Piso 7 | Pareja Evans-Pyro

Tenía una sonrisa de boba desde que, en el Mercado, escuchó a Reiv decir cosas sobre la futura casa que tendrían. Le parecía algo muy lejano y, sin embargo, estaban frente a la puerta de la nueva casa de Kyllian, que ahora vivía con la chica pelirroja de la Brigada, Mérida. Aquello también habría parecido imposible en su momento. Pero ahora, Reiv llevaba las primeras fotografías "oficiales" de ambos en la capa y ella llevaba todos los regalos que habían comprado en su bolsa mágica mientras sostenía la mano de Reiv. Aquel día, aquella navidad, todo estaba saliendo más que perfectamente.

Le entró un poco el nervio, pero tocó la puerta con los nudillos; cn la mano libre, por supuesto, pues la otra la tenía bien aferrada al moreno. Empezaba a dudar de lo de la jarra de cerveza y que en vez del móvil para el bebé debieron comprarle algo de ropa, que si era feral como Kyllian iban a necesitar mucha. Trató de que no se le notara lo nerviosa sonriéndole a Reiv mientras esperaba.- No escucho nada adentro, ¿crees que finalmente se mataron de un disgusto? - Susurró bajito, mientras aún esperaban justo afuera de la puerta.

Me eché a reír cuando Mérida llamó rancio a Rhaegar, aún así no había hecho acto de presencia para quejarse así que simplemente me encogí de hombros, estaría dando por saco a la familia por las fechas que tocaban. La pelirroja ya se encontraba mucho mejor de sus nauseas y eso era bueno pero tenía que seguir cuidando su dieta que no queríamos a una alubia diabética, tenía que disfrutar de mis tartas toda su vida, le chupé la cara a Mer que no pareció muy a gusto al principio pero al final se rindió, sonreí con malicia a su respuesta de chupar y cuando la solté me dio aquel mordisquito que me daba ideas malignas para celebrar esa noche -Desvergonzada- dije antes de robarle un beso y seguir con los preparativos.

La idea de las sillas con respaldo era un Si rotundo sobretodo para que no se matara -con esa sonrisa ¿cómo te voy a decir que no? pero tendremos que esperar a la siguiente paga, espero que me den un extra de navidad- levanté las cejas repetidamente mientras me frotaba los dedos llamando al dinero. Tomé la moneda para enviar el mensaje a Reiv y después nos sentamos en el sofá esperando a que llamaran a la puerta, hablamos sobre los regalos y el fular de Juliet -Seguro que Reiv la mantiene calentita.. cuando no se está muriendo en el hospital, que está blandito- dije burlándome por algo que ya le había dicho al moreno una vez, aún así no se me olvidaba lo que le había dicho a la dragona -No sé, creo que Juliet no conoce muchas cosas, demasiado drama en su vida y poco divertirse así que toca enseñarle los placeres de la vida....- miré de reojo a Mer haciendo la típica jugada de bostezar para pasarle un brazo por encima de los hombros -Hablando de placeres.... ¿crees que podemos echar uno rapidito antes de que la tarta esté lista?-

Bajé la mano hasta los muslos de Mer para tocar su piel bajo aquel jersey navideño que era lo poco que llevaba encima, ya estaba en proceso de echarle la zarpa encima pero entonces escuché la puerta, me giré hasta la misma y me levanté con una sonrisa -¡Ya han llegado! - corrí hasta la puerta y abrí enseguida viendo a mis dos amigos plantados allí -¡por fin! ¡feliz navidad!- Les di un estrujón a ambos y los arrastré hasta dentro cerrando la puerta tras ellos, los empujé hasta el salón dónde estaba Mer y un poco más adelante se podía ver la mesa ya servida con mucha comida -Hoy la tarta es de chocolate, espero que te guste Juliet~ -

El portal abierto con la piedra nos llevó directamente a la puerta de la nueva casa de Kyllian, de manera rápida y bastante cómoda. Por ahora esperaría un poco para usar la desaparición, no quería repetir otra vez lo sucedido en las montañas. Dejé que fuese Juliet la que llamase a la puerta, esperando con impaciencia a que abriesen. Le eché una mirada a la pelirroja con cara de extrañeza cuando preguntó eso de si se habrían matado de un disgusto, sin entender muy bien a qué se refería.  - ¿Disgusto por qué? - según sabía ambos habían salido bastante enteros de la batalla, así que no habían pasado por el hospital.  - A lo mejor llegamos en mal momento... ya sabes. - murmuré de modo confidencial para ver si Juliet  entendía a qué me refería. Estarían estrenando la casa. Salimos de dudas cuando Kyllian nos abrió la puerta, dándonos después ese efusivo abrazo al que casi no me dio tiempo a responder porque enseguida nos arrastró hacia el salón. Allí estaba también Mérida, y una llamativa mesa con comida como para 20. ¿Tendrían invitados? ¿o pretendían comerse todo eso ellos dos?

- Feliz Navidad a vosotros también. ¿Qué tal habéis estado desde la batalla? ¿Cómo va el mini Kyllian? - pregunté con una sonrisa dirigiendo también una mirada hacia Mérida, aunque podía responderlo cualquiera de los dos. Ahora ya estaba claro que eran pareja y no un ligue esporádico. - Nosotros venimos del mercado navideño, y hemos pensado en pasar a saludaros un rato antes de la cena para daros unos regalos. - señalé a la bolsa que llevaba Juliet, sin quitarnos todavía las capas que llevábamos puestas ni sacudirnos un poco algunos copos de nieve que llevábamos por el pelo y la ropa. - No os vamos a robar mucho rato, que es vuestra primera Navidad juntos. Iba a deciros que si queríais venir a la cena que ha organizado Josephine, pero veo que aquí tenéis comida para medio Ouroboros. - miré a Juliet de reojo porque sabía que se emocionaría con lo de la tarta, así que esperé su reacción. Nosotros ya habíamos probado un montón de cosas del mercado, pero teníamos que hacer hueco para el resto.

