Recuerdo del primer mensaje :
Planta de habitaciones para pacientes ingresados. Hay varias habitaciones, con varias camas en cada habitación. Las camas pueden separarse con biombos.
Planta de habitaciones para pacientes ingresados. Hay varias habitaciones, con varias camas en cada habitación. Las camas pueden separarse con biombos.
Al escuchar eso de encargarse de las malas noticias después volvió a mirar a su libreta y pensó en Giordano. Exactamente al día siguiente le había pedido ayuda con un proyecto porque la situación en tierra era horrorosa. No dijo nada, la morena simplemente se calló. Ya encontraría tiempo de ir a ver al Descendiente con nuevas ideas una vez le dieran de alta. Ahora tocaba todo lo demás. Empezó a escuchar a Sofía cuando habló, habló y habló de gardenias mientras Arleen se imaginaba lo que sería todo -Con follaje estaría bien. Y la idea de los hilos de oros dejará todo hermoso- Sonrió, amablemente mientras la miraba tan entusiasmada. Pero claro, era su rama. Para lo bueno y para lo malo, la miró un poco más al recordar una muy truculenta prueba en el torneo en el que ella participó de la rama de Dioscórides. Pero era así, todos teníamos nuestros lados negros y blancos. También grises.
“¿La madrina?” La miró de nuevo hasta que empezaron a hablar sobre las despedidas de soltero -Oh, pensé que hablaban de los invitados en general. Creo que Aurora, Jo… Mis hermanos. Tal vez mi prima. Bueno a Giordano lo considero amigo…Y creo que ya... - Aunque no sabía todo lo que se estaba cociendo ya que habían vuelto de la misión. Esperaba que Johan hubiese vuelto, no lo recordaba. Esperaba que pudieran hablar y solucionaran todo. En el fondo, no haber quitado el post it había sido el gesto que Arleen había identificado como que la rubia aún le quería. Al escuchar a Aldaron con todo eso de que la boda era de ella, y con el apoyo de Sofía, lo que le había dicho a Sayid. Empezaba a creérselo -Sofía, le enviaré un patronus informándole todo. No… No lidien con ella. Lo haré yo-
-El Jardín sería un sueño hecho realidad, Descendiente- Dijo bajando la cabeza suavemente a modo de reverencia cuando había ofrecido aquel lugar tan privado. Al levantar la cabeza sonrió ampliamente. Aquello le hacía mucha ilusión, era su boda. No podía creérselo aún. Era su boda… Sonrió un poco más ampliamente -Sofía, pareces ser muy cercana a Sayid. ¿Me puedes hablar un poco más de él?- Inquirió antes de mirar a Aldaron -A menos que vengas a darme de alta- en efecto, estaba allí para ello así que después de hablar un poco más finalmente todos se fueron dejando la habitación libre.
“¿La madrina?” La miró de nuevo hasta que empezaron a hablar sobre las despedidas de soltero -Oh, pensé que hablaban de los invitados en general. Creo que Aurora, Jo… Mis hermanos. Tal vez mi prima. Bueno a Giordano lo considero amigo…Y creo que ya... - Aunque no sabía todo lo que se estaba cociendo ya que habían vuelto de la misión. Esperaba que Johan hubiese vuelto, no lo recordaba. Esperaba que pudieran hablar y solucionaran todo. En el fondo, no haber quitado el post it había sido el gesto que Arleen había identificado como que la rubia aún le quería. Al escuchar a Aldaron con todo eso de que la boda era de ella, y con el apoyo de Sofía, lo que le había dicho a Sayid. Empezaba a creérselo -Sofía, le enviaré un patronus informándole todo. No… No lidien con ella. Lo haré yo-
-El Jardín sería un sueño hecho realidad, Descendiente- Dijo bajando la cabeza suavemente a modo de reverencia cuando había ofrecido aquel lugar tan privado. Al levantar la cabeza sonrió ampliamente. Aquello le hacía mucha ilusión, era su boda. No podía creérselo aún. Era su boda… Sonrió un poco más ampliamente -Sofía, pareces ser muy cercana a Sayid. ¿Me puedes hablar un poco más de él?- Inquirió antes de mirar a Aldaron -A menos que vengas a darme de alta- en efecto, estaba allí para ello así que después de hablar un poco más finalmente todos se fueron dejando la habitación libre.
Kyllian Evans
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Había pasado a penas dos días en el hospital pero ya empezaba a agobiarme, por suerte Mérida se encargaba de hacer más llevadero el mal trago porque después del virus aquel infernal no me hacia mucha gracia estar encerrado y menos en el hospital.
Las enfermeras pasaban continuamente ya fuera para tomarnos la temperatura o para la comida y mis curaciones, yo ya me encontraba bien pero ellos seguían a lo suyo. el segundo día cerca de la hora de comer (muy pronto en el hospital) alguien tocó la puerta, se trataba del elfo de siempre que lo primero que hizo fue quejarse al vernos juntos, me mandó a mi cama y me quitó las vendas, al parecer todo estaba bien y tanto la pelirroja como yo podíamos volver a casa.
No pude esperarme mucho tiempo, en cuanto me dejaron libre corrí a cambiarme la horrible ropa de hospital por la mía, aún tenía sangre pero ya me cambiaría en llegar a los dormitorios, esperé por Mérida y en cuento estuvo lista tiré de ella para poder huir de ese lugar.
Las enfermeras pasaban continuamente ya fuera para tomarnos la temperatura o para la comida y mis curaciones, yo ya me encontraba bien pero ellos seguían a lo suyo. el segundo día cerca de la hora de comer (muy pronto en el hospital) alguien tocó la puerta, se trataba del elfo de siempre que lo primero que hizo fue quejarse al vernos juntos, me mandó a mi cama y me quitó las vendas, al parecer todo estaba bien y tanto la pelirroja como yo podíamos volver a casa.
No pude esperarme mucho tiempo, en cuanto me dejaron libre corrí a cambiarme la horrible ropa de hospital por la mía, aún tenía sangre pero ya me cambiaría en llegar a los dormitorios, esperé por Mérida y en cuento estuvo lista tiré de ella para poder huir de ese lugar.
--- Habitación de Victorya---
La noche de la conversación con Josephine no pude dormir. Ni tampoco la siguiente, ni la otra. En mi mente seguía repasando sin descanso cada palabra que nos habíamos dicho, o qué podía haber hecho para que todo fuese diferente. Por mucho que lo pensase no encontraba respuesta, sólo desasosiego. No sabía si podría perdonarme algún día. Tal vez le había pedido mucho al preguntar aquello justo después de confesar una infidelidad, pero también necesitaba saber si todavía había alguna esperanza y si tenía sentido seguir luchando. No le había contado a nadie aquello, y tampoco me apeteció ver a nadie durante los siguientes días. Mucho menos ir a la boda a la que estaba invitado, aunque me sabía mal por Sayid, que era el Descendiente que mejor me caía. Pensé en enviarle un regalo de mi parte y una nota de disculpa. Tampoco conseguía centrarme mucho en pensar detalles para el siguiente paso contra S.A.M. Lo siguiente sería ponerse en contacto con los que estaban con el androide. Por ahora tocaba esperar, y pasar por el hospital para ver cómo estaban todos.
Había ido por allí un par de veces en los días anteriores, pero cada vez que venía Victorya estaba dormida y acababa marchándome. Esta vez también lo estaba, pero decidí quedarme y esperar a ver si despertaba. Tampoco había conseguido ver despierto a Yaroslav, y mucho menos a Reiv, que me preocupaba porque su estado seguía siendo grave aunque estuviese estable. Cerré la puerta con cuidado, caminando hasta la cama de Victorya para sentarme a los pies. Ya llevaba una semana ingresada, y le quedaba al menos una más, según me habían dicho los médicos. Seguramente se habría preguntado por qué no me había visto en días anteriores, y habría pensado que tenía que ver con mi conversación pendiente.
Los días habían pasado de manera difícil desde que habían llegado de Londres. Aunque estaba recuerándose bien de las cirugías, no podía decir que se encontraba bien al cien por ciento. La cama comenzaba a incomodarle, las sombras hablaban cada vez más bajo y la sensación general era poco favorable. Como no tenía el constante zumbido de las sombras en la cabeza, había logrado hacer algo que tenía mucho tiempo sin hacer: dormir. Durmió gran parte de los días, descansando todo lo que no había podido en años. El silencio era acogedor y le permitían una paz y tranquilidad que no recordaba. Aquel día había desayunado y se había vuelto a dormir antes de que medio día llegara. Por sus ojos sensibles, la ventana permanecía mayormente cerrada y la habitación estaba más oscura que afuera, aunque no en penumbras.
No puso qué fue lo que le incomodó lo suficiente como para abrir los ojos, pero lo hizo, encontrando sentado a sus pies a Johan. Parpadeó un par de segundos, acostumbrándose a los rayos del sol que entraban por la ventana, aspirando profundo antes de levantarse un poco el respaldo de la cama con los botones. Le miró durante un rato, tratando de descifrar su expresión, aunque sin hablarle no lograría tal cosa.- No te escuché entrar. ¿Tienes mucho aqui? - Murmuró para relajar un poco la tensión que sentía de verle tan de repente.- Creí que estarías en la boda. Las enfermeras no dejaron de hablar de eso en toda la semana.- Susurró, tanteando el terreno y tratando de que su voz no se escuchara tan rasposa.
