Torre de Alta Hechicería [cerca de Monte Aventino]

Zaphira Eire escribió:Descansar, ese era el plan pero si bien pude cerrar los ojos un par de minutos la idea de dormir se había ido al traste con el escándalo que había escaleras abajo. me incorporé y me puse los zapatos esperando un momento para comprobar que ya no estaba tan mareada o débil como antes, me quedaban las fuerzas justas para poder salir por mi propio pie y eso hice, dejé la habitación para después bajar por las escaleras dónde el eco hacía que las voces se escucharan mucho más altas hasta el momento en el que se rompió un cristal. Pude sentir el aumento de magia por ambos hermanos, solo podían ser ellos después de que Lyosha reclamara a Khaled y él se marchara.

Me picó la curiosidad y eché un vistazo fuera de la torre viendo dos figuras en la nieve, Khaled había adoptado su forma demoniaca y su hermana estaba sobre él, fruncí el ceño mientras los observaba pensando que eran una familia un tanto peculiar pero eso no era asunto mío. seguí bajando las escaleras hasta dar con una puerta que tenía un olor familiar que parecía alterado por algo más, entonces caí en cuenta, Adramelech había sido herido en el núcleo pero no sabía mucho más de él.

Me pudo la curiosidad y llamé a la puerta antes de abrirla, tal y como había sospechado su esencia estaba mezclada con algo más, un cambio que ya había visto alguna vez durante mis años -Buenas noches Adramelech ¿Puedo pasar?- dije en un tono bajo mientras inspeccionaba la habitación rápidamente

Lyosha Svensson escribió:Vio sus dientes y le devolvió el gruñido mostrando los propios aunque estos eran el canon de una perfecta sonrisa, no así todo lo que le acompañaba en aquel rostro. Al sentir sus garras abollando el metal Lyosha soltó un jadeo, simplemente no pudo contenerlo, aunque el cuerpo de Belialt había recibido casi todo el golpe y su propio peso; la caída le había molestado sin decir...que acaba de salir del hospital, venía de jugar a asesina en serie...y tenía dos botellas de vodka encima.

Desvió brevemente la mirada a las llamas que subía por su arakh sabiendo que pronto el arma estaría demasiado caliente para poder sostenerla. Fue ese momento, y sus sentidos aturdidos, lo que la hizo recibir el golpe de Belialt con un gruñido. La cabeza volvió a darle vueltas mientras era ella ahora la que tenía la espalda contra la nieve. Un dolor punzante a través de los ojos y entonces le sostuvo la mirada, sintiendo que algo se le removía por dentro -Me debes todas las explicaciones, pedazo de mierda, si estoy metida en este cuerpo- Intentó, sin éxito alguno, rodearlo con las piernas y usar su propio peso en una llave que le permitiera sacárselo de encima. Al darse cuenta de que no podía, uso su magia revenant para absorber su energía a través del contacto.

Su voz, ronca, hizo que le recorriera un escalofrío cuando dijo que le había matado. Pero lo peor vino después … ¿Por qué, entonces, había tanto odio destilado en aquellas simples palabras? ¿Por que detestaba a aquellos que la llamaban así pero la había asesinado?  -No la considerabas una inútil y, sin embargo, la mataste. ¿Era tu némesis? De todos los cuerpos en el mundo, de todo la carroña que podríais haber conseguido, por qué ella?- Insistió mientras manipulaba el metal de una de sus "plumas" para pasar por el cuello de Belialt y tirar de el, con suerte o lo ahorcaba o se lo quitaba de encima para poder sacudirse la nieve… o quizás el agua que ya le había mojado toda la ropa haciendo que el frío le calara en los huesos  -Quitate de encima… y como digas obligame, te castro-

