Beinn Dearg, Ruinas de Ouroboros

Esa mañana se había ido como todos los demás a la dichosa isla, lo cierto es que había hecho más bien poco desde que llegaron al castillo, se había dedicado a pasar desapercibido, fumando su cachimba de vez en cuando y consultando los números una y otra vez para saber algo sobre el futuro que les aguardaba. Una vez allí, sigue a Sean, newton y Sarah para ayudar con los libros, muchos de ellos ya los había leído así que no le fue difícil separarlos en montones de "este si, este no" y entre todos los libros que no había leído, uno le llamó extrañamente la atención, era bastante antiguo pero sus medidas le decían algo, calculó lo que medía cada borde, vértice, todo, sumó los números y los simplificó el resultado fue la página a la que debía dirigirse, ¡Bingo! ahí estaba lo que buscaban sobre los pozos de magia, los números nunca mienten.

Cuando dio inicio la reunión, prestó atención a lo que cada uno decía, no por sus palabras sino por el tiempo que tardaba cada uno en hablar, nuevamente sumó los números, los simplificó e interpretó el resultado pero faltaba algo, así que tiró los dados sobre la mesa, la respuesta era clara, habría una batalla inminente y ellos estaban implicados, después de que Rosse hablara y se sentara, él mismo se levantó y empezó a hablar con su inconfundible acento árabe. -Nuestra posición no nos sirve de nada sin magia, quedarnos encerrados tal y como dice Rosse no es la solución, los números son claros, nos veremos envueltos en una lucha más pronto que tarde y si es así yo estoy dispuesto a luchar por tanto estoy a favor de la propuesta de Sean, no pienso quedarme más tiempo sin hacer nada, el campo de batalla nos espera y pienso demostrarles que no dependo solo de mi magia,¡ probaran el sabor de mi acero! dijo alzando su sable con una sonrisa en la cara, pues de verdad ansiaba entrar en batalla y enfrentar a nuevos y honorables contrincantes para batirse en duelo.

Al final conseguí llegar a tiempo a la reunión, al menos lo justo para enterarme de los puntos principales. Entro un poco tarde en la sala del cónclave, intentando no hacer ruido para no interrumpir. El ambiente es un poco tenso, aunque es lo normal en este caso. Espero que no tardemos mucho, porque quiero reunirme con Giordano cuanto antes para así poder hacer la operación de Josephine, usando los materiales que estén consiguiendo en estos momentos. Entrelazo las manos sobre la mesa mientras escucho de manera paciente a unos y a otros. Espero a que haya un instante de silencio para dar mi postura, que seguro ya conocen.  

-  Ya sabéis que mi posición otras veces ha sido la de apoyar con mis habilidades de sanación, o mis conocimientos médicos. No soy alguien que luche, me cuesta dañar a otros. Por eso tengo tanto conflicto interno con el voto que debo tomar. Hay que hacer algo, obviamente. Y creo que tenemos que unirnos con el resto y dejar de luchar cada uno por su lado, sin excluirnos. - no estoy tan seguro respecto a los Blood Keepers, pero no es momento para plantear algo tan complejo. No soy tan entusiasta como Adael en ese aspecto, que incluye hasta a las acromántulas.
- Bueno, al menos seres con raciocinio que sepan lo que estamos haciendo. - matizo a Adael Cohen, siempre de manera amable. En cuanto a lo que dice Bellatrix de los linajes concuerdo con Sarah, habrá que dejarlo para luego.  - Snagov tiene un hijo de 12 años, su linaje está asegurado. Cuando solucionemos todo lo que tenemos encima ya pensaremos en los linajes que se han extinguido.- añado con tono calmado, respondiendo a continuación a la duda de  Sarah.

- Y no, Sarah, no creo que ese material venga del espacio exterior. La Alianza tiene una ciencia lo suficientemente avanzada como para haberse encargado solos de todo eso. Aunque no descarto que tengan también conocimientos extra de nuestro mundo, teniendo en cuenta la cantidad de seres mágicos que han secuestrado y usado a lo largo de los años- niego a lo de quemar libros, proponiendo un plan alternativo como hacer varios viajes para trasladarlo todo, o enterrarlo en un lugar recóndito del bosque. Quitando eso, estoy de acuerdo con Sean. - Voto a favor de la propuesta de Sean. - sonrío amablemente al chico, que ha demostrado su valía al tomar las riendas. Se ha hecho adulto en muy poco tiempo, así que tiene potencial. Saladino y Rosse se ponen bastante beligerantes, espero que eso no les nuble la mente. En cuanto a Altair...lo he notado más alterado de lo normal, aunque sea parte de su carácter.  Espero que la proximidad de la luna llena no le afecte más de lo habitual, y que se controle llegado el momento.  - Altair...cálmate. Entiendo a lo que te refieres, debemos ser fuertes y hacer valer lo que somos en momentos así, pero también  debemos ser comprensivos. Tal vez estés más irascible por lo inminente de la luna llena. - advierto para que lo tenga en cuenta, como médico que recuerda tomar la medicación. Después vuelvo a guardar silencio, intentado comprender y asimilar la información de los planos de Markus, y lo que añade Jack Newton. Seguro que Giordano puede añadir algo más al respecto.

Había llegado de los primeritos a la sala del cónclave, ¿por qué? mas que nada porque tenia la imperiosa necesidad de plantar mi atlético culito en una silla  y no moverme en un buen rato. Me eché una mini siesta de tres minutos mientras llegaban los demás, perdiendome así la entrada de Tesla con su Teslasilla.

Pegué un respingo cuando Sean comenzó y con los ojillos entornados por el sueño lo observé y escuché....o  pretendí escuchar....

"Ñeeeeeeee....?"


Miré a mi alrededor y recordé que ah sí, que estabamos de congreso. No, Cónclave. Metí mi cara entre las dos manos y me recorrió un escalofrio, mirando a mi lado me di cuenta que era cosa de la medium, que estaba a mi lado.

- Trix, me das puto frío.  Déjate de sustituir a los muertos, no es momento.

"ademas que les vas a decir a los nuevos candidatos ey unete a Ouroboros caemos como moscas!!!"

