Torre de Alta Hechicería [cerca de Monte Aventino]

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'Curación' :

Retorné con Allen desde el panteón de Agripa, apareciendo con él fuera de la torre pero dentro del perímetro defensivo del edificio. El panorama distaba mucho del que habíamos visto cuando nos marchamos, estaban realmente asediados y Khaled tenía toda la razón para solicitar refuerzos. Las imágenes ante mis ojos eran las mismas que la de las visiones, o incluso peores. Tardé unos segundos en reaccionar ante lo que teníamos delante, pero en cuanto lo hice busqué con la mirada a mi familia, los Svensson. No tuve que decirle nada a Allen para que fuese a curar sus heridas, se adelantó para comenzar a hacerlo por su cuenta, contándoles de dónde veníamos.

- Por eso hemos tardado un poco más. Han estado ocultos ahí abajo durante todos estos años. Pensaban que nosotros también habíamos desaparecido, y se han sorprendido mucho cuando han sabido que estabais de vuelta. - añadí mirando a Khaled y Lyosha, que eran los que habían retornado. Avancé hacia mi hermano, haciéndole un gesto como preguntándole si podía aguantar. Sabía que no querría tomarse un descanso para que lo relevase, que querría seguir luchando hasta acabar con la amenaza.

- Khaled, necesitamos un portal a Agripa para que puedan venir todos los refuerzos que hemos encontrado. Todos van a luchar, incluso el viejo Hephaestus. Hay todavía muchos Soul sin poderes...pero pelearán igualmente. Tendrías que haber visto sus caras cuando se han enterado de que hemos recuperado las calaveras. - ahora tendrían toda la motivación del mundo, por fin cumplirían su deseo de obtener poder mágico, de ser capaces de manejarlo. Giré el cuerpo en dirección a la zona del ariete, concentrándome en los guardiani de alrededor para lanzar mi ataque. Extendí las palmas de las manos hacia ellos, conjurando una lluvia de descargas eléctricas que buscaba paralizarlos para que dejasen de avanzar.


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ataque mágico: dado 0 + 53 stat + 10 hab + 5 guanteletes= 68 a los PNJ

El miembro 'Adramelech Svensson' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Ataque' :

PS 90 +5 PS/post (Reabastecedora) = 95

Un gruñido cansado fue la única respuesta que Khaled obtuvo a su respuesta, dudando sobre si terminaríamos por conseguirlo o no. Esperaba que los que salieron en busca de ayuda no tardase en hacer acto de aparición, pues estaba casi seguro de que sus fuerzas flaquearan. Los propios inferis se miraron confusos entre ellos cuando la magia tintineaba como una bombilla a punto de fundirse. Y el ariete seguía su movimiento, incansable, protegido en esta ocasión por magos alados.

Tosí. Y la saliva sabía a la misma ceniza de la que estaba hecho el infierno y la muerte. Mascullé una breve magia en una lengua arcana muerta. Eran órdenes sencillas para que el elemental de sombras se encargara de aquellas aves tan ufanas, con sus arcos dorados. No trató de hacerse con la vitalidad de los bicornios, suficiente tenía ya con el control de los 12 inferis y con aguantar él mismo de pie. Y el cansancio mermaba su magia y dificultaba su respiración.

Cuando la pareja de Souls hizo aparición por la torre una especie de energía renovada le recorrió. Se incorporó y sacó al fuerzas suficientes como para responder con sorna -Esperemos que no se les hayan atrofiado sus escondidos culos y no tarden en llegar- Sonreí de medio lado con gesto cansado recibiendo la poción del castaño mientras seguía con la mirada al hermano menor que continuaba informando de la situación, clavé la mirada en él, pero no le dije nada sobre mi estado. Me sorprendió que Hephaestus siguiera con vida, tan viejales el hombre… Un buen guía -Pues invitémosles al baile- Con un esfuerzo mágico titánico se abrió el portal que comunicaba Agripa con la torre -Moveos, no tenemos toda la puta noche- Les gruñí a los otros souls, con magia o sin ella, porque dudaba del tiempo que pudiera mantenerse aquel portal abierto...

cuentas:

PS: 95-20 = 75

El miembro 'Astaroth Takker Svensson' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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#1 'Defensa' :


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#2 'Ataque' :


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#3 'Probabilidad' :

DADOS DE DESTINO
1.Khaled 7: La magia empleada tiene un precio. Tras abrir el último portal, la sinergia con la magia de la Torre te envía en un bucle espacial lejos de aquí, a un lugar por determinar. Aparecerás en otro sitio.
2.Lyo 2: Puede decirse que al final has tenido suerte, algo de reposo y estarás bien en breves.
3.Astaroth 8: La magia empleada tiene un precio. La cesión de energía a la Torre atrapa tu mente en un bucle temporal, a causa del hechizo que empleaste con anterioridad. Tu cuerpo está aquí en la Torre, pero tu mente viaja por el tiempo sin rumbo fijo. Debes romper el bucle y volver. Necesitarás una tirada exitosa.
4.Adra 9: La magia de la Torre ha hecho de las suyas contigo. Le cediste parte de la tuya, pero estaba sedienta y te la drenó toda. Necesitarás tiempo para recuperarte.
5.Vane 5: heridas físicas leves y una más grave.
6.Allen 7: Estabas demasiado cerca de Khaled cuando ocurrió aquello. Sufres el mismo destino que él, pero esta magia es caprichosa. Tira exito fallo para ver si acabas en el mismo lado que él o no. Exito juntos, fallo no. Tira en ludoteca.

