Loft de Vishous Royden

- No se hable más, tomaré medidas de inmediato- dije tomando mi brazalete para comunicarle a Mei que necesitaría su ayuda y no solo eso, tal vez a la unidad de psiquiatría del hospital. Con el tema zanjado y con Arleen aparentemente un poco mejor me retiré con el teniente que tenía mucho que decirme.

El moreno levantó una barrera, algo que agradecí para que tanto Sofía como Arleen no nos escucharan. El estado de salud de mi esposa se había visto gravemente afectado no solo por la batalla sino por toda la presión psicológica que aquello había ejercido sobre ella, suspiré bastante preocupado por todo lo que me contaba Vishous y me apoyé de igual forma en un mueble de la cocina mientras meditaba -Por su vigilancia no te preocupes, haré que alguien venga a cuidar de ella día y noche y yo estaré en casa todo el tiempo que me sea posible...- ojalá Lucio estuviera disponible pero también había caído durante la batalla y por el momento era imposible -hay que darle tiempo, todo este asunto de vuestra madre seguramente la ha afectado, en cuanto volvamos a casa tal vez salga de la cama y.. creo que lo de Giordano es un poco culpa mía- me llevé una mano a la nuca recordando algunas cosas que me había dicho y mi respuesta una vez más malinterpretada -Le dije que durante la batalla era más necesaria en el hospital, pero eso es obvio, es una de las mejores sanadoras y aún está aprendiendo a ser tecnomaga, pretender enfrentarte a un enemigo formidable con una habilidad apenas desarrollada es como si lo hicieras con una ramita...- me llevé las manos al rostro y después miré a Vishous -Lo siento pero tu hermana no está preparada para el campo de batalla, aún- mi mirada era intensa y mi determinación fuerte, Arleen no volvería a enfrentar un enemigo sin saber luchar como cualquiera de mis hombres y esperaba que el teniente lo comprendiera.

La conversación estaba casi concluida pero antes de salir de la cocina detuve al anfitrión -Un momento teniente, a mi me gustaría comentarle algo más... supongo que sabe que tengo buena relación con la descendiente de discórides, quiero que sepa que la estimo casi tanto como usted a su hermana y por la declaración de intenciones en la plaza central antes de la misión me veo en posición de advertirle algo, Sofía no está sola, téngalo en cuenta en futuros movimientos- aquello lo había dejado pasar pero ahora que la situación parecía más amable caí en algo, cuando me abrieron la puerta Vishous la esperaba a ella.

Dejé los quesos en la mesa retirando la silla para la morena sentándome después a su lado y por tanto rechazando presidir la mesa, no me parecía correcto y al menos así podría acercarme a mi mujer con mayor comodidad, cuando tomó mi mano para empezar con el interrogatorio la llevé hasta mis labios para besarla -Nada de trabajo en la mesa querida, me encuentro bien, solo un poco agotado pero me recuperaré, ahora me preocupa más tu estado de salud y el de nuestro hijo ¿has hablado ya con algún obstetra?- dije sonriendo mientras llevaba una mano a su vientre

Se sintió pesarosa de tener que involucrar a Mei, pero lo cierto era que pasaba a ser una salida única. No podían permitir que algo de tal magnitud volviera a pasar, especialmente ya que tenía la capacidad de afectar de sobremanera a la familia que Sayid comenzaba a conformar.

Con la risa de Vishous, ella sonrió de lado, con los ojos cerrados, porque aunque quería estar molesta, la verdad era que no podía. Parecía que todos a su alrededor habían cambiado de tono en un abrir y cerrar de ojos, y ella solo podía seguir la corriente. Le hizo un gesto a Vishous para que dejara el tema por la paz, que definitivamente terminaría diciéndole algunas cosas a esa mujer si la veía.

Finalmente, tuvo la oportunidad de tratar de reconfortar a Arleen, que parecía más tranquila ahora con todo el problema resuelto. Supuso que no tenía muchas ganas de hablar por la escueta gratitud que le presentó, así que decidió respetar su deseo. O así lo sintió hasta que, de repente, aquel abrazo la envolvió y las palabras de la chica resonaron contra su oido. Se sorprendió, por supuesto, pero terminó por devolver el abrazo. No sabía si sonreír o agobiarse, pero si se agobiaba iba a hacer que le diera vueltas de nuevo a todo.- Arleen, yo no he hecho nada por tu hermano. Ha salido por sí mismo. Porque ya era su hora de dejar el dolor atrás.- Susurró, aunque aún tenía sus dudas y preocupaciones. Esperaba no haber cerrado un hoyo para entrar a otro. Solo el tiempo se los diría.

La voz de Vishous volviendo de la cocina hizo a Arleen reaccionar y deshicieron el abrazo. Le dedicó una suave sonrisa y le ayudó a levantarse y acercarse a la mesa hasta que Sayid entró en su ayuda. Vio a los tres frente a ella y tuvo que reír, porque ella misma era la más completa del grupo. Aceptó la silla que Vishous le ofrecía y se sentó con gracia, mirándole hacia arriba una vez sentada con una suave sonrisa.

Si bien, en un inicio le pareció adorable la conversación entre Sayid y Arleen, las cosas cambiaron bastante cuando mencionó cosas de bebés. En una situación normal, habría utilizado su copa para beber un poco y ocultar su ligera incomodidad, pero ahora no podía. Pasó entonces a la bandeja de quesos y se llevó un cubo a la boca, desviando la conversación. Menos mal que se le daba de manera exquisita el cambiar de tema.- Es una lástima que este año no podamos disfrutar del Mercado Navideño como antes, ¿no lo crees, Sayid? Estoy segura de que habrían tenido una hermosa fotografía en el abeto.

Vishous miró a Sayid con curiosidad y diversión. Definitivamente, al Descendiente le gustaba llevar su vida personal como a la guardia. Todo controlado, tomando acciones efectivas de inmediato para que nada saliera de su cauce original. No le importó, si eso era lo mejor para su madre y su familia adelante.

En la cocina escuchó lo que él le respondió  y asintió con suavidad, agradeciendo que se preocupara por su hermana -Intentaré visitarla cuanto me sea posible y sé que Fred y Aurora también, ella estaba muy preocupada- Añadió hacia su cuñado, asintiendo conforme a lo de su madre y lo de Giordano le pilló desprevenido, frunció el ceño -¿Por qué?- Inquirió mirándolo antes de escuchar lo que le dijo concordando perfectamente con el resto. Le pareció muy raro que se lo dijera con tanta determinación -¿Acaso crees que me voy a oponer? La que te puede gruñir es Amaya...- Le preguntó con sincera extrañeza -No quería que bajara en primer lugar, pero es terca. Es una cosa de familia…- Le hizo saber, tal vez eso le ahorraría problemas en el futuro -Sin embargo, creo que ahora se lo pensará un poco más. Cuando… Ten tacto cuando se lo menciones, yo soy un poco bruto para esas cosas y encima tiene la manía de llevarme la contraria así que… - Rodó los ojos mientras cogía lo que iba a llevar.

Antes de salir, lo detuvo -Puedes llamarme V- Le dijo cuando le llamó teniente y se llevó las manos a los hombros señalando que carecía de la armadura y los distintivos de su rango. Pero tras oírlo la mirada de Vishous se tornó intensa, como si intentara deducirlo. Era curioso. ¿Sofía también se sentía sola estando rodeada de gente? Conocía las presiones a las que se sometía a ella misma. Se preguntó si Sayid lo sabía. ¿Sofía sabía que contaba con él? Por la forma en la que hablaba sospechaba que no le había dicho lo del embarazo. ¿Sentía Sofía el mismo aprecio por Sayid que él por ella? Vishous asintió y sólo respondió con una frase y una sonrisa clara -Tengo el permiso de ella para cortejarla y por eso está aquí esta noche. Pensé que era buena idea su presencia para Arleen porque tiene facilidad para hacer sonreír a le gente. Creo que os debéis una conversación, cuñado- No agregó nada más y se fue.  

