Campamento de Ouroboros - Highlands

Recuerdo del primer mensaje :

El panorama en el hospital de campaña era desolador. Se sentía... como si hubieran pasado por una guerra. A pesar de que acababa de iniciar, el dolor que estaba causando en los más inocentes era devastador. Tenía la sensación de que, por muchos esfuerzos que hicieran, no podría detener el miedo y la violencia contra aquellas personas inocentes que llegarían a Highlands en breves. Tenía miedo. Mucho miedo. Miedo por su hija, tan lejos de ella, y su esposo, tan expuesto al peligro. Tenía miedo por sus compañeros, porque no eran los típicos soberanos que enviaban a los subordinatos a pelear, sino estarían en primera fila en la lucha que se avecinaba. El Consejo seguiría, con o sin todos ellos, pero podría no ser lo mismo nunca más.

Mientras encontraba el espacio que el bosque y los centauros les habían destinado, varios de los miembros de la Guardia estaban mntando el campamento, una tienda a la vez; levantándolas, hechizándolas y marcando las capacidades de cada una en una lista para comenzar a llenarlas con los refugiados que no tardaban en bajar. Sabía que, para poder evacuar sin algo que urgiera a los pobladores como un ataque directo del Sanguis, se tomarían un poco de tiempo ir por sus familias, algunas de sus pertenencias e incluso algunas mascotas. Al menos esas últimas tendrían un espacio amplio para correr que podrían disfrutar.

Recorrió suavemente, a paso lento, aquel lugar, separando mentalmente el lugar donde estarían los cultivos, las tiendas, los servicios como el comedora... Era un lugar tan puro, tan limpio, con un aire que le permitía respirar profundamente. No se había dado cuenta de lo tensa que había estado en la isla, como para sentir en aquel lugar una liberación tan grende que le apetecía incluso quedarse. Incluso su cuerpo tenía movimientos más fluídos, aún cuando no creía que le estuviera afectando tanto. La tierra de la isla se estaba envenenando y no poder hacer algo al respecto le estaba haciendo caer en un profundo caos interno. Su equilibrio, el fino equilibrio de la naturaleza, estaban resquebrajándose mientras aquel depredador acababa con todo. ¿Terminaría por engullir el mundo entero si se lo permitían? Ese era un futuro en el que no podría vivir. La angustia y la oscuridad debajo de sus pies serían su perdición. Se acercó a uno de los soldados que conocía como amigo de Vishous, sonriéndole al llegar hacia él.- ¿Sabes en cuanto tiempo más comenzarán a bajar? - La respuesta fue que en dos minutos exactos bajarían, pues les estaban organizando con rapidez. Agradeció la información y se dedicó a hacer el espacio lo más acogedor posible. No sería la casa de nadie, pero llenó las orillas del bosque con grandes arbustos llenos de flores muy variadas y coloridas. Las hizo crecer al frente de cada tienda, en cada espacio que encontró. Mucha lavanda para tranquilizar con el aroma a los asustados habitantes, y hierbas aromáticas para que las tuvieran a mano para cocinar y hacer remedios. Al final, montó una tienda en compañía de los soldados personalmente, dedicándola a la realización de pociones. Si el hospital estaba tan saturado y comprometido, se empezarían a utilizar los remedios naturales.

Cuando los habitantes llegaron, lo hicieron en grandes grupos, a los que recibió personalmente y se encargó de tratar de solucionar sus dudas. Las preguntas eran tan duras como la realidad, y saber que no tenía respuesta para muchas de ellas era desolador, pero hizo compromisos para obtener información y encontrar la mejor solución para cada problema. Después de una ardua jornada dándole techo y comida a cada uno de los ciudadanos de Ouroboros, se tomó un momento para enviar un mensaje al Consejo informando que se completaba la evacuación. Tras un larguísimo día, desapareció de ahí, con promesas que cumplir.

Habían pasado ya días desde que habían sembrado lo necesario para sobrevivir al duro invierno que seguramente azotaría en Escocia. Con la ayuda de Adael, Nikolaos y su clan, habían logrado sembrar en tiempo record, por lo que ella había logrado comenzar a canalizar magia a los cultivos rápidamente. La realidad era que, después de todo, no había sido tan express como había pensado. Habían pasado algunos días más de los que originalmente había estimado, pues la tierra no le era del todo familiar y tuvo que estudiar mágicamente los nutrientes que en ella había antes de comenzar a jugar con la composición del suelo y con la magia que aplicaba. Sin embargo, a pesar del retraso, la magia fluía y brotaba a borbotones en aquel sitio, por lo que la canalización fue mucho más sencilla y fluida de lo que creyó posible. Siendo ahora solo ella misma en su cuerpo, también le ayudó a aguantar las sesiones con mayor facilidad y a pasar las largas horas sin tantas preocupaciones. Eso sí, su corazón y su mente estaban constantemente en Grecia, pensando en su querida niña, y en los embrollos en los que se metía su marido, que por lo que alcanzaba a escuchar iban de Londres a Highlands como errático. Aún así, lograban visitar varias veces al día a Aura, aunque fuera solo unos minutos, pues entre portales y la teletransportación visitarla no era tan complicado. Cada vez que la veía la sentía más alta, más grande y más feliz.

