos su ilusión, la Catherine real estaba cerca de la puerta con la espalda apoyada en la pared mirándolos a todos. Allí al menos no estaba Jack que podía ubicarla en cualquier sitio -Un tratado de paz es la mejor opción para no repetir nuestros errores pero te aviso que no dejarán el imperio de lado, así que habrá que idear la manera de controlarles. Así sea con un juramento inquebrantable. Preparaos para lo peor, porque los ejércitos Pendragon están volviendo a Ávalon y quemarán todo a su paso ya no por su orgullo herido, ya no por la isla, lo harán por Gwen porque dejarla en Ouroboros la convertirá en mártir. Y mientras vosotros la veis como una ventaja, ellos la ven como la razón para arrasar todo a su paso. Si yo lo hago, lo comprenderán. Allí me ven como una Descendiente, como aquí me ven como una traidora- Inspiró profundamente y negó con la cabeza. La idea sobre la mesa redonda seguía siendo aún muy… nueva, muy sensible y no sabía qué pensaba Wthyr de ella así que no podía informarlo aquí.
Mei votó directamente por la paz así que Catherine enunció-Galenus, Rasputin, Tesla, Curie, Le Fay, Xian, votan por la paz- No le había quedado claro lo de Rosse, ya que lo dijera ella. Catherine desvió la vista hacia Kyle y alzó las cejas -Pronunciaos- Advirtió y la ilusión fue hacia donde se encontraba Ling para pasarle una mano por la espalda con suavidad y luego moverle el hombro buscando despertarlo pues ella no había oído que él también quería paz porque llegó tarde.
Por su problema auditivo no pudo escuchar el susurro de Sofía en el que comentaba que nadie de los presentes entendía a la Madre Naturaleza, pero él sí lo hacía, debía entenderla para poder estar unido al Espíritu de la Naturaleza que se había fusionado con sus antepasados desde el mismísimo Moisés. La palabra que dijo Oscurus disparó en él un pensamiento. -¿Alguien sabe algo de Sarah? Ella se refiere a Gaia todo el tiempo, seguro que tiene un interesante punto de vista respecto al Sanguis Ligno.- Al mirarla a los ojos de cerca contempló muchas emociones en los grandes y expresivos ojos de la experta en transformaciones, un momento después sintió alivio al ver que se veía un poco más tranquila. -Ya tengo suficiente lidiando con el lado oscuro de la magia elementarista.- Le respondió a Oscurus sobre aprender magia oscura mirando aliviado que el insecto que había seguido las flores en la silla de Markus se alejaba. Negó con la cabeza como contestación a la idea de matar a alguien a los pies del árbol, Azlan siguió atentamente con la mirada los alimentos que volaban por los aires y que su instinto depredador le animaba a cazar mientras el moreno no pudo evitar que la comisura de su boca se alce con las travesuras de Tesla. -No atormentes a la mujer. Otra cosa: tuve problemas técnicos con el censo y me recomendaron usar tabletas tecnomágicas para agilizar la burocracia, ya sabes… algo portátil que transmita y archive la información de forma instantánea y segura, también me comentaron que lo mejor es que la información se guarde en un servidor particular de la isla. ¿Tenemos eso?- Le preguntó al experto en control energético manteniendo el tono confidencial. Pensar en los brillantes ojos azules de la señorita Simon sobre él le hizo sentir un leve cosquilleo que lo hizo removerse. La cuestión de si Catherine tenía mellizos o tenía a uno solo la resolvió él mismo dando por hecho que la bruja se había confundido al hablar, seguro quiso decir que llevaba a dos Pendragons en su vientre. -Estuvieron de nuestro lado solo para que los ayudemos a despejar el terreno en el que crear su imperio.- Acotó cuando Oscurus habló del poder y del valor de la magia de la estirpe de Charles Pendragon aliada al Consejo de los 20. Mantuvo la mirada del nigromante y recibió su respuesta con un suspiro. -Eso fue faltarle el respeto a la muerte y lo sabes.- Replicó, resuelto a seguir con las miradas de reproche. Azlan desvió la hortaliza podrida al vuelo con un zarpazo y se puso a jugar con ella en el suelo empujándola con las patitas de un lado para el otro y persiguiéndola mientras el moreno se limitó a negar con la cabeza ante las palabras de Oscurus, se explicaría más tarde, para luego escuchar a Franklin, entonces las puertas se abrieron y los Guardias anunciaron al nuevo Descendiente de Merlín. -Bienvenido Leroy.- Lo miró con curiosidad y respondió su saludo asintiendo con la cabeza. Rosse se encargó de contestarle, él miró el diagrama que apareció en la madera con gran interés y correspondió al gesto de alianza de Markus. Tras eso asintió a la síntesis de la Descendiente de Circe, contento al verla centrada y disfrutando de lo que Tesla añadía y sus ocurrencias pero arrugó el gesto confundido cuando dijo que lo habían casado con Lake. -¿Estás casado?- Le preguntó mirándolo con sorpresa. Tensó los labios en una línea cuando la bravuconería de la Descendiente de Morgana volvió al ataque para decirle a la experta en transformaciones que le habían faltado cosas. -Noup.- Él mismo respondió que Matvey no les había dicho que fue la experta en maleficios quien lo metió en Ávalon para enterarse de lo del imperio. -Tampoco, de hecho fue muy vago respecto a los templos, creo recordar que solo dijo que eran importantes para los intereses de los Pendragon, pero no teníamos tiempo para deliberaciones, teníamos que defendernos del fuego de los dragones.- Alzó los hombros. Entrecerró los ojos, incrédulo, desconfiaba de la capacidad de Catherine de cumplir juramentos, pero cabía la posibilidad de que lo sorprenda para bien. -No, escorpiones no, podemos hacer redes de cadenas de penitente cuya función sea atrapar a sus objetivos, no matarlos.- Comentó cuando Matvey mencionó a esas terribles máquinas. Se giró hacia Ling, que hace tiempo que no hablaba, para encontrarlo dormido en su asiento así que hizo un movimiento circular con el brazo para enviarle una corriente de aire a la cara con la intención de despertarlo.