-Toda mi vida- Le dijo a Kyllian dejandose robar aquel beso. Aquella palabra le recordó buenas épocas, sus ratos en Beuxbatons con las medias mal puestas, la camisa por fuera  y su pelo rojo brillante siendo el punto estridente entre las rubias perfectas. Se cogió un par de mechones de pelo y se los acercó a la nariz, percibiendo el aroma a sándalo con mucha frescura y cariño. Desvergonzada…Sí, se lo habían dicho toda la vida.

-¿Te gustan mis artimañas? – Preguntó alzando las cejas sugerentemente cuando soltó aquello de cómo iba a decirle que no pero asintió a eso de las pagas extras. Lo de ser mantenida era cómodo pero inmensamente aburrido así que iba realmente a tener que buscar algo que hacer o acabaría loca -Un Black blandito. Nunca pensé que vería algo así- Murmuró con curiosidd antes de escuchar lo de Juliet, pensando que había mucho de ella que no conocía -Es tímida ¿no? Es que…siento que tengo como…un muro con ella. No lo sé…No me siento capaz de tener una conversación normal- Le respondió a Kyll suspirando, lo cierto es que con la Brigada todo era más fácil.

Se acurrucó a su lado cuando le pasó el brazo por los hombros oyendo su sugerencia. Un ronroneo abandonó su garganta cuando la mano de Kyllian se deslizó por su piel dispuesta a explorar, Mérida abrió levemente las piernas dándole cancha mientras acercaba sus labios a los de él…Hasta que escuchó la puerta y Kyllian salió disparado del sofá. Le costó mantener la compostura y aguantar el calentón que le había subido tan de pronto. Se bajó un poco el jersey mientras se levantaba del sofá. Lo vio abrazarlos con tanta efusividad que soltó una risita baja -Feliz navidad, Juliet, Reiv- Les sonrió a ambos saludándolos con la mano, aún no se sentía en confianza para dar esos abrazos de Kyll.

-Pueeeees….Decidí que quizás dos hijos es mucho y que uno es suficiente trabajo- Hizo una mueca -Cuidé como 7 que se multiplicaron por 10 y de pronto eran mil. Fue…horrible, todos pequeños, todos chillaban…y me faltaban manos- Guiñó un ojo en una mueca para luego agitar la cabeza, se llevó las manos a la incipiente pancita y se dio dos toquecitos -Te hablaaaan… - Subió la cara con una sonrisa -Todo bien… - Escuchó todo lo demás y sonrió a lo de Jo, su invitación había llegado pero no quería forzar a Kyll a ver a la Brigada así que simplemente le respondió una efusiva nota agradecida pero declinando la invitación -Es que…Es que por fiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin puedo comer y retenerlo. Y diooooos me estuve dando un banqueteeeeeee. Todo está rico- Les dijo Mérida apretando las manos en puños de incontenible felicidad, llevándolos debajo de su barbilla para hacer un semi bailecito de alegría -Así que cocinamos lo que se nos antojó…A la tarta no le falta mucho ¿os quedais un poco?- Preguntó Mer con una sonrisa y después medio empujó a Kyllian hablandole bajito -Hay que ofrecerles cosas, como hace Anteia…Eh… Bebidas y cosas...y quitarles el abrigo...y decirles que tenemos regalos también- Le golpeo un poco más suavecito en plan “hazlo hazlo”.

Encogió los hombros a Reiv con una sonrisa, pues lo de matarse de disgusto era una broma. Aunque sí que les había visto durante aquella pelea en las montañas, que en parte ahora se sentía culpable de ello. Dejó de pensar en cosas tan amargas cuando escuchó a Reiv de nuevo.- ¿Mal momento? ¿No dijiste que Kyllian nos invitó? - Preguntó, ingenua en un inicio, pero después soltando una risilla por lo bajo al entender lo que Reiv realmente quería decir.- De acuerdo, contaremos hasta diez y nos vamos.- Pero no hubo necesidad de contar. Al momento, Kyllian abrió la puerta y les dio un fuerte abrazo. Tuvo que reir y abrazarle de vuelta mientras les arrastraba hacia dentro de la residencia. Adentro estaba muy calientito, así que se quitó al gato de encima y miró a Reiv con la sonrisa más grande que tenía.- ¿De chocolate? ¿Sabes hacer tartas de chocolate? ¡Me encanta el chocolate! ¿Oíste eso, Reiv? - Ya iba un poco hiperactiva por la mitad del vaso que se había tomado en el Mercado, pero la emoción le podía. El chocolate era de sus recuerdos más felices y no lo asociaba en absoluto con el Coliseo. Lo recordaba de su infancia y de su solitario paso por Francia cuando por fin logró escapar. De tanta emoción, casi se le escapaba el saludo de Mérida. En otro momento se habría puesto muy tímida, pero con el azúcar a tope, la felicidad de estar con Reiv fuera del hospital por primera vez en meses y lo feliz que le hacía la nieve, logró sonreírle y agitar su mano de lejos hacia ella, pareciendo incluso un poco festiva.- Feliz Navidad, Mérida.- Reiv ya había preguntado cosas sobre el bebé, así que no hacía falta que ella también lo hiciera.

Cuando el moreno señaló la bolsa y dijo lo de los regalos, de inmediato se puso a buscar. Sacó primero una caja con un moño rojo y se la pasó a Reiv, conteniendo el regalo de Kyllian, y buscó después dos cajas; una con el regalo del bebé y otra con galletas navideñas, que tenía la sensación que le gustarían ahora que decía poder retener la comida.- ¡Si! ¡Nos quedamos un poco! - Contestó por Reiv, porque no había manera de que la pelirroja saliera de aquella casa sin haber probado la tarta. El tono le salió mucho más efusivo de lo que quería, así que se contuvo un poco y respondió de nuevo, esta vez con voz más baja y las mejillas sonrojadas.- Si... Nos quedamos un rato a hacerles compañía.

