Plaza central

-¿Hay que tener una razón para bailar en una fiesta?- Preguntó y sonrió alegremente con sus ojos oceánicos brillando de alegría. Le sonrió finalmente a Juliet y luego a su otra amiga rubia -Soy Shyvana- Se presentó antes de ir hacia la pista de baile. El muchacho tomó la posición correcta y la Pendragon sonrió ante la idea de que supera bailar correctamente -Temía que no supieras el protocolo- Confesó y bailó con él escuchando sus preguntas y sintiendo que en menos de 20 segundos ya le había fastidiado la pieza de baile -Así que tu también eres de esos que ni en una fiesta puede concentrarse en divertirse ¿No? – Puso los labios en morros con un gesto algo molesto pero que se pasó cuando el Descendiente de Da Vinci decidió ponerle ritmo a la danza. Shyvana sonrió tanto que pareció explotar de alegría porque no sólo se trataba de que Reiv supiera bailar sino de que Gio la hacía mover el cuerpo como peonza.  

-Nos …expulsaron…Del…. Consejo- Le respondió a Reiv a medida que lo enfrentaba en cada vuelta con una sonrisa en el rostro -Ahora….Queremos….Lo que nos….Pertenece…Por derecho- Expresó para que luego pudieran hacer otros pasos mientras la rubia recuperaba el aliento -Y el Antiguo Código es el que dicta la fiesta… ¡ A mi me viene de perlas!- Se rió con diversión -¡ALUD!- La saludó con demasiado entusiasmo porque así como ella, Alud también adoraba bailar. Ignoró por completo a sus hermanos, a todos en general,  al menos hasta que otro guapetón le tocó el culo a su pareja. Lo miró con curiosidad, entrecerrando los ojos con profundo interés en ese descarado. ¡Cómo le gustaban los descarados!

Siguió bailando, al menos hasta que Gio finalizó la pieza. Quedó frente a frente a Reiv y lo miró con intensidad, descendiendo y arrastrando sus ojos celestes hasta sus labios -Deberíamos besarnos…Para romper la tensión- Murmuró para después reírse de su gesto y negó con la cabeza -Tranquilo, caballero, estoy prometida y no soy una zorra- Le dio dos palmaditas en el hombro y lo giró con brusquedad tirándolo de vuelta hacia la pelirroja y Alud, ya que en uno de sus giros había visto a su hermana acercarse al Da Vinci. Aprovechó que una de las Descendientes se puso hacer un espectáculo y atravesó la pista estudiando a todos los que iban llegando. Se preguntó si algún Descendiente querría bailar con ella. El de Moisés se veía contento aplaudiendo ¿Por qué no salía?

Llegó hasta G&G en la mitad de la conversación  y se puso tras su hermana, apoyando la barbilla en el hombro de la morena mientras miraba a Gio mientras hablaba. Le miró los labios, los ojos, el pelo, la barbilla, el cuello, los hombros, los brazos, los brazaletes, el sudor, el color de los ojos de nuevo, el grosor de su labio inferior, sus orejas…Ni siquiera parada era capaz de contener su necesidad de hacer cosas -Oish… Qué dramático. ¡Un mundo muerto! Blablabla… Aunque eso ningún bien le hace a los dragones- Analizó -Este no es mi lugar. Es más lo tuyo…Me voy a bailar con alguien- Le dejó un beso en la mejilla a G y le sonrió a Gio, guiñándole un ojo posteriormente. Fue bailando elegantemente por la pista hasta acercarse a la mesa de sus hermanos y tomar una copa de vino, ver a Gio bebiendo le había dado sed, se bajó tres copas en seguida y le sonrió a W y a D, que estaba con una rubia, tras ello volvió a la pista de baile a ver a quien se robaba. Optó por el descarado  y se acercó haciendo una reverencia -Hola de nuevo- Le guiñó un ojo a la rubia -¿Bailamos? Los Descendientes tienen caras largas y me aburro… ¡Venga!- Soltó y le cogió del brazo para arrastrarlo hacia la pista.

OFF: Saluda a Juliet y Leila. Baila y habla con Reiv, luego saluda a Alud y manda a Reiv con Juliet y ella. Va a donde está G con G y oye parte de la conversación, se aburre, va hasta la mesa y saluda a sus bros y dsps va a sacar a Kyllian a bailar.

-De acuerdo, os llamare Rosse- Le susurró al oído en la última parte de la danza de Rapunzel, cuando quedaron bastante más cerca de lo que Vishous esperaba. Tal vez la jovencita no fuera tan tímida o novata. Eso hizo que le mirara con más interés pero durante la danza, en la que constantemente se había cambiado de lugar con el resto de caballeros hubo otras mujeres que llamaron su atención. Más … Maduritas. Vishous escoltó caballerosamente a Rosse hasta su lugar en la mesa y se retiró haciendo una leve reverencia. Amaya le custionó algo con la mirada y Vishous la ignoró deliberadamente.

Cuando volvió a mirar hacia la pista vio al Descendiente de Saladino despedirse elegantemente de la Descendiente Discórides y vio allí una de sus oportunidades con una de las maduritas que había visto. Que…Oye, las Pendragon tampoco estaban tan mal. Entre el escote de la rubia y los morros de la morena se montaría un trío para la historia. El sólo pensamiento de aquello hizo que su zona sur respondiera de inmediato. Se controló un poco y finalmente se acercó a la pelirroja cuando Bellatrix pedía el piano. Estaba seguro de que la peliblanca haría una canción suave así que le venía bien -Descendiente- Saludó llevándose una  mano al pecho y haciendo una leve reverencia justo cuando Sayid se alejaba-Me pregunto… ¿Me concedería esta pieza?- Inquirió con todo el tono formal que tenía y que sus padres se habían empeñado en educarle porque sospechaba que Discórides era muy muy formal, muy elegante y muy todo -Soy Vishous Royden, teniente de la Guardia de Ouroboros- Probablemente lo conociera pero no por ese cargo. Se había percatado con los años que todos los Descendientes, excepto aquellos que no pasaban demasiado tiempo en la isla, le conocían por referencia. Aparte alguna que otra vez había practicado la cetrería en los jardines de la descendiente.

El guardia clavó sus ojos de plata en los de Sofía y descendió lentamente hacia sus labios mientras pasaba un brazo por su cintura, atrayéndola hacia sí con firmeza pero dejando un espacio prudente y protocolario por si acaso. La guió con experticia a través de la pista, esquivando al resto de las parejas con destreza pero permitiéndole a la pelirroja apoderarse del protagonismo de la pista con su danza -Espero os encontréis bien después de vuestro secuestro ¿Os han hecho algo? Aparte de la pira, no os veo quemada- Inquirió manteniendo su mirada en la de ella para luego mirar hacia donde estaba la morena Pendragon -Esa mujer mató a 11 de mis compañeros esta mañana. A mi me atacó también- Explicó en voz baja antes de alejarla suavemente y hacerla girar sobre si misma con gracia, entonces la atrajo de nuevo hacia sí mismo -Espero que no hayan experimentado con vos- Murmuró, haciéndose el tonto, y acercándola para que oyera mejor, después la dejó “volver” a su sitio.  Pero oye…Que había disfrutado de su escote apoyándose en su tórax, porque…Menudo escote. Y su perfume, olía muy bien. Se preguntó cómo se vería sin toda esa parafernalia de ropa… Con la boquita pecaminosa que tenía, seguro era una fiera.