La voz rocosa de Altair me hizo pegar otro respingo. Joder, que estrés, que humor se gastan estos viejos. Porque sí, sin Cat presente, yo era uno de los yogurines sentados a esa mesa. Me rasqué una oreja intensamente mirando al lobo. Que incómodo todo. Me saqué una botella de agua de plastico en la que no habia agua si no un liquido negro como el alma de Jack, que no era otra cosa que café reconcentrado al 1000 por 1000, y me bebi media botella- esperando. Como siempre, a mi me tocaba hablar el ultimo....

Mientras leí la pagina que nos habian encontrado entre Sayid y Sean. Terminé de leer la informacion sobre los triangulos magicos y luego vino...Tesla...y su poster.... y bien saben mis antepasados que intenté soportar aquella explicacion, pero no pude. Oia la voz del cientifico alejarse mas y mas y mi cuerpo aflojarse.... otro respingo. Al menos llegué a tiempo de mirar a Markus cual cachorro confundido y éste lo resumió rapido y facil  "-A ver… Los satélites de allá arriba emiten una especie de rayito que bloquea nuestra magia. Lo que Markus hizo con su torre fue amplificar la magia, pero ésta terminó por agotarse"

"valep"

-Tengo café, quieres? - le ofrecí al cientifico mi botella de café de yonki. No era pizza pero...

No se por qué me dio la risa floja cuando Sayid dijo lo de probar el sabor de su sable. No me di ni cuenta pero si, me rei por lo bajo. Estaba malpensando claro está. Cuando por fin hablaron todos empecé a darle al coco. Había que votar.

- Mi voto es positivo. Tenemos que unirnos a los demás y pelear como sea. Ya lo he dicho muchas veces antes, no servimos de nada sin magia a la que proteger ni gente a la que transmitir ese conocimiento.

"los ents irán a la guerra.....aunque ello suponga....nuestro final"

- Hablemos con otros grupos, quizá tengan informacion que nosotros no, algo que aportar. La guerra se gana con información. Un concilio chungo, como habeis dicho.  Y.....

"que estaba yo diciendo"

- ....sí que podemos atacar a los satélites, alguien, desde adentro. O podemos...nadie sabe nada de los Guardianes esos que menciona el libro? Ellos tienen que saber de que va la cosa. O el triangulo otro, los de uno inhiben magia, y los del otro?- terminé de hablar y mis tripas rugieron muy hard.

Si bien no compartió algunas ideas, como la del tiempo que estarían en aquel lugar, no le quedó de otra que seguir a Johan cuando se apresuró a la enfermería. Caminó tras él, al igual que tras Yaros, al menos hasta que llegaron al lugar. Tenía algunos días sin dormir bien, así que el cansancio le afectaba. Sobre todo en sus dotes sociales, pues no estaba muy al tono de la conversación.

Encontró algunas cosas útiles. La mayoría no sabía para qué servían, pero había encontrado nombres que Galeno le había dado a buscar y llevaba los frascos y herramientas en la mochila que iba llenando. Tenía la sensación de que algo se le estaba barriendo, como su instinto de supervivencia al haber ingresado a un hospital abandonado y destruido sin la menor precaución, fiándose solo de que tenía dos suicidas en frente y que le daría tiempo de correr, aunque no era nada seguro. Tomó además algunos objetos de metal, como bisturís y cosas de hospital, pequeños objetos que podía cargar y que fue echando a la bolsa tras una inspección muy breve. Cuando creyó terminar de revisar, omitiendo algunas habitaciones que no parecían tener demasiado por ver, se reunión con Johan y le siguió mientras continuaba su búsqueda, logrando llegar su saco con cosas pequeñas y útiles, aunque después de un rato solo le quedó arrastrarlo para continuar el camino.

Tras un largo vuelo, un poco retrasado por mea culpa, llegué a la isla con sentimientos encontrados. Yo misma había decidido no estar ahí por muchos años, pero era ese lugar donde perteneces sin esforzarte en encajar. Mi corazón se derrumbó junto con las esperanzas de reconstruirla, pues para hacerlo tendríamos que resurgirla de las cenizas, y sin magia  aquello sonaba a imposible.

Dirigí mis pasos hacia el salón del cónclave, tratando de ignorar la devastación que había alrededor a pesar de que los edificios permanecían en pie. No se podía decir que la estructura aguantaría por mucho tiempo, así que era un poco suicida estar ahí, solo por viejas tradiciones. Cualquier sala habría servido para hacer el cónclave, pero los magos se guiaban por simbolismos y tradiciones que nos levantaban la moral. Me tuve que dar prisa, pues seguramente debía haber iniciado ya con la sesión y, raro en mí, llegaría tarde. Tras abrir una de las puertas, entré como alma que lleva el viento. Pensé por un instante en besarles a todos por la emoción de verles, pero viéndoles las caras a todos, tomé una rápida decisión de no saludar, irme directo al lugar junto a Lucio y acercarme para pedirle la explicación de lo que ocurría, que seguro sería sencilla y complicadísima a la vez, justo como él era, así que quizás cometí el error de pedírselo a él. Rodeé su brazo con las manos y le susurré sin mirarle.- Lucio, cariño, hazme el favor de ponerme al día, que sabes que yo no me entero de estas cosas desde que la isla cayó. ¿Por qué las caras largas? ¿Qué hemos decidido hasta el momento?

Seguimos deambulando por el hospital durante un buen rato más, hasta el punto de que ya casi no nos caben más medicinas y materiales en los sacos. Si tuviese las cápsulas de transporte que me robaron todo sería más fácil, pero no. Se quedaron eso y algunas de mis pertenencias más preciadas. Voy un tanto absorto mientras busco las medicinas, aunque de vez en cuando echo una mirada a Vyctoria cuando me la cruzo. Apenas me ha dirigido la palabra en días, más allá de lo estrictamente necesario, y ya me empieza a extrañar su actitud. Suspiro con resignación y sigo a lo mío, acompañando a Yaroslav mientras terminamos de echar cosas al saco. No entiendo que son unos mudazvon, pero sé por dónde va.