Aquel día en particular, se decidió por fin a cosechar lo sembrado y se pasó toda la mañana explicando a Elora todo lo que había que saber. Ella era una mujer muy lista, y le tomó el truco a la cosecha de cada planta. Era muy importante saber cómo cortar cada fruto si querían que la planta siguiera dando. Sería de vital importancia cuidarlas, pues era mucho más fácil hacer crecer un fruto que madurar una planta entera. Solo esperaba no tener que modificar demasiado el clima hasta lograr cosechar lo mínimo necesario para aguantar un duro invierno en aquel bosque y para pagar lo que la manada de Nikolaos en Grecia había prestado. Para cuando el ocaso comenzó a formarse, habían ya cosechado la mitad, y se había comenzado a repartir entre la población antes de comenzar a llenar los silos que habían bajado de la isla. Habían hecho un buen trabajo y así se lo hizo saber a cada persona que había puesto su grano de arena en aquella gran tarea. Después de un día de tanto trabajo, que continuaría en cuanto saliera el sol de nuevo, se dirigió al hospital, para levantar las necesidades de pociones que requerirían para el tratamiento de los enfermos. Se habían dedicado por días a sacar las pociones más urgentes, pero ahora ya tenían al menos un poco de tiempo libre para comenzar con las cosas más generales, para el dolor y los malestares comúnes.


¡Hola, Aurora! ¿Cómo están tú, Fred y los niños? - Sabía que no era el mejor lugar para ponerse a hablar, pues la había encontrado en uno de los pasillos principales, pero es que después de tanto ver entrar y salir a Fred a veces se preguntaba si, en realidad, no sería su esposo. Quizás lo añoraba y por eso no podía evitar de verlo en todos lados. Suponía que era su gemelo, yendo a escondidas a ver a Aurora para darle un beso romántico en algún closet del hospital. Los dos eran tan lindos y parecían estar muy enamorados. A pesar de que ya había formado algún tipo de vínculo con Aurora, la sintió más evasiva que de costumbre... No era normal. Bueno, habría sido normal antes, pues en realidad no eran confidentes, pero ahora que habían encontrado algunos temas en común, como la maternidad, le parecía de lo más raro. Y así se lo hizo saber. Después de tomarle del brazo por un instante, le expresó su preocupación. Aurora fue... bastante reacia a contarle su preocupación, pero pronto se hizo evidente que había algo en su mente más allá del estrés normal. Después de mucho insistir, y a punto de rendirse para no estresar más a la pobre mujer, ella habló. Lo que de sus labios salió la dejó estupefacta. ¿Arleen? Le decía que estaba mal, pero... pero no parecía estar mal como estando en coma, al menos no ya, pero decía que estaba deshecha, ¿deshecha? Trató de averiguar más pero la pobre Aurora no encontraba ya las palabras, con lo que la dejó ir sin más preguntas, solo después de que le diera el listado de medicamentos que hacían falta en aquella estación del hospital. Arleen solía hacer eso, pero ese día parecía que no sería así. Terminó por sonreír a Aurora y dejarle respirar tranquila tras prometerle un día de vacaciones en las playas paradisiacas de Grecia en cuanto tuvieran un día libre. No pintaba para que fuera pronto, pero esperaba que aquel pensamiento la hiciera añorar algo del futuro después de estar tan afligida. Finalmente, se desapareció del hospital hacia el Hospital de Campaña en la isla, donde terminarían de realizar las pociones en la lista. Su segundo gran trabajo.

- Sí...él está bien, pero se llevó un buen susto. - lo que no sabía era dónde estaba ahora, no recordaba haberlo visto por el hospital de campaña. Se quedó pensativo unos segundos, hasta que Lémoni le contó en lo que había cambiado su vida para bien. Le extrañaba eso de que no tuviese amigos antes porque le parecía simpática, pero supuso que se debía a su timidez.

