Planta de habitaciones para ingresos

Posó los ojos pardos en el Guardia de Ouroboros que se dirigió a él, entrecerró los ojos ante sus palabras y lo miró de arriba a abajo para luego suspirar con cansancio. ¿Dónde había quedado el respetuoso trato entre los enemigos? No, ni siquiera era respeto, era humanidad básica sanar a un herido y era cruel lo que parecía estar sugiriendo el guerrero. ¿“Tal vez le harán cosas”? Si, los vikingos serían sentenciados a trabajos comunitarios, eso les harían y para que puedan cumplir debían estar bien de salud. -¿Tiene una mejor idea? Soy todo oídos.- Pronunció con soltura mientras agarraba una carpeta que le pasaba otro Guardia con el papeleo que debía revisar sobre la condena de los criminales. Vio a Savannah Hati por ahí por lo que movió la cabeza en su dirección a modo de saludo, lo mismo hizo cuando llegó el elementarista del agua. Lorcan y Giordano le explicaron vagamente a Benjamín lo que había ocurrido mientras el joven maestro leía detenidamente los documentos así que le dedicó una breve mirada a Lytta con cara de “luego te cuento bien lo que pasó” antes de volver la atención al papeleo.

Firmó la sentencia cuando estuvo conforme, haciendo oficial la condena de los vikingos a trabajos comunitarios bajo su supervisión y le devolvió la carpeta con los documentos al Guardia que se retiró de inmediato para informar a la General Hua. Dio un respingo por el súbito arrebato del tecnomago, pensaba que daría una evasiva respuesta y se marcharía pero al menos de ese modo compartía sus pensamientos con él. Los Guardias se apartaron pero él apoyó la cadera en el brazo de un sillón que había en la habitación manteniéndose junto a Giordano y esperando pacientemente a que termine su monólogo, que saque de su sistema todo lo que necesitara sacar. -Porque matarnos entre nosotros solo empeora las cosas.- Por “nosotros” entiéndase “todos los seres en este universo”. -Si dejas de gritarme, podré pensar en cómo resolver esto.-

También pudieron oírse gritos desde una habitación cercana, al parecer varios tenían los nervios a flor de piel. ¿Esa era la voz del ex-esposo de Catherine? Obviamente estaba hablando sobre ella, frunció el ceño al escuchar lo de “mi hija”, era raro porque era sabido que Aedan era el hijo del primer matrimonio de la Descendiente LeFay, a menos que el niño ya se identificara desde esa corta edad con el género femenino, y saludó a Chloe cuando pasó por el pasillo... cargando un bebé en brazos. Se asomó a la habitación en la que entró la pelirroja, alternó la mirada entre la niña y Benjamín con la pregunta de si de verdad era su hija claramente plasmada en su expresión y le hizo un silencioso gesto al Descendiente Da Vinci como diciendo “¿Ves? Catherine está bien”. Abrió los ojos como platos cuando las piezas encajaron y comprendió todo, ¿de dónde sacaba el tiempo esa gente para tener tantos hijos? Y a tan corta edad, ¿en qué cabeza cabe?. -¿Has visto a Oscurus?- Le preguntó a Chloe, si había visto a Catherine tal vez también había visto al sanador y luego desvió la mirada hacia el elementarista del agua, quería contarle todo lo que había pasado pero en un sitio más tranquilo así que movió la cabeza preguntándole con ese gesto si lo quería acompañar fuera del hospital para hablar y pensar en cómo solucionar la situación, incluso podían ir al despacho de la General Hua para pensar posibles estrategias entre todos.

Le había preguntado que por qué. Y sí, quizá estaba emocional de más. Sí, quizá había estallado en el momento menos oportuno. Lo miraba indignado, con los ojos encendidos y el ceño fruncido, incapaz de entender su frivolidad. Lo señalé, gesticulando mucho con las manos, un rasgo que cuando perdía los estribos era más que evidente.

- Oh pero dejar que maten a otros mientras tú firmas por la paz de tus enemigos es mucho mas adecuado. Se le llaman PRIORIDADES, ADAEL. Primero esto, luego lo otro, capicci?! - me llevé el indice y el pulgar al puente de la nariz, resoplando y masajeandome ahi cuando me pidio que dejara de gritarle y solucionaria aquello.

"NO PUEDO"

- Solucionar qué?! Qué vas a solucionar exactamente? Lo de los Pendragon? Lo del Sanguis? Lo de Cath? Lo del pergamino de Leroy? Lo que ocurrió en Roma?! Lo de...Mei y Newton?! - al hablar de ellos se me rompió la voz y el maldito cuadro de luces esa planta del hospital comenzó a parpadear. - Eres idiota, Adael! Idiota perdido!

