ENTRADA

- Como voy a llevarme al crío a la misión de reconocimiento? No estoy tan chalado...pero no podía dejarselo a Johan otra vez, y menos si el viene tambien. ESO puede esperar media hora, verdad? - le dije a mi hermano parandome un momento en la entrada. - O te sientes demasiado viejuno para comer un poco de tarta? -solté con rintintin.

Lo cierto es que no me gustaba nada separarme del crio, porque tenia miedo de que me lo secuestraran, que desapareciera como habian hecho Erika y Reed, por un portal de esos, y que cuando volviese  a verlo ya no fuera el mismo.

- General Royden. Pasad las dos, quiero que me contéis también mas detalladamente que ha ocurrido en Ouroboros, y de paso....alguna cosa más.

De paso, contarles algunas de mis sospechas, o en cualquier caso, aquello de lo que me habia enterado gracias a Ian y Azahar. En el camino hacia la sala de reuniones le agradeci a Arleen su ofrecimiento, con mucho, mucho ahínco.

Reanudé el paso, guiandolos a una estancia donde pudieramos debatir mas comodamente, los cuatro.

La conversación con sus hermanos había sido… larga y tendida. Fred tenía una posición estricta al respecto de lo que Arleen estaba haciendo. Le recordó a Amaya. Si bien comprendía la necesidad de Arleen de independizarse no le parecía correcta la situación. Sobre todo porque quién le había ofrecido refugio era el tipo que la secuestró aunque, según V, la situación era más complicada que eso. Y según Amaya también, que le había comunicado lo sucedido abajo.

Vishous sin embargo sabía más cosas de la situación de Arleen de lo que sabía Fred. No por nada era el liberal de la familia y quién en más de una ocasión los había mandado a la mierda. Así que pese a que no conocía muchos más detalles de la situación entre Sayid y ella, porque Arleen había sido insufriblemente cerrada al respecto, la apoyaba. Aunque dijo que en algún momento bajaría a verla acomodarse y que siempre tendría el loft a su disposición.

No se ocupó de sus padres. Solo le escribio a su papá una carta en la que le anunciaba su mudanza, procurando no sonar a que estaba pidiendo permiso. También se reunió con Giordano para explicarle la nueva situación de su proyecto en tierra, contándole su necesidad de irse de allí en vista de lo que la familia Ibn Salah esperaba de ella… y que ella no estaba dispuesta a otorgar.

Volvió a empaquetar su vida aunque intentó reducir su armario, empezando por la venta de su colección de tiaras, quedándose con sólo unas cuantas que tenían cierto significado. Necesitaría el dinero por mucho que tuviera un techo. Tras eso organizó sus maletas junto a Aurora y finalmente se apareció en la base. Tenía que hablar primero de la decisión con los Draven. Aunque tenía todo solucionado arriba, si aquello se torcía entonces hablaría con Johan. Así se lo había sugerido V.

Se acercó hasta la zona de la entrada y saludo a los guardias con un movimiento de cabeza -Buenos días. Necesito reunirme con los capitanes. Ambos, preferiblemente- Pidió con cortesía y no necesitó presentarse, sabía bien que la conocían así que esperó.

Cuando me avisaron estaba entrenando. Le pasé el marrón a Thalos peeero el soldado dijo que quería reunirse con los dos, así que supuse que se trataba de algo serio. Algo sobre el hospital, o algún tema de la fiesta de los Reales o alguna mierda de su hermano. Yo que sé.

En esas estaba pensando mientras marchaba hacia la entrada. Llegué con paso lento a pesar de haber acelerado el paso por el pasillo, secándome el sudor del cuello con una toalla. -Doc-Saludé alzando una ceja acompañando aquello de un gesto con la mano invitándola a hablar. -Tal vez prefieres esperar a Thalos.

Llegó el otro soldado que se había ido en busca de Thalos y nos informó de que no se encontraba en ese momento en la base. Apreté los labios bajando la mirada a mis manos, secando también ahí con la toalla. ¿Ahora dónde estaba el desgraciado?. El soldado añadió que tal vez podíamos esperarle en algún despacho y alcé la vista a él frunciendo el ceño por un momento. "Será gilipollas". Sonreí con una carga de ironía-Gracias Wells.-Le di un par de palmadas bastante fuertes de más en el hombro.

Miré a la doctora y le hice un gesto con la cabeza para que pasase al interior.

Espero pacientemente, con una mezcla de miedo y de excitación que tenían todo que ver con la decisión tomada y nada que ver con Gelion sonrojado y en ropa deportiva dirigiendo sus pasos hacia ella. Bajó la mirada hacia la falda de su vestido esmeralda y alisó un par de arrugas invisibles para tener algo que hacer y tranquilizar su mente.