- Pues claro que deben saber donde está esto. La isla ha caído y ya no tiene protecciones mágicas, y los centinelas que volaron a la isla mientras caía también transmitieron datos. O ya han estado aquí o...lo que tú dices, estaban esperando este momento. Lo de coger medicinas es más o menos rápido, pero los que están haciendo aquí una reunión se la juegan, mucho. ¿Por qué no podían hacerla en el castillo Le Fay? ese sitio al menos sigue siendo desconocido. - asiento de acuerdo a su idea de hacer algo a la vuelta al castillo Le Fay, esta vez sus paranoias no son infundadas, lleva mucha razón. - Podemos dar un rodeo, incluso que cada uno vaya para un lado para que no tengan claro cuál es el escondite real. - así lo acordamos, decidiendo después que ya no podemos cargar más y que nos vamos. Se nos acerca Giordano de un modo un tanto siniestro, como si fuese un stalker que no dice ni media. Cosas de genios, supongo. Le miro con cara de extrañeza esperando que se arranque a hablar, hasta que por fin me da las instrucciones de lo que quiere. Leo la lista más o menos convencido, creo que sé dónde puedo conseguirlo.

- Claro, tenemos práctica en encontrar materiales variados para armamento y subsistencia, puedo ir a Londres y lo busco. Primero llegamos todos al castillo y después me voy. - sigo teniendo pendiente lo de localizar a Thalos y a Erika, que no sé nada de ellos desde que todo esto empezó. He estado tan pendiente de Josephine que he dejado de hacer mucho de lo que debía. Al menos ahora Josephine tiene perspectiva de poder vivir, gracias a quienes la han mantenido con vida y a quienes van a hacerle un corazón. En cuanto lo de localizar a mis amigos puede que lo mejor sea regresar al castillo Black o a la base, por si han ido allí. Tampoco tengo ni idea de qué habrá sido de Reiv, esto de estar incomunicados es un desastre. Espero que todos estén bien y refugiados. - Vayámonos, el tiempo apremia. - salimos Giordano, Victorya, Yaroslav y yo del hospital, camino a la explanada en la que están esperando varios dragones que nos han traído a todos. Dejo que se adelanten Gio y Yaroslav, aprovechando para quedarme a la altura de Victorya, decidiendo tomar la iniciativa y decirle algo. - No sé si te pasa algo conmigo, pero...luego quisiera hablar contigo en el castillo con más calma. Cuando acabe todo lo que tengo que hacer. - dicho esto vuelvo a adelantarme, llegando hasta los dragones. Montamos nosotros con las cosas recogidas, distribuyéndonos en dos dragones. Después alzan el vuelo, alejándonos finalmente de las ruinas de la isla.

El dragón me soltó en la superficie de la "isla" tras haberme recogido hacia bien poquito. Bufó en plan "BORF" echando vaho por sus fosas nasales, supuse estaba harto de transportar gente....pobrecito. Me deslicé por su escamoso lomo mirando sus alas una vez mas, con ganas de retomar el vehiculo ortóptero que empezase a diseñar en base a aquel que dibujase mi ancestro.

Recordé entonces que ya llegaba lo suficientemente tarde y me apresuré. Comprobé mientras corría que mi pulsera de cinco cañones en miniatura seguia donde debia de estar y que el dispositivo que hacia las veces de seguro estaba en su sitio. No me gustaria dispararme en la cara...

Aun me dolían mis italianas napias por haberme estampado de bruces contra el suelo, asi que aunque corría, lo hice con antencion para no besar de nuevo el suelo. Por fin logré llegar a la sala del conclave, estaba todo bastante cambiado asi que habia dado un par de vueltas innecesarias. Al entrar vi que estaban ya bien metidos en asunto. Carraspeé haciendo notar mi presencia y me fui a ocupar mi sitio... pero antes me paseé al lado de Tesla echandole un ojo a su silla.... Le hice con mis dos manos un gesto de "cool" porque estaba muy bien diseñada, y luego me senté en mi lugar, lo mas apartado que pude de Bellatrix, a la cual incluso le hice un maleducado gesto con mis manos, atornillandome las sienes para recordarle lo LOCA que estaba. Lei aquel libro que tenian rondando por ahi para enterarme de que habian estado hablando, y luego miré el megaposter de Tesla. Asentí varias veces con la cabeza.

- Entiendo, entonces eso puede ser que tenga eso otro dentro, la cosa es, como lo han logrado? Como revertirlo? Atacar parece la solucion mas sencilla pero sin embargo, que hay de lo que hizo Markus con las calaveras? Que tal si construyesemos nosotros algo similar a ellos pero con el material opuesto? - hablé totalmente acelerado, melódico, para mi mismo. Un proyecto asi...cuanto tiempo le habia llevado a la Alianza desarrollar esas maquinas, contando con la industria que ellos tenian, ademas del hecho de que colaboraban a nivel global? Y aqui estabamos nosotros, incomunicados, practicamente. Tendriamos que recurrir de nuevo al telegrama? Lyon, Lyon, Francia... estaba cerca. Seguí con mi conversacion por lo bajini, en italiano, comentandome jugadas y posibilidades. El problema, el de siempre, el tiempo y los medios arrebatados.....guerra abierta, guerra cubierta, que era mejor?

Me despisto un poco de la conversación general cuando la rezagada Sofía me pide que le haga un resumen de lo que está sucediendo, ya que parece un poco perdida. Bajo la voz a un susurro para no interrumpir a los que hablan, Giordano en este momento. Asiento y sonrío amablemente, comenzando el resumen. - Verás...Sean convocó el cónclave, y ha propuesto que nos unamos al resto de grupos mágicos para hacer una estrategia común contra la Alianza, y con todo el asunto de los satélites. También quiere que nos impliquemos más en la guerra, aunque eso ya lo habíamos dejado prácticamente decidido en el anterior cónclave. Ahora tienes que votar sí, no o neutro, según estés - hago una pequeña pausa, señalando después al plano de la mesa, y al libro de Sean, ambos fuentes de información. De no saber nada ni tener ni idea al menos hemos pasado a estar en la pista correcta.

- Nos han explicado que los satélites actúan como pozos de magia, o inhibidores de la energía mágica, para ser más exactos. No se sabe mucho sobre el material que han utilizado, pero ya sabemos qué está provocando lo que sucede, que hay más de un satélite para hacer esto a gran escala y que hasta que no solucionemos eso no podremos usar nuestros poderes. - creo que le he hecho un buen resumen, pero ya va siendo hora de marcharme. Me pongo en pie, disculpándome con mis compañeros.

