Jardines & áreas verdes

La conversacion se habia vuelto inmensamente mas desagradable en cuanto le habia recalcado que abandonase cualquier esperanza de optar a algo relacionado con mi ocupacion dentro el Consejo, o de ostentar un "titulo" de heredero para el bebé. Si antes habia tenido alguna duda, ahora no tenia ninguna. Resultaba un poco decepcionante, la verdad....

¿No creo que volvamos a vernos?

-Eso no es algo que vayas a decidir tú. No aguantaré amenazas de nadie.

Respondí a aquellas ultimas frases suyas, con tantos dobles sentidos. Si tenia que ponerle vigilancia a la mujer, lo haría, aunque no me gustase hacerlo. Empezaron a llegarme susurros incordiosos....voces de ultratumba....habian captado un aura que se ocultaba a la vista humana....por que esconderse? Si, era sospechoso....

Ella se marchó y yo me puse en pie, con mal sabor de boca. Para mi la celebracion habia terminado. Me habria marchado en ese preciso instante, tras terminarme mi vaso de lo que fuera, de no ser porque tenia una tarea de vigilancia en el lugar. Los susurros se incrementaron. Empecé a hacerles un poco de caso....

Por un momento vi algo raro. A Markus Tesla, pero dos veces. Aunque creí que fue una alucinacion de breves segundos porque al instante pasaron varias cosas mas acuciantes. Unos rayos demagia, unos gritos, algo de revuelo. De pronto se manifestaron a mi alrededor varios de los demonios que tenia de centinelas y me hablaron cuando se lo comandé, en aquella lengua que solo los nigromantes enteniamos. Al instante lo supe. Intrusos.

Solté el vaso y eché a correr agarrando antes mi vara de roble, bramandole algo al descendiente de Merlín que estaba muy feliz comiendo canapés.
- Sean. Intrusos. Haz lo que debes!

El joven Eire me miró extrañado pero asintio rapido al darse cuenta de la situacion. Se puso en pie y reaccionó rapido, sabia muy bien que hechizos de su repertorio y especialidad emplear en estos casos. La línea anti intrusos. Creó un perímetro magico alrededor del banquete que expulsaría físicamente de un empujon a cualquiera que tuviese intenciones no pacificas para con los que alli estaban congregados. El siguiente encantamiento que realizó se expandió mas allá: uno para acabar con las posibles ilusiones o disfraces de los atacantes...o el atacante....

LLegué al lugar del revuelo y me encontré a Dioscorides en el suelo, inconsciente...o.... me agaché y tome su pulso. Menos mal. Viva.
- Que se encarguen de ella. - dije a los de alrededor.

Habia que encontrar al culpable, guiado por mis demonios, que podrian detectar su aura aun si eran invisibles a los ojos. Ojos en el mas allá pero tambien en el mas acá. No tardé en llegar cerca de un edificio.

- Que vengan aqui nuestros enemigos...el dia de la boda de su hija....no tiene perdón.... - conforme me alejo de alli corriendo localizo a un hombre que corre en direccion contraria a donde es la celebracion. Los demonios me indican algo... y el hechizo revelador de Sean en breves me confirmaria lo que ya me decian. - Tú! La salida del recinto está prohibida.

Me sorprende que la chica no se sienta mal por el regaño que acabo de meterle, que si bien fue algo sencillo y sin muchos matices oscuros, siempre es feo recibirlos. Para parecer tan calladita, sí que tiene un carácter decidido.- Espero que así sea, Chloe, que he escuchado mucho de tus dotes. Si sigues así tendrás pronto un buen título que ostentar.

Aún cuando la chica trató de venderme al jovencillo, no estoy segura de que sea el adecuado para la herbolaria. Se ve algo blando. De cualquier modo, eso de aprender un poco de cada profesor se sentía bien. Sobre todo porque si hicieran eso todos los alumnos, muchos descubrirían que las plantas no son tan aburridas como creen.- No me convences, cariño. Pero si él lo quiere podemos hacer algunas pruebas. Algunas de confianza, también. Háblame un poco más de ti, chico. Toma asiento.

Y tras darle lugar, la chica se va habiendo hecho su venta del día. Tuve que rolar los ojos, pues aquello se veía bastante mal a mi parecer. Al menos el chico se había presentado bien, sus padres parecían comunes, pero interesantes, y eso de que era aplicado ya era el cincuenta por ciento de todo lo que era necesario.- Bueno, entonces bien. Aunque no deberíamos hablar de trabajo en una boda, creo que está bien. Espero que te guste la herbolaria.

Estaba por dar los detalles de tan hermosa profesión cuando algo me paralizó, me quitó el aire y a la vez se sentía como si el alma saliera del cuerpo. Como si cada vena se estuviera drenando y cada gota de sangre saliendo del cuerpo en el mismo momento. Alcancé a ver las luces y recordé bien el sonido tan estrepitoso. Pero, ¿un ataque? ¿en Ouroboros? ¿en medio de la boda de Catherine e Ian?

Que cobardes son los que atacan por la espalda...



Es sonido seco de la mujer cayendo al suelo tomó a varios por desprevenidos, sobre todo porque no era cualquier invitada. Afortunadamente, el resto de los descendientes no tardaron en actuar.

Permanecemos un tanto alejados del centro de acción de la fiesta y el banquete, observando a cierta distancia mientras valoramos lo que hacer. Dejo por ahí la copa que me dio uno de los camareros que se acercó, siendo consciente de que ahora mismo parecemos un par de tipos raros vestidos de médico mientras miramos desde lejos. Claro que nos la deben tener jurada, tanto los amigos de Lucio como la gente que atacamos en la taberna. Es como que hemos cogido fijación con ellos y vamos a joderlos allá donde van. En el fondo me siento un poco mal por hacer esto porque entre ellos está la chica que me curó. - Lo sé, deben odiarnos. No me gustaría que le pasase nada a la chica que nos llevamos a la torre para que me curase, tengamos cuidado, al menos con ella. - aviso a Vanessa, que seguro está de acuerdo conmigo. No me hacer mucha gracia que mi compañera me pida que me aparte mientras ella hace el ritual de robo de magia, pero supongo que es más fácil si ella usa la capa para ocultarse y yo mientras me alejo hacia uno de los edificios más cercanos.

