Planta de habitaciones para ingresos

El momento tarta sin duda había sido lo más divertido de la visita, al menos ahora sabía de algo que le gustaba a Juliet, la chica era dura de pelar pero poco a poco se la veía más animada y no cohibida como en la boda. Me crucé de brazos y levanté una ceja cuando Reiv dijo que me daría una paliza, ya lo veríamos y mi expresión decía exactamente eso echándole un vistazo de arriba a abajo como queriendo decir "no soy yo el que está en cama".

Me miré la mano abriéndola y cerrándola cuando el moreno sugirió que podría ser magia negra pero ni Mérida ni yo nos sentíamos mal, lo tendría en cuenta igualmente. Afirmé con la cabeza cuando me preguntó si vivíamos juntos, nos mudamos cuando salí del hospital pero él ya estaba dormido y no pudo escucharme una de esas veces que fui a contarle mis penas, no estaba seguro si contarle lo de Lila o no y mientras escribía sentí el nudo en la garganta que llevaba varios días ahogándome, dejé la libreta en la cama para que ambos pudieran leer mientras yo me llevaba una mano a los ojos para tratar de ocultar las lágrimas que intentaban escapar, pero tenía que mantenerme fuerte, me froté y respiré profundamente intentando mantener la calma mirando al techo como si eso me ayudara a no llorar.

intenté sonreír para que ninguno de los dos se preocupara, ya había pasado, no había nada que hacer más que reponerme y seguir adelante, lo sabía pero aún así era difícil sobretodo porque no dejaba de atormentarme a mi mismo con la idea de que podría haber hecho más y tal vez la pequeña ahora estaría en mis brazos. Tomé de nuevo la libreta para contestar a las preguntas de ambos -Leila estaba haciendo tonterías sobre sus malditas telas, eso dijo la guardia, subió con la niña en brazos y la soltó...- aquello me estaba costando demasiado, pero quería sacarlo, no había podido hacerlo con Mérida, no quería preocuparla más y que siguiera cargando conmigo, no se lo merecía pero necesitaba soltar lastre -Lila estuvo dos días en coma y murió la noche de la boda... nadie me dijo nada, no pude verla, solo me entregaron sus cenizas- me pasé el dorso de la mano por la nariz, ya no podía contener más las lágrimas y seguí escribiendo -me han citado para declarar en un juicio, acusan a Leila de homicidio involuntario- dejé la libreta en la cama y con ambas manos libres me ayudé e la camiseta para secarme la cara, puse las manos en mis caderas y esperé por la respuesta de ambos.

Reiv se disculpó por no haber despertado antes y fruncí el ceño acercándome a él para darle un golpe en un hombro, no era culpa de nadie que no fuera Leila, incluso mía por no estar más atento, me senté a un lado de la cama cerca de los pies de Reiv que era dónde había más espacio y lo miré a él y a Juliet -invitadme a beber cuando salgas- esas eran las primeras palabras que salían de mi boca desde hacía semanas, eran casi un susurro, pero esperaba que ambos me hubieran escuchado.

Hice un gesto negativo con la cabeza a la pregunta de Juliet sobre querer tarta, por el momento no me apetecía mucho, aunque tuviese muy buena pinta. Los gestos también fueron suficientes para entender la mayoría de respuestas que me daba Kyllian, como la cara que me puso dudando de mi capacidad de darle una paliza, o cuando me dejó claro que sí vivía con Mérida. Había acertado, y me alegraba por él. Alcé el pulgar en un gesto de que me parecía perfecto, imitando su modo de hablar por gestos. Todo parecía irle bien hasta que llegó aquella confesión, que recibimos como un jarro de agua fría. Daba mucha lástima verle así, haciendo esfuerzos por no llorar aunque sin mucho éxito. Con nosotros no era necesario que intentase ocultarlo. Nos habíamos conocido en una situación mala, no veníamos de ser desconocidos que nunca se habían visto juntos en situaciones jodidas.

Me llevé las manos a la cabeza cuando explicó el modo en que pasó, haciendo cosas con la niña en unas telas de...¿acrobacia? y soltándola. Es que no me lo podía creer. Yo no estaba seguro de que poder llegar a ser un buen padre alguna vez, pero estaba completamente seguro de que jamás cometería una imprudencia así. Porque había sido una imprudencia...¿o no? ¿y si era una retorcida y horrible manera de hacerle daño a Kyllian? me mordí el labio inferior ante ese molesto pensamiento, no quería decirlo. - Qué locura. Menuda negligencia. No entiendo nada...- farfullé indignado, frunciendo levemente el ceño cuando dijo que ni pudo verla, que sólo le entregaron las cenizas. Menudo golpe. Alcé ambas cejas sorprendido cuando dijo lo del juicio, eso quería decir que sospechaban de ella, y que realmente había sido homicidio supuestamente involuntario. - Pues te acompañaremos, tal vez como testigos que han visto algunas cosas. - no sabía cómo funcionaba aquello, pero algo se podría aportar. Intercambié una mirada con Juliet, como queriendo decir que ambos podíamos intentar ayudar en ese sentido.

