Recuerdo del primer mensaje :
Misterioso lugar, posiblemente algún brujo poderoso o sus aprendices pueden habitarla...
Actualmente, está en poder de los Soul Reaper. Quien quiera penetrar en la Torre encontrará una serie de dificultades, si no ha sido invitado.
El Guardián vagabundea constantemente por la Torre. Un ser oscuro, enorme y sin ojos deteniendo a los intrusos y alertando de su presencia, una bestia enorme y silenciosa como la muerte, pese a su gran tamaño.
Desapareció de su emplazamiento original (Irlanda)
ESCUDOS TORRE: 5000 puntos. En combate, cada turno, pueden regenerar los escudos, pero para eso deben perder un turno tanto de atacar, aunque no de defenderse personalmente si lo necesitan. A cambio de 10 PS de vida, pueden añadir 100 puntos a los escudos. Cada PJ. Los SOUL PNj aportan la mitad, por 10 PS 50 Puntos de escudo.
Nº de Soul Reapers: 90
Actualmente, está en poder de los Soul Reaper. Quien quiera penetrar en la Torre encontrará una serie de dificultades, si no ha sido invitado.
El Guardián vagabundea constantemente por la Torre. Un ser oscuro, enorme y sin ojos deteniendo a los intrusos y alertando de su presencia, una bestia enorme y silenciosa como la muerte, pese a su gran tamaño.
- El Guardián:
200 PS - 70 stat - 20 daño área por grito
Desapareció de su emplazamiento original (Irlanda)
ESCUDOS TORRE: 5000 puntos. En combate, cada turno, pueden regenerar los escudos, pero para eso deben perder un turno tanto de atacar, aunque no de defenderse personalmente si lo necesitan. A cambio de 10 PS de vida, pueden añadir 100 puntos a los escudos. Cada PJ. Los SOUL PNj aportan la mitad, por 10 PS 50 Puntos de escudo.
Nº de Soul Reapers: 90
¿Solventarlo ahora?
- Podría....perfectamente podría hacerlo ahora.... - respondí a Lyosha, sumamente pensativo. Solo....incumpliría las normas de un tratado de paz, ratificado por el Consejo, desobedeciendo asi las normas de las treguas durante el periodo de reflexión....su muerte ahora, supondria mi dimisión en el Consejo. ¿Pero y si con eso era capaz de inclinar la balanza a favor de Ouroboros? Y si con eso, los demás no tenian que preocuparse por cómo ganar esa guerra? Y si con eso el imperio Pendragon se acababa? Stavron habría pagado el precio. Él lo hizo. Sí, habia un tratado de paz pendiendo de un hilo.... esa ultima esperanza que....me ahorraría muchas muertes.
- Gracias por el consejo. Los tengo siempre en cuenta. - luego se despidió, marchándose hacia su Torre. La miré un momento antes de volver toda mi atención a Valqar, que tambien pareció mostrarse sumamente interesado en la Revenant.
- Ni lo intentes. Esa está protegida no por uno, si no por tres nigromantes, entre los cuales me incluyo. Y tan pronto como tratases de ocupar su cuerpo, ardería en luz. No seas inocente, Valqar....sé lo mucho que los de tu clase desean traer esperanza y vida en lugar de muerte. Pero los alados son intocables para vosotros. Forma parte de vuestra condena.
Fue entonces cuando llegó Catherine en su grifo invocado. Con una terrible cara de cansancio.
- Catherine.... - le dije en un tono que sonaba casi a reproche al verla sujetarse el vientre de dolor. Por qué no era capaz de quedarse descansando un rato? Ah...yo tampoco se lo ponia facil...
Entonces hizo ese gesto de sorber por la nariz que reconocí a la perfección y estiré mis brazos hacia ella, estrechándola en un abrazo contra mi. Negué con mi cabeza al oir su congoja en mis pensamientos. Por qué? Por qué se preocupaba tantisimo por ese hombre que tenía delante mia? Por Wthyr?
"No eres culpable de la decisión que tomó"
Pensé, pues ella no tenia que sentirse culpable de nada.
"Siento que tengas que estar en medio de todo esto, Catherine."
Se separó nuevamente, aterida por el dolor. Escuché perfectamente a Valqar y la pregunta de Cath casi al unisono. Me adelante un paso, mirando al demonio directamente y dejando atrás a mi ahijada.
- Es Valqar, uno de los Halaku...mas conocidos como Verdugos. - y el muy puto estaba empezando a ponerse impaciente. Asi que tuve que dirigirme a él directamente. Golpeé mi vara en el suelo y unas complicadas runas del caos aparecieron en el aire, una tras otra. Control, muerte, maestro. Susurré su verdadero nombre al tiempo que las runas impactaban contra él desapareciendo bajo su piel. No dañaban el cuerpo, pero al demonio....lo harían retorcerse de dolor. - Tu objetivo es servirme hasta que te diga lo contrario. Tu objetivo es proteger, no matar. Lucharás contra mis enemigos, hombres que se alzan en el nombre de lo sagrado y que en su lugar comenten los pecados mas atroces. Te quedarás conmigo hasta que termine. Y si lo haces bien...te recompensaré.
Miré a Catherine, que debia de estar....bastante disgustada.
- Necesita curaciones. Y tú descansar. No voy a exorcizarlo aun. Puede morir en el proceso en este estado. Sinceramente, morir. Ya lo sabes. Y... - estuve a punto de contárselo todo, todo lo que pensaba. Lo práctico que sería acabar con él ahora mismo. Pero estaba agotada. Si le echaba ahora el peso de mis pensamientos encima.... - Y sinceramente este Wthyr mejorado puede ser de gran ayuda contra alguien con poderes mentales. No podrán con él.
- Podría....perfectamente podría hacerlo ahora.... - respondí a Lyosha, sumamente pensativo. Solo....incumpliría las normas de un tratado de paz, ratificado por el Consejo, desobedeciendo asi las normas de las treguas durante el periodo de reflexión....su muerte ahora, supondria mi dimisión en el Consejo. ¿Pero y si con eso era capaz de inclinar la balanza a favor de Ouroboros? Y si con eso, los demás no tenian que preocuparse por cómo ganar esa guerra? Y si con eso el imperio Pendragon se acababa? Stavron habría pagado el precio. Él lo hizo. Sí, habia un tratado de paz pendiendo de un hilo.... esa ultima esperanza que....me ahorraría muchas muertes.
- Gracias por el consejo. Los tengo siempre en cuenta. - luego se despidió, marchándose hacia su Torre. La miré un momento antes de volver toda mi atención a Valqar, que tambien pareció mostrarse sumamente interesado en la Revenant.
- Ni lo intentes. Esa está protegida no por uno, si no por tres nigromantes, entre los cuales me incluyo. Y tan pronto como tratases de ocupar su cuerpo, ardería en luz. No seas inocente, Valqar....sé lo mucho que los de tu clase desean traer esperanza y vida en lugar de muerte. Pero los alados son intocables para vosotros. Forma parte de vuestra condena.
Fue entonces cuando llegó Catherine en su grifo invocado. Con una terrible cara de cansancio.
- Catherine.... - le dije en un tono que sonaba casi a reproche al verla sujetarse el vientre de dolor. Por qué no era capaz de quedarse descansando un rato? Ah...yo tampoco se lo ponia facil...
Entonces hizo ese gesto de sorber por la nariz que reconocí a la perfección y estiré mis brazos hacia ella, estrechándola en un abrazo contra mi. Negué con mi cabeza al oir su congoja en mis pensamientos. Por qué? Por qué se preocupaba tantisimo por ese hombre que tenía delante mia? Por Wthyr?
"No eres culpable de la decisión que tomó"
Pensé, pues ella no tenia que sentirse culpable de nada.
"Siento que tengas que estar en medio de todo esto, Catherine."
Se separó nuevamente, aterida por el dolor. Escuché perfectamente a Valqar y la pregunta de Cath casi al unisono. Me adelante un paso, mirando al demonio directamente y dejando atrás a mi ahijada.
- Es Valqar, uno de los Halaku...mas conocidos como Verdugos. - y el muy puto estaba empezando a ponerse impaciente. Asi que tuve que dirigirme a él directamente. Golpeé mi vara en el suelo y unas complicadas runas del caos aparecieron en el aire, una tras otra. Control, muerte, maestro. Susurré su verdadero nombre al tiempo que las runas impactaban contra él desapareciendo bajo su piel. No dañaban el cuerpo, pero al demonio....lo harían retorcerse de dolor. - Tu objetivo es servirme hasta que te diga lo contrario. Tu objetivo es proteger, no matar. Lucharás contra mis enemigos, hombres que se alzan en el nombre de lo sagrado y que en su lugar comenten los pecados mas atroces. Te quedarás conmigo hasta que termine. Y si lo haces bien...te recompensaré.
Miré a Catherine, que debia de estar....bastante disgustada.
- Necesita curaciones. Y tú descansar. No voy a exorcizarlo aun. Puede morir en el proceso en este estado. Sinceramente, morir. Ya lo sabes. Y... - estuve a punto de contárselo todo, todo lo que pensaba. Lo práctico que sería acabar con él ahora mismo. Pero estaba agotada. Si le echaba ahora el peso de mis pensamientos encima.... - Y sinceramente este Wthyr mejorado puede ser de gran ayuda contra alguien con poderes mentales. No podrán con él.
