Recuerdo del primer mensaje :
Los espacios de la residencia son amplios y abiertos, con paredes de cristal corredizas, tragaluces y ventanales, dando la sensación de estar en contacto directo con la naturaleza. Dentro de la casa, no hay plantas, pero la propiedad está estrechamente rodeada por árboles. La estética interior recuerda a su natal Grecia, pero con aires Ingleses. Los pisos son de madera y las paredes blancas en su mayoría, con hechizos suficientes para hacerla resistente e infranqueable.
Entrando por la puerta principal, queda de frente una escalera ancha de madera clara que lleva al piso superior, y una que baja al inferior.
En el piso superior se encuentra la habitación de Sofía, además de algunas áreas personales, como su estudio y una sala de estar.
En el piso central, los espacios son amplios y abiertos. En este piso se encuentra una terraza pequeña, sala de estar, un solarium y dos habitaciones que no usa porque le resultan muy cerradas.
En el piso inferior, que queda al raz del agua del río, se encuentra la cocina, una amplia cava de vinos acondicionada para mantener ciertas pociones (y dos o tres vinos), y una terraza con espacios de descanso. En este piso, no hay paredes divisorias, con lo que se dispone de un solo espacio abierto.
En este piso, hay también una escalera de piedra que baja directamente al lago y que toca también tierra firme. Un camino por la orilla del lago (y uno más por tierra) le llevan al invernadero donde tiene sus espacios de trabajo, para ella y sus alumnos.
Entrando por la puerta principal, queda de frente una escalera ancha de madera clara que lleva al piso superior, y una que baja al inferior.
En el piso superior se encuentra la habitación de Sofía, además de algunas áreas personales, como su estudio y una sala de estar.
En el piso central, los espacios son amplios y abiertos. En este piso se encuentra una terraza pequeña, sala de estar, un solarium y dos habitaciones que no usa porque le resultan muy cerradas.
En el piso inferior, que queda al raz del agua del río, se encuentra la cocina, una amplia cava de vinos acondicionada para mantener ciertas pociones (y dos o tres vinos), y una terraza con espacios de descanso. En este piso, no hay paredes divisorias, con lo que se dispone de un solo espacio abierto.
En este piso, hay también una escalera de piedra que baja directamente al lago y que toca también tierra firme. Un camino por la orilla del lago (y uno más por tierra) le llevan al invernadero donde tiene sus espacios de trabajo, para ella y sus alumnos.
-¿Y quién crees que le sigue el ritmo a V? Nadie…Y no es tu culpa, es su maldición- Le expresó a Sofía con toda la tranquilidad del mundo y aunque estaba mirando las flores se tomó un momento para analizar lo que le estaba diciendo. ¿V le explicaría realmente lo que le pasaba? -¿Él te ha hablado? ¿De su mano? ¿De su poder?- Le preguntó con curiosidad -Quizás me estoy metiendo donde no me llaman pero te hablaré desde el punto técnico y objetivo de haber vivido con él durante varios años. Ignoró deliberadamente el tono de los tulipanes porque no venía a cuento para lo que le quería decir -V canaliza la magia el universo, una energía que no tiene principio ni fin. Su poder está en constante renovación, en constante crecimiento y eso le nutre. Y le nutre tanto que tiene la necesidad de hacer cosas…Duerme poco y no descansa bien, porque se espabila y necesita darle salida a su energía. Por eso comenzó con la herrería o la joyería. Por eso acabó siendo guardia, por eso es el encargado de entrenar a los nuevos porque usa su magia y le da salida…- Frunció suavemente el ceño -Y la advertencia intenta reducir esa energía pero no siempre lo logra y eso le frustra- Respiró profundo y se acercó a ella tomándola del antebrazo -Ni tú ni nadie, Sofía, pued…- Sin embargo, cuando miró en sus ojos verdes como el bosque, como la naturaleza misma… -Perdón… Tú eres la única que puede- Comprendió de pronto -Sí...Tu puedes- Insistió dibujando una sonrisa sincera y casi riéndo -Tu entiendes la naturaleza como un ser que no para de crecer ¿Verdad? Tu…comprendes la energía de la tierra como un proceso sin fin… ¿No? V… V es…Eso, sólo que tiene un obstáculo al tener la advertencia y no termina de fluir. Tú…quizás… quizás podrías encontrar la forma de quitársela ¿verdad? ¿De enseñarle a usar su poder de forma natural?- Preguntó con un deje tan desesperado en la voz que dejaba entrever la profunda preocupación que tenía por su hermano.
Volver a hablar del tema de las flores le parecía una nimiedad en comparación con lo que había descubierto -Puedes hacer un jardín encantado en una…en una…- Miró alrededor de la cocina de Sofía y fue a buscar un jarrón de cristal, luego tomó una tabla de madera y la puso de fondo y volteó el jarrón -Podemos hacer un ecosistema que esté encantado para que se retroalimente. De esa forma, cada mesa tendrá su propio jardín y cuando se lo lleven a casa no morirán – Como las gardenias que ella había tenido que tirar. Alzó la vista hacia Sofía -Y puedes elegir las flores que quieras, pero necesito las especificaciones para construir esos pequeños…invernaderos-
Sonrió de lado al oír lo del chocolate. Ella no llegó a tener ningún capricho. No llegó tan avanzada así que apartó la vista y se concentró en el pastel, comiendo un pedazo y asintiendo con un gesto a lo de Charles. -La naturaleza no es solo tuya. A V le gustaría ver el cielo. Nos gusta la astronomía- Le explicó a Sofía con una leve sonrisa cerrada porque seguro que tenía los dientes manchados. Le sorprendía que no lo supiera...La propuesta había sido jugado con las estrellas. Cogió la copa y miró el líquido con algo de duda pero en cuanto Sofía habló de sus padres tomó con elegancia la copa y bebió un largo trago -No lo sé. No hablo mucho con mi padre- Porque sabía que eso implicaba que su madre se enteraría -Y ya conoces la otra situación- Apartó la vista de la copa para dejarla al lado y se concentró en el pastel -Habla con V o Fred- Su tono cambió a uno bruscamente frío.
Volver a hablar del tema de las flores le parecía una nimiedad en comparación con lo que había descubierto -Puedes hacer un jardín encantado en una…en una…- Miró alrededor de la cocina de Sofía y fue a buscar un jarrón de cristal, luego tomó una tabla de madera y la puso de fondo y volteó el jarrón -Podemos hacer un ecosistema que esté encantado para que se retroalimente. De esa forma, cada mesa tendrá su propio jardín y cuando se lo lleven a casa no morirán – Como las gardenias que ella había tenido que tirar. Alzó la vista hacia Sofía -Y puedes elegir las flores que quieras, pero necesito las especificaciones para construir esos pequeños…invernaderos-
- Tal que así:
Sonrió de lado al oír lo del chocolate. Ella no llegó a tener ningún capricho. No llegó tan avanzada así que apartó la vista y se concentró en el pastel, comiendo un pedazo y asintiendo con un gesto a lo de Charles. -La naturaleza no es solo tuya. A V le gustaría ver el cielo. Nos gusta la astronomía- Le explicó a Sofía con una leve sonrisa cerrada porque seguro que tenía los dientes manchados. Le sorprendía que no lo supiera...La propuesta había sido jugado con las estrellas. Cogió la copa y miró el líquido con algo de duda pero en cuanto Sofía habló de sus padres tomó con elegancia la copa y bebió un largo trago -No lo sé. No hablo mucho con mi padre- Porque sabía que eso implicaba que su madre se enteraría -Y ya conoces la otra situación- Apartó la vista de la copa para dejarla al lado y se concentró en el pastel -Habla con V o Fred- Su tono cambió a uno bruscamente frío.
Tuvo que sonreír ampliamente a la pregunta de Arleen. Tenía toda la razón y en realidad la hacía sentirse bien de no poder llevar el ritmo que el contrario tenía, aunque no estaba de acuerdo en que fuera una maldición, en absoluto, y no le gustaba que Arleen lo tomara por maldito; no quería que nadie lo viera de esa forma porque era una total mentira. Pero por no entrar en conflicto, se cayó la indignación que quería mostrar.- Habla poco de sí mismo, pero alguna vez me ha comentado detalles.- Susurró, para ver si ella le daba alguna explicación más completa. Y así fue. Apoyada en la barra, se preparó para la clase técnica que estaban por darle, esperando que le ayudara a comprender el universo dentro de Vishous.
El infinito. La magia del Universo. V tenía dentro de sí un poder avasallador, tal y como ya lo sabía. El te no haría nada por él, tal y como lo había visto desde un inicio, pero tenía una gran idea de lo que sí podía ayudarlo. Sobre todo porque comenzaba a preocuparse de lo que decía de no descansar bien. Comenzó a tomarse más en serio el asunto cuando la tomó del brazo, sorprendiéndola con la advertencia que comenzaba a formar y que dejó a medias, cambiando de aires a la mitad de la oración. No entendió su repentina felicidad, solo se sorprendió, escuchando cada palabra, asintiendo a su definición de la naturaleza, de la energía de la tierra. La pregunta final le hizo tragar pesadamente, pensando en lo que aquello implicaría.- No, Arleen.- Susurró, negando rápidamente.- Yo no puedo quitársela, pero sé quien sí.- Susurró, pensando en que el linaje de Sean era el responsable y solo él podría hacerlo con soltura. Pero tenía ciertas preguntas antes de poder hacer algo por él o pedir un favor.- Pero, necesito saber cómo funciona el sello. O la advertencia. Yo puedo ayudarle a canalizar la energía para que esta vuelva a la tierra y se integre de nuevo al ciclo del universo, para que él sea un canal y no se quede con nada como ahora lo hace, que tiene que sacarlo por medios que no son eficientes. Podría entregárselo a la tierra cada que lo necesite. Puedo ayudarlo a drenar la energía, viviremos aquí, estará en el lugar perfecto para hacerlo. La misma casa está diseñada para eso, por eso tantas ventanas. Le hará bien porque el bosque se alimenta de tu energía, o te la da si la necesitas. Es un intercambio perpetuo que puede hacerse, debe pactarse bajo la lluvia y en la presencia de los elementos, pero puede hacerse. Creo que incluso podría llegar a manejarla sin que le quiten el sello. Pero necesito saber cómo funciona primero. ¿Por qué se queda la energía en él? ¿No debería impedirle recibirla o canalizarla? ¿Impedir que accediera a ella? ¿Qué clase de... advertencia le colocaron? - El tema, de pronto, se había puesto muy intenso, pero esperaba que la comprendiera. Veía esa necesidad en la mirada de la morena, pero no podía prometerle cosas que no iba a poder darle sin entender lo que conllevaba. Y no creía que remover el sello fuera lo mejor si V aún no podía regresar por sí mismo la magia al universo. No si aún no lograba hacerla fluir como debía. Pero confiaba en él, con todo el corazón, desde el primer día.
Vio entonces a Arleen tomar cosas de la cocina y presenció la idea en primera fila.- Es entonces... Como un terrario...- Era... ¡Perfecto! con la humedad correcta y las plantas correctas, podía ser autosustentable por años. Que emoción, escoger lo que iría dentro sería uno más de sus proyectos preciados.- Sería algo precioso. Colocarle velas alrededor. Tendría que ser pequeño, para que no taparan la vista cuando estén sentados en la mesa, pero lo podemos arreglar con un poco de flores por encima... O no, sobra donde poner flores. Solo déjame hacer un poco de preparación para poner plantas y flores que no se estresen demasiado estando juntas. No quisiera dejarlas sufrir eternamente. Te las enviaré. Me encanta la idea.