-Capitán- Saludó moviendo la cabeza con suavidad y al ver su gesto miró alrededor buscando a Thalos, sin verlo. ¿Estaría con el bebé? Quizás -Me gustaría hablar con los dos, si es posible- Añadió asintiendo.

Sin embargo, no sería posible porque Thalos no estaba allí así que debían esperarlo como sugería el soldado. Arleen le sonrió con amabilidad para luego seguir a Gelion adentro. Podía irle adelantando un par de cosas al capitán, a fin de cuentas quien había hecho la sugerencia había sido él…y era él quien se encargaba de los androides.

La conversación que había tenido con Savannah días atrás tampoco le había aclarado demasiado sobre cómo debía llevar a cabo lo que estaba tramando contra los Pendragon, así que decidió seguir investigando un poco por su cuenta. Tenía que planear al menos los puntos principales, no actuar de manera tan impulsiva como en otras ocasiones. El licántropo no había estado ocupado sólo con eso, sino también con el nuevo negocio que habían abierto. Con ese dinero tenía pensado también comprar armas para revenderlas a ciertos grupos, así que decidió ir a la base militar en busca de su contacto. No veía a Sigrid desde la última batalla en la que pelearon contra S.A.M, pero supuso que tendría a bien recibirle. Mejor ella que los Draven, que pondrían pegas.

Se aproximó a la entrada de la base con cautela para que los vigías no lo tomasen por enemigo. Técnicamente ya no lo eran, aunque estaba seguro de que todavía quedaban demasiados de esos soldados que odiaban a los de sangre mágica. El lugar había sido remodelado y tenía ciertos cambios, pero en esencia seguía siendo lo mismo. Al menos no eran los campos de concentración en los que estuvo encerrado, ese lugar todavía le producía escalofríos. Alzó ambas manos en señal de ir en son de paz, identificándose cuando se lo pidieron.

- Estoy buscando a Sigrid Miller, o en su defecto quien esté al mando por aquí a estas horas...vengo a hacer negocios. Ella sabe quién soy, y el capitán Thalos Draven también. - más le valía que ese par de gilipollas no le pusieran pegas, porque no estaba como para andar repitiendo las cosas.

-Tú te la pasas estropeándote.-Comenta ella de forma monótona al aire, porque claro, el cacharro animatronico que tenía en sus manos estaba medio muerto y tampoco era que aquella criatura que ella había creado con sus propias manitas le fuera a contestar. Solo era cosas de píos y molestias. Se le vino la palabra Tamagochi a la cabeza, pero no sabía de donde había conjurado la idea.

Fue un momento que ella había decidido dar una vuelta pacíficamente por las instalaciones y tal vez tratar de entablar una “relación sincera” con los de su especie o especímenes. Y justo cuando estaba tan feliz y contenta, pum, electroestática por todas partes y chispas. El animal que había estado trayendo entre sus manos de un momento a otro ya estaba en el piso roto, si porque, aunque no se crea, ella misma del susto lo tiro lejos, muy lejos de donde se había encontrado caminando en los pasillos.

-Debería re-ensamblarte, si, si, y hacer una mejor cosa contigo, que te parece… mmmm podría cambiarte y construir algo más moderno… No tan obsoleto- Miro a la muerta criatura entre sus manos mientras su mente iba a mil por horas divagando y pensando en que cosas más podía sacar de su linda cabecita para mejor provecho hasta que  se dio cuenta de algo bastante raro, el camino que ella quería tomar no era realmente ese. Llevo una mano a su cabeza como para frotarse el cabello y miro a su alrededor quedándose parada y muy quieta detrás de uno de los guardias cuya obligación era custodiar la entrada, y que al parecer estaba haciendo muy bien.

“Definitivamente debería tener algo que me indique por dónde ir, aunque tendría que ser uno de esos que leen las mentes para saber realmente lo que quiero”

A pesar de que ya había escuchado una parte de la conversación que habían tenido los dos sujetos frente a ella, alzo una ceja y decidió asomar su cabeza desde detrás del guardia para poder ver mucho mejor al muchacho.-No te conozco. ¿Me podrías repetir a quien buscas?-Pregunto ella confianzudamente tomando el mando de la situación, haciendo que el guardia diera un respingo con lo que se suponía debía ser susto porque estaba concentradísimo en Ian, mientras Yvonne prácticamente había  dejado olvidado a su juguetito por un momento.

