Recuerdo del primer mensaje :
Misterioso lugar, posiblemente algún brujo poderoso o sus aprendices pueden habitarla...
Actualmente, está en poder de los Soul Reaper. Quien quiera penetrar en la Torre encontrará una serie de dificultades, si no ha sido invitado.
El Guardián vagabundea constantemente por la Torre. Un ser oscuro, enorme y sin ojos deteniendo a los intrusos y alertando de su presencia, una bestia enorme y silenciosa como la muerte, pese a su gran tamaño.
Desapareció de su emplazamiento original (Irlanda)
ESCUDOS TORRE: 5000 puntos. En combate, cada turno, pueden regenerar los escudos, pero para eso deben perder un turno tanto de atacar, aunque no de defenderse personalmente si lo necesitan. A cambio de 10 PS de vida, pueden añadir 100 puntos a los escudos. Cada PJ. Los SOUL PNj aportan la mitad, por 10 PS 50 Puntos de escudo.
Nº de Soul Reapers: 90
Actualmente, está en poder de los Soul Reaper. Quien quiera penetrar en la Torre encontrará una serie de dificultades, si no ha sido invitado.
El Guardián vagabundea constantemente por la Torre. Un ser oscuro, enorme y sin ojos deteniendo a los intrusos y alertando de su presencia, una bestia enorme y silenciosa como la muerte, pese a su gran tamaño.
- El Guardián:
200 PS - 70 stat - 20 daño área por grito
Desapareció de su emplazamiento original (Irlanda)
ESCUDOS TORRE: 5000 puntos. En combate, cada turno, pueden regenerar los escudos, pero para eso deben perder un turno tanto de atacar, aunque no de defenderse personalmente si lo necesitan. A cambio de 10 PS de vida, pueden añadir 100 puntos a los escudos. Cada PJ. Los SOUL PNj aportan la mitad, por 10 PS 50 Puntos de escudo.
Nº de Soul Reapers: 90
6/7 entrenamiento
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Sabía que Lyosha tenía razon en aquello, en que volver alli sin ser capaz de controlar al demonio, supondría mi muerte y quien sabia si la de alguien mas. Un suicidio, una insensatez que no estaba dispuesto a cometer. Era por ello que seguia alli, con el nigromante y con ella, que habían probado de sobra poder contenerme.
Miré a Astaroth con gravedad cuando preguntó todo aquello....no, no contabamos con nadie asi en el Consejo
- Tengo a una aprendiz que es diestra con los espíritus, pero es muy joven aun... nadie con la edad y el potencial suficiente se ha cruzado por nuestro camino aun. Pero si conocéis a alguien... - por lo pronto, solo podía contar con los Svensson, y Cleopatra, la chica de la Brigada. Y eso si ella quería prestar sus servicios porque no nos habiamos portado demasiado bien con ellos, por lo que habia podido descubrir. Astaroth tambien tenía razón en lo siguiente. - Exacto. Habrá que ir bien preparado.
Cuando Lyosha aceptó mi invitación, el contacto de su mano con la mía resultó en algo que no había esperado, la verdad. Pero fue extrañamente...grato.
Sin embargo, las cosas no pasaron como esperaba. Yo crucé, lo hice sin problemas. El mundo al otro lado del velo era gris, etéreo, extraño, pero similar a este. Lleno de ánimas, este lugar estaba plagado de ellas...gente que antes no habia visto nos rodeaba ahora, auras de un gran poder. Miré tras de mi y no vi a Astaroth ni a Lyosha....
- No ha funcionado.... - volví a mirar, como hechizado, a mi alrededor. La Torre de la Alta Hechicería convergía una gran cantidad de espiritus a su alrededor. Pero...eran como una sintonía....era...hermoso. Oscuro, gris, brumoso y con miles de susurros, pero sobrecogedor. Decidí volver a cruzar la brecha antes de que aquel canto de sirena me hechizara más todavia, cerrándola tras mi vuelta.
"empiezo a controlarlo mejor"
Al volver vi que ella seguia en pie pero Astaroth estaba tirado en la otra punta de la sala. Los habia expulsado y no de buenas maneras.
- No muertos? Sois renacidos. Estáis muy vivos. - fruncí mi ceño y volví a mirar en direccion a donde habia cerrado la brecha. - No lo sé...no se si es porque sois revenants, o porque simplemente si no eres un demonio no puedes cruzarla. Debería probar con alguien más. De todos modos...lo que dices tiene sentido. A Lyosha ya le expliqué lo que ocurría con las almas de los renacidos y aquellos que los devuelven una vez mueren. - miré a Astaroth, lo sabría él? Lo interrogué con la mirada.
A parte de eso...
- Quizá vosotros podáis lograr algo similar a lo que acabo de hacer usando alguno de vuestros portales. Ya sabes cuales
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1 a 10 gastación energía= 3, poca
exito fallo mantenimiento del poder, lo tiene dominao ya
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Sabía que Lyosha tenía razon en aquello, en que volver alli sin ser capaz de controlar al demonio, supondría mi muerte y quien sabia si la de alguien mas. Un suicidio, una insensatez que no estaba dispuesto a cometer. Era por ello que seguia alli, con el nigromante y con ella, que habían probado de sobra poder contenerme.
Miré a Astaroth con gravedad cuando preguntó todo aquello....no, no contabamos con nadie asi en el Consejo
- Tengo a una aprendiz que es diestra con los espíritus, pero es muy joven aun... nadie con la edad y el potencial suficiente se ha cruzado por nuestro camino aun. Pero si conocéis a alguien... - por lo pronto, solo podía contar con los Svensson, y Cleopatra, la chica de la Brigada. Y eso si ella quería prestar sus servicios porque no nos habiamos portado demasiado bien con ellos, por lo que habia podido descubrir. Astaroth tambien tenía razón en lo siguiente. - Exacto. Habrá que ir bien preparado.
Cuando Lyosha aceptó mi invitación, el contacto de su mano con la mía resultó en algo que no había esperado, la verdad. Pero fue extrañamente...grato.
Sin embargo, las cosas no pasaron como esperaba. Yo crucé, lo hice sin problemas. El mundo al otro lado del velo era gris, etéreo, extraño, pero similar a este. Lleno de ánimas, este lugar estaba plagado de ellas...gente que antes no habia visto nos rodeaba ahora, auras de un gran poder. Miré tras de mi y no vi a Astaroth ni a Lyosha....
- No ha funcionado.... - volví a mirar, como hechizado, a mi alrededor. La Torre de la Alta Hechicería convergía una gran cantidad de espiritus a su alrededor. Pero...eran como una sintonía....era...hermoso. Oscuro, gris, brumoso y con miles de susurros, pero sobrecogedor. Decidí volver a cruzar la brecha antes de que aquel canto de sirena me hechizara más todavia, cerrándola tras mi vuelta.
"empiezo a controlarlo mejor"
Al volver vi que ella seguia en pie pero Astaroth estaba tirado en la otra punta de la sala. Los habia expulsado y no de buenas maneras.
- No muertos? Sois renacidos. Estáis muy vivos. - fruncí mi ceño y volví a mirar en direccion a donde habia cerrado la brecha. - No lo sé...no se si es porque sois revenants, o porque simplemente si no eres un demonio no puedes cruzarla. Debería probar con alguien más. De todos modos...lo que dices tiene sentido. A Lyosha ya le expliqué lo que ocurría con las almas de los renacidos y aquellos que los devuelven una vez mueren. - miré a Astaroth, lo sabría él? Lo interrogué con la mirada.
A parte de eso...
- Quizá vosotros podáis lograr algo similar a lo que acabo de hacer usando alguno de vuestros portales. Ya sabes cuales
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exito fallo mantenimiento del poder, lo tiene dominao ya
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El miembro 'Matvey Rasputín' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
#1 'Dado (10)' :
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#2 'Probabilidad' :
#1 'Dado (10)' :
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#2 'Probabilidad' :
Lyosha Svensson
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-La niña de pelo verde- Mencionó como haciendo memoria -La niña inocente- Que no podía traumar. Volvió la vista hacia Matvey -No estás tan desesperado- Frunció el ceño con suavidad y luego balanceo suavemente las caderas para cambiar el peso de una pierna a otra mientras recordaba algo en particular -Hay una licántropa que habla de profecías. Probablemente tenga algo que ver con espíritus. Lleva el pelo blanco. Es del… clan…- Arrugó la nariz antes de soltar levemente un gruñido, tenía memoria pero no tanta -Un clan- resumió -Quizás Khaled recuerde el nombre-
Al ser rechazada le dieron ganas de cortar el portal con cuchillas pero controló su actitud para ver a Astaroth volar de lo lindo. Quizás el vínculo de Matvey y Lyosha había influido en la brusquedad del impacto. ¿O el contacto? Se miró la mano con curiosidad, cerrando y abriendo los dedos.
-Matvey, espabila- Le dijo tronando los dedos al ver que no hablaba y se quedaba mirando todo. No le gustaba mucho que estuviera en el reino de Valqar sin ella ahí para tratar de que lo controlara. La sensación de descontrol sobre la situación era una piedra en el estómago. Una estaca de hielo más bien, que le congelaba las venas.
Argh, no le gustaba tener esa sensación por las implicaciones que tenía.
Se sacudió un poco para eliminar aquella energía -Y deberías ir armado con hierro. Tanto en armas como en armadura, por mucho que no estés acostumbrado -Lo evaluó de arriba a abajo y luego miró sus brazos con curiosidad -No hemos entrenado en combate cuerpo a cuerpo, quizás deberíamos. Lo más básico- No sabía si el nigromante sabía defenderse. La situación del estado de su alma y la intrusión en aquel mundo le hizo asentir, sonriendo brevemente. Tenía todo el sentido del mundo.
Empezó a moverse, caminando y estirando los brazos hacia arriba mientras se crujía el cuello como preparándose para una segunda ronda. Escuchó aquello de abrir brechas con la sala de los portales y miró a Astaroth con un gesto de advertencia. Nada de jugar con la sala sin la presencia y/o permiso de Khaled. Si tenían una invasión de espíritus allí con Niké alrededor no se lo iba a perdonar - ¿Querrás el apoyo de los Souls en esta misión, Matvey?- Inquirió y esta vez cuando se giró a Matvey no era la caótica alma que vagaba por aquí y por allá. Lyosha transformó sus cuchillas en una lanza y golpeó el piso una sola vez mientras alzaba la barbilla y se convertía en la emperatriz romana que sería -Porque la hermandad de metal está bajo mi comando, pero si necesitas más tropas, entonces va a costarte- Sonrió malévolamente mientras ladeaba la cabeza -Sabes que hago pocas cosas gratis- Le guiñó un ojo -Y esto será más caro que sólo vodka-
Al ser rechazada le dieron ganas de cortar el portal con cuchillas pero controló su actitud para ver a Astaroth volar de lo lindo. Quizás el vínculo de Matvey y Lyosha había influido en la brusquedad del impacto. ¿O el contacto? Se miró la mano con curiosidad, cerrando y abriendo los dedos.
