Recuerdo del primer mensaje :
Misterioso lugar, posiblemente algún brujo poderoso o sus aprendices pueden habitarla...
Actualmente, está en poder de los Soul Reaper. Quien quiera penetrar en la Torre encontrará una serie de dificultades, si no ha sido invitado.
El Guardián vagabundea constantemente por la Torre. Un ser oscuro, enorme y sin ojos deteniendo a los intrusos y alertando de su presencia, una bestia enorme y silenciosa como la muerte, pese a su gran tamaño.
Desapareció de su emplazamiento original (Irlanda)
ESCUDOS TORRE: 5000 puntos. En combate, cada turno, pueden regenerar los escudos, pero para eso deben perder un turno tanto de atacar, aunque no de defenderse personalmente si lo necesitan. A cambio de 10 PS de vida, pueden añadir 100 puntos a los escudos. Cada PJ. Los SOUL PNj aportan la mitad, por 10 PS 50 Puntos de escudo.
Nº de Soul Reapers: 90
Actualmente, está en poder de los Soul Reaper. Quien quiera penetrar en la Torre encontrará una serie de dificultades, si no ha sido invitado.
El Guardián vagabundea constantemente por la Torre. Un ser oscuro, enorme y sin ojos deteniendo a los intrusos y alertando de su presencia, una bestia enorme y silenciosa como la muerte, pese a su gran tamaño.
- El Guardián:
200 PS - 70 stat - 20 daño área por grito
Desapareció de su emplazamiento original (Irlanda)
ESCUDOS TORRE: 5000 puntos. En combate, cada turno, pueden regenerar los escudos, pero para eso deben perder un turno tanto de atacar, aunque no de defenderse personalmente si lo necesitan. A cambio de 10 PS de vida, pueden añadir 100 puntos a los escudos. Cada PJ. Los SOUL PNj aportan la mitad, por 10 PS 50 Puntos de escudo.
Nº de Soul Reapers: 90
- Es una posibilidad. - concedí ante su primer análisis, apreciando como palidecía ante el planteamiento de mi escenario, bastante menos halagüeño para su padrino.
La vi negar de modo ausente por mi explicación sobre las funciones, extrañandome que nos las conociera todas.
- Rasputín conocía la del tiempo, al menos. - recordé, pues la propuesta de usarla junto al portal del tiempo para ralentizarlo durante aquel ataque, nos habia salvado en no una si no dos ocasiones. Aunque era algo que no resultaba agradable de usar. Recordé aquella visión que habia tenido del futuro. Dragones y fuego en el horizonte.... ahora fui yo quien se quedó algo ausente, pensativo. No creía en las casualidades.
- De un modo u otro esto nos acabará afectando a todos. - susurré para mi mismo. La miré de nuevo, se me habia acercado cuando le daba información. Me recordó a un gato negro avido de curiosidad cuando le ofreces algo.
- Investigación e instinto. Pero carecemos del tiempo, verdad? - respondí. Alcé una ceja dandole a entender que su sentido de la justicia me era total y absolutamente indiferente. - Así es en muchos lugares. En el infierno también.
" a quien le preocupan esa clase de injusticias?"
- No... - sí que estaba densa. - Lo que es tu elección es el modo en que intentamos sacar a tu padrino de alli. Con un portal modificado que quizá tu misma puedas cruzar, o invocando a un Halaku y poniendolo a mis órdenes para enviarlo alli y sacarlo a la fuerza si hace falta. Sí, sé que hay poco tiempo. Ahora, el ritual....
Usé el poder de la piedra para crear un portal pequeño, y usé mi magia para que un libro en concreto viajara desde la biblioteca de los nigromantes hasta mi mano. Lo abrí, mostrandole la página en concreto.
- Es el ritual para abrir el purgatorio. Imagina que el purgatorio es ese árbol. El que lo realiza, fuerza a una puerta a abrirse....y absorbe todo el poder de las almas que habitan ese lugar. "Tragandose" esas almas, consigue un poder inmenso, pero para contenerlas en su interior no basta con un cuerpo mortal como el tuyo...o el mio. Para liberarlas donde corresponde, solo tendría que realizarse el ritual a la inversa. Y eso acaba quemando al portador. - miré el viejo libro en cuyo interior habia leido sobre ese procedimiento. - Probablemente. - concluí con una media sonrisa un tanto perversa. Un conocimiento otorgado no exento de tribulaciones....
La vi negar de modo ausente por mi explicación sobre las funciones, extrañandome que nos las conociera todas.
- Rasputín conocía la del tiempo, al menos. - recordé, pues la propuesta de usarla junto al portal del tiempo para ralentizarlo durante aquel ataque, nos habia salvado en no una si no dos ocasiones. Aunque era algo que no resultaba agradable de usar. Recordé aquella visión que habia tenido del futuro. Dragones y fuego en el horizonte.... ahora fui yo quien se quedó algo ausente, pensativo. No creía en las casualidades.
- De un modo u otro esto nos acabará afectando a todos. - susurré para mi mismo. La miré de nuevo, se me habia acercado cuando le daba información. Me recordó a un gato negro avido de curiosidad cuando le ofreces algo.
- Investigación e instinto. Pero carecemos del tiempo, verdad? - respondí. Alcé una ceja dandole a entender que su sentido de la justicia me era total y absolutamente indiferente. - Así es en muchos lugares. En el infierno también.
" a quien le preocupan esa clase de injusticias?"
- No... - sí que estaba densa. - Lo que es tu elección es el modo en que intentamos sacar a tu padrino de alli. Con un portal modificado que quizá tu misma puedas cruzar, o invocando a un Halaku y poniendolo a mis órdenes para enviarlo alli y sacarlo a la fuerza si hace falta. Sí, sé que hay poco tiempo. Ahora, el ritual....
Usé el poder de la piedra para crear un portal pequeño, y usé mi magia para que un libro en concreto viajara desde la biblioteca de los nigromantes hasta mi mano. Lo abrí, mostrandole la página en concreto.
- Es el ritual para abrir el purgatorio. Imagina que el purgatorio es ese árbol. El que lo realiza, fuerza a una puerta a abrirse....y absorbe todo el poder de las almas que habitan ese lugar. "Tragandose" esas almas, consigue un poder inmenso, pero para contenerlas en su interior no basta con un cuerpo mortal como el tuyo...o el mio. Para liberarlas donde corresponde, solo tendría que realizarse el ritual a la inversa. Y eso acaba quemando al portador. - miré el viejo libro en cuyo interior habia leido sobre ese procedimiento. - Probablemente. - concluí con una media sonrisa un tanto perversa. Un conocimiento otorgado no exento de tribulaciones....
Iba a aferrarse a esa posibilidad todo lo que pudiera. El hecho de que Matvey supiera lo del tiempo le era indiferente, porque técnicamente Matvey no era su maestro persé entonces no podía culparlo de no enseñarle. Pero… aún así… ¿Por qué no viajó a detener a Gwen para evitar que plantara el árbol? El poder en su mano le hacía cuestionarse tantas cosas…
-Así es- Indicó sintiendo que eso de “investigación e instinto” sería mucho más complicado pero…quizás si recibía ayuda de Gwen, era la que más sabía cosas del Sanguis Ligno. Aunque su último encuentro había sido fatal. Mejor no preguntar. No se lo tomaría a bien.
La respuesta de Khaled sobre su percepción de la justicia y el conocimiento de que en el infierno sería igual hizo que Catherine bajara la mirada al dibujo un instante, analizando para luego alzar la cara y observarlo -Pero no a todas ellas les espera el infierno ¿Verdad?- Tenía que haber algo más.
Lo de elegir hizo que mirara a Khaled con el ceño levemente fruncido -¿Por qué no hacemos los dos? Tú el demonio, yo el portal. Hay más posibilidades de poder extraer a Matvey- Y tenía que agotar todos los recursos habidos y por haber. No podía dejarlo ahí solo, no cuando él le había ayudado en tantas ocasiones. No cuando le era imposible pensar en un mundo sin él, en sobreponerse a su pérdida. Ya había dado suficiente, la muerte se había cebado con su familia y había tenido la esperanza de que al romper la maldición todo acabara. Pero Ian había sido atacado, Matvey estaba en la cuerda floja… Su cabeza empezó a dar vueltas en escenarios escabrosos y complicados.