Le agradó tanto que decidió recompensarse con un poco de pastel, que parecía haberle gustado también a la morena, o que al menos le había puesto buena cara, tanto que soltó una risita por lo bajo a lo de que la naturaleza no era solo suya.- Tienes razón, no sé dónde tengo la cabeza. Debo estar comenzando a olvidar cosas. Es cierto, le gustan las cosas al aire libre también. Al menos atiné a mi regalo de Navidad. Le di un anillo que cuando su mano se ilumine reflejará el cielo nocturno del día en que nació. Me pareció muy apropiado dada su relación con el universo...- Soltó un suspiro, quedándose callada un segundo mientras una sonrisa boba se le formaba en la boca, pensando en él. Tuvo que interrumpirse cuando recordó que tenía compañía.- Pues la carpa se va. Activaré el plan B con luces y líneas de flores sobre la pista. Eso y las velas en las mesas pondrán un ambiente romántico. Me encanta.
Mientras pensaba en aquello, no tomó en cuenta el cambio de humor de la contraria. Suponía entonces que ella tampoco había hablado con sus padres desde lo que había ocurrido, y de acuerdo a lo que sabía de ellos, era lo correcto. Pero también tenía otra duda respecto a la familia.- Hablando de Fred... ¿Crees que debería incluir más a Aurora en estas cosas? Digo... En realidad no tengo mucho trato mas que el cordial con ninguno de los dos y para V es tan importante su familia...- Ver beber a Arleen la verdad le abrió el antojo, así que ella misma se sirvió un trozo un poco de té en lugar de vino, pero luego entendió que hablar de familia no le venía bien a ninguna de las dos.- ¿Cómo les fue en la misión del hospital? Entiendo que fue complicada, pero... ¿pudimos instalarlo apropiadamente? Siempre podemos hacer un nuevo intento.
El infinito. La magia del Universo. V tenía dentro de sí un poder avasallador, tal y como ya lo sabía. El te no haría nada por él, tal y como lo había visto desde un inicio, pero tenía una gran idea de lo que sí podía ayudarlo. Sobre todo porque comenzaba a preocuparse de lo que decía de no descansar bien. Comenzó a tomarse más en serio el asunto cuando la tomó del brazo, sorprendiéndola con la advertencia que comenzaba a formar y que dejó a medias, cambiando de aires a la mitad de la oración. No entendió su repentina felicidad, solo se sorprendió, escuchando cada palabra, asintiendo a su definición de la naturaleza, de la energía de la tierra. La pregunta final le hizo tragar pesadamente, pensando en lo que aquello implicaría.- No, Arleen.- Susurró, negando rápidamente.- Yo no puedo quitársela, pero sé quien sí.- Susurró, pensando en que el linaje de Sean era el responsable y solo él podría hacerlo con soltura. Pero tenía ciertas preguntas antes de poder hacer algo por él o pedir un favor.- Pero, necesito saber cómo funciona el sello. O la advertencia. Yo puedo ayudarle a canalizar la energía para que esta vuelva a la tierra y se integre de nuevo al ciclo del universo, para que él sea un canal y no se quede con nada como ahora lo hace, que tiene que sacarlo por medios que no son eficientes. Podría entregárselo a la tierra cada que lo necesite. Puedo ayudarlo a drenar la energía, viviremos aquí, estará en el lugar perfecto para hacerlo. La misma casa está diseñada para eso, por eso tantas ventanas. Le hará bien porque el bosque se alimenta de tu energía, o te la da si la necesitas. Es un intercambio perpetuo que puede hacerse, debe pactarse bajo la lluvia y en la presencia de los elementos, pero puede hacerse. Creo que incluso podría llegar a manejarla sin que le quiten el sello. Pero necesito saber cómo funciona primero. ¿Por qué se queda la energía en él? ¿No debería impedirle recibirla o canalizarla? ¿Impedir que accediera a ella? ¿Qué clase de... advertencia le colocaron? - El tema, de pronto, se había puesto muy intenso, pero esperaba que la comprendiera. Veía esa necesidad en la mirada de la morena, pero no podía prometerle cosas que no iba a poder darle sin entender lo que conllevaba. Y no creía que remover el sello fuera lo mejor si V aún no podía regresar por sí mismo la magia al universo. No si aún no lograba hacerla fluir como debía. Pero confiaba en él, con todo el corazón, desde el primer día.
Vio entonces a Arleen tomar cosas de la cocina y presenció la idea en primera fila.- Es entonces... Como un terrario...- Era... ¡Perfecto! con la humedad correcta y las plantas correctas, podía ser autosustentable por años. Que emoción, escoger lo que iría dentro sería uno más de sus proyectos preciados.- Sería algo precioso. Colocarle velas alrededor. Tendría que ser pequeño, para que no taparan la vista cuando estén sentados en la mesa, pero lo podemos arreglar con un poco de flores por encima... O no, sobra donde poner flores. Solo déjame hacer un poco de preparación para poner plantas y flores que no se estresen demasiado estando juntas. No quisiera dejarlas sufrir eternamente. Te las enviaré. Me encanta la idea.
Le agradó tanto que decidió recompensarse con un poco de pastel, que parecía haberle gustado también a la morena, o que al menos le había puesto buena cara, tanto que soltó una risita por lo bajo a lo de que la naturaleza no era solo suya.- Tienes razón, no sé dónde tengo la cabeza. Debo estar comenzando a olvidar cosas. Es cierto, le gustan las cosas al aire libre también. Al menos atiné a mi regalo de Navidad. Le di un anillo que cuando su mano se ilumine reflejará el cielo nocturno del día en que nació. Me pareció muy apropiado dada su relación con el universo...- Soltó un suspiro, quedándose callada un segundo mientras una sonrisa boba se le formaba en la boca, pensando en él. Tuvo que interrumpirse cuando recordó que tenía compañía.- Pues la carpa se va. Activaré el plan B con luces y líneas de flores sobre la pista. Eso y las velas en las mesas pondrán un ambiente romántico. Me encanta.
Mientras pensaba en aquello, no tomó en cuenta el cambio de humor de la contraria. Suponía entonces que ella tampoco había hablado con sus padres desde lo que había ocurrido, y de acuerdo a lo que sabía de ellos, era lo correcto. Pero también tenía otra duda respecto a la familia.- Hablando de Fred... ¿Crees que debería incluir más a Aurora en estas cosas? Digo... En realidad no tengo mucho trato mas que el cordial con ninguno de los dos y para V es tan importante su familia...- Ver beber a Arleen la verdad le abrió el antojo, así que ella misma se sirvió un trozo un poco de té en lugar de vino, pero luego entendió que hablar de familia no le venía bien a ninguna de las dos.- ¿Cómo les fue en la misión del hospital? Entiendo que fue complicada, pero... ¿pudimos instalarlo apropiadamente? Siempre podemos hacer un nuevo intento.
Sonrió de lado cuando dijo eso de que hablaba poco de sí -Es mal de familia- No estaban acostumbrados a hablar de lo malo, de los problemas; sólo de lo bueno, de lo que podía aportar orgullo a la familia. Después empezó a hablar sobre V y la negativa de Sofía hizo que le doliera el estómago -No…No es quitársela, sé que eso es de los Eire, me refiero a que puedes enseñarle a …fluir- Empezó a escuchar todo lo que dijo asintiendo porque parecía una buena solución sin embargo cuando llegaron a la advertencia tensó los labios -No estoy segura, yo era muy pequeña aún pero creo que lo que hace es detener el flujo de magia. Cuando canaliza demasiada potencia, lo detiene. Mi padre me dijo que V era capaz de destruir el mundo si perdía el control y que por eso le habían puesto la…la celda- Porque así es como ella lo veía.
La idea que le expuso a Sofía fue aceptada con amabilidad y Arleen sonrió de lado sintiéndose… Sintiéndose bien, sintiéndose útil, sintiendo que su cabeza no era un lugar sólo de ideas estúpidas sino viendo de nuevo eso que Gio veía cuando la había tomado como pupila: Alguien capaz de crear cosas maravillosas. Eso le subió el ánimo -Sin problema. En cuanto tenga el diseño es coser y cantar- Un nuevo proyecto y para su familia. Eso era lo mejor que podía tener ahora. Lo del anillo como regalo le hizo sonreír -Es un lindo detalle- Y seguro que para él había significado mucho -¿Te gustó el tuyo?- Preguntó por curiosidad.
Siguió con el pastel tratando de alejar un poco toda su cabeza de lo de sus padres y cuando preguntó por Aurora le sonrió -Sí… Somos muy unidas y es hora de que empieces a integrarte. Quizás podamos hacer una noche de karaoke pronto y así os conocéis un poco más, de forma distendida- Cuando preguntó lo del hospital Arleen miró de nuevo la copa y sus dedos se movieron hacia ella, deseando acallar su respuesta con el alcohol. Pero si se bebía la copa… ¿Qué iba a pensar la Descendiente? Tragó en seco -No- Respondió bajando la mirada al pastel y cortó un pedazo demasiado grande y se lo llevó a la boca para que de esa forma se le fuera la necesidad de bajar su pesar con alcohol. Asintió fingiendo una sonrisa a eso de que iban a hacer un nuevo intento. Era su plan, si lograba poner su mente en orden.
La idea que le expuso a Sofía fue aceptada con amabilidad y Arleen sonrió de lado sintiéndose… Sintiéndose bien, sintiéndose útil, sintiendo que su cabeza no era un lugar sólo de ideas estúpidas sino viendo de nuevo eso que Gio veía cuando la había tomado como pupila: Alguien capaz de crear cosas maravillosas. Eso le subió el ánimo -Sin problema. En cuanto tenga el diseño es coser y cantar- Un nuevo proyecto y para su familia. Eso era lo mejor que podía tener ahora. Lo del anillo como regalo le hizo sonreír -Es un lindo detalle- Y seguro que para él había significado mucho -¿Te gustó el tuyo?- Preguntó por curiosidad.
Siguió con el pastel tratando de alejar un poco toda su cabeza de lo de sus padres y cuando preguntó por Aurora le sonrió -Sí… Somos muy unidas y es hora de que empieces a integrarte. Quizás podamos hacer una noche de karaoke pronto y así os conocéis un poco más, de forma distendida- Cuando preguntó lo del hospital Arleen miró de nuevo la copa y sus dedos se movieron hacia ella, deseando acallar su respuesta con el alcohol. Pero si se bebía la copa… ¿Qué iba a pensar la Descendiente? Tragó en seco -No- Respondió bajando la mirada al pastel y cortó un pedazo demasiado grande y se lo llevó a la boca para que de esa forma se le fuera la necesidad de bajar su pesar con alcohol. Asintió fingiendo una sonrisa a eso de que iban a hacer un nuevo intento. Era su plan, si lograba poner su mente en orden.