Recibí su golpe en el hombro como respuesta a mi disculpa, a lo que suspiré resignado. Vale que no era culpa mía el no haber despertado antes, pero me daba cosa pensarlo. Hubo algunos segundos de silencio cuando se sentó en un lado de mi cama, aunque él fue el primero en romperlo al responder sobre qué podíamos hacer por él. Había logrado escucharle aunque fuese una voz casi inaudible, así que asentí al instante a la par que me inclinaba hacia delante para darle un abrazo. Probablemente sería el primero que le daba, pero fue la reacción que me salió al verle tan mal. - Eso está hecho. - me tocaría terminar de recuperar el hígado más rápido para poder beber, mejor que no se enterasen Lucio  y Aldaron. Ladeé la cabeza para mirar a Juliet, tirando de su mano para invitarla  a  unirse a un abrazo grupal. Kyllian era amigo de los dos, así que tenía que saber que ambos estábamos ahí. - Y nada de intentar no llorar delante de nosotros. Si tienes que llorar pues lloras, joder. Y si tienes que hablar o cagarte en todo lo mismo. Hay confianza.- me separé de él tras algunos segundos, deshaciendo ese abrazo grupal e intentando llevar la conversación a algo más positivo.  El crío que iba a tener con Mérida le animaría.  - Necesitarás estar entero para lo que viene. ¿Os han dicho ya qué será?

Cuando Kyllian ocultó sus ojos con su mano, instintivamente dejó la tarta en la mesita. La chica se había quedado tensa al borde de la silla, sin saber que debía hacer, era casi surrealista pensar en que aquello había ocurrido. El gato recuperó la compostura, pero aún así, conocía bien esa sonrisa triste porque ella misma era usuaria frecuente. Miró a Reiv, tratando de encontrar en él la palabra precisa para aquello, pero no había palabras ni nada con qué compararlo. No tenía manera de saber lo que sentía, porque perdió a una niña de carne y hueso, no a una pequeña criatura que nunca había visto y que estaba atrapada en su vientre.

Se tomó el tiempo para leer las notas, no entendiendo aquello de las telas, pero sí el resto. Ni siquiera había podido verla... ¿Cabía la posibilidad de que no fuera verdad? Incluso estaban haciendo un juicio por lo que decía. Cuando Reiv por fin la miró, asintió a lo que decía, porque no había otra cosa que hacer que acompañarle. El abrazo que Reiv le brindó al moreno la dejó de nuevo en el filo de la silla, sin saber qué debía hacer. ¿Estaría bien que se uniera? ¿Tenía que iniciar su propio abrazo? Era muy nueva en eso de dar las condolencias cuando alguien moría. Gracias al cielo, no tuvo que decidir nada, pues Reiv le tendió la mano para invitarle al abrazo. Le sonrió con todo el amor por él, por entender las deficiencias sociales que podía tener, y también con pena por no poder saber recomfortar mejor a Kyllian. Se unió al abrazo, rodeando tanto a Kyllian como a Reiv y dejando la mejilla en el hombro de Kyllian.- Te haré una tarta.- Murmuró, pues eso le había hecho sentir bien hacía un rato y al menos para ella, aquello le significaba mucho. No era buena con las palabras, pero al menos en el abrazo le apretó con fuerza, tratando de hacerle saber que le quería.

Con unas semanas sin voz había aprendido a comunicarme con gestos y de momento funcionaba porque todos parecían entenderme cuando eran simples y Reiv no era diferente, les conté la versión resumida de lo que había pasado porque escribir era demasiado engorroso y si no podía ver lo que escribía era aún peor, estaba deseando poder hablar para quejarme y lanzar insultos al aire.

Asentí cuando Reiv dijo que era una negligencia, era más que eso, yo ya la había visto en esas telas con la niña una vez y le dije que era peligroso pero nada, después sus mentiras en aquella fiesta y no dejarme ver a Lila... solo podía pensar cosas malas de la feral que me llenaban de rabia y odio hacia ella, una vez más asentí a las palabras de mi amigo cuando se ofreció a acompañarme en el juicio, seguramente sería de mucha ayuda aunque no declararan en la sala por lo menos me darían apoyo que aunque me costara reconocerlo o recibirlo, me hacía falta.

Pude articular aquellas palabras de forma incómoda forzando un poco la garganta, antes de la luna llena no podía hacerlo pero tal vez mi regeneración había arreglado un poco mi problemilla. El moreno aceptó mi propuesta de ir a beber y se inclinó para darme un abrazo... era raro, antes de conocer a Mer era yo el de los abrazos pero que me los dieran de vez en cuando no sentaba mal, Juliet se unió a nosotros y cuando me dijeron que estaba bien llorar se me volvieron a mojar los ojos pero esta vez sonreía, sin duda necesitaba mucha terapia de grupo después de estar tan acostumbrado a estar solo y tal vez tenía que agradecerle esa amistad al idiota de Éamon.

