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El miembro 'Leila Alabi' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
#1 'Defensa Física' :
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#2 'Ataque Físico' :
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#2 'Ataque Físico' :
Robot Centinela
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Un frasco arrojado con cierta fuerza no supuso mucho problema para dos centinelas.
El feral huia, situaron el radar en ella, sabian que buscaría refugio asi que la seguirían a ese lugar que fuera.
En principio, esa era la estrategia. Pero todo era cambiante, y Sam podia cambiar de estrategia en cualquier momento....
___
AZUL Y AZUL OSCURO FUERA
superan ataque con la defensa de ambos
El feral huia, situaron el radar en ella, sabian que buscaría refugio asi que la seguirían a ese lugar que fuera.
En principio, esa era la estrategia. Pero todo era cambiante, y Sam podia cambiar de estrategia en cualquier momento....
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AZUL Y AZUL OSCURO FUERA
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El miembro 'Robot Centinela' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Centinela defensa' :
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No había ocupado el grifo, se había ido caminando hasta la zona de la academia para buscar a Gen a quien tenía tiempo sin ver. Sabía dónde estaba su habitación. No le había escrito porque no podía ver bien la moneda a causa de las lágrimas pero cuando llegó a su puerta y tocó no había respuesta. Quizás estuviera en el juicio con el jefe y el resto de la Brigada. Intentó calmarse y apoyó la espalda en la puerta, deslizándose hasta el piso para llorar. Sin embargo, al recordar todo lo que le había se le revolvió el estómago. Decidió forzar la puerta y entró en la habitación, yendo directa al baño para potar todo el desayuno hasta que no le quedó nada en el cuerpo. Tras asearse se metió en la cama de Gen, donde se quedó dormida tras un par de horas llorando y pensando en todo lo que había hecho mal hasta ahora.
Balto caminaba tan feliz pocos metros por delante de mi. Había pasado una noche terrible y Lykaios me lo había acoplado así que salimos a dar una vuelta que yo creía que iba a ser corta pero el peludo parecía estar completamente recuperado y al final nos pasamos casi todo el día de un lado para otro.
No había asistido al juicio y estaba intranquila por ello. La situación de Leila no era buena y temía lo que pudiese pasar. Además el peliazul seguramente removería esos momentos y...y no quería que volviese a sumirse en ese pozo del que había logrado salir. Dejaría al chucho sobando un rato e iría a enterarme de como iba la cosa. Aunque antes tenía que localizar a Mérida tras no haberme presentado al picnic. Un desastre de amiga que se pasa horas buscando un regalo digno y llega tarde a una cita importante.
Balto pasó a la habitación empujando un poco la puerta y fruncí el ceño mientras me aproximaba a ella. ¿La había dejado abierta? Aceleré el paso y entré encontrando de golpe una frondosa e inconfundible melena en mi cama.
-¿Mer?
Cerré la puerta mientras el perro se subía a la cama y comenzaba a dar vueltas sobre si mismo hasta encontrar la perfecta posición para tumbarse. Rodeé la cama encontrando a la pelirroja dormida aunque su rostro reflejaba que había estado llorando. Los ojos inflamados y la cara algo roja. Suspiré antes de rodear de nuevo la cama para subirme a la misma y tumbarme pegada a su espalda. Aparté unos mechones de su rostro preguntándome que había pasado. Tal vez estaba molesta por mi ausencia en el picnic. Arrugué mis labios molesta conmigo misma por si fuese por eso y terminé abrazándome a ella mientras apoyaba mi cabeza entre sus rizos.
-Mer...-susurré. Tampoco quería despertarla si lo que necesitaba era dormir.
No había asistido al juicio y estaba intranquila por ello. La situación de Leila no era buena y temía lo que pudiese pasar. Además el peliazul seguramente removería esos momentos y...y no quería que volviese a sumirse en ese pozo del que había logrado salir. Dejaría al chucho sobando un rato e iría a enterarme de como iba la cosa. Aunque antes tenía que localizar a Mérida tras no haberme presentado al picnic. Un desastre de amiga que se pasa horas buscando un regalo digno y llega tarde a una cita importante.
Balto pasó a la habitación empujando un poco la puerta y fruncí el ceño mientras me aproximaba a ella. ¿La había dejado abierta? Aceleré el paso y entré encontrando de golpe una frondosa e inconfundible melena en mi cama.
-¿Mer?