- Pues no tardes, reúnete conmigo dentro de unos minutos en ese edificio del fondo. Dudo que pueda encontrarte ropa para cambiarte aquí, mucho pides tú. - me separo de ella tras desearle suerte, echando a andar a paso rápido hacia un edificio blanco de aspecto clásico y con pinta de ser sede administrativa de algo. No me detengo a girarme para mirar lo que sucede cuando escucho el sonido retumbante que provoca la calavera cuando se activa para el robo de magia, ni me giro tampoco para ver la deslumbrante iluminación producida por el rayo que atraviesa a la víctima. He visto esa imagen ya varias veces, y he de decir que me sigue impresionando el modo en que la energía mágica escapa de sus cuerpos para ser albergada en las calaveras de poder. Ahora no tardarán en tratar de darnos caza, y temo que a Vanessa no le de tiempo a seguirme. Todo ja sido tan rápido que ni siquiera me ha dado tiempo a llegar al edificio acordado.

El revuelo y el caos no se hacen esperar. Alguien da la voz de alarma y comienza a dar órdenes a otros, así que Vanessa debe estar en problemas. Me doy la vuelta de inmediato antes de llegar a los setos que delimitan el final del jardín, echando a correr para ir a ayudarla. Si utilizamos el objeto de transporte que compré en el mercado negro todavía podríamos intentar escapar. Pero si les damos tiempo a organizarse estaremos bien jodidos. En mitad de mi carrera de vuelta me topo con Vanessa , todavía transformada en el joven que ha suplantado, siendo perseguida por un tipo barbudo de aspecto intimidante. Ya nos han pillado, es tarde para disimular. - ¡Corre, detrás de mí! - le indico a Vanessa para que se proteja, apuntando a Matvey con la palma de la mano abierta para lanzarle una potente descarga eléctrica. Con un poco de suerte quedará paralizado por la descarga y nos dará unos valiosos segundos para utilizar la estatuilla de grifo y huir.

Con lo que no contaba era con el hechizo contra intrusos creado por alguien de la boda, que acelera bastante el proceso de destransformación de la poción multijugos. Sin ese hechizo todavía hubiésemos contado con unos 5 o 10 minutos más con el aspecto de los tipos que hemos suplantado, pero así perdemos nuestro "disfraz" mucho antes. Caigo al suelo de rodillas mientras emito un gruñido de dolor al sentir que mi cuerpo cambia de forma para volver a la mía, notando cómo los músculos y huesos vuelven a su ser. Lo peor de todo es volver a quedarme sin uno de los brazos otra vez, y sin la única mano, pues la metálica se perdió en la anterior transformación.

"Ahora sí que estoy bien jodido... "

Mi compañera va a correr la misma suerte, y hay muchos en la boda que nos podrán reconocer. - Vanessa...- murmuro con voz rasposa, pidiéndole un favor. - Busca la estatuilla que llevo en la bolsa que llevo en el cinturón y actívala presionando su ojo. Con eso podremos escapar. Yo...no puedo ahora mismo. - espero que entienda que me refiero a que estoy sin putas manos, y que se encargue también de sujetar la bolsa de las calaveras, que no hemos llegado hasta aquí para perderlas.


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poción multijugos post 5 de 5, fin de la transformación y vuelve a su aspecto habitual

Me siento un poco estúpido porque Chloe debe ser toda una experta en su campo de actuación, cosa que no dudaba, pero no sabía que fuera tan archiconocida por toda la isla. Lo mismo hasta tiene un cromo para ella sola en las ranas de chocolate. Y yo allí, como un imbécil, hablando de un padre loco que ya no vale la pena y de una madre desaparecida en combate. Bien Justin, bien.

Y por supuesto Sofía dice que no la convenzo, normal, yo tampoco me convencería a mí mismo, pero a pesar de eso, me invita a sentarme. Y, aunque un poco dudoso, termino por obedecer -Bueno, pues es que tampoco sé muy bien qué decir- suspiro -Me hubiese encantado poder estudiar mucho más, pero es Stacy la que se encarga de enseñarme algunas cositas. Sé... sé hablar el lenguaje de las aves. A mi padre se le daba genial todo lo que era comunicarse con todo lo vivo, en especial las aves así que... bueno, algo he aprendido-

Cuando me comenta lo si me gusta herbología asiento. En realidad no tenía mucha idea sobre todo el asunto de esa parte de la magia, pero sé que podría ser muy útil para situaciones peliagudas: venenos, pociones, elixires, cataplasmas, infusiones, bellos jardines... sí. Útil. Y cuando parece que me va a explicar más detalladamente los entresijos de esa rama de la magia, una especie de rayo sale de la nada y toma a Sofía. Pego tal salto del susto que me caigo, con la silla y todo, al ajardinado suelo, quedando paralizado sin saber reaccionar hasta que el evento cesa y enseguida está Matvey encima de ella. Al estudiar su gesto entiendo que está viva pero fastidiada. En cuanto llega gente a ocuparse de la descendientes salgo del corrillo hacia la única persona que sé que puede hacer algo de utilidad, pero no la veo con todo el gentío. Me siento bastante perdido y no sé qué debería hacer, ¿avisar al gerente del hospital? ¿detener a los que han hecho esto? Si ni siquiera los he visto. -Quiero ayudar, ¿qué puedo hacer?- Grito al corrillo que se forma alrededor. -Podríamos usar el grifo para llevarla rápido al hospital- Digo mientras conjuro al bicho con la ayuda de la estatuilla. Sin embargo la gente no parece hacerme especial caso, de modo que decido por tomar las riendas del asunto.
Ayudo a Sofía a que se suba en el grifo, cojo las riendas del mismo y salimos de allí volando al hospital.

Permanezco sentado junto a una de las mesas en las que estaban las bebidas, dando buena cuenta del whisky irlandés que hay en la mesa. Me dedico a beber copas sin pausa pero sin prisa, tratando de ahogar los extraños sentimientos que tengo en este momento. Por un lado me alegro mucho por mi hijo, por verlo feliz y a salvo al lado de esa chica. También por mi hija, que sigue sana y salva después de que la secuestrasen cuando atacaron a Ian. Es un alivio haber conseguido protegerla durante todos estos años de guerra, evitando que sufriese daños mayores. Además, también andan por aquí los Knox y mi ahijado Jarkko, que son también como parte de mi familia. Es mucha la gente que tengo, pero a pesar de eso noto una ausencia muy importante para mí, y me cuesta encajar del todo con el reinante ambiente de felicidad.

