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Recuerdo del primer mensaje :
Cada mago o bruja que es detenido y llevado a los campos de trabajo, pasa primero por el SECTOR I, el area de seguridad. Ahi se realiza el registro de sus datos, se les despoja de todos sus efectos personales, se toman muestras y se anotan cuales son sus poderes magicos para poder anularlos. Esta planta cuenta con varias salas, y en caso de que el mago no se muestre colaborativo, se pueden emplear dichas salas para obtener la informacion deseada. Contamos con un amplio abanico de expertos en sacar informacion a las buenas y a las malas. Nada mas ingresar se les implanta el Controlador, un moderno sistema en forma de mini tarjeta de memoria, diseñado recientemente que instalado bajo la piel libera descargas electricas capaces de paralizar, cada vez que el ser mágico hace el intento de usar la magia. Son "inocuos" pero muy dolorosos. Disculpen las molestias.
Dados
Raza
mensajes
puntos
Alineamiento
Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
El miembro 'Ian Hacksaw' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Probabilidad' :
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El tatuaje había comenzado nuevamente y el dolor se fundía en un caleidoscopio de emociones en mi interior que no lograba canalizar para poder conectarme nuevamente con Ian, mi teoría se había ido al fracaso y casi asumo que he terminado de volverme loca y que su imagen me acosará hasta los confines del tiempo. Pero no, no es así. Después de un rato la imagen vuelve a fundirse en una sala blanca y veo a Ian de manera borrosa. Como si me despertara de un sueño eterno y no pudiera terminar de enfocarlo. La sensación de agobio y miedo sigue instalada en mí pero verlo nuevamente me hace aferrarme a esa idea, a la esperanza de que está vivo y sufriendo en algún lado.
-Ian-
En esta especie de ilusión me incorporo rápidamente y camino hacia él lentamente hasta que estoy frente a él, paso una mano por su frente para sacarle el pelo de la cara pero también acariciándolo un poco, esperando que le sirva de aliento en todo esto por lo que está pasando. No me siento segura de darle más "aliento" porque se siente raro. Me detengo a mirarlo a los ojos con convicción. Casi dibujo una sonrisa.
-No estoy loca. Estás vivo. Puedo sentirte-
Intento mirar alrededor con estrés para poder percibir algo más que me dé una pista de donde está pero más allá de los ganchos, que los veo porque él los siente, no consigo nada. Tenso los labios con una profunda molestia y tomo su cara con una mano apretándole los mofletes como si fuera un niño, porque al final, esa es la relación que teníamos.
-Te voy a encontrar . Vamos a ir por ti. Y todos estos malditos van a quemarse en una hoguera. Pero necesito que estés vivo, no te rindas. Haz lo que tengas que hacer, pero mantente vivo. Te necesitan vivo-
“Yo te necesito vivo”
Incluyo tantas veces el vivo que a hasta a mí me parece cacofónico, pero es una palabra que me gusta ahora. Vivir, vivo. Es lindo cuando has pensado que uno de tus amigos se ha muerto. No me meto en el paquete de necesidad porque soy una descarada siquiera de pensarlo. Él está ahí por mi culpa. Encerrado y sufriendo.
“¿Por qué no me hablas?”
-¿Tienes idea de donde estás? ¿Alguna pista?
-Ian-
En esta especie de ilusión me incorporo rápidamente y camino hacia él lentamente hasta que estoy frente a él, paso una mano por su frente para sacarle el pelo de la cara pero también acariciándolo un poco, esperando que le sirva de aliento en todo esto por lo que está pasando. No me siento segura de darle más "aliento" porque se siente raro. Me detengo a mirarlo a los ojos con convicción. Casi dibujo una sonrisa.
-No estoy loca. Estás vivo. Puedo sentirte-
Intento mirar alrededor con estrés para poder percibir algo más que me dé una pista de donde está pero más allá de los ganchos, que los veo porque él los siente, no consigo nada. Tenso los labios con una profunda molestia y tomo su cara con una mano apretándole los mofletes como si fuera un niño, porque al final, esa es la relación que teníamos.
-Te voy a encontrar . Vamos a ir por ti. Y todos estos malditos van a quemarse en una hoguera. Pero necesito que estés vivo, no te rindas. Haz lo que tengas que hacer, pero mantente vivo. Te necesitan vivo-
“Yo te necesito vivo”
Incluyo tantas veces el vivo que a hasta a mí me parece cacofónico, pero es una palabra que me gusta ahora. Vivir, vivo. Es lindo cuando has pensado que uno de tus amigos se ha muerto. No me meto en el paquete de necesidad porque soy una descarada siquiera de pensarlo. Él está ahí por mi culpa. Encerrado y sufriendo.
“¿Por qué no me hablas?”
-¿Tienes idea de donde estás? ¿Alguna pista?
Vuelvo a recuperar el conocimiento apenas un minuto después, pasado el intenso dolor por haber hecho el bruto intentando soltar el cable que une el techo con los ganchos de los que estoy colgado. Apenas ha pasado un momento, pero no tengo claro cuánto rato ha sido. Es inútil que lo intente de nuevo, no conseguiré desengancharme de aquí, sólo acabará cuando deseen bajarme. Cansado física y mentalmente y después de la explosión de furia anterior ya no tengo ganas de seguir revolviéndome por hoy. Simplemente me dejo, tratando de sentir lo menos posible. Cierro los ojos, deseando que desaparezca lo que tengo delante de mí, tratando de volver a evadirme. Y entonces, sucede.
Vuelvo a tener la visión de Cate frente a mí, no sé si me lo estoy imaginando o realmente ha vuelto a tratar de ponerse en contacto conmigo de este modo, pero todo parece bastante real, casi puedo sentirla frente a mí, notando como pasa una mano por mi cara, tratando de animarme y aliviarme un poco. En cierto modo algo consigue, es como un apoyo en estos momentos, aunque no esté aquí físicamente. Es como si estuviese dentro de una ilusión creada por ella. Ojalá fuese real, significaría que no estoy aquí. Pero ya he tenido antes este tipo de sensación y sé que no es más que eso, una imagen irreal. Al menos en esa imagen soy libre para pensar, o hablar, aunque por fuera mi cuerpo no haga nada, en la realidad en la que estoy. - Cate...- mi voz me suena extraña hasta a mi mismo, como con eco, pero claro, no estoy hablando realmente. - No sé cómo vais a poder encontrarme, porque ni yo mismo sé dónde estoy. Es una base del ejército, eso está claro, pero no sé nada más...- murmuro dentro de esa ilusión , con tono amargo. Es cierto, puedo estar en cualquier lado. No quiero desmoralizarla ni desmoralizarme más aún a mí mismo, pero es así. - Voy a hacer todo lo posible por aguantar aquí, sea como sea, pero tampoco quiero que os capturen a nadie intentando sacarme. - eso es lo último que quiero, a pesar de lo mucho que desearía que viniesen a ayudarme, otra parte de mí no se perdonaría que por sacarme de aquí hubiese bajas o capturas. - De verdad, resistiré lo que haga falta, no os preocupéis. Además, bicho malo nunca muere.- comento para tratar de quitarle algo de preocupación, suponiendo lo que ha debido de pensar también al enterarse de que había desaparecido. Hasta ahora no había tenido tiempo de pensar en ello, en lo que debe estar pasando mi familia.
En ese momento, en el exterior, fuera de la ilusión, los soldados del interrogatorio me bajan al suelo, aunque yo estoy como en otro lado, en una especie de trance. Deciden que es momento de llevarme a las celdas, así que proceden a sacarme los ganchos de ahí. El dolor al quitarme los ganchos hace que la ilusión sufra de nuevo interferencias, sé que la conexión se va a cortar pronto, y es una lástima, porque supone algo de alivio en la situación en la que estoy. Debo darme prisa en aprovechar la ilusión creada para decirle algo más antes de que me saquen y se corte - vuelve a visitarme luego...- es lo último que acierto a 'decir' manteniendo la mirada fija en sus ojos como si quisiera quedarme con esa imagen en lugar de la que tenía delante hace un momento.
Al volver a la realidad los soldados ya me han sacado los ganchos de los hombros, en los que han quedado unas heridas bastante sangrante después de tanto subir y bajar. De malas maneras me sacan a rastras de allí, rumbo al área de celdas habitaciones. Atrás queda la sala de torturas, que espero no tener que volver a visitar, aunque dudo que vaya a ser así.
Vuelvo a tener la visión de Cate frente a mí, no sé si me lo estoy imaginando o realmente ha vuelto a tratar de ponerse en contacto conmigo de este modo, pero todo parece bastante real, casi puedo sentirla frente a mí, notando como pasa una mano por mi cara, tratando de animarme y aliviarme un poco. En cierto modo algo consigue, es como un apoyo en estos momentos, aunque no esté aquí físicamente. Es como si estuviese dentro de una ilusión creada por ella. Ojalá fuese real, significaría que no estoy aquí. Pero ya he tenido antes este tipo de sensación y sé que no es más que eso, una imagen irreal. Al menos en esa imagen soy libre para pensar, o hablar, aunque por fuera mi cuerpo no haga nada, en la realidad en la que estoy. - Cate...- mi voz me suena extraña hasta a mi mismo, como con eco, pero claro, no estoy hablando realmente. - No sé cómo vais a poder encontrarme, porque ni yo mismo sé dónde estoy. Es una base del ejército, eso está claro, pero no sé nada más...- murmuro dentro de esa ilusión , con tono amargo. Es cierto, puedo estar en cualquier lado. No quiero desmoralizarla ni desmoralizarme más aún a mí mismo, pero es así. - Voy a hacer todo lo posible por aguantar aquí, sea como sea, pero tampoco quiero que os capturen a nadie intentando sacarme. - eso es lo último que quiero, a pesar de lo mucho que desearía que viniesen a ayudarme, otra parte de mí no se perdonaría que por sacarme de aquí hubiese bajas o capturas. - De verdad, resistiré lo que haga falta, no os preocupéis. Además, bicho malo nunca muere.- comento para tratar de quitarle algo de preocupación, suponiendo lo que ha debido de pensar también al enterarse de que había desaparecido. Hasta ahora no había tenido tiempo de pensar en ello, en lo que debe estar pasando mi familia.