-Matvey, espabila- Le dijo tronando los dedos al ver que no hablaba y se quedaba mirando todo. No le gustaba mucho que estuviera en el reino de Valqar sin ella ahí para tratar de que lo controlara. La sensación de descontrol sobre la situación era una piedra en el estómago. Una estaca de hielo más bien, que le congelaba las venas.
Argh, no le gustaba tener esa sensación por las implicaciones que tenía.
Se sacudió un poco para eliminar aquella energía -Y deberías ir armado con hierro. Tanto en armas como en armadura, por mucho que no estés acostumbrado -Lo evaluó de arriba a abajo y luego miró sus brazos con curiosidad -No hemos entrenado en combate cuerpo a cuerpo, quizás deberíamos. Lo más básico- No sabía si el nigromante sabía defenderse. La situación del estado de su alma y la intrusión en aquel mundo le hizo asentir, sonriendo brevemente. Tenía todo el sentido del mundo.
Empezó a moverse, caminando y estirando los brazos hacia arriba mientras se crujía el cuello como preparándose para una segunda ronda. Escuchó aquello de abrir brechas con la sala de los portales y miró a Astaroth con un gesto de advertencia. Nada de jugar con la sala sin la presencia y/o permiso de Khaled. Si tenían una invasión de espíritus allí con Niké alrededor no se lo iba a perdonar - ¿Querrás el apoyo de los Souls en esta misión, Matvey?- Inquirió y esta vez cuando se giró a Matvey no era la caótica alma que vagaba por aquí y por allá. Lyosha transformó sus cuchillas en una lanza y golpeó el piso una sola vez mientras alzaba la barbilla y se convertía en la emperatriz romana que sería -Porque la hermandad de metal está bajo mi comando, pero si necesitas más tropas, entonces va a costarte- Sonrió malévolamente mientras ladeaba la cabeza -Sabes que hago pocas cosas gratis- Le guiñó un ojo -Y esto será más caro que sólo vodka-
Me rasqué la barbilla con la barba de algunos días tratando de encontrar alguien en mis recuerdos que realmente haya jugado con el reino de los espíritus y que no estuvieran en el consejo ese de sabios. De la niña de pelo verde, ni puta idea, la pregunta era si tenía el tiempo suficiente como para enseñarle las artes del espiritismo -Por mi parte, que haya jugado a los cazafantasmas, solo conozco a dos. Una está en la Brigada y el otro …- Dibujé un círculo en el aire, indicando que debía encontrarse en algún punto de la torre con su nueva hija, es decir mi tía recién nacida. Seguramente el nigromante también haya pensado en estos dos -Pues entonces deberás darte prisa para enseñar a tu chiquilla todas las artes del terreno espiritual si te la quieres llevar de visita turística a un plano que ni tú, ni ella, conoce- Me encogí de hombros todavía con las manos guardadas en los bolsillos, en ese sentido, poco me podía importar a mí lo que hiciera o dejara de hacer con la cría. De todas las opciones la única que podría valer la pena era la de la licántropa. Claro que, para eso, habría que encontrarla en el clan. -Y todavía te quedan las bazas de la piedra de la resurrección y de los tres mundos, para tratar de contactar con alguien de dentro-
Con el chispazo mascullé un rato todavía en aquella esquina pegado a la pared. No me había llevado a la androide por delante, qué suerte la suya, pero la muy cerda ni siquiera se movió para ayudar. Entrecerré los ojos para desearle que se oxidara mientras empezaba a apartar cachivaches. Y ni runas demoníacas ni mierdas, ahí no había forma de entrar. -… hierro, sin aleaciones. Y plata, seguramente- Esas mierdas siempre servían para todo, desde licántropos hasta otros tipos de espíritus y entes. -Estaba más vivo antes, pero gracias por la puntualización- Gruñí quitándome una alabarda de encima con el sonido metálico al chocar contra el suelo. Capté la severidad de la mirada de Matvey sobre el destino de las almas de los revenant, no gustándome un pelo -Creo que tampoco quiero saberlo en este momento- Pero tenía sentido que, si nuestras almas no podían volver a su plano, no pudieran entrar a través de aquella brecha.
¿Entrenamiento cuerpo a cuerpo? ¿no hago las cosas gratis? Estaba a punto de dibujar una arcada pero la lengua de Jed tenía un buen valor para trazar complicados hechizos, por lo que me callé y dejé a la parejita de tórtolos para sus cosas. Rodeé los ojos, apartando la mirada a otro lado. Si seguían con el coqueteo me iba a largar de allí. ¿La androide podría darme una mejor conversación? Esperaba que sí porque me acerqué a ella suplicando que no solo fueran ceros y unos en su programación. La miré con poca expresividad, la misma que tenía ella. Maldito y aburrido microondas. -Ejem Ejem. Entonces qué, ¿buscamos a la loba de pelo blanco y hacemos un simposio de espíritus?- Porque, si no recordaba mal, se les acababa el tiempo para andarse con mierdas.
Con el chispazo mascullé un rato todavía en aquella esquina pegado a la pared. No me había llevado a la androide por delante, qué suerte la suya, pero la muy cerda ni siquiera se movió para ayudar. Entrecerré los ojos para desearle que se oxidara mientras empezaba a apartar cachivaches. Y ni runas demoníacas ni mierdas, ahí no había forma de entrar. -… hierro, sin aleaciones. Y plata, seguramente- Esas mierdas siempre servían para todo, desde licántropos hasta otros tipos de espíritus y entes. -Estaba más vivo antes, pero gracias por la puntualización- Gruñí quitándome una alabarda de encima con el sonido metálico al chocar contra el suelo. Capté la severidad de la mirada de Matvey sobre el destino de las almas de los revenant, no gustándome un pelo -Creo que tampoco quiero saberlo en este momento- Pero tenía sentido que, si nuestras almas no podían volver a su plano, no pudieran entrar a través de aquella brecha.
¿Entrenamiento cuerpo a cuerpo? ¿no hago las cosas gratis? Estaba a punto de dibujar una arcada pero la lengua de Jed tenía un buen valor para trazar complicados hechizos, por lo que me callé y dejé a la parejita de tórtolos para sus cosas. Rodeé los ojos, apartando la mirada a otro lado. Si seguían con el coqueteo me iba a largar de allí. ¿La androide podría darme una mejor conversación? Esperaba que sí porque me acerqué a ella suplicando que no solo fueran ceros y unos en su programación. La miré con poca expresividad, la misma que tenía ella. Maldito y aburrido microondas. -Ejem Ejem. Entonces qué, ¿buscamos a la loba de pelo blanco y hacemos un simposio de espíritus?- Porque, si no recordaba mal, se les acababa el tiempo para andarse con mierdas.
7/7 entrenamiento completado
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No, no estaba tan desesperado como para meter a mi aprendiz a esto. Sabía que no estaba preparada. Le había costado mucho volver después de aquella experiencia con el demonio y...lanzarla a la piscina de nuevo sin chaleco salvavidas no era el mejor modo de asegurarse de que progresara. Antes tendría que comprobar que era capaz, y tendría que mejorar. Porque su ayuda nos vendría bien, cualquier ayuda, en realidad. Pero... no iba a meterla ahi, y luego arrepentirme por perderla. No era eso lo que habia hecho Smaug con su pequeña cría de dragón? Lanzarla a la guerra, verla morir y luego echarnos las culpas a nosotros?
- No estoy tan loco, no. No me llevaré a Lemoni si no tengo algo de garantía- aseguré a Lyosha y Astartoh. - Licantropa de un clan? - quizá el nuevo Kirgyakos podria ayudarme con eso. - La localizaremos. - Astartoh tambien planteó lo de la brigada y...Khaled, por supuesto. - Puedo contar contigo para que hables con Cleopatra y le pidas su colaboración? Igual con Khaled...llegado el momento, creo que todos los nigromantes que podamos juntarnos, aun seremos pocos. Ahora debería volver.... - revisé el brazalete, pero vi un mensaje de Nikolaos más tranquilizador. El arbol se habia retirado de la plaza, sin muertos. Disimulé un aliviado suspiro. Sí, aun podía quedarme aqui algunos dias a terminar de perfeccionar mi control sobre Valqar, que Lyosha me añadiera los sellos nuevos, y.... - Y me vas a enseñar tú? - le pregunté a Lyosha con eso de entrenar cuerpo a cuerpo, levantando levemente una ceja.
Había cerrado ya la brecha entre los dos mundos, recordando como era al otro lado. Empezaba a atisbar las cosas que podría conseguir dominando aquello.
- El asunto está en encontrar el plano en el que ese arbol hace que resida su poder, llegar...y abrir un camino para los que no pueden cruzar de este modo. - este modo era el que acababamos de probar. Lyosha lo había dicho, yo solo no podría. Necesitaría refuerzos. - Probablemente otros demonios puedan cruzarlo. Si los invocamos, Astaroth, frente al arbol, podremos hacer la prueba. - eligió la ignorancia al respecto del futuro de su alma y...lo acepté. En realidad, como no habia mucho que se pudiera hacer para cambiarlo, por qué preocuparse?
Hierro...apoyo de los soul.... eso ultimo debería ser consultado.
- Os tendría luchando a mi lado, si por mi fuera, como hemos hecho en Roma. Pero debo consultarlo con los demás del Consejo. - porque...como habia dicho, no saldría gratis, y no podia hacer ese tipo de tratos por mi cuenta. - Tengo en cuenta el pago de los favores. Constantemente. - su tono y el modo en el que habia guiñado en ojo...seguido de...aquel carraspeo de Astaroth, provocó que apartara mi mirada de Lyosha al tiempo que recordaba el tacto de su mano por unos breves instantes. - Yo...buscaré a la loba, vosotros hablad con los nigromantes que conocéis, explicadles esto e investigad maneras de abrir vías que podáis cruzar. Os ayudaré en lo que pueda. Tengo ciertos tratados sobre invocaciones de demonios que me gustaría compartir contigo, Astaroth....