No puso qué fue lo que le incomodó lo suficiente como para abrir los ojos, pero lo hizo, encontrando sentado a sus pies a Johan. Parpadeó un par de segundos, acostumbrándose a los rayos del sol que entraban por la ventana, aspirando profundo antes de levantarse un poco el respaldo de la cama con los botones. Le miró durante un rato, tratando de descifrar su expresión, aunque sin hablarle no lograría tal cosa.- No te escuché entrar. ¿Tienes mucho aqui? - Murmuró para relajar un poco la tensión que sentía de verle tan de repente.- Creí que estarías en la boda. Las enfermeras no dejaron de hablar de eso en toda la semana.- Susurró, tanteando el terreno y tratando de que su voz no se escuchara tan rasposa.
Esta vez no tuve que esperar mucho tiempo a que despertase, aunque supuse que era normal que por su estado tuviese más sueño de lo normal. Intenté poner gesto neutro y que no se me notase mucho el jaleo mental que llevaba encima. Le di unos segundos para que se espabilase y se ubicase, esperando hasta que incorporó el respaldo de la cama. Inspiré profundamente antes de hablar, tratando de sonar tranquilo. - Buenos días. Esta vez si te pillo despierta. Vine un par de veces estos días de atrás.- negué con la cabeza cuando preguntó si llevaba mucho en la habitación, pues había tardado muy poco en darse cuenta.
- Un par de minutos si acaso. Estuve hablando antes con tus médicos, y visitando a mi hermano. - tampoco iba a soltarle de golpe que querían que estuviese una semana más, en todo caso se lo diría si preguntaba. - ¿Cómo te encuentras tú? Tienes mejor cara que el otro día. - Alcé un hombro un instante cuando me dijo lo de la boda, soltando un sonido de contrariedad. - No...no tenía muchas ganas de ir. He enviado un "emisario" como regalo. - era un animalillo con cara simpática que había encontrado en un paseo cerca de donde estaba ahora la torre de los Soul. No sabía si era de nadie, pero era curioso y bastante espabilado, así que lo envié hacia los jardines con una nota de mi parte para Sayid, disculpándome por no asistir y deseándole lo mejor en su matrimonio. Con un poco de suerte no la jodería.
- Qué pesadas las enfermeras. Tampoco es para tanto una boda.- suspiré como si me disgustase el tema de las bodas, estirando la mano hasta la mesa que había al lado para pasarle un vaso de agua de agua a Victorya. Parecía que lo necesitaba, a juzgar por la voz rasposa. - ¿Te han vuelto a hacer alguna ecografía más o te han dicho algo nuevo?
- Un par de minutos si acaso. Estuve hablando antes con tus médicos, y visitando a mi hermano. - tampoco iba a soltarle de golpe que querían que estuviese una semana más, en todo caso se lo diría si preguntaba. - ¿Cómo te encuentras tú? Tienes mejor cara que el otro día. - Alcé un hombro un instante cuando me dijo lo de la boda, soltando un sonido de contrariedad. - No...no tenía muchas ganas de ir. He enviado un "emisario" como regalo. - era un animalillo con cara simpática que había encontrado en un paseo cerca de donde estaba ahora la torre de los Soul. No sabía si era de nadie, pero era curioso y bastante espabilado, así que lo envié hacia los jardines con una nota de mi parte para Sayid, disculpándome por no asistir y deseándole lo mejor en su matrimonio. Con un poco de suerte no la jodería.
- Qué pesadas las enfermeras. Tampoco es para tanto una boda.- suspiré como si me disgustase el tema de las bodas, estirando la mano hasta la mesa que había al lado para pasarle un vaso de agua de agua a Victorya. Parecía que lo necesitaba, a juzgar por la voz rasposa. - ¿Te han vuelto a hacer alguna ecografía más o te han dicho algo nuevo?
Buenos días...- Dijo en voz baja para no interrumpirle, que se había olvidado de saludar. Desconocía que había ido antes, pero suponía que había sido suerte que se hubiera despertado si ya tenía algunos minutos ahí.- ¿Cómo sigue tu hermano? - Recordaba lo inmóvil que se veía cuando Juliet lo llevaba en la pata junto a ella y le recorría un escalofrío. Era como llevar un cadáver y, sin embargo, la dragona había sido lista en llevarlo rápidamente consigo.
Bostezó suavemente con la mano cubriéndose los labios, asintiendo a lo de tener mejor cara.- Me han dado cosas para las nauseas y los mareos. He dormido mucho. Creo que el hospital tiene algo de magia que contrarresta la mía o hay algún vampiro cerca. Las sombras no me hablan.- Susurró, recordando que Sirius siempre le hacía despejarse, aunque no sabía si estaba siquiera en la isla. De estarlo, tenía sentido que estuviera con Reiv.- ¿Un emisario? - Preguntó extrañada y con una sonrisa en los labios por la palabra.
Parece que es de una doctora a la que aprecian.- Murmuró cuando se puso gruñón con lo de la boda. Le parecía extraño, él nunca estaba de humores tan oscuros. Algo había cambiado, algo había pasado y no quería adelantarse a todo. Negó a lo de las ecografías, tomando el vaso para beber un poco de agua, agradeciéndole en voz baja.- No quisieron hacer otra hasta que estén seguros de que los puntos han cerrado, por eso de que alguno pueda reventar. Pero dicen que todo va pasando normal y que lo harán antes de darme el alta.- Aunque tampoco le habían dicho cuando sería. Se quedó mirando a Johan por un momento, extrañada de su semblante, pero no, no quería preguntar. Esperaría a que tuviera, por sí mismo, la confianza de decir lo que rondaba en su cabeza. Con las pocas noticias que tenía de fuera del hospital además de la boda, aquello podía ser cualquier cosa, pero tenía una en particular en mente.
Bostezó suavemente con la mano cubriéndose los labios, asintiendo a lo de tener mejor cara.- Me han dado cosas para las nauseas y los mareos. He dormido mucho. Creo que el hospital tiene algo de magia que contrarresta la mía o hay algún vampiro cerca. Las sombras no me hablan.- Susurró, recordando que Sirius siempre le hacía despejarse, aunque no sabía si estaba siquiera en la isla. De estarlo, tenía sentido que estuviera con Reiv.- ¿Un emisario? - Preguntó extrañada y con una sonrisa en los labios por la palabra.
Parece que es de una doctora a la que aprecian.- Murmuró cuando se puso gruñón con lo de la boda. Le parecía extraño, él nunca estaba de humores tan oscuros. Algo había cambiado, algo había pasado y no quería adelantarse a todo. Negó a lo de las ecografías, tomando el vaso para beber un poco de agua, agradeciéndole en voz baja.- No quisieron hacer otra hasta que estén seguros de que los puntos han cerrado, por eso de que alguno pueda reventar. Pero dicen que todo va pasando normal y que lo harán antes de darme el alta.- Aunque tampoco le habían dicho cuando sería. Se quedó mirando a Johan por un momento, extrañada de su semblante, pero no, no quería preguntar. Esperaría a que tuviera, por sí mismo, la confianza de decir lo que rondaba en su cabeza. Con las pocas noticias que tenía de fuera del hospital además de la boda, aquello podía ser cualquier cosa, pero tenía una en particular en mente.
Hice un gesto con la mano cuando preguntó por Reiv, como queriendo decir que iba regular. Además me habían contado una cosa que parecía difícil creer que sucediese en un hospital. - Por lo visto alguien le envenenó y le hizo vudú aprovechando que estaba inconsciente. No saben quién ha sido, pero lo van a investigar. Alguien rastrero, desde luego. - al menos ahora parecía haber más seguridad y vigilancia. En cuanto lo supiesen se iba a enterar quien hubiese sido. Apoyé una mano sobre la manta que cubría su pierna, reacomodándome un poco para sentarme mejor. - Menos mal que te han dado algo para las náuseas, en la misión estabas fatal con eso. ¿Cuánto pueden durar? - y yo sin darme cuenta de nada, pensando que era lo mismo que le pasaba a Sayid y sin pararme a pensar en el asunto. Desastre.
Me quedé pensativo cuando comentó lo de las sombras, y al mencionar lo del vampiro lo tuve claro. - Por supuesto...Sirius. Estaba aquí la noche que llegamos heridos. Apareció un momento cuando me estaban curando. - rememoré ese momento extraño en el que dijo algo sin sentido, justo cuando estaba con Josephine en la consulta. ¿Lo habría dicho porque sabía lo que pasaba? ¿me estaba juzgando? - Él siempre percibe esas cosas, sabe cuándo están en peligro los de su sangre. Nos ha salvado de muchas situaciones complicadas. Puede que se haya quedado aquí con Reiv estos días, en forma de sombras. - no sabía si quería tener con él esa conversación sobre lo que tuvo con otras mujeres. Temía lo que pudiese reprocharme, o darme cuenta de que tal vez fuese ya demasiado "vampiro" como para poder hablar de esos temas del pasado.