-Así que quieres darles otra oportunidad.- Dijo mirando a Rasputín alzando las cejas y esbozando una suave sonrisa. Le hacía un poco de gracia porque, según el experto en magia negra, los Pendragon si tenían otra oportunidad pero Adele no. -Ellos dejaron claro que no les interesa formar parte del Consejo y que no abandonaran su idea de crear un imperio. ¿Vamos a dejarlos volver a la Isla Flotante?¿Para qué?¿Para que hagan más poderoso al Sanguis Ligno? Supongamos que aceptan el tratado de paz, ¿qué nos asegura que cumplan su palabra sobre renunciar a construir un imperio, jamás dañar Ouroboros y velar por su bien? Seguro que encontrarán la forma de librarse incluso del juramento inquebrantable y volveremos a tener que expulsarlos y otra vez vamos a tener que pelear con ellos para que se vayan y así sucesivamente hasta que todos encontremos la muerte. Ese tratado de paz no nos demostrará que ellos mantendrán la paz, que nos indiquen el camino y nos abran la puerta de su hogar si indica un compromiso a cesar con las agresiones. Mi voto es para enviarles un tratado de paz que determine la residencia de los miembros del Consejo de los 20 y nuestros aliados en Ávalon sin sufrir maltratos, heridas ni muerte y les devolvemos a su hechicera de sangre. A todo esto ¿dónde está Guinevere Pendragon?- Volvió a preguntar.
-Así que quieres darles otra oportunidad.- Dijo mirando a Rasputín alzando las cejas y esbozando una suave sonrisa. Le hacía un poco de gracia porque, según el experto en magia negra, los Pendragon si tenían otra oportunidad pero Adele no. -Ellos dejaron claro que no les interesa formar parte del Consejo y que no abandonaran su idea de crear un imperio. ¿Vamos a dejarlos volver a la Isla Flotante?¿Para qué?¿Para que hagan más poderoso al Sanguis Ligno? Supongamos que aceptan el tratado de paz, ¿qué nos asegura que cumplan su palabra sobre renunciar a construir un imperio, jamás dañar Ouroboros y velar por su bien? Seguro que encontrarán la forma de librarse incluso del juramento inquebrantable y volveremos a tener que expulsarlos y otra vez vamos a tener que pelear con ellos para que se vayan y así sucesivamente hasta que todos encontremos la muerte. Ese tratado de paz no nos demostrará que ellos mantendrán la paz, que nos indiquen el camino y nos abran la puerta de su hogar si indica un compromiso a cesar con las agresiones. Mi voto es para enviarles un tratado de paz que determine la residencia de los miembros del Consejo de los 20 y nuestros aliados en Ávalon sin sufrir maltratos, heridas ni muerte y les devolvemos a su hechicera de sangre. A todo esto ¿dónde está Guinevere Pendragon?- Volvió a preguntar.
Kyle Franklin
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Cath me pidió que tuviera cuidado, y le sonreí levemente, asintiendo con la cabeza. Aunque seguía pensando que no fura a ser de mucha ayuda el intentar algo por la vía genética, lo intentaría, así que me dirigí al resto de los presentes.
-Si al final queréis que vaya a conseguir una muestra, si alguien quiere venirse, será de gran ayuda. De todos modos, necesitaré un lugar seguro donde investigarla, no sé si dentro de estos muros es buena idea.
Sabia que debía decidir sobre si votar la paz o la guerra, y quizá mi opción no fuera la correcta, y mas sabiendo el pasado que teníamos con nuestros acérrimos enemigos… pero había estado pensándolo largamente mientras todos exponían sus puntos de vista.
-Sobre el otro tema… mi voto es paz. Creo que ya es momento de intentarlo, al menos, aunque con cautela, preparándonos para lo peor, por si acaso.
Pese a mi postura, era consciente que debíamos ser muy cautos si la paz salía como vencedora en la votación. Por mis experiencias anteriores con ellos, no me fiaba en absoluto.
-Si al final queréis que vaya a conseguir una muestra, si alguien quiere venirse, será de gran ayuda. De todos modos, necesitaré un lugar seguro donde investigarla, no sé si dentro de estos muros es buena idea.
Sabia que debía decidir sobre si votar la paz o la guerra, y quizá mi opción no fuera la correcta, y mas sabiendo el pasado que teníamos con nuestros acérrimos enemigos… pero había estado pensándolo largamente mientras todos exponían sus puntos de vista.
-Sobre el otro tema… mi voto es paz. Creo que ya es momento de intentarlo, al menos, aunque con cautela, preparándonos para lo peor, por si acaso.
Pese a mi postura, era consciente que debíamos ser muy cautos si la paz salía como vencedora en la votación. Por mis experiencias anteriores con ellos, no me fiaba en absoluto.
Asintió a Oscurus cuando dio voz a lo que ella misma había planteado.- Gaia.- Susurró, sonriéndole levemente, pues parecía que al final el médico sería en parte su nuevo aliado. Durante sus palabras, la verdad era que le hacía sentido todo lo que decía, a pesar de no se muy participativo. Había tanto que hacer...
Sin embargo, hubo tres grandes recuentos de la situación. El de Rosse, que practicamente les dejaba con situaciones encontradas. Tener tantos frentes abiertos resultaría difícil.- ¿Hay alguna posibilidad real de neutralizar el avance de los Pendragón en su conquista a cambio de neutralizar al árbol? - Preguntó al aire, pues aunque ahora atacarían por buscar a Gwen, quizás si ella salía de la ecuación podrían reagruparse en buscar alternativas.- Somos las enciclopedias del mundo mágico, no los más experimentados guerreros.- Era como si el vaticano entrara en guerras de nuevo, que aunque lo había hecho en antaño, ya no contaba con ejércitos, solo un poder diluido con cada feligrés que salía del culto. Escudos de metal, rayos y fuego, sangre, no funcionarían contra un árbol no convencional. El árbol estaba cubierto de ideales.- Los árboles no se mueven.- Señaló para quizás descartar lo de la petrificación, pues la tierra ya se hacía cargo de eso, y no necesitaba moverse para hacer daño. Iban a ciegas.
