Habitaciones de la base

No pareció darle importancia a que pudiera intentar arrancarle un brazo en aquel arrebato de furia concentrada que me había dado. Quizás me habría llegado a provocar verlo titubear, en un momento en el que desconfiaba hasta de mi propia sombra. Ya sabes. Los dragones se fían poco de todo, está en su naturaleza. Miraba primero el brazo y luego a mi. Y yo le dirigía una mirada llena de rabia y odio a poco de desatarse, pero sin embargo, debía saber bien que no iba dirigido a él.

Que debíamos ir a buscarlo. -No sé si ir solo o no. Es… un asunto peliagudo. A ver, jefe. Ya me entiendes. Soy un dragón, ya lo sabes. Y hay pocas situaciones que me vayan a resultar peligrosas.- Pero, tras estirarme un poco para recuperar la calma, le dirigí una mirada de entre vergüenza propia y miedo. -... Jonnai conoce mis puntos débiles. Excepto lo del agua, a no ser que alguien se lo haya dicho.

Nunca fui un hombre solitario. Bueno, sí: Miento. Pasé la mayor parte de mi vida sobreviviendo por mi parte, pero desde que había encontrado compañía, había preferido no prescindir de ella. -Pero no quiero ir directamente, no… no tan… de golpe. No quiero cometer ningún disparate. Necesito tiempo, y… Joder, tío. Ya sabes. Comprender que Neyra quizás ha muerto. Qué coño, es lo más probable. Si fuera ahora mismo y lo encontrara, yo… No sé hasta que punto me controlaría.- Los dragones éramos también conocidos por tener un mal humor de la ostia. Y más yo, cuando se trataba de aquel par de dos.

Pero iríamos, fuera o no una trampa. -Por… salir de aquí. Me está ahogando este espacio tan pequeño. Y me daré un puñetero baño. Y… debería pegarle ostias a algo. No sé si me entiendes.- Le miré de forma cómplice, agarrando el mandoble apoyado contra la cama. -Aunque me encanta resolver las cosas a la forma draconiana debería aprender a utilizar este cacharro. Y, aún más importante, me toca estirar músculos. No podría volar ni queriendo.- Me había calmado ya. Con un solo brazo levanté el mandoble y, con una expresión ya más tranquila, hice como una posición de batalla muy maja.

-¿Qué me dices?

Que era un dragon con `pocos puntos debiles ya lo sabia yo. Los avioncitos del ejército podian suponerle un problema, los aspersores de Buckingham tambien. Pero esos ultimos eran mas por un factor psicologico que otra cosa.
-Es algo asi como un hermano tuyo. Quiza vaya siendo hora de que me cuentes el asunto con mas detalle.

Le digo al dragon que por fin parece haberse relajado un poco, lo suficiente como para razonar minimamente.
-Pues te echaré una mano, o dos. Y no te permito que tires la toalla tan pronto respecto a Neyra. Dicen que la esperanza es peligrosa, pero es lo que nos mueve hacia delante.

"lo de hacer cualquier locura..."

Le sonrio de oreja a oreja, con confianza, porque yo no le dejaria hacer nada de lo que mas tarde pudiera arrepentirse. Y si se descontrolaba pues...
-Piensas bien, colega, piensas bien... me alegra que eso haya salido de tí. Si te descontrolases, estaré ahi. Si quieres matarlo, debes hacerlo en posesion de todas tus facultades mentales.

Me señalo a la sien con el indice, es como si yo me dejase a una noche de luna llena para matar a Hades, o a Adele. No me serviria. Si lo hacia, querria ser consciente de ello al cien por cien. Se que no es lo mismo que un dragon pero...las dosis de rabia y no raciocinio se me antoja que pueden ser un tanto similares.

-Ohh, un estiramiento? -le pregunto levantando mi ceja izquierda. -¿por que no? A mi tambien empieza a agobiarme este subterraneo. Salgamos afuera. Conozco un lugar perfecto para lo que propones.

Y asegurandome de llevar mi espada yo tambien, dejo unos instantes para que Nery agarre todo lo que necesita y se prepare, para abandonar las habitaciones y, posteriormente, tambien la base, rumbo al exterior.

-Es algo un poco largo. Debería dedicarle más tiempo.- Hacía cosa de cien años de todo aquello. Al menos desde que conocí a la que es su madre. Ellos dos eran relativamente jóvenes, cosa de… ¿Cuarenta años ya? Bah.

Dijo que me ayudaría. Que me echaría manos. Y que no me rindiera con Neyra. Cerré los ojos, entreabrí uno y gruñí. -No, no es cuestión de desistir. Pero es algo complicado. Jonnai no tiene ninguna razón para querer ayudarlo. Desde que era un crío ha considerado que Neyra sobraba en su vida.- Y había convencido a su madre de lo mismo, cosa que nunca le perdonaría.

También tenía sus consejos sobre cómo debía acudir a Jonnai, si matarlo. Claro. Como una persona decente, pensante, con el temperamento frío. Lo que más temía era que, si lo mataba, Neyra se enfadara. Porque los gemelos están condenados a tener dramas familiares infumables, innecesarios, retorcidos, dignos de novelas venezolanas, ganas de complicar la vida. Y por supuesto Neyra no querría que matara a Jonnai, porque “matar es malo”, a pesar de que su hermano le hubiera demostrado que le importaba tres cominos.

