Recuerdo del primer mensaje :
Durdle Door (a veces llamada Durdle Dor) es un arco natural de piedra caliza ubicado sobre la Costa Jurásica, cerca de West Lulworth, en Dorset, Inglaterra.
El recuerdo feliz de los hermanos y la pareja jugando en la arena con los castillos le hizo devolverle la sonrisa, como imaginándose él mismo en aquella situación. Se acordó, entonces, de sus propios castillos de arena blanquecina de corta duración, las sombrillas, las rocas cargadas de pececitos del mar de Liguria. Y me pregunté si cabría la posibilidad de volver allí en algún momento, comer trenette al pesto… No, Inglaterra estaba marcada por otra cosa, y no por momentos agradables. Pero los recuerdos turbios al final dieron paso al juego, y quedaron atrás, para terminar por mojarnos y disfrutar del atardecer. Qué diferente era el atardecer en aquella playa en comparación al de Ouroboros -¿Sabes? Es una tontería, pero aquí el ocaso es diferente al de Ouroboros- Le compartí con una sonrisa un poco bobalicona, porque sabía que el sol era el mismo, el horizonte era igual (con más o menos nubes) pero… eran diferentes. Nunca me lo había planteado, quizás.
-Casandra. Vivíamos en Venecia. En una callejuela que salía de la plaza de San Marco, estaba hechizada y los magos caminábamos por encima del agua, casi como levitando. Tenía su gracia- Aunque quizás fuera un poco pretencioso, por aquello de andar sobre las aguas. Pero de pequeño no te planteas esas cosas. Arqueé la ceja, con extrañeza, cuando empezó a describir aquello de la tortuga, aquello era más rocambolesco todavía incluso que lo del canal. No lo pude evitar, la curiosidad me pudo y quería saber más -¿En una tortuga? ¿A quién se le ocurrió? ¿Y si se sumergía?- Su cara fue el detonante para que no pudiera evitar echarme a reír con grandes carcajadas, entendiéndola totalmente. Qué historia tan divertida, ¿qué le podría contar yo que fuera así de divertido? ¿que me obligaron a esconder a un licántropo en mi sótano para torturarlo?
Escuché mi propio planteamiento y su respuesta mientras seguía jugando con las gotitas de agua a nuestro alrededor. Al final las terminé por concentrar en una gota del tamaño de la palma de un bebé. Asentí a su reflexión, con cierta pena y sabiendo que tenía razón -A pesar de ello, si pudieras viajar a tu pasado, ¿qué cambiarias?- Sí, la guerra llegó a todas partes. Nuestras familias murieron, tomamos decisiones difíciles, hicimos cosas que no queríamos, teníamos miedo todo el rato. Incliné mi cabeza para quedar mi mejilla pegada a su propio pelo, pensando en la respuesta a mi propia pregunta. La gota se transformó en una pequeña culebrilla que serpenteó por mi mano, se retorció entre los dedos como el símbolo de la asesina de hielo, que luego resultó ser mi propia tía con el cerebro lavado. ¿Buscaría venganza? -Si pudiera volver atrás, le diría a mi madre lo que nunca se dice porque esperas tener todo el tiempo del mundo para hacerlo- Que todo iba a ir bien, que era feliz, lo eternamente agradecido, lo mucho que la iba a echar de menos… La culebrilla de agua dio paso a una persona, sin aspecto definido, que saludaba alegremente desde la palma de la mano. Capté su movimiento sobre mi hombro, sabiendo que estaba mirándome. Le devolví la sonrisa, quizás un poco más cansada pero agradecida por la confianza. Luego buscó el horizonte, manchado de naranja y rojo al atardecer, ¿era buena persona? ¿lo era realmente? La gota perdió su forma y cayó a la arena. -Aún queda mucho por hacer- Le respondí, de forma sincera y cansada por partes iguales, había muchas cosas que emendar, muchas confianzas con las que trabajar, muchas asperezas que limar.
-Casandra. Vivíamos en Venecia. En una callejuela que salía de la plaza de San Marco, estaba hechizada y los magos caminábamos por encima del agua, casi como levitando. Tenía su gracia- Aunque quizás fuera un poco pretencioso, por aquello de andar sobre las aguas. Pero de pequeño no te planteas esas cosas. Arqueé la ceja, con extrañeza, cuando empezó a describir aquello de la tortuga, aquello era más rocambolesco todavía incluso que lo del canal. No lo pude evitar, la curiosidad me pudo y quería saber más -¿En una tortuga? ¿A quién se le ocurrió? ¿Y si se sumergía?- Su cara fue el detonante para que no pudiera evitar echarme a reír con grandes carcajadas, entendiéndola totalmente. Qué historia tan divertida, ¿qué le podría contar yo que fuera así de divertido? ¿que me obligaron a esconder a un licántropo en mi sótano para torturarlo?
Escuché mi propio planteamiento y su respuesta mientras seguía jugando con las gotitas de agua a nuestro alrededor. Al final las terminé por concentrar en una gota del tamaño de la palma de un bebé. Asentí a su reflexión, con cierta pena y sabiendo que tenía razón -A pesar de ello, si pudieras viajar a tu pasado, ¿qué cambiarias?- Sí, la guerra llegó a todas partes. Nuestras familias murieron, tomamos decisiones difíciles, hicimos cosas que no queríamos, teníamos miedo todo el rato. Incliné mi cabeza para quedar mi mejilla pegada a su propio pelo, pensando en la respuesta a mi propia pregunta. La gota se transformó en una pequeña culebrilla que serpenteó por mi mano, se retorció entre los dedos como el símbolo de la asesina de hielo, que luego resultó ser mi propia tía con el cerebro lavado. ¿Buscaría venganza? -Si pudiera volver atrás, le diría a mi madre lo que nunca se dice porque esperas tener todo el tiempo del mundo para hacerlo- Que todo iba a ir bien, que era feliz, lo eternamente agradecido, lo mucho que la iba a echar de menos… La culebrilla de agua dio paso a una persona, sin aspecto definido, que saludaba alegremente desde la palma de la mano. Capté su movimiento sobre mi hombro, sabiendo que estaba mirándome. Le devolví la sonrisa, quizás un poco más cansada pero agradecida por la confianza. Luego buscó el horizonte, manchado de naranja y rojo al atardecer, ¿era buena persona? ¿lo era realmente? La gota perdió su forma y cayó a la arena. -Aún queda mucho por hacer- Le respondí, de forma sincera y cansada por partes iguales, había muchas cosas que emendar, muchas confianzas con las que trabajar, muchas asperezas que limar.
Tampoco me había parado a pensar si el ocaso era diferente o no, asumía que en cada sitio se veía de un modo. A lo mejor estaba emocionado por salir de la isla por primera vez en mucho tiempo. Escuche con atención lo que contaba sobre su infancia en Venecia, sonriendo levemente por la imagen de ellos caminando sobre las aguas. - Venecia...me gustaría ir. Si todavía sigue en pie. - su anécdota era más bonita que la mía de la tortuga gigante, que, mirándolo bien, daba algo de miedo. Me encogí de hombros, llevaba razón.