La sesión se prolongaría durante un tiempo más, a sabiendas ahora que el ataque había cesado, pero con la amenaza constante colgando sobre la cabeza como si de la espada de Damocles se tratara....
Los días siguientes los empleamos en continuar practicando invocaciones de demonios menores, de forma muy controlada, perfeccionar el diseño de los sigilos y circulos de protección, usar los poderes de Valqar en el proceso y, como Lyosha habia dicho, entrenamiento cuerpo a cuerpo tambien con ella, con la espada; además de permitirle terminar de grabar los nuevos símbolos . Las practicas iban cada vez mejor y aunque en el momento de los sueños Valqar seguia rebelándose y cumpliendo su promesa, de día era dificil el momento en el que no podía usar sus poderes al tiempo que evitaba ponerlo al mando a él.
Dias mas tarde, tras la recepción del patronus de Catherine, supe que no podía posponer mas mi retorno. Hablé con Lyosha y me despedí de Astartoh, dejándole aquellos tratados que le habia prometido. Recuperé la daga y la piedra, y saqué el anillo de aquel lugar porque sencillamente...no podía dejarles eso alli. Sin embargo, habia descubierto un lugar muy seguro donde podría dejarlo, llegado el momento.
Agradecí a ambos lo que habían hecho esos días por mi asegurándoles que nos pondríamos al día más adelante. Por ultimo les deseé suerte con su empresa en Roma... deseando de corazón que su perspectiva de unir lo mágico y lo no mágico diera por fin resultados en estas tierras. Que no acabase en ninguna carnicería.
Tras aquello, abandoné la Torre empleando un portal.
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No, no estaba tan desesperado como para meter a mi aprendiz a esto. Sabía que no estaba preparada. Le había costado mucho volver después de aquella experiencia con el demonio y...lanzarla a la piscina de nuevo sin chaleco salvavidas no era el mejor modo de asegurarse de que progresara. Antes tendría que comprobar que era capaz, y tendría que mejorar. Porque su ayuda nos vendría bien, cualquier ayuda, en realidad. Pero... no iba a meterla ahi, y luego arrepentirme por perderla. No era eso lo que habia hecho Smaug con su pequeña cría de dragón? Lanzarla a la guerra, verla morir y luego echarnos las culpas a nosotros?
- No estoy tan loco, no. No me llevaré a Lemoni si no tengo algo de garantía- aseguré a Lyosha y Astartoh. - Licantropa de un clan? - quizá el nuevo Kirgyakos podria ayudarme con eso. - La localizaremos. - Astartoh tambien planteó lo de la brigada y...Khaled, por supuesto. - Puedo contar contigo para que hables con Cleopatra y le pidas su colaboración? Igual con Khaled...llegado el momento, creo que todos los nigromantes que podamos juntarnos, aun seremos pocos. Ahora debería volver.... - revisé el brazalete, pero vi un mensaje de Nikolaos más tranquilizador. El arbol se habia retirado de la plaza, sin muertos. Disimulé un aliviado suspiro. Sí, aun podía quedarme aqui algunos dias a terminar de perfeccionar mi control sobre Valqar, que Lyosha me añadiera los sellos nuevos, y.... - Y me vas a enseñar tú? - le pregunté a Lyosha con eso de entrenar cuerpo a cuerpo, levantando levemente una ceja.
Había cerrado ya la brecha entre los dos mundos, recordando como era al otro lado. Empezaba a atisbar las cosas que podría conseguir dominando aquello.
- El asunto está en encontrar el plano en el que ese arbol hace que resida su poder, llegar...y abrir un camino para los que no pueden cruzar de este modo. - este modo era el que acababamos de probar. Lyosha lo había dicho, yo solo no podría. Necesitaría refuerzos. - Probablemente otros demonios puedan cruzarlo. Si los invocamos, Astaroth, frente al arbol, podremos hacer la prueba. - eligió la ignorancia al respecto del futuro de su alma y...lo acepté. En realidad, como no habia mucho que se pudiera hacer para cambiarlo, por qué preocuparse?
Hierro...apoyo de los soul.... eso ultimo debería ser consultado.
- Os tendría luchando a mi lado, si por mi fuera, como hemos hecho en Roma. Pero debo consultarlo con los demás del Consejo. - porque...como habia dicho, no saldría gratis, y no podia hacer ese tipo de tratos por mi cuenta. - Tengo en cuenta el pago de los favores. Constantemente. - su tono y el modo en el que habia guiñado en ojo...seguido de...aquel carraspeo de Astaroth, provocó que apartara mi mirada de Lyosha al tiempo que recordaba el tacto de su mano por unos breves instantes. - Yo...buscaré a la loba, vosotros hablad con los nigromantes que conocéis, explicadles esto e investigad maneras de abrir vías que podáis cruzar. Os ayudaré en lo que pueda. Tengo ciertos tratados sobre invocaciones de demonios que me gustaría compartir contigo, Astaroth....
La sesión se prolongaría durante un tiempo más, a sabiendas ahora que el ataque había cesado, pero con la amenaza constante colgando sobre la cabeza como si de la espada de Damocles se tratara....
Los días siguientes los empleamos en continuar practicando invocaciones de demonios menores, de forma muy controlada, perfeccionar el diseño de los sigilos y circulos de protección, usar los poderes de Valqar en el proceso y, como Lyosha habia dicho, entrenamiento cuerpo a cuerpo tambien con ella, con la espada; además de permitirle terminar de grabar los nuevos símbolos . Las practicas iban cada vez mejor y aunque en el momento de los sueños Valqar seguia rebelándose y cumpliendo su promesa, de día era dificil el momento en el que no podía usar sus poderes al tiempo que evitaba ponerlo al mando a él.
***
Dias mas tarde, tras la recepción del patronus de Catherine, supe que no podía posponer mas mi retorno. Hablé con Lyosha y me despedí de Astartoh, dejándole aquellos tratados que le habia prometido. Recuperé la daga y la piedra, y saqué el anillo de aquel lugar porque sencillamente...no podía dejarles eso alli. Sin embargo, habia descubierto un lugar muy seguro donde podría dejarlo, llegado el momento.
Agradecí a ambos lo que habían hecho esos días por mi asegurándoles que nos pondríamos al día más adelante. Por ultimo les deseé suerte con su empresa en Roma... deseando de corazón que su perspectiva de unir lo mágico y lo no mágico diera por fin resultados en estas tierras. Que no acabase en ninguna carnicería.
Tras aquello, abandoné la Torre empleando un portal.
Lyosha Svensson
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Lyosha había pasado algunos días encargándose de los detalles de la propuesta Soul respecto a Roma. Tal como había hablado en algún momento con Lykaios, sabía que su intención directa no era hacerse con el poder de la ciudad italiana. En su opinión, era un alma demasiado libre que le faltaba algo de estructura pero, no mentiría, como aliado no estaba tan mal.
La matriarca también había informado a Khaled sobre lo hablado con Matvey, en la reunión debatieron una y otra vez el futuro de los Souls, su objetivo y los siguientes pasos a seguir. No podían dejar aquel vacío de poder por más tiempo así que mandó a Hefesto a convocar a la Brigada.
Los esperaría donde los había recibido la última vez para coordinar detalles de la misión, le parecía lo más idóneo. Esa vez no iba vestida con armadura, sino con un pantalón negro ajustado de corte alto y una blusa de color vino. Evidentemente, no es que careciera de metal sino que lo llevaba camuflajeada en su ropa como accesorios.
Se sentó en la cabecera de la mesa y esperó con aparente paciencia la llegada de la Brigada y de los Souls que le acompañarían mientras Amrem se colocaba detrás de ella.
La matriarca también había informado a Khaled sobre lo hablado con Matvey, en la reunión debatieron una y otra vez el futuro de los Souls, su objetivo y los siguientes pasos a seguir. No podían dejar aquel vacío de poder por más tiempo así que mandó a Hefesto a convocar a la Brigada.
Los esperaría donde los había recibido la última vez para coordinar detalles de la misión, le parecía lo más idóneo. Esa vez no iba vestida con armadura, sino con un pantalón negro ajustado de corte alto y una blusa de color vino. Evidentemente, no es que careciera de metal sino que lo llevaba camuflajeada en su ropa como accesorios.
Se sentó en la cabecera de la mesa y esperó con aparente paciencia la llegada de la Brigada y de los Souls que le acompañarían mientras Amrem se colocaba detrás de ella.
Los dias habian transcurrido tranquilos pero ajetreados para la Brigada. No mas batallas a vida o muerte, o huidas en extremo del coliseo, o enfrentamientos contra demonios milenarios o estatuas sanguinarias y tecnomagia incomprensible.... solo mucho trabajo, ayudando a arreglar los desperfectos que nuestra lucha habia causado, o ayudando a las personas a retomar sus vidas de un modo u otro.
Mediar tambien estaba siendo una de nuestras funciones, entre las diferentes facciones. Por suerte contabamos con un medio italiano entre nuestras filas, y la amistad que habiamos hecho con los humanos mercenarios tambien nos habia granjeado algo de ventaja al respecto.
Pero si que era verdad qe pasado el tiempo, el vacio de poder empezaba a hacerse mas latente, mas notorio, y ya habian voces que empezaban a proclamarse por un nuevo orden. Por eso acudimos ese dia a la cita con Lyosha, yo con algunos más de la Brigada (akka los que querais postear y uniros hacedlo, bitches).
Como podíamos considerarnos aliados, me habia dejado la katana en el barco, como gesto o algo asi. Llegamos a aquella sala de reunión donde lo tenían todo dispuesto. Anuncié mi llegada y la de los mios extendiendo los brazos a ambos lados mientras caminaba por la puerta.
- Ya está aqui la Brigada de las Mil Grullas!!! Que se te ofrece, Lyosha? - les hice un gesto para que se fueran asentando, y yo mismo tomé asiento en cualquier silla que pillé. - Si es por lo de las ratas que han estado robando en las panaderias, ese problema ya está maaaaaaaaas que zanjado. Te lo aseguro. Ni una sola rata. - le dije con un gesto de la mano que evocaba mucha confianza, como de...trabajo BIEN terminado.
