Recuerdo del primer mensaje :
Este castillo perteneció a la noble familia de los Black durante generaciones, siendo utilizado como residencia de verano en múltiples ocasiones. Con el inicio de la guerra fue ocupado únicamente por la familia perteneciente al bando del Ministerio. Poco a poco comenzó a quedar más vacío, hasta que quedó en el estado actual tras un incendio provocado. No se salvó mucho de aquel incendio, pero la estructura y habitáculos principales permanecen, puede ser habitada.
[Castillo Black]
Este castillo perteneció a la noble familia de los Black durante generaciones, siendo utilizado como residencia de verano en múltiples ocasiones. Con el inicio de la guerra fue ocupado únicamente por la familia perteneciente al bando del Ministerio. Poco a poco comenzó a quedar más vacío, hasta que quedó en el estado actual tras un incendio provocado. No se salvó mucho de aquel incendio, pero la estructura y habitáculos principales permanecen, puede ser habitada.
- Información e imágenes:
Su principal protección es lo alejado y perdido que está. Se encuentra en a 48 horas a pie desde Londres:- mapa:
El portón exterior se quemó durante la guerra, tras el posterior abandono por parte de la familia ministerial.Hall y escaleras a pisos superioresEscalera patio interior (hacia los torreones semiderruidos, se conserva una de las salas)Gran salón (en la planta baja)Comedor (planta baja)Hay una gran cantidad de habitaciones, que en el pasado albergaban a todos los miembros de la familia Black. Algunas de las habitaciones:
Habitaciones (segunda planta y tercera planta, subiendo desde las escaleras del hall)PasillosCocina y bodegas (dos habitáculos diferentes bajando escaleras desde la zona del hall)
Mazmorras (bajando escaleras a través de una pequeña puerta de la zona del hall)Laboratorio (bajo las mazmorras)
Sótano almacén
- Descripción extendida:
Descripción del castillo, perteneciente a las anotaciones de Leila
Nunca me imagine que estuviera tan aislado. Su principal protección es lo alejado y perdido que está. Desde el Moulin hasta aquí eran dos días de caminata constante hasta el escalofriante castillo edificado con piedras en el valle. Seguro que si las piedras del castillo hablaran, contarían historias perturbadoras. En la entrada principal había signos de otros aterrizajes además del nuestro, pero menos turbulentos. Encontré el casco que le había quitado a aquel soldado de Hyde Park, los guantes y la parte superior de la armadura junto con mi rifle. Empujé con una mano el pesado portón quemado y pase al hall de otrora majestuosa entrada al castillo de los Black.
Habían ventanas, más de la mitad rotas, a través de las cuales sólo se podía ver la oscuridad del exterior, con alfeizares, unos aparentemente más resistentes que otros para resistir el peso de una persona, aunque lo más probable era que la estructura entera, que más bien parece un congelador, no fuera estable. Hay unas escaleras de piedra próximas a la puerta que conducen al primer piso. Más allá, en la planta baja está el salón principal o gran salón en el que cómodamente podrían entrar dos dragones adultos, con la vista al patio interior que yo ya conocía, en el cual también hay una escalera que lleva a uno de los torreones semiderruidos que también tiene señales de aterrizajes, sigue estando polvoriento, telarañoso y lleno de escombros, con los dos sillones (en el que dos personas podrían acostarse) con la cazadora de Johan y la chaqueta de Victorya encima, con olor a sangre y a vodka del malo derramado en la alfombra, con una mesita de luz, con la chimenea con su respectiva saliente y con las paredes decoradas con tapices (parlantes). El salón seguía siendo oscuro, con cortinas viejas y húmedo, aunque hay algo de lo que no me había percatado la primera vez que vine, hay un antiguo mueble-bar con puertas metálicas. Me puse a buscar entre las viejas botellas de alcohol (practicar tiro al blanco con las botellas vacías en el patio del pozo). Había menos de la mitad de una botella de vino, y una botella vacía de vodka, ése era el que se había derramado. Eso sí, faltaban copas. El pozo de agua sigue en el mismo lugar, saliendo al patio circular por una de las puertas del salón, atravesando el pasillo con las marcas de uñas que yo había dejado. Más allá hay un comedor con una mesa larguísima y un montón de sillas, la silla del extremo de la mesa está de espaldas a otra chimenea. Allí tranquilamente se podían festejar cenas de gala. Resulta curiosa la cantidad de chimeneas que hay en este castillo si se supone que es de verano. Caminando más encontré la cocina con su horno antiguo, su despensa, en la que hay miel, vinagre, alubias secas, azúcar, sal, cubitos de caldo (En sentido estricto, estos productos no son más que vegetales deshidratados, grasa animal y altas dosis de sal.), un sacote de patatas, otro de arroz, algo de pan, café, leche y chocolate instantáneos.
Subiendo las escaleras hay camas polvorientas en habitaciones polvorientas, o lo que queda de ellas, en torres que parecen a punto de venirse abajo, unas parecen de invitados, otras de servicio, allí había ropa de mayordomo de los Black quemadas y consumidas por las polillas y otras habitaciones que parecen estar más armadas y cómodas las cuales deberían ser las de la familia.
Tras atravesar lúgubres corredores en los que había tétricos cuadros (parlantes, Sirius, Jack) de la familia Black y bajar escaleras, pase por las bodegas privadas de los Black y llegué a unas mazmorras medievales, unas oxidadas celdas de barrotes de metal que se cierran con llaves que no encuentro, perfectas para una persona o dos. Lo único que se escucha allí abajo es el sonido de una persistente gota cayendo sobre la fría piedra, de manera repetitiva cada pocos segundos, allí todo hace eco. Un sitio demasiado oscuro en el que no abundaban las antorchas, pero el olor a humedad, a lugar cerrado, lo invadía todo. En algunas celdas habían camastros y en otras no, había platos sucios afuera de algunas. En una de ellas, los barrotes parecían haber sido golpeados muy fuerte desde afuera por una llave inglesa, dentro había un botellín de agua de hace mucho tiempo, fuera de ella había rastros del cuero de un maletín y habían partes de lo que parecía un radiocasete destruido que funcionaba a pila. Tenía metido un CD, también destruido, pero que si se juntaban las partes tenía escrito “Mix de música para torrturra psicológica; Easy Strrets”. El reproductor estaba alejado de la celda, como para que lo que haya estado prisionero no pudiera agarrarlo. También había una pequeña y antigua televisión afuera de las celdas, una OT-1471 Belweder, quizás era para entretener a los guardias y que no se queden dormidos, aunque sabía por experiencia que eso no funcionaba.
Bajando otro piso había una especie de laboratorio que todavía se conserva en condiciones. Se ve que su familia era bastante peculiar en lo que se refiere al coqueteo con las artes oscuras. En un escritorio había un libro que estaba con cara de “mírame y no me toques” que tenía algo escrito, una especie de lema; “No toques nada que no sepas lo que es.” luego tenía escrito recetas de lo que parecían pociones, en otro libro abierto mencionaba, en la historia de los Black, que tenían más castillos y casas de verano que la gran mayoría, por ser una de las típicas familias nobles mágicas, el linaje Black; Johan Black, Sirius Black, Jack Black… su escudo de armas... otro libro decía algo sobre una Contraseña… ¿Toujours Pur?¿Contraseña de qué?
Bajando más me encontré con el sótano más laberíntico que vi en mi vida, parecía no tener fin, hileras e hileras de estantes con frasquitos de pociones, armarios y baúles que no me atreví a abrir, aún así es lo que mejor se ha conservado de toda la casa, allí no había luz, pero había candelabros apagados. Predominaban las cosas desagradables y siniestras allí. Demasiado frasco vacío y a medias, algunos estropeados, otros que no sirven. Pareciera que los Black en sus tiempos debian de haber sido de lo mas excentricos.
Quizás el castillo no había estado abandonado del todo y Johan tenía razón acerca de los espíritus, pero si eso era cierto, ni siquiera ellos querían estar conmigo, porque me sentía acompañada por el silencio en el castillo medieval.
Sigo en el umbral de la puerta cuándo Johan parece sorprenderse, suponía que iba a ser así pero dadas las circunstancias su expresión es diferente a como la había imaginado. Mi cerebro justifica toda la situación, si hubiésemos tenido contacto, si hubiése tenido valor para venir antes, si ese día que decidió volver se lo hubiese dicho... Tal vez...
Le veo avanzar hacia mí, con esas pintas y...
"Sigue estando guapo igual"
Se dibuja una sonrisilla en mi cara, muy leve y me entran ganas de avanzar hasta abrazarle. Tal vez soy imbécil pero es una necesidad después de tanto tiempo. Avanzo un paso cruzando la puerta pero paro al observar esa mano tocarle, protectora. Aprieto mis labios desviando la mirada al oirla.
"Horizontal es cómo le querías tú, verdad?"
Suspiro nuevamente y tras un par de segundos vuelvo a mirarle. Encojo un hombro.
-Cada vez estábamos más vigilados, hay... Rumores. Están contruyendo algo y...
"Y debí haberme ido con Maharet"
-Y este es el único lugar que siento seguro.
Murmuro pensando ahora que no era buena idea. Miro a la mujer que se presenta y primero me da por pasar la mirada a Johan.
"Encima le has hablado de mi?"
Sonrío asintiendo a la chica y señalo hacia la puerta con una mano.
-Creo que... Tengo pociones en la maleta y...
Asiento para mi misma ahora mientras en mi cabeza aparece la escena de mis manos arrancando el puñetero corazón de esa mujer. Sonrío recomponiéndome.
-Mejor descansad y... Os dejaré las pociones en la puerta.
Doy media vuelta traspasando la puerta de nuevo a la par que Sirius que se alejaba de ellos, paro antes de bajar las escaleras sonriendole cariñosamente.
- Han ido a Canadá, están estupendos Sirius. Daniel ha crecido muchísimo y las pequeñas son todo travesuras.
Rebusco en mis bolsillos hasta alcanzar un pequeño monederillo del que saco una foto doblada, Junio del 38, Maharet abrazando a sus pequeñas y Daniel con pose seria haciéndose el duro en un porche de una granja, junto a mi y a Nyara. Se la entrego doblada aún y sonrío dando un par de pasadas con mi mano a su brazo. Bajo las escaleras hasta la cocina, apoyo el maletín en el suelo abriéndolo y me intruduzco en él.
Le veo avanzar hacia mí, con esas pintas y...
"Sigue estando guapo igual"
Se dibuja una sonrisilla en mi cara, muy leve y me entran ganas de avanzar hasta abrazarle. Tal vez soy imbécil pero es una necesidad después de tanto tiempo. Avanzo un paso cruzando la puerta pero paro al observar esa mano tocarle, protectora. Aprieto mis labios desviando la mirada al oirla.
"Horizontal es cómo le querías tú, verdad?"
Suspiro nuevamente y tras un par de segundos vuelvo a mirarle. Encojo un hombro.
-Cada vez estábamos más vigilados, hay... Rumores. Están contruyendo algo y...
"Y debí haberme ido con Maharet"
-Y este es el único lugar que siento seguro.
Murmuro pensando ahora que no era buena idea. Miro a la mujer que se presenta y primero me da por pasar la mirada a Johan.
"Encima le has hablado de mi?"
Sonrío asintiendo a la chica y señalo hacia la puerta con una mano.
