Página 2 de 27. • 1, 2, 3 ... 14 ... 27
Recuerdo del primer mensaje :
Planta de habitaciones para pacientes ingresados. Hay varias habitaciones, con varias camas en cada habitación. Las camas pueden separarse con biombos.
Planta de habitaciones para pacientes ingresados. Hay varias habitaciones, con varias camas en cada habitación. Las camas pueden separarse con biombos.
De pronto me dio la impresión de que Sayid hablaba demasiado y me hablaba de Rosse y de su experiencia como mono de feria y cosas que no me interesaban y me di cuenta de que había puesto los ojos en blanco delante de su cara.
"ups"
Desconecté a mitad de su discurso, solo me quedé con "sistema de comunicacion funcional"
- Ya lo tenemos, los cascos de los guardias de Ouroboros cumplen ese fin. Dotación de cascos para los que se vayan de mision la proxima vez. - encogí mis hombros, mirando las florecillas que tenian entretenida a Arleen. Siempre me habia cuestionado el por qué de regalar flores y nunca me habia gustado.
De pronto miré a Sayid como si me hubiese pegado una bofetada. Me estaba echando? Mi cara de indignacion era palpable. Arleen reaccionó antes.
- No creo que tenga que ver con eso, Arleen, si no no habría dicho "personal". - le dije a ella, pero mirándolo a él con el ceño fruncido. - Se lo diré yo a Lucio, lo de que ahora eres aprendiz mia, aunque claro....no tengo la exclusiva. - le dije a la mujer, y alzando una ceja, pasé al lado de Sayid. La verdad es que de pronto me había hecho sentir muy incómodo. - Os dejo. Cuídate, Arleen! Una vez mas me alegro mucho de verte. Recupérate pronto que podamos empezar cuanto antes- le dije un "ciao" silencioso moviendo solo los labios, una breve sonrisa despues y salí de su habitacion.
La idea era buscar a Lucio despues de eso y comentarle lo de Arleen. Y quizá darle la enhorabuena por suboda. Sería lo más adecuado.
"ups"
Desconecté a mitad de su discurso, solo me quedé con "sistema de comunicacion funcional"
- Ya lo tenemos, los cascos de los guardias de Ouroboros cumplen ese fin. Dotación de cascos para los que se vayan de mision la proxima vez. - encogí mis hombros, mirando las florecillas que tenian entretenida a Arleen. Siempre me habia cuestionado el por qué de regalar flores y nunca me habia gustado.
De pronto miré a Sayid como si me hubiese pegado una bofetada. Me estaba echando? Mi cara de indignacion era palpable. Arleen reaccionó antes.
- No creo que tenga que ver con eso, Arleen, si no no habría dicho "personal". - le dije a ella, pero mirándolo a él con el ceño fruncido. - Se lo diré yo a Lucio, lo de que ahora eres aprendiz mia, aunque claro....no tengo la exclusiva. - le dije a la mujer, y alzando una ceja, pasé al lado de Sayid. La verdad es que de pronto me había hecho sentir muy incómodo. - Os dejo. Cuídate, Arleen! Una vez mas me alegro mucho de verte. Recupérate pronto que podamos empezar cuanto antes- le dije un "ciao" silencioso moviendo solo los labios, una breve sonrisa despues y salí de su habitacion.
La idea era buscar a Lucio despues de eso y comentarle lo de Arleen. Y quizá darle la enhorabuena por suboda. Sería lo más adecuado.
Sayid Ibn Salah
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Fruncí el ceño al ver la expresión de Giordano cuando hablé, era consciente de sus excentricidades pero era una falta de respeto, sobretodo teniendo en cuenta que por poco no vuelvo de esa misión en la que ningún otro descendiente participó. al final suspiré y lo dejé pasar, no era momento para esas cosas -Pero necesitamos algo más simple, esos cascos reducen el campo de visión, personalmente prefiero no llevarlo mientras me enfrento a un centinela y androides que me atacan desde todos los flancos- mejor lo hablaba con Newton, me llevaba mejor con él.
Cuando mencioné lo del asunto personal echando a Gio de forma educada pero nada sutil ambos parecieron enfadarse, como si el intruso fuera yo y la morena enseguida empezó a sacar conclusiones precipitadas -No me importa si prefieres quedarte Giordano pero me parece correcto hablar primero con ella- la miré e intenté tranquilizarla después de las palabras de mi compañero -Por favor señorita Royden, Lucio no es alguien que dejaría sus asuntos a otra persona, yo vengo por otra cosa- le entregué la primera carta que había recibido de mi abuela y fue cuando Giordano decidió marcharse, me despedí de él con una reverencia que además pretendía que fuera una disculpa y en cuanto nos dejó puse las flores a un lado un un jarrón.
No sabía la forma en la que la morena reaccionaría pero la máquina de constantes me daba una ligera idea -Verás, no me opongo a un matrimonio concertado pero este me parece precipitado, he pedido un aplazamiento de la fecha, se realizará el lunes pero ambas partes deben estar de acuerdo, me niego a casarme con alguien que se sienta obligado a hacerlo, mucho más con alguien que ya tenga una persona especial- o eso me había parecido a mi -me habría gustado hablarlo contigo con calma pero en vista de las fechas me temo que no hay mucho tiempo, es decisión tuya, no te sientas mal por rechazar el compromiso si así lo deseas, te dejaré pensarlo y vendré mañana a escuchar tu respuesta, yo me ocuparé de todo- en ese momento una de las enfermeras entró para darle su medicación y hacer un chequeo de rutina, hice una reverencia y me despedí de ella -La dejo descansar, me retiro por hoy, siento haber interrumpido su amena conversación con Giordano- dicho eso me marché
Cuando mencioné lo del asunto personal echando a Gio de forma educada pero nada sutil ambos parecieron enfadarse, como si el intruso fuera yo y la morena enseguida empezó a sacar conclusiones precipitadas -No me importa si prefieres quedarte Giordano pero me parece correcto hablar primero con ella- la miré e intenté tranquilizarla después de las palabras de mi compañero -Por favor señorita Royden, Lucio no es alguien que dejaría sus asuntos a otra persona, yo vengo por otra cosa- le entregué la primera carta que había recibido de mi abuela y fue cuando Giordano decidió marcharse, me despedí de él con una reverencia que además pretendía que fuera una disculpa y en cuanto nos dejó puse las flores a un lado un un jarrón.
No sabía la forma en la que la morena reaccionaría pero la máquina de constantes me daba una ligera idea -Verás, no me opongo a un matrimonio concertado pero este me parece precipitado, he pedido un aplazamiento de la fecha, se realizará el lunes pero ambas partes deben estar de acuerdo, me niego a casarme con alguien que se sienta obligado a hacerlo, mucho más con alguien que ya tenga una persona especial- o eso me había parecido a mi -me habría gustado hablarlo contigo con calma pero en vista de las fechas me temo que no hay mucho tiempo, es decisión tuya, no te sientas mal por rechazar el compromiso si así lo deseas, te dejaré pensarlo y vendré mañana a escuchar tu respuesta, yo me ocuparé de todo- en ese momento una de las enfermeras entró para darle su medicación y hacer un chequeo de rutina, hice una reverencia y me despedí de ella -La dejo descansar, me retiro por hoy, siento haber interrumpido su amena conversación con Giordano- dicho eso me marché
- Habitación mega piji privada de VICTORYA -
Bajé de la planta de cuidados intensivos hacia la de ingresos, buscando la habitación en la que habían metido a Victorya. Por suerte había letreros en las habitaciones, con el nombre del paciente. Eché un vistazo al pasillo antes de entrar en la suya cuando la encontré, asegurándome de que no me veía nadie. Me la encontré en una habitación bastante amplia, solo para ella. Al menos tendríamos privacidad para poder hablar, y ella podría descansar mejor.
- ¿Seguro que estás bien? me han dicho que te operaron anoche, de los malditos nanobots. - me acerqué tanteando el terreno, cogiendo una silla para sentarme al lado de su cama, junto a la cabecera. Me quedé en silencio unos segundos, buscando la manera de iniciar la conversación pendiente que teníamos. Una entre todas las que tenía pendientes, a cada cual más complicada. Hiciese lo que hiciese iba a acabar dañando a alguien.
- También escuché lo que le dijiste a Anteia antes. Que necesitas tiempo para pensar. - normal, era la reacción más lógica. Me fijé en que seguía teniendo en la mano la ecografía que le había hecho Anteia, así que estiré la mano como pidiéndole permiso para verla. Si podía verse en la ecografía debía estar de un mes. Aquello cuadraría con el primer encuentro, antes de la misión. O tal vez hubiese sido durante la misión. No tuvimos cuidado en ninguna de las ocasiones, como si no pasase nada. - Ya sospechabas durante la misión, ¿verdad? y yo pensando que te había intoxicado como a Sayid...- me pasé una mano por la cara, pensando en lo despistado que había estado con sus síntomas.
Llego a la zona de habitaciones normales no pijis a buscar a Mérida. Conocía a la pelirroja porque pertenecía a la Brigada de Lykaios y la verdad le había sorprendido ver su nombre allí ya que dudaba que los miembros de la Brigada tuvieran alguna especie de lado maternal/paternal ya que vivían al límite entre fiestas y guerras, aunque si lo pensaba bien también podrían vivir en el límite sexual. ¿Cómo es que no había hijos alli?