DESTINO GENERAL
exito- No la lío aun. Fallo- la lío ya
opciones: exito. Tenéis un poquito de tiempo hasta mi siguiente liada. Aprovechadlo para hablar con los nuevos PNJ, puede ser importante. Pedidme por Discord rol con el o los PNJ que queráis.

El miembro 'Admin' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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#1 'Dado (10)' :


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#2 'Probabilidad' :

El viaje hacia Roma no había sido complicado, pero tampoco había estado exento de problemas, sobre todo conforme nos acercábamos a la capital.

Tuvimos una batallita aérea con vigías que usaban grifos, fue antes de llegar a Roma y aunque conseguimos atravesar las líneas enemigas y librarnos de ellos, el barco sufrió algunos desperfectos, que seguro necesitarían del tecnomago para repararlo. Aunque como había dicho Leila, desde que le perdimos la pista en Turín, nada, ninguna señal por su parte.

Al acercarnos alli, algo llamó nuestra atención automáticamente, una silueta conocida contra el cielo, que nada tenía que ver con los nuevos rascacielos. La vieja Torre de la Alta Hechicería, que antes viéramos en Irlanda, y luego en Ouroboros, estaba aquí...

No sabía que los Soul hubiesen venido aquí, pero pensé que Cleopatra se alegraría, y no le vendría nada mal, porque estaba algo alicaída. La informaría en seguida.

Informé a la tripulación a grito pelao de que ibamos hacia la Torre, que se preparasen para reducir velocidad y vigilar por si nos atacaban, porque aquello, desde alli, se veia hecho un desastre....

Hice ondear la bandera de la Brigada, junto con otra blanca, no queríamos que nos confundieran con enemigos y tenía claro que íbamos en son de paz.

-Ha habido una auténtica batalla campal. - mandé el mensaje a Ben y a Cleo, esperando pronta respuesta. Luego, al timón del barco , viré hasta quedar cerca de la Torre, aproximándonos lentamente. Recogí las velas cambiando los mandos del barco, estaban algo raídas y pronto necesitarían una recarga. - Vamos a parar aquí, hay que saludar a unos viejos conocidos. Por el aspecto del terreno, esperemos que sigan vivos.

Con cuantos más aliados pudiéramos contar para entrar al Coliseo, mejor.

El barco quedó cerca de la cúspide de la Torre, flotando. El ancla comenzó a descender hasta tierra.
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off: dejo el barco aquí situado cerca de la Torre, por si queréis interactuar entre ambos grupos de algún modo.

Los refuerzos habían llegado justo a tiempo porque los malditos que magos eran como las cucarachas, se negaban a morir y eran particularmente resistentes. Pero cuando la batalla acabo, Lyosha se sentía con la suficiente fuerza para proclamar la victoria de los Souls. Sin embargo, para su sorpresa el vínculo entre Khaled  y ella se tensó de una forma que le fue familiar. Al buscarlo con la mirada ni el minino ni él estaban allí lo que le generó un estado profundo de preocupación y ansiedad, al que no le dio tiempo a subir a su rostro porque sus sobrinos eran unos blandengues de mierda que también habían quedado un poco KO.

Tuvo que organizar sus prioridades y reestablecer el orden. Aquellos souls que tenían suficiente energía llevaron a los otros a la enfermería para curarlos y adecentarlos. También envió a los pocos que quedaban de la hermandad Mental a establecer una conexión con Khaled o con Allen para ubicarlos en tiempo y espacio y saber dónde estaban, en qué condición y lo que costaría ir a por ellos. A sus sobrinos los metió en una habitación aparte con enfermeros dedicados a ellos porque, por un  lado, Adramelech ya no sabía cuántas extremidades le quedaban por perder y el otro era un inestable de cuidado.

Tras eso se dio una ducha rápida y se cambió por un atuendo un poco más hecho para la política, tenía que averiguar quienes eran, cuantos eran, etc etc etc de los Souls que habían venido a apoyarlos. Conocer a sus líderes, derrocarlos y enseñarles exactamente quienes eran los Svensson, aunque estaba segura de que el apellido les sonaría de algo porque mientras ellos se escondían como ratas, los Svensson estaban salvando al mundo. Por…¿Enésima cuarta vez?

