Recuerdo del primer mensaje :
Este castillo perteneció a la noble familia de los Black durante generaciones, siendo utilizado como residencia de verano en múltiples ocasiones. Con el inicio de la guerra fue ocupado únicamente por la familia perteneciente al bando del Ministerio. Poco a poco comenzó a quedar más vacío, hasta que quedó en el estado actual tras un incendio provocado. No se salvó mucho de aquel incendio, pero la estructura y habitáculos principales permanecen, puede ser habitada.
[Castillo Black]
Este castillo perteneció a la noble familia de los Black durante generaciones, siendo utilizado como residencia de verano en múltiples ocasiones. Con el inicio de la guerra fue ocupado únicamente por la familia perteneciente al bando del Ministerio. Poco a poco comenzó a quedar más vacío, hasta que quedó en el estado actual tras un incendio provocado. No se salvó mucho de aquel incendio, pero la estructura y habitáculos principales permanecen, puede ser habitada.
- Información e imágenes:
Su principal protección es lo alejado y perdido que está. Se encuentra en a 48 horas a pie desde Londres:- mapa:
El portón exterior se quemó durante la guerra, tras el posterior abandono por parte de la familia ministerial.Hall y escaleras a pisos superioresEscalera patio interior (hacia los torreones semiderruidos, se conserva una de las salas)Gran salón (en la planta baja)Comedor (planta baja)Hay una gran cantidad de habitaciones, que en el pasado albergaban a todos los miembros de la familia Black. Algunas de las habitaciones:
Habitaciones (segunda planta y tercera planta, subiendo desde las escaleras del hall)PasillosCocina y bodegas (dos habitáculos diferentes bajando escaleras desde la zona del hall)
Mazmorras (bajando escaleras a través de una pequeña puerta de la zona del hall)Laboratorio (bajo las mazmorras)
Sótano almacén
- Descripción extendida:
Descripción del castillo, perteneciente a las anotaciones de Leila
Nunca me imagine que estuviera tan aislado. Su principal protección es lo alejado y perdido que está. Desde el Moulin hasta aquí eran dos días de caminata constante hasta el escalofriante castillo edificado con piedras en el valle. Seguro que si las piedras del castillo hablaran, contarían historias perturbadoras. En la entrada principal había signos de otros aterrizajes además del nuestro, pero menos turbulentos. Encontré el casco que le había quitado a aquel soldado de Hyde Park, los guantes y la parte superior de la armadura junto con mi rifle. Empujé con una mano el pesado portón quemado y pase al hall de otrora majestuosa entrada al castillo de los Black.
Habían ventanas, más de la mitad rotas, a través de las cuales sólo se podía ver la oscuridad del exterior, con alfeizares, unos aparentemente más resistentes que otros para resistir el peso de una persona, aunque lo más probable era que la estructura entera, que más bien parece un congelador, no fuera estable. Hay unas escaleras de piedra próximas a la puerta que conducen al primer piso. Más allá, en la planta baja está el salón principal o gran salón en el que cómodamente podrían entrar dos dragones adultos, con la vista al patio interior que yo ya conocía, en el cual también hay una escalera que lleva a uno de los torreones semiderruidos que también tiene señales de aterrizajes, sigue estando polvoriento, telarañoso y lleno de escombros, con los dos sillones (en el que dos personas podrían acostarse) con la cazadora de Johan y la chaqueta de Victorya encima, con olor a sangre y a vodka del malo derramado en la alfombra, con una mesita de luz, con la chimenea con su respectiva saliente y con las paredes decoradas con tapices (parlantes). El salón seguía siendo oscuro, con cortinas viejas y húmedo, aunque hay algo de lo que no me había percatado la primera vez que vine, hay un antiguo mueble-bar con puertas metálicas. Me puse a buscar entre las viejas botellas de alcohol (practicar tiro al blanco con las botellas vacías en el patio del pozo). Había menos de la mitad de una botella de vino, y una botella vacía de vodka, ése era el que se había derramado. Eso sí, faltaban copas. El pozo de agua sigue en el mismo lugar, saliendo al patio circular por una de las puertas del salón, atravesando el pasillo con las marcas de uñas que yo había dejado. Más allá hay un comedor con una mesa larguísima y un montón de sillas, la silla del extremo de la mesa está de espaldas a otra chimenea. Allí tranquilamente se podían festejar cenas de gala. Resulta curiosa la cantidad de chimeneas que hay en este castillo si se supone que es de verano. Caminando más encontré la cocina con su horno antiguo, su despensa, en la que hay miel, vinagre, alubias secas, azúcar, sal, cubitos de caldo (En sentido estricto, estos productos no son más que vegetales deshidratados, grasa animal y altas dosis de sal.), un sacote de patatas, otro de arroz, algo de pan, café, leche y chocolate instantáneos.
Subiendo las escaleras hay camas polvorientas en habitaciones polvorientas, o lo que queda de ellas, en torres que parecen a punto de venirse abajo, unas parecen de invitados, otras de servicio, allí había ropa de mayordomo de los Black quemadas y consumidas por las polillas y otras habitaciones que parecen estar más armadas y cómodas las cuales deberían ser las de la familia.
Tras atravesar lúgubres corredores en los que había tétricos cuadros (parlantes, Sirius, Jack) de la familia Black y bajar escaleras, pase por las bodegas privadas de los Black y llegué a unas mazmorras medievales, unas oxidadas celdas de barrotes de metal que se cierran con llaves que no encuentro, perfectas para una persona o dos. Lo único que se escucha allí abajo es el sonido de una persistente gota cayendo sobre la fría piedra, de manera repetitiva cada pocos segundos, allí todo hace eco. Un sitio demasiado oscuro en el que no abundaban las antorchas, pero el olor a humedad, a lugar cerrado, lo invadía todo. En algunas celdas habían camastros y en otras no, había platos sucios afuera de algunas. En una de ellas, los barrotes parecían haber sido golpeados muy fuerte desde afuera por una llave inglesa, dentro había un botellín de agua de hace mucho tiempo, fuera de ella había rastros del cuero de un maletín y habían partes de lo que parecía un radiocasete destruido que funcionaba a pila. Tenía metido un CD, también destruido, pero que si se juntaban las partes tenía escrito “Mix de música para torrturra psicológica; Easy Strrets”. El reproductor estaba alejado de la celda, como para que lo que haya estado prisionero no pudiera agarrarlo. También había una pequeña y antigua televisión afuera de las celdas, una OT-1471 Belweder, quizás era para entretener a los guardias y que no se queden dormidos, aunque sabía por experiencia que eso no funcionaba.
Bajando otro piso había una especie de laboratorio que todavía se conserva en condiciones. Se ve que su familia era bastante peculiar en lo que se refiere al coqueteo con las artes oscuras. En un escritorio había un libro que estaba con cara de “mírame y no me toques” que tenía algo escrito, una especie de lema; “No toques nada que no sepas lo que es.” luego tenía escrito recetas de lo que parecían pociones, en otro libro abierto mencionaba, en la historia de los Black, que tenían más castillos y casas de verano que la gran mayoría, por ser una de las típicas familias nobles mágicas, el linaje Black; Johan Black, Sirius Black, Jack Black… su escudo de armas... otro libro decía algo sobre una Contraseña… ¿Toujours Pur?¿Contraseña de qué?
Bajando más me encontré con el sótano más laberíntico que vi en mi vida, parecía no tener fin, hileras e hileras de estantes con frasquitos de pociones, armarios y baúles que no me atreví a abrir, aún así es lo que mejor se ha conservado de toda la casa, allí no había luz, pero había candelabros apagados. Predominaban las cosas desagradables y siniestras allí. Demasiado frasco vacío y a medias, algunos estropeados, otros que no sirven. Pareciera que los Black en sus tiempos debian de haber sido de lo mas excentricos.
Quizás el castillo no había estado abandonado del todo y Johan tenía razón acerca de los espíritus, pero si eso era cierto, ni siquiera ellos querían estar conmigo, porque me sentía acompañada por el silencio en el castillo medieval.
Estaba tan concentrada en los sonidos, los de su entorno y sobre todo los que podían provenir del interior del objeto que alcanzó a escuchar claramente el momento en que Reiv salió de debajo del gigantesco dragón. Entre todos sus quejidos. no escuchó con claridad lo que le decía a Ellyos, pero un momento más de atención le permitió escuchar las maldiciones que le tiraba a la resaca y a... ¿burdel? Aquello le hizo arquear una ceja, pero lo descartó rápidamente. No era que se equivocara muy seguido, pero el ronquido del dragón de afuera distorcionaba bastante lo que escuchaba. De cualquier modo, no podía dejar de pensar que, quizás, solo quizás, en caso de ser una fiesta, no fuera a requerir aquellos servicios.
Su mente hizo una pequeña conexión cuando el "he estado pensando en ti toda la noche" volvió a su mente. No había manera de que él lo supiera, pero si le hizo cuestionarse si acaso él la vería de aquella manera. A pesar del ligero enojo que le provocó, no podía culparle. Si de alguna manera se había dado cuenta, o si su imagen le evocaba la de una chica de burdel, no estaba del todo equivocado.
Reiv no tardó mucho en buscar asiento y quedarse en el sillón, y ella ocultó su tristeza y su agobio cuando cayó en el sillón, más expresamente en el de Sophía. La joven se levantó rápidamente para ir por la botella de agua al bar, solo para darse ocasión de recomponerse. Ya que tenía la oportunidad de dar rienda suelta a sus pensamientos, era posible también que pensara en ella por otra cosa, aunque le parecía poco probable. El agua, que ya iba un poco más derretida, serviría para calmar la deshidratación que seguramente tendría con tal resaca.
- Nada de eso. Te lo ofrecí el primer día y no me hiciste caso.- Sonrió al verle tan necesitado de una tumba. Desafortunadamente, ella no era quien para tomar más vidas que no lo merecieran al menos.- No vi la entrada triunfal, pero si me despertaron con ella.- Le tomó de la mano cuando llegó cerca de él y lo levantó del sillón, jalándole y ayudándole para llevarlo al otro.- No quiero que despiertes a Sophia, ha tenido unos días pesados, igual que todos. Debes beber agua.- Le empujó contra el sillón donde había dormido y le entregó la botella a sus manos, con la delicadeza del mundo, para que un borracho no la rompiera en su época de resaca.- No ha pasado nada, pero estaba preocupada. Hemos estado tan juntos estas últimas semanas que me sentí muy sola cuando te fuiste. Como si me faltara de mi confianza y que me entendiera, a pesar de que estuvieron Johan, Ellyos, Thalos... Sirius. No pude dormir bien, menos después de...
