Enfermería

Me hicieron gracia sus pasos hacia atras y tambien su modo de abrir aquellos ojos. Tales reacciones me arrancaron una sonrisa, nuevamente, esta vez de satisfaccion al ver que habia sorprendido a alguien con mi numerito. Mis amigos ya lo tenian muy visto, pero yo tenia esa parte de showman y me seguia gustando sorprender a la gente. Quiza debiera de aprender a hacer malabares, o algo.

-Estoy casi seguro de que buscas a alguien llamado Roäc. No hay nadie llamado Pollo, por Melin, que clase de nombre propio es ese....

Pase una mano por mi barbilla como si fuese el detective Holmes, que yo no sabia quien era ese, por otra parte. No me sorprendio que mencionase a un chico elfo de piel oscura....si me venia buscando por ese nombre ya suponia que se trataba de Vor. Si me sorprendio mas eso de "se ha matado un poco". Mi ceño se fruncio y esfumé mi sonrisa de vendedor de arena en el desierto.

-¿Matado o algo? Como de matado? que ha hecho? ay madre. -mire a Dyospiros, to tirao en la camilla y lo señale acusadoramente perdiendo el juicio momentaneamente y gritandole -todo esto es por tu culpa!!!!!

Tras mi acusacion a quien no podia defenderse, cruce las manos tras mi espalda y carraspee mirando a Scar, como si nada hubiese pasado. Todo formalidad.
-Se llama Vor'kalth por casualidad el accidentao? Llevame hasta él, si places, claro está, señorita.

Quería pensar que el muchacho llorón no me había troleado, quién se iba llamar pollo... aquí. Me encogí de hombros ya desganada.

- A ver... que sólo se ha caído de una litera. - dije quitándole importancia al asunto. Me metí las manos en los bolsillos de la cazadora ya impaciente mientras él acusaba al moribundo de la camilla. - ni siquiera sé su nombre - se lo iba a preguntar después de coger esa petaca de alcohol, ese alcohol que ahora yace en el suelo... - Vamos - me dí la vuelta para salir con él de la enfermería.

Era alguien majo, sí... pero aquello de que me llamasen señorita... acaso no había visto mis pintas... Instintivamente volví a tener la misma cara de amargada de siempre a pesar de que llevaba días forzándome a causar buena impresión en la base.

Antes de ir a la enfermería habíamos estado en las habitaciones, y aún allí habían sucedido algunas… Cosas. -Evacuar. Sí. Se sospecha un ataque, o algo. De la Alianza. Y hay que sacar gente y cosas y… Vamos a llevar a Dyospiros a casa.- Casa. Quería mi casa, y quería mi paz, y quería… No estaba seguro. Aún no había perdonado a Roäc, ni tenía intenciones de hacerlo. Pero no quería seguir luchando. No quería seguir combatiendo. No quería nada. Finalmente, tras mencionarle lo de que me… Mentía con lo de estar bien, lo admitió. Que había estado mejor. Aunque también peor. Yo le miré en silencio y negué levemente con la cabeza, como si quisiera callarme algo… Como si estuviera un poco afectado.

En el momento del… Beso, por no llamarlo morreo, hubo una sensación extraña de ser mirado… Poco, pero ser mirado. Quizás aquello me alteró. No dijeron nada al respecto. Vi sonrisillas y ya. Especialmente la de Roäc, mientras hablaba de que no sabía mucho de beber, con su siempre peculiar acento. -No bebas, beber no es bueno…- Admití yo. No le daba al alcohol por vicio. No bebía a no ser que fuera en arranques o ataques de nervios, aquellos altibajos… Si no no daba un trago. Pero él parecía tomárselo con humor el verme corretear.

Yo me quedé en la puerta con menos vergüenza y más… Molestia. Su humor y facilidad para tomarse las cosas me resultaban abrumadores, puesto que yo no le había perdonado. Y mucho menos estaba tranquilo. Estaba cabreado, furioso, quería aún decir muchas cosas, seguía prefiriendo estar solo y… no estaba seguro de que fuera a ser sencillo perdonarle aquella larga mentira. Pero él reía, siempre alegre, siempre demasiado alegre. Y decía que era normal aquello, lo de besarse de tal manera. Yo le devolví una mirada que confesó más que mis palabras que no era el mejor momento para eso. -Ha… Hablaremos de eso después.-

Y callé un momento. Las chicas se habían puesto juntas. -... Gracias por todo, Scar.- Y es que se merecía un agradecimiento. Roäc se acercó y con su usual felicidad me dijo que si no quería no lo haría. Sabía que era para picarme. Pero… -Es… Es no… No es. No es, no, eso es. No es.- Susurré mientras caminábamos a la enfermería. Seguía rabiando de dolor. -No es el momento, Roäc… N-No lo es. No deber hacer eso, tú.- Sí, lo había disfrutado. Sí, me había gustado. Pero me había dejado más descolocado y en aquel momento estaba pensando en que habría preferido que no sucediera.

Cazibajo entré a la enfermería primero, sentándome sobre una camilla y observando la falta de novedades en Dyospiros. Ceñudo. -Necesito poner orden a todo antes de hacer nada de eso. No puedo estar… Besándome así, ni alegre, ni… Ni como tú lo estás. ¿No estamos juntos en esto?- No sabía porqué pero me aplastaba la ligereza con la que se tomaba todo aquello. Su propia felicidad. No acababa de comprender como podía… Importarle tan poco todo aquel asunto. Y estaba seguro que daba por hecho que lo perdonaría. -Todo está cayendo. Y tenemos a Dyospiros aquí. No… No puedo tranquilizarme con todo esto. Y no sé como tú…

Me llevé la mano al brazo sin quitarle los ojos de encima a Roäc. Estaba algo más descansado ya… Pero sin el bastón. Aún así el anillo había de ser un buen reemplazo. Con paciencia y con un poco de pensamiento pude más o menos comprender la rotura del hueso. Uno de los dos. No sabía los nombres. El otro estaba intacto, pero el herido había quedado bastante partido. Podía sentir el contorno de ambos huesos. El contacto con la rotura me hizo más próximo a la herida, como… Como si pudiera conectar con ella de una forma que no podía al usar el bastón. Me sentí extrañamente libre.

-Está… Está roto, partido. Uno… Pero puedo arreglarlo.- Susurré. Y eso mismo hice. La magia del anillo pasó a mi mano, mi propia habilidad relució como no lo había hecho en meses. Un brillo intenso en mis ojos, un leve movimiento, como acompañando al hueso en su lugar. Y una mueca de intensísimo dolor al hacerlo, por el contacto. Pero sentí como, poco a poco, este volvía a su lugar, encajaba, se unía… Todo con todo. Y tras acabar un relajante pulso recorrió todo mi cuerpo, que logró amenizar temporalmente el dolor. Con los ojos aún brillantes abrí y cerré la mano derecha, mirándole fijamente.