- Reitero mi voto positivo para Sean antes de marcharme. Lo siento, pero debo irme a atender a la mujer que necesita el corazón mecánico que ha diseñado Giordano. No puedo dejarla esperando mucho más. Por favor, no discutáis demasiado, todos estamos de acuerdo en lo esencial. Altair...recuerda lo que te he dicho. - le vuelvo a insistir en el tema de la luna, algo preocupado. También me pongo pesado con el resto. -Tampoco os quedéis mucho más rato, puede ser peligroso. Nos vemos en el castillo. - echo una última mirad a todos mis compañeros de la mesa, sintiéndome orgulloso de ellos a pesar de las diferencias. No quiero imaginarme que otra silla vuelva a quedarse vacía, sería muy duro perder a alguno más. Tras esto salgo del salón del cónclave, yendo a la explanada exterior para usar uno de los dragones más pequeños como transporte. Éste eleva el vuelo, haciendo que nos marchemos ambos de allí.

Abro mucho los ojos y pego un respingo en la silla cuando Altair, el osado Altair, se atreve a llamarme locatrix. Bufo indignada porque no tiene derecho, y porque con Giordano llamándome loca desde que nos conocemos ya tengo bastante. Ahora sí que me altero y pierdo mi habitual calma y mi vocecilla, peinándome a lo Elsa en Frozen en un arranque de estrés, sólo que a mi no me queda tan bien el peinado y acabo con los pelos un poco de loca, justo lo que me están llamando.  - Sujetadme que voy, sujetadme... - murmuro a alguien que no queda muy claro quién es, aunque me lo digo a mi misma porque las voces que había en mi cabeza ya se han ido. - Vamos a ver, señor Kirgyakos, si los dos estamos diciendo lo mismo. Estamos votando que NO. Pero el loco estresado eres tú. - suelto un 'jum' cruzándome de brazos, mirando para otro lado para no discutir. Me recito mantras por lo bajo, respirando hondo para tratar de calmarme. Luego saco una rama aromática del bolso que traigo, comenzando a moverla sobre la mesa para ahuyentar el mal karma y los malos espíritus.

Respiro hondo un par de veces más, volviendo a mi modo sonriente y de voz calmada para explicar el motivo de mi voto. - Sean, no es nada personal, es sólo que no creo que unirnos a todos los grupos sea bueno. Hay gente como los Blood Keeper, no confiaría en ellos, a pesar de que hubo miembros del Consejo que los metieron al torneo Ouroboros. - yo estuve en contra cuando los propusieron, pero los que decidieron meterlos lo justificaron con su potencial mágico.  - Además, si nos seguimos exponiendo a la guerra pronto no quedará ninguno de nosotros, seremos todos espíritus del pasado...debemos cuidar los linajes. Venga, esta noche os quiero a todos fabricando descendientes nuevos. - el resto del cónclave lo paso en silencio para comprender bien lo que dicen, que el hecho de que haya dicho que no quiero lucha abierta no quiere decir que no vaya a intentar colaborar resolviendo el misterio de la pérdida de magia. Los especialistas en esto nos guiarán. - Bien, creo que ya está todo dicho. Voy regresando al castillo Le Fay, desde allí seguiremos investigando con los libros de Sean.  - capto de reojo el gesto de Giordano cuando me dice loca, mirándole con una sonrisilla asesina. Ya verá, ya.  Al pasar a su lado le atizo en la cabeza con la rama aromática, saliendo después del cónclave, y posteriormente de las ruinas vía dragón.

Me cuchichean por ahi que es que tengo que votar o algo sobre si queremos intentar un concilio con mas gente. Me habia entretenido haciendo dibujitos en la esquina de un libro de unos cuantos siglos atrás

"ups"

Sonreí muy a lo mio y acabé firmando mi dibujo, semejante obra de arte debia pasar a la historia junto con la estupida profecia del estupido Nostradamus, que gordo me caia ese tio, siempre hablando del fin del mundo. Que hiciste tu para arreglarlo eh Nostradamus, que?!

-Stronzo cazzo di merda.... - farfullo furioso palabras del mal contra Nostradamus, hasta que otra loca del mismo calibre que ese imbecil profeta se me arrima y me suelta un ramazo con un estupido vegetal. Hago "ptú!" pasandome las manos por la cara, seguro que esas hojas tenian parasitos - Figlio di puttana! - y agité mi puño energicamente, lleno de desprecio. Hasta que recordé que alli habia mas gente. -Mi voto es favorable para Sean.  - me puse en pie pegando un golpe de cabeza para apartarme las moñas de la cara. - Organizaremos ese Concilio con gente  y después decidiremos que camino tomar o que acciones llevar a cabo. Ahora me voy con Lucio que tenemos un corazon que crear e implantar. -aunque para ser sinceros el proyecto corazon, una vez superado el reto de diseñarlo a contrarreloj y hacer los moldes y conseguir materiales, me resultaba menos atrayente. Pero ah espera, que lo hacia por la humanidad, no por mi. Rodé los ojos por cosas que solo yo sabia que pensaba en estos momentos, y me di la vuelta saliendo de la sala del conclave, direccion a donde estaban los dragones para poder marcharme de alli. Que mareo, tanto dragon para arriba y para abajo.

Siguió escuchando a todos y cada uno de sus compañeros, tomando nota y haciendo el acta del cónclave, normalmente era su función, registrar lo que allí se decía y guardarlo en los archivos de la biblioteca, engrosando la sabiduría que se encontraba en ella, el olor de la tinta era tan familiar.... pero debía centrarse, hoy era él quien presidía la mesa y llevaba las riendas de la reunión, estaba muy concentrado en escribir y tomar nota de las opiniones de todos hasta que la puerta se abrió y un ruidito de zumbido invadió la sala, era Markus, pensaba que por su condición no iba a asistir, le hacía descansando en el castillo, golpeó con su silla motorizada varias veces la otra silla  que le obstaculizaba el paso, el sonido de los golpes era todo lo que se escuchaba en la sala pues todos callaron y observaron al excéntrico Markus... "digo yo que habrá que ayudarle...." pensó despues de un rato mirando al hombre que tenía como mejor amiga a una paloma, pero Rosse se adelantó y apartó la silla para que el científico tomara el lugar que le correspondía, empezando a hablar sin más dilación, explicando a la perfección con su póster el funcionamiento de aquella máquina, sin embargo, su voto para unirse al resto era en contra. -Muchas gracias Markus, sin duda alguna esta información nos será muy útil y entiendo las razones de tu voto, gracias por venir.-

El siguiente, Newton, para nada le sorprendió su voto, estaba claro que era el más sabio de todos y el más experimentado y que por tanto no quería correr ningún riesgo hasta estar completamente seguro de que esa era la mejor idea, lo cierto es que el muchacho tampoco estaba seguro en un 100% pero era su mejor opción. Le dio las gracias al mayor por su  aporte y observó el dibujo, a un lado estaban los cálculos que el hombre había hecho en un momento para calcular la trayectoria, era realmente increíble y digno de admiración "de mayor quiero ser como él!" se dijo a si mismo entre sus pensamientos.