- Pues se ve que nadie pensó qué pasaba si se sumergía. De todos modos estaba entrenada...Aplastaneitora se llamaba. - la tortuga del hermano de Yaroslav, si no recordaba mal. Volví a mirar al horizonte con gesto pensativo cuando me hizo aquella pregunta tan complicada, no sabía si quería ponerme a analizar todo lo que podría haber cambiado.
- No lo sé. A veces pienso que si la Alianza no me hubiese secuestrado de pequeña no habría pasado lo de Daeron. Era un buen amigo de mi padre, y lo asesinaron por protegerme. Mi padre se unió a los aurores después de aquello y...bueno. Nos quedamos solos. - murmuré algo triste, recordando el pasado. Eso por no contar todo lo que le afectó a mi madre, pero eso ya era historia para otro momento. Me acordé de ella más aún por lo que dijo Ben de la suya, haciendo que se me aguasen un poco los ojos. - Y aún así ese tiempo no sería suficiente... - susurré ya apoyada en su hombro, siguiendo con la mirada la gota de agua. La conversación se había puesto seria en un momento, así que sólo asentí y tragué con un nudo en la garganta cuando dijo lo último. Separé mi cabeza de su hombro al escuchar su tono de voz, notándolo cansado.
- Cuando quieras volvemos. Ya hemos estado un buen rato dando vueltas por aquí, debes estar cansado. Lo del baño podemos dejarlo para otro día. - me puse en pie, sacudiéndome un poco la arena antes de extender la mano hacia él, ofreciéndole ayuda para levantarse.
- Pues se ve que nadie pensó qué pasaba si se sumergía. De todos modos estaba entrenada...Aplastaneitora se llamaba. - la tortuga del hermano de Yaroslav, si no recordaba mal. Volví a mirar al horizonte con gesto pensativo cuando me hizo aquella pregunta tan complicada, no sabía si quería ponerme a analizar todo lo que podría haber cambiado.
- No lo sé. A veces pienso que si la Alianza no me hubiese secuestrado de pequeña no habría pasado lo de Daeron. Era un buen amigo de mi padre, y lo asesinaron por protegerme. Mi padre se unió a los aurores después de aquello y...bueno. Nos quedamos solos. - murmuré algo triste, recordando el pasado. Eso por no contar todo lo que le afectó a mi madre, pero eso ya era historia para otro momento. Me acordé de ella más aún por lo que dijo Ben de la suya, haciendo que se me aguasen un poco los ojos. - Y aún así ese tiempo no sería suficiente... - susurré ya apoyada en su hombro, siguiendo con la mirada la gota de agua. La conversación se había puesto seria en un momento, así que sólo asentí y tragué con un nudo en la garganta cuando dijo lo último. Separé mi cabeza de su hombro al escuchar su tono de voz, notándolo cansado.
- Cuando quieras volvemos. Ya hemos estado un buen rato dando vueltas por aquí, debes estar cansado. Lo del baño podemos dejarlo para otro día. - me puse en pie, sacudiéndome un poco la arena antes de extender la mano hacia él, ofreciéndole ayuda para levantarse.
Que dijera aquello sobre Venecia me hizo caer en la cuenta que ni siquiera me había planteado el hecho de cómo se encontraba la ciudad después de la guerra y de SAM. Quizás se hubiera hundido en las aguas de la bahía, o quizás fuese destruida por una bomba, o quizás tropas de palomas malvadas hayan tomado las calles y ahora era inaccesible para los humanos. En cualesquiera de los casos no parecía que la casa de la infancia siguiera en pie, pero había que reconocer que la infantería de palomas rollizas tomando la ciudad tenía su melancólica gracia que me arrancó una sonrisa divertida. Entre aquello y la tortuga gigante … -¿En serio? ¿Aquello no hacía aguas por todas partes?- Podrían haber puesto el mismo hechizo que tenía aquella base subacuática, pero parecía que no se le había ocurrido. -¿Y qué pasó? ¿Qué pasó con Aplastaneitora?- Suspiré, después de las risas de la tortuga gigante, que cada vez me apetecía más conocer, para dar paso a la conversación más trascendental.
Escuché su historia en silencio, comprobando que al final, dando igual la facción a la que pertenecieses, todos teníamos pérdidas a nuestra espalda. La diferencia de ella, con su padre o conmigo mismo, es que en lugar de buscar venganza dedicó todo su esfuerzo para sanar… daba igual a quién. Eso lo hacía todavía mejor persona. Asentí con suavidad a su comentario del tiempo porque no, nunca sería suficiente. Hice de tripas corazón para deshacer el nudo en la garganta y seguir contemplando los últimos rayos de sol.
Cuando se separó la miré con curiosidad y cierta preocupación, seguramente ya estuviera aburrida o sencillamente estaba cansada, después de todo el trajín en el hospital y tantos días preocupada por su hermano -No. Espera, quiero presentarte a alguien. Vuelvo enseguida- Se ayudó de ella poniéndose en pie para pedirle tiempo y desaparecer de la playa. No tardó más que medio minuto en volver a aparecerse, cargado de una manta negra que no dejaba de moverse, intranquila. Tampoco ayudó que se hubiera aparecido unos centímetros por encima del agua de la playa, donde cayó al agua. El caos se desató de una forma divertida, entre la manta, el agua, gritos de ayuda y… ¿un ladrido? -¡Chloe! ¡Necesito ayuda!- Le dijo divertido, y empapado, mientras trataba de hacerse con aquel cuerpo envuelto en una manta oscura
Escuché su historia en silencio, comprobando que al final, dando igual la facción a la que pertenecieses, todos teníamos pérdidas a nuestra espalda. La diferencia de ella, con su padre o conmigo mismo, es que en lugar de buscar venganza dedicó todo su esfuerzo para sanar… daba igual a quién. Eso lo hacía todavía mejor persona. Asentí con suavidad a su comentario del tiempo porque no, nunca sería suficiente. Hice de tripas corazón para deshacer el nudo en la garganta y seguir contemplando los últimos rayos de sol.
Cuando se separó la miré con curiosidad y cierta preocupación, seguramente ya estuviera aburrida o sencillamente estaba cansada, después de todo el trajín en el hospital y tantos días preocupada por su hermano -No. Espera, quiero presentarte a alguien. Vuelvo enseguida- Se ayudó de ella poniéndose en pie para pedirle tiempo y desaparecer de la playa. No tardó más que medio minuto en volver a aparecerse, cargado de una manta negra que no dejaba de moverse, intranquila. Tampoco ayudó que se hubiera aparecido unos centímetros por encima del agua de la playa, donde cayó al agua. El caos se desató de una forma divertida, entre la manta, el agua, gritos de ayuda y… ¿un ladrido? -¡Chloe! ¡Necesito ayuda!- Le dijo divertido, y empapado, mientras trataba de hacerse con aquel cuerpo envuelto en una manta oscura
Decidí que se quedase con la intriga en lo del viaje en tortuga, me gustaba la atención con la que escuchaba cada cosa y lo que parecían divertirle esas sencillas anécdotas. Si le aburrieran no habría preguntado más cosas, y no me parecía una de esas personas falsas que sólo preguntan fingiendo interés. - Esa historia la dejamos para otro día. - además, con la conversación poniéndose más oscura no tenía mucho sentido seguir hablando de esas cosas. Al final acabamos guardando silencio mientras el sol terminaba de ponerse en el horizonte, momento en el que creí que nos marcharíamos
Lo miré extrañada cuando me dijo que esperase, pero igualmente le ayudé a ponerse en pie. - ¿Qué tramas? ¿Presentarme a quién? - miré alrededor, allí era imposible que hubiese nadie para presentarme. - ¡Ey! - Solté su mano antes de que desapareciese, quedándome allí sola unos cuantos segundos antes de escuchar un chapoteo en el agua. Me giré alarmada al ver que había caído dentro y pedía ayuda, sin comprender que traía en la manta aquella. Abrí mucho los ojos al escuchar el ladrido, aunque me quedé más tranquila porque eso aclaraba todo. No le pasaba nada y no traía ninguna bestia marina en la manta. - Qué loco estás. - me reí y eché a correr para ayudarle, quejándome por el agua fría en cuanto comenzó a llegarme a la cintura.
