Recuerdo del primer mensaje :
Beinn Dearg (en gaélico escocés significa "Montaña roja" pronunciado [peiɲ tʲɛɾɛk]) es la zona de Iverlael de las Highland escocesas. Se escala normalmente siguiendo el río Lael hasta Gleann na Sguaib. Comenzando desde casi la cabeza del Loch Broom un sendero sigue el glen hasta un bealach alrededor de un kilómetro al norte de la cima. Desde este collado, se puede subir también a los picos vecinos de Con a' Mheall y Meall na Ceapraichean. La zona abarca una diversidad de hábitats, incluyendo bosque, ciénagas, aguas abiertas, brezales enanos y precipicios.
Rutas de acceso u otros datos a parte, en el collado (hueco entre dos montañas) que se observa en la imagen están desde el 2040 instaladas las Ruinas de Ouroboros, es decir, lo que quedó de la isla en su caida libre tras la puesta en funcionamiento de los Satelites SAM. Al refugio de las laderas, lo que fuera una vez una grandiosa isla reposa ahora tan solo a su 50%, siendo las instalaciones que sobrevivieron a la desintegracion las siguientes:
- Hospital mágico
- Salón del Cónclave
- Sala de reuniones
- Academia Ouroboros
- Comedor
Aunque el panorama que presentan es un tanto desalentador, sus estrucutras principales se conservan bastante bien amén de algun derrumbamiento menor en las fachadas exteriores.
Una estela de escombros del resto de la isla marca el rumbo que siguió cuando la otra mitad comenzó a caerse a pedazos y a sucumbir a la falta de magia.
Nota: Actualmente sólo queda en tierra la mitad destruida de Ouroboros, la parte más destrozada y ruinosa. Tras el regreso de la magia (con la destrucción de los satélites antimagia), la parte que se salvó fue rehabilitada, y se unió una nueva parte de isla antes de elevarla de nuevo por los aires durante la realización del RITUAL que usaron los fundadores hace cientos de años.
Rutas de acceso u otros datos a parte, en el collado (hueco entre dos montañas) que se observa en la imagen están desde el 2040 instaladas las Ruinas de Ouroboros, es decir, lo que quedó de la isla en su caida libre tras la puesta en funcionamiento de los Satelites SAM. Al refugio de las laderas, lo que fuera una vez una grandiosa isla reposa ahora tan solo a su 50%, siendo las instalaciones que sobrevivieron a la desintegracion las siguientes:
- Hospital mágico
- Salón del Cónclave
- Sala de reuniones
- Academia Ouroboros
- Comedor
Aunque el panorama que presentan es un tanto desalentador, sus estrucutras principales se conservan bastante bien amén de algun derrumbamiento menor en las fachadas exteriores.
Una estela de escombros del resto de la isla marca el rumbo que siguió cuando la otra mitad comenzó a caerse a pedazos y a sucumbir a la falta de magia.
Nota: Actualmente sólo queda en tierra la mitad destruida de Ouroboros, la parte más destrozada y ruinosa. Tras el regreso de la magia (con la destrucción de los satélites antimagia), la parte que se salvó fue rehabilitada, y se unió una nueva parte de isla antes de elevarla de nuevo por los aires durante la realización del RITUAL que usaron los fundadores hace cientos de años.
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El miembro 'Nikolaos Kirgyakos' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Tarde. Como siempre. Se habia dado cuenta tarde de que aquella sensacion que tuvo al llegar a la reunion se debia a la proximidad del espiritu de Charles, con lo que Catherine habia acabado herida de muerte, y se habia dado cuenta demasiado tarde de que se habia traspasado a Gwen con el consecuente riesgo para Da Vinci.
Sin embargo, la satisfacción que obtuve al sentir cómo lograba tirar de ese espiritu hacia el ancla en que habia convertido Excalibur, la retribución ...eso....eso alivió un poco mi frustración. Sí, lo intentaría, y fracasaría una y mil veces, y volvería a intentarlo dos mil veces mas, hasta lograrlo. Me daba igual. Lo había jurado.
Respiré por fin cuando concluyó el evento, agotado. Las tinieblas se disiparon de mi alrededor y mi mirada volvió a su normalidad. Me agaché al lado de Excalibur, pasando mi mano por su ahora helado filo. Oyendo los susurros furiosos.
"....sólo retenerte ahi me esta costando la mitad de mi magia...."
Alcé la mirada hacia los dragones. Seguian bajo las ordenes del espiritu? Imposible. No estaba sintonizado. No podia usar sus poderes en el exterior. Si Giordano no hacía algo...pero lo hizo. No habían logrado acabar con él.
Tambien reaccionó Wthyr. Presa de la histeria....
Desvié una perturbadora mirada hacia él. Frío y demasiado tranquilo. Quizá tenian razon y me habia dejado algo de mi cordura alli en aquel lugar. O simplemente vagar y sobrevivir alli rodeado de muerte y con un demonio como unica compañía me habian vuelto algo más....frio y distante. Ignoré su grito de dolor mientras mis ojos seguian el rumbo de los dragones, hasta que palabras logicas fueron pronunciadas.
Me levanté, quedando al lado de la espada.
- Sí, es seguro llevarlo. Pero solo mientras Charles Pendragon esté atrapado en Excalibur. Hemos ganado algo de tiempo.... - miré a Wthyr. - He atrapado aquí a tu ancestro. No es ni por asomo una solución definitiva....durará sólo un tiempo y debes entender que cuando salga...si tu estás con Catherine, ella no estará a salvo. - ni si quiera sabiamos si estaba viva. Debia de estarlo. Estaba con Oscurus. Confiaba en sus habilidades. Pero quería verlo sufrir. Entendería ahora por qué el antiguo Consejo se habia desecho de la estirpe de Charles? De su locura....?
- ...que has visto a través de su locura? - pregunté al mago mientras conjuraba un patronus, reclamando la presencia de Curie o de sus aprendices para que acudieran a crear una prisión de cuarzo alrededor de la espada enterrada en tierra. - También tomó posesión de tu hermana. Iba a enviarla a Avalon.
Sin embargo, la satisfacción que obtuve al sentir cómo lograba tirar de ese espiritu hacia el ancla en que habia convertido Excalibur, la retribución ...eso....eso alivió un poco mi frustración. Sí, lo intentaría, y fracasaría una y mil veces, y volvería a intentarlo dos mil veces mas, hasta lograrlo. Me daba igual. Lo había jurado.
Respiré por fin cuando concluyó el evento, agotado. Las tinieblas se disiparon de mi alrededor y mi mirada volvió a su normalidad. Me agaché al lado de Excalibur, pasando mi mano por su ahora helado filo. Oyendo los susurros furiosos.
"....sólo retenerte ahi me esta costando la mitad de mi magia...."
Alcé la mirada hacia los dragones. Seguian bajo las ordenes del espiritu? Imposible. No estaba sintonizado. No podia usar sus poderes en el exterior. Si Giordano no hacía algo...pero lo hizo. No habían logrado acabar con él.
Tambien reaccionó Wthyr. Presa de la histeria....
Desvié una perturbadora mirada hacia él. Frío y demasiado tranquilo. Quizá tenian razon y me habia dejado algo de mi cordura alli en aquel lugar. O simplemente vagar y sobrevivir alli rodeado de muerte y con un demonio como unica compañía me habian vuelto algo más....frio y distante. Ignoré su grito de dolor mientras mis ojos seguian el rumbo de los dragones, hasta que palabras logicas fueron pronunciadas.
Me levanté, quedando al lado de la espada.
- Sí, es seguro llevarlo. Pero solo mientras Charles Pendragon esté atrapado en Excalibur. Hemos ganado algo de tiempo.... - miré a Wthyr. - He atrapado aquí a tu ancestro. No es ni por asomo una solución definitiva....durará sólo un tiempo y debes entender que cuando salga...si tu estás con Catherine, ella no estará a salvo. - ni si quiera sabiamos si estaba viva. Debia de estarlo. Estaba con Oscurus. Confiaba en sus habilidades. Pero quería verlo sufrir. Entendería ahora por qué el antiguo Consejo se habia desecho de la estirpe de Charles? De su locura....?
- ...que has visto a través de su locura? - pregunté al mago mientras conjuraba un patronus, reclamando la presencia de Curie o de sus aprendices para que acudieran a crear una prisión de cuarzo alrededor de la espada enterrada en tierra. - También tomó posesión de tu hermana. Iba a enviarla a Avalon.
Gwen Pendragón
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Cobré el conocimiento en plena caída costándome aún más ser consciente de mi cuerpo y el control que había retomado del mismo. Sabía que había hecho al menos hasta que Charles abandonó mi cuerpo, lo había presenciado todo desde un segundo plano incapaz de luchar por recuperar el control sobre mis acciones.
Hasta donde recordaba íbamos camino a Avalon, destinados a unirnos a sus filas y a acabar con la vida de DaVinci, sin embargo me percaté que no estábamos en el lomo de Alud. Tensé el cuerpo con sorpresa al darme cuenta de que estábamos en plena caída apenas escuchando nada más que el potente viento contra el que chocábamos a nuestro paso, agarré las manos de Giordano por puro instinto al sentir su sujeción. ¿No le había terminado de matar? No lo parecía por cómo se aferraba a mi.