En ese momento, en el exterior, fuera de la ilusión, los soldados del interrogatorio me bajan al suelo, aunque yo estoy como en otro lado, en una especie de trance. Deciden que es momento de llevarme a las celdas, así que proceden a sacarme los ganchos de ahí. El dolor al quitarme los ganchos hace que la ilusión sufra de nuevo interferencias, sé que la conexión se va a cortar pronto, y es una lástima, porque supone algo de alivio en la situación en la que estoy. Debo darme prisa en aprovechar la ilusión creada para decirle algo más antes de que me saquen y se corte - vuelve a visitarme luego...- es lo último que acierto a 'decir' manteniendo la mirada fija en sus ojos como si quisiera quedarme con esa imagen en lugar de la que tenía delante hace un momento.
Al volver a la realidad los soldados ya me han sacado los ganchos de los hombros, en los que han quedado unas heridas bastante sangrante después de tanto subir y bajar. De malas maneras me sacan a rastras de allí, rumbo al área de celdas habitaciones. Atrás queda la sala de torturas, que espero no tener que volver a visitar, aunque dudo que vaya a ser así.
Parpadeo con algo de sorpresa cuando Ian finalmente me habla, colgandome una sonrisa tonta de la cara porque definitivamente no me podía imaginar eso. Yo era inteligente, pero no lo suficiente para pensar en dos personas. Casi estoy a punto de abrazarlo de la emoción pero no me atrevo a hacerlo así que simplemente aprieto los puños para drenar algo de ésta pero la emoción se diluye cuando escucho sus palabras.
-Con magia. Así te encontraré-
Recuerdo por un momento la respuesta del mago al otro en la película esa que le gustaba a Desmond y no puedo evitar reírme.
-Con magia Ian. Con magia y sangre te voy a encontrar.
No sabía cuánto poder le iba a pedir pero sí sabía que necesitaría la sangre que corría por las venas de Ian. Mirando sus ojos se acordó de Adam pero tensó los labios, sería mejor no molestarlo y después recordó a Chloe. Claro que sí, ella sí ayudaría sin hacer demasiadas preguntas. Catherine tendría que ir de lleno a la biblioteca para encontrar el hechizo indicado y cuando lo hiciera, lo encontraría.
-No los van a capturar...Yo te localizaré pero no podré… Me han...Helena me prohibió bajar de nuevo-
Murmuro bajando un poco la mirada con vergüenza hasta que habla de aquello de que bicho malo nunca muere soltando una risa. Tenía humor hasta ahora.
-Más te vale-
Bromeo dándole un golpe en el hombro en plan amigos hasta que su silueta se medio desaparece después de ello. Frunzo el ceño porque me parece raro que antes lo haya tocado y no pasase eso. Pero empiezo a notar que la conexión pierde fuerza y me da un ataque de ansiedad, como si pudiera simplemente agarrarlo y sacarlo de ahí. Lo miro con la misma intensidad que él, dejando que note mi convicción de encontrarlo y sus últimas palabras me desbaratan un poco.
-Claro que te molestaré-
Le digo con una sonrisa afable sintiendo otra vez ganas de darle un abrazo para que tenga más fuerzas en esta situación. Finalmente la imagen se diluye y vuelvo a mi lugar.
-Con magia. Así te encontraré-
Recuerdo por un momento la respuesta del mago al otro en la película esa que le gustaba a Desmond y no puedo evitar reírme.
-Con magia Ian. Con magia y sangre te voy a encontrar.
No sabía cuánto poder le iba a pedir pero sí sabía que necesitaría la sangre que corría por las venas de Ian. Mirando sus ojos se acordó de Adam pero tensó los labios, sería mejor no molestarlo y después recordó a Chloe. Claro que sí, ella sí ayudaría sin hacer demasiadas preguntas. Catherine tendría que ir de lleno a la biblioteca para encontrar el hechizo indicado y cuando lo hiciera, lo encontraría.
-No los van a capturar...Yo te localizaré pero no podré… Me han...Helena me prohibió bajar de nuevo-
Murmuro bajando un poco la mirada con vergüenza hasta que habla de aquello de que bicho malo nunca muere soltando una risa. Tenía humor hasta ahora.
-Más te vale-
Bromeo dándole un golpe en el hombro en plan amigos hasta que su silueta se medio desaparece después de ello. Frunzo el ceño porque me parece raro que antes lo haya tocado y no pasase eso. Pero empiezo a notar que la conexión pierde fuerza y me da un ataque de ansiedad, como si pudiera simplemente agarrarlo y sacarlo de ahí. Lo miro con la misma intensidad que él, dejando que note mi convicción de encontrarlo y sus últimas palabras me desbaratan un poco.
-Claro que te molestaré-
Le digo con una sonrisa afable sintiendo otra vez ganas de darle un abrazo para que tenga más fuerzas en esta situación. Finalmente la imagen se diluye y vuelvo a mi lugar.
Llegó con el centinela en no demasiado largo a los campos, y buscó dirigirse (Siempre acompañado del robot) a la área de seguridad. Allí buscó avisar a algunos soldados para que estuvieran cerca en caso de que alguno de los atrapados -Pamela y Rybar- decidieran despertarse y dar más por culo, intentando ignorar las miradas molestas, sorprendidas o incluso una preocupada que pareció darse cuenta de que andaba muy agotado y que tenía medio traje manchado de sangre. Así como la hoja. No, eso eran cosas secundarias. Mandó a Javert otro mensaje vía comunicador, breve: “La cacería ha concluido con dos capturas y un fugitivo. Ya están en los campos”
Tras eso esperó a que se acabaran de encargar de trasladarlos dentro del edificio de seguridad, él también uniéndose a aquel curioso desfile. Algo le hacía pensar en que estaban algo nerviosos, como si hubiera pasado algún incidente allí dentro bastante recientemente. Hubieron preguntas, por supuesto. -Han sido atrapados en la posada de los muertos. Desconozco la identidad de la rubia, pero sus niveles son anormalmente grandes. El otro es declarado enemigo, relacionado a los magos más extremistas…- Fue respondiendo a cualquier posible pregunta, de brazos cruzados. La herida empezaba a escocerle pero no le dió más importancia. Se puso la capa de nuevo por encima para evitar más miradas indiscretas. Aunque era facil atisbar que caminaba raro. Y aún haría más espectáculo en cuanto tuviera que sentarse.
-Necesito alguien que pueda encargar de llevarlos a las zonas correspondientes. Hay que chipearlos de inmediato.- Ordenó a un soldado más joven que vio por allí, que salió escopeteado. Se apoyó en la pared mientras esperaba, usando otra vez el comunicador. Uno creería que era una adolescente mandándose cacas con ojos con su churri. El siguiente mensaje iba dirigido a toda la zona de los campos en general. Solicitaba alguien dispuesto a sacar información de los dos rehenes. Y procuró explicar que le gustaría estar presente en aquella operación. Tras eso, se limitó a esperar. En el fondo tenía muchas ganas de hablar con Javert sobre la jornada, pues sabía muy bien que era la mejor forma de empezar una posible… ¿Amistad? Los campos estaban aún más vacíos y cada incorporación era vital. Aunque dudaba que lograran someter a alguno de los dos por las buenas.
Tras eso esperó a que se acabaran de encargar de trasladarlos dentro del edificio de seguridad, él también uniéndose a aquel curioso desfile. Algo le hacía pensar en que estaban algo nerviosos, como si hubiera pasado algún incidente allí dentro bastante recientemente. Hubieron preguntas, por supuesto. -Han sido atrapados en la posada de los muertos. Desconozco la identidad de la rubia, pero sus niveles son anormalmente grandes. El otro es declarado enemigo, relacionado a los magos más extremistas…- Fue respondiendo a cualquier posible pregunta, de brazos cruzados. La herida empezaba a escocerle pero no le dió más importancia. Se puso la capa de nuevo por encima para evitar más miradas indiscretas. Aunque era facil atisbar que caminaba raro. Y aún haría más espectáculo en cuanto tuviera que sentarse.
-Necesito alguien que pueda encargar de llevarlos a las zonas correspondientes. Hay que chipearlos de inmediato.- Ordenó a un soldado más joven que vio por allí, que salió escopeteado. Se apoyó en la pared mientras esperaba, usando otra vez el comunicador. Uno creería que era una adolescente mandándose cacas con ojos con su churri. El siguiente mensaje iba dirigido a toda la zona de los campos en general. Solicitaba alguien dispuesto a sacar información de los dos rehenes. Y procuró explicar que le gustaría estar presente en aquella operación. Tras eso, se limitó a esperar. En el fondo tenía muchas ganas de hablar con Javert sobre la jornada, pues sabía muy bien que era la mejor forma de empezar una posible… ¿Amistad? Los campos estaban aún más vacíos y cada incorporación era vital. Aunque dudaba que lograran someter a alguno de los dos por las buenas.
He sido avisado de que habian traido nuevos presos a los campos, y yo con una sonrisa la mar de feliz camino por los pasillos rumbo al Sector I. Alli ya hay bastantes efectivos, entre ellos, el recien nombrado capitan, Ailanthus. Miro a los dos nuevos llegados, puestos en camillas, mientras son transportados al pequeño quirófano que tenemos para implantar el chip.
-Y haced el favor de evitar que se nos desangren por el camino, ¡y llamad a limpieza!
"ugh, como han dejado el pasillo...."
Me pregunto cuales serán los poderes de esos dos, los averiguariamos a su debido momento. Veo alli a Ailanthus contra una pared y lo saludo debidamente.
-Buena caza. Tengo entendido que Javert ronda por estas instalaciones tambien, se esta encargando de un preso que entró hace mas tiempo. Por lo que leo de tu mensajito, ¿intuyo que quieres estar presente durante los interrogatorios?