"mierda"

Por suerte Adael decidió centrarse en otras cosas diferentes a mi conversacion o lo que fuera aquello, y además comenzó a llegar gente. Hice por relajarme, paseando de un lado a otro de la habitación, hasta que logré que las luces dejasen de chisporrotear y volviesen a funcionar como debían.

- tengo que revisar eso...están en el sótano, verdad...? - me dije a mi mismo mientras seguia con mi paseo . Capté el gesto de Adael y me asomé tambien, topándome con un guardia, pero a tiempo para ver lo de Chloe, el bebé, Ian... me acerqué despues de que la peliblanca se fuera, y miré a Ian y a la hija de Cath y de él. - Vaya, es muy.... fea... - pero se lo dije con una sonrisa sincera, una sonrisa triste, pero sincera.

"el cuadro de luces"

- He oido que Cath está bien, verdad? Luego podemos hablar de cosas. Cuando descanséis.

No quise mirar a nadie más, ni si quiera habia mirado a ian a la cara, solo a la bebé. Arreglaría el cuadro de luces, y luego...luego ya veríamos.

Me fui de alli a paso vivo, cabreado, dirigiéndome a los sotanos del hospital, donde me quedaria a revisar los generadores tecnomágicos y reparar cualquier daño que hubiesen sufrido. De paso, me centraba un poco y rebajaba las emociones de antes.

Al final, con todos los gritos, la información que ya manejaba conseguí hacerme una idea del global. Al menos el desencadenante, faltaba por saber el resultado de todo aquel entuerto pero, por cómo parpadeaban las luces del hospital, me alegré de haber puesto tierra de por medio.


Iba a tratar de mediar entre el moreno ex de Cath y Lorcan, que tampoco sabía exactamente por qué ellos también se llevaban tan mal. Con Ian era fácil tener encontronazos, lo de la mujer cana era más raro. Supuse que sería cosas de sus clanes por lo que no siquiera me metí, pero me hubiera encantado añadir algo a aquello de la libertad y cómo era su ansiada libertad si te salías un poco del camino que el ministerio había decidido para ti, marcado para siempre como un paria. Yo mismo tuve un rehén licántropo en el sótano tomado a la fuerza por Macaret. Y mejor no preguntar si no querías perder la lengua, ¿esa es la ansiada libertad que reclamaban?

En fin. Llegó Chloe, como el rayo de luz al amanecer que es.

-Por eso es tan bonita- Respondí con el mismo tono que Chloe había usado conmigo para presentar al muñequito que tenía entre brazos. Una cría, ni más ni menos, pero con un aspecto general bastante... Apagado. No me pareció que aquella apreciación aportara en aquel momento y, sencillamente cerré el pico. El comentario de Catherine me indicó que Chloe había estado en todo el meollo (como siempre vaya), lo que indicaba que había estado cerca de los Pendragon después de haberse llevado a los descendientes a la fuerza -¿Y el resto?- Pregunté con sincera preocupación, aunque sabía que nadie iba a contestar a aquello, a ellos les daba igual.


Dejé espacio a los hermanos, total, allí poco pintaba, aunque quizá la historia me la contara Chloe mañana, por lo que me aparté del quicio de la puerta para dejar paso a Gio que estaba en un estado mucho menos explosivo que antes, aunque no tranquilo.

Le vi largarse por los pasillos de una forma muy airada, suspiré con cansancio, topándome de nuevo con Adael que se incorporaba, seguí con su mismo movimiento de cabeza para irnos de allí y dejar a los Hacksaw a solas, ahora tocaría papeleo. Qué pereza -Enhorabuena a la familia, y a la tía-

Tras aquella despedida yo salí de allí por el camino que Adael me había indicado, suponiendo que me seguiría a explicarme las razones por las que decidió que, en lugar de organizar un escuadrón de rescate, era mejor dedicarse a la ceremonia funeraria.


Off: Ben fuera y Adael si quiere también

- Serás presumido...- replicó bromeando a Benjamin cuando dijo que por eso era tan bonita la niña, porque era su "hija". Lo dejó en la puerta, ya hablaría con él más tarde. Lo primero era calmar a Ian, que obviamente quería saber qué había pasado. - Ella está bien...agotada, obviamente. - omitió algunas cosas, como lo del parto ensangrentado en el templo Pendragon. - No...no está aquí en el hospital. - admitió algo apenada porque tenía que confesarle dónde estaba.