- ¡Aaaah! ¡está helada! - avancé un poco más para llegar hasta donde estaba él, quitándole la manta de encima al animalillo para descubrirlo y cogerlo en brazos. Era un labrador negro precioso. Hice un sonido de emoción al verle, protegiéndole de las olas con mi cuerpo. - Jo, qué bonito es. ¿Lo has adoptado? ¿Cómo se llama? - más le valía decir que era adoptado y no comprado. Le di un beso a Ben en la mejilla, y luego otro al perro en la cabeza. Tenía que sacarle del agua antes de que le diese frío, pero primero... - ¡Eso por asustarme! - empujé a Ben por el hombro, no muy fuerte, pero tal vez lo justo para que cayese al agua de espaldas.
Lo miré extrañada cuando me dijo que esperase, pero igualmente le ayudé a ponerse en pie. - ¿Qué tramas? ¿Presentarme a quién? - miré alrededor, allí era imposible que hubiese nadie para presentarme. - ¡Ey! - Solté su mano antes de que desapareciese, quedándome allí sola unos cuantos segundos antes de escuchar un chapoteo en el agua. Me giré alarmada al ver que había caído dentro y pedía ayuda, sin comprender que traía en la manta aquella. Abrí mucho los ojos al escuchar el ladrido, aunque me quedé más tranquila porque eso aclaraba todo. No le pasaba nada y no traía ninguna bestia marina en la manta. - Qué loco estás. - me reí y eché a correr para ayudarle, quejándome por el agua fría en cuanto comenzó a llegarme a la cintura.
- ¡Aaaah! ¡está helada! - avancé un poco más para llegar hasta donde estaba él, quitándole la manta de encima al animalillo para descubrirlo y cogerlo en brazos. Era un labrador negro precioso. Hice un sonido de emoción al verle, protegiéndole de las olas con mi cuerpo. - Jo, qué bonito es. ¿Lo has adoptado? ¿Cómo se llama? - más le valía decir que era adoptado y no comprado. Le di un beso a Ben en la mejilla, y luego otro al perro en la cabeza. Tenía que sacarle del agua antes de que le diese frío, pero primero... - ¡Eso por asustarme! - empujé a Ben por el hombro, no muy fuerte, pero tal vez lo justo para que cayese al agua de espaldas.
-¡Eso es trampa! ¡No me dejes sin saber el final!- Me quejé, con el mismo tono de confianza y divertimento con el que estábamos hablando sobre la tortuga, cuando ella se hizo la misteriosa y quiso dejar el final para otro momento. De modo que a modo de venganza la pinché con el dedo en las costillas, para hacerle cosquillas, quizás. Aunque en ese momento me di cuenta de que no sabía si tenía. Había que intentarlo al menos. Pero mi venganza de hacerme el misterioso se vio resuelta un rato después, ya con el agua hasta los hombros, porque no había fijado bien el punto de aparición en la playa y había caído al agua, con Linneo a brazos. -¡Venga que está buena!- Ahora fui yo el que la salpicó a ella mientras se acercaba. Me hice con la manta y la cargué a hombros. Como estaba mojada pesaba casi más que el perro que se lanzó a los brazos de Chloe y empezó a lamerle la cara, en su mente animal quería darle las gracias y quitarle todo el salitre.
-Es de las pocas cosas que conservo de cuando vivía en Londres- Le reconocí caminando con esfuerzo por culpa de la altura del agua -Era un cachorro cuando vino a vivir conmigo. Se llama Linneo- Le presenté con sumo orgullo del cánido que me había acompañado en los peores momentos. El mejor amigo, definitivamente. El beso me pilló por sorpresa y noté cómo me sonrojé, en la oscuridad de la noche naciente, y me quedé un paso por detrás, un poco atontado. Cuando recobré la marcha la pelirroja trató de vengarse tirándome al agua, y casi como por instinto agarré lo primero que pillé para sostenerme. Lo malo es que lo único que había a mi alrededor era ella, de modo que la arrastré al agua que apenas cubría un palmo, pues ya estábamos casi en la orilla. Yo caí sobre la arena y Chloe me cayó encima. -Eso ha sido el karma- Le reconocí de broma. El perro, que ya podía mantenerse a cuatro patas también quiso jugar y se nos unió, con su peculiar ladrido y sus lametones ligeramente ásperos, traté de protegerme de ellos, hasta que tuve al perro en una buena posición y lo cogí para rodearlo entre los brazos. Él se separó con un gruñido, bajó la cabeza, ladró y se puso a saltar a nuestro alrededor.
-Es de las pocas cosas que conservo de cuando vivía en Londres- Le reconocí caminando con esfuerzo por culpa de la altura del agua -Era un cachorro cuando vino a vivir conmigo. Se llama Linneo- Le presenté con sumo orgullo del cánido que me había acompañado en los peores momentos. El mejor amigo, definitivamente. El beso me pilló por sorpresa y noté cómo me sonrojé, en la oscuridad de la noche naciente, y me quedé un paso por detrás, un poco atontado. Cuando recobré la marcha la pelirroja trató de vengarse tirándome al agua, y casi como por instinto agarré lo primero que pillé para sostenerme. Lo malo es que lo único que había a mi alrededor era ella, de modo que la arrastré al agua que apenas cubría un palmo, pues ya estábamos casi en la orilla. Yo caí sobre la arena y Chloe me cayó encima. -Eso ha sido el karma- Le reconocí de broma. El perro, que ya podía mantenerse a cuatro patas también quiso jugar y se nos unió, con su peculiar ladrido y sus lametones ligeramente ásperos, traté de protegerme de ellos, hasta que tuve al perro en una buena posición y lo cogí para rodearlo entre los brazos. Él se separó con un gruñido, bajó la cabeza, ladró y se puso a saltar a nuestro alrededor.
Repetí en voz baja el nombre del perro que me acababa de presentar, acariciándole un poco las orejas con cariño. Era importante que hubiese cuidado a su compañero durante todos esos años, que no lo hubiese dejado tirado cuando comenzaron las dificultades en tierra.
- Menos mal que te lo llevaste a Ouroboros, no habría sobrevivido de otro modo. - eso me gustó, que viese al perro como un amigo y no como un objeto que podía dejar tirado a la mínima dificultad. Con eso casi le perdoné que me arrastrase al agua con él, haciéndome caer encima. Le eché una poca agua encima cuando dijo lo del karma, apoyando después mis manos sobre su pecho. Estaba fuerte el maldito, había que reconocerlo. Intenté no pensar mucho en sus pectorales y en la posición en la que estábamos, no era cuestión en ese momento.