-Creo que... Tengo pociones en la maleta y...
Asiento para mi misma ahora mientras en mi cabeza aparece la escena de mis manos arrancando el puñetero corazón de esa mujer. Sonrío recomponiéndome.
-Mejor descansad y... Os dejaré las pociones en la puerta.
Doy media vuelta traspasando la puerta de nuevo a la par que Sirius que se alejaba de ellos, paro antes de bajar las escaleras sonriendole cariñosamente.
- Han ido a Canadá, están estupendos Sirius. Daniel ha crecido muchísimo y las pequeñas son todo travesuras.
Rebusco en mis bolsillos hasta alcanzar un pequeño monederillo del que saco una foto doblada, Junio del 38, Maharet abrazando a sus pequeñas y Daniel con pose seria haciéndose el duro en un porche de una granja, junto a mi y a Nyara. Se la entrego doblada aún y sonrío dando un par de pasadas con mi mano a su brazo. Bajo las escaleras hasta la cocina, apoyo el maletín en el suelo abriéndolo y me intruduzco en él.
La conversación con Victorya sobre lo que le había costado estar en la posición de decidir queda relegada a otro momento menos tenso que el actual, en el que ninguno de los presentes parece estar cómodo con la situación. Podría decirle muchas cosas en este instante, pero ni sé por dónde empezar. Menos delante de otras dos personas más, pues no me había imaginado un posible reencuentro de este modo. Casi agradezco la pregunta de mi padre sobre Reiv, a lo que asiento para tranquilizarle. - Sí, estuve con él hace un momento en la base de Bastion Hollow, está bien. - por un instante juraría que me ha parecido ver una leve sonrisa en el rostro de Josephine, pero no estoy seguro de ello. Me detengo antes de llegar a la puerta, sintiendo la mano de Victorya sobre mi antebrazo para aconsejarme que vuelva a echarme. A pesar de necesitarlo no creo que pudiese descansar aunque volviese a acostarme, no después de esto y sin haber resuelto lo del compañero que falta. Miro a Josephine con preocupación al escuchar eso de que cada vez están más vigilados, algo que no hubiese pensado cuando la dejé allí. Ese sitio parecía seguro y tranquilo, el tipo de sitio en el que ella estaría bien.
- ¿Os han encontrado entonces? ¿Tú estás...bien? - también le estoy preguntando por lo suyo, obviamente. Más de una vez pensé en ir para allá al no tener respuestas, pero me frenaba la idea de que ella hubiese decidido aprovechar ese distanciamiento. - Ojalá este lugar fuese seguro. Pero si aquel tampoco lo es ya no tiene sentido quedarse. - no llegamos a seguir con la conversación porque ella decide apartarse de escena, saliendo de la habitación junto a Sirius tras decir que luego nos dejaría pociones y tras la presentación de Victorya. Ella misma se presenta a Josephine de manera resuelta, aunque de haber sido diferente la situación las habría presentado yo. Ha visto lo que ha visto, y no tiene sentido negarlo. Trato de seguir a Jo para decirle que se espere un poco, pero cuando llego hasta la puerta ya se ha marchado y no tengo ni idea de hacia dónde ha ido. Probablemente haya usado la desaparición para ir a cualquier otro sitio, incluso fuera de la casa. - Mierda...- me lamento por lo bajo apoyando la frente un momento contra el marco de la puerta. Después vuelvo hacia la cama, cojeando levemente hasta que me siento ahí cabizbajo.
- No entiendo nada. Pensé que ella ya no quería saber nada de mí y...ahora llega y... - no termino la frase, resoplo y me paso una mano por la cara. Tal vez esté hablando demasiado. Lo que necesito es encontrarla para hablar en condiciones, o para que me grite, lo que sea. - Da igual. Ya pensaré algo...primero localizar a Thalos. - inspiro cerrando los ojos para tratar de concentrarme y ver si no se me han oxidado del todo los poderes mentales tras estar tanto sin poder usarlos. A mi mente le cuesta trabajar, y hasta que me calmo y me pongo en marcha pasan varios segundos. Consigo encontrar la mente de Thalos para poder enviarle un mensaje telepático, preguntando que dónde está. Al menos sé que está vivo. La respuesta de éste es de las suyas, malhablado siempre.
"Idiota. ¿Cómo que fuera de tu cabeza? ¡que nos han rescatado los de la Brigada y algunos más, pero a ti no te hemos podido encontrar!, ¿dónde estás?"
Insisto entre aliviado por saber que vive y cabreado por que no me de ni un dato. A lo mejor teme que sea una trampa, no le culpo.
- Está vivo...pero no quiere decirme nada. - informo a Victorya al abrir los ojos, tratando de volver a concentrarme para enviar otro mensaje.
"dime dónde estás para que podamos ir a por ti"
----------------------------
PS: 123
- ¿Os han encontrado entonces? ¿Tú estás...bien? - también le estoy preguntando por lo suyo, obviamente. Más de una vez pensé en ir para allá al no tener respuestas, pero me frenaba la idea de que ella hubiese decidido aprovechar ese distanciamiento. - Ojalá este lugar fuese seguro. Pero si aquel tampoco lo es ya no tiene sentido quedarse. - no llegamos a seguir con la conversación porque ella decide apartarse de escena, saliendo de la habitación junto a Sirius tras decir que luego nos dejaría pociones y tras la presentación de Victorya. Ella misma se presenta a Josephine de manera resuelta, aunque de haber sido diferente la situación las habría presentado yo. Ha visto lo que ha visto, y no tiene sentido negarlo. Trato de seguir a Jo para decirle que se espere un poco, pero cuando llego hasta la puerta ya se ha marchado y no tengo ni idea de hacia dónde ha ido. Probablemente haya usado la desaparición para ir a cualquier otro sitio, incluso fuera de la casa. - Mierda...- me lamento por lo bajo apoyando la frente un momento contra el marco de la puerta. Después vuelvo hacia la cama, cojeando levemente hasta que me siento ahí cabizbajo.
- No entiendo nada. Pensé que ella ya no quería saber nada de mí y...ahora llega y... - no termino la frase, resoplo y me paso una mano por la cara. Tal vez esté hablando demasiado. Lo que necesito es encontrarla para hablar en condiciones, o para que me grite, lo que sea. - Da igual. Ya pensaré algo...primero localizar a Thalos. - inspiro cerrando los ojos para tratar de concentrarme y ver si no se me han oxidado del todo los poderes mentales tras estar tanto sin poder usarlos. A mi mente le cuesta trabajar, y hasta que me calmo y me pongo en marcha pasan varios segundos. Consigo encontrar la mente de Thalos para poder enviarle un mensaje telepático, preguntando que dónde está. Al menos sé que está vivo. La respuesta de éste es de las suyas, malhablado siempre.
"Idiota. ¿Cómo que fuera de tu cabeza? ¡que nos han rescatado los de la Brigada y algunos más, pero a ti no te hemos podido encontrar!, ¿dónde estás?"
Insisto entre aliviado por saber que vive y cabreado por que no me de ni un dato. A lo mejor teme que sea una trampa, no le culpo.
- Está vivo...pero no quiere decirme nada. - informo a Victorya al abrir los ojos, tratando de volver a concentrarme para enviar otro mensaje.
"dime dónde estás para que podamos ir a por ti"
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PS: 123
Por más incómodo que se tornara el ambiente, la verdad era que la morena no estaba para delicadezas ni andarse con pinzas. Los últimos días habían sido estresantes, así que su intención era ser educada, sin más. Aún así, tuvo un poco de decencia para responder al comentario de Sirius, que le causó algo de gracia a pesar de su humor negro.- Y aún así, escogería estar a tu lado que estar escuchando este silbido eterno.- Murmuró al sentir que, incluso acercándose, las sombras le preferían a él y no le hablaban a ella.
No hubo muchas sorpresas. La chica no le contestó. Ya lo esperaba, no le sorprendía si había visto lo que había visto, pero la esperaba más civilizada si no se le había lanzado ya al cuello como Leila. La boca le supo amarga cuando pensó en Leila... Sin embargo, las palabras de la rubia la dejaron pensando. Vigilados... Construyendo algo... No sentirse segura en ningún lado... Le sonaba a novela de Orwell. Una novela que bien se habían aprendido los de la Alianza y que últimamente la aplicaban al pie de la letra con sus cuartos de interrogación horribles y poco decorados. Quitó la mano del brazo de Johan al momento en que la chica habló de pociones. Quizás no debería gastarlas tan pronto haber llegado. Iban a ser muy necesarias si la esfera era para lo que creía que era. Buscaría un poco de lo que Cleo había hecho antes, por si aún quedaba algo.
La contestación de Johan a Sirius dejó un poco vaga la realidad de las cosas, así que se permitió hablar sobre Reiv, con el que había cruzado palabra unos minutos antes.- Dijo que vendría en breves.- Murmuró a Sirius, por si acaso tenía alguna intención de esperarle.
Estuvo a punto de ir tras la rubia mientras la veía salir de la habitación, más o menos al mismo tiempo que Sirius. Había algo en sus palabras que ponían su mente a pensar de maneras en las que antes no había pensado, sobre todo tras su analogía de novelas fantásticas con la realidad. Cuando ambos se fueron, acercó un paso a la puerta, intrigada por la chica recién llegada. Una mala palabra la detuvo al ver a Johan tan apesadumbrado en el marco de la puerta, y el pensamiento posterior de que sería una mala idea interrogar a la rubia tras la escena que recién presenció. La oración del moreno le deja extrañada, por lo que decide quedarse, girándose para acercarse de nuevo a la cama, recargando el hombro en la pared cercana.- Parece que sus circunstancias cambiaron bastante para ella.- Susurró simplemente, pues no tenía mucho que comentar sobre aquello. Sin embargo, había algo que le fallaba en toda aquella escena. Sobre todo por una posible ligera, ligerísima falla en sus poderes que no ocurría a menudo, y le impedían tener efecto en la gente enamorada... Y aún así, con Johan habían hecho efecto aquella noche cuando despertó del hospital en Ouroboros.- No me sorprende verte así por re encontrarte con alguien que tienes mucho sin ver. Pero...- Paladeó la frase en los labios, no sabiendo como terminar sin delatarse, insultarle o romperle el corazón a ninguno de los dos.- Me gustaría no sonar entrometida, pero... Tenía el entendido que... que tu no... no estabas.... ¿Cómo se dice...? Enamorado... Ni nada más allá. - Susurró en pausas, curiosa por la situación, tratando de buscar una palabra diferente que no encontró, así que soltó lo que primero le vino. Sus poderes eran bastante asertados para ese tipo de cosas, limitados más bien, aún cuando las circunstancias podían cambiar en segundos. Si bien no quería entrometerse en la vida del moreno, eso quizás hablaba un poco más de sí misma que de él. No cabía dudas de que la mente era poderosa.
Se concentró entonces en la segunda parte de los lamentos de Johan, sentándose de nuevo en la cama mientras sacaba la moneda comunicadora. Estaba por enviarle a Thranduil cuando Johan se quedó como ido. Le preocupó, no lo iba a negar. Era como si se hubiera desmayado de un instante a otro. Acercó su mano al hombro para sacudirlo, pero antes de que pudiera hacerlo, el moreno abrió los ojos de nuevo.- ¿Telepatía? - Preguntó incrédula. Lo había sospechado la primera vez que se vieron, en el Moulin, aunque era una idea vaga que él nunca quiso confirmar.- Pregúntale también si ya se quitó el chip. No podemos descubrir esta locación. Le enviaré un mensaje a Lykaios.