- Está en Ávalon, el parto se adelantó y fue allí. Y Aelin le costó un poco arrancar al nacer y por eso la he traído. Pero nada que no solucione unos cuantos días aquí. - miró a Savannah asintiendo cuando dijo que iría a por Aedan y Jarkko, aunque ella no podía quedarse. Tenía que solucionar algunas cosas para que permitieran a Ian quedarse todo el tiempo que quisiese en la zona especial de neonatos. - Quédate aquí tranquilo hasta que vuelvan. Voy a encargarme de lo de la peque para que te dejen quedarte con ella. Volveré pronto. - conforme salía hizo un gesto con el pulgar tanto a Ben como a Adael, que querían saber cosas del resto de Descendientes.

- Oscurus estaba conmigo, y ya debe estar de vuelta. En cuanto a Catherine...lo que has oído antes, tiene que descansar pero también está bien. - pasó después al lado de Benjamin, poniéndose en puntillas un momento para susurrarle al oído. - Me debes una fiesta después del turno, que no va a ser todo trabajar. - después se despidió de él, marchándose de allí para resolver asuntos pendientes.

Ya pensaría más tarde cómo lidiar con Matvey, que tal y como decía Savannah no debía estar muy contento al saber lo que había hecho. Su amiga lo apaciguó un poco para que no siguiese encarándose con Lorcan, pero no hizo falta que lo hiciese mucho más porque la llegada de Chloe con la niña lo cambió todo. Alzó la mirada hacia su hermana con gesto de preocupación cuando le explicó lo del parto adelantado y que Aelin necesitaba revisión. - Por eso se activó la marca de Aedan...porque Cath estaba en peligro. - no preguntó por el otro niño, pero asumía que si su hija había nacido y Chloe no le había dicho nada del otro...todo habría terminado. Ese crío era lo que supuestamente necesitaban para acabar con la maldición. Si Cath quisiera sólo tendría que anular su matrimonio con el Pendragon, tal y como había hecho con el suyo meses atrás.

- Menos mal que la has traído. - reacomodó al a pequeña en sus brazos, pensando en debía ser algo serio si Catherine había consentido separarse de ella. - Espero que puedas hacer que mejore...no entiendo muy bien por qué ha tenido dificultades. - era cierto que se veía más apagada que Aedan cuando nació, pero confiaba en que estando en el hospital pronto estaría bien. Entornó los ojos ante el comentario sincero de Giordano, aunque tampoco le dio mucha importancia porque no iba con malicia.

- ¿De qué cosas quieres hablar? - preguntó intrigado, aunque tuvo que quedarse con la duda porque Giordano y los demás se marcharon, al igual que Chloe. Finalmente se quedó a solas con Aelin, sentándose en el borde de la cama con ella mientras le bajaba un poco la manta en la que estaba envuelta. Qué distinto era todo de cuando nació Aedan... - Haremos que vuelva...la recuperaremos tarde o temprano. Te lo prometo. -

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¿percibe algo?

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'Probabilidad' :

Volvieron a aparecer en el hospital donde se habían encontrado con anterioridad. No podía quejarse de que había sido un mal viaje, pero en realidad si lo hacía internamente. Fue participe de una serie de cosas que en su vida podría olvidar y era un fastidio, y su cara lo reflejaba perfectamente. Si ese día mismo día había pensado que comenzó cargado de tensiones por su parte, podía empeorar, había acertado. Iba empeorando en un altibajo. ¿Es que acaso estaba en una montaña rusa sin frenos?

Se alejó del fantástico grupo de expedición al que se había unido, soltando a la chica que tenía al crio entre sus brazos para que tuviera más libertad de movimiento. La cara de perro que se cargaba se notaba a leguas cuando su mirada se posó sobre el bulto que tenía Ian entre sus brazos y luego al mismísimo moreno antes de hablar. -Hemos vuelto con tu crio. - Carraspeo y luego señalo con la barbilla hacia la comitiva. -Y por si te lo preguntas, está sano y salvo. - Dio un suspiro ahora notándose incomodo, porque en realidad, el no debería estar allí. En aquella reunión no era bien recibido y lo sabía, lo sabía perfectamente por la hostilidad que percibía en el ambiente. Tal vez sería mejor que se fuera con Benjamín a hacer alguna guardia o a vigilar a los prisioneros del descendiente Adael o alguna puñetera cosa para la que el fuera mejor que estar en una reunión familiar. Fue así como Lorcan se pasó una mano por la nuca algo contrariado y luego se volvió hacia Savannah. -Sera mejor que me vaya… Ustedes tienen que conversar muchas cosas y no me querrán a mi encima de ustedes. -

Nuevamente y por instinto un gruñido salió de el al percibir al otro macho, Jarkko, cerca. ¿Cuántas veces había gruñido ya ese día?