-... Todo en su lugar. Y no duele, no duele… Nada. Ha ido bien… Muy bien.- Se intuía una pizca de ánimo en aquel tono. Una leve sonrisa. Pero todo ello, terriblemente opacado por el peso de mis problemas.

Vamos a rebobinar minutos atrás, de forma resumida, para contar que carajo sucedió... Estar en el techo con un drow y un demonio ya era bastante extraño, pero lo más divertido fue cuando apareció Johan con su moto "¿Voladora?" para sacarnos de este maldito lugar. Era evidente que cuatro personas arriba de una moto era para sacar una foto y más en el futuro reírnos de eso, pero se que jamas pasara. (Fin del resumen)

Al llegar a la base me dispuse en ir rápidamente a la enfermería para ver que medicamentos y otras cosas había para cuando llegaran a darnos la guerra la Alianza, nada divertido saber que esos saben donde estamos y tenemos que salir como ratas de este lugar para encontrar uno nuevo, mande a mi sombra al lugar donde consigue las cosas para curar para que tomara nota para cuando tenga que realmente ir a comprar y sacar la cuenta de cuanto me saldría todo.

Entre sin mirar quien había en la enfermería ya que tengo que tomarme mi trabajo enserio por las herramientas, medicamentos, etc. Me dirigí rápidamente a los estantes donde a duras penas habían medicamentos -Tengo que anotar las cosas que hacen falta- me dije para mi misma mientras observaba todo, así que sin tomarme mucho tiempo comencé a tomar nota mental ya que por suerte tengo buena memoria y más con mi trabajo. Ademas tengo que conseguirme el mejor equipo para andar siempre con ellas a mano, mas que enserio se les ocurre venir para acá a rompernos la existencia.

Mientras tomaba tona mental, soltaba cada tanto un pequeño suspiro mientras pensaba -Tendría que ir a buscar a Yang, pero cuando termine con todo eso...-

Llegué a la enfermeria pasando una mano por mi barbilla reflexionando sobre sus palabras. O sea que no es que le disgustase pero es que no habia sido el momento. Uhmmm. Si, quizás tuviese razon. Asentí para mi mismo, concediendole aquello de modo mental. Y cuando llegamos a la puerta de la enfermeria miré a mi colega, tan inmovil como lo habia dejado, y se me escapó un suspiro de pesar.

-Si, mejor hablar despues.

Él se sento por ahi en algun lugar de la enfermería, y yo me dirigí al estante en el cual me habia aposentado antes, en mi forma de animago. Solo que por el momento no me transformé, si no que me apoyé de espaldas ahi y me escurrí hasta quedar sentado en el suelo.

-¿Juntos en esto? Entonces no es verdad eso que gritaste antes, lo de que querias que te dejasemos todos en paz?

Yo ya me habia supuesto que no era cierto, pero no estaba de mas oirlo de su boca. Se puso a hablar y me dio a entender que no podia entender como yo podia mostrarme mas tranquilo o "alegre" en una situacion como la que estabamos. Apoyé mi cabeza de lado en el armariete dejando a mi mente viajar.

- Confundes mi optimismo con pasotismo. Que intente combatir la situacion actual con mi mejor cara no quiere decir que no me importe lo que pasa. - tenia muy claro que , en mi caso, llorar y emborracharme no me iba a servir para nada. Reaccionaba de modo distinto a la gente, que pudieran entenderlo o no... era otra cosa.

Él se puso a curarse, y lo hizo con más exito del que yo pudiese haber logrado anteriormente. Sonreí levemente ante su exito
-Y lo  has logrado tu solito. Pensaba que el sanador era Osten. Por cierto, las vendas estan en aquel cajon junto a la puerta.

-No, ahora. Pero no delante de otras personas.- Suspiré, cansado de que no me entendiera ni la mitad de las cosas que le decía. Él se sentó en cualquier lado tras entrar, ahí, en el suelo. Le miré con una mezcla de irritación y cansancio. Yo había preferido quedarme cerca de la camilla de Dyos.

Escuché su pregunta que recriminaba el comportamiento que había tenido antes. Si bien no esbocé ni media mueca, la mirada que le dirigí fue de rabia. ¿Era necesario que me estuviera recriminando lo que había dicho después de enterarme que me había estado mintiendo desde la primera vez que hablamos? -Quiero que estemos juntos en esto. Pero no puedo sencillamente confiar… No lo entiendes. Sé que lo hicistes por mi bien, pero… Esa mentira lleva desde que nos dirigimos la palabra por primera vez. No puedo estar tan seguro de confiar de nuevo, no sé hasta que punto sé que no volverá a suceder. He vivido siempre envuelto en mentiras para negarme la condenada realidad.

Otra pista de sollozo. La voz cada vez menos furiosa, más débil, más trémula. -Mi padre nunca nos habló de que tenía un condenado amigo o exnovio o lo que fuera por ahí, que sabía que podía poner en riesgo nuestras vidas. Y él sabía que Yden mató a Osten. Pero tampoco me lo dijo. Y yo me acerqué al asesino de mi hermano porque no sabía eso. Tampoco sabía que me tuvieron que limpiar la cabeza porque no supe tolerar aquella noticia. Ni tampoco que mi padre nos había abandonado, y que mi madre había huido porque no quería saber nada de mi padre por la muerte de Osten. He vivido muchos años envuelto en una falsa realidad… Y a veces me gustaría sentir que sé que ocurre con mi vida.

Quizás por eso mismo había empezado a valorar el poder de la mente, algo que había querido evitar por relacionarlo con Yden. Pero aún no estaba dispuesto a utilizarlo si no era contra enemigos. Roäc se apoyaba contra un armariete. Yo… estaba allí, inmóvil de nuevo, como si moverme me consumiera mucha energía. No me gustaba abrirme, no me gustaba tener que contar porqué estaba tan nervioso por una mentira, porque me hacía sentir aún más débil. Él me aseguraba que su optimismo no era que pasara. Yo le miré sin saber muy bien qué contestar, si creerme o no lo que me acababa de decir. Me dolía algo la cabeza.

-Había intentado tomarme los problemas con más alegría… A tu manera. Pero comprenderás… Tal vez, que esto excede un poco lo que puedo afrontar.- Había cambiado al drow por mera comodidad, porque sentía que podía expresarme mejor. -¿Tu no tienes nada que te resulte complicado? ¿Que te apene? ¿Con lo que no querrías ni estar de besos ni…?- Ciertamente no sabía nada de su pasado. Como si antes de ser urraca solo hubiera un lienzo en blanco.

