Torre de Alta Hechicería [cerca de Monte Aventino]

Días más tarde, la Torre comenzó a bullir con los preparativos. Reuniones, alguna que otra despedida, repaso de las hermandades, comprobando que estaban todos en sus puestos.....los de la hermandad de Fuego se habían quedado sin su lider pero eso era algo en lo que estaba trabajando. Sin demasiado éxito, a decir verdad.

Tras una reunión breve en la base de la Torre, nos despedimos. El poder no es solo para los magos, repetimos antes de ubicarnos, cada cual en su puesto.

Les había explicado que iríamos al lugar donde había comenzado todo para los Soul Reaper. Italia....

Realicé cálculos, envié criaturas a tantear el terreno y obtuve ubicaciones precisas antes de decidir donde emplazaríamos la Torre. Los cálculos debían hacerse al milímetro para lograrlo lo mejor posible.

Descendí a la Sala de los Portales, repitiendo con la Piedra de los Tres Mundos y el Portal del Espacio aquel complicado procedimiento de teletransporte. Tenía todas las auras de todos los habitantes de la Torre localizadas, fijadas, en mente. No podía dejarme ni una, no se trataba solo de la estructura....

El ritual comenzó, varios minutos mas tarde, todos los que estuvieran en la Torre podrían notar el vértigo....el cosquilleo de la magia que los engullía, el mareo, aquella breve sensación de semiinconsciencia y posteriormente, el frenazo final, similar al que se siente al interrumpirse bruscamente un cuerpo en caida libre. En Ouroboros causaríamos algo de conmoción al marcharnos, la Zona Inexplorada se volvería...un tanto más extraña de lo que ya lo era antes.

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A PARTIR DE ESTE PUNTO, LA TORRE DE LA ALTA HECHICERÍA SE ENCUENTRA EMPLAZADA EN ITALIA

Antes de que la Torre apareciera, una tormenta eléctrica empezó a arremolinarse en el punto en el que lo haría, los relámpagos empezaron a cortar el cielo sin sentido y los truenos los acompañaban. Se levantó un enorme vendaval, que movió el polvo y el hollín de las ruinas de la ciudad, y que sin duda, llamaría la atención de los que habitasen por alli, ademas el fenómeno se podía apreciar desde la distancia.

Una buena manera de anunciar nuestra llegada.

Al concluir, el Portal retornó a su aspecto normal, el nivel de magia disminuyó poco a podo, y la Piedra, aun humeante, retornó a mi mano. Sentía la piel ardiendo. Intenté no caer de rodillas al suelo, eso no sería digno. No delante de Zayra. Caminé hacia su estatua y solo cuando estuve con ella, me permití sentarme, emitiendo un breve sonido de agotamiento, apoyé mi espalda contra el hielo eterno de su vestido y cerré los ojos, con mi báculo reposando sobre mis piernas.

Ahora les tocaba a los Soul Reaper. Lyosha sabía lo que debían hacer.

La noche con Matvey había resultado de lo más divertida y reenfocar su deseo sexual en alcohol era muy bueno, excepto que no había ningún vampiro para succionar el exceso y al día siguiente había amanecido con algo de resaca. Pero había preparativos que atender.

Durante un largo tiempo mantuvo ciertas líneas con Khaled y excusas como el entrenamiento o algo en particular con las hermandades le había ayudado a estar alejada pero las interacciones entre el líder y su segunda al mando no podían ser tan frías o ajenas. Así que cuanto tocó movilizar la Torre, los asuntos más particulares debían ser discutidos.

Lyosha, para ser sinceros, tenía algo de miedo. La última vez que habían movido la Torre había empezado el descenso al vacío. A ese punto de distorsión en la que se perdía entre Diana y ella misma. Aunque… ¿Quién era ella misma? Se preparó, y preparó a todo el mundo, para el transporte. Se mantuvo impertérrita durante casi todo el viaje y cuando hubo aquel parón abrió los brazos para mantener el equilibrio. Tomó un largo respiro y lo primero que hizo fue, de momento, mirar dentro de sí misma. Todo bien. Nada que reportar ni exigirle a Matvey.

