Recuerdo del primer mensaje :
Planta de habitaciones para pacientes ingresados. Hay varias habitaciones, con varias camas en cada habitación. Las camas pueden separarse con biombos.
Planta de habitaciones para pacientes ingresados. Hay varias habitaciones, con varias camas en cada habitación. Las camas pueden separarse con biombos.
Oscurus había pasado de largo, y Ben se quedó algo más. Tampoco había mucho que ver allí, quitando una Sofía avergonzada y un Vishous indignado o mosqueado, a saber. Le puse cara de "de qué vas" porque no me gustó el modo en que me habló. Encima me vino con lo que hacían los médicos ahí, como si él lo supiese. Era cierto que había tonteado con Ben una vez en el hospital, pero no habíamos llegado a nada. Además, yo trabajaba allí.
- Tranquilo, machito. Lo que no es normal es meterse en la cama de los enfermos, y ya van dos veces. Me da igual que estuvieras besándola o que estuvieras tirándotela. - cogí uno de los papeles genéricos de altas y se lo firmé, estampándoselo en el pecho. ¿Pero qué se había creído?
- No eres el centro del universo, Vishous. No todo el mundo quiere meterte mano continuamente. - le solté un hum antes de darme la vuelta, que se había puesto muy subido por los comentarios. - Así que vístete y sal cuando quieras, que seguro que hay gente esperando camas. - me di media vuelta tras eso, pasando incluso de Ben antes de comenzar a avanzar por el pasillo.
- Tranquilo, machito. Lo que no es normal es meterse en la cama de los enfermos, y ya van dos veces. Me da igual que estuvieras besándola o que estuvieras tirándotela. - cogí uno de los papeles genéricos de altas y se lo firmé, estampándoselo en el pecho. ¿Pero qué se había creído?
- No eres el centro del universo, Vishous. No todo el mundo quiere meterte mano continuamente. - le solté un hum antes de darme la vuelta, que se había puesto muy subido por los comentarios. - Así que vístete y sal cuando quieras, que seguro que hay gente esperando camas. - me di media vuelta tras eso, pasando incluso de Ben antes de comenzar a avanzar por el pasillo.
Mientras pensaba ampliamente en lo que acababa de suceder, la mano de Vishous le ayudó un poco a volver a la realidad. Si bien, Vishous la había hecho pasar un gran momento de vergüenza, se le pasó un poco rápido cuando lo escuchó hablar en contra de los comentarios de quienes habían interrumpido su privacidad. Especialmente cuando llegó la parte de Chloe. A pesar de que estaba bastante distante de él emocionalmente en ese preciso momento, sí dio media sonrisa e incluso detuvo su retirada con tal de escucharle la cantaleta. Tenía que admitir que le supo a Gloria que su guapo marido le dijera las 3 o 4 cosas que ella se guardaba por no ponerse a pelear. Incluso se llevó la punta de los dedos a los labios escuchando que allí nadie era virgen, porque entonces él sabía algo que ella no, aunque se imaginaba que se trataba de él tirándose a todas las enfermeras en los lugares antes dichos, y que quizás no ayudaba tanto al punto que estaba tratando de hacer. De cualquier manera, ya sabía que ellos dos se habían liado por la escenita que le hizo en la cena de navidad, y parecía ser buen momento para traerla a colación. Contrario al tono de la contraria, su voz era bastante tranquila y discreta.
Es bastante habladuría para alguien que clama creer en el "amor libre". Le podrás acusar de muchas cosas pero todo el mundo sí quiere meterle mano. Y bueno, no habíamos tenido oportunidad pero si bien no mal recuerdo, durante navidad nos interrumpió en una cena privada con el descendiente de Ibn Salah una extraña criatura con un mensaje, pidiendo algo de lo que nos acusa. Y si mal no recuerdo, decías que no te importaba que Vishous estuviera conmigo, así que quiero pedirte que no te metas en nuestro matrimonio. Te recomiendo más intentar aquello de su amor imposible con un tal Yaroslav, pero supongo que no es importante.- Ahora que tenía el alta en manos de Vishous, pues bien podía esperarlo para salir del hospital. Se acercó a la puerta y la mantuvo abierta para Chloe. La puerta tenía grabado su apellido, desde mucho tiempo antes que ella llegara ahí, y si todo salía bien lo estaría mucho después que se fuera. Podía decir lo que fuera para darse importancia, pero esa cama no se tocaba.- Danos un momento para preparar a mi marido, quisiera llevarlo a casa.
Es bastante habladuría para alguien que clama creer en el "amor libre". Le podrás acusar de muchas cosas pero todo el mundo sí quiere meterle mano. Y bueno, no habíamos tenido oportunidad pero si bien no mal recuerdo, durante navidad nos interrumpió en una cena privada con el descendiente de Ibn Salah una extraña criatura con un mensaje, pidiendo algo de lo que nos acusa. Y si mal no recuerdo, decías que no te importaba que Vishous estuviera conmigo, así que quiero pedirte que no te metas en nuestro matrimonio. Te recomiendo más intentar aquello de su amor imposible con un tal Yaroslav, pero supongo que no es importante.- Ahora que tenía el alta en manos de Vishous, pues bien podía esperarlo para salir del hospital. Se acercó a la puerta y la mantuvo abierta para Chloe. La puerta tenía grabado su apellido, desde mucho tiempo antes que ella llegara ahí, y si todo salía bien lo estaría mucho después que se fuera. Podía decir lo que fuera para darse importancia, pero esa cama no se tocaba.- Danos un momento para preparar a mi marido, quisiera llevarlo a casa.
La cabecilla de Chloe me hizo dar un respingo, no la esperaba por allí, pensaba que estaba en su día de libranza, de la misma manera que tampoco sabía si se había enterado de la conversación que estaba manteniendo con su superior. Bueno daba igual, era un hecho. -Es… bueno, es.. una forma de hablar- Respondí a Chloe cuando me dijo que el teniente ya estaba recuperado, luego fue el otro el que dijo que le estaban manteniendo encerrado allí como un animal. El resto de la conversación pasó de forma superflua, no estaba atento, solo necesitaba pillar a mi presa, que aprovechó el tiempo para seguir avanzando. El tiempo justo y necesario para que Oscurus se me escapara por el pasillo. Resoplé y apreté los labios con molestia, si pudiera le daría una patada a cualquier papelera que hubiera por ahí.
Cuando regresé al fin, la conversación parecía haber subido de tono, lo justo para que Chloe se fuera de allí sin decir nada, por su cara de mosqueo era mejor no decirla nada. Vaya, pues ya serían cuatro los que estaban cabreados o cinco. Qué más daba. Aquello era una mierda, hablar con Oscurus crispaba los nervios de cualquiera. Yo, a diferencia del jefe del hospital, sí toqué la puerta, ahora abierta -Siento mucho el abochornante momento. Necesito hablar con el teniente antes de que se vayan- Expliqué a Sofía con aquello de prepararse antes de irse. Suspiré -Amaya está con los asuntos en la superficie, Fred demasiado ocupado con los Pendragon. Misión en Roma… Sin noticias de Sayid…- Buscó con la mirada, el siguiente al mando era él -Han sido reportados ataques en tierra hacia nuestro personal. El culpable es un viejo conocido, Tobías Gutemberg, alquimista. No sé muy bien cómo, pero ha conseguido liberar a los ministros muggles de la prisión- Recorrí la habitación hasta quedar delante de la cama, apoyando las manos en la barra plástica transversal de los pies -Si lo que se está intentando en conseguir seguridad allí abajo, deberíamos al menos proporcionársela a los medimagos que están bajando a ayudar. Oscurus dice que es cosa nuestra, de la Guardia. Y si siguen así las cosas, seguro que terminará por anular las asistencias a la gente que la necesite, fuera de las fronteras de Ouroboros- Pausa dramática -¿Y quién es uno de los que tienen la culpa de todo esto?- Pregunta retórica
Cuando regresé al fin, la conversación parecía haber subido de tono, lo justo para que Chloe se fuera de allí sin decir nada, por su cara de mosqueo era mejor no decirla nada. Vaya, pues ya serían cuatro los que estaban cabreados o cinco. Qué más daba. Aquello era una mierda, hablar con Oscurus crispaba los nervios de cualquiera. Yo, a diferencia del jefe del hospital, sí toqué la puerta, ahora abierta -Siento mucho el abochornante momento. Necesito hablar con el teniente antes de que se vayan- Expliqué a Sofía con aquello de prepararse antes de irse. Suspiré -Amaya está con los asuntos en la superficie, Fred demasiado ocupado con los Pendragon. Misión en Roma… Sin noticias de Sayid…- Buscó con la mirada, el siguiente al mando era él -Han sido reportados ataques en tierra hacia nuestro personal. El culpable es un viejo conocido, Tobías Gutemberg, alquimista. No sé muy bien cómo, pero ha conseguido liberar a los ministros muggles de la prisión- Recorrí la habitación hasta quedar delante de la cama, apoyando las manos en la barra plástica transversal de los pies -Si lo que se está intentando en conseguir seguridad allí abajo, deberíamos al menos proporcionársela a los medimagos que están bajando a ayudar. Oscurus dice que es cosa nuestra, de la Guardia. Y si siguen así las cosas, seguro que terminará por anular las asistencias a la gente que la necesite, fuera de las fronteras de Ouroboros- Pausa dramática -¿Y quién es uno de los que tienen la culpa de todo esto?- Pregunta retórica
Aquello de “machito” hizo que arqueara una ceja con sorpresa por el término y el alta estampadita en el pecho. La cogió leyendola y empezó a moverse para salir de la camilla. Pero lo que agregó después acabó robándole una sonrisa socarrona -Continuamente- Apuntó señalandola cuando soltó aquel “humm” indignado. ¿Eran celos o envidia? ¿O era en serio lo del trabajo?