"si, mejor, a mi se me hacen tediosos pero...son necesarios. A ver si estos cantan algo con valor"
Miro hacia atras, las camillas con Pamela y Rybar ya han desaparecido de nuestra vista. A estas alturas han de estar preparando el quirofano. No podemos permitirnos otro caso como el de el area de trabajos forzosos, ese divertido lican rebelde...a mi la verdad me hacia gracia pero teniamos que mantener la disciplina. Recbiria lo que se dice un correctivo. Si es que no se habia encargado ya Javert.
-Dime, te han dado mucha lata?
Aun tenia que solicitar los informes de la batalla registrados por el centinela. En cuanto los tuviese, lo sabria por mi mismo.
-Y haced el favor de evitar que se nos desangren por el camino, ¡y llamad a limpieza!
"ugh, como han dejado el pasillo...."
Me pregunto cuales serán los poderes de esos dos, los averiguariamos a su debido momento. Veo alli a Ailanthus contra una pared y lo saludo debidamente.
-Buena caza. Tengo entendido que Javert ronda por estas instalaciones tambien, se esta encargando de un preso que entró hace mas tiempo. Por lo que leo de tu mensajito, ¿intuyo que quieres estar presente durante los interrogatorios?
"si, mejor, a mi se me hacen tediosos pero...son necesarios. A ver si estos cantan algo con valor"
Miro hacia atras, las camillas con Pamela y Rybar ya han desaparecido de nuestra vista. A estas alturas han de estar preparando el quirofano. No podemos permitirnos otro caso como el de el area de trabajos forzosos, ese divertido lican rebelde...a mi la verdad me hacia gracia pero teniamos que mantener la disciplina. Recbiria lo que se dice un correctivo. Si es que no se habia encargado ya Javert.
-Dime, te han dado mucha lata?
Aun tenia que solicitar los informes de la batalla registrados por el centinela. En cuanto los tuviese, lo sabria por mi mismo.
Se fueron llevando finalmente a las capturas en las camillas. Se alegró de saber que para la próxima vez que lo vieran estarían ambos chipeados… Y a Ailanthus le hacía especial gracia saber que lo odiarían. Muchísimo. Pero que sin embargo no podrían hacer nada sin su sucia magia, y menos el mago, que parecía estar tan hecho polvo como él. Escuchó una voz vagamente familiar pidiendo que se hiciera la limpieza y que no se desangraran, y entonces el drow alzó la vista, curioso. Andreas Wilhelm. El único alto cargo que parecía haber tenido los cojones de apoyarle en aquellas recientes elecciones.
Saludó de vuelta en cuanto pareció el humano reparar en su existencia, con una sonrisa satisfecha pero agotada, con poco orgullo -no porque se arrepintiera de aquella captura, si no por su humildad natural- plasmada en ella. Le felicitó por la caza y le explicó que Javert merodeaba por allí, preguntando si quería estar en el interrogatorio. Ailanthus, con aire de normalidad y sencillez, le respondió. -Si, me gustaría poder participar. El hombre parece ser algo importante, y me alegra decir que no ha sido la única fuente de información esta noche.- Desbloqueó el móvil cual adolescente y buscó la foto que había hecho, sorprendido de encontrarse aún su aplicación de “LINTERNA” encendida. Se la enseñó a Andreas.
-Rybar Dvorak, el nombre me suena. Buscando aparentemente algo en contra nuestra. Del resto de carteles se puede adivinar mucho menos, pero el de espionaje me hace levantar sospechas. Más al estar relacionado con algún tipo de mago.- Tras eso se guardó el móvil, con aire un poco ausente, como si pensara en otras cosas. -Aparentemente los elfos no es que se hayan vuelto buenos en eso de esconderse. Es que quedan pocos, muy pocos. Me alegra comunicar que igual serán la primera raza mágica completamente dominada o exterminada en Inglaterra, porque te puedo asegurar que no vendrán de otros lados. No se mueven en toda su vida de allí donde nacen.
Le hizo una pregunta que le permitió soltar una carcajada, mientras se empapaba la mano de la sangre de la herida y movía sus dedos, para enseñárselos. -¡Solo un rasguño! Me iría bien curármelo. Pero me han hecho cosas mucho peores.- Bromeó con una felicidad extraña, con menos seriedad que de costumbre. -Después de esto hay papeleo y varias órdenes que hacer. La posada de los muertos sigue siendo un hervidero de información. Y lo más importante del asunto, es que creo que ni se han enterado de la captura de estos dos.- Agitó la cabeza. -Hay otro que se ha enterado pero no creo que lo vaya pregonando por el bar. No tiene más información sobre nosotros. Uno de mi raza, ¿Tu te crees?- Le comentó casi como si no se lo creyera. -No pude atraparlo. Fui allí con intención de encargarme de este. Pero sin embargo entró en escena la maga. Especialmente poderosa, aquella. No me hace gracia. Tuve que intentar ganarme la confianza o neutralidad de uno de ellos al menos para poder salir de allí, porque no era capaz de hacer un dos contra uno.
De repente le dirigió una mirada un poco más seria. -Y algo me dice que he de dejar de actuar en solitario. Sabía que esta noche no se habrían movido demasiados… artificios. Pero empiezo a temer que pronto lleguen las consecuencias de las elecciones, resentimientos varios. Mucho me temo que tendré que mantenerme siempre cercano al capitán Javert, como su sombra, aunque según sé eso no impedirá que tengamos cazas como estas y aún mejores. Dicen que es especialmente aplicado en su oficio. Que no es de los que se queda atrás.- No estaba haciendo la pelota, lo creía de verdad. Javert era un hombre respetable, al menos en sus hechos. Igual podría saber más sobre sus pensamientos de aquí en adelante. No dejaba de pensar en él.
Si Javert no había impedido que fuera mano ni que lo votaran significaba que no iba a planear quitárselo del medio de inmediato. Ailanthus sabía que para procurar que esa mecánica debería hacer lo que este esperara de él, y desde luego, mostrarse siempre como un aliado muy útil. No llevarle la contraria. A cambio obtendría poder -lo que significaba poder progresar con el exterminio de la raza mágica, o su sometimiento- y, más importante… Seguridad. No realmente por posibles riesgos en el campo de los enemigos, si no también en los aliados.
Saludó de vuelta en cuanto pareció el humano reparar en su existencia, con una sonrisa satisfecha pero agotada, con poco orgullo -no porque se arrepintiera de aquella captura, si no por su humildad natural- plasmada en ella. Le felicitó por la caza y le explicó que Javert merodeaba por allí, preguntando si quería estar en el interrogatorio. Ailanthus, con aire de normalidad y sencillez, le respondió. -Si, me gustaría poder participar. El hombre parece ser algo importante, y me alegra decir que no ha sido la única fuente de información esta noche.- Desbloqueó el móvil cual adolescente y buscó la foto que había hecho, sorprendido de encontrarse aún su aplicación de “LINTERNA” encendida. Se la enseñó a Andreas.
-Rybar Dvorak, el nombre me suena. Buscando aparentemente algo en contra nuestra. Del resto de carteles se puede adivinar mucho menos, pero el de espionaje me hace levantar sospechas. Más al estar relacionado con algún tipo de mago.- Tras eso se guardó el móvil, con aire un poco ausente, como si pensara en otras cosas. -Aparentemente los elfos no es que se hayan vuelto buenos en eso de esconderse. Es que quedan pocos, muy pocos. Me alegra comunicar que igual serán la primera raza mágica completamente dominada o exterminada en Inglaterra, porque te puedo asegurar que no vendrán de otros lados. No se mueven en toda su vida de allí donde nacen.
Le hizo una pregunta que le permitió soltar una carcajada, mientras se empapaba la mano de la sangre de la herida y movía sus dedos, para enseñárselos. -¡Solo un rasguño! Me iría bien curármelo. Pero me han hecho cosas mucho peores.- Bromeó con una felicidad extraña, con menos seriedad que de costumbre. -Después de esto hay papeleo y varias órdenes que hacer. La posada de los muertos sigue siendo un hervidero de información. Y lo más importante del asunto, es que creo que ni se han enterado de la captura de estos dos.- Agitó la cabeza. -Hay otro que se ha enterado pero no creo que lo vaya pregonando por el bar. No tiene más información sobre nosotros. Uno de mi raza, ¿Tu te crees?- Le comentó casi como si no se lo creyera. -No pude atraparlo. Fui allí con intención de encargarme de este. Pero sin embargo entró en escena la maga. Especialmente poderosa, aquella. No me hace gracia. Tuve que intentar ganarme la confianza o neutralidad de uno de ellos al menos para poder salir de allí, porque no era capaz de hacer un dos contra uno.
De repente le dirigió una mirada un poco más seria. -Y algo me dice que he de dejar de actuar en solitario. Sabía que esta noche no se habrían movido demasiados… artificios. Pero empiezo a temer que pronto lleguen las consecuencias de las elecciones, resentimientos varios. Mucho me temo que tendré que mantenerme siempre cercano al capitán Javert, como su sombra, aunque según sé eso no impedirá que tengamos cazas como estas y aún mejores. Dicen que es especialmente aplicado en su oficio. Que no es de los que se queda atrás.- No estaba haciendo la pelota, lo creía de verdad. Javert era un hombre respetable, al menos en sus hechos. Igual podría saber más sobre sus pensamientos de aquí en adelante. No dejaba de pensar en él.
Si Javert no había impedido que fuera mano ni que lo votaran significaba que no iba a planear quitárselo del medio de inmediato. Ailanthus sabía que para procurar que esa mecánica debería hacer lo que este esperara de él, y desde luego, mostrarse siempre como un aliado muy útil. No llevarle la contraria. A cambio obtendría poder -lo que significaba poder progresar con el exterminio de la raza mágica, o su sometimiento- y, más importante… Seguridad. No realmente por posibles riesgos en el campo de los enemigos, si no también en los aliados.
-Asi que tenemos a Rybar Dvorak.