Cuando me curé sonrió. Yo le devolví la misma brillante mirada de antes, como dejando claro que no había acabado. Me indicó donde estaban las vendas. -Las vendas ahora mismo me dan igual- Gruñí. Me levanté con algo de cuidado de no marearme. -Tanto… Osten como yo somos curanderos. Pero él tiene más cuidado de que no me pase. Yo no.- Me había situado junto la camilla de Dyos. Ya debía comprender cuales eran mis intenciones. No sabía si podía hacer nada más por él, no tenía ni la menor idea. Osten lo habría sabido. Pero esta vez era algo por mi mismo. Yo no iba a tener reparos a gastar lo que me quedara de energía, aún me jodiera por dentro. Cogí con suavidad la mano del drow… Se me antojó frío. Intenté recitar las palabras en mi cabeza, cerrando los ojos. Pero el resultado fue nimio. Nada mucho mejor que antes, aún usando el anillo. Y noté el brazo roto-curado arder un poco, aún demasiado… reciente como para forzarlo.

-No… No lo entiendo. No puedo curarle. No puedo hacer… Nada, es… es como si estuviera bloqueado. Quiero curarle…- Hablaba débil, de nuevo en inglés. La voz queda. -... Pero no puedo dejarle así. Dyos… Dyos me ha ayudado, ¿Sabes? ¿Te acuerdas de los ilícidos? Tras aquello que… Me puse nervioso. Me vino a traer comida en la cama porque estaba mal por…- Porque me había rebanado medio pecho. Me había quedado cicatriz de aquello. -... Bueno. Me cogió la mano y… y trató de ayudarme. No puedo perderle. No podemos perderle.- De hecho le estaba pidiendo que me ayudara. Algo entre ambos, tal vez. En aquel momento recordaba demasiado bien todo lo que había pasado con el drow y no estaba dispuesto a que no volviera a tener más experiencias con él.

Dyospiros había sido tan ajeno a mi vida que en el fondo se había convertido en una especie de rescate para sacarme de aquello. Era la primera amistad que hice en la superfície. Y parecía ser la única clave para salir de todos aquellos quebraderos de cabeza. Además… No estaba dispuesto a perder a nadie más. Eso seguía vigente.

[(Dados, como no. 1-2 = La cosa sale bastante mal, ni cura y acaba Vor por hacerse daño. 3-4 = Curación mínima. 5-6 = Curación medio ok. 7-8 = Curación guays. 9 = Bastante guays. 10 = mu guays…)]

El miembro 'Vor'Kalth' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Dado opciones' : 3

Cambio a su lenguaje natal y mis oidos tuvieron que afinar un poco mas para pillar aquella complicada pronunciacion que se gastaba el idioma drow. Confirmó que si que queria que estuvieramos juntos en aquello,a si que por fin pude descartar lo otro que dijo, como fruto del cabreo que era. Asentí despacio doblando las rodillas, apoyando un solo brazo sobre una de ellas.

-Tienes toda la razon, es tu vida, tienes derecho a saber lo que pasa en realidad. La excusa de protegerte de la verdad porque duele...bueno, no es una excusa, verdad?

Me rasqué la sien con cara de confusion, de estar pensando muy jodidamente duro para mi. Al parecer las mentiras piadosas no eran buenas y la cruda realidad era preferible a cualquier otra cosa que al final podia acabar haciendo mas daño. Cosas de adultos, maldita sea. Me costaba un poco entender aquello.

Lo miro con mi ceño fruncido cuando siguió preguntandome en su idioma si no tenia yo nada que me apenase. No me devolvió la sonrisa y por el contrario, me gruñó que las vendas le daban igual ahora mismo. Algo enfadado, subi tambien mi otro brazo a la rodilla flexionada que me quedaba, adoptando asi una pose bastante mas comoda para estar sentado en el suelo. ¿Que había en mi cabeza?
-No, nada. No recuerdo nada desde antes de conocer a Dyospiros. Por algun motivo.... él me recordó con su sola presencia que yo realmente no era un animal. Hasta el momento....mi mente estuvo de paseo....mucho tiempo...

Miré al drow con una sonrisa, pero era una sonrisa un tanto desequilibrada, no normal. Luego suspiré y me encogí de hombros, volviendo a mi habitual expresion como si nada hubiese pasado.
-Yo tambien buscaba respuestas en Irlanda. Otra vez será.

Vi que se disponia a curarlo y levanté un poco la cabeza con interes por ver en como resultaba aquella cura. Pero no logró nada, y dijo que era como si estuviese bloqueado. A estas alturas, tras tantos cuidados como habia recibido el drow, dudaba que le pudiesen quedar heridas internas, hemorragias o cualquier cosa mas grave que lo mantuviese en ese estado. Entrecerré mis ojos y me levanté acercandome a ellos.
-Fisicamente....no pueden quedarle heridas serias. - mientras pasaba, posé mi mano sobre la frente del inconsciente, de modo leve, retirandola luego. -Creo que el problema está ahi, en la cabeza. No consigue salir de la inconsciencia. Y cuanto mas tiempo pase asi peor sera

Recordaba perfectamente lo de los ilicidos y lo que habia pasado. Por un momento me parecio que iban a espicharla ambos, y como era algo a lo que no estaba dispuesto tuve que espabilarme.
-No, claro que no. Y el sabe que no puede abandonarnos.

Con un golpe de viento creado por un gesto de mi mano, empujé una silla hasta mi. La situé en la cabecera de la camilla y me senté ahi, colocando mis manos en las sienes del otro.
-Creo que lo mejor que podemos hacer es llamarlo. Combinar eso con magia. Tiene que saber que debe volver a este sitio.

Concentré mi magia curativa en las manos, y dejé la mente en blanco. Busqué esa conexion que habia tenido con él desde que me acoplase a sus viajes, aquel modo de poder comunicarnos sin hablar apenas. No con frases, no con telepatia, nada de eso. Era solo una capacidad que tenia para comunicar conmigo sus estados de animo. Intenté dar con aquello, buscarlo, y llamarlo, hablandole muy en voz baja. Me quedaria en silencio largos segundos, repitiendo aquello.

- A laita te, laita te, , utúlie'n aurë, tulá Dyospiros....

-No es una excusa. No es nada válido. No pienso perder más tiempo viviendo en mentiras.- Le miraba de reojo tal y como se acomodaba en el suelo, lentamente. Un poco encogido. Yo dejaba caer las piernecillas desde la camilla, pensativo. Él parecía confuso… Y yo también. Tenía la mente vacía en aquel momento, tremendamente perdida en cosas que no acababa sencillamente de encajar. Todo hecho un puzzle. Y aquella incapacidad para comprender qué pasos tomar, que camino seguir… Como si me hubieran vendado los ojos y me hubieran dicho, “Camina.”