Cerré la puerta mientras el perro se subía a la cama y comenzaba a dar vueltas sobre si mismo hasta encontrar la perfecta posición para tumbarse. Rodeé la cama encontrando a la pelirroja dormida aunque su rostro reflejaba que había estado llorando. Los ojos inflamados y la cara algo roja. Suspiré antes de rodear de nuevo la cama para subirme a la misma y tumbarme pegada a su espalda. Aparté unos mechones de su rostro preguntándome que había pasado. Tal vez estaba molesta por mi ausencia en el picnic. Arrugué mis labios molesta conmigo misma por si fuese por eso y terminé abrazándome a ella mientras apoyaba mi cabeza entre sus rizos.
-Mer...-susurré. Tampoco quería despertarla si lo que necesitaba era dormir.
Mérida Pyro
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No respondió a la primera llamada de Gen pero cuando se acurrucó a su lado se despertó un poco. Pudo reconocer la cabellera morada y también su perfume así que pronto se giró un poco y la abrazó, refugiándose en ella y sintiendo que de nuevo tenía ganas de llorar. Pero no le dijo nada, al menos durante un rato, simplemente sollozó.
La había extrañado. A ella, a Cleo, a Em porque tenía con ellas la suficiente confianza para hablar de cualquier cosa. No tenía que esconder sus sentimientos ni sus pensamientos como sucedía con Juliet. Se separó un poco y se limpió las lágrimas negando con la cabeza.
-Se que lo que te voy a preguntar es una tontería… pero ¿Tú nunca me dejarías sola, verdad?- Preguntó mirándola con el ceño fruncido mientras recordaba que se había quedado durmiendo en las sillas del hospital cuando ella la habían ingresado por encontrarse mal del estómago. Y sabía perfectamente que la respuesta era un sí rotundo. Y toda la Brigada le diría lo mismo. Estaba tan agradecida de tener una familia que siempre la recibiría con los brazos abiertos -Kyllian me ha dicho que me fuera… estaba borracho, quedó tocado del juicio porque el canoso le echo la culpa y me dijo que si no quería tener problemas que lo mejor era que me fuera porque el siempre la cagaba… y… y que la alubia era toda mía- No pudo evitar sentir que de le quebraba la voz al final porque volver a revivir esos recuerdos le dolían. Le ardían los ojos y las lágrimas volvieron a derramarse -No quiero llorar más, no quiero sentirme así… y me fui. No tenía otro lugar a dónde ir, ya moleste a Imram…- Musitó limpiándose de nuevo las mejillas y sintió a Balto apoyarse en su espalda como brindándole confort -Te he roto la puerta- Murmuró.
La había extrañado. A ella, a Cleo, a Em porque tenía con ellas la suficiente confianza para hablar de cualquier cosa. No tenía que esconder sus sentimientos ni sus pensamientos como sucedía con Juliet. Se separó un poco y se limpió las lágrimas negando con la cabeza.
-Se que lo que te voy a preguntar es una tontería… pero ¿Tú nunca me dejarías sola, verdad?- Preguntó mirándola con el ceño fruncido mientras recordaba que se había quedado durmiendo en las sillas del hospital cuando ella la habían ingresado por encontrarse mal del estómago. Y sabía perfectamente que la respuesta era un sí rotundo. Y toda la Brigada le diría lo mismo. Estaba tan agradecida de tener una familia que siempre la recibiría con los brazos abiertos -Kyllian me ha dicho que me fuera… estaba borracho, quedó tocado del juicio porque el canoso le echo la culpa y me dijo que si no quería tener problemas que lo mejor era que me fuera porque el siempre la cagaba… y… y que la alubia era toda mía- No pudo evitar sentir que de le quebraba la voz al final porque volver a revivir esos recuerdos le dolían. Le ardían los ojos y las lágrimas volvieron a derramarse -No quiero llorar más, no quiero sentirme así… y me fui. No tenía otro lugar a dónde ir, ya moleste a Imram…- Musitó limpiándose de nuevo las mejillas y sintió a Balto apoyarse en su espalda como brindándole confort -Te he roto la puerta- Murmuró.
Sentí que se movía poco a poco y se acurrucó contra mí sin decir nada. Tampoco pronuncié palabra y me limité a apretar un poco aquel abrazo a la par que acariciaba su cabeza mientras se desahogaba.
Cuando comenzó a separarse hice lo mismo buscando sus ojos con la mirada sin despegar mi cabeza de la almohada. Su pregunta hizo que primero mi ceño se frunciese, aquello era una locura pero claro...no me había presentado al picnic.
- ¿Pero cómo piensas eso? Mer!somos familia-solte porque me parecía obvio, aunque en mi interior pensé en Leila y sentí que a ella sí que la habíamos abandonado un poco. No había querido hablarlo con el general por como se sentía él pero no habíamos sido una buena familia con ella.