-Si Neyra sigue vivo él tendrá la voz cantante sobre qué haga con su hermano. Le prometí a Khilarey que los cuidaría, pero… Joder. No lo sé. Jonnai, por desgracia, puede esperar. No se va a morir solo. Cosa que igual su hermano si.- Por mucho que lo odiara, tenía que reconocer que Jonnai era algo más… listo, o más echado para delante que no su hermano.

Comprendió rápidamente lo del entrenamiento. Sonreí, pues al menos teníamos ese nivel de complicidad. -¿Tu crees? ¡Vamos, aunque… tengo algo pendiente…- Antes de salir me di una ducha hirviendo y muy rápida, más bañado a cualquier jabón caducado que hubiera en aquellabase que no otra cosa. Y siempre con poca agua, controlada, nunca echada por encima… Medidas necesarias.

Me levanto y me desenvuelvo por los pasillos a paso rápido, intentando mantenerme a unos pasos por delante de Thalos aguantándome la risa después de ver cómo su hijo intentaba perforarle la oreja con un regaliz. A pesar de mi aparente neutralidad me produce cierta ternura y gracia cómo se soportan los dos. Le voy mirando de reojo para no equivocarme tampoco de habitación hasta que diviso una con la puerta abierta y decenas de literas. Confiada cómo si viviese allí desde siempre me meto en una de ellas. Me quedo en el centro de la habitación esperando a Thalos a que me deje esa ansiada ropa de tio.

La chica ha ido caminando delante de nosotros, pero se nota que va con el pie echado para no perderse....

-Y no se te ha pasado por la cabeza que este dando vueltas por el recinto para perderte?

Pero no, porque acabamos llegando a los dormitorios. Afortunadamente. Ni loco se me habria ocurrido dar un rodeo con un Reed incorrumpiente, cansado, con tanto sueño que no es capaz de dejarse dormir a si mismo....

-Tch! Por que los niños cuando tienen sueño llora, gruñen y se quejan? No es mas facil dormirse si tienes sueño? Si lloras nunca te vas a dormir!

"que puta logica tiene?"

Mi oreja ya esta mas que violada por el regaliz para cuando queremos llegar al dormitorio. Para entonces ya Reed lloriquea un poco del puto sueño que tiene. Paso al lado de Scar dejandole el regaliz en sus manos, con mucha soltura yo.

-Lo quieres?

Luego, me dirijo a mi litera. Una de las de abajo. Tenia ahi mi macuto, con mis mil armas, y cosas para hacer mis explosivos. De un meneo con el pie lo meto mas bajo la cama, tras echar la cremallera. Dejo a Reed en la cama, el cual se abraza a la almohada lloriqueando. Me siento un momento en el colchon a su lado, dandole unas palmaditas en la espalda.
-Animo, campeon. Tu puedes. Duermete. No es tan dificil.

Luego me agacho y saco de debajo de la cama otro macuto, con algo de mi ropa. Saco unos pantalones militares, con rotos en las rodillas, porque estan usadisimos. Pero estan limpios, llevan un cinturon y muchas correas para que los pueda ajustar un poco mas a su talla, asi como ajustar el largo.

-Ropa militar inteligente. Tsk. De lo poco inteligente que tienen en el ejército, de hecho....

Saco tambien una camiseta de manga corta negra. Con la ropa interior dudo...agarro unos calcetines y va que chuta. Que vaya en plan comandos, que no pasa nada. Le hago un gesto a Scar para que se acerque, dejandole la ropa en el colchon, a mi otro lado, puesto que al otro está Reed retozando y llamandome para que le haga casito y se pueda dormir.

-Prueba con eso, Scar. Sujetadores no te puedo dejar, no suelo gastar de eso. - sonrio de lado y tapo a Reed, acariciandole la cabeza. -Ni botas de tu talla.

El crio comienza a relajarse, o eso parece. Le prometo en voz alta que si se porta bien lo llevaré a ver a su amigo Mooshie, que no deja de ser otra cosa que un dragon negro enano....si, tiene ese tipo de amistades el chaval.
-Scar. Scar...llevo dandole vueltas un rato a tu sobrenombre. El significado. Es por algo en particular? -le pregunto, mientras hago un poco de tiempo para que el mocoso termine de caer sopas.

Espero a que Thalos termine de convencer al pequeño. Los miro con una sonrisa tierna, sigo pensando que es de lo más peculiar ver a este tío aplicar su carácter a un niño pequeño. Veo a Thalos pasar a mi lado, pero me sorprende dejándome el regaliz en mi mano sin darme tiempo siquiera a cogerlo. Miro mi mano abierta con extraña inocencia, 'mierda, está chupeteado'. - Me cago en la leche, Thalos. - le digo en voz alta resoplando. Tiro el regaliz al suelo después de unos instantes y sacudo la mano quitándome los restos de babas que pudiera tener, me consuelo con mi futura ducha.

Se dirige a la litera a terminar de dormir al niño, mientras me meto las manos en los bolsillos. Miro las camas, al niño de vez en cuando aprovechando para pensar en lo desorientada que estaba en la base, tanto o más como cuando llegué con 17 años, y en si este tío me hacía sentir cómoda en algunos instantes o era tan parecido a mí que incluso me molestaba.