OFF: Deja a PNJ Rosse en su lugar, intercambia mirada con Amaya, y va a por Sofía.

Tan pronto como había llegado a la plaza con Gwen y Alud habia recobrado mi forma élfica. Se preparaba una fiesta, y un dragón en su auténtica forma no puede beber vino. Y el vino es una de esas delicias humanas.

Me mantuve todo el rato en un vigilante segundo plano, escuchando a los Descendientes hablar, a W. y a todos sus hermanos. Gwen llevó a cabo a la perfeccion el inicio del ritual de ceremonia. Cuando llegó el momento, dejé de pasearme tras los Pendragon con mis manos entrelazadas a la espalda, y tomé asiento en la mesa.

Atento a la conversacion pero sin participar de ella, hice que me sirviesen vino y lo probé. No estaba mal... Suspiré, tratando de pensar cuando habia sido la ultima vez que habia conseguido emborrcharme.

"Me hago mayor. Debería comprarme una moto? Cambiarme el corte de pelo?"

Disimulé un  bostezo cuando empezó a sonar la musica, mirando a la orquesta. Luego eché un ojo a los varones de los Pendragon, ellos siempre tan agresivos. El joven de los Merlin era un idealista. Había visto morir a muchos como él. La china era una cobarde que no sabía usar bien el inglés. El del pelo blanco me resultaba entrañable. La mujer que se puso a cantar "I need a hero" provocó en mi la mayor cara de "wtf" que había puesto en medio siglo. Me cubrí los ojos con una mano, suspirando....

Tras esto me levanté, y pasé al lado de W., poniendole mi mano sobre su hombro y acercando mis labios a su oido para susurrarle de modo que solo el pudiese oirme. - estad atentos pues guardan sus dagas bajo las mesas... - era una forma de hablar, claro está.

Tras aquello me acerqué a la alocada Shy, que no habia tenido mejor idea que pedirle a un feral que bailase con ella. No podía permitirlo. Además, me apetecía bailar con ella.
- Voy a tener que interrumpir, pero también es tradicion que bailes conmigo, Shy. - le dije tomándola por una mano, lanzandole una mirada al feral que lo dejaba claro. No me importaba cuando en un asiático me daban gato por pollo...

Me llevé a Shy a la pista de baila, agarrándolo como un caballero bien instruido en todo tipo de bailes haría. - Se que te mueres por moverte pero, ése? en serio?

Esbocé una mueca parecida a una sonrisa ladeada cuando Lasaña me confirmó que no me consideraba rival.

"Ah, el orgullo de los dragones, cómo olvidarlo?"

Sin embargo ahora, en mis brazos y con la zona de antimagia activada, pareció romperse en mil pedazos desde su interior. La escuché con atención, realmente parecía estar atravesando una crisis personal y vital muy fuerte....era joven, verdad? Con un dragon uno nunca sabe pero...ella no odiaba a los humanos, aun. Probablemente, joven. Aunque muy poderosa.

- Ellos...Los Pendragon. Llámame loco pero quien te valora solo por tus habilidades, no es tu familia....es tu jefe.

Cuando se puso a llorar asi me quedé sorprendido, me estaba dando mucha penita lo que me contaba, se sentía una piltrafa y no se lo habia dicho a nadie....

"es el tipico caso de adolescente abandonada por sus amigos y padres y cuando llega una banda de barrio chunga la absorbe"

- Ugh, lo de Altair es asqueroso, segura que es legal que coma de eso?  - el tío ya me pareció raro desde que me miró toqueteandose los pezones. Alcé una ceja y añadi con tono críptico y divertido  - Por un módico precio puedo arreglar lo de su descendencia... - Ella se recompuso al poco y se levantó. Había notado diferencia en ella cuando activé la antimagia pero no obstante, ella manifestó que su fidelidad seguiria con los Pendragon.

- Parece una decision tomada desde el despecho y el dolor. - me levanté dando un paso para situarme tras ella dirigiendo mi mirada al mismo lugar que la dragona. -  Descuida, todos tenemos dias malos y....no voy a detenerte. - me acerqué y le di un abrazo por detrás. - Tu magia es tuya, no te la he quitado. Solo he anulado cualquier efecto de encantamiento que los Pendragon tuviesen sobre ti. Si aun así ese es el camino que visualizas para tí, síguelo.  - La solté por fin y me puse a su lado. Me fijé ahora en la fiesta, en la mujer de pelo blanco que cantaba. - Nada ni nadie es lo que parece. Y recuerda que no necesitas la aprobacion o ayuda  de ningun mago. En todo caso ellos...necesitan la tuya. - la miré de reojo sonriendo de lado. Le di una palmadita e la espalda, ladeé mi cabeza en un gesto de "nada importa" y despues di un paso adelante, dejandome caer del tejado. Habría parecido un poco suicida de no ser porque rompí la canica de mi mano, dejando fluir de nuevo la magia por mi cuerpo, pudiendo desaparecerme de alli para volver a aparecer pero ahora mas cerca de la carpa y de la fiesta, desde donde tenía una mejor visual con Smaug...y con Sean, al que le silbé para que me mirase y le dije con los labios "tenemos que hablar".