Mer comenzó a hablar,mucho, explicando la razón de por qué estaba en mi cuarto y de esa forma. Suspiré volviendo a atusarle el pelo negando.
-Seguro que lo ha dicho sin pensar. Está muy...afectado por lo de Lila y...-volvi a negar queriendo pensar que las palabras de aquel muchacho no iban en serio. Aunque apreté mis labios no muy convencida de que se pillase el peso del siglo y la pagase con Mérida diciendo aquellas cosas. Limpié sus lágrimas con mi pulgar.-Y si lo ha dicho en serio que le den, tu no tienes la culpa si ¿Me oyes?
Alcé ambas cejas muy seriamente y tras ello dijo lo de mi puerta. Sonreí de medio lado.-Te perdono si tú me perdonas haberme perdido el picnic.
Giré sobre mí misma para quedar colgando del colchón y recoger un par de paquetes mal envueltos del suelo y luego giré de nuevo para dejarlos entre nosotras.-soy una indecisa y perdí la noción del tiempo.-dentro del paquete pequeño había un barco de madera de juguete para e pequeño brigadista en camino y en el alargado un flamante bate nuevo para la pelirroja. Le tomé la mano apretándola con cariño.-Pase lo que pase, siempre en tu equipo.
Cuando comenzó a separarse hice lo mismo buscando sus ojos con la mirada sin despegar mi cabeza de la almohada. Su pregunta hizo que primero mi ceño se frunciese, aquello era una locura pero claro...no me había presentado al picnic.
- ¿Pero cómo piensas eso? Mer!somos familia-solte porque me parecía obvio, aunque en mi interior pensé en Leila y sentí que a ella sí que la habíamos abandonado un poco. No había querido hablarlo con el general por como se sentía él pero no habíamos sido una buena familia con ella.
Mer comenzó a hablar,mucho, explicando la razón de por qué estaba en mi cuarto y de esa forma. Suspiré volviendo a atusarle el pelo negando.
-Seguro que lo ha dicho sin pensar. Está muy...afectado por lo de Lila y...-volvi a negar queriendo pensar que las palabras de aquel muchacho no iban en serio. Aunque apreté mis labios no muy convencida de que se pillase el peso del siglo y la pagase con Mérida diciendo aquellas cosas. Limpié sus lágrimas con mi pulgar.-Y si lo ha dicho en serio que le den, tu no tienes la culpa si ¿Me oyes?
Alcé ambas cejas muy seriamente y tras ello dijo lo de mi puerta. Sonreí de medio lado.-Te perdono si tú me perdonas haberme perdido el picnic.
Giré sobre mí misma para quedar colgando del colchón y recoger un par de paquetes mal envueltos del suelo y luego giré de nuevo para dejarlos entre nosotras.-soy una indecisa y perdí la noción del tiempo.-dentro del paquete pequeño había un barco de madera de juguete para e pequeño brigadista en camino y en el alargado un flamante bate nuevo para la pelirroja. Le tomé la mano apretándola con cariño.-Pase lo que pase, siempre en tu equipo.
Mérida Pyro
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Otra vez aquella bendita palabra que le dio tanta calma. Inspiró profundamente antes de dejarlo estar. Escuchó aquella excusa de Gen y le sonrió tristemente -Quizás… Pero en el juicio dijo que no quería a la Brigada cerca del bebé. Y…Y en Navidad discutí con él porque no os tiene en gracia, no confía en vosotros por lo que sucedió con Leila y Lila y…- Negó varias veces con la cabeza porque en el fondo siempre decían que los borrachos y los niños eran los que decían la verdad. Quizás… Quizás si era lo que él sentía. Se humedeció los labios.
Asintió a aquello de que no tenía la culpa pero luego arrugó la nariz -Pero si la tengo…Un poco… Yo confié en Leila y él no la buscó con más ahínco porque estaba conmigo y…Y quizás si él la hubiese buscado más no habría pasado nada de esto…Me dijo que Leila apuntó a la niña, Gen- Le tembló el labio inferior. ¿Qué era lo que había roto a Leila? -¿Y si un día soy así de peligrosa? ¿Qué pasa si un día me rompo?- Él le había dicho que no iba a quitarle al bebé pero…No le creía. No quería creerle. Cerró los ojos y recordó la habitación, el tonto lacito que había puesto, la ilusión con la que había recibido el móvil y sintió de nuevo las lágrimas cayendo por sus mejillas -Será un gran papá… pero no de mi bebé... No quiere ser el papá de mi bebé- Murmuró pensando que en el futuro, quizás, cuando estuviera bien reconstruiría su vida sin ella y aquello le dolió más.