El recuento de Oscurus planteaba una organización donde cada quien hiciera de la situación lo que se requería de su rama. Era con quien más concordaba, pues implicaba un plan inmediato. Sin embargo... ¿Situación delicada? El alma le cayó a los pies por un momento, porque no sabía de nada malo que le hubiese ocurrido a Vishous. Tuvo que dejar por un momento su participación en el tema mientras entendía el patronus que acababa de llegarle por medio de Amaya. Si le hubiera llegado un minuto antes, en vez de calmadamente negarle a Catherine la ayuda de Vishous, habría estallado en ira.
La última síntesis, la de Matvey, la delegaba a jardinera, que no era poca cosa, pero era hacer un trabajo ya hecho. Ahora que Vishous estaba fuera de la ecuación, que no lo apresurarían a morir utilizando una magia que nunca había tocado, tenía más cabeza para enfocarse en los dos puntos que verdaderamente se cernían sobre sus cabezas. A él lo vería en dos segundos más, corriendo al hospital tras la reunión. Cuando pudo respirar, recordó lo extrañas que se sintieron en Ávalon mientras la preparaban para su boda. Alli la debían mirar tan mal como miraban a Matvey, Giordano o ella misma, con la diferencia de que por ser su reina no podían reñirla. Recordó el baño de sangre y algo en su interior se estremeció. Ella tampoco estaba a salvo en aquel lugar.
Ante las ideas emergentes sobre el árbol, tuvo que intervenir brevemente hacia Keli'l.- Utiliza una de las islas que flotan alrededor. No podemos arriesgarnos a que entre a la isla principal, eso comprometería demasiado la magia. Hay una isla que no tiene uso ni conexión al noroeste de las montañas.- Si aquello se volvía Ávalon 2, no podría residir ahí por mucho tiempo. Suponía que Catherine se aventuraría a tomar la muestra, así que era buen momento para proponerle otra opción. Se giró hacia Catherine, que con ella, se mantenía de pie.- Voy a tener que disculparme varias veces de aquí a que acabe toda esta situación, así que mejor no me tengas en cuenta mis palabras. Pero...
Se aclaró la garganta por un momento, buscando las palabras precisas para tratar de expresar lo que realmente quería ofrecer como solución desde que había iniciado la reunión.- Tu estás ligada a Modron por Morgana. Cuando te conectes con el árbol, puedes buscar a Gaia. Encontrarla es difícil y diferente dependiendo desde dónde conectes con la naturaleza. Es fácil encontrarla en las rosas y difícil en las espinas. Podría hacerlo Gwen, si su conexión no fuera débil porque solo entiende los ideales de su familia, pero Gaia es más grande que todo propósito de los Pendragon. Tu ya traspasaste la barrera que el árbol me pone a mi para entrar, porque rechaza comunicarse conmigo siquiera. Podría seguir intentando, tarde o temprano encontraría una conexión, o unir el Sanguis Ligno con naturaleza a la que sí pueda contactar, pero es más rápido encontrar a Gaia una vez dentro que sortear todas las barreras que me ponga el árbol para acceder. No es fácil pero Gaia va a ayudarte y escucharte porque eres madre, lo tendrá en cuenta. Ella sabe el dolor y propósito de todo ser vivo, incluso lo que sigue uniendo a cualquiera a este mundo. Ella conoce cómo se conecta, de qué se alimenta y qué entrega al mundo el árbol. Quizás sí podamos librarnos de él.- Susurró, pensando en que aquella excusa de que ser madres servía para conectar mejor con Gaia había tapado todos los embarazos adolescentes de sus primas, pero no era mentira. Ella misma, en ese momento, se veía más arropada por la naturaleza misma que nunca antes.- Puedo guiarte a encontrarla, si deseas intentar.- Podía no desearlo, después de todo se veía abrumada de la naturaleza tan atroz de las almas que se conectaban al árbol.
La oferta estaba. Y era su manera de extenderle la mano para hacer paz también con ella. Aún penando de pie tras la silla de Sayid, la puerta se abrió de par en par, escuchando lo que decía aquel ser que entraba sin pena ni gloria en aquel recinto sagrado. No estaba sentada a la mesa, con lo que tuvo que recobrar la compostura, mirando a Catherine para encontrar su reacción. Después de todo, Sean había sido para ella lo que Sayid representaba en Sofía. Volvió a mirar a Leroy, si los guardias de la entrada le habían dejado interrumpir la reunión, era porque todo estaba en orden con su relevo. ¿Dónde estaba Sean? ¿Había ido con Lucio? De ser así, se habría alegrado por ambos, pero Lucio había llegado a su boda de la mano de Catherine. Otro que vio con desgracia el nombre de su antecesor en la silla. Ella no había removido la propia pues solo decía Dioscórides desde hacía algunas generaciones.- Llega en un mal momento o en el más oportuno, el destino lo dirá.- Susurró a Leroy, deshaciendo sus pasos hasta llegar a quedar de pie tras su propia silla para pronunciar su voto.- Debo dejarles mi voto a consideración, mis queridos compañeros. Puesto a que no podría votar por enviarlos a la guerra; mi participación sería poca o nula debido a mi embarazo.- ¡Ya está! Se le daba soltar noticias en momentos poco oportunos.- Sin embargo, creo que no es la primera vez que el Consejo enfrenta esta situación. Debemos agotar las vías pacíficas antes de contemplar un ataque. Y a la par, armarnos hasta los dientes para defender la isla, a sus ciudadanos y al conocimiento mágico del mundo.-
Sin embargo, hubo tres grandes recuentos de la situación. El de Rosse, que practicamente les dejaba con situaciones encontradas. Tener tantos frentes abiertos resultaría difícil.- ¿Hay alguna posibilidad real de neutralizar el avance de los Pendragón en su conquista a cambio de neutralizar al árbol? - Preguntó al aire, pues aunque ahora atacarían por buscar a Gwen, quizás si ella salía de la ecuación podrían reagruparse en buscar alternativas.- Somos las enciclopedias del mundo mágico, no los más experimentados guerreros.- Era como si el vaticano entrara en guerras de nuevo, que aunque lo había hecho en antaño, ya no contaba con ejércitos, solo un poder diluido con cada feligrés que salía del culto. Escudos de metal, rayos y fuego, sangre, no funcionarían contra un árbol no convencional. El árbol estaba cubierto de ideales.- Los árboles no se mueven.- Señaló para quizás descartar lo de la petrificación, pues la tierra ya se hacía cargo de eso, y no necesitaba moverse para hacer daño. Iban a ciegas.