Hago busqueda en mi archivo mental, porque efectivamente ese nombre me suena, y lo hago viendo las fotos que él me muestra. Pero mi busqueda mental se va al traste cuando el muy sadico se hurga en la herida y saca los dedos manchados de sangre. Se me pone la cara blanca y esbozo una sonrisa con un tic mirando fijamente su brillante sangre.
- M-muy bien soldado.
"TAPATE ESO POR EL AMOR DE UNA MADRE"
No escucho demasiado bien lo demas que tiene que contarme porque estoy concentrado en retener el café que acabo de tomarme dentro de mi estomago. Lo consigo a base de fuerza de voluntad y de pensar en otras cosas, como las capturas del dia.
-No vayas en solitario. Solicita siempre la presencia de un centinela cuando sospeches que vas a entrar en combate, o de refuerzos militares, sabes que puedes contar con ellos. Nadie deberia de andar solo hoy dia. Y si. Permanece cerca de Javert, cuanto mas....mejor.
Me llega un mensaje al movil, por lo visto ya tienen a los reos en la enfermeria y les han colocado lo que tenian que colocarles. Y tambien tienen un informe para mi de aquel centinela, sobre el desempeño de mi Ejecutor ahora ascendido a Capitán. Guardo el movil mirando al drow.
-Pero no te fies ni de tu propia sombra. Por cierto, tanto la bruja como el mago están en la enfermeria, les han puesto los chips. Si quieres puedes solicitar su traslado a alguno de las salas que tenemos para los interrogatorios. Y ya me he acordado. Por si te sirve de ayuda el tal Dvorak era...auror, que se hacian llamar entonces, es decir el sector mas extremista de los magos. Se sabe que mantuvo una colonia de magos en el castillo de Stirling hasta que el antiguo capitan Harby los echó de allí.
Miro mi reloj, mi estomago sigue aun algo revuelto y quiero leer ese informe sobre Ailanthus.
-Es todo por mi parte, nos mantendremos en contacto. -dicho esto, me doy media vuelta, aflojandome la corbata mientras dejo ese sector para dirigirme a otra zona.
Hago busqueda en mi archivo mental, porque efectivamente ese nombre me suena, y lo hago viendo las fotos que él me muestra. Pero mi busqueda mental se va al traste cuando el muy sadico se hurga en la herida y saca los dedos manchados de sangre. Se me pone la cara blanca y esbozo una sonrisa con un tic mirando fijamente su brillante sangre.
- M-muy bien soldado.
"TAPATE ESO POR EL AMOR DE UNA MADRE"
No escucho demasiado bien lo demas que tiene que contarme porque estoy concentrado en retener el café que acabo de tomarme dentro de mi estomago. Lo consigo a base de fuerza de voluntad y de pensar en otras cosas, como las capturas del dia.
-No vayas en solitario. Solicita siempre la presencia de un centinela cuando sospeches que vas a entrar en combate, o de refuerzos militares, sabes que puedes contar con ellos. Nadie deberia de andar solo hoy dia. Y si. Permanece cerca de Javert, cuanto mas....mejor.
Me llega un mensaje al movil, por lo visto ya tienen a los reos en la enfermeria y les han colocado lo que tenian que colocarles. Y tambien tienen un informe para mi de aquel centinela, sobre el desempeño de mi Ejecutor ahora ascendido a Capitán. Guardo el movil mirando al drow.
-Pero no te fies ni de tu propia sombra. Por cierto, tanto la bruja como el mago están en la enfermeria, les han puesto los chips. Si quieres puedes solicitar su traslado a alguno de las salas que tenemos para los interrogatorios. Y ya me he acordado. Por si te sirve de ayuda el tal Dvorak era...auror, que se hacian llamar entonces, es decir el sector mas extremista de los magos. Se sabe que mantuvo una colonia de magos en el castillo de Stirling hasta que el antiguo capitan Harby los echó de allí.
Miro mi reloj, mi estomago sigue aun algo revuelto y quiero leer ese informe sobre Ailanthus.
-Es todo por mi parte, nos mantendremos en contacto. -dicho esto, me doy media vuelta, aflojandome la corbata mientras dejo ese sector para dirigirme a otra zona.
-De enemigo, sí. Ahí sigue.- El drow sabía poco de él pero se alegró de saber que al menos el otro tenía idea de quién era. Le sorprendió verle tartamudear e incluso ponerse pálido por ver la sangre. No sonrió pero muy tentado estuvo de hacerlo. No eran pocos los que eran responsables de mucha matanza y mucha sangre que luego no podían ver ni media gota del líquido carmesí. No se enteró mucho de la historia que el joven Ailanthus le contó sobre la captura, y el drow sabía bien que ni era necesario que se la contara. Aunque esperaba que tuviera en cuentra sus condiciones a la hora de echarle la bronca, porque eso era un destino inevitable.
Le dio varios consejos sobre no ir jamás solo. Ailanthus asintió, muy solemne y sabiendo perfectamente que no únicamente debía temer a sus enemigos, si no también a sus “amigos”. -Aún tengo que conocer a Javert más a fondo. Pero algo me dice que sigue siendo mucha mejor compañía que no la soledad. O cualquier soldado raso que no conozca.- De vez en cuando le daba la sensación que alguno le miraba más de la cuenta, como valorando algo que él desconocía. Cualquiera de ellos podría haber sido contratado para espiarle, o acabar con él, o…
Igual estaba un poco paranoico. Pero si Ailanthus seguía vivo era gracias a aquello. Se miró el móvil y Ailanthus trató de no darle mucha importancia, pero tragó saliva, sabiendo muy bien qué podía ser. Que no se fiara de su propia sombra, le dijo. Ailanthus asintió una vez más sin decir nada. Escuchó con atención que los atrapados habían sido procesados y estaban en enfermería, y le explicó un poco sobre el historial del tal Rybar. -Sé perfectamente qué es un auror, Ministro.- No lo decía con intención de regodearse de aquella información, si no con un deje de asco en sus palabras. Extendió el brazo mecánico -esperando que la sangre de la cuchilla no lo asustara- y habló. -Ellos me arrancaron mi brazo. Parece que he saldado mi deuda. Iré yo a verles a la enfermería, entonces. Debería ocuparme de mis heridas antes de empezar los interrogatorios correspondientes.
Se despidió de forma escueta y Ailanthus le dedicó una pequeña pero formal reverencia. -No creo que tardemos demasiado en vernos.- Le respondió el elfo oscuro, impasible, y él se dio media vuelta en dirección a la enfermería.
Le dio varios consejos sobre no ir jamás solo. Ailanthus asintió, muy solemne y sabiendo perfectamente que no únicamente debía temer a sus enemigos, si no también a sus “amigos”. -Aún tengo que conocer a Javert más a fondo. Pero algo me dice que sigue siendo mucha mejor compañía que no la soledad. O cualquier soldado raso que no conozca.- De vez en cuando le daba la sensación que alguno le miraba más de la cuenta, como valorando algo que él desconocía. Cualquiera de ellos podría haber sido contratado para espiarle, o acabar con él, o…
Igual estaba un poco paranoico. Pero si Ailanthus seguía vivo era gracias a aquello. Se miró el móvil y Ailanthus trató de no darle mucha importancia, pero tragó saliva, sabiendo muy bien qué podía ser. Que no se fiara de su propia sombra, le dijo. Ailanthus asintió una vez más sin decir nada. Escuchó con atención que los atrapados habían sido procesados y estaban en enfermería, y le explicó un poco sobre el historial del tal Rybar. -Sé perfectamente qué es un auror, Ministro.- No lo decía con intención de regodearse de aquella información, si no con un deje de asco en sus palabras. Extendió el brazo mecánico -esperando que la sangre de la cuchilla no lo asustara- y habló. -Ellos me arrancaron mi brazo. Parece que he saldado mi deuda. Iré yo a verles a la enfermería, entonces. Debería ocuparme de mis heridas antes de empezar los interrogatorios correspondientes.
Se despidió de forma escueta y Ailanthus le dedicó una pequeña pero formal reverencia. -No creo que tardemos demasiado en vernos.- Le respondió el elfo oscuro, impasible, y él se dio media vuelta en dirección a la enfermería.
El mago parece calmarse un poco, pero lo que dice tampoco me interesa. El otro drow, en cambio, se pone muy 'chulo' con la idea de sacar os información. Avisa a unos guardias y llegan pronto dos idiotas armados hasta las cejas para soltarme de mis correas y que pueda levantarme. Abro y cierro los manos repetidas veces, frotando mis muñecas libres por fin. Miro mal, muy mal, al hombre que me apunta desde lejos. Incluso debil y sin magia se sentian inseguros, ¿como esperaban ganar una guerra? Termino de levantarme y camino despacio por donde me guian, hasta que el drow se me acerca y me coge por el cuello, amenazandome. Si, va a ser doloroso... Pero hasta que se den cuenta de que no tengo lo que ellos buscan tengo tiempo de encontrar una salida, o un plan al menos.
-Los hombres no sabeis tratar a una mujer... da igual la raza.
-Los hombres no sabeis tratar a una mujer... da igual la raza.
Más o menos aquella mujer hizo algo por colaborar, se mantuvo el viaje más callada que parlanchina y no hizo intento de liarla demasiado. No es como si tuviera aquella opción, pensó Ailanthus. Este se mantenía con la cabeza en alto, los ojos fijos en cada respiración de la rubia, la mano sujetando el cuello con mucha fuerza. La mujer no le había llegado a agredir directamente, y eso era lo que más repateaba al drow. No estaba exactamente seguro de que fuera… realmente, mala. Pero no había gritado ser inocente, no había asegurado no deber merecer aquel lugar.