Estaba tratando de concentrarme, tenía que desaparecernos aunque no saliese del todo bien. Sin embargo algo se cruzó en nuestro camino. Chocamos contra las escamas blancas resplandecientes de Alud y nuestros cuerpos rodaron por su lomo descontroladamente. Me aferré al cuerpo de la dragona con una mano y busqué el brazo de DaVinci sujetándolo para que no saliese disparado y se perdiese nuevamente en el cielo. -MAELA ALUD!MAELA!-Pedí calma a la dragona mirando ahora a Giordano. No tenía buen aspecto. Cogí fuerza y tiré de él a la par que me incorporaba para sentarme apropiadamente sobre el lomo ayudando a que él hiciese lo mismo.-Lo siento.-Pronuncié respirando agitadamente mientras detenía ahora sí los sangrados y apartaba la vista de él para dirigir el vuelo hacia las ruinas.
Mientras regresábamos con los demás busqué al dragón de mi hermano, también regresaba pocos metros atrás. Al tocar tierra bajé con rapidez indicando a Alud que inclinase un poco el lomo para ayudar a bajar al descendiente. Busqué algo en mi ropa con gesto aturdido, tenso, de una gravedad horrenda, para finalmente extender hacia él poción herbovitalizante. Alcé la vista a sus ojos sin decir nada, tratando de conocer por la suya si se encontraba bien y tras aquello desvié la mirada y me dirigí hacia mi hermano-¡Whtyr!-Me alegraba verle entero pero...su gesto... Miré a los demás buscando respuestas y me aproximé a él posando delicadamente mi mano en su brazo.-¿Tenemos noticias de Catherine?-No pensaba preguntar por Merlín.-¿Cuánto tiempo tenemos? Supongo que poco.-Trataba de centrarme en el problema que teníamos entre manos.-¿Puede alguien llevar a mi hermano a ver a su esposa?-Pregunté con cierta tensión mirando al nigromante ahora. Si no sabía de ella se iba a volver loco y no respondería de sus actos.
Aspiré hondamente.-Nos ha poseído tan fácilmente porque compartimos su sangre ¿o no tiene nada que ver?-Pregunté porque temía haberme dejado poseer a propósito.-De ser así no serviremos de ayuda sin un amuleto que impida que nos posea. Nosotros, Catherine e incluso sus hijos.-Porque contaba con que la mujer iba a sobrevivir. No podía morir. No otra más. Y tal vez mi cabeza estaba siendo más fría de lo normal, o intentaba ser práctica o simplemente no quería asumir lo que había estado a punto de hacer, pero no podía dejar que esta reunión acabase de ese modo, sin nada en claro.-Podemos continuar la reunión en las tierras de los druidas de la isla de Man, son hábiles en protección y seguro que si añadimos cristales de cuarzo podremos hablar sin temer un ataque de este tipo. Puedo indicarles que empiecen y si no os fiais enviad a alguien a comprobar la seguridad del lugar. Si los heridos se recuperan en un día esperaremos, no podemos retrasarlo más.-Expliqué al nigromante mi punto de vista, esperando que los demás se pronunciasen también.
Hasta donde recordaba íbamos camino a Avalon, destinados a unirnos a sus filas y a acabar con la vida de DaVinci, sin embargo me percaté que no estábamos en el lomo de Alud. Tensé el cuerpo con sorpresa al darme cuenta de que estábamos en plena caída apenas escuchando nada más que el potente viento contra el que chocábamos a nuestro paso, agarré las manos de Giordano por puro instinto al sentir su sujeción. ¿No le había terminado de matar? No lo parecía por cómo se aferraba a mi.
Estaba tratando de concentrarme, tenía que desaparecernos aunque no saliese del todo bien. Sin embargo algo se cruzó en nuestro camino. Chocamos contra las escamas blancas resplandecientes de Alud y nuestros cuerpos rodaron por su lomo descontroladamente. Me aferré al cuerpo de la dragona con una mano y busqué el brazo de DaVinci sujetándolo para que no saliese disparado y se perdiese nuevamente en el cielo. -MAELA ALUD!MAELA!-Pedí calma a la dragona mirando ahora a Giordano. No tenía buen aspecto. Cogí fuerza y tiré de él a la par que me incorporaba para sentarme apropiadamente sobre el lomo ayudando a que él hiciese lo mismo.-Lo siento.-Pronuncié respirando agitadamente mientras detenía ahora sí los sangrados y apartaba la vista de él para dirigir el vuelo hacia las ruinas.
Mientras regresábamos con los demás busqué al dragón de mi hermano, también regresaba pocos metros atrás. Al tocar tierra bajé con rapidez indicando a Alud que inclinase un poco el lomo para ayudar a bajar al descendiente. Busqué algo en mi ropa con gesto aturdido, tenso, de una gravedad horrenda, para finalmente extender hacia él poción herbovitalizante. Alcé la vista a sus ojos sin decir nada, tratando de conocer por la suya si se encontraba bien y tras aquello desvié la mirada y me dirigí hacia mi hermano-¡Whtyr!-Me alegraba verle entero pero...su gesto... Miré a los demás buscando respuestas y me aproximé a él posando delicadamente mi mano en su brazo.-¿Tenemos noticias de Catherine?-No pensaba preguntar por Merlín.-¿Cuánto tiempo tenemos? Supongo que poco.-Trataba de centrarme en el problema que teníamos entre manos.-¿Puede alguien llevar a mi hermano a ver a su esposa?-Pregunté con cierta tensión mirando al nigromante ahora. Si no sabía de ella se iba a volver loco y no respondería de sus actos.
Aspiré hondamente.-Nos ha poseído tan fácilmente porque compartimos su sangre ¿o no tiene nada que ver?-Pregunté porque temía haberme dejado poseer a propósito.-De ser así no serviremos de ayuda sin un amuleto que impida que nos posea. Nosotros, Catherine e incluso sus hijos.-Porque contaba con que la mujer iba a sobrevivir. No podía morir. No otra más. Y tal vez mi cabeza estaba siendo más fría de lo normal, o intentaba ser práctica o simplemente no quería asumir lo que había estado a punto de hacer, pero no podía dejar que esta reunión acabase de ese modo, sin nada en claro.-Podemos continuar la reunión en las tierras de los druidas de la isla de Man, son hábiles en protección y seguro que si añadimos cristales de cuarzo podremos hablar sin temer un ataque de este tipo. Puedo indicarles que empiecen y si no os fiais enviad a alguien a comprobar la seguridad del lugar. Si los heridos se recuperan en un día esperaremos, no podemos retrasarlo más.-Expliqué al nigromante mi punto de vista, esperando que los demás se pronunciasen también.
Aunque los primeros metros de descenso habían sido caóticos, girando en barrena sin control, había hecho todos los esfuerzos posibles por controlar el dispositivo de vuelo y hacerlo adaptarse a la corriente de aire para empezar a planear. Y qué a tiempo. Impactamos contra algo....y entonces abri los ojos, el lomo de un dragon. Gwen se me escapó, y rodamos un poco. Se me partió una de las alas con el impacto y estaba a punto de rodar por el costado de Alud y caer cuando ella me sujetó del brazo. La miré viendo de nuevo su expresión, la lucidez le habia vuelto...menos mal.
Le habría respondido a esa disculpa, pero a duras penas me mantenía consciente.
"gracias a dios que vuelves a ser tú"
El alivio que sentí era inmenso. No ibamos a ir a Avalon. No ibamos a morir. Hoy no, por lo menos. Pero habia estado....muy cerca.... Bajé con dificultades del dragón, inestable porque seguia con una de las alas montadas, y el corazon me iba anormalmente rapido . Envié una sencilla orden y apreté un botón, y el ala restante se recogió. Aunque ya no sangraba más, veía borroso, respiraba con dificultad y tenía la cara entera manchada por el sangrado de la nariz y oidos. Asentí cuando ella me miró pasandome aquella poción. No sabia si se sentia culpable o le dolía algo...
Vi al automata venir a por mi , protocolo de autodefensa, claro.... le hice un gesto para que se detuviera, el cual tuvo que obedecer.
- estoy bien... - mentira, pero es que no quería perderme nada y aun me quedaba energía. Una poca. Gracias a la poción que acababa de beberme. - Donde está Charles? Y Cath? Gwen tiene...tiene razon no podemos...dejar esto a medias....tenemos poco... tenemos poco tiempo... - recoloqué un par de ruletas pequeñas en mi brazalete y lo acerqué a mi boca. En el hospital de Arleen, uno de mis automatas se moveria hasta Belle para informarle. - Algo ha salido mal, no voy a poder volver pronto, pero volveré. Como va el dispositivo? - lo apagué y bajé el brazo. - No hay algo que se pueda hacer para evitar posesiones? ... Matvey? Tatuajes con tintas de cuarzo? Hechizos de protección?
- dicho esto, me dejé caer sentado en el suelo, resoplando.
__
37+50 herbo= 80/150 ps
Le habría respondido a esa disculpa, pero a duras penas me mantenía consciente.