Lyosha Svensson
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La sala se lleno de otros líderes de hermandades o Souls y Lyosha miró el reloj de muñeca para verificar el horario. Retraso. ¿Tenía que ser paciente? Podía APARENTAR ser paciente. La política siempre iba de aparentar ser algo que no se era. Alzó los dedos y se acicaló el nuevo flequillo que le tapaba la marca.
Poco después llegó Lykaios con su Brigada, lleno de…energía. Una energía que contrastaba en lo absoluto con el comportamiento de los Souls y, aún así, calzaba. Se preguntó Lyosha si la Brigada era el yang de su ying. Evaluó a Lykaios, venía sin armas y con una sonrisa en el rostro. Lyosha se encontró emulándola, para su sorpresa.
-No- Dijo con tranquilidad antes de negar suavemente con la mano, como si aquello fueran nimiedades en comparación con lo que iban a discutir. En efecto, lo era -Quiero hablar de cómo planeo hacerme con el vacío de poder y establecer a los Souls como gobierno regente de Italia- Sin delicadeza, sin suavidad. Una verdad grande como la calavera que estaba en la puerta de la torre.
-Hablamos en tu barco sobre el gobierno, si mal no recuerdo. Vais por libre. ¿Encontraré en tu Brigada y en ti apoyo u obstáculo?- Inquirió con poca sutileza.
Poco después llegó Lykaios con su Brigada, lleno de…energía. Una energía que contrastaba en lo absoluto con el comportamiento de los Souls y, aún así, calzaba. Se preguntó Lyosha si la Brigada era el yang de su ying. Evaluó a Lykaios, venía sin armas y con una sonrisa en el rostro. Lyosha se encontró emulándola, para su sorpresa.
-No- Dijo con tranquilidad antes de negar suavemente con la mano, como si aquello fueran nimiedades en comparación con lo que iban a discutir. En efecto, lo era -Quiero hablar de cómo planeo hacerme con el vacío de poder y establecer a los Souls como gobierno regente de Italia- Sin delicadeza, sin suavidad. Una verdad grande como la calavera que estaba en la puerta de la torre.
-Hablamos en tu barco sobre el gobierno, si mal no recuerdo. Vais por libre. ¿Encontraré en tu Brigada y en ti apoyo u obstáculo?- Inquirió con poca sutileza.
Asenté mi irlandés y bonito culo en aquella silla en una pose muy relajada, cruzando una pierna con el tobillo sobre la rodilla de la otra (la que era protésica, pero por el pantalon ni se notaba) y ambas manos en los reposabrazos de dicho asiento.
"Ah, asi que no son las ratas"
Lo otro que suponia que podía ser era el vacío de poder, sí, asi que asentí para que hablase. Agradecí enormemente que la mujer no se andara con rodeos y fuera directa al grano.
- ¡Genial! - exclamé alzando mis hombros, alguien tenía que encargarse, y la Brigada...no. No eramos políticos. Eramos todo lo contrario a eso. Cualquier pais o lugar bajo nuestro mandato se sumiría en el caos, lo teníamos claro todos nosotros. - Ya teníamos varias apuestas acerca de cuando os lanzaríais a por ello. Y la gente pues...empiezan a asomar voces, sabes? Todos quieren un pedacito del Vaticano. - le guiñé un ojo. Por mi perfecto.
Ahora, su siguiente pregunta...
- No. Ningun obstáculo. Os apoyamos en la decisión. Salvo que os convirtáis en lo que juntos nos esforzamos por destruir. Salvo que no respetéis las libertades que todo pueblo merece, esclavicéis o discriminéis por raza. Salvo que os impongais por la fuerza cuando el pueblo entero os deteste - me rasqué la mejilla, mirándola, y sonreí de modo....honesto, pero agresivo. Determinado. - Entonces, sí. Seremos como un grano en el culo para tí. Pero... - me incorporé levemente despegandome del respaldo, dando una resolutiva palmada. - Los Soul tenéis parte de vuestra historia anclada en Roma, verdad? Creo que podéis funcionar, unir a humanos y mágicos. Tengo esperanzas en que cuadraréis. Sé que no será un camino de rosas, se os opondrán los mas extremistas, seguirán habiendo batallas...tendreis que hacer algunas cosas desagradables por el camino...
En fin, no era un ingenuo. Pero, ella captaba mi idea?
- Hay alianzas bastante fuertes entre algunos de nuestros miembros. Asi que me gustaría que esto saliera bien. - como molaria organizar una boda para Cleo y Astaroth, verdad?
"Ah, asi que no son las ratas"
Lo otro que suponia que podía ser era el vacío de poder, sí, asi que asentí para que hablase. Agradecí enormemente que la mujer no se andara con rodeos y fuera directa al grano.
- ¡Genial! - exclamé alzando mis hombros, alguien tenía que encargarse, y la Brigada...no. No eramos políticos. Eramos todo lo contrario a eso. Cualquier pais o lugar bajo nuestro mandato se sumiría en el caos, lo teníamos claro todos nosotros. - Ya teníamos varias apuestas acerca de cuando os lanzaríais a por ello. Y la gente pues...empiezan a asomar voces, sabes? Todos quieren un pedacito del Vaticano. - le guiñé un ojo. Por mi perfecto.
Ahora, su siguiente pregunta...
- No. Ningun obstáculo. Os apoyamos en la decisión. Salvo que os convirtáis en lo que juntos nos esforzamos por destruir. Salvo que no respetéis las libertades que todo pueblo merece, esclavicéis o discriminéis por raza. Salvo que os impongais por la fuerza cuando el pueblo entero os deteste - me rasqué la mejilla, mirándola, y sonreí de modo....honesto, pero agresivo. Determinado. - Entonces, sí. Seremos como un grano en el culo para tí. Pero... - me incorporé levemente despegandome del respaldo, dando una resolutiva palmada. - Los Soul tenéis parte de vuestra historia anclada en Roma, verdad? Creo que podéis funcionar, unir a humanos y mágicos. Tengo esperanzas en que cuadraréis. Sé que no será un camino de rosas, se os opondrán los mas extremistas, seguirán habiendo batallas...tendreis que hacer algunas cosas desagradables por el camino...
En fin, no era un ingenuo. Pero, ella captaba mi idea?
- Hay alianzas bastante fuertes entre algunos de nuestros miembros. Asi que me gustaría que esto saliera bien. - como molaria organizar una boda para Cleo y Astaroth, verdad?
Lyosha Svensson
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-Entonces tendrán que pelear para conseguirlo- Expresó Lyosha con tranquilidad, no le afectaba en lo más mínimo aquellos grupos que pretendían hacerse con el poder. No eran mejores que ellos y, por ende, sucumbirían a su poder. Leyó el lenguaje corporal de Lykaios pero no expresó nada al respecto.
Tras ello lo dejó hablar escuchando lo que decía y encontró entrañable esa sonrisa. Encontró…reto en ella. Y eso despertó el deseo de portarse mal, muy mal. Sólo para arrancarle esa sonrisa de la cara. Caótica -Entiendo-
Asintió suavemente cuando habló sobre la historia de los Souls Reaper, ella misma había nacido en tierra italiana. Las palabras le hicieron sonreír -Es más…Creo que no habrá mejor gobierno que este, Lykaios. Repartiremos la magia para quienes la quieren y quienes no, bueno…Un gobierno siempre necesita…- ¿Cómo se decía? ¿Súbditos?¿Mano de obra? Un flash de Matvey cruzó su cabeza y Lyosha se removió incómoda en la silla -Una sociedad equilibrada- Dijo con un deje tenso en la voz.
-Espero que siga habiendo batallas. Me aburriría…Y cuando me aburro…- Puso los ojos en blanco, soltando un largo suspiro. Soltó una risa breve al escuchar aquello de cosas desagradables. Sí, estaba acostumbrada a eso. -¿Alianzas o relaciones?- Inquirió para el peliazul pensando en Astaroth y Cleopatra. Se había esforzado por aprender su nombre porque había jugado un papel clave en la resurrección de Astaroth y luego en su “despertar” tras el movimiento de la torre.
-Quiero tu bandera- Dijo moviendo suavemente la cabeza. Quería que el mundo viera que tenían el apoyo de la Brigada pero también de Ouroboros, de cada pequeña alianza que tuvieran. Así cuando diera su discurso comprenderían que al oponerse a ellos, se oponían a mucha gente que estaba de su lado.
Tras ello lo dejó hablar escuchando lo que decía y encontró entrañable esa sonrisa. Encontró…reto en ella. Y eso despertó el deseo de portarse mal, muy mal. Sólo para arrancarle esa sonrisa de la cara. Caótica -Entiendo-
Asintió suavemente cuando habló sobre la historia de los Souls Reaper, ella misma había nacido en tierra italiana. Las palabras le hicieron sonreír -Es más…Creo que no habrá mejor gobierno que este, Lykaios. Repartiremos la magia para quienes la quieren y quienes no, bueno…Un gobierno siempre necesita…- ¿Cómo se decía? ¿Súbditos?¿Mano de obra? Un flash de Matvey cruzó su cabeza y Lyosha se removió incómoda en la silla -Una sociedad equilibrada- Dijo con un deje tenso en la voz.
-Espero que siga habiendo batallas. Me aburriría…Y cuando me aburro…- Puso los ojos en blanco, soltando un largo suspiro. Soltó una risa breve al escuchar aquello de cosas desagradables. Sí, estaba acostumbrada a eso. -¿Alianzas o relaciones?- Inquirió para el peliazul pensando en Astaroth y Cleopatra. Se había esforzado por aprender su nombre porque había jugado un papel clave en la resurrección de Astaroth y luego en su “despertar” tras el movimiento de la torre.
-Quiero tu bandera- Dijo moviendo suavemente la cabeza. Quería que el mundo viera que tenían el apoyo de la Brigada pero también de Ouroboros, de cada pequeña alianza que tuvieran. Así cuando diera su discurso comprenderían que al oponerse a ellos, se oponían a mucha gente que estaba de su lado.
La verdad es que me gustaban mucho las cosas que eran o blancas o negras, sencillas. Y asi las habiamos tirado Lyosha y yo encima de la mesa. Bastante directitos.
- Es lo que hay. - simplemente me encogí de hombros. - Nuestros términos son claros y sencillos
"a que si?"
- Ajam. Y quienes no quieran la magia, que se jodan, allá ellos. Mientras vayan en paz, buen camino lleven, como decían en mi pueblo.
Me rei un poco, no crei que batallas fueran a faltarle por el momento.
- Si te aburres os invitamos a alguna raid, no te preocupes.