Realmente estaba allí porque era la excusa que había hecho servir para no seguir atacando al viejo. Y le dolía reconocer a Ailanthus que había primado el obtener información de él antes que el atraparlo. Se suponía que detestaba a los suyos… Escuchó el comentario con poca importancia. -¿Le estás diciendo a un drow que no sabe tratar con una mujer? Oh, por favor.- En su sociedad matriarcal muchos hombres vivían sin contemplar una mujer a la cara la gran parte de sus vidas. Tenían todos los derechos, podían agredir a cualquier hombre sin importar demasiado, eran las que heredaban los hogares…
Y una imbécil no le iba ahora a recriminar que no sabía tratar con una mujer. Apretó su cuello con más fuerza. -El caso está en que entre una mujer y una rata hay mucha diferencia.- Tras eso la empujó un poco hacia la nueva sala de torturas. Tenía una única camilla en el centro con varias correas. En las esquinas de la sala había todo un arsenal de torturas: Desde simples palos, a armas, a látigos… La obligó a avanzar hasta la camilla -de metal puro y duro- y ordenó que se le ataran las correas, sin alejarse de ella ni un momento, sin abandonar su cuello con la mano mecánica hasta el último segundo.
-Y dime, antes de que comencemos… ¿Tienes alguna confesión que decirnos? Podemos saltarnos todo esto si cantas lo necesario. Te ahorrarías un poco de sufrimiento, la verdad.
Realmente estaba allí porque era la excusa que había hecho servir para no seguir atacando al viejo. Y le dolía reconocer a Ailanthus que había primado el obtener información de él antes que el atraparlo. Se suponía que detestaba a los suyos… Escuchó el comentario con poca importancia. -¿Le estás diciendo a un drow que no sabe tratar con una mujer? Oh, por favor.- En su sociedad matriarcal muchos hombres vivían sin contemplar una mujer a la cara la gran parte de sus vidas. Tenían todos los derechos, podían agredir a cualquier hombre sin importar demasiado, eran las que heredaban los hogares…
Y una imbécil no le iba ahora a recriminar que no sabía tratar con una mujer. Apretó su cuello con más fuerza. -El caso está en que entre una mujer y una rata hay mucha diferencia.- Tras eso la empujó un poco hacia la nueva sala de torturas. Tenía una única camilla en el centro con varias correas. En las esquinas de la sala había todo un arsenal de torturas: Desde simples palos, a armas, a látigos… La obligó a avanzar hasta la camilla -de metal puro y duro- y ordenó que se le ataran las correas, sin alejarse de ella ni un momento, sin abandonar su cuello con la mano mecánica hasta el último segundo.
-Y dime, antes de que comencemos… ¿Tienes alguna confesión que decirnos? Podemos saltarnos todo esto si cantas lo necesario. Te ahorrarías un poco de sufrimiento, la verdad.
El hombre se exaspera por mis palabras y eso casi me hace sonreir, casi. Aprieta mi cuello con su mano metalica y la respiracion me cuesta un poco mas, pero no digo nada hasta que me llama rata.
-¿Tu crees? Yo pienso que todo... Es muy subjetivo. Tambien tu eres un mal bicho, jaja.
Este drow es interesante en cierto modo, tal vez en otras circunstancias me habria agradado, pero no después de dispararme, apuñalarme por la espalda (cobarde, ¡ejem!) y traerme a este sitio sucio donde me han inhabilitado la magia en cierto grado.
Me empuja sin ningun miramiento hacia otra sala, donde esta todo listo para hacerme hablar. Pero yo no sé nada que a ellos les interese, asi que... Bueno, iba a ser divertido. Los guardias me cogen con fuerza y me acercan a la plancha esa metalica con correas. ¿Iban a ponerme ahi? Si hombre, con lo duro que está eso. Miro al drow a los ojos y esta vez, si que sonrio. El fin, probablemente, pero yo soy uno de los demonios mas respetados en el inframundo, ¿qué pasaría si ante una amenaza cayera a la primera? No, de eso nada.
-Dime qué necesitas, y me aseguraré de que sea lo último que consigas.
"Espero que al menos el otro mago bipolar encuentre una salida ahora que he atraido a varios guardias hasta mi."
-¿Tu crees? Yo pienso que todo... Es muy subjetivo. Tambien tu eres un mal bicho, jaja.
Este drow es interesante en cierto modo, tal vez en otras circunstancias me habria agradado, pero no después de dispararme, apuñalarme por la espalda (cobarde, ¡ejem!) y traerme a este sitio sucio donde me han inhabilitado la magia en cierto grado.
Me empuja sin ningun miramiento hacia otra sala, donde esta todo listo para hacerme hablar. Pero yo no sé nada que a ellos les interese, asi que... Bueno, iba a ser divertido. Los guardias me cogen con fuerza y me acercan a la plancha esa metalica con correas. ¿Iban a ponerme ahi? Si hombre, con lo duro que está eso. Miro al drow a los ojos y esta vez, si que sonrio. El fin, probablemente, pero yo soy uno de los demonios mas respetados en el inframundo, ¿qué pasaría si ante una amenaza cayera a la primera? No, de eso nada.
-Dime qué necesitas, y me aseguraré de que sea lo último que consigas.
"Espero que al menos el otro mago bipolar encuentre una salida ahora que he atraido a varios guardias hasta mi."
Se rió tras llamarme mal bicho. Me encogí de hombros sin darle demasiada importancia. -El mundo está lleno de aberraciones. La diferencia es que algunos luchan por dejar de serlo y otros se regodean en su orgullo por haber nacido como tales.- Afirmó con muchísima sencillez, sin darle demasiadas vueltas al insulto. Muchas peores cosas le habían dicho, y más importante, muy poco le habían importado cada una de ellas.
No opuso mayor resistencia a que la tumbaran en aquella fría y metálica tabla. Él la contempló en cada uno de los momentos, más que nada porque no se alejó de ella. Llegó a mirarle. Sonreírle… Y él se la miró completamente impasible, frío, como si fuera solo una máquina más que una persona. Solo una vez asegurada se buscó una silla, mientras agarraba también un látigo y lo dejaba por el momento en su cintura, Se situó a la distancia justa para que pudiera verle, pero no supusiera una amenaza. Mandó bajar un poco la camilla.
Escuchó con poca atención la declaración de la rubia. Ni se molestó en tocar el látigo. -¿Sabes qué es lo que más me gusta de ti? Tu rebeldía.- Le dedicó una sonrisa… ¿Un poco provocativa? -Muchos presos prefieren callarse. Pero tú y tus comentarios sagaces, lo hacen todo mucho más divertido. Solo por ellos vale la pena haberte dado este viaje, ¿No crees?- Levantó un poco las cejas, sin mostrar un mínimo ápice de enfado, con… Cierta ¿Sensualidad? Natural. Había de reconocerse que, quitando que tuviera el color de piel oscuro, Ailanthus era de lo más atractivo que podía encontrarse por la zona. Sus ojos tenían un extraño encanto, la estructura facial era masculina, y el pelo le relucía por los muchos cuidados que le dedicaba.
-Dime, ¿Cómo te llamas? ¿Qué eres? Hagamos esto por las buenas, cielo. Podrías ganar ciertos privilegios en caso de colaborar. Tengo la autoridad suficiente para ello.- Y como si quisiera demostrarlo dirigió una mirada a ambos soldados, que se pusieron muy firmes. Luego se la devolvió a ella mientras cruzaba las piernas, sin abandonar aquella sonrisa.
No opuso mayor resistencia a que la tumbaran en aquella fría y metálica tabla. Él la contempló en cada uno de los momentos, más que nada porque no se alejó de ella. Llegó a mirarle. Sonreírle… Y él se la miró completamente impasible, frío, como si fuera solo una máquina más que una persona. Solo una vez asegurada se buscó una silla, mientras agarraba también un látigo y lo dejaba por el momento en su cintura, Se situó a la distancia justa para que pudiera verle, pero no supusiera una amenaza. Mandó bajar un poco la camilla.
Escuchó con poca atención la declaración de la rubia. Ni se molestó en tocar el látigo. -¿Sabes qué es lo que más me gusta de ti? Tu rebeldía.- Le dedicó una sonrisa… ¿Un poco provocativa? -Muchos presos prefieren callarse. Pero tú y tus comentarios sagaces, lo hacen todo mucho más divertido. Solo por ellos vale la pena haberte dado este viaje, ¿No crees?- Levantó un poco las cejas, sin mostrar un mínimo ápice de enfado, con… Cierta ¿Sensualidad? Natural. Había de reconocerse que, quitando que tuviera el color de piel oscuro, Ailanthus era de lo más atractivo que podía encontrarse por la zona. Sus ojos tenían un extraño encanto, la estructura facial era masculina, y el pelo le relucía por los muchos cuidados que le dedicaba.
-Dime, ¿Cómo te llamas? ¿Qué eres? Hagamos esto por las buenas, cielo. Podrías ganar ciertos privilegios en caso de colaborar. Tengo la autoridad suficiente para ello.- Y como si quisiera demostrarlo dirigió una mirada a ambos soldados, que se pusieron muy firmes. Luego se la devolvió a ella mientras cruzaba las piernas, sin abandonar aquella sonrisa.
-Por... Supuesto. Y puedo darte más diversión si... La quieres.
Tumbada sobre la fria plancha y atada fuertemente con las correas veo al drow coger un latigo, parecido al mío pero no es. Entonces el hombre me hace algunas preguntas y... Cierta... Proposición. No puedo evitar sonreir, incluso en esta situacion, soy de las que ve el lado positivo y disfruta del negativo cuando no hay más que buscar.
-Me encantaría ver esos privilegios... Pero no sé... Que uses ese látigo conmigo me parece muchísimo más divertido. ¿A ti no, bonito?
Estaba sacando mi lado más extravagante y apartando a Pamela a un lado, a la que aun podía sentir pululando por mi (su) mente. Ella habría cantado a la primera con tal de salvar su pellejo... Yo prefiero pasarlo bien hasta conseguir un plan de escape.
Tumbada sobre la fria plancha y atada fuertemente con las correas veo al drow coger un latigo, parecido al mío pero no es. Entonces el hombre me hace algunas preguntas y... Cierta... Proposición. No puedo evitar sonreir, incluso en esta situacion, soy de las que ve el lado positivo y disfruta del negativo cuando no hay más que buscar.