La trajo de vuelta el sonido del libro en las manos de Khaled, parpadeó tratando de esconder los sentimientos y sensaciones que estaban arremolinándose en su interior para destrozarla más tarde. Escuchó con atención y se dio cuenta de que desestimaba a los mortales. Entonces… ¿un elfo? o un... -¿Un dragón serviría?- Inquirió, pensando que quizás alguno podría hacerlo voluntariamente -¿Y qué pasa con las almas si el portador se incinera?- Quizás estaba haciendo preguntas estúpidas -¿Eso garantiza que el alma primigenia pierda el poder ya adquirido?- Se inclinó para ver el ritual, haciendo una lista mental de algunas cosas cuyo significado conocía.
Se mordió el labio y bajó la mirada un instante - Escucha Khaled, esta decisión no la puedo tomar yo. Tengo que hablarlo con el Consejo, tengo que hablarlo con mi esposo- Porque Wthyr seguramente querría saber eso -Pero tengo que preguntar algo. Si yo tengo una piedra, Matvey tiene otra y tú tienes una. Está Valqar y quizás el Halaku… ¿Por qué no podemos abrir un portal entre los tres, estando en el plano del Sanguis Ligno, para derivar las almas hacia otro sitio? Puede que para uno sea difícil pero si somos tres...
El planteo necesitaba algo más de investigación así que, en vista de que algunas cosas debía discutirlas, quedó con Khaled en volver a visitarlo pronto para luego salir de ahí.
-Así es- Indicó sintiendo que eso de “investigación e instinto” sería mucho más complicado pero…quizás si recibía ayuda de Gwen, era la que más sabía cosas del Sanguis Ligno. Aunque su último encuentro había sido fatal. Mejor no preguntar. No se lo tomaría a bien.
La respuesta de Khaled sobre su percepción de la justicia y el conocimiento de que en el infierno sería igual hizo que Catherine bajara la mirada al dibujo un instante, analizando para luego alzar la cara y observarlo -Pero no a todas ellas les espera el infierno ¿Verdad?- Tenía que haber algo más.
Lo de elegir hizo que mirara a Khaled con el ceño levemente fruncido -¿Por qué no hacemos los dos? Tú el demonio, yo el portal. Hay más posibilidades de poder extraer a Matvey- Y tenía que agotar todos los recursos habidos y por haber. No podía dejarlo ahí solo, no cuando él le había ayudado en tantas ocasiones. No cuando le era imposible pensar en un mundo sin él, en sobreponerse a su pérdida. Ya había dado suficiente, la muerte se había cebado con su familia y había tenido la esperanza de que al romper la maldición todo acabara. Pero Ian había sido atacado, Matvey estaba en la cuerda floja… Su cabeza empezó a dar vueltas en escenarios escabrosos y complicados.
La trajo de vuelta el sonido del libro en las manos de Khaled, parpadeó tratando de esconder los sentimientos y sensaciones que estaban arremolinándose en su interior para destrozarla más tarde. Escuchó con atención y se dio cuenta de que desestimaba a los mortales. Entonces… ¿un elfo? o un... -¿Un dragón serviría?- Inquirió, pensando que quizás alguno podría hacerlo voluntariamente -¿Y qué pasa con las almas si el portador se incinera?- Quizás estaba haciendo preguntas estúpidas -¿Eso garantiza que el alma primigenia pierda el poder ya adquirido?- Se inclinó para ver el ritual, haciendo una lista mental de algunas cosas cuyo significado conocía.
Se mordió el labio y bajó la mirada un instante - Escucha Khaled, esta decisión no la puedo tomar yo. Tengo que hablarlo con el Consejo, tengo que hablarlo con mi esposo- Porque Wthyr seguramente querría saber eso -Pero tengo que preguntar algo. Si yo tengo una piedra, Matvey tiene otra y tú tienes una. Está Valqar y quizás el Halaku… ¿Por qué no podemos abrir un portal entre los tres, estando en el plano del Sanguis Ligno, para derivar las almas hacia otro sitio? Puede que para uno sea difícil pero si somos tres...
El planteo necesitaba algo más de investigación así que, en vista de que algunas cosas debía discutirlas, quedó con Khaled en volver a visitarlo pronto para luego salir de ahí.
Crucé un portal creado en la base de la Torre, junto a las escalinatas. Se cerró tras de mi, mientras alzaba la mirada hacia la imponente aguja negra.
El viaje entre paises era mucho más rapido así. Reino Unido, Rusia, Italia....sí, tras despedirme de Giordano en Beinn Dearg habia viajado a mi sede en Rusia para consultar ciertos escritos necesarios y relativos a la anti-posesión espiritual, para hacer...comprobaciones de estudioso, como bein habia dicho Gwenevre eso éramos nosotros....
Y no en vano. Le ibamos a demostrar de qué servían los estudiosos de Ouroboros. Creía haber encontrado algo que nos sería útil, y quizá el italiano no habia andado tan desencaminado con aquella idea. No iban mi espalda y mis brazos cubiertos en sigilos en forma de cicatrices?
Aquello me habia obligado a poner en primer lugar una visita que habia pospuesto pero que quería hacer. Mi hijo, y Lyosha.
Tuve la decencia de no abrir un portal en el interior de la Torre, y ascendí las escaleras con calma, antes de llamar a la puerta con el pomo de la espada que ella me habia otorgado.
...
Pero tardaban en abrir. Qué hacía esperando ahí? No había tiempo. Abri otro portal directo al cuarto de Lyosha, con suerte a estas horas, la encontraría alli. Lo atravesé sin temer las consecuencias de aquello, aunque siendo consciente de ellas.
El viaje entre paises era mucho más rapido así. Reino Unido, Rusia, Italia....sí, tras despedirme de Giordano en Beinn Dearg habia viajado a mi sede en Rusia para consultar ciertos escritos necesarios y relativos a la anti-posesión espiritual, para hacer...comprobaciones de estudioso, como bein habia dicho Gwenevre eso éramos nosotros....
Y no en vano. Le ibamos a demostrar de qué servían los estudiosos de Ouroboros. Creía haber encontrado algo que nos sería útil, y quizá el italiano no habia andado tan desencaminado con aquella idea. No iban mi espalda y mis brazos cubiertos en sigilos en forma de cicatrices?
Aquello me habia obligado a poner en primer lugar una visita que habia pospuesto pero que quería hacer. Mi hijo, y Lyosha.
Tuve la decencia de no abrir un portal en el interior de la Torre, y ascendí las escaleras con calma, antes de llamar a la puerta con el pomo de la espada que ella me habia otorgado.
...
Pero tardaban en abrir. Qué hacía esperando ahí? No había tiempo. Abri otro portal directo al cuarto de Lyosha, con suerte a estas horas, la encontraría alli. Lo atravesé sin temer las consecuencias de aquello, aunque siendo consciente de ellas.
Lyosha Svensson
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Las tareas y obligaciones que tenía como emperatriz eran amplias y muchas veces necesitaba descargar estrés. Muchas veces lo hacía de manera violenta, entrenando con los acólitos antiguos y los nuevos …Otras lo hacía bailando. Sí, Lyosha Svensson solía disfrutar del baile en su antigua vida. Generalmente, canciones clásicas pero cuando retomó aquel hobbie optó por actualizar sus bandas sonoras gracias a Amren que venía cargada con canciones un poco más “actualizadas”
Y por eso…no había oído la puerta.
Tenía auriculares puestos y una gran televisión en la pared de la habitación con el volumen un poco más bajo. Ivanov estaba jugando con un laberinto que le había construido y mientras ella seguía los pasos coreografiados del grupo de chicas asiáticas vigilaba al niño. Amren era quien le reproducía la música en los auriculares y le hacía de backup dancer cuando tenía que interactuar con otra persona. Porque…por supuesto, era un hobbie que no pretendía reconocer nunca en la vida a un ente viviente.