Sonrió de lado por el mal de familia. A pesar de que hablaban poco de sí mismos, sí que hablaban mucho de los otros miembros. Recordaba, más de una vez, las extensas charlas con V hablando sobre la condición de Arleen cuando ella aún estaba embarazada. Le hubiera gustado poder hacer más. Sin embargo, sí asintió a lo de poder "enseñar a V a fluir". Era algo que podía hacer. Era natural, como el aire, como el agua, como el fuego. Le era bastante conocido el cómo fluir. Le molestó un poco que Arleen no conociera a extensión su sello, pero era solo porque tenía otro callejón sin salida.- Tendré que hablar con tu padre...- Supuso, pero ¿a qué costo? ¿En calidad de qué? ¿De Descendiente, de su futura nuera? No tenía ni idea de qué tanto les habían dicho, la tenían un poco a ciegas en esa área. Si en realidad el sello si fungía como un detenedor, esperaba que no fuera en doble sentido.- La celda...- Murmuró para sí misma, no conforme con la palabra, pero a sabiendas de que eso significaba también para él.- Vamos a tener que averiguar. Quitar el sello sin enseñarle a usar su poder podría ser demasiado para V. No quisiera que pasara por la mala experiencia. Así que habré de hablar con Sean, investigaré un poco del sello y hablaré con tus padres. Será lo mejor. Yo misma tengo ciertos rituales que hacer, trataré de incluir a V para que se relacione un poco con todo.- Al menos habían tomado una resolución en ese caso. Era extraño hablar de él sin tenerlo de frente, pero era lo que tocaba. Se había ido bastante de misión en aquellos últimos días. Después de todo, había mucho que hacer abajo.
Notó el buen humor de Arleen al hablar del terrario, así que decidió dejarle aquello en sus manos después de que escogiera las plantas.- Entonces así será. Daeallia te puede ayudar a trasplantar todo si crees que no tienes "toque" para eso, pero estoy segura que lo harás muy bien... No estoy buscando la boda perfecta, solo quiero... que todo salga bien ese día. Y que todo salga bien, toda la vida.- Susurró con un poco de nostalgia de saber que una boda no podía asegurar eso en absoluto. Al menos hablando de los regalos de navidad, asintió con una gran sonrisa.- Aún no he podido utilizarlo, el agua está muy helada todavía y no he podido hablar con Sarah de las criaturas que viven en el agua de Ouroboros, pero me tiene muy emocionada. Hay plantas con las que no tengo contacto directo mas que por medio de la tierra y ya quiero ver el ecosistema que han creado en la isla.
Se concentró por un momento en el pastel y en su taza de té mientras escuchaba hablar de la familia a la que estaba entrando. Tenía sus reservas, sobre todo por la matriarca. No tenía dudas en que podría conservar su individualidad a pesar de ella, pero no le gustaba la idea de que quisiera más a unos nietos que a otros, tal y como lo había planteado V en algún momento. Ella misma siempre había pensado que tendría que elevar un poco a los hijos de Fred y de Aurora para que no sintieran las malas vibras de esa mujer, pero hasta el momento todo eran conjeturas. Imágenes que se hacía en la cabeza por no saber realmente con lo que se estaba topando.- Yo puedo escucharlas. La verdad es que desde hace cierto tiempo pierdo el aire con facilidad, sobre todo cuando hablo de más. Solo no le digas a V.- Susurró con una sonrisa. La criatura dentro de ella aún no parecía querer mostrarse, pero ya estaba haciendo ciertos efectos en su cuerpo.
Una vez más, la conversación decayó. Había demasiados baches que sortear con Arleen, así que... tenía que encontrar otro tipo de cuestiones antes de que otra cosa sucediera.- Me llegó una solicitud por parte de un elfo. Thranduil. ¿Le conoces? Parece que ha estado en la isla un tiempo y que quieren sembrar en Londres. Dice que los alimentos son escasos, pero darles solo las semillas parece... mal. No puedo bajar y Adael tampoco parece entusiasmado, pero quizás podríamos pensar en cómo ayudarles ahora que te metas un poco a trabajar con plantas. Seguro que te llegará alguna buena idea.
Notó el buen humor de Arleen al hablar del terrario, así que decidió dejarle aquello en sus manos después de que escogiera las plantas.- Entonces así será. Daeallia te puede ayudar a trasplantar todo si crees que no tienes "toque" para eso, pero estoy segura que lo harás muy bien... No estoy buscando la boda perfecta, solo quiero... que todo salga bien ese día. Y que todo salga bien, toda la vida.- Susurró con un poco de nostalgia de saber que una boda no podía asegurar eso en absoluto. Al menos hablando de los regalos de navidad, asintió con una gran sonrisa.- Aún no he podido utilizarlo, el agua está muy helada todavía y no he podido hablar con Sarah de las criaturas que viven en el agua de Ouroboros, pero me tiene muy emocionada. Hay plantas con las que no tengo contacto directo mas que por medio de la tierra y ya quiero ver el ecosistema que han creado en la isla.
Se concentró por un momento en el pastel y en su taza de té mientras escuchaba hablar de la familia a la que estaba entrando. Tenía sus reservas, sobre todo por la matriarca. No tenía dudas en que podría conservar su individualidad a pesar de ella, pero no le gustaba la idea de que quisiera más a unos nietos que a otros, tal y como lo había planteado V en algún momento. Ella misma siempre había pensado que tendría que elevar un poco a los hijos de Fred y de Aurora para que no sintieran las malas vibras de esa mujer, pero hasta el momento todo eran conjeturas. Imágenes que se hacía en la cabeza por no saber realmente con lo que se estaba topando.- Yo puedo escucharlas. La verdad es que desde hace cierto tiempo pierdo el aire con facilidad, sobre todo cuando hablo de más. Solo no le digas a V.- Susurró con una sonrisa. La criatura dentro de ella aún no parecía querer mostrarse, pero ya estaba haciendo ciertos efectos en su cuerpo.
Una vez más, la conversación decayó. Había demasiados baches que sortear con Arleen, así que... tenía que encontrar otro tipo de cuestiones antes de que otra cosa sucediera.- Me llegó una solicitud por parte de un elfo. Thranduil. ¿Le conoces? Parece que ha estado en la isla un tiempo y que quieren sembrar en Londres. Dice que los alimentos son escasos, pero darles solo las semillas parece... mal. No puedo bajar y Adael tampoco parece entusiasmado, pero quizás podríamos pensar en cómo ayudarles ahora que te metas un poco a trabajar con plantas. Seguro que te llegará alguna buena idea.
Celda, sí. Esa era la palabra. Pero al menos, Arleen ahora veía una luz al final del túnel y le pareció casi romántico que V se encontrara precisamente con Sofía, que las estrellas hubiesen obrado para ponerlos en el camino del otro. Le recorrió el rostro a la pelirroja con ese pensamiento y pensó que ambos podrían ser una bonita historia de amor, de esas que leía en sus libros y con las que fantaseaba -Más que toque…es desconocimiento, si tienes algún libro que pueda leer antes de ponerme a ello, te prometo que lo haré con todo mi corazón- Dijo haciéndose una X sobre su corazón, quizás ella no conocía el gesto pero era una promesa total y entera. Las siguientes palabras… Hicieron que la mirara desde otra perspectiva. Le gustaría decirle que no… Que, aunque ese día lo disfrutaras, nada…nada tenía que ver con el resto de la vida
Apartó la mirada hacia otro lado para no responder asintiendo a lo del agua fría pero entonces su cerebro, su bendito cerebro, se activo -¿Pero a las sirenas les importa la temperatura del agua? Viven allí. Probablemente su organismo esté diseñado para soportar ese tipo de temperaturas y también para la presión del agua. Sin embargo, algo que sí debería preocuparte es transformar tu cuerpo y biología estando embarazada. ¿Y si el bebé sale con cola?- Inquirió con una profunda curiosidad y arqueó las cejas, era muy probable.
Lo del karaoke la hizo asentir aunque… La miró, mantenía su figura perfecta, demasiado perfecta -¿Lo sabe Anteia?- Preguntó a lo del aire porque…Porque cualquier síntoma ya empezaba a ponerla paranoica -Si no quieres decírselo a V, entonces díselo a Anteia- Frunció el ceño, un poco irritada -Es… es importante que…todo …se lo digas- Habló un poco despacio para luego decidir que mejor callada y con pastel, así que se metió otro pedazo en la boca. Otro GRAN pedazo en la boca.
-Emmm.. No..- Respondió tapándose la boca con una servilleta mientras escuchaba la proposición. Otra forma de ayudar. Eso estaba bien. Esperó a tragar y se bebió la copa entera. Bueno, estaba bien si salía bien…Con su suerte quizás era un desastre -Podríamos agregar un espacio en el hospital para crear un invernadero. Nos serviría tener suministros para pociones directamente en el hospital. Ahora…lo de alimentos…- Miró hacia la copa un instante observándola vacía con cierto estrés al recordar las palabras de Jo o los gritos de Gelion. ¿Cuál era el plan? -Antes de hacer nada, que sepa que abajo no somos bien recibidos y además tiene que hablar con los capitanes Draven a ver si le dan protección o si tienen un espacio para darle. No depende de mí. Nada depende de mí allá abajo- Su cabeza empezó a rumiar y dar vueltas así que fue directa a la botella y rellenó la copa un par de dedos por encima de lo que la había llenado Sofía.
Apartó la mirada hacia otro lado para no responder asintiendo a lo del agua fría pero entonces su cerebro, su bendito cerebro, se activo -¿Pero a las sirenas les importa la temperatura del agua? Viven allí. Probablemente su organismo esté diseñado para soportar ese tipo de temperaturas y también para la presión del agua. Sin embargo, algo que sí debería preocuparte es transformar tu cuerpo y biología estando embarazada. ¿Y si el bebé sale con cola?- Inquirió con una profunda curiosidad y arqueó las cejas, era muy probable.
Lo del karaoke la hizo asentir aunque… La miró, mantenía su figura perfecta, demasiado perfecta -¿Lo sabe Anteia?- Preguntó a lo del aire porque…Porque cualquier síntoma ya empezaba a ponerla paranoica -Si no quieres decírselo a V, entonces díselo a Anteia- Frunció el ceño, un poco irritada -Es… es importante que…todo …se lo digas- Habló un poco despacio para luego decidir que mejor callada y con pastel, así que se metió otro pedazo en la boca. Otro GRAN pedazo en la boca.
-Emmm.. No..- Respondió tapándose la boca con una servilleta mientras escuchaba la proposición. Otra forma de ayudar. Eso estaba bien. Esperó a tragar y se bebió la copa entera. Bueno, estaba bien si salía bien…Con su suerte quizás era un desastre -Podríamos agregar un espacio en el hospital para crear un invernadero. Nos serviría tener suministros para pociones directamente en el hospital. Ahora…lo de alimentos…- Miró hacia la copa un instante observándola vacía con cierto estrés al recordar las palabras de Jo o los gritos de Gelion. ¿Cuál era el plan? -Antes de hacer nada, que sepa que abajo no somos bien recibidos y además tiene que hablar con los capitanes Draven a ver si le dan protección o si tienen un espacio para darle. No depende de mí. Nada depende de mí allá abajo- Su cabeza empezó a rumiar y dar vueltas así que fue directa a la botella y rellenó la copa un par de dedos por encima de lo que la había llenado Sofía.