Los gritos de Lykaios me sacan un poco de mis pensamientos, aunque también me hacen recordar momentos del pasado en los que él era un mocoso escandaloso y caótico que vivía en casa de Lyran. Creo que no ha cambiado mucho desde entonces, excepto porque ya no vive con Lyran. Saludo a mi amigo con un gesto de la cabeza cuando se acerca a la mesa en la que estoy junto con su esposa, tensándome y entornando un poco los ojos cuando menciona lo del homicidio refiriéndose a Lykaios. Una broma, eso es todo. No he de sacarlo de contexto. - Déjalo para cuando empiece a cantar, los Knox cuando se emborrachan lo hacen. - comento mientras les invito a sentarse en algunas de las sillas que quedan libres junto a la mesa. También se une a nosotros un tipo con bigote al que tengo la impresión de haber visto antes hablando con Yaroslav, aunque no es exactamente igual. Desvío la mirada un momento hacia donde los había visto, comprobando que sigue ahí. Tal vez haya tomado mucho whisky, o tal vez sean gemelos. Saludo a Marcus después de que se dirija a Lyran y Anteia, arqueando levemente la ceja por el piropo que le dedica a esta última. Supongo que será otro de los Descendientes, que se ve que les resulta atractiva Anteia. El nigromante tampoco le había quitado ojo durante la ceremonia. - ¿De qué os conocéis? - pregunto a Marcus y a Lyran por saber cuándo se conocieron, que parece que Lyran se conoce a media isla.

En ese momento sucede algo inesperado, teniendo en cuenta que se supone que estamos en un lugar seguro. Un rayo de luz que sale de la nada impacta contra una de las invitadas, una mujer pelirroja. El extraño rayo no desaparece al instante, sino que tarda varios segundos en esfumarse. Tras esto la mujer cae inconsciente al suelo, ante la sorpresa e incredulidad general. Rápidamente dirijo la mirada a donde están mis hijos, comprobando que estén bien. Si hay un ataque quiero que se vayan de aquí cuanto antes. - ¡Chloe, Azahar, marchaos a un lugar seguro! ¡ Ian, llévate a Catherine de aquí! - ninguno de ellos está para luchar ahora mismo, así que lo mejor será que se marchen rápidamente. No sabemos qué tipo de ataque habrá sido, ni cuantos atacantes hay. Sea quien sea no permitiré que vengan a joder la boda de mi hijo y que campen a sus anchas. Le hago un gesto a Lyran, Anteia y Marcus indicando que me voy tras el nigromante que acaba de salir a la búsqueda del atacante.

Enseguida me pongo a su altura, tras una breve carrera en la que acabamos encontrando a dos hombres con batas de médico. O no...porque resultan ser una mujer y un hombre que se habían transformado en otros. Tras sufrir unos cuantos espasmos vuelven a la que debe ser su forma original, aunque no estoy seguro de conocerlos. Poco he podido hacer por detener el ataque eléctrico que ha lanzado a Matvey uno de ellos, y me temo que mis ataques con manejo del metal aquí pueden perjudicarnos más que otra cosa. - ¿Quién cojones sois vosotros y cómo habéis entrado aquí? - pregunto de manera despectiva mientras comienzo a conjurar un elemental de sombras, algo con lo que poder retenerlos para que no se nos escapen.

 
MULTIJUGOS OFF.

Sigo un rato de cacareo con mi psiótico y paranoico nuevo juguete, pensando que en realidad, si se fuerza mucho la relación Markus-Abuelo de Heidi... haraá catapúm! Chimpúm! y todo serán luces de colores, y fuego y explosiones y blablabla.

Y, espera, cuál es nuestra sorpresa que efectivamente hay un ataque malvado contra una de nuestras compañeras -¡¡¡¡TE LO DIJE!!!! ¡¡¡TE LO DIJE!!! Markus te lo dijo y Markus es rara vez la que se equivoca. Esto ha sido administrador, que nos vigila. Nos observa. Quiere acabar con todos nosotros. ¡VAMOS A MORIR TODOS! Pues, Administrador, te digo una cosa: a Markus no le vas a pillar tan fácilmente- Markus amenaza a los cuatro vientos, grita al cielo y señala a todas partes, porque Markus sabe que Administrador está en todas partes. Es como los miniclodianos esos de las películas frikis de Star Wars que controlan la fuerza.

Agarro con fuerza el Tesla-cacharro-enciende-magia (patente en curso), un puñado de cubiertos más (por si hicieran falta) y al abuelo de Heidi. -Tú vienes con Tesla- No podía dejar que Administrador dañara a mi nuevo amigo. Le agarro por el hombro y le saco de allí prácticamente a rastras, para llevarle a un lugar seguro, que posiblemente sea un baño con la puerta cerrada.

La fiesta iba genial hasta que a alguien le da por fastidiarla, impidiendo que sigamos con la diversión, con el intento de borrachera y con los cotilleos. Dejo escapar un grito de sorpresa cuando el rayo de luz que sale de no sé dónde acaba dejando a Sofía tirada por los suelos, aunque Justin parece estar intacto. Miro alrededor asustada, intentando entender lo que ha sucedido. Al principio no identifico a ningún atacante, pero enseguida se distingue el rastro de alguien huyendo a toda velocidad. Matvey y mi padre salen rápidamente a la búsqueda del intruso, alejándose a la carrera de la zona central de los jardínes. Nadie sabe qué está pasando aquí, y  la mayoría de la gente empieza a huir para ponerse a salvo. Justin y otro grupo de gente ayudan a llevarse a Sofía de allí, y otros pocos miembros del Consejo se ponen en alerta para buscar más atacantes por los alrededores. Me da mucha rabia que haya sucedido esto hoy, parece que ya ni un día de tranquilidad podemos tener.