Al llegar encontró a Mérida quitándose una almohada de la cara y a una de las enfermeras trayéndole el desayuno -Bueno...Esto no...- Le quitó a Mérida los lácteos y se los dio a la enfermera, tras leer su informe sobre los días que había pasado sin comer bien le preocupaba enormemente. Podría deberse al mes que estuvo sin saber que estaba embarazada. La vida de los de la Brigada... Bueno, de la gente en general. Pensó en Victorya y su necesidad de pensar y suspiró -Buenos días, señorita. Vengo a revisarte, Aldaron te había dado cita para la semana que viene pero prefiero verlo ahora y ver tu estado-
Le sonrió y atrajo la máquina que había estado paseando por todo el hospital con tantas embrazadas -Bueno...¿Te sientes mejor hoy? ¿A que el suero está haciendo su efecto?- Le preguntó empezando a tocar puntitos y botones para ponerlo todo en marcha -Iba a hacerte un eco pero...¿Quieres llamar al padre?...- Estuvo a punto de preguntarle quien era el padre pero le pareció un poco descortés y tras la conversación con Victorya no sabía si este niño también era deseado.
Al llegar encontró a Mérida quitándose una almohada de la cara y a una de las enfermeras trayéndole el desayuno -Bueno...Esto no...- Le quitó a Mérida los lácteos y se los dio a la enfermera, tras leer su informe sobre los días que había pasado sin comer bien le preocupaba enormemente. Podría deberse al mes que estuvo sin saber que estaba embarazada. La vida de los de la Brigada... Bueno, de la gente en general. Pensó en Victorya y su necesidad de pensar y suspiró -Buenos días, señorita. Vengo a revisarte, Aldaron te había dado cita para la semana que viene pero prefiero verlo ahora y ver tu estado-
Le sonrió y atrajo la máquina que había estado paseando por todo el hospital con tantas embrazadas -Bueno...¿Te sientes mejor hoy? ¿A que el suero está haciendo su efecto?- Le preguntó empezando a tocar puntitos y botones para ponerlo todo en marcha -Iba a hacerte un eco pero...¿Quieres llamar al padre?...- Estuvo a punto de preguntarle quien era el padre pero le pareció un poco descortés y tras la conversación con Victorya no sabía si este niño también era deseado.
Mérida Pyro
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Menudo almohadazo. Mérida se levantó quitándose la almohada de encima con un poco de mala hostia y miró a Kyll con cara de venganza pero entonces llegó Anteia. La pelirroja miró con una sonrisa a la esposa de Lyran antes de saludarla -Sí, me siento mejor. Es que nad…- La miró con un gesto de profunda indignación cuando le quitó cosas de su bandeja de comida. ¡Era su comida! ¡Y estaba hambrienta! -Pero…Pero…- Lo señaló como si de pronto le estuvieran quitando lo más preciado de su vida.
-¿Pero puedo comer primero?- Preguntó porque de verdad le apetecía todo lo que tenía en la bandeja. Supuso que en efecto estaba mejor. Giró la vista hacia Kyllian para ver su bandeja y su gesto de no estar muy contento y le sacó la lengua en respuesta al indignante almohadazo. -¿El padre? Está ahí…- Se rió un poco haciendo sonido de cerdita total -Pero ¿Adivina qué? No puede hablar y en cualquier momento implosiona. Ya verás…- La pelirroja no se pudo contener y siguió carcajéandose, pero mientras lo hacia se bajó de la camilla y se acercó hacia él para tenderle la libreta -Para que no digas que soy malvada y le hagas cachitos a mis angelitos de nieve- Después cuando las carcajadas fueron reduciéndose respiró profundamente y le sonrió -He bajado antes a buscar info de Reiv y Juliet, Reiv está en terapia intensiva y creo que estará allí un rato y la pelirroja mala onda está bien- Tras eso se fue hacia la camilla arrastrando su suero por el camino. Estaba de muy buen humor.
-Vale- Inspiró profundamente y se acostó en la camilla tras recibir la negativa a comer. Se movió bruscamente acomodándose y miró a Anteia con una sonrisa -Vamos a ver al mini yo o mini gato ¿Ya podemos saber qué es?- Preguntó un poco ignorante del tema -¿Y ya puedo comer de todo? ¿Por qué me has quitado eso?-
-¿Pero puedo comer primero?- Preguntó porque de verdad le apetecía todo lo que tenía en la bandeja. Supuso que en efecto estaba mejor. Giró la vista hacia Kyllian para ver su bandeja y su gesto de no estar muy contento y le sacó la lengua en respuesta al indignante almohadazo. -¿El padre? Está ahí…- Se rió un poco haciendo sonido de cerdita total -Pero ¿Adivina qué? No puede hablar y en cualquier momento implosiona. Ya verás…- La pelirroja no se pudo contener y siguió carcajéandose, pero mientras lo hacia se bajó de la camilla y se acercó hacia él para tenderle la libreta -Para que no digas que soy malvada y le hagas cachitos a mis angelitos de nieve- Después cuando las carcajadas fueron reduciéndose respiró profundamente y le sonrió -He bajado antes a buscar info de Reiv y Juliet, Reiv está en terapia intensiva y creo que estará allí un rato y la pelirroja mala onda está bien- Tras eso se fue hacia la camilla arrastrando su suero por el camino. Estaba de muy buen humor.
-Vale- Inspiró profundamente y se acostó en la camilla tras recibir la negativa a comer. Se movió bruscamente acomodándose y miró a Anteia con una sonrisa -Vamos a ver al mini yo o mini gato ¿Ya podemos saber qué es?- Preguntó un poco ignorante del tema -¿Y ya puedo comer de todo? ¿Por qué me has quitado eso?-
Había cosas a las que simplemente no podía responder porque eso ya dependía de Sayid y Giordano, más Descendientes. Cuando Giordano reaccionó y soltó aquello de que era personal, la morena frunció el ceño aún más perdida. Luego cuando dijo que él hablaría con Lucio, Arleen asintió y sonrió ante lo de la exclusiva -A veces tengo días enteros libres, no te preocupes- Le dijo con calma, ya podría organizarse la agenda y prestar atención a ambas partes sin descuidar su trabajo -Prometido- Indicó cuando le dijo que se recuperara pronto e hizo un gesto que solía compartir con su familia, se hizo una X en el corazón, como compromiso de cumplir aquella promesa.
Cogió la carta y empezó a leer. Sin embargo, era difícil digerir aquello cuando ella se encontraba en otro momento absolutamente diferente. Ayer era una mujer libre que había decidido independizarse, buscar su propio piso, sus propios objetivos profesionales y ahora… Partida en dos y con un matrimonio a las puertas. Pero a medida que digería aquello lo único que podía pensar era el éxito de su madre. Lo había logrado. Su hija sería desposada por un Descendiente. Se quedó mirando la carta mientras oía a Sayid. Cuando mencionó lo de “persona especial”, su educación actuó de inmediato y alzó la mirada hacia él -No tengo ninguna persona especial- Aclaró con un tono neutral aunque era evidente, por la máquina cotilla, que su corazón latía con rapidez. Pero lo hacía desde que había leído la carta.
Quería responderle, quería decirle tantas cosas y, al mismo tiempo, su lengua era retenida por su profunda devoción a su familia. Le recorrió el rostro con curiosidad, dándose cuenta, de que ese sería el rostro que apreciaría todos los días dándole los buenos días. Supuso que… Estaba bien. Pero era una suposición, una hipótesis. Entrabrió los labios para decir algo pero la enfermera los interrumpió. Arleen simplemente asintió y apoyó la cabeza en la camilla, con la flor y la carta contra su dolorido pecho. No sabía con exactitud qué le dolía más, si su herida o su libertad destrozada -¿Te encuentras bien?- Preguntó al chequear los monitores y Arleen abrió los ojos para mirarla con una sonrisa cálida -Sí, no te preocupes … ¿Podrías llamar a…- Miró hacia la puerta pensando en Aurora, también en Jo, en Janine…Pero no. No quería hablar con nadie. No podía hablar con Aurora, porque ella iría con la información a Fred y lo que menos quería era deshonrar a su familia. Jo…Tenía sus propios problemas y Janine…Ella se emocionaría con la idea, apoyando a su madre. Aldaron...No quería ni verlo en pintura -¿A quién, Arleen?- Preguntó la enfermera acomodando las flores que le había regalado Sayid -A nadie, Carla... Sédame, por favor- La mulata la miró con el ceño fruncido y se acercó a ella con algo de confianza, porque Arleen inspiraba aquello siempre -¿Estás segura?- Ella le miró con una sonrisa -Sí…Hasta mañana. Sédame hasta mañana- Le pidió y la mujer asintió, pero no estaba segura de darle tanto así que le dio una dosis por unas seis horas y se retiró dejando a Arleen con un gesto de resignación en su aristócrata rostro.
And they say love is a journey
I promise that I'll never leave
When it's too heavy to carry
Remember this moment with me
La morena volvió a mirar el jarrón de flores pensando en que no había otra respuesta que darle a Sayid, no había otra opción. Se llevó la carta y la gardenia al corazón, haciendo una X en su corazón antes de caer en un profundo sueño.
I get to love you
It's the best thing that I'll ever do
I get to love you
It's a promise I'm making to you
Whatever may come your heart I will choose
Forever I'm yours, forever I do
I get to love you
Cogió la carta y empezó a leer. Sin embargo, era difícil digerir aquello cuando ella se encontraba en otro momento absolutamente diferente. Ayer era una mujer libre que había decidido independizarse, buscar su propio piso, sus propios objetivos profesionales y ahora… Partida en dos y con un matrimonio a las puertas. Pero a medida que digería aquello lo único que podía pensar era el éxito de su madre. Lo había logrado. Su hija sería desposada por un Descendiente. Se quedó mirando la carta mientras oía a Sayid. Cuando mencionó lo de “persona especial”, su educación actuó de inmediato y alzó la mirada hacia él -No tengo ninguna persona especial- Aclaró con un tono neutral aunque era evidente, por la máquina cotilla, que su corazón latía con rapidez. Pero lo hacía desde que había leído la carta.