Thalos me hace un gesto para que me acerque, me quedo junto a él de pie, mirándole desde arriba. Efectivamente, ropa militar, me hacía incluso ilusión ponérmela. Río levemente sobre su comentario de los sujetadores, tampoco me esperaba que los tuviese. Esto ya es más de lo que hubiese esperado de él. - No pasa nada, mañana supongo que estará seca mi ropa. - le dedico una mueca de sonrisa a modo de agradecimiento.

Cojo la ropa de la cama intentando no pegarla mucho a la mía para que no se manche. Me doy la vuelta mientras Thalos vuelve a su hijo. Estoy a punto de colocarme en la salida de la habitación cuando me pregunta por el significado de mi nombre. Pocos me lo preguntaban, aunque tampoco yo daba lugar a ello. Veamos... cómo le respondo... - Estuve un tiempo como mercenaria, digamos que tuve que hacer algún trabajo sucio, y para bien o para mal no era muy habilidosa para dar golpes mortales... No recomiendo mucho sobrevivir con una cicatriz de un sai. - Era algo ambigua mi respuesta pero no quería ser muy explícita con el niño delante. Fueron tiempos duros, cuando pasé realmente peligro, tenía toda la teoría sobre el manejo de sais y el combate pero la realidad era muy diferente. Hubo un tiempo en el que matar a alguien con un sai me provocaba cierto reparo al ver que no tenía la habilidad suficiente ni la fuerza para dar un golpe rápido y mortal, al contrario, llegaba a darme hasta pena ver a mi víctima desangrarse, con una herida poco certera para provocar la muerte y los órganos destrozados. 'Scar' (cicatriz) comenzaron a llamarme áquellos que contrataban mis servicios o que presenciaban mi inexperiencia, para bien o para mal, a la hora de matar rápidamente.

-No te gusta el regaliz babeado? -le pregunto como si nada, un tono algo burlon, como si fuese una ofensa que no le gustase dicho regaliz lleno de babas. Lo miro con desaprobacion, pues ahora yace en el suelo.

"ahora se lo comeran las hormigas"

Veo que parece satisfecha con la ropa. Yo echo de menos mi cazadora. Voy con una camiseta gris remangada a la altura de los codos. No llevo ni el chaleco....y hace frio ahi abajo. Reed se ha quedado dormido en algun momento, pongo mi mano sobre su frente. Él siempre desprende calor, un calor que seria preocupante o febril, de no ser porque ...es asi desde siempre, igual que su madre, aunque ella no habia sido siempre asi.

Aun asi me aseguro de dejarlo bien tapado. Ella se detiene tras coger la ropa, explicandome el por qué de ese mote en concreto.
-Muertes lentas y dolorosas....? -mientras le pregunto, algo inexpresivo, saco una capsula de mi vaquero. Pulso el boton de arriba y hace sus "magias" sacando de su interior un robot mucho mas grande. Bueno, mucho mas, no. Es el wall-e este. Lo enciendo, provocando que sus ojos-camara enfoquen al bello durmiente. Me aseguro que en mi pantallita, se vea bien la retransmision. Me pongo en pie yo tambien. Si despertaba o me necesitaba, me enteraria.

"buen guardian de chatarra metalica"

-Es obvio que mejoraste. ¿Te cargaste a muchos tios?

"a que tipo de tios, es la pregunta"

-Llevo tiempo sin entrar en una batalla de verdad. Creo que me estoy oxidando.

Y quedaba la pregunta de por qué dejó atras su antiguo nombre para quedarse con Scar. Pero ya la incordiaria con esa pregunta un poco mas adelante. Por partes, como decía Jack. El destripador, claro. Pero Mori seguia sonandome vagamente....solo que aun no daba con el momento y el quien. Probablemente lo hubiese oido tan solo un par de veces y quizas ni tuviese que ver con ella.

No sé si con su burla sobre el jodido regaliz babeado pretende realmente burlase en serio, yo diría que no, quizás deberíamos movernos con este tipo de bromas porque a partir de ahí la conversación comienza a ser más fluida. Me quedo en silencio esbozando una sonrisa sarcástica y vuelvo rápidamente a la seriedad de siempre. - ¿Me acabas de conocer y ya me obligas maquinar una venganza contra ti? - como siempre tono serio, pero esta vez algo más amistoso.


Muertes lentas y dolorosas..., - A veces ni eso.- confirmo con cierto reparo, y no estaba orgullosa de ello. Un herida de sai puede matar en pocos puntos estratégicos, luego estaba el desangre, lo demás se trataba sólo de trinchamiento de carne y demás órganos si no se tenía la suficiente fuerza. Que si me cargué muchos tíos, ojalá, le suelto una risita espontánea de pocos segundos. - No, menos de los que querría. En esos tiempos tuve más problemas con magos y brujas y demás criaturas... - Podía sonar cómo que me los cargaba fruto de una supuesta aversión ya aprehendida a los seres mágicos. Pero no, se trataba de defensa, raras veces yo atacaba, independientemente de su raza. Además en la mayoría de los casos yo tampoco era bien aceptada y eso llevó a conflictos innecesarios.