Lo de desvergonzada no iba a malas para Mérida, que con tanto drama seguro esperabais una discusión, pero no, aquello iba más con un todo de jugueteo y deseo por ella pues su actitud y su cuerpazo eran la combinación perfecta para tenerme atado a la cama o dónde ella quisiera las 24 horas del día -Mientras no intentes matarme y sea para seducirme usa las que te de la gana- le contesté a eso de las artimañas, poco a poco me iba acostumbrando a ella y a sus detalles, sus gestos, palabras y hasta la forma en la que sonreía para cada situación, aquello me asustaba y gustaba a partes iguales pero prefería ignorar esos sentimientos. Hablamos un poco mientras esperábamos a los invitados, Reiv era "blandito" me gustaba chincharlo en ese sentido pero había recibido tantos golpes que de milagro no la había palmado. Respecto a Juliet lo medité un poco más -Es especial... creo que le cuesta abrirse a la gente, solo hay que darle tiempo y una piñata- dije especialmente emocionado por aquello viendo aquel reno colgado del techo con un lazo rojo enorme y brillante.

La cosa se puso candente en el sofá por unos instantes y no solo por la chimenea pero el sonido de la puesta me hizo saltar de golpe para ir a abrirla dejando que nuestros invitados pasaran. Cuando Reiv preguntó por la batalla hinché el pecho con orgullo -¡yo ni un rasguño! bueno, alguno si pero más entero que tu si acabé, lo malo es que he tenido que hacer muuuuuuchas horas extra en la guardia- corrí hacia la pelirroja con una sonrisa cuando preguntaron por la alubia y me agaché  para enseñarles el bultito que ya tenía en el vientre la otra -¡Mira que bien crece mi alubia! aún no sabemos que es, pero haremos fiesta para el bebé, así que ve ahorrando futuro padrino- estaba realmente emocionado de tenerlos en casa para celebrar, hasta Juliet parecía emocionada con lo de la tarta cuando lo mencionamos -¡ajá! ¡eres otra golosa del chocolate! que incomprendidas son las fresas...- dije a modo de drama barato mientras iba de un lado a otro hasta escuchar lo de los regalos -¡uy! nosotros también tenemos regalos....- me acerqué a la piñata y la señalé con ambas manos haciendo teatrillo con un "tachaaan" y todo -¡te he hemos hecho una piñata juliet! pero lo de dentro es para los dos, pero piñataaaa-

Estaba muy emocionado y euforico, comida, amigos, navidad, era como volver a una época sin guerra, casi como un sueño pero entonces Reiv la cagó con eso de que se iban a otra cena echando por tierra mis esfuerzos y aquello me sacó un sonido de vieja indignada mientras me llevaba una mano al pecho -¡la traición hermano! ¡y yo cocinando todo el día para que me dejes así! ¡que ultraje!- si, me había dolido un poco pero tampoco podía hacer nada, él tenía a su familia y más gente por ver pero bueno, él se lo perdía, aún así seguiría con mi drama -No, si se va a ir, ¿ pa que le ofrezco nada? que se beba el agua del jarrón si quiere- le contesté a Mérida yendo a por el otro regalo que les habíamos comprado que estaba bien envuelto, se lo di en mano y después lo miré con indignación, me di la vuelta, lo miré una vez más y giré la cara antes de pillar la venda y un palo para Juliet -a ver nueva amiga favorita que si se queda, esto es así de fácil, yo te tapo los ojos... y las orejotas que eres un dragón y escuchas casi tan bien como yo, y con el palito intentas darle a la piñata para romperla y así poder sacar lo que hay dentro- miré a mi alrededor, ya había hecho suficiente espacio pero no me fiaba así que moví los muebles y cosas que se pudieran romper un poco más para que no le diera a nada antes de encantar la piñata con leviosa cutre que es lo que puedo usar y así dar comienzo al juego.

- ¿Qué? noo, dije que podíamos pasar a saludarlos, no que nos hubiesen invitado. - fue lo último que me dio tiempo a responder a Juliet antes de que nos recibiese Kyllian para hacernos pasar al interior de su casa. Al final había sido buena idea venir, ninguno de los dos parecía molesto por recibir visitas antes de la cena. Además, valía la pena por ver la cara de emoción de Juliet por una tarta de chocolate.

Cogí las cajas de regalos que sacó Juliet de la bolsa, dejándole las manos libres a ella por si quería probar la tarta. Mientras tanto Kyllian y Mérida me ponían al día de cómo habían estado.  - Ya te veo ya...te voy a tener que pedir el secreto para no salir medio muerto de las batallas. - bromeé con Kyll, aunque la última vez tenía claro que había caído rápido por ir cuando no debía.  No entendí muy bien eso de que Mérida había cuidado de muchos niños chillando, de esa parte no me había enterado.  - ¿Te pusieron a cargo de la guardería? ¿Qué pasó? - Me fijé después en la tripa de Mérida que nos mostró el feral con todo su orgullo, se les veía muy ilusionados a los dos. Ese niño o niña iba a ser muy querido.

 - Me alegro de que vaya bien. Menos mal que no bajaste a la batalla. Ya te habrá contado Kyllian el caos que fue...-  pensé que así era como deberían estar las que esperasen un bebé, sin combates ni situaciones de riesgo. Era el único modo de que saliesen adelante. En un campo de concentración era imposible.   -  ¿Ya estáis pensando nombres? ¿Cuándo os dicen lo que es? -  pregunté casi al mismo tiempo que Kyllian dijo lo de futuro padrino, dirigiéndole una mirada mezcla de sorpresa y agradecimiento por haber pensado en mí para algo tan importante como ser el padrino de su hijo.  Nunca habían contado conmigo para algo así, ni siquiera mi hermano con mi sobrina. A decir verdad apenas la conocía. También me parecía una responsabilidad, porque yo no sabía nada de niños ni cómo tratarlos.  - El futuro padrino intentará estar a la altura, ya verás. - asentí con media sonrisa señalándome con el pulgar. Tenía tiempo para enterarme de qué funciones cumplía un padrino, porque ni idea.