-Da Vinci
Repetí asintiendo levemente mientras dejaba a un lado el instrumento y tomaba entre sus manos una copa de vino. Comenzó a hablar, mucho, casi sin parar. Captaba alguna de las palabras pero otras se me escapaban. Muchos conceptos que desconocía en realidad pero tampoco mostré duda respecto a ello.
De cuando en cuando daba un sorbo a la copa, mientras el descendiente parecía beber con premura.  Paró por un momento mirándome , el hombre parecía estar consultando algo con sí mismo. Alcé ambas cejas como instando a que continuase.
Le observaba con seriedad pareciendo que aquello que me contaba me perturbaba sinceramente. Desvié la mirada a la plaza cuando él pareció mostrarme a aquella gente, que por cierto parecía bastante animada.
La descendiente de aspecto moribundo parecía haberse pasado de la raya con aquellas sustancias de la mesa y otros tantos bailaban, varios más se unían a la fiesta.
Volví a posar la vista en él al pronunciar la palabra guerra y casi estuve a punto de decir algo pero simplemente desvié la mirada a la copa que tenía entre manos frunciendo mis labios.
Volvió a quedar mudo por lo que alcé la mirada hasta él, que en ese momento estaba como bloqueado. Avancé un paso hacia él, tal vez seguían manteniendo esa comunicación mental que sospechaba entre ellos.
-¿Os su...
No dije más pues habló de nuevo .Poco después mi hermana apareció y sonreí unos instantes cuando apoyó su cabeza. Pronto abandonó nuestra compañía y sonreí al mago con cierto aire avergonzado.
-Disculpe a mi hermana...es....
Seguí a Shy con la mirada, danzaba de un lado a otro de la pista. Era bastante más sociable que yo y sabía disfrutar de una buena fiesta, sobre todo de las que precedían a grandes eventos para la familia.
-Disfruta de las festividades.
Concluí por explicar sobre ella mientras llevé la copa a mis labios, haciéndola desaparecer de entre mis manos una vez la terminé.
Al hacerme aquella propuesta le devolví una extraña mirada, el Descendiente de Da Vinci había bebido mucho y bastante rápido por lo que asocié aquella invitación a ello. Observé su mano durante unos segundos, no sabía si era procedente bailar con el enemigo, tal vez W y D se enfadarían, pero desde luego los que seguramente lo hiciesen serían el resto de los pertenecientes al Consejo, así que posando mi mano sobre la suya y asintiendo con una sonrisa dulce en mis labios acepté aquel baile.
Confome caminábamos a la pista central comenzaba una música diferente, una vez en el lugar extendí mi brazo agarrando su mano mientras la otra la posaba tras su espalda.
-Llevamos años gobernando una isla pequeña en un mundo prácticamente muerto,gracias al consejo.
Le comenté no en tono amenazante u hostil, más bien en uno prudente y triste, por suerte mi corta edad a pesar de mi seriedad habitual hacían que mis palabras sonasen aparentemente inocentes y sinceras.
Comenzamos a bailar al ritmo de la música así como la gente que allí se encontraba, de vez en cuando alzaba la vista para sonreír si consideraba que los pasos dados resultaban correctos, casi también retando a que el mago pudiese mejorarlos. Al fin y al cabo nuestra familia se había molestado en enseñarnos danza y música por alguna razón.
-Es preocupante...pero me temo que no...
Un giro más.
-No puedo serviros de mucha ayuda, mi hermano no aplazará sus intenciones.No ahora.
Entre vueltas y pasos, pude ver a Alud disfrutar lo que me hizo sonreír por unos segundos antes de centrarme de nuevo en Giordano.
-La única solución sería acabar pronto con todo esto, de algún modo...

Reí momentáneamente y acepté con un gesto el ofrecimiento de Adael por pura cordialidad y este me echó un poco de ensalada en mi plato. Tenía un nudo en la garganta, pero aún así picoteé un poco de mi ensalada con la intención de evitar un contacto directo con nadie, metiendo rodajas de las frescas hortalizas y masticando lentamente para intentar disfrutar el sabor. Mi Palantir empezó a calentarse, símbolo de que había reaccionado ante algo, pero en ese momento no podía ver lo que era, no al menos delante de los Pendragón.

“Excelente idea Sean, e incluso podríamos aprovechar ese momento para entrar en sus mentes de forma voluntaria, así, como sus mentes estarán ocupadas, los Pendragón no podrán acceder a ellos”Apreté con fuerza la mano de Sean. Sus palabras llenaron de coraje mi chino corazón. “Esta guerra la ganaremos, sea como sea”

Levanté la mirada por un momento y mis ojos se encontraron con W mientras me decía de relajarme y disfrutar, yo si que tenía los chakras desestabilizados. Tragé saliva al examinar su rostro y desvié mi mirada tras unos segundos sin decir nada, incómoda, pero su último comentario hizo saltar mis alarmas. “El hombre este diciendo que lo de SAM es nuestra culpa por no hacer que se dobleguen los humanos ante nosotros… Mejor intentemos evitar que esta gente conozca a los Blood ” Pero ya era demasiado tarde, se encontraban en la fiesta y se habían dividido.

Ellos se pusieron a atacar a Zaphira, que por suerte seguía de nuestro lado y no me extrañó nada que no asistiera a la fiesta, mejor prevenir que ser cohercionado. Asentí con cada palabra de Sean, compartíamos ese sentimiento de unión con el consejo y quería demostrar a los Pendragón que no debíamos pagar por nuestros antepasados, lo que no sabía era cómo. Sean se levantó y me ofreció su mano para bailar, a lo que le respondí con una sonrisa y me levanté cogiendo su mano con fuerza, pero cariño.

“Sean… Espera… Algo va mal ” Miré hacia los lados discretamente, pero no había nada fuera de lugar. “No puedo contactar con Setelah, habrá usado la anitmagia, puede que esté en peligro” En ese momento aproveché para mirar el Palantir, observando a Bellatrix en la montaña nevada, las fauces, los ojos grises y la encomienda, enviándola a todos mis compañeros descendientes. “Bella... ¿Qué has hecho? Explica esto por favor...” Pero al girarme para salir de allí pude contactar con Setelah. “¡Setelah!¿Qué ha pasado? Te escuchamos solo Sean y yo”

Los sonidos en su cabeza se mezclaban, los pensamientos le afectaban de otra manera. Sentía la fuente presencia de Kira Mandela, Helena Paracelso, Snagov Tepes, Jean De Molay y Desmond Le Fay. Sentía sus miradas acusatorias sobre ella, pero cuando se giraba para mirarlos, ellos no estaban.

Su respiración sonaba fuerte en sus oídos, su mirada perdida en algún punto lejano de la plaza, pero recorrió con su mirada a los miembros presentes del Concejo cuando la descendiente de Confucio se dirigió directamente a ella… o lo que creía que eran los concejales ya que todo se veía distinto. Se levantó de su asiento manteniendo la elegancia propia de ella y se quedó tildada por un momento para luego hablar para todo aquel que quiera escuchar.

-Me temo que deberán disculparme, me siento algo indispuesta. Con su permiso.- Dijo haciendo una reverencia y luego se retiró.

Procuré concentrarme en llevar bien los pasos para que así durase más el baile y me diese tiempo a sacar más información, aunque a ella no pareció gustarle eso de que le hiciese preguntas en mitad de una fiesta. Por lo menos parecía satisfecha de que supiese bailar. - Sois la novedad de la fiesta, es normal que queramos saber cosas sobre vosotros. - especialmente yo, que tenía más interés en ellos y en acercarme de algún modo. Entorné los ojos mirando a Gio cuando cambió la música de manera tan repentina, así que me adapté a las circunstancias intentando seguir el ritmo mientras la hacía girar cuando tocaba. Así feliz y motivada seguro que le sacaba algo.