No hubo muchas sorpresas. La chica no le contestó. Ya lo esperaba, no le sorprendía si había visto lo que había visto, pero la esperaba más civilizada si no se le había lanzado ya al cuello como Leila. La boca le supo amarga cuando pensó en Leila... Sin embargo, las palabras de la rubia la dejaron pensando. Vigilados... Construyendo algo... No sentirse segura en ningún lado... Le sonaba a novela de Orwell. Una novela que bien se habían aprendido los de la Alianza y que últimamente la aplicaban al pie de la letra con sus cuartos de interrogación horribles y poco decorados. Quitó la mano del brazo de Johan al momento en que la chica habló de pociones. Quizás no debería gastarlas tan pronto haber llegado. Iban a ser muy necesarias si la esfera era para lo que creía que era. Buscaría un poco de lo que Cleo había hecho antes, por si aún quedaba algo.
La contestación de Johan a Sirius dejó un poco vaga la realidad de las cosas, así que se permitió hablar sobre Reiv, con el que había cruzado palabra unos minutos antes.- Dijo que vendría en breves.- Murmuró a Sirius, por si acaso tenía alguna intención de esperarle.
Estuvo a punto de ir tras la rubia mientras la veía salir de la habitación, más o menos al mismo tiempo que Sirius. Había algo en sus palabras que ponían su mente a pensar de maneras en las que antes no había pensado, sobre todo tras su analogía de novelas fantásticas con la realidad. Cuando ambos se fueron, acercó un paso a la puerta, intrigada por la chica recién llegada. Una mala palabra la detuvo al ver a Johan tan apesadumbrado en el marco de la puerta, y el pensamiento posterior de que sería una mala idea interrogar a la rubia tras la escena que recién presenció. La oración del moreno le deja extrañada, por lo que decide quedarse, girándose para acercarse de nuevo a la cama, recargando el hombro en la pared cercana.- Parece que sus circunstancias cambiaron bastante para ella.- Susurró simplemente, pues no tenía mucho que comentar sobre aquello. Sin embargo, había algo que le fallaba en toda aquella escena. Sobre todo por una posible ligera, ligerísima falla en sus poderes que no ocurría a menudo, y le impedían tener efecto en la gente enamorada... Y aún así, con Johan habían hecho efecto aquella noche cuando despertó del hospital en Ouroboros.- No me sorprende verte así por re encontrarte con alguien que tienes mucho sin ver. Pero...- Paladeó la frase en los labios, no sabiendo como terminar sin delatarse, insultarle o romperle el corazón a ninguno de los dos.- Me gustaría no sonar entrometida, pero... Tenía el entendido que... que tu no... no estabas.... ¿Cómo se dice...? Enamorado... Ni nada más allá. - Susurró en pausas, curiosa por la situación, tratando de buscar una palabra diferente que no encontró, así que soltó lo que primero le vino. Sus poderes eran bastante asertados para ese tipo de cosas, limitados más bien, aún cuando las circunstancias podían cambiar en segundos. Si bien no quería entrometerse en la vida del moreno, eso quizás hablaba un poco más de sí misma que de él. No cabía dudas de que la mente era poderosa.
Se concentró entonces en la segunda parte de los lamentos de Johan, sentándose de nuevo en la cama mientras sacaba la moneda comunicadora. Estaba por enviarle a Thranduil cuando Johan se quedó como ido. Le preocupó, no lo iba a negar. Era como si se hubiera desmayado de un instante a otro. Acercó su mano al hombro para sacudirlo, pero antes de que pudiera hacerlo, el moreno abrió los ojos de nuevo.- ¿Telepatía? - Preguntó incrédula. Lo había sospechado la primera vez que se vieron, en el Moulin, aunque era una idea vaga que él nunca quiso confirmar.- Pregúntale también si ya se quitó el chip. No podemos descubrir esta locación. Le enviaré un mensaje a Lykaios.
Victorya escribió:
¿Salieron a salvo? ¿Le quitaron el chip a Leila? Cualquier sitio es peligroso si aún trae eso encima.
La noticia de que Reiv se encontraba bien habia asentado ya las cosas bastante mejor. Al parecer la fuga habia resultado en un exito rotundo, con el toque curioso incluso de que habia sido defendido por un licántropo.
Cuando me habia apartado de la puerta de la habitacion, Jo y yo compartimos el camino durante un rato, a la par que nos alejabamos unos pasos del cuarto de Johan donde se habia quedado con Victorya. Ella me contestó a mi pregunta de antes, acerca de Maharet y los niños... Así que Canadá. No supe que cara poner, asentí, intentando imaginarme como seria Daniel a dia de hoy, al igual que las pequeñas. Recordaba cosas de él, gracias a que lo habia descrito todo una y mil veces en mi diario, todo lo que recordaba de ellos, tal como me aconsejó Shinare que hiciese.
Observé lo que hacia con curiosidad y entonces sacó una foto. Estiré mi mano pausadamente para cogerla, como si fuese a sostener un tesoro, un recuerdo quebradizo, una copa de cristal de fino hielo. La imagen de la foto era preciosa. Se me escapó un "oh" y hasta sonreí, pero me cubrí la boca, los ojos expresaban la tristeza que no expresaba aquella sonrisa. Apenas me di cuenta de las caricias de Jo en el brazo, y luego ella se marchó. Observé el rostro de Maharet y de los crios. Le habria preguntado a Josephine si a veces, aun preguntaban por mi los pequeños. O si me echaban de menos. Pero queria saber la respuesta? Tanto si era un sí como si era un no, resultaria igualmente dolorosa.
Querría haber vuelto atrás a la habitacion para despedirme de Johan y decirle que me iba a mi castillo a dormir, o ver a Reiv si volvía, o decirle a mi hijo mayor que se dejase de tonterias e hiciese lo que tenia que hacer, o enseñarle aquella foto que me acababa de dar Josephine en la que salian su madre, sus hermanos, su esposa y...y.... a quien ella tenia en brazos, no la conocia. Quien podria ser? Morena, como Johan, pero de ojos verdes, como Jo..... En fin, que yo queria volver, pero la maldita foto habia hecho que se me escurriesen un par de lagrimas de los ojos. Y si fuesen de ese liquido transparente y salino como el resto de los mortales, no habria habido problema, pero eran lagrimas de sangre y aunque me las restregué con la mano me dejé dos churriatos en las mejillas. Guardé la foto con mucho cuidado.
- Johan! - levanté la voz desde la distancia para que me oyese. - Necesito descansar. Ya sabes donde estaré.
Miré alrededor....el caso es que lo que si necesitaba era ropa. Me desvanecí en sombras y reaparecí en el que fuese mi antiguo cuarto, que estaba cerrado por fuera, y por dentro completamente a oscuras. Cogí algunas pertenencias mias, y despues de eso, volví a desvanecerme, esta vez, rumbo a mi fortaleza, antes de que el cansacio y la sed me superasen.
Cuando me habia apartado de la puerta de la habitacion, Jo y yo compartimos el camino durante un rato, a la par que nos alejabamos unos pasos del cuarto de Johan donde se habia quedado con Victorya. Ella me contestó a mi pregunta de antes, acerca de Maharet y los niños... Así que Canadá. No supe que cara poner, asentí, intentando imaginarme como seria Daniel a dia de hoy, al igual que las pequeñas. Recordaba cosas de él, gracias a que lo habia descrito todo una y mil veces en mi diario, todo lo que recordaba de ellos, tal como me aconsejó Shinare que hiciese.
Observé lo que hacia con curiosidad y entonces sacó una foto. Estiré mi mano pausadamente para cogerla, como si fuese a sostener un tesoro, un recuerdo quebradizo, una copa de cristal de fino hielo. La imagen de la foto era preciosa. Se me escapó un "oh" y hasta sonreí, pero me cubrí la boca, los ojos expresaban la tristeza que no expresaba aquella sonrisa. Apenas me di cuenta de las caricias de Jo en el brazo, y luego ella se marchó. Observé el rostro de Maharet y de los crios. Le habria preguntado a Josephine si a veces, aun preguntaban por mi los pequeños. O si me echaban de menos. Pero queria saber la respuesta? Tanto si era un sí como si era un no, resultaria igualmente dolorosa.
Querría haber vuelto atrás a la habitacion para despedirme de Johan y decirle que me iba a mi castillo a dormir, o ver a Reiv si volvía, o decirle a mi hijo mayor que se dejase de tonterias e hiciese lo que tenia que hacer, o enseñarle aquella foto que me acababa de dar Josephine en la que salian su madre, sus hermanos, su esposa y...y.... a quien ella tenia en brazos, no la conocia. Quien podria ser? Morena, como Johan, pero de ojos verdes, como Jo..... En fin, que yo queria volver, pero la maldita foto habia hecho que se me escurriesen un par de lagrimas de los ojos. Y si fuesen de ese liquido transparente y salino como el resto de los mortales, no habria habido problema, pero eran lagrimas de sangre y aunque me las restregué con la mano me dejé dos churriatos en las mejillas. Guardé la foto con mucho cuidado.
- Johan! - levanté la voz desde la distancia para que me oyese. - Necesito descansar. Ya sabes donde estaré.
Miré alrededor....el caso es que lo que si necesitaba era ropa. Me desvanecí en sombras y reaparecí en el que fuese mi antiguo cuarto, que estaba cerrado por fuera, y por dentro completamente a oscuras. Cogí algunas pertenencias mias, y despues de eso, volví a desvanecerme, esta vez, rumbo a mi fortaleza, antes de que el cansacio y la sed me superasen.
En el interior de la maleta.
Restriego mi rostro con ambas manos gruñendo con frustración, pocas veces sentía rabia, pocas veces me daba rabia sentir esa rabia injustificada. Planté ambas manos en mis caderas y me moví nerviosa por la sala que tenía unas cuantas bolsas llenas de ropa.
"Vamos Jo... No eres tonta, sabías que iba a pasar"
Entorné los ojos negando y mi nariz se arrugó.
-No seas estúpidamente dramática por una vez en tu vida Josephine.
Me dije a mi misma retorciendo mis dedos entre sí. Miré a las escaleras que daban al exterior y seguí avanzando por el interior de la maleta.
-Visitris diskinsid...yo is triirí piciinis...
Mirmuré burlonamente por la frasecita que yo misma había soltado y terminé por plantar ambas manos sobre una mesa con pociones, que vibraron. Suspiré y mordí mi labio inferior asumiendo la situación.
"Sabes que está en todo su derecho después de dos años y medio casi."
"Y que no le puedes reprochar nada"
Solté aire resignada y miré de reojo a aquellos ojos que miraban curiosos hacia mi.
-ey!
Solté ahora sonriendo dulcemente acercándome a ella, alzándola de la cuna mientras reía.
-Mira quien se ha despertado! Que? Tienes hambre?
La aupé entre mis brazos pensando que ya casi no podía con su peso, yo era una floja. Asintió con la cabeza y yo asentí también riendo y dándola un par de besos en la mejilla por lo que volvió a reir.
-vamos a ver si tienen algo en esa casa fea.
