Recuerdo del primer mensaje :
Planta de habitaciones para pacientes ingresados. Hay varias habitaciones, con varias camas en cada habitación. Las camas pueden separarse con biombos.
Planta de habitaciones para pacientes ingresados. Hay varias habitaciones, con varias camas en cada habitación. Las camas pueden separarse con biombos.
no pude mirar a Catherine cuando se sentó en la cama, solo me miraba las manos mientras jugueteaba con los dedos sobre mis rodillas, cuando me reclamó sobre Shyvanna le eché la culpa a Giordano pero ella me dejó claro que ese no era el punto, la morena estiró la mano y entonces la miré pero me mordí el labio aguantando todo lo que llevaba dentro para no desbordarme una vez más, porque era mucho más fácil cuando estaba solo pero teniéndola a ella conmigo solo quería soltarlo todo.
Le pregunté por su cena de navidad y la verdad, que ella se sintiera feliz y amada entre su familia era la mejor noticia que me habían dado de momento, tanto que conseguí esbozar una pequeña sonrisa realmente feliz por ella -Me alegro mucho Cath, te lo mereces, después de tanto dolor las alegrías saben agridulces pero te acostumbrarás a ello- la descendiente siguió hablando y cuando dijo lo de Lucio volví a mi forma anterior... no se había despertado y en algún momento esperé que cuando abriera los ojos él estuviera a mi lado, como siempre, pero no era así, la realidad era muy diferente a lo que él y yo esperábamos de esos días de fiesta -No se puede preocupar Cath, ni tan siquiera recordaba su nombre, mucho menos el mío...- los ojos empezaron a empañarse de nuevo pero contuve aquello hasta que ella mencionó los jerseys... si, tenía uno de esos, los había comprado antes de la misión, dos jerseys navideños horribles para pasar la noche buena junto a la chimenea con nuestro hogar decorado... pero ahora eso no era posible -Casi lo mato Cath.... soy un inútil, no puedo hacer nada bien....- en ese momento sonreí, me estaba riendo de mi mismo, de lo patético que resultaba de la suerte que había tenido de que Lucio se fijara en mi y de la mala suerte de él por haber acabado conmigo.
Me llevé las manos al rostro para secar sin mucho éxito las lágrimas que ya no podía contener -¿cómo voy a ser su apoyo? no puedo hacer nada, no pude ayudarlo como él lo hace conmigo, incluso tuve que ir a pedir ayuda a los Pendragon para poder salvar su vida pero ni eso lo hice bien, no vinieron por mi, lo hicieron por él, porque aún en ese estado sus buenas acciones lo preceden, porque es un buen hombre.... pero yo no soy nada Catherine... se merece algo mejor que yo...-
Le pregunté por su cena de navidad y la verdad, que ella se sintiera feliz y amada entre su familia era la mejor noticia que me habían dado de momento, tanto que conseguí esbozar una pequeña sonrisa realmente feliz por ella -Me alegro mucho Cath, te lo mereces, después de tanto dolor las alegrías saben agridulces pero te acostumbrarás a ello- la descendiente siguió hablando y cuando dijo lo de Lucio volví a mi forma anterior... no se había despertado y en algún momento esperé que cuando abriera los ojos él estuviera a mi lado, como siempre, pero no era así, la realidad era muy diferente a lo que él y yo esperábamos de esos días de fiesta -No se puede preocupar Cath, ni tan siquiera recordaba su nombre, mucho menos el mío...- los ojos empezaron a empañarse de nuevo pero contuve aquello hasta que ella mencionó los jerseys... si, tenía uno de esos, los había comprado antes de la misión, dos jerseys navideños horribles para pasar la noche buena junto a la chimenea con nuestro hogar decorado... pero ahora eso no era posible -Casi lo mato Cath.... soy un inútil, no puedo hacer nada bien....- en ese momento sonreí, me estaba riendo de mi mismo, de lo patético que resultaba de la suerte que había tenido de que Lucio se fijara en mi y de la mala suerte de él por haber acabado conmigo.