"gracias a dios que vuelves a ser tú"
El alivio que sentí era inmenso. No ibamos a ir a Avalon. No ibamos a morir. Hoy no, por lo menos. Pero habia estado....muy cerca.... Bajé con dificultades del dragón, inestable porque seguia con una de las alas montadas, y el corazon me iba anormalmente rapido . Envié una sencilla orden y apreté un botón, y el ala restante se recogió. Aunque ya no sangraba más, veía borroso, respiraba con dificultad y tenía la cara entera manchada por el sangrado de la nariz y oidos. Asentí cuando ella me miró pasandome aquella poción. No sabia si se sentia culpable o le dolía algo...
Vi al automata venir a por mi , protocolo de autodefensa, claro.... le hice un gesto para que se detuviera, el cual tuvo que obedecer.
- estoy bien... - mentira, pero es que no quería perderme nada y aun me quedaba energía. Una poca. Gracias a la poción que acababa de beberme. - Donde está Charles? Y Cath? Gwen tiene...tiene razon no podemos...dejar esto a medias....tenemos poco... tenemos poco tiempo... - recoloqué un par de ruletas pequeñas en mi brazalete y lo acerqué a mi boca. En el hospital de Arleen, uno de mis automatas se moveria hasta Belle para informarle. - Algo ha salido mal, no voy a poder volver pronto, pero volveré. Como va el dispositivo? - lo apagué y bajé el brazo. - No hay algo que se pueda hacer para evitar posesiones? ... Matvey? Tatuajes con tintas de cuarzo? Hechizos de protección?
- dicho esto, me dejé caer sentado en el suelo, resoplando.
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El intento de persuasión de Nikolaos no sirvió de nada ante el estado de alteración y desesperación de Wthyr, que lejos de calmarse reaccionó de manera más agresiva contar el licántropo, enfrentándolo. Si Oscurus se la había llevado tal vez aún tuviese una oportunidad. - ¡No me pidas que me tranquilice! ¡Dime dónde se la ha llevado! - lo enganchó por la ropa un momento, manchándole la camisa de sangre antes de soltarlo al escuchar las palabras de Matvey. Jamás se habría esperado que diese su aprobación para llevarle junto a su ahijada. El rostro sereno del nigromante le molestaba, no entendía cómo podía estar así después de lo que acababa de suceder. Desvió la mirada hacia la espada ahora clavada en la roca cuando Matvey dio a entender que había atado ahí al espíritu de Charles, aunque no de manera definitiva. Quería ir a ver a Catherine cuanto antes, pero también temía perder el control de nuevo. Negó con la cabeza, con una mirada de odio fija en la espada.
- Ganar tiempo no es suficiente, hay que destruirla cuanto antes. Ahora es el momento. - alzó la vista hacia los dragones que retornaban tras salvar a Gwen y a Giordano dejándolos en tierra. Fue entonces cuando recordó que el fuego de dragón podía destruir ese tipo de objetos con almas ancladas, o eso era al menos la propuesta que le había hecho a Catherine para destruir el anillo en el que estaba Morgana atrapada. Un escalofrío le recorrió la espalda al escuchar la pregunta de Matvey sobre lo que había visto en el momento de la posesión. No había sido sólo el horror de ser un espectador en primera persona del dolor de Catherine, sino que se había sentido como si fuese él.
- Su locura...no tiene límites. Hará lo que sea y pasará por encima de quien sea para lograr sus objetivos. Lo ha disfrutado...- reconoció volviéndose a mirar las manos ensangrentadas, notando que se le revolvía el estómago al pensarlo. Cada vez tenía más claro que los había usado como simples peones de su juego, que mientras quedase sangre del linaje Pendragon no le importaba tener que sacrificar a unos cuantos. Mucho menos le importaba despreciar a Cedric, cuando probablemente fuese el mejor de todos ellos. Y tampoco le importaba lo más mínimo sacrificar a su sacerdotisa, quien le había servido fielmente y ahora no tenía reparos en enviarla a Ávalon a morir. - Nos ha estado utilizando, Gwen...incluso a ti.- murmuró con la mirada perdida cuando ella le puso la mano en el brazo, frustrado y cabreado por ser títeres que ni siquiera habían logrado oponerse.
- Porque es más poderoso que cualquiera de nosotros y está haciendo lo que le da la gana. Por eso. - gruñó por lo bajo antes de intentar serenarse lo suficiente como para poder usar la desaparición. Suponía a dónde se podían haber llevado a Catherine porque la había acompañado antes allí. Habría prestado más atención a las ideas que proponían unos y otros de haber estado más centrado, pero sólo podía pensar en una cosa. - Iré al hospital nuevo a buscarla. Gwen, intenta destruir la espada con fuego de dragón. - algo le decía que no iba a ser tan fácil, pero debían probar. Tras eso se desapareció de allí, en dirección al hospital.
----------------
DF: 25 dado + 46 stat + 10 hab...supera a Niko
- Ganar tiempo no es suficiente, hay que destruirla cuanto antes. Ahora es el momento. - alzó la vista hacia los dragones que retornaban tras salvar a Gwen y a Giordano dejándolos en tierra. Fue entonces cuando recordó que el fuego de dragón podía destruir ese tipo de objetos con almas ancladas, o eso era al menos la propuesta que le había hecho a Catherine para destruir el anillo en el que estaba Morgana atrapada. Un escalofrío le recorrió la espalda al escuchar la pregunta de Matvey sobre lo que había visto en el momento de la posesión. No había sido sólo el horror de ser un espectador en primera persona del dolor de Catherine, sino que se había sentido como si fuese él.
- Su locura...no tiene límites. Hará lo que sea y pasará por encima de quien sea para lograr sus objetivos. Lo ha disfrutado...- reconoció volviéndose a mirar las manos ensangrentadas, notando que se le revolvía el estómago al pensarlo. Cada vez tenía más claro que los había usado como simples peones de su juego, que mientras quedase sangre del linaje Pendragon no le importaba tener que sacrificar a unos cuantos. Mucho menos le importaba despreciar a Cedric, cuando probablemente fuese el mejor de todos ellos. Y tampoco le importaba lo más mínimo sacrificar a su sacerdotisa, quien le había servido fielmente y ahora no tenía reparos en enviarla a Ávalon a morir. - Nos ha estado utilizando, Gwen...incluso a ti.- murmuró con la mirada perdida cuando ella le puso la mano en el brazo, frustrado y cabreado por ser títeres que ni siquiera habían logrado oponerse.
- Porque es más poderoso que cualquiera de nosotros y está haciendo lo que le da la gana. Por eso. - gruñó por lo bajo antes de intentar serenarse lo suficiente como para poder usar la desaparición. Suponía a dónde se podían haber llevado a Catherine porque la había acompañado antes allí. Habría prestado más atención a las ideas que proponían unos y otros de haber estado más centrado, pero sólo podía pensar en una cosa. - Iré al hospital nuevo a buscarla. Gwen, intenta destruir la espada con fuego de dragón. - algo le decía que no iba a ser tan fácil, pero debían probar. Tras eso se desapareció de allí, en dirección al hospital.
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El miembro 'Wthyr Pendragon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Dejé que Wthyr y Niko se zarandeasen, agarrasen o sujetasen o lo que quisiera que necesitaran hacerse, observándolos de manera impasible. Le clavé una gélida mirada cuando dijo que ganar tiempo no era suficiente. Con qué cara decía eso cuando él y su sangre habían sido los causantes de todo?
Los dragones retornaron, la sacerdotisa y Da Vinci estaban a salvo. Cuando respondó a mi pregunta no pude si no mirarlo con....no, no era suficiencia. Estaba ya pasado de vuelta de eso. Era mas mirada de tener una verdad que por fin veian otros, con el pesar de saber que ya era demasiado tarde.
- Por fin lo veis. - la sacerdotisa se unió a la conversación. Negué pues yo no tenía noticias de Catherine. - No nos ocultamos, Wthyr puede ir a verla cuando quiera. Respecto al tiempo, no demasiado. Una semana, día más día menos. Quizá menos....es poderoso y tenerlo ahi encerrado consume mi magia. Charles lucha por salir. Y cuando lo haga... se asegurará de que ha terminado su tarea. No tendremos posibilidades. - fruncí el ceño escuchando al espiritu atrapado en la espada. - Sí...lo sé. Terminará su deseo a cualquier precio. Está furioso porque no os unís a él...
Parpadeé y dejé de mirar a Excalibur. Esperaba que los aprendices de Curie llegaran rapido con el material del cuarzo para hacer la camara acorazada. Wthyr soltó aquelloy se fue sin mas, entonces miré a la sacerdotisa.
- No funcionará. No es un horcrux. El espiritu de Charles está íntegro, y es demasiado poderoso. Deberíamos fraccionarlo, encerrarlo en objetos de gran poder y enviarlos lejos, custodiados, a otros lugares.... mi poder no basta para eso.
Amuletos. Navegué por mis conocimientos, escuchando la extraña idea de Giordano. De momento no se me ocurría nada pero....estaba seguro de que debía de existir algo o alguien que pudiera lograr ese efecto.
