Recuerdo del primer mensaje :
Misterioso lugar, posiblemente algún brujo poderoso o sus aprendices pueden habitarla...
Actualmente, está en poder de los Soul Reaper. Quien quiera penetrar en la Torre encontrará una serie de dificultades, si no ha sido invitado.
El Guardián vagabundea constantemente por la Torre. Un ser oscuro, enorme y sin ojos deteniendo a los intrusos y alertando de su presencia, una bestia enorme y silenciosa como la muerte, pese a su gran tamaño.
Desapareció de su emplazamiento original (Irlanda)
ESCUDOS TORRE: 5000 puntos. En combate, cada turno, pueden regenerar los escudos, pero para eso deben perder un turno tanto de atacar, aunque no de defenderse personalmente si lo necesitan. A cambio de 10 PS de vida, pueden añadir 100 puntos a los escudos. Cada PJ. Los SOUL PNj aportan la mitad, por 10 PS 50 Puntos de escudo.
Nº de Soul Reapers: 90
Actualmente, está en poder de los Soul Reaper. Quien quiera penetrar en la Torre encontrará una serie de dificultades, si no ha sido invitado.
El Guardián vagabundea constantemente por la Torre. Un ser oscuro, enorme y sin ojos deteniendo a los intrusos y alertando de su presencia, una bestia enorme y silenciosa como la muerte, pese a su gran tamaño.
- El Guardián:
200 PS - 70 stat - 20 daño área por grito
Desapareció de su emplazamiento original (Irlanda)
ESCUDOS TORRE: 5000 puntos. En combate, cada turno, pueden regenerar los escudos, pero para eso deben perder un turno tanto de atacar, aunque no de defenderse personalmente si lo necesitan. A cambio de 10 PS de vida, pueden añadir 100 puntos a los escudos. Cada PJ. Los SOUL PNj aportan la mitad, por 10 PS 50 Puntos de escudo.
Nº de Soul Reapers: 90
- Ella? - o su envase era femenino, o se refería al demonio en si? Eso de que tenía magia de carne me dio algo de información. - Y por qué no deberias decirme mucho? Asumo que es algun tipo de contrato ilegal por parte de los Soul Reaper? Se pueden hacer muchos encargos a los demonios y que pasen desapercibidas sus malas acciones...pero aquí...me temo que será dificil. Llevo ya un tiempo tras el rastro de uno de ellos...o crees que se me escapan las presencias demoniacas en mi isla? A parte de la de tu hermano, claro.... esta Torre es un hervidero....
Si no me lo decía , si no me decia de quien se trataba, empezaría a investigar por mi cuenta en su cabeza. Era dificil dar con un demonio hasta que no descubrias cual era su nombre verdadero, entonces las cosas se simplificaban un poco. Detuve mis elucubraciones e investigaciones sobre el portal del Espacio durante unos instantes al ser consciente de aquel gelido silencio suyo.
- ¿Por qué habria de dejarte morir? - que fuese arisca y maleducada no eran suficientes motivos. Lo de ser violenta tampoco. Al fin y al cabo....
Luego soltó aquella sarta de preguntas malintencionadas. Pero quizá lo que más me afectó fue lo de mi peor pecado, porque automáticamente pensé en Stavron....en mi amigo.
- No creo que pueda considerarme tal cosa como naturalmente bueno- le respondi dando con lo que habia estado buscando en mis ropajes y sacándolo. Había gente que si era asi, como Lyosha decía, y aquello me hizo pensar en Anteia. Llevaba un tiempo que habia logrado dejar de pensar en ella - Pero creo que también puede existir un nigromante que deseé hacer más bien que mal en el mundo. Aunque resulte contradictorio a veces....
Me puse en pie, ya habia examinado lo suficiente aquellos simbolos, y aunque seguiamos en distancia, me encaré a Lyosha.
- Habría cargado con tu muerte el resto de mi vida. No me malinterpretes, no es por ser tú en particular, es un código que tengo. No olvidar mis errores. Y tu muerte habría sido un error mío.
Alcé la piedra de los tres mundos a la altura de mis ojos y a la altura del portal. Asi que con eso habian logrado mover la torre entera. Tuvo que ser una ardua tarea. Respondí a lo de los sellos entrelazados y rechazados. Que ocurría entonces?
- Nada bueno. - su ultimo simil me hizo algo de gracia y hasta me reí brevemente, aunque era una risa tipicamente amarga.
Agité un poco la piedra para confirmar a su pregunta. Obvio que tenia una de esas.
- Son gemas no muy comunes, pero tampoco tremendamente escasas. Lo que las hace unicas son las manos de su portador. Y sospecho que están muy relacionadas con estos portales....su material al menos. Espacio, tiempo, mundo terrenal, inframundo y mundo celeste. Cómo que manos fuera? No me voy a llevar vuestra torre a otro sitio... solo averiguaba como llegasteis hasta aquí. Este es para este plano.
Me moví hacia el siguiente, el que estaba medio derruido, roto. Se podría arreglar?
- De este, quizá Diana podría habernos contado algunas cosas. - caminé ahora hasta otro de los que seguía cerrado, el que Fistandantilus nos dijo... - y según el anterior nigromante de esta Torre, Fistandantilus, este era para moverse a través del tiempo, o mover el tiempo en si mismo.
Le dediqué una mirada insidiosa cuando volvió a traer a la palestra el asunto de mi...baja temperatura corporal y afirmó que no era porque me estuviese muriendo.
- ¿Cómo que no? Todos nos estamos muriendo todo el rato. -dije como si nada. A no ser que fueses un maldito ser inmortal, claro está. El caso era distraer su atención del tema en cuestión.
Si no me lo decía , si no me decia de quien se trataba, empezaría a investigar por mi cuenta en su cabeza. Era dificil dar con un demonio hasta que no descubrias cual era su nombre verdadero, entonces las cosas se simplificaban un poco. Detuve mis elucubraciones e investigaciones sobre el portal del Espacio durante unos instantes al ser consciente de aquel gelido silencio suyo.
- ¿Por qué habria de dejarte morir? - que fuese arisca y maleducada no eran suficientes motivos. Lo de ser violenta tampoco. Al fin y al cabo....
Luego soltó aquella sarta de preguntas malintencionadas. Pero quizá lo que más me afectó fue lo de mi peor pecado, porque automáticamente pensé en Stavron....en mi amigo.
- No creo que pueda considerarme tal cosa como naturalmente bueno- le respondi dando con lo que habia estado buscando en mis ropajes y sacándolo. Había gente que si era asi, como Lyosha decía, y aquello me hizo pensar en Anteia. Llevaba un tiempo que habia logrado dejar de pensar en ella - Pero creo que también puede existir un nigromante que deseé hacer más bien que mal en el mundo. Aunque resulte contradictorio a veces....
Me puse en pie, ya habia examinado lo suficiente aquellos simbolos, y aunque seguiamos en distancia, me encaré a Lyosha.
- Habría cargado con tu muerte el resto de mi vida. No me malinterpretes, no es por ser tú en particular, es un código que tengo. No olvidar mis errores. Y tu muerte habría sido un error mío.
Alcé la piedra de los tres mundos a la altura de mis ojos y a la altura del portal. Asi que con eso habian logrado mover la torre entera. Tuvo que ser una ardua tarea. Respondí a lo de los sellos entrelazados y rechazados. Que ocurría entonces?
- Nada bueno. - su ultimo simil me hizo algo de gracia y hasta me reí brevemente, aunque era una risa tipicamente amarga.
Agité un poco la piedra para confirmar a su pregunta. Obvio que tenia una de esas.
- Son gemas no muy comunes, pero tampoco tremendamente escasas. Lo que las hace unicas son las manos de su portador. Y sospecho que están muy relacionadas con estos portales....su material al menos. Espacio, tiempo, mundo terrenal, inframundo y mundo celeste. Cómo que manos fuera? No me voy a llevar vuestra torre a otro sitio... solo averiguaba como llegasteis hasta aquí. Este es para este plano.
Me moví hacia el siguiente, el que estaba medio derruido, roto. Se podría arreglar?
- De este, quizá Diana podría habernos contado algunas cosas. - caminé ahora hasta otro de los que seguía cerrado, el que Fistandantilus nos dijo... - y según el anterior nigromante de esta Torre, Fistandantilus, este era para moverse a través del tiempo, o mover el tiempo en si mismo.
Le dediqué una mirada insidiosa cuando volvió a traer a la palestra el asunto de mi...baja temperatura corporal y afirmó que no era porque me estuviese muriendo.
- ¿Cómo que no? Todos nos estamos muriendo todo el rato. -dije como si nada. A no ser que fueses un maldito ser inmortal, claro está. El caso era distraer su atención del tema en cuestión.
Lyosha Svensson
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Lyosha no respondió a su pregunta. Tampoco a sus suposiciones. Sólo lo miró con una leve sonrisa, pero no mencionó nada. El silencio era una buena arma. Al escuchar aquello sobre su muerte hizo que le mirara con confusión -¿Por qué dejarme vivir?- Inquirió e hizo una leve mueca con el labio. Esa era realmente la pregunta que ella se hacía. Quizás Matvey no estaba listo para responderla o, sinceramente, no era tan enrevesado.
-Entiendo- Respondió, brevemente cuando indicó que deseaba hacer el bien por encima del mal y no dudó en compararlo con Khaled. Él disfrutaba del caos pero no lo liberaba sin una razón. Matvey, sin embargo… Qué curioso. Quizás aún no había sido corrompido. Viviendo en aquella burbuja de placentera paz en la isla no habría sufrido como ellos.