No debió hacerle gracia que no quisiera saber nada de las vendas. Percibí un sorprendente enfado en sus ojos al cual yo solo respondí con un gesto. Escuchaba sus palabras sobre su pasado, o… Ausencia de este. -Y sin embargo hay algo en Irlanda que te llama, ¿No? Si hubo algo antes…- “Debe estar ahí.” No estaba muy seguro de hasta qué punto sería algo agradable de recordar. Si tenía una familia en algún lado sería bastante encantador conocerla, ¿No? ¿Qué podía ir mal? Quería acompañarle en aquello. Pero el hecho de que su mente no pareciera existir antes de haberse convertido en animal…

Me recordaba un poco a mí. Todo lo que borraron. Pero lo suyo debía ser distinto. Sonreía raro y yo no sabía que cara poner. Desde luego la sonrisa no era compartida. Me escocían los ojos y me pasaba más rato rascándomelos que haciendo cualquier otra cosa. Respuestas en Irlanda… -No sé que quieres encontrar allí. Lo único que sé es que puede hacer más mal que bien conocer la verdad. Pero eso es un poco como el mito de la caverna este que el gruñón me contó… La luz de la verdad duele, Roäc. Pero es bella. Y uno tiene una existencia más completa si cierra las incógnitas de su vida.- Quizás Dyospiros había hecho eso al ir a campos. Parecía buscar respuestas allí, como si tuviera aún dudas de que hubieran existido realmente.

Y por ironías de la vida no solo encontró respuestas, si no a un hermano que debía estar muerto. Pensaba en demasiadas cosas al intentar en vano aquella cura, fallida. Ante lo cual Roäc me dijo que no debían quedarle heridas, que la cosa estaba en su cabeza. -¿En su cabeza? ¿Tu… estar seguro? Él no parecer que..- Quizás era toda la sangre acumulada, pero a mi me seguía dando como muy mal aspecto. No solté su mano. Cuando le hablé de todo aquello respondió escuetamente. Que no podía abandonarnos. -Y nosotros no podemos abandonarle a él.- No iba a negar que me sentía muy culpable por lo de Irlanda.

Finalmente se acercó, se puso una silla de la misma forma que lo hiciera antes… Y dijo que había que llamarlo, tal y como le ponía las manos en la cabeza. -P-Puedo hacer eso, Roäc. No debería serme…- Mis palabras quedaron cortadas porque lo vi proceder. Usando su magia, completamente pensativo. En aquel momento me sentí muy fuera de lugar entre la conexión que hubiera entre ellos dos y dejé en paz la mano del drow, retrocediendo hasta la camilla. Ajeno.

Subí ambas piernas en la camilla en la que me había sentado antes, la de Ailanthus y enterré mi cabeza entre ellas, sin mediar siquiera medio suspiro. Con mucha atención podía escuchar susurros en élfico que se escapaban por completo de mi comprensión. Apreté con fuerza mis manos, una contra la otra, cerrando los ojos con fuerza.

Me habría gustado hacer algo. Me habría… Gustado intentarlo al menos. Era una opción que me había planteado. Pero en aquel momento no creí que fuera a valer la pena, no vi la importancia en aquel acto, la necesidad de interceder entre aquel momento. Ellos dos y ya. Durante los segundos que aquello ocupó mi mente el resto de problemas dejaron de existir, y sin embargo, no me sentí más en paz que antes. Era algo que él mismo iba a poder solucionar si funcionaba. Yo no jugaba ningún papel en aquello.

Estuve cosa de un minuto asi, hablandole al principio, aunque al final ya no pronuncié palabra alguna. Me quedé un tanto agotado pues durante todo ese tiempo habia mantenido el flujo de magia en mis manos. No habia sido nada muy fuerte, pero si prolongado. Añadido a no haber descansado nada desde Irlanda. Yo no pude verlo, porque habia cerrado mis ojos, pero casi pude sentirlo. Dyospiros movió ligeramente el dedo índice de su mano derecha. Un par de veces. Bajo sus párpados se apreciaba algun movimiento leve. Antes de apartar mis manos de su cabeza, mis labios se habian curvado en una espléndida sonrisa. La conciencia de nuestro compañero seguia ahi. Muy dormida, pero ahi estaba.

-Va a estar bien muy pronto- dije apartandome de él. -Pero hay que seguir hablándole. Él puede oirnos. Deberias intentarlo.

Sonaba un poco metafísico, pero no eran las heridas del cuerpo lo que lo mantenian ya en ese estado. Era el resultado de aquellas heridas. Él me habia dicho algunas cosas antes....

-Sí, Irlanda me llama. Es mi hogar.

O lo habia sido, no lo tenia claro. Tenia esperanzas de que aun lo fuese. Me habia hablado de la caverna y de lo que esperaba encontrar alli...y sobre lo peligrosa pero necesaria que podia llegar a ser la verdad. Lo miré erguido echando mis hombros un poco hacia atras.
-Lo que quiero encontrar alli es a mi familia.

Sus palabras habian sido ciertamente conmovedoras. Mis animos se habian renovado, pero me encontraba demasiado cansado como para hacer nada mas. Y había hablado demasiado.Me apoyé en una camilla vacia, de espaldas.

-Deberiamos llevarlo a casa. Y avisar a Ailanthus.

Yo me había quedado ahí con la cabeza enterrada entre las rodillas mientras él mantenía aquella voz débil. No sabía qué estaba diciéndole. A mi el elfo se me escapaba bastante más de lo que hiciera a Osten. Así que, en absoluto silencio, dejé que procediera. Finalmente se separó y en ese momento yo alcé la cabeza. Su sonrisa indicaba esperanza. Sus palabras también. -¿Realmente puedes… sentir algo tu en… eso? Es… Es extraño.- Dije, pensativo. No adivinaba mucha diferencia en el estado de Dyospiros. Pero su idea de intentarlo…

-Voy a entrar en su mente.- Declaré con una extraña firmeza, desenroscándome de aquella posición para ponerme en pie de nuevo. Me situé al otro costado de la camilla, poniendo yo ahora la mano sobre su frente. -Con la suficiente práctica podría establecer una… Una red mental entre varios. Pero por ahora apenas puedo lograr comunicarme con alguien sin entrar por completo en su cabeza… Me faltar un poco de práctica.- Pero me atreví a sonreír muy débilmente. Si bien Röac mantenía siempre aquella expresión a mi me costaba esbozarla muchas veces.