- El karma o que eres un poquito torpe. - reí por lo bajo, justo cuando Linneo se nos unió para jugar con nosotros. Acabé rodando hacia un lado para quitarme de encima, haciendo la croqueta por la arena y acabando toda rebozada y mojada por las olas. Seguimos jugando allí con el perro un poco más, aunque al estar empapados y haber anochecido empezamos a tener frío. No tardamos en desaparecernos de nuevo de vuelta a Ouroboros, después de haber pasado una tarde bastante agradable.
- Menos mal que te lo llevaste a Ouroboros, no habría sobrevivido de otro modo. - eso me gustó, que viese al perro como un amigo y no como un objeto que podía dejar tirado a la mínima dificultad. Con eso casi le perdoné que me arrastrase al agua con él, haciéndome caer encima. Le eché una poca agua encima cuando dijo lo del karma, apoyando después mis manos sobre su pecho. Estaba fuerte el maldito, había que reconocerlo. Intenté no pensar mucho en sus pectorales y en la posición en la que estábamos, no era cuestión en ese momento.
- El karma o que eres un poquito torpe. - reí por lo bajo, justo cuando Linneo se nos unió para jugar con nosotros. Acabé rodando hacia un lado para quitarme de encima, haciendo la croqueta por la arena y acabando toda rebozada y mojada por las olas. Seguimos jugando allí con el perro un poco más, aunque al estar empapados y haber anochecido empezamos a tener frío. No tardamos en desaparecernos de nuevo de vuelta a Ouroboros, después de haber pasado una tarde bastante agradable.
Habíamos llegado a la playa hacía un buen rato y estábamos dando un paseo por la orilla. Nya estaba entusiasmada, correteando descalza por delante de nosotros mientras jugaba a que no le atrapasen las olas.
Hacía calor pero corría una brisa fresca y el agua que tocaba nuestros pies estaba helada a pesar de ser Junio. -Entonces ... tu...grupo nuevo...-No sabía como plantearle la pregunta. Encogí un hombro.-¿Tienes pensadas hacer muchas cosas? Quiero decir...has hablado de un hospital y-De pronto solté una risilla porque realmente me estaba haciendo un lío.
-No entiendo muy bien cuales son tus planes.-Confesé porque realmente no me había contado mucho o más bien nada.-¿Vais a reconstruir la ciudad o...-Volví a encoger mis hombros.
Hacía calor pero corría una brisa fresca y el agua que tocaba nuestros pies estaba helada a pesar de ser Junio. -Entonces ... tu...grupo nuevo...-No sabía como plantearle la pregunta. Encogí un hombro.-¿Tienes pensadas hacer muchas cosas? Quiero decir...has hablado de un hospital y-De pronto solté una risilla porque realmente me estaba haciendo un lío.
-No entiendo muy bien cuales son tus planes.-Confesé porque realmente no me había contado mucho o más bien nada.-¿Vais a reconstruir la ciudad o...-Volví a encoger mis hombros.
Aquellas improvisadas horas de picnic playero con juegos en la arena y en el agua habían valido la pena. Sólo con lo bien que se lo estaba pasando Nyara ya era suficiente, y también por poder permitirse al fin esos momentos de tranquilidad después de tanto tiempo. La conversación con Jo no iba mal, bastante distendida, como de buenos amigos.
- Ahora nos llamamos "Concilio Libre". Tenemos hasta un orco en nuestras filas. Muy inclusivo todo. - bromeó con una sonrisa mientras paseaban por la orilla, vigilando a Nyara de tanto en tanto. - El hospital que te propuse...- el tema le hizo recordar que ella había rechazado, cosa que le fastidaba pero tenía que aceptar. - Es una pequeña parte de lo que queremos hacer. Tengo pensado que el grupo militar que tenemos ahora se transforme en un gobierno con el paso del tiempo. Y sí, reconstruir y utilizar más edificios de la ciudad para otros propósitos, como escuelas, por ejemplo. ¿Qué más crees que se necesita?- porque eso de rehacer el mundo después de un apocalipsis cibernético era un poco complejo. Después se detuvo un momento, apartando la vista del frente para mirar a Jo.
- No quiero ser un pesado, pero...si te lo quieres pensar...siempre puedes dejar el hospital de Ouroboros. Dicen que últimamente es peligroso con esas raíces que han salido. -
- Ahora nos llamamos "Concilio Libre". Tenemos hasta un orco en nuestras filas. Muy inclusivo todo. - bromeó con una sonrisa mientras paseaban por la orilla, vigilando a Nyara de tanto en tanto. - El hospital que te propuse...- el tema le hizo recordar que ella había rechazado, cosa que le fastidaba pero tenía que aceptar. - Es una pequeña parte de lo que queremos hacer. Tengo pensado que el grupo militar que tenemos ahora se transforme en un gobierno con el paso del tiempo. Y sí, reconstruir y utilizar más edificios de la ciudad para otros propósitos, como escuelas, por ejemplo. ¿Qué más crees que se necesita?- porque eso de rehacer el mundo después de un apocalipsis cibernético era un poco complejo. Después se detuvo un momento, apartando la vista del frente para mirar a Jo.
- No quiero ser un pesado, pero...si te lo quieres pensar...siempre puedes dejar el hospital de Ouroboros. Dicen que últimamente es peligroso con esas raíces que han salido. -
-¿Concilio libre, eh?-Alcé ambas cejas e hice una mueca con los labios bastante dudosa pero todo de broma, claro.-Me había imaginado un nombre más...revolucionario.-Asentí conforme.-Suena bien.-Solté más alegre sonriéndole de vuelta.
-Aham.-Agité un poco la cabeza porque el flequillo se me había puesto en los ojos por el viento, escuchando con atención sus planes.-Las escuelas suenan bien, tal vez algún lugar donde ir a comprar más formal-Porque sí, había visto los puestecillos de alguna gente y los bares pero también la inseguridad de aquellos sitios.
Solté un suspiro envuelto en una sonrisa negando.-No eres un pesado, lo entiendo. Si necesitáis mi ayuda sabes que la tendréis pero...- Negué nuevamente.-No voy a dejar Ouroboros por muy rematadamente pijos que sean los Descendientes es un lugar en el que tengo mi espacio, Nya puede salir a jugar a la calle, formarse...-Encogí mis hombros.-Claro que tienen sus problemas y peligros pero a escala más reducida que lo que hay aquí. Es más...seguro.
No pensaba rebatirle en un principio pero ... era Johan, por mucho que se enfadase cuando le llevase la contraria no podía no decirle mi opinión.-¿Crees que la ciudad necesita un gobierno militar?-Le miré con una mueca en mi cara algo incómoda, obviamente yo no opinaba lo mismo.-Creo que sobran cuerpos de lucha ahora mismo y al final todos chocáis en ideas y al final...-Hice un gesto con las manos como de una rueda girando.-Volvemos al principio una y otra vez.
