Highlands

Si se creían que con un par de palabritas iban a controlar a Sasha estaban muy equivocados. La enana al ver que todo su plan se había ido al garete y tanto el dragón como el enano se habían zafado de su primer ataque, se enojó soberanamente. Lo que quería en ese momento era deshacerse aún más rápido de esa gente y la única forma que conocía era la violencia

Encima la pelirroja había curado el tremendo tajo que le había metido a la guardia y estando a su altura no dudó ni un minuto en lanzarle un puñetazo a la cara por seguir hablando -¿Que Consejo ni que mierda? IROS-

Levantó las espada hacia la pelirroja asumiendo que era quien meaba más alto. En su movimiento no se detuvo a mirar dos veces a la mujer sino que evaluó al dragón. En el bosque cada vez se veía más enanos saliendo a formar parte del grupo y rodeándolo - Tenéis 5 minutos. Dejad al traidor- Señaló a Noligma con la espada.

Desvió el golpe que pretendía darle Amaya y se frustró grandemente cuando le amenazó con el dragón. Lo cierto es que su mirada se desvió hacia el susodicho con un gesto para nada amable. Pero en ese instante, el traidor empezó a hablar de una forma tan elocuente que Sasha se le quedó mirando quedándose con el halago de "bella dama" en vez de lo otro.  Porque eso ya se lo habían dicho bastante.

-EHHHH- Levantó un dedo acusador para señalar a Noligma -¡Te queríamos rescatar de estos!- Señaló a los demás como si fueran poco menos que mierda pero cuando empezó a dar señales de su árbol genealógico Sasha tuvo que mirarlo con el ceño fruncido. ¿Gallina? ¿Por eso tenía el pico? Ladeó la cabeza para examinarlo cuando Sarah empezó a mostrarse un poco más decidida. Sin embargo, con un gesto de su mano los enanos bajaron las armas.

La enana y la Descendiente se miraron durante un instante antes de que la segunda echara otra mirada al dragón. Sasha le miró también. Si se metían en el bosque...Tendrían alguna oportunidad. Jugarían en terreno desconocido. Con una seña se giró y los enanos se reunieron para formar un pasillo que los escoltaría de camino... adentro -¿Os vais a quedar como pasmarotes o venis?- Rodó los ojos soltando un tsk.

En efecto, los llevaron a través del bosque avanzando con cuidado hacia el territorio....de lo elfos.

Caminaron aproximadamente 45 minutos en una noche cerrada, cuya oscuridad se hacía más densa con la presencia de mucha más fauna y flora. Las especies que allí se veían Sarah reconocería que hace años no eran atestiguadas por nadie y se creían en extinción. Sin embargo, allí bajo el cobijo de una flora mágica que brillaba con luz propia habían encontrado un hogar.

El bosque generalmente brillaba y latía en tonos azules y fríos, pero llegado un momento una tenue luz cálida empezó a rodearlos y junto a ellos aparecieron los elfos. Tres en total, con su líder, Alhya que pronto evaluó a cada uno de la comitiva hasta dar con Sasha. Fue hasta ella y clavó su espada en el piso, lo que hizo que una línea de luz amarilla vibrara alrededor del grupo y lo encerrara -al menos de forma visual--Estás en nuestro territorio, Sasha- Advirtió con un tono neutral, sí, pero tenso.

-Creí que Orynth había sido específico con la exploración de las zonas que no te pertenecían- Agregó y por último, aunque sin verlos, habló -Y además traes compañía no deseada-

-¿Esta es vuestra zona? No me di cuenta…- Mintió descaradamente y se notó, pero había cumplido su parte, los tarados empezaban a hacer preguntas y sabía que Alhya no tardaría mucho en querer quemarlos a todos…un poquito. Miró las líneas que los rodeaban y se preguntó si era cierta esa celda de fuego de la que tanto hablaban sus compañeros.

Y, de hecho, Alhya podría haberlos quemado a todos. Tenía cierto derecho sobre sus tierras y la guardia fronteriza. Mantuvo la mirada fija en Sasha mientras una de las  no-invitadas le hablaba. Pero le ignoró. A quien si no pudo hacerlo fue al pequeñajo con pico de pájaro. Deslizó su mirada hacia él y su gesto hosco cambió levemente para apreciar los detalles de tan curioso personaje -Soy Alhya. Encantada de conoceros, Noligma- Dijo haciendo una pequeña reverencia. Su acento era marcado y aunque se entendía lo que decía, se notaba que no era su lengua materna. Tras ello escuchó su proposición que le pilló, ciertamente, desprevenida pero el ¿hombre? Desprendía un encanto palpable y la elfa sonrió con suavidad -Podréis ilustrarme sobre lo que es un Chardone mientras hablamos-

Tras ello una pelirroja, besada por la madre naturaleza, le habló y Alhya que se encontraba repentinamente de buen humor decidió responderle -Sasha no os estaba guiando a ningún lado porque no tiene sentido de la orientación excepto para ocasionar problemas- A ella ni las estrellas, ni el sol ni la luna le hablaban. Pero también sospechaba que lo había hecho a propósito -Seguidme- De esa forma, podría hablar con ellos y con Noligma. Le pasó absolutamente desapercibida la pregunta del dragón porque en ese momento movía su espada, las líneas en la tierra cambiaron encerrando a cada uno de los cuatro en un círculo más pequeño y luego los otros dos elfos escoltaron a Sasha fuera de ahí, que sonreía con soberbia.

Los guió hacia una zona aparte del campamento externo, una especie de atalaya, pero estaba construida enteramente con ramas de los árboles, como si éstos hubiesen tenido el deseo y la decisión de crecer para guarnecer a los elfos. Más allá, a muchos metros de distancia, un mar de luces azules y claras daba iluminación a una ciudad que, así como la atalaya, parecía haber sido construida por los propios árboles.  Una hoguera de medio metro de fuego azul estaba cerca de la entrada de la misma donde habían cuatro guardias más y algunos alces que vagaban por allí hasta reconocer a los nuevos.  Una mesa redonda de madera con pequeños banquitos estaba cerca de ésta.  Alhya se detuvo finalmente y se volvió hacia los cuatro pero sin mirar a otro que no fuera Noligma -Así que Chardone…para el tema…político- Ladeó suavemente la cabeza y volvió la mirada hacia Sarah -¿De qué tema político estamos hablando exactamente y, por encima de todo, qué queréis? ¿Qué hacéis aquí?-