- Yo nunca he estado en una batalla. - digo con cansancio mirando al suelo. - ¿Cuando fue la última batalla con la Alianza? - quería calibrar cuan preparada debo estar. No había pensado en entrar a defender este sitio pero, conociéndome, la acogida no está siendo mala, y ya tengo más que la rama de un árbol en la que dormir cada noche, no tenía la sensación de compromiso pero sí de una agradable deuda con Johan y con esta gente. Mi intención aquí, y era algo que ya le comentaría más adelante a Johan, era recopilar información sobre mi familia, con saber si seguían existiendo o no, en caso afirmativo, ya me las ingeniaría para volver a ellos, a saber con qué actitud, luego ya estaba lo de joder a la Alianza. Quizás debería cambiar el orden de los planes.

-Oh, es que me encanta ganarme venganzas de la gente nada mas conocerlas. Sabes lo divertido que es luego darles esquinazo? Hasta el momento mi marcador va saliendo siempre victorioso en cuanto a venganzas.

"ademas, de verdad. Draven, Stwardson, Schindler...."

Tras levantarme, me acerco a ella, echandole un ultimo vistazo a Reed, que se ha quedado tan sopas tan feliz. Hago una mueca reconoce que a veces ni muertes desagradables lograba con los sais.

-Hmpf, eso te pasa por usar armas blancas en lugar de armas de fuego. Son mas efectivas.

Que le iba a hacer. Era un ferreo defensor de las pistolas...hasta que llegaba una demonio y te la desarmaba. Alzo una ceja mirandola cuando me habla de los problemas de su pasado.
-Curioso. A mi tambien me dieron muchos problemas.- solo que en mi caso, si que habia sido aversion. Aversion unida a muchas cosas, ninguna de ellas agradables o bonitas.

-Fue antes de las Navidades, unos Centinelas acudieron a por una bruja en las calles de Londres, y se lio una buena. Un integrante de los Renegados fue capturado, otros tantos heridos. Al capturado...logramos recuperarlo algunos meses mas tarde. Pero yo no participé en aquella batalla. - señalo con mi cabeza hacia mi hijo. - En el rescate del renegado que te digo, sin embargo, si me impliqué. Atacamos la base militar, Johan, dos magos mas y yo. Fue mas una distracción que otra cosa, pues se atacaron varios puntos simultaneamente... pero logramos el objetivo. Asi que aun estamos esperando el contraataque del ejército. Se está haciendo de esperar, los cabrones...

Me acerco a la puerta, parandome antes de salir por si Scar quiere añadir algo. -Cuando estés lista, termino de hacerte la ruta turistica por aquí

Le hago una leve mueca de sonrisa. - Ya lo veremos.

Me fijo en que el niño ya perece estar dormido, mientras Thalos se acerca un poco a mí, lentamente dirijo mi mirada hacia él creyendo que me iba a decir algo importante, pero no. Viendo lo que guardaba debajo de la cama me queda claro que las armas de fuego son lo suyo. Le respondo bajando la mirada, qué le iba a hacer, prefiero la fuerza bruta.

Le pongo algo más de atención y seriedad a su resumen de las últimas batallas que se habían tenido con la Alianza. Así que estamos a la espera de un ataque de la Alianza, sólo escucharlo me entra un escalofrío. - Me imagino que estarás en su base de datos de traidores... me pregunto si yo también lo estoy. - digo con extrema frialdad, al fin y al cabo no traicioné a la Alianza como tal y no eran pocas las veces que había pensado en volver al centro de Londres en plan kamikaze. No dejo que me responda si quiera, me doy la vuelta. - Vamos - le sigo rápidamente hacia los baños, la roña de la cara ya me está empezando a picar.

Compartió el gesto en el rostro del moreno cuando le habló de la cantidad de personas que había en aquel lugar. Supuso, de cualquier modo, que estando en medio de la guerra muchas de ellas perecerían, por lo que no se sentía tan obligada a ser amable y congeniar con todos. Dejó los comentarios de lado mientras escuchaba la explicación del sentirse usado. No sabía su historia, aquella donde le habían obligado a hacer cosas que no le aportaban, aunque seguro que se la preguntaría después, quizás con más calma cuando hubieran salido de aquel lugar que ahora parecía peligroso.

No pretendía quitarse mérito, aunque realmente no sentía que tuviera alguno, más las palabras del contrario le hicieron reflexionar un poco en lo que fue su pasado. Muchos habían salido del coliseo, sí, pero muchos otros habían muerto, unos tantos de esos en sus manos. Lo cierto es que después del coliseo también tuvo que sobrevivir un par de años antes de llegar al presente donde se encontraba. Mientras ella pensaba en su pasado, el rostro del contrario también reflejaba una lucha interna, de esas que no se borran tan fácilmente de la piel.

Tomó la chaqueta cuando el contrario se la ofreció, tomándose unos segundos para ver si la que traía estaba puesta muy rota, sucia o vieja como para que el moreno le dejara otra prestada.- Gracias.- Susurró con una suave sonrisa en los labios mientras se acomodaba un mechón de cabello, tratando de no sonrojarse pues era la primera vez que le daban algo a préstamo de buena fe. Aunque en realidad no le daba demasiado frío gracias a que el hielo era su elemento, agradecía el gesto.