-Tengo un camarote y un guiso esperándome en el barco, te prometo que voy a descansar- No escuchó lo que el demonio le decía a Wthyr porque estaba demasiado metida en su mente como para prestar atención a las palabras envenenadas de un demonio. Luego, cuando Matvey la abrazó dejó caer un poco su peso en él, estrechándolo.
“Claro que es mi culpa. Le he pedido que me ayude a ayudar a Gio y él ha venido. No lo obligué”
Suspiró suavemente cuando mencionó que lamentaba que estuviera en medio. ¿Qué iba a decirle? ¿Que ella también? Por supuesto que estaba absolutamente hastiada de estar en medio del todo y, sobre todo, frustrada por no poder hacer todo lo que quería hacer. La incapacidad de poder meterse en medio por su embarazo…Era, la hacía sentir inútil.
Escuchó al demonio y luego la aclaración de Matvey, mirando a Wthyr con un gesto serio pero de pronto se le fue convirtiendo en uno de sorpresa al escuchar lo que estaba diciendo Matvey. Parpadeó sin llegar a comprender -¿Hasta que termine? ¿De qué estás hablando?- Sabía de qué estaba hablando, Catherine no era imbécil pero le parecía…le parecía…Retorcidamente correcto, desde el punto de vista práctico pero…
Miró hacia Wthyr con preocupación por el tema de las curaciones, ubicando entonces las heridas y el charco de sangre que había en el piso y que seguramente le tenía la ropa empapada -Sí…Sí, lo sé…Pero…pero no… Es…- Se quedó sin palabras durante un momento y luego tuvo que volver a hacer un gesto de molestia por la tensión en su vientre. Ahora sí miró con preocupación hacia el Pendragon.
-Pero…No podré hablar con él. Ese no es Wthyr, es el verdugo en el cuerpo de él. No es un Wthyr mejorado, es un demonio con habilidades de mago. No tiene nada de Wthyr- Le explicó a Matvey, negando con la cabeza -Y… Y no le hemos preguntado si está de acuerdo. Es…- Volvió la cabeza hacia Wthyr un momento y luego hacia Matvey, recordando perfectamente cómo se había sentido ella en su pesadilla y percibiendo cómo se le ponía la piel de gallina de sólo pensar en aquel recuerdo -¿Alguna vez has estado controlado mentalmente? ¿Encerrado en tu propia mente?- Inquirió hacia Matvey -Es horrible, Matvey…Es… Morgana me lo hizo y ha sido la peor experiencia de mi vida…- Volvió a mirar hacia Wthyr con el ceño fruncido a sabiendas de que las runas del caos habían doblegado al demonio al control de Matvey.
-Sé que no puedes exorcisarlo ahora porque corre mucho riesgo su cuerpo pero… - Se llevó las dos manos a la sien como intentando pensar en el mejor plan a seguir. Aún así, sabía cómo había vuelto Wthyr de la batalla de Ouroboros, cómo había hablado de Matvey -Yo… Yo puedo protegerlo- Dijo frunciendo el ceño y alzando la vista hacia él -Si el ataque viene del Papa creo que puedo extender mis poderes hasta proteger su mente. Puedo probarlo contigo, ahora mismo, aquí; si es necesario…- Suspiró y miró hacia Wthyr un momento - Y le conozco lo suficiente para saber que, pensándolo en frío, creerá que es un buen plan pero…A nadie le gusta ser la marioneta de alguien más ¿Te gustaría a ti?- Preguntó finalmente mirando a Matvey.
“Claro que es mi culpa. Le he pedido que me ayude a ayudar a Gio y él ha venido. No lo obligué”
Suspiró suavemente cuando mencionó que lamentaba que estuviera en medio. ¿Qué iba a decirle? ¿Que ella también? Por supuesto que estaba absolutamente hastiada de estar en medio del todo y, sobre todo, frustrada por no poder hacer todo lo que quería hacer. La incapacidad de poder meterse en medio por su embarazo…Era, la hacía sentir inútil.
Escuchó al demonio y luego la aclaración de Matvey, mirando a Wthyr con un gesto serio pero de pronto se le fue convirtiendo en uno de sorpresa al escuchar lo que estaba diciendo Matvey. Parpadeó sin llegar a comprender -¿Hasta que termine? ¿De qué estás hablando?- Sabía de qué estaba hablando, Catherine no era imbécil pero le parecía…le parecía…Retorcidamente correcto, desde el punto de vista práctico pero…
Miró hacia Wthyr con preocupación por el tema de las curaciones, ubicando entonces las heridas y el charco de sangre que había en el piso y que seguramente le tenía la ropa empapada -Sí…Sí, lo sé…Pero…pero no… Es…- Se quedó sin palabras durante un momento y luego tuvo que volver a hacer un gesto de molestia por la tensión en su vientre. Ahora sí miró con preocupación hacia el Pendragon.
-Pero…No podré hablar con él. Ese no es Wthyr, es el verdugo en el cuerpo de él. No es un Wthyr mejorado, es un demonio con habilidades de mago. No tiene nada de Wthyr- Le explicó a Matvey, negando con la cabeza -Y… Y no le hemos preguntado si está de acuerdo. Es…- Volvió la cabeza hacia Wthyr un momento y luego hacia Matvey, recordando perfectamente cómo se había sentido ella en su pesadilla y percibiendo cómo se le ponía la piel de gallina de sólo pensar en aquel recuerdo -¿Alguna vez has estado controlado mentalmente? ¿Encerrado en tu propia mente?- Inquirió hacia Matvey -Es horrible, Matvey…Es… Morgana me lo hizo y ha sido la peor experiencia de mi vida…- Volvió a mirar hacia Wthyr con el ceño fruncido a sabiendas de que las runas del caos habían doblegado al demonio al control de Matvey.
-Sé que no puedes exorcisarlo ahora porque corre mucho riesgo su cuerpo pero… - Se llevó las dos manos a la sien como intentando pensar en el mejor plan a seguir. Aún así, sabía cómo había vuelto Wthyr de la batalla de Ouroboros, cómo había hablado de Matvey -Yo… Yo puedo protegerlo- Dijo frunciendo el ceño y alzando la vista hacia él -Si el ataque viene del Papa creo que puedo extender mis poderes hasta proteger su mente. Puedo probarlo contigo, ahora mismo, aquí; si es necesario…- Suspiró y miró hacia Wthyr un momento - Y le conozco lo suficiente para saber que, pensándolo en frío, creerá que es un buen plan pero…A nadie le gusta ser la marioneta de alguien más ¿Te gustaría a ti?- Preguntó finalmente mirando a Matvey.
Las sombras de las alas del demonio se agitaron de manera significativa cuando Matvey le negó la posibilidad de intentar poseer el cuerpo de una alada. La maldita condena que pesaba sobre los Verdugos impedía acceder a ellos, y, aunque lo sabía, quiso tentar al nigromante para intentarlo. Estar protegida por tres nigromantes era demasiado para un único demonio. Dio un silencio sepulcral por toda respuesta, permaneciendo en un segundo plano mientras sucedía aquel encuentro sentimentaloide entre aquellos individuos. Los pozos oscuros que ahora tenía por ojos se entornaron como dos rendijas al verle hacer lo del báculo, por lo que extendió las alas en actitud defensiva. No iba a mandarlo de vuelta al infierno, no tan pronto.
Cerró los puños y apretó los dientes gruñendo en el momento en el que las runas mágicas impactaron contra su piel, haciendo que su esencia de demonio se retorciese y doblegase de una manera más convincente ante las órdenes del descendiente de Rasputín. Echó la cabeza hacia atrás mientras las alas se cerraron en torno a él mismo un momento como para protegerse, volviendo a extenderse cuando las runas desaparecieron. Retorció el cuello de manera siniestra para volverlo a la posición inicial, expulsando el aire lentamente por la nariz mientras clavaba la mirada en el nigromante.
- Segaré las almas necesarias por una recompensa que valga la pena. Arderán consumidos por la justicia aquellos seres que merezcan la eternidad del infierno. - la voz del demonio sonaba menos profunda y potente ahora, pues el cuerpo que poseía necesitaba restaurarse lo suficiente para poder seguir cumpliendo con la misión. Por un lado tampoco le importaba si el hospedador moría, puesto que en aquella torre había decenas de nuevos recursos para escoger. El único que salía perdiendo era el Pendragon, y tal vez la mujer embarazada que al parecer quería interceder por él. El rostro de Wthyr no se inmutó ante el gesto de dolor y la mirada de preocupación de Catherine, pero su mente atrapada sufría por no poder hacer nada por ella. Quería correr hacia donde estaba, pero lo único que logró fue dar un único paso hacia delante. Quería gritarle que se fuese de allí, que descansase, pero tampoco lo logró. Quería destrozar a Matvey porque el muy cabrón seguro que estaba disfrutando con todo eso, pero tampoco era una opción.