Lo que no se esperó es que Sofía saliera al paso. Se quedó sorprendido de que sacara a colación aquello que había pasado cinco meses atrás pero estaba claro que le había quedado bien clavada la espinita. Cuando soltó lo de Yaroslav tensó los labios porque en su opinión eso era algo privado, dudaba que Chloe hubiese mandado ese patronus si sabía dónde estaba Vishous. Pero… Él no se iba a meter, que Chloe y ella arreglaran sus problemas de mujeres. Bastante había aprendido él a no lidiar con asuntos femeninos a menos que le pidieran directamente la opinión.
¿Lo bueno? Benjamín estaba ahí y Vishous ladeó la cabeza hacia él escuchando lo de “abochornante” -Para ti- A él le daba puto igual que le armaran un berrinche por besar a Sofía, había hecho cosas peores en camas del hospital. Mientras iba hablándole, V fue a buscar la ropa en un bolso de cuero que alguien había traido y se calzó los pantalones -Amaya está abajo tratando el tema de Tobías y los ministros- Que para algo había pedido a Arleen que le acompañara a ver a los Draven. El resumen le era familiar porque era lo que le había dicho la General -Por eso ha bajado, Ben- Le respondió mientras se quitaba la bata y se ponía una camiseta negra encima.
Cuando soltó aquella pregunta retórica, Vishous se detuvo y alzó la vista hacia él un instante. Este era un punto de inflexión para el crecimiento y desarrollo de la carrera de Benjamín. En ese momento llegó el patronus de Jack y Vishous frunció el ceño para ver a Sofía con un gesto de preocupación, tras eso fue a por las medias y botas, sentándose en el sillón para calzarselas -Ben, aunque tendría que recibir confirmación de Amaya, te ordeno que establezcas un escuadrón de protección a los sanadores que cumplan con la iniciativa del Descendiente Galenus, que por cierto, es como le debes llamar- Dijo atándose los cordones -Estarás encargado de coordinar las idas y venidas de cada uno de ellos así como de asegurar su protección - Este ya no era V, era el teniente Royden -Como ves tenemos una llamada a Roma, pero no podemos prescindir de todas las tropas cuando el asunto de los Pendragon también está en veremos. Estás plenamente capacitado para llevar a cabo esta misión y confío en que así sea, veo tu motivación. Quiero que abras un expediente en el que esté reflejado quienes son los que pertenecerán a este escuadron, horarios, guardias, horas…Todo. Pregunta al Descendiente quien es el encargado de coordinar las bajadas de los sanadores para que trabajen en consonancia ¿Entendido?- Preguntó poniéndose de pie mientras cogía la chaqueta de cuero negro y se la ponía -Enviaré una misiva a Amaya, redacta la propuesta y envíamela de forma que pueda firmarla y presentarla a la General-
Se acercó hacia Sofía después de abrir un pequeño portal y enviar el bolso de cuero a casa. Le pasó un brazo por la cintura y miró a Lytta -Marchando- Ladeó la cabeza para que saliera primero y luego salió la pareja de allí.
Lo que no se esperó es que Sofía saliera al paso. Se quedó sorprendido de que sacara a colación aquello que había pasado cinco meses atrás pero estaba claro que le había quedado bien clavada la espinita. Cuando soltó lo de Yaroslav tensó los labios porque en su opinión eso era algo privado, dudaba que Chloe hubiese mandado ese patronus si sabía dónde estaba Vishous. Pero… Él no se iba a meter, que Chloe y ella arreglaran sus problemas de mujeres. Bastante había aprendido él a no lidiar con asuntos femeninos a menos que le pidieran directamente la opinión.
¿Lo bueno? Benjamín estaba ahí y Vishous ladeó la cabeza hacia él escuchando lo de “abochornante” -Para ti- A él le daba puto igual que le armaran un berrinche por besar a Sofía, había hecho cosas peores en camas del hospital. Mientras iba hablándole, V fue a buscar la ropa en un bolso de cuero que alguien había traido y se calzó los pantalones -Amaya está abajo tratando el tema de Tobías y los ministros- Que para algo había pedido a Arleen que le acompañara a ver a los Draven. El resumen le era familiar porque era lo que le había dicho la General -Por eso ha bajado, Ben- Le respondió mientras se quitaba la bata y se ponía una camiseta negra encima.
Cuando soltó aquella pregunta retórica, Vishous se detuvo y alzó la vista hacia él un instante. Este era un punto de inflexión para el crecimiento y desarrollo de la carrera de Benjamín. En ese momento llegó el patronus de Jack y Vishous frunció el ceño para ver a Sofía con un gesto de preocupación, tras eso fue a por las medias y botas, sentándose en el sillón para calzarselas -Ben, aunque tendría que recibir confirmación de Amaya, te ordeno que establezcas un escuadrón de protección a los sanadores que cumplan con la iniciativa del Descendiente Galenus, que por cierto, es como le debes llamar- Dijo atándose los cordones -Estarás encargado de coordinar las idas y venidas de cada uno de ellos así como de asegurar su protección - Este ya no era V, era el teniente Royden -Como ves tenemos una llamada a Roma, pero no podemos prescindir de todas las tropas cuando el asunto de los Pendragon también está en veremos. Estás plenamente capacitado para llevar a cabo esta misión y confío en que así sea, veo tu motivación. Quiero que abras un expediente en el que esté reflejado quienes son los que pertenecerán a este escuadron, horarios, guardias, horas…Todo. Pregunta al Descendiente quien es el encargado de coordinar las bajadas de los sanadores para que trabajen en consonancia ¿Entendido?- Preguntó poniéndose de pie mientras cogía la chaqueta de cuero negro y se la ponía -Enviaré una misiva a Amaya, redacta la propuesta y envíamela de forma que pueda firmarla y presentarla a la General-
Se acercó hacia Sofía después de abrir un pequeño portal y enviar el bolso de cuero a casa. Le pasó un brazo por la cintura y miró a Lytta -Marchando- Ladeó la cabeza para que saliera primero y luego salió la pareja de allí.
La siguiente parada de ese cálido y agitado día fue el Hospital de Ouroboros. Soltó un suspiro de profundo alivio al estar de vuelta en su querido claustro donde la vida era estructurada y comunal, donde se podía buscar la perfección personal a través de la meditación y el entrenamiento riguroso aunque habían tantas cosas que hacer en la Isla Flotante que poco tiempo le quedaba para el crecimiento mental, espiritual y físico. Honestamente no entendía por qué sus compañeros buscaban problemas afuera cuando había tantas cuestiones que resolver en Ouroboros, la clave era sanar primero el interior del hogar para poder establecer vínculos saludables con el exterior y tal vez el resto del mundo podía sentirlo como un abandono pero la realidad era que el Consejo debía encargarse de hacerle el mantenimiento a la Isla Flotante para, una vez finalizado eso, poder ayudar debidamente a una sociedad en pleno caos, de otra forma caerían los dos juntos.
Ouroboros también estaba pasando por un momento complicado, era hora de darle prioridad a sus necesidades, por esa misma razón el elementarista usualmente se quedaba de mucama, para mantener la isla en orden, sin embargo escuchaba impertérrito y con plumero en mano a sus compañeros regañarlo porque no salía. Qué ironía, se paseaban por todos lados intentando ordenar casas ajenas mientras el joven maestro se encargaba de las tareas del hogar en el que todos vivían. Esas tareas debían dividirse de forma más equitativa así estarían completas mucho más rápidamente y de esa forma el Descendiente de Moisés podría tener algo de tiempo libre. Necesitaba ayuda para resolver las cuestiones de la Isla Flotante y quería tener una vida más allá del trabajo, ¿era mucho pedir?.
El Descendiente Da Vinci, algunos Guardias de Ouroboros, los vikingos esposados y él fueron ingresados en el hospital para sanar adecuadamente las heridas, algunas peores que otras. Los detenidos recibieron atención médica bajo estricta vigilancia de los encargados de la seguridad de la isla y, cuando su salud estuvo completamente recuperada, fueron encerrados en los calabozos hasta que se decidiera un castigo que no los condenara a muerte pero que fuera acorde al crimen que habían cometido. -Descendiente Cohen, el calzado protegería sus pies.- Le señaló un sanador mientras se encargaba de curar los raspones de las plantas de los pies descalzos del elementarista. -Es incómodo.- Protestó, no estaba en sus planes usar calzado, cuando eso estuvo solucionado, caminó descalzo sobre el duro suelo y se detuvo junto al tecnomago. -¿Cómo estás?- Desconocía lo que le había ocurrido en Italia pero era genuina la curiosidad por saber cómo se sentía.