En la mesa fue consciente de que no podía servirle bebidas alcohólicas a Sofía y por sus sospechas infundadas y como Arleen aún no lo sabía, fue muy muy precavido. Aprovechando que Sayid veía a Arleen tuvo la decencia de mover un poco el ramo de gardenias para que cubriera la botella de agua y copa tintada que acababa de transportar de la cocina hacia el lado de la copa de la pelirroja. Sirvió con rapidez mientras el matrimonio estaba enfrascado en ellos. Aunque la pregunta iba hacia Sayid, Vishous sonrió de lado -Nosotros solíamos bajar al London Eye de jóvenes, aunque mis padres eran más de hacer la foto familiar en casa. Pero de jóvenes, antes de que todo explotara, bajábamos todos- Miró a Arleen con una sonrisa -Quizás el próximo año podamos hacerlo de nuevo, todos juntos- No iba a dejar que después de todo lo que habían batallado, la esperanza muriera -¿Tenéis alguna tradición navideña en vuestras familias?... Creo que la navidad en este sentido viene más del cristianismo ¿No? En Grecia, la familia Dioscórides venera a los antiguos dioses? ... ¿Sayid? ¿En vuestra familia celebrais la navidad así?– Inquirió y volvió la vista hacia Sofía antes de beber de su copa, luego la desvió a su cuñado.  La pregunta iba para ambos descendientes aunque él lo que quería saber era la respuesta de la pelirroja, después de eso miró a Arleen y le sonrió pícaramente -Arlequin seguro se crea dos mil tradiciones para su nueva familia-

La respuesta de Sofía no fue lo que esperaba, lo que le hizo fruncir el ceño…Pero había una realidad que ella no podía negar. ¿Vishous atreviéndose a besarla delante de toda la isla? ¿A una Descendiente? ¿Y Sofía pretendía que ella le creyera cuando la verdadera faceta de su madre había salido a relucir? Se alejó brevemente para mirarla a los ojos deseando que pudiera comprender todo aquello que no podía poner en palabras porque no las encontraba, pero de pronto dio con ellas -Si hubiese sido él, habría salido hace mucho tiempo- Pero no agregó nada más, si no quería las gracias, que se quedaran allí y si no había sido ella, buscaría a la persona concreta cuando V estuviera dispuesto a hablar.

Se sentó y miró todo, en especial las gardenias, sonriendo cuando el aroma le llegó a la nariz. Cerró los ojos disfrutando de ese momento antes de hacerle aquellas preguntas a Sayid, escuchando lo que le decía con aquel gesto tan propio de él -No es trabajo si es preocupación por mi esposo- Le devolvió la jugada con una mirada, quizás, más despierta que antes; quizás, dejándole en claro que aún poseía un poco de su espíritu para aquellas batallas dialécticas que les eran tan propias y que Arleen había aprendido a extrañar.

Acarició su mano en su vientre y la luz que había en sus ojos se disipó, su rostro se convirtió en una máscara de preocupación y, también, desesperación mientras tragaba en seco -Sí, Anteia ha estado monitoreándome. Dijo que he mejorado y según las analíticas…Sigue…- Le costó continuar con la frase y apretó la mano de Sayid -Sigue allí, pero me ha dicho que durante estos tres meses no haga ningún tipo de esfuerzo físico…He… - Guardó un momento de silencio  y levantó la mirada con un gesto tenso. Le estaba costando familiarizarse con su decisión ante el silencio de Da Vinci -He renunciado a mi plaza de aprendiz con Giordano y he solicitado una baja especial en el hospital. Atenderé sólo un caso porque lo considero necesario, pero me apoyaré con el departamento de psicología y fisioterapia. El Sr. Draven…Lo trajisteis de China Town, cuando nos pidieron bajar, fue el que subieron en el autómata de Giordano- Explicó y entonces, finalmente, desvió la mirada a Sofía y Vishous cuando los temas pasaron de aquellos que la hundían en la oscuridad a algo más tranquilo.

Una sonrisa lenta se dibujó en sus labios ante la imagen del London Eye -¿Crees que esté reconstruido? Deseo que Mia, Adrien y Nicolas puedan conocerlo. Sé que les encantará…Y si llevamos a los hijos de Amaya, será una experiencia inolvidable-  Después de eso vino la pregunta sobre las tradiciones y fue consciente de que V había preguntado algo interesante, desvió la vista hacia Sayid cuando el tema de las tradiciones pero en cuanto la llamó por aquel apodo cogió una aceituna y se la tiró a la cara. La atrapó, como era de esperarse -No me llames así, Vishous Royden- Ladró, molesta y volvió la vista hacia Sofia poniendo los ojos en blanco -Métele un pedazo de pan en la bocota esa- Le pidió cuando V ladró una risa profunda, ronca y genuina y Arleen con una leve indignación se giró hacia Sayid. Se guardó el comentario de que, en efecto, tenía muchas cosas pensadas pero debía adaptarse a Sayid -¿Celebráis algo especial en estas fechas, Sayid?- Preguntó inclinándose un poco para comer algo de jamón cocido que era de las pocas cosas en las bandejas que realmente podía comer.

-Sois bienvenidos en casa cuando queráis, por eso no te preocupes- Dije a mi cuñado cuando expresó su deseo de visitar a su hermana algo que su madre tendría más restringido. Cuando el tema de Giordano salió a la luz pude ver en un primer momento lo que yo pensaba era preocupación en Vishous pero a medida que fui hablando pareció entenderme y para mi sorpresa estaba de acuerdo conmigo -Si, ya he podido comprobar por mi mismo su cabezonería pero hay momentos en los que nos podemos permitir el lujo de serlo y otros en los que no, insistir en ir al campo de batalla a lo que es una muerte casi segura no me parece una buena ocasión para ser testarudo, la general tendrá que entenderlo, ni siquiera nuestros hombres van a una lucha sin adiestramiento- parecía que nunca nos pondríamos de acuerdo en algo y al final la seguridad de Arleen nos había dado el punto medio a ambos, asentí cuando me pidió que tuviera tacto con ella y le dije mis planes -Volverá a tomar las clases y le propondré que entrene conmigo, pero de momento que descanse, ya tendrá tiempo de pensar en todo eso-

Una vez zanjado el tema de Arleen seguía hablar de otra de las mujeres de mi vida, mi mejor amiga y el cortejo que se llevaban entre manos mi cuñado y ella. El moreno sonrió y me explicó sus intenciones -Es una mujer muy especial, valdrá la pena ganarse su corazón, pero te estaré vigilando Vishous- dije finalmente con una sonrisa dándole una palmada en el hombro antes de ir hacia la mesa para por fin dar inicio a la cena.

Al unirnos a la conversación Arleen me asaltó con preguntas sobre mi estado de salud, intenté que no se preocupara pero ella fue directa con un comentario sagaz -Jaque querida- respondí mientras me reía para después comentarle lo que me habían dicho en el hospital -mucho reposo y nada de esfuerzo físico pesado por una semana si quiero apuntarme a la siguiente misión, pero creo que con un par de curaciones más y buena comida estaré como nuevo- ahora que eso quedaba claro era mi turno de preguntar por nuestro futuro, pasé la mano por el vientre de la morena pero su mirada volvió a apagarse mientras me contaba lo que le habían dicho los médicos, pasé mi brazo por encima de sus hombros para atraerla hacia mi y besar su cabeza antes de pedir que me mirara con la otra mano que posé en su barbilla -Si el pequeño está bien y su madre también entonces no hay problema, me parece bien que te hayas tomado una baja en el hospital pero deberías pensarte mejor lo de Giordano, tal vez dejarlo sea demasiado drástico... piénsalo y si decides que quieres regresar hablaremos los dos con él, además, la abuela tiene un buen alijo de café Árabe que podemos usar de soborno-

El tema de conversación pasó a las tradiciones navideñas y lo cierto es que para mi no era realmente significativo pero para el resto si. Escuché atento las historias de Vishous y Arleen hasta que me preguntaron por mis propias tradiciones -No tengo tradiciones navideñas más allá de los compromisos con el consejo o los amigos, así que podemos crear todas las que Arlequin desee- dije repitiendo el mote de mi esposa porque ya lo había escuchado un par de veces pero no encontraba la relación más allá de un juego de palabras por lo que decidí preguntar -¿alguna anécdota divertida detrás del nombre?-

A pesar de que había tratado de ser cortés durante el abrazo y el encuentro con Arleen, sus palabras le hicieron tensarse un poco. Las sintió duras y sintió que, quizás, sus palabras habrían salido de contexto. Por no hacer su angustia más grande, terminó por dejar que Arleen se levantara y se dirigió tras de ella a la mesa.

Una vez sentados, tuvo que agradecer los movimientos que Vishous realizó para mantener las apariencias, y aunque le miró con gratitud, sintió un punto de culpabilidad por hacerle dar tantos rodeos para ocultar algo cuando podrían estar todos más cómodos diciendo la verdad. Ella misma se sentía extraña de no estar compartiendo su noticia con Sayid, que justo estaba tan al pendiente del proceso de su propio hijo, pero... pero no tenía idea de como hacer encajar a Vishous en todo. Dar aquella noticia inmediatamente llevaría a asociarles en una relación y no estaba en condiciones de explicar que se estaban tomando su tiempo a pesar de ya tener un bebé en camino. Y, además, se sentía tan frágil que no podía con ese tipo de presión aún. Tomar decisiones nunca le había resultado difícil hasta que llegó el moreno a su vida; a desestabilizarla y ponerla boca arriba.

Se distrajo de sus malos pensamientos con los recuerdos del London Eye de los Royden, rememorando que ya había antes mencionado el lugar en alguna conversación. Tendría que verlo por si misma. Acabó soltando una risa a lo de meterle un pedazo de pan a la boca a Vishous, considerándolo mientras giraba la cabeza para mirar al moreno.

Con una pregunta tan directa, tuvo que beber un poco de su copa y pensar en el pasado.- Pues en Grecia las tradiciones son muy similares a estas. Solo el árbol de navidad no es muy usual. En la isla decoramos... un barco.- Soltó una risa suave, pues sabía bien que aquello podía sonar extraño.- El mar es muy importante en Grecia. Por la familia de mi madre la tradición es más celta. Más apegada al bosque, a los elementos. Oh, y traje mi propia versión de algunos dulces típicos que espero y les gusten. Son bastante importantes en la tradición.