Quería responderle, quería decirle tantas cosas y, al mismo tiempo, su lengua era retenida por su profunda devoción a su familia. Le recorrió el rostro con curiosidad, dándose cuenta, de que ese sería el rostro que apreciaría todos los días dándole los buenos días. Supuso que… Estaba bien. Pero era una suposición, una hipótesis. Entrabrió los labios para decir algo pero la enfermera los interrumpió. Arleen simplemente asintió y apoyó la cabeza en la camilla, con la flor y la carta contra su dolorido pecho. No sabía con exactitud qué le dolía más, si su herida o su libertad destrozada -¿Te encuentras bien?- Preguntó al chequear los monitores y Arleen abrió los ojos para mirarla con una sonrisa cálida -Sí, no te preocupes … ¿Podrías llamar a…- Miró hacia la puerta pensando en Aurora, también en Jo, en Janine…Pero no. No quería hablar con nadie. No podía hablar con Aurora, porque ella iría con la información a Fred y lo que menos quería era deshonrar a su familia. Jo…Tenía sus propios problemas y Janine…Ella se emocionaría con la idea, apoyando a su madre. Aldaron...No quería ni verlo en pintura -¿A quién, Arleen?- Preguntó la enfermera acomodando las flores que le había regalado Sayid -A nadie, Carla... Sédame, por favor- La mulata la miró con el ceño fruncido y se acercó a ella con algo de confianza, porque Arleen inspiraba aquello siempre -¿Estás segura?- Ella le miró con una sonrisa -Sí…Hasta mañana. Sédame hasta mañana- Le pidió y la mujer asintió, pero no estaba segura de darle tanto así que le dio una dosis por unas seis horas y se retiró dejando a Arleen con un gesto de resignación en su aristócrata rostro.
And they say love is a journey
I promise that I'll never leave
When it's too heavy to carry
Remember this moment with me
La morena volvió a mirar el jarrón de flores pensando en que no había otra respuesta que darle a Sayid, no había otra opción. Se llevó la carta y la gardenia al corazón, haciendo una X en su corazón antes de caer en un profundo sueño.
I get to love you
It's the best thing that I'll ever do
I get to love you
It's a promise I'm making to you
Whatever may come your heart I will choose
Forever I'm yours, forever I do
I get to love you
- Habitacion de Adramelech (y no se si de alguien mas xd)-
Me salté todo el asunto ese de la recepcion, de pedir permiso para visitas, y cosas de esas. Un mes sin saber nada de ellos y ahora tenía que ir a sacarlos del hospital....
El motivo por el cual ellos estaban aqui era el mismo que me había obligado a mí a mover la Torre aqui, a los terrenos de Ouroboros. Aquella cosa nos obligaba, más y más, a unir fuerzas con los magos, nos gustase más o menos.
Gracias a los poderes de Belialt, era capaz de sentir las auras de todos aquellos los que estaban en el edificio, así como conocer su naturaleza. No era dificil distinguir el aura de un mago de la de un humano, un vampiro o un soul reaper....no para mi, claro.
Asi que llegué a donde tenian a Adramelech, en primer lugar. No conocia la gravedad de ninguno de los dos pero al encontrarlo no me pareció alguien a las puertas de la muerte.... aunque si se le veia bastante pálido y con aspecto cansado.
Obviamente no salieron palabras amables de mi boca nada mas verlo.
- Pedís refuerzos antes a los magos que a mi? Sabéis que habría acudido con tan solo decir mi nombre! - acababa de devolver a la vida a uno de mis nietos, no me apetecía que ahora se muriese otro. Aplaqué mi enfado como pude -Cómo estás? Cómo está Lyosha? Ya he podido notar que no está contigo....
Me salté todo el asunto ese de la recepcion, de pedir permiso para visitas, y cosas de esas. Un mes sin saber nada de ellos y ahora tenía que ir a sacarlos del hospital....
El motivo por el cual ellos estaban aqui era el mismo que me había obligado a mí a mover la Torre aqui, a los terrenos de Ouroboros. Aquella cosa nos obligaba, más y más, a unir fuerzas con los magos, nos gustase más o menos.
Gracias a los poderes de Belialt, era capaz de sentir las auras de todos aquellos los que estaban en el edificio, así como conocer su naturaleza. No era dificil distinguir el aura de un mago de la de un humano, un vampiro o un soul reaper....no para mi, claro.
Asi que llegué a donde tenian a Adramelech, en primer lugar. No conocia la gravedad de ninguno de los dos pero al encontrarlo no me pareció alguien a las puertas de la muerte.... aunque si se le veia bastante pálido y con aspecto cansado.
Obviamente no salieron palabras amables de mi boca nada mas verlo.
- Pedís refuerzos antes a los magos que a mi? Sabéis que habría acudido con tan solo decir mi nombre! - acababa de devolver a la vida a uno de mis nietos, no me apetecía que ahora se muriese otro. Aplaqué mi enfado como pude -Cómo estás? Cómo está Lyosha? Ya he podido notar que no está contigo....
Una vez en la habitación, se le había agotado un poco el tiempo. Ya daba igual, miró el techo de nueva cuenta, tratando de que le diera una pista de cómo sobrellevar la situación. Aún no tenía idea de lo que quería, y eso que tuvo un mes entero para pensarlo. Cuando Johan apareció, soltó un gran suspiro. Eso de los suspiros se había repetido mucho todo el día.
Empezó con un tema fácil. Le miró con tranquilidad mientras recorría la silla para sentarse junto a ella.- Estaba jodida, pero me sentía entera. Quizás abusé de las pociones. Antes de desaparecer S.A.M. atacó directamente, debe haber sido ahí. Al parecer son difíciles de quitar y requiere cirugía. Eso es lo complicado.- Susurró, por si le servía de algo para la próxima batalla. El silencio fue difícil. Normalmente era su aliado, pero el silencio no le estaba favoreciendo esa mañana.
Escuchó lo de Anteia, asintiendo. Supuso que entendió lo que entendió.- Eso solo fue para que no dijera nada...- Admitió. Pero era claro, muy claro, que necesitaba tiempo para pensar. Le tendió la ecografía, observándole con cuidado sin ver ningún rastro de otra cosa que no fuera preocupación. Lo entendía, pero había tenido una ligera esperanza en el pecho durante toda la misión. Asintió suavemente, sonriendo de manera divertida por recordar a Sayid tan malo, pero amarga. Ni siquiera recordaba haber comido lo que cazaron aquella noche. Tenía muy mala pinta.- Me sentía extraña, pero no adiviné qué era hasta hace pocos días.- Se había comido la cabeza desde entonces.- Siento no haber dicho nada. En realidad... te avisé por si querías alejar a Josephine del rumor.- Suspiró de nuevo, viéndolo como estaba, no podía pedirle nada. Al contrario, tenía que liberarlo de su obligación. Sabía que había estado durmiendo en casa de su esposa antes de partir a la misión y ya tenía una hija por quien ver.- No espero nada de ti, Johan. No tienen que saber que tú...
Empezó con un tema fácil. Le miró con tranquilidad mientras recorría la silla para sentarse junto a ella.- Estaba jodida, pero me sentía entera. Quizás abusé de las pociones. Antes de desaparecer S.A.M. atacó directamente, debe haber sido ahí. Al parecer son difíciles de quitar y requiere cirugía. Eso es lo complicado.- Susurró, por si le servía de algo para la próxima batalla. El silencio fue difícil. Normalmente era su aliado, pero el silencio no le estaba favoreciendo esa mañana.
Escuchó lo de Anteia, asintiendo. Supuso que entendió lo que entendió.- Eso solo fue para que no dijera nada...- Admitió. Pero era claro, muy claro, que necesitaba tiempo para pensar. Le tendió la ecografía, observándole con cuidado sin ver ningún rastro de otra cosa que no fuera preocupación. Lo entendía, pero había tenido una ligera esperanza en el pecho durante toda la misión. Asintió suavemente, sonriendo de manera divertida por recordar a Sayid tan malo, pero amarga. Ni siquiera recordaba haber comido lo que cazaron aquella noche. Tenía muy mala pinta.- Me sentía extraña, pero no adiviné qué era hasta hace pocos días.- Se había comido la cabeza desde entonces.- Siento no haber dicho nada. En realidad... te avisé por si querías alejar a Josephine del rumor.- Suspiró de nuevo, viéndolo como estaba, no podía pedirle nada. Al contrario, tenía que liberarlo de su obligación. Sabía que había estado durmiendo en casa de su esposa antes de partir a la misión y ya tenía una hija por quien ver.- No espero nada de ti, Johan. No tienen que saber que tú...
Kyllian Evans
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Me hice el loco cuando Mérida me miró con cara de querer comerme por aquel almohadazo, no podía girar el cuello así que simplemente miré al frente como si me hubiera fijado en una mosca que había entrado pero lo importante era que la comida estaba allí y me moría por hincar el diente... hasta que vi que todo eran potajes y cosas líquidas, nada decente y una ración diminuta, menuda desilusión.
Una mujer rubia entró en la habitación y yo ya había empezado a pinchar el desayuno con el tenedor como quien pincha una caca con un palo, aquella señora le quitó los lácteos y entonces vi mi oportunidad, no tardé nada en engancharlos y añadirlos a mi menú mirando a Mérida de forma triunfal lamiendo la tapa del yogurt cuando me sacó la lengua.