Ouroboros también estaba pasando por un momento complicado, era hora de darle prioridad a sus necesidades, por esa misma razón el elementarista usualmente se quedaba de mucama, para mantener la isla en orden, sin embargo escuchaba impertérrito y con plumero en mano a sus compañeros regañarlo porque no salía. Qué ironía, se paseaban por todos lados intentando ordenar casas ajenas mientras el joven maestro se encargaba de las tareas del hogar en el que todos vivían. Esas tareas debían dividirse de forma más equitativa así estarían completas mucho más rápidamente y de esa forma el Descendiente de Moisés podría tener algo de tiempo libre. Necesitaba ayuda para resolver las cuestiones de la Isla Flotante y quería tener una vida más allá del trabajo, ¿era mucho pedir?.
El Descendiente Da Vinci, algunos Guardias de Ouroboros, los vikingos esposados y él fueron ingresados en el hospital para sanar adecuadamente las heridas, algunas peores que otras. Los detenidos recibieron atención médica bajo estricta vigilancia de los encargados de la seguridad de la isla y, cuando su salud estuvo completamente recuperada, fueron encerrados en los calabozos hasta que se decidiera un castigo que no los condenara a muerte pero que fuera acorde al crimen que habían cometido. -Descendiente Cohen, el calzado protegería sus pies.- Le señaló un sanador mientras se encargaba de curar los raspones de las plantas de los pies descalzos del elementarista. -Es incómodo.- Protestó, no estaba en sus planes usar calzado, cuando eso estuvo solucionado, caminó descalzo sobre el duro suelo y se detuvo junto al tecnomago. -¿Cómo estás?- Desconocía lo que le había ocurrido en Italia pero era genuina la curiosidad por saber cómo se sentía.
Lorcan
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Luego de que llegaran nuevamente a las instalaciones de Ouroboros cargando con media Horda de gente, entre ellos bandidos y la mismísima guardia a la que el pertenecía, el estiro su cuerpo como si hubiese hecho la gran cosa y la verdad era que el rubio sentía todo el cuerpo en tensión. Aunque de todas maneras el parecía vivir en tensión constante. De todas maneras, ¿Por qué en el mundo el primer lugar al que tenían que llegar era un hospital? Odiaba los hospitales más que a nada en el mundo, con todo ese olor horripilante… Incluso los odiaba mucho más que no poder estar en la naturaleza recargado de energía.
Su ceja se frunció, su gesto se endureció en realidad toda su expresión fue un poema de pura ironía. Entendía el que los guardias y los descendientes heridos fueran atendidos, pero dentro de a lo que a el incumbía, ¿Por qué esos Vikingos también tenían que ser atendidos? Pensaba que ellos fueron causa de todo lo que había pasado. Su mirada se posó expectante sobe aquel descendiente llamado Cohen. -¿Por qué diantres tendrían tal cuidado con unos criminales que no se lo merecen y luego van y los castigan metiéndolos a prisión?- Descendientes, quien los entendía…-Si luego igualmente los van a condenar y tal vez le harán cosas.-Por otro lado eso sonaba aterrador, como una especie de tortura, sanarlos para luego volver a lastimarlos, ese pensamiento tampoco le gustaba.
Reacciono ante la llamada del sanador indicándole algo de unos zapatos en los pies y eso hizo que observara abiertamente ese detalle con una sonrisita tirante después de haber pasado unos segundos de estar contemplando aquella parte del cuerpo. No iba a decir nada al respecto, porque en estos casos no era quien, para criticar las rarezas y peculiaridades de otros, cuando él ya era una rareza y una peculiaridad en sí mismo.
Su ceja se frunció, su gesto se endureció en realidad toda su expresión fue un poema de pura ironía. Entendía el que los guardias y los descendientes heridos fueran atendidos, pero dentro de a lo que a el incumbía, ¿Por qué esos Vikingos también tenían que ser atendidos? Pensaba que ellos fueron causa de todo lo que había pasado. Su mirada se posó expectante sobe aquel descendiente llamado Cohen. -¿Por qué diantres tendrían tal cuidado con unos criminales que no se lo merecen y luego van y los castigan metiéndolos a prisión?- Descendientes, quien los entendía…-Si luego igualmente los van a condenar y tal vez le harán cosas.-Por otro lado eso sonaba aterrador, como una especie de tortura, sanarlos para luego volver a lastimarlos, ese pensamiento tampoco le gustaba.
Reacciono ante la llamada del sanador indicándole algo de unos zapatos en los pies y eso hizo que observara abiertamente ese detalle con una sonrisita tirante después de haber pasado unos segundos de estar contemplando aquella parte del cuerpo. No iba a decir nada al respecto, porque en estos casos no era quien, para criticar las rarezas y peculiaridades de otros, cuando él ya era una rareza y una peculiaridad en sí mismo.
Savannah
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Los había desaparecido al hospital de Ouroboros, no sabía bien qué le había sucedido a Ian exactamente pero sí que necesitaba ayuda médica y ella…desconectar. El caos que había sido Tintagel le había generado dolor de cabeza pero lo más importante era estabilizar a su amigo.
Cuando llegó a urgencias no tardaron mucho en atenderlo y empezar a hacerle exámenes. Lamentablemente, ella no podía estar allí hasta que le subieran a las habitaciones o permitieran la entrada así que se alejó para no estorbarles.
No obstante, ella aún no se encontraba bien. Los gritos y sonidos de la batalla habían quedado atrás pero aquí no hacía más que percibir el aroma de limpieza, de sangre y de la gente que estaba allí; lo que le traía malos recuerdos. La última vez había sido cuando decidió irse.
Suspirando y metiendo las manos en el bolsillo del jean que llevaba puesto, empezó a caminar de arriba a abajo por uno de los pasillos cuando sintió de nuevo un murmullo de voces. Se mordió el labio, preocupada, la perseguirian hasta allí? ¿O es que sus poderes se habían desbloqueado? ¿Tenía algo que ver Ouroboros?
Por encima de los olores, un aroma se hizo presente que hizo que Savannah alzará la cabeza: Lorcan. Cuando lo vio estaba vestido con su traje de Guardia de Ouroboros y Savannah hizo una mueca. Prefería verlo en ropa común…y como se vestía en Llangoed. Sabía que era él, pero no era él. El rechazo que sentía hacia la isla cada vez se hacía más profundo. Estaba trabajando y no debía interrumpir, aún así, la peliblanca se movió para entrar en su campo de visión desde la distancia y alzó la mano para saludarle.
Argh, seguro que iba a preguntarle por la cicatriz en el ojo. Y porqué no llevaba sus marcas sagradas.
Bueno, era lo que tocaba. Volvió la vista hacia la zona donde estaba Ian esperando que algún sanador le dijera algo.
Cuando llegó a urgencias no tardaron mucho en atenderlo y empezar a hacerle exámenes. Lamentablemente, ella no podía estar allí hasta que le subieran a las habitaciones o permitieran la entrada así que se alejó para no estorbarles.
No obstante, ella aún no se encontraba bien. Los gritos y sonidos de la batalla habían quedado atrás pero aquí no hacía más que percibir el aroma de limpieza, de sangre y de la gente que estaba allí; lo que le traía malos recuerdos. La última vez había sido cuando decidió irse.
Suspirando y metiendo las manos en el bolsillo del jean que llevaba puesto, empezó a caminar de arriba a abajo por uno de los pasillos cuando sintió de nuevo un murmullo de voces. Se mordió el labio, preocupada, la perseguirian hasta allí? ¿O es que sus poderes se habían desbloqueado? ¿Tenía algo que ver Ouroboros?
Por encima de los olores, un aroma se hizo presente que hizo que Savannah alzará la cabeza: Lorcan. Cuando lo vio estaba vestido con su traje de Guardia de Ouroboros y Savannah hizo una mueca. Prefería verlo en ropa común…y como se vestía en Llangoed. Sabía que era él, pero no era él. El rechazo que sentía hacia la isla cada vez se hacía más profundo. Estaba trabajando y no debía interrumpir, aún así, la peliblanca se movió para entrar en su campo de visión desde la distancia y alzó la mano para saludarle.
Argh, seguro que iba a preguntarle por la cicatriz en el ojo. Y porqué no llevaba sus marcas sagradas.
Bueno, era lo que tocaba. Volvió la vista hacia la zona donde estaba Ian esperando que algún sanador le dijera algo.
Los rumores de que todo se había ido a la reputa no tardaron en hacerse correr entre los cascos de la Guardia. Definitivamente, no dejaban nada a la intimidad, y todavía no entendía como, después de que todo el escuadrón tuviera que asistir al polvo en diferido de Kyllian, deberían haberse tomado las medidas oportunas. Pero no. Desde urgencias empezaron a remitir a los guardias de un lado a otro, en función de lo que iba llegando y las órdenes. Por desgracia, no parecía que ese día estuvieran tan bien organizados como en ocasiones anteriores.