- Bueno, ahora ya conoces a unos cuantos con los que hablar, al menos mientras te deje tu maestro. Debe estar muy liado si no te ha mandado aún ninguna tarea. - se encogió de hombros un momento, él mismo sabía que debía ponerse al día con todos los asuntos del panel sobre el Sanguis. Le hizo gracia eso de que Lémoni no supiese cómo había acabado la noche, pero le pareció más gracioso aún el rubor que le subió a las mejillas cuando le mencionó a Nicho. ¿Le gustaba? ¿Era eso?

- Creo que estabas bailando con él. - comentó mientras esperaba a ver su reacción, pensando que tal vez Justin también había estado molesto por eso. Él y Nicho habían sido muy cercanos...¿Y si lo que pasaba es que tenía celos de Lémoni? eso le hizo fruncir el ceño levemente, no estaba seguro de cómo se sentía respecto a eso. Alzó de nuevo la mirada hacia la chica, deteniéndose para observarla mejor. El caso es que le parecía bastante guapa, podía entender que Nicho se fijase en ella.

- ¿Crees que deberías hablar con él por si pasó algo más? - preguntó tras algunos segundos de duda, aunque era una pregunta que le hacía más para saber cómo debía proceder él con Justin, si seguir haciendo como si no se acordase o hablar.

Bueno, ahora mismo tenía una mezcla de emociones, por un lado, estaba aliviada de que Justin estuviera bien.

Eso es bueno...

Eso sin mencionar el hecho de que lo que le decía Kahn le llenaba de esperanza, aunque a la vez preocupación, puesto que...

Me pregunto como estará el maestro Rasputin... No lo he visto desde antes de que se fuera a Italia...

Es decir, si algo le hubiera pasado, ella ya lo sabría, o al menos quiere creer que alguien debería decírselo, es discípula de Rasputin, eso tiene que contar para algo...

Bueno, luego le tocó volver a sentir alivio.

O-Oh... Te referías a bailar...

Se calmó entonces y mostró una pequeña sonrisita ella había pensado que resultaría ser otra cosa, así que incluso su rubor se redujo un poco, aunque no por mucho, pues vió a Khan mirarla muy directamente...

Y ella lo miró, dándose cuenta de repente de lo cerca qué estaba en realidad de él... Y que se veía incluso mejor de cerca, dadas las circunstancias, incluso se inclinó un poco en su dirección por mero acto de instinto, hasta que la pregunta la devolvió a la realidad.

Oh... Em...

Organizó sus ideas un segundo y su rostro se volvió a encender en rubor.

¿A-Algo más?... B-Bueno... Y-Ya pude verlo después de la fiesta... Sí hubiéramos hecho... A-Algo... S-seguro me hubiera dicho... ¿N-No?...

Como qué de repente empieza a tener mucho calor, por qué... Bueno... A su mente empieza a llegar una cascada de ideas un tanto vergonzosas, pero no por eso menos estimulantes... Es decir... Bebió demasiado... Sería una situación muy peliculera qué esto le pase la primera vez que bebe... Así que no debería ser... ¿O sí?...

Alzó las cejas cuando Lémoni le dijo lo de Rasputín, pensando que debía ser un poco más resuelta si quería enterarse de las cosas. Al menos del paradero de su maestro. - Pues envíale un mensaje. - soltó como si fuese lo más fácil del mundo, mirándola con cierta suspicacia cuando dijo lo de bailar. - Claro. ¿A qué pensabas que me refería? - ató cabos y se imaginó por dónde iba la mente de la aparentemente inocente Lémoni. Tanto no lo sería si pensaba en esas cosas. Se ve que el alcohol la desinhibía bastante, tal vez más que a él mismo. Hasta le dio un poco de vergüenza al imaginarse en una situación así, y más porque ella se inclinó un poco en su dirección.

- A ver, que me refería a si os besasteis y esas cosas. Dudo que Nicho sea del tipo de tío que se aprovecha de una chica que va borracha y que no se acuerda de nada. Quédate tranquila. Más bien me refiero a...- no supo encontrar las palabras para hablar de lo suyo, para tantear un poco lo que podían hacer. Además, le daba corte hablar allí donde podían escucharlos. Lémoni parecía tener tan poco experiencia como él, y por eso podía ser buena idea tener algunas confidencias sin que le tachasen de pardillo.

- ¿Te parece si salimos y hablamos en otro sitio? necesito que me de un poco el aire después de unos días aquí. Y así nos comemos los pasteles en otro sitio. Sólo tengo que quitarme esto...- se señaló la vía del brazo con la poción reabastecedora, que estaba casi terminada.