Con una sonrisa un poco rota, se sentó a su lado y siguió observando su salsera mientras trataba de averiguar sus secretos- ¿Tu trajiste esto? Estaba cerca de ustedes, y tenía mi nombre, así que lo tomé. No sé si debía.- Preguntó sin darle muchas vueltas al asunto. Aunque en su mente había algo que le preocupaba más, aquello era lo que más le urgía entre sus pensamientos. Se la mostró, sacándola de la caja, por si acaso sabía lo que era.
Su mente hizo una pequeña conexión cuando el "he estado pensando en ti toda la noche" volvió a su mente. No había manera de que él lo supiera, pero si le hizo cuestionarse si acaso él la vería de aquella manera. A pesar del ligero enojo que le provocó, no podía culparle. Si de alguna manera se había dado cuenta, o si su imagen le evocaba la de una chica de burdel, no estaba del todo equivocado.
Reiv no tardó mucho en buscar asiento y quedarse en el sillón, y ella ocultó su tristeza y su agobio cuando cayó en el sillón, más expresamente en el de Sophía. La joven se levantó rápidamente para ir por la botella de agua al bar, solo para darse ocasión de recomponerse. Ya que tenía la oportunidad de dar rienda suelta a sus pensamientos, era posible también que pensara en ella por otra cosa, aunque le parecía poco probable. El agua, que ya iba un poco más derretida, serviría para calmar la deshidratación que seguramente tendría con tal resaca.
- Nada de eso. Te lo ofrecí el primer día y no me hiciste caso.- Sonrió al verle tan necesitado de una tumba. Desafortunadamente, ella no era quien para tomar más vidas que no lo merecieran al menos.- No vi la entrada triunfal, pero si me despertaron con ella.- Le tomó de la mano cuando llegó cerca de él y lo levantó del sillón, jalándole y ayudándole para llevarlo al otro.- No quiero que despiertes a Sophia, ha tenido unos días pesados, igual que todos. Debes beber agua.- Le empujó contra el sillón donde había dormido y le entregó la botella a sus manos, con la delicadeza del mundo, para que un borracho no la rompiera en su época de resaca.- No ha pasado nada, pero estaba preocupada. Hemos estado tan juntos estas últimas semanas que me sentí muy sola cuando te fuiste. Como si me faltara de mi confianza y que me entendiera, a pesar de que estuvieron Johan, Ellyos, Thalos... Sirius. No pude dormir bien, menos después de...
Con una sonrisa un poco rota, se sentó a su lado y siguió observando su salsera mientras trataba de averiguar sus secretos- ¿Tu trajiste esto? Estaba cerca de ustedes, y tenía mi nombre, así que lo tomé. No sé si debía.- Preguntó sin darle muchas vueltas al asunto. Aunque en su mente había algo que le preocupaba más, aquello era lo que más le urgía entre sus pensamientos. Se la mostró, sacándola de la caja, por si acaso sabía lo que era.
Ellyos Kakumei
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Dormi placidamente varias horas mientras soñaba cosas chachis como que vencia a un ruso mandando por los aires al polo norte y rescataba a Reiv del castillo 8-4 y que antes habia salvado a Johan varias veces y me decia "Gracias por rescatarme Ellyos, pero tu principe esta en otro castillo Black" y que luego me convertia en el dragon sanador-protector del castillo Black al casarme con Reiv. Cuando me desperte, a duras penas, porque tenia los ojos entrecerrados, llenos de legañas y un dolor de cabeza de tres pares de cojones que parecia que tenia a cien chinitos practicando acupuntura en mi craneo, me lleve las garras a la cabeza casi pidiendo clemencia. Seria capaz de confesar un crimen que cometi, solo porque nadie me chillara.
Instintivamente me doy cuenta de que Reiv no esta a mi lado, solo una manta con su olor... y el de una mujer mas. Al principio pongo cara de Ellyos "modo celoso activado", nadie secuestra a Reiv de mi dragonil abrazo y sobrevive para contarlo a menos que tenga un angel de la guarda capaz de convencerme de lo contrario. Como puedo, me trasnformo de vuelta en humano, mientras siento que los pies y las piernas me temblequean y les cuesta mantenerme en pie.
- R-reiv! Reiv! Donde estas??? - dije gritando y poniendo mala cara al oir retumbar el eco en mi resacosa cabeza.
Fui dando tumbos por todas las paredes y columnas que habia en el dichoso pasillo. Puñetero castillo, maldigo al arquitecto que lo diseño y al constructor que los estafo, asi se arruinen con la crisis y tengan que malvender sus mercedes para poder llevarse una miserable loncha de choped a la boca para comer. Despues de varios encontronazos con la rica arquitectura del castillo Black, consegui llegar al salon donde estaban Reiv, Juliet y una dormida Sophia. Salude con la mano a los dos despiertos y me deje caer en uno de los sofas vacios medio muerto.
Instintivamente me doy cuenta de que Reiv no esta a mi lado, solo una manta con su olor... y el de una mujer mas. Al principio pongo cara de Ellyos "modo celoso activado", nadie secuestra a Reiv de mi dragonil abrazo y sobrevive para contarlo a menos que tenga un angel de la guarda capaz de convencerme de lo contrario. Como puedo, me trasnformo de vuelta en humano, mientras siento que los pies y las piernas me temblequean y les cuesta mantenerme en pie.
- R-reiv! Reiv! Donde estas??? - dije gritando y poniendo mala cara al oir retumbar el eco en mi resacosa cabeza.
Fui dando tumbos por todas las paredes y columnas que habia en el dichoso pasillo. Puñetero castillo, maldigo al arquitecto que lo diseño y al constructor que los estafo, asi se arruinen con la crisis y tengan que malvender sus mercedes para poder llevarse una miserable loncha de choped a la boca para comer. Despues de varios encontronazos con la rica arquitectura del castillo Black, consegui llegar al salon donde estaban Reiv, Juliet y una dormida Sophia. Salude con la mano a los dos despiertos y me deje caer en uno de los sofas vacios medio muerto.
- ¿Me lo ofreciste el primer día y te dije que no? no recuerdo nada de eso, pero te lo pido ahora- me llevo una mano a la sien, masajeándola un poco para ver si mengua el dolor de cabeza. - Ah, ya...hicimos mucho ruido, supongo. - Me dejo arrastrar por ella al otro sillón, haciendo una mueca de desgana porque no me apetece nada moverme del sitio, solo vegetar y dejar que pase el rato y se vaya la resaca. - No iba a despertarla...podría haberme sentado encima de ella con el despiste y no lo he hecho, soy alguien de fiar...- replico irónicamente mientras me siento en el sofá de enfrente, agarrando la botella de agua que me da como alguien que viene de pasear por el desierto.
Bebo tanto como para dejar la botella a la mitad en pocos segundos, parando de beber poco a poco para mirarla de reojo cuando comienza a decir que estaba preocupada. Bajo la botella lentamente, dejándola sobre una de mis piernas pero sin soltarla, apartando la mirada de ella con gesto de confusión mientras trato de asimilar que se sintió sola y preocupada porque no estaba yo. No sé cómo tomarme eso después de lo que vi anoche.
- No nos pasó nada..únicamente nos emborrachamos y bebimos un poco. Bueno, mucho. Pero no hay por qué preocuparse...¿se supone que seguiremos pasando tiempo juntos, no? - pregunto con bastante incertidumbre, pues no sé si las cosas van a cambiar a partir de ahora o si deberíamos separarnos un poco o qué. - ¿Después de qué? - pregunto sonando tal vez demasiado impaciente, pensando que me va a decir lo que ha pasado con mi hermano. La pregunta parece quedar un poco en al aire ahora que la atención pasa ahora al paquete del que saca una especie de salsera, o lámpara de aceite, no tengo claro lo que es. - No tengo ni idea, la verdad. Nosotros no trajimos nada. Tal vez haya sido Sophia, en agradecimiento por lo del hospital. - me encojo de hombros con gesto dudoso, volviendo a beber agua de la botella e incorporándome un poco al escuchar a Ellyos llamándome. - ¡Estoy aquí! y baja la voz...- le pido cuando por fin entra en el salón, dejándose caer en otro sofá con cara de estar reventado. No sé por qué pero me hace gracia, así que sonrío levemente por el panorama de salón que tenemos - Menuda resaca, ¿eh? no soy buena influencia para los dragones, a mi Svart me lo acabarán quitando los servicios sociales...
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PS:121
Bebo tanto como para dejar la botella a la mitad en pocos segundos, parando de beber poco a poco para mirarla de reojo cuando comienza a decir que estaba preocupada. Bajo la botella lentamente, dejándola sobre una de mis piernas pero sin soltarla, apartando la mirada de ella con gesto de confusión mientras trato de asimilar que se sintió sola y preocupada porque no estaba yo. No sé cómo tomarme eso después de lo que vi anoche.
- No nos pasó nada..únicamente nos emborrachamos y bebimos un poco. Bueno, mucho. Pero no hay por qué preocuparse...¿se supone que seguiremos pasando tiempo juntos, no? - pregunto con bastante incertidumbre, pues no sé si las cosas van a cambiar a partir de ahora o si deberíamos separarnos un poco o qué. - ¿Después de qué? - pregunto sonando tal vez demasiado impaciente, pensando que me va a decir lo que ha pasado con mi hermano. La pregunta parece quedar un poco en al aire ahora que la atención pasa ahora al paquete del que saca una especie de salsera, o lámpara de aceite, no tengo claro lo que es. - No tengo ni idea, la verdad. Nosotros no trajimos nada. Tal vez haya sido Sophia, en agradecimiento por lo del hospital. - me encojo de hombros con gesto dudoso, volviendo a beber agua de la botella e incorporándome un poco al escuchar a Ellyos llamándome. - ¡Estoy aquí! y baja la voz...- le pido cuando por fin entra en el salón, dejándose caer en otro sofá con cara de estar reventado. No sé por qué pero me hace gracia, así que sonrío levemente por el panorama de salón que tenemos - Menuda resaca, ¿eh? no soy buena influencia para los dragones, a mi Svart me lo acabarán quitando los servicios sociales...
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PS:121
Sonrió al ver que seguía insistiendo con eso de morir. Le empujó con el hombro, despacio como para que la resaca no lo hiciera vomitar y firme para sacudirle un poco.- Solo parecía que estaban bombardeando el castillo. Espero que la estructura esté bien.- Susurró, tomando otra de las barras de chocolate que tenía en su mochila para continuar con su consigna de desayunar como diosa.- Si, me consta que eres de fiar.- Murmuró en un intento de hacer pasar aquello como sarcasmo, aunque en realidad pensaba en que así era. Había que admitir que, en las últimas semanas, él se había comportado como todo un compañero, confiable y activo.