-Lo hará- Indicó sobre Amaya y luego miró por encima del hombro a su prima -Pero quizás no comprendas aún la relación que tienen…Tenemos. Arleen siempre ha sido la más pequeña y… La hemos consentido en demasiadas cosas. Está acostumbrada a salirse con la suya. Y cuando no lo hace…- Sonrió de lado y observó a su cuñado escuchó a su cuñado arqueó suavemente las cejas. “Tomará las clases si le da la puta gana, pero ya lo descubrirás tú”. Se preguntó si realmente esos dos se habían peleado alguna vez. Sofía le había dicho que tenían “personalidades…compatibles”. Vishous se cagaba en la compatibilidad y se preguntó si no sería más bien una mala manera de complacer al otro porque …era lo que “debían”.

-Soy difícil de vigilar- Le advirtió con una sonrisa divertida y, quizás, algo lobuna en el rostro pero no hizo ningún otro movimiento más. Escuchó el intercambio entre ellos y miró a Arleen, su rostro, cuando escuchó aquel “jaque”. Frunció el ceño. Qué… gesto…más raro en la cara de su hermana. Eso era…¿lo que él creía que era? Parpadeó sorprendido aunque luego intentó aparentar normalidad -¿Es la misión de año nuevo?- Inquirió hacia Sayid y tuvo la delicadeza de esperar un poco antes de servir un plato para Sofía y, con la excusa de ponérselo delante, la miró a los ojos intercambiando una mirada silenciosa. “¿Querrás que vaya  o que me quede? Me lo pregunto…aunque sé la respuesta”. Eso quería preguntarle, pero desvió los ojos antes de saber su respuesta. Estaba silenciosa. Recordó su conversación y no necesitó de ella para saber lo que tenía que hacer -Yo esta vez me quedaré arriba. Amaya está convaleciente. Tenemos trabajo por delante en la Guardia y un juicio pendiente- No sintió ningún remordimiento al decir aquellas palabras.

Se cogió un poco de pan y algo de charcutería  y fue comiendo mientras escuchaba el intercambio de palabras entre Sayid y Arleen. “Ahora se lo sugieres, pero antes dijiste específicamente que volvería a tomar las clases. Eres un gran estratega, me preguntó qué pasa cuando algo se sale de control”. Miró a su hermana con curiosidad por su reacción pero decidió que no era asunto suyo y cogió su copa de vino para beberla -Espero que sí, se supone que SAM ha hecho maravillas allí abajo- Le dijo a su hermana y después rió claramente cuando se enojó, la respuesta había sido tan familiar como había esperado porque necesitaba eso de ella. Aquella flama poco común en ella pero que se encendía esporádicamente si sabías donde tocar -Así que un barco…- Anotó eso mentalmente -¿Os apetece un proyecto navideño ajeno? Podemos volvernos griegos por un mes- Sonrió abiertamente y luego miró a Sayid cuando se aprovechó de su propio apodo y miró a Arleen riéndose abiertamente, una risa ronca y baja, llevándose una mano al pecho pero no para contenerse sino para disfrutar de su propia carcajada -Mamá la disfrazó de pequeña de Arlequin… Arleen…Arlequín, pegadiso. Pasó más tiempo tratando de desvestirse que comiendo dulces en Halloween. Lo odia….Lo odias…¿A que sí, hermanita? Sobretodo porque no puede ponernos apodos a nosotros-

Fue un momento glorioso para Arleen. La  morena levantó suavemente la barbilla y en sus ojos brilló la victoria, como una ola de orgullo que atravesó su columna. Aquella palabra había hecho que se derramara por todo su cuerpo el cálido manto de la razón, la certeza de que había elegido las palabras correctas para ganar. La comisura de sus labios se levantó apenas un poco en una sonrisa contenida, aunque deseaba ampliarla y arrugar la nariz, quizás hacerle una mueca de superioridad pero no podía permitirse eso. No ahora. Escuchó lo que dijo y en cuanto mencionó la misión toda aquella luz en sus ojos se convirtió en niebla, apartó la mirada hacia la comida y se concentró en estirar el brazo y coger algo de jamón cocido. El queso estaba segura de que Vishous había elegido lo que le había pedido, porque había estado preguntándole incesantemente sobre la alimentación de una embarazada. Pasó por alto, tan concentrada como estaba en evadir sus recuerdos, que el plato de Sofía era casi exacto al de ella.

No podía decirle que no bajara, como tampoco podía decirle a la tensión de sus hombros que se fuera. Su silencio se convirtió en la prisión de todos los miedos que le corroían y nada mejoró cuando tuvo que hablar de su estado. Se dejó atraer hacia él y aunque se sintió más tranquila, en el fondo la inquietud seguía haciendo de las suyas. Alzó suavemente la mirada hacia él -No tienes ni idea de lo que ocurre en el taller de Giordano- Dijo con una leve sonrisa en los labios, muy leve; porque a fin de cuentas trabajar con el tecnomago podría ser mucho más peligroso que un par de consultas externas en el hospital. Aunque más recreativo…más divertido. No se dio cuenta del tono de advertencia y diversión que utilizó al hablarle.

Suspiró un poco y, sinceramente, no se alejó de sus brazos pero dirigió la vista a la comida y empezó a mordisquear poco a poco jamón para oír a Vishous sobre el London Eye. Por un momento, se distrajo  y su mente voló fuera de allí -O podríamos construir el nuestro- Mencionó vagamente antes de ver a Sofía hablar de Grecia. A veces olvidaba la cantidad de culturas que convergían en la isla -Deseo poder conocer las islas griegas y los antiguos templos a los dioses griegos- Suspiró, ilusionada, antes de escuchar lo del proyecto y finalmente el insultante rebate de su esposo.

Arleen se incorporó, alejándose de su abrazo para mirarlo a los ojos con suma sorpresa e indignación. No sabía cómo reaccionar porque no se lo esperaba de él. Lo miró a los ojos, con sentimientos encontrados, y de pronto simplemente reaccionó y le tapó la boca con las manos -Tú no…tú puedes llamarme cariño, querida, mi amor, lo que quieras pero no así…- Frunció el ceño, preocupada y después lanzó una mirada envenenada a Vishous por reírse de esa forma y encima empezar a soltar la anécdota, Arleen cambió las manos de la boca a los oídos de Sayid como si pudiera opacar la voz de Vishous pero sabía que no podía -Odiaba ese disfraz- Lo dijo con profunda rabia y después miró a su hermano -¡Eres un cruel….BICHO!- Le espetó arrugando la nariz con molestia -Hablemos de otra cosa… Maleducado- Le sacó la lengua en un gesto infantil antes de soltar a Sayid y se giró a Sofía -El pan…tendrías que haberle metido el pan- Le murmuró antes de dedicar una mirada indignada de refilón a su hermano -¿Qué tipo de barco decorabais?

Un patronus con forma de hámster gigante llega al loft de Vishous para llevar un mensaje con la voz de una borracha Chloe. El brillante hámster llega a la mesa en la que están cenando, de modo que TODOS pueden escuchar el mensaje.

PATRONUS CHLOE escribió:¡Feliz Navidad, Vishous! espero que ya estés bien del todo. Oyeee, quería preguntarte si quieres que quedemos mañana para follar un rato, que hace mucho que no quedamos. Ya vi que tenías noviedad o algo con Sofi, pero a mi me da igual porque ya te dije que creo en el amor libre, y que vaya coñazo reducirte a una sola persona. Si no quieres que quedemos me lo dices sin problema, y así me da tiempo de buscar a otro que me pueda tirar. La verdad es que al marido de tu hermana le habría dado un buen meneo si no se hubiese casado, espero que Arleen le esté dando buena fiesta. Pero creo que tu culo está mejor. Sí, más agarrable. ¿Sabes qué culo está también imponente? el de Yaroslav, pero ese es misión imposible. Me pregunto si los de los Pendragon tendrán escamitas...
Bueno, me despido ya. ¡No te olvides de contestarme para que pueda hacer mis planes! besooos de Chloe, es decir, YO.