El recuento de Oscurus planteaba una organización donde cada quien hiciera de la situación lo que se requería de su rama. Era con quien más concordaba, pues implicaba un plan inmediato. Sin embargo... ¿Situación delicada? El alma le cayó a los pies por un momento, porque no sabía de nada malo que le hubiese ocurrido a Vishous. Tuvo que dejar por un momento su participación en el tema mientras entendía el patronus que acababa de llegarle por medio de Amaya. Si le hubiera llegado un minuto antes, en vez de calmadamente negarle a Catherine la ayuda de Vishous, habría estallado en ira.
La última síntesis, la de Matvey, la delegaba a jardinera, que no era poca cosa, pero era hacer un trabajo ya hecho. Ahora que Vishous estaba fuera de la ecuación, que no lo apresurarían a morir utilizando una magia que nunca había tocado, tenía más cabeza para enfocarse en los dos puntos que verdaderamente se cernían sobre sus cabezas. A él lo vería en dos segundos más, corriendo al hospital tras la reunión. Cuando pudo respirar, recordó lo extrañas que se sintieron en Ávalon mientras la preparaban para su boda. Alli la debían mirar tan mal como miraban a Matvey, Giordano o ella misma, con la diferencia de que por ser su reina no podían reñirla. Recordó el baño de sangre y algo en su interior se estremeció. Ella tampoco estaba a salvo en aquel lugar.
Ante las ideas emergentes sobre el árbol, tuvo que intervenir brevemente hacia Keli'l.- Utiliza una de las islas que flotan alrededor. No podemos arriesgarnos a que entre a la isla principal, eso comprometería demasiado la magia. Hay una isla que no tiene uso ni conexión al noroeste de las montañas.- Si aquello se volvía Ávalon 2, no podría residir ahí por mucho tiempo. Suponía que Catherine se aventuraría a tomar la muestra, así que era buen momento para proponerle otra opción. Se giró hacia Catherine, que con ella, se mantenía de pie.- Voy a tener que disculparme varias veces de aquí a que acabe toda esta situación, así que mejor no me tengas en cuenta mis palabras. Pero...
Se aclaró la garganta por un momento, buscando las palabras precisas para tratar de expresar lo que realmente quería ofrecer como solución desde que había iniciado la reunión.- Tu estás ligada a Modron por Morgana. Cuando te conectes con el árbol, puedes buscar a Gaia. Encontrarla es difícil y diferente dependiendo desde dónde conectes con la naturaleza. Es fácil encontrarla en las rosas y difícil en las espinas. Podría hacerlo Gwen, si su conexión no fuera débil porque solo entiende los ideales de su familia, pero Gaia es más grande que todo propósito de los Pendragon. Tu ya traspasaste la barrera que el árbol me pone a mi para entrar, porque rechaza comunicarse conmigo siquiera. Podría seguir intentando, tarde o temprano encontraría una conexión, o unir el Sanguis Ligno con naturaleza a la que sí pueda contactar, pero es más rápido encontrar a Gaia una vez dentro que sortear todas las barreras que me ponga el árbol para acceder. No es fácil pero Gaia va a ayudarte y escucharte porque eres madre, lo tendrá en cuenta. Ella sabe el dolor y propósito de todo ser vivo, incluso lo que sigue uniendo a cualquiera a este mundo. Ella conoce cómo se conecta, de qué se alimenta y qué entrega al mundo el árbol. Quizás sí podamos librarnos de él.- Susurró, pensando en que aquella excusa de que ser madres servía para conectar mejor con Gaia había tapado todos los embarazos adolescentes de sus primas, pero no era mentira. Ella misma, en ese momento, se veía más arropada por la naturaleza misma que nunca antes.- Puedo guiarte a encontrarla, si deseas intentar.- Podía no desearlo, después de todo se veía abrumada de la naturaleza tan atroz de las almas que se conectaban al árbol.
La oferta estaba. Y era su manera de extenderle la mano para hacer paz también con ella. Aún penando de pie tras la silla de Sayid, la puerta se abrió de par en par, escuchando lo que decía aquel ser que entraba sin pena ni gloria en aquel recinto sagrado. No estaba sentada a la mesa, con lo que tuvo que recobrar la compostura, mirando a Catherine para encontrar su reacción. Después de todo, Sean había sido para ella lo que Sayid representaba en Sofía. Volvió a mirar a Leroy, si los guardias de la entrada le habían dejado interrumpir la reunión, era porque todo estaba en orden con su relevo. ¿Dónde estaba Sean? ¿Había ido con Lucio? De ser así, se habría alegrado por ambos, pero Lucio había llegado a su boda de la mano de Catherine. Otro que vio con desgracia el nombre de su antecesor en la silla. Ella no había removido la propia pues solo decía Dioscórides desde hacía algunas generaciones.- Llega en un mal momento o en el más oportuno, el destino lo dirá.- Susurró a Leroy, deshaciendo sus pasos hasta llegar a quedar de pie tras su propia silla para pronunciar su voto.- Debo dejarles mi voto a consideración, mis queridos compañeros. Puesto a que no podría votar por enviarlos a la guerra; mi participación sería poca o nula debido a mi embarazo.- ¡Ya está! Se le daba soltar noticias en momentos poco oportunos.- Sin embargo, creo que no es la primera vez que el Consejo enfrenta esta situación. Debemos agotar las vías pacíficas antes de contemplar un ataque. Y a la par, armarnos hasta los dientes para defender la isla, a sus ciudadanos y al conocimiento mágico del mundo.-
Leroy Merlín
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Leroy hizo un leve saludo con la cabeza a aquellos que le dieron la bienvenida, como por ejemplo Adael, y tras aquello se dedicó a escuchar en silencio y de manera atenta a unos y otros. Leyó los nombres grabados en sus puestos, quedándose con sus nombres para saber cómo dirigirse a ellos. La situación le pareció de lo más interesante para analizar desde un punto de vista sociológico, y sólo con ver cómo se hablaban entre ellos ya podía adivinar ciertas dinámicas en el grupo. Le llamó la atención que hubiese uno dormido sobre la mesa, le llamó la atención el que propuso casarse con palomas, árboles o sacrificar a gente a los pies del árbol. ¿En serio ese era el tipo de gente que había actualmente en el Consejo?