Espero que si, a menos que tu no lo quieras. Realmente no se bien que hacer ahora, es como si ahora que están todos sanos ya no me necesitaran, tampoco soy exactamente de los renegados... Y no es que me queje de Thalos como compañero, pero si debo elegir, tu eres un poco menos testarudo. Al menos ahora. Y... ¿Dónde fue la fiesta? Cualquier lugar del que salgan con vida tras tanto beber debe ser divertido.- Murmuró en un intento de que la pregunta sonara inocente, aunque quería comprobar si lo que había escuchado era realmente 'burdel' cuando empezó a maldecir al despertarse. Y de pronto, comenzó a dudar si debería mostrarle el mensaje de la moneda. Se veía ya lo suficientemente castigado como para ahora tener que lidiar con algo más. Tras pensarlo un instante, sacó la moneda de su bolsillo, buscó el mensaje que él le había enviado y se la dejó en la pierna. Si quería cogerla, o si recordaba lo que había hecho, seguramente no tendría necesidad.- Después de esto.
Sacó la salsera de la caja y finalmente le pudo dar vueltas entre las manos. Ya no parecía algo que fuera a explotar, pero la hipótesis de Reiv no le convencía. No tenía idea de por qué Sophia traería una salsera y la dejaría en la puerta de afuera, cuando incluso la saludó al despertar y todo. La realidad era que no comprendía muy bien a las chicas, y no tenía intención de empezar en aquel instante.- ¿Cómo sigue tu brazo?
Al escuchar que Ellyos se acercaba, finalmente después de aquella siesta, se levantó rápidamente para ir por la otra botella que había dejado descongelando. No sabía que más debían comer quienes estaban con la resaca, pero el agua siempre les venía bien. Ella misma necesitaba un trago, pero tras tomar la botella y entregársela a Ellyos con una sonrisa.- Toma, te hará falta. Descansa un rato.- Le sonrió de nuevo y volvió para sentarse de nuevo al lado de Reiv, creando algunos cubitos de hielo en su mano, que luego se llevaría a la boca para morderlos y chuparlos. Escuchar lo que decía de Svart le hizo pensar que quizás no había tenido el tiempo de ir a verle, y aquello le entristecía. La guerra, a fin de cuentas, sí que separaba a las familias.
Espero que si, a menos que tu no lo quieras. Realmente no se bien que hacer ahora, es como si ahora que están todos sanos ya no me necesitaran, tampoco soy exactamente de los renegados... Y no es que me queje de Thalos como compañero, pero si debo elegir, tu eres un poco menos testarudo. Al menos ahora. Y... ¿Dónde fue la fiesta? Cualquier lugar del que salgan con vida tras tanto beber debe ser divertido.- Murmuró en un intento de que la pregunta sonara inocente, aunque quería comprobar si lo que había escuchado era realmente 'burdel' cuando empezó a maldecir al despertarse. Y de pronto, comenzó a dudar si debería mostrarle el mensaje de la moneda. Se veía ya lo suficientemente castigado como para ahora tener que lidiar con algo más. Tras pensarlo un instante, sacó la moneda de su bolsillo, buscó el mensaje que él le había enviado y se la dejó en la pierna. Si quería cogerla, o si recordaba lo que había hecho, seguramente no tendría necesidad.- Después de esto.
Sacó la salsera de la caja y finalmente le pudo dar vueltas entre las manos. Ya no parecía algo que fuera a explotar, pero la hipótesis de Reiv no le convencía. No tenía idea de por qué Sophia traería una salsera y la dejaría en la puerta de afuera, cuando incluso la saludó al despertar y todo. La realidad era que no comprendía muy bien a las chicas, y no tenía intención de empezar en aquel instante.- ¿Cómo sigue tu brazo?
Al escuchar que Ellyos se acercaba, finalmente después de aquella siesta, se levantó rápidamente para ir por la otra botella que había dejado descongelando. No sabía que más debían comer quienes estaban con la resaca, pero el agua siempre les venía bien. Ella misma necesitaba un trago, pero tras tomar la botella y entregársela a Ellyos con una sonrisa.- Toma, te hará falta. Descansa un rato.- Le sonrió de nuevo y volvió para sentarse de nuevo al lado de Reiv, creando algunos cubitos de hielo en su mano, que luego se llevaría a la boca para morderlos y chuparlos. Escuchar lo que decía de Svart le hizo pensar que quizás no había tenido el tiempo de ir a verle, y aquello le entristecía. La guerra, a fin de cuentas, sí que separaba a las familias.
Una lechuza llega volando desde una flotante y lejana isla, trayendo consigo un pequeño paquete con un regalo dentro. La lechuza se cuela por una de las ventanas sin cristales del castillo Black, volando hasta dejar caer el paquete a los pies de Sofía. El paquete contiene un espejo comunicador y una nota.
- Lucio Galenus:
- Querida Sophia:
Espero que estés bien, lamento no haber podido darte ese paseo por Ouroboros. Estoy intentando llegar a acuerdos con los míos, pero es complicado. Intentaré compaginar el trabajo en el hospital de la isla con el del nuevo hospital que abrimos en el bosque, allí nos veremos. Por el momento te envío un espejo comunicador para que podamos hablar, yo tengo el otro. Simplemente di mi nombre mirando al espejo y apareceré en él para que podamos hablar, como eso que vosotros llamáis 'videollamada'. Cuídate.
Un abrazo
Lucio
Sophia Diborguesse
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Duermo durante unas cuantas horas como puedo ante el jaleo que discurre en el castillo Black. Me desperezo enrollada en la capa de Lucio. Suavemente limpio mis ojos con las manos y observo que en el salon estan Juliet, Ellyos y Reiv, les saludo con la mano, incorporandome en el sofa, colocandome en una posicion mas comoda y es cuando me doy cuenta del paquetito a mis pies. Lo abro suavemente y dentro hay un espejo y una nota, la nota era de puño y letra de Lucio. Al acabar de leer la nota, abrace el espejo y lo guarde con la nota en uno de los bolsillos de la bata.
Me acerque a Ellyos y Reiv para comprobar si tenian fiebre o como iban progresando, tambien a Juliet. Mi diagnostico: Juliet esta en perfectas condiciones clinicas y Ellyos y Reiv una resaca que va a perdurar a lo largo del dia. Por suerte Juliet tomo medidas adecuadas dandoles de beber, aunque faltaba algo esencial e importante.
- Aparte del agua, deberian de comer algo, no se si por aqui tienen una cocina o algo, podria hacer algo de desayunar para ellos, les es conveniente con la resaca que traen.
Dejo doblada y bien colocada la capa de Lucio en el sofa donde estuve durmiendo, pero en este castillo es la primera vez que estoy, por lo cual me siento bastante perdida. Sino ya hubiera preparado cualquier cosa sencilla para comer todos, ya que yo tambien tenia algo de hambre. Miro a Reiv si a pesar de su resacon podria guiarme a la cocina.
Me acerque a Ellyos y Reiv para comprobar si tenian fiebre o como iban progresando, tambien a Juliet. Mi diagnostico: Juliet esta en perfectas condiciones clinicas y Ellyos y Reiv una resaca que va a perdurar a lo largo del dia. Por suerte Juliet tomo medidas adecuadas dandoles de beber, aunque faltaba algo esencial e importante.
- Aparte del agua, deberian de comer algo, no se si por aqui tienen una cocina o algo, podria hacer algo de desayunar para ellos, les es conveniente con la resaca que traen.
Dejo doblada y bien colocada la capa de Lucio en el sofa donde estuve durmiendo, pero en este castillo es la primera vez que estoy, por lo cual me siento bastante perdida. Sino ya hubiera preparado cualquier cosa sencilla para comer todos, ya que yo tambien tenia algo de hambre. Miro a Reiv si a pesar de su resacon podria guiarme a la cocina.
Ellyos Kakumei
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Juliet me da una botella de agua y se lo agradezco sonriendole. Bebo un poco de agua y me siento en mejor postura para descansar. Reiv me regaña por levantar la voz y luego bromea conque le van a quitar a su dragon por borracho. Me empece a reir, realmente creia que Reiv a pesar de lo que dijera era una buena influencia para mi para ayudarme a no dejar que cualquiera piense pisarme.
- Los servicios sociales te impediran adoptarme si me sigues llevando de borrachera y peleas de borrachos - dije riendo y bromeando.
Cierro los ojos un poco, la cabeza me duele horrores, convoco un poco de airecillo fresco a mi alrededor para que me despeje la cabeza y me ayude a bajar el dolor de cabeza. Con la mano pieno un poco mis cabellos para no parecer la bruja malvada del bosque. Sigo bebiendo algo de agua pero el estomago me ruge haciendo sonidos y me sonrojo. Tegno hambre, llevo varias horas sin comer nada decente. Ahora mismo vaciaria una despensa entera.
- Cuando se me pase un poco este dolor insufrible de cabeza finalizare de sanarnos, mi cabeza ahora mismo no da para mas. Fue divertido, por un momento o dos pensaba que todo iba a acabar siendo una mierda, que me iba a tener que marchar de alli solo y apareciste tu para salvar la noche. Estuvo genial.
- Los servicios sociales te impediran adoptarme si me sigues llevando de borrachera y peleas de borrachos - dije riendo y bromeando.
Cierro los ojos un poco, la cabeza me duele horrores, convoco un poco de airecillo fresco a mi alrededor para que me despeje la cabeza y me ayude a bajar el dolor de cabeza. Con la mano pieno un poco mis cabellos para no parecer la bruja malvada del bosque. Sigo bebiendo algo de agua pero el estomago me ruge haciendo sonidos y me sonrojo. Tegno hambre, llevo varias horas sin comer nada decente. Ahora mismo vaciaria una despensa entera.
- Cuando se me pase un poco este dolor insufrible de cabeza finalizare de sanarnos, mi cabeza ahora mismo no da para mas. Fue divertido, por un momento o dos pensaba que todo iba a acabar siendo una mierda, que me iba a tener que marchar de alli solo y apareciste tu para salvar la noche. Estuvo genial.
Dejo de beber agua un momento cuando me da ese leve sacudida, parando para no derramarla toda. Después me acabo toda la que queda, intentando aparentar normalidad en el momento en que dice que seguiremos viéndonos a no ser que yo no lo quiera. Claro que quiero, por supuesto que quiero, pero no sé cómo voy a llevar verla cerca de él, si es que siguen adelante con lo que vi ayer. -Sí...ya te dije que hacíamos buen equipo. Además, te quiero para mi futura banda de mercenarios. - hago un intento por bromear que no me sale demasiado bien, como con cierta incomodidad.
- Yo tampoco soy de los renegados, pero últimamente colaboramos tanto con ellos que parece que somos de su grupo. Ni si quiera he planeado qué hacer a continuación, más allá de intentar atrapar a Tobías o de seguir luchando contra la Alianza. - los tiempos en los que había decidido pasar de todo han quedado atrás, pues me he dado cuenta de que es imposible. Por mucho que quiera trabajar de mercenario o cazador siempre me voy a acabar viendo envuelto en algo más grande, a pesar de que quiera escapar de ello. Me quedo con eso de que soy mejor compañero que Thalos, que se joda el tuerto. Decido guardarme que yo sí la necesito cuando ella dice que ya no es necesaria, volviendo a tirar de ironía.