La poca paciencia de Ian fue esfumándose por la escasa rapidez de los guardias de la puerta. Ninguno sabía decirle claramente si la persona que buscaba se encontraba allí. Tal vez se había marchado a la Ciudadela Alpha, era una posibilidad, pero... - ¿En serio no sabéis si trabaja aquí una persona tan importante como ella? ¿No sabéis que es la que reescribió el código del puto S.A.M o qué? - resopló algo frustrado, hasta que apareció alguien más que tampoco era la persona que buscaba. No era Sigrid.

- Yo tampoco te conozco a ti. - replicó como si fuese obvio. A decir verdad no le sonaba de nada, ni de enfrentamientos, ni de huidas de la base, ni de batallas...nada. Se ve que había personal nuevo. - Busco a Sigrid Miller. ¿Ya no forma parte de los militares? Qué raro...- porque ya ni sabía si se llamaban Alianza Humana o qué nombre nuevo habían escogido.

- Bueno, da igual. El caso es que ahora no somos enemigos. Mi nombre es Ian Hacksaw, búscame en la base de datos y lo compruebas. Quería hablar con alguien que esté al cargo para hablar sobre negocios. - desvió la mirada un momento hacia el chisme robótico que la joven llevaba en la mano, suponiendo que sería de las que estaban a cargo en esa sección. Eso también podía venirle bien. - Si Thalos está ocupado puedo esperar dentro. O podemos abreviar y hablo contigo, pero no aquí en la puerta como si fuese un maldito delincuente. - se cruzó de brazos a la espera de que le permitiesen entrar.

La mirada de Yvonne no dejo ni por un momento de observar la cara del sujeto frente a ellos, le parecía una persona algo dura como de esas personas que tenían poca paciencia y tal parecía a su parecer que ya no le quedaba ni una gota. Lo único que pudo hacer en esos momentos fue fruncir el entrecejo y cruzarse de brazos como en defensa propia, hasta se le paso por la cabeza que tal vez la podía atacar. Retrocedió unos pocos pasos y miro al soldado que tenía a su lado implorándole por un poco de ayuda por si la cosa se ponía mal. Aun así, no le parecía tan aterrador si no que solo un poco.

-Bueno ya somos dos. Ninguno se conoce, ¿Tu lo conoces?- Apunta al guardia con sus palabras para poder entender lo que estaba sucediendo porque a su parecer nadie se conocía, y sus siguientes palabras llamaron su atención hacia una tal Sigrid Miller que no conocía de nada, ni siquiera la había visto. Ya sabía ella que tenía que haber ido a presentarse con las demás personas o solo incluso pregúntales nombres. Lamentablemente ya no lo podría ayudar y sobre lo de que si la mujer o no seguía formando parte de los militares a lo único que atino fue a encogerse de hombros. -Lo siento, pero a ella yo no la conozco así que no puedo ayudarte.- Un carraspeo de incomodidad hizo que devolviera su mirada al guardia al que se había aferrado con anterioridad por si sus temores sin fundamentos se cumplían y su entrecejo se alzó inmediatamente al observar que cerca de ellos habían muchos más soldados de lo que le había parecido antes o es que ella no los había notado.

-¿Que les pasa?, él dijo que ya no somos enemigos.- Alzo la mano donde tenía el aparato en un puño y lo apunto con su índice. -Mi nombre es Yvonne Euclides, es un gusto.- En realidad no era un gusto puesto que las siguientes palabras que el lanzo, le hicieron sentir incomoda.-¿Estás enojado? Porque si estas enojado no puedes ir a ver a Thalos o a Sigrid y tampoco puedes hablar conmigo allí adentro, porque los malditos delincuentes siempre traen confusión y desorden.- Le explico con calma y amablemente citando a la perfección lo del maldito delincuente.

En el fondo había tenido esperanzas de encontrar allí a aquella vieja amiga o aliada, lo que fuese. Aunque lo llamase chucho, sabía que era alguien en quien podía confiar y que se la había jugado junto a ellos en aquella peligrosa misión. Hizo un sonido de decepción, asintiendo después como aceptando que le tocaría hablar con la rubia en lugar de con su antiguo contacto.

- Si pones un poco de tu parte tal vez si puedas ayudarme. O mejor dicho, ayudarnos. Puede ser beneficioso para ambos. - si quería completar el negocio, tenía que convencerla. No le apetecía irse de la base con las manos vacías. Gruñó un poco a los soldados que seguían a la defensiva, al menos hasta que la muchacha les recalcó que no eran enemigos.