La recién llegada se iba a encargar de Mérida, le preguntaba por su estado y estuve atento a ella en cuanto me enteré, iba con una máquina rara con muchos botoncitos y claro, el impulso estúpido de tocarlos en cuanto se descuidara estaba presente pero de momento me iba a aguantar mientras me comía el Yogurt, que robado sabía mejor. La doctora preguntó por el padre y levanté la mano emocionado cual crío empollón en clase, el comentario sobre implosionar no había tenido gracia, a mi me habían dado un puré de manzana que pensaba darle a Mérida pero ahora me lo iba a comer todo... o eso pensé hasta que me dio la libreta.
No tenía ni idea de en qué momento había hecho tantas cosas pero a parte de la libreta también había preguntado por Reiv y Juliet, estaban vivos y a salvo, eso era bueno, a lo mejor me pasaba después a verlos pero le di las gracias a Mérida con un beso y un abrazo antes de que volviera a su camilla, ahora si que le iba a dar ese puré. Cuando la pelirroja volvió a su cama e hizo todas esas preguntas, fui yo el siguiente en saltar de mi cama, rápidamente escribí en la libreta a la rubia y se la enseñé "¿Puedo ver? Quiero que sea niño!"
Una mujer rubia entró en la habitación y yo ya había empezado a pinchar el desayuno con el tenedor como quien pincha una caca con un palo, aquella señora le quitó los lácteos y entonces vi mi oportunidad, no tardé nada en engancharlos y añadirlos a mi menú mirando a Mérida de forma triunfal lamiendo la tapa del yogurt cuando me sacó la lengua.
La recién llegada se iba a encargar de Mérida, le preguntaba por su estado y estuve atento a ella en cuanto me enteré, iba con una máquina rara con muchos botoncitos y claro, el impulso estúpido de tocarlos en cuanto se descuidara estaba presente pero de momento me iba a aguantar mientras me comía el Yogurt, que robado sabía mejor. La doctora preguntó por el padre y levanté la mano emocionado cual crío empollón en clase, el comentario sobre implosionar no había tenido gracia, a mi me habían dado un puré de manzana que pensaba darle a Mérida pero ahora me lo iba a comer todo... o eso pensé hasta que me dio la libreta.
No tenía ni idea de en qué momento había hecho tantas cosas pero a parte de la libreta también había preguntado por Reiv y Juliet, estaban vivos y a salvo, eso era bueno, a lo mejor me pasaba después a verlos pero le di las gracias a Mérida con un beso y un abrazo antes de que volviera a su camilla, ahora si que le iba a dar ese puré. Cuando la pelirroja volvió a su cama e hizo todas esas preguntas, fui yo el siguiente en saltar de mi cama, rápidamente escribí en la libreta a la rubia y se la enseñé "¿Puedo ver? Quiero que sea niño!"
Khaled Svensson escribió:- Habitacion de Adramelech (y no se si de alguien mas xd)-
Me salté todo el asunto ese de la recepcion, de pedir permiso para visitas, y cosas de esas. Un mes sin saber nada de ellos y ahora tenía que ir a sacarlos del hospital....
El motivo por el cual ellos estaban aqui era el mismo que me había obligado a mí a mover la Torre aqui, a los terrenos de Ouroboros. Aquella cosa nos obligaba, más y más, a unir fuerzas con los magos, nos gustase más o menos.
Gracias a los poderes de Belialt, era capaz de sentir las auras de todos aquellos los que estaban en el edificio, así como conocer su naturaleza. No era dificil distinguir el aura de un mago de la de un humano, un vampiro o un soul reaper....no para mi, claro.
Asi que llegué a donde tenian a Adramelech, en primer lugar. No conocia la gravedad de ninguno de los dos pero al encontrarlo no me pareció alguien a las puertas de la muerte.... aunque si se le veia bastante pálido y con aspecto cansado.
Obviamente no salieron palabras amables de mi boca nada mas verlo.
- Pedís refuerzos antes a los magos que a mi? Sabéis que habría acudido con tan solo decir mi nombre! - acababa de devolver a la vida a uno de mis nietos, no me apetecía que ahora se muriese otro. Aplaqué mi enfado como pude -Cómo estás? Cómo está Lyosha? Ya he podido notar que no está contigo....
Había empezado a despertar media hora atrás, con la pierna vendada a la altura de la mordedura y un gotero de algo que parecía reabastecedora de sangre. Lo último que recordaba con claridad era estar en la sala de espera del hospital, caminando para ir a sentarme junto a Sayid. Después algún que otro recuerdo, como cuando los médicos terminaban de curarme. También había preguntado por Lyosha, pero no me dieron demasiada información. Dormí a ratos hasta que apareció mi abuelo, así que intenté incorporarme un poco para recibirlo. Estaba un poco mareado, pero me preocupaba más lo enfadado que parecía conmigo. No quería disgustar al líder de los Soul Reaper, y menos que pensase que había elegido antes a los magos que a los nuestros.
- Khaled...no...ellos pidieron ayuda por su lado. Lo siento. No hubo tiempo para pensar nada. Aquello era una locura. No tenía ni idea de lo peligroso que era. - me disculpé bajando un poco la cabeza, aunque sólo durante unos segundos. - Estoy más o menos bien. Tal vez pueda irme hoy. De Lyosha no sé mucho, nos separamos en la huida. Creo que...lo suyo es más grave. Todavía no tengo mucha información. Podemos preguntar para que nos lleven hasta ella. - otro fallo lo de salir cada uno por un lado, deberíamos habernos marchado juntos. Ahora sólo quería saber dónde estaba. Pulsé el botón de la cama para llamar a alguna enfermera, para que nos diese datos sobre Lyosha, y para que me dijese si podía darme el alta. Conforme me espabilaba me fui dando cuenta de un gran detalle que había pasado por alto: el brazo de Khaled había vuelto. No sabía cómo podía ser aquello, pero la respuesta más fácil era que se debiera al demonio. Aún así no me cuadraba, si no ya hubiese hecho algo así con lo que a mí me faltaba. Ya habría tiempo para preguntar.
Por fin conseguí que me hablase, al menos con la parte aparentemente sencilla que era la de hablar sobre cómo estaba. Esta vez me quedé más convencido con la explicación, aunque me seguían faltando datos. Tampoco iba a agobiarla con eso ahora, ya le preguntaría a los médicos tanto por ella como por Reiv, para que me explicasen mejor. La siguiente pregunta tampoco la esquivó, aunque si que reinó el silencio durante algunos segundos antes de abordar el tema del embarazo.
- Anteia no dirá nada. La conozco desde hace mucho tiempo...es muy buena profesional. - que ella no dijese nada tampoco implicaba que nadie se enterase, cualquiera del hospital tenía acceso a las historias clínicas de los pacientes. Eso ya lo daba por supuesto. Tomé la ecografía que me tendió cuando se lo pedí, observando aquella imagen oscura en la que no se entendía demasiado. Lo cierto es que no había podido ver ninguna de Nyara, y tampoco de la primera vez que Jo se quedó embarazada. No teníamos esos recursos en la base de los renegados. Puede que de haberlos tenido se hubiese salvado el que habría sido nuestro primer hijo. Me quedé mirando la imagen como intentando descifrarla, intuyendo por la forma lo que debía ser el embrión, aunque no estaba muy seguro de si estaba mirando donde debía. - Entonces...¿ha dicho que está bien a pesar de todo lo de la operación? - terminé por preguntar algo confuso tras algunos segundos, alzando la mirada desde la ecografía hasta ella. Confirmó lo que le había preguntado, que ya llevaba varios días dándole vueltas. - ¿Por qué no me lo dijiste antes? - negué enseguida, como si no hiciese falta que me respondiese. No era algo fácil de decir, estaría intentando retrasarlo hasta confirmarlo. Me pasé la mano por la cara de arrriba a abajo, bastante agobiado cuando mencionó a Josephine. Tal vez ella no me quisiese de la misma manera que antes, pero sin duda lo pasaría mal al enterarse. Más después de que le hubiese prometido que no había pasado nada entre Victorya y yo. La gente...habría chismosos que hablarían y dirían cosas a las espaldas.
- Probablemente ya sea tarde y se haya enterado. Anoche estuvo trabajando aquí hasta tarde. Y si no siempre habrá algún compañero que se lo diga, o mirará las fichas. No...no es algo que se pueda ocultar. - tenía que hablar con ella, era imprescindible hacerlo pronto. Sería peor que se lo contase alguien, y ya debía de estar preguntándose por qué no había ido a dormir después de decir que iría. - ¿Cómo que no esperas nada de mí? - pregunté un tanto dolido por la falta de confianza, y porque parecía que era un secreto que había que guardar a toda costa. - Es como si asumieses que voy a pasar del tema, y no es así. No estarás sola si decides seguir adelante. Tal vez yo no sea bueno para estar con nadie, pero sí me haría cargo. - me levanté de la silla para sentarme en el borde de su cama, tomando su mano para devolverle la ecografía. - Yo... preferiría no perder otro hijo, pero es tu decisión. Josephine y yo pasamos por eso cuando apenas quedaba un mes para que naciese. No pudimos hacer nada. Así que no quiero ser yo el que diga que no debe nacer.