Concluí la conversación con mi cuñado, ya sabía que Arleen era terca pero no conocía las consecuencias de negarle lo que quería o eso pensaba yo, aún así la información me serviría de ayuda, no dije nada a su provocación sobre vigilarlo, eso ya se vería en otro momento porque ahora tocaba disfrutar de la cena. Una vez en la mesa hablé con Arleen sobre mi estado físico y mi deseo de bajar a la misión, Vishous me preguntó si era la de año nuevo así que asentí  -He estado demasiado tiempo fuera de combate y hay que prepararlo todo, no tenemos mucho tiempo y si queremos conservar la paz es lo que hay- Me percaté en la reacción de Arleen y la abracé, no era momento para discutir esas cosas en la mesa pero sintiéndolo mucho debía aceptar que una vez más bajaría a tierra para enfrentarme a la máquina. Sobre Giordano y las clases Arleen parecía conocer mucho sobre mi compañero descendiente -Solo sé que Giordano es fanático de quemarse las cejas, supongo que será peligroso, pero no hablo de retomar las clases en seguida, cuando te encuentres mejor-

Intenté desviar el tema gracias a Vishous con eso del juicio, hacía mucho que no se celebraba uno de tal magnitud, generalmente eran trivialidades pero eso envolvía a varias personas -El juicio de la Feral, lo recuerdo, Amaya me pidió algo sobre el caso además de Anteia, creo que hay que acelerarlo, mejor dejar zanjado ese tema antes de la misión- dije mientras tomaba alguna que otra cosa de la mesa para llevarmela ala boca, Arleen tomaba poca cosa también y supuse que era por su estado, lo que no me pasó por alto fueron las atenciones de Vishous a Sofía y el vino que la verdad, parecía un poco aguado.

El tema rápidamente derivó a las costumbres navideñas, yo por mi parte no tenía ninguna pero me gustaba escuchar las anécdotas de mi mujer además de la tradición de Sofía, muy curiosa la verdad -Cuando todo esto pase podremos viajar - afirmé, quería creer que podríamos porque me habría gustado volver a la casa de mi infancia. Entre risas y conversación banal pisé una mina al llamar a mi esposa con el apodo que usaba su hermano con ella, él empezó a reírse pero ella parecía molesta , quise disculparme pero de inmediato Vishous nos contó el origen de su apodo entre carcajadas, miré a la morena que de inmediato me tapó la boca con las manos y no pude evitar reírme yo también por lo gracioso de la situación, bajé sus manos con una sonrisa hasta que ella decidió cubrir mis oídos pero podía escucharlo todo -Lo siento querida, no lo sabía, pero estarías encantadora con ese disfraz o cualquier otro, como siempre- volví a pedir un beso pero esta vez uno en los labios como disculpa por aquello para después volver a los barcos.

Los aperitivos me estaban dejando seco y a punto estaba de pedir un poco de vino para beber cuando un patronus hizo acto de presencia plantándose en la mesa con un mensaje nada oportuno, la voz era de Chloe pero sonaba un poco ebria, tirando a demasiado y pedía la presencia se mi cuñado para ciertos menesteres, mi mirada pasó de Sofía a Arleen esperando por la reacción de ambas hasta que yo mismo fui mencionado en aquel mensaje mirando a la morena con eso de la fiesta viendo como le subían los colores, carraspeando para ocultar la incomodidad a la vez que las ganas de reírme .

Las conversaciones de la mesa eran tan variadas que le resultaba complejo el mantenerse en línea con todas, sobre todo cuando quería evitarse algunas, como las cuestiones de bebés. Sin embargo, algo sí que le sorprendió del moreno, y fue que este quisiera quedarse para la siguiente misión. Había quedado herido de gravedad, pero la medicina mágica hacía milagros, ya tendría que haberse recuperado. Alcanzó entonces a captar la mirada de él tan intensa a lado de ella cuando colocó el plato delante. Entendió todo, pero la excusa de tener papeleo por delante le parecía poca cosa comparada con lo que se cernía sobre todos. Si no lograban detener a S.A.M. de poco habría servido que se quedara. Supo al instante que, si lo hacía, era por ella y por lo que se habían dicho en su momento, y aunque lo entendió y le agradeció internamente por ello, también se sentía desolada por no saber qué correspondía. Bebió de su copa mientras Sayid respondía para no tener que ser ella quien seguía con el tema de la guerra, que en realidad solo le servía para sentirse ansiosa.

A pesar de todo, pudo relajarse un momento cuando comenzaron a hablar de las tradiciones. Soltó una risilla a lo de volverse griegos por un mes, sintiéndose dichosa de tener personas alrededor que parecían dispuestas a compartir sus tradiciones como propias. Asintió suavemente y dejó una sonrisa leve para el moreno en el aire.

Aunque no tenía mucho que decir, tuvo a bien sonreír por la parte del apodo. A decir verdad, era una cosa adorable, pero entendía el por qué no le gustaba. Le lanzó una mirada a Arleen, disculpándose por aquell mientras reía junto al grupo. Todo iba miel sobre hojuelas, todo parecía estar bien, hasta que un pequeño patronus que no reconocía, se subió a la mesa. De haber sido un animal de verdad, le habría achuchado. Eso, hasta que la voz extraña de Chloe se extendió por la habitación, dejando una horrible sensación desde el momento en que dijo la primera frase. Trató de no ahogarse y de ocultar la sorpresa y el dolor que sintió al escuchar aquello. Dejó que el mensaje corriera, y que el silencio se extendiera cuando por fin terminó. Ella miraba las gardenias. En algún momento del mensaje, había puesto los codos en la mesa, entrelazado las manos y colocado la mejilla sobre estas, por lo que cuando este acabó, solo levantó la mirada hacia Sayid, sonriendo levemente al verle ligeramente divertido con el mensaje. Ella, por el contrario, llevaba en el pecho una decepción horrenda.

Valoró durante unos momentos si lo mejor era irse de aquel lugar, pero aquello les confirmaría que estaban juntos, o que lo estuvieron. Tenía que aparentar mejor que eso si quería dejar su orgullo intacto a largo plazo. Finalmente, cuando vio que la cosa se alargaba demasiado, decidió hacer lo que mejor hacía. Desviar.

Ahora entiendo lo de "piso de soltero".- Bromeó la pelirroja, tratando de pasar un poco el trago amargo, mirando directamente a Arleen, con una sonrisa.- Entre los disgustos por el apodo y los constantes mensajes que deben llegarle a tu hermano, seguro que este es un mal lugar para criar un bebé. Que bueno que el malentendido entre ustedes acabó.- Mantuvo la sonrisa lo más que pudo, aunque se podía notar su incomodidad, pero supuso que sería algo normal después de semejante noticia.- Sayid no dejó de enviarte detalles mientras estaba hospitalizado, la casa debe oler demasiado a gardenias.- Y con eso, cambió el tema. Esperaba que lo dejaran estar, porque el dolor y la decepción que llevaba dentro ya eran muy difíciles de ocultar y estaba haciendo uso de todo su empeño para mantener una sonrisa pequeña. Agradecía al cielo no haber dicho nada a Sayid ni Arleen sobre el embarazo, pues aquello significaba demasiado.

-Con todo lo que pueda ayudar lo haré. El 26 tendrás un informe del estado de la guardia. Perdimos a muchos pero creo que todavía somos fuertes. Estoy seguro de que Fred decidirá bajar esta vez. Amaya y yo nos quedaremos aquí, aunque la cabezonería Royden intente llevársela- Cuando dijo aquello miró a Sayid con suficiente información en sus ojos para que entendiera por donde venía. La conversación entre Sayid y Arleen sobre Giordano le daba igual a esta altura pero notaba que Sofía estaba incómoda y volvió la vista hacia ella, interrogándola con la mirada. Bajo la mesa apoyó una mano en su rodilla, apretándola lentamente, esperando que lo que sea que estaba carcomiéndola por dentro se deshiciera.

Volvió la vista hacia el Descendiente cuando habló sobre el juicio, asintiendo con suavidad -Exactamente. Volvió a ser recluida en su habitación después de la operación que le hicieron en el hospital, solicitada por ella. Me encargaré de eso también, no te preocupes- Pero entonces algo pasó por su mente, un atisbo de futuro quizás -Sayid…Pero si todo vuelve a estar en orden en tierra. Y ella pertenece a la Brigada ¿Qué potestad tenemos nosotros para mantenerla aquí? Es decir… Siempre hemos regido sobre la isla pero nunca más allá. De nada sirve una sentencia si se va…- Analizó, frunciendo levemente el ceño. Cogió su copa y bebió, poco después decidió meter comida en la boca.

Lo de las islas Griegas e incluso la construcción de un London Eye en la isla hicieron que Vishous le sonriera cálidamente a Sayid -No importa cuántos años estuvo la guerra ni cuánto llegó a quitarte, sigues soñando como una niña- Le dijo y no con un tono de reproche, sino más bien de admiración hacia su hermana. ¿Cómo había sido posible? ¿Cómo lo lograba? Estaba pensando en ello cuando el patronus de Chloe llegó. Escuchó la voz de la joven y luego el contenido dejando caer los párpados y apartando la mano que había dejado olvidada en la rodilla de Sofía para masajearse la sien.  El patronus desapareció y Sofía, como buena Descendiente, cambió el tema pero Vishous no lo iba a dejar pasar porque en efecto eso es lo que ella le había echado en cara cuando le dio la noticia.