Eso por no mencionar las tensiones que tenían. El título reina de Ávalon despertó si curiosidad, por lo que entornó los ojos para escrutar a la joven Le Fay. Qué casualidad del destino que estuviesen al borde de una guerra civil y que nuevamente hubiese una "unión" entre Pendragon y le Fay. Siguió el discurso de unos y otros, enterándose bastante bien a pesar de acabar de llegar porque todos aportaban información nueva. Observó también los diagramas de Rosse, que le pusieron en situación respecto a lo del árbol. Finalmente esperó pacientemente a que hubiese un momento de silencio, llegado el momento de las votaciones. La paciencia era una virtud que llevaba tiempo cultivando, y podía serle útil en esas ocasiones. Se puso en pie de manera un tanto teatral, apoyando el báculo en el suelo de tal modo que la piedra rojiza que portaba se iluminó.
- Creo que ya he escuchado lo suficiente como para formarme una opinión al respecto, gracias. Así que al parecer han regresado, tal y como ha afirmado Rosse. La locura de los Pendragon es lo que nos ha traído hasta aquí y es por ello que estamos deliberando. Considero que el mejor modo de ganar una guerra es ganarla antes de que ni siquiera comience... - lo explicaría más tarde, por el momento decidió centrarse en el árbol. Proyectó con su báculo varias imágenes de druidas y árboles, dando a entender que desde siempre se había atribuido propiedades mágicas a algunos árboles. - El árbol del que habláis parece un ejemplar único, con un hermano gemelo en Ávalon. Desconozco si depende del árbol primigenio, pero sería una opción intentar desactivarlo desde allí. Dudo que funcionen sobre él hechizos tan simples como una petrificación. Por lo general, los seres y objetos con una gran carga mágica apenas se ven afectados por los hechizos y las magias que suelen funcionar habitualmente. Situaciones especiales requieren medidas especiales, y maneras de pensar diferentes. - dejó de hacer proyecciones con el báculo, cerrando el puño para dejarlo apoyado en su zona lumbar. Después sus ojos se posaron en Catherine Le Fay, la susodicha reina de Ávalon. - Parece que debemos agradecerte tu trabajo como agente doble para desvelar las intenciones de los Pendragon, aunque desconozco la naturaleza del acuerdo que te ha llevado a ser reina de tal lugar. Sin duda puedes ser una pieza fundamental en todo esto...sabrás de lo que te estoy hablando si has estudiado la guerra civil acaecida entre Descendientes siglos atrás. - a buen entendedor pocas palabras bastaban. - Hasta las fortalezas más inexpugnables caen si hay una traición interna, es una constante en la Historia. Generales traicionados por sus soldados, reyes asesinados por sus vasallos, hermanos, reinas y reyes siendo reemplazados... - volvió a proyectar una serie de hologramas que mostraban traiciones sucedidas a lo largo de los años, con protagonistas como Marco Junio Brutus, Napoleón Bonaparte, La malinche, Guy Fawkes, Efialtes de Tesalia...enseguida volvió a desvanecer las imágenes, volviendo a centrarse en lo que estaban.
- Coincido con que la diplomacia ya no es una opción a estas alturas. ¿De verdad creéis que se rendirán? ¿que aceptarán un tratado de paz que generará en ellos tanto rencor que los hará cada vez más peligrosos? escuchar al enemigo es darle tiempo para conocerte, para que sepa mejor tus puntos débiles. Bastantes oportunidades les habéis dado ya, y las han echado a perder. Hay que desligar el problema del árbol de ellos. Quién sabe si podemos beneficiarnos de él, comprenderlo para que sea un elemento a nuestro favor y no algo asesino y vengativo. - se fijó en Markus un momento, retomando el hilo de lo que dijo sobre mineral de magia y antimagia. - No hables tan a la ligera de las grutas alquímicas. He sido guardián de uno de esos lugares durante buena parte de mi vida, y no deberíais volver a crear tal abominación como los satélites antimagia. En todo caso podríamos intentar purgar al árbol con un exceso de energía de las fuentes de magia de las grutas alquímicas, pero requiere estudio previo. Por ello iré a tomar también una muestra junto a Keli'l- se había quedado rápido con los nombres, por lo que no tuvo ni que leerlo. Dioscórides había acertado, llegaba en el momento preciso, pero para inclinar la balanza a su favor.
- Usemos la astucia y la inteligencia como arma. No tiene por qué morir nadie de Ouroboros si elegimos hacer la guerra, la opción que yo voto. Acabaremos con esto antes de que tenga que empezar. Hay que aprovechar su furia para que sean ellos mismos quienes cometan los fallos. Sólo necesitamos que se confíen, no exponernos a batalla abierta, eliminarlos con las armas de las que disponemos. Borrarlos a ellos y sus vasallos definitivamente de la historia, pero esta vez de verdad. - esperó a ver sus reacciones antes de elaborar más detalles del plan, aunque por el momento parecía que ganaba la opción de paz.