Tal como esperaba. Su vida, allí, en ese momento…No se trataba de ella, se trataba de él. No la había dejado morir porque habría cargado con la culpa. Lo entendía, pero no lo compartía. Le recorrió el rostro con los ojos pero no dejó entrever nada. Quizás, muy en el fondo, se encontraba decepcionada. Decidió que era buen momento para coger la petaca y se la sacó del bolsillo para beber un par de tragos. Disfrutó del calor en su garganta y luego en su estómago. No le ofreció.
-La historia de mi vida- Mencionó, sonriendo de lado compartiendo aquella risa con Matvey para luego dejar escapar el aire. Vio la piedra y la miró con curiosidad. Claro, seguro era rico hasta la locura. Se preguntaba si habría un objeto al que no tuviera acceso -Todo un erudito- Mencionó con cierto rin tintín cuando evaluó el tema de los materiales -No me interesa si mandas la torre a la mismísima Patagonia, pero prefiero que no los toques- Ella se había equivocado, mucho, al tocar uno.
El escaso color del rostro de Lyosha se escapó cuando mencionó a Diana y se ocupó de no mirar el portal, por el contrario, caminó hacia el otro lado y sacó de nuevo la bola de metal para entrenar. Se quedó en silencio al oír lo del tiempo y, también, sobre lo de la muerte. No insistió, sinceramente, tampoco le importaba. Como si quería ir con uno de esos gorros rusos para mantenerse caliente. Mantuvo la mirada fija en su bola de metal y la convirtió en una calavera -Si pudieras usar el portal para cambiar algo en tu línea de tiempo ¿Qué sería? ¿Crees que al cambiar una sola cosa... se crea otra línea de tiempo? ¿O el destino siempre halla la manera de reorganizar la línea? ¿O cualquier cambio que afecte “ya está hecho”? – La calavera se transformó en una lanza que empuñó y movió con suavidad.
-Entiendo- Respondió, brevemente cuando indicó que deseaba hacer el bien por encima del mal y no dudó en compararlo con Khaled. Él disfrutaba del caos pero no lo liberaba sin una razón. Matvey, sin embargo… Qué curioso. Quizás aún no había sido corrompido. Viviendo en aquella burbuja de placentera paz en la isla no habría sufrido como ellos.
Tal como esperaba. Su vida, allí, en ese momento…No se trataba de ella, se trataba de él. No la había dejado morir porque habría cargado con la culpa. Lo entendía, pero no lo compartía. Le recorrió el rostro con los ojos pero no dejó entrever nada. Quizás, muy en el fondo, se encontraba decepcionada. Decidió que era buen momento para coger la petaca y se la sacó del bolsillo para beber un par de tragos. Disfrutó del calor en su garganta y luego en su estómago. No le ofreció.
-La historia de mi vida- Mencionó, sonriendo de lado compartiendo aquella risa con Matvey para luego dejar escapar el aire. Vio la piedra y la miró con curiosidad. Claro, seguro era rico hasta la locura. Se preguntaba si habría un objeto al que no tuviera acceso -Todo un erudito- Mencionó con cierto rin tintín cuando evaluó el tema de los materiales -No me interesa si mandas la torre a la mismísima Patagonia, pero prefiero que no los toques- Ella se había equivocado, mucho, al tocar uno.
El escaso color del rostro de Lyosha se escapó cuando mencionó a Diana y se ocupó de no mirar el portal, por el contrario, caminó hacia el otro lado y sacó de nuevo la bola de metal para entrenar. Se quedó en silencio al oír lo del tiempo y, también, sobre lo de la muerte. No insistió, sinceramente, tampoco le importaba. Como si quería ir con uno de esos gorros rusos para mantenerse caliente. Mantuvo la mirada fija en su bola de metal y la convirtió en una calavera -Si pudieras usar el portal para cambiar algo en tu línea de tiempo ¿Qué sería? ¿Crees que al cambiar una sola cosa... se crea otra línea de tiempo? ¿O el destino siempre halla la manera de reorganizar la línea? ¿O cualquier cambio que afecte “ya está hecho”? – La calavera se transformó en una lanza que empuñó y movió con suavidad.
Miré a la mujer gravemente, era cosa mia o...percibía una necesidad por su parte de castigarse?
- Siento que no eres tan mala como quieres hacerme creer, Lyosha. Creo que no mereces morir, eso es todo. Aunque tú pareces empeñada en pensar lo contrario....y te inventas excusas peregrinas para ti misma....
Quizá ahora, para llevarme la contraria, me la liaría o me lanzaría a la cabeza aquella bola de metal con la que jugaba. Pero así solo lograría corroborar mis suposiciones. Se quedó en silencio un rato lo cual me dio tiempo para seguir haciendo algunas anotaciones en mis pergaminos. Me interesaba saber como abrir el portal del tiempo, creia que con el tiempo suficiente y la piedra de los tres mundos, se podrían lograr hechos asombrosos. Quizá como ultima carta. Si todo salía mal. No era del tipo optimista....asi que me gustaba tener planes C y E y....hasta Z.
- He percibido decepcion en tu voz . - leí, si quiera si mirarla, por su tono de voz al haber dicho aquel "entiendo". No habia reproche, era comprensible.
Me debatía entre hacerle caso a Lyosha con eso de no tocar los portales y, evidentemente, tocar el del tiempo para apercibirlo mejor. Ladeé mi cabeza....con la piedra de los tres mundos en la otra mano. Me tentaba, demasiado. Estaba tan absorto en aquello que su pregunta me llegó directa y sin filtro. SI pudiera cambiar algo...
-No le habría concedido ese deseo, habría buscado otra manera. Él seguiría vivo.
Bajé la mirada, las palabras habían fluido practicamente solas....Sin duda era lo que deseaba pero luego habrian estado las consecuencias. Que habría sido de Catherine? No sería la misma. Quiza ni si quiera estuviese en Ouroboros. Quizá los expulsarían, y habrían muerto alli abajo en estas guerras. Quizá se habrian reasociado con los Pendragon.
- Creo que...depende. - dije entornando la mirada con curiosidad. - Eres tu quien se mueve a través del tiempo para ocasionar estos cambios, o mueves el tiempo en sí mismo? Eres la piedra que arrojan al rio para alterar su corriente aunque al final vuelva a ser la misma, o....detienes el flujo del propio rio y lo haces retroceder? Los hechiceros siempre han sido muy cautos con este tipo de magia, no sin motivo. Si cualquier cambio que afecte ya está hecho, eso en primer lugar anularía el motivo por el cual se inicia un viaje en el tiempo, no crees? Imagina que yo quiero...evitar esta guerra con Sam. Y viajo al pasado para matar a su desarrollador, o a Sam en las fases iniciales. Entonces, nunca crearían a Sam, no llegaría a resultar una amenaza como es ahora. Sin esa amenaza, desaparecería la necesidad de realizar tal viaje, entonces nunca se realizaría y....
"vuelta a empezar"
- entonces serían lineas temporales paralelas o alternativas. Otras diferentes. - me detuve y miré a Lyosha, dandome cuenta de que quiza, habia hablado demasiado y la habia aburrido. Aparté la mirada algo avergonzado. - Tú que cambiarías si pudieras?
- Siento que no eres tan mala como quieres hacerme creer, Lyosha. Creo que no mereces morir, eso es todo. Aunque tú pareces empeñada en pensar lo contrario....y te inventas excusas peregrinas para ti misma....
Quizá ahora, para llevarme la contraria, me la liaría o me lanzaría a la cabeza aquella bola de metal con la que jugaba. Pero así solo lograría corroborar mis suposiciones. Se quedó en silencio un rato lo cual me dio tiempo para seguir haciendo algunas anotaciones en mis pergaminos. Me interesaba saber como abrir el portal del tiempo, creia que con el tiempo suficiente y la piedra de los tres mundos, se podrían lograr hechos asombrosos. Quizá como ultima carta. Si todo salía mal. No era del tipo optimista....asi que me gustaba tener planes C y E y....hasta Z.
- He percibido decepcion en tu voz . - leí, si quiera si mirarla, por su tono de voz al haber dicho aquel "entiendo". No habia reproche, era comprensible.
Me debatía entre hacerle caso a Lyosha con eso de no tocar los portales y, evidentemente, tocar el del tiempo para apercibirlo mejor. Ladeé mi cabeza....con la piedra de los tres mundos en la otra mano. Me tentaba, demasiado. Estaba tan absorto en aquello que su pregunta me llegó directa y sin filtro. SI pudiera cambiar algo...
-No le habría concedido ese deseo, habría buscado otra manera. Él seguiría vivo.
Bajé la mirada, las palabras habían fluido practicamente solas....Sin duda era lo que deseaba pero luego habrian estado las consecuencias. Que habría sido de Catherine? No sería la misma. Quiza ni si quiera estuviese en Ouroboros. Quizá los expulsarían, y habrían muerto alli abajo en estas guerras. Quizá se habrian reasociado con los Pendragon.
- Creo que...depende. - dije entornando la mirada con curiosidad. - Eres tu quien se mueve a través del tiempo para ocasionar estos cambios, o mueves el tiempo en sí mismo? Eres la piedra que arrojan al rio para alterar su corriente aunque al final vuelva a ser la misma, o....detienes el flujo del propio rio y lo haces retroceder? Los hechiceros siempre han sido muy cautos con este tipo de magia, no sin motivo. Si cualquier cambio que afecte ya está hecho, eso en primer lugar anularía el motivo por el cual se inicia un viaje en el tiempo, no crees? Imagina que yo quiero...evitar esta guerra con Sam. Y viajo al pasado para matar a su desarrollador, o a Sam en las fases iniciales. Entonces, nunca crearían a Sam, no llegaría a resultar una amenaza como es ahora. Sin esa amenaza, desaparecería la necesidad de realizar tal viaje, entonces nunca se realizaría y....