Total, seguirían en esa habitación. Conociéndo a Johan estaría cerciorándose de que todos estuvieran bien, aunque el estuviese medio muerto. Me encaminé a la cocina saliendo de la maleta y empecé a rebuscar por los armarios.
Restriego mi rostro con ambas manos gruñendo con frustración, pocas veces sentía rabia, pocas veces me daba rabia sentir esa rabia injustificada. Planté ambas manos en mis caderas y me moví nerviosa por la sala que tenía unas cuantas bolsas llenas de ropa.
"Vamos Jo... No eres tonta, sabías que iba a pasar"
Entorné los ojos negando y mi nariz se arrugó.
-No seas estúpidamente dramática por una vez en tu vida Josephine.
Me dije a mi misma retorciendo mis dedos entre sí. Miré a las escaleras que daban al exterior y seguí avanzando por el interior de la maleta.
-Visitris diskinsid...yo is triirí piciinis...
Mirmuré burlonamente por la frasecita que yo misma había soltado y terminé por plantar ambas manos sobre una mesa con pociones, que vibraron. Suspiré y mordí mi labio inferior asumiendo la situación.
"Sabes que está en todo su derecho después de dos años y medio casi."
"Y que no le puedes reprochar nada"
Solté aire resignada y miré de reojo a aquellos ojos que miraban curiosos hacia mi.
-ey!
Solté ahora sonriendo dulcemente acercándome a ella, alzándola de la cuna mientras reía.
-Mira quien se ha despertado! Que? Tienes hambre?
La aupé entre mis brazos pensando que ya casi no podía con su peso, yo era una floja. Asintió con la cabeza y yo asentí también riendo y dándola un par de besos en la mejilla por lo que volvió a reir.
-vamos a ver si tienen algo en esa casa fea.
Total, seguirían en esa habitación. Conociéndo a Johan estaría cerciorándose de que todos estuvieran bien, aunque el estuviese medio muerto. Me encaminé a la cocina saliendo de la maleta y empecé a rebuscar por los armarios.
Ellyos Kakumei
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Volar en el cielo, un pequeño placer que no me pueden quitar o me vuelvo loco, que gusto daba volver a volar después de un tiempo sin poder hacerlo, aunque me estaba costando mucho mantenerme en el aire, dios mio no me puedo haber oxidado tanto en tan poco tiempo... o es que he engordado? oh dios mio, miradme de perfil, debo de estar como una foca! ah no... si tengo un vientre plano para ser un dragón, como mucho me pesa un poco el trasero pero eso es porque estoy un poco atrofiado de no mover las alas.
Siguiendo mi fiel olfato reencuentro mi camino hasta el Castillo Black donde espero que no me haya fallado el olfato y aún siga dentro Johan, que hace mucho tiempo que no lo veo después de todos los mini desastres que han ido ocurriendo. Ahora viene el problema gordo, donde aterrizo y como ... oh cielos, con lo fatal que se me da aparcarme y ... como se hacía? vale, no te pongas nervioso, no hiperventiles, esto es como montar en bicicleta o el andar, no se olvidan ... o si?
No se como hago, pero empiezo a caer en picado y a chillar cual colegiala (todo lo colegiala que pueda gritar un dragón en su forma habitual) y al llegar abajo impacto en plancha contra el suelo, sonando y temblando las piedras como si el mismísimo Imperio Romano se hubiera caido ... Ouch eso duele, más que caer en plancha en el agua ... Oh señora de los vientos, o Johan pone una pista de aterrizaje o lo va a buscar un detective privado...
Me recompongo y adopto mi forma humana, me limpié el polvo del impacto con el que probablemente cree al pulverizar piedras con mi peso y mi masa uniformemente acelerada y siguiendo las fuerzas gravitatorias y las fuerzas newtonianas ... ejem ... eso me quité el polvillo de encima y empecé a llamar mientras entraba.
- Hooola? Hay alguien en el cható? en el chateau? o como quiera que se diga en francés castillo?
Siguiendo mi fiel olfato reencuentro mi camino hasta el Castillo Black donde espero que no me haya fallado el olfato y aún siga dentro Johan, que hace mucho tiempo que no lo veo después de todos los mini desastres que han ido ocurriendo. Ahora viene el problema gordo, donde aterrizo y como ... oh cielos, con lo fatal que se me da aparcarme y ... como se hacía? vale, no te pongas nervioso, no hiperventiles, esto es como montar en bicicleta o el andar, no se olvidan ... o si?
No se como hago, pero empiezo a caer en picado y a chillar cual colegiala (todo lo colegiala que pueda gritar un dragón en su forma habitual) y al llegar abajo impacto en plancha contra el suelo, sonando y temblando las piedras como si el mismísimo Imperio Romano se hubiera caido ... Ouch eso duele, más que caer en plancha en el agua ... Oh señora de los vientos, o Johan pone una pista de aterrizaje o lo va a buscar un detective privado...
Me recompongo y adopto mi forma humana, me limpié el polvo del impacto con el que probablemente cree al pulverizar piedras con mi peso y mi masa uniformemente acelerada y siguiendo las fuerzas gravitatorias y las fuerzas newtonianas ... ejem ... eso me quité el polvillo de encima y empecé a llamar mientras entraba.
- Hooola? Hay alguien en el cható? en el chateau? o como quiera que se diga en francés castillo?
Me despedí de Sirius antes de que se fuese, apuntando como pendiente el ir al castillo una vez se haya calmado todo. Luego quedo a solas con Victorya, tal y como estábamos antes de que sucediese la incómoda situación. Al principio evito responder directamente a la pregunta de Victorya, sosteniéndole la mirada un unos segundos antes de bajar la cabeza, suspirando antes de pasarme una mano por la cara. Tal vez haya sacado esas conclusiones por mi culpa, porque yo mismo he tenido mis dudas y durante este tiempo he pensado en muchas cosas respecto al tema de Josephine, aunque no las dijese. Ahora mismo mi cabeza es un caos, y la interferencia de los pensamientos de Thalos mandando mensajes no ayuda.
"¿En el bosque de Sherwood? ¿así, sin más? ¿qué clase de ex soldado muggle eres que no sabes darme mejor la posición? así no puedo encontrarte rápidamente. ¿Te han quitado el chip? ¿cómo has salido?"
Tengo que aclarar unas cuantas cosas más antes de lanzarme a hacer algo, y también le hago saber a Victorya lo que escucho. - Sí, comunicación mental. Respecto a lo de Thalos...parece que está bien, en Sherwood. Ya le he preguntado lo del chip. Necesito más datos antes de que hagamos nada. Y respecto a lo otro que has dicho...- le hago un gesto con la mano para que se acerque y se siente en la cama, a mi lado. Intentaré ser todo lo sincero que pueda, aunque yo mismo esté hecho un lío. - Lo que ha pasado antes es por algo, iba a acabar sucediendo. No te voy a negar que me atraes...desde hace algún tiempo. Y no sé si eso está bien, porque ahora me siento culpable. Josephine es la única con la que he estado, y...creo que todavía sigo enamorado de ella. - en el fondo no he podido estar con nadie más por eso, aunque a veces no sé si sería mejor dejarlo ir para no hacernos daño. - Tenía pendiente aclarar las cosas con ella, porque dejamos todo bastante estancado y sin saber qué pasaba con lo nuestro. Tengo que buscarla, y hablar, sea para bien o para mal. Nos lo debemos. - después me acerco a Victorya un poco más, dándole un beso en la mejilla antes de levantarme de la cama para ir hacia la puerta de la habitación, donde me detengo un momento para volver a mirarla con agradecimiento por lo que ha hecho. - Volveré más tarde, y terminaremos de buscar a Draven. Descansa un rato tú también. Gracias de nuevo, Victorya. - salgo de la habitación todavía cojeando, ayudándome de la baranda de la escalera para ir bajando a la planta de abajo. Trato de conectar ahora con la mente de Josephine para mandarle un mensaje, preguntándome si hubiese sido capaz de contactar así con alguien que está a tanta distancia. Tal vez practicando más.
"Josephine...te estoy buscando. ¿Dónde has ido? necesito que hablemos cuanto antes, a solas"
Llego por fin al piso de abajo, esperando su respuesta para localizarla más rápido e ir cualquier sitio al que haya ido. Si no responde tendré que buscarla al método tradicional. Mientras aguardo me encuentro a Ellyos, que acaba de llegar al castillo alzando la voz para anunciarlo. - Ey, me alegra verte bien de nuevo. Supongo que ya te recuperaste del todo, al igual que tus poderes. Creo que te has perdido bastantes cosas, pero ya te contaré con más calma cuando resuelva unos asuntos pendientes. - por mis pintas verá que no he hecho pausa alguna en eso de meterme en líos, me llevará tiempo ponerle al día, si es que no ha estado pendiente de las noticias.
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PS: 123
"¿En el bosque de Sherwood? ¿así, sin más? ¿qué clase de ex soldado muggle eres que no sabes darme mejor la posición? así no puedo encontrarte rápidamente. ¿Te han quitado el chip? ¿cómo has salido?"
Tengo que aclarar unas cuantas cosas más antes de lanzarme a hacer algo, y también le hago saber a Victorya lo que escucho. - Sí, comunicación mental. Respecto a lo de Thalos...parece que está bien, en Sherwood. Ya le he preguntado lo del chip. Necesito más datos antes de que hagamos nada. Y respecto a lo otro que has dicho...- le hago un gesto con la mano para que se acerque y se siente en la cama, a mi lado. Intentaré ser todo lo sincero que pueda, aunque yo mismo esté hecho un lío. - Lo que ha pasado antes es por algo, iba a acabar sucediendo. No te voy a negar que me atraes...desde hace algún tiempo. Y no sé si eso está bien, porque ahora me siento culpable. Josephine es la única con la que he estado, y...creo que todavía sigo enamorado de ella. - en el fondo no he podido estar con nadie más por eso, aunque a veces no sé si sería mejor dejarlo ir para no hacernos daño. - Tenía pendiente aclarar las cosas con ella, porque dejamos todo bastante estancado y sin saber qué pasaba con lo nuestro. Tengo que buscarla, y hablar, sea para bien o para mal. Nos lo debemos. - después me acerco a Victorya un poco más, dándole un beso en la mejilla antes de levantarme de la cama para ir hacia la puerta de la habitación, donde me detengo un momento para volver a mirarla con agradecimiento por lo que ha hecho. - Volveré más tarde, y terminaremos de buscar a Draven. Descansa un rato tú también. Gracias de nuevo, Victorya. - salgo de la habitación todavía cojeando, ayudándome de la baranda de la escalera para ir bajando a la planta de abajo. Trato de conectar ahora con la mente de Josephine para mandarle un mensaje, preguntándome si hubiese sido capaz de contactar así con alguien que está a tanta distancia. Tal vez practicando más.
"Josephine...te estoy buscando. ¿Dónde has ido? necesito que hablemos cuanto antes, a solas"
Llego por fin al piso de abajo, esperando su respuesta para localizarla más rápido e ir cualquier sitio al que haya ido. Si no responde tendré que buscarla al método tradicional. Mientras aguardo me encuentro a Ellyos, que acaba de llegar al castillo alzando la voz para anunciarlo. - Ey, me alegra verte bien de nuevo. Supongo que ya te recuperaste del todo, al igual que tus poderes. Creo que te has perdido bastantes cosas, pero ya te contaré con más calma cuando resuelva unos asuntos pendientes. - por mis pintas verá que no he hecho pausa alguna en eso de meterme en líos, me llevará tiempo ponerle al día, si es que no ha estado pendiente de las noticias.