Continuó bailando, tan concentrada en continuar la coreografía sin equivocarse que no se dio cuenta de la presencia del nigromante. Quizás si se hubiese centrado en “sentir” desde un punto de vista más espiritual habría sentido el vínculo o conexión que compartía con el nigromante pero … allí sólo conectaba con su físico, al menos en ese momento.
Siguió hasta el final de la canción, Amren sin necesidad de reportar la presencia de Matvey pese a haberlo visto, porque sabía que no era un enemigo. Cuando le tocó girarse para el cierre de la canción, donde debía dar la espalda a la tv, se quedó de piedra. Parpadeó un momento perdida al ver a Matvey allí pero con la música a todo volumen en los oídos su cuerpo continuó por inercia hasta que finalizó la canción.
Cuando acabó se giró para mirar a Matvey con una ceja alzada y una irritación evidente mientras se retiraba los auriculares -Alguien tiene que enseñarte modales- Le espetó con el ceño fruncido aún, sintiéndose un poco fuera de lugar, así que empezó por recogerse todo el cabello en una cola alta. Le recorrió con la mirada de arriba a abajo, chequeando su estado y luego sus ojos. Nunca reconocería preocupación. No.
-Ivanov- Llamó al crío mientras se iba acercando hacia la botella de agua que había al lado de la “zona de juegos” -¿Qué hacemos con la gente que entra en nuestros aposentos sin permiso?- Preguntó mientras bebía un par de tragos de agua -Amem… - Sin embargo, el muchacho se dio cuenta de que era su padre y no finalizó la orden. Lyosha sonrió con suficiencia al niño mientras le revolvía el pelo -Muy bien, puedes mantener tu cabeza pegada al cuello…- Alzó la vista hacia Matvey -Por ahora- Dijo con un tono afilado con muchas advertencias -Ve... Dile hola a tu padre- Le dijo a Ivanov, señalando al nigromante con la barbilla.
PD: Va vestida modo verano italiano. Como la pelirroja xD
Y por eso…no había oído la puerta.
Tenía auriculares puestos y una gran televisión en la pared de la habitación con el volumen un poco más bajo. Ivanov estaba jugando con un laberinto que le había construido y mientras ella seguía los pasos coreografiados del grupo de chicas asiáticas vigilaba al niño. Amren era quien le reproducía la música en los auriculares y le hacía de backup dancer cuando tenía que interactuar con otra persona. Porque…por supuesto, era un hobbie que no pretendía reconocer nunca en la vida a un ente viviente.
Continuó bailando, tan concentrada en continuar la coreografía sin equivocarse que no se dio cuenta de la presencia del nigromante. Quizás si se hubiese centrado en “sentir” desde un punto de vista más espiritual habría sentido el vínculo o conexión que compartía con el nigromante pero … allí sólo conectaba con su físico, al menos en ese momento.
Siguió hasta el final de la canción, Amren sin necesidad de reportar la presencia de Matvey pese a haberlo visto, porque sabía que no era un enemigo. Cuando le tocó girarse para el cierre de la canción, donde debía dar la espalda a la tv, se quedó de piedra. Parpadeó un momento perdida al ver a Matvey allí pero con la música a todo volumen en los oídos su cuerpo continuó por inercia hasta que finalizó la canción.
Cuando acabó se giró para mirar a Matvey con una ceja alzada y una irritación evidente mientras se retiraba los auriculares -Alguien tiene que enseñarte modales- Le espetó con el ceño fruncido aún, sintiéndose un poco fuera de lugar, así que empezó por recogerse todo el cabello en una cola alta. Le recorrió con la mirada de arriba a abajo, chequeando su estado y luego sus ojos. Nunca reconocería preocupación. No.
-Ivanov- Llamó al crío mientras se iba acercando hacia la botella de agua que había al lado de la “zona de juegos” -¿Qué hacemos con la gente que entra en nuestros aposentos sin permiso?- Preguntó mientras bebía un par de tragos de agua -Amem… - Sin embargo, el muchacho se dio cuenta de que era su padre y no finalizó la orden. Lyosha sonrió con suficiencia al niño mientras le revolvía el pelo -Muy bien, puedes mantener tu cabeza pegada al cuello…- Alzó la vista hacia Matvey -Por ahora- Dijo con un tono afilado con muchas advertencias -Ve... Dile hola a tu padre- Le dijo a Ivanov, señalando al nigromante con la barbilla.
PD: Va vestida modo verano italiano. Como la pelirroja xD
- Coreooo LOL:
Ni en varias vidas habría podido adivinar lo que iba a ver al aparecer alli directamente sin anunciarme. Pero me pareció algo....digno de observar, asi que guardé silencio, no interrumpí, la observé y admiré la gracia con la que sabía mover ese cuerpo que tantas veces habia dicho que "no era suyo". Pues parecía muy suyo. Aproveché sin sentir culpabilidad alguna, pues además ni armadura llevaba y podía apreciar la delicada piel.... que en realidad, poco tenía de delicada. Simplemente esperé en silencio contemplando aquella escena como el fotógrafo de vida salvaje que acaba de encontrar a un ser particularmente extraño que nadie ha visto en siglos, sintiéndome afortunado por poder contemplar, aun robando ese momento, aquella rutina suya. Porque tenia pinta de ser una rutina.
Aquel ultimo paso la llevó a darse la vuelta y nos miramos. Alcé ambas cejas con una sonrisa interrogante, leve e insinuada, y aplaudí despacio su actuacion, pero sin ironia alguna.
"Modales. Y perderme esto?"
- Uno de tus talentos ocultos, asumo.
Hice un gesto que bien transmitía aquel pensamiento. Luego observé a Ivanov, estaba....mas mayor? Crecía por días. Seguia sin ser consciente del tiempo que habia estado fuera, se me habian antojado meses, pero....estaba seguro de que no había sido tanto.
- Siento haberme retrasado tanto. Recibisteis mi mensaje? -pregunté acercandome a Ivanov para agacharme y sujetarlo por los hombros, mirandolo a la cara para evaluar cómo estaba. Estaba perfecto. Se le veia bien. Sabía que podía confiar en ella.
Aquel ultimo paso la llevó a darse la vuelta y nos miramos. Alcé ambas cejas con una sonrisa interrogante, leve e insinuada, y aplaudí despacio su actuacion, pero sin ironia alguna.
"Modales. Y perderme esto?"
- Uno de tus talentos ocultos, asumo.
Hice un gesto que bien transmitía aquel pensamiento. Luego observé a Ivanov, estaba....mas mayor? Crecía por días. Seguia sin ser consciente del tiempo que habia estado fuera, se me habian antojado meses, pero....estaba seguro de que no había sido tanto.
- Siento haberme retrasado tanto. Recibisteis mi mensaje? -pregunté acercandome a Ivanov para agacharme y sujetarlo por los hombros, mirandolo a la cara para evaluar cómo estaba. Estaba perfecto. Se le veia bien. Sabía que podía confiar en ella.
Lyosha Svensson
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Por un lado quería estamparle su escudo en la cara para borrarle esa sonrisa y convertirla en una mueca de dolor -aunque bien sabía la tolerancia al dolor de Rasputín- por el otro, esa pizca de insinuación en sus labios le recordó su abrupta despedida. Contrariada y levemente irritada por la situación decidió que ir a por agua era mucho mejor que hacer cualquiera de las dos cosas que se debatía en su interior. Había elegido la tangente como una cobarde.
Aquello la irritó más.
-Asumes bien. Pero sería una astuta estrategia guardar la información para ti mismo si quieres mantenerte con vida el tiempo suficiente para arreglar vuestro lío de herboristería- Expresó mientras se acercaba a Ivanov, observando al niño. En su opinión estaba perfecto.