Rosse tomó la palabra y por fin, otro voto a favor, estaba casi aguantando la respiración desde que Markus votó en contra, incluso el voto de Newton, para el que ya estaba medianamente preparado bajó un poco su moral, cuando miró a la chica, vio como le guiñaba el ojo, no sabía muy bien como interpretarlo, le picaba? no, se habría rascado, un momento, también le estaba sonriendo... entonces eso era una clase de, otra cosa? era realmente malo con las chicas, lo cierto es que las mujeres le daban un poco de respeto, desde pequeño su madre fue siempre muy estricta y nunca jamás le había llevado la contraria pues le daba bastante miedo, por no hablar de Catherine que siempre se metía con él, alguna vez le tiró del pelo en el colegio o le hizo tragarse algún hechizo o maleficio como el dichoso "traga babosas" estuvo en cama una semana después de eso, solo de recordarlo le hizo ponerse pálido mientras aún seguía mirando a Rosse, le contestó con una sonrisilla nerviosa seguido de una pequeña arcada. -gra...ugh... gracias Rosse, me alegra que me apoyes... siguiente?-.

Saladino tomó el testigo, la verdad es que había estado mirando su reloj y apuntando números en un trozo de pergamino, pensaba que no estaba prestando atención, para su sorpresa después de tirar los dados, dio su voto a favor, uno más, todo iba mejor de lo que pensaba y ahora era el turno de quien alguna vez había sido su mentor, Lucio, su postura frente a herir a otras personas o seres era perfectamente comprensible, Sean nunca, jamás en su vida había herido a nadie, su especialidad era la magia blanca, curar, proteger, encantamientos, todo lo contrario a luchar... pero aquel hombre al que también admiraba dio su voto a favor y luego le miró sonriendole, eso era más que un halago, sintió como las orejas se le calentaban y un poco de incomprensible vergüenza, cosas de la juventud. El médico dirigió a continuación sus palabras al licántropo pues con tanto alboroto no se había enterado de la proximidad de la luna llena, fue entonces cuando se sintió algo culpable por las palabras que le había dicho hacia unos momentos, posiblemente Altair estaba bastante alterado por la luna llena y eso pudo ser la razón de su falta de tacto... quizás debería disculparse con él, pero después de la luna llena...algo que le lleva a subir el ritmo de la conversación, no querrían que el licano se los zampase a todos, algunos eran demasiado jóvenes y no tenían descendencia!

Ling, uno de los más jóvenes, incluso más que él, también vota a favor, eso le dejaba con siete votos a favor, uno más y la moción sería aprobada, estaba a punto de darle las gracias cuando la puerta se abre nuevamente, era Sofía, quien se sienta al lado de Lucio, susurrándole algo al oído, posiblemente pidiendo un resumen de la reunión, iba a retomar el hilo pero de nuevo, la dichosa puerta ahora era Giordano quien hacía acto de presencia, le sigue con la mirada hasta que se sienta, suspira y retoma el hilo de la conversación hasta que Giordano pregunta por la forma en la que Markus ya había anulado una vez la "antimagia" .-Si hablaramos de algo pequeño, quizás podriamos enfrentarlo pero al tratarse de algo con esta magnitud no estoy seguro, además construir la torre nos costaría tiempo y recursos que no tenemos, por eso necesitamos ayuda.- Dij contesand a la pregunta del italiano.

Lucio se levanta y se va, no sin antes dejarle claro su apoyo, comprende que debe irse, Josephine le necesitaba. - Gracias Lucio, en cuanto vuelva te echaré una mano en lo que necesites.-. La vocecilla de la dulce Mei suena en la sala por primera vez desde que entraron, era de las pocas mujeres que no le daban miedo, incluso Zaphira alguna vez lo había asustado así que era un logro, su voto fue a favor así que ya tenían ocho votos, eso era la mayoría y por tanto la moción estaba aprobada, sonrió a la chica muy contento y le dio las gracias por lo bajito pues Bellatrix ya había empezado a hablar, estaba molesta con Altair por llamarla loca, el caso es que en esta ocasión estaba más cuerda de lo normal, aclaró su posición votando abiertamente en contra. -No te preocupes Bellatrix, sé que no es nada personal y piensas que es lo mejor para todos, muchas gracias por asistir- la mujer se va no sin antes darle en la cabeza a Giordano el cual empieza a gritar insultos en italiano, tose intentando no reirse de la cómica situación y deja que el resto hable pues aún quedaban el italiano y Sofía por votar aunque ya eran mayoría a favor.

Aquella reunión estaba llena de sorpresas, pues el recién llegado italiano uniceja, milagrosamente levantó la cabeza del libro que tenía entre manos, dio su voto a favor y marchó dejando el ejemplar sobre la mesa, con nueve votos a favor no vio la necesidad de continuar con eso. -Bien, con el voto de Giordano ya son nueve a favor, por tanto se aprueba la moción de unirnos al resto de organizaciones mágicas después de reunirnos con ellas, solo aquellas con las que nos sintamos afines podrán formar parte de este trato, dicho esto, dejo por concluido éste cónclave, se levanta la sesión, muchas gracias a todos por asistir. oh! y por favor, si os pudierais llevar algún libro para llevarlos al castillo os lo agradecería, aún queda trabajo por hacer, gracias de nuevo a todos.- inclinó un poco su cabeza en señal de respeto a sus compañeros y de despedida para acto seguido recoger todo lo que había quedado sobre la mesa, el libro, los planos, los dibujos de Newton e incluso el poster de Markus, no sin antes pedirle permiso, claro está, no quería verlo enfadado por tocar sus cosas, lo guardó todo en una de las bolsas que había llevado y se la colgó del hombro para no perderla y llevarla con él, solo quedaba el libro que Giordano había estado observando.