Cerré los ojos mientras concentraba la magia para ello. Aún perdía mucha parte de esta y provocaba un gracioso efecto a mi alrededor, en el que saltaban chiribitas brillantes y el pelo se revolvía muy mucho, más ingrávido. -Vamos a ver…- Tosí un poco. Aunque pretendía hablar mentalmente. Sondeé la cabeza de Dyos, como… Una mancha difusa. Era definitivamente distinta a la de alguien que estaba despierto. Pero la cuestión es que allí estaban sus pensamientos. Me acerqué a estos con precaución, de forma únicamente mental y los ojos perdidos en un blanquecino brillo, casi como en trance… Como si hubieran dejado de ver el mundo real, susurré un nombre contra aquella mente.

-”Dyospiros.”- Llamamiento lejano y cercano, todo a la vez. El contacto físico ayudaba. -”Dyospiros… ¿Puedes escucharme?”- Pregunté. Aunque esperar una respuesta sería demasiado pedir, no sin acercarme más… Mentalmente hablando. Poco a poco me acerqué a aquella mancha difusa, que cada vez se definía más como una cabeza en un estado de… Sueño. No muy convencido de entrar en su privacidad decidí sumergirme, en búsqueda de algo. Era extraño. Onírico. La realidad dejaba de tener lógica al entrar en lo más interior de alguien.

Batallas. Luchas. Sangre. Era todo muy típico de él y me alegraba haber podido dar con aquello, prueba irrefutable de que era la mente de nuestro amigo. Y allí lo vi, a él, o a su… supuesto él. Sumergido en cualquier contienda. Concentrándome aún más pude proyectar la imagen de mi propia persona allí, en su sueño. Y repetí por tercera vez su nombre. -”Dyospiros, estoy… Aquí. ¿Me reconoces? ¿Cómo estás…?”- Él, o la imagen que proyectaba él preguntó… O tal vez solo pude leer su duda. ¿Que si estaba muerto? Pero me había reconocido. -”No estás muerto, Dyospiros… Sreysnah.”- Le había pillado la manía del apellido a su hermano, que siempre lo llamaba por el nombre entero. El sueño se hacía inestable, la magia empezaba a perder fuerza. Apresuradamente le dije algo… -”¡Necesitamos que despiertes! ¡Que vuelvas a nosotros! ¿Y, cómo…?”- No pude acabar la frase.

Mareado, súbitamente drenado de todo tipo de energía, caí contra la camilla de atrás y me llevé un buen golpe. No de esos que rompen huesos pero sí que dejan moratones. Me apoyé torpemente contra lo que pude para levantarme. -”E-Está ahí, aún… Está ahí, ¿Sabes? ¡Lo está! M-Me ha reconocido, y le he dicho que despierte y...”- Abrí la boca pero no salió ningún sonido de ella. En su lugar había hablado a Roäc a través de la mente. Aunque no estaba leyendo la suya y no era en realidad telepatía, porque no podía recibir respuesta si no me hablaba él directamente.

Cerré los ojos porque lo que veía con ellos no era la realidad que buscaba. Escuché en algún momento sus palabras sobre Irlanda. Nada mental, todo físico… Solté el aire y finalmente pude hablar. -Irlanda… Sí, volveremos…- Alcancé a decir. Cuando logré abrir los ojos de una vez estos estaban apagados, contrastados con todo lo que había hecho al usar magia. Me explicó que buscaba allí su familia. Desde mi aún bastante incómoda pose, haciendo un segundo intento por sentarme en la camilla, le miré comprensivamente. -Entonces los encontraremos. Yo te ayudaré, ¿Entendido?- En el fondo no podía seguir con el enfado aquel encima. No sabía si el mareo y las… Mierdadas mentales me habían hecho pensar que una mentira era algo temporal, y… Estaba aún confuso. Se me veía en el rostro.

Mencionó que debíamos llevarlo a casa. -T-Tengo la vespa aquí arriba. Me la regaló cuando le robó la moto al hermano. Podemos ir los tres si te urraquizas, y… Nos quedaremos allí, aunque tener que informarnos de como ayudar en lo que sea que estén hablando… Decían algo de un ataque.- Pero una vez llegáramos a casa tendría mi merecido descanso. Saqué la moneda y le escribí a Ailanthus mencionando que íbamos a volver a casa y que nos llevaríamos a su hermano. No tardé en recibir respuesta, diciendo que iría a enfermería, que si podía buscaría ayuda para subirlo arriba.

-C-Creo que le pediremos a Yaros que nos lleve al chaval a la moto. Tendremos que llevarnos algo de suero y todo eso. V-Vamos a mover colchones o algo a su habitación rosa.- E íbamos a dormir ahí. Al menos por mi parte lo tenía decidido. Habíamos compartido habitación en posada y litera aquí, en la base, así que era algo poco importante dormir por el suelo aunque fuera. Y si no, aquella vez que había dormido al pie de su cama… En todo caso lucía mejor cara y él debía notármelo. Algo más de esperanza, un intento de mejorar mi humor y mirar hacia el futuro. Estaba mucho más cansado de lo que quería reconocer. Pero me daba igual.

-T-Todo irá mejor, ya verás... ¿Sí? Y-ya verás...

Mientras salía de la sala de reuniones y ponía rumbo a la enfermería, pasó monumentalmente de todos los comentarios que con gusto la harían enojarse de nuevo. Eso incluía cada palabra, todas y cada una de las que salían de la boca del chico que la había cabreado. Y en parte también las de Johan. Aunque le costaba calmarse estando enojada, sabía controlarse, no necesitaba niñeras... y por una vez que le ignorara tantito no pasaría nada.

Solo cuando escuchó al drow se dio la media vuelta, caminando de espaldas esta vez.- Quizás no sea necesario subir por comida, pero los veo a todos aquí y no creo que les sobre la comida y tengan montañas. Si no estoy contribuyendo mucho que digamos, al menos no estorbaré.- Gruñó, un poco más mordazmente de lo que pretendía. Quizás no le había salido bien eso de no enojarse por lo que decía el tal Kosuke.

Pero al ver que se le dificultaba tanto aquello de caminar, resopló, sacando unos cuantos copitos de nieve al aire, y se descruzó de brazos, comenzando a caminar más lento mientras le esperaba.-Pues si no está, te ayudo a ti. No vas a aguantar mucho si te estás deteriorando al ritmo al que veo.- Murmuró, llegando por fin al lugar, sentándose en el primer lugar que encontró. No necesitaba nada de la enfermería, en realidad pudo haberlo llevado a cualquier parte, pero ya daba igual.- Siéntate, solo será un momento.- Si todo salía bien... también podía pasar que todo saliera mal y que le terminara teniendo que arrancar la pierna o algo así... No le había sucedido muchas veces, pero algo era algo.