- Oh sí...yo estoy muuy sano ahora mismo, no necesito a nadie. - dejo caer la cabeza hacia atrás en el sofá, volviendo a llevarme una mano a la sien. La pregunta peliaguda de dónde hemos estado no tarda en llegar, y como no quiero mentir al respecto ni debo avergonzarme de haber ido acabo diciéndole la verdad. - Un burdel en las afueras de Londres. - Antes de que digas algo más...no fui a acostarme con nadie. - aunque no tenga que dar explicaciones quiero hacerlo. Me quedo petrificado cuando pone la moneda en mi pierna para que la lea, ya que en ese momento recuerdo haberle enviado algo, aunque no sé el qué. Cojo la moneda bastante tenso, echando un vistazo a ese "llevo toda la noche pensando en ti" mal escrito. - Mierda. Odio mi sinceridad cuando bebo. Debes estar pensando que soy idiota. - murmuro avergonzado mirando la monda antes de devolvérsela y sin saber dónde meterme ni explicar lo del mensaje. Parece un buen momento para largarse. Alzo el pulgar a lo de mi brazo, como queriendo decir que todo bien, pero después de ver el mensaje no me salen las palabras con mucha claridad. Por suerte Ellyos y Sofía salvan un poco el tenso momento para mí, pues la médica se levanta a revisarnos un momento y a recomendarnos comer algo. - Gracias Sophia, iré a buscar algo. - mientras que Ellyos ayuda con su sentido del humor, rememorando la noche.
- ¡ Desde luego! conseguimos arreglar la noche entre los dos, al menos un poco. La pelea fue el remate final, pero lo de antes me sirvió bastante...- me refería a la charla con Ellyos, que me había ayudado a sentirme algo mejor. - Por muchas más borracheras así. - sentencio intentando sonar animado y alzando la botella vacía a modo de copa, levantándome después del sofá. Necesito salir de aquí y estar a solas un rato, así que me ofrezco a ir a por comida. - Iré a China Town, os traeré comida de allí. Aquí en la casa no hay casi nada. - me doy media vuelta, echando a andar por el pasillo de un modo un tanto precipitado.
- Yo tampoco soy de los renegados, pero últimamente colaboramos tanto con ellos que parece que somos de su grupo. Ni si quiera he planeado qué hacer a continuación, más allá de intentar atrapar a Tobías o de seguir luchando contra la Alianza. - los tiempos en los que había decidido pasar de todo han quedado atrás, pues me he dado cuenta de que es imposible. Por mucho que quiera trabajar de mercenario o cazador siempre me voy a acabar viendo envuelto en algo más grande, a pesar de que quiera escapar de ello. Me quedo con eso de que soy mejor compañero que Thalos, que se joda el tuerto. Decido guardarme que yo sí la necesito cuando ella dice que ya no es necesaria, volviendo a tirar de ironía.
- Oh sí...yo estoy muuy sano ahora mismo, no necesito a nadie. - dejo caer la cabeza hacia atrás en el sofá, volviendo a llevarme una mano a la sien. La pregunta peliaguda de dónde hemos estado no tarda en llegar, y como no quiero mentir al respecto ni debo avergonzarme de haber ido acabo diciéndole la verdad. - Un burdel en las afueras de Londres. - Antes de que digas algo más...no fui a acostarme con nadie. - aunque no tenga que dar explicaciones quiero hacerlo. Me quedo petrificado cuando pone la moneda en mi pierna para que la lea, ya que en ese momento recuerdo haberle enviado algo, aunque no sé el qué. Cojo la moneda bastante tenso, echando un vistazo a ese "llevo toda la noche pensando en ti" mal escrito. - Mierda. Odio mi sinceridad cuando bebo. Debes estar pensando que soy idiota. - murmuro avergonzado mirando la monda antes de devolvérsela y sin saber dónde meterme ni explicar lo del mensaje. Parece un buen momento para largarse. Alzo el pulgar a lo de mi brazo, como queriendo decir que todo bien, pero después de ver el mensaje no me salen las palabras con mucha claridad. Por suerte Ellyos y Sofía salvan un poco el tenso momento para mí, pues la médica se levanta a revisarnos un momento y a recomendarnos comer algo. - Gracias Sophia, iré a buscar algo. - mientras que Ellyos ayuda con su sentido del humor, rememorando la noche.
- ¡ Desde luego! conseguimos arreglar la noche entre los dos, al menos un poco. La pelea fue el remate final, pero lo de antes me sirvió bastante...- me refería a la charla con Ellyos, que me había ayudado a sentirme algo mejor. - Por muchas más borracheras así. - sentencio intentando sonar animado y alzando la botella vacía a modo de copa, levantándome después del sofá. Necesito salir de aquí y estar a solas un rato, así que me ofrezco a ir a por comida. - Iré a China Town, os traeré comida de allí. Aquí en la casa no hay casi nada. - me doy media vuelta, echando a andar por el pasillo de un modo un tanto precipitado.
Al sonreír, sintió que el día se había vuelto un poco más luminoso que antes. Aunque aquello de la banda de mercenarios podría sonar como algo que no era para ella, también había dicho lo mismo de muchas cosas en las que era buena. Más que nada, le gustaba saber que había una posibilidad más, una puerta abierta, una invitación a formar parte de algo mayor que solo ella misma.
Asintió suavemente, pensando en lo que podía seguir a continuación. Era uno de esos momentos donde la tormenta había pasado y la calma solo traía la incertidumbre de dónde empezar a contar los daños.- Se siente raro... Tener un momento para vivir la vida después de tanto tiempo de estar... en batalla. Tener ocasión de pensar y decidir en vez de solo reaccionar. - Suspiró mientras se tomaba un minuto para observar la simpleza de la vida. Aquello, seguramente, no le duraría por mucho tiempo, y aunque aquella era la vida que quería tener, sabía bien que no tendría sentido irse ahora de hermitaña y dejar que el resto del mundo se cayera a pedazos. Sonrió una vez más. Aquello de no necesitar a nadie era tan propio de él, aún cuando la cabeza le estuviera martilleando seguramente y la resaca hiciera de las suyas.
Aunque no tenía expectativas por la pregunta de en donde habían estado, la respuesta le dejó helada. No pudo ocultar la sorpresa que se llevó, sus labios se entreabrieron y su mirada quedó fija en él. No supo cuanto tiempo estuvo así, aunque Sophia los interrumpió con rapidez y calidez, corroborando la salud de todos. Se levantó rápidamente, dejándole espacio para que examinara a Reiv y porque sentía que necesitaba un segundo de aire fresco. No podía culparle por ir a un burdel, se había dado cuenta desde el inicio que su reacción era exagerada. Seguramente ahí, afuera, las mujeres que trabajaban en el lugar no lo hacían por esclavitud como los había visto en Italia. Y, si no había ido a acostarse con nadie, bien podría ser el mejor bar de la ciudad. Apresurarse a sacar conclusiones era algo precipitado... Respiró tres veces, llenando se hielo de nuevo la botella de Reiv al verla vacía. Si algo sabía era que el agua era siempre indispensable y no algo que sobrara.
Cuando Reiv pasó a su lado para irse, observó a los que se quedarían y le entró una ansiedad repentina. No le gustaba la idea de quedarse con dos desconocidos, le provocaban nervios por más que pudieran parecer que eran buenas y confiables personas. Eso de hacer charlas no era su fuerte.- Iré con él, así quizás volvemos más rápido.- En su camino a la salida, tocó la botella de Ellyos y volvió a sonreírle. Debía haber una manera de hacer que el mundo fuera un lugar menos peligroso para esa criatura.- Sigue bebiendo agua. Recuerda que tu necesitas más.- No tenía ni idea de por qué, si un dragón almacenaba mejor o peor el agua, pero la verdad era que ella siempre tenía sed.
Salió corriendo tras Reiv del salón, tomándole la mano por si se le ocurría desaparecerse en ese instante.- Te voy a acompañar. ¿Quieres montar o desaparecerte?- Sentenció sin verle a los ojos, observando al frente como si nada le preocupara. Aún tenía en la cabeza todo. Desde la confesión del burdel, pasando por la moneda y pensando que, si decía la verdad, aquel hombre habría pensado en ella toda la noche, aún estando borracho.
Se dio cuenta, cuando observó la unión entre sus manos, que había estado apretándola más de lo necesario. Aflojó un poco el agarre y respiró profundamente.
Asintió suavemente, pensando en lo que podía seguir a continuación. Era uno de esos momentos donde la tormenta había pasado y la calma solo traía la incertidumbre de dónde empezar a contar los daños.- Se siente raro... Tener un momento para vivir la vida después de tanto tiempo de estar... en batalla. Tener ocasión de pensar y decidir en vez de solo reaccionar. - Suspiró mientras se tomaba un minuto para observar la simpleza de la vida. Aquello, seguramente, no le duraría por mucho tiempo, y aunque aquella era la vida que quería tener, sabía bien que no tendría sentido irse ahora de hermitaña y dejar que el resto del mundo se cayera a pedazos. Sonrió una vez más. Aquello de no necesitar a nadie era tan propio de él, aún cuando la cabeza le estuviera martilleando seguramente y la resaca hiciera de las suyas.
Aunque no tenía expectativas por la pregunta de en donde habían estado, la respuesta le dejó helada. No pudo ocultar la sorpresa que se llevó, sus labios se entreabrieron y su mirada quedó fija en él. No supo cuanto tiempo estuvo así, aunque Sophia los interrumpió con rapidez y calidez, corroborando la salud de todos. Se levantó rápidamente, dejándole espacio para que examinara a Reiv y porque sentía que necesitaba un segundo de aire fresco. No podía culparle por ir a un burdel, se había dado cuenta desde el inicio que su reacción era exagerada. Seguramente ahí, afuera, las mujeres que trabajaban en el lugar no lo hacían por esclavitud como los había visto en Italia. Y, si no había ido a acostarse con nadie, bien podría ser el mejor bar de la ciudad. Apresurarse a sacar conclusiones era algo precipitado... Respiró tres veces, llenando se hielo de nuevo la botella de Reiv al verla vacía. Si algo sabía era que el agua era siempre indispensable y no algo que sobrara.
Cuando Reiv pasó a su lado para irse, observó a los que se quedarían y le entró una ansiedad repentina. No le gustaba la idea de quedarse con dos desconocidos, le provocaban nervios por más que pudieran parecer que eran buenas y confiables personas. Eso de hacer charlas no era su fuerte.- Iré con él, así quizás volvemos más rápido.- En su camino a la salida, tocó la botella de Ellyos y volvió a sonreírle. Debía haber una manera de hacer que el mundo fuera un lugar menos peligroso para esa criatura.- Sigue bebiendo agua. Recuerda que tu necesitas más.- No tenía ni idea de por qué, si un dragón almacenaba mejor o peor el agua, pero la verdad era que ella siempre tenía sed.