La pregunta hizo que pusiera los ojos en blanco mientras se le escapaba una espontánea sonrisa al pensar en Ivanov con la cara negra de delineador -Me debes… - La palabra delineador se quedó en los labios mientras lo miraba de forma críptica -Mucho- Terminó la frase antes de ver a Ivanov y asentir, aligerando la sonrisa y volviendo a neutralizar su expresión - Tu ahijada fue quien terminó de dar con el mensaje. Yo sabía que estaba viendo algo y le di sus colores para que dibujara pero no lograba comprender del todo…-
Se movió hacia su armario, quitándose la camiseta actual, dejándola en la cesta de ropa sucia y quedando brevemente en el brassier deportivo antes de ponerse otra camiseta negra pero más larga y cubriente. Se echaría una ducha en cuando el ruso se fuera y se cambiaría para seguir con sus deberes - Así que vuestro árbol se ha unido con otro- Volvió la mirada hacia él -¿Has fracasado?- Inquirió con todo el morro porque Lyosha no se manejaba con medias verdades…Cuando no quería.
Aquello la irritó más.
-Asumes bien. Pero sería una astuta estrategia guardar la información para ti mismo si quieres mantenerte con vida el tiempo suficiente para arreglar vuestro lío de herboristería- Expresó mientras se acercaba a Ivanov, observando al niño. En su opinión estaba perfecto.
La pregunta hizo que pusiera los ojos en blanco mientras se le escapaba una espontánea sonrisa al pensar en Ivanov con la cara negra de delineador -Me debes… - La palabra delineador se quedó en los labios mientras lo miraba de forma críptica -Mucho- Terminó la frase antes de ver a Ivanov y asentir, aligerando la sonrisa y volviendo a neutralizar su expresión - Tu ahijada fue quien terminó de dar con el mensaje. Yo sabía que estaba viendo algo y le di sus colores para que dibujara pero no lograba comprender del todo…-
Se movió hacia su armario, quitándose la camiseta actual, dejándola en la cesta de ropa sucia y quedando brevemente en el brassier deportivo antes de ponerse otra camiseta negra pero más larga y cubriente. Se echaría una ducha en cuando el ruso se fuera y se cambiaría para seguir con sus deberes - Así que vuestro árbol se ha unido con otro- Volvió la mirada hacia él -¿Has fracasado?- Inquirió con todo el morro porque Lyosha no se manejaba con medias verdades…Cuando no quería.
- Guardaré el secreto solo por el placer de ser el único que conoce esa parte de ti...a parte de los presentes, y no por miedo, evidentemente. - le dije a Lyosha mientras seguia mirando a Ivanov, pasando una mano de su hombro a su mejilla. Asentí levemente y me incorporé, sin mas muestras de cariño.
- Lo sé. - que le debía mucho. - y podrás cobrartelo, como más te plazca, a su debido momento. Aun no he terminado, y probablemente te acabe debiendo un poco más después de lo que voy a pedirte. - dije al tiempo que sacaba de mi bolsillo un pergamino doblado, alzando la mirada hacia ella con una ceja alzada. - No es mucho. Una mera traducción...
Ella había ido a su armario para cambiarse y mis ojos pasearon por su espalda desnuda, donde se veían las cicatrices por la ausencia de aquellas majestuosas y grandes alas. Tendría que darle un empujón al inventor para que terminase aquel encargo? Qué poco formal era con sus fechas de entrega...
- Fracasado? No. Solo he encontrado otra manera de no hacerlo. - solo fracasaría cuando me hubiese rendido. Y no era el caso. - No se podía destruir desde adentro. Pero hice contactos... el problema es que tengo a Charles Pendragon atrapado en una espada mágica y no tardará mucho tiempo en liberarse, y entonces intentará nuevamente poseer a Le Fay u otros para acabar uno a uno con nosotros. Ese problema... y que el plano de los espiritus que albergaba el sanguis, se ha vertido en el nuestro...creando un velo de la muerte que se expande lentamente, matando todo lo que toca y uniéndolo a su ejército.
Terminé de desplegar el papel, en él habían copiados una serie de párrafos pero en una lengua tan antigua y sagrada que solo mirarla hacía que me doliese la cabeza.
- Encontré estos textos rebuscando en los manuales de mis antepasados. Bajo el epigrafe de expulsión de espiritus pero...está transcrito en la lengua de los alados y no puedo mirarla demasiado tiempo sin que empiecen a sangrar los ojos. Necesito saber qué reza y si hay que añadir algo a fin de proteger a los objetivos de Charles... he pensado que tú podrías entenderlo.
- Lo sé. - que le debía mucho. - y podrás cobrartelo, como más te plazca, a su debido momento. Aun no he terminado, y probablemente te acabe debiendo un poco más después de lo que voy a pedirte. - dije al tiempo que sacaba de mi bolsillo un pergamino doblado, alzando la mirada hacia ella con una ceja alzada. - No es mucho. Una mera traducción...
Ella había ido a su armario para cambiarse y mis ojos pasearon por su espalda desnuda, donde se veían las cicatrices por la ausencia de aquellas majestuosas y grandes alas. Tendría que darle un empujón al inventor para que terminase aquel encargo? Qué poco formal era con sus fechas de entrega...
- Fracasado? No. Solo he encontrado otra manera de no hacerlo. - solo fracasaría cuando me hubiese rendido. Y no era el caso. - No se podía destruir desde adentro. Pero hice contactos... el problema es que tengo a Charles Pendragon atrapado en una espada mágica y no tardará mucho tiempo en liberarse, y entonces intentará nuevamente poseer a Le Fay u otros para acabar uno a uno con nosotros. Ese problema... y que el plano de los espiritus que albergaba el sanguis, se ha vertido en el nuestro...creando un velo de la muerte que se expande lentamente, matando todo lo que toca y uniéndolo a su ejército.
Terminé de desplegar el papel, en él habían copiados una serie de párrafos pero en una lengua tan antigua y sagrada que solo mirarla hacía que me doliese la cabeza.
- Encontré estos textos rebuscando en los manuales de mis antepasados. Bajo el epigrafe de expulsión de espiritus pero...está transcrito en la lengua de los alados y no puedo mirarla demasiado tiempo sin que empiecen a sangrar los ojos. Necesito saber qué reza y si hay que añadir algo a fin de proteger a los objetivos de Charles... he pensado que tú podrías entenderlo.
Lyosha Svensson
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La mirada azul de Lyosha se entrecerró, sintiendo de nuevo una dicotomía en su interior. Un lado de ella quería realmente cortarle la cabeza a Matvey por atreverse a hablarle de esa manera y no temblar bajo la advertencia que le había hecho y la otra estaba absolutamente encantada de provocarle placer y que, en efecto, atesorara ese secreto. Estaba empezando a odiar esas sensaciones y consideraba que lo mejor para hacerlo era pelear así que en cuanto el nigromante se fuera, las legiones novatas de los Soul Reaper iban a acabar hastiados de su presencia.
-Ten cuidado con lo que me prometes, Matvey. Soy ambiciosa y nunca olvido una promesa- Le advirtió con el rostro sereno, aunque sus facciones se habían vuelto levemente angulosas. Ivanov volvió a jugar con su laberinto de metal después del saludo de Matvey. Esperó a que hablara dandole contexto porque no entendía porqué ella sabría algo que él no. Pero no tardó mucho en echarle cabeza y le miró con algo de irritación.
-Cuánto positivismo- Mencionó ante su respuesta al fracaso acercándose a él, quedándose capciosa cuando mencionó que el velo se expandía -¿Me estás diciendo que vuestra estupidez, probablemente, acabe consumiendo el mundo?- Le espetó a Matvey un poco molesta de que no les dejaran en paz para construir el futuro que quería.
Al ver el pergamino, Lyosha percibió algo raro en su interior y le hizo una seña a Amrem para que tomara a Ivanov y se lo llevara, una vez que estuvieron solos, apartó la vista del pergamino para observarlo a él -Sabes bien lo que ocurre si me pongo muy en contacto con ella…- Le advirtió para luego darle un par de golpes en la mejilla, para nada suaves, si no firmes -Así que prepárate, nigromante-
Le quitó el pergamino de las manos y se alejó de él apenas un par de pasos, primero cerró los ojos e intentó contactar con esa parte de la alada que seguía allí presente. En más de una ocasión se había hecho oír y sentir, la más cercana había sido el momento de rescate de Matvey en el Vaticano pero también la había sentido removerse en alguna ocasión cuando la presencia de Belialt era tan evidente.