Pensar en V le había dejado mucho de su cancha. Tenía tanto que hacer con la boda y, además de todo, tenía que poder hacerse un hueco para escarbar un poco en él, en su pasado y en lo que tenía por delante. Tenía confianza en que podría ayudarle, pero no quería dar esperanzas vanas. Entre eso y el tema del terrario ya tenían bastante discutido. Le parecía bastante adorable de parte de Arleen que creyera que el conocimiento tuviera que ver con las plantas. Podías saber todo de ellas, pero eran criaturas energéticas y complicadas. Aún así, asintió a sus deseos.- Te procuraré algunos libros. Hay uno especial para crear ecosistemas que es muy antiguo, tengo una transcripción en perfecto estado y es la cosa más maravillosa que leerás. Y uno del trato energético de las plantas. Verás como le tomas cariño.- Susurró, bromeando y riendo. No creía que fuera a ser el tema central de su vida, pero si quería conocer, con eso podría darse una idea central de lo que el bosque y la naturaleza eran para ella.
Cuando la conversación volteó hacia las sirenas, escuchó con atención. Ella no tenía tanto contacto con sirenas en su día a día, pero las conocía. Eran muy aliadas de su madre.- Yo supongo que les hará efecto, pero se aclimatan. No tienen manera de colocarse un abrigo, así que deben tener algún mecanismo especial. Solo que no sé si ese mecanismo se pasaría a mí al transformarme, supongo. Y aunque podría parecer un problema, creo que un bebé sirena debe ser adorable, aunque no sé como lo tomaría Vishous.- Susurró con una sonrisa amplia, con el corazón blando de pensar en una posibilidad más para su pequeña criatura.- Supongo que si no nos permiten desaparecer no deberíamos hacer ese tipo de cambios, no quisiera correr ese riesgo. -Tristemente, llegaron a un punto al que no quería llegar. La llenaba de pavor.
Anteia... - Suspiró. ¿Cómo decirle sin que entrara en pánico? No quería ir porque no quería que le dijeran nada malo, si es que algo malo pasaba. Estaba segura de que todo estaba bien, pero si no comenzaría a preocuparse muchísimo más de lo que ya estaba.- Anteia tiene su embarazo también. No sé de cuánto esté pero no he vuelto con ella desde la primera vez y no quiero llevarle disgustos. Es tan dulce, pero creo que no le hago mucho bien, no la dejo muy tranquila. La única vez que la vi, según recuerdo, no había hecho mis pases con estar embarazada.- Quizás la cosa era un poco al revés, pero se llevó el té a los labios y bebió largo y tendido.
Tendrías que tener pocionistas en el hospital.- Añadió, pensando en las pocas personas que hacían pociones para Ouroboros. Eran pocas, pero muy buenas y tenía más gente en formación, pero al final del día ella no podía decidir por ellos, ni para hacerlos bajar ni para obligarles a quedarse. Y el invernadero también requeriría personal para atenderlo. Lo de los alimentos no se lo esperaba tanto.- Si, pero... Hay que hacer algo. Ya sea enviar alimentos directamente las primeras veces y después introducirles un poco el camino. Quizás no seamos bien recibidos, pero hay muchos magos ya ahí. Londres ya no es zona "muggle".- Ugh, detestó la palabra y se dio cringe ella misma por decirla.- Tenemos que gestionar un poco mejor el cambio. No somos sus salvadores, no hay que olvidar eso, pero tenemos recursos que les pueden servir.
Cuando la conversación volteó hacia las sirenas, escuchó con atención. Ella no tenía tanto contacto con sirenas en su día a día, pero las conocía. Eran muy aliadas de su madre.- Yo supongo que les hará efecto, pero se aclimatan. No tienen manera de colocarse un abrigo, así que deben tener algún mecanismo especial. Solo que no sé si ese mecanismo se pasaría a mí al transformarme, supongo. Y aunque podría parecer un problema, creo que un bebé sirena debe ser adorable, aunque no sé como lo tomaría Vishous.- Susurró con una sonrisa amplia, con el corazón blando de pensar en una posibilidad más para su pequeña criatura.- Supongo que si no nos permiten desaparecer no deberíamos hacer ese tipo de cambios, no quisiera correr ese riesgo. -Tristemente, llegaron a un punto al que no quería llegar. La llenaba de pavor.
Anteia... - Suspiró. ¿Cómo decirle sin que entrara en pánico? No quería ir porque no quería que le dijeran nada malo, si es que algo malo pasaba. Estaba segura de que todo estaba bien, pero si no comenzaría a preocuparse muchísimo más de lo que ya estaba.- Anteia tiene su embarazo también. No sé de cuánto esté pero no he vuelto con ella desde la primera vez y no quiero llevarle disgustos. Es tan dulce, pero creo que no le hago mucho bien, no la dejo muy tranquila. La única vez que la vi, según recuerdo, no había hecho mis pases con estar embarazada.- Quizás la cosa era un poco al revés, pero se llevó el té a los labios y bebió largo y tendido.
Tendrías que tener pocionistas en el hospital.- Añadió, pensando en las pocas personas que hacían pociones para Ouroboros. Eran pocas, pero muy buenas y tenía más gente en formación, pero al final del día ella no podía decidir por ellos, ni para hacerlos bajar ni para obligarles a quedarse. Y el invernadero también requeriría personal para atenderlo. Lo de los alimentos no se lo esperaba tanto.- Si, pero... Hay que hacer algo. Ya sea enviar alimentos directamente las primeras veces y después introducirles un poco el camino. Quizás no seamos bien recibidos, pero hay muchos magos ya ahí. Londres ya no es zona "muggle".- Ugh, detestó la palabra y se dio cringe ella misma por decirla.- Tenemos que gestionar un poco mejor el cambio. No somos sus salvadores, no hay que olvidar eso, pero tenemos recursos que les pueden servir.
Asintió, bastante convencida de que los libros iban a darle lo que necesitaba para continuar. Sonrió en respuesta a ella asintiendo con suavidad. Si ella creía eso, no estaba demás intentarlo. Luego se pusieron a analizar el tema de las sirenas y escuchó todo lo que le decía, riéndose a eso de V -Fácil…Le haría competencias submarinas- Mencionó alzando los hombros como si fuera la cosa más evidente del mundo -Tiene don…con los niños- Arleen nunca había podido seguirles el ritmo físicamente por lo que cuando los cuidaba hacían otro tipo de pasatiempos, con el tiempo se dio cuenta de que se aburrían…así que dejo de hacerlos y se los llevaba de compras o a comer.
-Me parece prudente- Reconoció a lo de las transformaciones. Sin embargo, la forma en la que habló de Anteia le hizo fruncir el ceño -Si te preocupa su estado, busca a otro que te haga seguimiento Sofía. ¿De cuánto estás? Si ya estás en el cuarto mes incluso podréis ver el sexo pero control necesitais porque…- Observó su figura un momento pero no dijo nada -Porque es lo que se hace en los embarazos, pruebas y controles para saber que está todo bien.
-Sí… pero…- Se removió incómoda cuando hablaron del hospital y se llevó la copa a los labios bebiendo un trago -Jo sabe hacer pociones igualmente quiero incorporar la medicina humana y de esa forma poder atenderlos a todos, que todos se sientan bienvenidos y cómodos- Dijo mirando el pastel y empezó a cortarlo en pequeños cuadraditos llevándose un par a la boca mientras seguía escuchándola hablar -Habla con V- No quería ser ella quien metiera ni las manos ni las narices en esa situación...pero no se aguantó -Porque ¿sabes qué Sofía? No son sólo los magos los que están pasando hambre. También los humanos…. Y me arriesgo a decirte que hasta los androides se lo están viendo mal. Si queremos construir un mundo mejor, tenemos que empezar por nosotros- Recordó su experiencia en el metro e ignoró el pequeño instante en el que Gelion la había cubierto con su cuerpo porque, sinceramente, estaba irritada con la situación en tierra - Hay un racismo horrible en la ciudad, en el mundo- Aquello salió un poco apresurado, pero recordó con quien estaba y decidió tomar otro trago para beberse sus palabras, para callarlas. No quería ser impertinente, no quería decir cosas estúpidas y poner en peligro a Sofía porque entonces…porque entonces V la odiaría y Sayid la detestaría aún más.
-Eso suena a algo provechoso, quizás debas hablarlo – “Con alguien inteligente” – …con el Consejo de los 20- Se terminó la copa de vino de un solo trago, dándola en fondo blanco. Necesitaba salir de ahí antes de meterle ideas a Sofía en la cabeza y que la culparan de convertir a otra mujer en estúpida y temeraria -Tengo un turno largo hoy, Iroh está avanzando mucho… Pero me ocuparé de ir investigando lo del terrario. Gracias por todo Sofía- Se despidió dejándole un beso en la mejilla y casi corrió a buscar su abrigo, entonces desapareció en dirección a su casa.
-Me parece prudente- Reconoció a lo de las transformaciones. Sin embargo, la forma en la que habló de Anteia le hizo fruncir el ceño -Si te preocupa su estado, busca a otro que te haga seguimiento Sofía. ¿De cuánto estás? Si ya estás en el cuarto mes incluso podréis ver el sexo pero control necesitais porque…- Observó su figura un momento pero no dijo nada -Porque es lo que se hace en los embarazos, pruebas y controles para saber que está todo bien.
-Sí… pero…- Se removió incómoda cuando hablaron del hospital y se llevó la copa a los labios bebiendo un trago -Jo sabe hacer pociones igualmente quiero incorporar la medicina humana y de esa forma poder atenderlos a todos, que todos se sientan bienvenidos y cómodos- Dijo mirando el pastel y empezó a cortarlo en pequeños cuadraditos llevándose un par a la boca mientras seguía escuchándola hablar -Habla con V- No quería ser ella quien metiera ni las manos ni las narices en esa situación...pero no se aguantó -Porque ¿sabes qué Sofía? No son sólo los magos los que están pasando hambre. También los humanos…. Y me arriesgo a decirte que hasta los androides se lo están viendo mal. Si queremos construir un mundo mejor, tenemos que empezar por nosotros- Recordó su experiencia en el metro e ignoró el pequeño instante en el que Gelion la había cubierto con su cuerpo porque, sinceramente, estaba irritada con la situación en tierra - Hay un racismo horrible en la ciudad, en el mundo- Aquello salió un poco apresurado, pero recordó con quien estaba y decidió tomar otro trago para beberse sus palabras, para callarlas. No quería ser impertinente, no quería decir cosas estúpidas y poner en peligro a Sofía porque entonces…porque entonces V la odiaría y Sayid la detestaría aún más.
-Eso suena a algo provechoso, quizás debas hablarlo – “Con alguien inteligente” – …con el Consejo de los 20- Se terminó la copa de vino de un solo trago, dándola en fondo blanco. Necesitaba salir de ahí antes de meterle ideas a Sofía en la cabeza y que la culparan de convertir a otra mujer en estúpida y temeraria -Tengo un turno largo hoy, Iroh está avanzando mucho… Pero me ocuparé de ir investigando lo del terrario. Gracias por todo Sofía- Se despidió dejándole un beso en la mejilla y casi corrió a buscar su abrigo, entonces desapareció en dirección a su casa.
Le hubiera gustado quedarse con la charla animada de Vishous y los niños, pero fue entonces cuando entró la parte de Anteia y, la verdad, le quitaba el aliento pensar en los controles.- Acabando el cuarto, creo.- Suspiró ante la pregunta de Arleen, aceptando el regaño, pero consciente de que no quería hacer nada por ello. No aún, porque estaba segura de que todo estaba bien.