Se volvió a abrazar a Gen y asintió a aquello de perdonarle el picnic luego la dejó ir porque se movía y observó los regalos riéndose un poquito y abrazando el bate contra sí misma -¿Podemos hacerlo como el tuyo? ¿Lyka te entregó mi regalo?- Le preguntó mientras se incorporaba para sentarse en la cama y abrir el paquete, vio el barquito con una sonrisa y …Y se echó a llorar de nuevo porque eso implicaba que su bebé iba a ser Brigadista e iba a tener una familia que lo quisiera y lo protegería de todo. La miró cuando le apretó la mano y se lo devolvió -Lo sé… Lo sé…- Murmuró abrazándola de nuevo y llorando desconsolada.
Asintió a aquello de que no tenía la culpa pero luego arrugó la nariz -Pero si la tengo…Un poco… Yo confié en Leila y él no la buscó con más ahínco porque estaba conmigo y…Y quizás si él la hubiese buscado más no habría pasado nada de esto…Me dijo que Leila apuntó a la niña, Gen- Le tembló el labio inferior. ¿Qué era lo que había roto a Leila? -¿Y si un día soy así de peligrosa? ¿Qué pasa si un día me rompo?- Él le había dicho que no iba a quitarle al bebé pero…No le creía. No quería creerle. Cerró los ojos y recordó la habitación, el tonto lacito que había puesto, la ilusión con la que había recibido el móvil y sintió de nuevo las lágrimas cayendo por sus mejillas -Será un gran papá… pero no de mi bebé... No quiere ser el papá de mi bebé- Murmuró pensando que en el futuro, quizás, cuando estuviera bien reconstruiría su vida sin ella y aquello le dolió más.
Se volvió a abrazar a Gen y asintió a aquello de perdonarle el picnic luego la dejó ir porque se movía y observó los regalos riéndose un poquito y abrazando el bate contra sí misma -¿Podemos hacerlo como el tuyo? ¿Lyka te entregó mi regalo?- Le preguntó mientras se incorporaba para sentarse en la cama y abrir el paquete, vio el barquito con una sonrisa y …Y se echó a llorar de nuevo porque eso implicaba que su bebé iba a ser Brigadista e iba a tener una familia que lo quisiera y lo protegería de todo. La miró cuando le apretó la mano y se lo devolvió -Lo sé… Lo sé…- Murmuró abrazándola de nuevo y llorando desconsolada.
Entrecerré los ojos ante las palabras de la pelirroja. Estaba extrañada, apenas conocía al chico pero lo poco que le había visto había sido en situaciones bastante amigables y no había parecido tener problema con nosotros.
-¿qué?¡Por qué?-Negué sin entender hasta que dijo lo de Leila. Suspiré desviando la mirada a la par que mis labios se fruncían-No tiene sentido...además Leila...
Dejé de hablar porque entonces Mer empezó a echarse las culpas sobre lo sucedido con Lila. Volví a mirarla negando aún con esa expresión molesta.-No...no, no!Mer escucha-Me incorporé un poco a la par que la sujeté de ambos hombros para que me prestase atención-Tú no tienes la culpa, él no tiene la culpa incluso...Leila no tiene la maldita culpa. Fue un accidente.-Sentencié muy segura de lo que decía. Aunque me quedé bastante impactada por lo de que la rubia hubiese apuntado a la cría .Volví a negar apartando las manos de los hombros de Mérida.
-Deja de decir esa clase de cosas.Eres lista, no digas chorradas.-Comenté a lo de que iba a ser mala madre o un peligro o algo así. A decir verdad el maldito felino me estaba hartando por hacerla sentir y pensar de esa manera.-Está claro...que a Leila le sobrepasó de algún modo tener que cuidar de Lila, tal vez fue demasiado para ella pero...estoy segura de que jamás, JAMÁS, pretendió hacerle daño. -Señalé al aire con mi mano-¿Cuántas veces has visto a Leila trepar por todos lados y usar telas y hacer piruetas? Es una experta!¿Crees que subiría a Lila ahí si sintiese que eso era un peligro?-Negué de nuevo.-De hecho creo que lo hacía porque sentía que era el único modo de protegerla. Creo que...-dudé bastante -Creo que precisamente eso es lo que la rompió...sentirse incapaz de protegerla y hacerlo con tantas ganas que...-Y no dije más solo negué de nuevo.-Si fallamos fuimos nosotros al no ayudar a Leila a pasar por lo que fuera que estaba pasando.
Continué en silencio y volví a mirar a la pelirroja que ahora se lamentaba por la pérdida de un padre para la criatura.