Había dejado las tensiones de la reunión atrás y ahora perseguía a Juliet. Imaginaba que Yaros debía seguir vigilándome, pero los esfuerzos por alcanzarla me habían dejado aún más atontado. Siquiera podía utilizar el brazo mecánico con la muleta puesto que me había roto la pierna derecha y no la izquierda. Llegué a apoyar el pie por error, lo que me condujo a maldecir un par de veces. Pero me escuchó y ella se giró. Hablando de comida. -Sinceramente un bocado más o un bocado menos no creo que les importe. A mi me dieron de comer, y… Menos razones tenían. Y no sabemos si se conservará la base en pie cuando ataquen. Lo más probable es que destruyan parte de eso… Y entonces la comida se echará a perder. Si no siempre se puede reponer posteriormente.- Le expliqué detenidamente. Sonaba mi voz algo fuerte, no por enfado ni molestia, si no porque me costaba luchar contra los jadeos provocados por mi cansancio.

Ella parecía algo molesta por todo lo ocurrido en la reunión. Me alegraba de haber huido de aquella tensa sala. Finalmente me esperó y yo se lo agradecí de un gesto de cabeza, alcanzándole tras un último esfuerzo. Me guiaba más por el sonido que por la vista. Agradecía que a todo drow se le enseñara a actuar bajo los efectos de la ceguera. -Estar está, pero… Creo que son sanadores. Roäc y Vor’Kalth, no sé si te sonaran. Dos semielfos.- Me daba la sensación que eran esa clase de personas que todo el mundo acababa conociendo muy bien. -Necesito, sobretodo, recuperarme de la pierna. Hemos planeado un asalto para conseguir explosivos específicos para los centinelas. Y quiero asistir. Me han dicho que mi hermano estaba bien físicamente, solo que… Está en coma.

Y dependía de él despertarse. Llegamos a la enfermería. Algo más hacia dentro estaban ellos tres. No hacía especialmente buena pinta el semidrow, aunque se les veía de, más o menos, buen humor. Roäc sonreía. Siempre sonreía. -Hola…- Saludé levemente antes de sentarme en otra camilla pues la mía habia sido vilmente invadida. Dyospiros lucía mejor aspecto, eso era cierto. Juliet me había dicho que lo de la pierna sería un momento… Me senté. La tenía más o menos vendada con alguna tabla para resituar el hueso, era su decisión si quería quitármelo para curar o no.

-El de la camilla es mi hermano.- Le expliqué brevemente. No era algo muy difícil de ver. Más que nada porque nos parecíamos. -Y ellos dos son amigos suyos. Roäc es el moreno, Vor’Kalth el semidrow.- “El rosa.” -[color=mediumpurple]Son buenos chicos, no te preocupes.[color]- Había visto su timidez antes y no quería que se incomodara por la presencia de ellos dos.

-Puedo sentir la presencia de su consciencia, lo cual quiere decir que su mente no esta muerta del to.

Asenti cuando se decidio a entrar a su mente y le dejé hueco. Él realmente era habil en eso asi que seguramente podria profundizar mucho mas que yo. Me quedé callado y quieto para no distraer. Junte mis manos delante mia mirando bien todos esos brillos y despliegue de magia, que si bien discreto, no dejaba de parecerme encantador. Y los ojos en blanco tambien.

Estuvo un buen rato ahi, en lo que supuse seria su prospeccion mental. Yo esperaba con emocion, pero entonces se echo de golpe hacia atras y se golpeo con la camilla. Fui a ayudarle pero se sujetó el solito y entonces lo oi hablar en mi mente, provocando que yo pegase un bote cual pelota tenis. Al principio lo miré como asustado por ese puente telepatico que habia establecido conmigo, pero poco a poco mi mueca de susto se fue transformando en una sonrisa grande e infantil. Había molado.

-Brutal. -dije tanto por la telepatia como por el mensaje en sí, de que lo habia podido ver. -Irlanda puede esperar. -crucé mis brazos. Por el momento no me apetecia volver en absoluto.

Parecia menos enfadado y rapidamente organizó planes de lo que hariamos a continuacion. Avisó a Ailan, al cual esperariamos antes de mover a Dyospiros. Nos iriamos en la moto trasladando el suero que necesitaba él aun. Aunque parecia cansado, tenia mejor gesto. Ésta vez respeté su espacio personal, por si aca.

-Me alegro de que pienses asi...

Mis oidos captaron voces alla afuera, y pronto entró Ailan con una chica pelirroja que no conocía, a la cual sonreí amablemente.
-¡Una cara nueva! Me llamo Roäc, encantado. - extendí mi mano hacia ella y luego miré al ex-capì. Mi humor tambien habia mejorado considerablemente tras nuestros ultimos descubrimientos, que ni el equipo de Hospital Central o Anatomia de Gray. -Me gusta tu color de pelo. -cambie mi mirada al primo. Decidí que a partir de ahora Ailan sería como mi primo. - Y tú como te encuentras primo?

Me había asegurado que podía sentir su consciencia. Tras todo aquel momento dando aquellos… Viajes mentales, pude comprobar que, efectivamente, era así. Que quedaban retazos de mente Si bien aún era algo confuso, algo… Complicado de comprender, había podido comprobar que sí. Que ahí había algo.

Aunque todo eso había quedado atrás con el golpe que me di contra la camilla. Me había costado algo recuperarme e incluso llegué a asustar a Roäc al hablarle mentalmente. Él acabó por responderme con un simple “brutal”. Me quedé ahí, en el sitio, quiero. Sin saber muy bien como reaccionar durante unos instantes. Tras soltar un sonoro suspiro también escuchécomo se desentendía del tema de Irlanda diciendo que podía esperar. -N-no. Iremos. Es importante ir.

Yo me sentía algo mal por haber tenido que volver antes de hora, tras entetenernos allí por asuntos de mi propia familia. Tampoco dijo nada acerca de mis planes y ahí empecé a quedarme un poco más… Más pensativo. Menos sonriente. No alcanzaba a saber si le habían parecido bien o mal. Si bien aún lucía un poco de sonrisa al decirle que esperaba que fueran mejor las cosas, se me borró al poco rato. No hablé más. No había más que hablar. No tenía ni idea de qué decir. -... S-Supongo que es la mejor forma de pensar.- Dije por decir, tragando saliva.