Nos separamos y la propuesta de juliet me hizo reír mientras volvía a secarme la cara, si quería hacerme una tarta mejor que aprendiera antes si no quería matarme, pero igualmente le di las gracias dándole un último estrujón a ella sola. Di un pequeño bote en la cama cuando Reiv preguntó por la alubia y me levanté un poco para sacarme algo del bolsillo trasero para enseñárselo, era la ecografía que le había pedido a Anteia unos días atrás, era prácticamente igual a la que le había enseñado a Reiv aquel día en las montañas pero a mi esos milímetros que marcaba la foto me hacían un mundo, mi hijo estaba creciendo y pronto pasaría de alubia a haba! tomé de nuevo la libreta y empecé a escribir -Anteia dice que hasta los tres meses nada, pero da igual lo que venga... aunque, no se lo digas a Mer, pero yo quiero un niño!-

Aquel día tenía asuntos que atender en el hospital, después del caso de la niña ahora tenía que encargarme del chico al que habían intentado atacar, me aseguré de recopilar toda la información posible como registros de entrada y salida del hospital el día de los hechos, cámaras de seguridad, todo lo posible, por desgracia no había sido posible hablar con la víctima debido a su estado de salud pero según me habían dicho ya se encontraba estable y despierto por lo que le haría una visita.

Llegué con mi pesada armadura que con tantos años de servicio se había convertido en una amiga inseparable, me quité el casco y toqué la puerta antes de pasar, el chico tenía visita pero entre ellas estaba la pelirroja que había dado la lista de sospechosos, eso aceleraría mi visita -Buenos días señor Black, siento interrumpirle, soy el capitán Williams, me encargo de los casos del hospital y estoy investigando el intento de homicidio que sufrió estando en la unidad de cuidados intensivos, si me lo permite tengo algunas preguntas que hacerle- mi mirada se posó en los otros dos y al ver a la pelirroja pregunté -¿Señorita Bennett? a usted también me gustaría hacerle algunas preguntas después, pero ¿pueden usted y el caballero dejarnos un momento a solas, por favor?- le dije refiriéndome también al Feral.

Tanto Juliet como yo quisimos reconfortar un poco a Kyllian con aquel abrazo, hacerle saber que tenía con quien contar si lo necesitaba. Los tres habíamos sido solitarios durante demasiado tiempo, por eso me resultaba curioso pensar el modo en que nos habíamos encontrado. Incluso Juliet se había soltado un poco más , a pesar de que seguía costándole socializar. Merecía la pena mantener aquellos lazos, esa fue la sensación que me quedó al separarnos por completo. - Tarta y bares, me parece buen plan. - El tema de su futuro hijo le hizo cambiar el gesto, y esa había sido mi intención.

Después sacó la ecografía, y me pareció recordar que ya me la había enseñado. Al menos a mi me pareció igual, pero tampoco sabía mucho del tema. Todavía no tenía forma humana, pero seguro que a él le hacía mucha ilusión. - Eso es que está todo bien, ¿verdad? - Eché otro vistazo a la libreta, leyendo lo que le había dicho Anteia. Asentí antes de alzar la mirada, comprendiendo que aún tendría que tener paciencia para saber qué sería. - Puees...yo creo que vas a acertar. Ve pensando nombres de niños. Imagina que fuesen octillizos, tendrías que pensar demasiados nombres. - uno estaba bien, pero tantos...eso debía ser un agobio.

Estábamos bastante tranquilos hablando del tema hasta que alguien llamó a la puerta antes de entrar. Me hubiese esperado una visita de Johan, pero no de un guardia de Ouroboros. Intercambié una mirada de confusión con Kyllian, pensando que venían por él, por el asunto del juicio. Por eso me sorprendió cuando se dirigió a mí, por lo del intento de homicidio. Se iba a enterar la desgraciada de Adele. - Claro. Tengo algunos datos recientes sobre eso. - asentí rápidamente, esperando para hablar hasta que Juliet y Kyllian salieron de la habitación.

- No sé si tenéis ya sospechosos...pero creo que tengo a la culpable. Y me cuadra mucho por el tipo de ataques que maneja. - tenía recuerdos desordenados de lo que sucedió aquel día, pero sí recordaba lo mal que me puse y la cara de Aldaron preguntando dónde me dolía. Dudé si decir el nombre de buenas a primeras, porque Sirius me había dicho que quería meterle más miedo a la mujer, y me había prohibido ir a buscarla. Tal vez lo mejor fuese que la encerrasen, o que la quitasen del medio de algún modo. - Diría que fue Adele Gaultier. Participó en el torneo hace algunos años, y ahora está en la isla.