Con eso en mente se trasladó a la sala de reuniones donde le esperaban todos. Aunque estaba preocupada por lo anterior, Lyosha tenía cierta habilidad -cuando quería- para mantener su mal humor - Creo que un agradecimiento sería un buen pie para comenzar- Expresó con un rostro bastante neutral mientras se incorporaba a la sala, donde habían sido colocados todos, y que antes era donde ocurrían las reuniones de los cabecillas de cada hermandad. Se colocó en la cabecera, puesto que ocuparía Khaled de haber estado allí pero como su segunda al mando le tocaba a ella -Soy Lyosha Svensson, matriarca de la Hermandad de Metal. ¿Con quienes tengo el gusto?- Preguntó posando sus ojos fríos en cada uno de ellos e invitándolos, silenciosamente a presentarse.

Al parecer unos esclavistas experimentados les tendieron una trampa porque los querían usar como mercancía ya que valían mucho para hacer un intercambio y los acorralaron en una zona de la Plaza Statuto en la que no podían hacer magia. Éstos mafiosos se manejaban bien sin hechizos, uno de ellos tenía a un hermano dentro del coliseo como esclavo, parecían ser un grupo aparte de los guardianes de la magia y estar en contra de ellos, los cuales organizaban batallas en el coliseo romano. Ataque va, ataque viene, llegaron a un punto muerto en el que Dyos tenía amenazada de muerte a la de orejas puntiagudas y un esclavista tenía una metralleta en la cabeza de Benjamín. Daeketh dijo que necesitaban hacer una entrega e intentó quitarse la vida para no “frenar” a sus compañeros. Tanto los esclavistas como mis compañeros se unieron para mantener con vida a la moribunda pero, cuando los guardianes llegaron ofreciendo su protección a los magos, Benjamín acordó una reunión en la Mole con los mafiosos, que se mostraron dispuestos a escucharlos y escaparon por una alcantarilla en el jardín que daba a unos pasadizos que se alejaban de la zona antimagia dejando atrás a Daeketh. Los guardianes, que llevaban la misma armadura metálica oscura que usaban los que yo había visto, también les pidieron que se identifiquen con unos canalizadores mágicos con un sello. Mis compañeros se mostraron pacíficos pero no dieron muchos detalles al presentarse, no como había hecho yo. Desde el principio, los guardianes manifestaron curiosidad por Dyos pero también les explicaron que el anillo era un canalizador de magia con un sello único e imposible de falsificar que identificaba al dueño, que llevaba el símbolo del vaticano, que eran expedidos de modo oficial en la santa sede y que se averiaba si otro que no sea su dueño intenta canalizar magia con él, con consecuencias para el que intentaba usarlo. Los que llevaban eso eran considerados ciudadanos legales que obedecían al ministro mágico y al santo padre, un tal Giaccomo que no concedía audiencias con cualquiera y menos con forajidos como nosotros. Hasta ahí todo iba relativamente bien hasta que llegó un patronus... ohh... ups... cuestión que los guardianes comenzaron a lanzar ataques y secuestraron a Dyos. Entonces Benjamín raptó a un guardián y él, Cleopatra y Daeketh escaparon al barco, apresaron al guardián, le quitaron el yelmo y el anillo identificador del vaticano y ahí fue cuando escuchamos los gritos del pelirrojo. La de orejas puntiagudas reveló que los guardianes pueden comunicarse a través de los cascos y se pusieron a interrogarlo. El guardián contó que primero debieron haber llevado a Dyos a Saint Angelo, donde estaba el cuartel, y luego al coliseo donde hacían ejecuciones. Dijo que no serviría proponer intercambiarlo por nuestro compañero, que tendríamos suerte si seguía vivo al día siguiente. Propuso ayudarnos desde dentro a entrar al coliseo para rescatarlo pero advirtió que el lugar tenía mucha seguridad mágica y tecnológica y que solo se podía acceder a las celdas durante los eventos. Declaró también que la general de las tropas era Gabriella Di Fiori, que tal vez podamos hablar con ella y nos conceda una entrevista con Giaccomo. El guardián secuestrado cooperaría con nosotros solo porque quería sobrevivir, pero dijo que había seguidores del papa muy fanáticos. Para que no nos traicione cuando estemos adentro, le hicieron hacer un juramento inquebrantable en el que prometió que no nos delataría, entonces zarpamos y nos separamos.