Me llevé las manos al rostro para secar sin mucho éxito las lágrimas que ya no podía contener -¿cómo voy a ser su apoyo? no puedo hacer nada, no pude ayudarlo como él lo hace conmigo, incluso tuve que ir a pedir ayuda a los Pendragon para poder salvar su vida pero ni eso lo hice bien, no vinieron por mi, lo hicieron por él, porque aún en ese estado sus buenas acciones lo preceden, porque es un buen hombre.... pero yo no soy nada Catherine... se merece algo mejor que yo...-
Triste. A Catherine le era familiar esa sensación, esa expresión, había vivido con ella por demasiado tiempo. Ensimismada, abrazada a sí misma, con los hombros caídos y la mirada perdida. Simplemente asintió, un cabezazo a aquello de que se acostumbraría. Eso esperaba…Ahora que casi habían acabado con SAM podrían reconstruir la cabaña y llevar esa vida “mitad y mitad” que tanto deseaba con Ian. No es que el tiempo en Ouroboros fuera malo pero… Los necesitaba fuera de allí.
-Secuelas de la batalla. Cuando…- Se tocó la siente -Cuando contactaba con Ian durante su cautiverio también tocó un lugar oscuro. Pero puede reponerse, no te preocupes- De pronto empezó a llorar…Otra vez después de que ella dijera lo de los jerseys. Su cara, que había sido de neutralidad pura hasta el momento, simplemente hizo una mueca. Le costaba lidiar con las emociones propias y también las de los demás -Ufff…Estás modo daño autoinflingido. No es bueno, lo sé por experiencia propia- Y entonces empezó a reírse. Las cejas de la morena se unieron brevemente para darse cuenta de que era una risa histérica -No lo mataste. Tú no eres SAM. No eres inútil, eres uno de los magos más inteligentes y con recursos de la historia. Y haces muchas cosas bien, muchas. Pero te puedo decir mil cosas en las que eres bueno y seguirás buscando lo negativo, te conozco lo suficiente para saber eso- Añadió, exhalando largamente.
Sean era de las personas que necesitaba llorar, mientras Cath se comía todo por dentro hasta que explotaba -Evidentemente no puedes ayudarlo, Sean Eire, no eres sanador. Cálmate- La mención de los Pendragon hizo que reaccionara, como si de pronto le hubiese dado una descarga eléctrica. A ellos le había pedido ayuda…A ella que se quedara en casa. Intentó que aquello no le doliera. Fracasó. Hizo una mueca y se cruzó de brazos. Al percibir la presencia de la persona a la que le había pedido la comida le dio una orden mental para que la dejara afuera y no entrara.
Se incorporó y esperó a que el enfermero se retirara para abrir la puerta y coger la bandeja, tras eso fue hasta donde estaba Sean y lanzó su control mental sobre él. Le costó bastante pero lo único que quería era que se enderezara -Esa..No es TU decisión- Le respondió bruscamente mientras le ponía la bandeja de comida en el regazo -Cállate la boca y deja que Lucio decida si decide amarte con todas tus virtudes y tus defectos- Después de ponerle la bandeja se sentó de nuevo en la camilla con su particular humor de perros -Regodéate en tu miseria si te da la gana o finalmente acepta que, en efecto, no eres el perfecto muchachito que tus padres y Zaphira te han dicho siempre que eres y haz algo al respecto…- Clavó su mirada universal en él con una fría determinación -Aprende de tus errores, madura y crece Sean. Ya no somos dos críos, yo…Yo…toqué fondo, toqué un fondo muy muy profundo cuando estuvimos sin magia pero no me quedé con ello. No pienso demasiado en cómo te abandoné, cómo abandoné al Consejo e incluso a Ian porque no me sirve. Aprendí que…Que nunca más estaría a la merced de nada ni de nadie y decidí aprender, decidí entrenar, decidí hacer los cambios necesarios en mí misma para ser lo que yo esperaba de mí, para poder reaccionar y tomar las decisiones correctas cuando debía- Se cruzó de brazos de nuevo -No estoy diciendo que soy perfecta ni la mujer más madura del mundo pero al menos lo estoy intentando. Llora. Llora todo lo que quieras pero cuando salgas de esta habitación y te enfrentes a Lucio más te vale que seas el hombre del que se enamoró, el hombre que cuidó durante todo su coma, el hombre que se casará con él…Porque en este instante, él necesita que le devuelvas eso, no estas lágrimas y estas preocupaciones, estas inseguridades sobre su relación- Dejó escapar el aire y puso los ojos en blanco -Ya habrá tiempo de que puedas exponer todo esto sobre la mesa sin llorar, pero ahora no lo es. Así que… Get it together- Le soltó en latín (y lo escribo en inglés porque me da paja ir al traductor LOL)
-Secuelas de la batalla. Cuando…- Se tocó la siente -Cuando contactaba con Ian durante su cautiverio también tocó un lugar oscuro. Pero puede reponerse, no te preocupes- De pronto empezó a llorar…Otra vez después de que ella dijera lo de los jerseys. Su cara, que había sido de neutralidad pura hasta el momento, simplemente hizo una mueca. Le costaba lidiar con las emociones propias y también las de los demás -Ufff…Estás modo daño autoinflingido. No es bueno, lo sé por experiencia propia- Y entonces empezó a reírse. Las cejas de la morena se unieron brevemente para darse cuenta de que era una risa histérica -No lo mataste. Tú no eres SAM. No eres inútil, eres uno de los magos más inteligentes y con recursos de la historia. Y haces muchas cosas bien, muchas. Pero te puedo decir mil cosas en las que eres bueno y seguirás buscando lo negativo, te conozco lo suficiente para saber eso- Añadió, exhalando largamente.