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PS: 123
Abro un par de armarios más, sacando latas y más latas mientras meneo a la niña en mi brazo que anda contando sus cosas en su lengua de trapo. Miro la etiqueta de una de las latas, judías... La planto con fuerza en el mostrador.
"Tenían que ser judías?"
-No tienen una triste galleta?
Miré a mi alrededor y entonces escuché su voz. Miré rapidamente a la puerta. Allí no estaba, pero le había oído, verdad?
Abrí la boca para contestar a pesar de estar extrañada. En ese momento tiembla el castillo y agarro mejor a la niña.
"Que narices?"
Ella se pone a llorar y yo entorno los ojos empezando a caminar por la habitación tratando de calmarla.
-oh venga no ha sido nada!no... Por favor no llores...
Puse cara de desesperación y agarré un... Trozo de regaliz, en serio?
-mira! Uy!que bien!
Le dí el regalíz y entonces oí a alguien saludar a lo lejos, ella estaba más calmada aunque seguía haciendo pucheros mirando el regaliz. La dejé en el suelo.
-un segundito Nya, mami vuelve en... Dos segundos.
Antes de marcharme decidí darle un puñado de regalices mas grande que su puño para que no se entretuviera con otras cosas. Salí de la cocina hacia el pasillo y llegué donde había un tipo desconocido y Johan.
-emmm , me has hablado por la mente?
Pregunté señalando mi frente mirándole raro. Después miré al otro señor.
-Hola
Saludé sonriendo de manera agradable.
-mi nombre es Josephi...
-hola!
Me quedé cortada y ladeé la cabeza, creo que me iba a dar un infarto si pudiese tener uno.
-hola, hola, hola, hola.
Apreté mis labios incómoda y miré a Johan mientras Nyara se plantaba a mi lado.
"Una niña morena de ojos claros agarrándome el pantalón... Nada extraño"
-hooooooooola!
"Tenían que ser judías?"
-No tienen una triste galleta?
Miré a mi alrededor y entonces escuché su voz. Miré rapidamente a la puerta. Allí no estaba, pero le había oído, verdad?
Abrí la boca para contestar a pesar de estar extrañada. En ese momento tiembla el castillo y agarro mejor a la niña.
"Que narices?"
Ella se pone a llorar y yo entorno los ojos empezando a caminar por la habitación tratando de calmarla.
-oh venga no ha sido nada!no... Por favor no llores...
Puse cara de desesperación y agarré un... Trozo de regaliz, en serio?
-mira! Uy!que bien!
Le dí el regalíz y entonces oí a alguien saludar a lo lejos, ella estaba más calmada aunque seguía haciendo pucheros mirando el regaliz. La dejé en el suelo.
-un segundito Nya, mami vuelve en... Dos segundos.
Antes de marcharme decidí darle un puñado de regalices mas grande que su puño para que no se entretuviera con otras cosas. Salí de la cocina hacia el pasillo y llegué donde había un tipo desconocido y Johan.
-emmm , me has hablado por la mente?
Pregunté señalando mi frente mirándole raro. Después miré al otro señor.
-Hola
Saludé sonriendo de manera agradable.
-mi nombre es Josephi...
-hola!
Me quedé cortada y ladeé la cabeza, creo que me iba a dar un infarto si pudiese tener uno.
-hola, hola, hola, hola.
Apreté mis labios incómoda y miré a Johan mientras Nyara se plantaba a mi lado.
"Una niña morena de ojos claros agarrándome el pantalón... Nada extraño"
-hooooooooola!
El rostro de Johan lo dice todo. No es que sus poderes estuvieran equivocados, pero había confusión en su corazón, quizás ahora y quizás siempre. Tanto así que ignoró la pregunta y siguió con el tema de la telepatía sin soltar más que su frustración en gestos. Era un giro interesante de los eventos, por decirlo de algún modo, a pesar de que no le gustaban las sorpresas...
Asintió a lo de la comunicación mental, volviendo a la moneda para escribir un mensaje a Thranduil, que se había vuelto un aliado perverso los últimos días. Planeaba decirle a Johan lo que hacía, pero luego comenzó con las explicaciones que al principio no había querido dar. Si hubiera tenido un poco menos de control de sus expresiones, quizás habría alzado la ceja un poco después de cada oración, por ser cada una más increible que la anterior.- Johan, no te estoy pidiendo una explicación.- Aseveró a la mitad, tratando de interrumpirlo aunque fue un esfuerzo vano, pues terminó con aquella frase que desmantelaba todas sus teorías sobre los poderes que tenía y, aunque no lo pareciera, eso la fastidiaba. Asintió suavemente a las palabras del moreno. No se mostraba molesta ni distante. Al contrario. Le regresó el beso en la mejilla de la misma manera en que él lo dejó en la suya, con aquella sonrisa en los labios que siempre tenía, y que significaba todo y nada.- Algunas veces hay que decidirse entre una cosa a la que se está acostumbrado y otra que nos gustaría conocer.- Recitó de memoria la frase de un libro que leyó hacía mucho tiempo, que si bien no encajaba a la situación entera, se le vino a la mente en un segundo.
Se levantó con él de la cama que, después de todo, sus esfuerzos por hacerle descansar fueron futiles. No pretendía ponerse a dormir cuando aún quedaban cosas por hacer. Caminó tras él, deteniéndose extrañada cuando él lo hizo para dar aquel último agradecimiento, a lo que negó suavemente.- Me gustaría llevarme el crédito, sin embargo el grupo entero colaboró... pero debo encontrar a Lykaios ahora, que no sé nada de él y la brigada desde que salimos de la base.- Dijo con ligera preocupación, sobre todo porque no podía dejarle a él a su suerte después de que la sacó de los campos. Quizás era con él su única deuda.- Después de eso y de ver que Wilheilm esté bien, te devuelvo tu puesto... No se me da bien esto de ser lidereza de la revolución...- Susurró, dejándole ir finalmente antes de desaparecer el sitio, tras cerrar la puerta de la que era su habitación.
Asintió a lo de la comunicación mental, volviendo a la moneda para escribir un mensaje a Thranduil, que se había vuelto un aliado perverso los últimos días. Planeaba decirle a Johan lo que hacía, pero luego comenzó con las explicaciones que al principio no había querido dar. Si hubiera tenido un poco menos de control de sus expresiones, quizás habría alzado la ceja un poco después de cada oración, por ser cada una más increible que la anterior.- Johan, no te estoy pidiendo una explicación.- Aseveró a la mitad, tratando de interrumpirlo aunque fue un esfuerzo vano, pues terminó con aquella frase que desmantelaba todas sus teorías sobre los poderes que tenía y, aunque no lo pareciera, eso la fastidiaba. Asintió suavemente a las palabras del moreno. No se mostraba molesta ni distante. Al contrario. Le regresó el beso en la mejilla de la misma manera en que él lo dejó en la suya, con aquella sonrisa en los labios que siempre tenía, y que significaba todo y nada.- Algunas veces hay que decidirse entre una cosa a la que se está acostumbrado y otra que nos gustaría conocer.- Recitó de memoria la frase de un libro que leyó hacía mucho tiempo, que si bien no encajaba a la situación entera, se le vino a la mente en un segundo.
Se levantó con él de la cama que, después de todo, sus esfuerzos por hacerle descansar fueron futiles. No pretendía ponerse a dormir cuando aún quedaban cosas por hacer. Caminó tras él, deteniéndose extrañada cuando él lo hizo para dar aquel último agradecimiento, a lo que negó suavemente.- Me gustaría llevarme el crédito, sin embargo el grupo entero colaboró... pero debo encontrar a Lykaios ahora, que no sé nada de él y la brigada desde que salimos de la base.- Dijo con ligera preocupación, sobre todo porque no podía dejarle a él a su suerte después de que la sacó de los campos. Quizás era con él su única deuda.- Después de eso y de ver que Wilheilm esté bien, te devuelvo tu puesto... No se me da bien esto de ser lidereza de la revolución...- Susurró, dejándole ir finalmente antes de desaparecer el sitio, tras cerrar la puerta de la que era su habitación.
Aparezco con Juliet en el castillo Black, tras abandonar la base de Bastion Hollow en la que habíamos terminado de curarnos y recuperarnos con las pociones que allí tenían. Hemos sido los últimos en salir, aunque tampoco creo que por aquí les haya dado tiempo a hacer mucho, no hace tanto que se marcharon. Eso de conseguir un poco de tranquilidad se hace bastante raro, así que hay que aprovecharlo hasta la próxima que volvamos a estar en un lío. El castillo parece estar más o menos tranquilo cuando llegamos, aunque avanzo un poco con Juliet nos encontramos con varias personas en la entrada. No puedo disimular un gesto de sorpresa por la mujer que veo allí, a la cual reconozco como la mujer de Johan. Mi hermano también está allí, además de una niña pequeña que no sé quién es y Ellyos, un dragón que también conozco yo.
"así que ha vuelto a casa...sería gracioso ver un encuentro entre Josephine y la otra morena"
Antes de que noten nuestra presencia murmuro a Juliet por lo bajo, explicándole que esa es la mujer de Johan. O algo así. Ahora no es cuestión de dar más detalles, como que yo no empecé con muy buen pie con ella. Luego me cayó bastante maja, que hizo de sanadora conmigo y todo. Al final alzo la voz para llamar la atención del resto, saludando de manera general y preguntando después.
- ¿Habéis visto a Sirius? ¿sabéis si está bien? La base ya está desalojada, por si acaso les da por ir a buscar...
"no, en serio...¿Esa niña es de alguien? no me gusta ver críos pululando por el castillo"
"así que ha vuelto a casa...sería gracioso ver un encuentro entre Josephine y la otra morena"
Antes de que noten nuestra presencia murmuro a Juliet por lo bajo, explicándole que esa es la mujer de Johan. O algo así. Ahora no es cuestión de dar más detalles, como que yo no empecé con muy buen pie con ella. Luego me cayó bastante maja, que hizo de sanadora conmigo y todo. Al final alzo la voz para llamar la atención del resto, saludando de manera general y preguntando después.
- ¿Habéis visto a Sirius? ¿sabéis si está bien? La base ya está desalojada, por si acaso les da por ir a buscar...
"no, en serio...¿Esa niña es de alguien? no me gusta ver críos pululando por el castillo"
Ellyos Kakumei
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Alineamiento
Ocupación
Bando
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En la entrada del castillo no me esperaba encontrarme tan directamente con Johan, quizás con otra persona y a él tener que buscarlo por todas las partes habidas y por haber del castillo. En cuanto me saludó, me abalancé sobre él y le di un fuerte abrazo riendo, luego me separé aun riendo un poco.
- Bueno, no están del todo curados, aún me cuesta el utilizarlos y necesito concentrarme bastante para poderlos utilizar decentemente. No te preocupes, ve a atender tus asuntos así descanso un poco - me rasqué la cabeza - la verdad lo necesito, por suerte no has visto mi ... ehm ... aterrizaje.