Mostré una leve sonrisa cuando me preguntó por el emisario, porque el animal era tan gracioso y simpático que cualquiera se resistía a él. - Creo que se llaman quokkas. Es como un roedor con cara de felicidad. Me pareció que a cualquiera le gustaría tener uno cerca, y ya que no iba a ir a la boda...- asentí a lo de la doctora que apreciaban, aunque estaba seguro de que apreciaban más a Josephine. Ella había hecho bastantes amigos entre los compañeros del hospital. - ¿Reventar puntos? ¿eso suena fatal, no? - fruncí el ceño como imaginándolo, haciéndole un gesto como queriendo decir que no se moviera, por si acaso. Por suerte parecía ir progresando y no había perdido a la futura criatura. Volví a recordar la frase de Josephine, "tal vez deberías centrarte en esa criatura". Tampoco sabía qué haríamos cuando le dieran el alta. Me había quedado con la mirada baja sin darme cuenta, pero cuando volví a alzar la vista pude percibir que ella me miraba algo extrañada, como si mi disimulo no hubiese sido suficiente.
- No pasa nada. De verdad. - no podía contarlo, aunque lo necesitase. Al menos no todo. - Ya está. Se lo conté.
Me quedé pensativo cuando comentó lo de las sombras, y al mencionar lo del vampiro lo tuve claro. - Por supuesto...Sirius. Estaba aquí la noche que llegamos heridos. Apareció un momento cuando me estaban curando. - rememoré ese momento extraño en el que dijo algo sin sentido, justo cuando estaba con Josephine en la consulta. ¿Lo habría dicho porque sabía lo que pasaba? ¿me estaba juzgando? - Él siempre percibe esas cosas, sabe cuándo están en peligro los de su sangre. Nos ha salvado de muchas situaciones complicadas. Puede que se haya quedado aquí con Reiv estos días, en forma de sombras. - no sabía si quería tener con él esa conversación sobre lo que tuvo con otras mujeres. Temía lo que pudiese reprocharme, o darme cuenta de que tal vez fuese ya demasiado "vampiro" como para poder hablar de esos temas del pasado.
Mostré una leve sonrisa cuando me preguntó por el emisario, porque el animal era tan gracioso y simpático que cualquiera se resistía a él. - Creo que se llaman quokkas. Es como un roedor con cara de felicidad. Me pareció que a cualquiera le gustaría tener uno cerca, y ya que no iba a ir a la boda...- asentí a lo de la doctora que apreciaban, aunque estaba seguro de que apreciaban más a Josephine. Ella había hecho bastantes amigos entre los compañeros del hospital. - ¿Reventar puntos? ¿eso suena fatal, no? - fruncí el ceño como imaginándolo, haciéndole un gesto como queriendo decir que no se moviera, por si acaso. Por suerte parecía ir progresando y no había perdido a la futura criatura. Volví a recordar la frase de Josephine, "tal vez deberías centrarte en esa criatura". Tampoco sabía qué haríamos cuando le dieran el alta. Me había quedado con la mirada baja sin darme cuenta, pero cuando volví a alzar la vista pude percibir que ella me miraba algo extrañada, como si mi disimulo no hubiese sido suficiente.
- No pasa nada. De verdad. - no podía contarlo, aunque lo necesitase. Al menos no todo. - Ya está. Se lo conté.
¿Vudú? Vaya que estamos en un hospital mágico. En Londres suelen asfixiarles con las almohadas o inyectar aire.- Murmuró con el ceño fruncido, aunque con un toque de humor de lo que conocía por la televisión.- ¿Aún no sabes quien ha sido? Debe... debe ser difícil. No creo que ocurran muchas cosas de esas aquí. Con tanta gente nueva será difícil mantener el orden. Seguro que estas cosas no pasaban.- Se lamentó, pues tenía la sensación de que entre todas las personas que huyeron de Londres a la isla para ponerse a salvo debía haber más de uno que no fuera trigo limpio. Miró la mano del contrario y no le perdió un segundo de vista mientras se reacomodaba. La conversación parecía casual, pero había un subtexto muy profundo en ello.- Varía según la persona. Pueden ser semanas o algunos meses. Dos o tres. Aunque en casos extremos pueden durar nueve.- Susurró. No tenía certezas, pero creí que no sería de esas que vomitan durante el parto, o al menos lo esperaba. La cosa ya sería suficientemente dura sin nada más.
¡Ah, claro! Si Sirius está aquí las sombras se concentran en él y me dejan en paz. Ya ha pasado antes. No creo que se haya ido del hospital, porque no me molestan desde China Town.- Escuchó con una suave sonrisa al verle hablar de su padre. No conocía su relación con él, pero era cierto lo que decía. En el rescate, cuando entraron a la base de la Alianza, había estado bastante presente en todo momento. No sabía que era el Quokka que mencionaba, pero se imaginó una rata muy feliz. Aunque en su mente las cosas no salieron bien, sí que le robó una risilla el solo imaginar aquello.- Me he imaginado una rata feliz y no era una imagen que necesitaba.- Volvió a reír suavemente, que igual trataba de no hacerlo mucho por los puntos, pero no podía evitarlo.
Es por la presión que ponen en el estómago para las ecografías. Seguro no es tan fatal, pero se están previniendo.- Justo cuando creyó que la conversación sería más tranquila y pasadera, el contrario se quedó con la mirada perdida. Le miró unos segundos, dándole su tiempo y espacio. Esperándole. Había estado así desde su llegada, como desolado o sin rumbo. No entendía, hasta que soltó aquello. Evitó poner cualquier cara, por si eso le caía mal. Por como le veía o le iba a pedir que abortara, o las cosas habían salido muy, muy muy mal. Se agachó un poco hacia él hasta colocar su mano sobre la de él por unos instantes mientras buscaba su mirada. Verle así no le era agradable. Pensó por un buen rato, en silencio, lo que sería mejor decir en aquella situación, encontrando pocas cosas alentadoras. Al final, solo hubo que preguntar.- ¿Cómo lo tomó? ¿Cómo estás, Johan? - Dijo en voz baja, haciendo un poco de presión con su mano para indicarle su apoyo.
¡Ah, claro! Si Sirius está aquí las sombras se concentran en él y me dejan en paz. Ya ha pasado antes. No creo que se haya ido del hospital, porque no me molestan desde China Town.- Escuchó con una suave sonrisa al verle hablar de su padre. No conocía su relación con él, pero era cierto lo que decía. En el rescate, cuando entraron a la base de la Alianza, había estado bastante presente en todo momento. No sabía que era el Quokka que mencionaba, pero se imaginó una rata muy feliz. Aunque en su mente las cosas no salieron bien, sí que le robó una risilla el solo imaginar aquello.- Me he imaginado una rata feliz y no era una imagen que necesitaba.- Volvió a reír suavemente, que igual trataba de no hacerlo mucho por los puntos, pero no podía evitarlo.
Es por la presión que ponen en el estómago para las ecografías. Seguro no es tan fatal, pero se están previniendo.- Justo cuando creyó que la conversación sería más tranquila y pasadera, el contrario se quedó con la mirada perdida. Le miró unos segundos, dándole su tiempo y espacio. Esperándole. Había estado así desde su llegada, como desolado o sin rumbo. No entendía, hasta que soltó aquello. Evitó poner cualquier cara, por si eso le caía mal. Por como le veía o le iba a pedir que abortara, o las cosas habían salido muy, muy muy mal. Se agachó un poco hacia él hasta colocar su mano sobre la de él por unos instantes mientras buscaba su mirada. Verle así no le era agradable. Pensó por un buen rato, en silencio, lo que sería mejor decir en aquella situación, encontrando pocas cosas alentadoras. Al final, solo hubo que preguntar.- ¿Cómo lo tomó? ¿Cómo estás, Johan? - Dijo en voz baja, haciendo un poco de presión con su mano para indicarle su apoyo.
- Pues sí. Magia negra de mierda. Ni idea, pero tengo algunas sospechas. Hay mucho indeseable en la isla, y todos tenemos enemigos dentro. - faltaba esperar a que descubriesen algo, pero las cámaras no habían captado nada, al parecer. Tal vez Juliet tuviese alguna idea. Me quedé pensativo unos segundos, hasta que mencionó el tiempo que podrían durar aquellos síntomas. Era más o menos el tiempo que le habían durado a Jo la primera vez. Lo de los nueve meses no lo había escuchado antes. - Pues ojalá no sea tu caso. Qué putada... - habría que estar pendiente, por si volvía a pasarle de nuevo y era necesario acudir al hospital.
No comprendí muy bien qué relación tenían sus sombras con las de Sirius. Era un poder que yo no manejaba, pero sí lo había visto hacer a otros magos como Victorya o Reiv. Negué con una ligera sonrisa cuando dijo lo de la rata feliz, decidiendo proyectar en su mente la imagen que tenía en la mía para que así pudiese verlo momentáneamente. Alcé una ceja un momento con la explicación del ecógrafo, pensando en que Anteia no tendría tanta fuerza como para saltar puntos usando ese aparatejo. Me dio cosa pensar en ella, también se acabaría enterando del asunto. No es que me importase mucho la opinión de los demás, pero lo de Anteia era diferente. Había sido nuestra enfermera en el colegio, nos conocía desde que éramos críos. - Creo que también te mandarán algo de reposo cuando salgas de aquí. Espero que Erika esté cumpliendo el suyo. Os va a costar estaros quietas para no ir a la siguiente misión, pero es lo que toca. -
El punto tenso de la conversación llegó cuando dije que ya lo había contado, que era lo que seguramente estaba esperando que dijese desde que llegué a la habitación. La última vez que la vi sabía que iba a eso, así que debía dar por supuesto que ya había sucedido. Victorya rompió el silencio tras algunos segundos, posando su mano sobre la mía. Dirigí la mirada desde ahí hasta su rostro, sin saber muy bien qué contestar. Había sido bastante triste, sin grandes gritos o aspavientos. Había dolido ese final de conversación.