El abrazo le llenó de tranquilidad después de aquella tormenta, sobre todo el achuchamiento después que Kyllian le dio cuando Reiv se separó. Al menos sabía que contaba con ella, a pesar de no poder decir gran cosa sobre Lila, pues no se había acercado nunca a ella y no tenía una imagen de la niña en la cabeza. Se mantuvo cerca, mirando la ecografía. Aquello sí le traía malos recuerdos, sobre todo porque la primera ecografía que había visto la había tenido con Blair, pero en aquella habitación de hospital se sentía lo suficientemente segura como para que su pecho no doliera con el pensamiento. Pudo incluso sonreír cuando admitió que él deseaba un niño, aunque Mérida parecía no concordar. El recuerdo de Mérida la agobió, pensando en que también tenía migas que arreglar con ella, pero no pudo amargarse mucho más, pues la puerta se abrió detrás de ella.

Se giró al instante. En realidad el día había estado tranquilo pero parecía la hora de las visitas. Cuando alcanzó a ver que un guardia era el que entraba, entrecerró un poco los ojos, dudosa de dejar a Reiv solo con alguien ajeno. Aún cuando supuestamente fuera para hablar cuestiones de su intento de asesinato. Claro, después de tanto tiempo ponían sus cartas sobre la mesa, cuando debieron iniciar la investigación desde el primer momento. Se giró a Reiv y le dijo sin voz que estaría afuera, por si cualquier cosa pasaba. No se fiaba de nadie desde el interrogatorio, aunque aún tenía aquella confianza en Sayid que no podía evitar. Al salir de la habitación, pegó la espalda a la pared junto a la puerta, resoplando fuertemente.- Kyllian... - Al menos ahora podía disculparse sin que Reiv se enterara.- Siento mucho mi... mi actitud en la boda. Estaba muy agobiada. No quise hacerles pasar un mal rato. Espero que... sepas que... que eres... un... buen... amigo.- Murmuró, costándole decir palabra por palabra de aquella oración mientras jugueteaba con los dedos y agachaba el rostro.

Al final el plan acabó en tarta y cerveza lo cual sonaba bastante raro y probablemente no le sentara bien al estómago de ninguno pero no iba a decir que no. Al hablar de la alubia mi estado de ánimo cambió, no quería decir que mi tristeza se hubiera ido, solo olvidaría el tema por un momento. le enseñé la ecografía a ambos y Reiv preguntó si iba todo bien, en principio así era porque según la doctora rubia nuestro hijo crecía fuerte y sano, con un buen latido, estaba orgulloso de eso, seguramente sería un crío de esos que se pasaban el día corriendo de un lado a otro con energía. Al escuchar lo de los ocho niños negué rápidamente con la cabeza, de un lado a otro hasta casi marearme, con lo que nos iba costar educar a uno con ocho a Mérida y a mi nos daba algo,lo que me hizo recordar que aún tenía que pedirle a Catherine el piso aquel que me dijo que me podía dejar.

Con la charla el tiempo pasaba volando, de risas con los amigos y hablando de tonterías, celebrando que Reiv estaba despierto pero los buenos ratos no duraban mucho, alguien tocó la puerta y al ver la armadura brillante se me hizo un nudo en el estómago, había pasado algo, seguro, malas noticias... me entró la paranoia y aquel hombre mayor empezó a hablar dejándome boquiabierto ¿¡Habían intentado matar a Reiv y nadie me lo había dicho!? en serio!?... bueno, culpa mía por andar llorando por los rincones pero era algo importante, mi mirada pasó de Reiv a Juliet sin entender nada de lo que estaba pasando, el guardia nos echó al pasillo y yo entorné los ojos mientras me alejaba mirando al moreno hasta que las paredes me negaron el contacto visual.

Una vez fuera de la habitación me quedé a solas con Juliet y ahora que no podía hablar seguro se hacía un silencio incómodo, para mi sorpresa fue ella la que rompió el hielo disculpándose por lo de la boda y cuando dijo que era su amigo se me escapó un Awww silencioso, saqué la libreta y empecé a escribir -parte de la culpa es mía, solo quería que te divirtieras y lo pasaras bien, perdona si te hice sentir peor, pero ahora somos amigos, no se admiten cambios ni devoluciones- le enseñé la libreta con una sonrisa de oreja a oreja y después miré hacia la puerta para volver a escribir -ahora cuéntame eso de que intentaron matarlo-

en cuanto puse un pie en aquella habitación todos se quedaron mirándome con unas expresiones de lo más variadas, la chica de cabello rojo no parecía muy feliz de verme al igual que el moreno de ojos amarillos pero ambos parecían tener motivos distintos, ella parecía enfadada y él asustado mientras el chico Black estaba sorprendido pero le agradaba un poco más mi visita.