Miró alrededor y paseó ubicando a todos y cada uno de los líderes de las hermandades excepto Erika, que no aparecía por ningún sitio -Quedaos aquí y controlar que todos estén bien- Ordenó antes de ir hacia la sala de los portales para ver si Khaled estaba bien. La última vez lo había hecho el demonio, no él así que antes de abrir la puerta se preparó mentalmente por si, lo que encontraba allí eran un par de ojos rojos y no los de su hermano.

Entró y cerró tras de sí y lo busco con la mirada, encontrándolo cerca de Zayra. Lyosha miró hacia su sobrina con cierta nostalgia que duró apenas un par de segundos antes de bajar su mirada a Khaled -¿Vivirás?- Inquirió pues era rara la vez, incluso para ella, que lo observaba descansando.

No pasó mucho tiempo hasta que Lyosha llegó. Minutos, si acaso? La noté antes de que se parase frente a mi y me preguntase,  su aura acercandose era algo inconfundible.

Pero el cuerpo todavía no quería responderme... asi que cuando me habló, exhalé aire con paciencia y abri los ojos, lanzandole una penetrante y rojiza mirada. Vivirás?

- Siempre.

Alargué mi mano hacia ella, esperando que hiciese lo propio. A poca gente le pedía ayuda. Y en contadas ocasiones, además.

- El traslado se ha efectuado sin problemas. - esperaba que ella lo confirmara tambien. - Has organizado el perimetro? Aun no puedo invocar a ningun demonio para que lo haga. - estaba demasiado exhausto para ello.

Italia nos esperaba, la ciudad aguardaba....aquí habia comenzado todo para nosotros, hacia muchos años.
- Hay que desplegar a los espías.

Con el paso del tiempo fui acostumbrándome a la idea de que había conseguido lo que había buscado por años; magia de sanación. Lo había logrado y estaba feliz por dentro, por fuera mostraba una expresión seria porque me estaba oponiendo a un instinto primario, lo cual me causaba mucho sufrimiento, y porque no quería espantar a la gente, todo lo contrario, quería ganarme su confianza para que no teman dejar su salud en mis manos. Intenté acercarme a los miembros de la facción para conocerlos y tener una idea de sus condiciones de salud pero resultaron algo esquivos en general y mi batalla interna no ayudaba. La Matriarca de la Hermandad de Metal, por su parte, estaba muy ocupada con su violencia para cooperar. De todas formas me encargué de algunas caries, varios callos y un par de sarpullidos.

Conocí al escriba que Khaled mencionó y le pedí que me contara más sobre los Souls porque tenía pocas ganas de leer, el hombre accedió pero nos distrajimos tanto que no logré retener nada de lo poco que me relató, sin embargo lo pasamos bien. Eso me ayudó a resistir el feroz impulso de ir a buscar a la feral, evitar percibir su aroma tapándolo con otros más penetrantes que lograran cubrirlo aunque no lo conseguían completamente. Me era imposible concentrarme en nada teniendo que oponerme a un instinto tan elemental todo el tiempo, se sentía como una violenta energía que me empujaba hacia ella para destruirla y resistirme me causaba mucho dolor, como si algo clavado en mi piel, en mis músculos y en mis huesos tirara constantemente y negarme a sucumbir ante el impulso amenazara con partirme en dos.

Llegado el día, ayudé con algunos preparativos y asistí a reuniones solo para hacer acto de presencia, estaba demasiado disperso como para participar. Fuí a mí puesto y miré alrededor, recorriendo el lugar con la mirada de color jade. Me sujeté a una pared cuando las sensaciones parecieron demasiadas para que mi cuerpo las tolerara y luego de la brusca frenada quedé tambaleante por un momento. Tras respirar hondamente apoyado en la pared, noté que el instinto que me empujaba hacia la feral se disolvía, finalmente pude relajarme como si hubiera estado conteniendo la respiración debajo del agua y ahora que estaba lejos de ella podía respirar, y me puse en marcha para revisar que todos estuvieran bien, como había dicho Lyosha. -¿Los viajes siempre son así?- Pregunté al aire mientras caminaba entre las personas inspeccionándolas, buscando con la vista algún signo de malestar, disfrutando plenamente por primera vez haber conseguido la magia de la sanación.