Al abrir los ojos un pequeño halo dorado los cubrió un instante antes de volver a su color azul y Lyosha apoyó un pie atrás al marearse de forma súbita mientras leía. Diana se tomó su preciado tiempo en susurrar el significado mientras la revenant soportaba el dolor, cada vez más agudo, que sentía en el centro del pecho -Es una especie de sigilo, no es para expulsar, es para prevenir posesiones- Le dijo Lyosha con un leve gruñido mientras Diana insistía en unos detalles importantes -El… El diseño- El dolor se expandió de pronto, subiendo por su pecho para extenderse hacia su cuello y sus brazos. Se detuvo en el primero y Lyosha carraspeó un poco -Es único para el espíritu que desean mantener fuera… Y el alma que quieren mantener protegida- Inspiró profundo y carraspeó de nuevo sintiendo que algo ardía en su garganta y recordó el momento en el que habían rehecho los sellos y cómo ese era el que habían tenido que corregir. Cerró los ojos frunciendo el ceño cuando el dolor empezó a ascender hacia su cabeza, como una daga clavada entre los ojos -Sangre- Con cada segundo, Diana se sentía más cómoda en su propio cuerpo y se preguntaba qué tan difícil sería expulsar realmente a Lyosha y revivir su historia con Belialt en un mundo en el que la guerra ya no era su preocupación.
Soltó el pergamino, temiendo arrugarlo y se inclinó hacia delante apoyando las manos en las rodillas mientras respiraba aceleradamente -Y… Polvo…de…- Gruñó abiertamente -Cuarzo rosa… Sal marina- Se agachó al piso, apoyando una rodilla y señaló una parte del texto, tocando una palabra de manera insistente y corrigiéndola en voz alta en lenguaje alado pero como no sabía su traducción decidió mover la mano y dibujarla con metal frente a ella.
Eso parecía todo y Lyosha intentó volver a concentrarse en sí misma, en lo que la ataba a tierra haciéndole entender a la alada que su momento había terminado y que Khaled nunca concedería lo que ella tenía en mente. Peleó de vuelta… Por supuesto, diciéndole que no necesitaba la aprobación de Khaled lo que le robó una risa ahogada a Lyosha justo antes de empezar a toser sangre -Ебать- (mierda) Buscó con la mano a Matvey para pegarle y hacerle saber que tenía que empezar a puto trabajar.
Consecuencias de llamar a Dianita: 1 fatal, 10 bien
-Ten cuidado con lo que me prometes, Matvey. Soy ambiciosa y nunca olvido una promesa- Le advirtió con el rostro sereno, aunque sus facciones se habían vuelto levemente angulosas. Ivanov volvió a jugar con su laberinto de metal después del saludo de Matvey. Esperó a que hablara dandole contexto porque no entendía porqué ella sabría algo que él no. Pero no tardó mucho en echarle cabeza y le miró con algo de irritación.
-Cuánto positivismo- Mencionó ante su respuesta al fracaso acercándose a él, quedándose capciosa cuando mencionó que el velo se expandía -¿Me estás diciendo que vuestra estupidez, probablemente, acabe consumiendo el mundo?- Le espetó a Matvey un poco molesta de que no les dejaran en paz para construir el futuro que quería.
Al ver el pergamino, Lyosha percibió algo raro en su interior y le hizo una seña a Amrem para que tomara a Ivanov y se lo llevara, una vez que estuvieron solos, apartó la vista del pergamino para observarlo a él -Sabes bien lo que ocurre si me pongo muy en contacto con ella…- Le advirtió para luego darle un par de golpes en la mejilla, para nada suaves, si no firmes -Así que prepárate, nigromante-
Le quitó el pergamino de las manos y se alejó de él apenas un par de pasos, primero cerró los ojos e intentó contactar con esa parte de la alada que seguía allí presente. En más de una ocasión se había hecho oír y sentir, la más cercana había sido el momento de rescate de Matvey en el Vaticano pero también la había sentido removerse en alguna ocasión cuando la presencia de Belialt era tan evidente.
Al abrir los ojos un pequeño halo dorado los cubrió un instante antes de volver a su color azul y Lyosha apoyó un pie atrás al marearse de forma súbita mientras leía. Diana se tomó su preciado tiempo en susurrar el significado mientras la revenant soportaba el dolor, cada vez más agudo, que sentía en el centro del pecho -Es una especie de sigilo, no es para expulsar, es para prevenir posesiones- Le dijo Lyosha con un leve gruñido mientras Diana insistía en unos detalles importantes -El… El diseño- El dolor se expandió de pronto, subiendo por su pecho para extenderse hacia su cuello y sus brazos. Se detuvo en el primero y Lyosha carraspeó un poco -Es único para el espíritu que desean mantener fuera… Y el alma que quieren mantener protegida- Inspiró profundo y carraspeó de nuevo sintiendo que algo ardía en su garganta y recordó el momento en el que habían rehecho los sellos y cómo ese era el que habían tenido que corregir. Cerró los ojos frunciendo el ceño cuando el dolor empezó a ascender hacia su cabeza, como una daga clavada entre los ojos -Sangre- Con cada segundo, Diana se sentía más cómoda en su propio cuerpo y se preguntaba qué tan difícil sería expulsar realmente a Lyosha y revivir su historia con Belialt en un mundo en el que la guerra ya no era su preocupación.
Soltó el pergamino, temiendo arrugarlo y se inclinó hacia delante apoyando las manos en las rodillas mientras respiraba aceleradamente -Y… Polvo…de…- Gruñó abiertamente -Cuarzo rosa… Sal marina- Se agachó al piso, apoyando una rodilla y señaló una parte del texto, tocando una palabra de manera insistente y corrigiéndola en voz alta en lenguaje alado pero como no sabía su traducción decidió mover la mano y dibujarla con metal frente a ella.
Eso parecía todo y Lyosha intentó volver a concentrarse en sí misma, en lo que la ataba a tierra haciéndole entender a la alada que su momento había terminado y que Khaled nunca concedería lo que ella tenía en mente. Peleó de vuelta… Por supuesto, diciéndole que no necesitaba la aprobación de Khaled lo que le robó una risa ahogada a Lyosha justo antes de empezar a toser sangre -Ебать- (mierda) Buscó con la mano a Matvey para pegarle y hacerle saber que tenía que empezar a puto trabajar.
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- Ni pretendo que la olvides. - de hecho, esperaba que no lo hiciese. Que no olvidase ni la promesa, ni la deuda. Ante aquello de nuestra estupidez, qué iba a hacer? negarlo? Encogí un poco mis hombros, porque asi era. - Italia esta muy lejos de las islas británicas. Hay mucho tiempo para vosotros. - acaso parecia que el fin del mundo me impresionaba poco?
Su presteza para aquella tarea me sorprendió, habia esperado algo de reticencia, porque sí...sabia lo que le costaba. Hice una leve mueca por sus fuertes golpes en la cara, arrugando algo mi nariz.
- Esta bien...preparado.
Con Ivanov fuera de escena, sabiamos que la cosa podia complicarse. En ese breve espacio de tiempo empecé a recordar el sigilo que había hecho la ultima vez en su garganta pero....recordé tambien que en aquella ocasión, tenía sangre de Khaled para hacerlo. Y que acabé usando la mia por pura necesidad. Mezclada. Esperaba que aguantase.
La información comenzó a surgir y me mostré genuinamente interesado. Era perfecto. Era lo que necesitabamos. Sabría adecuar los simbolos a Charles y a los portadores. Faltaba la leyenda de alrededor.
- Sangre, de quien? - eso era importante. Sal marina, polvo de cuarzo rosa. Fácil. Sí, la idea se terminaba de componer. Al final el maldito Da Vinci no andaba desencaminado con lo de la tinta de cuarzo. Dibujó en metal la traducción por no encontrar palabras, y agarré el primer papel que tuve a mano y pluma para dibujarlo.