- Prefiero no hablar demasiado de ello. Yo...no sé cómo estoy. Raro. - había pensado más bien en cómo estaba ella después de todo. Suspiré pasándome una mano por la cara después. La verdad es que también estaba cansado después de dormir poco durante varias noches. - Da igual. Es mejor no darle más vueltas. - terminé un tanto hermético con los detalles, que Jo ya se había enfadado conmigo por haberle contado lo del aborto.
No comprendí muy bien qué relación tenían sus sombras con las de Sirius. Era un poder que yo no manejaba, pero sí lo había visto hacer a otros magos como Victorya o Reiv. Negué con una ligera sonrisa cuando dijo lo de la rata feliz, decidiendo proyectar en su mente la imagen que tenía en la mía para que así pudiese verlo momentáneamente. Alcé una ceja un momento con la explicación del ecógrafo, pensando en que Anteia no tendría tanta fuerza como para saltar puntos usando ese aparatejo. Me dio cosa pensar en ella, también se acabaría enterando del asunto. No es que me importase mucho la opinión de los demás, pero lo de Anteia era diferente. Había sido nuestra enfermera en el colegio, nos conocía desde que éramos críos. - Creo que también te mandarán algo de reposo cuando salgas de aquí. Espero que Erika esté cumpliendo el suyo. Os va a costar estaros quietas para no ir a la siguiente misión, pero es lo que toca. -
El punto tenso de la conversación llegó cuando dije que ya lo había contado, que era lo que seguramente estaba esperando que dijese desde que llegué a la habitación. La última vez que la vi sabía que iba a eso, así que debía dar por supuesto que ya había sucedido. Victorya rompió el silencio tras algunos segundos, posando su mano sobre la mía. Dirigí la mirada desde ahí hasta su rostro, sin saber muy bien qué contestar. Había sido bastante triste, sin grandes gritos o aspavientos. Había dolido ese final de conversación.
- Prefiero no hablar demasiado de ello. Yo...no sé cómo estoy. Raro. - había pensado más bien en cómo estaba ella después de todo. Suspiré pasándome una mano por la cara después. La verdad es que también estaba cansado después de dormir poco durante varias noches. - Da igual. Es mejor no darle más vueltas. - terminé un tanto hermético con los detalles, que Jo ya se había enfadado conmigo por haberle contado lo del aborto.
Se mantuvo callada por un rato. Él no era de expresarse tan mal. Algo lo tenía cabreado o más bien fuera de sí. Solo asintió cuando habló de los enemigos, pues vivir todos en el mismo lugar estaba haciendo las cosas complicadas.- Yo solo espero que esto se pase pronto. Todo, en general...- Murmuró, hablando de su cirugía, de las nauseas, del embarazo... además de todo lo que tenía que ver con S.A.M. Mientras pensaba en cosas grises, a su mente llegó la imagen de un animalico hermoso y muy feliz que quizás era el quokka al que Johan se refería. Levantó el rostro con una sonrisa, pues seguramente él lo había puesto en su mente. No conocía esas cosas de antes, pero se veían amigables y lindas, como el gato que Adael le había prestado para recuperarse.
La conversación en general estaba siendo lenta y pausada. Ambos parecían cansados aún cuando ella acababa de despertar. Bufó cuando escuchó lo del reposo. Bufó de nuevo pensando en que no podría hacer las cosas que antes. No podría bajar, eso era una putada, y más ahora que no podían prescindir de manos.- Y ahora quién va a rescatarte del enemigo.- Bromeó con una sonrisa sombría mientras pensaba en las tres o cuatro veces que le había devuelto, primero de las garras de la Alianza y luego las de SAM. Quería expresarle que no había tiempo que perder, pero eso solo añadiría una nueva capa de preocupaciones a ambos, y él ya parecía bastante cargado.
Esperó a que Johan estuviera listo para hablar. No parecía que lo estuviera pues balbuceaba un poco mientras buscaba las palabras para continuar. Apretó la mano del moreno suavemente, esperando que no le molestara mientras le escuchaba.- ¿Raro? - Ese no era un sentimiento.- Sé que no somos cercanos en ese aspecto, hablar no ha sido lo nuestro, pero... Como tu dices, tendré que reposar. No iré a ningún lado. Estaré para ti si necesitas apoyo.- Susurró. Quizás las cosas habían ido mal con Josephine, por lo que veía, pero él aún tenía una hija y no iba a dejar de verla aunque ellos estuvieran mal. Era una transición difícil de hacer. Aún había tiempo para sus propias dudas de lo que había que hacer con el embarazo en curso, no se las soltaría de una. No quería hablar de más, ni hablar de menos. Ni hacerle sentir mal o bien, que sabía que era imposible. Solo la compañía le serviría, o la soledad.- He pensado que... si no puedo ayudar en la siguiente misión, tal vez podría pasarme por el taller donde trabajan con James. Se siente un poco como volver a la Alianza, por eso de manipular androides, pero supongo que contribuirá en algo.
La conversación en general estaba siendo lenta y pausada. Ambos parecían cansados aún cuando ella acababa de despertar. Bufó cuando escuchó lo del reposo. Bufó de nuevo pensando en que no podría hacer las cosas que antes. No podría bajar, eso era una putada, y más ahora que no podían prescindir de manos.- Y ahora quién va a rescatarte del enemigo.- Bromeó con una sonrisa sombría mientras pensaba en las tres o cuatro veces que le había devuelto, primero de las garras de la Alianza y luego las de SAM. Quería expresarle que no había tiempo que perder, pero eso solo añadiría una nueva capa de preocupaciones a ambos, y él ya parecía bastante cargado.
Esperó a que Johan estuviera listo para hablar. No parecía que lo estuviera pues balbuceaba un poco mientras buscaba las palabras para continuar. Apretó la mano del moreno suavemente, esperando que no le molestara mientras le escuchaba.- ¿Raro? - Ese no era un sentimiento.- Sé que no somos cercanos en ese aspecto, hablar no ha sido lo nuestro, pero... Como tu dices, tendré que reposar. No iré a ningún lado. Estaré para ti si necesitas apoyo.- Susurró. Quizás las cosas habían ido mal con Josephine, por lo que veía, pero él aún tenía una hija y no iba a dejar de verla aunque ellos estuvieran mal. Era una transición difícil de hacer. Aún había tiempo para sus propias dudas de lo que había que hacer con el embarazo en curso, no se las soltaría de una. No quería hablar de más, ni hablar de menos. Ni hacerle sentir mal o bien, que sabía que era imposible. Solo la compañía le serviría, o la soledad.- He pensado que... si no puedo ayudar en la siguiente misión, tal vez podría pasarme por el taller donde trabajan con James. Se siente un poco como volver a la Alianza, por eso de manipular androides, pero supongo que contribuirá en algo.
Podía entender a la perfección las ganas que tenía Victorya de que pasase todo, suponiendo que se refería a recuperarse del todo de la batalla, a que pasasen los meses para que se encontrase mejor y a que de una vez por todas solucionásemos el tema de la Ciudadela. El problema es que no podía decir cuándo sería todo eso, por lo menos para lo último. Lo del reposo pareció indignarla, y también lo comprendía porque a mi me pasaba igual cuando me tocaba quedarme descansando para recuperarme de alguna batalla.
- Vamos, tampoco será tanto tiempo. Imagino que hasta que vean que no hay riesgo. - intenté convencerla para que lo tomase con paciencia y calma, pues no había otro remedio. Puse una media sonrisa resignada cuando bromeó con eso de quién iba a salvarme ahora. Era cierto que ella había colaborado en más de una ocasión, la última en China Town, cuando los androides me llevaron por el callejón. También cuando nos atraparon y torturaron en la base de la Alianza. - Tendré que tener más cuidado mientras te tomas vacaciones de rescatista. - respondí en el mismo tono que ella, pensando que si había logrado salir con vida de tantas era gracias a toda la gente que tenía alrededor, la lista era bastante larga. Sirius, Josephine, Thalos, Erika, Yaroslav, Lyran, Reiv...y seguía.
Mi definición de "raro" como estado no pareció convencerla demasiado, pero respetó eso de que no quisiese profundizar en el tema. No era agradable hablar de ello. Era cierto que durante el último mes lo que menos habíamos hecho era precisamente hablar, pero sí que consideraba que era una persona más o menos cercana con la que podía conversar. Giré la mano para coger la suya, apretando también. - Somos amigos, eso lo primero. Claro que podemos ser cercanos para hablar, y para apoyarnos. Y puedes contarme lo que se te pase por la cabeza o lo que sientas con todo esto, que no es una situación fácil. ¿Has pensado algo más para cuando salgas del hospital?- sus planes de irse al taller no parecían mala idea, aunque eso tampoco resolvía la duda de qué haríamos cuando ella saliese del hospital. Ni ella ni yo teníamos lugar donde quedarnos, más allá de las habitaciones de los edificios dedicados a alojar a gente ajena a la isla. - Trabajarías con Giordano, Tesla, Sigrid...y también pululan por allí los ministros. - terminé con gesto de desagrado, aunque sabiendo que su aportación podía servir. Mejor cuanta más gente trabajando. - Necesitamos resolver rápido lo del código, antes de que siga haciéndose más fuerte. Cada ayuda cuenta, y a ti se te daba bien.