Me temo que mi padre tiene razón, lo mejor es que nos quitemos del medio y nos llevemos a toda la gente que podamos, así estarán a salvo por si hay más ataques imprevistos. Le hago un gesto a Ian para que se de prisa y ponga a salvo a Catherine, que debe ser lo prioritario en este momento.

"nada de luchar, que te conozco. Deja que hoy se encargue papá, él puede."

Le envío el mensaje telepáticamente, cogiendo después del brazo a Azahar para movernos de allí. Por el camino nos encargamos de llevarnos también a los hermanos de Catherine, insistiendo en que se vengan porque Ian se ocupará de su hermana. En muy poco tiempo conseguimos organizarnos, marchándonos  de allí los 4  para dirigirnos hacia el edificio Ouroboros.

OFF:

Se percata de que algunos sacan colibríes y reconoce algunas joyas solo de verlas y Catherine arquea las cejas -Pero quien ha pagado todo eso? - pregunto un poco fuera de lugar porque a ella también le apetecía tener cosas nuevas. ¿Donde estaban sus regalos? ¿En las bodas daban regalos? Seguro que sí -Tu gente… tú también conoces a mi gente. ¿Te parece que socializó con la mitad de la isla?- le cuestionó riéndose un poco y negando con la cabeza. En el momento en el que llega el camarero Cat se mete un par de canapés a la boca sin preguntar nada. Es más, directamente mueve la mano y levita la bandeja para dejarla en la mesa y alzando las cejas hacia el camarero -Me la quedó…- sonrió, de lado, no completamente pero si un gesto gracioso y cordial antes de mirar a Ian y llevarle una a la boca. Estaban particularmente deliciosos y eso siempre le ponía de buen humor. Cerró los ojos levemente cuando le puso la chaqueta encima y asintió. Se encontraba fenomenal, después de haber sido el centro de atención ahora todos iban por su parte. Miro a los mellizos de nuevo, sonriendo les de lado aunque ellos no le veían. Era agradable verlos socializar un poco.

La chaqueta de Ian le sentó fenomenal, el calorcito que desprendía le hizo cerrar los ojos y su comentario la hizo reir un poco -¿Has visto los zapatos que llevo?- Pregunto alzándose la falda del vestido para que viera sus comodas botas, sacándole la lengua después en un gesto de burla. Después pasaron al tema de su estado y llevo sus manos a su vientre acariciándolo levemente -Si y creo que los canapés le gustan- Añadió, inclinándose para tomar otro y comerlo sin demora. Escuchar sobre sus hermanos le hizo volver la vista hacia ellos escuchando el comentario de Ian -O las parejas los cambian a ellos. Supongo que… muchas los verán por su apellido. Desmond debe despreciar eso… y Rhaegar es un poco más exigente- Alzó los hombros con suavidad y luego volvió su atención a los importantes canapés pero Ian planteo cosas importantes que, por supuesto, Catherine no sabía -Pues… - miro hacia Anteia que se veía ocupada con Marcus… que se había cambiado de ropa. Frunció un poco el ceño y Desmond también parecia ocupado -Podemos comer y tú puedes beber. No estamos obligados a nada ¿No? Es nuestra boda… y a cumplimos el protocolo importante. Tenemos que añadirle nuestro toque de rebeldía - Le confesó, agobiada de solo pensar en salir a bailar delante de un montón de gente y… trasbillar o caerse, nunca había bailado y no quería estrenarse ahora.

Lykaios hizo lo suyo. Interrumpió la adorable tranquilidad de los novios con sus gritos y a Cat de le subieron los colores en cosa de segundos, mirando a Ian un poco nerviosa y rodando los ojos por las voces que empezaban a unirse -Vale… un protocolo mas- Sonrió de lado y subió la mano por la camisa de Ian, tirando de él para besarlo. Era uno de esos protocolos que no le importaba seguir.

Al menos hasta que fueron interrumpidos.

Murmullos, gritos y rayos de luz. La locura mental que se desató fue un zumbido en su cabeza y se llevó una mano a la sien, soltando sin siseo antes de cerrar las barreras mentales. Cuando se alejó de Ian escucho el grito de Adam y ubicó a Matvey corriendo. Se comunicó con Desmond quien le informo que habían atacado a Sofía, pero estaba viva. -Pero… ¿Cómo?... ¿POR QUÉ?- Golpeo la mesa, sintiendo una irá potente apoderarse de todo su cuerpo como un remolino. Se incorporó y con un gesto de sus manos trazo el camino a seguir hacia la seguridad de su hogar. El piso se había convertido en ese extraño fluido negro que empleaba para sus zarcillos y se extendió, no sólo hacia delante donde marcaba el camino sino hacia arriba convirtiéndolo en un túnel de protección para ambos. Sus ojos habían empezado a brillar y sus facciones habían pasado de estar relajadas a convertirse en una estatua de piedra. El túnel, en sí, había sido ocultado por una de sus propias ilusiones con lo cual ambos habían desaparecido del plano visual de todo el mundo.

Catherine empezó a caminar, tomando de la mano a Ian con una fuerza siniestra, porque si se atrevía a hacerse el valiente … lo iba a noquear. La mirada de la bruja Le Fay seguía hacia adelante mientras el túnel empezaba a tapar los sonidos exteriores y los envolvía en una tranquila cúpula apenas iluminada.

“Espero que recuerdes lo que dije…” Susurro mentalmente a Matvey “Los quiero muertos”

En medio de la rápida caminata, la novia se detuvo de ipso facto y abrió levemente la boca. Algo en su cuerpo se había descompuesto y el túnel a su alrededor vibro -Ian…- Dijo en un hilo de voz, apretando su mano de nuevo mientras bajaba un momento su rostro hacia el charco de agua que estaba justo entre sus botas y su mojado vestido. Trago fuerte, muy fuerte y la mano libre la movió temblorosamente hacia el este cambiando la dirección del túnel de su casa hacia el hospital. Uno de los momentos más terroríficos de su vida estaba empezando a hacerse realidad. Su bebé iba a nacer y ni siquiera en Ouroboros podía estar protegido

Las palabras de Lyran le hicieron sonreír aunque no dejaba de pensar en su antigua casa, su antiguo techo. Pero dejó eso atrás y pensó en disfrutar de lo que tenían ahora -Te amo- Murmuró sobre los labios de su esposo, sintiéndose dichosa de tenerlo aquí con ella. Lo besó de nuevo mientras los abrazaba y le acariciaba la espalda, deseando en ese momento, que no estuvieran en un lugar público… aunque recordaba perfectamente que había pasado la última vez que de habían dejado llevar.