En efecto, lo que esperaba, Lyosha mantuvo su mirada sobre los ojos carmesí de su hermano y respiró lenta y profundamente. El escalofrio que le recorría el cuerpo no era jueguito ninguno pero debía aprender a vivir con ello. Se acercó hacia él y le tomó la mano, impulsandolo hacia arriba para que de apoyará en ella como en otras ocasiones.

Según los líderes, si- Asintió brevemente a lo del perímetro. Para eso es que había buscado a los demás. Los de la hermandad mental podrían escanear la zona y el resto sabría perfectamente que hacer. La de naturaleza probablemente levantaría un gran muro de densa flora para asegurar aún más la zona.

-No tienes que hacerlo todo tú y tus… demonios- Apartó la mirada en ese momento, agudizando el oído para mirar hacia la puerta. Los sonidos del despliegue y adecuación ya empezaban -Entonces debemos ir a ver a nuestros Souls… Excepto a Erika que sigue desaparecida. Tenemos que solventar eso-  Le dijo Lyosha con tranquilidad mirándolo un momento a ver si se recomponia. Aprovechó y le acomodó un poco la ropa, después de ello salieron y caminaron hacia la zona principal  justo a tiempo de escuchar la pregunta de Allen.

-¿Prefieres una limusina? - Le recorrió con la mirada con cierta curiosidad. Lo cierto es que lo había notado… ¿Tenso? ¿Disperso? Pero ahora tenía otro aspecto. Entrecerró su mirada azul eléctrico como si pudiera intentar descifrarlo… pero siempre lo miraba así porque no terminaba de decidir si lo quería en su cama o no -¿Está todo el mundo bien? - Preguntó

Con la ayuda de Lyosha me puse en pie, me seguía notando bastante debil y drenado por el uso de la magia que acababa de realizar. En esos momentos, resultaba complicado contener a Belialt para que no tomase el control absoluto del cuerpo, cosa que le gustaba hacer a menudo. Pero sabia lo mucho que eso desestabilizaba a Lyosha....asi que continué intentando domar ese caos que arañaba desde adentro.

- Bien. Hemos aparecido en un terreno que no sabemos si será hostil. Todos deben tener clara su mision y no perder ni un instante.

La dejé hacer, asintiendo, y comenzamos a subir para dejar atras la sala de los portales. Erika era un asunto pendiente.

- No he podido localizar su aura, y mis visiones no han provocado respuesta en ella.

Al llegar arriba, a la planta baja, Lyo respondió al nuevo recluta, el médico. Pasé la mirada por los mios, y luego volví a expandir las habilidades de Belialt a toda la torre, sintiendo que efectivamente, estaban todas las auras con las que habiamos venido....

"una vez más Khaled y te vas a dormir..."

Cerré los ojos un momento, con una punzada de dolor en la cabeza. Como siguiera invocando los poderes de Belialt acabaría invocándolo a él. Volví a abrirlos con gesto adusto y en pose erguida, con la barbilla alta y los hombros hacia atrás, me paseé entre los acólitos, escaneandolos con la mirada, una mirada penetrante que buscaba dudas, miedos, titubeos....y mi voz no era precisamente amable.

- Os he traído a Roma. Esta ciudad presenció el nacimiento de los Soul Reaper hace más de mil años ya. Hoy, las calaveras de poder vuelven a esta ciudad, y lo hacen en nuestras manos, bajo nuestro poder, el único lugar y con las únicas personas a quienes pertenecen realmente. Pero hoy lo hacen de un modo nuevo, pues nadie puede soñar ya si quiera con arrebatárnoslas o negarnos el poder que hemos obtenido. No más cacerías... y si hacemos que Roma arda, esta vez no será ningun accidente. No sabemos que encontraremos en esta ciudad hoy, tras las puertas de la Torre. Una cosa os aseguro...siempre habrán enemigos. Gente que os rechace. Os llamarán ladrones.... - me detuve en cierto momento de mi paseo, justo al lado de las puertas, de espaldas a ellas, mirandolos a todos. - Los nuestros vivieron aquí hace algun tiempo. Los Soul forman parte de las venas y arterias de esta ciudad. Nuestra misión aquí es investigar y buscar, la situacion ha cambiado mucho tras esta guerra... camuflarnos entre ellos siempre se nos dio bien.