Fue entonces cuando entraron ellos dos. Me asusté un poco y me dio la sensación de que la mirada de Ailanthus era… Agresiva hacia mi. La otra chavala siquiera saludó, y Ailanthus prácticamente solo se limitó a mirarnos muchos y presentarnos a ella, de quien no sabíamos ni el nombre. Y Roäc se presentó a ella con toda la naturaleza del mundo, preguntando al drow como estaba. Y… Decía que le gustaba el color del pelo de la pelirroja. Yo decidí que a mí no me gustaba. De hecho hice mala cara al escuchar ese comentario.

Aún así, fui a ponerme al lado de Roäc, como si me sintiera más seguro ahí. Pero yo no saludé mucho. -Ailanthus, ¿No ibas a decirnos algo? ¿O quieres que nos quedemos a ver como te curan la pierna?- Le gruñí con molestia. Quería salir de la enfermería cuanto antes: Aquellas paredes habían empezado a agobiarme hacía un rato. Fue entonces cuando vi a Yaroslav y finalmente se me animó algo la cara. -Oye, Yaros… T-Tenemos que sacar Dyos. Afuera. Arriba. ¿Tu saber un edificio que parece como una panadería? Tenemos una motito vieja ahí metida. ¿Tu crees que poder teletransportarnos arriba, con él? Aunque tendremos que quitarle las… Vias y eso.

Incómodo me fui a decir lo mismo que había dicho, gruñendo aún más al hacerlo. No me gustaban nada las agujas y me puse nervioso al tener que empezar a quitarlas… Al menos la sangre del imbécil de Ailanthus ya había pasado a él. Aún con todos los nervios y mal humor, era sorprendente la delicadeza con la que hice aquello, como si me diera miedo descuajeringar a Dyospiros por tocarlo demasiado.

No se sentía del todo mal como lo había dicho, pero sabía perfectamente que mantener su forma dragón le iba a consumir bastante energía de la que tenía. Esperaba que, al menos, la batalla fuera breve, más consideraba que bien podría durar varios días si acaso resistían a la ola inicial. Y bueno, si era cierto que la comida sería destruida pues... que más daba robarles algunos bocados más tarde.- Ya veremos...- Dijo, pero ya estaba pensando en qué le gustaría comer, en caso de que tuviera opciones o algo...

En realidad no me suena nadie... No he hablado con mucha gente.- Murmuró, por no decir que tenía años sin hablar más que con ella misma.- La pierna entonces... Si está bien físicamente entonces el coma es innecesario. Debe tener alguna inflamación en el cerebro para que esté así.- Dijo, sentándose en una silla cercana a la camilla donde el contrario se había recostado. Para tener la pierna tan mal, caminaba demasiado.

Comenzó a desenredar los vendajes cuando trató de presentarle a las personas que había en el lugar. Se levantó con cuidado, observando al hermano primero y luego a los que estaban alrededor de él. El tío que la había saludado con su nombre parecía buena persona, por lo que le saludó de vuelta, agradeciendo el cumplido.- Hola... m-muchas gracias. Es bastante... particular.- Susurró, como siempre, de pocas palabras. No tenía demasiada necesidad de hacer grandes declaraciones. Al drow, como seguía medio enfadada por otras cosas, no le hizo demasiado caso. Lo mejor era enfocarse.- No voy a ponertelo fácil. Esto te va a doler.- Le dijo en voz baja al drow. El hueso había comenzado a soldar en mala posición, así que hacía un poco de falta acomodarlo. Colocó una mano en su rodilla, y con la otra tiró de la pierna hasta que logró acomodar y encajar el hueso donde debía ir. En el proceso, un poco de la sangre que estaba irrumpiendo en su pierna se derramó, pero se controló de a poco. Con ambas manos uniendo a presión las dos partes del hueso, una pequeña luz azul salió de sus manos, atendiendo a que el dolor se fuera, el hueso se regenerara y la sangre molida saliera del interior para dejar la herida limpia.

Mi papel durante todas esas largas horas habia sido la del ruso silencioso que observaba ceñudamente y asentía de vez en cuando. Bueno, tambien habia alertado a Kosuke, eso habia sido algo productivo. El caso es que hasta me venia bien quedarme un rato callado y esas cosas, que tanto hablar me acababa produciendo dolor de cabeza.

Thalos le dijo a Ailanthus que me diera unos mapas que luego debia replicar y examinar. Eso me habia emocionado, ciertamente. La que dijese antes que era una dragon vino con nosotros. Pero yo seguia en mi papel de extranjero que no habla el tuo idiomo.

Dejé un rato las espaldas del excapitan cuando Vor  se dirigió a  mi y me hizo una especie de encargo. Bueno, supuse que podia dejar de pegar mis ojos a la nuca de Ailanthus por unos momentos. Estaba herido y siendo rehabilitado y ya me parecia menos peligroso y tal.
- Al edificio ese? Clarro, se cual te refierres.- dije ceñudo

Me acerqué para ayudarlo un poco, total ya habia hecho de enfermero antes. Le dejé la del suero eso si. Todo mientras curaban al otro. Aproveché para preguntarle al semidrow.
-Que vais a hacerr vosotrros? Donde os refugiais?

Decidí transportar al drow con camilla y todo, asi que puse una mano sobre la camilla, y la otra sobre el hombro del herido. Con un movimiento de cabeza llamé la atencion de los enanoides. -Vosotrros, me poneis una mano en el hombrro que a mi no me quedan, y nos vamos. Manos, hombrros si. Ailantus, me lo llevo a donde me piden. - lo aviso, y espero unos segundos de tiempo en el caso de que se quiera despedir de él. Miro a Vor y a Roäc, esperando a que hagan lo que les he pedido para poder sacarlos.

Juliet iba a comer. No sabía como pero iba a comer. Procuraría que lo hiciera. La mujer también me dijo que no conocía a nadie. -Ya los conocerás. Yo… tampoco sé mucho de ellos en realidad. Ni de nadie. A estos dos los conozco porque son amigos íntimos de mi hermano. O eso creo.- También mencionó lo del coma. Que debía tener inflamación en el cerebro. Negué con la cabeza, con una firmeza tremenda para alguien que estaba más muerto que vivo. -No es eso. Uno del coma se despierta casi… Por casualidad. Ha sufrido heridas meramente físicas, pero supongo que hay algo más profundo en ello. Ellos dos lo conocen bien, y están seguros de eso.- Al menos según lo que había leído en la moneda, de parte de Vor.