Savannah apareció en el hospital con un gesto sumamente indignado por el empujón infantil que Lorcan le había dado a Jarkko. No entendía porqué se estaba comportando de esa manera. Se soltó de su novio soltando un “tsk” con un gruñido molesto mientras avanzaba hacia Ian porque Aedan estiró los brazos hacia él.

Su amigo tenía mejor cara en general pero sabía…que no se encontraba del todo bien. No permitió que Aedan se le fuera encima, pero se sentó a su lado -Sí…- Murmuró antes de mirar a Aedan un instante notando que algo negro salía de su pecho en un siseo rarísimo que le hizo estremecerse en un escalofrío de terror -A ver Aedan…- Le dijo para ver si se quedaba quieto, pero él quería ver el bultito que tenía Ian entre los brazos, aunque tenía un gesto raro en el rostro, como si no estuviera convencido de que fuese algo interesante.

Le corrió el cuello de la camisa y sonrió de lado, mostrándole a Ian -No hay marca- Le reacomodó la ropa y entonces lo inclinó para que viera a Aelin, Savannah sonrió ampliamente mirando a la bebé. No dijo nada, dejaría que Ian manejara la situación como él considerara.

Entonces Lorcan habló y alzó la mirada hacia él con cansancio. Tenía razón, si estuviera más tiempo arriba lo vería más -Cada vez que subo me estalla la cabeza por culpa de los murmullos. Abajo está todo en silencio- Porque no era el mismo susurro… Ahora era como un martilleo molesto e histérico en sus oídos, en su mente -¿Por qué no bajas tú? ¿Y aprovechas la luna llena para transformarte con nosotros?

OFF: ¿Aedan se percata de algo? Pos maso.

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'Dado (10)' :

Estuve a punto de empujar a Lorcan de vuelta cuando él lo hizo conmigo, pero pasé de tocarlo, prefería no hacerlo. Por fortuna, tan pronto como habiamos vuelto a una zona de magia, aquellas inseparables sombras habían vuelto a mi para unirse a mis extremidades amputadas y devolverme el brazo y la mano. Entre eso y la desaparición de Savannah, nada más llegar al hospital tuve que buscar asiento porque me había mareado. El murmullo aquel fue todo lo que pude escuchar durante más de diez segundos hasta que se tranquilizó y se esfumó, y aquella tensión y ganas por partirle la cara a...bueno, en este caso a Lorcan porque era el que más cerca tenía, se intensificaron tanto que me preocupé.

Me perdí el reencuentro padre-hijo, y la presentación de la recién nacida. También se me escapó la apología de Lorcan, que de haberla escuchado lo mismo hasta me habría inspirado compasión, quien lo diría.
- Savannah, los recipientes? - dije alzando la mirada hacia ella, necesitaba que alguien terminara de acoplar las partes metálicas que contenían a las sombras porque si no me costaba muchisimo mantenerlas con la forma que deberían tener.

Ahora sí oí a Lorcan gruñir y levanté la mirada hacia él, y de nuevo tuve aquel impulso por lanzarme sobre él y abrirle la garganta.
- Sí. Por qué no te transformas con nosotros? - le dije a Lorcan mientras me ponía en pie y caminaba hacia él, poco respetuoso ahora con el espacio personal y con una sonrisa bastante...poco sonrisa, a decir verdad. Sería el momento perfecto para vengarme de él, liberando a las bestias...Justo y salvaje.

El regreso de sus amigos fue lo suficientemente rápido como para que no se impacientase por la espera, con Lorcan trayéndole la buena  noticia de que Aedan estaba sano y salvo. Esta vez no miró al licántropo con hostilidad, sino que asintió con un mudo gesto de agradecimiento por la información.  - Tranquilo, no es necesario que te marches. - respondió algo más sereno que cuando se habían "enfrentado" antes de marcharse. Estaba alterado, pero no tenía por qué pagarlo con otros.