- Espera, aguántalo un poco más. - copié todo lo rapido que pude, todo lo que ella aguantó. Me chirriaban los oídos cada vez que lo pronunciaba en la lengua de los alados, pero era...era a Valqar a quien molestaba, no a mi. Era su dolor, no el mio. Tardé en copiar...quizá demasiado. Para cuando me quise dar cuenta, tosía sangre.
- Ya estoy. - fui hacia ella sujetándola por los codos para que se arrodillase en el suelo, haciendo yo lo mismo frente a ella. Tuve que limpiar la sangre que caia por su barbilla y manchaba su garganta antes de poder trazar ahi el sigilo.
"no, primero el suelo"
Saqué mi daga, cortándome la mano, abandonando su lado para dibujar en una esquina de su cuarto un simbolo. Luego a la esquina de enfrente, haciendo lo mismo, aunque el sello era ligeramente distinto. Volvi a ella todo lo rapido que pude. La otra vez lo habia hecho con mas calma y tiempo. Esta vez ya tenia las muñecas al aire asi que tomé ambas con mis manos.
- Primero, toma energía. Recuerda cómo lo hicimos la primera vez
_
restauración del sello de 1 a 10
Su presteza para aquella tarea me sorprendió, habia esperado algo de reticencia, porque sí...sabia lo que le costaba. Hice una leve mueca por sus fuertes golpes en la cara, arrugando algo mi nariz.
- Esta bien...preparado.
Con Ivanov fuera de escena, sabiamos que la cosa podia complicarse. En ese breve espacio de tiempo empecé a recordar el sigilo que había hecho la ultima vez en su garganta pero....recordé tambien que en aquella ocasión, tenía sangre de Khaled para hacerlo. Y que acabé usando la mia por pura necesidad. Mezclada. Esperaba que aguantase.
La información comenzó a surgir y me mostré genuinamente interesado. Era perfecto. Era lo que necesitabamos. Sabría adecuar los simbolos a Charles y a los portadores. Faltaba la leyenda de alrededor.
- Sangre, de quien? - eso era importante. Sal marina, polvo de cuarzo rosa. Fácil. Sí, la idea se terminaba de componer. Al final el maldito Da Vinci no andaba desencaminado con lo de la tinta de cuarzo. Dibujó en metal la traducción por no encontrar palabras, y agarré el primer papel que tuve a mano y pluma para dibujarlo.
- Espera, aguántalo un poco más. - copié todo lo rapido que pude, todo lo que ella aguantó. Me chirriaban los oídos cada vez que lo pronunciaba en la lengua de los alados, pero era...era a Valqar a quien molestaba, no a mi. Era su dolor, no el mio. Tardé en copiar...quizá demasiado. Para cuando me quise dar cuenta, tosía sangre.
- Ya estoy. - fui hacia ella sujetándola por los codos para que se arrodillase en el suelo, haciendo yo lo mismo frente a ella. Tuve que limpiar la sangre que caia por su barbilla y manchaba su garganta antes de poder trazar ahi el sigilo.
"no, primero el suelo"
Saqué mi daga, cortándome la mano, abandonando su lado para dibujar en una esquina de su cuarto un simbolo. Luego a la esquina de enfrente, haciendo lo mismo, aunque el sello era ligeramente distinto. Volvi a ella todo lo rapido que pude. La otra vez lo habia hecho con mas calma y tiempo. Esta vez ya tenia las muñecas al aire asi que tomé ambas con mis manos.
- Primero, toma energía. Recuerda cómo lo hicimos la primera vez
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Bueno Matvey....de verdad.
Dado consecuencias: 1 lio bárbaro, 10 ok.
COMO SIEMPRE LYOSHA SALVÁNDOLE EL CULO
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El miembro 'Lyosha Svensson' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Tendría que hablar con Khaled sobre su colaboración con Matvey, era prevenir un mal que podía llegar a sus costas. Además, ya había dado su palabra.
Durante aquellos minutos en los que estuvo compartiendo su cuerpo con Diana, Lyosha intentó mantenerse impertérrita pero el dolor se parecía a aquellas largas torturas que había sufrido durante su muerte -Protegido…Sangre del protegido- Susurró entre dientes mientras mantenía la palabra todo lo que podía, a sabiendas de que la batalla podía ser una perdida.
Dejó que fuese su apoyo y se arrodilló en el piso, intentando respirar mientras buscaba esas razones por las que debía seguir con vida. Su imperio… Faltaba tanto por construir, todo estaba yendo perfecto. Tenía alianzas, tenía interesados en pertenecer a sus filas. Tenía…
Miró a Matvey a los ojos cuando le limpió la sangre y recordó aquel pequeñajo que portaba sus mismos ojos azules. ¿Cuál era su obsesión con los magos con mirada de hielo? ¿qué era lo que les veía? Cerró los ojos cuando se apartó y clavó las uñas en sus rodillas mientras gruñía soportando el profundo dolor que laceraba su alma.
Alzó la cabeza cuando Matvey volvió y lo miró con el ceño fruncido. No recordaba más que el dolor…y lo que estaba viviendo era infinitamente peor. Cogió sus antebrazos y, manteniendo sus ojos en él que reflejaban a veces un halo dorado y luego volvían a su color azul, absorbió energía de Matvey aunque no se sentía cansada pero haría lo que decía.
Tenía deudas… tenía deudas que cobrar. Con Le Fay, con Rasputin. Tenía que quedarse… Tenía que quedarse.
El nigromante continuó con sus runas en las muñecas que ardieron robándole un nuevo gemido y siguió avanzando hasta reforzar el sello y el dolor pasó de ser espiritual a algo más físico, algo que podría llegar a soportar y a controlar. Y así lo hizo, mientras Diana volvía al sitio de donde no debía salir, y Lyosha tomaba el control; los gruñidos remitieron para convertirse en un tenso silencio mientras acababan…
Cuando el ritual acabó, Lyosha cerró los ojos y sólo respiró con normalidad permitiéndose un momento de paz y silencio, recopilando valor y determinación para enfrentar el resto del día. Tenía muchas cosas qué hacer -Una de las cosas que voy a pedirte…- Sonrió con soberbia, aun manteniendo los párpados caídos -Es que me cantes al oído- Susurró pensando que aquello sería maravillosamente divertido -En ruso...Puedes ir eligiendo canción-
Durante aquellos minutos en los que estuvo compartiendo su cuerpo con Diana, Lyosha intentó mantenerse impertérrita pero el dolor se parecía a aquellas largas torturas que había sufrido durante su muerte -Protegido…Sangre del protegido- Susurró entre dientes mientras mantenía la palabra todo lo que podía, a sabiendas de que la batalla podía ser una perdida.
Dejó que fuese su apoyo y se arrodilló en el piso, intentando respirar mientras buscaba esas razones por las que debía seguir con vida. Su imperio… Faltaba tanto por construir, todo estaba yendo perfecto. Tenía alianzas, tenía interesados en pertenecer a sus filas. Tenía…
Miró a Matvey a los ojos cuando le limpió la sangre y recordó aquel pequeñajo que portaba sus mismos ojos azules. ¿Cuál era su obsesión con los magos con mirada de hielo? ¿qué era lo que les veía? Cerró los ojos cuando se apartó y clavó las uñas en sus rodillas mientras gruñía soportando el profundo dolor que laceraba su alma.
Alzó la cabeza cuando Matvey volvió y lo miró con el ceño fruncido. No recordaba más que el dolor…y lo que estaba viviendo era infinitamente peor. Cogió sus antebrazos y, manteniendo sus ojos en él que reflejaban a veces un halo dorado y luego volvían a su color azul, absorbió energía de Matvey aunque no se sentía cansada pero haría lo que decía.
Tenía deudas… tenía deudas que cobrar. Con Le Fay, con Rasputin. Tenía que quedarse… Tenía que quedarse.