De hecho siquiera sabía de los poderes mentales del joven drow. O de la profunda conexión entre el semielfo y mi hermano. Nuestra llegada había tenido reacciones un poco diversas en ellos dos… Por una parte Roäc nos había venido a saludar muy alegremente. El otro se puso nervioso e hizo mala cara. El primero se aseguró de presentarse, mientras el otro le miraba con mala cara desde su lado. Y le elogiaba el color del pelo. También me preguntó a mí que como estaba, llamándome primo. -¿Primo? Creo que te confundes, yo no soy tu primo, es decir… ¿O eres familia lejana? No creo…- En aquel momento estaba muy confuso y muy mareado. Me esparcí un poco las largas melenas, pensando una respuesta sobre mi estado, que me lo había preguntado.

-Necesito descansar. Cuando ella acabe con la pierna y esté seguro de que podréis llevarle bien a casa dormiré lo que necesite… Voy a salir dentro de dos días. Me gustaría ir al hogar pero… No hay tiempo para ello.- Si bien lo decía casi como anecdóticamente dejaba ver en la expresión que era algo que realmente deseaba. Había pasado tres… Cuatro años prácticamente fuera de mi hogar. Quería ir allí, e ir a mi habitación llena de colchones, y limpiarla y pulirla y quemar tantas cosas…

Y de repente Vor’kalth me echó en cara que no hablara de inmediato de lo que necesitaba. -Ah, sí. ¿Ves a Yaroslav? Necesita unos mapas. Tengo en casa… En la biblioteca, en un libro en drow sobre biología subterránea, unos mapas metidos entre las páginas con toda la cueva de la desesperación bien detallada. Vamos a poner allí la enfermería de combate, así que si vais a participar, ya sabéis donde os toca. Y necesitamos que lo traigáis si os es posible… No está muy lejos la casa de aquí, y decías tener motillo- El semidrow pareció dudar un poco de toda mi información. Y sin embargo acabó por asentir lentamente. Creí leer en sus ojos algún tipo de señal de alivio. Como si tener que dar un viaje de más lo calmara, por alguna razón.

Yaroslav les preguntó alguna cosa y ayudó al semidrow a quitarle la mayoría de los trastos que llevaba encima. En algún momento Vor debió quitar el drenaje. Fue entonces cuando regresé mi atención a Juliet. Que me acababa de decir que eso iba a doler. En aquel momento habría preferido mil veces a Chloe. Me quitó todo el vendaje y arregló eso a la manera más bruta posible: Hasta dejar el hueso en el sitio correcto, y sangre, y vi luz y… -... J-Joder.- Me mordí el labio inferior y apreté con muchísima fuerza el borde de la camilla, lo metálico. Dejando alguna abolladura con el brazo mecánico.

La cuestión es que debió acabar con aquello tras muy intensísimo dolor. -J-Juliet, lo siento pero… D-Dame un momento, ¿Sí?- Me salían lagrimillas de dolor. Me daba igual. Me levanté repentinamente viendo que los otros estaban por irse. -Oye, vosotros dos… Gracias por cuidar de él.- Lo habrían hecho estuviera yo o no. Pero lo creí conveniente. -Y Yaroslav, tú… Gracias también por ayudarme con esto.- Si bien la frase parecía sencilla y carente de significado, esperaba que él comprendiera realmente porqué lo decía. No había olvidado lo de las cocinas. -Me quedaré en enfermería… Lo juro- Se suponía que era mi vigilante, después de todo.

Y me acerqué algo más a la camilla para ver de cerca a mi hermano. Yo le notaba la expresión más pacífica. No sabía cuando volvería a verlo, o si volvería a verlo… Le revolví el pelo y dejé ir una muy leve sonrisa. -Sé que serás lo suficientemente fuerte para salir de esta, hermano. Yo me quedaré aquí y lucharé contra la Alianza…- Los responsables de su estado. -Pero tu también tienes mucho que luchar para salir de la inconsciencia. Es una batalla que has de librar solo, pero… No por ello tiene menos importancia. Cuando acabemos nuestras contiendas nos volveremos a ver, pues sé que ambos saldremos victoriosas de ellas.

Dubitativo me acerqué y le di un pequeño beso en la mejilla. Era algo que jamás había hecho. Pero era natural entre hermanos o gente con confianza, y en todo caso, no podía darle un abrazo o cualquier otra cosa. Finalmente les dejé en paz y les miré con una sonrisa ya debilitada. -Cuidad de él.- Solo entonces volví a mi asiento. Les preguntaría luego algo por moneda… Miré a Juliet algo arrepentido de haberle interrumpido la sesión, pero esperé que comprendiera que no podía dejar que se lo llevaran sin decirle nada. Pensaba, curiosamente, en las palabras de Johan. En el fondo mi hermano había sido, como él había dicho… Una ancla a la realidad. Le debía demasiado.

Iba a luchar por él.

Aparezco en la enfermería, con Yang en mis brazos y la bolsa de mis pertenencias colgada al hombro. No tardo mucho en hacerme una idea de la situación, estoy ya acostumbrado a esto. Veo mucho negr... drow por aquí, tanto de pie como en camilla, ¿ya han empezado? Reconozco a la chica pelirroja que estaba con Johan en el Moulin, ayudando a curar a su hermano. El hombre ruso (no había muchos en la Resistencia) y otro joven al que no conocía también están aquí. Dejo al bichejo en el suelo para que corretee un poco, pero no se mueve demasiado, puede que esté asustada por el cambio de escena. Los miro a todos un poco preocupado y lanzo la pregunta, esperando que cualquiera pueda darme más detalles.

-¿Ha empezado ya la batalla?

Lo de irlanda ahora ocupaba poco espacio en mi ser, habia una batalla importante acercandose y un amigo al cual evacuar. Asenti concediendole la razon y al escuchar que Vor pedia al ruso aquel favor y el ruso accedia me acerqué un poco mas a ellos.

Juliet, una chica muy maja y simpatica y ademas timida, respondio a mi cumplido dandome las gracias y diciendo que era bastante particular, a lo que asenti con una sonrisa. Y la dejé encargandose de ail- iug. Menudos sonidos hizo ese hueso.- Fijo que habia dolido.


-no familia, pero eres hermano de dyos, luego, primo!! -todos una gran familia - yo participo en eso de la enfermeria de combate!!

Levanté mi mano libre mientras colocaba la otra mano en el hombro del ruso y Vor hacia algo similar. Nos ibamos de alli con el suero y la camilla, que guay. Ah, no me apetecia pegar a la gente, pero si curarla. Era mucho mas mejor y bonito. Ailanthus se despidio de Dyos de modo muy emotivo y yo aplaudi brevemente, muy flojo, sorbiendo por la nariz. Que emocion, hostias. Luego llegó un mozo muy bien pintado con un maravilloso pelo azul. Estuve por decirle lo mismo que le dije a Jul pero en cuanto Ail habia terminado su despedida, Yaros nos desaparecio sacandonos de alli a Vor, dyos y a mi