De un momento a otro, se encontraron en un pasillo un tanto diferente a los que habían andado. Esta vez no sintió tanto el viaje, pero igual estaba agarrada a su pecho con fuerza, con los ojos cerrados, cuando llegaron al nuevo lugar. Abría los ojos mientras estos se iban acostumbrando a la nueva luz. Se ponía tensa cada que llegaba a un nuevo lugar por si había algo que matar. Afortunadamente, la habitación a la que llegaron parecía vacía, pero las camas que se veían alrededor lucían bastante... acogedoras.- Oh, creo que... debemos irnos, estamos en la habitación de algui... algunos.- Murmuró, notando como había bastantes más camas de las que había pensado. Mientras deshacía el abrazo en el que lo había enredado cuando viajaron por el tiempo, el espacio o ambos, dio un par de pasos alrededor, soltando también a Svart para que estuviera libre.- Que lugar más... acogedor.-

La aparición había salido tal y como esperaba, el conocer a la perfección el destino siempre ayuda a que funcione correctamente. Sujeto a Juliet unos segundos después de aparecernos, por si acaso pierde el equilibrio o algo. Ella también se ha agarrado con fuerza a mi brazo, aunque en cuanto abre los ojos me suelta, al igual que hace con Svart. El dragón baja al suelo, emitiendo un sonido de disgusto al reconocer el lugar. No le gustan los sitios cerrados como el que estamos, tendré que sacarlo pronto. - Exacto, son dormitorios comunes, así que no estamos colándonos en la habitación de nadie. - empleo un tono de voz algo más bajo de lo habitual, ya que hay algunas personas durmiendo en las literas del fondo. Tampoco nos vendrá mal a nosotros dormir un rato. Río por lo bajo al escuchar eso de acogedor, obviamente irónico. - Johan que es un cutre. Ya podría buscarse una base mejor. A mi me tuvieron encerrado en la torre de Londres. Antes la tenían como base, pero muchas cayeron. - ciertamente había como 3 o 4 bases más, incluso tuvieron aquella de la aldea escocesa. Se han movido mucho y han tenido muchos lugares, incluso la casa de los Black, pero este lugar parece más útil por el tema de la detección de los robots.

Camino hasta una litera vacía, que ya he usado en alguna ocasión, de las escasas veces que me he quedado aquí. Antes me negaba a venir, pero ahora me parece hasta práctico eso de poder dejarme caer por varios lugares, especialmente por la noche. O madrugada, no sé qué es ya, han pasado demasiadas horas absurdas allá arriba en la isla y empiezo a tener sueño. - Pilla la litera que quieras. Si te dicen algo porque no te conocen les puedes decir que Johan te invito a venir y que te he traído yo. Aunque...muchos me siguen mirando mal aquí, aunque haga tiempo desde que dejé los aurores.- me encojo de hombros con cierta indiferencia. Después siento en la litera de abajo, echándome después hacia atrás, pegando la espalda a la pared. Svart regruñe y se acerca a la litera, dejándose caer al lado de la escalera tras darle un pequeño golpe. Últimamente está creciendo con más rapidez, su tamaño pronto será suficiente como para no poder cargarlo. - Todavía estás a tiempo de pensar si quieres quedarte aquí...- comento a Juliet por si tiene dudas sobre lo que hacer, o si prefiere ser simplemente una colaboradora ocasional.

No se había fijado bien antes, pero había personas descansando en el fondo de las habitaciones, por lo que su emoción tuvo que bajar un poco de tono. Aquello de 'dormitorios comunes' le señalaba que lo más probable es que tuviera la misma privacidad que un pollito en una granja, pero parecía ser justo a cambio de una cama donde dormir en tiempos de guerra.

¿Te tuvieron encerrado en la torre? ¿Por qué? Realmente no entiendo muy bien tu historia, aunque creo que debe esperar si quiero que me la cuentes.- Susurró lo más bajo posible. No era una de esas chicas que amaban la atención, así que quería mantener el perfil más bajo que se pudiera, considerando que su cabello era un punto rojo.

Se acercó y abrazó suavemente la escalera de la litera donde se había sentado Reiv. Estar arriba le daría una vista periférica más amplia y también le podría ocultar de atacantes si eran bajitos, pero prefería la de abajo para poder defenderse con más eficacia.- ¿Eras auror? ¿Qué rayos...? - Su sorpresa fue tan grande que casi desconfiaba de él. Ese era el tipo de cosas que uno no se guarda. Pensó por un instante en sentarse a su lado, pero supuso que querría espacio, por lo que se colocó en la siguiente litera, con la almohada en la espalda baja y recargaba en la pared. La chaqueta que le habían prestado ahora ocultaba la espada de la chica sobre la cama. No tenía tanto sueño como hambre, pero sin haber tocado una cama en mucho tiempo, no le fue difícil adquirir el cansancio acumulado.- Esto es... demasiado cómodo. Debería irme a explorar el lugar por ahí.- Murmuró soltando un bostezo que tapó con una de sus manos. Aunque normalmente dormía sentara en los lugares que no conocía, acostarse comenzaba a ser más y más tentador.- Siempre debes saber cual es la salida más... cercana...- Murmuró, pues era ley para ella conocer cómo escapar. Así había salido del coliseo y así también había sobrevivido un tiempo en los tramos que no se podía rodear las ciudades o que era poco razonable.