Sean era de las personas que necesitaba llorar, mientras Cath se comía todo por dentro hasta que explotaba -Evidentemente no puedes ayudarlo, Sean Eire, no eres sanador. Cálmate- La mención de los Pendragon hizo que reaccionara, como si de pronto le hubiese dado una descarga eléctrica. A ellos le había pedido ayuda…A ella que se quedara en casa. Intentó que aquello no le doliera. Fracasó. Hizo una mueca y se cruzó de brazos. Al percibir la presencia de la persona a la que le había pedido la comida le dio una orden mental para que la dejara afuera y no entrara.
Se incorporó y esperó a que el enfermero se retirara para abrir la puerta y coger la bandeja, tras eso fue hasta donde estaba Sean y lanzó su control mental sobre él. Le costó bastante pero lo único que quería era que se enderezara -Esa..No es TU decisión- Le respondió bruscamente mientras le ponía la bandeja de comida en el regazo -Cállate la boca y deja que Lucio decida si decide amarte con todas tus virtudes y tus defectos- Después de ponerle la bandeja se sentó de nuevo en la camilla con su particular humor de perros -Regodéate en tu miseria si te da la gana o finalmente acepta que, en efecto, no eres el perfecto muchachito que tus padres y Zaphira te han dicho siempre que eres y haz algo al respecto…- Clavó su mirada universal en él con una fría determinación -Aprende de tus errores, madura y crece Sean. Ya no somos dos críos, yo…Yo…toqué fondo, toqué un fondo muy muy profundo cuando estuvimos sin magia pero no me quedé con ello. No pienso demasiado en cómo te abandoné, cómo abandoné al Consejo e incluso a Ian porque no me sirve. Aprendí que…Que nunca más estaría a la merced de nada ni de nadie y decidí aprender, decidí entrenar, decidí hacer los cambios necesarios en mí misma para ser lo que yo esperaba de mí, para poder reaccionar y tomar las decisiones correctas cuando debía- Se cruzó de brazos de nuevo -No estoy diciendo que soy perfecta ni la mujer más madura del mundo pero al menos lo estoy intentando. Llora. Llora todo lo que quieras pero cuando salgas de esta habitación y te enfrentes a Lucio más te vale que seas el hombre del que se enamoró, el hombre que cuidó durante todo su coma, el hombre que se casará con él…Porque en este instante, él necesita que le devuelvas eso, no estas lágrimas y estas preocupaciones, estas inseguridades sobre su relación- Dejó escapar el aire y puso los ojos en blanco -Ya habrá tiempo de que puedas exponer todo esto sobre la mesa sin llorar, pero ahora no lo es. Así que… Get it together- Le soltó en latín (y lo escribo en inglés porque me da paja ir al traductor LOL)
Asintió con suavidad a lo de la carne dura, sonriéndole con gracia a la licántropa -Siempre que esté bien bien cocinada y cortada en pedazos, añadas algo de verdura…Creo que Altaïr puede arreglarlo- Le guiñó un ojo al Descendiente con cierta complicidad antes de escuchar aquello sobre la protección. La mirada de Anteia se aclaró con mucha rapidez y le miró directamente al…alma -Estabas haciendo lo que debías hacer, el ataque de SAM a la isla no estaba previsto y nos sorprendió a todos. No te culpes. De haber estado allí, simplemente podrías haber muerto tú- Fue muy directa acerca de eso y después se sentó en una silla.