- Quiere matarte. - El demonio estaba al tanto de todo aquello, por supuesto. - Liberarlo sería problemático, e inconveniente para mí. Ah, y está especialmente insoportable porque cree que vas a morir. - informó esta vez a Catherine, escrutándola con la mirada. Después se entretuvo probando con la manipulación de sangre que había a sus pies, elevándola en el aire un momento antes de dejarla caer. Comenzó a caminar hacia la torre, tal vez para buscar algún modo de reparar su nueva envoltura.
Cerró los puños y apretó los dientes gruñendo en el momento en el que las runas mágicas impactaron contra su piel, haciendo que su esencia de demonio se retorciese y doblegase de una manera más convincente ante las órdenes del descendiente de Rasputín. Echó la cabeza hacia atrás mientras las alas se cerraron en torno a él mismo un momento como para protegerse, volviendo a extenderse cuando las runas desaparecieron. Retorció el cuello de manera siniestra para volverlo a la posición inicial, expulsando el aire lentamente por la nariz mientras clavaba la mirada en el nigromante.
- Segaré las almas necesarias por una recompensa que valga la pena. Arderán consumidos por la justicia aquellos seres que merezcan la eternidad del infierno. - la voz del demonio sonaba menos profunda y potente ahora, pues el cuerpo que poseía necesitaba restaurarse lo suficiente para poder seguir cumpliendo con la misión. Por un lado tampoco le importaba si el hospedador moría, puesto que en aquella torre había decenas de nuevos recursos para escoger. El único que salía perdiendo era el Pendragon, y tal vez la mujer embarazada que al parecer quería interceder por él. El rostro de Wthyr no se inmutó ante el gesto de dolor y la mirada de preocupación de Catherine, pero su mente atrapada sufría por no poder hacer nada por ella. Quería correr hacia donde estaba, pero lo único que logró fue dar un único paso hacia delante. Quería gritarle que se fuese de allí, que descansase, pero tampoco lo logró. Quería destrozar a Matvey porque el muy cabrón seguro que estaba disfrutando con todo eso, pero tampoco era una opción.
- Quiere matarte. - El demonio estaba al tanto de todo aquello, por supuesto. - Liberarlo sería problemático, e inconveniente para mí. Ah, y está especialmente insoportable porque cree que vas a morir. - informó esta vez a Catherine, escrutándola con la mirada. Después se entretuvo probando con la manipulación de sangre que había a sus pies, elevándola en el aire un momento antes de dejarla caer. Comenzó a caminar hacia la torre, tal vez para buscar algún modo de reparar su nueva envoltura.
- Bien sabes de que hablo. - respondí a Catherine, que pareció entender a qué me refería ella sola. La escuché hablar, poco convencida. Se notaba que era capaz de ver la utilidad de lo que acababa de proponerle. Aunque claro...no era bonito para Wthyr.
- No es qué? Ético? Ya lo sé. - pero era práctico. Era útil. Y mi ética ultimamente se plegaba al servicio de los intereses propios....y de Ouroboros.
Luego Valqar soltó aquello de que quería matarme. Wthyr, claro está. Porque él se había apaciguado, y a diferencia de Behemoth, este sí razonaba. Lo señalé y miré a Cath, como dejandole ver un hecho, a modo de ejemplo.
- Ves? Sí que puedes comunicarte con él. Te desea. Está preocupado por tí y a mi quiere matarme. Si Wthyr, el sentimiento es mutuo. - solté con cierto hastío. - Sé que puedes oirme. Y verme. - miré a Valqar, pero sabía que el Pendragon estaba ahi, maniatado. Amordazado. - Quiero que recuerdes que hoy te he salvado la vida. Y que eso te deja en deuda conmigo. Y quiero que te lo pienses muy bien antes de rechazar el tratado que os enviamos, o volver a atacarnos. Valqar, déjale responder. ¿Que harás Wthyr? Porque podría quitarte de en medio ahora mismo , asi me costase mi puesto en el Consejo. Un precio que pagaría....a cambio del titulo de matarreyes.
Miré a Catherine, necesitaba más pruebas de que no era momento para un exorcismo?
- Sí Catherine....lo he estado.... es una experiencia horrible pero Wthyr puede soportarlo. Y no vas a probar conmigo nada, estás agotada, drenada, te están dando pinchazos....no debes seguir forzando. Y a cuanta gente puedes proteger de ese modo? a uno, dos....? Y si ese mago rompe tus defensas? Asi es....literalmente....inmune. - me preguntó con firmeza eso de si me gustaría ser una marioneta a mi. No iba a lograr que empatizara con Wthyr. La miré levantando las cejas con esa cara que le indicaba que no me iba a convencer haciendome ponerme en el lugar de él, porque como habia dicho el demonio...su perspectiva era la de matarme. Ahora, si pudiera. - Lo que no me gusta es ...
"ver cómo se te ha metido este hombre en la cabeza. Y en el corazón, Cath. Tú lo has dicho, estás en medio de ambos. No puedes hacer nada para evitar que él haga lo que desea hacer, ya sea acabar con el Consejo, tomar Ouroboros y cuantos paises quiera..... Pero yo si"
- ... seamos prácticos y curemos a ése, que va directo a meterse en una Torre donde no va a ser bien recibido. - me adelanté y fui a por Valqar, deteniendolo antes de que siguiera dirigiendose a la Torre. A saber que hacía Khaled si lo veía pululando por ahi. Tras frenar a Wthyr, me volví a Cath - En el barco lo pueden curar? Podemos subir ahi. Tú descansas, yo lo vigilo, lo curan... - si, yo tambien necesitaba reponer fuerzas. Llevaba sin dormir demasiado tiempo, la batalla de las montañas, el concilio, las escenas de la refriega en las piramides y la batalla en als grutas... me habia muerto una vez, y todas las invocaciones y resurrecciones drenaban... Parecia que habia pasado un siglo desde lo de las Montañas del Dragon y solo habia ocurrido hacia qué, dos dias?
- No es qué? Ético? Ya lo sé. - pero era práctico. Era útil. Y mi ética ultimamente se plegaba al servicio de los intereses propios....y de Ouroboros.
Luego Valqar soltó aquello de que quería matarme. Wthyr, claro está. Porque él se había apaciguado, y a diferencia de Behemoth, este sí razonaba. Lo señalé y miré a Cath, como dejandole ver un hecho, a modo de ejemplo.
- Ves? Sí que puedes comunicarte con él. Te desea. Está preocupado por tí y a mi quiere matarme. Si Wthyr, el sentimiento es mutuo. - solté con cierto hastío. - Sé que puedes oirme. Y verme. - miré a Valqar, pero sabía que el Pendragon estaba ahi, maniatado. Amordazado. - Quiero que recuerdes que hoy te he salvado la vida. Y que eso te deja en deuda conmigo. Y quiero que te lo pienses muy bien antes de rechazar el tratado que os enviamos, o volver a atacarnos. Valqar, déjale responder. ¿Que harás Wthyr? Porque podría quitarte de en medio ahora mismo , asi me costase mi puesto en el Consejo. Un precio que pagaría....a cambio del titulo de matarreyes.
Miré a Catherine, necesitaba más pruebas de que no era momento para un exorcismo?
- Sí Catherine....lo he estado.... es una experiencia horrible pero Wthyr puede soportarlo. Y no vas a probar conmigo nada, estás agotada, drenada, te están dando pinchazos....no debes seguir forzando. Y a cuanta gente puedes proteger de ese modo? a uno, dos....? Y si ese mago rompe tus defensas? Asi es....literalmente....inmune. - me preguntó con firmeza eso de si me gustaría ser una marioneta a mi. No iba a lograr que empatizara con Wthyr. La miré levantando las cejas con esa cara que le indicaba que no me iba a convencer haciendome ponerme en el lugar de él, porque como habia dicho el demonio...su perspectiva era la de matarme. Ahora, si pudiera. - Lo que no me gusta es ...
"ver cómo se te ha metido este hombre en la cabeza. Y en el corazón, Cath. Tú lo has dicho, estás en medio de ambos. No puedes hacer nada para evitar que él haga lo que desea hacer, ya sea acabar con el Consejo, tomar Ouroboros y cuantos paises quiera..... Pero yo si"
- ... seamos prácticos y curemos a ése, que va directo a meterse en una Torre donde no va a ser bien recibido. - me adelanté y fui a por Valqar, deteniendolo antes de que siguiera dirigiendose a la Torre. A saber que hacía Khaled si lo veía pululando por ahi. Tras frenar a Wthyr, me volví a Cath - En el barco lo pueden curar? Podemos subir ahi. Tú descansas, yo lo vigilo, lo curan... - si, yo tambien necesitaba reponer fuerzas. Llevaba sin dormir demasiado tiempo, la batalla de las montañas, el concilio, las escenas de la refriega en las piramides y la batalla en als grutas... me habia muerto una vez, y todas las invocaciones y resurrecciones drenaban... Parecia que habia pasado un siglo desde lo de las Montañas del Dragon y solo habia ocurrido hacia qué, dos dias?