Tras unos minutos, decidió confiar. Tomó la almohada y la abrazó a un lado de su cuerpo, recostando la cabeza en ella y acurrucándose contra la pared. Las piernas las dobló, quedando en una posición fetal que no la preparaba para nada a un ataque, pero que no le importaba demasiado.- Lo bueno es que... tu tienes la cama que está más cerca de la puerta. Procura gritar si te pasa algo, así el resto nos enteramos.- Bromeó suavemente la chica con una sonrisa en los labios, cerrando los ojos y bostezando de nueva cuenta mientras esperaba que se le antojara dormir.

La verdad es que yo tampoco me acuerdo de todos los detalles de cómo acabé encerrado, aunque tal vez la paliza que me dieron tuvo algo que ver en que tenga lagunas. Continuo con el tono de voz bajo para resumirle un poco de qué va todo eso de la torre, aunque tampoco me extiendo demasiado- Me peleé con uno de los suyos. El puñetero ruso me ganó y me llevó prisionero al lugar que usaban para los que capturaban. Fue por ser auror, supongo que querían sacarme información, pero vieron que no tenía mucho que aportar. - yo era poco importante, así que no les serví de mucho. La que mejor se portó conmigo fue la esposa de Johan, que me sacó adelante tras las heridas causadas por el ruso. Ahí empecé a darme cuenta de que algo extraño pasaba si los que yo creía enemigos velaban más por mi supervivencia que los del grupo al que pertenecía. Nadie hizo nada por buscarme ni parecieron preocupados cuando regresé. Más bien me echaron las culpas por faltar al trabajo.

Su expresión al saber que fui auror cambia por completo, aunque en parte me lo esperaba. Juraría que ya se lo había dicho antes, aunque si fue en el Moulin tampoco tengo muy claro lo que dije o a quién se lo dije. - Errores de crío idiota. Ya no pienso como pensaba entonces, tranquila.- le aclaro para que no crea que soy un infiltrado o algo así, eso quedó atrás hace ya. Al final veo que coge la litera de abajo de la cama de al lado, en vez de coger la de arriba. Yo hago lo propio y me acomodo también, tumbándome con la cabeza en la dirección en la que está ella, para poder seguir hablando un poco más. Me echo una manta por encima, colocando después la almohada bajo mi cabeza. Chisto por lo bajo al escuchar eso de demasiado cómodo, tampoco es para tanto.

- Explora si quieres, pero ten en cuenta que estamos bajo tierra...y que para entrar te hacen falta un par de contraseñas, y tocar no sé qué piedras y demás movidas...- bostezo a la vez que me coloco de lado, empezando ya a tener bastante sueño. - Si no siempre puedes dar vueltas por aquí y conocer gente de esta, que ya he visto que se te da muy bien socializar.- comento con una media sonrisa irónica a la vez que levanto un momento para observarla, volviéndome a echar después. Luego empieza a decir cosas paranoicas sobre vigilar la puerta o gritar si pasa algo, a lo que gruño por lo bajo. - Estaré demasiado dormido para vigilar...vigila tú, o que vigile Svart. - él menos que nadie, ya ha empezado a hacer pequeños ronquidos dragoniles. Y al rato le sigo yo, caigo dormido en cuestión de minutos y con un sueño profundo que puede dar para horas, incluso hasta la mañana siguiente.

A pesar de las personas dormidas, parecía que encontrarían un tono suficientemente bajo para no despertarles, pero suficientemente alto para entenderse entre ellos. Algo que le divertía de Reiv es que hablaba como si la joven conociera a todos los que mencionaba. "El ruso", "uno de los suyos"... Se sentía incluída a pesar de que se enteraba de la mitad de lo que podría enterarse preguntando.- Vaya, creí que los aurores estaban más preparados. Si un ruso te ganó... aunque los rusos tienen su mérito solo por su nacionalidad.- Susurró, pues ella misma sabía que con los rusos siempre era mejor no meterse a menos que fueras a ganarles.- Sí, supongo que si antes eras auror y ahora no buscas implicarte, tu mentalidad cambió bastante. Ahora entiendo eso de que te usaran. Más que usarte, tal vez tuviste un desengaño. En esas organizaciones se sabe desde un principio que no eres más que un simple soldado... pero uno va con las mejores intenciones.- Susurró y soltó un suspiro. No sabía que había pasado aún con su padre, pero esperaba que le hubiera pasado algo similar antes de que mataran a Temeritus, que hubiera dejado su lado y que estuviera bien, aunque fuera con otra familia o algo, en algún lugar.

Aquello de estar bajo tierra ya lo presentía, no había ventanas y no escuchaba ruidos de calles, como árboles y el aire golpeteando contra los muros. Se sentía extraño, casi como si no pudiera ser escuchada si gritaba. Era un poco como estar en una tumba.- ¿Y para salir...? ¿Para salir puede salir quien sea o también necesito un montón de vigilancia? - Preguntó. Al menos quería saber cómo salir. Si tenía que quedarse afuera, pues se quedaba. Pero si tenía que escapar y no podía ponerse a salvo, ahí estábamos mal con esas.

No recordaba haber tenido tanto sueño desde hacía tiempo. Soltó una risilla por algún comentario del moreno, pero no recordaba bien por qué era, solo sabía que quería dormir, descansar por todo el tiempo posible en aquel lugar. Justo cuando estaba más dormida que despierta, los ronquidos lejanos de Svart y los de Reiv le sacaron una última sonrisa antes de caer dormida. No tuvo un sueño muy agitado. Soñó con sábanas de seda, almohadas de plumas de ganso y cortinas de terciopelo. Las había conocido por poco tiempo, pero le bastaba una cama mullida para recordarlas con cariño.