Aedan entró a la habitación como un torbellino, subiéndose a la cama con mucha curiosidad al ver lo que tenía en brazos Ian. Ojalá supiese qué pasaba por su cabeza de crío de 2 años y medio al conocer a su hermana. Sonrió al verlos a los dos juntos, pero seguía faltándole algo. - Cuidado...es muy pequeña. - dejó que se asomase a ver a la cría, mientras Savannah movía un poco la ropa para mostrarle que la marca había desaparecido. Una indescriptible sensación de alivio le quitó un gran peso del pecho, ya no tendría que vivir de nuevo con es angustia y ese miedo de que la maldición se llevase a su hijo, ni tendría que verlo tan mal como cuando hizo aparición aquella marca horrible de magia negra.

- Se ha ido del todo, ¿verdad? - murmuró, mirando de modo esperanzado a Savannah. Luego atrajo hacia sí a Aedan, abrazándolo junto con Aelin. Suspiró aflojando a los pocos segundos, mientras que el mayor intentaba meterle el dedo índice en la mejilla a la cría.  - Todavía no sabe jugar, ya aprenderá.- el chiquillo hizo una mueca de aburrimiento, regresando a los brazos de Savannah porque ella le parecía mucho más divertida. Finalmente fijo la mirada en Jarkko, dándole las gracias por cuidar de Aedan.   - Si queréis practicar el control y las transformaciones yo puedo practicar con vosotros y la piedra de los Fenrir. Podemos bajar en unos días...cuando ella esté más estable. - comentó refiriéndose a la niña, que según le había dicho Chloe tendría que quedarse allí unos días. También tenía que hablar con el nigromante cabreado por lo del anillo, y...Catherine. Definitivamente tenían que hablar.

-También podría hacer eso. -Quedo pensativo ante la respuesta de Savannah de bajar y poder sentirse completo por primera vez en mucho tiempo y con eso podrían estar cerca como antes, pero con sus obligaciones, lo veía algo difícil. -Tomare eso en consideración. Me hace falta. -

Observo prácticamente en un rincón todo lo que hacían las 5 personas en la habitación sin perder detalle. No haría preguntas porque sabía que no le darían respuestas, tampoco es que quería interrumpir aquella reunión familiar. Tampoco perdió detalle de lo que hacía el cachorro con su hermana, eso hizo que sus ojos brillaran con humor, porque el hermano quería jugar con la niña que aún era un bebe y como el moreno no se lo había permitido, pareció un poco amurrado volviendo a correr hacia los brazos de la peliblanca.

Primero, alzo una ceja algo altivo cuando aquellas palabras salieron de la boca de Jarkko, porque ya no eran dichas con amabilidad, sino más bien, el las sentía como un reto y luego una de las comisuras de sus labios se levantó cuando al castaño comenzó a darle una rabieta, muy parecida a la de Aedan a su parecer. Alzo las manos como pidiendo un poco de control en la situación y luego miro a Savannah con cara de “No soy solo yo el que busca los pleitos” - ¿Quieres pelear? - Pregunto comenzando a darle piques con el dedo en la frente, algo bastante molesto, aprovechando las cercanías. -Pero este no es ni el momento ni el lugar. -

Savannah le sonrió a Ian asintiendo. En su opinión, se había ido -Se acabó, ya está. Cath lo ha hecho - Le aseguró. Por mucho que el trago amargo de esas acciones siguiera presente, su amiga había hecho lo necesario para -precisamente- este momento: Aedan libre de vivir su vida sin una condena de muerte constante. Y para que ellos no tuvieran la preocupación de perderlo. Recibió a Aedan con los brazos abiertos cuando se aburrió y le llenó de besos las mejillas, riéndose con él y sonriendo a Ian cuando aceptó que Lorcan se les uniera.

Al escuchar la voz de Jarkko dirigió su vista hacia él, notando que estaba un poco…agobiado? Buscó los recipientes que había colocado sobre la cama en un claro despiste - Espera un segundo- Le dijo tanto a Aedan al colocarlo en el piso como a Jarkko. Cogió los recipientes y empezó a caminar hacia él -Lo sé, por eso te lo estoy sugiriendo- No podían encerrar a un lobo por mucho tiempo y esperar que estuviera cuerdo. A diferencia de Lorcan, el trío que vivía en la casa Hacksaw también eran magos, por ende, tenían diferentes formas de canalizar energía.

Fue entonces cuando Jarkko se incorporó, con una sonrisa que… no le daba ningún buen presentimiento y sus sombras sin controlar. El tono que usó… es que no parecía ni él. -No te hagas el inocente, vi tu empujón. Me los llevo fuera Ian, si no… - Savannah caminó hasta llegar a ambos y los empujó un poco para llevarlos al pasillo, cerrando la puerta en el proceso para darle intimidad a Ian.