El nigromante continuó con sus runas en las muñecas que ardieron robándole un nuevo gemido y siguió avanzando hasta reforzar el sello y el dolor pasó de ser espiritual a algo más físico, algo que podría llegar a soportar y a controlar. Y así lo hizo, mientras Diana volvía al sitio de donde no debía salir, y Lyosha tomaba el control; los gruñidos remitieron para convertirse en un tenso silencio mientras acababan…
Cuando el ritual acabó, Lyosha cerró los ojos y sólo respiró con normalidad permitiéndose un momento de paz y silencio, recopilando valor y determinación para enfrentar el resto del día. Tenía muchas cosas qué hacer -Una de las cosas que voy a pedirte…- Sonrió con soberbia, aun manteniendo los párpados caídos -Es que me cantes al oído- Susurró pensando que aquello sería maravillosamente divertido -En ruso...Puedes ir eligiendo canción-
El sello del guardian en la frente, el de Belialt en la garganta, regeneración y el de Caronte, protección para el alma de Lyosha Svensson. El proceso fue lento, tuvo que soportar aquel dolor por más tiempo del necesario al haber perjudicado tanto el vinculo con su recipiente. Pronuncié las palabras necesarias como había hecho la vez anterior, pero esta vez sin el problema de equivocarme con el sello de su garganta. Para apaciguar mis preocupaciones, mi propia sangre funcionó, fue suficiente. Tras el bache del principio, el conjuro terminó bien, gracias en parte a la resistencia de Lyosha.
- .... has peleado con uñas y dientes. - dije apretandome el corte de la mano con la otra, para que dejara de sangrar. La observé, estaba agotada. Fruncí mi ceño, ya tenía la información que quería, y a ella le habia pasado ciertamente factura. ¿Y sólo me pedía una canción al oído? Alargué mi mano hacia ella para apartarle algo de cabello de la cara... preguntándome en qué momento había pasado de la mera curiosidad que sentia por ella; como la imposibilidad mágica que era como revenant, a...esto. Un anhelo que iba mas alla del deseo de saciar una curiosidad o un impulso físico.
- ...estas segura? Porque debo advertirte...canto terriblemente bien. Claro que los pocos que me han oido hacerlo son los muertos. - aunque eso podía incluirla, no? Me recordé entonces a mi mismo: el tiempo va en contra. Este inesperado bache me habia agotado las reservas de magia, y no podía ignorar que aquello afectaría a la prision que mantenia a Charles. Era como un sumidero de poder, no paraba....de absorber. - Descansa. Y ...gracias.
"me aseguraré de que sepan de donde viene la ayuda"
Froté mis muñecas, con la incomodidad de la picazón por el ritual ahora que había reforzado el vínculo. Suspiré y me desaparecí de alli, sin querer alargar de más una despedida.
- .... has peleado con uñas y dientes. - dije apretandome el corte de la mano con la otra, para que dejara de sangrar. La observé, estaba agotada. Fruncí mi ceño, ya tenía la información que quería, y a ella le habia pasado ciertamente factura. ¿Y sólo me pedía una canción al oído? Alargué mi mano hacia ella para apartarle algo de cabello de la cara... preguntándome en qué momento había pasado de la mera curiosidad que sentia por ella; como la imposibilidad mágica que era como revenant, a...esto. Un anhelo que iba mas alla del deseo de saciar una curiosidad o un impulso físico.
- ...estas segura? Porque debo advertirte...canto terriblemente bien. Claro que los pocos que me han oido hacerlo son los muertos. - aunque eso podía incluirla, no? Me recordé entonces a mi mismo: el tiempo va en contra. Este inesperado bache me habia agotado las reservas de magia, y no podía ignorar que aquello afectaría a la prision que mantenia a Charles. Era como un sumidero de poder, no paraba....de absorber. - Descansa. Y ...gracias.
"me aseguraré de que sepan de donde viene la ayuda"
Froté mis muñecas, con la incomodidad de la picazón por el ritual ahora que había reforzado el vínculo. Suspiré y me desaparecí de alli, sin querer alargar de más una despedida.
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-Ahora tengo razones para quedarme. Además, no es mi primera vez, nigromante- Le respondió a Matvey, aunque en su fuero interno reconocía que con cada conexión Diana se volvía mucho más caprichosa y más deseosa de vivir un futuro que ya no le correspondía. Debía cuidar mucho sus próximas interacciones porque podía poner en jaque lo que estaba construyendo.
No abrió los ojos al sentir los dedos de Matvey retirando las hebras con lentitud, básicamente, porque no quería ver lo que -quizás- podía encontrar en sus ojos. Prefería quedarse en la oscuridad como una cobarde. Porque su retorno, después de aquella despedida, hacía un poco más real lo que sea que había entre ellos.
-No me hagas repetirme, Matvey- Le soltó un poco brusca porque pese a que la idea había parecido divertida en su cabeza, sólo por vengarse de que él le había oído… Ahora, tras su caricia, sólo podía pensar en el momento en el que lo hiciera realidad. ¿Eran eso mariposas en su estómago? -Eso ya lo determinaré yo, no peques de soberbio Rasputin-
Supo que el agradecimiento era la despedida y percibió su retirada en el vínculo que les unía. Se llevó una mano a la cara mientras se sentaba en el piso con una posición mucho más relajada -Me estoy metiendo en un problema- Soltó una risa ronca y negó con la cabeza, burlándose de sí misma. No era una niña. Ni siquiera una adolescente. Tenía varios años encima y la sabiduría suficiente para no mentirse -No…- Empezó a echarse en el piso, lentamente, mirando en el techo -Estoy muy sumergida en el problema, soy el problema- Porque era una tontería seguir negando que lo que sentía era algo que hacía mucho tiempo había perdido. Llegó un punto en el que pensó que ni siquiera tenía esa capacidad, que se la habían quitado a base de torturas en el infierno.
Y ahí estaba, como una maldita colegiala soñando despierta con cosas que -según pintaba el oscuro futuro- quizás ni siquiera llegaba a tener. Pues eso quería decir que… no podía perder su próxima oportunidad. Como si tenía que encadenarlo al piso. El cansancio le pasó factura de pronto y antes de darse cuenta se había quedado profundamente dormida en el piso.
No abrió los ojos al sentir los dedos de Matvey retirando las hebras con lentitud, básicamente, porque no quería ver lo que -quizás- podía encontrar en sus ojos. Prefería quedarse en la oscuridad como una cobarde. Porque su retorno, después de aquella despedida, hacía un poco más real lo que sea que había entre ellos.
-No me hagas repetirme, Matvey- Le soltó un poco brusca porque pese a que la idea había parecido divertida en su cabeza, sólo por vengarse de que él le había oído… Ahora, tras su caricia, sólo podía pensar en el momento en el que lo hiciera realidad. ¿Eran eso mariposas en su estómago? -Eso ya lo determinaré yo, no peques de soberbio Rasputin-
Supo que el agradecimiento era la despedida y percibió su retirada en el vínculo que les unía. Se llevó una mano a la cara mientras se sentaba en el piso con una posición mucho más relajada -Me estoy metiendo en un problema- Soltó una risa ronca y negó con la cabeza, burlándose de sí misma. No era una niña. Ni siquiera una adolescente. Tenía varios años encima y la sabiduría suficiente para no mentirse -No…- Empezó a echarse en el piso, lentamente, mirando en el techo -Estoy muy sumergida en el problema, soy el problema- Porque era una tontería seguir negando que lo que sentía era algo que hacía mucho tiempo había perdido. Llegó un punto en el que pensó que ni siquiera tenía esa capacidad, que se la habían quitado a base de torturas en el infierno.
Y ahí estaba, como una maldita colegiala soñando despierta con cosas que -según pintaba el oscuro futuro- quizás ni siquiera llegaba a tener. Pues eso quería decir que… no podía perder su próxima oportunidad. Como si tenía que encadenarlo al piso. El cansancio le pasó factura de pronto y antes de darse cuenta se había quedado profundamente dormida en el piso.
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Después de la repentina siesta, Lyosha retomó sus responsabilidades. Al día siguiente tenía la agenda llena y la mañana se le había pasado volando entre una cosa y otra. Lo que agradeció, así su mente no rumiara otros pensamientos mucho más aterradores que dirigir un futuro imperio.