Tiempo después llegamos a Roma esperando noticias del pelirrojo y de la morena. Supuse que el resultado de esa reunión con los mafiosos, en el mejor de los casos podría ser información y aliados, y en el peor de los casos sería tener que rescatar también a Benjamín y a Cleopatra del coliseo. Mi tembloroso brazo emergió de la escotilla que llevaba al espacio bajo la cubierta principal y me sujeté del suelo del barco. Poco a poco conseguí salir a la superficie, me sentía muy descompuesta, era tan así que mí cara había adquirido tonalidades verdes, me agarré del borde y me lancé a tierra firme cuando fue seguro. -¿Quién es Giordano?- Pregunté desde mi posición acostada en el suelo, mirando los tonos claros del amanecer en el cielo mientras esperaba que las náuseas se fueran. -¿Cuál es el criterio con el que se decide a quién buscar, a quién no, a dónde ir, etcétera?- Era muy arbitrario desde mi punto de vista, vamos a Italia porque sí y abandonamos a Giordano y a Nathan porque la mayoría da por hecho que saben cuidarse solos. Era un misterio para mí lo que los hizo llegar a esa conclusión. Realmente no me importaba Giordano, no lo conocía, solamente me ayudaba a explicar mi punto. Tomé la moneda comunicadora y le escribí un mensaje a Cleo preguntando por novedades. En fin, había que prepararnos para ir a buscar a un compañero, no podíamos hacerlo esperar un momento más, con eso en mente me puse de pié y miré alrededor. El paisaje era desolador pero a la distancia pude percibir un río cercano. -¡Estaré por allí!- Grité señalando el Tíber para que todos supieran que me quedaría cerca. -¡Avisaré si pasa algo!- Dicho ésto, me alejé del barco y de la torre para instalarme en un lugar escondido por un puente entre árboles, arbustos y matorrales. Sam había limpiado y descontaminado las aguas pero en ellas flotaban restos de máquinas y seres que me fue imposible identificar. Me fuí sacando cada una de mis ajadas prendas para lavarlas en el río, dejarlas secar y bañarme tiritando un poco porque eran frescas las corrientes de aire matutinas. Cuando estuve lista con la chaqueta sobre la cota de mithril, el cinturón de accesorios, el rifle en la espalda, y mis guantes de cuero, volví a la zona del barco acomodando el sombrero pirata en mi cabeza pero la torre cercana llamó mi atención. Pensé que lo mejor era no entrar pero quería curiosear así que escalé hasta una ventana en la que percibí movimiento interesante que daba a una sala en la que parecía haber una reunión y busqué mantenerme oculta mientras intentaba escuchar lo que decían adentro.

Emme  

Emme

Emme

+ 30 SOUL REAPER PNJ (stats del PNJ normal) se unen al grupo tambien. El 50% (=15) no tienen habilidades mágicas pero si fisicas y tecnologicas, equivalentes en stat a magias.


Tras la batalla, los tres cabecillas de Agripa fueron a reunirse con esa mujer que clamaba ser la difunta Lyosha Svensson, tal como les había contado Adramelech. Todos estaban muy curiosos por conocerla y hablar con ella, aunque a decir verdad, también extremadamente recelosos.

Alli estaban los tres sentados en la amplia sala de la curiosa Torre, cuando la mujer peliblanca entró.

Marlene y Paco se intercambiaron miradas escépticas cuando Lyosha les pidió un agradecimiento.

Pero fue Marlene, la líder de la hermandad del fuego, la primera en hablar.

- Ehm, un agradecimiento por qué? Somos....nosotros hemos sido los refuerzos. - se señaló, los señaló, señalo la sala....levantando las cejas. - ¿Como está Adramelech por cierto? Acabó derrengado el pobre.....

Paco por su parte examinaba a Lyosha, con su vestido y su aire regio, y la verdad su pensamiento era algo que compartía con Marlene. Hephaestus sin embargo, seguia silencioso como una pared, inmutable.

- Lyosha Svensson murió hace tiempo.... y tú no te pareces en na a ella. - lo dijo sin tono de ofensa, mas bien la de alguien confuso.

- Pero suena como ella. - sonó por fin la voz de Hephaestus, profunda y ronca. Bajo su barba se atisbaba una media sonrisa. - Es ella. - Hephaestus, ciego, no necesitaba verla. Y ciertamente, era quien más la había tratado, puesto que ambos habían pertenecido a la hermandad del metal. - Soy Hephaestus, no me recuerdas, Lyosha?

- Yo... Paco, líder de la hermandad de electricidad

- Marlene, líder de la hermandad fuego.

Hepahestus se levantó y caminó hacia Lyosha.

- Y yo depongo mi título como líder de la hermandad de metal. La antigua matriarca ha vuelto. Es irrevocable. - añadió, por si a los otros se les ocurría protestar. Formó una espada a partir de sus brazaletes y se la entregó a Lyosha sujetándola con ambas manos. Inclinando levemente la cabeza a modo de reverencia.