- Investigaré un modo de protegeros de él. La línea de sangre a de hacer que sea mas sencillo, sobre todo si el huésped está receptivo.... pero no quiere decir que en un momento dado no pueda poseer a otros. Lo hizo con Desmond y Bellatrix. - vale, él era le Fay y Bella tenía facilidad para conectar con espíritus. - Un día, sacerdotisa. Haz los preparativos. El velo de la muerte se extiende. Nunca había visto algo así. Engullirá esa isla de druidas si no le ponemos fin al Sanguis. - sobraba decir quien habia permitido que ocurriese eso, en su desconocimiento, en sus ansias de venganza y de cumplir ordenes de un muerto. - Lo que acaba de pasar me genera una cuestión, Pendragon. - le dije a la mujer acercandome antes de decidirme a si me iba ya o no. - Si Charles puede poseer a cualquiera como ha dejado claro. Por qué ahora? Por qué no ha ido saltando de cuerpo en cuerpo, haciendo que nos matemos los unos a los otros, de modo sigiloso... ? Sí, a parte de por el hecho de que a Charles le gusta el renombre y darse bombo, el protagonismo.... por qué? Y si no puede pasar mucho tiempo fuera del Sanguis? Es su reino al fin y al cabo. Y ahora tiene enemigos en él tambien. Antes los tenía...? Tenéis alguna teoría?
Los dragones retornaron, la sacerdotisa y Da Vinci estaban a salvo. Cuando respondó a mi pregunta no pude si no mirarlo con....no, no era suficiencia. Estaba ya pasado de vuelta de eso. Era mas mirada de tener una verdad que por fin veian otros, con el pesar de saber que ya era demasiado tarde.
- Por fin lo veis. - la sacerdotisa se unió a la conversación. Negué pues yo no tenía noticias de Catherine. - No nos ocultamos, Wthyr puede ir a verla cuando quiera. Respecto al tiempo, no demasiado. Una semana, día más día menos. Quizá menos....es poderoso y tenerlo ahi encerrado consume mi magia. Charles lucha por salir. Y cuando lo haga... se asegurará de que ha terminado su tarea. No tendremos posibilidades. - fruncí el ceño escuchando al espiritu atrapado en la espada. - Sí...lo sé. Terminará su deseo a cualquier precio. Está furioso porque no os unís a él...
Parpadeé y dejé de mirar a Excalibur. Esperaba que los aprendices de Curie llegaran rapido con el material del cuarzo para hacer la camara acorazada. Wthyr soltó aquelloy se fue sin mas, entonces miré a la sacerdotisa.
- No funcionará. No es un horcrux. El espiritu de Charles está íntegro, y es demasiado poderoso. Deberíamos fraccionarlo, encerrarlo en objetos de gran poder y enviarlos lejos, custodiados, a otros lugares.... mi poder no basta para eso.
Amuletos. Navegué por mis conocimientos, escuchando la extraña idea de Giordano. De momento no se me ocurría nada pero....estaba seguro de que debía de existir algo o alguien que pudiera lograr ese efecto.
- Investigaré un modo de protegeros de él. La línea de sangre a de hacer que sea mas sencillo, sobre todo si el huésped está receptivo.... pero no quiere decir que en un momento dado no pueda poseer a otros. Lo hizo con Desmond y Bellatrix. - vale, él era le Fay y Bella tenía facilidad para conectar con espíritus. - Un día, sacerdotisa. Haz los preparativos. El velo de la muerte se extiende. Nunca había visto algo así. Engullirá esa isla de druidas si no le ponemos fin al Sanguis. - sobraba decir quien habia permitido que ocurriese eso, en su desconocimiento, en sus ansias de venganza y de cumplir ordenes de un muerto. - Lo que acaba de pasar me genera una cuestión, Pendragon. - le dije a la mujer acercandome antes de decidirme a si me iba ya o no. - Si Charles puede poseer a cualquiera como ha dejado claro. Por qué ahora? Por qué no ha ido saltando de cuerpo en cuerpo, haciendo que nos matemos los unos a los otros, de modo sigiloso... ? Sí, a parte de por el hecho de que a Charles le gusta el renombre y darse bombo, el protagonismo.... por qué? Y si no puede pasar mucho tiempo fuera del Sanguis? Es su reino al fin y al cabo. Y ahora tiene enemigos en él tambien. Antes los tenía...? Tenéis alguna teoría?
Gwen Pendragón
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Las palabras de Wthyr hicieron que mi mirada se desviase al suelo. No creía que hubiese sido así, en realidad hasta hace poco teníamos el mismo objetivo¿Lo seguíamos teniendo?¿Si terminaba todo esto continuaríamos la venganza contra los Descendientes? A mi parecer habíamos caído en el único pecado que no creía que un Pendragon era capaz de cometer, traicionar a su sangre, a su familia, y por ello Charles había decidido hacer aquello que un Pendragon hace cuando le traicionan. Tomar la venganza por su mano. Pero no lo expresé, simplemente suspiré y apreté los labios contrariada apartando la mano de Wthyr.
-Una semana...-Murmuré, tratando de imaginar una reunión sin peleas, sin pullas ni conflictos. No creía que fuésemos a conseguir nada en claro, trazar un plan y organizarlo con ese margen de tiempo. Miré a mi hermano por su instrucción y al abandonar el lugar escuché las palabras del nigromante.-Entiendo. El fuego de dragón tal vez podría destruir la espada pero únicamente conseguiríamos que Charles quede liberado.-Asentí, conforme con Rasputín.
Llegaron a la zona 4 o 5 muchachos que se pusieron a trabajar cerca de la espada, invocando magia. Les dediqué una breve mirada mientras continuábamos dialogando.-Desmond compartía nuestra sangre y supongo que Bellatrix simplemente os traicionó.-Solté como si tal cosa.Asentí agradecida por la búsqueda de algún remedio que nos protegiese de la posesión. Desvié la mirada a DaVinci cuando se sentó en el suelo pareciendo que le doliese todo, manejé la sangre que le manchaba el rostro para que retornase a su cuerpo lenta e imperceptiblemente para él -Os espero en un día entonces.-Comenté volviendo a mirar al nigromante.
Iba a ponerme en camino, había dado ya algún paso para volver junto a Alud cuando las nuevas preguntas de Rasputín me hicieron parar para mirarle aún con gesto serio pero neutro. Suspiré breve y rápidamente negando.-Por lo que sé con LeFay pasó fuera varios meses. -Crucé mis brazos alzando ambas cejas, algo pensativa antes de hablar de nuevo.-Mi hermano le ha traicionado y toda la familia se ha unido contra él. Supongo que ante la traición de su linaje y al no tener una mano ejecutora en el mundo de los vivos ha decidido salir para acabar sus asuntos pendientes. Y respecto a sus enemigos...recordad Rasputín, expulsasteis linajes guerreros y mantuvisteis a los estudiosos casi en su totalidad. No creo que le preocupe demasiado.
-Como he dicho antes, si se os ocurre o tenéis cualquier ritual, gema mágica o invento para proteger la reunión os esperaré en la isla de Man antes de mañana.-Incliné la cabeza como despedida hacia ambos y me dirigí hacia Alud con la intención de marchar lo más rápido posible.
-Una semana...-Murmuré, tratando de imaginar una reunión sin peleas, sin pullas ni conflictos. No creía que fuésemos a conseguir nada en claro, trazar un plan y organizarlo con ese margen de tiempo. Miré a mi hermano por su instrucción y al abandonar el lugar escuché las palabras del nigromante.-Entiendo. El fuego de dragón tal vez podría destruir la espada pero únicamente conseguiríamos que Charles quede liberado.-Asentí, conforme con Rasputín.
Llegaron a la zona 4 o 5 muchachos que se pusieron a trabajar cerca de la espada, invocando magia. Les dediqué una breve mirada mientras continuábamos dialogando.-Desmond compartía nuestra sangre y supongo que Bellatrix simplemente os traicionó.-Solté como si tal cosa.Asentí agradecida por la búsqueda de algún remedio que nos protegiese de la posesión. Desvié la mirada a DaVinci cuando se sentó en el suelo pareciendo que le doliese todo, manejé la sangre que le manchaba el rostro para que retornase a su cuerpo lenta e imperceptiblemente para él -Os espero en un día entonces.-Comenté volviendo a mirar al nigromante.
Iba a ponerme en camino, había dado ya algún paso para volver junto a Alud cuando las nuevas preguntas de Rasputín me hicieron parar para mirarle aún con gesto serio pero neutro. Suspiré breve y rápidamente negando.-Por lo que sé con LeFay pasó fuera varios meses. -Crucé mis brazos alzando ambas cejas, algo pensativa antes de hablar de nuevo.-Mi hermano le ha traicionado y toda la familia se ha unido contra él. Supongo que ante la traición de su linaje y al no tener una mano ejecutora en el mundo de los vivos ha decidido salir para acabar sus asuntos pendientes. Y respecto a sus enemigos...recordad Rasputín, expulsasteis linajes guerreros y mantuvisteis a los estudiosos casi en su totalidad. No creo que le preocupe demasiado.
-Como he dicho antes, si se os ocurre o tenéis cualquier ritual, gema mágica o invento para proteger la reunión os esperaré en la isla de Man antes de mañana.-Incliné la cabeza como despedida hacia ambos y me dirigí hacia Alud con la intención de marchar lo más rápido posible.