- Y este pijama feo de hospital. Si me das unos minutos lo hago. ¿Dónde podemos ir que esté cerca?

U-Uh... B-Bueno... Es que no sé... El maestro Rasputin es un hombre muy ocupado también...

También, es que no tenía una razón de peso para hablarle, y temía interrumpirlo, el respeto que le profesaba era demasiado para ello, tal vez estaba por ahí salvandolos a todos como aparentemente suele hacer cada vez que sale...

Pero ese pensamiento no duró mucho en su mente, oh no, puesto que la siguiente pregunta del descendiente hizo qué se ruborizara hasta tal punto qué sentía que estaba en un sauna repentinamente... Y el hecho de que en su mente un sauna es un sitio bastante sexy tampoco la ayuda a calmarse.

Bueno, Eh, Yo, Verá...

Empezó a pronunciar palabras cortas sin lógica aparente y bastante rápido, mientras que sudaba, acababa de quedar en evidencia frente al descendiente, cosa que multiplica su vergüenza, haciendo qué este sentimiento le domine enteramente.

Pero aún con esas no se apartó... Por que en el fondo no quería, vaya, así que su cuerpo por cuenta propia no lo haría, así que se congeló en el sitio.

A-Ah... B-Bueno, en eso tiene razón... Nicho es alguien muy bueno...

Al menos hasta donde ella sabe.

...Αν και τώρα θα είναι πιο δύσκολο να αγνοήσετε αυτή την επιθυμία...

Masculló entre dientes y en griego, sin pensarlo mucho y de forma cuando menos vergonzosa, maldecía su propia mente en este momento, pero eso ya es otra cosa...

O-Oh... Seguro, creo que un hospital improvisado no es un gran lugar para hablar...

Dijo mientras que se rascaba la nuca, procurando calmarse... Infructuosamente, cosa normal, cuando deja que su mente tome tanta carrerilla volverse a serenar siempre le es costoso...

¡Oh, seguro!

Entonces finalmente se alejó, poniéndose de pie de forma bastante súbita y poco gracil... De hecho casi se cae, pero ha podido tomar equilibrio.

Pues... Hay un pueblo no demasiado lejos... Ahí hay una taberna... E incluso casas vacías si quiere privacidad...

Y entonces es que cae en cuenta que eso no ha sonado del todo bien.

¡N-No es que esté pensando que necesitaremos privacidad!, Solo por sí... Eh... Mejor me callo... Lo espero, descendiente...

Incluso se ha olvidado de lo de no ser tan formal, y ha procedido a caminar fuera de la tienda, con pasitos torpes, para ofrecer privacidad a Khan.

La miró un tanto perplejo cuando le habló en griego, distinguiendo el idioma pero sin entender lo que decía. Podía estar insultándolo si quería, aunque lo dudaba tratándose de Lémoni. - Ya me explicarás...parece que te has puesto algo nerviosa. - comentó con curiosidad, comenzando a retirarse del brazo la aguja. Lo hizo con cuidado porque era un poco molesto, pero no se le dio mal. Luego se bajó de la cama, notando que aún estaba un poco flojo. Le dio igual porque ya se había aburrido de estar allí y estaba decidido a irse con la muchacha. Se apoyó en su hombro con una mano durante un momento hasta que se estabilizó, pero no tardó en separarse de ella.

- ¿Cómo que no? sí que vamos a necesitar privacidad. Mejor un sitio donde no nos conozcan. -
el caso es que más o menos había captado que lo de ella había ido con doble sentido, pero le hacía gracia cuando se ponía tan agobiada y colorada por las cosas. Era casi más cortada que él en ciertos aspectos, que ya era decir. Le dijo que esperase unos minutos mientras él se cambiaba y se aseaba, y cuando estuvo listo se reunió con ella en el exterior de la tienda. Al menos avisó a los sanadores para que no pensasen que se había fugado, y dejó aviso de que si le necesitaban para algo del Consejo o lo que fuese le mandasen un mensaje.

Después fue junto a Lémoni, echando a caminar con ella y esperando que le guiase. Le daba la sensación de que podía confiar, pero aúna sí le costaba soltarse. - Hagamos un pacto, ¿te parece? lo que nos contemos hoy no saldrá de aquí. - de ese modo salieron del lugar, rumbo a donde ella quería llevarle.



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Tendrán buena suerte en la salida?