- Vamos, tampoco será tanto tiempo. Imagino que hasta que vean que no hay riesgo. - intenté convencerla para que lo tomase con paciencia y calma, pues no había otro remedio. Puse una media sonrisa resignada cuando bromeó con eso de quién iba a salvarme ahora. Era cierto que ella había colaborado en más de una ocasión, la última en China Town, cuando los androides me llevaron por el callejón. También cuando nos atraparon y torturaron en la base de la Alianza. - Tendré que tener más cuidado mientras te tomas vacaciones de rescatista. - respondí en el mismo tono que ella, pensando que si había logrado salir con vida de tantas era gracias a toda la gente que tenía alrededor, la lista era bastante larga. Sirius, Josephine, Thalos, Erika, Yaroslav, Lyran, Reiv...y seguía.
Mi definición de "raro" como estado no pareció convencerla demasiado, pero respetó eso de que no quisiese profundizar en el tema. No era agradable hablar de ello. Era cierto que durante el último mes lo que menos habíamos hecho era precisamente hablar, pero sí que consideraba que era una persona más o menos cercana con la que podía conversar. Giré la mano para coger la suya, apretando también. - Somos amigos, eso lo primero. Claro que podemos ser cercanos para hablar, y para apoyarnos. Y puedes contarme lo que se te pase por la cabeza o lo que sientas con todo esto, que no es una situación fácil. ¿Has pensado algo más para cuando salgas del hospital?- sus planes de irse al taller no parecían mala idea, aunque eso tampoco resolvía la duda de qué haríamos cuando ella saliese del hospital. Ni ella ni yo teníamos lugar donde quedarnos, más allá de las habitaciones de los edificios dedicados a alojar a gente ajena a la isla. - Trabajarías con Giordano, Tesla, Sigrid...y también pululan por allí los ministros. - terminé con gesto de desagrado, aunque sabiendo que su aportación podía servir. Mejor cuanta más gente trabajando. - Necesitamos resolver rápido lo del código, antes de que siga haciéndose más fuerte. Cada ayuda cuenta, y a ti se te daba bien.
No es solo eso. Aunque no haya riesgo me vuelvo un objetivo más fácil.- Más lenta y más pesada, era el peor momento posible para quedar embarazada en toda la historia de la humanidad. Pensó en el nacimiento de Jesús, cuando los soldados salieron a matar niños de su edad, y le puso las cosas en perspectiva. Aunque no le quitaba nadie de la cabeza que era un mal momento.- Vacaciones...- Repitió con un bufido y una sonrisa mientras pensaba en aquello. Temía un poco por él, pues aunque Thalos había ido a la misión, había estado más pegado a Erika que a él. Le dejaba sin compañero si se quedaba reposando.
Sonrió de lado sintiendo que le cogía la mano. Y un poco más cuando habló de ser amigos. Pero de alguna manera sentía que rechazaba su apoyo. No podría ayudarle con nada que tuviera que ver con Jo, eso lo tenía asumido desde hacía una semana, pero era difícil verlo desolado.- Johan... Siento mucho que estés así. Si de algo te sirve, yo... también estoy para apoyarte. Eres una buena persona, aunque las decisiones que tomamos no hayan sido las mejores hicimos lo mejor que tuvimos para cada situación. El mundo está yéndose por la borda, no nos podemos culpar por todo lo que hacemos.- Negó suavemente a lo de pensar qué hacer al salir del hospital. El futuro era bastante incierto, empezando por la criatura que llevaba dentro. A como lo veía, tendría la incertidumbre de si nacería o no hasta el día que la tuviera en brazos. Imaginarse aquello, a ella misma con una criatura en brazos, le hacía estremecer de mala manera.- Preferiría no ver a los ministros. Esa Blair tiene que ser muy estúpida como para haber intentado burlar al Consejo haciéndoles creer que sigo de su lado. Como si yo no fuera a cubrir mis huellas. Sigrid, por otro lado, tiene habilidad.- Bromeó con aquello de cubrirse las huellas, pues ya había quedado asentado que no había vuelto a estar de su lado después de su encierro. Eso le recordaba a alguien. Algo que había tenido que hacer desde hace mucho. Puso los ojos en blanco, de mala manera, pues sentía que no podía lidiar con aquello ahora.- Tobías quiere colaborar.- Mencionó elevando la mirada, un tanto exasperada porque ya sentía que todo mundo iba a decir que no, pero se le había olvidado tanto y tantas veces aquello que no había podido poner la carta sobre la mesa.- Me contactó antes del mensaje inicial con SAM. No le he visto desde entonces, no sé si sigue vivo... Le dije que al menos te lo mencionaría. Sé que es traicionero, solo no le conozco tan bien.
Sonrió de lado sintiendo que le cogía la mano. Y un poco más cuando habló de ser amigos. Pero de alguna manera sentía que rechazaba su apoyo. No podría ayudarle con nada que tuviera que ver con Jo, eso lo tenía asumido desde hacía una semana, pero era difícil verlo desolado.- Johan... Siento mucho que estés así. Si de algo te sirve, yo... también estoy para apoyarte. Eres una buena persona, aunque las decisiones que tomamos no hayan sido las mejores hicimos lo mejor que tuvimos para cada situación. El mundo está yéndose por la borda, no nos podemos culpar por todo lo que hacemos.- Negó suavemente a lo de pensar qué hacer al salir del hospital. El futuro era bastante incierto, empezando por la criatura que llevaba dentro. A como lo veía, tendría la incertidumbre de si nacería o no hasta el día que la tuviera en brazos. Imaginarse aquello, a ella misma con una criatura en brazos, le hacía estremecer de mala manera.- Preferiría no ver a los ministros. Esa Blair tiene que ser muy estúpida como para haber intentado burlar al Consejo haciéndoles creer que sigo de su lado. Como si yo no fuera a cubrir mis huellas. Sigrid, por otro lado, tiene habilidad.- Bromeó con aquello de cubrirse las huellas, pues ya había quedado asentado que no había vuelto a estar de su lado después de su encierro. Eso le recordaba a alguien. Algo que había tenido que hacer desde hace mucho. Puso los ojos en blanco, de mala manera, pues sentía que no podía lidiar con aquello ahora.- Tobías quiere colaborar.- Mencionó elevando la mirada, un tanto exasperada porque ya sentía que todo mundo iba a decir que no, pero se le había olvidado tanto y tantas veces aquello que no había podido poner la carta sobre la mesa.- Me contactó antes del mensaje inicial con SAM. No le he visto desde entonces, no sé si sigue vivo... Le dije que al menos te lo mencionaría. Sé que es traicionero, solo no le conozco tan bien.
- Ya. Sé a qué te refieres. Pero aquí en la isla no hay nada que temer. - me callé un "por ahora", que la torre de los Soul también estaba protegida con magia y la acabaron encontrando las máquinas. La magia de Ouroboros era mucho más fuerte, pero también sería cuestión de tiempo que acabasen por localizarnos. Seguro que S.A.M rastreaba nuestro paradero sin descanso. Las "vacaciones" de Victorya eran obligatorias, pues los que bajasen a la misión deberían estar en perfecto estado. Pude notar que no le había convencido mucho con mi respuesta, y que seguía pareciendo preocupada por mí. Negué con la cabeza, soltando su mano despacio mientras dejaba escapar un suspiro por lo bajo.
- No puedes hacer nada sobre eso porque no es culpa tuya. Tal vez sea cuestión de tiempo, no lo sé. - al menos me reconfortó que me dijese que era una buena persona, porque en ocasiones llegaba a dudarlo por muchos motivos. Lo que le había hecho a Jo no estaba bien, y ella misma me dijo que había cambiado. Yo también me había dado cuenta de que no era el mismo de hace unos años. - Gracias por estar ahí.- termine por responder tras algunos segundos de silencio, dirigiéndole una mirada sincera al respecto. Pensé que también me vendría bien un abrazo, pero no iba a pedirlo. No sabía si ella lo necesitaba, pero se la veía también muy perdida con qué hacer cuando saliese del hospital. - Puedo quedarme contigo unos días cuando salgas, mientras te recuperas y para acompañarte por si te pasa algo. Si quieres, claro. - lo cierto es que nunca habíamos dormido juntos, porque lo de las misiones no contaba, siempre había mucha más gente alrededor.
- Mira...no me hables de los ministros. Blair me la tiene jurada desde que le disparé. ¿Qué esperaba que hiciera en esa situación? - se lo merecía, de eso no tenía duda. Todos los que estábamos juntos en la isla éramos una bomba de relojería que podría estallar en cualquier momento, y si estábamos "calmados" era únicamente porque había una amenaza mayor fuera. - Es absurdo que te acuse. Con lo de Sigrid no sé a qué te refieres. ¿Habilidad para cubrir huellas? - me dejó un poco mosqueado con eso, no sabía de qué hablaba. A mi me parecía la única rescatable del grupo de la Alianza. La habíamos conocido por Ian, aunque él tampoco sabía mucho sobre ella.