-Es normal. Lo mejor será qué por ahora te mantengas en…- Lo analizó un poco y los miró a los dos -Creo que debería quedarse internada por todo lo que queda de embarazo. Desde el principio sabíamos que iba a ser complicado pero con todo el ataque creo que lo mejor es mantenerla vigilada aquí- Después empezó encender la máquina y alargó la mano para empezar con la eco. El retumbe de los corazones de 13 cachorros llenó la habitación y Anteia sonrió pero agudizó el oído -Lo intentaremos- La explicó a Altair y después de eso simplemente se concentró. Intentó dividir los sonidos, había unos más lentos que otros y aquello le preocupó pero no diría nada por el momento porque estaban allí. Estuvo callada durante bastante tiempo buscando a los 13 en el vientre de la licántropa, marcando cada uno de ellos en la pantalla y cuando consiguió a uno -el más grande- moverse sonrió de lado -Este se ha dejado ver…Es un varón- Murmuró mirando a Altaïr y luego a Kiana -Los demás aún no…Pero quizás en la próxima ecografía. Pensar que…Se están peleando por espacio. Tienes que empezar a hidratarte mucho la piel, Kiana porque tendrás una gran…gran….gran panza- Mencionó y luego apagó la eco imprimiéndola para ellos.
-Lo dicho, debe mantenerse aquí. Hay…algunos que tienen un latido un poco más débil así que es preciso que te alimentes, descanses y no te preocupes- Volvió la vista a Altaïr -Y que, por favor, la mimes mucho…Lo necesitará. ¿Tenéis alguna duda más?- Preguntó.
Probabilidad de ver el sexo: Éxito
¿Cuántos?: 1 xD
-Es normal. Lo mejor será qué por ahora te mantengas en…- Lo analizó un poco y los miró a los dos -Creo que debería quedarse internada por todo lo que queda de embarazo. Desde el principio sabíamos que iba a ser complicado pero con todo el ataque creo que lo mejor es mantenerla vigilada aquí- Después empezó encender la máquina y alargó la mano para empezar con la eco. El retumbe de los corazones de 13 cachorros llenó la habitación y Anteia sonrió pero agudizó el oído -Lo intentaremos- La explicó a Altair y después de eso simplemente se concentró. Intentó dividir los sonidos, había unos más lentos que otros y aquello le preocupó pero no diría nada por el momento porque estaban allí. Estuvo callada durante bastante tiempo buscando a los 13 en el vientre de la licántropa, marcando cada uno de ellos en la pantalla y cuando consiguió a uno -el más grande- moverse sonrió de lado -Este se ha dejado ver…Es un varón- Murmuró mirando a Altaïr y luego a Kiana -Los demás aún no…Pero quizás en la próxima ecografía. Pensar que…Se están peleando por espacio. Tienes que empezar a hidratarte mucho la piel, Kiana porque tendrás una gran…gran….gran panza- Mencionó y luego apagó la eco imprimiéndola para ellos.
-Lo dicho, debe mantenerse aquí. Hay…algunos que tienen un latido un poco más débil así que es preciso que te alimentes, descanses y no te preocupes- Volvió la vista a Altaïr -Y que, por favor, la mimes mucho…Lo necesitará. ¿Tenéis alguna duda más?- Preguntó.
Probabilidad de ver el sexo: Éxito
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Ocupación
Bando
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Edad
Nacionalidad
El miembro 'Anteia Malfoy' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
#1 'Probabilidad' :
--------------------------------
#2 'Dado opciones' : 1
#1 'Probabilidad' :
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#2 'Dado opciones' : 1
Entendía que Cath estuviera conmigo e intentando animarme a su manera pero me sentía tan devastado que no podía ver el lado positivo de las cosas e incluso eso me hacía sentir mal conmigo mismo porque sabía que no era el momento y aún así no conseguía reponerme. Empecé a autocompadecerme y a hundirme en mis pensamientos negativos pensando en mi mismo como alguien en quien nadie se molestaría en confiar pero Catherine se encargó de darme una visión muy distinta sobre mi mismo pero también sabía lo que estaba pensando, no podía creer en eso y lo negaría todo.