Con un solo brazo y casi sin aparente esfuerzo, giró la silla de Sofía para que quedara frente a él. Él también se giró y la miró a los ojos mientras invocaba su patronus, un halcón por supuesto, idéntico a Onyx -Chloe, aunque agradezco la oferta debo declinarla. No tengo ningún noviazgo con la Descendiente Sofía, estoy cortejándola, y si algún día soy digno de ella quizás…Quizás pueda ser mi novia. Te dije que no creo en el amor libre como tú lo planteas, pero creo en el amor porque lo he vivido aunque no fui lo suficientemente valiente para buscarlo hasta hace unos meses.  Estoy saliendo de mi zona de confort, como me sugeriste en la boda de mi hermana, así que por el momento mi atención está dedicada a conquistar el corazón de oro de una gran mujer…en cuanto a lo de mi cuñado, mañana te enviaré el resumen de quienes estaban en la cena cuando llegó tu patronus para acentuar un poco tu resaca...Y esta vez soy yo el que te devuelve el consejo: Conquistar una persona es sólo misión imposible si no lo intentas- Estaba nervioso y tenía el corazón y el estómago en un puño pero no apartó la mirada de Sofía -Creo que Lucien y Adrián no están de guardia mañana, si es que tienes demasiado miedo de hablarle a Yaroslav...Feliz Navidad- Inspiró profundamente y cerró los ojos, el patronus ascendió, dio una vuelta sobre la mesa y se fue.

Finalmente, se enderezó y acomodó la silla de Sofía. Se bebió toda la copa de vino y preguntó a Sayid si quería, y si no quería, igual le sirvió -Voy por la comida- Dijo en tono más seco y sin mirar a nadie.  Se incorporó, incómodo e inseguro por supuesto, hacia la cocina para emplatar el cordero con todo lo demás que había preparado. Necesitaba tener las manos ocupadas. Aunque estuviera borracha, Chloe sabía perfectamente que Arleen estaba quedándose con él. Hablaría con ella, en persona, para explicarle que su visión de amor libre no era la única que existía en el mundo. Empezó a hacer lo que decía aunque su mal humor iba en crecimiento.

Cuando recibió el abrazo de Sayid supo instantáneamente que lo había notado, bajó la mirada y susurró -Lo sé, está bien, no te preocupes- Ella lo entendía, lo entendía perfectamente. Era su deber, su misión y tanto sus hermanos como él habían sido entrenados para ello. Es sólo que todo era…demasiado reciente y no podía evitar preocuparse por él. Cuando la conversación giró en torno a Giordano negó suavemente con la cabeza -No lo supongas, es peligroso. Durante las primeras clases sólo me dediqué a mejorar la protección de la ropa a usar para la prueba de experimentos. Ni siquiera tenía gafas. Normal que se queme las cejas, me pregunto cómo sigue con los ojos sanos- Murmuró con el ceño fruncido, realmente sorprendida de que no hubiese perdido la visión. Pero el tema murió allí. Prefería no pensar en volver a sus clases por un tiempo, no con tan poca capacidad de reacción y creatividad.

Cuando el tema pasó a lo de la feral, se dedicó a comer aunque la pregunta de Vishous hizo que alzara la vista hacia él -¿La isla volverá a ser nuestra? ¿levantaremos los escudos y las guardas de nuevo? ¿o permaneceremos abiertos?- Inquirió, un poco curiosa. Esta vez su pregunta no fue hacia Sayid sino hacia Sofía. Sayid le hablaría de reglas quizás, Sofía lo haría desde el corazón. O eso pensaba ella. La promesa de Sayid de viajar hizo que le sonriera asintiendo con suavidad aunque lo que la descolocó fue el comentario de V -Si los humanos pretendían quitarme la esperanza y mis sueños, estaban muy equivocados- Dijo, con firmeza.

Lo del disfraz y la risa de Sayid hizo que se mordiera el labio para no reírse ella, aunque le devolvió  el beso-¡No lo sabes! Y no dejaré que veas las fotos. Quemaré ese álbum- Murmuró más para sí misma que para los demás. Todo iba viento en popa hasta el patronus. Reconoció la voz de Chloe y por supuesto el alcohol pero todo lo demás la pilló desprevenida. Sobretodo, que hablara de Sayid. ¿Con qué potestad hablaba de SU ESPOSO Y SU VIDA SEXUAL ASÍ? La piel blanquecina de Arleen ardió en un sonrojo feroz que se le extendió hasta las orejas y le bajó hasta el cuello. Boqueó, como pez fuera del agua, con la indignación cada vez más fuerte. -Pero qué sabe ella de tu…Pero…- Miró a Sayid con una expresión de sorpresa y profunda irritación por lo que había oído -Eso no…- Las palabras no le salían y sentía que pronto le iba a salir humo de las orejas pero entonces Sofía habló y Arleen la miró, aún enojada -Pues si le llegó alguno debió haberlo escondido bien porque nunca en la vida me he sentido más indignada y ofendida que en este mismo instante- Soltó, colérica. Lo de las gardenias le costó un poco procesarlo, parpadeó frunciendo el ceño y después miró a Sayid. Aún se encontraba sonrojada y molesta, pero no con él. Cerró los ojos tratando de controlarse y de sólo pensar en el millón de gardenias que habría en casa esperandola sonrió, abrió los ojos y le miró...e iba a decir algo cuando Vishous movió al silla de Sofía.

Arleen movió la mano hacia la de Sayid, tensando un poco los labios y oyó todo lo que dijo su hermano. La morena no paró de apretar cada vez con más fuerza a su marido porque sabía, leía en el rostro de su hermano, lo mucho que le estaba costando. Había estado tan indignada que no fue siquiera consciente de lo que podría afectarle a él... o a Sofía. Para que esta última le dijera, en sus narices, que no había tenido nada que ver. Cuando se retiró, le miró ir a la cocina y tensó los labios aún más. Intercambió una mirada con Sayid como pidiéndole permiso y luego no se animó a ver a Sofía, sinceramente, no le apetecía. No…Simplemente le daba terror que esta vez el corazón de su hermano estuviera en sus manos. Cogió un par de bandejas para dejar libre la mesa y se incorporó con cuidado -Permiso- Murmuró y aunque no se sintiera del todo bien se fue hacia la cocina para ir a ayudar a V, lo vio empezando a emplatar y decidió ayudarlo en silencio porque sabía que en cualquier momento explotaría. Se lo chivó la mano que empezaba a brillar -No tienes que avergonzarte de tu vida anterior- Le dijo deslizando su mano por el brazo que llevaba tatuado, intentando que fuera consciente de la luz que emitía. Lo controlaría para no hacerle daño. Buscó su mirada y le sonrió afablemente -No tienes que mostrarte digno para nadie, V. Eres digno. ¿Qué pasa si muchas mujeres pasaron por tu cama? Eras un hombre soltero y libre, podías hacer con tu vida lo que mejor te pareciera. Nunca mezclaste trabajo con eso…Tienes una carrera estupenda, arriesgaste tu vida en la misión. Tus preferencias sexuales no te definen como persona- La mirada cruda de su hermano no le gustó y ella tensó los labios, apretó levemente el antebrazo -No estoy tratando de protegerte, sólo quiero que sepas que, como hace años, pase lo que pase, estaré a tu lado- Murmuró y se inclinó para dejarle un beso en la mejilla. Tras eso cogió la bandeja de verduras al horno y se la llevó levitando a la mesa, colocándola con mucho cuidado y luego sentándose junto a Sayid. Se inclinó un poco hacia él -¿Sabes si algún descendiente ha hecho avances en el manejo de la magia cósmica?- Inquirió, con curiosidad mirándose la mano que se encontraba tan caliente en comparación con la otra. Apretó los dedos con suavidad con un gesto pensativo.

Al final Arleen parecía más comprensiva de lo que aparentaba, entendía su preocupación y agradecía que no se negara, al menos de momento. Cambiamos el tema a algunos asuntos de la guardia, Vishous me daría un informe de todo en cuanto pasaran las fiestas -Será lo mejor, tuvimos suerte esta vez de que algunos de se dieran cuenta del asedio mientras estábamos en tierra, eso no puede volver a ocurrir, ya que hablamos de Giordano, creo que implementó un sistema de seguridad para la isla, lo usaremos para el plan de batalla- dije contestando tanto a Arleen como a su hermano.

Una vez más asentí al teniente de acuerdo con el modo de acción a seguir con la acusada pero su duda sobre nuestra jurisdicción -Leí los informes, la pequeña estaba inscrita en la isla por su padre, el chico feral del torneo que ahora es uno de la guardia, aunque la madre forme parte de la brigada el crimen se cometió en nuestra isla, por no hablar de que si ha pedido una operación en el hospital y ha querido usar nuestros servicios también debe acatar las leyes de Ouroboros, no obstante volveré a hablar con el líder de la brigada que también está en el caso como testigo, tenemos su recuerdo para usarlo  como prueba de los hechos- bebí un poco de vino haciendo una breve pausa y continué -Envíame todo lo que haga falta a casa, trabajaré desde allí de momento-

Miré a Sofía cuando Arleen preguntó sobre qué haríamos una vez acabado el problema de SAM, eso sin duda era asunto de los descendientes y aunque no me preguntara a mi decidí dar mi opinión  -Creo que la isla deberá seguir abierta a la comunidad mágica, además  opino que cerrarnos en banda e ignorar los problemas en tierra es lo que nos ha llevado a esta situación pero de momento nos ocuparemos del problema de la máquina y después nos espera otro horrible cónclave... ¿tu que dices querida Sofía?- .  