Supe que parte de la patrulla estaba ya en planta a mi llegada, con parte de los descendientes, de modo que, me escaqueé del puesto, que era seguir trabajando en el tema de Tobías, para ir a preguntar a Lorcan qué es lo que había pasado. Me aparecí al final de pasillo, topándome con Savannah a la que veía… diferente, desde nuestro encuentro en el bar. ¿Cuánto había pasado? Parecía una pandemia. Pero juraría que había abandonado la isla… La saludé de una forma discreta para preguntarle qué tal estaba y enseguida me excusé -Creo que ha habido lío en la misión de la Guardia. Me alegro de verte- Le respondí con total sinceridad, porque era verdad, era un placer verla, pero me acerqué a Lorcan. Apoyé la mano en su hombro desde atrás, para llamarle la atención -¿Qué ha pasado? ¿Está todo el mundo bien? De hecho… ¿dónde está todo el mundo?- Aunque la pregunta era para Lorcan, descubrí que estaba allí Adael y el italiano chiflado, lo mismo sabían algo…. más
Supe que parte de la patrulla estaba ya en planta a mi llegada, con parte de los descendientes, de modo que, me escaqueé del puesto, que era seguir trabajando en el tema de Tobías, para ir a preguntar a Lorcan qué es lo que había pasado. Me aparecí al final de pasillo, topándome con Savannah a la que veía… diferente, desde nuestro encuentro en el bar. ¿Cuánto había pasado? Parecía una pandemia. Pero juraría que había abandonado la isla… La saludé de una forma discreta para preguntarle qué tal estaba y enseguida me excusé -Creo que ha habido lío en la misión de la Guardia. Me alegro de verte- Le respondí con total sinceridad, porque era verdad, era un placer verla, pero me acerqué a Lorcan. Apoyé la mano en su hombro desde atrás, para llamarle la atención -¿Qué ha pasado? ¿Está todo el mundo bien? De hecho… ¿dónde está todo el mundo?- Aunque la pregunta era para Lorcan, descubrí que estaba allí Adael y el italiano chiflado, lo mismo sabían algo…. más
Los ecos de la cruel risa de Morgana resonaron lejanos en su cabeza, atormentándole mientras intentaba despertar y moverse. El cuerpo no le respondía como quería, estaba como paralizado en su propio sueño. Cuando por fin logró abrir los ojos se dio cuenta de que ya no estaba en Tintagel, sino en el hospital. Poco a poco fue recordando lo último que sucedió, pero ni siquiera sabía si lo había logrado, si había conseguido meter el alma de Morgana en el cuerpo de Gwen Pendragon. No las tenía todas consigo...juraría que había caído antes de transferirla toda. - Inútil...- gruñó por lo bajo con la voz rasposa y débil, removiéndose un poco.
Sentía todo el cuerpo dolorido y agotado, señal clara de haberlo llevado al límite. La mano en la que estaba el anillo se la habían vendado, así que no sabía en qué estado había quedado, ni si la regeneración propia de los licántropos haría lo necesario para curar rápido aquellas quemaduras mágicas. Por un momento le había parecido que aquello que había hecho había llegado a quemarle casi hasta el hueso. Negó con la cabeza mientras se incorporaba, un tanto mareado. De ninguna manera podía quedarse allí. Tenía que saber qué le había pasado a Catherine, y hacer algo para que Aedan dejase de estar en peligro. Lo único que lo tranquilizaba era que estaba al cuidado de Jarkko. Miró en dirección a la puerta cuando le pareció percibir un aroma conocido, el de su amiga. Claro...era quien lo había acompañado hasta allí. - ¿Savannah? ¿Qué ha pasado? - tenía la esperanza de que ella supiese decirle lo que le interesaba, porque habría visto en qué terminaba todo.
Sentía todo el cuerpo dolorido y agotado, señal clara de haberlo llevado al límite. La mano en la que estaba el anillo se la habían vendado, así que no sabía en qué estado había quedado, ni si la regeneración propia de los licántropos haría lo necesario para curar rápido aquellas quemaduras mágicas. Por un momento le había parecido que aquello que había hecho había llegado a quemarle casi hasta el hueso. Negó con la cabeza mientras se incorporaba, un tanto mareado. De ninguna manera podía quedarse allí. Tenía que saber qué le había pasado a Catherine, y hacer algo para que Aedan dejase de estar en peligro. Lo único que lo tranquilizaba era que estaba al cuidado de Jarkko. Miró en dirección a la puerta cuando le pareció percibir un aroma conocido, el de su amiga. Claro...era quien lo había acompañado hasta allí. - ¿Savannah? ¿Qué ha pasado? - tenía la esperanza de que ella supiese decirle lo que le interesaba, porque habría visto en qué terminaba todo.
Savannah
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Se abrazó a sí misma cuando los sanadores salieron avisándole de que estaría bien y que debían mantenerlo bajo observación. Le advirtieron que TENÍA que quedarse…como si Ian tuviera la manía de hacer lo que le diera la gana, lo que le sentó un poco mal a la licántropa pero supuso que se encontraba un poco sensible.
Antes de ingresar al cuarto se encontró de frente con Ben, a quien le sonrió, lo conocía poco pero era un chico agradable y Savannah creía que podría ser un buen amigo. Le respondió que estaba bien, que estaba allí por un amigo y luego le preguntó por él pero iba con prisa -Sí sí… ha sido lo de Tintagel - Le explicó brevemente pero estaba segura de que Lorcan tendría más información, ella apenas pudo quedarse un ápice de tiempo. Sus magias y sus sentidos estaba volviéndola loca.
Escuchó la voz de Ian y volvió la vista a la habitación. Antes de entrar volvió a mirar a Lorcan un momento y luego abrió la puerta y entró para ver a su amigo aún con el rostro un poco ceniciento -Ian… quédate en la cama. Ya me han dicho que tienes la manía de irte- aún así, se acercó y le abrazó. Savannah era una persona muy física y necesitaba el contacto para encontrarse bien. Movió la mano arriba y abajo en su espalda e inspiró profundamente. Olía a él, a lobo normal de toda la vida pero… había algo que no terminaba de cerrarle.
Se alejó y se cruzó de brazos, con el rostro aún tenso en una mueca -¿Qué pasó? Que no me escuchaste- Le recriminó con un poco de mosqueo -Te dije que no era el momento y mira cómo has acabado. Ese sitio es… es el mal- Dijo sintiendo un escalofrío que la hizo estremecerse visiblemente -Caiste al piso y luego vino el Matvey este y te quito el anillo. Otro tipo de pelo blanco también te preguntó qué hacías- Le comentó y luego soltó un suspiro -Un moreno que está allá fuera nos respondió pero no oíste. Catherine está en Avalon muy malherida-
Clavó su mirada dorada en él con molestia -Las cosas no funcionan así. No puedes pedirnos ayuda y luego ignorarnos cuando te da la gana, Ian. Eso no es trabajo en equipo. Y tampoco eres nuestro alfa- Descruzó los brazos y metió las manos en los bolsillos -Conozco tus motivaciones pero tienes que usar la cabeza. ¿No pensaste que sucedería si te pasaba factura? Hazlo-
Antes de ingresar al cuarto se encontró de frente con Ben, a quien le sonrió, lo conocía poco pero era un chico agradable y Savannah creía que podría ser un buen amigo. Le respondió que estaba bien, que estaba allí por un amigo y luego le preguntó por él pero iba con prisa -Sí sí… ha sido lo de Tintagel - Le explicó brevemente pero estaba segura de que Lorcan tendría más información, ella apenas pudo quedarse un ápice de tiempo. Sus magias y sus sentidos estaba volviéndola loca.
Escuchó la voz de Ian y volvió la vista a la habitación. Antes de entrar volvió a mirar a Lorcan un momento y luego abrió la puerta y entró para ver a su amigo aún con el rostro un poco ceniciento -Ian… quédate en la cama. Ya me han dicho que tienes la manía de irte- aún así, se acercó y le abrazó. Savannah era una persona muy física y necesitaba el contacto para encontrarse bien. Movió la mano arriba y abajo en su espalda e inspiró profundamente. Olía a él, a lobo normal de toda la vida pero… había algo que no terminaba de cerrarle.
Se alejó y se cruzó de brazos, con el rostro aún tenso en una mueca -¿Qué pasó? Que no me escuchaste- Le recriminó con un poco de mosqueo -Te dije que no era el momento y mira cómo has acabado. Ese sitio es… es el mal- Dijo sintiendo un escalofrío que la hizo estremecerse visiblemente -Caiste al piso y luego vino el Matvey este y te quito el anillo. Otro tipo de pelo blanco también te preguntó qué hacías- Le comentó y luego soltó un suspiro -Un moreno que está allá fuera nos respondió pero no oíste. Catherine está en Avalon muy malherida-
Clavó su mirada dorada en él con molestia -Las cosas no funcionan así. No puedes pedirnos ayuda y luego ignorarnos cuando te da la gana, Ian. Eso no es trabajo en equipo. Y tampoco eres nuestro alfa- Descruzó los brazos y metió las manos en los bolsillos -Conozco tus motivaciones pero tienes que usar la cabeza. ¿No pensaste que sucedería si te pasaba factura? Hazlo-
Digamos que al aparecer en el hospital, aún no había digerido ni la mitad de lo ocurrido...que matvey se había ido, Catherine lo mismo, a Oscurus se lo habían llevado y Gwen podía estar muerta.
Con todo y con eso había habido tiempo de... Bueno, Adael había tenido tiempo de ordenar que enterrasen a los vikingos. Yo me había dedicado a deambular de un lado para otro, mordiendome las uñas y sin poder evitar pensar en lo mal que estaba eso.
Al llegar al hospital solo tuvieron que atenderme de unos pocos cortes y moratones, de hecho hasta rechacé la ayuda médica porque no me encontraba mal físicamente, solo tremendamente agobiado y para eso tener manos encima era lo que peor me venía. Debido a mi insistencia no tuvieron más remedio que dejarme estar. Vi como atendían a los vikingos que habían intentado matarnos de modo indiscriminado e hice una mueca.