Mientras hablaba con Johan una mujer legó que según dijo, la había llamado telepáticamente para hablar con ella. Se presentó, aunque fue interrumpida por una criaturita correteante que se afferó a su pierna. Su nombre recorría mi mente una y otra vez ... ese nombre lo había escuchado una vez, pero ahora mismo no caía, vale lo admito, soy un dragón muy olvidadizo y despistado ... ¡Cierto! ¡Ese nombre me lo dijo Johan una vez! ¡Es su perdida esposa! Y aquella debía de ser su hija. Me quedé un momento de piedra ... vale, vale, Ellyos, mantén la calma ... que no panda el cúnico, digoooo, que no cunda el pánico. Sonreí tímidamente y me presenté yo también.
- Yo soy Ellyos, un dragón sanador, un gusto el conocerla.
Vi también pasar a Reiv, le saludé de vuelta alzando y moviendo la mano, parecía que el castillo volvía a tener algo de vida con tanta gente presente.
- Bueno, no están del todo curados, aún me cuesta el utilizarlos y necesito concentrarme bastante para poderlos utilizar decentemente. No te preocupes, ve a atender tus asuntos así descanso un poco - me rasqué la cabeza - la verdad lo necesito, por suerte no has visto mi ... ehm ... aterrizaje.
Mientras hablaba con Johan una mujer legó que según dijo, la había llamado telepáticamente para hablar con ella. Se presentó, aunque fue interrumpida por una criaturita correteante que se afferó a su pierna. Su nombre recorría mi mente una y otra vez ... ese nombre lo había escuchado una vez, pero ahora mismo no caía, vale lo admito, soy un dragón muy olvidadizo y despistado ... ¡Cierto! ¡Ese nombre me lo dijo Johan una vez! ¡Es su perdida esposa! Y aquella debía de ser su hija. Me quedé un momento de piedra ... vale, vale, Ellyos, mantén la calma ... que no panda el cúnico, digoooo, que no cunda el pánico. Sonreí tímidamente y me presenté yo también.
- Yo soy Ellyos, un dragón sanador, un gusto el conocerla.
Vi también pasar a Reiv, le saludé de vuelta alzando y moviendo la mano, parecía que el castillo volvía a tener algo de vida con tanta gente presente.
Apareció con Reiv en un salón ligeramente más lleno de lo que esperaba, sobre todo con gente que conocía de antes. Le soltó lentamente, separándose de a poco. Quiso tomarle de la mano, pero se conformó por estar junto a él, manteniéndose en contacto apenas con la punta de los dedos sobre la mano de Reiv, dejando de tocarle cuando este empieza a caminar. A pesar de que había bastante gente conocida, el solo hecho de que hubiera alguien ajena le hacía sentir que no deberían estar por ahí, sobre todo cuando alcanzó a ver a una niña pequeña tras la mujer a la que no conocía.
Escuchó el murmullo de Reiv, poniéndola al día. Al instante, se sintió más pesada, le costaba acercarse y trató de hacerse invisible pero eso no le salía bien. Le regresó a Reiv en murmullos que quizás no era buena idea estar en el Castillo. Al menos no frente a la esposa de Johan... por lo del beso, claro. Sugirió la retirada, pero Reiv abrió la boca y todo se perdió en el intento.
A pesar de que nunca se llevó bien con Ellyos en el pasado, no recordaba por qué. Solo alcanzó a recordar poco de él, por lo que terminó por sonreírle despacio, evitando un poco la mirada de la rubia, paseándola entre Johan y el otro dragón. Y luego a la niña pequeña entre las piernas de la rubia, que le resultaba menos intimidante que el resto de las personas debido a la situación en la que se encontraba... y a que tenía aquella sensación de que ella le aconsejó a Johan el dejar a su mujer, pero no le constaba. Decidió que su modo de sobrevivir sería a través de esa niña ignorando las pláticas de "adultos"...
Se agachó al suelo en cunclillas, saludando de vuelta a la pequeña con una sonrisa y una mano en la mejilla. Era una monada... y de pronto algo le hizo clic en la cabeza. No volteó a ver a Johan por puro miedo infundado, pero podía apostar que ese par tenía algo que ver. Le soltó algunas palabras a la niña. Cosas clásicas de las que les dicen a los bebés, como repetir "hola" muchas veces con tonos distintos, como si aquello cambiara mucho la palabra, prefiriendo intentar la compañía de la niña que salir herida en fuego cruzado o algo... Sería sabio de Ellyos hacer lo mismo.
Escuchó el murmullo de Reiv, poniéndola al día. Al instante, se sintió más pesada, le costaba acercarse y trató de hacerse invisible pero eso no le salía bien. Le regresó a Reiv en murmullos que quizás no era buena idea estar en el Castillo. Al menos no frente a la esposa de Johan... por lo del beso, claro. Sugirió la retirada, pero Reiv abrió la boca y todo se perdió en el intento.
A pesar de que nunca se llevó bien con Ellyos en el pasado, no recordaba por qué. Solo alcanzó a recordar poco de él, por lo que terminó por sonreírle despacio, evitando un poco la mirada de la rubia, paseándola entre Johan y el otro dragón. Y luego a la niña pequeña entre las piernas de la rubia, que le resultaba menos intimidante que el resto de las personas debido a la situación en la que se encontraba... y a que tenía aquella sensación de que ella le aconsejó a Johan el dejar a su mujer, pero no le constaba. Decidió que su modo de sobrevivir sería a través de esa niña ignorando las pláticas de "adultos"...
Se agachó al suelo en cunclillas, saludando de vuelta a la pequeña con una sonrisa y una mano en la mejilla. Era una monada... y de pronto algo le hizo clic en la cabeza. No volteó a ver a Johan por puro miedo infundado, pero podía apostar que ese par tenía algo que ver. Le soltó algunas palabras a la niña. Cosas clásicas de las que les dicen a los bebés, como repetir "hola" muchas veces con tonos distintos, como si aquello cambiara mucho la palabra, prefiriendo intentar la compañía de la niña que salir herida en fuego cruzado o algo... Sería sabio de Ellyos hacer lo mismo.
Le devuelvo el efusivo saludo a Ellyos, alegrándome por la noticia de que él también ha recuperado ya sus poderes, al igual que yo. - Pues mejor que te hayas mantenido al margen durante este tiempo. Si no puede que hubieses acabado también atrapado. - comento con Ellyos con cara de resignación, sin dar demasiados detalles de lo sucedido hasta llegar aquí. Asiento a lo de ir a atender mis asuntos, aunque no tengo que esperar mucho para ello. En cuanto vuelvo a ver a Josephine tengo el impulso de ir hacia ella, pero me contengo al tener en cuenta lo que ha pasado hace unos minutos en la habitación. Preferible tantear el terreno y aclarar lo que tenemos pendiente desde hace demasiado.
- Menos mal que te encuentro, pensé que te habías ido del castillo. - empiezo la conversación de manera un poco torpe, acercándome un poco más a ella. - Sí, telepatía...no hace mucho tiempo que aprendí a utilizarla. - los escasos segundos que tarda en presentarse a Ellyos me dan algo de tiempo para pensar cómo abordar el tema, aunque debe ser en privado. - Escucha, vamos al salón para poder hablar más tranquilamente y ... - la aparición de una desconocida niña pequeña que se planta la lado de Josephine capta toda mi atención, distrayéndome inmediatamente de lo que quería decir. Mi cara mezcla de confusión y sorpresa expresa más de lo que podría decir con palabras, haciéndome que llegue a pensar que todo lo que está pasando es tan intenso como esas "pesadillas" que tuve cuando estuve atrapado en la base de la Alianza. La única diferencia es que esto no es malo, aunque sí chocante. Por la edad no puede ser ninguna de mis hermanas pequeñas, que deben estar mucho más crecidas. Alzo la vista lentamente desde la pequeña hasta Josephine, como interrogándola con la mirada. En un momento se me cruzan varias ideas posibles, como que ella haya encontrado otra pareja allí en Estados Unidos, que la haya encontrado abandonada y la haya acogido o...que sea nuestra.
"no puede ser...¿o sí? creí que no sería posible desde aquel que murió..."
Tan alucinado me he quedado que casi no me doy cuenta de la entrada de Reiv y Juliet hasta que ésta no se pone a hablarle a la niña, momento en el que reacciono. - Sí, Reiv, nuestro padre está bien, dentro de lo que cabe...luego podemos ir a la fortaleza a verle. - respondo vagamente sin mirarle, más centrado ahora en lo que tengo delante. También respondo mentalmente al mensaje de Thalos, que me pasa a Erika, aunque como estoy con la cabeza a mil cosas me hago un lío.
"no sé que me estás diciendo... ¿Erika? ¿estás con Thalos? dame un momento, tengo un poco de jaleo ahora mismo"
Me agacho al igual que Juliet para poder ver mejor a la niña, encontrando algo muy familiar en los vivaces ojos verdes de la chiquilla, sonriendo levemente al ver ese puñado de regalices que lleva en la mano. Yo era adicto de crío.
"joder"
- Dime si es cierto lo que estoy pensando... - pregunto como si la que tuviese la telepatía fuese ella, aunque supongo que en este caso no hace falta ni siquiera.
- Menos mal que te encuentro, pensé que te habías ido del castillo. - empiezo la conversación de manera un poco torpe, acercándome un poco más a ella. - Sí, telepatía...no hace mucho tiempo que aprendí a utilizarla. - los escasos segundos que tarda en presentarse a Ellyos me dan algo de tiempo para pensar cómo abordar el tema, aunque debe ser en privado. - Escucha, vamos al salón para poder hablar más tranquilamente y ... - la aparición de una desconocida niña pequeña que se planta la lado de Josephine capta toda mi atención, distrayéndome inmediatamente de lo que quería decir. Mi cara mezcla de confusión y sorpresa expresa más de lo que podría decir con palabras, haciéndome que llegue a pensar que todo lo que está pasando es tan intenso como esas "pesadillas" que tuve cuando estuve atrapado en la base de la Alianza. La única diferencia es que esto no es malo, aunque sí chocante. Por la edad no puede ser ninguna de mis hermanas pequeñas, que deben estar mucho más crecidas. Alzo la vista lentamente desde la pequeña hasta Josephine, como interrogándola con la mirada. En un momento se me cruzan varias ideas posibles, como que ella haya encontrado otra pareja allí en Estados Unidos, que la haya encontrado abandonada y la haya acogido o...que sea nuestra.
"no puede ser...¿o sí? creí que no sería posible desde aquel que murió..."
Tan alucinado me he quedado que casi no me doy cuenta de la entrada de Reiv y Juliet hasta que ésta no se pone a hablarle a la niña, momento en el que reacciono. - Sí, Reiv, nuestro padre está bien, dentro de lo que cabe...luego podemos ir a la fortaleza a verle. - respondo vagamente sin mirarle, más centrado ahora en lo que tengo delante. También respondo mentalmente al mensaje de Thalos, que me pasa a Erika, aunque como estoy con la cabeza a mil cosas me hago un lío.
"no sé que me estás diciendo... ¿Erika? ¿estás con Thalos? dame un momento, tengo un poco de jaleo ahora mismo"
Me agacho al igual que Juliet para poder ver mejor a la niña, encontrando algo muy familiar en los vivaces ojos verdes de la chiquilla, sonriendo levemente al ver ese puñado de regalices que lleva en la mano. Yo era adicto de crío.