La promesa de viajar parecía bien recibida y las islas griegas nuestro destino, los hermanos  se miraron de una forma que solo ellos se podían permitir así que callé mientras comía un poco de queso para después reír con el resto por aquello del disfraz de Arleen que parecía decidida a ocultar toda prueba de ello. Todo iba de maravilla hasta el mensaje de Chloe, estaba tan atento de Arleen que en principio ignoré la reacción de Sofía , la de mi mujer era extremadamente inocente y no pude evitar reírme cuando intentaba articular palabra y simplemente no podía -oh querida, tu marido es un hombre deseado después de todo, tienes suerte de haberme cazado antes- bromeé con ello hasta que mi amiga decidió cambiar de tema, la miré a los ojos y su gesto ocultaba algo, la sonrisa en mi rostro se borró y quise estirar la mano para tomar la de ella pero entonces Vishous giró su silla para grabar aquel patronus.

Guardé silencio durante la declaración del teniente a Sofía pendiente en todo momento de la reacción de ella, cuando acabó se levantó de la mesa para ir a la cocina y Arleen me miró como si me pidiera permiso para hacerlo, le di un beso en la mejilla diciéndole que podía hacerlo y cuando ambos se marcharon me levanté de mi silla para ir al lado de Sofía, tomé su mano entre las mías y le sonreí -Querida Sofía, puedo ver perfectamente que esto te ha afectado, se nota demasiado cuando tu sonrisa no resplandece como de costumbre, te diré algo, eres la persona en quien más confío y te tengo mucho aprecio, siempre estaré para ti como tu lo has estado para mi, no preguntaré por tu relación con el teniente pero entre nosotros, si necesitas que le enseñe modales me lo llevo de entrenamiento- le guiñé un ojo, aquello quería decir que si le hacía falta una paliza yo se la daba como si fuera un accidente, besé la mano que tenía entre las mías y me levanté -Aún así, creo que él va en serio contigo, habría que estar loco para dejar pasar una oportunidad así con una mujer maravillosa, habladlo- me separé e cuanto los otros dos volvieron a la mesa y me senté de nuevo en mi sitio esta vez mucho más pendiente de Sofía que antes.

Arleen me hizo una pregunta y tuve que meditarla un segundo -Si hablas del azar y los poderes cósmicos que intervienen en nuestros destinos sé perfectamente quién es, si te refieres a los astros de forma figurada Newton es tu hombre, el estudio del espacio es cosa suya- contesté a mi esposa mientras un nuevo mensaje llegaba a la mesa, esta vez para ella, habría estado bien bromear sobre la posibilidad de algún admirador secreto pero no era el momento.

El toque de la mano de Vishous contra la piel desnuda de su rodilla le hizo volver al presente, a un momento más tranquilo en su existencia. Se le daba muy bien sondear la atmósfera de las conversaciones, por eso podía ignorar temas que no le llamaban la atención y sonreír en el momento adecuado o asentir suavemente con "preocupación" ante los temas delicados. Por eso se podía dar el lujo de no participar. Y así lo hizo, hasta que le dio por interrumpir a los hombres cuando empezaron a hablar de sentencias y condenas, colocando la mano sobre las gardenias como gesto de pausa.- No los tolero más. Creo que un día feriado y sobre todo en la cena de Navidad no es el lugar más apropiado para hablar de trabajo. Tenemos que aprender a tomarnos un día libre.- Recriminó a ambos mirándoles de manera alternada, aunque con la sonrisa en los labios que lograba el efecto tranquilizador para no parecer entrometida. Cuando Arleen lanzó aquella pregunta, finalmente siendo parte de la conversación, aceptó su derrota y suspiró.- Yo concuerdo con Sayid, pero creo que sería mala idea abrirnos sin más, sin las debidas precauciones. Este lugar concentra muchos tesoros que son vitales para la magia; quizás sería verlo como... un área natural protegida... donde veinte personas se reúnen por horas a discutir temas en los que nunca hay consenso.- Terminó su comentario con una broma que seguro Sayid entendería más que bien.

Con el tiempo, los temas pasaron a cuestiones más vacacionales, sonriendo a Sayid, a sabiendas de que a ese par le hacía falta una buena luna de miel. El intercambio entre Arleen y su hermano le sacó una sonrisa, pues aunque ella parecía una soñadora romántica, él tampoco parecía quedarse atrás. Sin embargo, cuando el patronus de Chloe llegó, bien hizo él en quitar la mano de su rodilla, porque la habría retirado ella si no estuviera usando cada fibra de su cuerpo en no causar una escena y no levantarse para darse su salida con la dignidad que le quedaba. Al menos era Arleen la que estaba causando la escena por ella y llevándose la atención. Lo agradecía, así su propia reacción pasaba por normal; incluso la risa que soltó junto a Sayid que se autodenominó soltero codiciado.

Parecía, hasta ese momento, que se había salido con la suya. Pero todo había sido una falsa sensación de seguridad, pues al instante sintió la silla bajo ella moverse, y el horrible chirrido que correspondía. A él le había evitado la mirada por algo, pues sabía que en cuanto lo viera se intensificaría esa decepción que sentía. Se removió en la silla, incómoda, hasta cruzar una rodilla por encima de la otra, alisándose la falda del vestido con las manos para no tener que verle. Le habría golpeado, pero ella no era así. Así, con aquella desconfianza, es como las relaciones tóxicas iniciaban. Escuchó con cuidado, pero su alma no se quedaba saciada con palabras. Jugueteó tranquilamente con sus uñas, con el bordillo de su vestido, incluso con una peca que no se había visto en la rodilla, todo para no levantar el rostro y descubrir que no podía ocultar su molestia. Cuando vio que no podía más, levantó la cara con la barbilla en alto, pero mirando la pared detrás de él. Y, por supuesto, mandó a Chloe con otros dos hombres. Que el pacto patriarcal no se perdiera. Pudo pasar la incomodidad sin soltarle una cachetada, y se sintió más tranquila cuando el contrario, haciendo gala de su fuerza, la devolvió a su lugar.

Cuando sintió que el contrario se fue de la mesa, y Arleen le siguió, por fin pudo soltar el aire que tenía contenido desde que estaba haciéndose la fuerte. Le hubiera gustado que Sayid no la viera tan afectada, pero a él no podía esconderle el sentimiento de traición que le cruzaba el pecho y se reflejaba en sus ojos. Se aferró por un instante al agarre de Sayid, agachando el rostro por un momento mientras escuchaba a su compañero. Tuvo que levantar el rostro con un mejor ánimo y una carcajada muy ligera cuando habló de llevarselo de entrenamiento.- Creo que ninguno de los dos está en condiciones aún, cariño.- Bromeó, aunque en su sonrisa se podía ver claramente la gratitud que tenía para con su compañero cuando finalmente entendió a qué se refería con su "entrenamiento". El beso del contrario le sonrojó por un instante. No podía estar triste teniéndole a él como compañía. Por él, haría un esfuerzo de sobrevivir a aquella noche. Pero hablarlo... En aquel preciso momento, hablar era lo último que quería.

Agradeció que la conversación volviera a fluir cuando Arleen volvió a la mesa. Por un momento, se preguntó que habría sido de su noche si se hubiera pasado por la cena de la Academia. Después de todo lo que había ocurrido en los últimos días, la mayoría había deseado pasar el día con su familia, en un ambiente más cálido y tranquilo. Era entendible. Pensar en Newton le hizo recordar a su hijo el mayor, aunque de manera amarga, pues seguro él también se tiraba a varias a la vez. Al menos con él no había caído en sus encantos. Volvió a colocar los codos en la mesa y la barbilla sobre los puños de las manos mientras escuchaba a Sayid hablar del universo. Era una conversación que le gustaba muchísimo más.

-Concuerdo. Tao y Fred estaban en las primeras líneas de defensa. Creo que actuamos lo bastante rápido para reaccionar pero la contención…bueno allí fallamos. Pero muchos no conocían la realidad a la que se enfrentaban, incluyéndome- Reconoció con un poco de resquemor y bastante incomodidad. Frunció levemente el ceño, recordando el momento en el que Sigrid había caído. Se había sentido una mierda consigo mismo, así como cuando había perdido a sus 11 soldados. No hacía más que fracasar estrepitosamente últimamente. Inspiró profundamente.  En cuanto a lo de la feral, escuchó todo y cuando él decidió que hablaría con Lykaios asintió -De acuerdo- Tras eso fue Sofía quien les llamó la atención y Vishous le dedicó una sonrisa amable asintiendo -Tienes razón…Pero es que Sayid y yo hasta ahora sólo hemos tenido una relación laboral. Ni siquiera sé si tiene hobbies- Le informó a la pelirroja, alzando los hombros con cierta gracia.