Lyosha desvío su fría mirada hacia la muchacha de pelo rojo y guardó silencio durante un momento. Quizás había perdido un toque de su punto político -Os estoy agradeciendo- Advirtió de forma serena pero bastante firme y tan cálida como Alaska. Posó las manos con suavidad sobre la mesa, entrelazando los dedos mientras escuchaba su pregunta - Debe descansar. Está siendo vigilado por los sanadores- pasaba de agradecerle por preguntar, que luego se encargará Adramelech de sus cosas.

Recorrió con la mirada al chiquillo que advertía que Lyosha Svensson había muerto hace tiempo. Sonrió de lado, de forma pérfida -Un par de décadas en el infierno suele tener sus consecuencias- Entre ellas, que no le interesaba una mierda lo que opinaba la gente sobre su resurrección.

El viejo que completaba el grupo habló y su voz le sonó familiar pero no lograba encajar porqué hasta que mencionó su nombre. Lyosha alzó las cejas sorprendida y luego la sonrisa fue un poco más genuina. Un buen recuerdo finalmente - Cambiaron mi cuerpo, no mi mente, Hephaestus- Aunque fue él quien se acercó, Lyosha también dio un par de pasos hacia él escuchando de fondo a los otros presentarse.

Algo en su pecho afloró cuando vio la espada de Hephaestus y escuchó sus palabras, Lyosha tomó la espada y cerró los ojos mientras el metal se unía al brazalete que llevaba en la mano derecha, convirtiéndolo de un accesorio y futura arma a un brazalete más grueso que iba desde el codo hasta los dedos, formando unas garras de gran tamaño - Tomaré el honor que me ofreces y lo portarécon la dignidad que corresponde. Gracias- Dijo y se acercó un poco más a él, cogiendo su mano derecha con la propia y transformando parte del metal en un brazalete especial con el símbolo de su hermandad. Pero más allá de eso, un símbolo de posición. Sería su segundo al mando - Tenemos que ponernos al día- Dijo al reconocer que sus ojos no la ubicaban. Maldita guerra.

Se giró y lo dejó dónde estaba, no iba a cometer la estupidez de subestimarle, seguramente sabía volver a su silla y, sino, iban a tener una sería conversación -Marlene y Paco- un nombre de mierda en su opinión. Recorrió con la mirada al último, tentada de preguntarle si tenía un nombre que valiera la pena pero seguramente eso lo tomaría como una ofensa

-Nuestra líder de la hermandad de fuego…- Se guardó el "tiene intereses comprometidos" y se enfocó en el ahora, mirando a la pelirroja -Se encuentra en unas misiones aparte. Por el momento, podrás mantener tu rango. Cuando Erika vuelva, a excepción de que alguno lo deponga, os enfrentareis a un duelo por él- Desvío la mirada hacia el tipo que ni hablar sabía - Adramelech y tú estáis en las mismas condiciones, duelo o deposición. Encargaos vosotros- Sentenció y luego se cruzó de brazos.

-Sinceramente, estoy bastante…- Se quedó en silencio, buscando la palabra. No era ni orgullosa, ni alegre, era… - Aprecio - Corrigió - El hecho de que hayáis mantenido a vuestros hermanos y hermanas a salvo en Italia. Es el instante de aunar fuerzas y recuperar nuestro territorio. ¿Cuántos souls os acompañan y cuántos de ellos no están iniciados?- Tomando en cuenta que ellos tenían las calaveras era de suma importancia tener ese conocimiento.

Emme  

Emme

Emme

-Oh. - dijo Marlena, quien para nada había entendido a Lyosha. Y el rubor subió a su cara, evidentemente avergonzada de si misma, hizo una mueca y bajó la mirada con una sonrisa incómoda. - De nada, si no es tarde para decir eso.

Paco el Calambres ahogó una risa burlona y luego en actitud relajada se estiró un poco en la silla, mirando alrededor.
- Adramelech está vigilao por sanadores? Debió acabar mu hecho polvo. Que lastimica muchacho. Cuerpoejcombro del tó.

Todos escucharon aquel comentario. Sobre el infierno. Resurrecciones....teniendo en cuenta el historial de los Svensson, aquello no era algo que pudieran pensar como una mentira, una falsedad, ni nada de eso. Ni si quiera era sorprendente.

Para el anciano Hephaestus menos aun. Aceptaron aquella verdad con respetuoso silencio. El hombre de barba cana asintió en silencio ante las palabras de su matriarca, no ver el cuerpo nuevo de Lyosha le facilitaba aun más el reconocerla. Sí, sin duda su mente era la misma, y su modo de hablar no había cambiado tanto.  Tomó su mano y sintió el metal del brazalete cambiar. Palpó con la contraria el símbolo nuevo, reconociendo el honor que le otorgaba.

- Que el óxido no cubra nunca nuestro espíritu. - se dio un golpe en el pecho antes de retornar a su sitio. Como ella bien habia adivinado, era perfectamente capaz de apañarse solo.