-Aham.-Agité un poco la cabeza porque el flequillo se me había puesto en los ojos por el viento, escuchando con atención sus planes.-Las escuelas suenan bien, tal vez algún lugar donde ir a comprar más formal-Porque sí, había visto los puestecillos de alguna gente y los bares pero también la inseguridad de aquellos sitios.
Solté un suspiro envuelto en una sonrisa negando.-No eres un pesado, lo entiendo. Si necesitáis mi ayuda sabes que la tendréis pero...- Negué nuevamente.-No voy a dejar Ouroboros por muy rematadamente pijos que sean los Descendientes es un lugar en el que tengo mi espacio, Nya puede salir a jugar a la calle, formarse...-Encogí mis hombros.-Claro que tienen sus problemas y peligros pero a escala más reducida que lo que hay aquí. Es más...seguro.
No pensaba rebatirle en un principio pero ... era Johan, por mucho que se enfadase cuando le llevase la contraria no podía no decirle mi opinión.-¿Crees que la ciudad necesita un gobierno militar?-Le miré con una mueca en mi cara algo incómoda, obviamente yo no opinaba lo mismo.-Creo que sobran cuerpos de lucha ahora mismo y al final todos chocáis en ideas y al final...-Hice un gesto con las manos como de una rueda girando.-Volvemos al principio una y otra vez.
- Ya, sonaba mejor "Resistencia". Tenía más gancho, peero...ya no hay nada a lo que oponerse realmente. - no del mismo modo al menos. Esperaba no sonar nostálgico con aquello, porque no era eso precisamente. Querían normalidad, y que la ciudad no fuese un puto caos de gente que decía que mandaba porque sí. - Zonas comerciales donde no haya que estar trapicheando.- le dio la razón en aquello, aunque no pudo hacerlo cuando se reafirmó en lo de seguir viviendo en Ouroboros. Tal y como imaginaba, no había cambiado de idea.
- Entonces acabaréis regresando allí, a tu piso. - suspiró de modo resignado porque le gustaba tenerlas en casa, apartándose un poco el pelo de la cara por el viento que soplaba a rachas. La miró algo sorprendido por lo que dijo después, sobre el tipo de gobierno. -Por el momento sí, porque alguien tiene que patrullar las calles. Ya no es sólo por el grupo ese de los reales, sino por toda la delincuencia que hay. Al principio no creo que volvamos. Tenemos a Thalos en lo que era antes la Alianza, y los grupos de magos radicales están prácticamente desaparecidos. - se detuvo un momento mientras Nyara se ponía a lanzar al agua las algas que había en la orilla, salpicándolos a todos.
- Si no todo sería tan caótico como tu hija lanzando bombas de algas al mar. - bromeó antes de rodear a la cría por detrás, dejando que siguiera con su juego. - No, en serio. No te preocupes. Un gobierno normal llegará. Si te presentaras...yo te votaría. A ti, o a Lyran. Gente como vosotros. Tratabas bien hasta a los que no lo merecían. - pensó en Reiv, en cómo lo ayudó incluso después de que la secuestrase. No solía guardar rencor.
- Entonces acabaréis regresando allí, a tu piso. - suspiró de modo resignado porque le gustaba tenerlas en casa, apartándose un poco el pelo de la cara por el viento que soplaba a rachas. La miró algo sorprendido por lo que dijo después, sobre el tipo de gobierno. -Por el momento sí, porque alguien tiene que patrullar las calles. Ya no es sólo por el grupo ese de los reales, sino por toda la delincuencia que hay. Al principio no creo que volvamos. Tenemos a Thalos en lo que era antes la Alianza, y los grupos de magos radicales están prácticamente desaparecidos. - se detuvo un momento mientras Nyara se ponía a lanzar al agua las algas que había en la orilla, salpicándolos a todos.
- Si no todo sería tan caótico como tu hija lanzando bombas de algas al mar. - bromeó antes de rodear a la cría por detrás, dejando que siguiera con su juego. - No, en serio. No te preocupes. Un gobierno normal llegará. Si te presentaras...yo te votaría. A ti, o a Lyran. Gente como vosotros. Tratabas bien hasta a los que no lo merecían. - pensó en Reiv, en cómo lo ayudó incluso después de que la secuestrase. No solía guardar rencor.
-¿No?-Respondí pensando que realmente sí que había algo, seguía habiendo muggles acechando magos y tal vez a la inversa también solo que no estaban tan presentes. Asentí ante su siguiente frase y después...después escuché ese suspiro.
Le dediqué una mirada con cierto deje de disculpa pero no lo sentía para nada, además seguro que lo sospechaba.-Es mi casa Johan y la de Nya. Además, creo que estaría bien darle algo más de espacio a Victorya casi no sale de la habitación.-Dije con una profunda y desinteresada sinceridad pues tenía la sensación de que tanto la niña como yo ocupábamos gran parte de la casa durante el día y no se sentía cómoda con ello.
-Pero...ya patrullan las calles con el ejército.-Añadí mientras hablaba alzando una ceja y con una mueca en cierto tono de broma.-¿No crees que eso es como...demasiado militar junto?-Encogí un hombro. Suspiré deteniendo el paso a la par que él observando a Nya que parecía estar descargando su rabia con las algas o algo así. Solté una risilla mientras avanzábamos.-Así que mi hija ¿eh? en eso es más tu hija.
Intentó tranquilizarme y después simplemente empecé a reírme cuando dijo que me votaría a mi. A MI. -Claro que votaría a Lyran pero..¿A mí?-Me señalé mientras le miraba como si se le hubiese ido la cabeza. -PRFF-Negué.-No gracias. Yo solo quiero vivir tranquila, curar a gente y criar a Nya de la forma más normal y pacífica que pueda.-Comenté aún con la sonrisa en el rostro pero gesticulando tajantemente con las manos.
-No sé, no digo que no tengáis una fuerza militar o algo así pero creo que lo que menos necesita la ciudad es un montón de grupos armados compitiendo entre sí por sus ideas. Porque...todos van a hacer algo, aunque sea la mínima cosa que le parezca mal a otro.-Intenté explicarle mi punto de vista mirando hacia atrás después para ver que la pequeña nos seguía muy entretenida con un alga en las manos pero con un gesto muy peculiar. Volví a mirarle y empecé a susurrar.-Creo que alguien nos va a atacar por la espalda.
Le dediqué una mirada con cierto deje de disculpa pero no lo sentía para nada, además seguro que lo sospechaba.-Es mi casa Johan y la de Nya. Además, creo que estaría bien darle algo más de espacio a Victorya casi no sale de la habitación.-Dije con una profunda y desinteresada sinceridad pues tenía la sensación de que tanto la niña como yo ocupábamos gran parte de la casa durante el día y no se sentía cómoda con ello.
-Pero...ya patrullan las calles con el ejército.-Añadí mientras hablaba alzando una ceja y con una mueca en cierto tono de broma.-¿No crees que eso es como...demasiado militar junto?-Encogí un hombro. Suspiré deteniendo el paso a la par que él observando a Nya que parecía estar descargando su rabia con las algas o algo así. Solté una risilla mientras avanzábamos.-Así que mi hija ¿eh? en eso es más tu hija.