Eso por no mencionar las tensiones que tenían. El título reina de Ávalon despertó si curiosidad, por lo que entornó los ojos para escrutar a la joven Le Fay. Qué casualidad del destino que estuviesen al borde de una guerra civil y que nuevamente hubiese una "unión" entre Pendragon y le Fay. Siguió el discurso de unos y otros, enterándose bastante bien a pesar de acabar de llegar porque todos aportaban información nueva. Observó también los diagramas de Rosse, que le pusieron en situación respecto a lo del árbol. Finalmente esperó pacientemente a que hubiese un momento de silencio, llegado el momento de las votaciones. La paciencia era una virtud que llevaba tiempo cultivando, y podía serle útil en esas ocasiones. Se puso en pie de manera un tanto teatral, apoyando el báculo en el suelo de tal modo que la piedra rojiza que portaba se iluminó.
- Creo que ya he escuchado lo suficiente como para formarme una opinión al respecto, gracias. Así que al parecer han regresado, tal y como ha afirmado Rosse. La locura de los Pendragon es lo que nos ha traído hasta aquí y es por ello que estamos deliberando. Considero que el mejor modo de ganar una guerra es ganarla antes de que ni siquiera comience... - lo explicaría más tarde, por el momento decidió centrarse en el árbol. Proyectó con su báculo varias imágenes de druidas y árboles, dando a entender que desde siempre se había atribuido propiedades mágicas a algunos árboles. - El árbol del que habláis parece un ejemplar único, con un hermano gemelo en Ávalon. Desconozco si depende del árbol primigenio, pero sería una opción intentar desactivarlo desde allí. Dudo que funcionen sobre él hechizos tan simples como una petrificación. Por lo general, los seres y objetos con una gran carga mágica apenas se ven afectados por los hechizos y las magias que suelen funcionar habitualmente. Situaciones especiales requieren medidas especiales, y maneras de pensar diferentes. - dejó de hacer proyecciones con el báculo, cerrando el puño para dejarlo apoyado en su zona lumbar. Después sus ojos se posaron en Catherine Le Fay, la susodicha reina de Ávalon. - Parece que debemos agradecerte tu trabajo como agente doble para desvelar las intenciones de los Pendragon, aunque desconozco la naturaleza del acuerdo que te ha llevado a ser reina de tal lugar. Sin duda puedes ser una pieza fundamental en todo esto...sabrás de lo que te estoy hablando si has estudiado la guerra civil acaecida entre Descendientes siglos atrás. - a buen entendedor pocas palabras bastaban. - Hasta las fortalezas más inexpugnables caen si hay una traición interna, es una constante en la Historia. Generales traicionados por sus soldados, reyes asesinados por sus vasallos, hermanos, reinas y reyes siendo reemplazados... - volvió a proyectar una serie de hologramas que mostraban traiciones sucedidas a lo largo de los años, con protagonistas como Marco Junio Brutus, Napoleón Bonaparte, La malinche, Guy Fawkes, Efialtes de Tesalia...enseguida volvió a desvanecer las imágenes, volviendo a centrarse en lo que estaban.
- Coincido con que la diplomacia ya no es una opción a estas alturas. ¿De verdad creéis que se rendirán? ¿que aceptarán un tratado de paz que generará en ellos tanto rencor que los hará cada vez más peligrosos? escuchar al enemigo es darle tiempo para conocerte, para que sepa mejor tus puntos débiles. Bastantes oportunidades les habéis dado ya, y las han echado a perder. Hay que desligar el problema del árbol de ellos. Quién sabe si podemos beneficiarnos de él, comprenderlo para que sea un elemento a nuestro favor y no algo asesino y vengativo. - se fijó en Markus un momento, retomando el hilo de lo que dijo sobre mineral de magia y antimagia. - No hables tan a la ligera de las grutas alquímicas. He sido guardián de uno de esos lugares durante buena parte de mi vida, y no deberíais volver a crear tal abominación como los satélites antimagia. En todo caso podríamos intentar purgar al árbol con un exceso de energía de las fuentes de magia de las grutas alquímicas, pero requiere estudio previo. Por ello iré a tomar también una muestra junto a Keli'l- se había quedado rápido con los nombres, por lo que no tuvo ni que leerlo. Dioscórides había acertado, llegaba en el momento preciso, pero para inclinar la balanza a su favor.
- Usemos la astucia y la inteligencia como arma. No tiene por qué morir nadie de Ouroboros si elegimos hacer la guerra, la opción que yo voto. Acabaremos con esto antes de que tenga que empezar. Hay que aprovechar su furia para que sean ellos mismos quienes cometan los fallos. Sólo necesitamos que se confíen, no exponernos a batalla abierta, eliminarlos con las armas de las que disponemos. Borrarlos a ellos y sus vasallos definitivamente de la historia, pero esta vez de verdad. - esperó a ver sus reacciones antes de elaborar más detalles del plan, aunque por el momento parecía que ganaba la opción de paz.
Rosse McGonagall
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puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
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Nacionalidad
Veamos, lo primero que hizo fue ver las respuestas de la gente a su diagrama, así que antes que nada, solo esperó...
Al primero que vió fue a Oscurus, joder, se veía más amargo qué el carajo, tanto así que le hizo aflorar unas ganas de molestarlo asombrosas. Vaya vaya, parece que lo que te falta de buena vibra lo solventas con buenas ideas, pero los pendragon ya rechazaron un puesto en el consejo así que si quieres paz piensate una estrategia mejor.~
Incluso le sacó la lengua de forma juguetona y fastidiosa, con la obvia intención de que quedara como tonto por proponer semejante cosa sin saber y con semejante mala leche, cosa que a ella le provocaría una gran diversión.
Dejando de lado al agrio de Oscurus, siguió Markus, quien le alegró también, con las locuras qué decía por en medio de las buenas ideas, pero bueno, ahora buenas ideas es lo que necesitaban y se notaba que Markus las tenía, así que ella le hizo caso, pensando tranquilamente en que Markus podría ayudar bastante con sus inventos y todo aquello, pero más allá de eso, también lo que dijo de la petrificación, lo entiende.
Gracias por las aportaciones Markus, aunque quizás casarse no sea el tipo de atadura qué necesita ese árbol.~
Aunque se lo dice con todo el buen rollo, porque markus es genial y hay que reconocerlo, pero bueno, tristemente con Markus se acaba la hora feliz.