No se dio cuenta de cuanto necesitaba dormir hasta que despertó completamente descansada. Se estiró por toda la cama, que no había cambiado de posición de tan profundamente que había dormido. Solamente se encontraba arropada ahora una manta que habría encontrado por ahí mientras dormía, o que se habría levantado a media noche y no lo recordaba. Se tomó unos minutos más para disfrutar la superficie suave, que no era tierra, lodo o un árbol, y después se dedicó a mirar alrededor. Desde su posición, alcanzaba a ver la mitad de la cola del dragoncillo, la nuca de Reiv y un par de personas dormidas también a las que no había visto con anterioridad.- Te extrañé mucho...- Suspiró con una sonrisa en los labios, de muy buen humor tras tan buen descanso mientras abrazaba la almohada con la que había dormido y cerraba los ojos para aguardar algunos minutos aún en cama.

Tras haberme separado de Alex en la entrada de la base, me dirigí rapidamente a las habitaciones. El auror habia confesado, y por ello, se habia llevado una descarga de mil cojones. Eso queria decir que se habian enterado de su traicion. No tenia por que estar mintiendo, Rybar, habia sido sincero. El caso es que ahora conocian nuestra ubicacion mas que exacta y habian enviado a ese tio con la esperanza de que se convirtiese en un topo y ademas, buscando a Scar .Aunque eso me parecia mas un tema personal que belico.

"todos tenemos defectos"

Busque a mi hijo en su cama, y ahi seguia dormido, vigilado por su robot wall-e. Hice su macuto, una pequeña mochilita, en poco mas de cinco minutos. Habia gente durmiendo...a media luz guarde todo lo del crio. Desgraciadamente Johan se encontraba de mision en el hospital muggle, con Scar y algunos mas. Pero podiamos comenzar los preparativos. Le di un apresurado beso a Reed en la frente y lo tomé en brazos, colgandome a la espalda su mochila.

-Bueno jefe, vamos a buscar a mamá.

Me detengo con Reed en brazos y hago una mueca extraña porque se oyen unos ronquidos jodidamente profundos. La hostia, la gente aqui ronca como autenticos dragones.... desconocedor de que es el medio hermano de Johan el que esta por ahi durmiendo con un autentico dragon (bueno, dos en realidad) salgo de alli con el chiquillo, para buscar a Erika, entregarselo y despedirme de ellos dos antes de que emprendieran su viaje. Lo mas pronto posible. No iba a ser facil, pero era necesario.

Me despierto de manera perezosa, tardando unos minutos en reaccionar y terminar de despertar. Lo cierto es que he dormido bastante bien, tranquilo, como hacía algún tiempo que no dormía. Svart sigue en el suelo, pero parece que se ha despertado hace un rato y está con la cabeza levantada, observándome de manera casi siniestra. Eso de que te observen mientras duermes da mal rollo, ¿y si quiere comerme?. Evito ese pensamiento paranoico que no dura más que unos segundos. Después le doy los buenos días en lengua de dragones, pasando una mano por su cabeza. Juliet también parece haber despertado ya, pero sigue en la litera de al lado, remoloneando.

Voy hacia el borde de la cama, calzándome las botas despacio, todavía algo empanado. También voy haciendo memoria de lo que hablamos anoche, aunque no recuerdo en qué punto de la noche me quedé dormido. Seguro que han pasado más horas de las que pensamos. - ¿Ves? al final no hizo falta buscar la puerta de emergencia. Creo que hemos dormido de más. - termino de calzarme, poniéndome en pie para ir después hacia la litera de Juliet. Apoyo una mano en la escalera, inclinándome un poco hacia delante para mirarla a ella.

- ¿Qué vas a hacer ahora? ¿buscarás a Johan o ...seguirás vagueando en la cama? - me apoyo con el hombro en la escalera metálica, cruzando los brazos. - Yo he pensado dar una vuelta rápida por aquí, por si me entero de algo interesante, novedades y demás. Después creo que me iré. No vivo aquí, no tiene sentido quedarse más rato. Svart necesita quedarse al aire libre y por su cuenta un rato. Y yo necesito buscar algún trabajo...- lo que gané con lo del troll no sé dónde ha quedado, pero tampoco era demasiado. Por eso no puedo quedarme, pero tampoco voy a dejarla aquí sin presentarla a nadie, que menos que eso, ya que la he traído. - Si quieres te acompaño, hasta que encuentres a alguien para decirle. - echo un vistazo a la puerta de la habitación, escuchando a un par murmurar no sé qué de una reunión. La sala también sé dónde está, así que...podemos ir a cotillear.

Seguía abrazando la almohada cariñosamente cuando sus mimos se vieron interrumpidos por quien dormía en una de las camas siguientes a la de ella. Un hombre de mediana edad, pelirrojo o algo similar, llevándose consigo a una criaturita que no podía tener más de cinco años. Muchas de las personas que habían estado ahí la noche anterior ya no parecían estar en aquel lugar, pero en su lugar y en otras camas había otras personas que cumplían con la misma función de dormir. Escuchándolo dar los buenos días, sonrió y levantó el rostro hacia él. Sabía que el saludo no era para ella, así que asumió que Svart ya estaría despierto. No tardó mucho en darse cuenta de que así era.