Pero entonces sucedió todo lo de Chloe y Vishous se retiró hacia la cocina después de que Sofía hiciera todo lo posible por evitar su mirada. Si quería que se arrodillara para pedirle disculpas estaba equivocada. Sin embargo, su comentario sobre el apartamento le había dolido. ¿Acaso creía que no podía mantener ciertas cosas a raya por el bien del chiquillo o chiquilla? Podría incluso mudarse, tenía el dinero para hacerlo. ¡Mierda! ¡Tenía el dinero para comprarse dos casas más si le daba la maldita gana! Se tomó un momento para organizar sus pensamientos antes de prepararlo todo.

La llegada de Arleen no le gustó demasiado, no quería que lo viera de esa forma. Agradeció su silencio mientras iban sirviendo pero luego le escuchó y cuando puso su mano sobre él se dio cuenta de los destellos y la luz que emitía su brazo, apretó en un puño los dedos y controló la energía que empezaba a despedir la extremidad. En el fondo, agradeció sus palabras hasta que habló de sus preferencias. Le miró con molestia  pero después escuchar su disculpa. Si sólo supiera… Le había dado espacio a Sofía, pero ese crío también era de él. ¿Por qué tenía que esperar su aprobación para decirlo? Apretó los labios con fuerza y después de unos momentos salió llevando los cuatro platos. Puso cada uno en su lugar sin mirar a nadie y al escuchar la pregunta de Arleen la miró con intensidad -Arleen- Su voz baja fue una advertencia peligrosa -Ni siquiera lo intentes- Le dijo sentándose en su silla y acomodándose la manga del jersey que llevaba. Se sacó uno de los guantes que llevaba en el bolsillo y se lo puso para esconder los tatuajes y la luz que su piel emitía -No habla de eso Sayid, habla de un tema muerto y sellado-

No siguió con el tema, sino que se dispuso a comer. Bueno “comer” más bien atacó y tragó la comida sin preocuparse si sabía bien o no, simplemente centrado en el plato hasta que llegó el mensaje a la mesa. Alzó la mirada a su hermana con curiosidad y al ver su piel otra vez pálida, miró el sello y reconoció el del hospital -¿Qué pasa? ¿Le ha pasado algo a Amaya?- La preocupación se filtró en su tono duro -Arleen- Llamó, su nombre como un ladrido, para que le prestara atención -¿Qué pasa?- Repitió.

-Si no quedó destruido…Como todo en el laboratorio- Murmuró Arleen cabizbaja y cerró los ojos y movió la cabeza para apoyarla en el hombro de Sayid, pero en cuanto lo hizo los recuerdos de su incompetencia volvieron asi que los abrió e intentó centrarse en la mesa que había dispuesto Vishous para ellos mientras los oía. Lo cierto es que tenía poco que decir así que siguió picoteando. Le sonrió a Sofía cuando indicó que debíamos ir por temas más festivos aunque notó que su suspiro era de incomodidad, bajó la vista hacia la mesa de nuevo apenada de tener que tratar aquellos temas o de haber preguntado. No añadió más porque…Seguirían por la misma senda así que …Nada, otra cosa.

-Ajedrez…- Alzó la mirada hacia Vishous con una sonrisa -Le gusta el ajedrez, como a mi. Y la lectura...Entrenar, como a ti- Le respondió a su hermano antes de ver a Sofía fugazmente e ir a por unas aceitunas. Las comió y todo lo de Chloe transcurrió. Pero entonces Sayid seguía riéndose y le soltó aquella frase que hizo que alzara las cejas. ¿Cazado? Ella no había hecho nada. Lo había hecho su madre. No supo bien como reaccionar a aquello. En realidad…En realidad, le sentó fatal. Tragó en seco pero tuvo que dejar de lado aquello porque Vishous y Sofía estaban hablando. Bueno, uno hablaba y la otra ni lo miraba. Apretó los labios. ¿Es que acaso aquella mujer se creía que tenía en muy alta estima su reputación? ¿Acaso creía que ella no se había enterado del semejante beso que le había dado a Sayid en la plaza delante de los guardias que habían ido a rescatarla? ¿Qué no había oído los rumores? Se indignó un poco más pero se mordió la lengua para no llamarla víbora. Si no estaba dispuesta a darle una oportunidad a su hermano que almenos tuviera las narices de decírselo desde el principio. No era difícil simplemente decir "No estoy interesada". ¡Vamos que si lo sabía ella! Mil citas había tenido  y en muchas de ellas había puesto el límite. Con cortesía pero determinación. Y punto... ¿O es que era una coleccionista de corazones? ¿Le apetecía tenerlos a todos arrastrándose por ella?...No sabía de dónde venían esos sentimientos más allá del miedo de ver  a su hermano sumido, de nuevo, en aquella oscura etapa.

Tras lo de la cocina vio a Sayid levantarse de en frente de Sofía para volver a su asiento. ¿Era sólo amistad lo que había entre ellos? Aquella pregunta resonó en su mente. Él le había preguntado si ella tenía a alguien más…Y no recordaba si ella había tenido aquella deferencia. Se comió la cabeza con eso mientras se sentaba. Él siempre se apoyaba en ella por su "amistad".  -No, me refiero a la energía cósmica e…- Se calló al escuchar la voz de Vishous y mantuvo su mirada -V…- Le rogó mientras lo veía cubrirse el tatuaje y se dio cuenta que, de nuevo, se había encerrado en sí mismo. Suspiró, largamente, y cogió los tenedores para empezar a comer en silencio. Ya no le apetecía hablar pero apenas con dos bocados llegó una nota del servicio médico. Leyó todo sintiendo que la comida se le revolvía en el estómago. Adiós baja. Tardó lo suyo en reaccionar al llamado de Vishous  y cuando alzó la vista hacia él -Lucio- Murmuró incorporándose lentamente con el papel en la mano y miró a Sayid -Me han convocado al hospital porque Lucio está grave y me necesitan, porque es un tema neurológico…Tengo…que ir por mis zapatos- Pensó mientras empezaba a salir de la mesa pero Vishous se levantó, acercándose a ella y tomándola del codo para preguntarle si creía que estaba bien para ir -Tengo qué…- Lucio le había enseñado tanto. Le miró asintiendo y éste hizo aparecer sus zapatos para ella y un abrigo con su poder de transportación -No, quédate. Intentaré volver lo más pronto posible, sino te envío un patronus y …y vienes a casa mañana a tomar chocolate caliente ¿Vale?...O vamos a casa de Fred y Aurora- Le pasó los brazos por la cintura apretándolo contra ella pero no necesitó decirle nada, cuando se separó se puso de puntillas y le dio un beso en la nariz -Sayid…¿Me podrías llevar? No sé si podré operar pero puedo guiarlos- Le explicó a su esposo y esperó su respuesta mientras se ponía el abrigo. Le sonrió agradecida cuando dijo que sí -Buenas noches- Se despidió de Sofía asintiendo brevemente con la cabeza y luego de que Sayid se despidiera se fueron de allí hacia el hospital.

El momento de buena y sana convivencia parecía que nunca había pasado. Como si nunca hubiese habido un momento en aquella cena en el que hubieran reído y disfrutado de todo. Desde que todos habían vuelto a la mesa, parecía que el ambiente era otro. Si tan solo lo hubiera dejado estar...

Alcanzó a captar por el rabillo del ojo la mano brillando en el moreno cuando se colocó el guante para dedicarse a su comida. Entendió entonces el tema que buscaba tratar Arleen con lo de la magia cósmica y supo que Newton no era el adecuado para lo que ella buscaba. Quizás la hora en que aquellas marcas debieran irse de su piel se acercaba, ella también lo creía, pero no esa noche. No después de los patronus que iban y venían.

El mensaje que llegó a Arleen le llamó la atención, pero no más que el alboroto que armó Vishous al pensar que era referente a su familia. Poco sabía la pelirroja que en realidad se trataba de su propia familia.- ¿Lucio? - Su voto de silencio se quebró con la sorpresa mientras se levantaba, porque todos lo hacían y ella tenía los modales muy arraigados. Le abrumó pensar que el daño era neurológico y que, de repente, necesitaban a Arleen de urgencia. Debía ser grave. Se sintió inútil. Se llevó las manos al corazón, sintiendo una profunda tristeza por él y por Sean, recordando lo felices que se encontraban en la boda de anunciar con tanto amor lo que había entre ellos. Se sentó despacio pues las piernas comenzaron a fallarle. Era devastador. Susurró un gracias a Arleen, para que fuera con la confianza de ayudarle a pesar de su estado tan frágil.

Se mantuvo sentada mientras la compañía se iba. Casi nadie había tocado su cena, pero las copas iban bien entradas. Se tomó un momento más de duelo, apretando los ojos y respirando profundo antes de abrirlos y aceptar la abrupta realidad. Por unos instantes, se mantuvo sentada, hasta que decidió levantarse y levantó los platos de Arleen y Sayid, finalmente encontrando algo qué hacer por ese par en la situación en la que se encontraban. Era probable que no volvieran, pero después de un trabajo exhaustivo siempre caía bien una comida caliente. Se llevó los platos a la cocina y tocó la madera un par de veces con los nudillos hasta que esta le dijo donde estaban los tuppers y las cosas de plástico. Tras sacar un par, comenzó entonces a guardar la cena en los contenedores con cuidado. Ahora que no tenía que aparentar frente Arleen o Sayid se sentía menos presionada y más relajada. Se conocían muy poco y tenía la sensación de que Vishous habría interpretado a mal su silencio durante el mensaje, así que cuando terminó de guardar los alimentos, pasó los platos al fregadero. Él ya estaba molesto con ella. Quizás lo mejor sería solo quedarse en silencio mientras terminaba de levantar la mesa. Dejó los platos en el lavaplatos mientras caminaba de nuevo a la mesa y comenzaba a retirar las copas, al menos las de Sayid y Arleen. Luego le echó un sorbito de vino a las gardenias. Al menos ellas lo aprovecharían.