La presentación de la chica distaba mucho de ser relajada. Se la notaba tensa, y tampoco le tendió la mano para estrecharla. Ian puso cara de extrañeza con el apellido, teniendo que disimular después una risa burlona porque le hizo gracia. - Euclides. Muy...matemático. - después alzó ambas cejas ante la pregunta de si estaba enojado, autoanalizándose. No...no lo estaba. Al menos en ese momento. - Para nada. ¿Por qué? ¿sueno como alguien enfadado? es mi forma de hablar. - sólo estaba siendo directo, o eso le parecía.

- Si lo que te preocupa es si voy a liarla ahí dentro...te equivocas. - frunció el ceño indignado cuando lo llamó maldito delincuente, intentando ser paciente para conseguir su objetivo. - Hoy no me apetece serlo. Así que...si eres tan amable... - forzó el tono educado casi rayando lo teatral, aunque su gesto no acompañaba a sus palabras. - Vayamos dentro para iniciar conversaciones de colaboración muy pacíficas. - si no le hacía caso con eso iba a empezar a mosquearse de verdad, porque se suponía que la "Alianza" había cambiado y debían demostrarlo de algún modo.

¿Si ponía un poco de su parte? ¿En qué? Esas muchas preguntas comenzaban a invadir su cabeza y parece que de nuevo se había perdido en un sinfín de laberintos en lo que parecía haberse convertido su mente desde hace mucho tiempo. “Espera un momento Yvonne” Poso el dedo índice de una de sus manos, la mano que no tenía cerrada en un puño y ocupada con el aparato olvidado, sobre sus labios de manera pensativa. -¿Y qué tan importante podría ser eso?- Se preguntó a sí misma, aunque en realidad, más que para sí misma había salido claramente como una pregunta dirigida a su interlocutor. Sus labios se fruncieron sopesando la situación y sus ojos se posaron en su verdosa mirada.

–Y Hacksaw suena como el apellido de una persona que busca problemas donde quiera que vaya.- Contesto dentro de lo que parecía ser una conversación casual. Y luego escucho aquello que a simple vista se podía notar en él, porque ella lo había sentido como alguien que intimidaba tanto con su lenguaje verbal como en su forma no verbal, además de que su altura no le resultaba de menos. -Espera un momento, ¿Me estás diciendo que tu forma de ser es siempre el de una persona enfadada? Como un brabucón.- Sentenció sin ser lo último una pregunta y con cierto rintintin en la última frase. Sus ojos adquirieron un deje sutil de análisis ante la situación, pero esta vez su vista cayó en picada hacia el piso como si allí hubiera algo muy importante para desentrañar el origen del caos.

Asintió con la cabeza varias veces. -Si tus negociaciones son importantes, podría llevarte con alguno de los capitanes Se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia el interior de la base, sin invitar a su visita y sin siquiera esperar a que este hiciera ademan de seguirla. Ella podía recordar vagamente haberle escuchado hablar de eso e incluso el nombre del susodicho, pero los dos se apellidaban Draven, ¿Seria Thalos o Gelion?, podría ir con Gelion pero y si no era al que quería ver y luego se enfadaba de nuevo aunque el dijera que no se la pasa enfadado. Paro en seco su caminar y dándose la vuelta volvió a enfrentarlo. -¿A quién me dijiste que querías ver?-

Los soldados que había alrededor se relajaron un poco al ver que Yvonne se hacía cargo de la situación, así que estaba un paso más cerca de que le dejase pasar. Tampoco era un asunto tan importante, así que se encogió de hombros para que no se crease falsas expectativas. - Lo suficiente como para que pueda ser beneficioso, pero tampoco va de resolver todos los problemas de la ciudad. - el comentario que hizo después sobre su apellido no le molestó, porque en cierto modo...algo llevaba de razón. Los Hacksaw solían atraer los problemas y meterse en líos, aunque probablemente su padre le llevase la delantera en eso. Al menos su hermana compensaba un poco. - Si tú supieras...- añadió con un suspiro resignado, negando después a lo de su forma de ser. Según con qué persona estuviese, no parecía enfadado las 24 horas del día.

- No, sólo con los que me tocan las narices. Como todos. ¿O tú no te enfadas nunca? - la interrogó tanto de palabra como con la mirada, avanzando un par de pasos más como impacientándose por ver si al final conseguía el objetivo. Parecía que sí, pero tampoco estaba seguro de si quería verse con los capitanes. Al menos no con el capitán malo. - Depende, sólo si fuese con Thalos. Tu otro jefe no nos ofrece mucha confianza. Puedo hablar contigo, es un negocio menor. - interpretó como un triunfo que ella echase a andar, así que se dispuso a seguirla por el pasillo que conectaba con la entrada. Estuvo a punto de chocar con la chica cuando se paró en seco, cuestionando otra vez a quién quería ver.