Salió corriendo tras Reiv del salón, tomándole la mano por si se le ocurría desaparecerse en ese instante.- Te voy a acompañar. ¿Quieres montar o desaparecerte?- Sentenció sin verle a los ojos, observando al frente como si nada le preocupara. Aún tenía en la cabeza todo. Desde la confesión del burdel, pasando por la moneda y pensando que, si decía la verdad, aquel hombre habría pensado en ella toda la noche, aún estando borracho.
Se dio cuenta, cuando observó la unión entre sus manos, que había estado apretándola más de lo necesario. Aflojó un poco el agarre y respiró profundamente.
Camino por el pasillo lo más rápido que puedo, tratando de alejarme del salón cuanto antes. De no haber salido el momento incómodo probablemente me habría quedado, pues todas las personas que hay en esa sala me caen bien, y eso no es muy habitual. Al menos no lo era hasta no hace mucho, parece que poco a poco voy tolerando a más gente, gente de la que merece la pena rodearse. No se me olvida la cara de Juliet al escuchar eso de burdel, ni el hecho de que no haya dicho nada más sobre mi mensaje en la moneda. Puede que incluso le haya parecido molesto, más si acaba de iniciar una relación con mi hermano. No soy quién para meterme entre ambos, y debería respetar su decisión, pero no puedo evitar pensar que hubiese pasado si yo hubiese dado el paso antes. Tampoco es que hayamos tenido mucho tiempo de estar tranquilos, entre salvarnos la vida y salvar las de otros se nos han ido buena parte de las ocasiones tranquilas.
"por lento y no reaccionar antes...ahora te jodes"
Me detengo delante del portón de salida al exterior, mirando hacia el suelo con gesto contrariado y pensativo. Tal vez Ellyos me hubiese dado algún consejo de lo que hacer, que a pesar de no tener mucha experiencia en eso del amor se le ve bastante bueno a la hora de tener conversaciones sobre relaciones humanas, cosa que a mi me cuesta un poco más. Si no es con él no sé con quién podría hablarlo, porque desde luego con las partes implicadas no. No me percato de la cercanía de Juliet hasta que llega hasta donde estoy, apretando mi mano con bastante fuerza. Vuelvo la cabeza para mirarla sorprendido por su decisión de venir, no me la esperaba. - Juliet...¿vienes para vigilarme y que no me meta en líos o para asegurarte que no me coma la comida antes de llegar? - acierto a decir para tratar de disminuir cierta tensión que creo percibir entre ambos, algo que supongo que acabará saliendo tarde o temprano. - Nos desaparecemos. - entrelazo mis dedos con los suyos, apretando fuerte antes de usar la desaparición para dejar atrás el castillo Black.
"por lento y no reaccionar antes...ahora te jodes"
Me detengo delante del portón de salida al exterior, mirando hacia el suelo con gesto contrariado y pensativo. Tal vez Ellyos me hubiese dado algún consejo de lo que hacer, que a pesar de no tener mucha experiencia en eso del amor se le ve bastante bueno a la hora de tener conversaciones sobre relaciones humanas, cosa que a mi me cuesta un poco más. Si no es con él no sé con quién podría hablarlo, porque desde luego con las partes implicadas no. No me percato de la cercanía de Juliet hasta que llega hasta donde estoy, apretando mi mano con bastante fuerza. Vuelvo la cabeza para mirarla sorprendido por su decisión de venir, no me la esperaba. - Juliet...¿vienes para vigilarme y que no me meta en líos o para asegurarte que no me coma la comida antes de llegar? - acierto a decir para tratar de disminuir cierta tensión que creo percibir entre ambos, algo que supongo que acabará saliendo tarde o temprano. - Nos desaparecemos. - entrelazo mis dedos con los suyos, apretando fuerte antes de usar la desaparición para dejar atrás el castillo Black.
Regreso sin Draven al castillo Black, tras haber realizado una vuelta de reconocimiento por Londres con él. Ya era hora de que fuese a ver a su hijo, así que nos hemos despedido en cierto punto del camino para seguir cada uno por nuestro lado hasta nuevo aviso. Al menos ya hemos visto suficiente y nos hemos puesto al día con lo que ha pasado durante este tiempo. También me ha dado tiempo a leer las noticias de un par de periódicos, tan manipuladas como sólo ellos saben hacer. Me extraña que no hayan atacado ya por eso de la ruptura de tregua, a no ser que estén preparando algo ya y prefieran pasar inadvertidos por ahora.
No todo ha sido inspeccionar el terreno y recolectar información, también ha habido tiempo para traer algo de comer a la casa. Es sabido que en estos tiempos que corren cuesta más encontrar comida que en épocas de paz, y más si se intenta conseguir en una ciudad plagada de centinelas, por eso hay que saber buscar en las afueras, allá donde la vigilancia no es tan extrema y donde el comercio adopta tintes poco convencionales, como ventas ilegales de objetos, o incluso el clásico trueque. Podría haber intentado cazar algo, pero prefería algo más duradero, como un saco de patatas, otro de arroz y algo de pan. El comerciante se encontraba en una casa abandonada de la periferia, lugar habitual de trueque para los que no se acercan mucho por la ciudad, y el pago de esta vez han sido unas cuantas granadas fabricadas por Thalos y algunas piezas de recambios para vehículos de las que suelo arreglar yo. De haber vivido en un mundo en paz probablemente me habría decantado por ese tipo de profesión, crear objetos mágicos, combinados con tecnología propia de los humanos.
Hechos los tratos y con la mercancía en mi mano ya puedo traer algo de comida a casa, así que nada más aparecer en el salón suelto los sacos y el pan en el sofá. Ellyos y Sophia siguen allí, aunque Juliet se ha marchado, y tampoco veo a Reiv por allí. Saludo a los presentes con una sonrisa, señalando la comida que tenemos. - No es gran cosa, pero dejaremos de pasar hambre al menos unos cuantos días. Podemos ponernos a preparar algo ahora, aunque va a quedar algo soso todo. Por cierto, ¿dónde están Reiv y Juliet? - me siento en el sofá al lado de Ellyos mientras espero respuesta, poniéndolos un poco al día de lo que hemos visto por Londres. También había medidas extra de seguridad, como si se preparasen para algo, pero nada que indique un ataque.
- La cosa ahora es...¿quién hace el primer movimiento? me da la sensación de que están esperando que nos precipitemos, y nosotros lo mismo, esperando que se precipiten ellos. Tal vez podamos usar a la prisionera que tengo ahí abajo de algún modo, como cebo, o engaño. En caso de que todavía les interese, claro. - es como si no la hubiesen echado en falta, realmente parece que no les importa, así que puede que no sea el mejor cebo del mundo.
No todo ha sido inspeccionar el terreno y recolectar información, también ha habido tiempo para traer algo de comer a la casa. Es sabido que en estos tiempos que corren cuesta más encontrar comida que en épocas de paz, y más si se intenta conseguir en una ciudad plagada de centinelas, por eso hay que saber buscar en las afueras, allá donde la vigilancia no es tan extrema y donde el comercio adopta tintes poco convencionales, como ventas ilegales de objetos, o incluso el clásico trueque. Podría haber intentado cazar algo, pero prefería algo más duradero, como un saco de patatas, otro de arroz y algo de pan. El comerciante se encontraba en una casa abandonada de la periferia, lugar habitual de trueque para los que no se acercan mucho por la ciudad, y el pago de esta vez han sido unas cuantas granadas fabricadas por Thalos y algunas piezas de recambios para vehículos de las que suelo arreglar yo. De haber vivido en un mundo en paz probablemente me habría decantado por ese tipo de profesión, crear objetos mágicos, combinados con tecnología propia de los humanos.
Hechos los tratos y con la mercancía en mi mano ya puedo traer algo de comida a casa, así que nada más aparecer en el salón suelto los sacos y el pan en el sofá. Ellyos y Sophia siguen allí, aunque Juliet se ha marchado, y tampoco veo a Reiv por allí. Saludo a los presentes con una sonrisa, señalando la comida que tenemos. - No es gran cosa, pero dejaremos de pasar hambre al menos unos cuantos días. Podemos ponernos a preparar algo ahora, aunque va a quedar algo soso todo. Por cierto, ¿dónde están Reiv y Juliet? - me siento en el sofá al lado de Ellyos mientras espero respuesta, poniéndolos un poco al día de lo que hemos visto por Londres. También había medidas extra de seguridad, como si se preparasen para algo, pero nada que indique un ataque.
- La cosa ahora es...¿quién hace el primer movimiento? me da la sensación de que están esperando que nos precipitemos, y nosotros lo mismo, esperando que se precipiten ellos. Tal vez podamos usar a la prisionera que tengo ahí abajo de algún modo, como cebo, o engaño. En caso de que todavía les interese, claro. - es como si no la hubiesen echado en falta, realmente parece que no les importa, así que puede que no sea el mejor cebo del mundo.
Ellyos Kakumei
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Todo el mundo desaparecio del castillo menos yo y Sophia, que nos quedamos comodamente en los sofas charlando de cosas triviales tratando de pasar el rato entretenidamente. La mañana pasa, llega un punto en que no sabemos muy bien de que hablar. Sophia es tan tranquila que parece que la palabra aburrimiento no existe para ella, pero para mi llega un punto que el estar quieto sin hacer nada, en una montaña gelida perdida de la mano de dios y sin naturaleza provoca que estea mas aburrido que una ostra en domingo. Despues de un rato llega Johan con comida, me levanto corriendo a darle un abrazon y luego cotilleo el contenido de los sacos para ver que trajo. La curiosidad mato al gato pero no habla nada del dragon.
- Juliet y Reiv fueron a buscar tambien algo de comer, aunque supongo que necesitaban alguna excusa para poder hablar, despues de todo, creo que Reiv necesitaba hablar muchas cosas con ellas y aclararse. Al menos es la sensacion que me da despues de haber estado hablando con el por la noche... - me calle de golpe, me parecio que quiza estaba hablando de mas - bueno si vamos a la cocina puedo hacer maravillas con esto, he hecho cosas decentes con poca cosa, apenas se notara que esta soso.
Me puse a pensar en posibles recetas caseras con lo que habia traido Johan, era comida duradera pero que por si sola no daba para mucho juego. Siempre puedo hacer el mitico arroz blanco con un poco de pure para darle gustillo, quiza tambien unas patatas asadas al horno con algo de arroz como guarnicion... Patatas rellenas de arroz? No se, a lo mejor en la cocina me viene la inspiracion con lo que tengan por alli y me sale algo mejor que un gurruñito comestible.