Mi gesto se volvió más serio cuando mencionó a Tobías, otro más de la lista de personas que detestaba. - Cómo no...siempre metiendo sus narices en todo. Lleva años haciendo todo lo posible por putearnos y que encima le debamos favores. Lo de S.A.M es culpa suya. Él vendió el secreto de la antimagia. - seguro que había estado intentando comerle la oreja a Victorya, es lo que hacía siempre. Aún así sabía que su colaboración podía ser necesaria, y había que ser prácticos. - Si llega a entrar en el laboratorio tendréis que vigilarlo a todas horas, por si hace algo que no deba. ¿No te da miedo trabajar con él?
- No puedes hacer nada sobre eso porque no es culpa tuya. Tal vez sea cuestión de tiempo, no lo sé. - al menos me reconfortó que me dijese que era una buena persona, porque en ocasiones llegaba a dudarlo por muchos motivos. Lo que le había hecho a Jo no estaba bien, y ella misma me dijo que había cambiado. Yo también me había dado cuenta de que no era el mismo de hace unos años. - Gracias por estar ahí.- termine por responder tras algunos segundos de silencio, dirigiéndole una mirada sincera al respecto. Pensé que también me vendría bien un abrazo, pero no iba a pedirlo. No sabía si ella lo necesitaba, pero se la veía también muy perdida con qué hacer cuando saliese del hospital. - Puedo quedarme contigo unos días cuando salgas, mientras te recuperas y para acompañarte por si te pasa algo. Si quieres, claro. - lo cierto es que nunca habíamos dormido juntos, porque lo de las misiones no contaba, siempre había mucha más gente alrededor.
- Mira...no me hables de los ministros. Blair me la tiene jurada desde que le disparé. ¿Qué esperaba que hiciera en esa situación? - se lo merecía, de eso no tenía duda. Todos los que estábamos juntos en la isla éramos una bomba de relojería que podría estallar en cualquier momento, y si estábamos "calmados" era únicamente porque había una amenaza mayor fuera. - Es absurdo que te acuse. Con lo de Sigrid no sé a qué te refieres. ¿Habilidad para cubrir huellas? - me dejó un poco mosqueado con eso, no sabía de qué hablaba. A mi me parecía la única rescatable del grupo de la Alianza. La habíamos conocido por Ian, aunque él tampoco sabía mucho sobre ella.
Mi gesto se volvió más serio cuando mencionó a Tobías, otro más de la lista de personas que detestaba. - Cómo no...siempre metiendo sus narices en todo. Lleva años haciendo todo lo posible por putearnos y que encima le debamos favores. Lo de S.A.M es culpa suya. Él vendió el secreto de la antimagia. - seguro que había estado intentando comerle la oreja a Victorya, es lo que hacía siempre. Aún así sabía que su colaboración podía ser necesaria, y había que ser prácticos. - Si llega a entrar en el laboratorio tendréis que vigilarlo a todas horas, por si hace algo que no deba. ¿No te da miedo trabajar con él?
Por ahora.- Añadió al comentario de Johan de que no había nada que temer. Cada día parecía que el final estaba más cerca. Soltó la mano del contrario cuando él lo hizo, regresando un poco la espalda al respaldo de la cama para quedar sentada sin hacer tanto esfuerzo. Soltó un suspiro, entendiendo su posición respecto a todo. No podía empujarle, ya bastante complicada era la situación. Decidió que tendría que darle su tiempo para que asimilara las cosas. Sería complicado verle así por su culpa, aunque insistiera en que no era de esa manera. Le miró de vuelta cuando le agradeció por estar, sonriéndole de lado y asintiendo con suavidad.
Le escuchó un poco extrañada de que quisiera quedarse con ella por unos días. No le molestaba, solo que... había algo que le extrañaba de la propuesta. Como si de pronto estuviera volcando en ella sus energías. No quería pensar en que le había ido mal con Josephine, pero era una gran posibilidad.- Pues... Me estaba quedando en una de esas habitaciones que tienen para todos. Sí puedes quedarte conmigo, estaría muy agradecida, si quieres. Puedes ir cuando quieras. Solo espero poder salir ya de aquí. Este lugar se está volviendo imposible.- Susurró, llevándose el rostro a las manos. Tenía que añadir lo de "si quieres", tenía que saber que tenía opciones. Su enojo fue en ascenso cuando comentó sobre los ministros. Mal momento para traerlos a colación, pues tenía que avisarle de Tobías.- Pues estabas rescatando a tu hermano, ella le disparó a él. Lo de ojo por ojo ya se cumplió.- Murmuró, justificándole a él más que a ella. Sonriendo cuando cayó en su comentario fugaz de cubrir sus huellas. Como si lo estuviera poniendo sobre aviso.- Mira, trataremos con ellos lo necesario. Podríamos arrojarles por el borde de la isla, pero entonces le damos a SAM una pista de por donde vamos.- Pensó en la curvatura de la tierra y quizás no fuera una pista tan grande. Era pausible.
Finalmente, la bomba de Tobías cayó. Dejó que despotricara. No podía hacer nada al respecto. Peor aún, lo más seguro era que no le hiciera gracia que estuviera en la isla.- Pero lo de la antimagia también lo usaron los ministros. No te equivoques, fueron ellos quienes nos metieron en esta situación.- No le defendía, solo quería dejar en claro quienes eran los culpables principales de los tiempos turbios que estaban viviendo, y andaban por ahí en los jardines como si nada. Hizo una mueca con lo de tener que vigilarle día y noche.- Ya me lo temía. Miedo no, es más bien... que va a ser molesto tener que vigilarle y que un segundo de distracción puede acabar con nuestros planes. Será complicado, lo sé. No confío en él, pero si descubrió el secreto de la antimagia... el tipo no es tonto.
Le escuchó un poco extrañada de que quisiera quedarse con ella por unos días. No le molestaba, solo que... había algo que le extrañaba de la propuesta. Como si de pronto estuviera volcando en ella sus energías. No quería pensar en que le había ido mal con Josephine, pero era una gran posibilidad.- Pues... Me estaba quedando en una de esas habitaciones que tienen para todos. Sí puedes quedarte conmigo, estaría muy agradecida, si quieres. Puedes ir cuando quieras. Solo espero poder salir ya de aquí. Este lugar se está volviendo imposible.- Susurró, llevándose el rostro a las manos. Tenía que añadir lo de "si quieres", tenía que saber que tenía opciones. Su enojo fue en ascenso cuando comentó sobre los ministros. Mal momento para traerlos a colación, pues tenía que avisarle de Tobías.- Pues estabas rescatando a tu hermano, ella le disparó a él. Lo de ojo por ojo ya se cumplió.- Murmuró, justificándole a él más que a ella. Sonriendo cuando cayó en su comentario fugaz de cubrir sus huellas. Como si lo estuviera poniendo sobre aviso.- Mira, trataremos con ellos lo necesario. Podríamos arrojarles por el borde de la isla, pero entonces le damos a SAM una pista de por donde vamos.- Pensó en la curvatura de la tierra y quizás no fuera una pista tan grande. Era pausible.
Finalmente, la bomba de Tobías cayó. Dejó que despotricara. No podía hacer nada al respecto. Peor aún, lo más seguro era que no le hiciera gracia que estuviera en la isla.- Pero lo de la antimagia también lo usaron los ministros. No te equivoques, fueron ellos quienes nos metieron en esta situación.- No le defendía, solo quería dejar en claro quienes eran los culpables principales de los tiempos turbios que estaban viviendo, y andaban por ahí en los jardines como si nada. Hizo una mueca con lo de tener que vigilarle día y noche.- Ya me lo temía. Miedo no, es más bien... que va a ser molesto tener que vigilarle y que un segundo de distracción puede acabar con nuestros planes. Será complicado, lo sé. No confío en él, pero si descubrió el secreto de la antimagia... el tipo no es tonto.
No había querido decirlo, pero tuve que asentir al "por ahora" de Victorya. - Ya...no hay otro sitio en el que se pueda estar. De prestado... - murmuré contrariado sin saber muy bien con qué. Ninguno de los dos parecía tener intención de tener casa propia en Ouroboros, nos conformábamos por ahora con las habitaciones que había para "refugiados". Además, a estas alturas ya estaba muy quemado de intentar tener casa propia. Cada vez que intentaba vivir en algún sitio me acababan destrozando o quemando el hogar que quería tener. Ahora tocaba asegurarnos de que no nos echaban abajo el último lugar seguro. Volví a centrarme en ella cuando dijo que le parecía bien que la acompañase, y parecía que era sincera. - Vale, pues el día que salgas te acompaño. Quiero asegurarme de que esté todo bien. Aquí al menos estás atendida y vigilada todo el rato, aunque es normal que tengas ya ganas de marcharte. - no era probable que Josephine pasase a atenderla a ella, pero sería incómodo un encuentro entre ambas después de todo. Yo tampoco sabía con qué cara podría presentarme de nuevo en la casa para ver a mi hija.
- Con los de la Alianza hay que hacer justicia. Tirarlos por el borde de la isla sería demasiado bueno. - lo mismo pasaba con Tobías, había hecho cosas deleznables, y, por mucho que Victorya dijese, los ministros no habrían logrado el antimagia sin el alquimista. Lo único que me "frenaba" un poco con ese tipo era que salvó la vida de Josephine, aunque fuese por puro interés de pensar que podría conseguir favores.