No, no podía ser posible, uno de los libros más antiguos y valioses de la biblioteca garabateado con un boligrafo, siglos y siglos desde que el mismísimo nostradamus había escrito esas palabras de su puño y letra echados a la basura por un dibujo del cabezón sin ceja y encima había tenido la desfachatez de firmarlo! le da un tic en el ojo antes de entrar en cólera, toma el libro y se lo guarda en la misma bolsa que los planos echando a correr tras el científico. -¡GIORDANO DA VINCI TE VOY A QUEMAR LA OTRA CEJA! ¡COMO TE ATREVES A GARABATEAR EL LIBRO DE NOSTRADAMUS! ERES UN INCONSCIENTE, VEN AQUÍ MALDITO CHALADO!-  Vocifera por el pasillo antes de salir al exterior dónde para su sorpresa se encontraba Zaphira esperándole, parecía ansiosa, nerviosa, todos se encontraban corrienddo de un lado a otro, la dragona miró al cielo para que hiciera lo mismo, y ahí, como una bandada de muercielagos, se encontraban los drones de la alianza, se puso pálido, "los libros! los registros! las identidades de muchos están en esa biblioteca!" se dispuso a entrar de nuevo en las instalaciones pero la dragona se lo impide, cerrando sus fauces en su ropa para no dejarlo ir. -Sueltame Zaphira! aún hay mucho en esa biblioteca! los chicos correrán peligro si la alianza descubre sus identidades! y los libros! los... los libros tienen mucha información... y si... y si....!- todo el estres acumulado se le había juntado y salido a la luz, había entrado en pánico absoluto, no podía decir nada, solo resistirse a que la dragona lo sacara de ahí.

Tardó un poco en captar todas las ideas de Galeno, que se había tomado un poco su tiempo para explicarme. Me parecía un poco exagerado lo de reunirnos con todos los grupos mágicos, sobre todo porque no apoyaba las ideas de los Blood Keepers, pero confiaba en que el médico tenía razón, pues siempre había sido alguien muy apasible.

Le solté para permitirle irse, que todos deberíamos hacer lo mismo. Abracé a Bellatrix por detrás de los hombros, estaba furiosa pero tenía tanto sin verla que bien merecía la pena.- Si encuentras quien te alargue el linaje, quizás deberías presentármelo. El tiempo apremia.- Susurré en su oído, terminando por reír ante la broma. La verdad es que mi voto ya no hacía falta. Sean estaba haciendo recuento cuando comenzó a vociferar contra Da Vinci. La verdad era que me sentía feliz entre mis compañeros, a pesar de no compartir muchas cosas. No tardé mucho en alejarme, mi lugar realmente no estaba en aquel lugar destrozado, pues las plantas se encontraban heridas en su mayoría. Era un lugar de muerte. Saqué algunos cuantos libros que tenía bien localizados mientras salía del recinto, echándolos al saco que traía para saquear un poco el lugar hasta que hubo una cantidad considerable. Salí entonces por la puerta, llegando hasta el dragón que me había traído a mi a mi. Justo a tiempo para ver los drones de la Alianza alzarse en vuelo como parvada.- ¡Sean! ¡No seas necio! ¡Dragones, id a por los drones! ¡El resto, quemad el resto de la isla, no tenemos otra opción! - Y tal cual, emprendimos el vuelo, no sin antes iniciar una fuerte llamarada contra el edificio médico de la isla, pasando después a quemar algun que otro dron en el cielo mientras huíamos.

ya llevaba un buen rato esperando a Sean, se echó en el suelo y bostezó abriendo sus fauces de par en par para luego reposar la cabeza en las patas, miraba constantemente el ir y venir de los estudiantes, con libros cosas médicas, gente que iba y venía... vio como entraba Markus con su silla, al rato llegó lucio, después Sofía y por último Giordano, por alguna razón le caía bien ese tipo, aunque al pobre Sean lo ponía de los nervios de vez en cuando.

El tiempo pasaba y los otros dragones parecían exhaustos, algo normal pues volar tantas veces de un lado a otro era agotador, uno de los chicos se acercó a ella, no llevaba la túnica blanca y azul, no era uno de los estudiantes de Sean y por tanto no la conocía, el chico llamóa a los otros al grito de "EH! aquí hay otro dragón! cargadlo y subíos a este!" cuando los otros se acercaron les gruñe y ruge enseñando sus dientes a la vez que se levanta de forma imponente, los pobres no hacen más que salir corriendo despavoridos mientras ella se empieza a reír, aunque para el resto de personas bien podría haber sido un ruido de amenaza, vuelve a su posición en el suelo, mirando la puerta continuamente, esta vez los que se acercan si que la conocen, van cargados de libros hasta arriba y cuando pasan frente a ella la saludan inclinando la cabeza, eso ya era otra cosa.

los chicos parecían en un apuro, alguno la mira de reojo, dudando mucho hasta que uno de ellos por fin se acerca, ya lo había visto alguna vez, lo había sacado de la isla cuando todo cayó, uno de los pocos privilegiados que habían conseguido montarla, el chico inclina la cabeza haciendo una reverencia. -Discúlpeme señora Zaphira, no quisiéramos molestarla, pero estamos en una situación un tanto precaria, el maestro Sean nos ha encargado estos libros pero el resto de dragones están hasta arriba, nosotros podemos subir en otros, pero los libros.... ¿Podría ayudarnos?- Aquel chico era tan educado, le recordaba un poco a Sean... miró a los otros chicos que parecían no querer acercarse mucho, otros tantos miraban a lo lejos, sobre todo los que habían salido corriendo, mira al chico ante ella y bufa un poco, no le hacía mucha gracia pero si eran los libros de Sean no quedaba de otra, hace un gesto de aprobación con su cabeza y el chico sonríe, inclinándose nuevamente mientras le da las gracias, los otros también sonríen y se acercan a ella para cargar los libros.

Una vez acabaron los chicos se fueron volviendo a darle las gracias, ella esperó de nuevo a que Sean saliera, pero en su lugar salieron Lucio y Bellatrix, al poco el resto de descendientes fueron apareciendo pero para cuando Da vinci asomó los morros por esa puerta, un sonido perturbador llegó a sus oídos, se levantó y rugió para alertar al resto, los otros dragones hicieron lo mismo, el pánico empezó a cundir entre los presentes, aguzó la vista y levantó el vuelo para ver mejor que se acercaba, eran drones de la alianza, sin pensárselo dos veces lanzó su aliento eléctrico contra las máquinas dejando fritos sus circuitos, estas cayeron a tierra pero en su cabeza sólo había una idea, si los drones estaban allí quería decir que la alianza no andaba lejos, volvió a la puerta que daba a la salida por la que se supone debía salir Sean, miraba desesperada como la gente corría de un lado a otro pero su pequeño muchacho no daba señales de vida, hasta que por fin escuchó su voz, estaba llamando a Giordano y parecía enfadado pero ya solucionarían sus riñas en otro momento.