- Juliet y Reiv fueron a buscar tambien algo de comer, aunque supongo que necesitaban alguna excusa para poder hablar, despues de todo, creo que Reiv necesitaba hablar muchas cosas con ellas y aclararse. Al menos es la sensacion que me da despues de haber estado hablando con el por la noche... - me calle de golpe, me parecio que quiza estaba hablando de mas - bueno si vamos a la cocina puedo hacer maravillas con esto, he hecho cosas decentes con poca cosa, apenas se notara que esta soso.
Me puse a pensar en posibles recetas caseras con lo que habia traido Johan, era comida duradera pero que por si sola no daba para mucho juego. Siempre puedo hacer el mitico arroz blanco con un poco de pure para darle gustillo, quiza tambien unas patatas asadas al horno con algo de arroz como guarnicion... Patatas rellenas de arroz? No se, a lo mejor en la cocina me viene la inspiracion con lo que tengan por alli y me sale algo mejor que un gurruñito comestible.
Sophia Diborguesse
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Quede a solas con Ellyos mientras Johan salia con Thalos a ponerse al dia sobre todo lo que ha ido sucediendo y Juliet y Reiv a buscar comida. Nos pusimos a hablar durante un rato largo de la mañana hasta que nos quedamos sin temas de los que hablar, al rato llego Johan con sacos de comida y pan, y al ver a los presentes pregunto por su hermano y la otra chica, Ellyos le contesto y yo afirme con la cabeza. se sento en un sofa y nos comento la agitacion que habia dentro de la Alianza por un suceso que ellos tomaron como ruptura de la paz y no estaba seguro de que hacer.
- Johan, una conclusion logica seria no mostrar las cartas hasta el momento de jugarlas, sino enseguida buscaran un comodin, aunque si ya lleva mucho tiempo y no se han molestado en buscarla quiza ya no sea de su interes o no les plazca estropear planes por "lastres", despues de todo la Alianza no se anda con chiquitas y son bastante crueles en ese sentido. Pero me da que ellos no tardaran en moverse y lo mejor seria prepararse para cualquier cosa.
Ellyos enseguida fue a cotillear en los sacos y a ver que puede hacer con ellos para preparar algo de comer. Me acorde del paquetito que me habia llegado, saque el espejo del bolsillo y lo acaricie suavemente pensando en Lucio, queria hablar con el, preguntarle como estaba y si ya habian protegido la zona del hospital por si acaso. La verdad fue una pena el no haber podido estar juntos mas tiempo y me gustaria al menos poder disculparme por haberlo metido en problemas.
- Johan, una conclusion logica seria no mostrar las cartas hasta el momento de jugarlas, sino enseguida buscaran un comodin, aunque si ya lleva mucho tiempo y no se han molestado en buscarla quiza ya no sea de su interes o no les plazca estropear planes por "lastres", despues de todo la Alianza no se anda con chiquitas y son bastante crueles en ese sentido. Pero me da que ellos no tardaran en moverse y lo mejor seria prepararse para cualquier cosa.
Ellyos enseguida fue a cotillear en los sacos y a ver que puede hacer con ellos para preparar algo de comer. Me acorde del paquetito que me habia llegado, saque el espejo del bolsillo y lo acaricie suavemente pensando en Lucio, queria hablar con el, preguntarle como estaba y si ya habian protegido la zona del hospital por si acaso. La verdad fue una pena el no haber podido estar juntos mas tiempo y me gustaria al menos poder disculparme por haberlo metido en problemas.
Le devuelvo el abrazo de bienvenida a Ellyos antes de sentarme a su lado en el sofá, dejando que cotillee lo de los sacos mientras me acomodo y espero respuestas sobre el paradero de Juliet y de mi hermano. Arqueo una ceja al escuchar lo que responde, pues estoy muy perdido respecto a la relación de ambos, no sé a qué se refiere con eso de aclararse con ella.
- Vaya...parece que sabes tú más de mi hermano que yo, seguro que anoche te estuvo haciendo confesiones borrachiles. Este chico...es muy cerrado, no me cuenta nada. - me quejo un poco por no saber mucho de él ni de lo que piensa últimamente, aunque me gustaría agradecerle por todo lo de buscar la cura y demás. Me mosquea un poco eso de arreglar cosas con ella, aunque por ahora no sé nada, pero si me pongo a pensar un poco pueden ocurrirseme algunas teorías al respecto. No voy a precipitarme, ya veré de qué va la cosa. Vuelvo a la realidad al escuchar hablar de posibles comidas para hacer con lo que he traído, indicando a Ellyos el pasillo por el que se va a la cocina.
- Creo que hay algunas latas de conserva, las usan con la prisionera de la Alianza que tenemos abajo. Podemos mezclarlo con el arroz y hacer la cena con eso. - me levanto del sofá esperando a Ellyos para acompañarlo a la cocina, prestando atención a Sophia cuando se pronuncia sobre lo que he comentado al llegar. - Llevas razón. Además, tanto silencio prolongado sólo puede indicar que están preparando algo. Les jodió que rechazásemos su pacto, pero no podíamos aceptar aquello. Tenemos que estar preparados desde este momento. Al menos en el hospital ya están avisados para protegerlo, espero que Lucio esté allí ya. - me cruzo de brazos con gesto pensativo, reflexionando sobre el modo de dar el primer golpe.
- Creo que tengo una posible idea, aunque es arriesgada - murmuro finalmente, haciendo un gesto para que vengan conmigo hacia la cocina si quieren, cogiendo el saco de arroz para prepararlo. - La prisionera manipulada podría servir de algún modo, no vamos a tenerla ahí encerrada para siempre. Está empezando a perder el juicio y así no nos sirve. - en alguna ocasión se me ha pasado por la cabeza acabar con ella, pero prefiero utilizarla para algo que pueda ser útil. Dejo el saco un momento en el suelo al recibir un mensaje de la moneda, leyendo algo extrañado el mensaje de parte de la Brigada. - Me piden que vaya al Moulin...parece urgente, aunque no explica mucho. Quedaos a comer si queréis, o acompañadme si no os queréis quedar aquí solos, lo que prefiráis.
- Vaya...parece que sabes tú más de mi hermano que yo, seguro que anoche te estuvo haciendo confesiones borrachiles. Este chico...es muy cerrado, no me cuenta nada. - me quejo un poco por no saber mucho de él ni de lo que piensa últimamente, aunque me gustaría agradecerle por todo lo de buscar la cura y demás. Me mosquea un poco eso de arreglar cosas con ella, aunque por ahora no sé nada, pero si me pongo a pensar un poco pueden ocurrirseme algunas teorías al respecto. No voy a precipitarme, ya veré de qué va la cosa. Vuelvo a la realidad al escuchar hablar de posibles comidas para hacer con lo que he traído, indicando a Ellyos el pasillo por el que se va a la cocina.
- Creo que hay algunas latas de conserva, las usan con la prisionera de la Alianza que tenemos abajo. Podemos mezclarlo con el arroz y hacer la cena con eso. - me levanto del sofá esperando a Ellyos para acompañarlo a la cocina, prestando atención a Sophia cuando se pronuncia sobre lo que he comentado al llegar. - Llevas razón. Además, tanto silencio prolongado sólo puede indicar que están preparando algo. Les jodió que rechazásemos su pacto, pero no podíamos aceptar aquello. Tenemos que estar preparados desde este momento. Al menos en el hospital ya están avisados para protegerlo, espero que Lucio esté allí ya. - me cruzo de brazos con gesto pensativo, reflexionando sobre el modo de dar el primer golpe.
- Creo que tengo una posible idea, aunque es arriesgada - murmuro finalmente, haciendo un gesto para que vengan conmigo hacia la cocina si quieren, cogiendo el saco de arroz para prepararlo. - La prisionera manipulada podría servir de algún modo, no vamos a tenerla ahí encerrada para siempre. Está empezando a perder el juicio y así no nos sirve. - en alguna ocasión se me ha pasado por la cabeza acabar con ella, pero prefiero utilizarla para algo que pueda ser útil. Dejo el saco un momento en el suelo al recibir un mensaje de la moneda, leyendo algo extrañado el mensaje de parte de la Brigada. - Me piden que vaya al Moulin...parece urgente, aunque no explica mucho. Quedaos a comer si queréis, o acompañadme si no os queréis quedar aquí solos, lo que prefiráis.
Ellyos Kakumei
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Cuando Johan me pone su cara de poker face al escuchar mis desvarios sobre la escapadita de Reiv y Juliet del castillo, me empiezo a poner rojo como un tomate y a rascarme la nunca sin saber a donde mirar, sin darme de cuenta me habia ido demasiado de la lengua.
- Bueno... un poco ido con el alcohol si que estaba... porque incluso me beso delante de todos... - carraspeo como intentando correr un estupido velo, digoooo tupido - Pero creo que mas bien debe ser que tengo un don para que la gente se abra y me cuente sus problemas, en realidad no me importa escuchar, si eso ayuda soy feliz.
Vamos hacia la cocina para empezar a cocinar algo, la verdad es que este castillo necesita una remodelacion urgente y ya. Para el siglo XVI esa cocina estaba bien... bueno, a lo mejor exagero un poco, es como una cocina del siglo XVI pero con aparatos modernos y que ha visto pocas veces una escoba, una fregona y un estropajo... mi instinto maternal se estaba activando por dentro pero si el poder del "no me pises lo fregao". Pronto Johan me saco de mi extasis maternal cuando anuncio que tenia que irse urgentemente porque le necesitaban.
- Te acompaño, puedo comer despues sobre la marcha, pero nada de desaparecer! Tengo una complesa que cumplir y te llevare yo! Ademas... si he podido llegar al castillo sin matarnos Reiv y yo borrachos como cubas, ahora que estoy bien puedo llevarte en nada, soy el dragon mas veloz que conoceras - dije sonriendo.
Fui corriendo hacia la entrada para prepararme y en cuanto llegue me transforme en un dragon plateado, gritando al cielo para que se preparase para mi despegue, haciendo que el viento se acelerase alrededor del castillo. Me quede agachado y coloque la cola a modo de trampolin para que Johan pudiera subir por ella a mi lomo.
- Bueno... un poco ido con el alcohol si que estaba... porque incluso me beso delante de todos... - carraspeo como intentando correr un estupido velo, digoooo tupido - Pero creo que mas bien debe ser que tengo un don para que la gente se abra y me cuente sus problemas, en realidad no me importa escuchar, si eso ayuda soy feliz.
Vamos hacia la cocina para empezar a cocinar algo, la verdad es que este castillo necesita una remodelacion urgente y ya. Para el siglo XVI esa cocina estaba bien... bueno, a lo mejor exagero un poco, es como una cocina del siglo XVI pero con aparatos modernos y que ha visto pocas veces una escoba, una fregona y un estropajo... mi instinto maternal se estaba activando por dentro pero si el poder del "no me pises lo fregao". Pronto Johan me saco de mi extasis maternal cuando anuncio que tenia que irse urgentemente porque le necesitaban.