"vuelta a empezar"
- entonces serían lineas temporales paralelas o alternativas. Otras diferentes. - me detuve y miré a Lyosha, dandome cuenta de que quiza, habia hablado demasiado y la habia aburrido. Aparté la mirada algo avergonzado. - Tú que cambiarías si pudieras?
Lyosha Svensson
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-Recuérdame que te presente a mi amigo Sirius Black. Él puede contarte que hice para Navidad como regalo para el mundo- Le respondió a Matvey y la sonrisa perduró en su rostro, divertida por cómo sería la reacción de él acerca de la masacre que ambos habían realizado por pura diversión y alcohol. No obstante, en el fondo, sus palabras habían removido algo que la había hecho profundamente incomoda. Ella…No creía que debía vivir. Eso era cierto. Quizás era consciente de que lo que los demonios cazadores buscaban era, exactamente, volver la vida a su sentido común y arrastrarla a donde debería estar pero esa era una verdad que no estaba dispuesta a decirle a nadie. A nadie. -Erudito y psicólogo. ¿Te aburres mucho en la isla? Puedo enseñarte una o dos cosas para que no estés ocioso- Mencionó pero lo dejó estar, no le respondió más.
Al menos hasta que su respuesta fue clara y concisa. No necesitó saber mucho más. Le miró mientras parecía que se había ido a otro sitio a pensar. “Él seguiría vivo”. Ya cargaba con una muerte en sus hombres. Se preguntó de quién. Quiso saber de quién. Eso era lo que más le sorprendió de sí misma. Pero sus labios permanecieron sellados, domesticando a la curiosa criatura que había despertado el nigromante.
Sus preguntas fueron “respondidas” pero con otros cuestionamientos. Lyosha escuchó cada ápice -Pero si destruyeras a SAM y el destino encontrara otra forma de volver a su línea temporal quizás el enemigo no sería SAM sería otra cosa con otro nombre. Quizás algo más orgánico, menos derivado hacia la tecnología. ¿Pero se consideraría una línea paralela? Creo que sería un ejemplo del efecto mariposa. Pero supongo que sí…Hay que ser cuidadosos, después de todo, no tenemos una hermandad del tiempo por una razón- Analizó llevándose los dedos a los labios y golpeándose el inferior con el índice. Algo pensativa. Igual era una buena discusión -Confieso que me gusta más enfrentarme a SAM. Tiene metal. Aunque añoro verlo sangrar- Siguió.
La pregunta hizo que volviera la mirada hacia él y cuando lo hizo su rostro se mostró ciertamente triste -Nunca estaré preparada para decirlo en voz alta- Y, la verdad sea dicha, aún le costaba mucho ser sincera consigo misma. Realmente reconocer que… Que habría deseado alcanzar a conocer el amor, pero de una forma diferente…a la que había conocido. Querría haber conseguido a alguien que fuera su hogar y con quien construir una familia, querría haber tenido hijos y durante un escaso tiempo pensó que Rodrigo le ofrecería eso pero…No. Eran personas distintas y aunque nunca negó que lo amó, siempre supo que su relación no podría haber sido de otra forma. Ni con él, ni con nadie. Era ella…Era ella el problema. Bajó la vista hacia la bola de metal y se humedeció los labios. Prefirió quedarse en silencio y seguir trabajando con su bola de metal.
La muerte era su don además de su maldición. Y la muerte había sido una buena amiga a lo largo de todos aquellos años. Y hasta el alma de Diana resonó ante aquella verdad.
Y Khaled.
Siempre Khaled.
Al menos hasta que su respuesta fue clara y concisa. No necesitó saber mucho más. Le miró mientras parecía que se había ido a otro sitio a pensar. “Él seguiría vivo”. Ya cargaba con una muerte en sus hombres. Se preguntó de quién. Quiso saber de quién. Eso era lo que más le sorprendió de sí misma. Pero sus labios permanecieron sellados, domesticando a la curiosa criatura que había despertado el nigromante.
Sus preguntas fueron “respondidas” pero con otros cuestionamientos. Lyosha escuchó cada ápice -Pero si destruyeras a SAM y el destino encontrara otra forma de volver a su línea temporal quizás el enemigo no sería SAM sería otra cosa con otro nombre. Quizás algo más orgánico, menos derivado hacia la tecnología. ¿Pero se consideraría una línea paralela? Creo que sería un ejemplo del efecto mariposa. Pero supongo que sí…Hay que ser cuidadosos, después de todo, no tenemos una hermandad del tiempo por una razón- Analizó llevándose los dedos a los labios y golpeándose el inferior con el índice. Algo pensativa. Igual era una buena discusión -Confieso que me gusta más enfrentarme a SAM. Tiene metal. Aunque añoro verlo sangrar- Siguió.
La pregunta hizo que volviera la mirada hacia él y cuando lo hizo su rostro se mostró ciertamente triste -Nunca estaré preparada para decirlo en voz alta- Y, la verdad sea dicha, aún le costaba mucho ser sincera consigo misma. Realmente reconocer que… Que habría deseado alcanzar a conocer el amor, pero de una forma diferente…a la que había conocido. Querría haber conseguido a alguien que fuera su hogar y con quien construir una familia, querría haber tenido hijos y durante un escaso tiempo pensó que Rodrigo le ofrecería eso pero…No. Eran personas distintas y aunque nunca negó que lo amó, siempre supo que su relación no podría haber sido de otra forma. Ni con él, ni con nadie. Era ella…Era ella el problema. Bajó la vista hacia la bola de metal y se humedeció los labios. Prefirió quedarse en silencio y seguir trabajando con su bola de metal.
La muerte era su don además de su maldición. Y la muerte había sido una buena amiga a lo largo de todos aquellos años. Y hasta el alma de Diana resonó ante aquella verdad.
Y Khaled.
Siempre Khaled.
Escuché aquello de que le preguntase a su "amigo" Sirius Black que había regalado por Navidad al mundo. Busqué aquella mala acción en el fondo de sus ojos, en su mente. Casi sin proponermelo, al perderme en el azul pálido de sus ojos, realicé el hechizo que me permitía zambullirme en su mente. Quizá fue la curiosidad que mi interlocutora seguía despertando en mi, quizá fue por llevarle la contraria, quizá el recién descubierto vínculo me empujó a hacerlo de modo tan rapido.... pero conecté su mente con la mia sin encontrar ningun impedimento por el camino. Y pude ver a qué se refería, aquello a lo que ella y el vampiro se habían estado dedicando aquella noche, divirtiendose en Londres a costa de los humanos controlados por Sam. Un acto totalmente carente de sentido.....
Pero no vi solo eso. Como un tirón, los recuerdos me llevaron a otros. Black, otro Black, pero con otros ojos, unos azules, muy azules. En sus recuerdos, destacaban mas de lo normal, y eso debia ser por algo. China Town y un sótano, una bomba y una sentencia de muerte....aceptada? Interesante.
- ¿Y si le pregunto también a su hijo a cerca de cuando te quedaste con él dispuesta a sacrificarte para salvarle la vida? ¿Eran solo tus ansias por morir manifestándose, o.... es un sacrificio que solo estabas dispuesta a hacer por muy pocos?
"No todo es blanco o negro, y tú, mucho menos"
- Tu planteas la teoria de las líneas que se autorreparan. - dije, cerrando los ojos y cortando aquello. Por el momento. - Pero esa teoría no me gusta, pues en esencia, sería como aceptar que no tenemos libre albedrío y que todo está escrito y predeterminado.
La mujer dijo que no estaba preparada para decir qué errores de su pasado querría enmendar, y que nunca lo estaría. La miré de modo significativo. En algun punto, habia dejado de prestarle atención a los Portales que tenía frente a mi.
Pero no vi solo eso. Como un tirón, los recuerdos me llevaron a otros. Black, otro Black, pero con otros ojos, unos azules, muy azules. En sus recuerdos, destacaban mas de lo normal, y eso debia ser por algo. China Town y un sótano, una bomba y una sentencia de muerte....aceptada? Interesante.
- ¿Y si le pregunto también a su hijo a cerca de cuando te quedaste con él dispuesta a sacrificarte para salvarle la vida? ¿Eran solo tus ansias por morir manifestándose, o.... es un sacrificio que solo estabas dispuesta a hacer por muy pocos?
"No todo es blanco o negro, y tú, mucho menos"
- Tu planteas la teoria de las líneas que se autorreparan. - dije, cerrando los ojos y cortando aquello. Por el momento. - Pero esa teoría no me gusta, pues en esencia, sería como aceptar que no tenemos libre albedrío y que todo está escrito y predeterminado.
La mujer dijo que no estaba preparada para decir qué errores de su pasado querría enmendar, y que nunca lo estaría. La miré de modo significativo. En algun punto, habia dejado de prestarle atención a los Portales que tenía frente a mi.
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De pronto, mientras Matvey la observaba algo cambió. No lo sintió al principio. Inapreciable como podía ser el cambio de una leve corriente de aire. Los recuerdos fluyeron y su sonrisa se elevó, sintiéndose satisfecha de aquello hasta que… Johan. Esos ojos azules, esas orbes iguales a las de su madre…Iguales a las de Rodrigo. El rostro de Lyosha se deformó en una máscara de nostalgia y tristeza un instante antes de que, un parpadeo más tarde, volviera a ser ella misma.
Las preguntas colgaron entre ellos y entonces comprendió que Matvey había traído esos precisos recuerdos a su mente. Su mandíbula se tensó. Había traído un pasado que no estaba olvidado, no, había renacido en el momento en el que Johan había reconocido su apellido y entonces una promesa silenciosa había cruzado su corazón. La bola de metal descansó en el piso pero su forma cambiaba, imposible mantenerse estable. El corazón le latía tan fuerte como la cabeza y sentía una batalla interna en la que era difícil declarar una victoria. Alguien arañaba por salir. Aún no estaba segura de quien era.