- La soldado que buscaba era experta en androides, en códigos informáticos. Fue la que reescribió el código de la IA que controló el mundo no hace tanto. Era algo así como una aliada. Ya le enviaré un mensaje por otros medios. Por el momento...puedes llevarme a la zona de armas o de desarrollo tecnológico. Puedo ofrecerte dinero o mis servicios, lo que prefiráis. - porque tal vez el dinero que tenía no fuese suficiente más que para comprar un puñado de armas, pero no le importaba si le hacían algún encargo estilo mercenario.

-¿Por qué debería de enfadarme? Es inútil. Cuando te enfadas pierdes tu centro y luego sufres.- Fue su sincera contestación. Y solo gracias a que le estaba parloteando se dio cuenta de que la seguía, porque o si no tendría que haberse dado la vuelta y volver el camino hacia atrás o peor aún, haberle gritado desde esa distancia que ya habían recorrido. Eso le hizo hacer una mueca mental porque fue un pensamiento desagradable.

Ella se alegraba de entablar una conversación, aunque no fuera con alguien de aquella base y aunque incluso sea con una persona que tal vez no volvería a ver como cualquier visita de estos tiempos, ¿O no era así? No. Por supuesto que no lo sabía a ciencia cierta porque no es que tampoco fuera la gran anfitriona que recibía visitas todo el tiempo y muchas veces prefería más los estudios que andar de amiguis y coleguis, aunque pareciera que debería ser lo contrario “Podría ser que tener contactos fuera de la base podría reportar ser de algún benéfico” Fue la conclusión final a la que había llegado.

Luego de pararse tan abruptamente a preguntarle a cuál de los dos capitanes quería ver, se dio la vuelta para mirarle sinceramente mortificada, si es que el gesto en su cara denotara aquello. Su mano fue colocada en una de sus mejillas mientras le miraba y le miraba pensando en las palabras IA y control mundial. -¿Ese es tu gran negocio?- Le pregunto tranquilamente. -¿Conquistar al mundo?- Si no lo conociera, no se lo hubiera creído, aunque en realidad no lo conociera y solo hubiese hablado con él ¿Cuánto? 4 o 5 minutos, en ese momento el tiempo era relativo. Con sus siguientes palabras fue más obvio su gesto y su ceño fruncido y aunque ya le había estado mirando desde hace mucho tiempo antes de que empezara con sus exigencias, ahora los ojos de Yvonne parecían taladrarle. -¿Es que tú estás loco?-Pregunto por lo bajo en un susurro como si fuera algo confidencial, girando su vista de un lado a otro para comprobar si alguien cercano los estaba observando.-¿Cómo piensas tu que yo te voy a llevar a ti, un completo desconocido para mí a un lugar tan importante como ese? Sin que un capitán lo autorice…- Se quedó callada unos momentos escuchando lo del dinero y servicios. -Yo pensaba que querías hablar de algo poco relevante, llamare a un guardia o te llevare a ver a algún capitán. ¿Qué hago? -

El punto de vista de la soldado le sorprendió momentáneamente, pues no se esperaba que hubiese alguien en el ejército con esa filosofía. - Ya sé que es inútil enfadarse...pero muchas veces es inevitable. No es algo que se elija. - sí que tenía razón en lo de sufrir, y entendía que evitándolo te lo ahorrabas. Se quedó pensando en eso durante un pequeño tramo del recorrido, al menos hasta que ella le puso aquella cara al malinterpretar sus intenciones.

- ¿De qué hablas? ¿quién ha dicho nada de conquistar el mundo? te estaba hablando de S.A.M... y a no ser que hayas estado criogenizada durante los últimos dos años sabrás lo que estoy diciendo. - la sola idea de conquistar el mundo le parecía tan absurda, tan anticuada...no, sus intereses eran más básicos y mundanos. Pensó que una vez aclarado eso sería suficiente para seguir adelante, pero se equivocaba. Resopló por lo bajo, intentando reconducir la situación.

- Que sí, que comprendo que tengas tus dudas porque no sabes nada de mí y no sabes si estás autorizada a hacer eso. Sólo quería comprar armas de la Alianza, o como mierdas os llaméis ahora, y también algo de tecnología. Hay gente que lo necesita porque fuera de estas cuatro paredes la ciudad es bastante caótica, y no todos pueden defenderse con magia. - negó con la cabeza porque lo de los capitanes cada vez le cuadraba menos. En todo caso prefería tantear a Thalos por privado, mediante un mensaje con la moneda comunicadora. Del otro Draven prefería no saber nada.