Miré a los de la hermandad de la calavera mental. Varios de ellos asintieron con la cabeza, sabian cual era su misión de punta de lanza: marchar a la ciudad, e investigar usando sus habilidades, traer información de calidad. Se desaparecieron dirección a la salida, y con ese chasquido que produjeron al hacerlo, una ladeada sonrisa de expectacion asomó a mis labios.

-Los Soul Reaper han vuelto a Roma, amigos mios....

Volver a la ciudad en la que había nacido y me había criado me traía muchos recuerdos, unos mejores y otros peores. Fue aquí donde aprendí a controlar mi magia y a sentirme uno más entre los Soul Reapers, aunque también había muchos episodios que me hacían pensar en mi madre y en mi hermano, cuando él tenía su antiguo cuerpo. Me preguntaba cómo se sentiría él al volver a Roma, puesto que a mí ya se me hacía raro. Los tiempos del panteón de Agripa quedaban lejanos.

Permanecí en silencio escuchando el discurso de Khaled, mirándolo con admiración y respeto. Era tal y como lo describía Zayra, incluso mejor. No podía negar que habíamos tenido nuestros más y nuestros menos, pero era innegable que era el líder que los Soul necesitaban. Ahora había muchos nuevos que se habían unido a las hermandades, gente que no tenía nada que ver con los Soul originales de Roma. Ellos también escuchaban el discurso con atención, absorbiendo cada palabra. Éramos mucho más que en aquella época, cuando sólo contábamos con 4 calaveras.

Investigar y ver cómo estaba la situación era el primer paso, así que decidí ir en el grupo de avanzadilla. - Khaled, bajaré para hacer el reconocimiento. Viví muchos años en esta ciudad, la conozco muy bien. - sugerí la misión que quería hacer, aunque esperé por si me asignaba otra distinta. En ese momento se escucharon cuernos de guerra, haciéndome torcer el gesto porque lo de ir de incógnito ya no sería tan fácil. Me moví hacia uno de los ventanales de la torre para asomare, encontrándome con que estábamos rodeados. La mujer que alzó la voz nos pedía explicaciones, como si nos viese como una amenaza.

- Noi siamo l'Anima, viviamo in questa città da molti anni. Siamo tornati per offrire la possibilità di avere la magia a chi vuole

Sentía a mis músculos relajarse y el dolor de lo tensos que estuvieron se extendía por todo mi cuerpo de una forma curiosamente satisfactoria. Me giré hacia la Matriarca del Metal con gesto distendido al escuchar su voz y ví que venía con Khaled. -No cuestiono los resultados.- Mi tono calmado tenía un filo íntimo que se hacía evidente al ver todas las pasiones que prometían mis ojos cuando se posaban en ella. Estiré un poco mis brazos hacia arriba para seguir saboreando el alivio de estar lejos de la feral. -Si, todos están bien. Estoy acostumbrado a sanar sin magia, sé lo que hago de ese modo, pero con magia... es raro.- Les dije mirando las palmas de mis manos pensativo para luego volver la vista a ella. -¿Usted cómo está?- Miré a Khaled con la misma pregunta en los ojos, a la espera de algún gesto de su parte que me indique si quería mi ayuda o no.

Lo escuché sus palabras y me resultó emocionante pensar que estábamos en el lugar donde los Soul habían surgido. Fruncí el ceño cuando habló de hacer arder Roma y miré alrededor buscando algo... lo que sea... en la expresión del resto, fijando la mirada en la peliblanca, tal vez ella daría alguna pista. En fin, la misión era hacernos una idea de la situación en el lugar, miré al que se ofreció para la misión de reconocimiento y avancé hasta estar a su lado. -Te acompaño.- El sonido que provino del exterior me tomó desprevenido. Una voz de afuera dijo algo de unos guardianes mágicos y pedía explicaciones pero no había que dar demasiada información, según tenía entendido. El que se ofreció para el reconocimiento respondió con una frase que ya había perdido la cuenta de las veces que la había usado en mi búsqueda de los Souls.