I remember years ago
Someone told me I should take
Caution when it comes to love, I did, I did
Pudo haber vivido su historia, pudo.
Pero decidió hacer lo correcto.
Exactamente como Diana
Lyosha había tenido su vida, se había sacrificado por proteger el corazón de Maharet y, por ende el de Rodrigo. Por ende…el de Johan. Soportó las torturas por sus pecados y cuando volvió a tierra vio a Zayra cometer aquella atrocidad, incapaz fue de volver a ocupar su lugar. Ella no merecía eso. Lyosha volvería a caminar todos los círculos del infierno por darle a Zayra la oportunidad de ver a sus hijos, de seguir viviendo su vida. Sabía que Khaled lo resentía tanto como ella. ¿Cuántas veces se había ofrecido? Incontables.
And you were strong and I was not
My illusion, my mistake
I was careless, I forgot, I did, I did
Demasiado tiempo en silencio. Demasiado tiempo metida en su cabeza. Demasiado tiempo mirando hacia adentro, al abismo infernal de un cúmulo de deseos nunca satisfechos. Un gran agujero lleno de fracasos generales pero, quizás, de victorias propias. Nunca le preguntó a Johan si Rodrigo fue feliz. ¿Alguien sabía dónde Rodrigo había enterrado su cuerpo? ¿O lo había quemado? ¿Rodrigo la había llorado? Físicamente, estaba tiesa en su lugar, mirando en dirección a Matvey pero sin realmente verlo. La bola de metal había perdido su forma y este, ahora líquido, se extendía por el piso como si estuviera fundido.
No hubo victoria en aquella batalla interna. Sólo la caricia fría y letal de una muerte anunciada, para cualquiera de las tres que vivía en su interior. Diana, la exiliada. Lyosha, la matriarca de metal y la figura femenina que deseaba una utopía. La llamaría Hope. Un fantasma que nunca llevaría su nombre. Parpadeó lentamente tras dar aquella sentencia interna, sintiéndose cómoda en el vacío helado que ocupó sus corazones, y volvió a clavar sus ojos en Matvey -Sea lo que sea, no es tu asunto. Mantén las narices fuera de mi vida, Rasputín y termina tu maldito estudio- Con un movimiento de mano el metal fundido se convirtió en una lanza y Lyosha reacomodó su peso y su posición cambió a una defensiva mientras volvía de nuevo a aquel momento de espacio y tiempo -Rápido-
Establecí la relación entre los recuerdos que había visto. Primero, desatando el caos con el padre, el vampiro. Luego, salvandole la vida al hijo, Johan Black, cuyos ojos brillaban curiosamente dentro de los recuerdos de Lyosha. Debía de haberlos sacado a la madre, no a él. Algo con la madre....aun no sabía el qué. Podría averiguarlo pero había tanta insatisfacción y esperanzas rotas destiladas en aquella mente, que corté la conexión antes de profundizar mas. Carraspeé. Sin embargo...
"Lo sabía"
Mis sospechas no habian sido falsas. Yo seguía viendo a Samael ahi. Me dijo que mantuviese mis narices fuera de su vida.
- No decías que me enseñarias una o dos cosas para que no estuviese ocioso....?
"Es simple. Cuando veo una mentira andante, me gusta ver que hay detras"
Me dediqué a seguir con lo mio, ya habia importunado suficiente a la soul reaper. Su lanza era una declaracion de intenciones aunque evidentemente, no me impresionó mucho. Me moví al siguiente portal, el del simbolo del infinito grabado en él. Tenía algo similar al del Espacio. Era el que dijo Fistandantilus...el del tiempo. Lo que ella y yo habiamos hablado...
- Rastrearé al demonio del que me has hablado antes. Lo mandaré de vuelta a su plano, quiera o no. Bastante daño han causado ya. - cerré los ojos, suspirando un momento, al acordarme de Astaroth...el suyo había sido un caso perdido desde.... parpadeé, pensativo. - Dónde está Astaroth?
En ese momento algo mas ocurrió. El ghoul que solia tener apostado en mi sotano llegó, apareciendo alli de la nada pero chillando de terror en presencia de los portales. Soltó algo aparentemente incoherente y se largó.
Me `puse en pie rapidamente y fui hacia Lyosha, con la expresion cambiada.
- Algo ha ido mal en las misiones. Ouroboros está bajo ataque y estan quebrando los escudos de la isla. Nos han encontrado....
Pasé mis ojos color hielo por el rostro de la mujer....pensando. Entonces volví la cabeza hacia uno de los portales. Tiempo. Tiempo.... Podíamos....
- Y Khaled? Donde está?
"Lo sabía"
Mis sospechas no habian sido falsas. Yo seguía viendo a Samael ahi. Me dijo que mantuviese mis narices fuera de su vida.
- No decías que me enseñarias una o dos cosas para que no estuviese ocioso....?
"Es simple. Cuando veo una mentira andante, me gusta ver que hay detras"
Me dediqué a seguir con lo mio, ya habia importunado suficiente a la soul reaper. Su lanza era una declaracion de intenciones aunque evidentemente, no me impresionó mucho. Me moví al siguiente portal, el del simbolo del infinito grabado en él. Tenía algo similar al del Espacio. Era el que dijo Fistandantilus...el del tiempo. Lo que ella y yo habiamos hablado...
- Rastrearé al demonio del que me has hablado antes. Lo mandaré de vuelta a su plano, quiera o no. Bastante daño han causado ya. - cerré los ojos, suspirando un momento, al acordarme de Astaroth...el suyo había sido un caso perdido desde.... parpadeé, pensativo. - Dónde está Astaroth?
En ese momento algo mas ocurrió. El ghoul que solia tener apostado en mi sotano llegó, apareciendo alli de la nada pero chillando de terror en presencia de los portales. Soltó algo aparentemente incoherente y se largó.
Me `puse en pie rapidamente y fui hacia Lyosha, con la expresion cambiada.
- Algo ha ido mal en las misiones. Ouroboros está bajo ataque y estan quebrando los escudos de la isla. Nos han encontrado....
Pasé mis ojos color hielo por el rostro de la mujer....pensando. Entonces volví la cabeza hacia uno de los portales. Tiempo. Tiempo.... Podíamos....
- Y Khaled? Donde está?
Lyosha Svensson
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La respuesta de él hizo que lo analizara. Algo había visto, algo. Y ella no podía hacer otra cosa que pensar en palabras que pusieran un muro entre ellos, algo que alejara los sentimientos y solo vociferara el vacío oscuro de su corazón -Puedo enseñarte a jugar la ruleta rusa sin perder una sola vez- Había ganado mucho dinero en Rusia, controlando el metal en mesas clandestinas de juego en el que los humanos fallecían delante de ella dañando su pulcra vestimenta con su sangre -Puedo enseñarte a patear culos con ligereza- Porque dudaba que fuera capaz de empuñar la espada durante un par de minutos sin que sus brazos se convirtieran en gelatina. La magia llegaba hasta un punto… -Y puedo enseñarte más cosas. Atrévete de nuevo a entrar en mi mente, Matvey- Le ronroneó con un tono quizás demasiado descarado y en sus ojos brilló la invitación. Banal, ajeno y estaba segura de que lo ahuyentaría. No volvería a toquetear sus pensamientos y sus recuerdos.
-No- Ordenó -No hasta que yo te lo diga- Había un acuerdo entre Khaled y ese demonio. No podía irse hasta que el bebé naciera y por la escasa panza que tenía Zaphira aun quedaban muchos meses -No lo sé. Acabo de volver a la torre- Le informó poniendo los ojos en blanco. De pronto una bestia apareció delante de ellos y Lyosha sintió que los vellos de la nuca se le pusieron de punta. Movió la lanza y asumió una posición más defensiva, dispuesta a atravesar al ghoul pero…
Se estaba comunicando.
Lyosha parpadeó. Arqueó una de sus cejas y relajó un poco el cuerpo pero no cambió la posición hasta que vio el rostro de Matvey -¿Qué pasa?- Preguntó, viendo la turbación en su rostro y en su energía -Muy bien. Entonces debemos luchar- Se incorporó, irguiendo la columna con una tranquilidad exquisita. Su rostro se relajó. La batalla, la guerra era el lenguaje del que hablaba. Extendió el brazo libre de la lanza para atrapar su arakh cuando voló a su mano desde su habitación, luego las piezas de metal de su armadura empezaron a atravesar la sala de los portales hasta llevar a su cuerpo, recorriéndolo y protegiendo sus órganos vitales. Un respiro profundo fue el signo inequívoco de que la armadura estaba hecha y entonces, sólo entonces, le sonrió a Matvey con genuina alegría.
Fue hacia la puerta de la sala, convocó al guardián -SOULS- El grito reverberó por las paredes de la torre seguido del rugido del guardián que, para quien no estuviese acostumbrado se le helaría la sangre en las venas. Luego cayó el silencio, más tarde pequeños pasos y Lyosha se giró hacia Matvey que analizaba un portal. El del tiempo. Entrecerró los ojos y se acercó a él -No lo siento en la torre… No sé convocarlo. A menos que… - Miró a Matvey un momento y tensó los labios -No te va a gustar- Pero no le importaba. Le tomó del antebrazo y cerró los ojos, atrajo la energía del nigromante lo justo para que la suya resplandeciera con fuerza, luego se la devolvió y de esa forma servir como una…¿Bombilla? Esperaba que Khaled lo percibiera.