Porque ahora seguía la respuesta del viejo Matvey la cual, a partes iguales, le sorprendió, le decepcionó, y le hizo recordar su miedo...
Sabía que el hombre era el aburrimiento hecho nigromante, viejo, callado y serio, pero nunca creyó qué haría algo de lo que tiene evidencia qué ya falló.
Le decepciona qué muy a pesar de que los pendragon rechazaran el puesto en el consejo se los fuera a ofrecer, que fuera a intentar evitar que dejaran de expandir su imperio cuando eso fue lo que inicio el percal de buenas a primeras, y finalmente, que los deje volver luego de lo que hicieron...
Y finalmente, al recordarle a lo que se enfrentan, su miedo regresó, con fuerza para abrumar su corazón, haciéndole pensar en las cosas horribles qué los pendragon les iban a hacer, y haciendo qué nuevamente ideas horribles llegaran a su cabeza, cosas que no debería pensar...
Y esto no mejoró gracias a Cath, que cuando habló, a ojos de Rosse se limitó a hacerse la importante, cosa que por supuesto a Rosse le molestaba, pero la peor parte vino cuando habló sobre su palabra, porque junto con el enojo, le hizo recordar su culpa.
Esto provocó qué tuviera la necesidad de decirle un buen par de cosas, pero Adael fue más rápido en hablar, y fue claro, y amable como siempre, demasiado para su gusto, pero ya teniendo las emociones bastante más frías qué al principio, se le hizo redundante hablar sobre sus palabras, pero algo si dijo.
Pues si tan descendiente eres, ya tenemos demasiados pendragon en el consejo entonces.
Dijo de manera por demás cortante, dejando de nuevo implícito qué no le importaba nada de lo que dijera, era una pendragon, como ella dijo, una traidora y punto, eso era todo.
Luego de eso pasaron a poner sus puntos sobre la mesa tanto Keli'l como Sofía, que bueno, eran paz, Kyle más concreto, Sofi más extensa pero al final un mismo punto, y además esta última le terminó de convemcer de descartar la idea de la petrificación, aunque técnicamente el árbol si se mueve dado qué sus raíces se expanden... Pero Bueh, ella es la experta en árboles, ella sabrá lo que hace.
Luego de eso Ling qué fue despertado por el viento de Adael alzando se al grito de "¡Ah! ¡Yo pido paz! ¡Paz!" ¿Eso se podría considerar un voto? A saber, pero ya lo dijo.
Y finalmente Leroy, que en resumen puso el último clavo en el ataud de la petrificación, luego de eso hizo una referencia a lo que pasó hace siglos entre pendragon y Le Fay...
Auch, eso hasta para ella parecía excesivo de decir y se sintió incómoda por un segundo, pero de resto reafirmó sus pensamientos sobre la guerra, poniendo argumentos fuertes para solventar su miedo y su furia a base de postulados qué le suenan lógicos, la última pieza necesaria para que haga lo impensable sin siquiera dudar...
Me has quitado las palabras de la boca, Leroy.
Osease, que ella piensa exactamente lo mismo, dijo mientras que se levantaba, y deshacía los encantamientos de la mesa y de la vara a base de unos precisos movimientos con ambas manos, haciendo desaparecer el diagrama, y que la vara volviera a ser una taza, que sostuvo entre sus manos un segundo, mirando al fondo de esta, antes de decir algo que sentía necesario.
Gracias Adael, pero creo que no estaré tranquila en un largo tiempo...
Una frase curiosamente similar a algo que hubiera dicho su padre poco tiempo antes de caer en la locura.
Mi voto es guerra y eso es todo.
Luego dejó la taza en su sitio suavemente, y miró a la gente de nuevo, a todos en general.
Ya verán que solventaré todo el tiempo que no estuve aquí.
Y dicho eso, hizo un bruso movimiento con ambas manos, y desapareció mágicamente, al transportarse a otro sitio donde pudiera trabajar más tranquilamente, estaría trabajando día y noche de ser necesario, pero si los pendragon vuelven a invadir Ouroboros...
Se asegurará qué lo que vean viva en sus pesadillas por el resto de sus vidas.
Al primero que vió fue a Oscurus, joder, se veía más amargo qué el carajo, tanto así que le hizo aflorar unas ganas de molestarlo asombrosas. Vaya vaya, parece que lo que te falta de buena vibra lo solventas con buenas ideas, pero los pendragon ya rechazaron un puesto en el consejo así que si quieres paz piensate una estrategia mejor.~
Incluso le sacó la lengua de forma juguetona y fastidiosa, con la obvia intención de que quedara como tonto por proponer semejante cosa sin saber y con semejante mala leche, cosa que a ella le provocaría una gran diversión.
Dejando de lado al agrio de Oscurus, siguió Markus, quien le alegró también, con las locuras qué decía por en medio de las buenas ideas, pero bueno, ahora buenas ideas es lo que necesitaban y se notaba que Markus las tenía, así que ella le hizo caso, pensando tranquilamente en que Markus podría ayudar bastante con sus inventos y todo aquello, pero más allá de eso, también lo que dijo de la petrificación, lo entiende.
Gracias por las aportaciones Markus, aunque quizás casarse no sea el tipo de atadura qué necesita ese árbol.~
Aunque se lo dice con todo el buen rollo, porque markus es genial y hay que reconocerlo, pero bueno, tristemente con Markus se acaba la hora feliz.
Porque ahora seguía la respuesta del viejo Matvey la cual, a partes iguales, le sorprendió, le decepcionó, y le hizo recordar su miedo...
Sabía que el hombre era el aburrimiento hecho nigromante, viejo, callado y serio, pero nunca creyó qué haría algo de lo que tiene evidencia qué ya falló.
Le decepciona qué muy a pesar de que los pendragon rechazaran el puesto en el consejo se los fuera a ofrecer, que fuera a intentar evitar que dejaran de expandir su imperio cuando eso fue lo que inicio el percal de buenas a primeras, y finalmente, que los deje volver luego de lo que hicieron...
Y finalmente, al recordarle a lo que se enfrentan, su miedo regresó, con fuerza para abrumar su corazón, haciéndole pensar en las cosas horribles qué los pendragon les iban a hacer, y haciendo qué nuevamente ideas horribles llegaran a su cabeza, cosas que no debería pensar...