La respuesta de Lorcan, con esa tontería de pegarle en la frente, le hizo soltar un "tsk". Se deslizó entre ambos, poniendo una barrera física con su cuerpo mientras se concentraba en colocar los recipientes en su lugar con exquisito cuidado en no tocarle… pero no funcionó. Las sombras estaban revueltas y su cercanía las había agitado, como cuando tenían relaciones, y en cuanto estuvo lo suficientemente a mano, se agarraron a sus brazos y empezaron a subir por ellos -Mierda…- Susurró mientras un escalofrío empezaba a subirle por el cuerpo…porque cuando estaban juntos no se sentían así… ahora, era distinto, como aquella vez en el bosque. Sus ojos se ponían negros y la oscuridad descendían por pequeñas venas hacia el resto de su rostro.

Durante un momento se mantuvo en silencio pero pronto su cuerpo se tensó y soltó los metales que cayeron rebotando en el piso con un sonido molesto. Empezó a hablar pero su voz no era la suya, sino mil voces en una que resonaban con eco en el pasillo con un tono que se asemejaba a uñas rascando una pizarra. Sus palabras no formaban parte de su lengua habitual. No, eran otra cosa. Un lenguaje muerto hace siglos. Ladeó la cabeza para ver a Lorcan, que estaba a su espalda, y gruñó mostrándole los dientes.


Off

Toca las sombras a Sav o a Lorcan? Éxito Sav, fallo Lorcan

D10
¿Cuánto nivel chungueces pasan si es Sav (espíritus)?

¿Cuanto afectan a Lorcan (si es fallo?

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#1 'Probabilidad' :


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#2 'Dado (10)' :

Era raro, pero lo cierto es que en esos momentos, el emotivo reencuentro hijo-padre que protagonizaban Aedan e Ian me importaba mas bien una mierda, es decir, nada. Y tres cuartos de lo mismo con su maldicion extinta. Era raro porque hasta hacia menos de un minuto, cuando estaba en Londres con Aedan, era lo unico en lo que podía pensar, en que todo les saliera bien. Pero ahora? Meh.

Ahora me importaba más explicarle cual era su sitio a Lorcan.
- ¿Que si quiero pelear? Yo siempre. - en ese momento Savannah nos empujó hacia afuera de la habitacion de Ian, fue casi el mismo momento en el que Lorcan decidió que era buena idea provocarme más y darme unos toques en la frente. A ella no me opuse, pero a él...

- Aparta, Savannah. - le gruñí a la peliblanca porque estaba todo el maldito rato entre medias de los dos. Como siguiera asi me iba a tocar apartarla a la fuerza. Hice un movimiento brusco para apartarla y poder agarrar a Lorcan del cuello, pero...sí, ella seguia en medio intentando colocar aquello que le había pedido hacía un rato, y en el momento en el que una de aquellas sombras que ahora tenia por brazo la tocaron, comenzaron a ascender por ella.

Al principio emití un ruido de contrariedad e intenté tirar hacia mi para que la soltara, pero pronto mi cabeza quedó inundada por recuerdos de Savannah. Algunos repetidos, ya los conocía...otros nuevos. Vi lo que habia visto ella en Tintagel. En el hospital. Luego, recuerdos mas viejos...todos ellos malos. Luego ya no eran suyos solos, todo se volvió una amalgama extraña en mi cabeza: los de ella, los mios, los de gente que no conocía de nada...era real todo aquello?

Intenté soltarla pero la orden de la mente no alcanzaba al cuerpo, seguia quieto totalmente, con los ojos totalmente oscurecidos al igual que los de Savannah. Para que la soltara iba a necesitar intervención externa....

Su sonrisa se hizo más abierta al escuchar la respuesta del chico. -Bueno, ya somos dos. –El que los empujara fuera de la habitación, no le causó extrañeza y de todas maneras fue lo mejor que podía haber hecho teniendo a una familia entera allí adentro. Ahora podían tener más libertad de movimiento y terminar lo que habían empezado.

Hizo girar uno de sus hombros como calentando su cuerpo para golpear, después de todo era lo que necesitaba en esos momentos. Llevaba mucha tensión acumulada en el cuerpo desde hace… Ya se había olvidado y no es como si hiciera cuentas.