La sorpresa de la piñata me pareció muy buena idea, sobre  todo porque Juliet se había perdido ese tipo de cosas en su infancia.  Ella fue la primera que dijo que nos quedábamos, y al parecer Kyllian me dio a entender que sí que nos estaban esperando.  - ¿¿De verdad?? no sabía que nos habíais invitado, en serio. - no mentía, no sabía nada de nada.  - He estado en el hospital hasta hace poco, tal vez por eso no llegó mensaje. Veníamos porque queríamos veros, pero no fastidiar una cena de pareja. Nos quedaremos un rato, quiero ver a Juliet rompiendo todo antes y tardando mucho en darle a la piñata- . sonreí maliciosamente a la espera de que ella lo intentase, aprovechando mientras se preparaban para entregar los regalos. Fui primero hacia Mérida, dándole las cajas envueltas en papel de regalo. Éstas contenían las galletas navideñas del mercado y el móvil de cuna de planetas para el crío.   - Esto es para ti, y esto para cuando nazca el enano. - la dejé para que lo abriese a su ritmo, yendo a darle su caja de regalo a Kyllian. Dentro estaba la jarra encantada de cerveza infinita.  - Y esto...bueno, creo que tendrás que usarlo antes de que nazca, luego ya no podrás.

-Bueno, la piñata la tenemos- Lo del tiempo, bueno… ¿Sabía Kyll que Mérida era un poco impaciente? Aunque lo del embarazo la estaba entrenando. “La chica de la silla”, “baja maternal”, “Descanso y dieta”. Menudas cosas tenía que soportar para tener un crío. Pero seguro valía la pena…O al menos eso creía ella después de ver el rostro de Catherine al abrazar a Aedan. Observó a Juliet con curiosidad por su… Festividad pero no dijo nada, después de eso miró a Reiv cuando Kyllian se acercó para acariciar su panza escuchando aquello del padrino. Mérida alzó ambas cejas y luego se río levemente -Bueno Reiv, tendrás apoyo. Que este bebé tendrá muchos padrinos y madrinas- Si Kyllian pensaba que la Brigada simplemente iba a desaparecer de su vida estaba muy equivocado. Ella estaba dando lo mejor de sí para conocer a Reiv y a Juliet…Tal vez él debería empezar a hacer lo mismo con su grupo.  

-No fue la guardería, tuve que quedarme en la biblioteca donde estaban los refugiados y al principio habían mucha gente pero de pronto Anteia se fue y ella tenía tres a cargo. Los de Nicho también estaban allí y habían mucho más niños. Tú sobrina por ejemplo y…Y me dio miedo, no poder protegerlos a todos- Confesó con el ceño levemente fruncido  y luego e abrazó a sí misma pero intentó que los recuerdos no la carcomieran mucho. Por lo pronto, Kyllian se estaba robando el show con toda su efusividad -Sí, algo…Toda la Brigada volvió mal. En especial Ben- Respondió, rascándose un poco el brazo con incomodidad y luego escuchó lo de los nombres negando con la cabeza.

Tras eso la confusión de si los habían invitado o no. Pero bueno, al menos se quedarían. Kyllian de todas formas se lo tomó muy a pecho y luego se fue con Juliet. Mérida miró la mesa y pensó que quizás le enviaría tuppers de comida a su Brigada. Y mañana iría a visitarlos para entregarles sus regalos, sin falta. Estaba pensando en eso cuando Reiv se acercó y recibió los regalos con una sonrisa pequeña -Muchas gracias Reiv…Espero que os gusten los vuestros- Le dijo con sinceridad antes de sentarse un poco lejos de donde iba a ocurrir lo de la piñata. Apoyó el regalo del bebé en la mesa porque lo abriría con Kyllian y se dedicó a abrir el suyo. Cuando el aroma a galletas ascendió, Mérida se drogó con ellas un poco antes de comer una mientras veía el espectáculo.

¿¡No nos invitaron!? - Comenzaba a entrar en shock por culpa de Reiv al irrumpir en una casa ajena durante la cena de Navidad. Pero por el bien de todos los implicados, parecían más que contentos de tenernos en casa. Y luego prometieron tarta y se le olvidó su sorpresa inicial.

Sonrió a Kyllian y Mérida cuando él comenzó a presentarles al bebé en la panza de ella. Ya se le notaba, pero aún era poco, era pronto. Miró a Reiv con una sonrisa cuando hablaron de que él fuera el padrino y le tomó por el brazo para achucharlo poquito. Tuvo que reír por lo bajo cuando Kyllian le llamó golosa; el chocolate le encantaba y no iba a ponerle peros.

Cuado escuchó lo de los regalos, la verdad no podía creer que alguien hubiese pensado en ella lo suficiente como para hacerle un regalo. Siguió a Kyllian con la mirada con todo y su presentación teatral, pero entonces frunció el ceño, como cayendo en cuenta...- Ah, entonces las piñatas son... renos.- Murmuró. Vio con curiosidad y confusión la cosa, pues por como lo había dicho Kyllian en las montañas, la verdad es que nunca se hubiera imaginado que era un reno. Se preguntó entonces por qué no simplemente se lo dijo. Ella conocía los renos a pesar de no haber visto nunca uno en persona. Eran animalillos y le gustaban.- ¿Por qué hay una palabra específica para un reno de cartón? - Preguntó, girando a Reiv. Ya estaba pensando en lo grosera que estaba siendo con Kyllian por no reaccionar mejor, pero cada vez se sentía más confundida. Al menos fue Reiv el que sacó a Kyllian de papel y no ella, con todo eso de que se irían pronto. Le gustó lo de nueva amiga favorita y terminó por sacarle a Reiv la punta de la lengua a modo juguetón.

Puso entonces atención a Kyllian, con aquello de la venda y del palo, y lo de taparle las orejas y lo del dragón...- ¿Cómo? ¿Vamos a romper mi... piñata? ¡No! ¡Sí me gustó! ¡De verdad! - La indignación era porque creyó que la romperían porque no había reaccionado a la altura de la sorresa, aunque él aún parecía feliz. Tomó el palo contra su pecho cuando se lo dio, pensando en el lindo moño que llevaba y cuando se comenzó a balancear en el aire... sí, sí le dieron ganas de pegarle. Dejó que Kyllian le vendara los ojos y las orejas, y después levantó el palo por encima de su cabeza, tratando de tantear el lugar por el que pasaba el reno. Cuando lo sintió, lanzó el primer palazo, fallando.