-Claro- Respondió respecto a lo de Adam. Aunque Anteia y Adam no funcionaban muy bien juntos, cuando estaba Lyran era diferente. Aunque en el fondo de su corazón, Anteia sentía el vacío que había dejado Victoria. Respiró hondo y se sentó en una de las sillas mientras se llenaba la copa a tope. Bebió la mitad casi de un trago mientras veía al aprendiz de Sean tomar a los mellizos. Era un joven bastante dulce y que tenía facilidad con los mellizos  y su distracción.

Anteia miro a Lykaios y luego a Lyran, riéndose brevemente -Te diría que en ningún caso, pero el mundo ha cambiado… hey, Lyran canta bien. Ha mejorado con la práctica de nanas infantiles - Le soltó sin ningún tono en particular y llamó la atención de un camarero para tomar unos bocadillos. En eso llega uno de los que Anteia presume que es Descendiente porque aún no acaba de ponerle nombres a todos y recibe un halago que hace que se le suban los colores y le de la risa tonta -Entonces tendré que hacer algo al respecto, es el día de Catherine. Los mios ya han pasado- Expresó con una sonrisa cordial y dirigió su mirada hacia su esposo con rebosante dulzura.

Pero todo se tuerce. Porque nada en esta vida es fácil. Un rayo de luz sale de la nada y todo parece irse al garete. Anteia podría haber reaccionado inmediatamente pero se queda pasmada sentada en la silla. Adam da órdenes, es lo mejor que se le da. La francesa mira a su alrededor, como todo ocurre en cámara lenta. La gente desaparece rápidamente igual que Azahar y Chloe, los Le Fay. El aprendiz de Sean hace una seña a Anteia y se lleva a los niños. Catherine e Ian desaparecen y aunque una parte de su cuerpo intenta ir hacia Sofía, la mirada de la rubia de clava en Matvey y en su vara de roble - Cariño… tengo que retar a alguien… - Le dijo con una tranquilidad casi pasmosa. Y le miró, con los ojos vacíos y extraños.

Desapareció, dejando a Lyran con Marcus para aparecer entre Matvey y Adam, viendo a las dos personas que empezaban a subirse al grifo. Y es algo que no puede evitar, es algo que le nace en el fondo del estómago. No es irá, no es odio es una molestia enorme con aquellos dos jovencitos que han  dañado no solo un evento que lleva meses planeando sino un momento seguro para Catherine e Ian, para Lyran y para miles de personas que se merecen eso ¡QUE SE LO MERECEN TODO!

-Quietos allí, ahora mismo- Gruñó. Y su poder se extendió hacia ellos. Anteia lo había sentido muchas veces en su vida, le era bastante familiar y sabía cómo concretarlo. Ella usaba sus poderes para compartir tranquilidad, excepto hoy. Ese frío miedo paralizante que nacía en el fondo de sus entrañas y se extendía por todo el cuerpo creando una aparente inmovilidad… como cuando sabes que realmente has enojado a tu madre.  Se sacó uno de sus tacones, aquellos glamurosos zapatos con pequeños diamantes que destellaba a la luz del sol y lo lanzó hacia los intrusos. Fallo. Porque Anteia no es buena golpeando, pero no dejo de intentarlo y se sacó el otro zapato. Se acercó, aguerrida, a la pareja y le clavó un taconazo en la mano a la muchacha -¡SUELTA ESO YA!- Grito, como una digna madre enojada -¡Y OS BAJAIS DEL BICHO JOVENCITOS! -

Una copa de vino y una interesante conversación empezaban a gestarse como flor en el jardín en un día excelente. Un día sin guerras ni lucha, donde todos pueden olvidarse un poco de poderes y ataques a hombres y semimagos, sobretodo a Marcus Tesla, quien poseía una copa de vino en su mano.
    ─Todos los días son días de Catherine e Ian─, alzó su copa para mostrar galantería. ─Me imagino que sus días traerán pequeñas y adorables consecuencias─, habla de un bebé, lógico. Y los "días" de los que hablaba no eran literalmente "días", lo que le causó un poco de gracia, aquello que fue espantado con una ráfaga de luz despampanante que cayó en cuerpo de una mujer inconsciente.
    La ráfaga de luz llamó la atención de todos, sobre todo de Marcus, a quien le gusta la física, la matemática y la termodinámica. La copa que tenía en su mano la lanzó por aires, chorreando dulce licor de uva, mientras todos corrían hacia los atacantes, hacia los intrusos.
   
    Diversos pensamientos llegan a la mente de Marcus tesla, la posibilidad de capturar a los atacantes. Con él, con el vino vivo por los aires, cayéndose por encima de Marcus, las ecuaciones empiezan a dar los resultados.
   
    Se trata de la voz de un extraño hombre, lo que significa que son dos los invasores.

    Terminados los cálculos, la copa se rompe en el suelo. Marcus alza su mano izquierda, del que se desprende una ráfaga de luz que se divide en el aire. Aquellas balas energéticas envuelven en una esfera a cada uno de los traidores.
    ─No se mueva ninguno de ustedes, o mi poderoso magnetismo puede dejarlos paralíticos de por vida─, mencionó el Tesla mientras caminaba hacia todos los demás defensores de la boda. Iban a transportarse en una extraña máquina que, por suerte, Anteia había anticipado a denegarles la oportunidad por un simple zapato.

La descarga del joven medico me pilla desprevenido y me impacta en el pecho haciendome caer de rodillas con una mueca de dolor. Si hubiera tenido corazon en el pecho, éste se habría detenido. Oi la telepatia de Cath en mi cabeza, diciendo que los queria muertos. Al menos habian conseguido ponerse a salvo y el ataque parecia algo mal organizado.

Pero ya era suficiente.

Habian penetrado las barreras. En el dia de hoy.