- Anteia no dirá nada. La conozco desde hace mucho tiempo...es muy buena profesional. - que ella no dijese nada tampoco implicaba que nadie se enterase, cualquiera del hospital tenía acceso a las historias clínicas de los pacientes. Eso ya lo daba por supuesto. Tomé la ecografía que me tendió cuando se lo pedí, observando aquella imagen oscura en la que no se entendía demasiado. Lo cierto es que no había podido ver ninguna de Nyara, y tampoco de la primera vez que Jo se quedó embarazada. No teníamos esos recursos en la base de los renegados. Puede que de haberlos tenido se hubiese salvado el que habría sido nuestro primer hijo. Me quedé mirando la imagen como intentando descifrarla, intuyendo por la forma lo que debía ser el embrión, aunque no estaba muy seguro de si estaba mirando donde debía. - Entonces...¿ha dicho que está bien a pesar de todo lo de la operación? - terminé por preguntar algo confuso tras algunos segundos, alzando la mirada desde la ecografía hasta ella. Confirmó lo que le había preguntado, que ya llevaba varios días dándole vueltas. - ¿Por qué no me lo dijiste antes? - negué enseguida, como si no hiciese falta que me respondiese. No era algo fácil de decir, estaría intentando retrasarlo hasta confirmarlo. Me pasé la mano por la cara de arrriba a abajo, bastante agobiado cuando mencionó a Josephine. Tal vez ella no me quisiese de la misma manera que antes, pero sin duda lo pasaría mal al enterarse. Más después de que le hubiese prometido que no había pasado nada entre Victorya y yo. La gente...habría chismosos que hablarían y dirían cosas a las espaldas.
- Probablemente ya sea tarde y se haya enterado. Anoche estuvo trabajando aquí hasta tarde. Y si no siempre habrá algún compañero que se lo diga, o mirará las fichas. No...no es algo que se pueda ocultar. - tenía que hablar con ella, era imprescindible hacerlo pronto. Sería peor que se lo contase alguien, y ya debía de estar preguntándose por qué no había ido a dormir después de decir que iría. - ¿Cómo que no esperas nada de mí? - pregunté un tanto dolido por la falta de confianza, y porque parecía que era un secreto que había que guardar a toda costa. - Es como si asumieses que voy a pasar del tema, y no es así. No estarás sola si decides seguir adelante. Tal vez yo no sea bueno para estar con nadie, pero sí me haría cargo. - me levanté de la silla para sentarme en el borde de su cama, tomando su mano para devolverle la ecografía. - Yo... preferiría no perder otro hijo, pero es tu decisión. Josephine y yo pasamos por eso cuando apenas quedaba un mes para que naciese. No pudimos hacer nada. Así que no quiero ser yo el que diga que no debe nacer.
Si, Anteia es muy... amable.- No podía decir nada malo de ella. Curioso tratarla así, porque la había visto mal en la misión anterior. Era una mujer bondadosa, de eso no había duda. Y si él confiaba en ella, no tenía dudas. Esperó a que Johan repasara la ecografía. Se tomó mucho tiempo en eso y ella no sabía qué pensar. No sabía muy bien como se lo estaba tomando, pero al menos no había empezado a lanzar cosas o estrellar la silla en el suelo. Lo veía resignado y no le gustaba esa expresión en él. No iba a atarlo de esa manera.- Sí, a pesar de todo sigue ahí.- Susurró, aunque estaba la complicación de S.A.M. Era el peor momento para estar embarazada y lo sabía. Necesitaban detenerlo o en 9 meses estarían huyendo o varados en medio del mar en un barco que no podría tocar tierra, o en búnkeres debajo. La siguiente pregunta no sabía responderla, así que se quedó en silencio. Había estado esperando para confirmar todo antes de decir algo que pudiera ser difícil para todos o que obligara a cambiar la misión. La habrían enviado de vuelta en seguida, aunque quizás habría sido más sensato, tanto de su parte como de Érika. Solo se encogió de hombros.- Quizás se haya enterado, pero no tienen por qué saber nada más que eso.- Susurró, evitándose el decirle que no tenían que decir quien era el padre si él así lo deseaba. Justo como cuando le mencionó que no esperaba nada.
La voz con la que le respondió le sorprendió, pues parecía incluso sorprendido, o... no, no estaba interpretando bien los sentimientos de nadie en aquella situación. Solo le miró con los ojos muy abiertos mientras escuchaba su voz. No pudo evitar que los ojos se le humedecieran cuando le aseguró que no estaría sola, mordiéndose el labio inferior porque sentía que le temblaba y de un momento a otro no pudo evitarlo. Se llevó la mano libre a los ojos, cubriéndolos mientras sollozaba en silencio, limpiándose las lágrimas de los ojos y las mejillas. Estaba asustada, cansada, vulnerable, incómoda en una cama que no era la suya y hormonal, y ya había tratado mucho rato de hacerse la fuerte.- Johan, te estoy dando salida. Ya te he metido en demasiados problemas desde aquel primer beso y... - No pudo continuar hablando. Mantuvo la mano en el rostro durante unos minutos, mientras se recomponía de todo aquello. Así no podían tener una conversación. No si iba a llorar cada vez que algo le ocurriera. Maldijo a las hormonas, por supuesto.
Tardó un rato en lograr dominar sus sentimientos. Recuperándolos poco a poco, hasta lograr respirar con tranquilidad y hablar sin que la voz se le cortada. Repasó tranquilamente lo que él había dicho sobre no querer perder a otro hijo, mirando el techo una vez más como si fuera a darle respuestas.- Yo no me atrevería, Johan. No podría tomar esa decisión. Pero no soy nada maternal, esto es una mala idea por donde lo mires. Esto es... va a ser... difícil.- Dijo en un susurro, condenándolos a ambos a aceptar un destino incierto.
La voz con la que le respondió le sorprendió, pues parecía incluso sorprendido, o... no, no estaba interpretando bien los sentimientos de nadie en aquella situación. Solo le miró con los ojos muy abiertos mientras escuchaba su voz. No pudo evitar que los ojos se le humedecieran cuando le aseguró que no estaría sola, mordiéndose el labio inferior porque sentía que le temblaba y de un momento a otro no pudo evitarlo. Se llevó la mano libre a los ojos, cubriéndolos mientras sollozaba en silencio, limpiándose las lágrimas de los ojos y las mejillas. Estaba asustada, cansada, vulnerable, incómoda en una cama que no era la suya y hormonal, y ya había tratado mucho rato de hacerse la fuerte.- Johan, te estoy dando salida. Ya te he metido en demasiados problemas desde aquel primer beso y... - No pudo continuar hablando. Mantuvo la mano en el rostro durante unos minutos, mientras se recomponía de todo aquello. Así no podían tener una conversación. No si iba a llorar cada vez que algo le ocurriera. Maldijo a las hormonas, por supuesto.
Tardó un rato en lograr dominar sus sentimientos. Recuperándolos poco a poco, hasta lograr respirar con tranquilidad y hablar sin que la voz se le cortada. Repasó tranquilamente lo que él había dicho sobre no querer perder a otro hijo, mirando el techo una vez más como si fuera a darle respuestas.- Yo no me atrevería, Johan. No podría tomar esa decisión. Pero no soy nada maternal, esto es una mala idea por donde lo mires. Esto es... va a ser... difícil.- Dijo en un susurro, condenándolos a ambos a aceptar un destino incierto.
Más de un mes buscando al maldito hermano Yaroslav y ahora resulta que estaba en el hospital. Le hablé mal a la moneda cuando me llegó el mensaje de Johan, gritando cosas como ¡Johan dimisión! o ¡tu gestión de los renegados nos está llevando a la ruina!. El caso es que me preparé rapidito para ir a ver a Yaros, después de que mi búsqueda no hubiese resultado. Normal, teniendo en cuenta que no sabía ni por dónde buscar y que intentaba que la tortuga lo rastrease. El vodka en cantidades industriales tampoco ayudaba. Lo busqué por la base de los renegados, por los suburbios y nada. Tenía que salir siempre por patas porque aparecían esbirros metálicos.
Planté la manaza en recepción para que me dijesen dónde estaba mi hermano, hablando a voces pero de buen rollo, pues era mi tono habitual. Me dirigí a la habitación que me dijeron, llevando vodka en una mano y a la pequeña tortuga rastreadora de nombre larguísimo en la otra. - ¡HERRRMANO! - abrí pegando un portazo para ir hacia su cama, aunque aún dormía. Estaba bastante flacucho y con vendajes varios, enchufado a cosas que pitaban. - Despierta, he venido a verte. - le eché la tortuga a la cama, cogiendo su mano para que le acariciase el caparazón. - Tu sobrrina también ha venido. ¿Dónde te metías? - me senté en la cama sin delicadeza ninguna, empezando a darle meneos con la mano en el brazo.
"AY. Que no responde."
- ¡ELFO! ¡REANIMACIÓN!
Planté la manaza en recepción para que me dijesen dónde estaba mi hermano, hablando a voces pero de buen rollo, pues era mi tono habitual. Me dirigí a la habitación que me dijeron, llevando vodka en una mano y a la pequeña tortuga rastreadora de nombre larguísimo en la otra. - ¡HERRRMANO! - abrí pegando un portazo para ir hacia su cama, aunque aún dormía. Estaba bastante flacucho y con vendajes varios, enchufado a cosas que pitaban. - Despierta, he venido a verte. - le eché la tortuga a la cama, cogiendo su mano para que le acariciase el caparazón. - Tu sobrrina también ha venido. ¿Dónde te metías? - me senté en la cama sin delicadeza ninguna, empezando a darle meneos con la mano en el brazo.
"AY. Que no responde."
- ¡ELFO! ¡REANIMACIÓN!