Estaba muy emocionado por eso de pasar las navidades los cuatro, nos pusimos al día rápidamente porque después de la misión no nos habíamos visto mucho entre el trabajo y las cosas del hospital pero tendríamos toda la noche para eso. Reiv me preguntó sobre mi secreto para sobrevivir, la verdad es que ni yo lo sabía porque era bastante cabezón, tenía una flor en el culo, eso estaba claro pero no se lo iba a decir -Es que estás muy blandito, ya te lo he dicho, tienes que entrenar como yo y estar to chachas- hice un par de poses rollo culturista para hacerme el interesante y burlarme de él pero todo de buen rollo.

Le dije lo del padrino a Reiv porque por mi parte él era la persona en quien confiaría si me llegara a pasar algo pero cuando Mérida mencionó que nuestra alubia tendría muchos padrinos y madrinas no pude evitar poner mala cara -Eso dijo la loca...- dije entre dientes antes de volver a mi estado festivo casi de inmediato como si aquello no hubiera sucedido -Joder¡ los androides chuscando! es que te va a encantar- dije yendo a buscar mi casco cuando Reiv mencionó la misión, sin duda había sido lo mejorcito de todo, si pudiera hasta hacía un telar de esa foto para ponerlo en la fachada de la guardia. Todo se fastidió porque había entrado en modo drama con eso de que Reiv y Juliet no se quedaban a pasar la nochebuena con nosotros pero claro, la mala comunicación porque yo estaba seguro de haber enviado la invitación, no era de esas veces que lo piensas y crees que lo has hecho pero no, para nada era eso.

intercambiamos regalos y preparé la piñata para Juliet mientras Mérida se apartaba un poquito, entorné los ojos tomando la caja que me daba Reiv pero ya era por seguir con mi drama porque no estaba enfadado, claramente se me pasó al abrir el regalo y ver lo que era -ES UNA JARRA! DE LAS QUE SE LLENAN SOLAS! AAAH!- pegué un buen chillido bastante emocionado, ahora mi regalo me parecía poco en comparación con eso - lo mantendré fuera del alcance de la alubia, promesa, pero la pienso usar siempre y espero que os gusten los vuestros... ahora vamos a dejar algo muy claro...-  me acerqué a Juliet que parecía haber malinterpretado lo de la piñata pasándole un brazo por encima de los hombros -Amiga mía, las piñatas pueden tener la forma que quieras! la hemos hecho de reno porque es navidad ahora vamos a darle caña!- le expliqué  a la dragona como iba aquello de la piñata y pareció asustarse cuando le dije que la íbamos a romper, me reí y le vendé los ojos -Lo divertido es lo que hay dentro de la piñata Juliet! venga, que empezamos!- le di un par de vueltas para desorientarla y entonces hice levitar el reno de cartón lleno de caramelos y otras chuches además de los cupones varios.

-Reiv que también hay cosas chachis para ti dentro, así que ya sabes, te tienes que arrastrar cual vieja en rebajas- lo invité a que se acercara mientras juliet estaba ya en la labor de romper la piñata, lanzó el primer palazo pero no le dio por poco, hizo un par de intentos más antes de conseguir darle un buen golpe y romperla mientras los caramelos y cayeron al suelo -Ahora juliet! coge todo lo que puedas! el que más cosas pille gana!-

cosicas del piñato:

Ya de por sí tenía algo de trauma con eso de haberme quedado atrasado en mis habilidades al haber estado tanto en el hospital, así que lo que me dijo Kyllian de estar blandito me dejó más rayado con el tema. Preferí guardarlo para mí, tendría que hacer todo lo posible por avanzar más rápido.  Pude comprender perfectamente el tono en que dijo Kyllian lo de la loca en relación a lo de los padrinos que había dicho Mérida, sabiendo que se refería a los de la Brigada.  - El resto de la Brigada es buena gente, aunque en el pasado nos hiciésemos putadas mutuas. Tendremos que pedir turnos de padrino. - bromeé antes de que Kyllian soltase eso de los androides chuscando en la misión. Sonaba a que había ido drogado, yo no vi nada de eso.  - ¿De verdad? Los que yo vi sólo era clones de los nuestros y querían matarme. Ojalá habernos encontrado con los otros. - siguió sin quedarme claro lo de Mérida  y los niños, no entendía eso de protegerlos y de que había tenido miedo. No tenía esa información porque Juliet no me la había dado.

- Pero...¿es que pasó algo en la isla? ¿proteger a los niños? creo que me estoy perdiendo algo. - iba a pedir más explicaciones, pero el grito de emoción de Kyllian con la jarra de cerveza me sacó de la faceta de investigador. Sonreí satisfecho al ver que le había gustado, esperando que pudiese estrenarla. - Te  prometí que beberíamos juntos. Puedes estrenarla hoy, sería buen momento. - la que estaba más perdida con su regalo era Juliet, pues la pobre no sabía ni lo que era una piñata. Menuda infancia.  - Es algo que se suele usar en cumpleaños infantiles. Puede ser un reno o cualquier otra forma. Hay que darles golpes para que salga lo de dentro. Sorpresa todo. - expliqué casi a la par que Kyllian, cruzándome de brazos fingiendo indignación cuando alardearon de su nueva mejor amistad.

Me señalé sorprendido cuando Kyll dijo que para mí también había cosas, uniéndome rápidamente al juego de la piñata.  - Soy muy competitivo, así que me voy a quedar todo. ¡Avisada quedas!. - me lancé al suelo a por todo lo que caía, comenzando a coger los papeles rápidamente con mucha curiosidad. Al abrir un par empecé a reírme porque me hizo gracia lo que estaba leyendo. Me levanté del suelo con mis cinco papeles, mirando después de reojo a la pareja.  - Qué cachondos...Os lo habéis currado, me gusta. - sólo faltaba explicarle a Juliet que era una versión piñata para adultos, que normalmente no eran así.  Era un detalle el regalo personalizado, aunque releyendo sonaba a que querían que nos uniésemos a su club de cambiar  pañales.