Marlene escuchó con atención y asintió.
- Adramelech me dijo, bueno, NOS dijo que habíais recuperado las calaveras. Y que habíais creado nuevas! - dijo, alucinando. Era un sentimiento compartido. - Quiero decir, no quiero ni preguntar cómo, es que cazzo, es...es simplemente alucinante y....claro, de lograr eso es de suponer que tengáis acolitos nuevos, y matriarcas nuevas y....Un duelo? Me parece buena idea, aceptaré de buen grado. Erika se llama?

Paco no parecía tan entusiasmado, quizá por la idea de enfrentarse a un enfermo lisiado, y estaba cruzado de brazos.
- Ya hablaré con Adramelech. Nos conocemos bastante bien. - dijo, y nada más.

- Somos cincuenta- prosiguió Hephaestus. - La guerra...no fue fácil. Primero, el Ministerio muggle de Stephano Marino. Un pequeño periodo de paz. Luego, la guerra con...con aquello. Fue casi nuestro fin. Y ahora, los magos...ya los  has visto.

- Sin las calaveras, no pudimos iniciar a ningun acólito. Conocen nuestro credo, la historia,  nuestras normas....comparten el espiritu de los Soul Reaper pero nada más. Algunos empiezan a perder la fé. - Marlena se inclinó hacia delante mirando a Lyosha. - Pero esto....lo cambia todo. La Torre, vosotros. Crees que podríais hacer los ritos de iniciación?

Hephaestus se levantó, con la cabeza ladeada. Había percibido algo....metálico moviendose afuera de la ventana. Movió los dedos tras su espalda, ya que había entrelazado las manos atrás. Luego hizo un movimiento brusco con el brazo, controlando el mithril de la cota de malla, las piezas metálicas  del rifle que desemsabló mientras hacía volar a Leila desde afuera, a través de la ventana, hasta estamparla contra la mesa, donde la retuvo boca arriba con las extremidades separadas gracias a sus vestiduras metálicas.
- Es una intrusa o una amiga vuestra? - preguntó a Lyosha.

Lyosha le dedicó una mirada muy corta a Marlena cuando dijo de nada y asintió de forma seca. No había más que hacer. Asunto zanjado con política, como habría hecho su hermano a quien tenía que empezar a buscar. El vínculo seguía allí, leve, pero estaba. Debía  ubicarlo pero confiaba en que la Hermandad mental lo lograra.

Tras eso miró a Paco cuando empezó con ese gorgoteo baboso que parecía una risa y luego esa actitud …Y esa forma de hablar -¿Tienes memoria a corto plazo?- Preguntó con algo de curiosidad porque eso ya lo había dicho pero empezaba a creer que el intelecto del pendejo distaba mucho del de su sobrino -¿Lástima?- Aquello tocó una fibra sensible en Lyosha. ¿Cómo se ATREVÍA A TENER LÁSTIMA DE UN SVENSSON? -Admiración es lo que deberías sentir por Adramelech. Cada una de las cicatrices y heridas que lleva, las hace con honor porque las adquirió cumpliendo la labor por la que nació. Que esta sea la primera y la última advertencia para ti: Ningún Soul merece tu lástima- Volvió la mirada hacia Hephaestus mientras dejaba escapar el aire por la nariz. A ver si sentía lástima de él también.

-Sí- Respondió en un frío monosílabo ante las palabras de Marlene que si bien no rendían una absoluta pleitesía se notaba que guardaba un poco más la compostura. Desvió la vista hacia ella lentamente -Así es- Le dio la razón y luego volvió la vista hacia Paco ante sus palabras pero no dijo nada. ELLA IBA A HABLAR PRIMERO CON SU SOBRINO Y LE IBA A DECIR QUE MÁS LE VALÍA QUE LE FRIERA EL CEREBRO HASTA QUE QUEDARA HECHO UNA BABOSA. Pero no gastó un segundo más en él.

-Entiendo, para nosotros tampoco. Tuvimos que dividirnos para poder alcanzar los objetivos- Le resumió a Hephaestus en un tono, quizás, un poco más cálido. Volvió la mirada a Marlena cuando mencionó que empezaban a perder la fe y una sonrisa felina se deslizó en los labios de la Revenant -Ah… Las calaveras siempre están en el momento precioso y adecuado, Marlena. Con el tiempo lo aprenderás- Le dijo de una forma un tanto misteriosa antes de asentir sobre los ritos de iniciación -En ausencia de Khaled soy la matriarca con más alto rango y antigüedad, será un honor hacerlos- Pero compraría tiempo. El justo al menos para saber el paradero y bienestar de su hermano.