-No- Ordenó -No hasta que yo te lo diga- Había un acuerdo entre Khaled y ese demonio. No podía irse hasta que el bebé naciera y por la escasa panza que tenía Zaphira aun quedaban muchos meses -No lo sé. Acabo de volver a la torre- Le informó poniendo los ojos en blanco. De pronto una bestia apareció delante de ellos y Lyosha sintió que los vellos de la nuca se le pusieron de punta. Movió la lanza y asumió una posición más defensiva, dispuesta a atravesar al ghoul pero…
Se estaba comunicando.
Lyosha parpadeó. Arqueó una de sus cejas y relajó un poco el cuerpo pero no cambió la posición hasta que vio el rostro de Matvey -¿Qué pasa?- Preguntó, viendo la turbación en su rostro y en su energía -Muy bien. Entonces debemos luchar- Se incorporó, irguiendo la columna con una tranquilidad exquisita. Su rostro se relajó. La batalla, la guerra era el lenguaje del que hablaba. Extendió el brazo libre de la lanza para atrapar su arakh cuando voló a su mano desde su habitación, luego las piezas de metal de su armadura empezaron a atravesar la sala de los portales hasta llevar a su cuerpo, recorriéndolo y protegiendo sus órganos vitales. Un respiro profundo fue el signo inequívoco de que la armadura estaba hecha y entonces, sólo entonces, le sonrió a Matvey con genuina alegría.
Fue hacia la puerta de la sala, convocó al guardián -SOULS- El grito reverberó por las paredes de la torre seguido del rugido del guardián que, para quien no estuviese acostumbrado se le helaría la sangre en las venas. Luego cayó el silencio, más tarde pequeños pasos y Lyosha se giró hacia Matvey que analizaba un portal. El del tiempo. Entrecerró los ojos y se acercó a él -No lo siento en la torre… No sé convocarlo. A menos que… - Miró a Matvey un momento y tensó los labios -No te va a gustar- Pero no le importaba. Le tomó del antebrazo y cerró los ojos, atrajo la energía del nigromante lo justo para que la suya resplandeciera con fuerza, luego se la devolvió y de esa forma servir como una…¿Bombilla? Esperaba que Khaled lo percibiera.
Había presenciado lo que ocurría en la isla y como los escudos de Ouroboros comenzaban a quebrarse. Supuestamente, ibamos a acudir a Turin tan pronto terminasen. Pero Turin parecia estar retrasandose....quizá habia fracasdo. Si era asi, Ouroboros no tardaría en estar perdida. Habia ido hasta la zona limitrofe de los escudos para comprobar las fuerzas del enemigo y no se trataba de una avanzadilla como la otra vez.
Aparecí en la Sala de los Portales a través de unas subitas llamaradas, aun con la faz de Belial a medias de replegarse: las alas, los ojos en llamas... Con un golpe de mis hombros las alas demoniacas desaparecieron, mientras iba hacia Lyo. Habia aparecido alli porque pude detectar su presencia en ese lugar, de modo subito, pero...me extrañó verla con Rasputin. De nuevo. Cogiendolo del brazo? Para matarlo, espero.
- Que haces aquí Rasputín? - dije con voz fría pero al mismo tiempo conteniendo una evidente ira, no por él, si no por la situación en general. Estaba con Lyosha, estaba claro. La evalué con la mirada. Estaba...distinta. Pero no habia tiempo para eso....
- Lo he visto. Estamos rodeados por todas partes. No creo que ni con todos los dragones de los que dispone la isla lo logremos. Hay que proteger la Torre como hicimos en Irlanda. - le dije a mi hermana. - He llamado a Astaroth...Adramelech sigue demasiado débil para moverse. - si era necesario, arrancaría la Torre nuevamente de las entrañas de la isla y me la llevaría a otro lugar, a uno apartado, aunque fuese en las mismísimas estepas de Siberia. Solo... solo faltaría Zaphira. Ella no iba a irse a ninguna parte.
Cerré los ojos contrariado, ese tipo de contratiempos.... Los abrí de nuevo y evalué a mi hermana. Luego miré al mago....no me gustaba esa opcion, y lo ultimo que necesitaba era a un Descendiente aquí. Hablé pausadamente, pero con los dientes apretados.
- Lárgate de aquí si no quieres ser pasto de los gusanos antes de tiempo.
Aparecí en la Sala de los Portales a través de unas subitas llamaradas, aun con la faz de Belial a medias de replegarse: las alas, los ojos en llamas... Con un golpe de mis hombros las alas demoniacas desaparecieron, mientras iba hacia Lyo. Habia aparecido alli porque pude detectar su presencia en ese lugar, de modo subito, pero...me extrañó verla con Rasputin. De nuevo. Cogiendolo del brazo? Para matarlo, espero.
- Que haces aquí Rasputín? - dije con voz fría pero al mismo tiempo conteniendo una evidente ira, no por él, si no por la situación en general. Estaba con Lyosha, estaba claro. La evalué con la mirada. Estaba...distinta. Pero no habia tiempo para eso....
- Lo he visto. Estamos rodeados por todas partes. No creo que ni con todos los dragones de los que dispone la isla lo logremos. Hay que proteger la Torre como hicimos en Irlanda. - le dije a mi hermana. - He llamado a Astaroth...Adramelech sigue demasiado débil para moverse. - si era necesario, arrancaría la Torre nuevamente de las entrañas de la isla y me la llevaría a otro lugar, a uno apartado, aunque fuese en las mismísimas estepas de Siberia. Solo... solo faltaría Zaphira. Ella no iba a irse a ninguna parte.
Cerré los ojos contrariado, ese tipo de contratiempos.... Los abrí de nuevo y evalué a mi hermana. Luego miré al mago....no me gustaba esa opcion, y lo ultimo que necesitaba era a un Descendiente aquí. Hablé pausadamente, pero con los dientes apretados.
- Lárgate de aquí si no quieres ser pasto de los gusanos antes de tiempo.
- Te tomo la palabra, Lyosha. Sobre lo de la mente....me lo pensaré. - era evidente que lo iba a hacer de nuevo.
La conversacion podria haber seguido por otros derroteros pero entonces el ghoul me habia traido aquella noticia. Lyosha no tenia ni idea de donde se encontraba y aquello me arrancó una mueca. Me aparté de ella cuando empezó a armarse, el metal acudí aa ella con vida propia. La segui, algo apresurado, pero me detuve al oir el grito del guardian...
"un grito de guerra...y muerte"
- Qué?
Lo que hizo entonces sin apenas pedir permiso efectivamente, no me gustó nada. Un flujo extraño de energias, un ir y venir. Mi corazon se tuvo que saltar un par de latidos, alli donde estuviese. Noté aquel ardor en el sello oculto de la garganta. La miré un poco intrigado...
No se hizo esperar. Khaled apareció enseguida.
Decía haberlo visto y no traia buenas noticias...
- Rodeados? - como que Astaroth? Lo daba por muerto.... ah, claro, hablabamos de los Svensson. Ninguno se quedaba muerto mucho tiempo, al parecer. - Khaled no. No puedes llevarte la Torre sin más como hiciste para traerla aqui. Hay otra opcion.
Khaled se me acercó con aquella amenaza que estaba seguro cumpliría, pero al igual que las amenazas de su hermana, no me amedrentaron en lo más minimo.
- No voy a irme. Antes de tiempo? Tiempo es lo que necesitamos. Y tengo una idea....la solucion está justo ahi. - señalé hacia el portal del tiempo. - No se como hacerlo. Tengo el concepto, tengo la idea. Podemos...hacer que ocurra mas despacio. Dar mas tiempo a todos, es lo que hace falta....tienes lo que hace falta, no? Podemos usar el portal, las piedras de los tres mundos, ralentizar el transcurso de los hechos...una presa temporal....
La conversacion podria haber seguido por otros derroteros pero entonces el ghoul me habia traido aquella noticia. Lyosha no tenia ni idea de donde se encontraba y aquello me arrancó una mueca. Me aparté de ella cuando empezó a armarse, el metal acudí aa ella con vida propia. La segui, algo apresurado, pero me detuve al oir el grito del guardian...
"un grito de guerra...y muerte"
- Qué?
Lo que hizo entonces sin apenas pedir permiso efectivamente, no me gustó nada. Un flujo extraño de energias, un ir y venir. Mi corazon se tuvo que saltar un par de latidos, alli donde estuviese. Noté aquel ardor en el sello oculto de la garganta. La miré un poco intrigado...
No se hizo esperar. Khaled apareció enseguida.
Decía haberlo visto y no traia buenas noticias...
- Rodeados? - como que Astaroth? Lo daba por muerto.... ah, claro, hablabamos de los Svensson. Ninguno se quedaba muerto mucho tiempo, al parecer. - Khaled no. No puedes llevarte la Torre sin más como hiciste para traerla aqui. Hay otra opcion.
Khaled se me acercó con aquella amenaza que estaba seguro cumpliría, pero al igual que las amenazas de su hermana, no me amedrentaron en lo más minimo.
- No voy a irme. Antes de tiempo? Tiempo es lo que necesitamos. Y tengo una idea....la solucion está justo ahi. - señalé hacia el portal del tiempo. - No se como hacerlo. Tengo el concepto, tengo la idea. Podemos...hacer que ocurra mas despacio. Dar mas tiempo a todos, es lo que hace falta....tienes lo que hace falta, no? Podemos usar el portal, las piedras de los tres mundos, ralentizar el transcurso de los hechos...una presa temporal....
Lyosha Svensson
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Ella conocía esas palabras y sabía que, más pronto que tarde, volvería a escarbar y ella no podría hacer nada. No poseía magia alguna contra ese tipo de invasión y por un momento se sintió desnuda. Y desnuda en todos los sentidos porque quien sabe hace cuando tiempo alguien contemplaba su cuerpo o tenía la confianza de semejante exposición. ¿Qué pasa si había visto demasiado? Tembló ante el pensamiento.