No me di cuenta del truco que hizo Gwen con la sangre de mi cara para dejarme algo mas presentable, estaba ocupado tratando de regular mi respiración y de comprobar que mi corazon volviese a latir normal y no se saltase un latido cada tres que daba. Era una sensación espantosa.
Wthyr se fue, tras apostillar que había....estado utilizandolos a todos, ella incluida. La miré desde mi posición mientras ella estaba entretenida con Rasputín. Era lo que yo habia intentado decirle.
- Una semana...entonces será mejor que nos pongamos manos a la obra. - me levanté, fingiendo estar más recompuesto. Debiamos terminar la prisión, vertebrar algo para protegerlos de las posesiones....en definitiva, conseguir MAS poder. Sabía donde encontrar de eso.
Ella se despidió y abrí la boca para pedirle que esperase un momento, porque deseaba preguntarle a qué se habia referido Charles concretamente con aquello de que mintió ese dia en el altar. Pero la situacion parecía no requerirlo asi que me callé sin llegar a decir nada, dejándola marchar...otra vez.
Qué cerca habíamos estado esta vez de no volver a respirar nunca más. Me volví al ruso, intentado que mis pensamientos no me sobrepasaran.
- Qué miserable desastre....en fin Rasputin...es bueno tenerte de vuelta. Dejas a estos vigilando la ...cosa, cúpula? Yo tambien tengo trabajo. Una semana.
Él asintió, muy serio como siempre y sin mirarme directamente, solo miraba el lugar donde habian encerrado a Excalibur y con ella a Charles. Negué levemente y me alejé de ellos. Rasputín se encargo de dejar vigilancia y yo mismo dejé a un par de mecapájaros para que me alertasen si algo raro ocurría, junto con aquellos aprendices de Curie, y después ambos nos marchamos por caminos diferentes
__
87/150 PS
Wthyr se fue, tras apostillar que había....estado utilizandolos a todos, ella incluida. La miré desde mi posición mientras ella estaba entretenida con Rasputín. Era lo que yo habia intentado decirle.
- Una semana...entonces será mejor que nos pongamos manos a la obra. - me levanté, fingiendo estar más recompuesto. Debiamos terminar la prisión, vertebrar algo para protegerlos de las posesiones....en definitiva, conseguir MAS poder. Sabía donde encontrar de eso.
Ella se despidió y abrí la boca para pedirle que esperase un momento, porque deseaba preguntarle a qué se habia referido Charles concretamente con aquello de que mintió ese dia en el altar. Pero la situacion parecía no requerirlo asi que me callé sin llegar a decir nada, dejándola marchar...otra vez.
Qué cerca habíamos estado esta vez de no volver a respirar nunca más. Me volví al ruso, intentado que mis pensamientos no me sobrepasaran.
- Qué miserable desastre....en fin Rasputin...es bueno tenerte de vuelta. Dejas a estos vigilando la ...cosa, cúpula? Yo tambien tengo trabajo. Una semana.
Él asintió, muy serio como siempre y sin mirarme directamente, solo miraba el lugar donde habian encerrado a Excalibur y con ella a Charles. Negué levemente y me alejé de ellos. Rasputín se encargo de dejar vigilancia y yo mismo dejé a un par de mecapájaros para que me alertasen si algo raro ocurría, junto con aquellos aprendices de Curie, y después ambos nos marchamos por caminos diferentes
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Habían transcurrido varios días desde la reunión con los Descendientes, que se había visto interrumpida de nuevo por culpa de aquel maldito y extraño velo que no dejaba de avanzar. Tuvieron que dispersarse todos nuevamente, cada cual a un territorio diferente. Catherine y él regresaron a Italia con su hijo, aunque no fue una vuelta a casa como hubiese querido. Ella pasaba la mayor parte del tiempo con los tatuajes de todos los que tenían que protegerse de una posible posesión de Charles, y con eso tuvieron desfile de gente por la casa durante demasiado rato. Además, seguían algo "raros" después de lo del incidente. Necesitaban tiempo en calma y a solas para poner en orden sus asuntos, pero por el momento no había tregua.
Esa misma mañana debía reunirse con sus hermanos para abordar de una vez por todas el asunto de la espada en la roca. Si ese idiota de Merlín se hubiese limitado a darles lo que les pertenecía en su momento, no estarían perdiendo así el tiempo. Los dragones en los que volaban los hermanos, a excepción de Gwen, descendieron en círculos hasta aterrizar en la zona en ruinas. Le molestaba que la hermana menor ni siquiera se hubiese considerado apropiada para intentarlo. Si lo pensaba bien el tampoco las tenía todas consigo, en parte porque pensaba que Merlín habría usado alguno de sus hechizos para impedirle sacarla, y en parte porque no tenía claro qué podía considerar la espada como ser digno. Como fuese, lo que importaba era que la antigua reliquia familiar regresase. Se percató de la presencia de Matvey vigilando el lugar, pero no interactuó con él en modo alguno porque sólo estaba de vigilante.
Dirigió una mirada silenciosa a cada uno de sus hermanos antes de dirigirse hacia la roca en la que estaba clavada la espada encerrada en su esfera de cuarzo, dándoles a entender que uno por uno debían tratar de sacarla de ahí. Debía mentalizarse, aplacar ese cosquilleo de ambición y expectativa que le recorría el cuerpo. Apenas quedaban un par de metros para llegar a la espada cuando de repente comenzó a escucharse un siseo siniestro, casi inaudible. También le pareció que el suelo bajo sus pies temblaba levemente, acompasando un pulso de luz mortecino e intermitente alrededor de la esfera. Se detuvo al ver que la esfera se estaba cargando de energía cada vez más, resquebrajándose poco a poco con varias grietas en la superficie. Apretó la mandíbula en tensión al comprender lo que estaba a punto de suceder, Charles iba a escapar de allí.
"Maldito dramático que tenía que elegir este momento para liberarse."
No pasaron ni dos segundos antes de que todo estallase por los aires en una explosión de luz y color en la que el espíritu se desligó por fin del acero. Wthyr tuvo el tiempo justo para cubrirse con un escudo mágico defensivo, casi a la par que el retorcido ancestro trataba de tomar posesión de su cuerpo de nuevo sin conseguirlo.
"Esta vez no"
La protección otorgada por los tatuajes hizo que uno tras otro se topara con una barrera, teniendo que abandonar el lugar no sin antes taladrarles los oídos con un chillido de ira. De nuevo la cuenta atrás. Volvió a mirar a los hermanos para asegurarse de que estaban bien, todavía con el corazón acelerado por lo que podía haber sucedido. No perdió más el tiempo, cerrando la mano derecha entorno a la empuñadura de la espada. Por fin. Sabía que no iba a ser cuestión de fuerza, así que trató de canalizar magia hacia el arma mientras tiraba de ella hacia arriba. Por un momento le pareció que iba a salir con facilidad, e incluso se movió un poco. Pero no...había como una fuerza invisible que la mantenía allí fija, sin querer salir. Era más esfuerzo del que parecía. No era digno. Frunció el ceño levemente, tratando de disimular su decepción a pesar de que no las había tenido todas consigo. Puta espada caprichosa.
- Siguiente. - se limitó a decir en voz alta y escueta, dándose la vuelta para que pasase cualquiera de los hermanos.
--------------
puntuación: 15, no lo consigue
Esa misma mañana debía reunirse con sus hermanos para abordar de una vez por todas el asunto de la espada en la roca. Si ese idiota de Merlín se hubiese limitado a darles lo que les pertenecía en su momento, no estarían perdiendo así el tiempo. Los dragones en los que volaban los hermanos, a excepción de Gwen, descendieron en círculos hasta aterrizar en la zona en ruinas. Le molestaba que la hermana menor ni siquiera se hubiese considerado apropiada para intentarlo. Si lo pensaba bien el tampoco las tenía todas consigo, en parte porque pensaba que Merlín habría usado alguno de sus hechizos para impedirle sacarla, y en parte porque no tenía claro qué podía considerar la espada como ser digno. Como fuese, lo que importaba era que la antigua reliquia familiar regresase. Se percató de la presencia de Matvey vigilando el lugar, pero no interactuó con él en modo alguno porque sólo estaba de vigilante.
Dirigió una mirada silenciosa a cada uno de sus hermanos antes de dirigirse hacia la roca en la que estaba clavada la espada encerrada en su esfera de cuarzo, dándoles a entender que uno por uno debían tratar de sacarla de ahí. Debía mentalizarse, aplacar ese cosquilleo de ambición y expectativa que le recorría el cuerpo. Apenas quedaban un par de metros para llegar a la espada cuando de repente comenzó a escucharse un siseo siniestro, casi inaudible. También le pareció que el suelo bajo sus pies temblaba levemente, acompasando un pulso de luz mortecino e intermitente alrededor de la esfera. Se detuvo al ver que la esfera se estaba cargando de energía cada vez más, resquebrajándose poco a poco con varias grietas en la superficie. Apretó la mandíbula en tensión al comprender lo que estaba a punto de suceder, Charles iba a escapar de allí.
"Maldito dramático que tenía que elegir este momento para liberarse."