- Mira...lo que puedes hacer, si tienes dudas, es actuar a título personal, fuera de tus obligaciones como militar. ¿O tampoco te permiten hacer negocios al margen de la base? - preguntó con cierto tono retador, como para que probase que no era únicamente una soldado servil y sumisa. Estudió su expresión para intentar entrever lo que pensaba al respecto, dándole algunos segundos antes de volver a hablar. Supuso que le costaría dar una respuesta, teniendo en cuenta que podía haber cámaras grabando. - No hace falta que digas nada ahora, y tampoco voy a ser un gilipollas que intente entrar a la fuerza. Piénsatelo. Hay una fábrica abandonada a las afueras de la ciudad, puedes encontrarme allí si cambias de idea. Después de todo...¿no se supone que en esta nueva etapa íbamos a colaborar?

Sus labios hicieron una pequeña “O” al escuchar que no era esa parte de querer conquistar el mundo lo que realmente quería y siguió escuchándole más atentamente esta vez a medida que soltaba su discurso del “peligroso” S.A.M, no había sido su culpa, él no se había explicado correctamente, o podría haberse explicado correctamente, pero ella había entendido lo que había querido, tal vez le debía una disculpa…

-No estuve criogenizada por tanto tiempo. - Fue lo que dijo en vez de pedirle una disculpa que él se merecía. “Mejor dicho, nunca he estado criogenizada. Creo” Debería buscar en alguna parte de sus recuerdos si había sido de esa manera, pero ella solo recordaba haberse ido de casa, recordaba el tener un hermano, en general recordaba su vida pasada y presente. En cuanto la futura, ¿sería factible el poder recordarla? Tendría que haber una formula o algo para que fuera real, un desarrollo…Su cabeza se movió erráticamente al escuchar que le hablaban nuevamente era eso o es que el no había parado de hablar explicándole cosas. Su mano se movió por delante de la cara del muchacho, mostrándole su palma abierta en señal de un gran ¡STOP! -Espera, espera… Espera. ¿Quieres comprar armas?- Su confusión fue un poco muy notoria, ¿comprar armas en una base militar era correcto? A lo mejor sí y ella no se había enterado. Tendría que consultarlo.  

-Supongo que lo que hago con mi vida personal no debería interferir con mis labores.- Contesto a lo de las negociaciones. -Siempre y cuando no sea algo que sea perjudicial.- Estaba nerviosa y se sentía incomoda con todo lo que él le estaba diciendo hablando de armas y esas cosas que a ella le sonaban como a guerra, por lo menos no podía ser para algo malo si era solo para ayudar a la gente indefensa. Comenzó a hacer lo que el había dicho sobre lo de pensar, eso no le costaba nada de nada siendo una especialista, así que prácticamente su confianza se restauró al igual que su resolución.-Esta bien, colaboremos.- Ladeo la cabeza mientras se le saltaba una idea por la cabeza.-Pero… ¿Podrías dejar de ser tan grosero?-

Prefirió no indagar más ni hacer comentarios sobre lo de no estar criogenizada TANTO tiempo, porque eso sonaba a que sí lo había estado. O simplemente quería tomarle el pelo o ser irónica. Se echó hacia atrás algo molesto cuando le puso delante de la cara la palma de la mano en señal de que echase el freno, pensando que había vuelto a malpensar sobre él. ¿Por qué le parecía tan raro que quisiese comprar armas?

- Sí. No me parece justo que estén sólo en manos del ejército. En una sociedad normal sí, pero...no lo es. Además, tenéis el monopolio de todos los inventos y tecnología. - asintió con la cabeza más conforme al ver que la muchacha era capaz de desligar lo profesional de lo personal, aunque lo de no ser perjudicial...eso ya no podía asegurarlo. - Luché durante bastante tiempo con los renegados. Créeme, no haría nada para que la situación empeorase y volviese a ser como la de antaño. - la miró con total sinceridad porque su intención no era enriquecerse a costa de que otros se matasen entre sí. Luego esbozó una breve sonrisa al ver que la chica se había decidido a colaborar. No era la primera vez que colaboraba con una soldado, y esta parecía menos maleducada que Sigrid. - Trato hecho. - esta vez si que extendió la mano hacia ella para estrechársela con firmeza en señal de pacto, soltándola después.