Zaphira Eire escribió:El chico tenía mala cara se notaba que no lo estaba pasando nada bien con eso de la transformación, me acerqué a él cuando contestó negando connla cabeza cuando preguntó si buscaba a su abuelo -está ocupado con tu tía lyosha... ¿Es normal que intenten matarse el uno al otro? Porque nadie en la torre parece preocupado por la situación - comenté mientras me sentaba cerca de él estirando una mano para tocar su frente y comprobar su temperatura que por desgracia era bastante alta -Altair, como no, todo un descendiente y aún no controla sus deseos licanos, que vergüenza - no me gustaba nada, poca disciplina, demasiado salvaje, usaban dragines como mascotas y encima se metía con Sean, un desastre. Miré a mi alrededor  intentando localizar medicina pero solo estaba el agua y la toalla que llevaba hasta hacía unos momentos el chico, la tomé para mojarla y le hice una señal para que volviera a la cama -tu cuerpo está cambiando, has tenido mala suerte y la transformación te ha pillado lejos de la luna llena, no me voy a andar con rodeos, esto no es lo peor, ya habrás visto como son las transformaciones... Son dolorosas pero puedes llegar a controlarlas-

Se escuchó algo más de jaleo fuera y miré hacia la puerta un instante antes de volver la mirada al moreno -necesitas algo de medicación, te puedo llevar al hospital o traer a alguien que te eche un vistazo, cuando llegue la luna llena necesitarás todas tus fuerzas... Siento si parezco entrometida, es una mala costumbre que he pillado con los años pero los críos sois muy cabezones a veces- le puse la toalla en la frente y de nuevo miré hacia la puerta pero esta vez preguntándome por las riñas familiares, ¿era eso lo que Khaled quería decir cuando dijo lo de su historial? Esperaba que no, siceramente esperaba que Adramelech no fuera la excepción de la regla o me volverían loca con tanto grito.

Suspiré un segundo y crucé las piernas -tu pareces el menos cabezón de los Svensson... ¿Cómo eran tus padres? Si no te importa contarmelo, le preguntaría a tu abuelo pero bueno... Ya sabes,está un poco liado-

Adramelech Svensson escribió:La mención del torneo me hizo recordar cuando decidimos abandonar, motivados especialmente por aquella visión extraña que había enviado Khaled. Era curioso cómo habían ido haciéndose más cercanos desde la misión de Turín, y se me hizo más curioso aún al pensar en la posible relación entre alguien de la Orden de Merlín y el líder de los Soul Reaper. Precisamente de la Orden de Merlín descendía Sean, a quien tanto había cuidado Zaphira. Seguro que ella se había encargado de él durante toda su infancia. Pensé que me hubiese gustado tener cerca a alguien como ella cuando era niño, ya que mi madre apenas me hacía caso ni cuando me pasaba algo. De eso se encargaba el resto de la hermandad, pero ella siempre permanecía distante.

Sentí el silencio de Zaphira mientras yo hablaba sobre mis padres, especialmente sobre lo que hizo mi madre. Era normal que no encontrase nada que decir sobre aquello, pues la sola idea de un progenitor queriendo dañar a su hijo ya era horrible. Desvié la mirada hacia ella, esperando que tanta verdad no la hubiese incomodado. En ese momento la vi un tanto pensativa, llevándose una mano al vientre. No supe si me lo estaba imaginando o no, pero ese gesto...ya lo había visto  hacer a otras mujeres, y sabía que era una especie de reflejo de protección. Ella no pareció darse cuenta de que me había fijado, comenzó a hablar de Khaled y lo que le había comentado sobre él. No negué lo de aplastar cabezas, sabía que en la guerra había hecho de todo.

- Protege a los suyos por encima de todo. Eso lo tengo claro. Y sí, creo que sus aventuras te darían para mucho rato escuchándole, aunque...creo que las tuyas también dan para mucho.  - debía tener muchos años, había llamado a Khaled "yogurín" en nuestra primera misión. Fue divertido ver la cara del abuelo en ese momento. Quise preguntarle sobre su relación actual con Khaled, pero no se me ocurrió cómo enfocarlo. En vez de eso negué con la cabeza a su pregunta de si había comido. Vanessa también me lo había preguntado, pero no había apetecido comer nada.  -  Vale...espero que a mi abuelo no le moleste que venga un médico aquí. La única que ha venido hasta ahora es Chloe Hacksaw. - bueno, ella y el científico muggle que secuestró una vez para que me hiciese los brazos.  - Creo que si se lo dices tú no se enfadará...-  dejé caer como queriendo decir que con ella tenía trato especial, que la tendría en cuenta. Después sujeté en mi frente la toalla mojada que la dragona volvió a ponerme antes de irse. Cerré los ojos intentando no dormirme antes de que ella regresase, tapándome de nuevo hasta la barbilla por los escalofríos de la fiebre que seguía subiendo.