El miembro 'Reiv Black' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado opciones' : 6, 2, 10, 3, 4

El intercambio entre Reiv y Kyll sobre lo de entrenar hizo que viera al primero un momento. Ella también había estado dada de baja durante mucho tiempo después de la primera posesión y casi pudo vislumbrar ese atisbo de …¿Frustración? En Reiv pero prefirió no meterse. No tenía la confianza suficiente.

Después de eso, Kyllian soltó algo que lo sintió como una puñalada pero se le quedó mirando con una ceja arqueada -¿Tengo pinta de rubia loca?- Le preguntó esperando que respondiera bien porque sino se iba a ganar un buen golpe en las pelotas. Escuchó a Reiv y sonrió de lado asintiendo -Pero como no te apetece conocerlos, pues a tomar por culo- Dijo alzando los hombros y restándole importancia pero seguramente sería un tema que debían hablar. Tras ello vino lo de los androides chuscando -Es que flipas, tío…Vas a flipar…¡Busca las fotos!- Le insistió a Kyllian.

La pregunta de Reiv le pilló desprevenida -¿Cómo que si pasó algo? SAM llegó a la isla con todo su ejército y nos cayó a putos palos. Atacaron la casa…Atacaron el mercado, destruyeron todo Reiv…La biblioteca fue un lugar seguro porque Anteia la protegió pero estábamos todos los que no podíamos pelear, pero el conjunto de magia llamó la atención y acabaron atacándonos…Y claro, estaba yo sola con un montón de críos… ¿Sabes lo que hacen un montón de críos en una batalla? ¡Lloran y gritan! ¡Y es normal!... Pero yo…Yo no estaba acostumbrada- Soltó todo de sopetón y después se dejó caer en la silla para mirar el show de la piñata.

Allí donde estaba observó a Juliet preguntar lo de la piñata y sonrió de lado. Quizás algún día aprendiera más de ella…Si se lo permitía. Mordisqueó otra galleta y miró a Kyllian sonriendo feliz por su jarra de cerveza aunque ella no pudo evitar poner morros -Yo…¿Puedo tener una luego? ¿Cuándo no tenga que ser cuidadosa y ejemplar? ¡Extraño emborracharme!- Se quejó cruzándose de brazos para luego ver a Reiv ir a por todas, se rió cuando dijo que le gustaba -Bien, muy bien…Pero hay más… h…- Miró a Kyllian con cara rara, con cara de pánico y se llevó las manos al vientre con el ceño fruncido -Oh…Kylll…- Esperó un momento para confirmar y después soltó una risa con sus respectivos soniditos de cerdo -¡ESTÁ PATEANDO!- Gritó a toda marcha y le hizo señas para que se acercara.


Nivel de dolor hormonal por comparación con Leila.
10 es el máximo

El miembro 'Mérida Pyro' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado opciones' : 1

Los regalos les habían gustado a los futuros papases; se lo confirmó el chillido de Kyllian, que con lo sensibles que tenía las orejas le sonaba horrible. Aquella NO iba a ser una casa tranquila. Bien, ahora se sentía un poco más cómoda con el resto que habían comprado. Seguro también gustarían. Mientras escuchaba a Kyllian algo de biblioteca, ataque y llorar y gritar le llamó la atención de la conversación de Reiv con Mérida. Se asustó un poco de que pudiera estarle contando cosas de la batalla pero sonaba más a guardería.

Poco escuchó de lo que decía Mérida de la misión, excepto cosas de biblioteca que no pudo poner en contexto, todo porque Kyllian le pasó el brazo por encima y le estaba hablando con su chillante voz desde adentro de su oído.- ¡Pues vamos todos a la piñata! ¡Es tradición, hay que hacerlo! Dejen todos todo lo que están haciendo. Es Navidad, hay que hacer cosas de Navidad... y de cumpleaños! ¡Kyllian, cúbreme, cambia el tema! ¡Reiv no sabe que SAM subió ni que no lo hemos detenido!- Soltó para que los otros interrumpieran su conversación, que ella ya iba un poco lejos para jalar a Reiv. Soltó un gran oooh, ante la explicación de todos de que las piñatas no llevaban solo forma de reno, pero le costaba un poco imaginárselo. Cuando estuvo preparada para pegarle a la piñata, tuvo que admitir que era divertido y desconcertante el pegarle a cosas que volaban por encima de su cabeza sin saber dónde rayos estaban. De pronto, un palazo se escuchó muy distinto a los demás y una lluvia de cosas le cayó en la cabeza. Ante los chillidos de Kyllian, se quitó la venda de inmediato y vio a Reiv en el suelo ganándole todos los dulces. Vio chocolates y arrasó con ellos una vez se tiró al piso. Como no sabía las reglas, fue a por todos los dulces que encontró y se sentó en mariposa en el suelo, con todos los dulces y papeles entre las piernas. Al ver a Reiv leyendo cosas, tomó uno de los papeles y sonrió.- Mira, vas a ser mi sirviente todo un día.- Rió tomando otro, aunque las mejillas la delataron al instante.- ¿E-Esto es para cumpleaños infantiles? - Cerró el papel enseguida y tomó lo que quedaba del cuerpo del reno, metiendo los dulces dentro de uno de los cuernos.

El asunto de los padrinos me estaba mosqueando pero incluso Reiv salió a defenderlos cuando Mérida me contestó -Ni rubia ni loca, pero tu eres tu y.. en fin- que si, que a tomar por culo como había dicho ella, pasaba de discutir con el buen rollo que teníamos. Mientras hablamos de la misión una vez más salió a relucir el fantástico momento con mi compitruenos de los androides chuscando, pillé el casco y le enseñé la foto a Reiv para que pudiera verla -ya ves, los clones daban mal rollo, pero no ver esto... eso  pasa por separarnos durante la fiesta-

Dejé que Mérida y Reiv hablaran de sus cosas mientras yo preparaba la piñata para juliet que de repente estaba muy emocionada y dando voces algo raro en ella pero me reí pensando que le había gustado mucho a pesar del malentendido de los renos. Cuando la enganché por los hombros supe la razón de su comportamiento, le estaba ocultando cosas a Reiv y no pude entender muy bien el por qué, la miré un segundo muy confuso pero tocaba distraer la atención de mi amigo -No!! no! que es una movida rara con la guardería, ya sabes que bajamos muchos a la misión de SAM y claro, se quedaron muchos críos aquí, murieron muchos soldados, un jaleo y eso ¡PERO NO HABLEMOS DE MISIONES QUE ES NAVIDAD ME CAGO EN TODO! PIÑATA PIÑATA! venga que os vais a pirar después, vamos a darnos prisa que no quiero que se em enfríe la cena-