-No creo que fuese a ser un padre tan genial... no si ahora te hace sentir así a ti-Lo solté con total naturalidad y visiblemente molesta con el chico.-¿Para qué sirve un padre al fin y al cabo?¿quieres un padre?Yo seré su padre.-Encogí un hombro mientras pensaba que si me le cruzaba en ese momento le metería un buen batazo para que dejase de decir estupideces.-Y si el problema es que te has enamorado..., dolerá y dolerá pero...al final se te pasará y a tu crío no le faltará una familia.
Resoplé tras el estallido y froté mis ojos, tal vez me había pasado. Tal vez eso no era lo que necesitaba Mérida.
-Lo...siento...últimamente estoy algo...explosiva-Terminé por justificar aquello mientras abría los pequeños regalos. -¿quieres ponerle alambre de espino?No sé como verán eso en la isla-Pregunté dudosa y luego negué a lo del regalo-Lykaios se ha pasado la noche en vela con Balto, no ha parado de vomitar.Se le debe haber olvidado.
Y volvió a abrazarme. Palmeé su espalda con cariño-Vamos pelirroja...vas a deshidratarte...¿has comido algo?
-¿qué?¡Por qué?-Negué sin entender hasta que dijo lo de Leila. Suspiré desviando la mirada a la par que mis labios se fruncían-No tiene sentido...además Leila...
Dejé de hablar porque entonces Mer empezó a echarse las culpas sobre lo sucedido con Lila. Volví a mirarla negando aún con esa expresión molesta.-No...no, no!Mer escucha-Me incorporé un poco a la par que la sujeté de ambos hombros para que me prestase atención-Tú no tienes la culpa, él no tiene la culpa incluso...Leila no tiene la maldita culpa. Fue un accidente.-Sentencié muy segura de lo que decía. Aunque me quedé bastante impactada por lo de que la rubia hubiese apuntado a la cría .Volví a negar apartando las manos de los hombros de Mérida.
-Deja de decir esa clase de cosas.Eres lista, no digas chorradas.-Comenté a lo de que iba a ser mala madre o un peligro o algo así. A decir verdad el maldito felino me estaba hartando por hacerla sentir y pensar de esa manera.-Está claro...que a Leila le sobrepasó de algún modo tener que cuidar de Lila, tal vez fue demasiado para ella pero...estoy segura de que jamás, JAMÁS, pretendió hacerle daño. -Señalé al aire con mi mano-¿Cuántas veces has visto a Leila trepar por todos lados y usar telas y hacer piruetas? Es una experta!¿Crees que subiría a Lila ahí si sintiese que eso era un peligro?-Negué de nuevo.-De hecho creo que lo hacía porque sentía que era el único modo de protegerla. Creo que...-dudé bastante -Creo que precisamente eso es lo que la rompió...sentirse incapaz de protegerla y hacerlo con tantas ganas que...-Y no dije más solo negué de nuevo.-Si fallamos fuimos nosotros al no ayudar a Leila a pasar por lo que fuera que estaba pasando.
Continué en silencio y volví a mirar a la pelirroja que ahora se lamentaba por la pérdida de un padre para la criatura.
-No creo que fuese a ser un padre tan genial... no si ahora te hace sentir así a ti-Lo solté con total naturalidad y visiblemente molesta con el chico.-¿Para qué sirve un padre al fin y al cabo?¿quieres un padre?Yo seré su padre.-Encogí un hombro mientras pensaba que si me le cruzaba en ese momento le metería un buen batazo para que dejase de decir estupideces.-Y si el problema es que te has enamorado..., dolerá y dolerá pero...al final se te pasará y a tu crío no le faltará una familia.
Resoplé tras el estallido y froté mis ojos, tal vez me había pasado. Tal vez eso no era lo que necesitaba Mérida.
-Lo...siento...últimamente estoy algo...explosiva-Terminé por justificar aquello mientras abría los pequeños regalos. -¿quieres ponerle alambre de espino?No sé como verán eso en la isla-Pregunté dudosa y luego negué a lo del regalo-Lykaios se ha pasado la noche en vela con Balto, no ha parado de vomitar.Se le debe haber olvidado.
Y volvió a abrazarme. Palmeé su espalda con cariño-Vamos pelirroja...vas a deshidratarte...¿has comido algo?
Mérida Pyro
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Cuando Gen la agarró de los hombros la miró escuchando que no tenía la culpa. Ella quería escuchar eso, necesitaba hacerlo y cuando escuchó que él tampoco la tenía recordó lo que ella misma le había dicho que habían estado buscando culpables para un accidente -Lo siento…Entré en bucle…Se lo dije a él, que estaba buscando culpables cuando fue un accidente- Musitó, bajando la voz y tratando de respirar un poco más hasta escuchar lo que decía de Leila.