Intentó tranquilizarme y después simplemente empecé a reírme cuando dijo que me votaría a mi. A MI. -Claro que votaría a Lyran pero..¿A mí?-Me señalé mientras le miraba como si se le hubiese ido la cabeza. -PRFF-Negué.-No gracias. Yo solo quiero vivir tranquila, curar a gente y criar a Nya de la forma más normal y pacífica que pueda.-Comenté aún con la sonrisa en el rostro pero gesticulando tajantemente con las manos.
-No sé, no digo que no tengáis una fuerza militar o algo así pero creo que lo que menos necesita la ciudad es un montón de grupos armados compitiendo entre sí por sus ideas. Porque...todos van a hacer algo, aunque sea la mínima cosa que le parezca mal a otro.-Intenté explicarle mi punto de vista mirando hacia atrás después para ver que la pequeña nos seguía muy entretenida con un alga en las manos pero con un gesto muy peculiar. Volví a mirarle y empecé a susurrar.-Creo que alguien nos va a atacar por la espalda.
- La de abajo también es tu casa, pero vale. - hizo un gesto con ambas manos como queriendo decir que ya, que lo dejaba estar. No quería insistir más. Se encogió de hombros con lo de Victorya, eso ya no era cosa suya. - Pues ella me dijo que quería hablar contigo, se ve que aún no lo ha hecho. - que quería llevarse bien con ella o algo así. ¿Era eso lo que le había dicho? ya no se acordaba de la conversación completa. Ese día estaba pensando en otras cosas...se habían quedado a medias. - Bah, no le des importancia. - todo era cuestión de normalizarlo.
Giró la cabeza hacia ella con gesto de indignación máxima cuando mencionó al otro ejército, cosa que le fastidió. - Ah, claro, como ya está el ejército de los Draven ya no hacemos falta los demás. Pues nada, les dejamos que hagan y deshagan a su antojo. Si para mí sería más fácil quitarme del medio y ponerme a plantar tomates en el huerto. - que ya estaban los otros...que sobraban. Bufó por lo bajo, pero se le pasó un poco el mosqueo por lo que dijo de Nyara. La verdad que sí, que le encantaba su hija caótica. - Ya. Lo bueno es que tiene la inteligencia de su madre para no hacer tantas gilipolleces como he hecho yo. - y por las que se había visto envuelta en líos ella también, por ayudar a la Resistencia. La entendía en cierto modo, se tenía ganada esa tranquilidad que quería con una vida cotidiana en la isla. - Pues haré solo chapas de "vote por Lyran". - aunque era otro que se había retirado ya del todo y ahora estaba todo el día con sus hijos. Al final tendría que proponer como presidente a Yaroslav.
Guardó silencio cuando le explicó su punto de vista sobre los diferentes grupos armados de la ciudad, pero no le dijo nada en contra porque tampoco quería repetirse. - Acabarán desapareciendo los demás grupos...y el que prevalezca será poder único. No sé tampoco si es buena idea... - hizo un gesto como queriendo decir que mejor dejaban el tema. Luego miró de reojo con disimulo hacia atrás cuando Jo le avisó del plan de Nyara, asintiendo. - ¡Te pillé! - Se dio la vuelta de manera repentina para pillarla desprevenida, alzándola del suelo entre risas mientras se la cargaba al hombro y las algas se les desparramaban a los dos por encima. Luego cogió un alga particularmente viscosa de las que le caían por la cabeza, poniéndosela a Jo en el hombro. - ¿Ves? mamá ya va a juego con nosotros.
Giró la cabeza hacia ella con gesto de indignación máxima cuando mencionó al otro ejército, cosa que le fastidió. - Ah, claro, como ya está el ejército de los Draven ya no hacemos falta los demás. Pues nada, les dejamos que hagan y deshagan a su antojo. Si para mí sería más fácil quitarme del medio y ponerme a plantar tomates en el huerto. - que ya estaban los otros...que sobraban. Bufó por lo bajo, pero se le pasó un poco el mosqueo por lo que dijo de Nyara. La verdad que sí, que le encantaba su hija caótica. - Ya. Lo bueno es que tiene la inteligencia de su madre para no hacer tantas gilipolleces como he hecho yo. - y por las que se había visto envuelta en líos ella también, por ayudar a la Resistencia. La entendía en cierto modo, se tenía ganada esa tranquilidad que quería con una vida cotidiana en la isla. - Pues haré solo chapas de "vote por Lyran". - aunque era otro que se había retirado ya del todo y ahora estaba todo el día con sus hijos. Al final tendría que proponer como presidente a Yaroslav.
Guardó silencio cuando le explicó su punto de vista sobre los diferentes grupos armados de la ciudad, pero no le dijo nada en contra porque tampoco quería repetirse. - Acabarán desapareciendo los demás grupos...y el que prevalezca será poder único. No sé tampoco si es buena idea... - hizo un gesto como queriendo decir que mejor dejaban el tema. Luego miró de reojo con disimulo hacia atrás cuando Jo le avisó del plan de Nyara, asintiendo. - ¡Te pillé! - Se dio la vuelta de manera repentina para pillarla desprevenida, alzándola del suelo entre risas mientras se la cargaba al hombro y las algas se les desparramaban a los dos por encima. Luego cogió un alga particularmente viscosa de las que le caían por la cabeza, poniéndosela a Jo en el hombro. - ¿Ves? mamá ya va a juego con nosotros.
Sin quererlo se me escapó una mirada de reojo alzando ambas cejas.-No. Es tu casa.-Expliqué como si fuese obvio. Esa casa no tenía nada mío.-Sé que soy bienvenida pero sigue siendo tu casa no la mía.-Añadí, sabiendo que no se iba a tomar a bien aquello. Acompañé su gesto de dejarlo estar y negué nuevamente.-Apenas la he visto salir de la habitación.
Entonces fruncí el ceño por aquello de que no le diese importancia y se me escapó una especie de risa entre dientes.-¿Cómo no le voy a dar importancia? Está claro que se siente incómoda. No quiero hacer sentir incómodo a nadie.-Ya lo había notado en la cena de navidad así que había decidido no insistir más y darle su espacio en la medida que podía hacerlo.
Capté su gesto de indignación y entorné los ojos con cansancio cuando empezó a hablar del ejército de los Draven.-No es eso...-Apreté los labios negando mientras seguía.-Si fuese más fácil lo habrías hecho, no quieres plantar tomates Johan pero tampoco entiendo esa...competición absurda de egos que os traéis.-Expliqué en tono amable sin entender porqué no trabajaban en conjunto.-PRff...no la viste cuando se metió una pintura por la nariz¿eh?-Tenía claro que Nya era inteligente pero le faltaba paciencia como a su padre. Terminé por reír por lo de las chapas.
Hice un gesto como diciendo que ya se vería como acababa todo. Yo ya había dado mi opinión, no podía ni quería hacer más. No quería verme envuelta en otra resistencia.
Ante el ataque de la niña paré mis pasos cuando Johan fue a por ella, observándolos a los dos con una sonrisa en mis labios. Les había visto jugar antes pero por alguna razón aquella estampa hizo que mi extraño corazón diese un pequeño respingo. Hasta que vino hacia mi.-No..no se te...-Cerré los ojos sintiendo el pringue del alga en mi hombro y negué riendo mientras Nya se partía de risa.