Sollocé cuando me dijo que no era sanador, eso era cierto pero no dejaba de pensar que si fuera mejor tal vez Lucio no habría acabado así, durante la batalla podría haber defendido a Giordano y además podría haber evitado que Lucio acabara tan al herido, podría haberlo protegido pero mi debilidad me lo impidió. Estaba intentando contenerme pero no podía dejar de llorar, me limpiaba las lágrimas una y otra vez con las mangas de la ropa frotándome los ojos y sin ver más allá de mi mismo por lo que no me percaté del gesto de la morena cuando mencioné a los Pendragon solo noté que se levantaba de la cama pensando que se marcharía porque seguramente tendría mejores cosas que hacer que estar aguantando al llorica de su amigo.
Me encogí aún más ocultando mi rostro cuando escuché la puerta abrirse pero los pasos no se alejaron, miré de reojo a Catherine que traía una bandeja de comida y entonces mi cuerpo se tensó, estiré las piernas y puse la espalda recta en contra de mi voluntad por lo que fruncí ligeramente el ceño, odiaba que Catherine hiciera eso conmigo pero no tenía ganas ni de quejarme, el peso de la bandeja vino acompañado de una buena bronca -p..pero..- nada, no había lugar a replicas en el discurso de Catherine -Eso es porque eres fuerte Cath, porque no te dejas vencer, pero dime... ¿no has pensado alguna vez que tal vez Ian sería mucho feliz con otra persona? ¿que si no fueras tu simplemente podría haber llevado otra vida?... Lucio debería casarse con una buena mujer como hizo Sayid, tener una familia para que sus padres... para que sus padres estén orgullosos de él allá dónde estén- porque si no fuera suficiente con todo eso encima quedaba darle la noticia de que ambos habían muerto y si no lo hacía yo ¿quién se lo iba a decir? seguramente aquél médico sin tacto alguno -Han muerto Cath, sus padres... mientras él estaba en coma, solo le pasan cosas horribles desde que está conmigo, yo me acerqué a él, es culpa mía...-
Me dijo que llorara y eso haría, pero también tenía razón en que debía devolverle a Lucio todo lo que había hecho por mi, de momento sería su apoyo pero la duda ya estaba sembrada en mi interior. Me quedé lloriqueando un poco más hasta que Catherine dijo aquellas palabras en latín -te has equivocado de partícula- dije mientras sorbía los mocos y le echaba un vistazo a la bandeja del desayuno por que a decir verdad, no había probado bocado en un par de días.
Sollocé cuando me dijo que no era sanador, eso era cierto pero no dejaba de pensar que si fuera mejor tal vez Lucio no habría acabado así, durante la batalla podría haber defendido a Giordano y además podría haber evitado que Lucio acabara tan al herido, podría haberlo protegido pero mi debilidad me lo impidió. Estaba intentando contenerme pero no podía dejar de llorar, me limpiaba las lágrimas una y otra vez con las mangas de la ropa frotándome los ojos y sin ver más allá de mi mismo por lo que no me percaté del gesto de la morena cuando mencioné a los Pendragon solo noté que se levantaba de la cama pensando que se marcharía porque seguramente tendría mejores cosas que hacer que estar aguantando al llorica de su amigo.
Me encogí aún más ocultando mi rostro cuando escuché la puerta abrirse pero los pasos no se alejaron, miré de reojo a Catherine que traía una bandeja de comida y entonces mi cuerpo se tensó, estiré las piernas y puse la espalda recta en contra de mi voluntad por lo que fruncí ligeramente el ceño, odiaba que Catherine hiciera eso conmigo pero no tenía ganas ni de quejarme, el peso de la bandeja vino acompañado de una buena bronca -p..pero..- nada, no había lugar a replicas en el discurso de Catherine -Eso es porque eres fuerte Cath, porque no te dejas vencer, pero dime... ¿no has pensado alguna vez que tal vez Ian sería mucho feliz con otra persona? ¿que si no fueras tu simplemente podría haber llevado otra vida?... Lucio debería casarse con una buena mujer como hizo Sayid, tener una familia para que sus padres... para que sus padres estén orgullosos de él allá dónde estén- porque si no fuera suficiente con todo eso encima quedaba darle la noticia de que ambos habían muerto y si no lo hacía yo ¿quién se lo iba a decir? seguramente aquél médico sin tacto alguno -Han muerto Cath, sus padres... mientras él estaba en coma, solo le pasan cosas horribles desde que está conmigo, yo me acerqué a él, es culpa mía...-
Me dijo que llorara y eso haría, pero también tenía razón en que debía devolverle a Lucio todo lo que había hecho por mi, de momento sería su apoyo pero la duda ya estaba sembrada en mi interior. Me quedé lloriqueando un poco más hasta que Catherine dijo aquellas palabras en latín -te has equivocado de partícula- dije mientras sorbía los mocos y le echaba un vistazo a la bandeja del desayuno por que a decir verdad, no había probado bocado en un par de días.