Al menos el cambio de tema le ayudó. No conocía a la tal Jo, pero si afirmaba que sabía hacer pociones, esperaba que fuesen las correctas. Le parecía adecuado ofrecer alternativas para que cada paciente pudiera ser tratado con lo que mejor le pareciera. Sin embargo, las siguientes palabras de Arleen le parecieron una especie de... regaño. No sabía muy bien qué había pasado abajo pero, a pesar de seguir en la isla no estaba encerrada en una burbuja. Y sí, sentía que lo del racismo lo decía por ella, pero no entendía por qué. Trató, lo mejor que pudo, de no mostrar en su rostro la confusión ni nada negativo. Había algo que no le estaba contando, eso era lo único seguro. Observó con extrañeza cómo se bajó la copa por la garganta, empinándola de una manera muy muy poco propia. Ni siquiera Bella en sus últimos días había estado tan poco propia.
De un instante a otro, y tras solo un beso de despedida, la mujer había decidido salir a prisas de su casa. Una vez sola, suspiró profundamente e invocó su patronus. Se mantuvo un segundo en silencio, pensativa. Enviarle a Vishous sus preocupaciones no podía ser lo mejor. A pesar de que ya no tenía planeado salir ese día, tomó su abrigo, colocándoselo con cuidado antes de salir al frío bosque, cerrando la puerta tras ella.
Al menos el cambio de tema le ayudó. No conocía a la tal Jo, pero si afirmaba que sabía hacer pociones, esperaba que fuesen las correctas. Le parecía adecuado ofrecer alternativas para que cada paciente pudiera ser tratado con lo que mejor le pareciera. Sin embargo, las siguientes palabras de Arleen le parecieron una especie de... regaño. No sabía muy bien qué había pasado abajo pero, a pesar de seguir en la isla no estaba encerrada en una burbuja. Y sí, sentía que lo del racismo lo decía por ella, pero no entendía por qué. Trató, lo mejor que pudo, de no mostrar en su rostro la confusión ni nada negativo. Había algo que no le estaba contando, eso era lo único seguro. Observó con extrañeza cómo se bajó la copa por la garganta, empinándola de una manera muy muy poco propia. Ni siquiera Bella en sus últimos días había estado tan poco propia.
De un instante a otro, y tras solo un beso de despedida, la mujer había decidido salir a prisas de su casa. Una vez sola, suspiró profundamente e invocó su patronus. Se mantuvo un segundo en silencio, pensativa. Enviarle a Vishous sus preocupaciones no podía ser lo mejor. A pesar de que ya no tenía planeado salir ese día, tomó su abrigo, colocándoselo con cuidado antes de salir al frío bosque, cerrando la puerta tras ella.
Después de hablar con Johan y con Arleen, que había quedado en hacer la investigación con un brillo que hace mucho tiempo no veía en sus ojos, fue hasta la panadería a comprar unos coulants y luego a su casa en busca de Sofía. Y la encontró, la encontró muy bien acomodada entre las sábanas así que después de darse una ducha se metió en la cama con ella, abrazándola por detrás y dejando sus manos sobre el vientre que ya empezaba a notarse.
Descansó con ella un rato hasta que la sintió removerse así que aprovechó la apertura para dejar un par de besos en su cuello y apretarla más contra él -Hola- Susurró contra su oído con una sonrisa -He traído tus favoritos- Aunque seguramente querría ponerle algo de frutas y queso…Y algo más. Últimamente los antojos iban y venían y la verdad es que él, glotón como era, no se quejaba de nada sólo se machacaba un poco más en el gimnasio.
-¿Te apetece merendar en el balcón?- Le preguntó mientras se inclinaba para inspirar su delicioso aroma.
Descansó con ella un rato hasta que la sintió removerse así que aprovechó la apertura para dejar un par de besos en su cuello y apretarla más contra él -Hola- Susurró contra su oído con una sonrisa -He traído tus favoritos- Aunque seguramente querría ponerle algo de frutas y queso…Y algo más. Últimamente los antojos iban y venían y la verdad es que él, glotón como era, no se quejaba de nada sólo se machacaba un poco más en el gimnasio.
-¿Te apetece merendar en el balcón?- Le preguntó mientras se inclinaba para inspirar su delicioso aroma.
El día era perfecto para tomar una siesta. Una mujer tan ocupada como ella raramente tenía el tiempo para hacerlo. Sin embargo, el embarazo comenzaba a exigirle cosas que normalmente no haría, y se sentía bien que algunas de ellas fueran el pasar más tiempo entre los árboles y la naturaleza, y que otra fuera dormir. Abril siempre traía consigo un aire puro y fresco que parecía aquel que respiras en la cima de una montaña. Por eso, y a pesar de los peros que podría tener su nuevo y flamante esposo, todas las ventanas y puertas de cristal de la cabaña estaban abiertas de par en par, refrescando enteramente el espacio con pureza. Era como renovar totalmente la energía de la casa y lo hacía cada inicio de primavera. Siempre se sentía segura de que nada pasaría, pero ese año en particular tenía la sensación de que su seguridad también corría por parte de algún pelotón de la guardia que tratara de pasar desapercibido en el bosque.
Mientras dormía plácidamente, el sonido de la ducha comenzó a jalarla hacia el mundo real. No tardó en volverse a dormir. Esta vez, cuando despertó, no estaba sola en la cama, sino que Vishous se encontraba a su espalda, llenándola de besos. Procuró no abrir los ojos, porque así podía extender un poco más su sueño.- Hola...- Susurró suavemente, sonriendo al entender lo que le había traído y abriéndole el antojo que había estado bastante quietecito por las últimas horas.- Tendrás que cargarme porque no creo poder salir de la cama.- Susurró, colocándose la mano sobre los ojos, tratando de volver a dormirse, aunque sí tenía ganas de ese coulant tan prometido.- Mejor en la terraza, ¿te gustaría?- Murmuró, pensando en la del primer piso, que aún quedaba por encima del nivel del agua y tenía una vista preciosa al caudal del río.
Mientras dormía plácidamente, el sonido de la ducha comenzó a jalarla hacia el mundo real. No tardó en volverse a dormir. Esta vez, cuando despertó, no estaba sola en la cama, sino que Vishous se encontraba a su espalda, llenándola de besos. Procuró no abrir los ojos, porque así podía extender un poco más su sueño.- Hola...- Susurró suavemente, sonriendo al entender lo que le había traído y abriéndole el antojo que había estado bastante quietecito por las últimas horas.- Tendrás que cargarme porque no creo poder salir de la cama.- Susurró, colocándose la mano sobre los ojos, tratando de volver a dormirse, aunque sí tenía ganas de ese coulant tan prometido.- Mejor en la terraza, ¿te gustaría?- Murmuró, pensando en la del primer piso, que aún quedaba por encima del nivel del agua y tenía una vista preciosa al caudal del río.
Una risa baja salió de Vishous cuando le dijo que no podía salir de la cama. Le hacía gracia que una mujer tan activa tuviera ahora esa disposición a dormir y raro que no se metiera algún tipo de té para poder mantenerse despierta durante más tiempo. Aún así, valoraba que se quedara tranquila y que respetara los tiempos que su cuerpo necesitaba para el bebé. O la bebé - Puedo hacerlo con un brazo y con el otro preparo la merienda- Le aseguró, aunque lo de cargarla como bolsa de patatas no era lo apropiado ahora.
Pero una de sus manos se deslizó por sus piernas disfrutando de la sedosidad de su piel -Aunque cuando estás así pensamientos muy lejanos a comer comida se me vienen a la mente- Volvió a dejarle un par de besos por el cuello, bajando hasta alcanzar su hombro mirándola taparse de la luz de la tarde que, ahora en primavera, seguía siendo bastante luminosa.
-Suena bien- Murmuró bajo y se alzó un poco para estar por encima de ella, moviendo suavemente su rostro para robarle un beso -Pero te necesito despierta…¿O quieres que te despierte yo? Te aseguro que si me encargo, tu buen humor aumentará respecto a las novedades que te traigo de abajo- Le comentó.
Pero una de sus manos se deslizó por sus piernas disfrutando de la sedosidad de su piel -Aunque cuando estás así pensamientos muy lejanos a comer comida se me vienen a la mente- Volvió a dejarle un par de besos por el cuello, bajando hasta alcanzar su hombro mirándola taparse de la luz de la tarde que, ahora en primavera, seguía siendo bastante luminosa.
-Suena bien- Murmuró bajo y se alzó un poco para estar por encima de ella, moviendo suavemente su rostro para robarle un beso -Pero te necesito despierta…¿O quieres que te despierte yo? Te aseguro que si me encargo, tu buen humor aumentará respecto a las novedades que te traigo de abajo- Le comentó.
Soltó una suave risa ante la propuesta inicial de Vishous. No parecía muy cómodo, o muy seguro, ser cargada por un brazo mientras el otro se encargaba de la comida, pero tenía la sensación de que el moreno podría con todo y se lo tomaría a reto personal. Terminó por descubrirse los ojos, abriendo suavemente los párpados, buscando a Vishous hasta que logró enfocarlo después de algunos segundos.- ¿Pero que vas a preparar? Trajiste coulants, ¿no? Cariño, no quieras meterme la comida a fuerzas otra vez.- Si pretendía que cenara algo, más le valía no pasarse con la merienda. Volvió a reír al escuchar sus pensamientos oscuros, claramente en dualidad entre sus dos pasiones: la comida y el sexo.- Tienes que escoger uno u otro. Y yo ya escogí.- Susurró, girándose suavemente para buscar los labios del contrario en un beso casto, con el toque necesario de maldad.
Si bien, creyó por un momento que la quería "despertar" con algo más físico, la premisa de las novedades le hizo alzar una ceja mientras lo veía sobre ella. Aún entrecerraba los ojos por la luz, pero parecía entusiasmado por lo que iba a decirle. O eso quería creer. No había tenido noticias de abajo desde que aceptó una colaboración para llevar alimento, pero no volvieron a contactarla. Ah, y aquella escueta conversación con Arleen donde lo del hospital no había salido como había querido.- ¿Qué novedades? Lo último que supe es que la cosa no marcha bien y nada como habían planeado. ¿Crees que puedas decirme algo mientras como? Me haz abierto el apetito.
Si bien, creyó por un momento que la quería "despertar" con algo más físico, la premisa de las novedades le hizo alzar una ceja mientras lo veía sobre ella. Aún entrecerraba los ojos por la luz, pero parecía entusiasmado por lo que iba a decirle. O eso quería creer. No había tenido noticias de abajo desde que aceptó una colaboración para llevar alimento, pero no volvieron a contactarla. Ah, y aquella escueta conversación con Arleen donde lo del hospital no había salido como había querido.- ¿Qué novedades? Lo último que supe es que la cosa no marcha bien y nada como habían planeado. ¿Crees que puedas decirme algo mientras como? Me haz abierto el apetito.
-Podemos añadirle fresas- Pensó que sería algo que combinaría perfectamente con los coulants, el gusto del chocolate y la fresa era algo exquisito y nadie podía rebatir eso. La diatriba entre ambos hobbies hizo que Vishous soltara un leve gruñido antes de apretar suavemente el cuerpo de Sofía contra él mientras respondía a aquel beso con nada de castidad, pero la pelirroja se le había escapado entre los dedos por lo que entrecerró los ojos.