Anteia soltó una pequeña risa cuando oyó a Mérida quejarse -Los lácteos no son recomendados cuando tienes mal el estómago. Vi aquí que llevas ya cinco días, contando el de ayer, sin parar de vomitar. Haz una dieta de lácteos durante una semana, te sentirás mejor- Le dijo a la pelirroja con una sonrisita. Negó a eso de comer primero, lo mejor era salir de la revisión. Por su parte la dejaría otro día alli, asegurándose de que comiera bien. Se alegró de que estuviera el padre cerca y miró al moreno sonriéndole con gracia. Se dio cuenta de los vendajes y se anotó mentalmente ver luego que tenía, por si podía inferir en el niño.
Le gustó la química que había entre ellos pero no dijo nada, se sentó a espera r que Mérida volviera a su sitio y cuando lo hizo empezaron las preguntas -¿Entonces sois pareja?- Inquirió, después de la conversación con Victorya se había quedado un poco preocupada. Lo cierto es que estos días estaba teniendo mucho trabajo. Se puso a contar a las embarazadas y se sorprendió. Mucho que ver con la misión de Francia. Ummm… Sonrió para sus adentros pensando en Lyran y en la forma en la que se habían reconciliado hasta que se le sonrojaron las mejillas.
-No, no más fritos, no más comida grasienta ni poco balanceada. Deberás empezar a tener cuidado con la nutrición pero…- Y miró a Kyllian porque en eso también tenía que cuidarse él -Es importante que si sientes que no quieres comer, no lo hagas. Si empiezas de nuevo con estos síntomas, vuelve. Tendremos que tenerte vigilada- Entonces empezó a hacer el eco y miró el mensaje de Kyllian -Claro cariño, acércate- Se rió con eso del sexo, estos muchachos no tenían mucha educación ginecológica lo que le dio la idea de empezar una campaña. Hablaría con Lucio cuando pudiera -No podéis elegir el sexo, se da de manera natural. Igualmente es muy pronto. Ahora no es más grande que…- Miró ambas bandejas pero no encontró nada tan pequeño -Es muy pequeño- Indicó y se concentró en buscarlo. Lo primero que ubicó fue el latido del corazón, Anteia subió el volumen y sonrió mirando a Mérida -¿Lo escuchas? Es muy fuerte- Agregó con esperanza, a diferencia de lo que había oído de Erika y Victorya, este era mucho más potente. Tras eso lo marcó en la ecografía y revisó que todo estuviera bien. Después de eso lo imprimió y se lo dio a Mérida. Miró hacia Kyllian y cogio su mano para ponerla sobre la pelirroja -Está todo bien. Espero que vuestro hijo sea tan feliz como lo sois vosotros. Estaré acompañandolos en todo este camino, cualquier duda pueden preguntarme- Después de responder alguna que otra pregunta más se retiró porque tenía la agenda llena.
Le gustó la química que había entre ellos pero no dijo nada, se sentó a espera r que Mérida volviera a su sitio y cuando lo hizo empezaron las preguntas -¿Entonces sois pareja?- Inquirió, después de la conversación con Victorya se había quedado un poco preocupada. Lo cierto es que estos días estaba teniendo mucho trabajo. Se puso a contar a las embarazadas y se sorprendió. Mucho que ver con la misión de Francia. Ummm… Sonrió para sus adentros pensando en Lyran y en la forma en la que se habían reconciliado hasta que se le sonrojaron las mejillas.
-No, no más fritos, no más comida grasienta ni poco balanceada. Deberás empezar a tener cuidado con la nutrición pero…- Y miró a Kyllian porque en eso también tenía que cuidarse él -Es importante que si sientes que no quieres comer, no lo hagas. Si empiezas de nuevo con estos síntomas, vuelve. Tendremos que tenerte vigilada- Entonces empezó a hacer el eco y miró el mensaje de Kyllian -Claro cariño, acércate- Se rió con eso del sexo, estos muchachos no tenían mucha educación ginecológica lo que le dio la idea de empezar una campaña. Hablaría con Lucio cuando pudiera -No podéis elegir el sexo, se da de manera natural. Igualmente es muy pronto. Ahora no es más grande que…- Miró ambas bandejas pero no encontró nada tan pequeño -Es muy pequeño- Indicó y se concentró en buscarlo. Lo primero que ubicó fue el latido del corazón, Anteia subió el volumen y sonrió mirando a Mérida -¿Lo escuchas? Es muy fuerte- Agregó con esperanza, a diferencia de lo que había oído de Erika y Victorya, este era mucho más potente. Tras eso lo marcó en la ecografía y revisó que todo estuviera bien. Después de eso lo imprimió y se lo dio a Mérida. Miró hacia Kyllian y cogio su mano para ponerla sobre la pelirroja -Está todo bien. Espero que vuestro hijo sea tan feliz como lo sois vosotros. Estaré acompañandolos en todo este camino, cualquier duda pueden preguntarme- Después de responder alguna que otra pregunta más se retiró porque tenía la agenda llena.
Mérida Pyro
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Verlo comerse el yogur hizo que arrugara la nariz con molestia. ¡Encima se burlaba! Pero la información de Anteia era interesante. Con razón hasta la avena le había caído mal. Hizo un leve puchero pensando que no podría comer queso o pan de ajo. Al menos a Kyll se le cambió la cara con la información de sus amigos y ella asintió, sabía lo que eso significaba; porque mucho peor es que estuvieran mal por su culpa. Con ese lúgubre pensamiento se quedó hasta que Kyllian la besó y le abrazó, ella sonrió estrechándolo contra sí antes de escuchar la pregunta de Anteia.
-No, somos amigos- Se rió un poco de la cara de la pobre mujer pero en cuanto empezó a hablar de la dieta que tenía que hacer, Mérida se fue poniendo verde de todo lo que le iban a quitar. Casi, casi, casi estuvo a punto de llorar pensando en la última hamburguesa que había comido. Se sintió bastante acompañada cuando Kyll quiso ver y se quedó mirando la maquinita de Anteia sin entender nada. Los latidos pronto se escucharon y ella sonrió muy poco para luego mirar a Kyllian con un poquito de curiosidad e ilusión por su reacción -Claro..¡Es hijo de guerreros!- Mencionó sonriente la pelirroja, pensando que de pronto le había dado un golpe de emoción -¿Es normal que quiera llorar y después reírme?- Ya de por si sus ánimos eran bastante cambiantes pero en ese pequeño instante quería llorar riéndose. Vio a Anteia asentir y se llevó una mano a la cara soltando sus soniditos de puerquita.
Lo de que fuera niño o niña le daba igual. Miró la eco sin entender nada aunque había unas cruces blancas no sabía lo que significaban. Cogió el papel que le dio Anteia y escuchó sus palabras, que le provocaron demasiada emoción e hizo un puchero. Ella también quería que fuera alegre y feliz. Eso era bonito. Cuando se fue miró a Kyll y le extendió los brazos -Dame un abrazo, un ratito- Le pidió como le había pedido el día anterior cuando se había puesto a llorar.
-No, somos amigos- Se rió un poco de la cara de la pobre mujer pero en cuanto empezó a hablar de la dieta que tenía que hacer, Mérida se fue poniendo verde de todo lo que le iban a quitar. Casi, casi, casi estuvo a punto de llorar pensando en la última hamburguesa que había comido. Se sintió bastante acompañada cuando Kyll quiso ver y se quedó mirando la maquinita de Anteia sin entender nada. Los latidos pronto se escucharon y ella sonrió muy poco para luego mirar a Kyllian con un poquito de curiosidad e ilusión por su reacción -Claro..¡Es hijo de guerreros!- Mencionó sonriente la pelirroja, pensando que de pronto le había dado un golpe de emoción -¿Es normal que quiera llorar y después reírme?- Ya de por si sus ánimos eran bastante cambiantes pero en ese pequeño instante quería llorar riéndose. Vio a Anteia asentir y se llevó una mano a la cara soltando sus soniditos de puerquita.
Lo de que fuera niño o niña le daba igual. Miró la eco sin entender nada aunque había unas cruces blancas no sabía lo que significaban. Cogió el papel que le dio Anteia y escuchó sus palabras, que le provocaron demasiada emoción e hizo un puchero. Ella también quería que fuera alegre y feliz. Eso era bonito. Cuando se fue miró a Kyll y le extendió los brazos -Dame un abrazo, un ratito- Le pidió como le había pedido el día anterior cuando se había puesto a llorar.
Kyllian Evans
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
No me había planteado jamás la relación que teníamos la pelirroja y yo pero la verdad es que estábamos cómodos el uno con el otro y poner etiquetas era una mierda porque al hacerlo se acababan las libertades pero los que se encontraban a nuestro alrededor se empeñaban en decir o preguntar si eramos novios, negué con la cabeza a la pregunta de la rubia y entonces pasamos a la cama de Mérida para que le echaran un vistazo.
Me apuntaba lo de las grasas y la dieta que para eso tenía una libreta y ya de paso le escribía a Mérida "te estaré vigilando pyro!" y entonces hice la tontería esa de mirarla mientras señalaba con los dedos mis ojos y después la apuntaba a ella, pero todo de buen rollo, tenía que cuidarla a ella para que el bebé estuviese bien. Al final la mujer maja me dejó acercarme a ver la cosa esa negra en la que yo no veía absolutamente nada, ni cuando puso las cruces esas, pensaba que nos estaba engañando pero al parecer era muy pequeño, me dio el bajón pero entonces le dio voz al aparatejo de los botones y pude escuchar aquel latido, le presté mucha atención abriendo los ojos como platos para sonreír de oreja a oreja mirando a la pantalla y a Mérida repetidas veces, señalando la pantalla como queriendo decir "está ahí!!"