Y esto no mejoró gracias a Cath, que cuando habló, a ojos de Rosse se limitó a hacerse la importante, cosa que por supuesto a Rosse le molestaba, pero la peor parte vino cuando habló sobre su palabra, porque junto con el enojo, le hizo recordar su culpa.
Esto provocó qué tuviera la necesidad de decirle un buen par de cosas, pero Adael fue más rápido en hablar, y fue claro, y amable como siempre, demasiado para su gusto, pero ya teniendo las emociones bastante más frías qué al principio, se le hizo redundante hablar sobre sus palabras, pero algo si dijo.
Pues si tan descendiente eres, ya tenemos demasiados pendragon en el consejo entonces.
Dijo de manera por demás cortante, dejando de nuevo implícito qué no le importaba nada de lo que dijera, era una pendragon, como ella dijo, una traidora y punto, eso era todo.
Luego de eso pasaron a poner sus puntos sobre la mesa tanto Keli'l como Sofía, que bueno, eran paz, Kyle más concreto, Sofi más extensa pero al final un mismo punto, y además esta última le terminó de convemcer de descartar la idea de la petrificación, aunque técnicamente el árbol si se mueve dado qué sus raíces se expanden... Pero Bueh, ella es la experta en árboles, ella sabrá lo que hace.
Luego de eso Ling qué fue despertado por el viento de Adael alzando se al grito de "¡Ah! ¡Yo pido paz! ¡Paz!" ¿Eso se podría considerar un voto? A saber, pero ya lo dijo.
Y finalmente Leroy, que en resumen puso el último clavo en el ataud de la petrificación, luego de eso hizo una referencia a lo que pasó hace siglos entre pendragon y Le Fay...
Auch, eso hasta para ella parecía excesivo de decir y se sintió incómoda por un segundo, pero de resto reafirmó sus pensamientos sobre la guerra, poniendo argumentos fuertes para solventar su miedo y su furia a base de postulados qué le suenan lógicos, la última pieza necesaria para que haga lo impensable sin siquiera dudar...
Me has quitado las palabras de la boca, Leroy.
Osease, que ella piensa exactamente lo mismo, dijo mientras que se levantaba, y deshacía los encantamientos de la mesa y de la vara a base de unos precisos movimientos con ambas manos, haciendo desaparecer el diagrama, y que la vara volviera a ser una taza, que sostuvo entre sus manos un segundo, mirando al fondo de esta, antes de decir algo que sentía necesario.
Gracias Adael, pero creo que no estaré tranquila en un largo tiempo...
Una frase curiosamente similar a algo que hubiera dicho su padre poco tiempo antes de caer en la locura.
Mi voto es guerra y eso es todo.
Luego dejó la taza en su sitio suavemente, y miró a la gente de nuevo, a todos en general.
Ya verán que solventaré todo el tiempo que no estuve aquí.
Y dicho eso, hizo un bruso movimiento con ambas manos, y desapareció mágicamente, al transportarse a otro sitio donde pudiera trabajar más tranquilamente, estaría trabajando día y noche de ser necesario, pero si los pendragon vuelven a invadir Ouroboros...
Se asegurará qué lo que vean viva en sus pesadillas por el resto de sus vidas.
Khan Tepes
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Bando
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Edad
Nacionalidad
Khan Tepes, el hijo de Snagov Tepes, había permanecido en un discretísimo segundo plano al fondo de la sala, sin ni siquiera ocupar su asiento. Prácticamente había pasado desapercibido en su primera reunión con los miembros del Consejo, del que era parte desde hacía alrededor de un mes. Al cumplir los 15 años ya estaba en edad legal para ocupar el puesto de su difunto padre, pero no se sentía preparado en absoluto. Todo aquello le venía grande, todo lo que escuchaba le aterraba y a la vez hacía que el odio acérrimo que ya sentía hacia los Pendragon se despertase más. Escuchar la mayoría de votos a favor de la paz le indignó, haciéndole estallar sin ni siquiera proponérselo. Caminó hacia la mesa, directo hacia el puesto vacío que un día había ocupado su progenitor.
- ¡No me puedo creer que estéis a favor de la paz con esos desgraciados! ¡Se llevaron a todos los dragones de la isla, a todos los que mi padre cuidó durante tantos años! - dio un golpe con el puño en la mesa, furioso. - ¡Si no luchamos nos matarán, destruirán Ouroboros y a nosotros con ella!- en lo único en que podía pensar era en que su padre había muerto defendiendo la isla, por la explosión de un robot Centinela al que trataba de neutralizar. Pensó que él habría querido pelear, y por eso tenía clara su elección.
- Yo no debería estar aquí aún...pero debo votar. - el volumen de su voz bajó de manera considerable, pasando de la ira al abatimiento. - Mi voto es guerra. - se sentó definitivamente en la silla que debía ocupar, aunque sin sentirse digno de ella. A partir de ese momento miró para abajo, guardando absoluto silencio a la espera de que diesen el cierre de reunión y el resultado final de las acciones a tomar.
- ¡No me puedo creer que estéis a favor de la paz con esos desgraciados! ¡Se llevaron a todos los dragones de la isla, a todos los que mi padre cuidó durante tantos años! - dio un golpe con el puño en la mesa, furioso. - ¡Si no luchamos nos matarán, destruirán Ouroboros y a nosotros con ella!- en lo único en que podía pensar era en que su padre había muerto defendiendo la isla, por la explosión de un robot Centinela al que trataba de neutralizar. Pensó que él habría querido pelear, y por eso tenía clara su elección.
- Yo no debería estar aquí aún...pero debo votar. - el volumen de su voz bajó de manera considerable, pasando de la ira al abatimiento. - Mi voto es guerra. - se sentó definitivamente en la silla que debía ocupar, aunque sin sentirse digno de ella. A partir de ese momento miró para abajo, guardando absoluto silencio a la espera de que diesen el cierre de reunión y el resultado final de las acciones a tomar.
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