Alianzas o relaciones, habia dicho. Bueno, era más bien una relación.
- Una relación en la que podemos poner dos bonitas alianzas? - if you know what I mean, que no creo.... porque si, yo seguia emocionado con la idea de un casorio de Cleopatra. Borrachera, fiesta, fuegos artificiales....bailes y musica y cosas asi. Y amor claro, mucho amor.
Su ultima petición me dejó cosa de dos segundos reflexivo. Era algo que queria consultar con los mios. Asi que me volví para hablar con ellos brevemente, y parecieron mostrar su acuerdo.
- Hecho, aunque tiene que ser mutuo. Nosotros también navegaremos ondeando vuestra bandera como símbolo. - lo que me llevaba a pensar.... que si su bandera tambien era una calavera....iba a ser todo muy calaveresco, pero ea. La nuestra llevaba gafas de sol. Cual era su bandera, de todos modos? No me habia fijado... - Partiremos a Irlanda en breves, por cierto. Me han llegado noticias de mi isla, de mi gente alli. Por lo visto están teniendo algunos problemas...imperialistas ingleses, para variar. Os haremos alguna visita cuando terminemos alli....me gusta Roma. - siempre hacía sol y buen tiempo.
- Es lo que hay. - simplemente me encogí de hombros. - Nuestros términos son claros y sencillos
"a que si?"
- Ajam. Y quienes no quieran la magia, que se jodan, allá ellos. Mientras vayan en paz, buen camino lleven, como decían en mi pueblo.
Me rei un poco, no crei que batallas fueran a faltarle por el momento.
- Si te aburres os invitamos a alguna raid, no te preocupes.
Alianzas o relaciones, habia dicho. Bueno, era más bien una relación.
- Una relación en la que podemos poner dos bonitas alianzas? - if you know what I mean, que no creo.... porque si, yo seguia emocionado con la idea de un casorio de Cleopatra. Borrachera, fiesta, fuegos artificiales....bailes y musica y cosas asi. Y amor claro, mucho amor.
Su ultima petición me dejó cosa de dos segundos reflexivo. Era algo que queria consultar con los mios. Asi que me volví para hablar con ellos brevemente, y parecieron mostrar su acuerdo.
- Hecho, aunque tiene que ser mutuo. Nosotros también navegaremos ondeando vuestra bandera como símbolo. - lo que me llevaba a pensar.... que si su bandera tambien era una calavera....iba a ser todo muy calaveresco, pero ea. La nuestra llevaba gafas de sol. Cual era su bandera, de todos modos? No me habia fijado... - Partiremos a Irlanda en breves, por cierto. Me han llegado noticias de mi isla, de mi gente alli. Por lo visto están teniendo algunos problemas...imperialistas ingleses, para variar. Os haremos alguna visita cuando terminemos alli....me gusta Roma. - siempre hacía sol y buen tiempo.
Lyosha Svensson
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Asintió brevemente a aquello de que fueran por buen camino… sí, y si era fuera de Italia, mejor. Necesitaba crear una nación fuerte y sólida como las bases inquebrantables de los Souls Reapers para que nadie se atreviera a encararles.
-Lo tendré en cuenta, Lykaios- Porque si fuera por Sirius, podrían darla por muerta. Lo peor de todo es que nos sabía cómo comunicarse con él. Quizás debería escribirle a Johan. El solo pensamiento le hizo sentir incómoda. No era propio de ella estar preguntando por el bienestar de los demás. Mejor no.
La sugerencia de Lykaios le hizo sonreír ampliamente y alzó suavemente un hombro, de manera elegante y medida -No depende de nosotros- Pero quería desearle suerte a Cleopatra poniéndole una alianza a un Svensson. Miró hacia la puerta con un gesto pensativo, Khaled había sido el único que había portado tal símbolo y… esa era una historia aparte. Volvió la mirada hacia Lykaios finalmente -Pero Cleopatra será siempre bienvenida en la Torre- Más allá de las alianzas entre la Brigada y los Souls.
Alzó la barbilla ante la aceptación del líder de la Brigada y luego la solicitud la hizo pensar. Abanderados… -Por supuesto, ampliareis nuestro rango de acción. Si conocéis a alguna persona que le interese ser portador de magia, ya sabéis hacia dónde dirigirlos-
Tras eso escuchó la información de Lykaios y al escuchar la palabra imperio entrecerró los ojos, atando algunos cabos. -Si esos problemas llevan el apellido Pendragon, avisadme- Le apetecía molestarlos, porque sí. Y porque así tendría la libertad de matarlos sin que Matvey viese su nombre sucio. Era un 2x1. Se acercó hasta el peliazul y le extendió la mano para estrecharla, como sellando aquella alianza para luego organizar los detalles de las entregas de las banderas y finalizar la reunión yéndose cada quien por su lado.
-Lo tendré en cuenta, Lykaios- Porque si fuera por Sirius, podrían darla por muerta. Lo peor de todo es que nos sabía cómo comunicarse con él. Quizás debería escribirle a Johan. El solo pensamiento le hizo sentir incómoda. No era propio de ella estar preguntando por el bienestar de los demás. Mejor no.
La sugerencia de Lykaios le hizo sonreír ampliamente y alzó suavemente un hombro, de manera elegante y medida -No depende de nosotros- Pero quería desearle suerte a Cleopatra poniéndole una alianza a un Svensson. Miró hacia la puerta con un gesto pensativo, Khaled había sido el único que había portado tal símbolo y… esa era una historia aparte. Volvió la mirada hacia Lykaios finalmente -Pero Cleopatra será siempre bienvenida en la Torre- Más allá de las alianzas entre la Brigada y los Souls.
Alzó la barbilla ante la aceptación del líder de la Brigada y luego la solicitud la hizo pensar. Abanderados… -Por supuesto, ampliareis nuestro rango de acción. Si conocéis a alguna persona que le interese ser portador de magia, ya sabéis hacia dónde dirigirlos-
Tras eso escuchó la información de Lykaios y al escuchar la palabra imperio entrecerró los ojos, atando algunos cabos. -Si esos problemas llevan el apellido Pendragon, avisadme- Le apetecía molestarlos, porque sí. Y porque así tendría la libertad de matarlos sin que Matvey viese su nombre sucio. Era un 2x1. Se acercó hasta el peliazul y le extendió la mano para estrecharla, como sellando aquella alianza para luego organizar los detalles de las entregas de las banderas y finalizar la reunión yéndose cada quien por su lado.
Crucé el portal que habia creado desde mi sotano a Roma, directamente. Menos mal que me habia acordado del vodka. Subi las escaleras de la Torre, alli las cosas parecían...en relativa calma, todavia. Lo cual era bueno.
No se amontonaban mas cadaveres en la explanada del monte Aventino, ni sangre fresca bañaba su tierra. Recordé que habia querido investigar mas a fondo el Vaticano, por todo aquello de Ahrimar, pero ...andaba con las manos ocupadas, a decir verdad, asi que ...al final nada.
Solicité audiencia con Lyosha Svensson, que debia de estar muy ocupada, a decir verdad. Seguia pensando que aquello era mejor que dejarlo en el plano espiritual, ademas no tenia por qué dar muchas explicaciones.
Me guiaron al interior de la torre, llevandome a una sala donde me indicaron que esperase asi que...eso hice. Dejé el cofre en el suelo y empecé a sacar metódicamente las botellas de vodka que habia traido. Eran...una especie de ofrenda, sí. El pago, por asi decirlo.
No se amontonaban mas cadaveres en la explanada del monte Aventino, ni sangre fresca bañaba su tierra. Recordé que habia querido investigar mas a fondo el Vaticano, por todo aquello de Ahrimar, pero ...andaba con las manos ocupadas, a decir verdad, asi que ...al final nada.
Solicité audiencia con Lyosha Svensson, que debia de estar muy ocupada, a decir verdad. Seguia pensando que aquello era mejor que dejarlo en el plano espiritual, ademas no tenia por qué dar muchas explicaciones.
Me guiaron al interior de la torre, llevandome a una sala donde me indicaron que esperase asi que...eso hice. Dejé el cofre en el suelo y empecé a sacar metódicamente las botellas de vodka que habia traido. Eran...una especie de ofrenda, sí. El pago, por asi decirlo.
Lyosha Svensson
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Por supuesto que estaba ocupada. ¿Se creía que un imperio se creaba teniendo sexo frente a árboles chungos? No. Se hacía trabajando día sí y día también. Las emperatrices de verdad no tenían tiempo para echar una cana al aire. No iba a decir que la aceptación iba viento en popa, pero tampoco tenían tormentas en contra. La transición se estaba llevando con la elegancia de la que la peliblanca solía presumir.
Estaba reunida con uno de los amiguitos mafiosos de la Brigada, estableciendo ciertos parámetros para que todo pudiera fluir correctamente en Roma ya que muchos de ellos habían decidido probar en la sala de las Calaveras. Dejó que Matvey esperara lo justo para acabar la reunión y decidió hacerle espacio en su agenda porque esperaba que aquel encuentro estuviera lleno de peticiones para hacer correr sangre.
Finalmente, fue hasta la sala donde percibía a Matvey, no necesitaba que nadie le dijera donde estaba uno de sus nigromantes. Carecía de su armadura “normal”, iba con ropa formal pero para el buen observador se podrían apreciar detalles de metal por todo su cuerpo, que sin dudarlo formarían las más intrincadas herramientas de tortura de necesitarlo.
Miró al nigromante sacando botellas y la peliblanca se rió un poco -Rasputin- Saludó mientras cogía la primera de ellas y la abría sin mucho protocolo. Tras ello se fue a un pequeño armario escondido de la sala y sacó dos vasos que rellenó, para luego ofrecerle uno -¿Qué vienes a pedirme?-
Estaba reunida con uno de los amiguitos mafiosos de la Brigada, estableciendo ciertos parámetros para que todo pudiera fluir correctamente en Roma ya que muchos de ellos habían decidido probar en la sala de las Calaveras. Dejó que Matvey esperara lo justo para acabar la reunión y decidió hacerle espacio en su agenda porque esperaba que aquel encuentro estuviera lleno de peticiones para hacer correr sangre.
Finalmente, fue hasta la sala donde percibía a Matvey, no necesitaba que nadie le dijera donde estaba uno de sus nigromantes. Carecía de su armadura “normal”, iba con ropa formal pero para el buen observador se podrían apreciar detalles de metal por todo su cuerpo, que sin dudarlo formarían las más intrincadas herramientas de tortura de necesitarlo.