Uno de los miembros de la guardia, Lorcan, prácticamente expresó mis pensamientos en voz alta, pero no dije nada. Pensaba demasiado rápido en toda la gente que faltaba. Luego llegó otro guardia con dudas obvias y a ese si le iba a responder.
- están en Avalon, y no sé si están bien. Necesito... - emisarios, necesitaba emisarios. Llegarían los mecapájaros? Porque cuando intenté conjurar un patronus, de mis manos solo salió niebla plateada. - no! No estoy bien! - respondí súbitamente a Adael cuando me preguntó. No había querido decir eso, pero me salió solo. - Cath podria estar muerta, Oscurus mas de lo mismo y tú te preocupas por mi, ahora? Ahora?! Perdona si parezco un poco histérico pero es que no puedo con tu hipocresia y tu parsimonia!
Quizá mi mente se estaba poniendo en lo peor. Quizá no. Desde Roma, no podía evitarlo.
- asi que no me preguntes AHORA como estoy, cuando tú te has ido tan pancho después de lo que ha pasado alli, mas preocupado por hacer de buen samaritano y enterrar y curar a los causantes de que la única oportunidad de llegar a un acuerdo con los Pendragon se vaya a la mierda... Pero tú estabas más preocupado porque no mataran al líder de los vikingos, POR QUÉ?!
Con todo y con eso había habido tiempo de... Bueno, Adael había tenido tiempo de ordenar que enterrasen a los vikingos. Yo me había dedicado a deambular de un lado para otro, mordiendome las uñas y sin poder evitar pensar en lo mal que estaba eso.
Al llegar al hospital solo tuvieron que atenderme de unos pocos cortes y moratones, de hecho hasta rechacé la ayuda médica porque no me encontraba mal físicamente, solo tremendamente agobiado y para eso tener manos encima era lo que peor me venía. Debido a mi insistencia no tuvieron más remedio que dejarme estar. Vi como atendían a los vikingos que habían intentado matarnos de modo indiscriminado e hice una mueca.
Uno de los miembros de la guardia, Lorcan, prácticamente expresó mis pensamientos en voz alta, pero no dije nada. Pensaba demasiado rápido en toda la gente que faltaba. Luego llegó otro guardia con dudas obvias y a ese si le iba a responder.
- están en Avalon, y no sé si están bien. Necesito... - emisarios, necesitaba emisarios. Llegarían los mecapájaros? Porque cuando intenté conjurar un patronus, de mis manos solo salió niebla plateada. - no! No estoy bien! - respondí súbitamente a Adael cuando me preguntó. No había querido decir eso, pero me salió solo. - Cath podria estar muerta, Oscurus mas de lo mismo y tú te preocupas por mi, ahora? Ahora?! Perdona si parezco un poco histérico pero es que no puedo con tu hipocresia y tu parsimonia!
Quizá mi mente se estaba poniendo en lo peor. Quizá no. Desde Roma, no podía evitarlo.
- asi que no me preguntes AHORA como estoy, cuando tú te has ido tan pancho después de lo que ha pasado alli, mas preocupado por hacer de buen samaritano y enterrar y curar a los causantes de que la única oportunidad de llegar a un acuerdo con los Pendragon se vaya a la mierda... Pero tú estabas más preocupado porque no mataran al líder de los vikingos, POR QUÉ?!
Lorcan
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En unos momentos él estaba olfateando en el aire haciendo una onda aspiración que lo llevo a hacer una mueca de desagrado. No debió hacerlo… Pero fue el instinto lo que llevo a hacerlo y luego ella estaba allí, saludándolo como si nada. Lo único que hizo Lorcan fue mirarla con cara austera sin ni siquiera saludarla. Se veía un poco alterada.
Su ceño se frunció cuando comenzó a observar su rostro de forma persistente haciendo que sus manos se alzaran al aire en un intento de ahuecar sus mejillas para así poder ladearle la cabeza de un lado a otro intentando buscar alguna herida e inclusive para examinarla a fondo, pero sus esfuerzos fueron en vano cuando ella se alejó. Un sonido de “Tks” salió desde sus labios observando hacia donde ella se había ido. Necesitaba respuestas y la peliblanca se le había escapado.
-Benjamín.-Devolviéndole el saludo fraternal que le había hecho antes. -En realidad no te perdiste de mucho, solo estuvimos allí para recoger los escombros que dejaron. Si te refieres a los demás de la guardia fueron a cumplir su de vigilar a los rehenes que han sido capturados. Solo había unos cuantos descendientes en la zona y el resto te lo podrían confirmar ellos.-Termino de informarle y luego hizo un gesto con el dedo pulgar dándole poca importancia hacia donde se encontraban los otros dos.
Se relamió los labios cuando Gio empezó con lo que parecía que sería una histeria in cresendo así que decidió mejor alejarse del lugar, no fuera a ser que quisiera tomársela con todos y empezar a tirar cosas, que iba a saber el.
-Aunque te recomiendo que preguntes después. - Continúo hablándole a Ben, tirándole miraditas para que se percatara de lo que ocurría. Se encamino hacia las puertas de la habitación en donde se podía escuchar la conversación, pero no entro. Solo se quedó en la entrada de puerta apoyando su cuerpo en uno de los pilares y cruzado de brazos, luego hecho la cabeza hacia atrás y cerró los ojos a la espera de que los otros terminaran de hablar.
Su ceño se frunció cuando comenzó a observar su rostro de forma persistente haciendo que sus manos se alzaran al aire en un intento de ahuecar sus mejillas para así poder ladearle la cabeza de un lado a otro intentando buscar alguna herida e inclusive para examinarla a fondo, pero sus esfuerzos fueron en vano cuando ella se alejó. Un sonido de “Tks” salió desde sus labios observando hacia donde ella se había ido. Necesitaba respuestas y la peliblanca se le había escapado.
-Benjamín.-Devolviéndole el saludo fraternal que le había hecho antes. -En realidad no te perdiste de mucho, solo estuvimos allí para recoger los escombros que dejaron. Si te refieres a los demás de la guardia fueron a cumplir su de vigilar a los rehenes que han sido capturados. Solo había unos cuantos descendientes en la zona y el resto te lo podrían confirmar ellos.-Termino de informarle y luego hizo un gesto con el dedo pulgar dándole poca importancia hacia donde se encontraban los otros dos.
Se relamió los labios cuando Gio empezó con lo que parecía que sería una histeria in cresendo así que decidió mejor alejarse del lugar, no fuera a ser que quisiera tomársela con todos y empezar a tirar cosas, que iba a saber el.
-Aunque te recomiendo que preguntes después. - Continúo hablándole a Ben, tirándole miraditas para que se percatara de lo que ocurría. Se encamino hacia las puertas de la habitación en donde se podía escuchar la conversación, pero no entro. Solo se quedó en la entrada de puerta apoyando su cuerpo en uno de los pilares y cruzado de brazos, luego hecho la cabeza hacia atrás y cerró los ojos a la espera de que los otros terminaran de hablar.
Era una pena que la conversación con Savannah tuviera que ir a aquella velocidad, porque, a decir verdad, hubiera disfrutado un rato más de la conversación, más allá de la música del bar. Le pasé con cuidado el pulgar por la cicatriz, que recordaba como nueva y le dije que se cuidara. Tintagiel. De modo que lo que se rumoreaba era cierto, se había liado parda y esperaba que mi compañero, que sabía que estaba mirando a su antigua alfa, le respondiera alguna duda.
Añadí una leve risotada al comentario -Pues queríais iros de fiesta sin la mitad de la patrulla- Respondí con cierta ironía tras lo cual me crucé de brazos y observé su dedo pulgar alzándose y dibujé una sonrisa divertida, pero muda. Desde nuestra posición se podía escuchara todo lo que estaba ocurriendo en la habitación de los Descendientes, pero también revisar el pasillo. Cuando la peliblanca desapareció en el interior de la habitación desvié levemente la mirada al compañero, iba a preguntar si sabía algo más de lo que hacía aquí y si estaba él bien, pero entonces empezaron los gritos en el interior de la sala. Observé enmudecido el momento en el que a Giordano pareció que se le estaba yendo la cabeza más de la cuenta, dando un paso hacia atrás, alejándome un pelín más del quicio de la puerta, captando las miradas de Lorcan pues estaba pensando en, exactamente lo mismo que él. Lástima de no tener un arbusto en el que ocultarse.
Bajé el tono de voz y me dirigí a mi compañero, sin perder un ápice de la conversación que estaba ocurriendo en el interior -¿Avalon? ¿Os han atacado los Pendragon? ¿Habéis hecho presos?- Suspiré apretándome el ceño, poniendo las cosas en orden -¿Cuántos heridos hay? Habría que mandar alguien para… Oscurus. Avisaré a Arleen antes de que esto se caiga por su propio peso- “Si quiere jugar a los hospitales no estaría demás que se encargara un poco del que tiene aquí” Gruñí para mis adentros. El siguiente al mando era el teniente, pero estaba con Sofía que, también tenía drama familiar. -¿Lo sabe la general y Sayid? Habría que organizar el asedio de Avalon... habría...- Pregunté a Lorcan para que él también pudiera hacer algo más. No lo eso, sino que en lugar de remover cielo y tierra para ir a buscar a los Descendientes secuestrados se habían dedicado a enterrar a los muertos del enemigo. -Amaya debería saber de esto- Porque si estaba en duda el juicio de un miembro del Consejo a alguien se lo tendrían que decir, ¿no? Me mordí el labio cambiando de opinión en el último momento, al menos en lo que respecta a Adael. Suspiré apoyándome en la pared y echándome el pelo hacia atrás -¿Qué deberíamos hacer?- Pregunté, un tanto agobiado, señalando al interior de la sala. Me mordí, de nuevo el labio superior para replantearme la pregunta, ¿qué haría Chloe en este caso?