Hizo un gruñido, por primera vez en acuerdo con Jarkko, por el hecho de que Savannah siempre tendía a meterse en medio de las peleas para intentar calmarlas. El movimiento a medias que hizo Jarkko lo alerto dejándolo listo para asestar un golpe, pero si verdaderamente lo hacía, tendría consecuencias para ella y para él. - ¿Por qué siempre quieres meterte en todo? - Pregunto cabreado. -Tu sabes que esto ya no se puede evitar. - Y ahora que tonterías estaba haciendo.

- ¿Savannah? - Inmediatamente después de que sintiera que algo andaba mal y casi al mismo tiempo que el otro lycan tiro por su parte, el intento sujetar a la muchacha para tirarla en dirección contraria justo hacia él y no pudo evitar el escalofrió que le subió por la columna al escucharla hablar en un leguaje que desconocía. Tal vez en una lengua muerta. - ¿Que le has hecho? - No le gusto en nada lo que estaba pasando, ahora los dos actuaban como si estuvieran poseídos. A pesar de que la peliblanca en esos momentos le daba muchos escalofríos y parecía lista para atacar, decidió encerrarla entre sus brazos y alzarla para poder apartarla del otro que parecía medio muerto en le pasillo. Después de todo, ese había sido el plan desde un principio y si no funcionaba, procedería a atacar al causante de todo.

¿Desde cuándo Jarkko quería pelea? ¿Por qué se estaba comportando así? -No- Le soltó cuando le dijo que se apartara. ¿De cuándo acá su novio tenía esa actitud? Nunca en el tiempo que le conocía lo había visto de esa manera. Quizás la situación cambiaba porque él sabía que Lorcan y ella se habían liado algunas veces pero… En su fuero interno percibía que era otra cosa.

Le dolió la pregunta de Lorcan pero no respondió. ¿Por qué se metía? Porque los apreciaba a los dos y no los quería ver partiéndose la cara. Esa era una razón. Pero aún así sentía que él lo decía por muchas más cosas que sólo lo que estaba sucediendo ahora con Jarkko. ¿Su opinión sobre su trabajo? ¿Sobre el clan? ¿Sobre la isla? ¿Sobre ellos?

Cualquier atisbo de respuesta a sus preguntas quedaron borradas cuando las sombras buscaron desahogarse a través de ella, pero no sólo eso, sino que contagiaban la rabia de Jarkko e incentivaban todo lo negativo de ser un licántropo -Lorrrrcan- Repitió su nombre cuando preguntó qué había hecho Jarkko, como si fuera culpa de él. La voz resultaba escalofriante y cuando Savannah extendió la mano hacia él con el impulso para aruñarle el cuello y romper piel y músculo en el proceso, Lorcan la atrapó y la alejó de Jarkko.

Las sombras remitieron y Savannah tomó una bocanada de aire con fuerza mientras las piernas le fallaban, de no ser por Lorcan habría acabado en el piso. Se estremeció con violencia, como queriendo sacarse de encima las sensaciones y los recuerdos que no le pertenecían. Parpadeó, tratando de volver a ver de manera normal y dejó recaer su peso sobre Lorcan -Jarkko…- Murmuró mientras movía una mano para levitar los recipientes hacia él. Tenía que colocarlos cuanto antes. Con la mano libre se sostuvo de Lorcan mientras se removía, indicándole que podía soltarla. Se creía lo suficientemente fuerte para mantenerse en pie aunque la cabeza la tenía como un globo y, además, llena de murmullos que no pertenecían a esas sombras.

En cuanto cerraron la puerta supo que se venía lío. Tanto Jarkko como Lorcan tenían pinta de querer meterse en una pelea entre ellos, y Savannah los siguió al pasillo como si quisiera controlarlos. Entendía a Jarkko, claro que sí, pero no era el momento de pelearse. Tampoco se consideraba un ejemplo pacífico, teniendo en cuenta que minutos antes él también quería arrearle. Iba a dejar que arreglasen sus rencillas a solas, iba a quedarse con sus críos en la habitación, pero aquella voz escalofriante y aquellos sonidos extraños que provenían del pasillo le hicieron reaccionar de otra manera. ¿Qué demonios estaban haciendo?