Entonces fruncí el ceño por aquello de que no le diese importancia y se me escapó una especie de risa entre dientes.-¿Cómo no le voy a dar importancia? Está claro que se siente incómoda. No quiero hacer sentir incómodo a nadie.-Ya lo había notado en la cena de navidad así que había decidido no insistir más y darle su espacio en la medida que podía hacerlo.
Capté su gesto de indignación y entorné los ojos con cansancio cuando empezó a hablar del ejército de los Draven.-No es eso...-Apreté los labios negando mientras seguía.-Si fuese más fácil lo habrías hecho, no quieres plantar tomates Johan pero tampoco entiendo esa...competición absurda de egos que os traéis.-Expliqué en tono amable sin entender porqué no trabajaban en conjunto.-PRff...no la viste cuando se metió una pintura por la nariz¿eh?-Tenía claro que Nya era inteligente pero le faltaba paciencia como a su padre. Terminé por reír por lo de las chapas.
Hice un gesto como diciendo que ya se vería como acababa todo. Yo ya había dado mi opinión, no podía ni quería hacer más. No quería verme envuelta en otra resistencia.
Ante el ataque de la niña paré mis pasos cuando Johan fue a por ella, observándolos a los dos con una sonrisa en mis labios. Les había visto jugar antes pero por alguna razón aquella estampa hizo que mi extraño corazón diese un pequeño respingo. Hasta que vino hacia mi.-No..no se te...-Cerré los ojos sintiendo el pringue del alga en mi hombro y negué riendo mientras Nya se partía de risa.
El tema de la casa quedó zanjado, aunque no estaba de acuerdo con ella ni con el modo en que lo veía. Negó con la cabeza, dando a entender que no, que él lo veía como casa de familia, no sólo de él. En cuanto a la relación de Jo y Victorya...eso era cosa de ellas. Que hablasen si querían, y si no que no lo hiciesen. - Pues tendrá que acostumbrarse. Tú sales y no pareces incómoda. Y si lo estás...no me lo has dicho. - tenía la oportunidad de hacerlo ahora si quería, que se lo dijese con confianza. Igual que le había dicho con confianza lo que pensaba sobre los planes de Londres, o cómo le había dicho lo de la lucha de egos.
- No es eso. Es que no me gusta el rumbo que han tomado. No estoy de acuerdo. A veces pienso que acabaríamos antes dividiendo la ciudad en dos, sin tener que ponernos de acuerdo en nada. Otras pienso que deberíamos hacer un verdadero gobierno mixto, pero tampoco quieren. Si pudiese imponer mi voluntad sería todo más...fácil. - terminó bajando un poco la voz, casi más para él que para ella. Se quedó mirando hacia el mar durante algunos segundos, casi regañándose mentalmente por aquellos pensamientos.
El comentario de meterse un color por la nariz le hizo bastante gracia, y se le pasó un poco la frustración que le entraba con el tema de los Draven y todas sus movidas. De verdad que podría intentar alejarse de todo, por mucho que Jo no creyese que él fuese capaz de quedarse plantando tomates. Momentos como el que estaba teniendo ahora bien valían la pena para tomar ese tipo de decisión. Aún así... no era tan fácil quitarse de encima la sensación de estar haciendo algo mal si no intervenía en la medida de sus posibilidades para impedir que todo se torciese de nuevo.
La niña siguió riéndose mientras la cargaba al hombro toda pringada de agua, arena y algas. Se río más fuerte aún cuando su madre acabó también con un alga encima, como si acabasen de hacer una trastada. - ¿A que le queda bien? Está muy guapa. - Nya asintió, estirando después su mano hacia su madre. Johan se acercó lo suficiente para rodear la cintura de Jo, plantándole un beso en la mejilla antes de que la cría le imitase e hiciese lo mismo.
- No es eso. Es que no me gusta el rumbo que han tomado. No estoy de acuerdo. A veces pienso que acabaríamos antes dividiendo la ciudad en dos, sin tener que ponernos de acuerdo en nada. Otras pienso que deberíamos hacer un verdadero gobierno mixto, pero tampoco quieren. Si pudiese imponer mi voluntad sería todo más...fácil. - terminó bajando un poco la voz, casi más para él que para ella. Se quedó mirando hacia el mar durante algunos segundos, casi regañándose mentalmente por aquellos pensamientos.
El comentario de meterse un color por la nariz le hizo bastante gracia, y se le pasó un poco la frustración que le entraba con el tema de los Draven y todas sus movidas. De verdad que podría intentar alejarse de todo, por mucho que Jo no creyese que él fuese capaz de quedarse plantando tomates. Momentos como el que estaba teniendo ahora bien valían la pena para tomar ese tipo de decisión. Aún así... no era tan fácil quitarse de encima la sensación de estar haciendo algo mal si no intervenía en la medida de sus posibilidades para impedir que todo se torciese de nuevo.
La niña siguió riéndose mientras la cargaba al hombro toda pringada de agua, arena y algas. Se río más fuerte aún cuando su madre acabó también con un alga encima, como si acabasen de hacer una trastada. - ¿A que le queda bien? Está muy guapa. - Nya asintió, estirando después su mano hacia su madre. Johan se acercó lo suficiente para rodear la cintura de Jo, plantándole un beso en la mejilla antes de que la cría le imitase e hiciese lo mismo.
Suspiré por aquella sentencia de Johan.-A veces no basta con acostumbrarse Johan...-Le miré alzando ambas cejas cuando dijo que yo no estaba incómoda.-No lo estoy...excepto cuando incomodo a otra gente.-Expliqué con calma.-Pero tampoco es una situación agradable convivir todos, y sí, sí te lo dije.-Le recordé. Ya que habíamos hablado de ello en el cuarto cuando me soltó lo del amor libre y eso.
Casi era más fácil hablar del tema militar y sus intenciones. ¿El rumbo que han tomado? Fruncí el ceño confusa.-¿El rumbo de procurar una mejor relación con magos y criaturas mágicas? ¿El de ayudar en la construcción de un hospital para todo tipo de gente?-Encogí mis hombros sin saber a qué se refería mostrándole claramente con mi gesto que no entendía de qué hablaba. Johan estaba de acuerdo con eso ¿no? De eso se trataba la resistencia. ¿no?. Paré un momento mis pasos cuando dijo lo último, pasando por mi cabeza la imagen de varios magos del pasado.
Continué andando un segundo después. No. Lo habría dicho con otro sentido.-Ya... si impusiésemos mi voluntad todos tendríamos un huerto ecológico y haríamos picnics los domingos.-Bromeé sin más.
La risa de Nyara resultaba contagiosa. Volví a reír mientras me acercaba a ella, apartándole un poco de alga de la cara mientras Johan me daba un beso, lo cual apenas percibí, era como natural, nada extraño. -¿Pero sabes qué Nya?-Ella negó.-Papá puede estar mucho más guapo solo que creo...-Rápidamente planté la mano en la cabeza del moreno arrastrando una de las algas hasta su rostro.-¡Que le falta un poco de alga en la cara!-Sonreí exageradamente en una mueca para que Nya terminase de partirse de risa mientras la cogía para bajarla al suelo y correr con ella huyendo de Johan mientras nos reíamos.