La llegada de Khaled hizo que se le helara la sangre pero, al mismo tiempo, algo irradió en su interior. Algo batalló y Lyosha no pudo soltar a Matvey inmediatamente, puso su cuerpo entre ellos dos, quizás sirviendo de escudo si Belialt se desataba. Algo le dolía en el fondo de su ser, algo se dividía y tuvo que soltar un gruñido de dolor. ¿Era físico? ¿Realmente era algo físico? Se llevó la mano al centro del cuerpo, doblándose sobre sí misma. Cerró los ojos e intentó que los haces de luz en aquella densa oscuridad se tranquilizaran. El sello en su garganta ardió, la mano desde la cual Khaled la había arrastrado fuera del infierno le quemaba. El alma de Diana pugnaba por la paz que le daba Matvey y por la excitación que Belialt despertaba, dos aristas demasiado extrañas pero igual de potentes. Su propia alma peleaba por cumplir con su deber como Matriarca, como hermana de Khaled. Y Hope...Sólo observaba. Sabía que no había nada que hacer allí.
-Mierdaaaaa- Tragó en seco y se concentró en su respiración. Inspiró durante seis segundos, contuvo, exhaló durante seis segundos. Dejó a Hope a un lado, pero Diana…Diana presentaba batalla. Las alas, las alas la habían despertado. Malditas alas. Abrió los ojos, ya no azules sino dorados y miró a Khaled. No, a Belialt. Un segundo y entonces vio a Matvey -Se queda- Dijo como marcando cierto territorio y después volvió a cerrar los ojos para respirar.
Seis segundos dentro
Seis segundos fuera.
Tiempo.
Necesitaban tiempo
Tragó varias veces. Irlanda. Como Irlanda, cuando todo había sido perfecto. Antes de que todo se fuera a la mierda. Cuando había sido exitosa en la defensa. Diana también quería pelear. Y Lyosha le preguntó qué tanto. La respuesta le gustó y un mutuo acuerdo liberó su cuerpo del dolor. La revenant exhaló un suspiro -Me estáis rompiendo por dentro- Sentenció con voz temblorosa incorporándose con ayuda de la lanza y observó a Matvey, luego a Khaled y le dedicó un gruñido a Belialt. Fuera de la sala estaban los acólitos y el resto de las hermandades dispuestos a batallar. A ella aún le faltaba el aliento. Miró hacia el techo y volvió a soltar un suspiro, como retomando el control de su corazón(es) y volvió sobre sus pies -Yo os compraré tiempo para vuestros hechizos. Como en Irlanda- Le dijo a Khaled -No le hagas daño. Tiene mi protección.- Advirtió refiriéndose a Matvey y volvió la vista hacia el Descendiente -No lo provoques. O te corto las pelotas- Sencillas palabras, órdenes directas y tras eso la revenant abandonó la habitación para subir y finalmente salir de la torre. Pronto la hermandad de metal recubrió cada parte de la torre con metal y el resto de las hermandes ocuparon su sitio. Se preguntó dónde estaba la líder de la Hermandad de Fuego…Y también su estúpida acólita.
La llegada de Khaled hizo que se le helara la sangre pero, al mismo tiempo, algo irradió en su interior. Algo batalló y Lyosha no pudo soltar a Matvey inmediatamente, puso su cuerpo entre ellos dos, quizás sirviendo de escudo si Belialt se desataba. Algo le dolía en el fondo de su ser, algo se dividía y tuvo que soltar un gruñido de dolor. ¿Era físico? ¿Realmente era algo físico? Se llevó la mano al centro del cuerpo, doblándose sobre sí misma. Cerró los ojos e intentó que los haces de luz en aquella densa oscuridad se tranquilizaran. El sello en su garganta ardió, la mano desde la cual Khaled la había arrastrado fuera del infierno le quemaba. El alma de Diana pugnaba por la paz que le daba Matvey y por la excitación que Belialt despertaba, dos aristas demasiado extrañas pero igual de potentes. Su propia alma peleaba por cumplir con su deber como Matriarca, como hermana de Khaled. Y Hope...Sólo observaba. Sabía que no había nada que hacer allí.
-Mierdaaaaa- Tragó en seco y se concentró en su respiración. Inspiró durante seis segundos, contuvo, exhaló durante seis segundos. Dejó a Hope a un lado, pero Diana…Diana presentaba batalla. Las alas, las alas la habían despertado. Malditas alas. Abrió los ojos, ya no azules sino dorados y miró a Khaled. No, a Belialt. Un segundo y entonces vio a Matvey -Se queda- Dijo como marcando cierto territorio y después volvió a cerrar los ojos para respirar.
Seis segundos dentro
Seis segundos fuera.
Tiempo.
Necesitaban tiempo
Tragó varias veces. Irlanda. Como Irlanda, cuando todo había sido perfecto. Antes de que todo se fuera a la mierda. Cuando había sido exitosa en la defensa. Diana también quería pelear. Y Lyosha le preguntó qué tanto. La respuesta le gustó y un mutuo acuerdo liberó su cuerpo del dolor. La revenant exhaló un suspiro -Me estáis rompiendo por dentro- Sentenció con voz temblorosa incorporándose con ayuda de la lanza y observó a Matvey, luego a Khaled y le dedicó un gruñido a Belialt. Fuera de la sala estaban los acólitos y el resto de las hermandades dispuestos a batallar. A ella aún le faltaba el aliento. Miró hacia el techo y volvió a soltar un suspiro, como retomando el control de su corazón(es) y volvió sobre sus pies -Yo os compraré tiempo para vuestros hechizos. Como en Irlanda- Le dijo a Khaled -No le hagas daño. Tiene mi protección.- Advirtió refiriéndose a Matvey y volvió la vista hacia el Descendiente -No lo provoques. O te corto las pelotas- Sencillas palabras, órdenes directas y tras eso la revenant abandonó la habitación para subir y finalmente salir de la torre. Pronto la hermandad de metal recubrió cada parte de la torre con metal y el resto de las hermandes ocuparon su sitio. Se preguntó dónde estaba la líder de la Hermandad de Fuego…Y también su estúpida acólita.
Entrecerré la mirada de modo peligroso cuando Matvey me llevó la contraria. Lyo gritó en ese momento doblandose sobre si misma y habria agarrado a Rasputin del cuello de no ser porque ella se habia puesto, muy estrategicamente, entre ambos los dos.
- Que, por los nueve infiernos, has hecho con su sello, Rasputin? - lo amenacé. Sabia que habia sido mala idea dejarlos seguir adelante con esa estupida idea. Ella se incorporó mirandome de ese modo, sus ojos...dorados. Algo en mi interior se revolvió con fuerza, con pasión. Mis ojos brillaron al contemplar el dorado de los suyos. - Lyo...
"Diana..."
Era doloroso sentir el anhelo del demonio hecho el mio propio. Era un dolor demasiado vasto para que un mortal pudiera soportarlo... suerte que yo no era un mortal cualquiera....
Gruñí contrariado y rodé la mirada, tomandola por el hombro para apartarla de mi.
- Tú y tus mascotas magos..... - dije cuando empezó a marchar, despues de haberse recompuesto. - Ya la has oido...no me deja matarte...asi que habla. Paralizar el tiempo?
"una idea interesante"
Andé dirección al portal del Tiempo, con zancadas largas, decididas. No era tan arriesgado como alterar el tiempo, desplazarse a traves de él...
- Si..la piedra de los tres mundos. - la extraje de la bolsa donde solía llevarla, junto a algunos insumos. Pronuncié una runa del caos que se grabó a fuego en una de sus tres aristas, y se elevó hasta quedar frente a mi. Sonreí de modo algo perverso.... - Podemos intentar dar tiempo a tu querida isla. No estará exento de riesgos...te aviso... sé como proceder pero un solo fallo y sería tu mente la que quedaría atrapada en el tiempo y no la realidad externa... estás dispuesto?
Comencé a canalizar mi magia hacia la piedra, que lentamente, comenzó a girar sobre si misma.
- usa las runas del caos del Señor del Tiempo. Invoca al vacío para retenerlo, concéntrate en amplificar tu magia a través de la piedra y al Portal. Emanará su poder de ahi, si todo sale bien.- envié una visión a su mente, usando mis poderes demoníacos...las runas que debía emplear. - Con uno solo sería demasiado...comprometido. No falles.
Envié otra visión a Astaroth, avisándole de que lo necesitaba en la sala de los Portales.
- Que, por los nueve infiernos, has hecho con su sello, Rasputin? - lo amenacé. Sabia que habia sido mala idea dejarlos seguir adelante con esa estupida idea. Ella se incorporó mirandome de ese modo, sus ojos...dorados. Algo en mi interior se revolvió con fuerza, con pasión. Mis ojos brillaron al contemplar el dorado de los suyos. - Lyo...
"Diana..."
Era doloroso sentir el anhelo del demonio hecho el mio propio. Era un dolor demasiado vasto para que un mortal pudiera soportarlo... suerte que yo no era un mortal cualquiera....
Gruñí contrariado y rodé la mirada, tomandola por el hombro para apartarla de mi.
- Tú y tus mascotas magos..... - dije cuando empezó a marchar, despues de haberse recompuesto. - Ya la has oido...no me deja matarte...asi que habla. Paralizar el tiempo?
"una idea interesante"
Andé dirección al portal del Tiempo, con zancadas largas, decididas. No era tan arriesgado como alterar el tiempo, desplazarse a traves de él...