- ¿Y por qué os expulsaron? - me entró la vena cotilla por saber los trapos sucios de los Descendientes, quería saber todo lo que había pasado para que llegasen a eso. -No sé yo si os van a dar lo que os corresponde...ni creo que consideren que llevéis razón. Son un poco...testarudos. Tal vez pueda ayudaros a conocerlos mejor. -finalicé sonriendo como si estuviese de su parte, aunque no obtuve mucho más porque la Pendragon lo que tenía eran ganas de fiesta, no de contarme su vida. Pegué un respingo cuando alguien me tocó el culo por detrás al pasar, protestando por su ataque que me había pillado desprevenido. - ¡Eh! ¡deja el modo sigilo gato para otros! - cuando giré de nuevo la cara me encontré con la de Shyvanna más cerca de lo que estaba antes, fijándome también en el movimiento de sus ojos hacia mis labios. La frase terminó por clarificar el gesto, así que puse cara de confusión por el comentario. Un instante después ya se estaba riendo de su ocurrencia.

"¿Pero qué...? está loca"

- Tranquila, yo también lo estoy. - era una verdad a medias, pero así se la devolvía. - Y no pensaría que una mujer es una zorra por besar a quien le de la gana. - me encogí de hombros con cara de tenerlo muy claro, aunque supuse que si venía de una familia como los Pendragon pues tendría ese tipo de ideas de la mujer de moral intachable. Corroboré que estaba como una cabra cuando me giró para lanzarme de vuelta con Juliet, a la que una peliblanca había sacado a la pista a bailar. Choqué con ellas de manera brusca, estando a punto de caer los tres al suelo. - Ha sido ella, lo juro. - señalé a la rubia que acababa de irse a por Kyllian, haciendo un gesto de disculpa a la acompañante de Juliet. Ni idea de quién era. - ¿Nos disculpas un momento? - cogí la mano de la pelirroja para alejarnos un poco del medio de la zona de baile, que empezaba a ser una locura. Bajé un poco el tono, para hablar de modo más confidencial.

- Pues al final no le he podido sacar muchos datos. Se le va un poco la pinza. Sólo me ha dicho que los expulsaron y que vienen a recuperar lo que es suyo. Un poco lo que dijo la otra. Nada más... - cogí un par de copas de vino de un camarero que pasaba, pasándole una a Juliet y quedándome con otra. Le eché una mirada de reojo, como evaluando si se había molestado o no. - ¿Vas a querer bailar?- tanteé el terreno un poco, aunque mi radar me decía que contenta no estaba.

Aceptó la reverencia de Sayid con una propia justo antes de acercarse a la pista de baile. Sus frustraciones salieron de mala manera, por lo que se disculpó un par de veces ante el moreno por el comportamiento exhibido antes de seguir hablándole de sus preocupaciones. Él tomó la palabra con serenidad, sonriendo suavemente al ver el amor con que le explicaba sus propias deducciones. No iban tan desencaminadas con lo que ella pensaba, pero sentía que se había expresado mal con anterioridad.- Tengo muy clara la parte donde casi me matan, gracias. Es precisamente eso, vienen seguros de ganar y les estamos cediendo terreno cada vez que alguien abre la boca y les suelta en cara todo. No podemos seguir dando la impresión de que no somos un frente unido. Es ahora cuando necesitamos que las fracturas no se noten.- Murmuró mirando hacia la mesa un instante, tratando de averiguar lo que podían estar diciendo.

Ella, por sí misma, no tenía muchas intenciones de sentarse en aquel lugar asignado y fingir que nada pasaba, prefería fingirlo de pie y lejos de aquello, donde no pudiera hacer daño para evitar tener otra escena como la de Gio, Bellatrix o quien fuera. Sentía que estaba sacando de la mesa al único con la sensatez suficiente para hacer frente a la adversidad, pero entre los que estaban era él también al que mejor podía contarle lo que le angustiaba y ayudarle mejor a tomar una decisión. Giró el rostro hacia donde Giordano cuando el contrario mencionó a cierta joven, mirando después hacia la chica. Era cierto que el líder parecía ser otro, pero ella había sido la sensata; hasta ahora...

Asintió a lo de no confiarse. No lo haría. No lo hacía desde los campos pero aquella era una historia diferente. Ahí junto a sus compañeros realmente estaba en una posición donde podía hacer una diferencia. Colocó el rostro en el pecho del contrario un segundo; para hacer sido un día tan largo no estaba agotada, pero necesitaba aquel momento para pensar. Cuando la canción terminó, regresó la reverencia a Sayid con una sonrisa más tranquila. Estaba por decirle que volvieran a la mesa cuando un hombre pidió la siguiente pieza. Antes de que ella respondiera, Sayid fue quien cedió la mano de la mujer. Fue el saludo, bastante militar, el que captó su atención. Quizás no iba a poder zafarse tan fácilmente; y quizás aquello era lo mejor.

No quería ser ruda con aquel apuesto caballero, con lo que aceptó la reverencia agachando levemente el rostro en señal de aceptación. Notó que había acertado a su primera observación cuando el contrario se presentó. Cambió de humor, sintiéndose agradecida con el hombre. La Guardia de Ouroboros les necesitaba más que nunca y no haría un desaire.- Teniente Royden... Es un placer tener hombres tan valiosos en Ouroboros. Siempre es bueno ver los rostros detrás de la armadura.- Reconocer la labor de las tropas era parte importante de su función. Y durante tal reconocimiento, la joven se dedicó sin miramientos a cerrar uno de los botones de su camisa y a alisarle los hombros en lo que iniciaba la canción. Altair era más desaliñado, pero a él no le corregía sus vestimentas. Vishous, por más civil que pareciera, tenía un puesto que honrar. Cuando la canción inició, ambos tomaron sus posiciones, colocando una mano contra la suya y la otra por detrás de su hombro. Le sorprendió un poco lo directo que era, pues aunque todos sabían que aquello había sido un secuestro, no recordaba que alguien hubiera usado la palabra.- El honor se lo debo a mis compañeros. Han tenido una actuación muy oportuna.- Comenzaron bailando algo lento, que extrañamente fue cambiando el foco conforme Bellatrix avanzaba. De tanto en tanto la miraba desencajada, a sabiendas de que ella le había orillado a aquello, aunque esperaba algo más de su estilo: bello y etéreo.