-Los seguiré de cerca.- Dije sacando un frasco de mi pantalón con una mano y dirigiendo el pensamiento hacia la otra, sintiendo la energía sanadora surgir de ella, predispuesto a acompañarlos en lo que decidan hacer, alerta y listo para sanar a quien lo necesite.

Se mantuvo bastante tranquila al lado de Khaled pese a la noticia de Erika, lo de los discursos no era lo suyo. Ni tampoco lo de ir de misiones encubierto, principalmente, por la marca que tenía en la frente. Observó a Allen cuando le respondió notando ese tono que había usado y entrecerró los ojos mientras se estiraba, no tardó mucho en ladear la cabeza y evaluar sus músculos…Para ser sanador… -Aprenderás, necesitas práctica-

Adramelech, ansioso por probarse, se anotó a la misión y Lyosha esperó por ver quién se le unía. Bajo ninguna circunstancia iba a dejar a Khaled tan expuesto tras el movimiento de la torre así que cuando Allen salió a la palestra, a quien por cierto no le hizo ningún gesto con lo de Roma, ya eran dos. Uno de ataque, uno sanador. Necesitaban una vía de escape o alguien tozudo.

Pero de pronto, un cuerno sonó en la distancia y Lyosha levantó levemente la barbilla -Ah… Comité de bienvenida. ¡Qué detalle!- Dijo con ironía mientras sacaba su arakh. Adramelech fue el primero en reaccionar y Lyosha dio una orden a sus acólitos para que se pusieran en sus posiciones, organizando los refuerzos de la torre que ya habían hecho cuando SAM los descubrió, aprendiendo donde estaban los fallos y dónde necesitaban más defensa.

-¿Crees que decirles que somos los Souls nos comprará un indulto?- Le preguntó a Adramelech dándole un golpe flojo en las piernas con el arakh, como quien llama la atención de un niño. Uno de los acólitos pronto volvió corriendo hacia ella informándole que estaban rodeados -Excelente…Podemos hacer una declaración de intenciones en forma- Sonrió breve y pérfidamente y chasqueó la lengua. Miró a Khaled y le hizo un gesto de que saldría, ella solita, y que si la cosa se ponía cruda siempre podía crear un portal.

-Que la misión de reconocimiento se vaya- Un farol sería interesante. Bajó y salió finalmente por la puerta, abriendo las dos gigantescas de un movimiento de mano. Esperó unos minutos, no podías ser Emperatriz del caos sin tener un toque de dramatismo. Así que dejó que la expectativa creciera hasta que decidió salir con paso lento en toda su esplendorosa imagen y armadura (como el gif) Buscó con la mirada a la mujer que hablaba y le sonrió sádicamente -Me gusta tu cuerno. ¿Traes tambores de guerra o vienes en son de paz?-

Aguardé un poco, esperando que mis palabras calasen en los soul reaper que me habian escuchado. Adramelech se organizó pronto y se ofreció a ir con los de reconocimiento.
- Perfecto. Llevad a alguien de la hermandad de sanación. - es decir.... miré a Allen y negué con la cabeza. El cansancio que tenía no podía arreglarlo él. - Estoy bien. Allen, irás con ellos a Roma, con el grupo de reconocimiento. Te encargarás de que vuelvan sanos y salvos y de paso aprenderás algo más de nuestro lugar de origen. - asentí porque él mismo se había ofrecido a ir con Adramelech.

Entonces se escuchó una especie de cuerno de guerra que nos puso a todos alerta. Escuchamos las palabras, algunos las entendimos, otros no entenderian el italiano pero...

- No vienen en son de paz. "Doblegaos o responded de vuestras elecciones" - Lyosha decidió salir a hacer las presentaciones y me giré hacia el grupo de reconocimiento. - Os crearé un portal para que salgáis de aquí pasando desapercibidos. Os llevará cerca de Agripa, en las inmediaciones. Sed prudentes, nosotros distraeremos aquí su atención asi que tendréis mas margen. Reconocer terreno, encontrar pistas... los de la hermandad mental ya sabéis lo que tenéis que hacer. Sanación también. Los demás sois asalto.