-¿Y por qué no pidió ayuda Gen? Kyllian la buscó, yo estuve allí cuando él le reclamó que quería verla y se supone que era su hija adoptiva. Si…Si estaba sobrepasada ¿Por qué ni siquiera confió en nosotros? -No sabía si ella tenía respuestas a esas preguntas pero si Leila le hubiese pedido que cuidara a Lila un par de días no le hubiese dicho que no, quizás ni siquiera habría preguntado por qué. El análisis sobre que ellos habían fallado hizo que tendiera una mano hacia ella y se la cogió, apretándola -Ella tampoco pidió ayuda Gen…Lo habríamos hecho ciegamente pero no somos telépatas.
Escuchó lo de que Kyllian no sería un padre genial y tensó un poco los labios, iba a responder cuando soltó aquello de que ella sería su padre, sonriendo de lado hasta que mencionó aquello que le había costado tanto admitir. Soltó su mano y se llevó éstas a la cara para ocultársela. Imram había leído a través de ella y Gen ya se lo sospechaba. Ella nunca pensó que pasaría pero ahí estaba con el corazón roto por un hombre. Se limpió un poco las lágrimas, suspirando, y escuchó de la isla alzando los hombros -Lo usaré para las misiones- Indicó y entonces escuchó aquello de Balto y se giró un poco hacia él para acariciarle tras las orejas. Aunque se dio cuenta de algo e hizo una leve mueca -Dejé a Jamagoso en su casa. Tengo que ir a buscarlo…Y mi ropa…- Porque había tenido la estúpida manía de ponerse ropa de él y no comprarse ropa más grande para su pancita. Tras el abrazo se echó un poco hacia atrás -Es que cuando empiezo no paro…- Dijo secándose las lágrimas de nuevo -Sí, comí pero termine potando todo hasta quedarme dormida. No tengo apetito…- Miró hacia la puerta y suspiró -Pero me gustaría solo caminar, ya sabes, por un lugar tranquilo.
-¿Y por qué no pidió ayuda Gen? Kyllian la buscó, yo estuve allí cuando él le reclamó que quería verla y se supone que era su hija adoptiva. Si…Si estaba sobrepasada ¿Por qué ni siquiera confió en nosotros? -No sabía si ella tenía respuestas a esas preguntas pero si Leila le hubiese pedido que cuidara a Lila un par de días no le hubiese dicho que no, quizás ni siquiera habría preguntado por qué. El análisis sobre que ellos habían fallado hizo que tendiera una mano hacia ella y se la cogió, apretándola -Ella tampoco pidió ayuda Gen…Lo habríamos hecho ciegamente pero no somos telépatas.
Escuchó lo de que Kyllian no sería un padre genial y tensó un poco los labios, iba a responder cuando soltó aquello de que ella sería su padre, sonriendo de lado hasta que mencionó aquello que le había costado tanto admitir. Soltó su mano y se llevó éstas a la cara para ocultársela. Imram había leído a través de ella y Gen ya se lo sospechaba. Ella nunca pensó que pasaría pero ahí estaba con el corazón roto por un hombre. Se limpió un poco las lágrimas, suspirando, y escuchó de la isla alzando los hombros -Lo usaré para las misiones- Indicó y entonces escuchó aquello de Balto y se giró un poco hacia él para acariciarle tras las orejas. Aunque se dio cuenta de algo e hizo una leve mueca -Dejé a Jamagoso en su casa. Tengo que ir a buscarlo…Y mi ropa…- Porque había tenido la estúpida manía de ponerse ropa de él y no comprarse ropa más grande para su pancita. Tras el abrazo se echó un poco hacia atrás -Es que cuando empiezo no paro…- Dijo secándose las lágrimas de nuevo -Sí, comí pero termine potando todo hasta quedarme dormida. No tengo apetito…- Miró hacia la puerta y suspiró -Pero me gustaría solo caminar, ya sabes, por un lugar tranquilo.
Negué de nuevo mientras se disculpaba. Era lo único que me salía, negar todo el rato. Porque no aceptaba la situación por la que habían pasado, el resultado de la muerte de Lila y todo el jaleo que se había montado.No, no lo aceptaba. Y no lo hacía en parte porque no entendía que la Brigada no hubiese actuado de otra manera. La culpa la tenía aquella isla. Estaba harta de esa isla.