-Me encantaría ver esos privilegios... Pero no sé... Que uses ese látigo conmigo me parece muchísimo más divertido. ¿A ti no, bonito?
Estaba sacando mi lado más extravagante y apartando a Pamela a un lado, a la que aun podía sentir pululando por mi (su) mente. Ella habría cantado a la primera con tal de salvar su pellejo... Yo prefiero pasarlo bien hasta conseguir un plan de escape.
Le escuchó tal y como le sugería más diversión, con una sonrisa extraña. Ni él mismo estaba seguro del sentido de aquellas palabras… Pero parecía que, si iba por aquel camino, conseguiría lo que deseaba de ella. Acariciaba el látigo con una sencillez extraña, mientras acomodaba su cuerpo a la silla. Uno podría decir que realmente no tenía intención alguna de golpearle. Como si solo estuviera jugando. Alzó las cejas en cuanto le escuchó decir que prefería el látigo. Y todo con aquel tono extraño, provocador. Ailanthus se levantó y paseó alrededor de la camilla, pensativo.
-Sería una pena destrozar ese cuerpo a latigazos.- Él mismo dejó escapar una sonrisa muy provocadora. -¿Pero es ese tu deseo? Igual podemos hablar de los privilegios justo después. Estoy seguro de que se extrañarían todos si salieras ilesa de aquí…- Y alzó el látigo, decidido a empezar el “juego”. Pero apenas había empezado a hacer el movimiento le interrumpió un sonido a sus espaldas, uno de los soldados.
-Señor. Atacan el Palacio de Buckingham.- Uno de los soldados en la puerta consultaba su comunicador, con expresión preocupada. -¿Qué deberíamos hacer?- Ailanthus bajó el látigo, evaluando sus palabras. Un ataque. Y esa era toda la información que le daban. Un ataque al palacio, residencia de aquella imbécil que había tenido oportunidad de conocer en las elecciones. Y se preguntó, “¿A mí qué me importa?”, pues él deseaba apartarse a aquella mujer del medio. Era una amenaza hacia su persona. Era una aberración, una dictadora, alguien que jamás podría convencer mediante las palabras, y alguien que no podría asesinar sin que cantara demasiado.
Pero a su vez, sospecharían si no movía un dedo. Y lo que más miedo le daba: Que el ataque pudiera poner en riesgo objetivos militares más importantes. Se dejó el látigo colgado del cinturón mientras, con voz grave, anunciaba: -Salimos de aquí. Vosotros dos id por los campos, reunid gente. No quiero que NADIE abandone los campos hasta el próximo aviso. Necesitamos conocer las condiciones del ataque. Y aún así está demasiado lejos como para enviar refuerzos ahora mismo. Procurad mantener a los presos encerrados, no podemos permitirnos que reine el caos si hemos de destinar efectivos allí. Y empezad por esta.- Y tras esa se marchó corriendo. Los soldados procuraron encerrar el arsenal con un vallado metálico y luego cerrar la metálica puerta, dejando a Pamela sola. Era una situación un poco jodida para la demonia, a no ser que lograra librarse de las correas. Quizás con un poco de maña podía incluso armarse si forzaba la valla… Aunque el mayor problema estaría en abrir la puerta desde dentro.
Pero nada de eso importaba a Ailanthus.
-Sería una pena destrozar ese cuerpo a latigazos.- Él mismo dejó escapar una sonrisa muy provocadora. -¿Pero es ese tu deseo? Igual podemos hablar de los privilegios justo después. Estoy seguro de que se extrañarían todos si salieras ilesa de aquí…- Y alzó el látigo, decidido a empezar el “juego”. Pero apenas había empezado a hacer el movimiento le interrumpió un sonido a sus espaldas, uno de los soldados.
-Señor. Atacan el Palacio de Buckingham.- Uno de los soldados en la puerta consultaba su comunicador, con expresión preocupada. -¿Qué deberíamos hacer?- Ailanthus bajó el látigo, evaluando sus palabras. Un ataque. Y esa era toda la información que le daban. Un ataque al palacio, residencia de aquella imbécil que había tenido oportunidad de conocer en las elecciones. Y se preguntó, “¿A mí qué me importa?”, pues él deseaba apartarse a aquella mujer del medio. Era una amenaza hacia su persona. Era una aberración, una dictadora, alguien que jamás podría convencer mediante las palabras, y alguien que no podría asesinar sin que cantara demasiado.
Pero a su vez, sospecharían si no movía un dedo. Y lo que más miedo le daba: Que el ataque pudiera poner en riesgo objetivos militares más importantes. Se dejó el látigo colgado del cinturón mientras, con voz grave, anunciaba: -Salimos de aquí. Vosotros dos id por los campos, reunid gente. No quiero que NADIE abandone los campos hasta el próximo aviso. Necesitamos conocer las condiciones del ataque. Y aún así está demasiado lejos como para enviar refuerzos ahora mismo. Procurad mantener a los presos encerrados, no podemos permitirnos que reine el caos si hemos de destinar efectivos allí. Y empezad por esta.- Y tras esa se marchó corriendo. Los soldados procuraron encerrar el arsenal con un vallado metálico y luego cerrar la metálica puerta, dejando a Pamela sola. Era una situación un poco jodida para la demonia, a no ser que lograra librarse de las correas. Quizás con un poco de maña podía incluso armarse si forzaba la valla… Aunque el mayor problema estaría en abrir la puerta desde dentro.
Pero nada de eso importaba a Ailanthus.
No llevaba la ropa de siempre. Me encantaba el abrigo, me encantaba lo cómodo de mi uniforme, pero no llevaba la ropa de siempre. Cargaba la armadura -eso sí- aunque poco de esta se veía. Estaba envuelto en capas y telas. Mucho más oscuro que de costumbre, de grises y negros apagados, casi como de luto. Me había conseguido telas más o menos decentes, tal vez excesivamente ornamentadas. Algunas cadenas plateadas destacaban sobre mi tan negruzco traje, que iban rentintineando paso a paso. Poco sigiloso. Aunque lucía pintas de mago. El bastón lo llevaba aún en su forma original para ayudarme a caminar… Habían pasado dos días. Era de noche.
Ahí iba yo. Borracho, envuelto con telas, capas, abrigo de Roäc, mantas. Dando tumbos y muy cazibajo. Me sentía un poco imbécil. Dyos había mencionado no se qué de unos cotilleos sobre ir a liarla. Yo le dirigí una mirada un poco molesta. No me apetecía demasiado ir a ningún lado, no quería exponerme a peligro. No es como si me hubiera rajado medio pecho… Pero al final logré ignorar eso e incluso los adelanté a la hora de llegar a aquella sala, sentándome en una silla muy digno, casi como un rey, yo y mis muchos kg de ropa.
Habían declarado distintos puntos de atención. Dyos habló de unos campos. -¿Estás seguro? ¿No te da miedo?- Cuchicheé yo por lo bajo, preocupado. Y sí. Tenía miedo. Dirigí una mirada cómplice a Roäc, como si quisiera recordarle algo, con aquella expresión funesta marcada en mi rostro. Dentro de aquel ataque se unieron también un tal Adam… Y Lyran. No sabía hasta entonces su nombre. Lo miré un poco receloso, pero decidí no decirle nada. -Roäc… Sé que no está bien que te pida esto, ¿Pero podrías venir? No… No… No sé. No quiero ir solo… Bueno, no solo, pero…
A mi todo aquello me parecía un suicidio. No quería tener que enfrentarme a todo aquel lío. Estaba aún muy hundido y me daba demasiado miedo. Y estábamos yendo al lugar donde el drow había pasado los peores días de su vida. Semanas. Meses. Procuraba intentar animarle a miradas, aunque por otra parte solo deseaba decirle “No quiero ir”. Pero no tuve el valor de hacerlo. -... Entonces, nosotros cinco a campos.- Mascullé en inglés finalmente, en mi pequeño mar de mantas. -No sé nada de ello. Solo sé que si voy no iré a curar a nadie. No estoy en condiciones de desperdiciar mi escasa salud en eso.- Hacía un esfuerzo terrible por hablar inglés correctamente. -No recibo nada por eso. Creo que nosotros tres podemos ocupar... ocuparnos de ir a joder. No vamos a escatimar en palabras. Joder. Tocar los cojones. Mucho vith. Zer’tath puede intentar destrozar circuitos.- Expliqué con mucha lentitud, intentando rehacerme.
-Mi única petición es que viajemos de noche.
Y era de noche. Hacía más frío. Pero iba muy abrigado y agradecía la ausencia de la asquerosísima luz solar. Me puse mejor el traje, arreglándome la capucha y quitando lo único más personal que me había llevado: La pluma. La contemplé con una sonrisa extraña en la cara, como si me hiciera pensar en algo. Cerré los ojos y la volví a poner en un pequeño agujero de la capucha, muy orgulloso de ella. -¿Falta mucho?- Me atreví a preguntar, dirigiendo una mirada extraña al drow.
Aunque ya divisábamos las instalaciones. Paré en seco y me dediqué unos momentos a contemplarlas, en absoluto silencio. Aquello. Aquello eran los campos. Me abracé al bastón con expresión algo fría. -... Lo imaginaba… Distinto. No sé…- No sabía exactamente qué hacer. O decir. Fui a ponerle una mano al drow en el hombro, mientras lo miraba directamente al rostro. -¿Estás seguro?- Le pregunté. No lo estaba, probablemente no. Yo tampoco. Nadie. Nadie… -... Deber en condicional repasar el plan.
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FLASHBACK
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FLASHBACK
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Ahí iba yo. Borracho, envuelto con telas, capas, abrigo de Roäc, mantas. Dando tumbos y muy cazibajo. Me sentía un poco imbécil. Dyos había mencionado no se qué de unos cotilleos sobre ir a liarla. Yo le dirigí una mirada un poco molesta. No me apetecía demasiado ir a ningún lado, no quería exponerme a peligro. No es como si me hubiera rajado medio pecho… Pero al final logré ignorar eso e incluso los adelanté a la hora de llegar a aquella sala, sentándome en una silla muy digno, casi como un rey, yo y mis muchos kg de ropa.