-Pues las cosas siguen igual pero ahora necesitamos tu ayuda para la misión- Le dijo al notarla un poco más espabilada, bajó los besos por su cuello hasta el valle de sus senos descubriendo su escote con la nariz -Sí…ahora voy- Le dijo cuando insistió en la comida, pero no sin antes deslizarse hasta atrapar uno de sus deliciosos pezones en sus labios y succionar con cuidado. Apenas un instante, una promesa antes de alzar la cabeza con una sonrisa pícara y finalmente incorporarse -Ahora vuelvo-
Salió de la cama y cogió la bata de Sofía para tirarsela en la cama, tras eso se desapareció a la cocina donde preparó una bandeja con algunas fresas y otros frutos rojos más los coulants. Una tetera para calentar el agua y un café para él. Fue haciendo pequeños portales a medida que tenía las cosas listas, transportándolas a la mesa y cuando todo estuvo preparado subió hasta la terraza. Desde allí la vista era tremenda, mejor que la de su piso…o el loft de Arleen como debería empezar a llamarlo -Johan tiene algunas ideas sobre cómo podrías ayudarnos en la misión del baile. Entre ellas, sustancias particulares…- Dijo alzando las cejas pero luego bajó la vista a su vientre -¿Puedes hacerlas sin que te afecten?-
-Pues las cosas siguen igual pero ahora necesitamos tu ayuda para la misión- Le dijo al notarla un poco más espabilada, bajó los besos por su cuello hasta el valle de sus senos descubriendo su escote con la nariz -Sí…ahora voy- Le dijo cuando insistió en la comida, pero no sin antes deslizarse hasta atrapar uno de sus deliciosos pezones en sus labios y succionar con cuidado. Apenas un instante, una promesa antes de alzar la cabeza con una sonrisa pícara y finalmente incorporarse -Ahora vuelvo-
Salió de la cama y cogió la bata de Sofía para tirarsela en la cama, tras eso se desapareció a la cocina donde preparó una bandeja con algunas fresas y otros frutos rojos más los coulants. Una tetera para calentar el agua y un café para él. Fue haciendo pequeños portales a medida que tenía las cosas listas, transportándolas a la mesa y cuando todo estuvo preparado subió hasta la terraza. Desde allí la vista era tremenda, mejor que la de su piso…o el loft de Arleen como debería empezar a llamarlo -Johan tiene algunas ideas sobre cómo podrías ayudarnos en la misión del baile. Entre ellas, sustancias particulares…- Dijo alzando las cejas pero luego bajó la vista a su vientre -¿Puedes hacerlas sin que te afecten?-
Fresas, moras, queso...- Susurró cerca de sus labios mientras sonreía. Ya no podía agregar café ni vino, pero con algo como eso se haría un platillo delicioso. Aquel momento era de pura felicidad y le encantaba. Mientras se remoloneaba en la cama, empezando aquel juego de estira y afloja que tanto le gustaba con su esposo, trató de enfocarse en el momento de las eventualidades.- Claro que cuentas con mi apoyo, haré lo que necesites.- Susurró, a sabiendas de que no podía pedirle nada demasiado difícil para ella, y de que no le pediría nada arriesgado, así que se sentía segura participando si él la involucraba.
Contrario a su instinto, permitió que el contrario la tomara entre los brazos y besara sus pechos, dándole acceso libre aunque solo lo tomó por un instante. Por alguna razón ese tipo de roces parecían disfrutarlos más él que ella, aunque con el embarazo su piel se erizaba de una manera especial bajo el tacto del Teniente. Permitió que el contrario saliera de la cama y se alejara del lugar antes de levantarse de la cama. Tomó la bata con cuidado y se la colocó para dirigirse al baño y tomar una ducha rápida antes de colocarse un vestido que no le quedaba muy ceñido, no como el resto de los suyos. Ya no era necesario, pero aún podía disimular si quería. Aunque ahora solo buscaba el momento perfecto para anunciarlo.
Mientras terminaba de arreglarse y salía de su habitación, un par de mensajes en el brazalete del Consejo captaron su atención. A decir verdad, eran bastante inquietantes y tuvo que intervenir enviando uno. No iba a ofrecerse abiertamente, por su estado, pero si tenía que ir lo haría. Eso no estaba a discusión. Sin embargo, recordaba el mensaje que Jack le había enviado días atrás. Sobre Catherine. No podía dejar entrever tanta desconfianza. No tanta como la que ya todo mundo sabía que tenía. Por el Consejo. Entre la angustia y la aparente calma que reinaba en su casa, bajó a la terraza y encontró un delicioso banquete esperándola.
Ni bien se sentó, comenzó a escuchar los planes.- ¿Qué misión del baile? - Preguntó preparándose el té y llevándoselo a los labios hasta dejarlo perfecto y en su punto. El antojo era por el café, pero tenía que aguantárselo si quería un bebé tranquilo y no hiperactivo. Pensó por un momento en su pregunta, tratando de darle seriedad al asunto, al menos la que le correspondía.- Mientras no sea magia negra no tengo que hacer ninguna protección especial para protegerle. Hacer pociones no toma magia de mi parte.- Ya que si se preguntaba por las fumarolas o los vapores que salieran de las pociones, esas ya eran punto y aparte. Pero debía ver primero que tipo de trabajo requería.
Contrario a su instinto, permitió que el contrario la tomara entre los brazos y besara sus pechos, dándole acceso libre aunque solo lo tomó por un instante. Por alguna razón ese tipo de roces parecían disfrutarlos más él que ella, aunque con el embarazo su piel se erizaba de una manera especial bajo el tacto del Teniente. Permitió que el contrario saliera de la cama y se alejara del lugar antes de levantarse de la cama. Tomó la bata con cuidado y se la colocó para dirigirse al baño y tomar una ducha rápida antes de colocarse un vestido que no le quedaba muy ceñido, no como el resto de los suyos. Ya no era necesario, pero aún podía disimular si quería. Aunque ahora solo buscaba el momento perfecto para anunciarlo.
Mientras terminaba de arreglarse y salía de su habitación, un par de mensajes en el brazalete del Consejo captaron su atención. A decir verdad, eran bastante inquietantes y tuvo que intervenir enviando uno. No iba a ofrecerse abiertamente, por su estado, pero si tenía que ir lo haría. Eso no estaba a discusión. Sin embargo, recordaba el mensaje que Jack le había enviado días atrás. Sobre Catherine. No podía dejar entrever tanta desconfianza. No tanta como la que ya todo mundo sabía que tenía. Por el Consejo. Entre la angustia y la aparente calma que reinaba en su casa, bajó a la terraza y encontró un delicioso banquete esperándola.
Ni bien se sentó, comenzó a escuchar los planes.- ¿Qué misión del baile? - Preguntó preparándose el té y llevándoselo a los labios hasta dejarlo perfecto y en su punto. El antojo era por el café, pero tenía que aguantárselo si quería un bebé tranquilo y no hiperactivo. Pensó por un momento en su pregunta, tratando de darle seriedad al asunto, al menos la que le correspondía.- Mientras no sea magia negra no tengo que hacer ninguna protección especial para protegerle. Hacer pociones no toma magia de mi parte.- Ya que si se preguntaba por las fumarolas o los vapores que salieran de las pociones, esas ya eran punto y aparte. Pero debía ver primero que tipo de trabajo requería.
Sonrió ante la idea de que Sofía le apoyara en la misión y mientras estaban en la terraza contemplando lo que era paz, sabía que era afortunado no sólo por lo que el futuro preparaba para ellos sino por lo que podían disfrutar en ese momento mientras otras familias quizás estaban peleando por conseguir un plato de comida.
Vishous desvió su mirada platinada hacia Sofía ladeando la cabeza con curiosidad -Creí…habértelo dicho- Tensó los labios como pensando en si había imaginado la conversación en su cabeza o no, pero decidió que daba igual y tenía que hablar y explicarle de la misma forma -Los reales, esos que jodieron en el hospital y también irrumpieron en la entrega de alimentos de la resistencia…o concilio, mejor dicho… Tienen ínfulas de Reyes de Inglaterra y son antimagos- Se movió un poco para coger un par de fresas y comerlas rápidamente antes de seguir hablando -La cuestión es que torturan a la gente así que están sentando un precedente para otra guerra, no lo vamos a permitir- Dijo, incluyéndola a ella antes de beber un trago de café.
-Pero necesito más pruebas y también información para destruirlos desde dentro y ayudar a la comunidad mágica y a Arleen. Ella se está encargando de los PEM y dispositivos de comunicación no mágicos, por si tenemos que enfrentarnos a ellos sin poderes…tener una carta bajo la manga- Expresó y se tomó el tiempo de coger un coulant y empezar a degustarlo, como si no estuviera hablando del destino de un país entero. Después de tragar el primer mordisco escuchó a Sofía -No… No es magia en sí, Johan quería saber si podías hacer alguna poción para inhabilitar, paralizar, dormir, lo que sea…Bebible y con gas en caso de que tengamos que usarlas para escapar-
Vishous desvió su mirada platinada hacia Sofía ladeando la cabeza con curiosidad -Creí…habértelo dicho- Tensó los labios como pensando en si había imaginado la conversación en su cabeza o no, pero decidió que daba igual y tenía que hablar y explicarle de la misma forma -Los reales, esos que jodieron en el hospital y también irrumpieron en la entrega de alimentos de la resistencia…o concilio, mejor dicho… Tienen ínfulas de Reyes de Inglaterra y son antimagos- Se movió un poco para coger un par de fresas y comerlas rápidamente antes de seguir hablando -La cuestión es que torturan a la gente así que están sentando un precedente para otra guerra, no lo vamos a permitir- Dijo, incluyéndola a ella antes de beber un trago de café.
-Pero necesito más pruebas y también información para destruirlos desde dentro y ayudar a la comunidad mágica y a Arleen. Ella se está encargando de los PEM y dispositivos de comunicación no mágicos, por si tenemos que enfrentarnos a ellos sin poderes…tener una carta bajo la manga- Expresó y se tomó el tiempo de coger un coulant y empezar a degustarlo, como si no estuviera hablando del destino de un país entero. Después de tragar el primer mordisco escuchó a Sofía -No… No es magia en sí, Johan quería saber si podías hacer alguna poción para inhabilitar, paralizar, dormir, lo que sea…Bebible y con gas en caso de que tengamos que usarlas para escapar-
Dejó por un instante de disfrutar del paisaje que la naturaleza le ofrecía cuando Vishous mencionó su duda sobre la misión del baile. Le miró con seriedad, evaluando su rostro y tratando de recordar si realmente se lo había dicho y ella lo había olvidado. No trataba de alarmarlo, pero el embarazo a veces la hacía olvidar cosas y eso se lo estaba ocultando. Ya tendría la cabeza más despejada cuando el bebé naciera. No hizo comentarios, tratando de no pensar más en aquello, pues de todas maneras necesitaba oir la explicación, fuera por primera o por segunda vez.
Mientras escuchaba, asentía como si de pronto lo recordara todo aunque habría jurado que era la primera vez que lo escuchaba. Tomó un poco de té, pensando en lo difícil que debía ser para todos la post-guerra si seguían tratando de aniquilar a los magos. Asintió a lo último, aceptando que no debían permitir que mala hierba como aquella floreciera de nuevo en los corazones de los hombres.
Luchar sin magia no implica realmente que dejemos de ser magos, ¿lo sabes, no? Aún con la anti magia, podemos beber las pociones, usar los instrumentos, aunque de una forma más rudimentaria. En caso de que las PEM fallaran, deberían tener un poco más que solo drogas inmediatas bajo la manga.- Suponía que la inmediatez debía ser un requisito.