-La ética está sobrevalorada. Me parece cruel hacer algo que no me gusta que me hagan a mí- Resumió negando con la cabeza -¿Te crees que soy Adael o algo?- Espetó un poco ofendida porque asumiera que lo estaba juzgando en ese sentido. En el momento en el que el demonio se movió un paso hacia ella, Catherine convocó su piel de ébano que la recubrió toda hasta la quijada. Si se creía que iba a ser fácil tocarla estaba muy equivocado. Lo retó con la mirada a que lo intentara pero entonces…
Observó a Wthyr con el ceño fruncido cuando el demonio confesó que quería matar a Matvey y negó con la cabeza -Pues no- Le soltó así nada más, con un tono que solía usar más para Aedan que para gente adulta pero que a fin de cuentas llevaba el mismo objetivo: Prohibir algo. Tras ello el nigromante le soltó aquella cosa de “te desea” y la verdad Catherine se quedó un momento confundida, mirándole mientras se sonrojaba. ¿Cómo sabía él eso? ¿Cómo podía comunicarse con el demonio sin que ella le escuchara? -Parad de amenazaros- Soltó con el ceño fruncido y bastante consternada. Porque era lo que le faltaba, primero Wthyr e Ian y ahora Wthyr y Matvey.
-¡¿Qué?!- Volteó el rostro hacia Matvey cuando le dijo que podía matarlo en ese momento -¡No, no! ¡Parad de una puta de vez de querer mataros! ¡NO VEIS QUE ESTOY INTENTANDO RESOLVER EL ÚLTIMO ASESINATO!- Gritó fuera de sí en ese momento y entonces el imbécil del demonio soltó que estaba insoportable porque creía que iba a morir -¡Tardarás mucho en regocijarte en mi sangre, demonio de mierda, tú y los tuyos os podéis ir al maldito infierno de una puta vez QUE YA OS HABÉIS DADO EL FESTÍN CON MI FAMILIA!-
La explosión le robó el aliento y se llevó las manos al vientre de nuevo mientras Wthyr se encaminaba a la torre. Tenía que descansar, sí… pero -Lo sé, Matvey…Es sólo que no me gusta obligar a la gente a hacer cosas en contra de su voluntad- Dijo tratando de respirar profundamente varias veces, tratando de controlar la tensión en su vientre mientras lo escuchaba en su cabeza. Había bajado la vista al piso para concentrarse pero al oírlo, la subió y lo observó con seriedad.
“¿Está mal intentar no ser Elise?”, sabía perfectamente que Matvey sabría a lo que se refería. “¿Está mal intentar que mis hijos no tengan el mismo hogar de mierda donde crecí yo? ¿Está mal tener empatía? No lo estoy justificando, Wthyr y yo nos gritamos y peleamos más de lo que crees porque es un terco y ciego de narices…pero es el tipo que va a estar conmigo el resto de mi vida y el que será también el padre de mis hijos. Y quizás sí, quizás si pueda detenerlo…Quizás si pueda darle a entender que hay otros objetivos en esta vida. Quizás pueda modificar su proyecto de Imperio, quizás pueda hacerlo ver el tratado de otro modo”. Arrugó un poco la nariz… “Y a mi tampoco me gustó que Adele se metiera en tu cama, pero nunca me oíste cuestionarte o decirte nada sobre ello ¿Verdad?”
Miró hacia Wthyr cuando su padrino mencionó lo de la torre y asintió -Eso creo…yo también tengo pociones- Llamó al grifo para que se resguardara de nuevo y entonces sacó la piedra de los portales. Aún tenía algo de energía y respiró profundo -No sé yo si a Lykaios le va a gustar. Debería preguntar…Cuando estemos allí- Susurró y abrió el portal para luego mirar a Matvey y Wthyr, esperando por ambos para cruzar.
Observó a Wthyr con el ceño fruncido cuando el demonio confesó que quería matar a Matvey y negó con la cabeza -Pues no- Le soltó así nada más, con un tono que solía usar más para Aedan que para gente adulta pero que a fin de cuentas llevaba el mismo objetivo: Prohibir algo. Tras ello el nigromante le soltó aquella cosa de “te desea” y la verdad Catherine se quedó un momento confundida, mirándole mientras se sonrojaba. ¿Cómo sabía él eso? ¿Cómo podía comunicarse con el demonio sin que ella le escuchara? -Parad de amenazaros- Soltó con el ceño fruncido y bastante consternada. Porque era lo que le faltaba, primero Wthyr e Ian y ahora Wthyr y Matvey.
-¡¿Qué?!- Volteó el rostro hacia Matvey cuando le dijo que podía matarlo en ese momento -¡No, no! ¡Parad de una puta de vez de querer mataros! ¡NO VEIS QUE ESTOY INTENTANDO RESOLVER EL ÚLTIMO ASESINATO!- Gritó fuera de sí en ese momento y entonces el imbécil del demonio soltó que estaba insoportable porque creía que iba a morir -¡Tardarás mucho en regocijarte en mi sangre, demonio de mierda, tú y los tuyos os podéis ir al maldito infierno de una puta vez QUE YA OS HABÉIS DADO EL FESTÍN CON MI FAMILIA!-
La explosión le robó el aliento y se llevó las manos al vientre de nuevo mientras Wthyr se encaminaba a la torre. Tenía que descansar, sí… pero -Lo sé, Matvey…Es sólo que no me gusta obligar a la gente a hacer cosas en contra de su voluntad- Dijo tratando de respirar profundamente varias veces, tratando de controlar la tensión en su vientre mientras lo escuchaba en su cabeza. Había bajado la vista al piso para concentrarse pero al oírlo, la subió y lo observó con seriedad.
“¿Está mal intentar no ser Elise?”, sabía perfectamente que Matvey sabría a lo que se refería. “¿Está mal intentar que mis hijos no tengan el mismo hogar de mierda donde crecí yo? ¿Está mal tener empatía? No lo estoy justificando, Wthyr y yo nos gritamos y peleamos más de lo que crees porque es un terco y ciego de narices…pero es el tipo que va a estar conmigo el resto de mi vida y el que será también el padre de mis hijos. Y quizás sí, quizás si pueda detenerlo…Quizás si pueda darle a entender que hay otros objetivos en esta vida. Quizás pueda modificar su proyecto de Imperio, quizás pueda hacerlo ver el tratado de otro modo”. Arrugó un poco la nariz… “Y a mi tampoco me gustó que Adele se metiera en tu cama, pero nunca me oíste cuestionarte o decirte nada sobre ello ¿Verdad?”
Miró hacia Wthyr cuando su padrino mencionó lo de la torre y asintió -Eso creo…yo también tengo pociones- Llamó al grifo para que se resguardara de nuevo y entonces sacó la piedra de los portales. Aún tenía algo de energía y respiró profundo -No sé yo si a Lykaios le va a gustar. Debería preguntar…Cuando estemos allí- Susurró y abrió el portal para luego mirar a Matvey y Wthyr, esperando por ambos para cruzar.
La conciencia de Wthyr odió más a Matvey por soltar así sin más aquello de que deseaba a Catherine, algo que le había hecho reconocer de manera obligada durante su encuentro hostil en Tintagel, el que precedió a la batalla de las montañas. Que estaba preocupado era evidente, y conforme más segundos pasaban, más temía por Catherine. El demonio asintió a aquello de que el mago podía ver y oír lo que sucedía a su alrededor, aunque no se le permitiese manifestarse o actuar a voluntad. Esbozó una cruel sonrisa ante la frase del nigromante, pues podía percibir lo humillado que se sentía Wthyr por haber sido "rescatado" por su enemigo.
- Lo sabe. Lo has humillado. Aunque...cree que si solo fuese salvarlo ya lo habrías liberado, pero que quieres regodearte. Mmm...no te quiere responder...pero parece que este mortal no sabe ni lo que va a hacer. Ahora mismo es un embrollo de ira contenida y desesperación. Diría que no piensa doblegarse a tus condiciones. - perfecto para tener un demonio habitando en él.
Los gritos de Catherine hicieron que el demonio quisiese golpearla o poseerla para hacerla callar, pero tras el hechizo con runas hecho por Matvey estaba bastante contenido. - Deja de hablar, insignificante ser. - Simplemente la miró con desdén ante su explosión de rabia, ignorándola por completo para disgusto de Wthyr. Se tambaleó en dirección a la torre, siendo detenido por Matvey porque al parecer no iba a ser allí el lugar de reparación del cuerpo del mortal. Finalmente los tres atravesaron un portal, marchándose al barco de la Brigada.
- Lo sabe. Lo has humillado. Aunque...cree que si solo fuese salvarlo ya lo habrías liberado, pero que quieres regodearte. Mmm...no te quiere responder...pero parece que este mortal no sabe ni lo que va a hacer. Ahora mismo es un embrollo de ira contenida y desesperación. Diría que no piensa doblegarse a tus condiciones. - perfecto para tener un demonio habitando en él.