El pobre muchacho estaba en shock y mientras el resto de gente que se encontraba en ese edificio iba saliendo corriendo del lugar, sabía que la presión podría con él en cualquier momento pero ese no era el mas adecuado, cuando intenta volver al lugar lo toma de la capa y tira de él, la chica pelirroja, sofía, también le gritaba, tira fuerte de él y lo aparta de la puerta, cuando se levanta de nuevo intentando entrar, más drones se acercan a lo que ella responde con su aliento de rayo calcinandolos nuevamente, el chico parece entrar un poco más en razón y aprovecha ese momento para rugir y pedir a sus compañeros escupe fuego que quemen también la biblioteca y con ella los amados libros del chico, pero ya habría tiempo para lamentarse, espera a que el chico monte y lo saca volando de allí lo más rápido que puede.

Parece que no soy la única que tiene ganas de partirle la boca a Altair por eso que ha dicho de que somos unos blandos. Menos mal que decidí morderme la lengua y envenenarme con mi propio veneno. Ya se encargan los demás de colocarle en su sitio. Imbécil. Luego me entero que debe ser por culpa de la influencia de la luna llena, pero sigue sin parecerme ni medio normal su respuesta.

Por otro lado, Sean y Markus explican un poco todo el percal que tenemos entre manos, que es en realidad lo que nos ha traído a todo este lío. Seguir al descendiente de Tesla siempre cuesta, en especial cuando divaga y habla de sí mismo en tercera persona. Veamos: tenemos un satélite (o varios) que actúan como bloqueadores de magia. -En el grupo de los resistentes hay muggles. Estoy segura que alguno de ellos sabrá algo del tema- "Si no, pues cazamos a un soldado de esos, como ellos hacen con nosotros" -Pero los satélites esos tendrán algún sistema de control, ¿no? Tesla lo pone en el póster. Estaría bien poder saber desde dónde controlan esos cacharros del mismísimo infierno- Capto la mirada de reprimenda de Sean, y alzo la ceja. ¿En serio? Qué niñada, seguro que estaba mosqueado porque le había dicho que su idea de arrancar hojas de los libros para "restaurarlos" era más bien mala. Era más fácil utilizar magia de lectura de la mente para poder extraer dicha información. Al fin y al cabo... él se había leído prácticamente la biblioteca entera.

El resto del cónclave se desarrolla como era de esperar. Los científicos exponen sus visiones y cálculos de los artilugios. La verdad es que me siento un poco inútil por no saber más sobre esos temas tan tecnológicos. Ella era más de la observación de la naturaleza terrenal. Tras un rato se dicen las posiciones individuales ante el conflicto que les está a punto de llegar, si no ha perdido la cuenta, mayoría vota por participar. El café corre por la mesa cuando Ling se lo ofrece al científico, iba a quejarme pero, qué demonios, yo también quiero café después de todas las noches de no haber dormido bien. Revisé la página de Sean cuando Ling habla de todo eso de los triángulos y los Guardianes. Sí, deberíamos ir. Ellos sabrán que hacer. Resumo en mi mente: tenemos dos líneas de actuación entre manos, la primera es la que busca el conflicto directo con la gente de la Alianza y la segunda es la intenta destrozar los satélites usando la información que saquemos con los triángulos esos. ¿Cuál será la más acertada? Estaba segura que ambas iban a tener consecuencias desagradables para todos.

Lucio es el primero en levantarse y prácticamente dar por concluido el cónclave. Con numerito de Locatrix para terminarlo, que la verdad tiene hasta su gracia. Y en especial cuando dice eso de ir creando descendientes nuevos. Animalico, si supiera lo que se ha hecho a sus espaldas. Me gustaría poder hablar con Sean del asunto de los triángulos esos de magia pero sale corriendo detrás del inventor con la escusa de quemarle la otra ceja. Poco a poco los dragones con los descendientes van saliendo volando, cuando empieza el barullo. -Bastardos- No hacía falta ser una genia para saber qué es lo que se les había venido encima. La maldita Alianza. Y la biblioteca. No estaba muy lejos de la misma, paso por encima del lomo de Zaphira y accedo al interior. Todavía quedaban algunos manuscritos en las estanterías más altas. No le costó mucho encaramarse por las estanterías para llegar hasta arriba y en un saco coger los pocos libros que quedaban. Los estudiantes estresados y chillones fueron cogidos por las túnicas de las aves rocs que quedaban y salieron por el primer hueco que encontraron, para salir volando de allí. Justo cuando Sarah estaba guardando los últimos en el zurrón escucha el rugido de un dragón. Habían decidido quemar lo que quedaba de isla, y en este caso con ella dentro.
Pero escuchó un chillido y supo que no estaba sola, estaba encaramada a la estantería para coger ese libro que se le estaba resistiendo, estirando los dedos... un poco más... el efecto del fuego hizo que se tambalearan los cimientos del edificio. Sarah cayó, pero el libro también. Lo cogió al vuelo y a ella su ave roc Piedra, rompió una de las ventanas y salió volando, dejando atrás la isla ardiendo y a los dragones encargándose de lo esos molestos drones. Sarah miró el libro que se le estaba resistiendo, un compendio de magia blanca escrito por el mismísimo Merlín. Seguro que a Sean le encantará tener el libro intacto.
La isla queda atrás. Otra vez. Pero ahora la vista está al frente. Y con ese pensamiento, todos los que hubiese en la isla, salen volando.

Desde el momento que los drones captaron señales de movimiento los Centinelas fueron enviados al lugar donde se sabia habia caido aquella misteriosa isla. Esta vez mandaron varias unidades más, no simplemente dos a modo de scouts como la otra vez. Ahora, eran una auténtica formacion en V volando velozmente hacia allá.