- Te acompaño, puedo comer despues sobre la marcha, pero nada de desaparecer! Tengo una complesa que cumplir y te llevare yo! Ademas... si he podido llegar al castillo sin matarnos Reiv y yo borrachos como cubas, ahora que estoy bien puedo llevarte en nada, soy el dragon mas veloz que conoceras - dije sonriendo.
Fui corriendo hacia la entrada para prepararme y en cuanto llegue me transforme en un dragon plateado, gritando al cielo para que se preparase para mi despegue, haciendo que el viento se acelerase alrededor del castillo. Me quede agachado y coloque la cola a modo de trampolin para que Johan pudiera subir por ella a mi lomo.
Sophia Diborguesse
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Fuimos hasta la cocina a ver que podriamos preparar con el arroz, habia unas latas de comida, no era gran cosa, iba a parecer una de las tipicas comidas de hospital, pero al menos es mejor algo que nada. Parece ser que esas latas eran para mantener alimentada a la prisionera pero que ya empezaba a perder un poco la compostura mental, podria ser preciso que le echara un vistazo medicamente hablando. Pronto Johan recibio un mensaje urgente y se tenia que marchar, pregunto si nos quedabamos a comer o le acompañabamos, Ellyos enseguida se apunto a acompañarle, yo tenia mis dudas.
- Yo me quedare aqui mejor, si hay problemas ya sabes que yo no tengo experiencia en combate y acabaria siendo un lastre, os esperare y hare algo de comer decente, aunque no prometo nada de que vaya a saber a comida de hospital.
Vi como Ellyos iba corriendo a la salida para prepararse para llevar a Johan con el. Cogi un poco de agua en una olla y le eche una pizca de sal y la deje a hervir mientras apartaba en un plato hondo un poco de arroz. Abri un par de latas para que perdiera un poco el regusto que podian tener de estar tanto tiempo cerradas y me puse a esperar con el espejo en la mano a que el agua hirviera.
- Yo me quedare aqui mejor, si hay problemas ya sabes que yo no tengo experiencia en combate y acabaria siendo un lastre, os esperare y hare algo de comer decente, aunque no prometo nada de que vaya a saber a comida de hospital.
Vi como Ellyos iba corriendo a la salida para prepararse para llevar a Johan con el. Cogi un poco de agua en una olla y le eche una pizca de sal y la deje a hervir mientras apartaba en un plato hondo un poco de arroz. Abri un par de latas para que perdiera un poco el regusto que podian tener de estar tanto tiempo cerradas y me puse a esperar con el espejo en la mano a que el agua hirviera.
La borrachera que cogieron Reiv y Ellyos tuvo que ser épica, hasta el punto de que el primero acabó besando al segundo. Alzo ambas cejas con gesto sorprendido, fijándome en que Ellyos parece algo incómodo y por eso carraspea, como para cambiar de tema. Sí, definitivamente debería hablar con mi hermano. Y de paso ir a hacer una visita a nuestro padre, que no lo he visto desde que se fue tan rápidamente del castillo Black tras sorprender a Juliet.
- Será eso. Resulta fácil hablar contigo y no te cierras, tal vez por ese motivo hayas conseguido que él te cuente lo que no me cuenta a mí.
"será que conmigo no tiene suficiente confianza, pero sí parece tenerla con Juliet y con Ellyos..."
Al llegar a la cocina estoy un tanto distraído por estos pensamientos y por el mensaje que he recibido de la moneda, así que tampoco presto demasiada atención a eso de ponernos a cocinar. Sophia decide quedarse aquí por eso de que no se le da muy bien luchar, mientras que Ellyos se ofrece a venir y a llevarme montado sobre él en modo dragón. - De acuerdo Sophia, nos vemos luego entonces. Avísame si vas al hospital para decirme cómo va lo de las medidas de seguridad. Ellyos y yo nos vamos, no sé cuándo volveremos. - cuando se sale de misión por un aviso nunca se sabe. Nos marchamos ambos de la cocina, yendo fuera para que Ellyos pueda transformarse en dragón sin tirar nada. En cuanto se transforma me subo encima de él para que me lleve, tal y como había prometido hacer cuando estábamos ambos infectados. - Adelante, demuéstrame lo veloz que eres.- lo incito a ir todo lo rápido que pueda, como amante de la velocidad que soy. A veces me paso con la moto cuando uso el modo vuelo, así que estoy acostumbrado a ir deprisa. Enseguida alza el vuelo, alejándose del castillo Black rumbo al Moulin.
- Será eso. Resulta fácil hablar contigo y no te cierras, tal vez por ese motivo hayas conseguido que él te cuente lo que no me cuenta a mí.
"será que conmigo no tiene suficiente confianza, pero sí parece tenerla con Juliet y con Ellyos..."
Al llegar a la cocina estoy un tanto distraído por estos pensamientos y por el mensaje que he recibido de la moneda, así que tampoco presto demasiada atención a eso de ponernos a cocinar. Sophia decide quedarse aquí por eso de que no se le da muy bien luchar, mientras que Ellyos se ofrece a venir y a llevarme montado sobre él en modo dragón. - De acuerdo Sophia, nos vemos luego entonces. Avísame si vas al hospital para decirme cómo va lo de las medidas de seguridad. Ellyos y yo nos vamos, no sé cuándo volveremos. - cuando se sale de misión por un aviso nunca se sabe. Nos marchamos ambos de la cocina, yendo fuera para que Ellyos pueda transformarse en dragón sin tirar nada. En cuanto se transforma me subo encima de él para que me lleve, tal y como había prometido hacer cuando estábamos ambos infectados. - Adelante, demuéstrame lo veloz que eres.- lo incito a ir todo lo rápido que pueda, como amante de la velocidad que soy. A veces me paso con la moto cuando uso el modo vuelo, así que estoy acostumbrado a ir deprisa. Enseguida alza el vuelo, alejándose del castillo Black rumbo al Moulin.
Han transcurrido un par de días desde que me marché del Moulin Noir en compañía de Ellyos y Victorya. A ambos los he dejado aquí como huéspedes, con total libertad para moverse por el castillo o ir y venir a donde quieran. Durante este período podré observar mejor a Victorya y tal vez podamos confiar más el uno el el otro, supongo que será cuestión de tiempo. El caso es que ella también quiere luchar contra el enemigo común, y eso debería ser suficiente. Tenemos que tratar de derribar a la maldita Alianza de una vez por todas, y para ello haremos lo que sea necesario. Ha llegado el momento de darle algún uso a la prisionera que está en las mazmorras desde hace meses, así que me encamino hacia las escaleras que conducen a la parte baja del castillo. Debo enfrentarme a algo que llevo demasiado tiempo postergando. Durante estos días me he encargado de contactar con el resto de compañeros para saber que estaban bien y disponibles para próximos movimientos, pero no he podido localizar a mi hermano ni a Juliet. O tal vez no quieran ser localizados, pues no han regresado al castillo desde hace bastante. No sé qué pensar al respecto, aunque espero que ambos estén bien.
Tomo una antorcha para iluminar el camino y no tropezar con los resbaladizos escalones de piedra, comenzando a escuchar los gritos de loca de Morgana conforme voy descendiendo. Sé que la han mantenido viva a base de algo de comida, que no tenemos demasiada, y que Yaroslav la estuvo "torturando" con una repetitiva música. El largo encierro ha debido ser el detonante de su pérdida de cordura, tal vez unido a su mala conciencia y a darse cuenta de que nadie la ha buscado ni ha demostrado interés por encontrarla. Dejo la antorcha en una argolla de la pared, sentándome en un taburete de madera a un par de metros de la celda. - Hola, Morgana. - saludo con tono quedo, esperando no alterarla más de lo que ya está. Su aspecto es bastante deplorable, cuesta creer que una vez pudiese parecer atractiva, a pesar de toda su maldad. - Supongo que no imaginas a qué he venido, y tampoco estoy seguro de que estés en condiciones de hablar conmigo con claridad. Tu estado demuestra que estás recibiendo el castigo merecido de forma efectiva...y que debes estar experimentando lo mismo que le hacéis a los nuestros cuando los encerráis. Aquí no os matamos, ni experimentamos con vosotros...aunque lo último puede empezar a cambiar. - comento en tono enigmático, preguntándome si estoy hablando para la pared o realmente me escucha y entiende.
Tomo una antorcha para iluminar el camino y no tropezar con los resbaladizos escalones de piedra, comenzando a escuchar los gritos de loca de Morgana conforme voy descendiendo. Sé que la han mantenido viva a base de algo de comida, que no tenemos demasiada, y que Yaroslav la estuvo "torturando" con una repetitiva música. El largo encierro ha debido ser el detonante de su pérdida de cordura, tal vez unido a su mala conciencia y a darse cuenta de que nadie la ha buscado ni ha demostrado interés por encontrarla. Dejo la antorcha en una argolla de la pared, sentándome en un taburete de madera a un par de metros de la celda. - Hola, Morgana. - saludo con tono quedo, esperando no alterarla más de lo que ya está. Su aspecto es bastante deplorable, cuesta creer que una vez pudiese parecer atractiva, a pesar de toda su maldad. - Supongo que no imaginas a qué he venido, y tampoco estoy seguro de que estés en condiciones de hablar conmigo con claridad. Tu estado demuestra que estás recibiendo el castigo merecido de forma efectiva...y que debes estar experimentando lo mismo que le hacéis a los nuestros cuando los encerráis. Aquí no os matamos, ni experimentamos con vosotros...aunque lo último puede empezar a cambiar. - comento en tono enigmático, preguntándome si estoy hablando para la pared o realmente me escucha y entiende.
Los largos meses de cautiverio han ido mermando mi cordura de manera progresiva y constante, dejándome demasiado tiempo en soledad rumiando mis más oscuros pensamientos. Hace mucho que perdí cualquier esperanza para mí, ni de recobrar mi libertad ni de recuperar lo que un día fui. Esa persona, orgullosa y capaz de enfrentarse a todo, se ha diluido por completo ante la evidencia de la cruda realidad: que la muerte hubiese sido mejor que el encierro y que nada de lo que hice sirvió para nada. Nadie vendrá a por mí, ni siquiera lo intentaron. Ante tan aplastantes verdades poco se puede hacer, y tenerlas presentes hace casi tanto daño como cualquier dolor físico. La música de tortura empleada por el tipo ruso tampoco ha ayudado, aunque esa horrible melodía sea de lo poco que llena las largas horas de silencio. A veces me ponía a recitar en un susurro los nombres de todos aquellos a los que deseaba matar, pero con el paso de los días ni siquiera me ayudaba ya esa letanía. Pensé que sería útil para mantenerme ocupada y no olvidar que debo vengarme de ellos, pero dudo que pueda hacerlo y todo ha comenzado a perder sentido.