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'Probabilidad' :

¿Frustración? ¿Quién hablaba de frustración? Él no estaba frustrado, solo un poquito alterado porque Savannah se le había escapado. Mujer astuta. Ahora pensaba en que lo iría a dejar mal con su “nuevo” novio y el otro amigo ese. Bueno, no importaba que, si le querían ir a pegar por hacer llorar a su princesa, se las verían con él y el seguía pensando sobre ese nuevo clan que ella tenía dejándolos prácticamente solos. Respiro profundamente y conto hasta 10 pero tampoco funciono y su cara lo decía, cara de “háblame y te muerdo” Pero él no tenía la culpa de que su cara fuera así de brusca en realidad él no tenía ganas de morder a cualquiera, para eso mejor conseguía un palo. ¿Y ahora que iba a pasar?

Camino por el campamento con paso lento, más calmado que hace unos días, porque había quedado con el nuevo flamante y orgulloso gran alfa, para hablar, aun le quedaban cosas inconclusas que preguntar. Observo a la gente ir y venir en sus labores diarias y aun no sabía muy bien que estaban haciendo con la preocupación de la isla. Y otra cosa que también debería hacer es… Ir de visitas al hospital, era algo que tampoco hizo desde que llevaran a todos a recuperación. Se pasó una mano por la cara porque lo había olvidado por completo como el mal camarada que era, definitivamente eso lo haría en otro momento, ahora estaba más empecinado en encontrarse con Nikolaos, llegando justamente hacia donde parecía encontrarse el, saludándolo con una mano en alto para llamar su atención. –Parece que las labores nunca terminan.- Ni que pensarlo, en momentos como esos tenían que comenzar una comarca desde cero, agradable fue saber que hubo buena coordinación en todo momento.

Los días habían transcurrido lentos y grises, aunque al menos ahora tenía la noticia de que Chloe había despertado. Adam aún no lo había hecho, pero parecía fuera de peligro. Su hermana no había querido hablar con él y estaba como ausente, como un fantasma.

Verla así le partía el corazón, pero no sabía cómo ayudarla ni acercarse a ella. Se sentía frustrado y con rabia por aquella situación, pero intentaba cambiar el gesto cuando regresaba con sus hijos, especialmente por Aedan que era el que ya se enteraba de casi todo. En cuanto a Aelin...la culpa seguía carcomiéndole por dentro, aunque ver que la niña parecía crecer sana le calmaba un poco. A Catherine le había agradecido que se quedase con él aquellos días, pero sabía que no estaban bien a pesar del gesto de ella. Ese día había dejado a los pequeños con los Knox para poder ir al campamento de las Highlands, a recibir noticias de su familia.

Al merodear por allí se encontró con Lorcan y el nuevo Descendiente, aunque se quedó lejos porque parecía una reunión privada y no pintaba mucho allí. A decir verdad sentía como que ya no encajaba en ningún lugar.

Temblores de tierra en la zona?
N° de amenazas en ciernes?

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#1 'Probabilidad' :


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#2 'Dado (10)' :

Había estado trabajando con Sayid mientras su hijo se encargaba del transporte de la comida una vez las mochilas Tesla llegaron a Grecia. La seguridad era una de las cosas que más le importaba porque sabía que para muchos era la primera vez fuera de Ouroboros.

Al ver a Lorcan le sonrió afablemente. Los Fenrir se habían incorporado bien a la manada de Ouroboros pero sabía que Lorcan había tenido una situación complicada. A ningún lobo le había pasado desapercibida su pelea con Savannah, cosa de sentidos desarrollados.

Estaba terminando de oír el reporte de su hijo cuando vio a Lorcan, le hizo un gesto de que esperara e intercambió un par de palabras con él antes de despedirlo. Tras eso se acercó al rubio -No, nunca. Pero deberías estar acostumbrado, eres miembro de la Guardia - Dijo alzando suavemente los hombros como restándole importancia.

-Quería hablar contigo- Le dijo con un tono que invitaba a la conversación -La Luna llena está ba la vuelta de la esquina y el equipo de Sofía está enfocado en reabastecer el hospital. Deberíamos iniciar los entrenamientos cuanto antes para evitar el consumo de la poción - Mencionó mientras giraba la cabeza para señalarle una zona que le parecía ideal, era un claro lejos del campamento. Alzó la mano señalando la dirección, fue entonces cuando vio a Ian -¡Hola!- Le saludó agitando la mano y vio la oportunidad de, quizás, limar asperezas entre todos. Empezó a caminar hacia él esperando que Lorcan le siguiera -Ian ¿No?- Se había informado un poco más sobre el marido de la Descendiente.

