Planta de habitaciones para ingresos

20 PS/dia x 5 dias= 100 PS
-36 PS tras batalla +100 recuperados= 64/150 PS
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Desperté algunos días más tarde en el hospital, un tanto confuso y un tanto drogado, a decir verdad. Cosa necesaria, a juzgar por el estado de mi brazo, que estaba bien vendado e inmovilizado desde el hombro hasta la ultima punta de los dedos. Me removí con incomodidad en la cama, tenia el cuerpo dolorido  y con sensacion de rigidez de tanto permanecer asi...

"que ha... qué día es...?"

Carraspeé tratando de encontrar mi voz y llamar la atención de algun sanitario, mas que nada para que me dijeran la fecha y me informaran de todo. Me abatió saber que llevaba fuera de juego algunos días. Me quedé mirando mi brazo, recordando como aquellas raices lo habian hecho practicamente puré en un intento por arrancármelo, aunque finalmente se habia quedado en su sitio. Vi un frasco de poción crecehuesos en mi mesita de al lado y entonces empecé a entender por qué narices me dolía tanto. Y eso también explicaba la presencia de otro frasco de leche de amapola, para paliar un poco ese dolor.

Miré con aire inexpresivo a aquellas dos pociones. Aunque el gesto parecía inexpresivo, en el fondo de mis ojerosos ojos se leía la derrota y el cansancio. De poco o nada habia servido lo que Markus y yo habiamos hecho alli, y el esfuerzo nuestro y de los demás, inutil al final. La situación solo iría empeorando....

Después de un rato de vacío e inexpresivo silencio, alargué la mano buena hacia el cajoncito para buscar mis cosas, sacando el brazalete. En ese instante, recibí el mensaje de Cath y me quedé rumiándolo un rato. Sí. estaba de acuerdo con lo ultimo. Rapidez....? miré de nuevo aquel brazo que me hacía sentir más inutil si cabía. No podría portar los dos brazaletes...estaba impedido para la mayoria de los movimientos al llevarlo fijado al torso... Por unos instantes solo deseé huir de alli y que nadie me viera.

Pasé otro largo rato más asi, entre cavilaciones, con la mirada perdida en la nada. Pensativo.

De pronto, me levanté de la cama, pateando las sabanas y cogiendo mis cosas para meterme al aseo. Un rato después, sali vestido. Sí, con el brazo en cabestrillo y cara de mareo, por el dolor. Al volver a la cama me tuve que tomar una dosis de la leche de amapola aquella. Era Da Vinci, y eso quería decir que no podía rendirme. Había que buscar metodos. Y si era usando un brazo menos, con un brazo menos. Algo de inventiva, y listo.

Oh, y algo de droga, claro.

Pedí el alta voluntaria, y tras algunas reticencias, firmar varios papeles e indicarme las dosis de crecehuesos que debia seguir tomando y las horas, me fui de alli con mis cosas y mis pociones prescritas.

Había esperado el momento en el que Fred abandonó la habitación para reacomodarse en la camilla. Agradecía su compañía pero… quería estar sola. Sabía que no tenía porqué estar hospitalizada y que aquello quizás era una deferencia de Oscurus pero no encontraba la voz para emitir palabra alguna. Tal vez, aquel último grito le había arrebatado más de lo que Eámon había creído.

El dolor permanecía con ella, no tanto el físico, pues las pociones y los goteros estaban puestos para ella día y noche. Era el emocional el que más le estaba costando gestionar y aunque a veces pensaba que en realidad debía… Debía estar más preocupada por Chloe, por Ben, por esos que vinieron a rescatarla, pero no podía pensar en otra cosa que en lo que había vivido.

Retazos de la experiencia la perseguían en sus pesadillas, cada noche; en sus recuerdos, cada vez que cerraba los ojos; en su cuerpo, cada vez que respiraba. Se sentía sucia y repugnante pese a que había tomado duchas y se había restregado la delicada piel hasta dejarla roja y casi en carne viva. Pero no podía borrar sus huellas, no podía borrar lo que le habían hecho.

Desvió la mirada hacia su mano donde la cicatriz que la marcaba como bruja permanecía.
Recordó el instante en el que Collins había empezado a hacerla y sintió que le temblaba el labio inferior. ¿Por qué la odiaban por algo que no había elegido? ¿Acaso podía ella odiarlos por su carencia de magia?

Gelion Draven escribió:-¿Quién ha dicho que me caigas mal, Doc?La que me cae mal es tu magia-

Arleen se movió en la camilla, poniéndose en posición fetal, de cara a la puerta. No podía darle la espalda. No podía dejar su guardia bajo. No podía… Se llevó las manos a la cara, estrujándose un poco los ojos para eliminar la humedad de ellos. Su parte teórica, su parte cuerda, le decía que estaba bien sentir cómo se sentía porque había experimentado algo traumático y también le decía que todo era un proceso…

Pero…

Para eso deberías querer salir del otro lado. ¿Ella quería hacer eso? ¿Para qué? El hospital estaba condenado al fracaso mientras el odio hacia su raza siguiera latiendo en aquellos corazones dañados por la guerra. Gelion le había hecho creer que se podía, había logrado ganarse su confianza… O quizás ella se la había dado porque deseaba estar en un sitio en el que pudiera ser ella.

Gelion Draven escribió:No te controles, no estás aquí para controlarte. Simplemente tenlo en cuenta.

Eámon O'Connell escribió:No quiero otra cosa que hacerles sufrir, a ellas y a los suyos.

PNJ escribió:Sin misericordia

Collins O'Connell escribió:Es lógico, la hospitalidad es para que la víctima confíe y luego clavarle el puñal por la espalda

Le estaba faltando el aire. El dolor en el centro del pecho no era más que el principio de un ataque de pánico que sólo se acrecentó cuando sus compañeros entraron e intentaron quitarle las manos de la cara. No quería que la tocaran -¡QUITADME LAS MANOS DE ENCIMA!- Gritó, gritó y gritó la misma frase en bucle incluso cuando ya se habían retirado dejándole espacio pero Arleen no parecía ser consciente de que ya no estaba sucia y desnuda en aquel piso. Todavía sentía sus manos, todavía sentía su presencia, acechándola, marcándola y usándola.

-No podemos moverla así- Dijo uno de los enfermeros mientras le suministraba leche de amapola en uno de los goteros hasta que quedó dormida en la cama. Alzó la vista hacia sus compañeros -¿Creéis que es mejor ponerle… algo?- Dijo señalando sus muñecas mientras la acomodaba en la cama después de su episodio -Evitaría que intente arrancarse la marca de nuevo- Murmuró el otro mientras la miraba con pesar -O herirnos- Asintió y entonces buscaron unas esposas con refuerzo por dentro para que no se hiciera daño y la colocaron en la camilla para evacuarla de allí al hospital de campaña de las Highlands.