Los carceleros iban cambiando de vez en cuando, como si hiciesen guardia. Apenas recuerdo el rostro de ninguno de ellos, sólo sé que traían pan con algo y agua. Otras veces ni eso, más que alguna lata de dudosa calidad. Las calamidades del encierro se completan con una triste letrina y arrojarme un cubo de agua de vez en cuando. Les he suplicado muchas veces que acaben conmigo, pero parece divertirles este juego, demostrando ser tan sádicos como lo que dicen combatir.
La llegada del Black no provoca ninguna reacción en mi al principio, pues sigo sentada y encogida en una esquina, balanceándome ligeramente de hacia atrás hacia delante y con la mirada perdida en algún punto de la oscura celda. No desvío la mirada hacia él, sólo repito en un susurro una de las palabras que dice. - Castigo...ha llegado mi castigo...- no estoy en plenas facultades para darle conversación coherente ni responder, cosa que mi antiguo yo habría hecho con fiereza. Puede que sí que me hayan matado de algún modo, asesinando a la guerrera que era. Río por lo bajo de manera demente, dejándome caer de lado con la espalda pegada a la pared y quedando tendida en el suelo mientras le miro con el cuello algo retorcido. Sí que he entendido lo de experimento, tal y como se hace en nuestros campos. Suelto un alarido de pavor ante esa perspectiva, arrastrándome de manera penosa hacia los barrotes de la celda. - Ma...mátame...¡MÁTAME!- suplico de manera estridente y desesperada mientras estiro una mano hacia Johan, al que no alcanzaré al estar a un par de metros de mí. - ¡Se acabó! ¡Estamos todos acabados! a todos les llega su hora, nadie se salva, uno por uno caerán, todos, todos, nadie gana, nadie gana, nadie gana...- entro en bucle repitiendo eso mismo hasta el punto de ser insoportable, cada vez en tono más bajo.
Los carceleros iban cambiando de vez en cuando, como si hiciesen guardia. Apenas recuerdo el rostro de ninguno de ellos, sólo sé que traían pan con algo y agua. Otras veces ni eso, más que alguna lata de dudosa calidad. Las calamidades del encierro se completan con una triste letrina y arrojarme un cubo de agua de vez en cuando. Les he suplicado muchas veces que acaben conmigo, pero parece divertirles este juego, demostrando ser tan sádicos como lo que dicen combatir.
La llegada del Black no provoca ninguna reacción en mi al principio, pues sigo sentada y encogida en una esquina, balanceándome ligeramente de hacia atrás hacia delante y con la mirada perdida en algún punto de la oscura celda. No desvío la mirada hacia él, sólo repito en un susurro una de las palabras que dice. - Castigo...ha llegado mi castigo...- no estoy en plenas facultades para darle conversación coherente ni responder, cosa que mi antiguo yo habría hecho con fiereza. Puede que sí que me hayan matado de algún modo, asesinando a la guerrera que era. Río por lo bajo de manera demente, dejándome caer de lado con la espalda pegada a la pared y quedando tendida en el suelo mientras le miro con el cuello algo retorcido. Sí que he entendido lo de experimento, tal y como se hace en nuestros campos. Suelto un alarido de pavor ante esa perspectiva, arrastrándome de manera penosa hacia los barrotes de la celda. - Ma...mátame...¡MÁTAME!- suplico de manera estridente y desesperada mientras estiro una mano hacia Johan, al que no alcanzaré al estar a un par de metros de mí. - ¡Se acabó! ¡Estamos todos acabados! a todos les llega su hora, nadie se salva, uno por uno caerán, todos, todos, nadie gana, nadie gana, nadie gana...- entro en bucle repitiendo eso mismo hasta el punto de ser insoportable, cada vez en tono más bajo.
Me mantengo expectante durante los primeros segundos, a la espera de alguna reacción que me indique que no está tan rematadamente loca como hacen presagiar los gritos que llevamos escuchando durante varias semanas. Suspiro con una mezcla de fastidio y resignación, las pocas palabras que dice no tienen demasiado sentido. Dudo que pueda mantener una conversación con ella, y ya vi que no me era útil para sacar información. Victorya me ha dicho más cosas en un sólo encuentro, pero la soldado no tenía nada de interés. Tampoco creo que sea alguien capaz de redimirse y pasarse a nuestro bando, como hizo Thalos, y además ha hecho demasiadas barbaridades como para permitirle estar a nuestro lado. Ni siquiera dudó en atacar a críos o indefensos, como hizo con el hijo de Thalos o aquel extraño niño de China Town. Lo único que le queda es ser útil a la causa, sea del modo que sea.
- No, Morgana. No te vamos a matar, aunque reconozco que ganas no nos han faltado. Nada cambiará si te matamos ahora, a pesar de que pueda tener cierta satisfacción momentánea por el simple hecho de vengarnos de tantas putadas como has hecho. Sin embargo...hay cosas que podrían cambiar si vives. La vida está llena de posibilidades, la muerte es demasiado definitiva. Todavía puedes servir. - me levanto del taburete cuando empieza con esa letanía apocalíptica, aunque sí que coincido con alguna de las locuras que dice. Realmente nadie gana una guerra, tal vez unos pierden más que otros, pero todos pierden algo.
Me aproximo un poco más a su celda, agachándome a su altura para mirarla a los ojos, algo difícil entre los pelos de loca que lleva tapándole la cara y su mirada perdida.Trato de concentrarme al máximo y evitar que su voz me distraiga, extendiendo hacia su frente la mano en la que llevo el guante canalizador. Dejo fluir el torrente mágico suficiente como para empezar a abrirme camino en su mente, metiéndome en esa cabeza perturbada que tiene ahora. Noto cierta resistencia a pesar de su estado, pues se ve que tiene bastante fortaleza física y mental. Aún así no es suficiente, por lo que consigo terminar de introducirme en su mente para influir en ésta. Está tan destrozada que no sé cómo soportará la manipulación, y a mi también me resulta difícil actuar en una cabeza tan caótica. Trato de darle órdenes claras y concisas, para que no haya lugar a error y pueda asimilarlas.
- Ahora trabajas para nosotros. Todo irá bien mientras hagas lo que te digo...- a partir de ese momento paso a hablarle directamente a su mente, sin pronunciar palabra alguna. Transmito las órdenes durante algo menos de cinco minutos, asegurándome de que la tengo bajo mi control. Tendré que volver a renovarlo cuando empiece a rebelarse, si es que lo hace, pero por ahora parece que va bien. Bajo la mano que había alzado ante su frente, saliendo de su mente ahora que he terminado el trabajo. Respiro hondo y cierro los ojos unos segundos, descansando unos segundos antes de volver a ponerme en pie. No estoy tan acostumbrado a utilizar esta habilidad como lo estoy con otras, por eso el esfuerzo y el coste de energía es mayor. - Mandaré a alguien a encargarse de ti. - anuncio en tono neutro sin darme la vuelta para volver a mirar a Morgana, comenzando a subir por las escaleras de las mazmorras. Mando aviso a la moneda comunicadora a otro compañero de los renegados, dándole ciertas instrucciones para llevar a cabo con Morgana, además de vigilarla durante las próximas horas. Después me pierdo por algún rincón del castillo, entre tareas como reparar las partes más dañadas del castillo, hacer el mantenimiento de la moto o comenzar a preparar el siguiente movimiento, según como vaya lo que acabo de hacer.
Poco después marcho de allí, rumbo a Bastion Hollow para ver si sigue funcionando aquella radio que teníamos, puede que vaya siendo hora de utilizarla de nuevo.
-------------
ataque mágico a Morgana:
dado 10 + 26 stat ataque mágico + 10 hab. ficha + 5 canalizador= 51 (control mental)
- No, Morgana. No te vamos a matar, aunque reconozco que ganas no nos han faltado. Nada cambiará si te matamos ahora, a pesar de que pueda tener cierta satisfacción momentánea por el simple hecho de vengarnos de tantas putadas como has hecho. Sin embargo...hay cosas que podrían cambiar si vives. La vida está llena de posibilidades, la muerte es demasiado definitiva. Todavía puedes servir. - me levanto del taburete cuando empieza con esa letanía apocalíptica, aunque sí que coincido con alguna de las locuras que dice. Realmente nadie gana una guerra, tal vez unos pierden más que otros, pero todos pierden algo.
Me aproximo un poco más a su celda, agachándome a su altura para mirarla a los ojos, algo difícil entre los pelos de loca que lleva tapándole la cara y su mirada perdida.Trato de concentrarme al máximo y evitar que su voz me distraiga, extendiendo hacia su frente la mano en la que llevo el guante canalizador. Dejo fluir el torrente mágico suficiente como para empezar a abrirme camino en su mente, metiéndome en esa cabeza perturbada que tiene ahora. Noto cierta resistencia a pesar de su estado, pues se ve que tiene bastante fortaleza física y mental. Aún así no es suficiente, por lo que consigo terminar de introducirme en su mente para influir en ésta. Está tan destrozada que no sé cómo soportará la manipulación, y a mi también me resulta difícil actuar en una cabeza tan caótica. Trato de darle órdenes claras y concisas, para que no haya lugar a error y pueda asimilarlas.
- Ahora trabajas para nosotros. Todo irá bien mientras hagas lo que te digo...- a partir de ese momento paso a hablarle directamente a su mente, sin pronunciar palabra alguna. Transmito las órdenes durante algo menos de cinco minutos, asegurándome de que la tengo bajo mi control. Tendré que volver a renovarlo cuando empiece a rebelarse, si es que lo hace, pero por ahora parece que va bien. Bajo la mano que había alzado ante su frente, saliendo de su mente ahora que he terminado el trabajo. Respiro hondo y cierro los ojos unos segundos, descansando unos segundos antes de volver a ponerme en pie. No estoy tan acostumbrado a utilizar esta habilidad como lo estoy con otras, por eso el esfuerzo y el coste de energía es mayor. - Mandaré a alguien a encargarse de ti. - anuncio en tono neutro sin darme la vuelta para volver a mirar a Morgana, comenzando a subir por las escaleras de las mazmorras. Mando aviso a la moneda comunicadora a otro compañero de los renegados, dándole ciertas instrucciones para llevar a cabo con Morgana, además de vigilarla durante las próximas horas. Después me pierdo por algún rincón del castillo, entre tareas como reparar las partes más dañadas del castillo, hacer el mantenimiento de la moto o comenzar a preparar el siguiente movimiento, según como vaya lo que acabo de hacer.
Poco después marcho de allí, rumbo a Bastion Hollow para ver si sigue funcionando aquella radio que teníamos, puede que vaya siendo hora de utilizarla de nuevo.
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