El foco de su atención volvió al hombre cuando escuchó sobre sus compañeros. Le miró de manera solemne unos instantes antes de dar su pésame.-Le aseguro, teniente, que no serán olvidados.- No podía prometer venganza, no sería muy propio de su parte, pero podía recordarlos tal y como mencionaba. Si bien había bailado con gracia hasta ese momento, no estaba realmente haciendo un esfuerzo. Cuando la atrajo con fuerza, su sorpresa fue grande al sentirse tan cerca del contrario. Pero fueron sus palabras las que sacaron una amplia sonrisa y un sonido de diversión, cambiando su humor para mejor; sobre todo por el término que usó para averiguar si le habían hecho algo. Negó con suavidad, asumiendo que lo militar les quitaba un poco la sutileza y, sobre todo, les daba ideas extremas de lo que hacían a los rehenes.- No, no. Si acaso mi paciencia fue puesta a prueba y también un poco mi valor; volar dragones no es tarea fácil.- Aceptó con claro buen humor agradeciendo que se hubiera acabado la pieza de Bella y hubieran pasado a canciones más comunes. Seguía siendo alegre, pero más ameno. Observó por un momento el tatuaje en su sien. Le sonaba de algún lado, pero le resultaba difícil hacer memoria. Además, no sabía muy bien de qué se hablaba con los militares, o si les daba por hablar de algo más que de guerra como él hacía, así que eso fue justo lo que preguntó.- Y dígame, teniente. ¿Es que acaso los militares hablan de algo más que de guerra? Bailar debe ser un gran pasatiempo suyo si lo hace tan bien.

Juliet declinó mí oferta de pata de pollo y luego me miró de aquella forma, se veía dolida, no conocía mucho sobre dragones, pero ella parecía tan vulnerable en aquel momento. Ví a Kyllian acercarse a nosotras y le dediqué una suave sonrisa de reconocimiento. Me reí cuando ví a Juliet ser arrastrada a la pista de baile y deseé que pueda olvidar su dolor.

-¿Hm?- Le pregunté distraída mientras miraba a la gente bailar y terminaba de comer la pata de pollo para lanzar el hueso por sobre mi hombro con desinterés en donde caiga.

-¡Oh! La niña, si, ehhhhh…- Recordé que tenía una niña a mi cargo y rebusque entre mis recuerdos para encontrar dónde la había dejado. Shyvana volvió y saludó de nuevo para guiñarme un ojo. Yo le sonreí y me mordí el labio pensando en lo que haría con los suaves y generosos pechos de la rubia pero me ruborice y aparte la mirada ocultando un poco mi rostro en la copa mientras me la bebía de un trago cuando le pidió a Kyllian de bailar, mas otro apareció para llevarse a la mujer con él.

-Vamos a bailar.- Le dije al feral lanzando el vaso por ahí con desinterés para arrastrarlo a la pista de baile.

-¿Quieres la buena o la mala noticia primero?- Le pregunté mientras bailaba pegandome a su cuerpo un poco más de lo que debería. Ansiaba estar entre sus brazos.

Casi había logrado tranquilizar sus nervios mientras trataba de hacer bailar a Alud cuando la visión de cierta rubia le nubló el juicio. No podía mantenerse indiferente ante ella. Era casi imposible y la sangre le hervía de peor manera que al inicio, cuando Reiv se fue con Shyvana. Todo se le había juntado aquel día. Iba tras ella con la intención de ver si su sangre era tan roja como sus labiales baratos cuando sintió de nuevo sus manos entre las de Alud. Tras mirarla solo un instante se dio cuenta de que no podía dejarla sola así como así. Y terminó por jalarla hacia sí cuando Reiv llegó patosamente hacia ellas. Su ceño volvió a fruncirse al verlo, pero no le dijo nada por arrollarlas casi hasta el piso. Fue quizás la manera en que tomó sus manos y la alejó de Alud lo que más molestia le causó. Ella no le había interrumpido a pesar de todo lo que había pensado en hacer durante aquellos breves minutos donde le contempló bailando con otra.

Una vez llegaron al borde de la pista, le miró con seriedad, escuchándole para darle el beneficio de la duda. Al final iba a resultar que se había ido con ella por lo mismo que quería irse tras la otra, la hermana morena. Miró la copa de vino que le dejó en la mano, con la misma expresión como si fuera una extensión de Reiv a la que también debía mirar mal. La pregunta si fue la gota que derramó su copa. Puso los ojos en blanco y le regresó la bebida de manera brusca, girándose para salir de la pista de baile.- Que idiota. Sabes, creo que Adele te estaba buscando también, ¿por qué no vas con ella? - Murmuró para sí misma mientras caminaba a paso firme en dirección a las mesas vacías, donde terminó por dejarse caer pesadamente en la silla. En aquel espacio no molestaría a nadie con su temperamento, pues en general estaba un poco escondida detrás de algunos pilares de la carpa. Sabía bien que se estaba desquitando con Reiv por lo que hicieron las otras, pero aquel día se le había agotado muy pronto la paciencia y había cedido ante su instinto. Sabía bien lo recelosa que podía ser su familia, solo nunca había llegado a eso, y en aquel momento no sentía ganas de fingir que todo estaba bien como normalmente hacía. Aquella era una sensación nueva para ella.

Se me puso cara de abuelo orgulloso al escuchar a Mei hablar sobre la inutilidad de la venganza, pidiendo que parlamentásemos en paz. Lamentablemente el mundo no era bondadoso, ella era demasiado joven para darse cuenta. Lo de aumentar el Consejo no me gustó, no me apetecía compartir mesa con quien había secuestrado a Sofía, atacado casas y guardias de Ouroboros. Era todo un despropósito, y aquí estábamos como si no pasase nada. Después le hice un gesto a Adael para que hablase, interviniendo de viva voz porque tanto decirlo todo pensando me estaba empezando a estresar un poco.

- En el Consejo puede tomar la palabra cualquiera de sus miembros, en el momento que quiera. Somos iguales y no debemos darnos permiso.- respondí pasándome una mano por la barba, añadiendo después. - Así que habla si de verdad tienes algo que decir. - aunque al parecer los malditos Pendragon no dirían nada relevante hasta el parlamento al amanecer. No pensaban en los viejos. Yo no podía pasarme la noche entera de fiesta por su código, por mucho que fuesen las tradiciones.  El tal W ni me respondió, lo que me pareció una falta de respeto. Además me llamó anciano de manera despectiva.   - Tenéis mucho que aprender aún.  Vuestra arrogancia no os traerá nada bueno. - me acabé la copa de un trago, nada de ir  de a pocos, como él. Después me giré a Sean, que demasiada conversación le estaba dando al otro para lo seco que había sido en sus respuestas.

- Come, que te estás quedando muy flaco. - hice levitar una pata de pollo hasta su plato para que se alimentase, que si tocaba luchar no le diese una pájara. El comentario supremacista que soltó el Pendragon me pareció deleznable, pero Sean se encargó de pararle los pies. Cuánto habían aprendido los pequeños miembros del Consejo, habían evolucionado mucho desde su entrada. Gio le dio las explicaciones necesarias a la chica para que supiese que no estábamos a salvo en tierra, que era cosa de todos. Ellos parecían vivir en un mundo paralelo. Los jóvenes se fueron a bailar y yo no quería quedarme a solas con el tipo aquel, así que me levanté de la mesa sin molestarme en excusarme. El mensaje de Mei sobre Bella y su posterior desaparición me dejaron muy mosqueado. Me perdí entre la masa de gente, controlando a todos los miembros del Consejo que había en el lugar como quien cuenta compulsivamente cabezas de alumnos cuando los lleva de excursión. Me faltaban Lucio, Catherine, Matvey, y Bellatrix. Y Matvey había intercedido por ella en la reunión...