-Quería preguntarte si me podrías ayudar con el entrenamiento de la manada- Le sugirió con una sonrisa amable -Siempre viene bien una mano extra- Advirtió - Además todos tenemos percepciones o mot…- Se quedó callado de pronto y miró alrededor, sus sentidos le avisaban de algo que segundos después agitó la tierra en un temblor, el Descendiente se acomodó para ajustar su peso al movimiento. Escuchó alarma y algunos gritos, vio niños corriendo con sus padres pero algo … algo aún le ponía la piel de gallina.

-Lorcan, comunícate con la Guardia… porque… ¿Lo sienten, verdad?- No sabía el que, pero su lobo interior estaba alerta.

Se quedó callado ante el gesto de Nikolaos, no quería interrumpir ya más de lo que lo había hecho, así que retrocedió un tanto para dejar que conversaran tranquilamente, tampoco quería verse como un entrometido.

Un resoplido salió de los labios del licántropo cuando se refirió al trabajo en la guardia y tenía razón, debía estar más que acostumbrado, pero aun así algo había que terminaba irritado o mosqueado por simplemente tener una personalidad de… -Bueno si, no te discuto eso. En algo estoy acostumbrado, y las emergencias están a la orden del día.- Y eso era casi siempre, de todas maneras tal vez más que la guardia, trabajaban los descendientes, ellos solo seguían órdenes.  

Escucho atentamente, eso era lo que quería saber, él porque estaba realmente allí luego de acudir a su llamado. Así que con eso ladeo un poco la cabeza como si aparte de escucharlo a él, estuviera escuchando algo más con suma concentración, tal y como sus instintos le sugerían. No le gustaba la posición, arrugo el gesto, pero si le gustaba la idea de un entrenamiento y fue así como se lo hizo saber. Giro la cabeza completamente para observar los alrededores al resto de la manada que pululaban por allí, sabiendo que tal vez se le unirían si los vieran como su ex alfa y su actual alfa precedían toda aquella situación los animaría.

Se quedó callado, muy callado cuando de reojo observo a Ian de reojo, pero no se movió de la posición en la que estaba, prácticamente sus labios formaron una dura línea antes de lanzar una palabrota cuando Niko comenzó a andar hacia él. No tuvo más remedio que seguirlo, pero quedándose por detrás como todo un guardia con los brazos cruzados y mirando al intruso de arriba abajo. No debería ser tan duro y tampoco le molesto cuando le preguntara sobre lo de unirse a ayudar con el entrenamiento, porque lo veía bien, solo que el…

Su tren de pensamientos se vio acallado al sentir el movimiento de tierra y tal vez algo más en el ambiente que le erizaron los bellos de los brazos. Ante la orden de Nikolaos comenzó a moverse, aunque poco fue lo que hizo porque la guardia comenzó de apoco a agruparse por sobre todo los guardias que pululaban por allí montando guardia. –El trabajo nunca termina.- Asintió con la cabeza a lo de sentir algo. -¿Sera cosa de ese maldito árbol?- No lo sabía pero algo les estaba poniendo en alerta y tampoco es como que debía esperar a ver lo que pasaba. Observo a todos sus compas de  guardia comenzar con la contención de los civiles en el campamento.-Deberías informar también a los demás descendientes de que algo pasa, esta pasando o va a pasar.- Luego miro a Ian esperando que el también estuviera con ellos en modo de ayuda o alguna cuestión y no se fuera por las ramas como pensaba que lo haría.

Se tensó algo incómodo cuando Nikolaos se dio cuenta de su presencia, invitándolo a unirse a la conversación con eso de entrenar a la manada. El tipo de veía amable y demás, pero...

- No soy un ejemplo para nadie en estos momentos. - respondió con sinceridad, aunque por otro lado pensó que tal vez necesitase algo así para mantener la cabeza ocupada. El modo en que le miró Lorcan no le gustó nada. ¿Qué mierdas le pasaba con él? ¿Era por algo de Savannah y Jarkko?

No hubo tiempo para muchas más preguntas, pues de repente tuvo una sensación extraña que se adelantó apenas un par de segundos al temblor de tierra que vino después. Pensó por un instante que se había mareado, hasta que se dio cuenta de que era más parecido a un terremoto. Estaba seguro que los otros dos, como licántropos que eran, estaban nota del lo mismo que él. El temblor cesó, pero la sensación de amenaza seguía.