Suspiré entornando los ojos cuando comenzó a preguntar. Nadie podía saber las razones de Leila y sin embargo entendía que no hubiese buscado ayuda, de algún modo lo entendía. Mi rostro se arrugó molesta porque tenía razón, ninguno podíamos saber que pasaba por su mente.-Mer no todo el mundo es capaz de pedir ayuda cuando su cabeza se lo impide.-Apreté su mano de vuelta antes de soltarla y suspiré nuevamente-Mi hermana no pidió ayuda y creo que tengo claro su destino, y no la juzgo por ello...Yo...yo desaparecí por más de un año porque mi cabeza me decía que me alejase de vosotros y no pedí ayuda... no todos somos tan valientes como tu.
Capté su gesto confirmando mis leves sospechas. No entendía que pudiese estar enamorada en tan poco tiempo y con una relación tan...tan precipitada, es más, creía que todo era un enamoramiento pasajero y ya. Apreté mis labios mientras se limpiaba las lágrimas.-Deberías hablar con él, aclarar las cosas. -No lo dije del todo convencida y se notaba. Por lo que me había dicho que él pensaba de nosotros y por aquel disgusto que se había llevado la pobre.-Pero ... no voy a mentirte...no me fío de ese chico, no después de verte así y bueno...-Me removí un poco en la cama porque sabía que no era lo más adecuado pero con Mérida siempre había sido sincera.-No sé si...Leila....no sé muy bien cuando y por qué perdió la cabeza.Y no quiero culpar a Kyllian pero...-Encogí mis hombros, no podía negar que la duda de que él tuviese parte de culpa me asaltaba en esos momentos.
Sentí vibrar la moneda y comencé a buscarla entre mi ropa mientras ella hablaba de su perro y de la ropa.-Le diremos a Ben que vaya a por el perro y la ropa.-sostuve la moneda observándola al explicar que no era capaz de retener comida en su interior y me levanté.-Bien...entonces iremos al mercado, te compraremos ropa y después...nos tomaremos un batido.-Comencé a leer el mensaje.-Venga, levántate anda.
Fruncí el ceño leyendo, Ben...que?como?-No sé que habrá pasado en el juicio pero creo que se han pillado un buen pedo.¿Tu entiendes algo?-Le mostré el mensaje encogiendo mis hombros.
Suspiré entornando los ojos cuando comenzó a preguntar. Nadie podía saber las razones de Leila y sin embargo entendía que no hubiese buscado ayuda, de algún modo lo entendía. Mi rostro se arrugó molesta porque tenía razón, ninguno podíamos saber que pasaba por su mente.-Mer no todo el mundo es capaz de pedir ayuda cuando su cabeza se lo impide.-Apreté su mano de vuelta antes de soltarla y suspiré nuevamente-Mi hermana no pidió ayuda y creo que tengo claro su destino, y no la juzgo por ello...Yo...yo desaparecí por más de un año porque mi cabeza me decía que me alejase de vosotros y no pedí ayuda... no todos somos tan valientes como tu.
Capté su gesto confirmando mis leves sospechas. No entendía que pudiese estar enamorada en tan poco tiempo y con una relación tan...tan precipitada, es más, creía que todo era un enamoramiento pasajero y ya. Apreté mis labios mientras se limpiaba las lágrimas.-Deberías hablar con él, aclarar las cosas. -No lo dije del todo convencida y se notaba. Por lo que me había dicho que él pensaba de nosotros y por aquel disgusto que se había llevado la pobre.-Pero ... no voy a mentirte...no me fío de ese chico, no después de verte así y bueno...-Me removí un poco en la cama porque sabía que no era lo más adecuado pero con Mérida siempre había sido sincera.-No sé si...Leila....no sé muy bien cuando y por qué perdió la cabeza.Y no quiero culpar a Kyllian pero...-Encogí mis hombros, no podía negar que la duda de que él tuviese parte de culpa me asaltaba en esos momentos.
Sentí vibrar la moneda y comencé a buscarla entre mi ropa mientras ella hablaba de su perro y de la ropa.-Le diremos a Ben que vaya a por el perro y la ropa.-sostuve la moneda observándola al explicar que no era capaz de retener comida en su interior y me levanté.-Bien...entonces iremos al mercado, te compraremos ropa y después...nos tomaremos un batido.-Comencé a leer el mensaje.-Venga, levántate anda.
Fruncí el ceño leyendo, Ben...que?como?-No sé que habrá pasado en el juicio pero creo que se han pillado un buen pedo.¿Tu entiendes algo?-Le mostré el mensaje encogiendo mis hombros.
Mérida Pyro
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-Pues entonces hay que hacer algo... Mira....antes había Alcoholicos Anónimos. Ahora podemos hacer Brigadosos anónimos y todos hablamos de lo que nos pasa... Gen no se puede repetir lo de Leila, ni lo tuyo...ni lo de Imram joder- Dijo bastante mosqueada, porque si no hablaban entre ellos ¿Con quién iban a hablar? No le gustó que se comparara con ella o que le llamara valiente cuando sólo estaba hecha un mar de lágrimas y mucho caos.