Había respirado profundamente y con paz cuando Ian le dijo que le daba tiempo. Sabía que los dos eran impulsivos y solían reaccionar antes de pensar; pero ahora demostraban que estaban un poco más preparados para los obstáculos que le pusiera la vida. Evidentemente, también influía que estaba la vida de Aedan de por medio. Catherine escuchó la información de Mei y entrecerró los ojos sin comprender a qué venía todo esto y qué había hecho Bella con los recuerdos. Le compartió la información a Ian mentalmente y ese fue el momento de partida. Tal como había hablado Cath con Anteia, Ian fue a llevar al pequeño allí para esconderlo y cuidarlo, la rubia se encargaría de vigilar su mejora.

Catherine reapareció en la plaza pero lejos para ver el festín que habían montado en un periquete. Caminó lentamente por delante de los dragones mirándolos a cada uno de ellos con curiosidad, preguntándose si era control mental, un hechizo, lealtad… ¿Qué era? Observó a un hombre cerca de Smaug y se preguntó si era Pendragon pero decidió no dirigirle la palabra.  Iba a hacer alguna entrada apoteósica, iba a soltar su oscuridad y soltar chorradas pero decidió que mejor era no joder con el código que no sabía. Ingresó mirando con un gesto de hastío la pista de baile, descubrió entonces la mesa de los Pendragon y la del Consejo. No sabía si Sean le había guardado puesto y tampoco lo ubicaba. Intercambió una mirada con Jack, asintiendo con suavidad.

“Prometo intentar no salirme del código ni vengar a mi linaje. Pero no soportaré tonterías. Y como alguno más me mencione la paz… No respondo"

¿Dónde está Bella? Quiero oír la explicación que tiene ahora mismo. Zaphira tenía razón. Nos estamos yendo contra nosotros mismos. Debemos tener cuidado”

Advirtió a todo el Consejo y fue hasta un asiento vacío que, curiosamente, estaba cerca de la mesa Pendragon ya que la mayoría de los Descendientes había puesto espacio de por medio. Es más, se sentó tan cerca que desde el último descendiente que era Rosse, había cuatro asientos vacíos.  Miró a Adele hablarle al rubio y sonrió de lado pensando en lo ambiciosa que era. Tras ello observó al resto de los hermanos Pendragon, deteniéndose en W que parecía presidir la mesa a través de su mala cara. Cogió una copa de vino que le sirvió alguien y asintió brevemente como agradecimiento. Bebió de la copa varios tragos  y la colocó en su lugar, tras ello giró el cuerpo levemente hacia los Pendragon -Soy Catherine Le Fay, confieso mi ignorancia respecto a esta rencilla sobre mi linaje y solicito que me deis información sobre la afrenta que hubo entre los nuestros-

Sonreí al ver que Mei recuperaba su confianza y ahora estaba más decidida a ganar lo que había llamado guerra... esperaba que no llegaramos a eso pero todo apuntaba a que si. La ultima  frase que me dedicó fue muy acertada, aquel pensamiento era demasiado afín a los Blood y ellos ya se habían acercado a tantear el terreno "¿Por qué seguimos dejando que se queden en la isla?" era algo que me había preguntado siempre. Newton que también se encontraba con nosotros no daba su brazo a torcer y se notaba que el W, Pendragon no era nada fácil de tragar para nadie, cuando me dio aquella pata de pollo sonreí algo incómodo, no me veía capaz de comer nada pero picoteé un poco la carne por no hacerle el feo.

Al final salimos a bailar o a intentarlo mientras preguntaba a la legeremante por el otro guardián, si no estaba comunicado eso podría ser un problema solo esperaba que se encontrara bien, di un silvido y de inmediato mi fénix voló hacia mi -Rubi, encuentra a Setelah, seguramente huela como el pajaro que robó las drogas-y menos mal porque Bellatrix estaba montando un numerito en ese momento, imagina si el pájaro no le hubiera robado parte del suministro.  le di una nota con lo que quería decirle antes y que Mei no pudo comunicar dejando que echara a volar.

Mientras estaba distraído la chica sacó su palantir y en cuanto empezó a brillar captó mi atención, las imágenes no eran nada prometedoras y mi preocupación se hizo tangible -Bellatrix ha estado con ese hombre? parecía su cicatriz...- en cuanto la cuestionamos la bruja se retiró de la fiesta y sinceramente era lo mejor, no podíamos dejar que el resto de los invitados y sobretodo los pendragon se dieran cuenta de la brecha en nuestras filas -cada vez tenemos más y más problemas...- .

Mei pudo contactar con Setelah y abrió un canal con él que no fue necesario pues ya se estaba acercando, lo miré mientras Rubi lo sobrevolaba y después se adelantó para posarse en mi hombro -Eres el mejor Rubi, ve a comer lo que te apetezca de la fiesta, pero nada de drogas- el pájaro voló y al mismo tiempo llegaba el mensaje de Catherine, nada contenta de hecho y tal vez le vendría bien una sesión de yoga con Mei pero ya pensaría en eso después, ahora tocaba concentrarse en Smaug y con suerte tener un problema menos -Setelah, ¿has leído mi nota? espero que puedas ayudarme con eso y después si no quieres quedarte a luchar, te agradecería que te llevaras a Smaug contigo a un lugar seguro, creo que Sarah Darwin ha encontrado un lugar para algunos dragones de la isla-

Después del potaje del puto asco del elfo terminó yendo a la fiesta donde no encontró ni a Lykaios ni a Gen, lo que le hizo pensar en escenarios muy interesantes de cotilleo. Pero si que tenía que conseguir a su gente, aunque fue buscando y buscando por toda la pista hasta dar con Leila que se le restregaba a Kyllian. Eso la hizo reír y se acercó a ambos, le dio un beso en la mejilla a Leila -Es tan buena en la cama como tú, señor insaciable- Se rió y volvió a darle otro beso a Leila para irse porque estaba observando a Ben comer un montón de cosas deliciosa. Tenía que darle ese punto a los de Ouroboros, siempre tenía comida deliciosa.