No pasaron ni dos segundos antes de que todo estallase por los aires en una explosión de luz y color en la que el espíritu se desligó por fin del acero. Wthyr tuvo el tiempo justo para cubrirse con un escudo mágico defensivo, casi a la par que el retorcido ancestro trataba de tomar posesión de su cuerpo de nuevo sin conseguirlo.
"Esta vez no"
La protección otorgada por los tatuajes hizo que uno tras otro se topara con una barrera, teniendo que abandonar el lugar no sin antes taladrarles los oídos con un chillido de ira. De nuevo la cuenta atrás. Volvió a mirar a los hermanos para asegurarse de que estaban bien, todavía con el corazón acelerado por lo que podía haber sucedido. No perdió más el tiempo, cerrando la mano derecha entorno a la empuñadura de la espada. Por fin. Sabía que no iba a ser cuestión de fuerza, así que trató de canalizar magia hacia el arma mientras tiraba de ella hacia arriba. Por un momento le pareció que iba a salir con facilidad, e incluso se movió un poco. Pero no...había como una fuerza invisible que la mantenía allí fija, sin querer salir. Era más esfuerzo del que parecía. No era digno. Frunció el ceño levemente, tratando de disimular su decepción a pesar de que no las había tenido todas consigo. Puta espada caprichosa.
- Siguiente. - se limitó a decir en voz alta y escueta, dándose la vuelta para que pasase cualquiera de los hermanos.
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puntuación: 15, no lo consigue
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El miembro 'Wthyr Pendragon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
#1 'Probabilidad' :
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#2 'Dado (20)' :
#1 'Probabilidad' :
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#2 'Dado (20)' :
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El miembro 'Darren Pendragon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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#2 'Probabilidad' :
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El miembro 'Cedric Pendragon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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El miembro 'Shyvanna Pendragon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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El miembro 'Lake Pendragon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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#2 'Dado (20)' :
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#2 'Dado (20)' :
El viento susurra entre las piedras, cargado de misterio y expectación. En medio de aquel escenario ancestral, una figura etérea emerge lentamente de las sombras. Rodeada por un halo de magia, se alza majestuosa la figura de la Dama del Lago, portadora de antiguos secretos y dones místicos.
La Dama del Lago, con sus ojos claros como las aguas cristalinas y su vestido etéreo que flota en el aire, mira a los Pendragón con cautela y desconfianza. Sabe de la importancia de la espada que descansa en la roca y los destinos que se entrelazan con ella.
"Se rumorea que sois dignos de portar la espada de la leyenda", susurra la Dama del Lago, su voz resonando como un eco ancestral. "Pero mi confianza en los Pendragón está velada por la sombra del pasado. Debéis demostrar vuestra valía y lealtad a través de un sacrificio".
La Dama del Lago, con su semblante sereno pero inescrutable, extiende sus manos hacia ellos. "Aquel que acceda a realizar el sacrificio, perderá toda su magia y se convertirá en un simple ser humano mortal. Solo así podré saber si vuestra causa es verdaderamente noble y desinteresada".
"¿Cuál de los dos hermanos, Cedric o Lake acepta este sacrificio?" La figura de la mujer queda expectante flotando sobre la espada.
La Dama del Lago, con sus ojos claros como las aguas cristalinas y su vestido etéreo que flota en el aire, mira a los Pendragón con cautela y desconfianza. Sabe de la importancia de la espada que descansa en la roca y los destinos que se entrelazan con ella.
"Se rumorea que sois dignos de portar la espada de la leyenda", susurra la Dama del Lago, su voz resonando como un eco ancestral. "Pero mi confianza en los Pendragón está velada por la sombra del pasado. Debéis demostrar vuestra valía y lealtad a través de un sacrificio".
La Dama del Lago, con su semblante sereno pero inescrutable, extiende sus manos hacia ellos. "Aquel que acceda a realizar el sacrificio, perderá toda su magia y se convertirá en un simple ser humano mortal. Solo así podré saber si vuestra causa es verdaderamente noble y desinteresada".
"¿Cuál de los dos hermanos, Cedric o Lake acepta este sacrificio?" La figura de la mujer queda expectante flotando sobre la espada.
Lake Pendragon
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Su gran capa roja ondeaba al viento con el ritmo de la derrota. La espada no había salido entre sus manos, por lo que volvió a la fila con el resto de sus hermanos ,con la frente en alto a pesar de no haber podido sacar la espada. Se podía sentir en el aire el sentimiento de decepción, pues ella había sido la última en intentarlo sin éxito, pero... se había movido. Quizás lo había imaginado, pero se había movido, y algo en su interior se había movido con la espada. Una vibración que había agitado cada célula de su cuerpo. Conservando toda la entereza que pudo aparentar, se mantuvo de pie y en silencio, observando la espada en la piedra. Estaba segura de que era una de esas cosas con las que se iba a obsesionar si nadie la sacaba.
De alguna manera, la espada le hablaba directamente. La mano que la había tocado era un hervidero aún, y fue entonces que los murmullos comenzaron a crecer. Al principio, creyó que era por la derrota de todos los hermanos, pero pronto encontró a la figura milenaria que emergía del lago. La leyenda era cierta. ¿Era cierta? Las voces se callaron en cuanto la Dama del Lago comenzó a hablar con el viento. No pudo negar que cuando escuchó "sacrificio" le llegó a la mente Gwen clavada en la espada. El sacrificio que solicitaba era de otra clase. Morir o vivir como mortal, prefería morir. Y aún así, su nombre se escuchó en el susurro del viento fuerte y claro, retumbando en todas las tierras que rodeaban al lago. El mundo se vino encima como un peso en los hombros.
No podía pensar en nadie más indigna que ella misma en esa linea. Bueno, salvo Shyvanna en su propia manera. Lake era la que tenía más sangre en las manos, definitivamente. Sus misteriosas ocupaciones le obligaban a sacar sus más crueles habilidades. Si se comparaba con Cedric hasta le daban ganas de rodar los ojos, pues estaban completamente en diferentes lados del espectro. Él era bondadoso y servicial, pero quizás eso no era lo que la espada quería, o habría permitido que Cedric la sacara en el primer intento. De los dos, ella era la única que realmente era una guerrera, así de sencillo. Quizás incluso la espada estaba indecisa entre el más magnánimo de los hermanos y la más despiadada. No tenía idea de para qué se usaría esa espada en el futuro, pero le esperaban finales muy diferentes con cada uno de ellos.
No iba a negar que la quería para sí misma, para sus intereses profanos, para restregársela en la cara a Merlín por haber intentado usarla para hacerla su títere. Se había jurado que la obtendría por otros medios y esa era su oportunidad. La quería incluso aunque la espada no era su arma predilecta. Para ser ratón de biblioteca Cedric no necesitaba magia... Ni siquiera se podía tener absoluta certeza de que se presentaría para la batalla.
Poder escuchar tu voz por una vez en la vida me daría la mayor satisfacción, querido hermano.- Dijo sin verle, con la voz más dulce que alguna vez había salido de su garganta. Sus ojos estaban fijos en los de la Dama del Lago. Sus labios le habían dado la oportunidad a Cedric de postularse, tratando de que sintiera culpa y se ofreciera a sí mismo en sacrificio, pero sus piernas ya estaban dando tres pasos al frente con su porte digno de una reina, y una de sus rodillas caía al suelo para rendirse ante el destino que la espada imponía. Su fortuna se había escrito desde el momento en que subió a su dragón a probar fortuna por el bien de su pueblo. Era inútil llegar tan lejos para negarse.- Si está en mi destino, tome de mi la certeza que requiere. Acepte mi ofrenda como muestra de nuestra voluntad inquebrantable. Que este sacrificio, mi sabiduría y mi magia se fundan con la espada sagrada para liberar a mi pueblo de estos tiempos oscuros.
De alguna manera, la espada le hablaba directamente. La mano que la había tocado era un hervidero aún, y fue entonces que los murmullos comenzaron a crecer. Al principio, creyó que era por la derrota de todos los hermanos, pero pronto encontró a la figura milenaria que emergía del lago. La leyenda era cierta. ¿Era cierta? Las voces se callaron en cuanto la Dama del Lago comenzó a hablar con el viento. No pudo negar que cuando escuchó "sacrificio" le llegó a la mente Gwen clavada en la espada. El sacrificio que solicitaba era de otra clase. Morir o vivir como mortal, prefería morir. Y aún así, su nombre se escuchó en el susurro del viento fuerte y claro, retumbando en todas las tierras que rodeaban al lago. El mundo se vino encima como un peso en los hombros.
No podía pensar en nadie más indigna que ella misma en esa linea. Bueno, salvo Shyvanna en su propia manera. Lake era la que tenía más sangre en las manos, definitivamente. Sus misteriosas ocupaciones le obligaban a sacar sus más crueles habilidades. Si se comparaba con Cedric hasta le daban ganas de rodar los ojos, pues estaban completamente en diferentes lados del espectro. Él era bondadoso y servicial, pero quizás eso no era lo que la espada quería, o habría permitido que Cedric la sacara en el primer intento. De los dos, ella era la única que realmente era una guerrera, así de sencillo. Quizás incluso la espada estaba indecisa entre el más magnánimo de los hermanos y la más despiadada. No tenía idea de para qué se usaría esa espada en el futuro, pero le esperaban finales muy diferentes con cada uno de ellos.