Habían declarado distintos puntos de atención. Dyos habló de unos campos. -¿Estás seguro? ¿No te da miedo?- Cuchicheé yo por lo bajo, preocupado. Y sí. Tenía miedo. Dirigí una mirada cómplice a Roäc, como si quisiera recordarle algo, con aquella expresión funesta marcada en mi rostro. Dentro de aquel ataque se unieron también un tal Adam… Y Lyran. No sabía hasta entonces su nombre. Lo miré un poco receloso, pero decidí no decirle nada. -Roäc… Sé que no está bien que te pida esto, ¿Pero podrías venir? No… No… No sé. No quiero ir solo… Bueno, no solo, pero…
A mi todo aquello me parecía un suicidio. No quería tener que enfrentarme a todo aquel lío. Estaba aún muy hundido y me daba demasiado miedo. Y estábamos yendo al lugar donde el drow había pasado los peores días de su vida. Semanas. Meses. Procuraba intentar animarle a miradas, aunque por otra parte solo deseaba decirle “No quiero ir”. Pero no tuve el valor de hacerlo. -... Entonces, nosotros cinco a campos.- Mascullé en inglés finalmente, en mi pequeño mar de mantas. -No sé nada de ello. Solo sé que si voy no iré a curar a nadie. No estoy en condiciones de desperdiciar mi escasa salud en eso.- Hacía un esfuerzo terrible por hablar inglés correctamente. -No recibo nada por eso. Creo que nosotros tres podemos ocupar... ocuparnos de ir a joder. No vamos a escatimar en palabras. Joder. Tocar los cojones. Mucho vith. Zer’tath puede intentar destrozar circuitos.- Expliqué con mucha lentitud, intentando rehacerme.
-Mi única petición es que viajemos de noche.
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Y era de noche. Hacía más frío. Pero iba muy abrigado y agradecía la ausencia de la asquerosísima luz solar. Me puse mejor el traje, arreglándome la capucha y quitando lo único más personal que me había llevado: La pluma. La contemplé con una sonrisa extraña en la cara, como si me hiciera pensar en algo. Cerré los ojos y la volví a poner en un pequeño agujero de la capucha, muy orgulloso de ella. -¿Falta mucho?- Me atreví a preguntar, dirigiendo una mirada extraña al drow.
Aunque ya divisábamos las instalaciones. Paré en seco y me dediqué unos momentos a contemplarlas, en absoluto silencio. Aquello. Aquello eran los campos. Me abracé al bastón con expresión algo fría. -... Lo imaginaba… Distinto. No sé…- No sabía exactamente qué hacer. O decir. Fui a ponerle una mano al drow en el hombro, mientras lo miraba directamente al rostro. -¿Estás seguro?- Le pregunté. No lo estaba, probablemente no. Yo tampoco. Nadie. Nadie… -... Deber en condicional repasar el plan.
La caminata se hizo larga. Tremendamente larga. Yo camino al lado de Vor y Roäc, mas bien cabizbajo, pensativo. Cada paso que doy hacia el lugar hace que los musculos de mi cuerpo griten que me aleje de alli corriendo, pero sin embargo, cada paso que doy hacia alla, tambien parece cerrar un poco una herida muy grande, abierta hace mucho tiempo y aun sin cerrar.
"voy a arreglarlo, si. Es eso lo que voy a hacer"
Llevo mi espada y mi daga, algunos venenos tirando a debiles, unos guantes recios y unas botas la mar de ligeras. Mi abrigo es el de siempre. Pero para la ocasion, le he dejado las manchas de sangre....lo cual me ofrece el aspecto de un asesino en serie de piel oscura, contrastando fuertemente con Vor, que parece un mago en toda regla.
"Pero como puedes arrastralos a ellos? No estan preparados. Y si les ocurre lo mismo que a mi?"
-No, mira, ahi las tienes
Me detengo, señalando con mi cabeza la silueta de una prision recortada contra el cielo nocturno. Mi expresion es extraña, dificil de desentrañar, seria, con el ceño muy fruncido. Demasiado hastío. Vor me pregunta que si estoy seguro, en drow, y miro a mi alrededor, a mis aliados.
-Totalmente seguro. Totalmente equivocado, quizá.
Alzo la vista hacia el mago, el moreno. - Es a tu hijo a quien tienen ahi, no es asi?- pobre desgraciado. Sabia por lo que debia de estar pasando, o seguiria pasando. Reconozco las torres de vigilancia, los altos muros de hormigon con alambre de espino....los focos, pasando cada dos por tres por el perimetro, vigilando.
-Si....repasemos el plan..... -y unas bolas de impenetrable oscuridad aparecieron en mis manos.
"voy a arreglarlo, si. Es eso lo que voy a hacer"
Llevo mi espada y mi daga, algunos venenos tirando a debiles, unos guantes recios y unas botas la mar de ligeras. Mi abrigo es el de siempre. Pero para la ocasion, le he dejado las manchas de sangre....lo cual me ofrece el aspecto de un asesino en serie de piel oscura, contrastando fuertemente con Vor, que parece un mago en toda regla.
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FLASHBACK
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Mi mirada pasaba rapidamente de un individuo a otro. Y alli hasta habia otro drow, la mar de raro, que no nos dirigio palabra...parecia tener otro objetivo, el Moulin aquel. Yo por mi parte....
-Conozco los campos de concentracion. Sé como llegar.
"Se algo sobre como salir"
Aseveré con voz rasposa, como si me hubiera costado mucho soltar esa frase. Miro a Vor un tanto inquieto cuando pregunta aquello. -Claro que me da miedo. Pero es mi oportunidad de enfrentarme a ellos y vengarme por todo lo que hacen alli.
Escucho a Johan, con algo mas de atencion de lo que lo habia escuchado otras veces, pues ahora decia cosa con sentido. Miro a los dos magos que dicen que se nos unirán, uno moreno de mirada fria y otro de pelo azul al cual Vor parece tenerle algo de recelo. Asiento, lentamente....estaba decidido. Por mi parte al menos, total y absolutamente
-Os contaré mas cosas sobre ese sitio....pero estoy seguro de que las cosas habran cambiado bastante
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FLASHBACK
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Mi mirada pasaba rapidamente de un individuo a otro. Y alli hasta habia otro drow, la mar de raro, que no nos dirigio palabra...parecia tener otro objetivo, el Moulin aquel. Yo por mi parte....
-Conozco los campos de concentracion. Sé como llegar.
"Se algo sobre como salir"
Aseveré con voz rasposa, como si me hubiera costado mucho soltar esa frase. Miro a Vor un tanto inquieto cuando pregunta aquello. -Claro que me da miedo. Pero es mi oportunidad de enfrentarme a ellos y vengarme por todo lo que hacen alli.
Escucho a Johan, con algo mas de atencion de lo que lo habia escuchado otras veces, pues ahora decia cosa con sentido. Miro a los dos magos que dicen que se nos unirán, uno moreno de mirada fria y otro de pelo azul al cual Vor parece tenerle algo de recelo. Asiento, lentamente....estaba decidido. Por mi parte al menos, total y absolutamente
-Os contaré mas cosas sobre ese sitio....pero estoy seguro de que las cosas habran cambiado bastante
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"Pero como puedes arrastralos a ellos? No estan preparados. Y si les ocurre lo mismo que a mi?"
-No, mira, ahi las tienes
Me detengo, señalando con mi cabeza la silueta de una prision recortada contra el cielo nocturno. Mi expresion es extraña, dificil de desentrañar, seria, con el ceño muy fruncido. Demasiado hastío. Vor me pregunta que si estoy seguro, en drow, y miro a mi alrededor, a mis aliados.
-Totalmente seguro. Totalmente equivocado, quizá.
Alzo la vista hacia el mago, el moreno. - Es a tu hijo a quien tienen ahi, no es asi?- pobre desgraciado. Sabia por lo que debia de estar pasando, o seguiria pasando. Reconozco las torres de vigilancia, los altos muros de hormigon con alambre de espino....los focos, pasando cada dos por tres por el perimetro, vigilando.
-Si....repasemos el plan..... -y unas bolas de impenetrable oscuridad aparecieron en mis manos.
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FLASHBACK
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Con Adam, Lyran, Vor'Kalth y Roäc repasaba someramente los aspectos mas destacables que recordaba, exponiendo qué podiamos hacer.
-Nos detectaran apenas nos acerquemos. Oscureceré sus focos, para que no seamos tan visibles para los posibles tiradores. Pero yo no puedo causar daños a distancia, eso os lo dejaré a vosotros. Estoy abierto a sugerencias....Debemos entrar juntos. El lugar está dividio por sectores, en uno en concreto mantienen a la gente encerrada....Como ha dicho Vor, vosotros rescatais, nosotros armamos caos.
"Y sangre, mucha sangre...."
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FLASHBACK
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Con Adam, Lyran, Vor'Kalth y Roäc repasaba someramente los aspectos mas destacables que recordaba, exponiendo qué podiamos hacer.
-Nos detectaran apenas nos acerquemos. Oscureceré sus focos, para que no seamos tan visibles para los posibles tiradores. Pero yo no puedo causar daños a distancia, eso os lo dejaré a vosotros. Estoy abierto a sugerencias....Debemos entrar juntos. El lugar está dividio por sectores, en uno en concreto mantienen a la gente encerrada....Como ha dicho Vor, vosotros rescatais, nosotros armamos caos.
"Y sangre, mucha sangre...."