Le hice un gesto a Mérida para que supiera que después le contaba lo que estaba pasando que seguramente se quedó un poco descolocada pero ahora tocaba romper el reno. Juliet no tardó demasiado en darle con el palo y tanto ella como Reiv se lanzaron a por las cosas que había dentro incluidos los cupones, Reiv nos echó una miradita de reojo mientras que Juliet se convirtió en langostino, toda roja por lo que le había tocado en sus papeles y solo por eso había valido la pena -¿Has visto? somos la caña, choca Mer- dije acercándome a ella para que me diera una palmadita en la mano pero entonces me miró raro y se llevó las manos al vientre... me dio un infartito, pasé de reírme de Juliet a pánico absoluto en menos de un segundo -¿Qué!? qué pasa!? te llevo al hospital!? llamo a Anteia!? JODER!JODER!- estaba a punto de ponerme a correr en círculos sin saber que hacer pero entonces ella empezó a reírse y la miré malamente porque si era una broma no tenía gracia pero entonces dijo que estaba pateando, la alubia estaba dando señales de vida y me tiré al suelo de rodillas de inmediato llevando mis manos al vientre de ella para poder sentirlo también, era algo casi inapreciable para mi pero estaba ahí, a lo mejor yo también estaba preñado porque se me encogió el corazón, era una sensación extraña, como de extrema felicidad pero me dieron ganas de llorar -Alguien quería celebrar la navidad con nosotros, hola alubia~ - empecé a hablar con el pequeño bultito que era la barriga de Mérida ahora mismo sorbiendo los mocos porque se me había empañado los ojos.

Por un momento tuve la impresión de que la pareja tenía algún tipo de problema con el tema de la Brigada, por eso me pareció sensato no decir nada más. Ya hablaría con Kyllian en alguna ocasión, si surgía. Luego me enseñaron las bizarras fotos de los androides en plena faena, algo que daba risa y a la vez merecía ser olvidado por traumático. Al menos eso era divertido, peor era lo que contó luego Mérida. Al principio me quedé con cara de extrañeza, me costó procesar toda aquella idea  y no quería ni pensar más allá. Las reacciones de Juliet y de Kyllian me dieron la pista para saber que me había perdido muchas cosas, pero con todo el tema de la piñata no tuve tiempo para seguir preguntando. - Ya...claro.

Decidí ignorar aquello mientras jugábamos a la piñata que nos habían regalado, acabando en el suelo sentado al lado de Juliet cuando ella terminó con su botín. Le robé uno de los dulces que había conseguido, apoyándome de lado en ella para ver los papelitos que le habían tocado. Reí por lo bajo al ver que se había dado cuenta de que eso no era una piñata para niños, enseñándole yo el mío en el que ponía lo de la ducha.  - No, definitivamente es para fiestas de adultos.  ¿Qué más te ha salido a ti? - me imaginé al par de dos escribiendo todo y eso y partiéndose de risa mientras lo hacían, seguro que esa parte también había sido divertida. - Habrá que ponerlo en práctica ahora que ya estamos en paz. Aunque...según lo que ha dicho Mérida antes... - comencé a decir como yéndome por las ramas, suspirando con tono de "me he dado cuenta".  Claro que no quería ponerme a hablar de misiones ahora, pero me parecía algo importante que debía saber. Supuse por qué no me había dicho nada, pero tampoco quería que me sobreprotegiese para que no me enterase de lo sucedido. - Necesito saberlo todo. No hace falta que sea ahora. - aclaré en voz más baja, podía esperar un poco más. Era evidente que la isla estaba en paz y no corría prisa, pero si todo estuviese solucionado no me lo ocultaría. Tampoco quería fastidiar el rato que estuviésemos en casa de Kyllian y Mérida, menos cuando estaban teniendo un momento de padres primerizos con el bebé moviéndose. Se notaba que él estaba muy ilusionado, así que no tenía duda de que sería un buen padre. Les dejamos su espacio para que pudiesen disfrutar de aquello, aunque me hizo gracia el modo en que llamó a su futuro ser.  - ¿Habéis pensado ya nombres? necesitaréis derecho a veto...

-Y ellos también son ellos…Igual que Catherine es Catherine, Reiv es Reiv y Juliet es Juliet...Y aquí estamos- Le soltó Mérida con mucha tranquilidad, en un piso regalado por Catherine, celebrando las fiestas con Reiv y Juliet; aunque pudo notar la cara de mosqueo pero no podía evitarlo. La Brigada era su familia y en ese precioso instante se sintió dividida, como le había dicho a Lykaios pero… Pero él lo había entendido. Cerró los ojos, su jefe lo había entendido. Así que lo dejó estar, hizo un gesto con la mano para restarle importancia y lo instó a seguir con lo de las fotos.

De pronto Juliet gritaba mucho y estaba muy festiva. Quería preguntar si estaba borracha pero como era tan sensible…Decidió que ya le preguntaría a Kyllian cuando se fueran. Era bastante estresante ir con cuidado, como si se tratara de un campo de minas, pues con cada palabra o paso podía explotar algo. Agotante. Eso era. Observó a Reiv con una ceja arqueada al ver su rostro. ¿Acaso no le habían dicho nada?  Y es que claro…Ahí, otra vez, la había vuelto a cagar. Al ver a Kyllian gritando y luego el gesto, Mérida puso los ojos en blanco de forma muy brusca y pasó de ir a la piñata. Se quedó sentada en su silla, girándose más hacia la mesa para distraerse comiendo sus galletas. En la Brigada todos iban de clarines…Se decían las cosas y cuando alguien la cagaba, como Kyllian vociferando lo de Gen y Lykaios, nadie recriminaba a nadie. Se reían…

-No…las infantiles no llevan eso- Respondió cerrando la caja de galletas y mirando a Reiv con un hombro subido -No tenía ni idea de que no te habían dicho nada…Lo siento- Le dijo a Juliet con el ceño fruncido aunque era una mentira clara pero con ella había que disculparse por todo lo que no entraba en sus “estándares” -No estoy acostumbrada a … no sé, guardarme información sobre las misiones. No somos así en…- Desvió la vista hacia Kyllian pero se guardó la palabra. Otra mina. Le sonrió y le dio la palmadita sabiendo que, en efecto, eran la caña.