Me sentí muy orgulloso cuando dijo que era fuerte y al parecer Mérida también, puntualizando que era hijo de guerreros así que marqué biceps para corroborarlo, pero entonces a la pobre le entró la llorera y la maldita casi me hace ponerme emotivo a mi también, se me alcanzaron a cristalizar los ojos pero pude aguantar como un machote.
Dejé que la rubia llevara mi mano hasta la de Mérida y asentí a sus palabras para después escribirle un "gracias" en mi libreta, cuando se marchó Mérida me pidió un abrazo así que primero le cambiaría mi puré por el Yogurt que le había robado, después le di al botoncito de la cama para que estuviera más alta y casi sentada, entonces le di un culazo y me colé en su cama para abrazarla tanto como quisiera y darle un beso en la frente.
Me apuntaba lo de las grasas y la dieta que para eso tenía una libreta y ya de paso le escribía a Mérida "te estaré vigilando pyro!" y entonces hice la tontería esa de mirarla mientras señalaba con los dedos mis ojos y después la apuntaba a ella, pero todo de buen rollo, tenía que cuidarla a ella para que el bebé estuviese bien. Al final la mujer maja me dejó acercarme a ver la cosa esa negra en la que yo no veía absolutamente nada, ni cuando puso las cruces esas, pensaba que nos estaba engañando pero al parecer era muy pequeño, me dio el bajón pero entonces le dio voz al aparatejo de los botones y pude escuchar aquel latido, le presté mucha atención abriendo los ojos como platos para sonreír de oreja a oreja mirando a la pantalla y a Mérida repetidas veces, señalando la pantalla como queriendo decir "está ahí!!"
Me sentí muy orgulloso cuando dijo que era fuerte y al parecer Mérida también, puntualizando que era hijo de guerreros así que marqué biceps para corroborarlo, pero entonces a la pobre le entró la llorera y la maldita casi me hace ponerme emotivo a mi también, se me alcanzaron a cristalizar los ojos pero pude aguantar como un machote.
Dejé que la rubia llevara mi mano hasta la de Mérida y asentí a sus palabras para después escribirle un "gracias" en mi libreta, cuando se marchó Mérida me pidió un abrazo así que primero le cambiaría mi puré por el Yogurt que le había robado, después le di al botoncito de la cama para que estuviera más alta y casi sentada, entonces le di un culazo y me colé en su cama para abrazarla tanto como quisiera y darle un beso en la frente.
Parecía casi increíble que hubiesen logrado mantener el embarazo, tanto Erika como Victorya. A la pelirroja le habían dicho que tenía que hacer reposo, y supuse que sería la misma recomendación en el caso de la morena. - Te han mandado reposo, ¿verdad? es lo que le han pedido a Erika para que no lo pierda. - Thalos tendría que controlarla mucho para que no se moviese, cosa difícil conociendo a mi amiga. Comprendí que lo que no quería que se supiese era que yo era el padre, pero aquello no podía hacerlo. - Es que eso sería mentir...ocultarlo. No quiero pedirte que hagas eso, y tampoco tendría la conciencia tranquila mintiéndole a Jo. - decir la verdad tampoco iría muy bien, lo sabía. Ninguna opción sería la correcta. Aún así no pude evitar pensar por un momento que el hecho de no saber podría evitar el daño un tiempo, pero a la larga sería peor. Todo se acabaría sabiendo.
Empecé a pensar que había dicho algo malo cuando se le humedecieron los ojos y empezó a sollozar silenciosamente, cubriéndose la cara con la mano. Una noticia que debería dar alegría la estaba haciendo llorar, y a mí me estaba agobiando por la encrucijada en la que yo mismo me había puesto. - No digas eso. Lo de dar salida suena a que me tienes atrapado, y no. En todo caso fui yo el que hizo algo que no debía. El que está casado soy yo...tú no tienes la culpa. - la relación con Jo ya estaba mal desde antes de aquel beso, pero aquello lo había precipitado todo. Y luego...acabé dejándome llevar sin pensar en las consecuencias. La dejé serenarse un poco mientras miraba al techo para seguir hablando, nunca la había visto así, ni siquiera la había visto llorar. - Escucha, lo que he dicho no es para que te sientas presionada, ni obligada. Sólo te cuento lo que yo pienso al respecto. Pero la última palabra la tienes tú. Tengo un ejemplo cercano de lo que es pensar que tu padre te ha abandonado, y eso sí que es mala idea. - pensé en Reiv, obviamente. Él lo había pasado mal con aquello, aunque Sirius no tuviese culpa alguna. Su "va a ser difícil" parecía ser su decisión final, aunque todavía no parecía convencida del todo. Me acerqué a ella para darle un abrazo e intentar calmarla, pasando una mano por su espalda.
- Es normal estar así. Ninguno lo esperábamos...ya iremos viendo. Lo mejor será mejor que descanses por ahora. Puedo pedirles algo para dormir, o cualquier otra cosa que necesites si no te sientes bien. -
Empecé a pensar que había dicho algo malo cuando se le humedecieron los ojos y empezó a sollozar silenciosamente, cubriéndose la cara con la mano. Una noticia que debería dar alegría la estaba haciendo llorar, y a mí me estaba agobiando por la encrucijada en la que yo mismo me había puesto. - No digas eso. Lo de dar salida suena a que me tienes atrapado, y no. En todo caso fui yo el que hizo algo que no debía. El que está casado soy yo...tú no tienes la culpa. - la relación con Jo ya estaba mal desde antes de aquel beso, pero aquello lo había precipitado todo. Y luego...acabé dejándome llevar sin pensar en las consecuencias. La dejé serenarse un poco mientras miraba al techo para seguir hablando, nunca la había visto así, ni siquiera la había visto llorar. - Escucha, lo que he dicho no es para que te sientas presionada, ni obligada. Sólo te cuento lo que yo pienso al respecto. Pero la última palabra la tienes tú. Tengo un ejemplo cercano de lo que es pensar que tu padre te ha abandonado, y eso sí que es mala idea. - pensé en Reiv, obviamente. Él lo había pasado mal con aquello, aunque Sirius no tuviese culpa alguna. Su "va a ser difícil" parecía ser su decisión final, aunque todavía no parecía convencida del todo. Me acerqué a ella para darle un abrazo e intentar calmarla, pasando una mano por su espalda.
- Es normal estar así. Ninguno lo esperábamos...ya iremos viendo. Lo mejor será mejor que descanses por ahora. Puedo pedirles algo para dormir, o cualquier otra cosa que necesites si no te sientes bien. -
Aldaron Failon
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Mientras volvía a la zona de las habitaciones para volver a incordiar a Arleen, me fui dando cuenta de algo, de que era subnormal profundo, había perdido un dineral dándole esos preservativos a aquel crío pero lo peor de todo es que ni sabía cómo había pasado. Estaba enfurruñado y cuando llegué a planta pedí los informes de mis pacientes, los tres a los que había operado el día anterior estaban despiertos y en sus habitaciones -voy a hacer una minironda a ver como evolucionan... Y ya cuando termine le echo un vistazo a los de Lucio si no ha llegado- le informé a la enfermera jefe antes de marcharme.
La primera parada era Arleen, seguro que tenía más salseo que darme pero cuando llegué estaba sobada, pasé a la habitación y la habían sedado - me cachis...- por el momento solo me acerqué a ella y le hice una sanación para que sus heridas fueran cerrando mejor y con suerte conseguir que aquella cicatriz que seguramente le iba a quedar no fuera muy fea. La siguiente era Erika pero a ella ya poco podía hacerle yo, lo mejor era derivar el caso por completo a Anteia pues era la más indicada y yo me quitaba trabajo de encima, por último me quedaba la morena pecadora así que toqué la puerta de la habitación para pasar y ahí estaba el marido de Josephine abrazando a la chica mientras ella lloraba... El radar de maruja me empezó a pitar como un loco y no sabía si salir, gritar y volver o simplemente dejar que me explotara un algo por dentro, al final carraspee y pasé a la habitación -Buenos días señor Black, señorita Blanc- madre mía, decir ambos nombres sonaba a chiste -me alegra encontrarle por aquí, me temo que en su sangre se encontraron altos números de leucocitos y por sospecha de una reciente infección no hemos podido darle su sangre a su hermano pero hemos encontrado un donante, así que no se preocupe- miré a ambos con mi ojo de marica mala y no iba a dejar escapar ninguna reacción o movimiento sospechoso, me acerqué a la cama y miré a la morena -vengo a hacerte una analítica para ver como reacciona tu cuerpo al antídoto del veneno y hacerte una curación para las heridas de la operación de ayer- saqué un par de botecitos y la jeringuilla para poder sacarle sangre, como somos magos me acabo de inventar un reactivo en los botecitos de sangre que de forma inmediata me darían el resultado sobre el veneno, todo parecía marchar perfectamente así que me dispuse a darle esa curación rutinaria a la chica.
Cuando acabé estaba por dar información sobre su estado y responder preguntas si es que había pero una voz bruta y que yo conocía bastante bien me hizo sonreír - Ay el ruso! - ese era Thoren, solo él podía llamarme así a grito pelao en mitad del hospital, me hice el digno con los otros dos y puse la excusa de ir a ver que pasaba saliendo de aquella habitación "serenate maricon! Toca probar la táctica de la perra indiferente!" con eso en mente puse mi mejor cara seria y fui hasta el ruso que efectivamente era Thoren -Ya basta señor tolstoi! Esto es un hospital y aquí no se pueden dar esos gritos! Y para su información soy el doctor Failon no" elfo"- me hice el indignado y pase a la habitación para ver al otro ruso, saqué su ficha y entonces hice la conexión que el otro día no pude hacer, esos dos eran hermanos y por eso me sonaba tanto el albino.