- ¿Grosero, yo? pues sí que os habéis vuelto refinados en el ejército...seguro que tus compañeros están soltando improperios todo el día. - definitivamente, no recordaba haber sido grosero con la chica en ningún momento. Sólo había ido al grano. Aún así agradecía el poder haber conversado con ella sin problemas y sin que le apuntase con un arma, cosa propia del antiguo ejército. - Pero bueno...te tendré el té con pastas preparado si te pasas por la fábrica. - añadió de manera irónica antes de dar por terminado el encuentro. Estaba más o menos satisfecho a pesar de no haber conseguido nada tangible en el momento.

- Ya sabes dónde encontrarme. Conozco la salida, ya me voy yo solo. - se despidió de Yvonne antes de darse la vuelta, recorriendo la distancia que le separaba de la zona de entrada. Una vez allí se alejó, rumbo a la zona de la fábrica para poner en orden sus otros asuntos...

Después de observar esa mano por algunos escasos segundos, se la estrecho sellando así lo que parecía ser un trato, confuso para ella al principio pero que al final pudo entender a la perfección. Podrían ser dos cosas, o él no explicaba bien las cosas o ella no razonaba bien hasta que le explicaban las cosas con peras y manzanas, así que, por conveniencia, prefirió ir a la primera opción y dejarle toda la culpa a Ian…

Su seño se frunció cuando no reconoció lo de no ser grosero desde el principio, pero, si se iba un poco más atrás en su conversación, le había dejado en claro esa era su forma de ser. -Y también escupen.- Podría haber preguntado también si el escupía, pero decidido no hacerlo adjudicándole aquello por un tiempo, ya se vería si era verdad o no.

-Esta bien.- Soltó escuetamente luego de haberlo visto alejarse un poco, por lo que concernía a ella, no se quedaría allí por más tiempo pues tenía asuntos urgentes que resolver y solo se había dado cuenta de que dejo completamente en el olvido su pequeño experimento cuando apretó la mano en señal de molestia. Con esto dio media vuelta y se alejó de allí teniendo solo un pensamiento en mente y era el de que ya era hora de hacerle mas arreglos del que necesitaba a su pequeño amigo.

Corre... Corre...

Se veloz, quien sabe que pueda estar ocurriendo con la información mientras te entretienes. Ya no tenía sus coletas, iba con el cabello suelto como es su costumbre e iba totalmente inexpresiva, había apagado su simulador de personalidad para enfocarse al máximo, al final... Era muy real la posibilidad de que no vea a Tobias en un tiempo y era él el qué quería tenerla con dicho aditamento.

Una vez que vió la base de la alianza humana, las cosas estaban claras con respecto a lo que debía de hacer, así que con paso firme se acercó y no reparó en decir.

Unidad Alpha - R.E.N.A. reportándose.

Luego procedió a hacer el proceso de identificación vía digital con el sistema de la base, para confirmar que se trata de ella a pesar de su cambio de aspecto general, este no sería un proceso muy largo...

Pero sí le daría algo de tiempo para ordenar la información que iba a incluir en el informe, sin más alternativa qué cumplir las directivas, aunque esta vez no forzada por programación, si no por un motivo distinto... Algo más profundo, más diferente.

Todo pasó con demasiada rapidez. Estaba gritándole algo a Thalos, quejándome mientras me ponía la muñequera cuando un portal se abrió bajo nuestros pies y de pronto nos dejó caer en la entrada de la base del ejército.

¡De culo! Miré hacia arriba mientras el portal se cerraba.-¡EH!-Miré a Thalos haciéndole un gesto con las manos mientras encogía mis hombros y me incorporaba frotándome los cachetes del culo.-¿Que mierda ha sido eso?-Pregunté señalando al cielo, donde el portal se había cerrado.

Gruñí bajando la mano a la pierna donde me habían alcanzado las balas y entorné los ojos pensando que había sido una basura de plan. Gruñí estresada por el cambio repentino de combate a...nada y planté ambas manos en mis caderas para comenzar a caminar de un lado a otro.-Vaya mierda de plan Draven.-Le solté molesta de una vez por todas.

Volví a señalar al aire moviendo la pistola de una forma poco segura.-Megan estaba entrando modo hydra ¿lo tendrán controlado?-Volví a reposar las manos en las caderas e hice una mueca como pensativa.-Nah...supongo que sí, se habrán largado. En fin...-Planté la mano en su hombro dando un par de palmadas.-Un placer trabajar con vosotros-Solté sonriendo de manera irónica y di la vuelta con intención de largarme de allí.

Me dirigí al patio que se encontraba al cruzar las puertas de entrada, en un lateral. Allí estaban trayendo poco a poco a los soldados traidores.

Esperé pacientemente a que estuviesen todos que empezaron a quejarse sonoramente. Chasqué la lengua antes de crujir mi cuello, en un principio no quería perder el tiempo amordazando a esos tipos. Burton se presentó con un saludo militar.-Todos los de la lista Capitán.