"joder"
- Dime si es cierto lo que estoy pensando... - pregunto como si la que tuviese la telepatía fuese ella, aunque supongo que en este caso no hace falta ni siquiera.
Tengo a la niña pegada a mis piernas aún cuándo el otro chico se presenta cómo un dragón. Se me asoma una sonrisilla nerviosa y asiento.
-encantada.
"Wtf dragines?"
Le tenía cierto miedo a los dragones desde pequeña, pero en ese momento fui capaz de controlar el pegar un chillidito por eso de tener más pánico a lo que estaba sucediendo en ese momento. Entonces llega Reiv con una muchacha.
"Vale...esto sigue siendo una casa de locos en la que entra un montón de gente"
-Reiv.
Saludo amablemente sonriendo también, me alegra ya que si está aquí significa que por fin empiezan a llevarse bien del todo ese par de dos. Por un momento se me olvida la situación hasta que oigo a Nyara responder con varios holas replicando a la muchacha que entró con Reiv. Observo como se agacha Johan y suspiro bastante acojonada aunque me extraño al ver esa sonrisa.
"Acaba de sonreir?"
Oigo su pregunta y miro a los presentes de uno en uno. Quizás no sea la mejor manera.
-emmmmmmmmmmmm
Nya entonces empieza a partirse de risa, se conoce que tanto saludo le ha gustado o a saber, me agarra la pierna riendose a carcajada de niño pequeño y suelta un mamiiii entre risas. Pongo cara de situación y me agacho para cogerla en brazos mientras se retuerce cual lagartija aún riendo.
-sor...sorpresa?
Pregunto no muy convencida y vuelvo a mirar a todos los que están en la sala.
"Sorpresa?que te pasa Jo?"
-encantada.
"Wtf dragines?"
Le tenía cierto miedo a los dragones desde pequeña, pero en ese momento fui capaz de controlar el pegar un chillidito por eso de tener más pánico a lo que estaba sucediendo en ese momento. Entonces llega Reiv con una muchacha.
"Vale...esto sigue siendo una casa de locos en la que entra un montón de gente"
-Reiv.
Saludo amablemente sonriendo también, me alegra ya que si está aquí significa que por fin empiezan a llevarse bien del todo ese par de dos. Por un momento se me olvida la situación hasta que oigo a Nyara responder con varios holas replicando a la muchacha que entró con Reiv. Observo como se agacha Johan y suspiro bastante acojonada aunque me extraño al ver esa sonrisa.
"Acaba de sonreir?"
Oigo su pregunta y miro a los presentes de uno en uno. Quizás no sea la mejor manera.
-emmmmmmmmmmmm
Nya entonces empieza a partirse de risa, se conoce que tanto saludo le ha gustado o a saber, me agarra la pierna riendose a carcajada de niño pequeño y suelta un mamiiii entre risas. Pongo cara de situación y me agacho para cogerla en brazos mientras se retuerce cual lagartija aún riendo.
-sor...sorpresa?
Pregunto no muy convencida y vuelvo a mirar a todos los que están en la sala.
"Sorpresa?que te pasa Jo?"
Camino un poco tras separarme de Juliet, dando al traste con su sugerencia de una retirada discreta. Tarde para eso. Me quedo ahí plantado mientras espero unos segundos a que el empanado de Johan responda de una vez a lo de Sirius, que era lo que pregunté nada más llegar. - Bien. Pensaba llevarle gente a la que desangrar. - Sabiendo eso ya me quedo más tranquilo, y no sé por qué pero me da la sensación de que aquí estamos un poco en medio de todo. - Josephine. - saludo también a la rubia, haciendo una ligera inclinación de cabeza como la gente educada. Después le hago un gesto a Ellyos, como de que se acerque si quiere, que se le ve tan perdido aquí como a nosotros. Bueno, tal vez Juliet parezca menos perdida, pues no ha dudado en acercarse para hablarle a la niña casi como le habla a Svart. Se nota que le gustan los cachorros, sean de la especie que sean. A mi los críos me ponen de los nervios, creo que sólo aguanto a mi dragón.
- Tal vez podríamos enseñarle a decir otra palabra que no fuese "hola". Yo qué sé. Malditos muggles, por ejemplo.- sugiero con una sonrisa maliciosa, que eso de enseñar a los criaturos a decir cosas poco correctas me parece hasta divertido. Además, así aligeramos un poco el ambiente. Entorno los ojos un poco para mirar alternativamente a Josephine y a Johan, preguntándome lo obvio al ver a la niña. Apostaría por unos cuernos, pero creo que ella no es de esas personas. Y él...bueno. No sabría qué decir. Evito reírme por lo bajo al escuchar la afirmación-pregunta de Johan, y más todavía al escuchar a Josephine diciendo eso de sorpresa. Johan haciendo un Sirius al no enterarse (o no le han dicho) que tiene una hija. Por más que trato de morderme la lengua no me puedo contener, me sale solo. Y si me equivoco pues...
- Vaya. Espero que no esperes a que tenga 15 años para decirle que eres su padre.
"¿y yo soy tío o algo así? qué cosas..."
- Tal vez podríamos enseñarle a decir otra palabra que no fuese "hola". Yo qué sé. Malditos muggles, por ejemplo.- sugiero con una sonrisa maliciosa, que eso de enseñar a los criaturos a decir cosas poco correctas me parece hasta divertido. Además, así aligeramos un poco el ambiente. Entorno los ojos un poco para mirar alternativamente a Josephine y a Johan, preguntándome lo obvio al ver a la niña. Apostaría por unos cuernos, pero creo que ella no es de esas personas. Y él...bueno. No sabría qué decir. Evito reírme por lo bajo al escuchar la afirmación-pregunta de Johan, y más todavía al escuchar a Josephine diciendo eso de sorpresa. Johan haciendo un Sirius al no enterarse (o no le han dicho) que tiene una hija. Por más que trato de morderme la lengua no me puedo contener, me sale solo. Y si me equivoco pues...
- Vaya. Espero que no esperes a que tenga 15 años para decirle que eres su padre.
"¿y yo soy tío o algo así? qué cosas..."
Fue bueno al menos comprobar que Sirius estaba bien a través de las palabras de Johan. Ya les había ayudado mucho, muchas veces, y se alegraba de que estuviera bien. Por lo menos... No pudo evitar notar que también Johan hablaba en plural, como haciendo una cita con Reiv para ir a ver después a su padre, como harían hermanos de verdad. Desde su posición cercana al suelo, sonrió escuchando aquel pequeño plan que acababa de establecerse. No le dijo nada a Reiv por el momento, pues bastante había hecho poniéndola al tanto de las situaciones, sobre todo del nombre de la rubia, que no recordaba si lo había escuchado antes de boca de Johan o no.
Por su parte, siguió haciéndole mimos a la chiquilla. Jalándole el pantalón a Reiv a modo de reprimenda por aquello de los malditos muggles. La niña no tenía por qué escuchar ni aprender eso. Afortunadamente, ella no se enteró, y no tardó en reír como poseída, regresando con su mamá... ¿¿¿MAMÁ???
Los ojos volaron hasta el rostro de Johan, esperando su reacción. La frase de incredulidad que murmuró puso en el aire aquella pregunta que todos los presentes se hacían, y aunque la respuesta fue tangente, resultó incluso shockeante para la pelirroja, que ninguna vela tenía en aquel entierro. No pudo evitar un jadeo por la literal sorpresa donde sus labios quedaron a mitad del camino entre una sonrisa y una mala sorpresa.
Se levantó poco a poco del suelo cuando alcanzó a comprender la situación. Definitiva, absolutamente, estaban haciendo una muy mala tercia ahí. Se mantuvo cerca de Reiv, tirándole un codazo a las costillas cuando escuchó su consejo indiscreto.- Shhh... No seas borde... Es tu familia...- Murmuró en voz baja, agarrándose de el borde de su camisa por la tensión del momento. En primera instancia había sonreído por lo lindo del momento, pero aquello podía tener muchas más implicaciones, sobre todo en época de guerra. Tener familia podía ser un precio demasiado alto que pagar. Tomó la mano de Reiv, dando algunos pasos atrás, llevándolo consigo. Era necesario un poco de privacidad después de una revelación de aquel tipo... Aunque claro, no se iba del todo. No era idiota, quería cotillar.
Por su parte, siguió haciéndole mimos a la chiquilla. Jalándole el pantalón a Reiv a modo de reprimenda por aquello de los malditos muggles. La niña no tenía por qué escuchar ni aprender eso. Afortunadamente, ella no se enteró, y no tardó en reír como poseída, regresando con su mamá... ¿¿¿MAMÁ???
Los ojos volaron hasta el rostro de Johan, esperando su reacción. La frase de incredulidad que murmuró puso en el aire aquella pregunta que todos los presentes se hacían, y aunque la respuesta fue tangente, resultó incluso shockeante para la pelirroja, que ninguna vela tenía en aquel entierro. No pudo evitar un jadeo por la literal sorpresa donde sus labios quedaron a mitad del camino entre una sonrisa y una mala sorpresa.
Se levantó poco a poco del suelo cuando alcanzó a comprender la situación. Definitiva, absolutamente, estaban haciendo una muy mala tercia ahí. Se mantuvo cerca de Reiv, tirándole un codazo a las costillas cuando escuchó su consejo indiscreto.- Shhh... No seas borde... Es tu familia...- Murmuró en voz baja, agarrándose de el borde de su camisa por la tensión del momento. En primera instancia había sonreído por lo lindo del momento, pero aquello podía tener muchas más implicaciones, sobre todo en época de guerra. Tener familia podía ser un precio demasiado alto que pagar. Tomó la mano de Reiv, dando algunos pasos atrás, llevándolo consigo. Era necesario un poco de privacidad después de una revelación de aquel tipo... Aunque claro, no se iba del todo. No era idiota, quería cotillar.
Giro un poco la cabeza para lanzar una mirada de reproche a Reiv por hacer ese tipo de comentarios delante de una niña pequeña, aunque parece que no se ha dado cuenta del "malditos" que ha soltado el otro. A decir verdad ninguno estamos hablando demasiado en este momento, estando más tensos y expectantes que otra cosa. Lo único que rompe el silencio son las risas de la niña y la pulla que suelta Reiv a cuenta de que esta niña pueda ser mi hija. No está la situación para ese tipo de bromas, o lo que quiera que haya sido eso. La mirada que le echo esta vez es más fulminante que la anterior, dejándole claro que prefiero que se calle en este momento.
- No empieces con eso ahora
"Sirius tampoco sabía que él existía, no fue culpa suya"
Vuelvo a erguirme cuando Josephine coge a la niña en brazos mientras ella se ríe ajena a toda la situación, llamándola mami sin dejar ya lugar a dudas. Me acerco a ambas para poner una mano en el hombro de Josephine durante un breve instante, como queriendo guiarla hacia otro sitio para poder seguir la conversación sin tantos espectadores. - Mejor vamos a la cocina. - Tal vez así me de una respuesta mejor que "sorpresa", eso si está dispuesta a hablar conmigo. Creo que ambos necesitamos saber muchas cosas. Cierro la puerta de la cocina una vez que llegamos, tras el tenso silencio mientras recorríamos el pasillo. Respiro hondo antes de empezar a hablar, apoyando una mano en el respaldo de una silla para no estar todo el rato apoyando la pierna en el suelo. Espero unos segundos a que ella se siente a la mesa o se coloque según esté más cómoda, aunque parece que ninguno de los dos lo estamos.