Llegó hasta Dyospiros y Ben, dándole un caderazo al segundo -Cuidado que te ahogas- Se rió un poco y cogió un bol muy elegante que tenía un montón de rollitos de algo que olía súper bien. Más tarde supo que eran rollitos de primavera y maravillosos. ¿Sería cosa de la china? Bueno de los chinos ¿Cuántos chinos había en el consejo? Se puso a contarlos poco a poco pero había demasiada gente así que se rindió-¿Hay alcohol del bueno?- Preguntó a Dyospiros dandole varios codazos suaves pero insistentes -No vino, del real... Ya sabes, del que se te pone la cabeza un poco...pipipipipiri... Que la cerveza del bar era un poquito flojita no?-

Reiv había elegido una buena compañera de baile, menudos mogambos... Me eché a reír cuando me contestó por haberle tocado el culo y al parecer para ella tampoco había pasado desapercibido pues su mirada se cruzó con la mía un momento y ya que estaba le guiñé un ojo, porque descarado si que era solo que había estado secuestrado desde que entré en juego y así nadie se da cuenta.

Juliet estaba que ardía y la verdad no era para menos porque la rubia lo estaba dando todo, sin embargo otra chica salió de la nada para arrastrar a la pelirroja y dar saltos por la pista como loca, era bastante divertida la verdad pero el buen ambiente no me distraía de lo que esa gente en realidad era, lo mejor era ir con cuidado. Pregunté a Leila por la niña, lo mejor era que fueran al hospital u otro lugar seguro para que no les pasara nada cuando el polvorín explotara pero la rubia se hizo la loca respecto a la pequeña y la verdad es que no me hizo mucha gracia -Leila no juegues con eso, esta fiesta no es lo que parece ¿has hablado con Lykaios o con Mérida? ellos deberí... oh! - no terminé de hablar pues la chica rubia que había estado bailando con Reiv se acercó a mi para arrastrarme a la pista con ella.

Le dediqué mi mejor sonrisa para tomarla de la cintura -Soy un poco más bruto que mi amigo, así que tendrás que enseñarme- no di ni el primer paso cuando otro tío así muy estirado se la llevó para bailar, levanté las manos como si la cosa no fuera conmigo y los dejé marchar pero Leila me abordó en seguida. me dejé arrastrar por ella y en cuanto se pegó a mi la rodeé con los brazos suspirando -Leila dime de una vez dónde has dejado a Lila... ¿ha sido en la guardería? espero que si, me dejaría más tranquilo..-  en ese momento Mérida apareció para darle un beso a Leila y a mi unas interesantes declaraciones -Y eso lo sabes por experiencia, chica en llamas?- le dije con cierto recochineo y una sonrisa juguetona, pero en cuanto se alejó  se fue el buen rollo y la feral lejos de serenarme solo me puso más nervioso con lo de la mala noticia o la buena -... la mala primero...-

Escuchó las sugerencias de Sayid y le miró a los ojos con un gesto nada amable, sino bastante serio.

“¿Entonces que hacen todos estos civiles aquí? Nuestro deber no es solo protegeros a vosotros sino a toda la isla. Si necesito un pelotón aquí, el pelotón se apersonará. No necesito ocultar nada porque los Pendragon no son imbéciles. No estoy pidiendo que muevan todas las tropas aquí pero sí que se apersonen por si los necesitamos”

No sabía cómo el General anterior podía aguantar tanta dominancia pero Amaya era mucho más terca. Vio a su primo llegar y  dirigió la mirada hacia la mujer que le señaló, el gesto de asentimiento de Amaya fue imperceptible pero al menos él sabía que había entendido. Después se dedicó a sentarse y escuchar mientras más guardias estaban en la periferia y le confirmaban que al menos una docena de cadenas habían sido forjadas por los elementalistas de hierro. Le pareció raro que su primo sacara a las Descendientes a bailar pero tal vez era una estrategia para avisarles quien era y que se sintieran un poco más seguras. O simplemente estaba flirteando. Optaba por la segunda opción.

Lo de los Palantir le flipó un poquito y pidió que mantuvieran a la Descendiente Bellatrix vigilada dentro de lo posible ya que su habilidad de portales podría hacerla desaparecer de la faz de la tierra a otra dimensión.  Entonces apareció la Descendiente Le Fay y se sentó cerca de ellos, aquello la puso en alerta y se fue moviendo lentamente hacia esa dirección, quedando a una distancia prudente pero lo suficiente para reaccionar.

Goth Morgon Agunnaryd escribió:Tan pronto como había llegado a la plaza con Gwen y Alud habia recobrado mi forma élfica. Se preparaba una fiesta, y un dragón en su auténtica forma no puede beber vino. Y el vino es una de esas delicias humanas.

Me mantuve todo el rato en un vigilante segundo plano, escuchando a los Descendientes hablar, a W. y a todos sus hermanos. Gwen llevó a cabo a la perfeccion el inicio del ritual de ceremonia. Cuando llegó el momento, dejé de pasearme tras los Pendragon con mis manos entrelazadas a la espalda, y tomé asiento en la mesa.

Atento a la conversacion pero sin participar de ella, hice que me sirviesen vino y lo probé. No estaba mal... Suspiré, tratando de pensar cuando habia sido la ultima vez que habia conseguido emborrcharme.

"Me hago mayor. Debería comprarme una moto? Cambiarme el corte de pelo?"

Disimulé un  bostezo cuando empezó a sonar la musica, mirando a la orquesta. Luego eché un ojo a los varones de los Pendragon, ellos siempre tan agresivos. El joven de los Merlin era un idealista. Había visto morir a muchos como él. La china era una cobarde que no sabía usar bien el inglés. El del pelo blanco me resultaba entrañable. La mujer que se puso a cantar "I need a hero" provocó en mi la mayor cara de "wtf" que había puesto en medio siglo. Me cubrí los ojos con una mano, suspirando....

Tras esto me levanté, y pasé al lado de W., poniendole mi mano sobre su hombro y acercando mis labios a su oido para susurrarle de modo que solo el pudiese oirme. - estad atentos pues guardan sus dagas bajo las mesas... - era una forma de hablar, claro está.

Tras aquello me acerqué a la alocada Shy, que no habia tenido mejor idea que pedirle a un feral que bailase con ella. No podía permitirlo. Además, me apetecía bailar con ella.
- Voy a tener que interrumpir, pero también es tradicion que bailes conmigo, Shy. - le dije tomándola por una mano, lanzandole una mirada al feral que lo dejaba claro. No me importaba cuando en un asiático me daban gato por pollo...

Me llevé a Shy a la pista de baila, agarrándolo como un caballero bien instruido en todo tipo de bailes haría. - Se que te mueres por moverte pero, ése? en serio?

La Pendragon no perdió de vista el gesto de Leila o mejor dicho hacia donde iba su mirada y tuvo el descaro de inclinarse un poco hacia delante cerrando un poco los brazos para hacer su escote más profundo. Pero el muchacho de pelo negro era con quien quería bailar, su bicuriosidad no estaba en ese momento como una de sus prioridades. Le sonrió descaradamente al hombre cuando le agarró de la cintura pero aquello duró menos que 30 segundos porque Goth vino a su ¿rescate?