Con aquel pensamiento, decidí no hacer nada. No hasta tratar con el Descendiente en persona antes de ir de chivato. Con todo, el patronus avisando a Arleen que podría haber problemas en el hospital sí fue enviado, y un pez espada viajó por los cielos para localizar a la medimaga.
Añadí una leve risotada al comentario -Pues queríais iros de fiesta sin la mitad de la patrulla- Respondí con cierta ironía tras lo cual me crucé de brazos y observé su dedo pulgar alzándose y dibujé una sonrisa divertida, pero muda. Desde nuestra posición se podía escuchara todo lo que estaba ocurriendo en la habitación de los Descendientes, pero también revisar el pasillo. Cuando la peliblanca desapareció en el interior de la habitación desvié levemente la mirada al compañero, iba a preguntar si sabía algo más de lo que hacía aquí y si estaba él bien, pero entonces empezaron los gritos en el interior de la sala. Observé enmudecido el momento en el que a Giordano pareció que se le estaba yendo la cabeza más de la cuenta, dando un paso hacia atrás, alejándome un pelín más del quicio de la puerta, captando las miradas de Lorcan pues estaba pensando en, exactamente lo mismo que él. Lástima de no tener un arbusto en el que ocultarse.
Bajé el tono de voz y me dirigí a mi compañero, sin perder un ápice de la conversación que estaba ocurriendo en el interior -¿Avalon? ¿Os han atacado los Pendragon? ¿Habéis hecho presos?- Suspiré apretándome el ceño, poniendo las cosas en orden -¿Cuántos heridos hay? Habría que mandar alguien para… Oscurus. Avisaré a Arleen antes de que esto se caiga por su propio peso- “Si quiere jugar a los hospitales no estaría demás que se encargara un poco del que tiene aquí” Gruñí para mis adentros. El siguiente al mando era el teniente, pero estaba con Sofía que, también tenía drama familiar. -¿Lo sabe la general y Sayid? Habría que organizar el asedio de Avalon... habría...- Pregunté a Lorcan para que él también pudiera hacer algo más. No lo eso, sino que en lugar de remover cielo y tierra para ir a buscar a los Descendientes secuestrados se habían dedicado a enterrar a los muertos del enemigo. -Amaya debería saber de esto- Porque si estaba en duda el juicio de un miembro del Consejo a alguien se lo tendrían que decir, ¿no? Me mordí el labio cambiando de opinión en el último momento, al menos en lo que respecta a Adael. Suspiré apoyándome en la pared y echándome el pelo hacia atrás -¿Qué deberíamos hacer?- Pregunté, un tanto agobiado, señalando al interior de la sala. Me mordí, de nuevo el labio superior para replantearme la pregunta, ¿qué haría Chloe en este caso?
Con aquel pensamiento, decidí no hacer nada. No hasta tratar con el Descendiente en persona antes de ir de chivato. Con todo, el patronus avisando a Arleen que podría haber problemas en el hospital sí fue enviado, y un pez espada viajó por los cielos para localizar a la medimaga.
La presencia de Savannah le tranquilizó, pero mucho más el abrazo que le dio al acercarse a él. Agradeció mucho aquel gesto, porque en ese momento no se sentía nada bien ni física ni emocionalmente. Tampoco se atrevió a replicarle por el momento a lo de quedarse en la cama, aunque estaba claro que no podía quedarse allí mientras que no supiese lo que había pasado con Catherine y su hija. Cuando se separó miró a su amiga, poniendo cara de perro siendo regañado. - Ya lo sé, tienes razón, no te hice caso...pero es que...¡la tenía ahí! ¡tenía que aprovechar para acabar aquello! -
resopló frustrado, llevándose la mano a la sien para masajeársela por el dolor de cabeza punzante. Había estado cerca de meterles el enemigo en casa. - Creo que no lo conseguí...tengo la impresión de que caí antes de terminar de meter a la maldita Morgana en aquella Pendragon - dirigió la mirada hacia su mano vendada cuando le dijo que Matvey le había quitado el anillo. Entonces estaba claro que había fracasado y que le iba a caer una buena por aquello.
- Así que se ha enterado. ¿Él sabe dónde está...? - iba a terminar la frase diciendo el nombre de Cath, pero lo que dijo Savannah hizo que se quedase más pálido aún. Lo de muy malherida era más de lo que suponía, así que no pensaba quedarse de brazos cruzados. - Me voy ahora mismo. ¡Me voy y la saco del puto Ávalon de los cojones como sea! - se quitó de encima la sábana que tenía, decidido a marcharse para ir hasta allí por los medios que conocía. Lo que dijo ella sobre ignorarlos le hizo frenar un momento, bajando la mirada. Estaba siendo injusto con ellos, pidiéndoles ayuda y luego actuando así. - Pensé que si me libraba de los Pendragon y del árbol...todo volvería a ser como antes. - reconoció en voz baja y queda, antes de comenzar a escuchar los gritos de Gio y de percibir un aroma conocido que venía del marco de la puerta...
- ¿Qué hace Lorcan aquí? - preguntó receloso al ver al licántropo en la puerta. No habían quedado en muy buenos términos después de lo de Jarkko, y después de que hubiese abandonado el clan para unirse a la guardia de Ouroboros. Al final habían acabado de "proscritos" Savannah, Jarkko e Ian.
resopló frustrado, llevándose la mano a la sien para masajeársela por el dolor de cabeza punzante. Había estado cerca de meterles el enemigo en casa. - Creo que no lo conseguí...tengo la impresión de que caí antes de terminar de meter a la maldita Morgana en aquella Pendragon - dirigió la mirada hacia su mano vendada cuando le dijo que Matvey le había quitado el anillo. Entonces estaba claro que había fracasado y que le iba a caer una buena por aquello.
- Así que se ha enterado. ¿Él sabe dónde está...? - iba a terminar la frase diciendo el nombre de Cath, pero lo que dijo Savannah hizo que se quedase más pálido aún. Lo de muy malherida era más de lo que suponía, así que no pensaba quedarse de brazos cruzados. - Me voy ahora mismo. ¡Me voy y la saco del puto Ávalon de los cojones como sea! - se quitó de encima la sábana que tenía, decidido a marcharse para ir hasta allí por los medios que conocía. Lo que dijo ella sobre ignorarlos le hizo frenar un momento, bajando la mirada. Estaba siendo injusto con ellos, pidiéndoles ayuda y luego actuando así. - Pensé que si me libraba de los Pendragon y del árbol...todo volvería a ser como antes. - reconoció en voz baja y queda, antes de comenzar a escuchar los gritos de Gio y de percibir un aroma conocido que venía del marco de la puerta...
- ¿Qué hace Lorcan aquí? - preguntó receloso al ver al licántropo en la puerta. No habían quedado en muy buenos términos después de lo de Jarkko, y después de que hubiese abandonado el clan para unirse a la guardia de Ouroboros. Al final habían acabado de "proscritos" Savannah, Jarkko e Ian.
Savannah
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Agradeció que Benjamín no le preguntará por la cicatriz, al menos no en voz alta. Pero sabía que Lorcan lo haría en algún momento y no estaba dispuesta a oír todo el argumento de que en Ouroboros estaba más segura.
La exasperación de Ian no ayudó a su irritación pero guardó silencio un momento para dejarlo desahogarse pero cuando añadió la segunda oración arqueó las cejas -Entonces te extralimitaste para nada. ¿Me estás diciendo que has aprovechado esa magnífica oportunidad por hacerte el espontáneo y no te ha servido? - A ver si así se enteraba -Fuimos a Tintagel por una razón y era saber de Catherine. No liarla porque sí-
En cuanto le dijo lo de su ex-esposa, empezó a sacarse las sábanas. La licántropa se echó hacia atrás dejándole espacio de actuación pero mirándolo con molestia -¿Y qué vas a hacer Ian? Dime… ¿Cuál es tu plan? ¿Te vas a meter a Avalon a buscarla y cómo la vas a curar? ¿Cómo vas a acceder a ella si estará rodeada de Pendragon por el tema de la maldición? No, espera… ¿Cómo vas a ubicarla en la isla si no has podido ubicarla fuera de ella? ¡Yo también estoy preocupada pero no puedo hacer nada por ella!- planteó la situación en un tono neutro pero firme, era el tono que muchas veces había usado siendo alfa para con los miembros de la manada pero, hasta ese momento, nunca con Ian -Piensa- Repitió oyendo de fondo los gritos de los otros pero sin prestarles mucha atención. No le importaba una mierda los Descendientes.