El contrario ya se estaba cambiando cuando decidió la chica que era tiempo de levantarse. Rodó sobre la cama hasta quedar bocarriba y se estiró lo más que pudo, dándose algunos minutos para ella misma.- No sé que hora sea, pero estoy segura de que no he dormido tan bien en mucho tiempo.- Dijo con los ojos cerrados, abriéndolos solo cuando sintió la presencia del contrario junto a la cama donde había dormido, ya de pie y listo. Ella misma no tenía mucho que hacer, no había tenido la oportunidad de quitarse ni los zapatos antes de caer en aquel sueño profundo.- Voto por seguir vagueando... pero veo que hemos llegado a una encrucijada donde nuestros caminos se separan... tu te irás y yo me quedaré por siempre durmiendo.- Suspiró, tratando de hacerlo hablar todo lo posible para que olvidara que el tiempo estaba pasando y que tenían que proseguir... como cuando haces hablar a los secuestradores antes de que te corten un dedo más, prolongando en lo posible.- ¿Tú qué harás al final? ¿Irás a tu piso como dijiste? ¿Qué tan peligrosos son los bosques? Svart necesita terreno amplio, no querrás que se quede enano.- Omitió un "como yo" en su comentario mientras se sentaba al borde de la cama, estirándose nuevamente. Del bolsillo de su pantalón sacó algunas monedas. No eran demasiadas, pero suficientes para al menos un día. Eran las que le había quitado al moreno.- Tómalas. Son las que te quité en el bar. Si me las he apañado para no pagar por dónde duermo hasta ahora, no creo que sean tan importantes.- Susurró mientras se las dejaba en las manos, esperando que al menos le sirvieran en lo que encontraba su lugar.

Finalmente, se levantó de la cama con sentimientos de nostalgia, pero ciertamente mucho más descansada, de mejor humor y con más energía de la que había tenido en mucho tiempo. Se sacó la chaqueta vieja y la funda de la espada de la espalda y se la colocó en la cintura, dejando que la funda cayera al lado de su pierna para luego colgar la espada de ella y colocarse la chaqueta que le habían prestado.- Trataré de cuidarla lo mejor que pueda. Y regresarla pronto también.- Le sonrió al contrario una vez que estuvo lista para partir. Comenzó a caminar hacia los pasillos, donde la gente parecía fluir solamente en una dirección concreta.- ¿Crees que debemos ir? - Preguntó dudosa. Si por ella fuera, iría en la dirección contraria, pero bien podría ser cualquier cosa. Como el moreno ya había dicho que la acompañaría, salió de la habitación y comenzó a caminar en la dirección en la que todos iban. Al menos harían bien en averiguar.

Después de estamparme varias veces contra las paredes de lo pasillos a causa de los empujones conseguí llegar a las habitaciones. En la base había más movimiento del normal pero poco me importó una vez llegué a la cama. Ni me quité las botas, me quedé ahí, esparramada durmiendo con la boca medio abierta. Un sueño de lo más placentero que no iba a desaprovechar y que ni el sonido de los pasillos pudo interrumpir.

Al cabo de algo más de media hora, calculo, desperté, no porque quisiera, si no porque debía. La reunión, el movimiento de gente en los pasillos, y ante todo el desasosiego que me producía la presencia de Alex me daban vueltas en la cabeza lo suficiente como para despertar de mi letargo y sentarme a un lado de la cama con la cabeza apoyada entre mis manos sopesando cómo iba a dar la cara.

Cuando fui a las habitaciones ya había movimiento por el tema de que nos tocaba evacuar y eso. Yo me lo iba a tomar con poca calma. Luego saldría de la base y tal vez iría en búsqueda de la casa de Ailanthus. Que había pasado a considerar mi hogar. O igual me subiría a un árbol o me metería en una cueva… Lo que fuera. Esa noche quería dormir fuera. Si bien muchos estaban allí cogiendo sus cosas, yo hice justamente lo contrario. Fui a la litera de arriba que había ocupado mientras estábamos allí Dyospiros y yo, y una vez allí, más lloroso que antes, me dediqué a vigilar un poco la situación.

Aparte del bullicio general había alguna que otra persona durmiendo. Envidiaba la capacidad que tenían algunos para sobar. Pero la mayoría de los que estaban despiertos estaban… Muy alterados. Me llamó la atención una chavala sentada en su cama, como pensativa. Parecía estar igualmente afectada por algo… Pero no sabía exactamente si ella quería hablar o no. Yo tampoco sabía si quería hablar o estar solo. Lo único que quería era beber algo. Pero al rebuscar en mi bolsa todo el alcohol que encontré era uno desinfectante. Y… Me lo quedé mirando.

Casi le di un trago cuando recordé la petaca de Yaroslav. Rebusqué entre mis ropas y encontré ahí una pequeña petaquita con vodka algo caliente. Pero era vodka y… Me servía. Lo justo como para intentar aligerar un poco las cargas. En medio del caos, un adolescente bebiendo en una litera mientras miraba al resto casi con curiosidad… Qué imagen. Y yo aún lloriqueando.