- Si..la piedra de los tres mundos. - la extraje de la bolsa donde solía llevarla, junto a algunos insumos. Pronuncié una runa del caos que se grabó a fuego en una de sus tres aristas, y se elevó hasta quedar frente a mi. Sonreí de modo algo perverso.... - Podemos intentar dar tiempo a tu querida isla. No estará exento de riesgos...te aviso... sé como proceder pero un solo fallo y sería tu mente la que quedaría atrapada en el tiempo y no la realidad externa... estás dispuesto?
Comencé a canalizar mi magia hacia la piedra, que lentamente, comenzó a girar sobre si misma.
- usa las runas del caos del Señor del Tiempo. Invoca al vacío para retenerlo, concéntrate en amplificar tu magia a través de la piedra y al Portal. Emanará su poder de ahi, si todo sale bien.- envié una visión a su mente, usando mis poderes demoníacos...las runas que debía emplear. - Con uno solo sería demasiado...comprometido. No falles.
Envié otra visión a Astaroth, avisándole de que lo necesitaba en la sala de los Portales.
-No hice nada que ella no me pidiera. - le respondí a Khaled, si creía que me iba a amedrentar estaba muy equivocado conmigo. Vale que no entendía bien la reaccion de Lyosha, era por la presencia demoniaca de Belial? Diana seguía reaccionando? No lo había reforzado tan bien como habia creido...pero no era de extrañar, teniendo en cuenta que habia tenido que improvisar y poner parches en mitad del ritual.... - Pero habría ayudado que me dijeras de antemano qué emblemas empleaste. - le recriminé, sorprendiendome a mi mismo porque había sonado absurdamente protector en ese reproche.
Luego, Lyosha e recompuso, dando ordenes a diestro y siniestro. Me amenazó con cortarme las pelotas si contrariaba a su hermano. Me hizo cierta gracia.
- Qué caracter. - eso me gustaba, no podia disimularlo. Miré a Khaled, que rodó la mirada algo exasperado... al menos se mostró dispuesto a escuchar.
- Sí, ralentizar el tiempo pero no para nosotros. No hablo de ir atrás, o adelante... no cruzar ese portal, si no extraer su poder de él y usarlo. - asentí, rapidamente... notaba mi respiracion acelerada, probablemente, por la emocion. - Usarlo para que el ataque ocurra más lentamente.
Observé lo que hizo Khaled y yo mismo extraje la gema de las tres puntas. De pronto, con aquella visión, volcó en mi mente todas las runas del caos y los conocimientos necesarios para activar el portal del modo adecuado. Fue en cierto modo revelador, impresionante.
- Estoy dispuesto. - concluí, aguantando el aire en los pulmones. - Ni un solo fallo.
"haremos nuestra parte desde aqui"
Elevé la piedra de los tres mundos como hizo Khaled y pronuncié las runas del caos una a una, invocando la magia oscura y su poder. Las runas vibraron en el aire, antes de imprimarse en la piedra y en los arcos del portal. Un arco se formó entre ambas, que luego conectó con el portal del tiempo.
Una espiral pequeña comenzó a girar desde su interior vacío, poco a poco, ampliandose.... el portal se estaba abriendo. Ahora tocaba canalizar la magia y extraer su poder hacia afuera, envolver toda la isla con ello. Intercambié una mirada con Khaled, que estaba tan concentrado como yo. La primera parte estaba hecha....la siguiente requeriría grandes cantidades de magia.
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El miembro 'Matvey Rasputín' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Probabilidad' :
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Una mirada de advertencia fue suficiente para advertirlo nuevamente. Le tendría que obligar a hablar y darme las debidas explicaciones respecto a lo que habia pasado con Lyo, pero ahora mismo no era el momento, ya que lo que nos planteabamos hacer iba a demandar de una perfecta coordinacion, concentración y dedicación.
Ninguno de los dos queriamos acabar con nuestra propia mente atrapada en un vórtice de tiempo, y modificar el tiempo a tu alrededor no es mas sencillo o menos arriesgado que moverte a través de él.
Por ello no escatimé en detalles, no solo lo que yo conocía, lo que Khaled había aprendido y leído en esta Torre, si no lo que había aprendido de Belialt, y lo que el mismo demonio sabía acerca de esas cosas, que no eran pocas.
Matvey demostró estar a la altura en este caso y en conjunto logramos abrir el portal y activarlo. Ahora, tal como indicó con ese gesto, venia lo peliagudo. No queriamos que la presa temporal afectase a la gente que estaba en el interior de la cúpula, por lo que había que realizar un doble contrahechizo, un malabar complicado.
La magia oscura fluyó por toda la sala, en sinergia con las runas del caos y las piedras. La espiral del portal creció, demandando cada vez más y más de nuestro poder, que le fuimos entregando con cada runa que recitabamos.
Me sentí impresionado durante un momento, por la gran cantidad de poder que aquello reclamaba. Pero nos fue devuelto con creces.
Todo se ensordeció de pronto, la espiral se contrajo creando una extraña sensación de vacío y luego se expandió rapidamente, cruzando los muros de la Torre y superando los limites de los alrededores de Ouroboros. En cuestion de segundos la onda expansiva de la magia temporal envolvería a toda la isla, ralentizando los ataques de la IA
A partir de ese momento, solo quedaba aguantar la mayor cantidad de tiempo posible, hasta que se agotasen las energías.
_
magia y poder 1d20 extremo
15: tiempo entre ataques ampliado en 3/4 del total real. Very bien.
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El miembro 'Khaled Svensson' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Lyosha Svensson
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Mascotas magos… Idiota. No eran mascotas. Eran… Bueno, Lyosha no sabía qué eran pero no eran mascotas. Nunca había tenido mascotas. Soltó un “tsk” bastante obstinado mientras observaba la elaboración de la segunda capa de hierro. Escama tras escama, fuego soldando las protecciones y el resto de las hermandades haciendo su trabajo.
El pulso de energía, la abstracción de la misma justo antes de explotar, hizo que Lyosha elevara la cabeza hacia el cielo soltando un suspiro. Como una oleada de profundo placer, un cosquilleo debajo de la piel. Magia pura. ¿Hace cuanto tiempo que no sentía algo parecido? Ladeó la cabeza. El día de su muerte. Ese día había sentido ese cosquilleo pero de manera distinta…Vio los rayos ralentizarse y sonrió con orgullo Svensson ¿Había algo que su hermano no pudiera conseguir?
Y esa cantidad de magia. Miró hacia la torre. Tres cosas tenía que hacer -Aaron. Busca a Zaphira Eire y tráela a la torre. Dile que Khaled la quiere aquí, ella sabrá porqué. Busca a Erika y convócala- Convocó su grifo y se lo entregó. Él era uno de los acólitos de la hermandad de mental, no debería ser difícil que ubicara a la dragona. Tampoco a Erika, las dos mujeres portando a sus descendientes y muy lejos de su protección. Eso no le gustaba -Todos los demás, venir conmigo- Ordenó en voz alta.
Esta vez…Quizás no habría de protegerlos como un escudo físico. -Uno tras otro formar dos filas, tomaros de la mano…Sí, así…Continuar. Bajo ninguna circunstancia os soltéis o será la última vez que pisareis esta tierra. No porque os mate SAM, sino porque yo misma os arrancaré la piel a tiras- Murmuró organizando las filas y miró al guardián dándole la orden de que fuera al exterior y protegiera la torre, ocupando su lugar. Guió las filas hasta la sala de portales -Os daría un par de aplausos pero…Tsk. Sois ya demasiado orgullosos- Lo dijo en tono jocoso mientras observaba las piedras y a los nigromantes. La densidad de la energía mágica se sentía casi como una niebla que apretaba su cuerpo pero aún así avanzó con las dos filas de Souls Reapers tras ella. Se colocó detrás de Matvey y Khaled -Quién lo diría…- Susurró en un tono felino antes de deshacer la armadura en la zona del cuello y dar una orden a sus acólitos para que apoyaran la mano sobre su piel. Ellos dos ya habrían inferido qué haría Lyosha porque no era la primera petición silenciosa que habría hecho.
Se mordió el labio y dejó las armas a un lado. Apretó y cerró los dedos en varias ocasiones, pensando un instante sobre las consecuencias, pero…Los segundos pasaron y entonces colocó sus manos sobre ellos. Una en Khaled, una en Matvey y de esa forma no tendrían que gastar toda su energía mágica sino que Lyosha absorbería la de todas las hermandades de Souls tras ella y aquel vínculo que le unía a ambos nigromantes permitiría que ellos pudieran beneficiarse de esa magia. En el instante en el que activó su poder un gemido ahogado viajó a través de las líneas y Lyosha tembló ligeramente pero se mantuvo firme mirando hacia las piedras con determinación.
Que nadie dijera que los Souls Reapers se habían escaqueado de aquella misión.
Que cuando escribieran la historia, los Souls Reapers fueran algo más que sólo enemigos.
Quería un capítulo, un capítulo para su bando, un capítulo para su facción.
-Comprémosle tiempo al mundo-
El pulso de energía, la abstracción de la misma justo antes de explotar, hizo que Lyosha elevara la cabeza hacia el cielo soltando un suspiro. Como una oleada de profundo placer, un cosquilleo debajo de la piel. Magia pura. ¿Hace cuanto tiempo que no sentía algo parecido? Ladeó la cabeza. El día de su muerte. Ese día había sentido ese cosquilleo pero de manera distinta…Vio los rayos ralentizarse y sonrió con orgullo Svensson ¿Había algo que su hermano no pudiera conseguir?
Y esa cantidad de magia. Miró hacia la torre. Tres cosas tenía que hacer -Aaron. Busca a Zaphira Eire y tráela a la torre. Dile que Khaled la quiere aquí, ella sabrá porqué. Busca a Erika y convócala- Convocó su grifo y se lo entregó. Él era uno de los acólitos de la hermandad de mental, no debería ser difícil que ubicara a la dragona. Tampoco a Erika, las dos mujeres portando a sus descendientes y muy lejos de su protección. Eso no le gustaba -Todos los demás, venir conmigo- Ordenó en voz alta.