Adam habia llegado a mi lado, y Anteia tambien. La aparicion de ambos y las medidas tomadas por Marcus Tesla sin duda evitaron que ese par de dos lograsen huir en aquella estatuilla. Me puse en pie con ayuda de mi vara de roble, viendo que la Malfoy no contenta con un zapato, iba a usar de puñal el otro acercandose al enemigo. Me pareció imprudente asi que reaccioné rápido, clavé la punta de la vara en el suelo, que resonó de modo metálico y destelleó, y siseé unas incomprensibles palabras. Varios portales demoniacos se abrieron en el cielo alrededor de ellos y brotaron unas diabolicas criaturas aladas que los rodearon. Un rugido de dragón se oyó acercarse. Snagov no andaba lejos.

Avancé hacia ellos reteniendo a las criaturas de momento.

- La rendición o la muerte.  Elegid.... pero elegid rapido.

Fuera como fuere, no queria matarlos de inicio. Un interrogatorio antes seria mucho mas util. Pero si realizaban un solo movimiento más, no solo serian mis demonios los que les perseguerían, seria Tesla, Adam, Snagov y Anteia.

Las cosas estaban yendo bastante bien. Incluso se acercó a nosotros un Marcus Tesla más que recuperado tras el incidente de la base subterránea, a saludarnos. Con un cumplido hacia mi esposa, por cierto. Le sonreí al hombre y rodeé a Anteia con mi brazo.

- Lo siento Anteia pero en este caso estoy de acuerdo con Marcus y en desacuerdo contigo... ¿Cómo te encuentras, Tesla?

Pero mi pregunta quedaría sin respuesta, puesto que entonces ocurrió todo aquello. Fueron unos momentos confusos. Muy confusos. Pero la evacuacion y la defensa se armó rapido. Adam desapareció de nuestro lado, Marcus dejó su copa caer... y Anteia se apartó de mi. Los mas jovenes evacuaron de allí rapido. Al menos ya no corrían peligro. Estiré mi mano hacia mi esposa, preocupado por la mirada de sus ojos.

-Anteia, espera!!

Pero desapareció de alli. Maldije, sacando mi moneda comunicadora. Lei que a Johan lo habian atacado los Soul Reaper. Habian llegado hasta aqui? No sería que...?? Eché a correr hacia donde habia visto ir a Rasputin, que habia sido el mas rapido en seguirlos. Pero a mitad de carrera la pierna me falló, porque aun andaba cojito y convaleciente de la explosion, y trastabillé. De poco no me di de morros contra el suelo, pero me llevé una mesa por delante que consiguió frenarme. Vi a Anteia lanzandose contra ellos y estiré mi mano hacia ella, conjurando una silenciosa barrera de defensa magica, que la protegería en gran parte de cualquier tipo de ataque que pudiese ir a recibir, físico o mágico.

"por lo que mas quieras, por favor, ten cuidado"

Habría sido falso decir que en ese momento no estaba aterrorizado, porque lo estaba. Mientras me reincorporaba, me invadía una extraña sensacion de impotencia. Se estaba repitiendo la historia?

La situación pasa de ponerse complicada a ponerse  realmente jodida, ya que comienza a acudir un montón de gente para tratar de atraparnos  y atacarnos. Por eso no pierdo ni un segundo en discutir con Vanessa, dejando que me ayude a montar en el grifo conjurado con la estatuilla que traía conmigo. No queda otro remedio, debe ser ella la que dirija.  - De acuerdo, pero tengo malas experiencias contigo al volante. - conduce como una loca y   en el aire puede ser todavía peor, aunque no nos queda otra. Intento sujetarme al bicho como puedo, haciendo fuerza con las piernas y pasando mi único brazo por la cintura de Vanessa, a la espera de que nuestro transporte volador despegue. Ignoro por completo la pregunta del tipo que conjura un elemental de sombras, pero me es imposible ignorar el resto de cosas que suceden. Ya tenía miedo al ver la situación en la que habíamos terminado, pero los poderes de Anteia provocan que el miedo sea incluso mayor, impidiéndome pensar con claridad. El momento de lanzamiento de zapato es tan surrealista que no puedo creerme que esté sucediendo.

La situación comienza a ser desesperada, lo que parecía un buen plan de escape se está estropeando por momentos. Amenazas de que no nos movamos por parte de unos y otros, con sus respectivas técnicas de intimidación. Una especie de esfera extraña y luminosa de aspecto peligroso nos envuelve a ambos,  algo relacionado con el magnetismo, según desvela el atacante del bigote. El puñetero barbudo resulta ser un nigromante, que está demasiado sereno para la descarga eléctrica que le he metido antes. En el cielo van apareciendo portales del plano demoníaco por los que entran sus moradores, esos mismos portales que usa Khaled y esos mismos por los que desapareció Astaroth. Me recorre un escalofrío por todo el cuerpo, no sé qué hacer  y creo que mi compañera tampoco.  El maldito nigromante nos pide elegir entre rendición y muerte, y ninguna de esas cosas es una opción para nosotros.

"No...no hemos llegado tan lejos para caer ahora. Tenemos que salir de aquí y llevarnos las calaveras. Tenemos que conseguirlo"

Por un momento pienso en utilizar uno de esos portales demoníacos para intentar escapar, pero enseguida descarto la idea por dos motivos. Están apareciendo en el cielo, y si no podemos elevarnos volando para escapar en el grifo debido a la esfera en la que nos han rodeado,  pues mucho menos podemos elevarlo para lanzarnos contra uno de esos portales. Además, sólo un nigromante puede entrar en uno de esos y salir vivo. Y ni siquiera todos lo consiguen, a Astaroth le pasó factura. Dos simples mortales no pueden entrar ahí sin más y esperar salir con vida. Sería estúpido hacer eso.  Si nos movemos no sabemos lo que puede pasar con el campo magnético, lo de dejarnos paralíticos puede ser un farol o no, pero nos impide seguir con la huida como antes. Por ahora intento hacer algo de tiempo mientras pienso, sea como sea.