No iba a negar que la quería para sí misma, para sus intereses profanos, para restregársela en la cara a Merlín por haber intentado usarla para hacerla su títere. Se había jurado que la obtendría por otros medios y esa era su oportunidad. La quería incluso aunque la espada no era su arma predilecta. Para ser ratón de biblioteca Cedric no necesitaba magia... Ni siquiera se podía tener absoluta certeza de que se presentaría para la batalla.
Poder escuchar tu voz por una vez en la vida me daría la mayor satisfacción, querido hermano.- Dijo sin verle, con la voz más dulce que alguna vez había salido de su garganta. Sus ojos estaban fijos en los de la Dama del Lago. Sus labios le habían dado la oportunidad a Cedric de postularse, tratando de que sintiera culpa y se ofreciera a sí mismo en sacrificio, pero sus piernas ya estaban dando tres pasos al frente con su porte digno de una reina, y una de sus rodillas caía al suelo para rendirse ante el destino que la espada imponía. Su fortuna se había escrito desde el momento en que subió a su dragón a probar fortuna por el bien de su pueblo. Era inútil llegar tan lejos para negarse.- Si está en mi destino, tome de mi la certeza que requiere. Acepte mi ofrenda como muestra de nuestra voluntad inquebrantable. Que este sacrificio, mi sabiduría y mi magia se fundan con la espada sagrada para liberar a mi pueblo de estos tiempos oscuros.
Cedric Pendragon
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Habiamos acudido alli casi todos (la ausencia de Gwen se hacia extraña) no solo para tratar de cumplir nuestra mision si no tambien para, fortuitamente, presenciar cómo Charles escapaba de aquella prisión temporal. Los tatuajes que nos realizó Catherine mostraron ser efectivos, por fortuna, porque tras multiples intentos la ira de Charles creció y lo llevó a retirarse. Apreté los labios tragandome un suspiro que no llegué a lanzar, con expresión grave.
Uno a uno, procedimos a intentar sacar de alli la espada, pero parecía tener otras ideas. Tras Wthyr y Darren, lo intenté yo. Por un momento, sentí que la espada iba a salir. Pero....no, se quedó en su sitio, ahi, quietecita. No había podido ser. Encogí mis hombros mirando a mis hermanos y les dejé a ellas tras eso. Volví a mi puesto, con una sensación extraña...y si no conseguíamos sacarla ninguno?
No quería la espada, no quería el título que conllevaba y ni mucho menos el poder. No quería ni de lejos la corona de Wthyr.
"esto va a ser un problema, si ninguno lo logra...."
El viento comenzó a susurrar, a soplar....y por ultimo , a hablar. Parpadee extrañado y me comuniqué con mis hermanos con la mirada.
"ois eso?"
Apareció aquella etérea figura ante nosotros, la manifestación de la antigua magia que ataba aquel mítico elemento a nuestro linaje. Contemplé admirado a la Dama del Lago, conteniendo la respiración, con miedo a emitir alguna clase de sonido.
"un sacrificio....está anteponiendo como condición eso a poder extraer la espada de la roca? Merlín sabia que pasaría esto?"
Fruncí mi ceño más aun cuando susurró mi nombre y el del Lake. Ella parecía impertérrita. No entendia nada porque...Lake y yo no podiamos ser mas diferentes. Habria entendido que eligiera a Wthyr. Por qué los extremos? Tenía claro que yo daría todo lo que poseía por proteger a mi familia y a nuestros vasallos, a quienes habiamos jurado protección a cambio de lealtad, y a quienes habíamos fallado. Pero no poseía demasiadas cosas... mi magia, mis sentidos, mi sabiduría y mi propio cuerpo. Pensé lo mismo que Lake, para mi, la ausencia de magia supondría...poder usar mi voz. Busqué la mirada de Lake pero ella solo miraba al frente pese a haberme hablado. Parecía invitarme a ir a por la espada. Sin embargo ella comenzó a avanzar.
"Lake...."
Estaba sorprendido por el desinterés y arrojo de Lake, siempre me habia dado la sensación de que era más egoista que otra cosa, aunque buscase motivos para pensar lo contrario. Si bien era cierto que muchas veces habia echado de menos poder usar mi voz para cosas muy básicas, bien sabia que echaría muchisimo mas de menos mi magia. No la cambiaría por poder hablar. No la cambiaría por mi vínculo con Falkor, o con otros dragones...ni por el placer de experimentar con la magia y pasar largas horas entre libros probando encantamientos nuevos. Sin embargo ella, sí. No es que tuviera nada de malo pasarse la vida como un humano sin magia, era igualmente respetable, pero....
Quizá Lake si que tenía un buen fondo....muy en el fondo....desinteresado y noble. No quería ver sufrir a otros.
Pero yo tampoco queria ver sufrir a otros, menos aun si estaba en mis manos impedirlo. Eso la incluía a ella. Si perdía su vinculo con los dragones...supe que sería enormemente desdichada. Avancé algunos pasos, moviendo una de mis manos para hacer aparecer frente a ella mis letras doradas
Lake, para, estás segura? No tienes por qué hacerlo. - terminé de llegar a su lado, poniendo mi mano sobre su hombro, ella estaba arrodillada pero yo no me agaché.
Si es lo que deseas, te suelto. Si no, estoy dispuesto a hacerlo yo. - no quería que pensase que estaba sola en eso.
Uno a uno, procedimos a intentar sacar de alli la espada, pero parecía tener otras ideas. Tras Wthyr y Darren, lo intenté yo. Por un momento, sentí que la espada iba a salir. Pero....no, se quedó en su sitio, ahi, quietecita. No había podido ser. Encogí mis hombros mirando a mis hermanos y les dejé a ellas tras eso. Volví a mi puesto, con una sensación extraña...y si no conseguíamos sacarla ninguno?
No quería la espada, no quería el título que conllevaba y ni mucho menos el poder. No quería ni de lejos la corona de Wthyr.
"esto va a ser un problema, si ninguno lo logra...."
El viento comenzó a susurrar, a soplar....y por ultimo , a hablar. Parpadee extrañado y me comuniqué con mis hermanos con la mirada.
"ois eso?"
Apareció aquella etérea figura ante nosotros, la manifestación de la antigua magia que ataba aquel mítico elemento a nuestro linaje. Contemplé admirado a la Dama del Lago, conteniendo la respiración, con miedo a emitir alguna clase de sonido.
"un sacrificio....está anteponiendo como condición eso a poder extraer la espada de la roca? Merlín sabia que pasaría esto?"
Fruncí mi ceño más aun cuando susurró mi nombre y el del Lake. Ella parecía impertérrita. No entendia nada porque...Lake y yo no podiamos ser mas diferentes. Habria entendido que eligiera a Wthyr. Por qué los extremos? Tenía claro que yo daría todo lo que poseía por proteger a mi familia y a nuestros vasallos, a quienes habiamos jurado protección a cambio de lealtad, y a quienes habíamos fallado. Pero no poseía demasiadas cosas... mi magia, mis sentidos, mi sabiduría y mi propio cuerpo. Pensé lo mismo que Lake, para mi, la ausencia de magia supondría...poder usar mi voz. Busqué la mirada de Lake pero ella solo miraba al frente pese a haberme hablado. Parecía invitarme a ir a por la espada. Sin embargo ella comenzó a avanzar.
"Lake...."
Estaba sorprendido por el desinterés y arrojo de Lake, siempre me habia dado la sensación de que era más egoista que otra cosa, aunque buscase motivos para pensar lo contrario. Si bien era cierto que muchas veces habia echado de menos poder usar mi voz para cosas muy básicas, bien sabia que echaría muchisimo mas de menos mi magia. No la cambiaría por poder hablar. No la cambiaría por mi vínculo con Falkor, o con otros dragones...ni por el placer de experimentar con la magia y pasar largas horas entre libros probando encantamientos nuevos. Sin embargo ella, sí. No es que tuviera nada de malo pasarse la vida como un humano sin magia, era igualmente respetable, pero....
Quizá Lake si que tenía un buen fondo....muy en el fondo....desinteresado y noble. No quería ver sufrir a otros.
Pero yo tampoco queria ver sufrir a otros, menos aun si estaba en mis manos impedirlo. Eso la incluía a ella. Si perdía su vinculo con los dragones...supe que sería enormemente desdichada. Avancé algunos pasos, moviendo una de mis manos para hacer aparecer frente a ella mis letras doradas
Lake, para, estás segura? No tienes por qué hacerlo. - terminé de llegar a su lado, poniendo mi mano sobre su hombro, ella estaba arrodillada pero yo no me agaché.
Si es lo que deseas, te suelto. Si no, estoy dispuesto a hacerlo yo. - no quería que pensase que estaba sola en eso.
Shyvanna Pendragon
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No sabía porqué estaba allí cuando Gwen no estaba. Era como un chiste cargado de ironía. Por supuesto, al acercarse la espada parecía un bloque. Tampoco es que lo intentara demasiado, sabía que no era lo suficientemente digna para portar Excalibur, nunca soñó con ella, ni con el honor ni con lo que significaba… Así que su ego no se vio mermado en lo absoluto y simplemente se retiró un poco.