Miró al nigromante sacando botellas y la peliblanca se rió un poco -Rasputin- Saludó mientras cogía la primera de ellas y la abría sin mucho protocolo. Tras ello se fue a un pequeño armario escondido de la sala y sacó dos vasos que rellenó, para luego ofrecerle uno -¿Qué vienes a pedirme?-
Por fin noté a Lyosha acercarse a la sala, y, efectivamente, el instinto no me habia fallado. Tras unos segundos tras esa percepcion, la Svensson cruzó por la puerta, y con buen aspecto a decir verdad, como concluí tras observarla con cierta atención de más no solicitada.
- ¿Como sabes que vengo a pedirte algo? - sería por el vodka, sin duda. Era una interrogación retorica, en realidad, porque... - has acertado. - Cogí uno de los vasos que me ofreció, y brindé hacia ella antes de bebérmelo a trago.
- Quería pedirte que me custodiaras algo. Nuestra isla está perdiendo magia a marchas forzadas por culpa del arbol y es demasiado importante como para dejarlo alli.
En otras palabras...no tenía a nadie mas a quien confiarselo. Sabía que llegaría al asunto de que lo guardara conmigo y tendria que responderle que no podia, pero entonces empezaría a hacerme darle vueltas al plan y no quería posponerlo mas. Ya habia hecho algunos arreglos. Miré hacia el cofre, en silencio. No podía decirle lo que habia alli adentro exactamente, pero quizá la revenant podía acabar por intuirlo si lo escuchaba atentamente en algun momento.
- Lo he pensado bien y es en tí en quien mas confío para esto. Es...muy importante para mi. - repetí eso de que era importante. - No puede sufrir daño alguno. Esto era lo que buscaba Valqar aquella noche en el sótano.
- ¿Como sabes que vengo a pedirte algo? - sería por el vodka, sin duda. Era una interrogación retorica, en realidad, porque... - has acertado. - Cogí uno de los vasos que me ofreció, y brindé hacia ella antes de bebérmelo a trago.
- Quería pedirte que me custodiaras algo. Nuestra isla está perdiendo magia a marchas forzadas por culpa del arbol y es demasiado importante como para dejarlo alli.
En otras palabras...no tenía a nadie mas a quien confiarselo. Sabía que llegaría al asunto de que lo guardara conmigo y tendria que responderle que no podia, pero entonces empezaría a hacerme darle vueltas al plan y no quería posponerlo mas. Ya habia hecho algunos arreglos. Miré hacia el cofre, en silencio. No podía decirle lo que habia alli adentro exactamente, pero quizá la revenant podía acabar por intuirlo si lo escuchaba atentamente en algun momento.
- Lo he pensado bien y es en tí en quien mas confío para esto. Es...muy importante para mi. - repetí eso de que era importante. - No puede sufrir daño alguno. Esto era lo que buscaba Valqar aquella noche en el sótano.
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-¿Quieres que me crea que vienes a verme porque añoras mi soberbia presencia en tu vida?- Le pregunto a Matvey con un tono de ligera sorpresa y broma, porque de todas las cosas que podía esperar del nigromante ESA no era una de ellas. Le devolvió el brindis, guiñándole luego un ojo al escuchar que había acertado. Como era de esperarse.
Esta no era más que otra negociación, de esas que no paraba de tener desde que decidió ser la cara “pública” de los Soul Reapers. Pero Matvey había ganado su respeto, así que era más… era…
La petición le pareció un poco rara, desvió la mirada azul hacia el cofre y luego a las botellas de vodka. En el fondo, le hacía gracia porque ella tampoco bebía TANTO. Bebía frecuentemente pero su objetivo no era nunca emborracharse como lo había hecho alguna vez con él. Volvió la vista al cofre con algo de curiosidad pero esperó a que él hablara.
Entrecerró suavemente los ojos cuando insistió en lo importante que era -Deja de camelarme, Matvey- Era curioso que no confiara en sus compañeros para cuidarle su cofrecito, sino a alguien que hacia apenas un par de meses era una enemiga jurada. Sin embargo, cuando mencionó a Valqar, a Lyosha le recorrió un escalofrío y se quedó mirando los ojos de Matvey con intensidad, en profundo silencio, durante un momento. Aquella noche habían ocurrido demasiadas cosas pero no podía olvidar el empeño que había mostrado el demonio en ir a buscar eso cuando quiso acabar con él… en la protección que había en aquella puerta.
Lyosha acortó las distancias y posó una mano sobre este dejando que el metal de su atuendo, mucho más del que se veía a simple vista, recorriera su antebrazo para hacer una cúpula de denso material alrededor del cofre. Una capa más de protección -Entendido- Añadió sin pedir más información. No era cotilla. Cada persona tenía sus secretos y si eso era lo que él quería compartir en ese momento, lo respetaba -Entonces… el árbol sigue molestando… ¿Por qué no le echas un poco de fuego valyrio?-
Esta no era más que otra negociación, de esas que no paraba de tener desde que decidió ser la cara “pública” de los Soul Reapers. Pero Matvey había ganado su respeto, así que era más… era…
La petición le pareció un poco rara, desvió la mirada azul hacia el cofre y luego a las botellas de vodka. En el fondo, le hacía gracia porque ella tampoco bebía TANTO. Bebía frecuentemente pero su objetivo no era nunca emborracharse como lo había hecho alguna vez con él. Volvió la vista al cofre con algo de curiosidad pero esperó a que él hablara.
Entrecerró suavemente los ojos cuando insistió en lo importante que era -Deja de camelarme, Matvey- Era curioso que no confiara en sus compañeros para cuidarle su cofrecito, sino a alguien que hacia apenas un par de meses era una enemiga jurada. Sin embargo, cuando mencionó a Valqar, a Lyosha le recorrió un escalofrío y se quedó mirando los ojos de Matvey con intensidad, en profundo silencio, durante un momento. Aquella noche habían ocurrido demasiadas cosas pero no podía olvidar el empeño que había mostrado el demonio en ir a buscar eso cuando quiso acabar con él… en la protección que había en aquella puerta.
Lyosha acortó las distancias y posó una mano sobre este dejando que el metal de su atuendo, mucho más del que se veía a simple vista, recorriera su antebrazo para hacer una cúpula de denso material alrededor del cofre. Una capa más de protección -Entendido- Añadió sin pedir más información. No era cotilla. Cada persona tenía sus secretos y si eso era lo que él quería compartir en ese momento, lo respetaba -Entonces… el árbol sigue molestando… ¿Por qué no le echas un poco de fuego valyrio?-
- ¿Tan dificil sería de creer? - pero no, no habia venido por eso en concreto. Habia venido por algo mucho mas deprimente, si lo pensaba....
- No te estoy camelando, eso no funciona contigo. - le respondí seriamente, lo del vodka era.... miré las botellas. - Esto es un pago por adelantado. No está bien pedir favores sin dar nada a cambio. -Devolvi la mirada a ella cuando ante la mencion de Valqar y que aquello era lo que habia buscado alcanzar, pareció entenderlo todo de golpe.
Se acercó y la dejé hacerlo, aunque sentí un estremecimiento cuando puso su mano sobre el cofre. Mas por la visión que otra cosa, porque no le habia dejado a nadie tocarlo...no desde Lucio, claro. Y esto era diferente. Agradecí sin embargo que no hiciera preguntas. Ella lo había dejado claro, cada cual teniamos nuestros secretos y los compartíamos cuando queríamos. La nota que habia atado al cofre quedó oculta por la capa de metal.
- Spasiva. - murmuré. -Escondelo por aqui y...que nadie tenga acceso. Solo eso. Nadie te preguntará ni vendrá a buscarlo, salvo yo, claro. - lo del fuego valyrio me hizo sonreir de lado, pero asentí a su pregunta. - Ya se ha probado, solo le hizo enfadar. - en ese momento, noté el brazalete vibrar, habia recibido un mensaje directo de Catherine. Que poco oportuno... respondí rapido, ella era otra con quien no quería entretenerme demasiado antes, pero parecía importante. - Ouroboros está vacía ahora mismo, nos instalamos en las Highlands. Sé que lo mismo te preguntas por qué confío más en ti que en el Consejo para estas cosas... - tenía que analizarlo friamente para dar con la respuesta. - Es por las veces que hemos luchado juntos. Son esas situaciones de vida o muerte. Y por esto. - señalé su garganta, recordandole aquel sello que saliendo mal, tuve que arreglar con mi sangre. - Por tu fuerza, tambien. - bajé la mano y le recorrí el rostro con los ojos unos instantes, apretando los labios antes de fruncir el ceño y lanzar una mirada acusadora al cofre porque me daba la impresión de que si yo podía escucharlo, ella tambien podría en cualquier momento. Aunque quien sabe, la mujer llevaba unos cuantos años viviendo con más de un corazon y no se habia dado ni cuenta.... - solo me queda una cosa que pedirte. Podrías acoger a Ivanov? Con suerte si pasa un tiempo aqui...aprenderá a manejar la espada mejor que su padre. Y a comprender y respetar a los Soul Reaper. Solo hasta que Ouroboros vuelve a ser lo que era.
- No te estoy camelando, eso no funciona contigo. - le respondí seriamente, lo del vodka era.... miré las botellas. - Esto es un pago por adelantado. No está bien pedir favores sin dar nada a cambio. -Devolvi la mirada a ella cuando ante la mencion de Valqar y que aquello era lo que habia buscado alcanzar, pareció entenderlo todo de golpe.
Se acercó y la dejé hacerlo, aunque sentí un estremecimiento cuando puso su mano sobre el cofre. Mas por la visión que otra cosa, porque no le habia dejado a nadie tocarlo...no desde Lucio, claro. Y esto era diferente. Agradecí sin embargo que no hiciera preguntas. Ella lo había dejado claro, cada cual teniamos nuestros secretos y los compartíamos cuando queríamos. La nota que habia atado al cofre quedó oculta por la capa de metal.