Lo notó detenerse y bajar la mirada y se sintió repentinamente mal con lo que le había dicho tras oír sus palabras. Se acercó, sentándose en la camilla a su lado y tomando su mano para estrechar la con la de ella -Conocemos tus motivaciones, Ian y aunque tenemos reservas, te apoyamos. Hemos estado contigo en cada paso…- Dejó escapar el aire -Pero no estás jugando con cualquier cosa…Y es una magia que no conoces del todo. Estas tomando grandes riesgos- Dejó caer, aunque ya le había advertido en su momento. Esperaba que entendiera su tono, que ese "grandes riesgos-" incluía la orfandad de Aedan. Pero no fue específica.
Alzó la vista hacia Lorcan y frunció el ceño -Eh, deja de cotillear. Si vas a pasar a hablar, pasa- Le advirtió a su amigo y luego miro a Ian -No sé, quizás quiere preguntarme cosas de mi misión o de la raja que tengo en la cara- Encogió los hombros como restándole importancia a la situación -O si los espíritus me han dicho algo-
La exasperación de Ian no ayudó a su irritación pero guardó silencio un momento para dejarlo desahogarse pero cuando añadió la segunda oración arqueó las cejas -Entonces te extralimitaste para nada. ¿Me estás diciendo que has aprovechado esa magnífica oportunidad por hacerte el espontáneo y no te ha servido? - A ver si así se enteraba -Fuimos a Tintagel por una razón y era saber de Catherine. No liarla porque sí-
En cuanto le dijo lo de su ex-esposa, empezó a sacarse las sábanas. La licántropa se echó hacia atrás dejándole espacio de actuación pero mirándolo con molestia -¿Y qué vas a hacer Ian? Dime… ¿Cuál es tu plan? ¿Te vas a meter a Avalon a buscarla y cómo la vas a curar? ¿Cómo vas a acceder a ella si estará rodeada de Pendragon por el tema de la maldición? No, espera… ¿Cómo vas a ubicarla en la isla si no has podido ubicarla fuera de ella? ¡Yo también estoy preocupada pero no puedo hacer nada por ella!- planteó la situación en un tono neutro pero firme, era el tono que muchas veces había usado siendo alfa para con los miembros de la manada pero, hasta ese momento, nunca con Ian -Piensa- Repitió oyendo de fondo los gritos de los otros pero sin prestarles mucha atención. No le importaba una mierda los Descendientes.
Lo notó detenerse y bajar la mirada y se sintió repentinamente mal con lo que le había dicho tras oír sus palabras. Se acercó, sentándose en la camilla a su lado y tomando su mano para estrechar la con la de ella -Conocemos tus motivaciones, Ian y aunque tenemos reservas, te apoyamos. Hemos estado contigo en cada paso…- Dejó escapar el aire -Pero no estás jugando con cualquier cosa…Y es una magia que no conoces del todo. Estas tomando grandes riesgos- Dejó caer, aunque ya le había advertido en su momento. Esperaba que entendiera su tono, que ese "grandes riesgos-" incluía la orfandad de Aedan. Pero no fue específica.
Alzó la vista hacia Lorcan y frunció el ceño -Eh, deja de cotillear. Si vas a pasar a hablar, pasa- Le advirtió a su amigo y luego miro a Ian -No sé, quizás quiere preguntarme cosas de mi misión o de la raja que tengo en la cara- Encogió los hombros como restándole importancia a la situación -O si los espíritus me han dicho algo-
Lorcan
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Había tanto ruido en ese lugar, voces por doquier. Era muy molesto.
Aun siguiendo con su cabeza apoyada en el pilar y los ojos cerrados, desde su garganta salió un pequeño gruñido bajo al escuchar a su compañero con tantos cuestionamientos.
– Ben, cierra la boca, estas siendo un poco un dolor de cabeza. Claro que hay detenidos y ahora mismo están en las prisiones esperando por su suerte después de que los curaran. - Sus ojos se abrieron de golpe, ladeando la cabeza para observarle. –También podrías calmarte antes de que te ataque la histeria, cualquier cosa que quieras hacer estará bien siempre y cuando no sea riesgoso para ti. - Termino diciéndole al saber que Benjamín era un buen guardia con buenas decisiones que tomar, pero con lo último término dándole un consejo. Luego le sonrió y le dio unas palmaditas en el hombro.
Las se estaban poniendo interesantes dentro de la habitación y mientras más escuchaba las palabras del castaño, más entendía de la situación, pero hubo un momento en que sintió cierta tensión en el ambiente y justamente fue en la situación de quiere ir y volver a meterse en problemas. Sus labios se fruncieron, a su parecer Ian estaba actuando como un chiquillo taimado a su parecer.
-En realidad esta es una zona de libre tránsito. ¿Tienes algún problema con eso? - Se dio la vuelta para encararlos. Primero observo a la peliblanca y luego con los ojos entrecerrados a Ian.
Aun siguiendo con su cabeza apoyada en el pilar y los ojos cerrados, desde su garganta salió un pequeño gruñido bajo al escuchar a su compañero con tantos cuestionamientos.
– Ben, cierra la boca, estas siendo un poco un dolor de cabeza. Claro que hay detenidos y ahora mismo están en las prisiones esperando por su suerte después de que los curaran. - Sus ojos se abrieron de golpe, ladeando la cabeza para observarle. –También podrías calmarte antes de que te ataque la histeria, cualquier cosa que quieras hacer estará bien siempre y cuando no sea riesgoso para ti. - Termino diciéndole al saber que Benjamín era un buen guardia con buenas decisiones que tomar, pero con lo último término dándole un consejo. Luego le sonrió y le dio unas palmaditas en el hombro.
Las se estaban poniendo interesantes dentro de la habitación y mientras más escuchaba las palabras del castaño, más entendía de la situación, pero hubo un momento en que sintió cierta tensión en el ambiente y justamente fue en la situación de quiere ir y volver a meterse en problemas. Sus labios se fruncieron, a su parecer Ian estaba actuando como un chiquillo taimado a su parecer.
-En realidad esta es una zona de libre tránsito. ¿Tienes algún problema con eso? - Se dio la vuelta para encararlos. Primero observo a la peliblanca y luego con los ojos entrecerrados a Ian.
Dirigí la mirada con cierta molestia cuando el licántropo me mandó callar. No esperaba que lo hiciera, no así, sino que tomara una actitud proactiva para tratar de solventar todo aquello. No que me mandara callar. Al final relajé el gesto, pasando de la molestia a uno más amigable, poniendo los ojos en blanco. A fin de cuentas, y por desgracia tenía razón. Demasiadas preguntas, habrá que trabajar por partes -Está bien, tienes razón- Gruñí asintiendo para separarme de él un tanto y volver a aproximarme hacia la puerta de los dos descendientes, más que para saber de qué hablaban, saber si el italiano había matado al elementarista en un ataque de locura transitoria. No por el momento.
Con todo, sí pensé en avisar a Amaya, pero no de la misma forma que iba a hacer al principio, solo para ponerla al día de todo lo que estaba ocurriendo, con información concisa y veraz, usando para ello el casco: el ataque de Tintagel, los heridos y el secuestro de parte del Consejo. Sobre lo que comentaron lo de dedicarse a enterrar a los muertos de los enemigos antes que organizar la búsqueda y rescate de los heridos preferí ahorrármelo, por el momento. Cuando escuché que la conversación parecía alzarse de tono, dirigói una mirada de sospecha hacia Lorcan y preferí acercarme para saber si todo estaba bien. No sabía que habían acabado en malos términos estos dos. Ah, y luego estaba el ex de Catherine y hermano de Chloe. Y este es de mecha corta, por lo poco que sabía… Mejor no meterse mucho.
Con todo, sí pensé en avisar a Amaya, pero no de la misma forma que iba a hacer al principio, solo para ponerla al día de todo lo que estaba ocurriendo, con información concisa y veraz, usando para ello el casco: el ataque de Tintagel, los heridos y el secuestro de parte del Consejo. Sobre lo que comentaron lo de dedicarse a enterrar a los muertos de los enemigos antes que organizar la búsqueda y rescate de los heridos preferí ahorrármelo, por el momento. Cuando escuché que la conversación parecía alzarse de tono, dirigói una mirada de sospecha hacia Lorcan y preferí acercarme para saber si todo estaba bien. No sabía que habían acabado en malos términos estos dos. Ah, y luego estaba el ex de Catherine y hermano de Chloe. Y este es de mecha corta, por lo poco que sabía… Mejor no meterse mucho.
Los guardias de los Pendragon se portaron bastante bien y la llevaron de manera normal hasta Tintagel, sin apuntar con alabardas. Una vez allí la dejaron sola, de modo que pudo desaparecerse con Aelin rumbo a Ouroboros. Ya en el hospital la llevó a la sección de neonatología para que la revisasen y atendiesen, dejándola al cargo de compañeros que sabían qué hacer. Estuvo pendiente en todo momento de lo que le hacían, aunque los resultados fueron poco concluyentes. Les daba la impresión de que las dificultades en su nacimiento podían tener también que ver con algún evento mágico. De cualquier modo mejoraron su estado general con algunas pociones, dándole también un biberón.