- Tendríamos que sacar a la gente de aquí. Voy a llevarme a mi hermana y a mí padre. - informó con gesto serio antes de que todo el caos entrase de lleno en el campamento. No eran los únicos que habían percibido que algo pasaba. Una furiosa manada de centauros irrumpió en el lugar huyendo, arrasando y pisoteando todo. Ian apenas tuvo tiempo de apartase, llevándose la coz de uno en el pecho. Aquello lo derribó en el suelo y lo dejó sin respiración un momento. Algo parecido le sucedió a Lorcan, que también fue derribado por otro. La situación se volvió más surrealista por momentos, con un puñado de acromántulas también huyendo despavoridas, además de unos saltamontes enormes y desagradables. Ian trató de ponerse en pie todo lo rápido que pudo, con el pecho dolorido mientras apartaba con la mano una nube de mosquitos raros que los estaba envolviendo.

- ¡Lorcan! ¡Ayúdame a sacar de aquí a Chloe!- en esos momentos no importaba el orgullo, solo el tener las mayores posibilidades de poder encontrar y sacar de ahí a su hermana cuanto antes.

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Las cuatro amenazas:
1-3-Manada de centauros en estampida
4-6-Acromántulas fuera de control
7-8-Plaga de gigasaltamontes
9-10-Mitges infecciosos(?)

Dado 1 para Lorcan
Dado 2 para Ian
Dado 3 para Niko

El miembro 'Ian Hacksaw' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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#1 'Dado (10)' :


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#2 'Dado (10)' :


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#3 'Dado (10)' :

Escuchar la respuesta de Ian hizo que entrecerrara los ojos un poco, se veía desganado pero así lo había conocido, por ende, pensaba que formaba parte de su personalidad -Entonces te vendrá mejor a ti que a los demás- Alzó brevemente los hombros como restándole importancia a esa situación - Eres libre de decir que no, sólo me pareció una interesante incorporación ya que te controlas-

Se giró para mirar a Lorcan con un gesto críptico al ver su morro. Joder, que tipo malhumorado. Todos malhumorados. ¿Ningún licántropo estaba feliz? Sin embargo, no pudo preguntarlo porque el temblor se hizo con ellos y, luego, las consecuencias. La guardia empezó a organizar a las personas -Ve, ve- Instó a Ian asintiendo a sus palabras.

La manada empezó a acercarse, los que podían convertirse, lo hicieron para desviar a las acromántulas hacia una zona lejos del campamento. Por su parte fue corriendo hacia donde estaban dos críos llorando y paralizados de miedo al velas. Los cogió pero en ese instante se vieron atacados por unos bichos que Niko intentó espantar con las manos sin mucho éxito, las picaduras eran molestas y picaban. Cubrió a los niños como pudo antes de dárselos a su propio hijo que los alejó de ahí con agilidad.

Los bichos parecían muy enamorados de él así que Niko empezó a alejarse de todos para llevárselos consigo hacia el lago que había visto no muy lejos de allí, quizás si se mojaba se los quitaba de encima pero no llegó a él porque un par de gigasaltamontes se le atravesaron. Manoteó tratando de quitárselos de encima sin mucho éxito.


¿Llega al lago?nop

El miembro 'Nikolaos Kirgyakos' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

Literalmente soltó un bufido de esos que son de consternación profunda y de esos que podrían romper completamente la tranquilidad. Le indignaba muchísimo que siempre anduviera de victima por lo que en esos momentos sintió la necesidad de golpearlo, pero no lo hizo realmente. Su hermana le había dicho que cuando esas cosas pasaran debía contar hasta diez y respirar profundamente antes de que hiciera algo de lo que podía arrepentirse. Pero, ¿De qué se arrepentiría? De golpear a un sujeto que le sacaba toda la grima fuera… Pero luego tampoco quería que le regañaran porque le había pegado al lobo y ya se la habían tomado con él por como había tratado a Savannah. -A él no le vendría nada bien, salvo el drama y enredo que tiene en su vida. - Rumio, con sus ojos puestos en los de Ian. Ya verían si se incorporaría a ellos o no.

Comprendió lo de que tenían que evacuar rápidamente porque realmente el sentimiento de que aquello aun no terminaba aun lo llevaba encima, por no decir que lo llevaban todos, o por lo menos los que eran licántropos. Vio a una gran cantidad de gente comenzando a circular y otros parados. -Que sigan evacuando. - Observo a su gente de la guardia haciéndoles una señal para que se movieran más rápidamente, mientras el otro peli café iba en búsqueda de su familia. Realmente él no se preocupaba por su familia porque sabían que hacer y a donde dirigirse, pero ellos realmente no tuvieron la oportunidad de ir a ningún lado por la estampida que se le vino encima. Ni siquiera tuvo la oportunidad de defensa porque se encontró tumbado en el suelo con un feroz dolor por el choque que había experimentado. –Maldición.- No quería ni pensar que si no se movía podía terminar aplastado y como pudo logro moverse.