Aquel hombre llevaba una buena dosis de sedantes probablemente a causa de las múltiples heridas y la operación pero ya iba tocando despertarlo, cerré el gotero y después le pondrían otro sin la medicación, canalice mi magia de nuevo e hice una sanación para después mirar a Thoren -está sedado, ayer lo operamos y tiene muchas heridas, le voy a cambiar la medicación y en un par de horas despertará -
La primera parada era Arleen, seguro que tenía más salseo que darme pero cuando llegué estaba sobada, pasé a la habitación y la habían sedado - me cachis...- por el momento solo me acerqué a ella y le hice una sanación para que sus heridas fueran cerrando mejor y con suerte conseguir que aquella cicatriz que seguramente le iba a quedar no fuera muy fea. La siguiente era Erika pero a ella ya poco podía hacerle yo, lo mejor era derivar el caso por completo a Anteia pues era la más indicada y yo me quitaba trabajo de encima, por último me quedaba la morena pecadora así que toqué la puerta de la habitación para pasar y ahí estaba el marido de Josephine abrazando a la chica mientras ella lloraba... El radar de maruja me empezó a pitar como un loco y no sabía si salir, gritar y volver o simplemente dejar que me explotara un algo por dentro, al final carraspee y pasé a la habitación -Buenos días señor Black, señorita Blanc- madre mía, decir ambos nombres sonaba a chiste -me alegra encontrarle por aquí, me temo que en su sangre se encontraron altos números de leucocitos y por sospecha de una reciente infección no hemos podido darle su sangre a su hermano pero hemos encontrado un donante, así que no se preocupe- miré a ambos con mi ojo de marica mala y no iba a dejar escapar ninguna reacción o movimiento sospechoso, me acerqué a la cama y miré a la morena -vengo a hacerte una analítica para ver como reacciona tu cuerpo al antídoto del veneno y hacerte una curación para las heridas de la operación de ayer- saqué un par de botecitos y la jeringuilla para poder sacarle sangre, como somos magos me acabo de inventar un reactivo en los botecitos de sangre que de forma inmediata me darían el resultado sobre el veneno, todo parecía marchar perfectamente así que me dispuse a darle esa curación rutinaria a la chica.
Cuando acabé estaba por dar información sobre su estado y responder preguntas si es que había pero una voz bruta y que yo conocía bastante bien me hizo sonreír - Ay el ruso! - ese era Thoren, solo él podía llamarme así a grito pelao en mitad del hospital, me hice el digno con los otros dos y puse la excusa de ir a ver que pasaba saliendo de aquella habitación "serenate maricon! Toca probar la táctica de la perra indiferente!" con eso en mente puse mi mejor cara seria y fui hasta el ruso que efectivamente era Thoren -Ya basta señor tolstoi! Esto es un hospital y aquí no se pueden dar esos gritos! Y para su información soy el doctor Failon no" elfo"- me hice el indignado y pase a la habitación para ver al otro ruso, saqué su ficha y entonces hice la conexión que el otro día no pude hacer, esos dos eran hermanos y por eso me sonaba tanto el albino.
Aquel hombre llevaba una buena dosis de sedantes probablemente a causa de las múltiples heridas y la operación pero ya iba tocando despertarlo, cerré el gotero y después le pondrían otro sin la medicación, canalice mi magia de nuevo e hice una sanación para después mirar a Thoren -está sedado, ayer lo operamos y tiene muchas heridas, le voy a cambiar la medicación y en un par de horas despertará -
Seguí sacudiendo un poco más a Yaroslav, aunque no servía de nada. La tortuga se deprimió y se escondió en su caparazón porque no le hacían ni caso, y yo tuve que beber vodka para no ponerme nervioso pensando que le había pasado algo a mi hermano. Me levanté rápidamente cuando abrieron la puerta, sonriendo al elfo con los brazos abiertos como quien espera a un héroe. - ¡ELFO! - repetí motivado, haciendo un gesto para que se acercara. Ahora venía con cara de estreñido, parecía cabreado, al contrario que el resto de veces. - ¿Qué grritos? esto es un tono de interiorres. A los ingleses apenas se os escucha. - me crucé de brazos un poco indignado por meterse con mi tono, y sin entender que se enfadase por llamarlo elfo. Es lo que era, un elfo. Aún así me esforcé en decir su nombre, no sin antes regruñir un poco. - Doctor Felaion. Lo recordarré. Ahorra currar a mi hermano. - miré interesado la sanación mágica que le hizo, dándole un par de palmaditas fuertes en el hombro como dándole la enhorabuena por su trabajo. Era casi tan bueno como Josephine. - Estás más rancio, perro más listo. Compensa.- la tortuga volvió a asomarse al ver la luz de la magia de sanación, acomodándose para meterse en la cama de Yaros.
- ¿¿Tantas horas sin despertar?? - lo miré decepcionado, apoyándome a los pies de su cama. - ¿Qué le pasó a mi herrmano? ¿Dónde estaba?
- ¿¿Tantas horas sin despertar?? - lo miré decepcionado, apoyándome a los pies de su cama. - ¿Qué le pasó a mi herrmano? ¿Dónde estaba?
Aldaron Failon
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Y allí estaba, mi adonis con necesidad de una lobotomia porque seguro tenía algo en la cabeza que no lo dejaba hilar, me recibió con aquella sonrisa y los brazos abiertos y casi se me derriten las piernas, hasta lo veía brillar, con un filtro rollo atardecer y una canción romanticona de fondo, puta vida miserable la mía que justo voy y elijo ese día para hacerme el digno... Quería llorar pero no me iba a rendir.
Seguí todo serio cuando me dijo lo del tono de interiores, cruzado de brazos sacando musculo y haciéndome babear, estúpido y sensual ruso - pues no he venido precisamente por no escucharte, baja un poco más la voz- el hombre intentó repetir mi nombre y aunque lo había dicho jodidamente mal era tan sexy que hasta me podría cambiar el apellido. No hizo falta que me lo dijera para poder darle una curación a su hermano y él se acercó haciendo contacto físico muy deseado pero habría preferido el abrazo de antes - eh!! De que vas!? Yo siempre he sido listo! Y soy de todo menos rancio! - ya me había salido de mi papel pero de perdidos al río.
Miré a la tortuga y se parecía a la del huevo de hacía más de un año - uy! Hola Irina aplastaneitora~ que grandota estás- gracias a esa tortuga tuve mi momento huevo y al mismo tiempo lo perdí, recordaría su ridículo nombre toda la vida, le habría acariciado la cabecita pero me daba asquete la baba y no quería que me arrancara un dedo.
Procedí a darle el informe a Thoren y parecer mucho más listo - Si y nada de sacudirlo o gritar, tiene que despertar poco a poco y moverlo sería malo para sus heridas... El señor Yaroslav llegó ayer desde Londres con otros pacientes, llegó aquí con numerosas heridas de bala, cortes y desnutrición severa por un periodo prolongado de ayuno y condiciones precarias, debe permanecer aquí un par de días para que podamos darle sanación de asistencia además de llevar un control sobre su estado físico- mi tiempo con el ruso se acabó pues una enfermera entró para decirme que Lucio había llegado y me estaba buscando, me acerqué al ruso y a la mierda mi plan, le di un abrazo y en cuanto lo toque casi se me cae la babilla - para que no digas que soy un rancio, me tengo que ir y deja de dar gritos o te dejo dormido a ti también - salí de la habitación, fangirlee en silencio haciendo movimientos raros y me fui hasta cuidados intensivos
Seguí todo serio cuando me dijo lo del tono de interiores, cruzado de brazos sacando musculo y haciéndome babear, estúpido y sensual ruso - pues no he venido precisamente por no escucharte, baja un poco más la voz- el hombre intentó repetir mi nombre y aunque lo había dicho jodidamente mal era tan sexy que hasta me podría cambiar el apellido. No hizo falta que me lo dijera para poder darle una curación a su hermano y él se acercó haciendo contacto físico muy deseado pero habría preferido el abrazo de antes - eh!! De que vas!? Yo siempre he sido listo! Y soy de todo menos rancio! - ya me había salido de mi papel pero de perdidos al río.
Miré a la tortuga y se parecía a la del huevo de hacía más de un año - uy! Hola Irina aplastaneitora~ que grandota estás- gracias a esa tortuga tuve mi momento huevo y al mismo tiempo lo perdí, recordaría su ridículo nombre toda la vida, le habría acariciado la cabecita pero me daba asquete la baba y no quería que me arrancara un dedo.
Procedí a darle el informe a Thoren y parecer mucho más listo - Si y nada de sacudirlo o gritar, tiene que despertar poco a poco y moverlo sería malo para sus heridas... El señor Yaroslav llegó ayer desde Londres con otros pacientes, llegó aquí con numerosas heridas de bala, cortes y desnutrición severa por un periodo prolongado de ayuno y condiciones precarias, debe permanecer aquí un par de días para que podamos darle sanación de asistencia además de llevar un control sobre su estado físico- mi tiempo con el ruso se acabó pues una enfermera entró para decirme que Lucio había llegado y me estaba buscando, me acerqué al ruso y a la mierda mi plan, le di un abrazo y en cuanto lo toque casi se me cae la babilla - para que no digas que soy un rancio, me tengo que ir y deja de dar gritos o te dejo dormido a ti también - salí de la habitación, fangirlee en silencio haciendo movimientos raros y me fui hasta cuidados intensivos
Contenido patrocinado
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Página 2 de 27. • 1, 2, 3 ... 14 ... 27
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.