Iba a levantarse para el tema de los regalos cuando la alubia empezó a patear. Kyllian se puso pálido pero después vino hacia ella y se arrodilla, Mérida sonrió de lado apoyando sus manos en aquel sedoso cabello negro mientras lo veía sonreír  y emocionarse.  Asintió a aquello de celebrar la navidad -Es su primera navidad y mamá alubia está comiendo mucho chocolate y papá alubia está siendo súper estridente…- Se rió un poco y finalmente bajo una mano para acariciarle la mejilla a Kyllian. Fue apenas un momento porque luego se calmó pero se sintió profundamente íntimo y…Raro. Existía, estaba allí, y pronto lo tendrían entre sus brazos y…llorando y gritando. Los recuerdos fluyeron apenas un momento antes de que Reiv hablara.

-Sí…Ufff…Sí, necesitamos veto. Pero como 10 mil vetos. No le voy a poner nada de lo que se puedan burlar. Es más….Todos los que están como posibles se los diré a Ben y si consigue hacer una broma con ellos lo eliminaré de ipso facto- Dijo, moviendo las manos como muy nerviosa. Después de eso tiró de Kyllian y señaló los otros paquetes -Venga…Estos les van a gustar también- Nadie le había respondido de su jarra de cerveza pero le daba igual, se la compraría ella misma si algún día conseguía un trabajo.

Soltó un suspiro cuando Kyllian le ayudó a desviar la conversación. Al menos serviría para que dejaran de hablar de la misión, pero no sabía qué tanto había escuchado Reiv. Cuando escuchó a Mérida disculparse, negó suavemente y le sonrió. Hubiera preferido no haberla hecho sentir mal, como parecía que había pasado. Le susurró un "lo siento", porque se sentía responsable de que se sintiera excluida. Al menos la parte de la piñata fue muy divertida, y mientras pasaba verguenzas sentada en el piso, se estiró el cuello del sueter para cubrirse la cara un momento. ¡Lo habían hecho a propósito para hacerla sonrojar! Casi le dio un infarto cuando Kyllian comenzó a gritar cosas de ir al hospital. Dejó de cubrirse la cara, justo a tiempo para ver a Reiv robándose uno de sus chocolates y a los futuros padres celebrando por las primeras pataditas de su nuevo bebé.

Le enseñó algunos de sus papeles a Reiv cuando preguntó, cosa que solo logró sonrojarla más. Pero no duró mucho, pues de un instante a otro su rostro era de mortificación cuando el moreno soltó aquel suspiro. Casi le dieron ganas de llorar y aquello se le notaba, pues parecía que ahí acababa lo de la navidad perfecta. Debió de haberle dicho a Kyllian de antemano. Cuando pidió saberlo todo, hizo un puchero y asintió suavemente, colocando su cabeza en el hombro del contrario mientras contemplaba la escena navideña de la embarazada y el papá primerizo. Después, le dejó un beso a Reiv en la mejilla como agradecimiento por no enojarse con ella por ocultarle tanto todo ese tiempo. Se abrazó a él y rió con lo del derecho a Veto. Rió cuando Mérida dijo de contárselos a Ben para hacer filtro de nombres. Eso serviría.- Quizás podamos hacerles una piñata con nombres adentro, y el primero que agarren será el ganador.- Bromeó, pero era el escenario perfecto para hacerles pagar la broma de la piñata sexual. Después de hablar, quiso que se la tragara la tierra porque hablar frente a gente era llamar la atención, y no le encantaba.- Tal vez la Brigada tenga sugerencias.- Dijo un poco más bajo, porque parecía que la chica le tenía nostalgia y que en verdad quería estar con ellos, pero no lo estaba. Sabía bien lo entrañable que podían ser algunos, aunque eran demasiado para ella.

Me pasé la mano por el rostro exasperado por el comentario de Mérida pero tenía que controlarme y tener la fiesta en paz así que no le contesté pero me había molestado bastante, si no quería a mis amigos pues bien, nadie la obligaba a acercarse a ellos, pero a mi no me apetecía interactuar con los de la brigada y tampoco es que yo le impidiera verse con ellos, que hiciera lo que le diera la gana.

Después de eso pasamos a las fotos y la piñata, nos quedó un poco exagerado todo y creo que tanto REiv como Mérida se dieron cuenta y tocaba abortar misión, aún así Reiv no hizo demasiado por aquello así que supuse que ya lo hablarían ellos o me preguntaría después. La piñata fue un acierto, me reí mucho de ver a Juliet tan ruborizada y preguntando si eso era para niños, tanto que llegó un momento que casi ni podía respirar y tanto Mérida como Reiv se encargaron de aclarar el malentendido -uf.. no puedo.. no puedo más, me duele la barriga- dije antes del susto que me dio Mérida al llevarse las manos al vientre pero al final resultó ser mi mejor regalo de navidad.

Me emocioné demasiado con los movimientos de la alubia y me levanté pasándome el antebrazo por los ojos para limpiarme un poco la cara, no pude evitar pensar en Lila porque a ella también pude sentirla en el vientre de la loca de su madre aunque solo fuera por un par de días mientras me capturaron en el lefay. Reiv cambió de tema a tiempo y me puse a pensar sobre nombres -La verdad es que no hemos pensado en eso....- y entonces venga otra vez con la brigada ya no solo Mérida sino también Juliet, rodé los ojos y entonces los insté a que abrieran sus regalos, las dos chupas de cuero que habíamos comprado a juego para ellos, pero esta vez me senté un poco más de morros -A ver si os gustan y os vienen bien que sino tengo que ir a cambiarlas.... arreando que os están esperando-