- ¡Basta!- replico  harto de tanta amenaza, harto de que nos tomen por los villanos que no somos. - Estáis haciendo un puto drama de un ataque que no va a dañar a vuestra compañera a largo plazo, no somos asesinos. Los otros chicos de los que tomamos sus poderes están bien, los acabo de ver en esa fiesta. Necesitamos terminar con esto, necesitamos dar a todo el mundo la posibilidad de dominar la magia. No seáis egoístas ni tan estrechos de miras. No busquéis enemigos donde no los hay. Dejad que nos marchemos, y todo en paz. Ya no volveremos a molestaros, esto se acabó. -   dudo que vayan a hacernos caso, pues los magos son altivos y orgullosos, no dejarán pasar la oportunidad de cogernos. Paso la mirada de uno a otro de manera alternativa, notando como el corazón me va a mil por hora por la tensión del momento. Puede que nos atrapen a nosotros, pero no podemos permitir que nos roben las calaveras. No quiero que por mi culpa se vuelvan a perder, la vez que sucedió acabó muy mal para mi hermano.  - Si os rehusáis...sabed que hay otros que no serán tan pacíficos como nosotros. El nigromante que aquí tenéis no le llega al nuestro ni a la suela de los zapatos. Vosotros elegís. Terminar con esto ahora, o cometer los errores de todos aquellos magos y Soul Reapers que nos precedieron. Añadir más guerra a un mundo ya incendiado. - me aferro más fuerte a la cintura de Vanessa, susurrando a su oído lo que haríamos en caso de fallo de las negociaciones. Hay que quemar todos los cartuchos posibles, evitando movimientos suicidas por ahora.

Poco me importa que no me respondan a eso de quiénes son, les va a dar igual. Han cruzado una línea que no debían. Termino de conjurar al gran elemental de sombras, que se sitúa a mi lado a la espera de que le de las órdenes pertinentes. Anteia se une a nosotros en un inusual arrebato de furia que me deja impresionado, arrojando un zapato contra los intrusos. Cuando se trata de defender a los suyos no se echa atrás, eso está claro. Ordeno al elemental de sombras que se sitúe delante de Anteia para protegerla en caso de que los idiotas esos tomen represalias, sin dar todavía la orden de atacar. Enseguida se une otro invitado más de los que había en la fiesta, el que estaba hablando antes con Lyran. No sé qué mierdas hace, pero parece algún tipo de barrera para que no escapen. Y luego va el nigromante y se la saca directamente con eso de las invocaciones demoníacas que caen del cielo.

"sobrao"

Pienso para mi mismo mirándole de reojo un instante, aunque he de reconocer que toda ayuda es poca para demostrar a estos gilipollas que no se puede entrar así como así en una fiesta para joder a la gente. En un momento dado echo un vistazo hacia atrás, comprobando que la mayoría de la gente de la fiesta ya se ha largado, especialmente aquellos que me interesa que estén a salvo. Lyran ha intentado acercarse a nosotros, pero está convaleciente aún y no debería. Le hago un gesto negativo con la cabeza, como queriendo decir que no se acerque, que ya me encargo yo. Vuelvo la vista al frente, al par de idiotas que ya estaban montados en esa especie de grifo invocado. Por ahora no se atreven a moverse,  y no me extraña, con todo lo que tienen alrededor.

Y entonces uno de ellos comienza con su alegato, confirmando lo que son, dejando claro que fueron ellos los que atacaron a mi hijo en aquella taberna y secuestraron después a mi hija. Dejo escapar un sonido sarcástico cuando termina de soltar el discursito de que dialoguemos, comenzando a avanzar lentamente hacia ellos. - Vienes aquí...el día de la boda de mi hijo...- empiezo a dirigirme a Adramelech en tono claramente amenazante. - La jodes, nos pones en peligro a todos, nos amenazas, atacas... ¿y todavía tienes los cojones de decirnos que te dejemos escapar después de eso? ¿todavía te atreves a darnos lecciones de moral, a intentar dialogar? ¿tienes la jeta de decirnos que los que lo estamos haciendo mal somos nosotros? ¡Anda y que te jodan! los Soul Reapers fueron unos asesinos en el pasado, y siguen siéndolo.  Los detestaba entonces y los detesto ahora. Y  el nigromante que mencionas es un perdedor que huyó con el rabo entre las piernas hace más de 20 años. No, no dejaré que uno de los suyos escape de aquí, menos después de todo lo que nos hicieron en el pasado y lo que habéis seguido haciendo ahora. Haberlo pensado antes de empezar. - me detengo a un metro escaso de ambos, obviamente sin llegar a tocar la luz que los rodea. Les dedico una gélida y despectiva mirada, último momento en el que les doy una tregua. Retrocedo unos cuantos pasos de espaldas, sin perderlos de vista ni un segundo.

Después alzo una mano en el aire, con la palma extendida hacia arriba. Con este movimiento levitan en el aire todos los tenedores y cuchillos que han quedado por las mesas, todos los del banquete. Después cierro el puño, haciendo que se deformen todas ellas para transformarse en balas, un montón de balas que levitan en el aire. A otro gesto de mi mano las balas se dirigen hacia ellos como veloces proyectiles, como si  un pelotón de fusilamiento los estuviese atacando.  



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Ataque mágico a ....Vanessa

15 dado + 26 stat ataque mágico + 10 hab. ficha + 5 canalizador= 56


Dado opciones para ver a quién le doy, que no me decido por ninguno.

del 1 al 5 Adramelech
del 6 al 10 Vanessa

El miembro 'Adam Hacksaw' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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#1 'Ataque Mágico' :


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#2 'Dado opciones' : 7

-Que te calles y te subas, que te pesa el culo. Malas experiencias... ¿será posible?- Me hago totalmente la dolida y la ofendida cuando me dice que conduzco como una esquizoide al volante, todavía avistando que tendríamos las de ganar. Sin embargo todo empieza a torcerse, y mucho, porque a pesar de que el grifo ya había iniciado la maniobra de vuelo, una mujer va y nos agrede. ¡CON UN PUTO ZAPATO!
Alzo la ceja cuando llega la señorona con su zapatito de tacón y brillantitos a darnos con él, muy cutremente, debo añadir. No soy tonta por supuesto (y, aunque me van a dar por culo más adelante) aprovecho para quedarme con el tacón -Este me lo quedo, gracias- Sí, soy de esas estúpidas que cuando tienen miedo les sale la vena irónica. Ahora mismo podría ser muy irónica, la verdad. Pero es cierto que en el ejército nos enseñan que no hay que tener miedo, y si lo tienes te cagas en él.