- Spasiva. - murmuré. -Escondelo por aqui y...que nadie tenga acceso. Solo eso. Nadie te preguntará ni vendrá a buscarlo, salvo yo, claro. - lo del fuego valyrio me hizo sonreir de lado, pero asentí a su pregunta. - Ya se ha probado, solo le hizo enfadar. - en ese momento, noté el brazalete vibrar, habia recibido un mensaje directo de Catherine. Que poco oportuno... respondí rapido, ella era otra con quien no quería entretenerme demasiado antes, pero parecía importante. - Ouroboros está vacía ahora mismo, nos instalamos en las Highlands. Sé que lo mismo te preguntas por qué confío más en ti que en el Consejo para estas cosas... - tenía que analizarlo friamente para dar con la respuesta. - Es por las veces que hemos luchado juntos. Son esas situaciones de vida o muerte. Y por esto. - señalé su garganta, recordandole aquel sello que saliendo mal, tuve que arreglar con mi sangre. - Por tu fuerza, tambien. - bajé la mano y le recorrí el rostro con los ojos unos instantes, apretando los labios antes de fruncir el ceño y lanzar una mirada acusadora al cofre porque me daba la impresión de que si yo podía escucharlo, ella tambien podría en cualquier momento. Aunque quien sabe, la mujer llevaba unos cuantos años viviendo con más de un corazon y no se habia dado ni cuenta.... - solo me queda una cosa que pedirte. Podrías acoger a Ivanov? Con suerte si pasa un tiempo aqui...aprenderá a manejar la espada mejor que su padre. Y a comprender y respetar a los Soul Reaper. Solo hasta que Ouroboros vuelve a ser lo que era.
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No se esperó aquella respuesta de Matvey y le miró con sorpresa, un gesto que le duró medio segundo antes de volver a su expresión de soberbia -Tienes razón. ¿Quién no quiere a un Svensson pateandole el trasero?- mencionó con rintintin. Apenas con un gesto le dio la razón, no se comía los halagos de nadie porque gran parte de ellos eran dichos desde la hipocresía, no porque realmente creyeran lo que decían.
-Ah, muy bien. Mi reserva estaba algo escasa- Agradeció a su manera, esa en la que no decía gracias por ningún lado. Tras aquello el asunto del cofre, miró a éste cuando escuchó que lo escondiera -Estará en mi habitación. Nadie entra allí excepto Amren…Y ella no tiene porqué saberlo- Sonrió de lado con suprema soberbia. Nadie metía las narices en las habitaciones de la futura emperatriz.
-Ah- Un árbol que se enfada. Y Lyosha que creía que lo había oído todo, aparentemente no. El tema de las Highlands le hizo alzar las cejas. Los pijos de Ouroboros haciendo campamento. Eso tenía que verlo. Le diría a Khaled que le abriera un portal solo por…cotillear un poco.
Alzó suavemente un hombro como restándole importancia a aquello de las razones por las que confiaba en ella. Ella confiaría en ella. Khaled confiaba ella. Lyosha era una persona en la que se podía confiar si la persona que lo pedía contaba con su respeto. No obstante, cuando señaló su cuello los recuerdos del sello volaron a su mente y la hicieron removerse incómoda. Lo siguiente… tampoco se lo esperaba, menos aún cuando finalmente percibió muy débilmente lo que parecía el rítmico latido de un corazón…Alzó la mirada a Matvey y temió por ese pequeño desequilibrio emocional que se permitió sentir un instante antes. Le costó un par de segundos de intenso silencio volver a su cauce. -¿Quieres que me sonroje para ti?- Inquirió en un ronroneo antes de sonreírle, alzando el vaso y bebiendo un poco de vodka para que las sensaciones que la recorrían de pies a cabeza se incendiaron con el calor del licor.
La siguiente petición le pareció un poco extraña y se quedó mirando a Matvey - Ouroboros nunca volverá a ser lo que era- Sentenció -Deja de pelear por revivir un fantasma, Matvey… ¿Por qué ser lo que erais? ¿Si podéis ser más? ¿Ser mejores?- Preguntó con el ceño levemente fruncido. Aún así la pregunta le inquietaba un poco -Lo acogeré… si me dices qué es lo que estás planeando y porque estás dejando tus asuntos en orden-
-Ah, muy bien. Mi reserva estaba algo escasa- Agradeció a su manera, esa en la que no decía gracias por ningún lado. Tras aquello el asunto del cofre, miró a éste cuando escuchó que lo escondiera -Estará en mi habitación. Nadie entra allí excepto Amren…Y ella no tiene porqué saberlo- Sonrió de lado con suprema soberbia. Nadie metía las narices en las habitaciones de la futura emperatriz.
-Ah- Un árbol que se enfada. Y Lyosha que creía que lo había oído todo, aparentemente no. El tema de las Highlands le hizo alzar las cejas. Los pijos de Ouroboros haciendo campamento. Eso tenía que verlo. Le diría a Khaled que le abriera un portal solo por…cotillear un poco.
Alzó suavemente un hombro como restándole importancia a aquello de las razones por las que confiaba en ella. Ella confiaría en ella. Khaled confiaba ella. Lyosha era una persona en la que se podía confiar si la persona que lo pedía contaba con su respeto. No obstante, cuando señaló su cuello los recuerdos del sello volaron a su mente y la hicieron removerse incómoda. Lo siguiente… tampoco se lo esperaba, menos aún cuando finalmente percibió muy débilmente lo que parecía el rítmico latido de un corazón…Alzó la mirada a Matvey y temió por ese pequeño desequilibrio emocional que se permitió sentir un instante antes. Le costó un par de segundos de intenso silencio volver a su cauce. -¿Quieres que me sonroje para ti?- Inquirió en un ronroneo antes de sonreírle, alzando el vaso y bebiendo un poco de vodka para que las sensaciones que la recorrían de pies a cabeza se incendiaron con el calor del licor.
La siguiente petición le pareció un poco extraña y se quedó mirando a Matvey - Ouroboros nunca volverá a ser lo que era- Sentenció -Deja de pelear por revivir un fantasma, Matvey… ¿Por qué ser lo que erais? ¿Si podéis ser más? ¿Ser mejores?- Preguntó con el ceño levemente fruncido. Aún así la pregunta le inquietaba un poco -Lo acogeré… si me dices qué es lo que estás planeando y porque estás dejando tus asuntos en orden-
Me dio las gracias a su modo acerca del vodka aunque, evidentemente, la palabra gracias no saliera de sus labios. Asentí cuando aseguró que lo guardaría en su cuarto...si, era el lugar mas intimo y mas suyo en la Torre. Mejor que cualquier cámara o lo que fuera. Alli estaría bien.
No pareció darle demasiada importancia a mi listado de motivos, pero no me importó. Sonrojarse para mi? Eso me pilló desprevenido. Alcé la mirada hacia ella desde el cofre y me limité a sonreir de modo enigmático, y no a propósito. Era solo que estaba pensando, que...estaría bien.
Lo otro desvaneció aquellos pensamientos de mi cabeza. Mantener Ouroboros como la fundacion que habia sido desde sus orígenes, era lo que me habia hecho instarle a Merlin a no emplear aquellos metodos de asesino en las sombras. La misma idea que me apartaba de solicitar la ayuda de Lyosha y los Soul y acabar en tropel con los Pendragon, o desencadenar una encarnizada y sangrienta batalla.
- ... cuando encuentre la definición de "Ouroboros pero mejor" en el diccionario, te avisaré y lo llevaré a cabo porque... - ahora mismo, no lo tenia claro. No sé que es lo que la hacía tan.... cual era el fallo? No podía ser la falta de talento mágico. - está claro que la isla está en esa fase de final...para resurgir otra vez.
- o eso quería creer....eso queria creer.
Ahora si pidió explicaciones con lo de Ivanov. Asuntos en orden? Era lo que me habia recomendado ella misma.
- Pero si ya te lo he dicho. - era cierto, estaba todo en esa carta, que le llegaría en cuanto estuviera todo hecho. - entonces eso es un sí. - con un gesto de mi mano, abri un portal con ayuda de la magia de la piedra tras de mi. Era momento de marcharme y esperar no haberme equivocado. Me di la vuelta pero me paré unos segundos de espaldas a ella, tomando aire y dejando caer los hombros. Habia otra cosa que queria saber si me equivocaba o no.
- en realidad, hay una cosa más. - giré sobre mis talones, mirándola a los ojos con intensidad unos segundos como si buscara algo, antes de terminar de acercarme a ella para probar ese vodka directamente de sus labios. Que sabía infinitamente mejor que de la botella o cualquier vaso. Mejor que cualquier victoria. El pulso se me habia acelerado por ese breve instante, un beso que prolongué tanto como ella me dejara, en el que buscaría con mis manos el tacto de su cuello y su pelo. Una sensación extraña pero esperada me hizo terminar de apartarme...como si me costara hacerlo, no obstante. Ese no dejaba de haber sido el cuerpo de una alada y el mio, ahora, el recipiente de un demonio...bajo control, eso si. Me mordí el labio inferior tenuemente recuperando el sabor que habia quedado de aquel beso con sabor a vodka, y solo entonces solté mi mano de la parte trasera su cuello. ¿La vería sonrojarse ahora?
"Sentía curiosidad ... desde lo que hiciste en el sótano"
- Y creo que por hoy ya te he pedido demasiado. - me retiré del todo, lanzando una ultima mirada a su sojos y otra a sus labios, marchándome por ese portal antes de que ella se decidiera a atacarme con una estaca de metal o peor...a descubrir a donde más podíamos llegar por el camino aquel. El portal se cerró nada mas lo hube cruzado.
No pareció darle demasiada importancia a mi listado de motivos, pero no me importó. Sonrojarse para mi? Eso me pilló desprevenido. Alcé la mirada hacia ella desde el cofre y me limité a sonreir de modo enigmático, y no a propósito. Era solo que estaba pensando, que...estaría bien.
Lo otro desvaneció aquellos pensamientos de mi cabeza. Mantener Ouroboros como la fundacion que habia sido desde sus orígenes, era lo que me habia hecho instarle a Merlin a no emplear aquellos metodos de asesino en las sombras. La misma idea que me apartaba de solicitar la ayuda de Lyosha y los Soul y acabar en tropel con los Pendragon, o desencadenar una encarnizada y sangrienta batalla.
- ... cuando encuentre la definición de "Ouroboros pero mejor" en el diccionario, te avisaré y lo llevaré a cabo porque... - ahora mismo, no lo tenia claro. No sé que es lo que la hacía tan.... cual era el fallo? No podía ser la falta de talento mágico. - está claro que la isla está en esa fase de final...para resurgir otra vez.
- o eso quería creer....eso queria creer.
Ahora si pidió explicaciones con lo de Ivanov. Asuntos en orden? Era lo que me habia recomendado ella misma.