Los gritos de Catherine hicieron que el demonio quisiese golpearla o poseerla para hacerla callar, pero tras el hechizo con runas hecho por Matvey estaba bastante contenido. - Deja de hablar, insignificante ser. - Simplemente la miró con desdén ante su explosión de rabia, ignorándola por completo para disgusto de Wthyr. Se tambaleó en dirección a la torre, siendo detenido por Matvey porque al parecer no iba a ser allí el lugar de reparación del cuerpo del mortal. Finalmente los tres atravesaron un portal, marchándose al barco de la Brigada.
Soul Reaper
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La hermandad de sanación inició su labor de curar a los heridos de la misión, muchos de ellos compañeros liberados del Coliseo. Se encargaron en primer lugar de atender a Vanessa, que era la que venía más grave, tal y como les dijo Adramelech cuando entró en la enfermería llevándola en brazos. Cuatro Soul Reapers se dedicaron a su sanación, teniendo que trabajar de manera conjunta porque era mucho para que un solo Soul lo hiciese. Aún no habían llegado a tal grado de poder. Tendrían que dedicarse a las sanaciones mágicas durante un buen rato. Otro de la hermandad fue buscando a otros heridos repartidos por la torre, encontrándose a Thoren y su herida por hacha. Le llevó a la enfermería también para sanarle, aunque en su caso fue más fácil porque no había llegado tan mal como Vanessa. Tras un buen rato terminaron de atender a todos, mandándoles reposo para que pudiesen recuperarse de la mejor manera.
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sanaciones heridos en la misión
dado 5 + 20 stat + 10 habilidad calavera= 35*5= 210 (70 para Thoren, 150 para Vanessa)
Thoren: 80 PS + 70= 150
Vanessa: 15 PS + 135= 150
off: avisad si alguien más necesita curación
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El miembro 'Soul Reaper' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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'Curación' :
Shyvanna Pendragon
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El viaje a Roma había sido…intenso. Sabía que tenían que llegar cuanto antes y sólo habían parado para descansar un poco y atender necesidades propias. Shyvanna había utilizado el viaje para despejar su mente, ver a Darren llegar con Freyja había supuesto un golpe de realidad que no dejaba de hervirle la sangre.
Habían localizado a Wiwi en el Vaticano lo que no eran buenas noticias, así que Shyvanna se ocupó de ubicar la localización de Smaug pues a fin de cuentas era la que más lo había visto o conocía, por decirlo de alguna forma, su esencia. Formaba parte de su trabajo en la Brigada así que no tardaron mucho en verlo en el Monte Aventino.
Iban volando hacia ahí cuando escuchó una voz familiar en su mente que la hizo poner los ojos en blanco. “Desde que tu amiguita la asiática jugó con mi mente no me gustan las intrusiones, sal de aquí, Catherine. No te quiero husmeando, cotilla”. Volvió su rostro hacia Gwen -La cuñadita ya empezó a usar sus poderes mentales- Dijo con absoluto rintintin antes de que Artamir aterrizara cerca de Smaug y finalmente la rubia descendienta de camino hacia el dragón negro.
Hizo un rígido saludo antes de ladear la cabeza con curiosidad -Eka aí fricai un Shur´tugal- Le recordó, utilizando la lengua de los dragones porque bien sabía que los negros eran…tikismikis -¿Por qué no estás con Wthyr?- Inquirió antes de empezar a mirar alrededor, tanto al barco como a la torre. ¿Quiénes eran esos?
Habían localizado a Wiwi en el Vaticano lo que no eran buenas noticias, así que Shyvanna se ocupó de ubicar la localización de Smaug pues a fin de cuentas era la que más lo había visto o conocía, por decirlo de alguna forma, su esencia. Formaba parte de su trabajo en la Brigada así que no tardaron mucho en verlo en el Monte Aventino.
Iban volando hacia ahí cuando escuchó una voz familiar en su mente que la hizo poner los ojos en blanco. “Desde que tu amiguita la asiática jugó con mi mente no me gustan las intrusiones, sal de aquí, Catherine. No te quiero husmeando, cotilla”. Volvió su rostro hacia Gwen -La cuñadita ya empezó a usar sus poderes mentales- Dijo con absoluto rintintin antes de que Artamir aterrizara cerca de Smaug y finalmente la rubia descendienta de camino hacia el dragón negro.
Hizo un rígido saludo antes de ladear la cabeza con curiosidad -Eka aí fricai un Shur´tugal- Le recordó, utilizando la lengua de los dragones porque bien sabía que los negros eran…tikismikis -¿Por qué no estás con Wthyr?- Inquirió antes de empezar a mirar alrededor, tanto al barco como a la torre. ¿Quiénes eran esos?
Tras recibir y reubicar a los nuevos soul, asi como hacernos cargo de gran parte de los prisioneros (incluida una abuelilla que se dedicaba a protestar por todo, meterse con los Soul Reaper, los magos, los humanos, los androides, en fin, todos....) habia mantenido unas breves charlas con Lyo y Adramelech, para que me informaran de sus éxitos, y las bajas de los Soul. No eran tantas como esperaba, aunque cualquier baja soul nos parecía intolerable, dado que no eramos demasiados.
Aunque nuestros numeros...no dejaban de crecer desde que habiamos llegado aqui. Algunos humanos rescatados ya habian manifestado su interés por obtener magia y unirse a nosotros.
Había amanecido ya, pasado el medio día. Adramelech nos informó de que se iba a hacer una pequeña incursión al Vaticano porque buscaban a alguien que no habian logrado dar en el Coliseo.
Yo estuve pendiente de la presencia de un dragón que rondaba nuestra zona. Y que no me agradaba nada. Pues creí ser capaz de reconocer su aura. ¿Era el ladrón de tesoros?
Un par de dragones mas se vislumbraban en la lejanía cuando, con todos los preparativos hechos, comencé a bajar de la Torre. Extendí mi magia a mi alrededor, sintiendo las barreras de la misma fuertes, preparadas. Me había encargado de que el Guardián volviese a ocupar su puesto.
Aunque lo esperaba desde que los vi en el cielo, no tardé demasiado en comprobar que ninguno de esos dragones eran Zaphira. Aparté el pensamiento de todo el tiempo que llevaba sin comunicarse o dar señales de vida. Tendría que preocuparme por eso después. Bajé las escaleras de la salida de la Torre, encaminándome hacia esos indeseados transeuntes.
- Bienvenidos. - dije con tono de fría y desapasionada advertencia en la voz, se notaba que era todo menos una bienvenida. No me apetecia tener a esos sujetos allí. Clavé mi mirada llameante sobre todo en el dragón negro. No quedaba muy claro el por qué de la presencia Pendragon alli, Adramelech no me lo había podido dejar demasaido claro, pues ni él mismo lo tenía claro del todo. Luego observé a la mujer rubia, dejando que la visión distorsionada del aura de los ojos hiciese las suyas con su físico, aquel que reflejaba de modo externo los pecados del alma. - Alejáos de la Torre, y podremos compartir este espacio a modo de cuartel, el tiempo que tardéis en arreglar aquí vuestros asuntos. Es un consejo. - sí, uno amistoso, a decir verdad.
Señalé con la barbilla tras ellos, donde unos cuantos metros más lejos, un portal comenzaba a abrirse, por el cual se veía claramente a Wthyr.
- Creo que buscáis eso?
Aunque nuestros numeros...no dejaban de crecer desde que habiamos llegado aqui. Algunos humanos rescatados ya habian manifestado su interés por obtener magia y unirse a nosotros.
Había amanecido ya, pasado el medio día. Adramelech nos informó de que se iba a hacer una pequeña incursión al Vaticano porque buscaban a alguien que no habian logrado dar en el Coliseo.
Yo estuve pendiente de la presencia de un dragón que rondaba nuestra zona. Y que no me agradaba nada. Pues creí ser capaz de reconocer su aura. ¿Era el ladrón de tesoros?
Un par de dragones mas se vislumbraban en la lejanía cuando, con todos los preparativos hechos, comencé a bajar de la Torre. Extendí mi magia a mi alrededor, sintiendo las barreras de la misma fuertes, preparadas. Me había encargado de que el Guardián volviese a ocupar su puesto.
Aunque lo esperaba desde que los vi en el cielo, no tardé demasiado en comprobar que ninguno de esos dragones eran Zaphira. Aparté el pensamiento de todo el tiempo que llevaba sin comunicarse o dar señales de vida. Tendría que preocuparme por eso después. Bajé las escaleras de la salida de la Torre, encaminándome hacia esos indeseados transeuntes.
- Bienvenidos. - dije con tono de fría y desapasionada advertencia en la voz, se notaba que era todo menos una bienvenida. No me apetecia tener a esos sujetos allí. Clavé mi mirada llameante sobre todo en el dragón negro. No quedaba muy claro el por qué de la presencia Pendragon alli, Adramelech no me lo había podido dejar demasaido claro, pues ni él mismo lo tenía claro del todo. Luego observé a la mujer rubia, dejando que la visión distorsionada del aura de los ojos hiciese las suyas con su físico, aquel que reflejaba de modo externo los pecados del alma. - Alejáos de la Torre, y podremos compartir este espacio a modo de cuartel, el tiempo que tardéis en arreglar aquí vuestros asuntos. Es un consejo. - sí, uno amistoso, a decir verdad.