Cuando Arleen finalmente respondió que no se trataba de Amaya el nudo en el pecho de V se deshizo. Su prima se despertaría con un futuro absolutamente cambiado y él quería estar allí para ayudarla. Bien fuese con los críos, la guardia, lo que sea. Para él no era un secreto que Amaya nunca había estado enamorada de Tao, pero sí que era alguien que cumplía su deber y lo respetaba como pareja y compañero. Por eso la admiraba…Se preguntaba qué haría ahora. La respuesta de Lucio hizo que frunciera el ceño, sobretodo cuando Sofía habló con ese tono. Él se incorporó para asegurarse de que su hermana tenía suficiente fuerza para ir y Sayid se la llevó. Él respiró profundo, bastante preocupado del verdadero estado de Arleen.

Se sentó en la mesa y aunque cogió los tenedores no empezó a comer en seguida. Pensó que toda la mesa llena de comida iba a terminar mal. Bueno, le enviaría una parte a Arleen y Sayid y otra a su hermano y su cuñada. Que no se desperdiciara. Miró de reojo a Sofía que no había comido nada preguntándose cuándo le soltaría alguna palabra y considerando si debía decirle que comiera. Pero su tono… Había escuchado el nombre de Lucio de sus labio como si se lo hubiese arrebatado provocándole dolor. Frunció el ceño y comió, sirviéndose un poco de verdura y creyendo que tal vez lo que él había sentido por Amaya era lo que ella sentía por Lucio ahora. Jugó un poco con lo que tenía en el plato antes de seguir comiendo, sirviéndose cada vez más. Si nadie iba a comer su comida, bien iba a hacerlo él que le había quedado bastante presentable.

Cuando la pelirroja se levantó la siguió con la mirada, como un depredador a su presa tratando de leer sus gestos. Seguía sin verle a la cara, seguía sin enfrentarlo. Pero ese era su modus operandi, cuando no sabía que hacer: huía.  Observó que volvía por las copas mientras el seguía comiendo, miró como emborrachaba a las gardenias y se preguntó si entre alguno de sus poderes podría absorber una borrachera de las plantas sin coger el alcohol. Le miró la cara y se preguntó si cuando terminara de recoger se iría. Bueno, podría preguntarle. Así podría sacar de una vez su botella de whisky y acostarse en el sofá. Aunque aquella idea no le gustaba para nada. Cogió un pedazo de pan y recogió toda la salsa del cordero para comérselo. Después de eso se bajó la copa de vino y se sirvió otra que también se bajó. Tal vez era mejor pegar la boca de la botella. Se incorporó y cogió su plato para llevarlo hacia la cocina -Si tú no vas a decir nada sobre lo que ocurrió, yo sí- Expresó mientras metía su propio plato y copa en el lavaplatos y empezaba a lavarlos -Estoy cumpliendo mi parte- Añadió en voz cruda no se preocupó en mirarla porque ella no se lo devolvería -No esperes que la gente deje de contactarme de una semana a otra. Pero todo aquel que lo ha hecho ha recibido la misma respuesta que Chloe- Le dijo y terminó de lavar, se secó las manos y de las bandejas de charcutería fue dividiendo por tipos y guardando en contenedores más pequeños -Y si tengo que comprar otro piso para que me dejes cuidar de mi  hija, lo haré. No vayas a usar esa excusa para no dejarme verla- Añadió y guardó los contenedores en la heladera. Aunque su respuesta fuera distinta, él ya estaba pensando en comprarse otro piso y vender ese. De esa forma, ya cerraría ese capítulo de su vida -¿Quieres que te acompañe al hospital para esperar respuesta sobre la operación de Lucio?- Sabía que le diría que no, para que no los vincularan, ni los vieran juntos, ni nada porque evidentemente él era una mancha en su reputación todavía; pero al menos tendría el gesto. Después de preguntarlo se fue de nuevo a la mesa para recoger las bandejas que habían quedado allí.

Mientras recogía y mantenía las manos ocupadas, el tiempo se hizo menos. De repente, Lucio había puesto en contexto algunas cosas y, ayudado por la salida de escena de Sayid y Arleen, se sentía más tranquila que hacía un rato. Pero no por eso menos traicionada.

Después de levantar los platos de los ausentes y emborrachar las gardenias, se dedicó un momento a acomodarlas dentro del florero. Eran preciosas y perfectas, pero se notaba que Vishous no ponía el cuidado que ella en los arreglos. A decir verdad, nadie lo hacía. Miró al moreno de reojo cuando se levantó y volvió a tomar las copas cuando terminó con las flores. Caminaba despacio, pues no quería que el taconeo se escuchara. A veces, durante las peleas, lo que quería era hacerse invisible. Era una costumbre desde pequeña. Por eso a veces salía a altas horas de la noche a buscar la fiesta y la vida. Como Vishous se puso a lavar platos, le dejó las copas por un lado, aspirando profundamente cuando comenzó a hablar. Ella también quería hacerlo, pero sin pelear como parecía querer él. Le abrumó tanto el tono de su voz que salió de la cocina de nuevo y se sentó con cuidado. No en su lugar, sino en la silla en la que veía directamente a la cocina. Los tobillos y las rodillas juntas, las manos sobre el regazo, le pecho en alto, la espalda recta y la mirada recta a él. Podía con la distancia, pues su presencia siempre le parecía grande y violenta al verle molesto con ella. Esta vez también escuchó en silencio, pero viéndole.

No, no quiero ir al hospital. Estoy muy cansada, te agradezco.- Fue lo primero que respondió porque era más fácil quitarse ese tema de encima. Si Arleen estaba allí, le confiaba a su compañero. Además, ella no era experta en cuestiones de emergencia. Su mayor experiencia estaba en la prevención de enfermedades y en los tratamientos largos.

Por un momento, miró al moreno agobiada cuando comenzó a guardar las bandejas que quedaban en la mesa. Ambos se habían preparado mucho para el otro y la cena acababa de aquel modo. Comenzó a alisar la falda de su vestido y suspiró. Trató de recordar la manera en la que su madre le había enseñado a ser una descendiente y decidió que era una mala manera de tocar el tema. Así que pensó en su padre. No pudo evitar que se le humedecieran los ojos por el recuerdo, pues tenía tiempo sin saber de ellos, pero se contuvo. Por él.

Vishous... Por favor, necesito que tomes asiento.- Susurró levantando la mirada. Iba a masajearse los ojos, pero luego recordó su maquillaje y se contuvo. Solo soltó un suspiro.- Lo que sucedió hoy fue... Fue... Una falta de respeto.- Susurró, llevándose las manos a la boca del estómago porque entendía que cosas como aquella eran las que forjaban las habladurías. En antaño aquello no le había importado, pero ahora tenía que dejar un legado para el ser que llevaba dentro.- Si mi padre hubiese estado en esta cena habría pedido que te echaran de la isla. Tu madre se habría infartado al día siguiente.- Soltó aire y alzó la mano para que el contrario le dejara terminar.- Yo entiendo tu reacción. Entiendo que lo hiciste porque son justamente estas cosas las que me impiden estar contigo, pero... Pero... Yo ya me había encargado, le di una salida, desvié el tema exitosamente. Le di justo el tono necesario para implicar que no estamos juntos y que aún puedes hacer a placer. Mantuve nuestras libertades y convertí la situación en una que nos fuera más favorable; la reacción de Arleen me lo puso todo incluso más simple. Eso dijiste, ¿no? Que yo sería la mujer que conquistó al gigoló. Pues en eso lo convertí. Si eso lo hubieras hecho en una cena de Estado, en una reunión del Consejo, en un baile... eso habría sido dañino para mi. En el Consejo somos personas públicas, pero nuestra vida privada queda en privado.

Respiró profundamente. Su voz había sido tranquila y conciliadora en todo momento, tratando de imitar a su padre cuando le explicaba las cosas que no comprendía. No había sido condescendiente. El Consejo era una organización y un estatus difícil, así que esperaba que el contrario apreciara su intento de explicarle las cosas... pero con media botella encima y el enojo a flor de piel, dudaba mucho que aquello fuera a traerles otra cosa que molestias.

Lo que más me sorprende es que... en cuanto escuché el mensaje me sentí traicionada.- Apartó la mirada del contrario esta vez y se llevó una mano al pecho.- Y me cuesta aceptar que... si es así, es porque me he permitido pensar en ti más allá. Puedes irte del piso, pero a los patronus no les das una dirección postal.