Una de las reuniones en particular había ido muy bien, tanto que no dejaba de generarle una creciente curiosidad lo que podrían llegar a alcanzar una vez que los proyectos tecnológicos estuvieran establecidos -Empezareis mañana mismo- Informó Lyosha a su mano derecha, Hefesto mientras movía suavemente la mano cambiando la forma del metal que estaba frente a ella en los alrededores de la torre, sitio en el que había construido un parque de toboganes para Ivanov.
-De acuerdo. Si oí bien será Mireya la directora de los proyectos ¿No?- Lyosha ladeó la cabeza, concentrada en escuchar al niño sorprenderse con los cambios de rumbo -Así es. No sólo es la más calificada sino que tiene pasión. Me gustó como defendió el proyecto incluso aunque no hubiese preguntado nada- Hefesto soltó una risa aireada -No necesitas emitir sonido, tu rostro habla por sí solo- Lyosha hizo un breve sonido indefinible -¿Puedo preguntarte algo?- La confianza construida años atrás se había fortalecido con su reencuentro así que la peliblanca respondió -Sí, claro. ¿Qué pasa?- Hefesto se giró hacia ella como buscándola con sus ojos ciegos -¿Estás sonriendo?-
La pregunta le pilló desprevenida, y más desprevenida aún el hecho de que la respuesta fuera MUY positiva. No se había dado cuenta de cuánto se había perdido en el juego que su rostro había dejado entrever la ¿alegría? que sentía al oír al niño reírse -Sí- Respondió escuetamente mientras intentaba recomponerse un poco. El soul fue inteligente y no ahondó en el asunto -Puedes retirarte- Le ordenó Lyosha mientras se cruzaba de brazos con el ceño fruncido, mirando hacia el parque. Empezó a morderse la parte interna de la mejilla para evitar que la risa tímida de Ivanov volviera a robarle una sonrisa.
Una de las reuniones en particular había ido muy bien, tanto que no dejaba de generarle una creciente curiosidad lo que podrían llegar a alcanzar una vez que los proyectos tecnológicos estuvieran establecidos -Empezareis mañana mismo- Informó Lyosha a su mano derecha, Hefesto mientras movía suavemente la mano cambiando la forma del metal que estaba frente a ella en los alrededores de la torre, sitio en el que había construido un parque de toboganes para Ivanov.
-De acuerdo. Si oí bien será Mireya la directora de los proyectos ¿No?- Lyosha ladeó la cabeza, concentrada en escuchar al niño sorprenderse con los cambios de rumbo -Así es. No sólo es la más calificada sino que tiene pasión. Me gustó como defendió el proyecto incluso aunque no hubiese preguntado nada- Hefesto soltó una risa aireada -No necesitas emitir sonido, tu rostro habla por sí solo- Lyosha hizo un breve sonido indefinible -¿Puedo preguntarte algo?- La confianza construida años atrás se había fortalecido con su reencuentro así que la peliblanca respondió -Sí, claro. ¿Qué pasa?- Hefesto se giró hacia ella como buscándola con sus ojos ciegos -¿Estás sonriendo?-
La pregunta le pilló desprevenida, y más desprevenida aún el hecho de que la respuesta fuera MUY positiva. No se había dado cuenta de cuánto se había perdido en el juego que su rostro había dejado entrever la ¿alegría? que sentía al oír al niño reírse -Sí- Respondió escuetamente mientras intentaba recomponerse un poco. El soul fue inteligente y no ahondó en el asunto -Puedes retirarte- Le ordenó Lyosha mientras se cruzaba de brazos con el ceño fruncido, mirando hacia el parque. Empezó a morderse la parte interna de la mejilla para evitar que la risa tímida de Ivanov volviera a robarle una sonrisa.
Aparecí abruptamente frente a mi hermana. Era algo que no me costaba en absoluto hacer, pues siempre que no estuvieramos a muchos kilómetros de distancia, la ubicaba....facil. Por eso mi ceño se frunció pero mis labios adoptaron una expresión burlona al contemplar su rostro en mitad de aquella expresión en la cual, como un intruso, me habia colado.
- Oh, interrumpo un momento personal? - miré hacia atrás, qué provocaba esa sonrisa en mi hermana? Bueno, sonrisa, sonrisa....mas parecía estar comiendose viva antes que dejarse sonreir.
"la criatura del nigromante?"
Ladeé de nuevo mi cabeza hacia ella, tras apartar la vista de Ivanov.
"en serio?"
Una de mis cejas se alzó, un poco.
"Yo estoy a punto de tirar a la mia por una ventana. Pero creo que volaría. Tal vez lo pruebe el mes que viene"
- Oh, interrumpo un momento personal? - miré hacia atrás, qué provocaba esa sonrisa en mi hermana? Bueno, sonrisa, sonrisa....mas parecía estar comiendose viva antes que dejarse sonreir.
"la criatura del nigromante?"
Ladeé de nuevo mi cabeza hacia ella, tras apartar la vista de Ivanov.
"en serio?"
Una de mis cejas se alzó, un poco.
"Yo estoy a punto de tirar a la mia por una ventana. Pero creo que volaría. Tal vez lo pruebe el mes que viene"
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La pregunta de su segundo al mando quedó rumiando en su cabeza. Incómoda. ¿O no? Era extraña la sensación que sentía al oír la baja y tímida risa de Ivanov con cada nueva curva en el juego.
"¿Qué se supone que estoy haciendo? No es nada mío. Nada"
"¿Y?", Le susurró su mente. Sí... ¿Y?. Había cuidado y protegido a pocos ejemplares humanos en su vida. Pero tendía a hacerlo cuando le apetecía. Por ejemplo, aquella peliblanca por la que dio la vida. Pero... Ella era la hija de Rodrigo y Rodrigo...
La aparición de Khaled cortó el hilo de sus pensamientos y se obligó a contener su rostro, poco a poco, hasta relajarlo -No- Respondió de forma seca. Estaba interrumpiendo un momento de introspección que me estaba llevando a una conclusión que le generaba terror.
-¿Qué?- Espetó al ver su gesto y alzó el mentón en modo desafiante -¿Tienes algo que decir?-
"¿Qué se supone que estoy haciendo? No es nada mío. Nada"
"¿Y?", Le susurró su mente. Sí... ¿Y?. Había cuidado y protegido a pocos ejemplares humanos en su vida. Pero tendía a hacerlo cuando le apetecía. Por ejemplo, aquella peliblanca por la que dio la vida. Pero... Ella era la hija de Rodrigo y Rodrigo...
La aparición de Khaled cortó el hilo de sus pensamientos y se obligó a contener su rostro, poco a poco, hasta relajarlo -No- Respondió de forma seca. Estaba interrumpiendo un momento de introspección que me estaba llevando a una conclusión que le generaba terror.
-¿Qué?- Espetó al ver su gesto y alzó el mentón en modo desafiante -¿Tienes algo que decir?-
- Sí. - le dije fríamente y con suficiencia, alzando mi barbilla al tiempo que mis manos se entrelazaban en mi espalda. Comencé a dar un paso, y otro, y otro más, dando una vuelta de 360 grados a su alrededor, evaluandola. - Que mientes fatal.
Fue al conclusión de mi examen visual. Al terminar la ronda, habia quedado de nuevo frente a ella.
"en serio, la mascota de la mascota?"
- Le has hecho un tobogán
"y no tiene pinchos ni bordes cortantes, ni agujeros que dan a un precipicio"
- Invitame a un vino, por lo menos. - dije con cierto hartazgo, pasando de largo para ir hacia la mesa. Las investigaciones en la Sala de los Portales eran estimulantes pero siempre acababan siendo igualmente agotadoras.
Fue al conclusión de mi examen visual. Al terminar la ronda, habia quedado de nuevo frente a ella.
"en serio, la mascota de la mascota?"
- Le has hecho un tobogán
"y no tiene pinchos ni bordes cortantes, ni agujeros que dan a un precipicio"
- Invitame a un vino, por lo menos. - dije con cierto hartazgo, pasando de largo para ir hacia la mesa. Las investigaciones en la Sala de los Portales eran estimulantes pero siempre acababan siendo igualmente agotadoras.
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