- Exacto. Vigiladlo en todo momento para que no pueda hacer una de las suyas. Intenta utilizarlo como hace él con las personas que le interesan. Tú también sabrás jugar a eso. En unos días estarás fuera, y entonces podrás hacer tu parte. A mi me toca hacer la mía, que cada día que nos retrasamos es peor. Debería marcharme ya... - ella parecía encontrarse bien y podía irme tranquilo, aunque sabía que la compañía nunca venía mal. Me incliné hacia delante para darle un abrazo de despedida, separándome después de algunos segundos. Al menos ya le había contado que había hablado con Josephine, aunque sin dar detalles. Tal vez con el paso de los días viésemos todo de otra manera. O tal vez no. - Descansa, volveré pronto. - me levanté de la cama para dirigirme hacia la puerta, volviendo a repetirle eso de que si pasaba cualquier cosa me avisase. Tras eso salí de la habitación, aunque ya no volví a ver ni a Reiv ni a Yaros porque seguían sin despertar. Abandoné el hospital sin desaparecerme, así me daría tiempo a caminar y ordenar un poco mis ideas.
- Con los de la Alianza hay que hacer justicia. Tirarlos por el borde de la isla sería demasiado bueno. - lo mismo pasaba con Tobías, había hecho cosas deleznables, y, por mucho que Victorya dijese, los ministros no habrían logrado el antimagia sin el alquimista. Lo único que me "frenaba" un poco con ese tipo era que salvó la vida de Josephine, aunque fuese por puro interés de pensar que podría conseguir favores.
- Exacto. Vigiladlo en todo momento para que no pueda hacer una de las suyas. Intenta utilizarlo como hace él con las personas que le interesan. Tú también sabrás jugar a eso. En unos días estarás fuera, y entonces podrás hacer tu parte. A mi me toca hacer la mía, que cada día que nos retrasamos es peor. Debería marcharme ya... - ella parecía encontrarse bien y podía irme tranquilo, aunque sabía que la compañía nunca venía mal. Me incliné hacia delante para darle un abrazo de despedida, separándome después de algunos segundos. Al menos ya le había contado que había hablado con Josephine, aunque sin dar detalles. Tal vez con el paso de los días viésemos todo de otra manera. O tal vez no. - Descansa, volveré pronto. - me levanté de la cama para dirigirme hacia la puerta, volviendo a repetirle eso de que si pasaba cualquier cosa me avisase. Tras eso salí de la habitación, aunque ya no volví a ver ni a Reiv ni a Yaros porque seguían sin despertar. Abandoné el hospital sin desaparecerme, así me daría tiempo a caminar y ordenar un poco mis ideas.
Estar tanto tiempo inconsciente no le sienta bien a nadie. Imagínate que dolor de culo. Y de espalda.
Pero había llegado el día de ir espabilando. Lo último que recordaba era estar en el suelo, tratando de alejarme de ese androide y sabiendo que estaba demasiado débil para derrotarlo.... Recordaba esperar la muerte con calma pero con amargura porque no había vodka. Pero aquí tampoco había vodka. Me desperté de modo súbito con un gruñido de dolor, arrancado del sueño de mis últimos recuerdos de la batalla.
Abrí los ojos y me llevé una mano a la frente, descolocado y respirando de modo ahora agitado. Mire a mi alrededor. Un hospital? Si no me habían matado entonces me habían capturado y...
- REFUERZOS! SOLICITO REFUERZOS!!!
Miré a mi alrededor para agarrar algo que.me sirviera de arma y entonces vi a Thoren. Me detuve por un momento, era el de verdad?
Pero había llegado el día de ir espabilando. Lo último que recordaba era estar en el suelo, tratando de alejarme de ese androide y sabiendo que estaba demasiado débil para derrotarlo.... Recordaba esperar la muerte con calma pero con amargura porque no había vodka. Pero aquí tampoco había vodka. Me desperté de modo súbito con un gruñido de dolor, arrancado del sueño de mis últimos recuerdos de la batalla.
Abrí los ojos y me llevé una mano a la frente, descolocado y respirando de modo ahora agitado. Mire a mi alrededor. Un hospital? Si no me habían matado entonces me habían capturado y...
- REFUERZOS! SOLICITO REFUERZOS!!!
Miré a mi alrededor para agarrar algo que.me sirviera de arma y entonces vi a Thoren. Me detuve por un momento, era el de verdad?
Después de tantos días allí ya me conocía a la perfección a todo el personal del hospital, incluso me había hecho amiguete de algunas personas y habíamos intercambiado palabras de nuestros respectivos idiomas. Eran casi todo insultos. Aldaron venía casi todos los días, revisaba a Yaros, me daba un abrazo y se iba. Yo le devolvía el abrazo con fuerza y una sonrisa, me caía bien el puñetero elfo. A pesar de todo empezaba a estar un poco preocupado porque no sabía cuándo despertaría Yaroslav, y me estaba teniendo que beber entero todo el vodka que había traído para él.
Esa mañana había bebido media botella y me había entrado todo el sueño del mundo, así que me quedé dormido en una silla, cruzando de brazos y roncando con la cabeza hacia un lado. El grito de Yaroslav me despertó de manera repentina, tanto que yo también pegué un grito del susto. Miré a todos lados como si tuviera que matar a alguien, levantándome de golpe de la silla. Ésta cayó hacía atrás de manera estruendosa, y para ese momento seguro que se habían enterado todos los de las habitaciones contiguas. Entorné los ojos para fijarme en la cama, encontrando que mi hermano había despertado por fin.
- ¡HERRMANO! - exclamé con alegría acercándome a él, yendo a sacudirle por los hombros. Al final me frené, no era buena idea sacudir a alguien que acababa de despertar. - Por fin despierrtas. Trranquilo, estás a salvo, en Ourroborros. - hice gesto con las manos para que se calmase. - ¿Como te encontrrar? - me dirigí hacia la puerta, abriéndola para volver a gritar, esta vez llamando al elfo.
- ¡DOCTOR ALDARRON! ¡VEN! ¡ESTÁ DESPIERRTO!
Esa mañana había bebido media botella y me había entrado todo el sueño del mundo, así que me quedé dormido en una silla, cruzando de brazos y roncando con la cabeza hacia un lado. El grito de Yaroslav me despertó de manera repentina, tanto que yo también pegué un grito del susto. Miré a todos lados como si tuviera que matar a alguien, levantándome de golpe de la silla. Ésta cayó hacía atrás de manera estruendosa, y para ese momento seguro que se habían enterado todos los de las habitaciones contiguas. Entorné los ojos para fijarme en la cama, encontrando que mi hermano había despertado por fin.
- ¡HERRMANO! - exclamé con alegría acercándome a él, yendo a sacudirle por los hombros. Al final me frené, no era buena idea sacudir a alguien que acababa de despertar. - Por fin despierrtas. Trranquilo, estás a salvo, en Ourroborros. - hice gesto con las manos para que se calmase. - ¿Como te encontrrar? - me dirigí hacia la puerta, abriéndola para volver a gritar, esta vez llamando al elfo.
- ¡DOCTOR ALDARRON! ¡VEN! ¡ESTÁ DESPIERRTO!
Aldaron Failon
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Que fuerte, que el suegro de Josephine era vampiro! seguro que Lucio no lo sabía por el sustaco del otro día en el quirófano, de esas cosas se perdía por no venir a currar, pero aún estaría de resaca por lo que escuché por ahí, porque yo lo vi darse el beso con Sean no andar de todas las formas posibles menos en línea recta. Subí hasta la planta de ingresos para hacer mi ronda con los pocos que me quedaban, como siempre informes, firmar, ver que no hay nada raro y a las habitaciones.
La primera fue la señorita de la discordia, Victorya según el informe, alias pecadora según Catherine, toqué la puerta y pasé, se encontraba sola así que me acerqué a ella -Buenos días señorita Blanc, vengo a hacerle un último chequeo, según el informe de mis otros compañeros se encuentra mejor y no tiene molestias, ha empezado con la dieta blanda y todo marcha perfectamente, túmbese en la cama y levántese la bata por favor- esperé a que lo hiciera y empecé a palpar su abdomen, no había señales ni ruidos de nada extraño, de los afectados por nanobots era la que había tenido más suerte.
Escribí en el historial de la chica y en otro papel aparte cerrando después la carpeta -Muy bien señorita Blanc, todo perfecto, en un momento vendrá un enfermero a darle el informe del alta, debe tomar alimentos con fibra y mucha agua para ayudar a que su transito intestinal sea como la seda y no forzar sus digestiones, por el momento dieta normal pero nada de comida chatarra, todo a la plancha y hervido, muchas verduritas, le recomiendo paseos cortos todos los días, nada de excederse y hacer piruetas... eso es todo, debería llamar a un familiar o amigo para que venga a recogerla y puede marcharse cuando quiera, oh! y tiene que venir en una semana para hacerle un chequeo además de gestionar su embarazo, la atenderá la doctora Anteia- ya estaba a punto de irme cuando escuché el estruendo que venía de una de las habitaciones cercanas, un grito, un golpe y después mi macho ruso reclamándome cual animal en celo, sonreí y di un botecito, casi parecía que se me movían las orejas de la emoción -Eso es todo, disculpe, debo ocuparme de otra cosa- y así salí dejando el informe a una de las enfermeras que ya se estaban acercando a ver que le pasaba a mi adonis.