Casi era más fácil hablar del tema militar y sus intenciones. ¿El rumbo que han tomado? Fruncí el ceño confusa.-¿El rumbo de procurar una mejor relación con magos y criaturas mágicas? ¿El de ayudar en la construcción de un hospital para todo tipo de gente?-Encogí mis hombros sin saber a qué se refería mostrándole claramente con mi gesto que no entendía de qué hablaba. Johan estaba de acuerdo con eso ¿no? De eso se trataba la resistencia. ¿no?. Paré un momento mis pasos cuando dijo lo último, pasando por mi cabeza la imagen de varios magos del pasado.
Continué andando un segundo después. No. Lo habría dicho con otro sentido.-Ya... si impusiésemos mi voluntad todos tendríamos un huerto ecológico y haríamos picnics los domingos.-Bromeé sin más.
La risa de Nyara resultaba contagiosa. Volví a reír mientras me acercaba a ella, apartándole un poco de alga de la cara mientras Johan me daba un beso, lo cual apenas percibí, era como natural, nada extraño. -¿Pero sabes qué Nya?-Ella negó.-Papá puede estar mucho más guapo solo que creo...-Rápidamente planté la mano en la cabeza del moreno arrastrando una de las algas hasta su rostro.-¡Que le falta un poco de alga en la cara!-Sonreí exageradamente en una mueca para que Nya terminase de partirse de risa mientras la cogía para bajarla al suelo y correr con ella huyendo de Johan mientras nos reíamos.
Vale, puede que le dijese aquello de que convivir todos revueltos no le gustaba, pero era muy similar a lo que hacían en la base de Bastion Hollow. A la larga sabía que no podía ser así durante mucho tiempo. Hizo un sonido irónico cuando Jo pareció defender lo que hacían ahora los Draven, al parecer no le había entendido. - ¿No lo ves? van por separado, por libre. En lugar de proponer un ejército común de todos mezclados, han vuelto al separatismo. A ellos por un lado y nosotros por otro sin ni siquiera plantear una alternativa. Ese hospital está condenado al fracaso antes de empezar, porque es más como una obra de caridad que como algo en lo que todos aportan y tienen derechos. Siento que no es el camino que deberíamos haber tomado, que hubo precipitación. - le explicó para que entendiese su punto de vista. No es que estuviese enfadado con Thalos, pero le molestaba lo rápido que había aceptado la visión de su hermano. Al final estaban haciendo lo que el otro quería.
Casi agradeció que Jo no indagase en lo que había querido decir con lo de imponer su voluntad, porque la respuesta podría no gustarle. Le sacó una sonrisa con el uso que haría ella de aquellos poderes, huertos ecológicos y picnics. El mundo sería un lugar mejor si hubiese más gente como ella, desde luego. - Qué malvada dictadura. - bromeó antes de que empezasen con todo el juego del ataque de algas, en el que la rubia había entrado también de lleno. - ¿Más guapo aún, dices? - le siguió el juego hasta que se vio con un trozaco enorme de alga en la cara, que le tapó la visión lo justo para que ambas escapasen de su posible venganza.
- ¡Eso es trampa! - Cuando se la quitó y la apartó hacia un lado se puso a perseguirlas por la orilla, dándoles margen para que corrieran un poco más mientras les lanzaba agua con las manos. Cuando por fin las pilló las cogió a las dos cada una con un brazo, llevándoselas al agua con él para rebozarse entre las olas y la arena de la orilla. Entre paseos y juegos se les había hecho bastante tarde, pero se le había pasado el tiempo volando.
Casi agradeció que Jo no indagase en lo que había querido decir con lo de imponer su voluntad, porque la respuesta podría no gustarle. Le sacó una sonrisa con el uso que haría ella de aquellos poderes, huertos ecológicos y picnics. El mundo sería un lugar mejor si hubiese más gente como ella, desde luego. - Qué malvada dictadura. - bromeó antes de que empezasen con todo el juego del ataque de algas, en el que la rubia había entrado también de lleno. - ¿Más guapo aún, dices? - le siguió el juego hasta que se vio con un trozaco enorme de alga en la cara, que le tapó la visión lo justo para que ambas escapasen de su posible venganza.
- ¡Eso es trampa! - Cuando se la quitó y la apartó hacia un lado se puso a perseguirlas por la orilla, dándoles margen para que corrieran un poco más mientras les lanzaba agua con las manos. Cuando por fin las pilló las cogió a las dos cada una con un brazo, llevándoselas al agua con él para rebozarse entre las olas y la arena de la orilla. Entre paseos y juegos se les había hecho bastante tarde, pero se le había pasado el tiempo volando.
Aquel sonido irónico me hizo arrugar la nariz algo molesta. ¿Acaso me estaba perdiendo algo? Empezó a explicar lo que él pensaba del ejército que había montado Thalos y sus ideas me parecieron extrañas.
Suspiré cuando escuché sus expectativas sobre el hospital.-No sé Johan...-Comenté no convencida del todo con su argumento.-No hay un ejército mixto vale, entiendo tu punto pero...están colaborando no van por ahí matando magos como antes. Y el hospital no es caridad, es un hospital en el que todo el mundo tiene derechos.-O eso creía, no esperaba que Arleen se adentrase en un proyecto distinto de aquello.-Es un paso ¿no? -Pregunté mientras pensaba que tal vez el que tenía una actitud más separatista era él pero eso me lo quedé para mi.
-Oh...tendría al pueblo sometido.-Continué su broma haciéndome la seria antes de comenzar el ataque de las algas.
Corrí con Nya agarrada de la mano, es decir, a su ritmo, que pegaba pequeños gritos con las salpicaduras de Johan mientras yo me reía. Pero al sentir el amarre de Johan la que pegué el grito fui yo sabiendo que tocaba venganza.
Aún así fue divertido, pasamos un rato más jugando y acabamos rebozados de agua arena y algas, unas croquetas muy rebozadas a decir verdad. Regresando a la casa con Nya casi dormida de la paliza de jugar.
Suspiré cuando escuché sus expectativas sobre el hospital.-No sé Johan...-Comenté no convencida del todo con su argumento.-No hay un ejército mixto vale, entiendo tu punto pero...están colaborando no van por ahí matando magos como antes. Y el hospital no es caridad, es un hospital en el que todo el mundo tiene derechos.-O eso creía, no esperaba que Arleen se adentrase en un proyecto distinto de aquello.-Es un paso ¿no? -Pregunté mientras pensaba que tal vez el que tenía una actitud más separatista era él pero eso me lo quedé para mi.
-Oh...tendría al pueblo sometido.-Continué su broma haciéndome la seria antes de comenzar el ataque de las algas.
Corrí con Nya agarrada de la mano, es decir, a su ritmo, que pegaba pequeños gritos con las salpicaduras de Johan mientras yo me reía. Pero al sentir el amarre de Johan la que pegué el grito fui yo sabiendo que tocaba venganza.
Aún así fue divertido, pasamos un rato más jugando y acabamos rebozados de agua arena y algas, unas croquetas muy rebozadas a decir verdad. Regresando a la casa con Nya casi dormida de la paliza de jugar.
Playa de Durdle Door
Zona de expansión del "velo" causada por la unión entre el Sanguis de Avalon y el de Ouroboros
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