Hasta que la puta Lake sí que fue digna.
LAKE. LA PUTA LAKE.
Aquello le dolió en el centro del pecho, en su puta alma parecía porque el dolor era indescriptible. Quiso…quiso hacer un capricho, también quiso arrancarle el cabello. Quiso llorar. Pero no hizo nada porque si veía sus lágrimas serían una nueva victoria para ella y no le daría el gusto. Puso las manos tras su espalda y se clavó las uñas con tanta vehemencia que acabó haciéndose heridas profundas.
Estaba tan concentrada en su propio dolor, en su indignación (nunca mejor dicho), que no se sintió ni medianamente sorprendida al ver a la Dama del lago sino profundamente dolida. ¿Lake mejor que ella? ¿EN DÓNDE? ¿EN DÓNDE? Se clavó más las uñas para no gritarle cuatro cosas a la maldita figura esa.
El venenoso mensaje de Lake hizo que mirara a Cedric. ¿Sería para él tan importante poder comunicarse, más allá de la gran imagen por la que estaban haciendo eso, para sacrificar su magia? No, pero era lo suficientemente bueno para anteponerse a los deseos de la pelirroja. Sin embargo, parecía que Lake estaba más que comprometida y aquello…Le sorprendió. ¿Ella dejaría su magia? ¿Sería realmente capaz de hacerlo? Miró momentáneamente a Wiwi a través de sus ojos empañados. ¿Cómo iba a hacer eso si tenía que curarlo? ¿Si tenía que cuidarlos a todos?
No pudo terminar aquel pensamiento cuando Cedric se movió hacia Lake. Lo sabía. Él sí era digno. Se acercó a su hermano y lo cogió del brazo con fuerza, tirando de él para que la soltara, ignorando que le estaba manchando la túnica de sangre. Maldita forma de sacrificarse entre ellos -No la humilles- Le dijo a Cedric con el ceño fruncido -Ha tomado una decisión y estoy segura de que no aprecia que la desacredites o le hagas dudar- Miró finalmente a Lake con rabia y una envidia tan profunda que le era imposible seguir conteniendo las lágrimas.
Hasta que la puta Lake sí que fue digna.
LAKE. LA PUTA LAKE.
Aquello le dolió en el centro del pecho, en su puta alma parecía porque el dolor era indescriptible. Quiso…quiso hacer un capricho, también quiso arrancarle el cabello. Quiso llorar. Pero no hizo nada porque si veía sus lágrimas serían una nueva victoria para ella y no le daría el gusto. Puso las manos tras su espalda y se clavó las uñas con tanta vehemencia que acabó haciéndose heridas profundas.
Estaba tan concentrada en su propio dolor, en su indignación (nunca mejor dicho), que no se sintió ni medianamente sorprendida al ver a la Dama del lago sino profundamente dolida. ¿Lake mejor que ella? ¿EN DÓNDE? ¿EN DÓNDE? Se clavó más las uñas para no gritarle cuatro cosas a la maldita figura esa.
El venenoso mensaje de Lake hizo que mirara a Cedric. ¿Sería para él tan importante poder comunicarse, más allá de la gran imagen por la que estaban haciendo eso, para sacrificar su magia? No, pero era lo suficientemente bueno para anteponerse a los deseos de la pelirroja. Sin embargo, parecía que Lake estaba más que comprometida y aquello…Le sorprendió. ¿Ella dejaría su magia? ¿Sería realmente capaz de hacerlo? Miró momentáneamente a Wiwi a través de sus ojos empañados. ¿Cómo iba a hacer eso si tenía que curarlo? ¿Si tenía que cuidarlos a todos?
No pudo terminar aquel pensamiento cuando Cedric se movió hacia Lake. Lo sabía. Él sí era digno. Se acercó a su hermano y lo cogió del brazo con fuerza, tirando de él para que la soltara, ignorando que le estaba manchando la túnica de sangre. Maldita forma de sacrificarse entre ellos -No la humilles- Le dijo a Cedric con el ceño fruncido -Ha tomado una decisión y estoy segura de que no aprecia que la desacredites o le hagas dudar- Miró finalmente a Lake con rabia y una envidia tan profunda que le era imposible seguir conteniendo las lágrimas.
No podía creer lo que estaba sucediendo cuando uno tras otro fueron pasando para tratar de sacar la espada de la piedra. Los que más consiguieron moverla fueron Cedric y Lake, cosa que le sorprendió por parte de la pelirroja. De Cedric podía esperarlo porque era el más noble, pero de su otra hermana tenía sus dudas. Aún así aquello no les servía de nada, si no la sacaban estaban vendidos.
- Ese desgraciado de Leroy nos la ha jugado por completo...- gruñó por lo bajo furioso antes de que comenzasen a escucharse unos murmullos que le alertaron de inmediato. Sólo esperaba que no fuese el maldito Charles de nuevo. Tampoco le tranquilizó demasiado que aquella figura etérea que supuestamente era la Dama del Lago se dirigiera hacia ellos. Debía ser ella, aunque únicamente la conociesen por imágenes de libros antiguos. Ahora se decidía a aparecer, después de tantos años de silencio en los que la espada estuvo lejos de ellos. Encima venía pidiendo sacrificios, era como si todo lo hubiese urdido ese imbécil.
- No os precipitéis. - advirtió a sus hermanos al ver que se dirigía a ellos, que reclamaba su magia como pago por la espada. Tragó pesadamente imaginándose por un momento en esa tesitura de tener que elegir, de vivir como un simple mortal. No podía hacerse a la idea de quedarse así para siempre, porque ya había pasado por esa sensación de tener la magia bloqueada o suprimida y no le había gustado en absoluto. Era una prueba muy dura la que les pedía superar, y no terminaba de fiarse de aquel ente legendario. En caso de que fuese ella y no un encantamiento creado por Merlín. Volvió a sorprenderse por segunda vez en el día al ver lo dispuesta que parecía Lake a sacrificarse, avanzando varios pasos hacia ella para quedar a su espalda. ¿Impulsiva o había valorado ya todas las consecuencias? Cedric pareció pensar lo mismo, pero Shyvanna lo apartó para que Lake no cambiase de opinión.
- No la está humillando. Sólo quiere asegurarse de que ha entendido lo que significa. - alzó la vista lentamente de Lake a Shyvanna, pasando después a Cedric. Ni siquiera él quería perder su magia aunque eso le permitirse hablar. ¿Por qué Lake sí? - Pero necesitamos garantías, saber que esto no es un burdo engaño o encantamiento de aquel que metió la espada en la roca poniéndonos a todos en peligro. - finalmente clavó una gélida mirada en la figura etérea que había ante ellos, de la cual no se fiaba ni un pelo. estaba escarmentado con eso de depositar su lealtad y creencias en espíritus o seres que no se contaban entre los vivos.
- Ese desgraciado de Leroy nos la ha jugado por completo...- gruñó por lo bajo furioso antes de que comenzasen a escucharse unos murmullos que le alertaron de inmediato. Sólo esperaba que no fuese el maldito Charles de nuevo. Tampoco le tranquilizó demasiado que aquella figura etérea que supuestamente era la Dama del Lago se dirigiera hacia ellos. Debía ser ella, aunque únicamente la conociesen por imágenes de libros antiguos. Ahora se decidía a aparecer, después de tantos años de silencio en los que la espada estuvo lejos de ellos. Encima venía pidiendo sacrificios, era como si todo lo hubiese urdido ese imbécil.
- No os precipitéis. - advirtió a sus hermanos al ver que se dirigía a ellos, que reclamaba su magia como pago por la espada. Tragó pesadamente imaginándose por un momento en esa tesitura de tener que elegir, de vivir como un simple mortal. No podía hacerse a la idea de quedarse así para siempre, porque ya había pasado por esa sensación de tener la magia bloqueada o suprimida y no le había gustado en absoluto. Era una prueba muy dura la que les pedía superar, y no terminaba de fiarse de aquel ente legendario. En caso de que fuese ella y no un encantamiento creado por Merlín. Volvió a sorprenderse por segunda vez en el día al ver lo dispuesta que parecía Lake a sacrificarse, avanzando varios pasos hacia ella para quedar a su espalda. ¿Impulsiva o había valorado ya todas las consecuencias? Cedric pareció pensar lo mismo, pero Shyvanna lo apartó para que Lake no cambiase de opinión.
- No la está humillando. Sólo quiere asegurarse de que ha entendido lo que significa. - alzó la vista lentamente de Lake a Shyvanna, pasando después a Cedric. Ni siquiera él quería perder su magia aunque eso le permitirse hablar. ¿Por qué Lake sí? - Pero necesitamos garantías, saber que esto no es un burdo engaño o encantamiento de aquel que metió la espada en la roca poniéndonos a todos en peligro. - finalmente clavó una gélida mirada en la figura etérea que había ante ellos, de la cual no se fiaba ni un pelo. estaba escarmentado con eso de depositar su lealtad y creencias en espíritus o seres que no se contaban entre los vivos.
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