-Thoren! te he dicho que no se grita! si necesitas algo dale al botoncito de llamada!!- le tenía que echar la bronca para que no pareciera que no le decía nada por la escandalera pero en realidad estaba más contento que unas pascuas, lo empuje hacia dentro y cerré la puerta porque el pobre no tenía tono de interiores y por lo que se veía su hermano tampoco -recoge la silla y siéntate quietecito mientras le echo un vistazo a tu hermano- me acerqué a la cama de Yaroslav, ya conocía su nombre de las veces que pasaba y Thoren me hablaba de él -Buenos días señor Tolstoi, nos ha hecho esperar mucho, un placer, soy Aldaron Failon, su médico y futuro cuñado.. es broma- pero la esperanza era lo último que se perdía -Se encuentra en el hospital de Ouroboros, sus compañeros lo trajeron desde Londres en muy mal estado, pensábamos que despertaría antes pero se las ha arreglado para llevarnos la contraria-
La primera fue la señorita de la discordia, Victorya según el informe, alias pecadora según Catherine, toqué la puerta y pasé, se encontraba sola así que me acerqué a ella -Buenos días señorita Blanc, vengo a hacerle un último chequeo, según el informe de mis otros compañeros se encuentra mejor y no tiene molestias, ha empezado con la dieta blanda y todo marcha perfectamente, túmbese en la cama y levántese la bata por favor- esperé a que lo hiciera y empecé a palpar su abdomen, no había señales ni ruidos de nada extraño, de los afectados por nanobots era la que había tenido más suerte.
Escribí en el historial de la chica y en otro papel aparte cerrando después la carpeta -Muy bien señorita Blanc, todo perfecto, en un momento vendrá un enfermero a darle el informe del alta, debe tomar alimentos con fibra y mucha agua para ayudar a que su transito intestinal sea como la seda y no forzar sus digestiones, por el momento dieta normal pero nada de comida chatarra, todo a la plancha y hervido, muchas verduritas, le recomiendo paseos cortos todos los días, nada de excederse y hacer piruetas... eso es todo, debería llamar a un familiar o amigo para que venga a recogerla y puede marcharse cuando quiera, oh! y tiene que venir en una semana para hacerle un chequeo además de gestionar su embarazo, la atenderá la doctora Anteia- ya estaba a punto de irme cuando escuché el estruendo que venía de una de las habitaciones cercanas, un grito, un golpe y después mi macho ruso reclamándome cual animal en celo, sonreí y di un botecito, casi parecía que se me movían las orejas de la emoción -Eso es todo, disculpe, debo ocuparme de otra cosa- y así salí dejando el informe a una de las enfermeras que ya se estaban acercando a ver que le pasaba a mi adonis.
-Thoren! te he dicho que no se grita! si necesitas algo dale al botoncito de llamada!!- le tenía que echar la bronca para que no pareciera que no le decía nada por la escandalera pero en realidad estaba más contento que unas pascuas, lo empuje hacia dentro y cerré la puerta porque el pobre no tenía tono de interiores y por lo que se veía su hermano tampoco -recoge la silla y siéntate quietecito mientras le echo un vistazo a tu hermano- me acerqué a la cama de Yaroslav, ya conocía su nombre de las veces que pasaba y Thoren me hablaba de él -Buenos días señor Tolstoi, nos ha hecho esperar mucho, un placer, soy Aldaron Failon, su médico y futuro cuñado.. es broma- pero la esperanza era lo último que se perdía -Se encuentra en el hospital de Ouroboros, sus compañeros lo trajeron desde Londres en muy mal estado, pensábamos que despertaría antes pero se las ha arreglado para llevarnos la contraria-
Mi hermano gritó y eso me hizo gritar a mi tambien. Cogí el palo del gotero del suero y lo usé a modo de lanza, estando a punto de zurrarle a Thoren, pero se fue a la puerta.
-VUELVE, MALDITO!!
Pero no volvio, vino con refuerzos. Un elfo.
-Porr que me preguntas como me encuentro y luego te vas?! EH! VUELVE! - pero el gritaba en la puerta, hasta que eso, llegó Aldaron.
No solté aun el palo del gotero y miré al elfo, hiperventilando un poco. Escuché sus palabras, era vedad entonces? No estaba muerto? Ouroboros de verdad de la buena? Mi cuñado...? Miré a Thoren cuando dijo eso, como me hiciese un Irina II me lo cargaba, yo no iba a aguantarle mas tonterias.
- Entonces...entonces no me...
"vale, estoy vivo!"
- Ufff - me dejé caer en la cama soltando el gotero, y los miré - territorio amigo, de verrdad? - me incorporé rapidamente, los vivos teniamos que seguir preocupándonos. - Cómo están los demas de China Town? AGH!! COMO HE PODIDO SER DERROTADO ASI! - me entró la vena dramas de personaje de anime, pero en verdad me jodía, de verdad de la buena. Y mis planos, donde estaban mis planos? Y Gelion? Seguiría grogui perdido? - Ha pasado mucho tiempo...me he perdido mucho. - me entró la vena depre y miré a ambos. - Entonces os vais a casarr? No sabía que también te gustarran los elfffos, Thoren.
-VUELVE, MALDITO!!
Pero no volvio, vino con refuerzos. Un elfo.
-Porr que me preguntas como me encuentro y luego te vas?! EH! VUELVE! - pero el gritaba en la puerta, hasta que eso, llegó Aldaron.
No solté aun el palo del gotero y miré al elfo, hiperventilando un poco. Escuché sus palabras, era vedad entonces? No estaba muerto? Ouroboros de verdad de la buena? Mi cuñado...? Miré a Thoren cuando dijo eso, como me hiciese un Irina II me lo cargaba, yo no iba a aguantarle mas tonterias.
- Entonces...entonces no me...
"vale, estoy vivo!"
- Ufff - me dejé caer en la cama soltando el gotero, y los miré - territorio amigo, de verrdad? - me incorporé rapidamente, los vivos teniamos que seguir preocupándonos. - Cómo están los demas de China Town? AGH!! COMO HE PODIDO SER DERROTADO ASI! - me entró la vena dramas de personaje de anime, pero en verdad me jodía, de verdad de la buena. Y mis planos, donde estaban mis planos? Y Gelion? Seguiría grogui perdido? - Ha pasado mucho tiempo...me he perdido mucho. - me entró la vena depre y miré a ambos. - Entonces os vais a casarr? No sabía que también te gustarran los elfffos, Thoren.
- ¡NO ME VOY! ¡ESTOY EN LA PUERTA! ¿NO ME VES? - grité de vuelta a Yaros cuando me preguntó eso de por qué me iba tras preguntarle cómo estaba. El muy puñetero quería atacarme con el palo del gotero. Dejé de gritar un momento cuando llegó Aldaron hasta la habitación, regañándome por eso que me había dicho un montón de veces. - Ya, ya, no recordar. - alcé las manos en señal de paz, recogiendo la silla tal y como me había pedido. Me crucé de brazos haciendo que se marcasen más mis poderosos bíceps, entornando los ojos sin comprender muy bien eso del futuro cuñado que dijo el elfo. Después dijo que era broma, y fue entonces cuando pillé lo que había querido decir. Descrucé los brazos con cara de sorpresa, abriendo mucho los ojos. Yaroslav también se sorprendió tanto como yo, preguntando eso de que si habría boda y que si me gustaban los elfos.
- ¡No me voy a casar con nadie! bastante escarrmentado salí ya con Irrina. - puse gesto de refunfuñar, acercándome a la cama y al elfo. - ¿Entonces yo te gustarr? - pregunté directamente y sin rodeos, que a mi me costaba darme cuenta de esas cosas. Me llevé la mano a la barbilla pensativo, acordándome de lo que hacía Irina en la época del Kremlin. Me metí en un tinglado en el que me timaron y yo encima pensaba que controlaba algo. Después le di palmaditas fuertes a Yaroslav en la cabeza, consolándolo.
- No pasa nada, a todos nos han derrotado alguna vez. Los de China Town están vivos. Incluso el que me cae mal. - me refería a Johan por supuesto. Seguro que el plan de mierda era suyo. - ¿Cuándo podrrá salir de hospital, señorr Aldarron?
- ¡No me voy a casar con nadie! bastante escarrmentado salí ya con Irrina. - puse gesto de refunfuñar, acercándome a la cama y al elfo. - ¿Entonces yo te gustarr? - pregunté directamente y sin rodeos, que a mi me costaba darme cuenta de esas cosas. Me llevé la mano a la barbilla pensativo, acordándome de lo que hacía Irina en la época del Kremlin. Me metí en un tinglado en el que me timaron y yo encima pensaba que controlaba algo. Después le di palmaditas fuertes a Yaroslav en la cabeza, consolándolo.
- No pasa nada, a todos nos han derrotado alguna vez. Los de China Town están vivos. Incluso el que me cae mal. - me refería a Johan por supuesto. Seguro que el plan de mierda era suyo. - ¿Cuándo podrrá salir de hospital, señorr Aldarron?
Contenido patrocinado
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.