Al parecer había nueva información sobre el caso, algo que me extrañaba dado que él acababa de despertar, esperé a que los otros dos salieran de la habitación y me dirigí hasta la cama para empezar a tomar nota a vuelapluma además de sacar toda la información que llevaba encima. cuando el chico preguntó por sospechosos asentí -La señorita Bennett hizo una declaración y de momento tenemos dos posibles sospechosos, una es la señorita Adele Gaultier y el otro el señor Tobías Gutenberg- lo de los ataques me interesaba, así la investigación sería mucho más sencilla pero al parecer el chico ya tenía un veredicto. Tomé nota de todo lo que decía y le enseñé la carpeta que llevaba en la mano, al abrirla había fotos de las cámaras de seguridad del hospital así que pasé a explicarle lo que tenía hasta ahora.

-Tanto la señorita como el señor han sido citados para declarar, sin embargo la persona que estuvo aquí el día del ataque fue ella- dije señalando a la rubia que se veía hablando con la persona del mostrador en la zona de recepción. pasé la página y la siguiente foto era de la guardería con la misma hora pero los minutos no coincidían con el tiempo estimado que tardaría alguien en llegar hasta la guardería -hay un pequeño intervalo de tiempo en el que no podemos ubicar a la señorita Gaultier, hemos hablado con el señor Failon, su médico y a juzgar por el tiempo de reacción del veneno que le suministraron ella podría ser la culpable aunque no podemos probarlo de momento, dígame ¿tiene usted testigos? recuerda algo de aquel día?cualquier información me será útil y ¿cual es su relación con la señorita Gaultier y el señor Gutenberg? ¿que motivos hay para que quieran atentar contra su vida?-

Pensé en lo acertada que había estado Juliet al mencionar a esos dos posibles sospechosos, que ya nos habían hecho putadas en alguna otra ocasión. - Lleva razón, ese par nos ha dado problemas otras veces. - Tobías quedaba descartado, al menos en primer lugar. Desvié la mirada a la vuelapluma un momento, pensando en lo que me había dicho Sirius unos tres días atrás, cuando desperté en la UCI. Él quería mantener el secreto, que Adele no supiese quién era su amenaza. Eché un vistazo a las fotos que tenía el guardia en la carpeta, las de las cámaras de seguridad de la entrada. Ahí se podía distinguir a Adele, aunque ya no tuviese dudas al respecto.

- Ha sido ella, está claro. Las sombras lo vieron todo...- murmuré mirando a la foto, mirando después al guardia de reojo. Seguro que pensaba que estaba loco o algo. En la siguiente foto no aparecía Adele, lo que indicaba que se había desviado de su camino a la guardería. - Ella no sabía que yo estaba aquí, a no ser que viese algo en recepción sobre papeles de ingresos. - razoné como podría hacerlo un investigador, asintiendo a lo del veneno. - Adele es experta en venenos. Y por lo que me han contado estos días también usó magia negra conmigo. Tenía toda la intención de matarme. - aparté la mirada de las fotos cuando me preguntó por los testigos, poniendo cara de duda al respecto. - Tengo, pero tiene que seguir siendo un secreto para la acusada. Así me lo han pedido. - respondí con seriedad a esa primera pregunta para que me asegurara el anonimato, tratando después de recordar cosas sobre aquel día. - No llegué a ver a Adele...tengo recuerdos difusos, como vomitar sangre, el dolor por todo el cuerpo o Aldaron pidiéndome que le dijese lo que me pasaba. También había otra chica...sanadora. Juliet llegó después, me parece. - tras eso no recordaba nada más, así que no podía darle datos nuevos. Tomé aire para volver a hablar de nuevo, procurando no extenderme demasiado con mi relación con Gaultier y Gutenberg. - Yo serví a Adele de varias maneras en mi época de auror. Me considera un traidor por abandonarlos, me lo ha dicho en más de una ocasión. Tobías...es complicado. - hubo un tiempo en el que quise vengarme de él a toda costa, pero ahora había quedado un tanto "olvidado" el tema. - Digamos que hizo daño a alguien que me importaba, y tiempo después me chantajeó y utilizó para sus negocios. Luego, cuando el SPM, Juliet y yo le engañamos para arrebatarle la cura. - alcé un hombro un momento, tenía yo más motivos para hacerle daño a él.

Después me quedé pensativo unos segundos, cayendo en la cuenta de que podía haber más información relevante sobre lo de Adele. - La Blood Keeper está aliada con los Pendragon. La han visto en la zona de la montaña con ellos. Yo no me fiaría de esa asociación...