Hay cosas muy básicas como la leche de amapola. Es somnífera, pero necesitas frascos enteros. Hay Elixir de la Bestia, que creo que tu podrías manejar en caso de antimagia para darse una ventaja en algún apuro.- Sin embargo, con magia de por medio podría ser muy peligroso para él y no podía confiar en que no se la tomaría si se veía en aprietos. Ahora se retractaba un poco de haberla sugerido.- Hay poción de control mental, bastante inmediata, raíz del traidor, saliva del rey demonio, pero creo que lo mejor sería filtro de los muertos. Solo que los darán por muertos hasta que se tomen una herbo. Todas pueden hacerse lo suficientemente evaporables para que sean en gas, pero eso no implica que usadas mal no puedan regresarse en su contra.
Mientras escuchaba, asentía como si de pronto lo recordara todo aunque habría jurado que era la primera vez que lo escuchaba. Tomó un poco de té, pensando en lo difícil que debía ser para todos la post-guerra si seguían tratando de aniquilar a los magos. Asintió a lo último, aceptando que no debían permitir que mala hierba como aquella floreciera de nuevo en los corazones de los hombres.
Luchar sin magia no implica realmente que dejemos de ser magos, ¿lo sabes, no? Aún con la anti magia, podemos beber las pociones, usar los instrumentos, aunque de una forma más rudimentaria. En caso de que las PEM fallaran, deberían tener un poco más que solo drogas inmediatas bajo la manga.- Suponía que la inmediatez debía ser un requisito.
Hay cosas muy básicas como la leche de amapola. Es somnífera, pero necesitas frascos enteros. Hay Elixir de la Bestia, que creo que tu podrías manejar en caso de antimagia para darse una ventaja en algún apuro.- Sin embargo, con magia de por medio podría ser muy peligroso para él y no podía confiar en que no se la tomaría si se veía en aprietos. Ahora se retractaba un poco de haberla sugerido.- Hay poción de control mental, bastante inmediata, raíz del traidor, saliva del rey demonio, pero creo que lo mejor sería filtro de los muertos. Solo que los darán por muertos hasta que se tomen una herbo. Todas pueden hacerse lo suficientemente evaporables para que sean en gas, pero eso no implica que usadas mal no puedan regresarse en su contra.
Un patronus de Fred avisándole que iban a visitar a los Draven le sentó un poco como el culo, pero la verdad, prefería estar con Sofía así que volvió la atención hacia ella. Vishous asintió con suavidad poco -Pero no podría mandarlos a volar con un gesto de mano, Sofía… - Sonrió de lado -Estamos acostumbrados a pelear con magia pero no dejo de saber cómo manejar una espada- Siguió con el coulant y escuchó aquello sobre lo de las PEM y la verdad es que se quedó en blanco -¿Tienes alguna idea?- Alzó las cejas porque él se había centrado tanto en ello que … no veía otra solución porque tampoco entendía cómo funcionaban esos aparatejos.
Luego se puso a enumerar pociones mientras él comía, aunque algunos nombres le sonaban -Lo de la bestia suena bien ¿potencia algo?- Preguntó con curiosidad mientras bebía un poco de su café, el resto hizo que asintiera y tenía razón. Muchas al ser de gas podían realmente ser un fallo…-A menos que tengamos máscaras, escondidas- Pensó. Quizás un hechizo de ampliación no detectable en la cartera de Arleen. Eso era bastante básico, tanto que hasta él lo sabía.
-El filtro de muertos pare…- De pronto todo el suelo tembló, algo que realmente no sucedía en Ouroboros excepto aquella vez que la isla cayó. Vishous bajó la taza de café con cuidado y frunció el ceño. Algo no iba bien -Eso ha sido extraño- Mencionó incorporándose para asomarse por la terraza y empezar a ver alrededor pero sin llegar a percibir nada en las cercanías…Al menos hasta que el patronus de Amaya llegó y le congeló la sangre.
"Te necesito en full armadura en la Residencia Pendragon, vamos a echarlos. Avisa a Aurora y a la familia...Por seguridad deberían abandonar la isla hasta que sea segura"
Vishous volvió la vista a Sofía con seriedad. El tema de los Pendragon era siempre peliagudo -Sé que no puedo retenerte aquí pero espero que seas consciente de lo que supone presentarte con el Consejo- Inspiró profundamente y envió un serie de patronus a todos, poniendo especialmente énfasis en Fred y en sus padres. ¿Abandonar la isla? ¿A dónde exactamente?
Le tendió la mano a Sofía para que se levantara y pasaran adentro de la casa -¿Dónde están tus padres?- Preguntó mientras subía las escaleras para ir a la habitación a colocarse su armadura.
Luego se puso a enumerar pociones mientras él comía, aunque algunos nombres le sonaban -Lo de la bestia suena bien ¿potencia algo?- Preguntó con curiosidad mientras bebía un poco de su café, el resto hizo que asintiera y tenía razón. Muchas al ser de gas podían realmente ser un fallo…-A menos que tengamos máscaras, escondidas- Pensó. Quizás un hechizo de ampliación no detectable en la cartera de Arleen. Eso era bastante básico, tanto que hasta él lo sabía.
-El filtro de muertos pare…- De pronto todo el suelo tembló, algo que realmente no sucedía en Ouroboros excepto aquella vez que la isla cayó. Vishous bajó la taza de café con cuidado y frunció el ceño. Algo no iba bien -Eso ha sido extraño- Mencionó incorporándose para asomarse por la terraza y empezar a ver alrededor pero sin llegar a percibir nada en las cercanías…Al menos hasta que el patronus de Amaya llegó y le congeló la sangre.
"Te necesito en full armadura en la Residencia Pendragon, vamos a echarlos. Avisa a Aurora y a la familia...Por seguridad deberían abandonar la isla hasta que sea segura"
Vishous volvió la vista a Sofía con seriedad. El tema de los Pendragon era siempre peliagudo -Sé que no puedo retenerte aquí pero espero que seas consciente de lo que supone presentarte con el Consejo- Inspiró profundamente y envió un serie de patronus a todos, poniendo especialmente énfasis en Fred y en sus padres. ¿Abandonar la isla? ¿A dónde exactamente?
Le tendió la mano a Sofía para que se levantara y pasaran adentro de la casa -¿Dónde están tus padres?- Preguntó mientras subía las escaleras para ir a la habitación a colocarse su armadura.
Asintió con una sonrisa a su maestría con la espada, que debía ser bastante si de verdad quería presumir que podía andar sin magia por el mundo. Sobre las PEM, ya se le ocurriría alguna cosa. Asumía que harían su trabajo así que por ahora no había más que investigar al respecto. Suponía, de verdad, que en la mayoría de sus libros no habían tenido que enfrentarse los autores a la antimagia. Y que si alguien lo había intentado, no había salido lo suficientemente bien como para escribir sobre ello.
Supo bien que su marido tenía un olfato natural para las pociones cuando le llamó la atención aquella de la bestia. Era peligrosa, pero manejable, y bastante útil.- Así es, impide por un cierto tiempo los ataques al convertirte una gárgola. Sirve para avanzar, sobre todo.- Aquello podría servirles si había un par de magos preparados en artes más físicas. Quizás ese Johan que no se le caía de la boca a su marido. Las máscaras podían servir bien en caso de que alguna bomba se les cayese demasiado cerca. Harían más difícil su visión periférica, pero no habría fallo pues quien no tuviera una caería rendido.
Antes de que el piso temblara, un dolor en el pecho la cruzó como una espada. Tuvo que colocar ambas manos en la mesa, sorprendida de aquel fulminante ataque cuando sintió la energía de rechazo que solo había conocido una vez en la vida. Algo no andaba bien, y se lo dispuso así el terremoto que sacudió la isla. Algo malo había germinado en aquel lugar. Escuchar el nombre Pendragón del patronus de Amaya, le hizo comprender que sus sospechas, por muy remotas que podían parecer, eran ciertas.
No tenía ni idea de qué significaban las palabras de Vishous, pues en su mente solo tenía una idea clara y fija. Tomó la mano de Vishous, caminando hacia las escaleras.- Por el edificio del Consejo, en la ciudad. Vendrán aquí, sabrán que pasa algo, deben haberlo sentido.- No tardó en decirle cuando la presencia de sus padres se sintió afuera, en el bosque. Podían hacer algo. Ellos tres podían hacer algo por la flora que sufría afuera, en el bosque. Se zafó a como pudo de la mano de Vishous y comenzó a correr hacia afuera, a la puerta principal que daba al bosque.- Vístete, voy con mis padres, te espero.- La abrió y vio a sus padres, aún tratando de comprender todo. Mientras les explicaba de aquella sensación maligna que tuvo hacía algunos instantes, entendió que todos lo habían sentido, solo que ellos no conocían con anterioridad de la presencia de aquella naturaleza muerta. Cuando Vishous terminó y se encontró con ellos afuera, entendió que él prefería que huyera, pero ella tenía otros planes que acababa de concretar con su familia.- Vishous, ve, te veré pronto. Me llevaré a uno de tus soldados para que nos consiga un transporte en caso de ser necesario. Llévate al resto, hay algo importante que hacer aquí.- Susurró, caminando hasta su esposo para darle un suave beso de despedida y tocar su corazón.- Búscame cuando acabes con esos idiotas. Y ten mucho cuidado.
Y dicho aquello, se soltó de sus brazos, le permitió partir y se apresuró hacia su familia. Con una mirada rápida que tuvo con sus padres, supo que estaban confusos, sin embargo se tomó el tiempo de explicarles el mal que podían suponer los Pendragón y lo mucho que había sufrido al sentir su árbol de sacrificios. Entre los tres, entendieron de inmediato que de eso se trataba y supieron que hacer al instante. Corrió con ellos hacia el centro del bosque, cerca del agua. Ahí, se encontraba el roble más grande y anciano que aún quedaba en la isla. Sus raíces se extendían por kilómetros y era quien más estaba sufriendo por aquella herejía. Tras un solo toque de su tronco, entendieron que la red de energía tenía una alteración importante ahora solo había que buscarlo.
Tras unos minutos de búsqueda, fue su padre quien encontró claramente la red en el norte de la isla. Por las montañas del dragón, más puntualmente. Habían colocado alguna especie de brote o fruto de aquel árbol maldito, seguramente, pues con anterioridad nunca había sentido tal perjurio en sus tierras. Al menos eran suficientemente ignorantes de los poderes de su árbol como para poder hacer algo al respecto. Había poca vegetación en aquel lugar, y serviría a sus propósitos, pero no a los propios.
Tras dar cuenta de dónde se encontraba aquella cosa, cedió los honores a su padre que abrió junto al gran roble una cámara que llevaba a las raíces mismas del bosque. No esperaba gran cosa del guardia que les acompañaba, pero debía admitir que a pesar de lo espeluznante que podía parecer aquello para quien no estaba familiarizado, él poco se inmutó. Tras permitir que su madre hiciera los preparativos, los círculos en el suelo y las velas, los tres se arrodillaron dentro del círculo triangulado y se tomaron las manos justo debajo del tronco central de aquel gran roble que desenmarañaba cientos de kilómetros de raíces en todas direcciones. La concentración fue tal que, por un largo periodo, se mantuvieron inmóviles conectando con aquel gran ser que prometía vida y salud a todo el que se dejar guiar por su enseñanza. No era un árbol ceremonial como el de los Pendragón, ni tampoco era sagrado. Para los Dioscórides, era la edad la que brindaba la magia, no una maldición. Y aquel árbol tenía magia que hablaba por si sola.