- Pero si ya te lo he dicho. - era cierto, estaba todo en esa carta, que le llegaría en cuanto estuviera todo hecho. - entonces eso es un sí. - con un gesto de mi mano, abri un portal con ayuda de la magia de la piedra tras de mi. Era momento de marcharme y esperar no haberme equivocado. Me di la vuelta pero me paré unos segundos de espaldas a ella, tomando aire y dejando caer los hombros. Habia otra cosa que queria saber si me equivocaba o no.
- en realidad, hay una cosa más. - giré sobre mis talones, mirándola a los ojos con intensidad unos segundos como si buscara algo, antes de terminar de acercarme a ella para probar ese vodka directamente de sus labios. Que sabía infinitamente mejor que de la botella o cualquier vaso. Mejor que cualquier victoria. El pulso se me habia acelerado por ese breve instante, un beso que prolongué tanto como ella me dejara, en el que buscaría con mis manos el tacto de su cuello y su pelo. Una sensación extraña pero esperada me hizo terminar de apartarme...como si me costara hacerlo, no obstante. Ese no dejaba de haber sido el cuerpo de una alada y el mio, ahora, el recipiente de un demonio...bajo control, eso si. Me mordí el labio inferior tenuemente recuperando el sabor que habia quedado de aquel beso con sabor a vodka, y solo entonces solté mi mano de la parte trasera su cuello. ¿La vería sonrojarse ahora?
"Sentía curiosidad ... desde lo que hiciste en el sótano"
- Y creo que por hoy ya te he pedido demasiado. - me retiré del todo, lanzando una ultima mirada a su sojos y otra a sus labios, marchándome por ese portal antes de que ella se decidiera a atacarme con una estaca de metal o peor...a descubrir a donde más podíamos llegar por el camino aquel. El portal se cerró nada mas lo hube cruzado.
Lyosha Svensson
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Ocupación
Bando
Apodo
Edad
Nacionalidad
Trató de ignorar la sonrisa que le dedicó a su pregunta. Trató. No lo logró y aunque cambiaron de tema, Lyosha se preguntaba qué era lo que había pensado de su pregunta.
Si Matvey se creía muy inteligente con su respuesta… Estaba equivocado. Lyosha ladeó la cabeza y cambió el peso de un pie a otro, sacando la cadera hacia un lado y apoyando la mano ahí -Ese concepto no existe, esos conceptos se crean- Le advirtió y entonces abrió las manos lentamente, como queriendo abarcar su torre y todo lo que estaban construyendo en Roma -Sólo tienes que desearlo lo suficiente para hacer lo que necesitas- Lo dejó allí para que el nigromante reflexionara, total, ella no iba a tomar decisiones por él ni por el Consejo pijo del que se rodeaba.
Pero podía sembrar la semilla del caos.
Y de allí, resurgir como él decía.
-Jumm.. Si, el arbolito bipolar y todo tu plan de almas- Entrecerró los ojos, no muy convencida aunque parecía que había tenido tiempo para elaborar un plan. Sin embargo, sus nigromantes eran unos cabrones estúpidos a la hora de realizar estrategias. Muy poderosos, sí. Muy sacrificados, también. Así que no tenía ni idea de lo que iba a hacer Matvey pero no le daba buena espina. Por una parte quería acompañarlo… Por la otra, tenía demasiadas cosas pendientes en Roma.
Y allí donde los magos fallaron, los Souls Reapers siempre la respaldaron.
Así que Lyosha se quedó en su sitio, mirando a Matvey de forma críptica cuando de pronto soltó aquello de que había una cosa más. La peliblanca ató cabos rápido al verlo dejar caer los hombros y arqueó ambas cejas con disgusto -¡No voy a cuidar al estúpido de Stavron!- Dijo extendiendo los brazos y cerrando las manos en dos puños tras dejar el vaso de vodka en la mesa. Una cosa era Ivanov, que era un crío, pero el imbécil del Le Fay era un soberbio insoportable que le había quitado SU puesto como única revenant. Igual que el idiota de su sobrino…Pero con él no podía enojarse mucho porque estaban cortados por la misma tijera.
Pero nunca en la vida había estado más equivocada.
Cuando Matvey la beso, Lyosha se quedó patitiesa durante unos segundos, mientras le recorría un escalofrío que se anclaba en muchos sitios que creía dormidos; y su primera reacción fue coger a Matvey de la ropa y alejarlo de un empujón. Se le quedó mirando a los ojos un segundo, un instante, antes de comprender que la sensación era buena…No de peligro, lo atrajo hacia ella momentos después para besarlo de vuelta disfrutando un poco…demasiado de aquel contacto y de la caricia de sus dedos en su cuello y su cabello, tanto que se inclinó contra él, contra su contacto.
Dejó que se apartara… insegura, como nunca, por las sensaciones que le recorrían. Lo vio morderse el labio y se preguntó si volvería a besarla. ¿Estaba bien que quisiera repetirlo? Las preguntas se acumularon de golpe en su cabeza mientras sus mejillas se arrebolaban, por y para él. Se sentía como una maldita adolescente con las hormonas revolucionadas, una que acababa de probar el peligro y deseaba seguir coqueteando con él.
Sin embargo, se alejó, diciendo algo de que ya había pedido mucho y Lyosha estaba por gritarle alguna cosa sagaz, astuta pero se recordó que ella no se arrastraba por nadie así que pese a estar visiblemente agitada, con un sonrojo claro y los ojos encendidos de deseo; se quedó en silencio mirando el portal que desapareció en sus narices. Y allí se quedó durante un rato, plantada mirando el puto vacío que había dejado Matvey mientras trataba de estabilizar su mundo de nuevo. Se inclinó sobre el cofre con una leve sonrisa forzada -Te voy a matar la próxima vez que te vea- Cogió el cofre a sabiendas de que estaba mintiendo descaradamente pero autoconvenciendose de que sí lo haría. Claro que sí. ¿Mascota, no? Así los llamaba Khaled y, sin embargo, el término no acababa de convencerle. No respecto a él. Frustrada, enojada y con un calentón del tamaño de una iglesia por un maldito beso, Lyosha cogió también las botellas de vodka para ir a encerrarse en su habitación, cancelando su agenda de todo el día a excepción de la llegada de Ivanov a quien recibió con menos frialdad de la esperada de la Matriarca de la hermandad de Metal.
Si Matvey se creía muy inteligente con su respuesta… Estaba equivocado. Lyosha ladeó la cabeza y cambió el peso de un pie a otro, sacando la cadera hacia un lado y apoyando la mano ahí -Ese concepto no existe, esos conceptos se crean- Le advirtió y entonces abrió las manos lentamente, como queriendo abarcar su torre y todo lo que estaban construyendo en Roma -Sólo tienes que desearlo lo suficiente para hacer lo que necesitas- Lo dejó allí para que el nigromante reflexionara, total, ella no iba a tomar decisiones por él ni por el Consejo pijo del que se rodeaba.
Pero podía sembrar la semilla del caos.
Y de allí, resurgir como él decía.
-Jumm.. Si, el arbolito bipolar y todo tu plan de almas- Entrecerró los ojos, no muy convencida aunque parecía que había tenido tiempo para elaborar un plan. Sin embargo, sus nigromantes eran unos cabrones estúpidos a la hora de realizar estrategias. Muy poderosos, sí. Muy sacrificados, también. Así que no tenía ni idea de lo que iba a hacer Matvey pero no le daba buena espina. Por una parte quería acompañarlo… Por la otra, tenía demasiadas cosas pendientes en Roma.
Y allí donde los magos fallaron, los Souls Reapers siempre la respaldaron.
Así que Lyosha se quedó en su sitio, mirando a Matvey de forma críptica cuando de pronto soltó aquello de que había una cosa más. La peliblanca ató cabos rápido al verlo dejar caer los hombros y arqueó ambas cejas con disgusto -¡No voy a cuidar al estúpido de Stavron!- Dijo extendiendo los brazos y cerrando las manos en dos puños tras dejar el vaso de vodka en la mesa. Una cosa era Ivanov, que era un crío, pero el imbécil del Le Fay era un soberbio insoportable que le había quitado SU puesto como única revenant. Igual que el idiota de su sobrino…Pero con él no podía enojarse mucho porque estaban cortados por la misma tijera.
Pero nunca en la vida había estado más equivocada.
Cuando Matvey la beso, Lyosha se quedó patitiesa durante unos segundos, mientras le recorría un escalofrío que se anclaba en muchos sitios que creía dormidos; y su primera reacción fue coger a Matvey de la ropa y alejarlo de un empujón. Se le quedó mirando a los ojos un segundo, un instante, antes de comprender que la sensación era buena…No de peligro, lo atrajo hacia ella momentos después para besarlo de vuelta disfrutando un poco…demasiado de aquel contacto y de la caricia de sus dedos en su cuello y su cabello, tanto que se inclinó contra él, contra su contacto.
Dejó que se apartara… insegura, como nunca, por las sensaciones que le recorrían. Lo vio morderse el labio y se preguntó si volvería a besarla. ¿Estaba bien que quisiera repetirlo? Las preguntas se acumularon de golpe en su cabeza mientras sus mejillas se arrebolaban, por y para él. Se sentía como una maldita adolescente con las hormonas revolucionadas, una que acababa de probar el peligro y deseaba seguir coqueteando con él.
Sin embargo, se alejó, diciendo algo de que ya había pedido mucho y Lyosha estaba por gritarle alguna cosa sagaz, astuta pero se recordó que ella no se arrastraba por nadie así que pese a estar visiblemente agitada, con un sonrojo claro y los ojos encendidos de deseo; se quedó en silencio mirando el portal que desapareció en sus narices. Y allí se quedó durante un rato, plantada mirando el puto vacío que había dejado Matvey mientras trataba de estabilizar su mundo de nuevo. Se inclinó sobre el cofre con una leve sonrisa forzada -Te voy a matar la próxima vez que te vea- Cogió el cofre a sabiendas de que estaba mintiendo descaradamente pero autoconvenciendose de que sí lo haría. Claro que sí. ¿Mascota, no? Así los llamaba Khaled y, sin embargo, el término no acababa de convencerle. No respecto a él. Frustrada, enojada y con un calentón del tamaño de una iglesia por un maldito beso, Lyosha cogió también las botellas de vodka para ir a encerrarse en su habitación, cancelando su agenda de todo el día a excepción de la llegada de Ivanov a quien recibió con menos frialdad de la esperada de la Matriarca de la hermandad de Metal.
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