Asentí ante las palabras del paciente respecto a la lista de sospechosos, era corta pero al parecer él tenía muy claro quién había sido el culpable. Mi expresión no cambió cuando dijo que las sombras lo vieron todo, con tantos años de experiencia había aprendido a tomármelo todo en serio hasta que se demostrara lo contrario -¿Podría decirme algo más de esas sombras? cualquier información es útil-

La teoría sobre cómo había dado la sospechosa con él era factible, si era así había que reforzar la seguridad y una mejor protección de datos de los pacientes, eso tendría que hablarlo con el director del hospital. El chico parecía conocer muy bien a la sospechosa, tomé nota de todo lo que decía y ya que era una participante del torneo habría más información sobre ella en algún lugar dentro de los archivos.

-Entiendo su preocupación señor Black, le puedo asegurar que los testigos permanecen en el anonimato a menos que se les requiera en el juicio pero es crucial que testifique si pudo ver algo sea quien sea- informé de ello al chico, a pesar de ser la víctima si tenía rencillas con los sospechosos podría intentar implicar a cualquiera, no dudaba de él, pero mi deber era ser imparcial -Si, el señor Failon y la señorita Chloe Hacksaw fueron los que le atendieron, ya les he tomado declaración- además de colaborar entregándome una copia del análisis de toxicología que más adelante compararíamos con las habilidades de los sospechosos. Respecto a la relación con los sospechosos parecía tener más problemas con uno que con otro pero igualmente se interrogaría a ambos, lo que me sorprendió fueron sus últimas palabras que me tomé muy en serio -¿está usted seguro de lo que dice, señor Black? ¿cómo es que tiene esa información?- esperé a que el chico me informara y remarqué en mis apuntes "posible alianza con los Pendragon" información que iría directamente hasta la General.

-Muy bien señor Black, eso es todo por ahora, siento mucho el retraso en su caso pero espero que comprenda que su declaración es crucial, ahora hablaré con la señorita Bennett, disculpe las molestias- junté los pies haciendo que el metal de la armadura resonara en la estancia seguido de una pequeña inclinación antes de tomar mis cosas y retirarme encontrando a la pelirroja fuera de la estancia con el otro chico -Señorita Bennett si no le importa me gustaría hacerle un par de preguntas- miré al moreno esperando que nos dejara a solas y afuera entrando a la habitación o marchándose.

Afuera de la sala, al menos tuvo tiempo de disculparse como era debido. Le sonrió al contrario cuando vio que empezó a escribir, pero siguió hablando mientras tanto.- No sabía lo de Lila, debí haberte acompañado.- Susurró, acercándose después para leer lo que decía la libreta, sonriendo suavemente ante sus ocurrencias.- No fue tu culpa en absoluto, yo... no me acostumbro a no tener a Reiv. Todo habría sido diferente si él hubiera estado. Hasta lo habría disfrutado.- Sonrió con más ganas, pensando que incluso la tarta le habría parecido desabrida de no ser porque Reiv ya estaba bien. Luego llegó la pregunta de matarlo y soltó un fuerte suspiro antes de comenzar a hablarle de eso.

Llegué un día y Aldaron lo estaba atendiendo. Reiv abrió los ojos pero estaba vomitando y su... su corazón latía muy fuerte. Dijeron que... que estaba... con algún veneno y alguna clase de magia negra. No entiendo cómo sucedió, pero pasó.- Suspiró profundamente, recargándose de nuevo contra la pared mientras le daba tiempo al tiempo. La verdad es que pensó que el guardia hablaría largo y tendido con Reiv, pero salió antes de lo previsto. Después de todo, seguramente no tendría mucho que decirle... Cuando pidió hablar con ella, miró a Kyllian y sintió el agobio encima, mas no dijo nada sobre ello.- Está bien.- Susurró sin moverse, viendo al guardia y esperándole a que hablara.

Negué con la cabeza mientras escribía aquel mensaje para juliet, la pobre ya tenía suficiente con tener que cuidar de Reiv y estar preocupada por él como para darle más problemas con mis asuntos personales. Le enseñé el mensaje para disculparme por lo de la boda y entendí como se sentía, a mi el golpe de Lila me había hecho pasar malos ratos y cuando tienes la cabeza metida en un agujero no eres capaz de apreciar lo que tienes alrededor, me acerqué y le di un toque con el codo para enseñarle otro mensaje -Cuando Reiv salga de aquí hacemos nuestra propia fiesta!-

Le pedí explicaciones a la pelirroja sobre lo ocurrido con Reiv, habían intentado matarlo y otra vez estaba el elfo de por medio ¿solo había un médico en el hospital o le pagaban por horas? ... me quedé pensando en ello y si habían podido entrar a una zona como la UCI, las habitaciones no serían problema, no podiamos dejarlo solo -Deberías contárselo a su hermano, a partir de ahora haremos guardias, que tienes que descansar, yo me quedo con él esta noche si quieres- le enseñé aquello a la pelirroja y en ese momento el viejo enlatado en almibar salió de la habitación y otra vez me echaban, le eché una mirada a Juliet y volví a la habitación con Reiv cerrando la puerta tras de mi, ahora le tocaba a él contarme cosas -a ver, desembucha, ¿a quien hay que ir a pegarle? -

- No puedo, tendría que consultarlo. - Me mostré reticente a decir nada más sobre las sombras, pensando que igual había hablado de más. No estaba seguro de si Sirius se refería únicamente a Adele con lo del secreto, o si se refería a cualquiera. Aldaron lo había visto transformarse en sombras, así que por ese lado no había misterio. - Hablaré con mi testigo y se lo comunicaré directamente en cuanto salga de aquí. - parecía la mejor opción por el momento, especialmente porque ahora todas las preguntas se centraban en cómo tenía yo dicha información.