Fueron muchos frentes abiertos y luego de la estampida vinieron los mosquitos. Dejo que un poco de su energía fluyera por su cuerpo esperando por lo menos sacarse un poco de la molestia de los mosquitos, comenzando a avanzar hacia Ian, porque, aunque Nikolaos necesitara ayuda, estaba lejos y de seguro los guardias que vieron su situación ya lo ayudarían. Así que tomo la decisión de ayudar al otro con los heridos. –No te preocupes, ellos estarán a resguardo. Pero si aún necesitas verlos y ayudarlos para cerciorarte de primera mano de que estén bien, te ayudare.- Otro cumulo de energía salió de su cuerpo haciendo que unos mosquitos fueran asesinados y otros tantos los rodearan. Que bien, no eran estúpidos.

Había estado a punto de dejarse convencer por Nikolaos cuando dijo que aquello de entrenar a otros le vendría bien, pero el caos que vino a continuación lo impidió todo. También habría contestado a Lorcan de manera airada por la suposición que hizo sobre su vida y el drama, como si él fuese buscando todo aquello. Lo único que quería era un poco de calma, que todo volviese a la normalidad. Lorcan ni siquiera lo conocía bien y no tenía problema en juzgarlo. A pesar de ello acudió a su llamada cuando le pidió ayuda para encontrar a su familia. El sentido del deber y la responsabilidad, supuso Ian, porque por amistad no era.

- ¡Necesito que me cubras hasta llegar a las camas del fondo! - se apartó lo justo para no ser embestido por otro centauro, pues con la primera coz ya había tenido bastante. Nikolaos se había alejado de ellos y de momento parecía apañárselas bien, aunque la nube de molestos mosquitos y saltamontes gigantes les estaban dando problemas. Echó a correr en medio de aquella desbandada de sanadores y guardias evacuando a los pacientes del campamento y a los que no podían desaparecerse por sí mismos. Por el camino tuvo que apartar a base de sablazos de cimitarras a un par de acromántulas, tragándose incontables mosquitos de esos por el camino porque había demasiados.

Hizo un sprint final cuando por fin llegó a la cama de Chloe y a la de su padre, que estaban siendo protegidos por otros guardias. Por suerte no les había pasado por encima la estampida. - ¡Ya me encargo yo, me los llevo a casa! - su hermana seguía como con la mirada perdida y sin prestar atención a nada, y por suerte su padre aún no había despertado. Se giró hacia Lorcan un momento, con una mezcla de agradecimiento implícito en la mirada y un "ya hablaremos". - Volveré a ayudaros. Ve con Nikolaos. Parece un tipo decente, y eso no abunda. - tras eso se desapareció de allí con su familia, en dirección a la casa Hacksaw.

Logró llegar al lago poco después y se metió en él, al hacerlo los mosquitos no le siguieron. Aguantó un poco y salió por otra zona, aún mojado se transformó para tratar de desviar a los centauros lejos del campamento como un perro ovejero. Sirvió, un poco mientras los miembros de la manda y la guardia junto con Lorcan a Ian controlaban a las acromantulas.

Cuando todo acabo, gran parte del campamento era un puto desastre. Niko volvió a transformarse notando las enormes y numerosas picaduras que tenía encima. ¿Era alérgico? No lo sabía pero no le gustaba la pinta que tenía. Iba a ir a revisión después pero primero control de daños.

No hubo ninguna muerte, al menos eso era positivo. Los heridos iba a ser trasladados al hospital que se había visto afectado así que lo primero fue empezar con nuevas tiendas para el hospital que instalaron con ayuda de la manada. La guardia se encargó de recuperar el resto de terrenos y eliminar los restos de las acromántulas.

Todo el día estuvieron trabajando para arreglar aquella zona. Niko se sintió cada vez más cansado y sabía que tenía poco que ver con la actividad física y más con las picaduras de los bichos esos. Así que una vez que todo estuvo más o menos en orden fue a consultar al equipo médico que empezó a atenderlo, recetandole algunas pociones. Aparentemente, no había sido el único afectado o picado y ya sabían cómo atenderlo.

No iba a poder ponerse a entrar con Lorcan ni con Ian en ese día, pero quizás si después. Por hoy tocaba descansar y así lo hizo saber a la manada después de agradecer su colaboración. Ya otro día se encargarían de mejorar, ahora había que recomponerse… y averiguar si esos temblores eran comunes.


Nivel de infección? 10. Fataaaaaal . Se queda ese día ahí descansando y recibiendo tto