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Camino, siguiendo a Adam y al drow. Adam porque gracias a Catherine sabia donde estaba el lugar, al drow porque...porque al parecer ya habia estado allli. Yo tambien visto de colores oscuros, practicamente toda mi indumentaria es negra. No llevo ninguna capa vistosa. Solo pantalones negros, jersey negro, y un chaqueton de paño negro. Debajo de esa tela habia una coraza para proteger, algo pesada, pero considerada necesaria...y el unico toque de color lo añadia una bufanda de color rojo oscuro con bandas amarillas. Una prenda de hace muchos muchos años que aun conservo y que me he puesto hoy. Al cuello llevo mi colgante de cristal, la katana descansa en mi costado y porto un frasco de esencia de dictamo. El galeon se habia recalentado en mi boslillo, sabia que la brigada habia comenzado.
-El ataque a palacio ha comenzado. Nosotros debemos apresurarnos tambien antes de que armen la seguridad. Si esa es la entrada...comencemos. -me remango las mangas del chaqueton, notando cierto cosquilleo en las palmas de mis manos. La concentracion. De pronto siento que somos pequeños al lado de esa edificacion. Tendriamos que aprovechar y acercarnos lo mas rapido posible.
- FRASBAAAK:
- -Tened mucho cuidado, Lykaios. Y en cuanto a vosotros....
Miré a Azahar, mi hija, que habia decidido acompañar a Johan. Capto la mirada de éste, como preguntandome. Y yo asiento. Habia llegado a confiar en mi hija para este tipo de cosas. No es que no tuviese miedo, es que como él decia, no podiamos permitir que el miedo nos condicionase.
-Lo harás bien, hija. Sólo confia. Y haz caso a Johan....estaremos pronto con vosotros....
Estaba asustado, seria un mentiroso si dijese que no. Con miedo a perderla, de que nos pase algo. Pero como tengo responsabilidades, se que no permitire que eso pase, no voy a permitirlo, ocurra lo que ocurra. Tras escuchar a los demas, asenti a las condiciones del drow.
-Hecho. Yo intentaré ir derribando puertas, espero que no os moleste el agua....- y sonreí.
Habia percibido el rencor en Vor en alguna que otra mirada que me habia lanzado. Pero me daba igual. Era algo con lo que podia vivir. Sé que nuestras similitudes son infinitas al lado de nuestras diferencias, y que vamos juntos en el mismo barco ahora mismo. Asi que por mi parte no hay malas miradas de vuelta, solo concentracion
-Me acercaré todo lo rapido que pueda. Si fracaso tirando la pared, tendreis que cubrirme. Ataquemos a la vez. Johan. Cuando hayamos rescatado a la gente que encontremos.....necesitaremos una via de escape. Dudo que podamos desaparecernos.
-El ataque a palacio ha comenzado. Nosotros debemos apresurarnos tambien antes de que armen la seguridad. Si esa es la entrada...comencemos. -me remango las mangas del chaqueton, notando cierto cosquilleo en las palmas de mis manos. La concentracion. De pronto siento que somos pequeños al lado de esa edificacion. Tendriamos que aprovechar y acercarnos lo mas rapido posible.
Hace ya varios días que fijé en mi mente ese punto marcado con sangre en el mapa, aquella ubicación que se había revelado al realizar la localización mediante la sangre de Chloe. Desde entonces los días y las noches se me han hecho eternos, sin apenas poder dormir por pensar lo que puede estar pasando Ian. En ocasiones los pensamientos se vuelven más funestos, preguntándome si realmente lo encontraremos aquí, y lo más importante, vivo y entero. Demasiada impaciencia y tensión acumuladas durante días. Eso se demuestra en mi lenguaje corporal, con los puños apretados y crispados, la mandíbula también tensa. El plan que trato de repetir en mi cabeza implica que consigo sacarlo de allí sano y salvo. Pero no sólo eso. También implica degollar a todo lo que encuentre a mi paso una vez haya cumplido la prioridad, salvarlo. Qué más da, a estas alturas de mi historia poco importa una víctima más o menos. O eso me gustaría creer, porque también es cierto que las cuentas de un asesino se van volviendo más y más pesadas cada vez. Y esa cuenta empezó precisamente cuando apenas tenía 16 años, con la misma daga que llevo ahora al cinturón. Pero no es la única arma que llevo para la ocasión. También porto una katana, y unos guanteletes de acero negro para que hagan las veces de canalizador de magia. Además llevo, bajo el abrigo negro y largo, un peto de cuero tachonado. Como complementos he traído un par de pociones que llevo en los bolsillos, el fuego Valyrio y la esencia de escrúpulos de nahlrout.
Nos dirigimos a pie hacia las afueras de Londres, al lugar en el que se encuentran aquellos campos, caminando un poco por detrás del drow que se supone que conoce el camino para llegar. Durante la mayor parte del trayecto voy en absoluto silencio, no tanto por estar concentrado como por el hecho de que cualquier cosa que pueda decir ahora es absurda, ya está todo hablado de la reunión, además, si tuviese que decir algo sólo sería...
Abro el puño y extiendo la mano hacia delante al llegar frente a las puertas metálicas de la prisión, mientras espero que Dyospiros oscurezca los focos tal y como acordamos previamente. Esto nos haría algo menos visibles, aunque pronto vamos a dejar de pasar desapercibidos. Respiro hondo y me preparo por si tengo que estar listo para actuar en caso de que Lyran fracase tirando la pared de manera más 'silenciosa' con esa habilidad que nos permitiría entrar. La pregunta de Dyospiros hace que pierda levemente la concentración, aunque todavía tengo algunos segundos para recuperarla, en lo que tarda Lyran en actuar. - Así es. Mi hijo Ian. Tiene 21 años, pero no es un novato, lucha desde hace ya varios años. Aun así le han atrapado...- quisiera preguntarle más cosas sobre lo que le hicieron allí, pero temo las respuestas. - Espero que el camino para llegar a esa zona no haya cambiado.- añado para evitar preguntar por lo que les hacen, asintiendo a lo de repasar el plan de manera rápida.
Nos dirigimos a pie hacia las afueras de Londres, al lugar en el que se encuentran aquellos campos, caminando un poco por detrás del drow que se supone que conoce el camino para llegar. Durante la mayor parte del trayecto voy en absoluto silencio, no tanto por estar concentrado como por el hecho de que cualquier cosa que pueda decir ahora es absurda, ya está todo hablado de la reunión, además, si tuviese que decir algo sólo sería...
- flashback:
- - Gracias...- murmuro con la cabeza baja de tal manera que sólo lo escuche Lyran, que acaba de ofrecerse para acompañarme en el ataque a los campos, a pesar de que le dije que podía ir yo solo. Pero por lo visto eso no entra en sus planes, y en cierto modo yo ya lo sabía. Él no me dejaría enfrentarme a eso sin estar ahí para ayudarme. A pesar de toda la mierda que ha sucedido entre nosotros, a pesar de que se jodió (o jodí, más bien) una amistad de la infancia en la que fuimos como hermanos, a pesar de todo...sigue estando en los momentos en los que se le necesita. Para empezar me ha traído a la reunión, entrando a una base que he tenido siempre vetada, por haber sido auror del Ministerio hace unos años. Además, uno que atacó hasta la entrada de esta base. Y, aunque ya no pertenezca al extinto Ministerio, puedo notar las miradas recelosas de algunas personas de la reunión, especialmente del Black.
No hago mucho caso al lugar al que van otros, prefiero centrarme en el sitio que me interesa. Parece que no vamos a ir solos a ese maldito lugar, un par de drows que no he visto nunca se unen, aunque no parece que tengan allí a nadie que rescatar. Más bien parece algún tipo de venganza, tal y como confirma uno de ellos. Cómo lo entiendo. Me recorre un escalofrío por todo el cuerpo cuando dice lo de vengarse por lo que hacen allí. El otro drow, el más joven, también se le une a eso de ir a joder, cosa que me parece perfecta porque así también actuarán de distracción al principio. - Ellos quieren crear caos y destrucción, que es lo que necesitamos para llegar a las celdas, que arda todo, que no sepan a donde dirigirse. - el poder de Lyran hará más sencillo eso de acceder a donde esté encerrado. Ya lo he visto otras veces usar ese poder, y es justo lo que necesitamos. La huida que menciona Lyran será más complicada, pero es lo principal. Me quedo mirando durante unos segundos a un par de listones de metal no muy grandes que hay en el suelo, algo que probablemente hayan usado para hacer reparaciones u obras en la base. A un gesto de mi brazo estos se elevan en el aire. - Haré que estén más ocupados intentando salvar su vida que tratando de detenernos.- cierro el puño, convirtiendo el metal que levita en un amasijo deforme.
Abro el puño y extiendo la mano hacia delante al llegar frente a las puertas metálicas de la prisión, mientras espero que Dyospiros oscurezca los focos tal y como acordamos previamente. Esto nos haría algo menos visibles, aunque pronto vamos a dejar de pasar desapercibidos. Respiro hondo y me preparo por si tengo que estar listo para actuar en caso de que Lyran fracase tirando la pared de manera más 'silenciosa' con esa habilidad que nos permitiría entrar. La pregunta de Dyospiros hace que pierda levemente la concentración, aunque todavía tengo algunos segundos para recuperarla, en lo que tarda Lyran en actuar. - Así es. Mi hijo Ian. Tiene 21 años, pero no es un novato, lucha desde hace ya varios años. Aun así le han atrapado...- quisiera preguntarle más cosas sobre lo que le hicieron allí, pero temo las respuestas. - Espero que el camino para llegar a esa zona no haya cambiado.- añado para evitar preguntar por lo que les hacen, asintiendo a lo de repasar el plan de manera rápida.
- flashback:
- - Nos dividimos nada más entrar, y de allí nosotros vamos a donde estén encerrados. Una vez dentro...será complicado comunicarnos, puede que no haya ni tiempo de usar la moneda esa comunicadora. Tal vez deberíamos plantear un tiempo máximo para hacer el ataque, 30 minutos como mucho, para volver al punto de encuentro y salir. - discutimos en pequeño grupo el modo de comunicarnos y salir, todavía dentro de la sala de reuniones. Obviamente sería mucho más fácil abandonar el sitio si entre todos hacíamos cobertura. Si salimos cada uno disparado en una dirección seremos un objetivo más fácil.
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