Asentí haciendo un gesto al pelotón para que se posicionase.-Disparen soldados.-Los traidores gritaron, insultaron y berrearon y por su parte el resto de soldados me miró como si hubiese perdido la cabeza.-¿Señor?-Preguntó uno como si no hubiese entendido la orden.-Aquellos que confabulen contra los Magos, nuestros aliados, son nuestros enemigos y deben ser ejecutados. ¡Disparen!-Ordené con rabia.

Los gritos volvieron y...bueno, los soldados comprendieron la orden. Apuntaron pero parecían dudar mirándose entre ellos. Gruñí alzando los ojos al cielo antes de acercarme a uno de los soldados y arrebatarle el arma.-¿Qué es lo que no comprendéis?!No hay otra forma de dejar esta mierda atrás!-Grité apuntando y disparando, repetidas veces a todos los traidores que fueron cayendo uno a uno.

Acerqué mis pasos a los cuerpos y miré a los soldados que parecían estar asimilando aquello.-Ellos no tienen misericordia ni nosotros la tendremos con ellos.-Uno de los caídos empezó a quejarse y me acerqué lo suficiente a él como para apuntar a su cabeza sin errar esta vez, disparando.-¿ENTENDIDO?!-Asintieron aún confusos y señalé hacia el interior de la base.-¡Pues preparad los putos aviones y armadlos con bombas! Salimos en 10 minutos!-Grité ordenando aquello y todos salieron corriendo.

Me quedé mirando como lo hacían y después a los cuerpos de esos hijos de puta, tan hijos de puta como yo, que ahora estaban muertos. Gruñí por lo bajo pareciendo más calmado y sin embargo algo hizo que sintiese la necesidad de acercarme a un puto árbol y comenzar a golpear allí el arma, tratando de destrozarla mientras gritaba algo ido.

Vishous siguió caminando detrás de Gelion porque a fin de cuentas iban más o menos en la misma dirección ya que no se podía desaparecer dentro, analizó bastante la forma de caminar del capitán y el cambio en su humor después de su reunión. No, antes de ella también había estado al borde del colapso pero SAM le había calmado…Luego.

¿Quiénes eran los de la lista?

Vishous tenía la mosca detrás de la oreja y la verdad es que por no haber hecho caso a su instinto, Arleen… Arleen estaba en Ouroboros inconsciente. Siguió caminando y ralentizó un poco los pasos mientras escuchaba al soldado hablarle a Gelion, entonces dio la orden de disparar. V se detuvo en seco y se giró para ver lo que sucedía a continuación.

No se esperó para nada aquello y se quedó frío en el sitio. La tolerancia a la mierda. Comprendía… parte de las palabras de Gelion, entendía eso de tratar de dejarlo atrás pero… Arleen diría que esa no era la manera y, sin embargo, Eámon había probado que lo era. ¿Entonces eso le daba licencias para matar a Gelion? Él también tenía un pasado.

Vishous sentía que la cabeza iba a echarle humo pero la orden de los aviones y las bombas le hizo entrar en acción. Iba a bombardear el palacio, seguro que era eso…Y entonces, los volvería mártires y la sociedad señalaría sus fuerzas como extremistas y les odiarían. Lo siguió con la mirada y cuando empezó a golpear el árbol supo que se le había ido la olla…

Caminó en aquella dirección e intentó cogerle la mano para detener sus movimientos con el propósito de girarlo para que le mirase -¿Vas a convertirlos en mártires? ¿Vas a ganarte el odio de Londres?- Inquirió. Lo cierto es que aquello le parecía una respuesta desproporcionada por Arleen. ¿Habría respondido igual de haber sido cualquier bruja? Aunque... ellos se traían un rollo raro, lo sospechó el día del secuestro cuando su hermana había decidido volver para intentar curarlo, pero había estado demasiado débil para hacerlo. En ese momento creyó que era Estocolmo, o sea, que sólo lo sufría ella. Ya no estaba tan seguro -No eres el único que se culpa por lo que pasó- Dijo esta vez en voz baja -Pero el verdadero culpable está muerto. En realidad…- Analizó -El verdadero culpable es Tobías, que usó a Chloe para liberarlos. Y nosotros tenemos la llave de entrada a su puto laboratorio con Collins. ¿Quieres un objetivo? ¿Quieres bombardear algo? Bombardea a Tobías- Soltó un gruñido exasperado.

-Y recomponte de una puta vez. Si quieres ir a verla, yo te llevo cuando despierte-