Esta vez…Quizás no habría de protegerlos como un escudo físico. -Uno tras otro formar dos filas, tomaros de la mano…Sí, así…Continuar. Bajo ninguna circunstancia os soltéis o será la última vez que pisareis esta tierra. No porque os mate SAM, sino porque yo misma os arrancaré la piel a tiras- Murmuró organizando las filas y miró al guardián dándole la orden de que fuera al exterior y protegiera la torre, ocupando su lugar. Guió las filas hasta la sala de portales -Os daría un par de aplausos pero…Tsk. Sois ya demasiado orgullosos- Lo dijo en tono jocoso mientras observaba las piedras y a los nigromantes. La densidad de la energía mágica se sentía casi como una niebla que apretaba su cuerpo pero aún así avanzó con las dos filas de Souls Reapers tras ella. Se colocó detrás de Matvey y Khaled -Quién lo diría…- Susurró en un tono felino antes de deshacer la armadura en la zona del cuello y dar una orden a sus acólitos para que apoyaran la mano sobre su piel. Ellos dos ya habrían inferido qué haría Lyosha porque no era la primera petición silenciosa que habría hecho.
Se mordió el labio y dejó las armas a un lado. Apretó y cerró los dedos en varias ocasiones, pensando un instante sobre las consecuencias, pero…Los segundos pasaron y entonces colocó sus manos sobre ellos. Una en Khaled, una en Matvey y de esa forma no tendrían que gastar toda su energía mágica sino que Lyosha absorbería la de todas las hermandades de Souls tras ella y aquel vínculo que le unía a ambos nigromantes permitiría que ellos pudieran beneficiarse de esa magia. En el instante en el que activó su poder un gemido ahogado viajó a través de las líneas y Lyosha tembló ligeramente pero se mantuvo firme mirando hacia las piedras con determinación.
Que nadie dijera que los Souls Reapers se habían escaqueado de aquella misión.
Que cuando escribieran la historia, los Souls Reapers fueran algo más que sólo enemigos.
Quería un capítulo, un capítulo para su bando, un capítulo para su facción.
-Comprémosle tiempo al mundo-
La magia fluía sin cesar a través del portal, hacia afuera, canalizandose con las piedras de los Tres Mundos, que nos ayudaban a hacer que sirviese a nuestro proposito. Observaba alternativamente al portal, a las gemas y luego a las runas que habiamos inscrito. Impresionante. Tamaño poder.... contenido en tan humilde caverna.
Pero cuánto costaba mantener aquello. Y éramos dos. No...no solo dos. Estabamos respaldados por Lyosha, como me pude dar cuenta al notar como la magia circulaba con fuerza por mi cuerpo. No solo Lyosha, si no varios miembros más de su hermandad, usandola a ella como canal.
No sé cuanto tiempo permanecimos así. Seguramente no fuesen más de algunos minutos, quizá cinco, pero que para aquellos que el tiempo se ralentizó, transcurriría como en 15 minutos. A mi se me hicieron eternos, intensos, agotadores.... irrepetibles. La adrenalina corría por mis venas a raudales.
Al final entró otro acólito de los soul, uno que nos dio el aviso de que las naves se retiraban, que el ataque había concluido. Intercambié una mirada nuevamente con Khaled, porque para terminar aquello tambien habia que seguir un procedimiento cuidadoso...no era como desenchufar algo y ya está, no podíamos cometer errores de ninguna clase.
Fuimos extinguiendo las runas poco a poco, por orden, deshaciendolas. Las piedras cesaron el campo de energía y los rayos que las unian a los portales fueron reduciendose en numero hasta desaparecer. Ambas gemas cayeron a la vez al suelo, humeantes.
Al terminé, respiré hondamente....como si me hubiese olvidado de hacerlo durante todos esos minutos.
Me giré, mirando a Lyosha y los demas Soul.
- Gracias. Y....buen trabajo. - el recien llegado informó de todo lo ocurrido afuera, los daños se habian minimizado considerablemente, no habian habido impactos nuevos de riesgo. - Si el ataque ha concluido quiere decir que en Turin han terminado. He de ir a comprobarlo... - no pude evitar una sonrisa de oreja a oreja, amplia, poco frecuente en mi, pero la ocasion y lo que acababamos de hacer bien se lo merecía. Sin duda también escribiría esto en mis documentos. Que por cierto...
Libros y pergaminos, desparramados por doquier, comenzaron a apilarse y levitaron hacia mi, hasta que los pude sujetar bajo el brazo. Entonces me pegó el bajón de energía, asi de golpe. - Creo que...creo que me iré andando.... - afirmé casi para mi mismo, abriendome paso entre el grupo de Soul para ir saliendo de la Torre.
Pero cuánto costaba mantener aquello. Y éramos dos. No...no solo dos. Estabamos respaldados por Lyosha, como me pude dar cuenta al notar como la magia circulaba con fuerza por mi cuerpo. No solo Lyosha, si no varios miembros más de su hermandad, usandola a ella como canal.
No sé cuanto tiempo permanecimos así. Seguramente no fuesen más de algunos minutos, quizá cinco, pero que para aquellos que el tiempo se ralentizó, transcurriría como en 15 minutos. A mi se me hicieron eternos, intensos, agotadores.... irrepetibles. La adrenalina corría por mis venas a raudales.
Al final entró otro acólito de los soul, uno que nos dio el aviso de que las naves se retiraban, que el ataque había concluido. Intercambié una mirada nuevamente con Khaled, porque para terminar aquello tambien habia que seguir un procedimiento cuidadoso...no era como desenchufar algo y ya está, no podíamos cometer errores de ninguna clase.
Fuimos extinguiendo las runas poco a poco, por orden, deshaciendolas. Las piedras cesaron el campo de energía y los rayos que las unian a los portales fueron reduciendose en numero hasta desaparecer. Ambas gemas cayeron a la vez al suelo, humeantes.
Al terminé, respiré hondamente....como si me hubiese olvidado de hacerlo durante todos esos minutos.
Me giré, mirando a Lyosha y los demas Soul.
- Gracias. Y....buen trabajo. - el recien llegado informó de todo lo ocurrido afuera, los daños se habian minimizado considerablemente, no habian habido impactos nuevos de riesgo. - Si el ataque ha concluido quiere decir que en Turin han terminado. He de ir a comprobarlo... - no pude evitar una sonrisa de oreja a oreja, amplia, poco frecuente en mi, pero la ocasion y lo que acababamos de hacer bien se lo merecía. Sin duda también escribiría esto en mis documentos. Que por cierto...
Libros y pergaminos, desparramados por doquier, comenzaron a apilarse y levitaron hacia mi, hasta que los pude sujetar bajo el brazo. Entonces me pegó el bajón de energía, asi de golpe. - Creo que...creo que me iré andando.... - afirmé casi para mi mismo, abriendome paso entre el grupo de Soul para ir saliendo de la Torre.
El canal de energía que empleó Lyosha fue clave para mantener aquello durante tanto tiempo como pudimos, logramos, como ella dijo, "comprarle tiempo al mundo", o al menos a Ouroboros. Cada palabra en aquella lengua oscura, de aquella magia prohibida, era pronunciada con seguridad, con el poder que requería.
La sensación de poder era desbordante. Quien controlase eso....podía ser dueño de todo. Aquel que manejase o controlase los Portales, como bien habia supuesto Fistandantilus, tendría poder absoluto, indiscutible. Todo.
Cuando llegó el momento de cortar, el nigromante del Consejo se me adelantó. En ese momento, cometí un error tipico en mi: el de la codicia, el de querer ver más allá, ir un paso mas allá de donde estaba marcado el límite.
Tembló la runa del plano temporal y la de la metne, que me ataba a esta línea para evitar percisamente aquello contra lo que había advertido a Matvey.
Para ellos fueron...solo segundos de diferencia. Diez segundos en los que permanecí conectado a ese portal, con los ojos anegados, perdidos en esa espiral que se hacia cada vez mas pequeña. Diez segundos para ellos, muchos más para mi. Para mi, era como si hubiesen pasado horas. El coste de comprobar mi teoria, de mi pequeño experimento, se cobró un pequeño precio. Reconocía la mayoria de las imagenes por las que mi mente viajó, de mi pasado lejano, del mas reciente.... una especie de bucle que empezo a volverse caotico conforme se repetía una y otra vez, y del que empecé a intentar escapar. Habían imagenes que no reconocía, y me pregunté si serían cosa de Belialt... de los milenios a sus espaldas. La sombra y el fuego, las guerras aladas, una tormenta cerniendose ...pero aquel horizonte...no... ese horizonte se me hacía familiar.... por qué se me hacía familiar....?
¿Un futuro?
Parpadeé, confuso. Apenas escuché a Matvey. Los soul reaper se daban la enhorabuena los unos a los otros. Miré a mi hermana confuso...cuanto tiempo habia transcurrido en realidad? No parecía que tanto como yo creía.... Busqué respuestas en ella pero su aspecto era de agotamiento, asi que ordené que la llevaran a su cuarto a reponer fuerzas. El caso es que no me sentía agotado fisicamente, lo cual explicaba que ella si lo estuviera. Lo que me tenía silencioso era la duda, ahora mismo...
Volví a mirar al portal, ahora inerte. Recuperé la piedra y me la guardé, asi como una mirada de celo.
- Fuera de aqui. Llevaosla a descansar. - dejamos atras la sala de los Portales, la cual sellé tras de mi. Despues, desaparecí de la Torre.
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dado gasto energia
1 poca
10 mucha
exito-fallo (exito no movida temporal rara fallo si)
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