En seguida Shyvana tomó su mano y asintió, se despidió de los otros dos con una miradita. Se dejó llevar a la pista de baile, guiándose por Goth y escuchó sus palabras con una sonrisa. Marcó los pasos con mucha elegancia, mordiéndose el labio inferior -De lo que tengo ganas no se puede hacer en esta fiesta… Así que tengo que buscar mis opciones- Le respondió arqueando las cejas, como retándolo a que respondiera algo -¿Nuestros aliados no pueden venir a la fiesta?- Preguntó pensando en el Antiguo Código, miró a G, ella seguro que si lo sabría…Dio una vuelta y pegó su espalda hacia Goth en uno de los pasos que dictaba la danza por poco espacio de tiempo -A él me le puedo restregar como quiera…- Dijo riéndose perversamente antes de hacer algún movimiento un poco menos… protocolario de lo habitual. Después se desenrolló y volvió a danzar normalmente -Mientras más azúcar, más dulce- Aún le quedaba mucho por demostrar a su prometido, pero si lo enganchaba lo suficiente... La expectativa lograba grandes cosas en los súbditos.

La banda había optado por volver a calmar un poco a los bailarines después de tanta intensidad por parte de los Descendientes, había que calmar un poco los ánimos. Cuando la música empezó a sonar, Shyvana miró a Goth suspirando brevemente -Vale, a calmarse, ya lo he entendido- Musitó con cierto pesar en la voz así que tuvo la gracia de moverse lentamente a través de la pista mientras muchas parejas se alejaban  al no conocer los pasos y otros tomaban el resto de las posiciones -Preferiría estar volando… ¿No podemos irnos, Goth? – Preguntó cuando lo tuvo un poco más cerca -El chico estuvo preguntándome por nosotros. Creo que no le he dado demasiada información-

La general no parecía nada contenta con lo que le había dicho... sin duda otra mujer de carácter y esperaba que eso nos ayudara a lidiar con la situación

"General, los civiles que ve son voluntarios para luchar, algunos curtidos en combate como los mienbros de la brigada que se empiezan a pasear por ahí, sé que las medidas no son lo que cabría esperar de una buena estrategia militar pero esta situación no la habíamos vivido antes y hay que adaptarse, claramente los Pendragon no son tontos, saben que algo pasa pero no hay que darles pie para que nos acusen de algo y nos pongan como los malos, de hecho la invito a observarlos, nos será de gran ayuda saber algo de ellos"

Le devolví la mirada y no era seria, era más bien de disculpa por todo aquello y tal vez para llamar a la calma de la mujer. los acontecimientos seguían sorprendiéndonos a todos y esta vez se trataba de Bellatrix, aquello parecía traición y ya no podiamos concederle el benficio de la duda a la bruja por más que Matvey la defendiera, eramos todos compañeros pero el deber del consejo iba primero, no hizo falta pedirle a la general que enviara hombres tras ella y por suerte Catherine hizo acto de presencia con un mensaje nada agradable.

"en efecto, Zaphira nos lo advirtió y a mi no me escucharás hablar de paz, si de verdad Bellatrix nos ha traicionado no me queda duda de que esta gente solo busca reírse en nuestra cara, tened cuidado con cada palabra que les decís e intentad sacarles toda la información posible"

Le hizo cierta gracia el comentario de Sofía y sus labios se curvaron en una sonrisa que pareció quedarse a medias mientras la miraba pensativo -Para nosotros siempre es un placer veros- Confesó porque no estaba demás decir la verdad aunque estaba seguro de que todo el mundo se lo decía constantemente, después de todo, era una mujer con un cuerpo bien proporcionado y  una cara que parecía tallada por los dioses. Pero tampoco iba a chuparle las medias -Es nuestro deber proteger al Consejo y veros a todos siempre resulta gratificante, como si estuviéramos llevando a cabo nuestra misión. Por ello, lamento vuestro secuestro. Así que os pide que la próxima vez que queráis mirar a los enemigos contactéis conmigo, yo os escoltaré y protegeré- Le miró con una ceja arqueada cuando le abotonó la camisa y le arregló el traje, le pareció…curioso cuanto menos.

-De acuerdo- Respondió a lo de sus compañeros, asintiendo con la cabeza mientras la guiaba en la danza, recordando los pasos con bastante precisión lo que le hizo sentirse orgulloso de sí mismo pero se sorprendió cuando todo dio un giro un poco más rápido. Miró hacia la banda y a Bellatrix en pleno momento de pasión, arqueando ambas cejas con sorpresa -Sois una caja de sorpresas, todas y cada una de ustedes. Únicas, sin duda- Soltó, así, sin analizarlo ni siquiera porque era una conclusión a la que había llegado hace muchos años atrás. Cada mujer tenía un potencial increíble para sorprenderle pero, y aunque su mente era muy teatrera y creativa, siempre lograban cogerle por sorpresa en algún momento.

Volvió la vista a Sofía cuando le miró y asintió suavemente al escuchar sus respetos. No era necesario nada más. Lo cierto es que, como decía ella, detrás de los cascos era mucho más fácil superar la pérdida pero eso no significaba que se había sentido absolutamente impotente al verlos morir sin saber cómo combatir aquella magia. Volvió a mirar a la morena con un gesto algo intenso pero el cambio de música le ayudó a distraerse, era una danza que necesitaba concentración por la cantidad de pasos rápidos que llevaba.  Pero le guió soberanamente bien, porque fue educado soberanamente bien -Así que estáis de una pieza. No entiendo su juego aún, pero me ocuparé- Indicó Vishous en un momento muy leve de descanso donde la tuvo cerca para responderle. Pero al menos esa pieza finalizó con ambos respirando un poco agitados… Vishous se concentró en la bandeja de un camarero y a través de un pequeño chispeo morado teletransportó dos copas de vino a su mano  -Una flor debe mantenerse hidratada- Sugirió, galante, mientras le entregaba la copa.

-Eso depende de qué pueda entreteneros. Tengo varios hobbies fuera del ejercicio físico y sexual. Me gusta la cetrería, forjar armas o trabajar con vidrio- Expresó bebiendo de la copa con un gesto algo lento mientras se fijaba en su respuesta corporal ante las palabras que había dicho antes. Eso le daría bastante información sobre ella, aparte del hecho que su sonrisa era hermosa y no se había puesto en modo energúmeno cuando le había acercado a él. Una nueva música se escuchó, una más lenta que le pareció propicia y le tendió la mano para que asistiera con ella. Vio pocas parejas poniéndose en posición pero claro, era un baile antiguo. Desapareció las dos copas en un momento y tomó de la cintura muy lentamente a Sofía, disfrutando de la cercanía ya que no podía percibir mucho con el guante de cuero negro en su mano derecha -Espero que os guste esta canción-