Chloe iba a llevarla a la incubadora, pero le informaron que su hermano estaba allí ingresado por lo sucedido en la batalla. Por eso decidió llevarle primero a su hija, para que conocerla primero. Dobló el pasillo en dirección al número de habitación de Ian, aunque se encontró antes a dos uniformados de la guardia. A ambos los conocía, así que saludó primero de manera general y después a Ben mientras hacía un gesto hacia la niña que llevaba en brazos. - Me han dicho por ahí que es hija tuya. - le guiñó el ojo y bromeó brevemente antes de sonreír para entrar finalmente en la habitación. Allí estaban Ian y Savannah, el primero con una cara bastante malucha. Esperaba que se le alegrase un poco al ver a su niña.
- Catherine está bien. - fue lo primero que le dijo nada más entrar, por si acaso pensaba que ella había muerto en el parto o algo. - Me ha pedido que traiga a la niña para que la revisen mejor en Ouroboros...y así puedes conocerla ya. - Se acercó a él para entregarle a la pequeña con cuidado, dejando que él la tomase. Luego desvió la mirada hacia su mano, con un gesto interrogante a su hermano y luego a Savannah. - ¿Has venido al hospital solo por una herida en la mano? ¿En serio? Jo...vaya licántropo. - le chinchó un poco, solo lo justo antes de separarse para dejarle espacio en el momento especial de conocer a su hija.
Chloe iba a llevarla a la incubadora, pero le informaron que su hermano estaba allí ingresado por lo sucedido en la batalla. Por eso decidió llevarle primero a su hija, para que conocerla primero. Dobló el pasillo en dirección al número de habitación de Ian, aunque se encontró antes a dos uniformados de la guardia. A ambos los conocía, así que saludó primero de manera general y después a Ben mientras hacía un gesto hacia la niña que llevaba en brazos. - Me han dicho por ahí que es hija tuya. - le guiñó el ojo y bromeó brevemente antes de sonreír para entrar finalmente en la habitación. Allí estaban Ian y Savannah, el primero con una cara bastante malucha. Esperaba que se le alegrase un poco al ver a su niña.
- Catherine está bien. - fue lo primero que le dijo nada más entrar, por si acaso pensaba que ella había muerto en el parto o algo. - Me ha pedido que traiga a la niña para que la revisen mejor en Ouroboros...y así puedes conocerla ya. - Se acercó a él para entregarle a la pequeña con cuidado, dejando que él la tomase. Luego desvió la mirada hacia su mano, con un gesto interrogante a su hermano y luego a Savannah. - ¿Has venido al hospital solo por una herida en la mano? ¿En serio? Jo...vaya licántropo. - le chinchó un poco, solo lo justo antes de separarse para dejarle espacio en el momento especial de conocer a su hija.
Cada palabra que le decía Savannah lo hundía más y más porque todo lo que decía era cierto. Se había extralimitado y puesto su pellejo en riesgo para nada, puesto que no había funcionado. En el fondo era un mago de mierda, su poder no era suficiente. Suspiró cansado, sin querer rebatirle. - Ya sé que la he cagado, que mis habilidades son pésimas y que se me ha escapado la oportunidad. - no hacía falta que se lo dijese, ya se machaba él mismo. Claro que fueron para saber de Catherine, pero ella no estaba allí y la otra estaba desprotegida ante sus narices. Le había podido la ambición y las ganas de venganza.
Su reacción impulsiva de ir a Ávalon como fuese también fue desmontada enseguida por los argumentos lógicos de Savannah, lo que le hizo lanzar un gruñido de frustración. Llevaba razón...otra vez. - ¿Y entonces qué hago? ¿¡Cómo puedo quedarme aquí sin saber si está viva o no, sin saber lo que le ha pasado a mi hija!? ¡te juro que quiero pensar, pero es que no sé qué puedo hacer! - alzó una mirada desesperada hacia ella, esperando por algún tipo de opción sobre lo que podía hacer. Claro que entendían sus motivaciones...por eso eran sus amigos. Lo de grandes riesgos dejaba el claro mensaje de que la próxima vez, si la había, igual no tenía suerte y acababa muriendo por usar una magia que le quedaba grande. Enterró la cara entre las manos un momento, respirando hondo al destapársela para calmarse un poco.
Su atención se desvió hacia la puerta por el tema de que tenían "visita", y lo que le soltó Lorcan de si tenía algún problema le tocó un poco las narices. A Ben no le dijo nada, sabía que Chloe lo "apreciaba". - Pues sí, que asomes tu jeta por aquí, traidor al clan. ¿Qué, se vive bien como perrito faldero de Ouroboros? - además, Jarkko y Lorcan no se llevaban bien, y su amigo de verdad era Jarkko. Que le jodieran a Lorcan. Iba a decir algo más cuando vio entrar a Chloe con un bebé en los brazos. -... ¿Aelin? - Lo rápido que le dijo que Catherine estaba bien fue clave para que no se quedase en shock por aquella imagen de su hermana trayendo a la que tenía que ser, sí o sí, su hija. Se emocionó cuando la puso por fin en sus brazos, teniendo una sensación agridulce porque la niña estaba bien pero siempre se había imaginado que la habría visto nacer, que Catherine y él la habrían conocido a la vez. En condiciones normales habría hecho caso a la pulla de Chloe, pero apenas la escuchó...sólo tenía ojos para su hija.
- Tienes que contármelo todo...sobre cómo está ella, y Cath. ¿No está aquí también en el hospital? Y tenemos que avisar a Jarkko, para que sepa que puede venir ya con Aedan.
Savannah
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-Yo lo que creo es que…no tendrás otra. El peliblanco ese y Matvey no se veían muy contentos- Le explicó, sin mencionar cómo el moreno que había intentado proteger a la Pendragon y que estaba en la otra habitación también le había cuestionado. No sabía qué decirle así que se calló. Era lo mejor.
Sin embargo, su siguiente explosión la hizo sentir aún peor y le miró al rostro con pesar -Pues… Lo primero es calmarte. Ahí al lado está el chico que nos dijo que estaba en Ávalon y también está preocupado por ella. ¿Por qué no hablamos con él para ver si hay alguna forma de hablar con ella?...Y…¿No tenías un espejo? quizás si hablas…alguien pueda responder- Dijo, incorporándose para tenderle la mano. Su idea no era detenerlo, no. Era que pensara mejor sus siguientes pasos.
La respuesta de Lorcan le hizo arquear una ceja -¿Aquí existe esa palabra? ¿Libertad?- Soltó con rintintin, refiriéndose específicamente a una cosa: La transformación. Al escuchar a Ian supo que lo siguiente, por la forma en la que estaba su amigo, era irse a los golpes. Ya Jarkko se lo había comentado, que Ian solía ser muy físico y Savannah lo entendía. Ella también. Si no se la había dado aún, Sav cogió la mano sana de Ian para detenerlo si iba a por Lorcan. Miró a Ben con un gesto de advertencia a ver si se llevaba a Lorcan de allí.
Pero de pronto llegó Chloe con un bebé y Savannah escuchó que Catherine estaba bien, lo que la hizo sonreír y apretar la mano de Ian antes de separarse un poco para dejarles espacio. Escuchar la pregunta graciosa de Chloe hizo que la licántropa se alejara un poco más, no era su asunto, ya Ian decidiría si decirle la verdad o no -Me encargo de Jarkko- Le sonrió abiertamente -Todo está bien, descansa, Ian- Trató de reafirmárselo -Enhorabuena por tu nueva cachorra- Mantuvo la sonrisa antes de ir caminando hacia la puerta y sabiendo lo que podría ser las futuras consecuencias, Savannah alargó la mano hacia Lorcan, intentando cogerle el brazo para desaparecerse de allí fuera de Ouroboros.
Sin embargo, su siguiente explosión la hizo sentir aún peor y le miró al rostro con pesar -Pues… Lo primero es calmarte. Ahí al lado está el chico que nos dijo que estaba en Ávalon y también está preocupado por ella. ¿Por qué no hablamos con él para ver si hay alguna forma de hablar con ella?...Y…¿No tenías un espejo? quizás si hablas…alguien pueda responder- Dijo, incorporándose para tenderle la mano. Su idea no era detenerlo, no. Era que pensara mejor sus siguientes pasos.
La respuesta de Lorcan le hizo arquear una ceja -¿Aquí existe esa palabra? ¿Libertad?- Soltó con rintintin, refiriéndose específicamente a una cosa: La transformación. Al escuchar a Ian supo que lo siguiente, por la forma en la que estaba su amigo, era irse a los golpes. Ya Jarkko se lo había comentado, que Ian solía ser muy físico y Savannah lo entendía. Ella también. Si no se la había dado aún, Sav cogió la mano sana de Ian para detenerlo si iba a por Lorcan. Miró a Ben con un gesto de advertencia a ver si se llevaba a Lorcan de allí.
Pero de pronto llegó Chloe con un bebé y Savannah escuchó que Catherine estaba bien, lo que la hizo sonreír y apretar la mano de Ian antes de separarse un poco para dejarles espacio. Escuchar la pregunta graciosa de Chloe hizo que la licántropa se alejara un poco más, no era su asunto, ya Ian decidiría si decirle la verdad o no -Me encargo de Jarkko- Le sonrió abiertamente -Todo está bien, descansa, Ian- Trató de reafirmárselo -Enhorabuena por tu nueva cachorra- Mantuvo la sonrisa antes de ir caminando hacia la puerta y sabiendo lo que podría ser las futuras consecuencias, Savannah alargó la mano hacia Lorcan, intentando cogerle el brazo para desaparecerse de allí fuera de Ouroboros.
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