Le miró de reojo cuando dijo que tenía que hablar con él -Quizás...En un par de días. Porque si me suelta otra tontería quizás le vuele la cabeza con mis bates... Un doble home run- Se rió un poco antes de mirarla de nuevo, sabía que tenía sus reservas y cuando finalmente se lo dijo, Mérida apartó la mirada. No había pensado en eso hasta el juicio cuando Leila había dicho que había confiado en él. Y sin embargo, con ella no había salido la marca. Pero tampoco se había acostado con ella...Sin embargo, se había visto tan sinceramente agobiado y con aquel miedo a la pérdida -Pero crees que podría ser un factor relevante... - Le soltó a Gen, mirándola a los ojos. Se mordió un poco la mejilla pensativa -Yo... si hablo con él, tendré cuidado. Y me da igual lo que diga, no os dejaré de ver ni estar con ustedes y si me ves rara me haces una intervención. Rara en cualquier sentido...Modo, no sé, creemos una palabra segura....- Se puso a pensar y después soltó una risa baja -Cuando te diga que extraño mis tiempos en Beuxbattons, así ya sabrás que algo anda mal- Le golpeó el hombro con el propio, qué maldita escuela elitista tan asquerosa.
-Vale- Dijo cuando mencionó lo de Ben y entonces arrugó un poco la nariz -Pero no le digamos que me hizo llorar ¿Vale? Que es que en vez de buscar las cosas se van a liar a golpes, tú y yo lo sabemos- Se rió un poco antes de mirarla con cariño, la había extrañado tanto. Empezó a incorporarse pensando que no le apetecía comprarse ropa pero le ayudaría a despejarse. La vio con la moneda y frunció el ceño, empezó a leer e hizo una mueca -Eh...Ben, cleo y yo...encerrados. Que no vuelvo hoy...No... sdihsudjd.... demasiado...No te involucres? Tal vez... ¿Por qué los habrán encerrado? Deben haber gritado después que me fui, por eso el canoso me echó, por intervenir sin permiso...Snobs- Rodó los ojos y miró su bate con cierto cariño -Me encanta cuando el jefe cree que vamos a hacerle caso...- Miró con picardía a Gen y ambas salieron de allí seguidas por Balto.
Le miró de reojo cuando dijo que tenía que hablar con él -Quizás...En un par de días. Porque si me suelta otra tontería quizás le vuele la cabeza con mis bates... Un doble home run- Se rió un poco antes de mirarla de nuevo, sabía que tenía sus reservas y cuando finalmente se lo dijo, Mérida apartó la mirada. No había pensado en eso hasta el juicio cuando Leila había dicho que había confiado en él. Y sin embargo, con ella no había salido la marca. Pero tampoco se había acostado con ella...Sin embargo, se había visto tan sinceramente agobiado y con aquel miedo a la pérdida -Pero crees que podría ser un factor relevante... - Le soltó a Gen, mirándola a los ojos. Se mordió un poco la mejilla pensativa -Yo... si hablo con él, tendré cuidado. Y me da igual lo que diga, no os dejaré de ver ni estar con ustedes y si me ves rara me haces una intervención. Rara en cualquier sentido...Modo, no sé, creemos una palabra segura....- Se puso a pensar y después soltó una risa baja -Cuando te diga que extraño mis tiempos en Beuxbattons, así ya sabrás que algo anda mal- Le golpeó el hombro con el propio, qué maldita escuela elitista tan asquerosa.
-Vale- Dijo cuando mencionó lo de Ben y entonces arrugó un poco la nariz -Pero no le digamos que me hizo llorar ¿Vale? Que es que en vez de buscar las cosas se van a liar a golpes, tú y yo lo sabemos- Se rió un poco antes de mirarla con cariño, la había extrañado tanto. Empezó a incorporarse pensando que no le apetecía comprarse ropa pero le ayudaría a despejarse. La vio con la moneda y frunció el ceño, empezó a leer e hizo una mueca -Eh...Ben, cleo y yo...encerrados. Que no vuelvo hoy...No... sdihsudjd.... demasiado...No te involucres? Tal vez... ¿Por qué los habrán encerrado? Deben haber gritado después que me fui, por eso el canoso me echó, por intervenir sin permiso...Snobs- Rodó los ojos y miró su bate con cierto cariño -Me encanta cuando el jefe cree que vamos a hacerle caso...- Miró con picardía a Gen y ambas salieron de allí seguidas por Balto.
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