Tras casi media hora de concentración y de convencimiento, el gran árbol atendió a sus súplicas con un estruendo que comenzó a partir la tierra. Le brindaron de su energía a la red neuronal de aquel gran bosque y comenzaron a partir toda atadura, energética y de raíz con el centro de aquella gran montaña. Si el árbol de los Pendragón no era suficientemente fuerte, aquel lugar desaparecería partiéndose en gajos. El bosque entonces recibió otra fuerte sacudida, pues las raíces que llegaban a aquella montaña y que unían toda la isla se deshicieron en tierra y carbón.
El ritual, en total, tardó casi una hora en completarse. Era lo más que podía hacer para proteger aquel bosque de la maligna presencia de aquella semilla demoniaca. Tras levantarse con cuidado, salieron de aquel espacio dentro de las raíces del roble y sellaron la entrada, saliendo de aquel lugar con ayuda del soldado.
Supo bien que su marido tenía un olfato natural para las pociones cuando le llamó la atención aquella de la bestia. Era peligrosa, pero manejable, y bastante útil.- Así es, impide por un cierto tiempo los ataques al convertirte una gárgola. Sirve para avanzar, sobre todo.- Aquello podría servirles si había un par de magos preparados en artes más físicas. Quizás ese Johan que no se le caía de la boca a su marido. Las máscaras podían servir bien en caso de que alguna bomba se les cayese demasiado cerca. Harían más difícil su visión periférica, pero no habría fallo pues quien no tuviera una caería rendido.
Antes de que el piso temblara, un dolor en el pecho la cruzó como una espada. Tuvo que colocar ambas manos en la mesa, sorprendida de aquel fulminante ataque cuando sintió la energía de rechazo que solo había conocido una vez en la vida. Algo no andaba bien, y se lo dispuso así el terremoto que sacudió la isla. Algo malo había germinado en aquel lugar. Escuchar el nombre Pendragón del patronus de Amaya, le hizo comprender que sus sospechas, por muy remotas que podían parecer, eran ciertas.
No tenía ni idea de qué significaban las palabras de Vishous, pues en su mente solo tenía una idea clara y fija. Tomó la mano de Vishous, caminando hacia las escaleras.- Por el edificio del Consejo, en la ciudad. Vendrán aquí, sabrán que pasa algo, deben haberlo sentido.- No tardó en decirle cuando la presencia de sus padres se sintió afuera, en el bosque. Podían hacer algo. Ellos tres podían hacer algo por la flora que sufría afuera, en el bosque. Se zafó a como pudo de la mano de Vishous y comenzó a correr hacia afuera, a la puerta principal que daba al bosque.- Vístete, voy con mis padres, te espero.- La abrió y vio a sus padres, aún tratando de comprender todo. Mientras les explicaba de aquella sensación maligna que tuvo hacía algunos instantes, entendió que todos lo habían sentido, solo que ellos no conocían con anterioridad de la presencia de aquella naturaleza muerta. Cuando Vishous terminó y se encontró con ellos afuera, entendió que él prefería que huyera, pero ella tenía otros planes que acababa de concretar con su familia.- Vishous, ve, te veré pronto. Me llevaré a uno de tus soldados para que nos consiga un transporte en caso de ser necesario. Llévate al resto, hay algo importante que hacer aquí.- Susurró, caminando hasta su esposo para darle un suave beso de despedida y tocar su corazón.- Búscame cuando acabes con esos idiotas. Y ten mucho cuidado.
Y dicho aquello, se soltó de sus brazos, le permitió partir y se apresuró hacia su familia. Con una mirada rápida que tuvo con sus padres, supo que estaban confusos, sin embargo se tomó el tiempo de explicarles el mal que podían suponer los Pendragón y lo mucho que había sufrido al sentir su árbol de sacrificios. Entre los tres, entendieron de inmediato que de eso se trataba y supieron que hacer al instante. Corrió con ellos hacia el centro del bosque, cerca del agua. Ahí, se encontraba el roble más grande y anciano que aún quedaba en la isla. Sus raíces se extendían por kilómetros y era quien más estaba sufriendo por aquella herejía. Tras un solo toque de su tronco, entendieron que la red de energía tenía una alteración importante ahora solo había que buscarlo.
Tras unos minutos de búsqueda, fue su padre quien encontró claramente la red en el norte de la isla. Por las montañas del dragón, más puntualmente. Habían colocado alguna especie de brote o fruto de aquel árbol maldito, seguramente, pues con anterioridad nunca había sentido tal perjurio en sus tierras. Al menos eran suficientemente ignorantes de los poderes de su árbol como para poder hacer algo al respecto. Había poca vegetación en aquel lugar, y serviría a sus propósitos, pero no a los propios.
Tras dar cuenta de dónde se encontraba aquella cosa, cedió los honores a su padre que abrió junto al gran roble una cámara que llevaba a las raíces mismas del bosque. No esperaba gran cosa del guardia que les acompañaba, pero debía admitir que a pesar de lo espeluznante que podía parecer aquello para quien no estaba familiarizado, él poco se inmutó. Tras permitir que su madre hiciera los preparativos, los círculos en el suelo y las velas, los tres se arrodillaron dentro del círculo triangulado y se tomaron las manos justo debajo del tronco central de aquel gran roble que desenmarañaba cientos de kilómetros de raíces en todas direcciones. La concentración fue tal que, por un largo periodo, se mantuvieron inmóviles conectando con aquel gran ser que prometía vida y salud a todo el que se dejar guiar por su enseñanza. No era un árbol ceremonial como el de los Pendragón, ni tampoco era sagrado. Para los Dioscórides, era la edad la que brindaba la magia, no una maldición. Y aquel árbol tenía magia que hablaba por si sola.
Tras casi media hora de concentración y de convencimiento, el gran árbol atendió a sus súplicas con un estruendo que comenzó a partir la tierra. Le brindaron de su energía a la red neuronal de aquel gran bosque y comenzaron a partir toda atadura, energética y de raíz con el centro de aquella gran montaña. Si el árbol de los Pendragón no era suficientemente fuerte, aquel lugar desaparecería partiéndose en gajos. El bosque entonces recibió otra fuerte sacudida, pues las raíces que llegaban a aquella montaña y que unían toda la isla se deshicieron en tierra y carbón.
El ritual, en total, tardó casi una hora en completarse. Era lo más que podía hacer para proteger aquel bosque de la maligna presencia de aquella semilla demoniaca. Tras levantarse con cuidado, salieron de aquel espacio dentro de las raíces del roble y sellaron la entrada, saliendo de aquel lugar con ayuda del soldado.
Lo de la gárgola no dejaba de parecerle Interesante y sería una adición buena a su colección de posibles escapes. Una especie de tanque para abrir paso. Asintió anotándose el nombre de aquel elixir que sin duda aportaría muchos beneficios.
Después, cuando todo ocurrió, siguió avanzando con Sofía por las escaleras aunque sabía... Por lo que había visto en su cara que huir no era una opción. Pero tampoco podía decirle que no, bastante que habían discutido sobre su seguridad pero sabía que era consciente del riesgo.
Asintió y fue a cambiarse. Una vez vestido bajo para ver a sus suegros con quiénes intercambió una mirada seria -Si todo parece un desastre podéis ir a tierra... Contactar con Arleen o con Johan Black- Dijo porque le había asegurado que podían ir a su casa.
No tardó en desaparecer hacia la batalla después de despedirse de Sofía y su hij@ no nat@.
Después, cuando todo ocurrió, siguió avanzando con Sofía por las escaleras aunque sabía... Por lo que había visto en su cara que huir no era una opción. Pero tampoco podía decirle que no, bastante que habían discutido sobre su seguridad pero sabía que era consciente del riesgo.
Asintió y fue a cambiarse. Una vez vestido bajo para ver a sus suegros con quiénes intercambió una mirada seria -Si todo parece un desastre podéis ir a tierra... Contactar con Arleen o con Johan Black- Dijo porque le había asegurado que podían ir a su casa.
No tardó en desaparecer hacia la batalla después de despedirse de Sofía y su hij@ no nat@.
Cargada, en brazos de su marido, por fin las cosas estaban bien. El moreno era el hombre más sobreprotector que había conocido, sobre todo viniendo de convivir con su padre que tenía un amor tan liberal, pero entendía que después de días largos de angustia desde aquel gran susto de Tintagel no quisiera ni dejarla bajar las escaleras por si misma. Habían sido unos días jodidos, de gran estrés y de gran dolor, pero al final todo se había arreglado para favor suyo y de la pequeña criatura en su vientre. Además, no podía quejarse, se estaba dejando mimar por su marido, y dejándolo ayudar de toda forma que quisiera, sin ponerle peros de por medio. Por eso mismo estaban reunidos aquel día en el salón principal, pues tratando de olvidar aquel mal trago estaban decididos a comenzar una nueva etapa para ellos, remodelando.
En el pecho, aún tenía la angustia que le producía el árbol, y no sabía si lo que hacían era en vano y aquella hermosa cabaña de sus ancestros quedaría destruida, pero quería darse el gusto de formar con Vishous un hogar para ambos. Y "para ambos" significaba que aquel lugar no fuera solamente acogedor para ella, sino también para él. Dejó que la bajara en el piso central justo después de regalarle un beso profundo y comenza a caminar, lentamente pero a paso firme, hasta el centro de la habitación.- Aquí siempre ha estado la sala principal y la chimenea, muy rústico todo, muy de cabaña. Sé que te gustan las cosas más modernas, pero al menos me gustaría conservar los ventanales y la doble altura del techo. La verdad es que me asfixian un poco las casas normales. En Grecia también tenía puertas grandes y árboles por todos lados. Y tengo la sensación de que esta pequeña criatura también va a necesitarlos.- Susurró, acariciando su vientre abultado. Por un lado, tenía miedo, pero por otro ya quería tenerle entre los brazos y arrullarle.- También habrá que comenzar con la habitación del bebé, eso tiene un poco de prioridad. Tengo miedo de que el susto que pasamos haya adelantado las cosas o... no lo sé.
En el pecho, aún tenía la angustia que le producía el árbol, y no sabía si lo que hacían era en vano y aquella hermosa cabaña de sus ancestros quedaría destruida, pero quería darse el gusto de formar con Vishous un hogar para ambos. Y "para ambos" significaba que aquel lugar no fuera solamente acogedor para ella, sino también para él. Dejó que la bajara en el piso central justo después de regalarle un beso profundo y comenza a caminar, lentamente pero a paso firme, hasta el centro de la habitación.- Aquí siempre ha estado la sala principal y la chimenea, muy rústico todo, muy de cabaña. Sé que te gustan las cosas más modernas, pero al menos me gustaría conservar los ventanales y la doble altura del techo. La verdad es que me asfixian un poco las casas normales. En Grecia también tenía puertas grandes y árboles por todos lados. Y tengo la sensación de que esta pequeña criatura también va a necesitarlos.- Susurró, acariciando su vientre abultado. Por un lado, tenía miedo, pero por otro ya quería tenerle entre los brazos y arrullarle.- También habrá que comenzar con la habitación del bebé, eso tiene un poco de prioridad. Tengo miedo de que el susto que pasamos haya adelantado las cosas o... no lo sé.
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