El miedo no debe paralizarte o podrán contigo.


Tampoco muestres a tu enemigo que tienes miedo. Es lo que quiere ver.

-Ay, hija de puta cabrona de.... Pues este tacón también me lo voy a quedar, y me van a quedar mejor que a ti- Le espeto a la mujer que me agrede con su zapato, por supuesto no me ha hecho ni pizca de daño, pero viendo lo que se nos viene encima lo mismo es mejor tenerla a ella cerca. Por lo que, sin bajarme, por supuesto, la cojo por el brazo (no la estoy agrediendo Lyran ñañañañaña) sin soltarla. Por supuesto no sé que alguien se ha dedicado a hacer un escudo protector a su alrededor, pero lo mismo se acojonan un poco los demás ante los ataques si no quieren dañarla a ella también. Se añade al trío un tipo con bigote que también nos encierra en no sé qué mierda mágica y magnética. "AAAAARGGGG Puta magia. Ahora reniego de ella una y mil veces"  De esta forma se evitaba toda forma de poder salir de ahí volando. Y encima, el puto elemental de sombras consigue quitarme a la mujer de la mano. Quedamos solos, aunque sigo sin soltar el móvil de la mano, con la linterna enchufada al bicho de sombreas.
 
Y entonces la cosa empieza a ponerse de verdad jodidamente chunga. Aún no habíamos hecho nada (no me refiero a ir jodiendo fiestas, que esta es ya la segunda... Bueno, la primera, que la de la taberna ya estaba jodida cuando llegué). Respiro profunda y rápidamente, intentando apartar todos los fantasmas de mi mente. Ya estuve a punto de morir en una ocasión de modo que no es lo que realmente me asusta, sino el hecho de que se queden con las calaveras que tanto trabajo y sacrificio nos ha costado conseguir.
Miro a Adramelech por el rabillo del ojo, que creo que está detrás enganchado a mi cintura. Reconozco los portales que abre el nigromante como similares a los que Khaled usa para movernos de un lado a otro. Dudo mucho que los demonios, por muy interdimensionales que sean puedan entrar a la esfera magnética. Las leyes de la física rigen en este mundo y este universo, seas de donde seas. Creo que, de cierta forma, leo los pensamientos de Adramelech de que los portales no son una buena idea, o se lo veo en el gesto. Ni idea. Pero yo me hubiera decantado por los portales.
 
De repente escucho una voz conocida detrás. Me vuelvo con los ojos abiertos como platos flipando con lo que está diciendo. ¿En serio? Animalito IDIOTA si cree que con bellas palabras (y no precisamente para pedir perdón) vamos a conseguir salir de aquí. No, hay que usar otra estrategia. Encima procede a comentar lo de no añadir más leña al fuego y todas esas patochadas. Si pudiera le daba una patada en los huevos por tanta cursilería. Los magos responden, evidentemente, y el tipo con cara de pocos amigos es el primero en hacerlo "Normal, yo también lo haría. Y normal que estén mosqueados. Yo también lo estaría" Maldigo por ser una estúpida y que no se nos ocurriera venir a dar un paseo por la isla esta desconocida para todos en otro momento.
Espera... ¿Desconocida?

Las recriminaciones que se lanzan Adramelech y el otro tonto de los huevos me sudan el mondongo. Intento apartar a Adramelech del ataque de los cubiertos (¿que por cierto, metal... campo magnético? Yo esto ahora no lo veo, ¿eh?) pero no soy lo suficientemente fuerte contra ese chetado de la vida (CHEEEETOOOOOOO) y me como todo el arsenal. Varias balas se me incrustan en brazos, piernas y puede que torso, haciendo que caiga prácticamente desplomada sobre el lomo del bicho. Pero consigo usar el campo magnético ese para que parte de ellas salgan disparadas con el doble de fuerza en todas las direcciones, muchos de ellos hacia los agresores. Por muy paralizante que sea un campo magnético no deja de ser campo magnético que mueve objetos de metal.
 
Lo que más preocupa ahora mismo es salir de esa puta esfera magnética. Iba a usar el poder contra Matvey pero sus demonios me dan igual siempre y cuando podamos salir de esa cosa que no nos deja movernos. Aunque me cuesta respirar cojo la suficiente fuerza como para levantar la cabeza buscando al del bigote, usando el poder de control de metal para que se le cerrase cualquier elemento metálico que tuviera (ej el móvil) alrededor de su cuello para estrangularle. (el ataque es una caca, dudo mucho que pueda hacer mucho). Aunque me cuesta respirar, cojo aire, me apoyo en la cabeza del grifo y recupero la posición sentada, hablándoles a todos -Eh, hijos de puta. O nos dejáis salir de aquí o en 30 segundos tenéis aquí a toda la armada de los humanos destruyendo esta puta mierda de isla flotante. No, no os riáis. No oséis. Tenemos las coordenadas de este sitio. Ni tú con tus mierdas magnéticas puede controlar internet. Y en cuanto lo sepan no habrá bodas, ni embarazos, ni zapatitos de diamantes, ni demonios, ni magia, ni souls para nadie, porque TODOS estaremos muertos. TREINTA SEGUNDOS: ¡UNO! ¡DOS!....-

Les estudio la cara. No voy de farol. Yo ya estoy jodida, pero ¿querrán estarlo ellos o sus maravillosos hijos? Hay demasiados elementos electrónicos escondidos pero controlados por nosotros: móvil de Adramelech, mi scooter, el móvil que en teoría tendría Tesla (por posts anteriores que he estado revisando para averiguar tu vestuario), y el mío propio, que todavía nos defiende con su triste y a la vez práctica lucecita.
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Vamos a ver los dados.....
MALDITOS CABRONES!!!!

Defensa mágica (me van a dar por .... donde amargan los pepinos):
7 ficha + 10 calavera + 5 dado = 22

Ataque mágico (hay que intentarlo, ¿no?):
8 ficha + 10 calavera + 0 dado= 18 -> a Marcus Tesla

PS Vanessa: 133- (56-22)= 99 + Sangrado fuerte (-5 PS/post)

GRIFO: 2/5

El miembro 'Vanessa Montenegro' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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#1 'Defensa Mágica' :


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#2 'Ataque Mágico' :