Pero para cuando quisieron acercarse a la zona, los sensores captaron, aun en la distancia, alteriaciones termincas en la superficie y otras tantas señales tanto termicas como de movimiento que salian volando desde ahi abajo. Las maniobras parecian de evasion mas que ofensivas.

Las ordenes llegaron desde Control , habia que seguirlos. La formacion en "V" se dividió y por cada dragón con personas que se fugaban del lugar, un Centinela les perseguía. Pero el vuelo de los Centinelas que perseguían a los dragones fugados o a los pajarracos enormes esta vez no era para abatir si no de persecución, de seguimiento. En algun sitio tenian que esconderse tantos lagartos y tantos magos (off: a los pocos que han salido antes del post de los drones no les hemos podido seguir)



off: segun vayan posteando se van especificando colores y quien persigue a quien
Otros pocos Centinelas se dirigieron a la ciudad en llamas, en mitad de las montañas, rodeandola. Si quedaba algo mas ahi con vida, los Centinelas lo detectarian.

La timidez de Sean ante mi guiño de ojo sólo hace que me parezca más mono, aunque no entiendo muy bien eso de que casi le de una arcada cuando me da las gracias por apoyarle. ¿Será que le doy asquete o algo así? El caso es que me quedo rayada durante un rato, pensando en eso mientras que la reunión da los últimos coletazos. Con el resultado positivo del cónclave comenzamos a marcharnos todos, pero la sorpresa del siglo nos espera fuera, cuando un montón de drones están acechando sobre la ciudad. A partir de ahí se desata el caos, todos salimos lo más rápido que podemos para ir a los dragones. Todavía está en nuestras mentes el recuerdo de lo que le pasó a Snagov cuando se enfrentó a uno de ellos.

Yo me llevo a Ling conmigo, que si le da por dormise sobre el dragón al menos podré sujetarle. Los demás salen también de la zona de la ciudad, que empieza a arder en llamas con la intención de que no se lleven más secretos de los que debían. Espero que los más cerebritos hayan memorizado lo importante. - ¡Ling, tío! ¡ya te has dormido! ¡no me aguantas nada! - el chino se me duerme en el dragón, así que me toca sujetarle delante de mí mientras trato de no caerme por el vuelo irregular del dragón, ahora que además comienzan a perseguirnos un montón de centinelas. Si nos siguen a Ouroboros será la ruina, hay que alejarles y procurar que nadie vaya allí.

- ¡DIspersaos! - grito a los compañeros que todavía tengo a la vista, esperando que los que ya no veo hayan conseguido dar esquinazo a los robots. Por mi parte pienso hacer todo lo posible para que no sigan a Sean, que es el que lleva encima la información importante. Tampoco quiero que pillen al raro de Markus, que ahora el pobre no puede ni andar. Dirijo el dragón tal y como me enseño Snagov, ya que no todos los Descendientes disponemos de dragón propio, pero sí de los que él tenía como amigos. Hago que choque contra el centinela para que se desvíe de su trayectoria, haciendo piruetas todo el rato para marearle y perderle. Después descendemos en picado, hacia el bosque. Allí vamos haciendo zig zag para que se acabe chocando contra algo, o contra alguno de los suyos, si es que nos sigue alguno más. - Y Ling de siestorro...


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off: ¿vamos a narrativo los que decidamos quedarnos aquí un poco más?

El Cónclave terminó y se tomaron algunas decisiones guays, a mi parecer.  Pero la cosa se torció porque por lo visto no tardaron en lanzar un ataque. El maldito Lucio tenia razon! Eso nos pasa por no escuchar al medico, jaja....

Dejé que Rosse me llevase con ella, de hecho, era buena idea que no me fuese solo. El estrés empeoraba bastante mi condicion y ahora la verdad estaba muy estresado.

-Rosse, no quiero morir! Soy muy joven!! - le chillé a la chica. Practicamente tuvo que subirme ella al dragon, porque me entró una atonía muscular que flipas y casi me quedé inconsciente ahi mismo, lo bueno es que duraria solo unos cuantos minutos...en los que Rosse se tendria que encargar de todo.

Al final desperté, en plena maniobra de ZigZag, y menudo despertar. Nos ibamos a comer un arbol. -ROSSEROSSEROSSEROSSEROSSEROSSEROSSEROSSEROSSEROSSEROSSEROSSEROSSE PARAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!
-pero el dragon esquivó  bien. Me sujeté por mi mismo, resoplé, intenté volver en mi. Las siestas esas eran reconfortantes... -Ya estoy contigo. ¿Cual es el plan? Desviarlos de Sean? Él se ha llevado la informacion! Ugh...nos sigue solo uno, parece.


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off: por mi bien, tendré en cuenta mi poder basal para intentar ser consecuente XD

El descenso en picado hizo que Ling se espabilase, así que ya no tendré que sujetarle como si fuese su niñera. - ¡Bienvenido! ¡feliz año nuevo chino! ¡llegas a tiempo para los fuegos artificiales! - le grito mientras tratamos de escapar al centinela haciendo zigzag, entre los árboles, cosa un poco complicada por el tamaño del dragón. Si fuese de los más grandotes no habría manera, pero por suerte es de los canijos. Las balas se escuchan detrás de nosotros de manera peligrosa, algunas dan contra los árboles y otras nos pasan silbando muy cerca.

Río como una loca cuando me pregunta eso del plan, como si me hubiese dado tiempo a pensar uno. Simplemente estaba actuando sobre la marcha. - ¡Nos hemos dispersado para que no se concentren todos a la vez, tenemos que evitar que sigan a Sean! ¡él se ha ido con Zaphira, Giordano y Sayid como escoltas! - de Zaphira me fío, de los otros dos... son un poco empanaos. - Si le cogen a él, se acabó, consiguen la información del libro, y sabrán que hemos descifrado mucho de los planos. ¡Así que nos cargamos a esta cosa contra estampándola contra alguna montaña cercana y nos largamos a ayudar a Sean! - hago que el dragocanijo gire en una maniobra de tuerca al ver que nos lanzan algo entre los árboles, justo delante de nosotros. No tengo mucho margen de tiempo para evitar que choquemos contra lo que parece una red electrificada, una trampa que no conseguimos esquivar. Grito de dolor al recibir la descarga eléctrica, quedando con alguna que otra quemadura y los músculos bastante paralizados por el alto voltaje que lleva. La red se cierra sobre nosotros, dragón incluido, dando al traste con mi plan de hacer que el centinela se estampase.