Usé la piedra de los Tres Mundos para abrir un portal directamente frente a mi, dandoles un perfecto conducto y escapada de este lugar.
- Informad cuando tengáis algo que merece la pena. Si necesitáis refuerzos enviad un mensaje. - dicho esto, les hice un gesto a Adramelech y Allen, y al resto del grupo, para que se marcharan a través del portal, que se cerraría una vez se hubiesen marchado.

emme


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MÁSTER: Podéis retiraros (sé que no lo haréis) o podéis iniciar una batalla ya.

Oh, aquella frase hizo que la sangre de Lyosha se enfriara. Una letal calma se apoderó de ella.  Fue como volver hacía siglos atrás. Hacía tantos años que no escuchaba esas palabras… Tantos…Que reconocerlas hizo que varios de sus recuerdos volvieran a la luz. No, el poder no era sólo de los magos y si tenia que bañar a Roma de sangre para hacerlo entender… Lo haría.

-Hmm…- Sabía que tenía que ganar algo de tiempo para que los otros pudieran salir de la torre sin ser percibidos pero es que aquella mujer… Estaba dándole opciones, como si se creyera alguna especie de gobernadora. Lyosha dio una vuelta lenta sobre sus pies para mirar alrededor y, al estar de espaldas a ella, susurró unas palabras que hicieron despertar al Guardián de la torre. Alzó sus ojos zafiros hacia arriba un instante y aunque no pudiera ver a Khaled, podía percibirlo. La fluctuación de su aura. Muy bien… Muy bien, estaban saliendo. Un par de minutos más

Volvió al frente para mirar a Gabriella. Alguien podría haber creído que los números influirían en la actitud de la revenant, alguien que no la conociera…Por supuesto, pronto descubriría Gabriella que Lyosha no le tenía miedo a nada -Vamos por partes…- Sonrió de lado, pérfida y deliciosamente como la Emperatriz de la muerte que era -Uno. Italia nos vio nacer, no puedes decirme que no puedo pisarla- Enumeró alzando el índice de su mano izquierda mientras caminaba hacia ella -Dos. No tienes derecho a decirme qué puedo  y no puedo hacer- Mantuvo la sonrisa -Tres. Dile hola a mi amiguito- Lo dijo en el instante en el que el guardián salió por la puerta principal y ella misma levantó el arak señalándolos a todos y luego a Gabriella -Cuatro. Tienes una sola opción: Huye- Y en cuanto empezó a correr hacia ella, el Guardián lanzaba su grito de guerra. Lyosha movió uno de sus brazos y de su armadura salieron disparadas varias dagas en dirección a la bruja.

Dado:  0 +10 hab+30AM+10 Capa runica: 40 a Gabriella

El miembro 'Lyosha Svensson' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Ataque' :

Aquellos que dicen que la historia no era cíclica es porque en verdad no conocían la realidad de la historia humana. Les cosería la boca a todos y cada uno de ellos y luego maldeciría a toda su progenie. Italia. De nuevo. Como cuando era niño, desde Londres con amor. La única diferencia, quizás, es que ya no tendrían que vivir en aquellas catacumbas de mala muerte. La pregunta era, ¿qué les depararía en Roma esta vez? Por el momento el grave y profundo sonido de un cuerno para darnos la bienvenida. Avanzó, junto a Lyosha, para recibir a los magos, mientras que no muy lejos de allí el pelotón salía por el portal.

Suspiró a la salida, antes siquiera de tomar contacto visual con la mujer que parecía ser la líder de aquel grupo de asalto, tomando una gran bocanada de aire fresco. El aire de Italia rezumaba cierto aroma familiar a pesar de las claras diferencias a la ciudad que me vio crecer, diametralmente diferente al del fresco aroma boscoso.

Ouroboros, qué isla… qué espacio para el recuerdo y el reencuentro. Qué lugar para el sentimentalismo y las despedidas furtivas. “Adiós. Nos veremos pronto, lo sé” Ouroboros… qué sitio para las oportunidades perdidas.