Señalé con la barbilla tras ellos, donde unos cuantos metros más lejos, un portal comenzaba a abrirse, por el cual se veía claramente a Wthyr.
- Creo que buscáis eso?
Wthyr logró cruzar el portal al vuelo, con las muñecas y los tobillos encadenados y llevando a Da Vinci colgando por el cuello de la camisa. Lo dejó caer al suelo en cuanto se supo fuera de peligro, como quien deja caer una mercancía cualquiera. Después de eso no llegó muy lejos, perdió altura hasta acabar en el suelo a tres o cuatro metros de donde había dejado al Descendiente. Puto Da Vinci. Puto Rasputín.
Quedó arrodillado en el suelo, con la barbilla baja y respirando pesadamente. Replegó las alas antes de alzar la cabeza para mirar alrededor un tanto aturdido. No reconocía el lugar, la torre le sí le sonaba...pero debía estar alucinando porque ese no era su sitio. Había más gente allí, pero ni siquiera estaba seguro de que fuesen de verdad. Igual que en las grutas. Se quedó como paralizado al localizar allí a sus hermanas, acompañadas de más dragones.
- No sois de verdad... - negó con la cabeza, mirándolas con desconfianza al igual del resto de gente que había por allí. Estaba harto de enemigos, harto. - Da igual, Valqar dice que vais a morir todos. Vamos a morir todos. - Forcejeó para intentar soltarse las puñeteras cadenas que le habían lanzado los guardias, gruñendo con frustración al no lograrlo. - Me he dejado su dedo...estará por ahí...cortado y maldito. Pero el trato ya está hecho. Un dedo no importa. - murmuró casi más para sí mismo, de manera extraña. De repente cayó en la cuenta de algo, mirando hacia el portal alterado y paranoico. - ¡CERRAD ESA COSA! ¡PUEDE ENTRAR! ¡LLEGAR A VUESTRAS MENTES Y MALDECIR VUESTRA SANGRE!
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PS: 81-20SB= 61
Quedó arrodillado en el suelo, con la barbilla baja y respirando pesadamente. Replegó las alas antes de alzar la cabeza para mirar alrededor un tanto aturdido. No reconocía el lugar, la torre le sí le sonaba...pero debía estar alucinando porque ese no era su sitio. Había más gente allí, pero ni siquiera estaba seguro de que fuesen de verdad. Igual que en las grutas. Se quedó como paralizado al localizar allí a sus hermanas, acompañadas de más dragones.
- No sois de verdad... - negó con la cabeza, mirándolas con desconfianza al igual del resto de gente que había por allí. Estaba harto de enemigos, harto. - Da igual, Valqar dice que vais a morir todos. Vamos a morir todos. - Forcejeó para intentar soltarse las puñeteras cadenas que le habían lanzado los guardias, gruñendo con frustración al no lograrlo. - Me he dejado su dedo...estará por ahí...cortado y maldito. Pero el trato ya está hecho. Un dedo no importa. - murmuró casi más para sí mismo, de manera extraña. De repente cayó en la cuenta de algo, mirando hacia el portal alterado y paranoico. - ¡CERRAD ESA COSA! ¡PUEDE ENTRAR! ¡LLEGAR A VUESTRAS MENTES Y MALDECIR VUESTRA SANGRE!
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Lyosha Svensson
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El plan de Matvey era arriesgado y eso le gustaba. Más aún que mantuviera al Pendragon bajo el poder de aquel demonio. Y por eso, y gracias a su vodka, había pasado una noche divertida con la androide a la que finalmente había bautizado como Amren y le había enseñado lo que Lyosha hacia en su tiempo libre que, de momento, se mantendría como un enigma para los usuarios que leen este post y no están en la línea 2 (?)
Aún así, llegó un momento en el que iba hacia las puertas tras Khaled cuando sintió un escalofrío que bajo profundamente su nivel de energía y la hizo tropezar. Sino fuese por la mano férrea de Amren en su hombro, se habría caído de narices. Algo…
Khaled seguía en pie, caminando y dueño de sí mismo. Sin embargo, no era el único nigromante al que estaba vinculada así que apresuró los pasos -Rapido- Ordenó caminando hacia al portal mientras el Pendragon salía y gritaba. Tenía un raro dolor en el centro del pecho, afilado…y un sentimiento de desestabilización mientras cruzaba el portal junto a su segundo al mando y a la androide.
Aún así, llegó un momento en el que iba hacia las puertas tras Khaled cuando sintió un escalofrío que bajo profundamente su nivel de energía y la hizo tropezar. Sino fuese por la mano férrea de Amren en su hombro, se habría caído de narices. Algo…
Khaled seguía en pie, caminando y dueño de sí mismo. Sin embargo, no era el único nigromante al que estaba vinculada así que apresuró los pasos -Rapido- Ordenó caminando hacia al portal mientras el Pendragon salía y gritaba. Tenía un raro dolor en el centro del pecho, afilado…y un sentimiento de desestabilización mientras cruzaba el portal junto a su segundo al mando y a la androide.
El portal se abrió y Catherine salió por allí ubicando a Khaled yendo hacia las hermanas Pendragon. La presencia de los dragones le resultaba intimidante y, al mismo tiempo, le aportaba tranquilidad saber que Wthyr por fin tendría a alguien que no le juzgará por respirar.
-Shyvanna, prepárate- Le aviso a sabiendas de que ambos, tanto su esposo como su padrino, volverían destrozados. Iba a encaminarse hacia ellas para explicar cuando Wthyr salió del portal arrastrando a Giordano que llevaba todo el brazo ensangrentado. Catherine parpadeó un instante, quedándose paralizada al oírlo hablar. Sabía… sabía…
-Wthyr… - Murmuró caminando hacia él con premura, alargó una mano hacia su rostro y le cogió para que le mirara. No dudó ningún instante en canalizar su energía hacia el, dejando que la familiaridad de su magia se colara en él.
"Os explicaré todo pero ahora necesito que lo cureis… por favor"
Le dijo a ambas hermanas y se centró en él, sintiendo de nuevo su desasosiego y recordó la pesadilla, el sentimiento con el que se había despertado - No somos tus enemigos. Somos reales ¿Puedes sentirlo, verdad?- Inquirió y forzó aún más su energía mágica hacia él, manteniendo su mirada en la de él. "El Papa no sabe lo que compartimos y no tiene manera de emularlo", le explicó mentalmente. "Te hemos estado esperando", se refirió a lo que le había pedido la noche anterior. " Lo siento, siento todo lo que has tenido que pasar. Volveremos a Avalon… te lo prometo. Solo necesito que te levantes y vayamos con Smaug", acarició suavemente su cara con los pulgares buscando darle cierto confort.
Miro hacia donde estaba Giordano y tensó los labios -¿Te encuentras bien? ¿El anillo te maldijo? - Inquirió y luego miro hacia el portal esperando porque Matvey lo atravesará. Entonces recordó el qué le echo y miró hacia Khaled -Matvey está poseído por un verdugo
Y está a punto de volver aquí…-
Smaug
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El dragón había acabado dando con la torre de los Soul, aquellos cuyos tesoros había custodiado durante tantos años. Ahora ya no le pertenecían, y una parte de él todavía quería robarlas por pura avaricia.
Pero no estaba allí por eso, sino para intentar rescatar al Pendragon que había desaparecido. Se le ocurrió comunicarse con Setelah para aprovechar su enemistad con los Soul y sus poderes antimagia, pero el otro no parecía muy por la labor. Tendría que persuadirlo.
Las hermanas llegaron también a la torre, reclamando saber qué había pasado con Wthyr.
- Lo desconozco.- gruñó mostrando las fauces levemente, no le agradó el tono con el que se lo dijo. - Estaba buscándolo.- no hizo falta mucha más explicación, el portal del nigromante trajo de vuelta a Wthyr. Con eso quedaba todo solucionado, así que se alejó a varios metros del lugar para seguir enviando mensajes a Setelah, que supiese la situación por si le tentaba acudir.
Pero no estaba allí por eso, sino para intentar rescatar al Pendragon que había desaparecido. Se le ocurrió comunicarse con Setelah para aprovechar su enemistad con los Soul y sus poderes antimagia, pero el otro no parecía muy por la labor. Tendría que persuadirlo.
Las hermanas llegaron también a la torre, reclamando saber qué había pasado con Wthyr.
- Lo desconozco.- gruñó mostrando las fauces levemente, no le agradó el tono con el que se lo dijo. - Estaba buscándolo.- no hizo falta mucha más explicación, el portal del nigromante trajo de vuelta a Wthyr. Con eso quedaba todo solucionado, así que se alejó a varios metros del lugar para seguir enviando mensajes a Setelah, que supiese la situación por si le tentaba acudir.
Lo de Matvey allí atrás en el Vaticano me había dejado traumatizado. Parecía muerto pero de pronto el demoño lo había tomado por completo y ....
Nada. Wthyr me había vuelto a tomar como un fardo de patatas y me había lanzado por el portal, llevándome fuera de alli, a pesar de mis protestas por querer quedarme. Además Matvey se había quedado atrás!
- déjame Wthyr! No voy a casarme contigo aunque me se secuestres! Matvey está herido!