- ¿Por qué no me dijiste nada de ella? - pregunto algo dolido refiriéndome a la pequeña, pues es algo que debía saber sea mía o no. Me gustaría pensar que sí lo es, pero a la vez me da bastante miedo. - ¿Por qué no he sabido nada de ti en todo este tiempo? - trato de evitar que suene como un reclamo, pero al final suena a eso.
- No empieces con eso ahora
"Sirius tampoco sabía que él existía, no fue culpa suya"
Vuelvo a erguirme cuando Josephine coge a la niña en brazos mientras ella se ríe ajena a toda la situación, llamándola mami sin dejar ya lugar a dudas. Me acerco a ambas para poner una mano en el hombro de Josephine durante un breve instante, como queriendo guiarla hacia otro sitio para poder seguir la conversación sin tantos espectadores. - Mejor vamos a la cocina. - Tal vez así me de una respuesta mejor que "sorpresa", eso si está dispuesta a hablar conmigo. Creo que ambos necesitamos saber muchas cosas. Cierro la puerta de la cocina una vez que llegamos, tras el tenso silencio mientras recorríamos el pasillo. Respiro hondo antes de empezar a hablar, apoyando una mano en el respaldo de una silla para no estar todo el rato apoyando la pierna en el suelo. Espero unos segundos a que ella se siente a la mesa o se coloque según esté más cómoda, aunque parece que ninguno de los dos lo estamos.
- ¿Por qué no me dijiste nada de ella? - pregunto algo dolido refiriéndome a la pequeña, pues es algo que debía saber sea mía o no. Me gustaría pensar que sí lo es, pero a la vez me da bastante miedo. - ¿Por qué no he sabido nada de ti en todo este tiempo? - trato de evitar que suene como un reclamo, pero al final suena a eso.
Empieza a dar tironcitos de mi pelo y yo voy apartando sus pequeñas manos con cuidado. Mi nariz se arruga por las palabras de Reiv. Voy a decirle algo señalandole con mi índice pero Johan me agarra del hombro.
Le sigo por el pasillo mientras consigo que la pequeña no me arranque todo el pelo de la cabeza pero si que se pone a bailar meneando su cuerpo mientras llegamos a la cocina. La siento al borde de la mesa, tomando asiento yo en una silla frente a ella, que ahora además de bailar y tararear decide meterse el puño entero de regalices en la boca. Entorno los ojos.
"Que brutita es"
Miro entonces a Johan, sé que debe estar molesto. Voy a contestar a su primera pregunta pero llega la segunda demasiado deprisa.
"En serio?"
Alzo una ceja, entiendo que reclame que no le he dicho nada de la niña, pero lo otro... Yo tampoco he sabido nada de él.
-Te lo he dicho!miles de veces!por carta...
-cataaaaa
-por lechuza, conjuros vocales... Maharet le hizo una imperdonable a un tipo para que viniese a decírtelo...
-abela..
Miro a Nya que sigue rechupeteando los regalices a lo guarro y va diciendo cosas aleatorias.
-yo tampoco he recibido noticias tuyas.
Alzo ambas cejas empleando el tono de reclamo de él mientras cruzo mis brazos. Suspiro dejando de mirarle ahora, total... Ya nos habíamos enterado los dos de las noticias importantes de ambos.
Le sigo por el pasillo mientras consigo que la pequeña no me arranque todo el pelo de la cabeza pero si que se pone a bailar meneando su cuerpo mientras llegamos a la cocina. La siento al borde de la mesa, tomando asiento yo en una silla frente a ella, que ahora además de bailar y tararear decide meterse el puño entero de regalices en la boca. Entorno los ojos.
"Que brutita es"
Miro entonces a Johan, sé que debe estar molesto. Voy a contestar a su primera pregunta pero llega la segunda demasiado deprisa.
"En serio?"
Alzo una ceja, entiendo que reclame que no le he dicho nada de la niña, pero lo otro... Yo tampoco he sabido nada de él.
-Te lo he dicho!miles de veces!por carta...
-cataaaaa
-por lechuza, conjuros vocales... Maharet le hizo una imperdonable a un tipo para que viniese a decírtelo...
-abela..
Miro a Nya que sigue rechupeteando los regalices a lo guarro y va diciendo cosas aleatorias.
-yo tampoco he recibido noticias tuyas.
Alzo ambas cejas empleando el tono de reclamo de él mientras cruzo mis brazos. Suspiro dejando de mirarle ahora, total... Ya nos habíamos enterado los dos de las noticias importantes de ambos.
Ellyos Kakumei
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Observo como Reiv me hace un gesto para que me acerque a ellos mientras Johan se lleva a su mujer a ota estancia del castillo para seguir conversando y ponerse al día. Suelto un pequeño suspiro y me acerco a Reiv y Juliet, cerca de Reiv le doy un pequeño codazo medio riendo.
- Mira que eres malo, si un día te muerdes la lengua acabarás envenenándote. - dije riéndo.
Me fui a un sitio de la sala donde parecía confortable, entraba algo de luz del exterior y el suelo no estaba sucio y frío, me senté en la posición del loto y apoyé las manos entrecruzadas en mi regazo con las palmas hacia arriba, el viento empezó a girar en torno mía formando una pequeña esfera en mis manos, estaba en comunión con mi elemento, mientras meditaba no podía dejar de pensar en la situación vivida.
- Es toda una sorpresa ver a la mujer de Johan de vuelta - dije a ambos para continuar charlando - tantas veces que se sintió mal, sin saber que hacer, contemplando su anillo una y otra vez y los caprichos del destino han funcionado una vez más. Aunque no se si para bien o para lo que.
Quizás para Johan podía ser una experiencia positiva, no estaba muy seguro, sobretodo con tanta incertidumbre en el ambiente y con una revuelta por el camino, la guerra podía estallar en cualquier momento. La verdad es que habría que ver pasar el tiempo para saber a ciencia cierta si realmente esta va a ser una experiencia balsámica o quizás no.
- Mira que eres malo, si un día te muerdes la lengua acabarás envenenándote. - dije riéndo.
Me fui a un sitio de la sala donde parecía confortable, entraba algo de luz del exterior y el suelo no estaba sucio y frío, me senté en la posición del loto y apoyé las manos entrecruzadas en mi regazo con las palmas hacia arriba, el viento empezó a girar en torno mía formando una pequeña esfera en mis manos, estaba en comunión con mi elemento, mientras meditaba no podía dejar de pensar en la situación vivida.
- Es toda una sorpresa ver a la mujer de Johan de vuelta - dije a ambos para continuar charlando - tantas veces que se sintió mal, sin saber que hacer, contemplando su anillo una y otra vez y los caprichos del destino han funcionado una vez más. Aunque no se si para bien o para lo que.
Quizás para Johan podía ser una experiencia positiva, no estaba muy seguro, sobretodo con tanta incertidumbre en el ambiente y con una revuelta por el camino, la guerra podía estallar en cualquier momento. La verdad es que habría que ver pasar el tiempo para saber a ciencia cierta si realmente esta va a ser una experiencia balsámica o quizás no.
Mis comentarios no parecen sentar nada bien a casi ninguno de los presentes, haciendo que me lleve regaño y mirada asesina de Johan, codazo y susurro de Juliet, ser señalado por el dedo de Josephine y comentario medio en broma de Ellyos. Bufo por lo bajo porque creo que no es para tanto, lo que pasa es que están todos muy sensibles y tensos. Además, no iba a "empezar con eso", como ha dicho Johan. Es simplemente que venía muy a cuenta soltar la pulla de lo referente al pasado. El par de dos se marchan con la cría por el pasillo, a hablar en privado, dejándonos solos a Juliet, ELlyos y a mí.
- Bah...exagerados. Tampoco fue tan malo lo que dije, ¿borde, yo? - pregunto a Juliet alzando ambas cejas, siguiendo después a Ellyos hacia la sala contigua a la que entra. Aunque por otro lado tengo curiosidad por saber de que hablan los otros dos. Trato de disimular esa vena cotilla que me sale a veces, esperando que sea alguno de los otros dos el que decida cotillear. Me apoyo de lado en el marco de la puerta del salón al que ha entrado Ellyos, cruzándome de brazos mientras observo lo zen que parece en esa postura y con lo del viento. Lo que comenta sobre mi hermano y lo de pasarlo mal por su esposa me hace recordar lo que estuve hablando con Ellyos aquella noche en la fiesta aquella del burdel, en la que acabamos metidos en una pelea con el ruso y demás. En aquel momento el que estaba cabreado por su culpa era yo.
- Si tan mal se sentía bien podría haber hecho algo por tratar de no perderla, como ir a recuperarla, o qué sé yo. No fue a buscarla, estuviese donde estuviese. Se entretuvo coqueteando con otras...- miro de reojo a Juliet, aunque aquello ya quedase solucionado y todo haya quedado más que claro. - Yo tengo claro lo que hubiese hecho en su caso. Hubiese buscado a esa persona sin descanso. ¿No habríais hecho lo mismo vosotros? - pregunto a los presentes tras dejar clara mi postura, descruzando los brazos y separándome del marco de la puerta para entrar a la habitación. Lo que no tengo ni idea es de qué haría si me viese en la situación de tener un crío pequeño a mi cargo, porque ya soy bastante desastre encargándome de Svart. No podemos tardar mucho en ir a recogerle, prometimos que iríamos pronto.
- Bah...exagerados. Tampoco fue tan malo lo que dije, ¿borde, yo? - pregunto a Juliet alzando ambas cejas, siguiendo después a Ellyos hacia la sala contigua a la que entra. Aunque por otro lado tengo curiosidad por saber de que hablan los otros dos. Trato de disimular esa vena cotilla que me sale a veces, esperando que sea alguno de los otros dos el que decida cotillear. Me apoyo de lado en el marco de la puerta del salón al que ha entrado Ellyos, cruzándome de brazos mientras observo lo zen que parece en esa postura y con lo del viento. Lo que comenta sobre mi hermano y lo de pasarlo mal por su esposa me hace recordar lo que estuve hablando con Ellyos aquella noche en la fiesta aquella del burdel, en la que acabamos metidos en una pelea con el ruso y demás. En aquel momento el que estaba cabreado por su culpa era yo.
- Si tan mal se sentía bien podría haber hecho algo por tratar de no perderla, como ir a recuperarla, o qué sé yo. No fue a buscarla, estuviese donde estuviese. Se entretuvo coqueteando con otras...- miro de reojo a Juliet, aunque aquello ya quedase solucionado y todo haya quedado más que claro. - Yo tengo claro lo que hubiese hecho en su caso. Hubiese buscado a esa persona sin descanso. ¿No habríais hecho lo mismo vosotros? - pregunto a los presentes tras dejar clara mi postura, descruzando los brazos y separándome del marco de la puerta para entrar a la habitación. Lo que no tengo ni idea es de qué haría si me viese en la situación de tener un crío pequeño a mi cargo, porque ya soy bastante desastre encargándome de Svart. No podemos tardar mucho en ir a recogerle, prometimos que iríamos pronto.
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