Iba a continuar hablando cuando vio el gesto de Hephaestus y luego…la maravilla en la que finalmente podía descargar la ira que había acumulado gracias a Paco. Miró a la rubia desde su posición, incorporándose por encima de ella. Recorrió lentamente su rostro con una mirada gélida. A los Souls no pertenecía -Espía- Resumió y miró a Marlena y a Paco, porque de su segundo al mando ya conocía de qué madera estaba hecho -Mátenla- Tomó asiento de nuevo en la cabecera de la mesa cual Emperatriz del caos que era y se cruzó de brazos esperando a que los nuevos ejecutaran la orden.

Básicamente lo poco que pude escuchar y entender era que hablaban sobre puestos de conducción de grupos, al estilo de una secta familiar, todo muy turbio. Al oír que habían recuperado unas calaveras tuve que aguantar la risa porque me imaginé a unos pollos degollados en busca de sus cabezas pero otras palabras me hicieron parar la oreja. “Soul Reaper” me sonaba pero era un recuerdo muy vago, muy lejano y al intentar encajarlo con alguna cara o algún suceso era como... si... pero no...

De repente la cota de mithril me empujó hacia adentro de la sala para dejarme inmovilizada arriba de la mesa. Gruñí por el impacto y pude sentir la ausencia de mi arma en la espalda. Al abrir los párpados, mis ojos verdes se encontraron con una mujer que me miraba desde arriba y luego miré al resto. Se me heló la sangre al escuchar la órden de la peliblanca pero hablé con calma. -Si voy a morir, que sea luchando... y con mi rifle.- Añadí rápidamente lo último. Ahora mismo parecía un pavo relleno en Día de Gracias listo para ser comido pero sería suficiente con que me dejaran moverme.

Emme  

Emme

Emme

Paco se levantó y produjo una muy, muy elaborada reverencia ante Lyosha, con una sonrisa que rozaba la sorna en su cara.
- Lo siento si mi humanidad y compasión hacia un hermano son sentimientos demasiado bajos para tí.... - evidentemente no dijo que sería la ultima vez que sentiría lastima o compasión por nadie y menos por un hermano. Volvió a sentarse, y se miró las uñas.

Marlena le lanzó una mirada de advertencia a su compañero y el aire se volvió tenso y pesado. Luego desvió la mirada hacia la matriarca, que simplemente respondió a lo de las calaveras con aire misterio.
- ¿Cuándo volvisteis Khaled y tú? y....dónde está él ahora? - preguntó la mujer, callarse evidentemente no era lo suyo. - Y gracias. Quizá ahora los Soul Reaper podamos empezar de nuevo y estar del todo completos. - respondió finalmente a lo de los rituales de iniciación.

Sin embargo en ese momento todo se precipitó y se fue al garete con la aparicion de una intrusa, localizada por Hephaestus. Los mas jovenes se pusieron en pie y el viejo siguió apresando a Leila contra la mesa con la fuerza del metal.

Marlena miró a Lyosha y a Leila alternativamente cuando ordenó que la matasen. Y Paco se rió por lo bajo de Leila cuando pidió morir luchando con su rifle.
- Se cree que somos tontos o algo.

- Lyosha...con todos mis respetos si es una espía podemos interrogarla. Antes de tomar una decisión tan definitiva.

- La hacemos cantar? - Paco formó una daga de rayos en su mano y luego le lanzó la descarga eléctrica directamente a Leila, la cual recibiría una dolorosa y atenazante corriente por todo su cuerpo durante varios segundos. - ¿Quien puñetas eres? Trabajas para el Vaticano? Crees que podéis derrotar a los Soul? Hephaestus, arrójala por la ventana y mándala a volar!

-No me tutees- Le corrigió Lyosha de ipso facto grabándose a fuego esa sonrisa que colgaba en el rostro del nuevo soul. Ella podía hacerla un poco más amplia. Hasta las orejas por ejemplo. Desvió la vista a Marlena con sus preguntas preguntonas -El tiempo es un concepto que me parece abstracto, Marlena. Sinceramente, aún estoy acostumbrándome a este plano -  Desvió la pregunta y luego asintió a su agradecimiento.


La nueva escena la dejaba mucho menos al borde de la rabia. Le pareció sumamente graciosa la muchacha de pelo rubio, tanto así que Lyosha dibujó una siniestra sonrisa ante su vano intento de pelear por su vida. La peliblanca ladeó suavemente la cabeza y con un gesto de su mano el rifle mutó lentamente hacia dagas de hierro que se posicionaron por encima de Leila -Los insectos rastreros no tienen derecho a morir en batalla- Dijo con la misma helada parsimonia.

Sin embargo, la pelirroja se parecía más a Khaled de lo que Lyosha esperaba y tuvo que volver a mirarla silenciosamente - Cinco minutos- Ordenó, no tenía tiempo que perder. Le pareció sorprendentemente útil la actitud de Paco, si no fuera porque era un ser insoportable se habría ganado algún punto. But no. Lyosha movió el índice y una de las dagas elevadas sobre Leila descendió  y se clavó en la mesa con la intención de  cortar la carne de su hombro pero no atravesarla. Estaba siendo buena -Responde- Era innecesario hacerle saber a Paco que Hephaestus no respondería a sus órdenes, sólo a las de Lyosha.