Y otra vez al suelo. Me levanté llevándome una mano a la sien, curiosamente me dolía más la cabeza que la mano. Mire alrededor, ubicando mi barco y la torre soul.
Y a Cath. Y a las hermanas Pendragon. Y un desquiciado wiwi y los soul... Marchando por el portal.
- Gwen? Shy? - me pareció recordar algo de la noche anterior. Al final habían decidido venir las dos? No estaba yo para tríos a decir verdad ... Miré a Cath, y si sentí algo por saber que también había venido a verme, mi cabeza lo pasó de largo. No era importante. - el anillo.... Que anillo? Me ha cortado el dedo. Como si fuera un trozo de espetec - le mostré la mano levantando a la altura de mi cara, donde faltaba el índice que antes había llevado el anillo. Luego sujete la herida aún sangrante con la otra mano para que dejara de parecer una fuentecita. Además, el izquierdo, y yo zurdo. Iba a tener que fabricarme la cosa larga....
Nada. Wthyr me había vuelto a tomar como un fardo de patatas y me había lanzado por el portal, llevándome fuera de alli, a pesar de mis protestas por querer quedarme. Además Matvey se había quedado atrás!
- déjame Wthyr! No voy a casarme contigo aunque me se secuestres! Matvey está herido!
Y otra vez al suelo. Me levanté llevándome una mano a la sien, curiosamente me dolía más la cabeza que la mano. Mire alrededor, ubicando mi barco y la torre soul.
Y a Cath. Y a las hermanas Pendragon. Y un desquiciado wiwi y los soul... Marchando por el portal.
- Gwen? Shy? - me pareció recordar algo de la noche anterior. Al final habían decidido venir las dos? No estaba yo para tríos a decir verdad ... Miré a Cath, y si sentí algo por saber que también había venido a verme, mi cabeza lo pasó de largo. No era importante. - el anillo.... Que anillo? Me ha cortado el dedo. Como si fuera un trozo de espetec - le mostré la mano levantando a la altura de mi cara, donde faltaba el índice que antes había llevado el anillo. Luego sujete la herida aún sangrante con la otra mano para que dejara de parecer una fuentecita. Además, el izquierdo, y yo zurdo. Iba a tener que fabricarme la cosa larga....
Gwen Pendragón
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El viaje había sido largo, más aún montando un dragón que no era Alud. Estaba tan acostumbrada a su modo de volar que los demás me hacían sentir extraña si pasaba mucho rato en su lomo.
Poco tardamos en llegar hasta Smaug tras descartar el ir directamente al Vaticano junto a Wthyr y casi por arte de magia, al tomar tierra, la voz de Catherine se coló en mi cabeza. "Catherine. ¿Estás con Wthyr?"Pregunté antes de que Shyvanna me confirmase que también estaba en contacto con ella.-Shy...-Advertí en tono fraternal, porque como siempre mantenía una actitud a la defensiva con la morena.-Así será más fácil tener noticias de Wthyr.
Nos acercamos a Smaug al que le dirigí un honorable saludo y miré a la rubia cuando preguntó por nuestro hermano. Así que Wthyr se había separado de Smaug en algún momento. Apreté los labios soltando rápidamente aire por la nariz como en un suspiro mudo, desviando la mirada. Pero poco duró nuestra conversación, alguien más se aproximaba.
Mantuve la vista clavada en sus ojos, no...no era un aliado o al menos no es su totalidad. Asentí inclinando la cabeza también a modo de saludo. No habíamos venido aquí con intenciones de ganar más enemigos. Giré observando el portal cuando nos advirtió de su presencia.
¿Eso era la plaza del Vaticano? Mi expresión de pronto se tornó grave. ¿Eso era mi hermano con alas de dragón?. Miré a Shyvanna por un segundo justo cuando Catherine hizo su presencia en el lugar. Observé su vuelo con una fuerte tensión forjándose en mi estómago, ignorando la caída de DaVinci al suelo para después adelantarme hasta la posición del rey de Avalon.-Wthyr-Intenté llamar su atención, mirando a mi hermana de nuevo, confusa por las palabras de nuestro hermano.
Iba a acercarme un poco más pero su esposa lo hizo por mi así que mantuve mi posición. Su voz sonó de nuevo en mi cabeza pero entrecerré mis ojos a la par que juntaba mis manos apretándolas un poco entre sí.-¿Qué tienes que explicar?¿Qué le han hecho?-Parecía que había perdido la cabeza.-Reisa könungr[levántate Rey]-Espeté en idioma de dragón, tal vez de forma un poco brusca, tal vez con los modos que hubiese tenido nuestra abuela de haberle visto así.-¿Alguien puede desatar las cadenas de nuestro hermano?-Pregunté molesta. Pues no entendía nada.
Cuando habló a alguien más giré para ver allí a Giordano tirado.-Descendiente de DaVinci-Solté como saludo formal a diferencia del suyo, secamente. Por lo que decía Catherine si que era cierto que algo andaba mal con el Descendiente. -¿Era eso lo que le turbaba la cabeza?-Pregunté a Catherine sin moverme del sitio. Alcé la mano cortando el flujo de sangre de su dedo. En ese momento iba a preguntar si ya nos podíamos ir, visto que lo que quería la Reina se había cumplido pero sus palabras parecían responder mi pregunta. ¿Rasputín estaba aquí?¿Había sido cosa de ella? Volví a presionar mis labios uno contra otro en una mueca molesta.
Shyvanna Pendragon
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Miró a Gwen cuando soltó aquel tono y soltó un largo y exasperado suspiro - Bueno…- Tenía que ser “amable” con la “cuñada”, lástima que su hermana no valoraba que ya no la llamaba frígida. Era un avance brutal. Un hombre de pelo largo llegó hasta ella y Shyvanna lo observó de arriba a abajo, no se sentía nada bienvenida pero guardó silencio porque… Había visto a ese tipo en algún lado. ¿Cuándo? ¿Dónde?
-Un consejo que nadie pidió- Respondió pero entonces todo se fue un poquito a la mierda. Smaug aportó poco más que nada a la conversación y la rubia observó a su hermano …con alas… arrastrando a Giordano y luego aterrizando. Durante un momento se quedó solo mirando antes de echar a correr hacia él.
“No necesito que me digas qué hacer, prf...”
Le dedicó ese pensamiento a Catherine antes de sacar una de sus dagas del muslo y abrirse una herida en la palma de la mano, empezando a dibujar runas encima de sus antebrazos escuchando de fondo lo que estaba diciendo Wthyr, parecía…desubicado -¿El dedo de quién?- Preguntó sin entender, observando sus manos y contando los deditos. Diez, bien. Entonces se concentró en absorber sus heridas viendo cómo Catherine le hablaba y le decía que eran reales. Se miró a sí misma, pensando que sí, que era muy real y que estaba muy buena… Like, eso no se podía fingir.
Observó a Giordano -Sí, queridito. Venimos a rescatarte de las garras perversas del cristianismo. Nos gusta más pecar- Le guiñó un ojo observando su mano cuando dijo que le cortó el dedo, pensando que Wthyr se parecía más a Darren de lo q… -Ohhh, ese dedo- Cayó en cuenta, asintiendo mientras seguía curando a su hermano siendo consciente de que…estaba fatal, recordándole casi como cuando habían vuelto de Ouroboros. No le gustaba la combinación, le apetecía volver a Ávalon.
-¿La cabeza? Gio siempre ha estado medio turbado…¿Cómo lo diferenciáis?- Preguntó con un tono casi inocente, acercándose a sus hermanos y a Gwen. Aún así cuando mencionó a Matvey y lo del demonio, el gesto de Shyvanna se ensombreció -¿Y qué hace ese aquí? Entendí que nadie del Consejo iba a ayudarte y por eso Wthyr había decidido venir contigo…¿Era una trampa?- Miró hacia el portal y cerró su propia herida en la mano, empuñando la daga -¡¿Te ha metido un demonio de nuevo?!- Le preguntó a su hermano con el ceño fruncido -¡¿Y tú lo has dejado?!- Le espetó a la frígida.
Sanación: 20 + 10 hab + 45 stat +40 anillo: 115 de sanación a Wiwi :3
-Un consejo que nadie pidió- Respondió pero entonces todo se fue un poquito a la mierda. Smaug aportó poco más que nada a la conversación y la rubia observó a su hermano …con alas… arrastrando a Giordano y luego aterrizando. Durante un momento se quedó solo mirando antes de echar a correr hacia él.
“No necesito que me digas qué hacer, prf...”
Le dedicó ese pensamiento a Catherine antes de sacar una de sus dagas del muslo y abrirse una herida en la palma de la mano, empezando a dibujar runas encima de sus antebrazos escuchando de fondo lo que estaba diciendo Wthyr, parecía…desubicado -¿El dedo de quién?- Preguntó sin entender, observando sus manos y contando los deditos. Diez, bien. Entonces se concentró en absorber sus heridas viendo cómo Catherine le hablaba y le decía que eran reales. Se miró a sí misma, pensando que sí, que era muy real y que estaba muy buena… Like, eso no se podía fingir.