- Me la hicieron llegar cuando desperté. Yo no he visto nada...pero hay alguien que les ha estado vigilando. - cuando mencionó a Juliet pensé que sería para preguntarle si había visto algo en el hospital, pero después caí en que tal vez le preguntasen por los Pendragon. Abrí y cerré rápidamente la boca como para ir a decir algo, pero al final no dije nada. En esos momentos agradecí que me hubiesen quitado la máquina que monitorizaba el latido, porque si no habría delatado que la asociación Juliet-Pendragon me había alterado. Ella los había "defendido" a pesar de que Sirius le dijese que estaban asociados con Adele. Estaba claro que no podía ser imparcial con esa gente, y también tenía mis dudas sobre si realmente tenían alguna influencia sobre ella.

El guardia salió finalmente, yendo hacia el pasillo tras tomarme declaración. Intenté escuchar lo que decían fuera, pero nada. Enseguida entró Kyllian, pero Juliet tuvo que quedarse fuera. La pregunta mafiosa del feral me sacó una media sonrisa, pues ofrecerse para apalizar a alguien era señal de que era un amigo de fiar. - Buff...tú y yo tenemos mucha gente en lista, aunque al tonto de Éamon lo compartimos. - ese y Blair, que por desgracia también andaba por la isla. - Esta vez sería a la rubia repelente de los Blood Keepers, Adele. - desvié la mirada hacia la puerta, algo inquieto por Juliet. - ¿Sabes qué le han preguntado?

Las respuestas del señor black carecían de duda, estaba mur seguro de todo, incluso negándose a revelar su fuente por lo que no insistiría más. Cerré la carpeta e hice que la pluma me siguiera fuera donde esperaban la chica y el otro que la estaba acompañando al cual le pedí que nos dejara, el moreno se fue volviendo a la habitación dejándome a solas con la dragona de la cual teníamos mucha información -Bien señorita Bennett, serán solo un par de preguntas... ¿cual es su relación con el señor Black?- no es que no fuera obvio que estaban en una relación sentimental pero tenía que preguntar por protocolo -además, dígame ¿qué relación tiene el señor Black y usted misma con los acusados?, el señor Gutenberg y la señora Gautiere-

El pergamino y la pluma flotaron casi de forma automática para apuntar lo que decía, lo primero era comprobar que tanto la versión de la señorita Bennett como el señor black coincidían -El señor Black me ha hablado de una sombras que vigilaban ¿qué me puede decir usted de eso? ¿sabe que significa?- dicho eso me quedaban pocas preguntas por hacerle, solo una que no sabía si era prudente hacer -¿sabe usted algo sobre la sospechosa y su relación con los Pendragon?-

La miré buscando sus ojos y la mandíbula tensa. Al parecer la bruja creía que estaba loco. Fruncí los labios apartando la vista de ella tras comparar lo que sucedía en mi mente con un puzzle.
-No, no me gustaría. - Murmuré de forma cansada a pesar de que aquello pudiese aclarar mis ideas no me agradaba que nadie pensase que no estaba cuerdo.
Elevé la vista al techo cuando comenzó a hablar. La naturaleza...de los doctores, claro...no había conocido a los "doctores" de la base militar. Cada vez quedaba más claro que no era una mujer que hubiese abandonado su precioso y pacífico hábitat mágico.
-Crees lo que quieres creer. Cualquiera de nuestros doctores destriparía a una bruja si tuviese la oportunidad- Comenté con total sinceridad volviendo a posar los ojos en ella, ladeé la cabeza sonriendo levemente con cierto sarcasmo en la expresión-Aunque supongo que aún quedará alguno que cumpla el juramento hipocrático sin importar quién tenga delante.
Escuché el nombre y seguí sus movimientos, escrutando su manera de actuar.--Bonito nombre doctora.- Parecía una mujer decidida y correcta pero me preguntaba si lo hacía para que no la tratase como a su compañero o si realmente pensaba que yo no suponía amenaza alguna.
Mi puño se apretó al escuchar la orden. La busqué con mi ceño fruncido para gritarle, ¿Quién se creía aquella bruja para darme órdenes? pero comenzó a explicar que no debía hacerlo por la pila esa de los cojones. Relajé la mano agarrando el colchón de la camilla.
Tomé la carpeta con evidente cabreo así como el bolígrafo. Comencé a leer, al principio todo era normal aunque murmuraba algo por lo bajo, estaba siguiendo órdenes de una bruja y eso me cabreaba sobremanera. Mas tarde comenzaron a juntarse las letras y volví a ese estado en el que todo era una sucesión de imágenes inconexas. Gruñí con la mirada perdida a lo que fuese que me estuviese diciendo la bruja y aunque traté de hacer algo con el bolígrafo solamente logré clavarlo en la carpeta antes de dejarlo caer.