Fruncí el ceño al ver a mí querida arma ser convertida en dagas. "Ay, cariño, lo siento mucho." Me lamenté internamente por haber perdido mí rifle, lo que más me fastidió fue pensar que tenía que gastar dinero en otro, aunque ése estaba viejo, pero tenía mucho valor sentimental. Bueno, eso no funcionó y seguía interrogación con tortura, bien, debía mantener la calma y mirar la perspectiva completa.

Grité por el fuerte dolor del intenso y largo calambre en todos mis músculos y cuando pensé que al fin había pasado, gruñí por el ardor de una nueva herida en el hombro. Necesité un momento para descifrar las preguntas y pensar en una respuesta. Por como habló del Vaticano, era obvio que había una enemistad así que suspiré de alivio al saber que no estaba entre aliados de los guardianes por eso supuse que ahora sí podía presentarme y que no la cagaría como la última vez.

-No, soy de la Brigada de las Mil Grullas y les traigo buenas noticias: vamos a patearles el culo un rato a los del Vaticano porque secuestraron a un compañero nuestro ¿quieren unirse?-

Emme  

Emme

Emme

Marlena miró su reloj para contar los cinco minutos que tenían e hizo una mueca cuando vio que se le había parado. Los relojes normales no funcionaban en esa Torre, pero claro, ella no lo sabía.

Se apartó cuando se pusieron modo chungo con la rubia, Paco y Lyosha parecían entenderse en algo. Hephaestus estaba ocupado manteniendola retenida todavía y evidentemente, era demasiado recto y firme como para oponerse a aquello.

- Espera, si eres de la Brigada de las Mil Grullas, porqué estabas escuchando como una espía pegada a la ventana?! - inquirió Marlena mirándola, acercándose y dandose un golpe en la frente.

- Sí...tu historia no cuadra mucho. ¿Cómo sabemos que no mientes? - gruñó Hephaestus.

Marlena corrió hacia la ventana por la que habían hecho entrar a la mujer y miró hacia arriba. El viento agitó sus pelirrojos rizos y luego emitió un gruñido de disgusto antes de volver a meter la mitad superior de su cuerpo dentro de la sala.

- Hay un barco volador arriba....de la torre, atracado o algo asi....llevan una bandera blanca y la bandera de la susodicha Brigada. Pero no sé. No es raro que la Brigada esa esté aquí de pronto? Justo después del ataque a la Torre?

Paco no daba para tanto en sus discurrimientos y miró a los dos levantando las cejas, mientras los rayos saltaban entre sus dedos, deseosos por clavarse nuevamente en el cuerpo de Leila.

- Debemos comprobar si dice la verdad. Si hay alguien de la hermandad de mental....

Lyosha cambió un poco su posición, con cierto interés al ver la forma en la que los hombros de Leila se relajaban al oír el tema del vaticano. Le parecía, cuanto menos, curioso. Dejó que Marlena que parecía muy interesada en mantenerla con vida al estilo Adramelech, para su dolor de cabeza, hiciera las preguntas mientras ella evaluaba el desempeño y también la capacidad de los nuevos souls.

La Brigada de las Mil Grullas le sonaba…¿de qué le sonaba? Ladeó suavemente la cabeza y siguió observando a la rubia en silencio. Volvió los ojos hacia Marlena cuando mencionó lo del barco y con mucha parsimonia se incorporó  y fue lentamente hacia la ventana para observar el barco…

Que sí reconoció.

De la fiesta en Ouroboros donde había conocido a Allen y donde habia jurado matar a Altaïr, o hacerle la suficiente pupa para que Adramelech lo acabara.

-La hermandad mental tiene ahora otra tarea- Musitó mientras miraba hacia la Soul pelirroja y con un movimiento de mano una de las dagas cortó una de las orejas de Leila -Eso te enseñará a no espiar a quienes pueden ser tus aliados. Marlena, conmigo. Hephaestus y… tú... - Se negaba a llamarle Paco -Mantenerla aquí…De momento, viva. Si veis que empieza a morirse por esa pequeña herida, buscar a un sanador- Vio la herida y la sangre que empezaba a correr por la mesa con un gesto vacío de expresión. El metal de la daga se transformó en una caja que guardó la oreja y Lyosha la atrajo hacia sí misma, sosteniendola como evaluando un poco la situación -Si el grifo vuelve solo, necesitamos refuerzos- Dijo antes de salir de la sala.

Tras eso invocó su grifo y sus armas y armaduras, que fueron vistiéndola a medida que avanzaba. Una vez armada y preparada  junto a Marlena subieron hacia el barco para darle una pequeña visita, no rastrera, a la Brigada de las Mil Grullas.