Observó a Giordano -Sí, queridito. Venimos a rescatarte de las garras perversas del cristianismo. Nos gusta más pecar- Le guiñó un ojo observando su mano cuando dijo que le cortó el dedo, pensando que Wthyr se parecía más a Darren de lo q… -Ohhh, ese dedo- Cayó en cuenta, asintiendo mientras seguía curando a su hermano siendo consciente de que…estaba fatal, recordándole casi como cuando habían vuelto de Ouroboros. No le gustaba la combinación, le apetecía volver a Ávalon.
-¿La cabeza? Gio siempre ha estado medio turbado…¿Cómo lo diferenciáis?- Preguntó con un tono casi inocente, acercándose a sus hermanos y a Gwen. Aún así cuando mencionó a Matvey y lo del demonio, el gesto de Shyvanna se ensombreció -¿Y qué hace ese aquí? Entendí que nadie del Consejo iba a ayudarte y por eso Wthyr había decidido venir contigo…¿Era una trampa?- Miró hacia el portal y cerró su propia herida en la mano, empuñando la daga -¡¿Te ha metido un demonio de nuevo?!- Le preguntó a su hermano con el ceño fruncido -¡¿Y tú lo has dejado?!- Le espetó a la frígida.
Sanación: 20 + 10 hab + 45 stat +40 anillo: 115 de sanación a Wiwi :3
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El miembro 'Shyvanna Pendragon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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'Curación' :
Asiaín Pendragon
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Bueno... Todo ha sido un considerable desastre, a decir verdad, aunque siendo totalmente honesto eso es algo que le viene bien, la inestabilidad, y además, estar en el sitio para saber que está ocurriendo, por ese motivo es que Asiaín, además de mantener su imagen, decidió partir junto a sus primas.
Una vez que llegaron al monte aventino, Asiaín se puso a observar alrededor, la torre y el barco, mientras que Shyvanna le hablaba a Gwen, y posteriormente al gran dragón Smaug, quien al parecer también estaba en todo este embrollo, de primeras eso era interesante.
Aunque luego... Todo se salpicó sultimente de caos, ya que primero que nada llegó un hombre desde la torre, uno que no conocía de nada por supuesto, y que tenía toda la pinta de que no los quería ahí, cosa que tampoco es demasiado sorprendente, por lo aislado del sitio y la fama en general de los Pendragon dado todos los eventos recientes...
Pero de cualquier modo, los siguiente que hizo fue señalar un portal recién abierto hacía donde estaba Wthyr, que si lo piensan, es todo lo que realmente necesitaban, así que Asiaín esperaba que sus primas estuvieran tan conformes como él mismo, tanto fue así que dió unos pasos hacía el portal, aprovechando el hecho de que ni cristo le estaba poniendo atención...
Lo que no se esperó, fue lo que pasó a continuación, Wthyr apareció, con un descendiente agarrado qué luego dejó caer, y posteriormente se dejó caer él mismo, encadenado, y en muy mal estado.
Parece que ya es rutina qué pase esto...
Finalizó con un triste suspiro, mientras que Wthyr, que fue el único que le pasó la mirada por encima hasta ahora, empezaba a gritar cosas sobre maldita, posesiones mentales, negando la existencia de sus hermanas, y demás locuras, parece que ahora también acabó con la mente hecha trizas, lástima que nadie qué conozca puede curarle eso Excepto tal vez...
Y como si de magia se tratase, llegó a unirse a la fiesta la persona en quien acababa de pensar, la obsesión de Wthyr hecha persona, Catherine.
Ella también ignoró su existencia como los demás cosa que no es sorprendente, parte de su trabajo es ser capaz de no ser notado tanto como lo es ser capaz de serlo, por unos momentos se limitó a observar como se desarrollaba la situación, con un gesto suave, al menos hasta que Catherine pidió curas para Wthyr.
Entonces, recordando lo que Shyvanna le enseñó mientras lo instruía en el arte de curar, empezó a poner en tela de juicio si debería de actuar inmediatamente, esto era algo real, sin embargo, debido a la posición de todo, además de Catherine el más cercano era él... Al menos hasta que Shyvanna tomó la iniciativa, más rápido de lo que él habría imaginado, esto hizo qué se sumiera un momento en sus propias cavilaciones, obviando el resto de cosas que estaban pasando a su alrededor...
Finalmente se decidió a actuar también, poniéndose en el poco espacio qué quedaba cerca de Wthyr ahora mismo, afortunadamente es bastante delgado así que puede sin mayores dificultades.
Acto seguido extrae su vial con sangre, y procede a destaparlo, para escribir runas sobre la piel de Wthyr con la misma, las qué le había enseñado Shyvanna, mismas que ya había aprendido por fin a escribir sin mayores errores, suficiente como para neutralizar el dolor que provoca su sanación, de tal forma que mientras su sangre se encargaba de ayudar a Shyvanna a sanar a Wthyr como buenamente podía, mayormente buscando evitar que Shyvanna se lleve de lleno las heridas más graves del cuerpo de Wthyr, mientras recita a los encantamientos propios de su magia, y a la vez... Se aseguraba de ahora mantener un oído atento a las cosas que se decían como escuchaba qué se hablaba de Matvey, el nigromante qué habló con Wthyr antes de la batalla de Ouroboros... Y que iba a venir, poseído aparentemente, esto se ponía demasiado interesante para su gusto...
Una vez que llegaron al monte aventino, Asiaín se puso a observar alrededor, la torre y el barco, mientras que Shyvanna le hablaba a Gwen, y posteriormente al gran dragón Smaug, quien al parecer también estaba en todo este embrollo, de primeras eso era interesante.
Aunque luego... Todo se salpicó sultimente de caos, ya que primero que nada llegó un hombre desde la torre, uno que no conocía de nada por supuesto, y que tenía toda la pinta de que no los quería ahí, cosa que tampoco es demasiado sorprendente, por lo aislado del sitio y la fama en general de los Pendragon dado todos los eventos recientes...
Pero de cualquier modo, los siguiente que hizo fue señalar un portal recién abierto hacía donde estaba Wthyr, que si lo piensan, es todo lo que realmente necesitaban, así que Asiaín esperaba que sus primas estuvieran tan conformes como él mismo, tanto fue así que dió unos pasos hacía el portal, aprovechando el hecho de que ni cristo le estaba poniendo atención...
Lo que no se esperó, fue lo que pasó a continuación, Wthyr apareció, con un descendiente agarrado qué luego dejó caer, y posteriormente se dejó caer él mismo, encadenado, y en muy mal estado.
Parece que ya es rutina qué pase esto...
Finalizó con un triste suspiro, mientras que Wthyr, que fue el único que le pasó la mirada por encima hasta ahora, empezaba a gritar cosas sobre maldita, posesiones mentales, negando la existencia de sus hermanas, y demás locuras, parece que ahora también acabó con la mente hecha trizas, lástima que nadie qué conozca puede curarle eso Excepto tal vez...
Y como si de magia se tratase, llegó a unirse a la fiesta la persona en quien acababa de pensar, la obsesión de Wthyr hecha persona, Catherine.
Ella también ignoró su existencia como los demás cosa que no es sorprendente, parte de su trabajo es ser capaz de no ser notado tanto como lo es ser capaz de serlo, por unos momentos se limitó a observar como se desarrollaba la situación, con un gesto suave, al menos hasta que Catherine pidió curas para Wthyr.
Entonces, recordando lo que Shyvanna le enseñó mientras lo instruía en el arte de curar, empezó a poner en tela de juicio si debería de actuar inmediatamente, esto era algo real, sin embargo, debido a la posición de todo, además de Catherine el más cercano era él... Al menos hasta que Shyvanna tomó la iniciativa, más rápido de lo que él habría imaginado, esto hizo qué se sumiera un momento en sus propias cavilaciones, obviando el resto de cosas que estaban pasando a su alrededor...
Finalmente se decidió a actuar también, poniéndose en el poco espacio qué quedaba cerca de Wthyr ahora mismo, afortunadamente es bastante delgado así que puede sin mayores dificultades.
Acto seguido extrae su vial con sangre, y procede a destaparlo, para escribir runas sobre la piel de Wthyr con la misma, las qué le había enseñado Shyvanna, mismas que ya había aprendido por fin a escribir sin mayores errores, suficiente como para neutralizar el dolor que provoca su sanación, de tal forma que mientras su sangre se encargaba de ayudar a Shyvanna a sanar a Wthyr como buenamente podía, mayormente buscando evitar que Shyvanna se lleve de lleno las heridas más graves del cuerpo de Wthyr, mientras recita a los encantamientos propios de su magia, y a la vez... Se aseguraba de ahora mantener un oído atento a las cosas que se decían como escuchaba qué se hablaba de Matvey, el nigromante qué habló con Wthyr antes de la batalla de Ouroboros... Y que iba a venir, poseído aparentemente, esto se ponía demasiado interesante para su gusto...
- Curación:
10(curación)+10(Habilidad)+15(dado)+5(canalizador)=+40ps a Wthyr
Asiaín Pendragon
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Se me ha bugueado el dado, don't mind me
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