Chasqueó la lengua al escuchar aquello del poder, la misma retahíla de años atrás. No, definitivamente en Italia no les iban a recibir con los brazos abiertos. -Reclamamos un espacio que siempre nos ha pertenecido, ciegos vosotros que no lo habéis querido ver- Le espetó a la mujer que comandaba al grupo, portavoz de los magos. Igualmente fue lyosha, la que enumeró, de una forma muy gráfica, porqué lo que decía aquella mujer no era cierto. Razones más de que sobre que iniciaron la contienda. Astaroth usó sus conocimientos en magia negra para maldecir a la bruja enemiga.

AM: 15 dado +5 magia negra + 10 hab ficha + 19 AM + ¿no tengo equipación? = 49 para Gabriella
3.1. PALABRAS DE PODREDUMBRE: infecta al adversario (mismo que veneno). Es un tipo de magia oscura que solo se puede sanar con magia blanca o con una tirada >10PS en Curación con MAGIA.

El miembro 'Astaroth Takker Svensson' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Ataque' :

Cerré el portal y tras eso, hice un gesto con mi cabeza al resto de souls para que se preparasen para defender la Torre. Los de la hermandad de metal tenían claro lo que debían hacer. No éramos demasiados, pero podríamos aguantar un buen rato defendiendo nuestra posición.

Lyosha y Astaroth habían decidido salir a enfrentar directamente a los enemigos que nos asediaban, evidentemente, no pensábamos retirarnos.

Yo me quedé dentro, escuchando la Torre. Oía las defensas externas levantarse, pero creía sentir tambien la propia estructura, y el poder mágico que manaba desde el sótano y la propia piedra de obsidiana.

Me concentré en las auras del enemigo, contando...percibiendo.

"Son unos cien"

Nosotros eramos, a lo sumo, unos 50. Muchos de ellos como Allen, aun novatos con sus poderes. Cerré los ojos un momento y me concentré en enviar una visión a todos los soul reaper, con un mensaje.

"No abandonéis los escudos de la Torre. Atacad desde esta  posición segura. Nos doblan en número, pero en esta posición podemos aguantar. Y atacadles, atacadles sin tregua porque no vais a recibirla por su parte..."

El grito de guerra del guardián fue lo que terminó de incitar al resto de Souls a salir y atacar a los enemigos, algunos desde las escaleras de la Torre junto a la puerta metálica, otros desde las ventanas...

Yo desaparecí de alli, apareciendo en uno de los balcones sobre la puerta de la entrada a la Torre, desde esa posicion controlaba la altura, a los aliados y a los enemigos. Recité unas palabras en la lengua oscura y desde el suelo, los muertos oyeron mi llamada, los cuales comandé a atacar al enemigo. Notaba como el corazón me latía con fuerza, la adrenalina despertaba mis sentidos. Desgraciadamente, no contaba con todas mis reservas de magia para la ocasión, por culpa de lo que acababa de hacer.  Intentaría abstenerme de usar más los poderes de Belialt, ya me la había jugado con la ultima e invocarlo más solo le abriría las puertas a que tomase el control. Necesitaba...drenar energía.

Susurré las palabras correctas, con Gabriella como objetivo.



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-50 SOUL REAPER (15 at/def)
en total: 750 Ataque a soldaos
- El Guardian: 70 a Gabriella, +20 a todos por grito
- 2 inferi: (5+30)x2= 70 a soldados


AM de Khaled a Gabriella
62 base + 10 hab + 10 capa + 0 dado= 82 a Gabriella

El miembro 'Khaled Svensson' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Ataque' :

emme


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daños
- A Gabriella:
40 lyo+ 49 astaroth+ 70+20 guardian+ 82 khaled = 261
dado 1 defensa
55+ 25 + 250 de los guardiani= 330, cubre
dado 1 ataque A LOS ESCUDOS DE LA TORRE
55+30 = 85 p

-a SOLDADOS (100 efectivos sin dado)
750 de los soul + (20*100) del guardian= 2750
defensa (cubren, les sobra)
3000-2750= 250 para Gabriella

Atacan a los escudos de la TORRE
5000 p - 3000 - 85 = 1915/5000 puntos restantes para que caigan los escudos

El miembro 'Admin' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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#1 'Ataque' :


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#2 'Defensa' :