El miembro 'Gelion Draven' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Probabilidad' :

Se mantuvo con la espalda reposando contra la pared y cruzó los brazos debajo del pecho, pues aunque sabía que el interrogatorio difícil ya había pasado, se les daba muy bien hacer preguntas incómodas a la gente de la guardia. Escuchó la primera pregunta y se sonrojó un poco mientras contestaba.- Es mi... novio.- Titubeó. Nunca pensó que la primera vez que dijera la palabra iba a ser a un guardia de Ouroboros.- Él trabajó para Adele algún tiempo, no sé gran cosa, pero desde hace un tiempo lo molesta, le llama traidor en cada ocasión que tiene. Y con Tobías... Hmmm, es... complicado. Ellos ya tenían historia antes, pero lo que sé es que le engañamos para conseguir la cura del SPM y que no estaba muy contento con ello.

Miró de reojo la pluma flotante, pensando que aquello era muy conveniente y que debía ser cuidadosa con sus palabras si estaba anotando absolutamente todo lo que decía.- ¿Las sombras que vigilaban? - Estuvo escéptica por un minuto, pensando en que podía estar delirando, pero luego pensó en Sirius. Una mala espina le mordió la lengua. Le había dicho de las sombras pero no le había dicho de Sirius. ¿O sí? ¿La estaba probando? Decidió no decir nada, después de todo, no sabía si Sirius le había estado acompañando... pero había dicho aquello de los Pendragon...- Las sombras... No sé a qué se refiere.

La última pregunta la descolocó. ¿Reiv había contado eso? ¿Cómo lo supieron? - No sé nada. Pero... ella ha estado buscando como ser parte del Consejo. Quizás es otra de sus tretas...

Tal y como sospechaba por razones obvias, la relación entre la pelirroja y la víctima era una relación sentimental, de primeras parecía que no estaba muy receptiva por la posición de sus brazos pero con aquella pregunta se le subieron los colores, cosas de la juventud. La relación con los dos sospechosos era tal y como la había descrito el señor Black y al parecer había muchas más razones para sospechar de la Blood keeper así que le prestaría especial atención a ella -Bien, parece que todo apunta a la señora Gaultier pero interrogaremos a ambos- informé a la chica para seguir con mi última pregunta que no dio resultados.

Observé a la muchacha, se estaba pensando lo de las sombras y eso me daba una leve sospecha de que podría saber algo -Señorita Bennett, sepa que no puedo acusar a los sospechosos con la premisa de "una sombra" que los ha acusado, si es un testigo real el proceso será más rápido, nos ahorrará tiempo a todos , a ustedes mucho más pues el proceso judicial será más corto- al final dijo que no sabía a que se refería y desistí en ello, yo hacía mi trabajo, si los implicados no querían colaborar no era mi problema. Una vez más tomé mi vuelapluma con todo lo escrito sobre las declaraciones de ambos, hice una reverencia a la chica y me puse el casco -Eso es todo señorita Bennett, gracias por su colaboración, se les mantendrá informados del avance en la investigación, que tenga un ben día- dicho eso me retiré para derivar el caso a las personas que se encargarían de interrogar a los sospechosos.

Asintió al escuchar que interrogarían a ambos. Era lo justo, si no contaban con la información que Sirius tenía y que, aparentemente, no habían pensado en dar. Seguramente Sirius querría mantenerse alejado de todo. Todo esto de la guardia y la justicia le resultaba complicado, pues estaba acostumbrada a tomarla de mano propia. Escuchó también sus dichos sobre el no poder acusar a nadie sin un testigo. Ya lo asumía, pero no estaba en sus manos decirlo si, de todos modos, no conocía la historia completa. Podía estar solo metiéndolo en problemas. Repitió su intención sobre no saber nada del asunto y, después, dio las gracias también, irguiéndose y soltando los brazos al ver la reverencia del contrario. Parecía una buena persona después de todo. Cuando el guardia se fue, soltó un profundo suspiro y entró de nuevo a la habitación. Se recargó en ella un par de segundos, agotada por el interrogatorio. Cada vez aguantaba menos esas cosas.

Caminó en dirección al par, que ya parecían estarse contando secretitos, y se sentó en la silla, un tanto pensativa. Luego levantó el rostro y le dejó una suave sonrisa a Reiv, buscando su mano por el colchón hasta tomarla.