No podía arriesgarse a salir con Aelin y Aedan, pero tampoco podía ignorar lo que estuviese sucediendo. Dejó a la pequeña sobre la cama, con almohadas en los lados por si acaso rodaba. - Ahora tú eres el hermano mayor. Vigila que no se caiga, ¿vale? - le pidió a Aedan antes de alejarse de él, yendo hacia la puerta para abrirla. Se encontró a Savannah siendo sujetada por Lorcan, mientras intentaba colocarle los brazos metálicos a Jarkko. Entornó los ojos sin comprender muy bien, aunque podía suponer algunas cosas...las peculiares sombras de Jarkko fuera de lugar...los poderes "espirituales" de Savannah. Esos dos eran una combinación peligrosa, y Lorcan también parecía estar dándose cuenta. Le echó una mirada de soslayo, como queriendo decirle que comprendía su cara de sorpresa. Luego miró a sus amigos.

- Tenéis que explicarme de qué va esto, pero mejor en casa. - dijo con cautela y en voz más o menos baja, no quería que los cotillas que acudiesen le escuchasen. - Yo tengo que quedarme aquí mientras Aelin se queda en observación, pero no es lugar para que se quede Aedan. ¿Podéis llevarlo abajo con mi padre? - el niño salía en ese momento de la habitación, llevando a su hermana en brazos colgando de cualquier manera. Ian reaccionó rápidamente para ir a cogerla antes de que se le cayese, pero tampoco quiso reñirle porque no sabía lo que hacía. - Luego la coges, cuando estes sentado. - iba a ser complicado manejarse él solo con los dos, pero se acostumbraría. Cargó a Aelin con cuidado, despidiéndose de los presentes antes de marcharse de allí para ir a dejar a su hija en la zona de incubadoras.

En cuanto Lorcan separó a Savannah de mi y las sombras dejaron de estar en contacto con ella, todo terminó, todo volvió a la normalidad, sobre todo cuando ella terminó de colocarme las protesis metálicas que contenian a esas cosas. Volví en mi, totalmente, y con un gruñido por el dolor de cabeza me apoye con el antebrazo en la pared. Las sensaciones de odio, de querer partir en dos a alguien por cualquier motivo, de darme igual Ian y su familia...remitieron, pero dejaron aquella asquerosa sensacion en mi, porque eran cosas que habia sentido como muy mias, muy a fondo.

"Como es posible? que me ha pasado?"

- yo...no he sido yo... - quise explicarle a Lorcan, aunque ...vale, sí, habia sido yo. Miré avergonzado a Ian al verlo salir a reprocharnos aquello, y con razon. - Ian...lo siento...

Se marchó y me quedé con Sav y Lorcan, a ella tambien le debía una disculpa. Y creía que a él también. Pero...

- Creo que será mejor que te encargues de Aedan tú y yo me relaje un poco antes de volver a hablar o... -

"o tocarte"

Le dije a Savannah, aquella interacción no habia sido buena. Luego posé mis ojos en Lorcan, lo que acababa de ver era lo que faltaba para que desconfiara aun mas de mi.
- Quizá la proxima. - despues, me desapareci del lugar, dejando alli a Lorcan y a Savannah

Aun sosteniendo a Savannah entre sus brazos, hecho un vistazo a Jarkko con algo de malestar recorriendo por todo el. Eso había sido algo inesperado y esa cosa lo que quiera que fuera… Mas malestar se acumuló dentro de él porque sinceramente algo había impulsado a la peliblanca a atacarlo a él y… Un mohín se formó en sus labios. Se dio cuenta de lo que hacía Savannah con las cosas metálicas de Jarkko. Le hizo un tanto de gracia, pero no fue una gracia de mofa por el indefenso lobo, porque a pesar de todo, le gustaba la forma en que la loba lo trataba.

Soltó un bufido de risa abierta al ver al pequeñito que salía con su hermano casi a rastras mientras Ian lo regañaba. -Haz caso a tu padre… No querrás que tu hermanita sufra algún daño, ¿verdad? - Se acercó a la gran familia feliz agachándose para poder estar casi a la par del cachorro y colocar una mano sobre su cabeza desordenándole un tanto el cabello, y antes de que Ian se fuera lo miro ya no con el humor entretenido que le había ofrecido a Aedan, sino más bien con algo de seriedad como retándole a que le desobedeciera. -Y tú, ten cuidado. -

El “No he sido yo” tartamudeado que soltó Jarkko le hizo soltar un chasquido fastidiado con la lengua. -Claro que fue tu culpa. - Le amonesto viéndole marchar también, pero con el rabo entre las patas, haciendo una buena referencia de eso. Segundos después y decidiendo que ya era hora de también irse ellos, Lorcan empujo al pequeñito por los hombros para que caminara junto a ellos, escoltando a la peliblanca en total silencio hasta que se separaron.