-No soy tan fuerte como crees que soy, sólo soy mejor ocultándolo. Puedo estar llorando y en este momento tendrías una ilusión en tus narices- Le indicó, arqueando una ceja, y exponiendo una verdad muy cierta. A fin de cuentas, era una estrategia que había usado más de una vez frente al Consejo. La pregunta sobre Ian hizo que apartara la vista de él y se incorporara para ir hacia la ventana. Lo cierto es que Catherine había pensado eso muchas veces. Porque su vida política se inmiscuía constantemente en su familia. No sólo por las reglas, leyes y órdenes sino por la amenaza constante. Miró hacia el cielo, como si de pronto temiera la aparición de los dragones -Todo el tiempo- Le respondió a su amigo tras un largo rato de silencio -Me pregunto si, de no haberme conocido, habría acabado casado con Azahar y sería feliz. Sé que sería feliz- Explicó y después otro pensamiento voló a su mente. Absolutamente distinto, pero no así algo que podría ser irreal. Era algo que podría haber pasado, Catherine era plenamente consciente -O podría haber conseguido a alguien en el clan de los Fenrir, como Savannah. Es una buena mujer, tiene un buen corazón y creo que podría haberlo hecho feliz…- Indicó con un tono que implicaba que su mente estaba muy lejos, en todos esos escenarios que le partían el corazón -Pero no por eso dejé de trabajar en mí misma para convertirme en la mujer que sería capaz de hacerlo feliz, de hacerlo sonreír cada mañana, de darle todo lo que se merece. No por eso renuncié como una cobarde...porque él me eligió a mí, por encima de todas ellas- Le respondió a Sean girándose hacia él.
-No es culpa tuya…- Las palabras que le soltaba Sean eran tan parecidas a sus propios pensamientos cuando había conocido a Ian -Cuando yo conocí a Ian lo capturaron los de la Alianza y lo torturaron y fue mi culpa. Esa sí fue mi culpa. Porque yo estaba allí abajo por decisión propia cuando me dijeron que no y él fue a defenderme y acabo reventado…- Le recorrió el lloroso rostro con el ceño levemente fruncido. Todo lo que había ocurrido después...Catherine se había convertido en un fantasma de lo que era y Anteia no había parado de decírselo, Desmond había intentando millones de formas de hacer que comiera y siguiera existiendo -Y después de eso...Después de todo eso, hoy estamos aquí- Miró hacia su anular, hacia su anillo de matrimonio y lo acarició con suavidad -Tú no tienes la culpa de esta guerra Sean...Nosotros no tenemos la culpa de esta guerra. Y si sus padres han muerto entonces nadie mejor que tú habrá para consolarlo-
Pareció volver un poco en sí, Catherine soltó lentamente el aire mientras pensaba que ...Que quería pintar. Quería pintar Ouroboros en ese momento de gracia y felicidad. Quería pintar el invierno que los hacía sentirse tan a gusto en los brazos de sus seres queridos. Quería pintar la alegría que aún calentaba su pecho después de ver esa foto...Y la pérdida, la pérdida no sólo de los padres de Lucio sino de toda la gente de la isla...Esas cicatrices que no todos serían capaz de sanar. Porque no...no habían logrado salvarlos a todos. Un escalofrío le recorrió cuando la corrigió -Púdrete- Le gruñó con una sonrisa leve.
-No es culpa tuya…- Las palabras que le soltaba Sean eran tan parecidas a sus propios pensamientos cuando había conocido a Ian -Cuando yo conocí a Ian lo capturaron los de la Alianza y lo torturaron y fue mi culpa. Esa sí fue mi culpa. Porque yo estaba allí abajo por decisión propia cuando me dijeron que no y él fue a defenderme y acabo reventado…- Le recorrió el lloroso rostro con el ceño levemente fruncido. Todo lo que había ocurrido después...Catherine se había convertido en un fantasma de lo que era y Anteia no había parado de decírselo, Desmond había intentando millones de formas de hacer que comiera y siguiera existiendo -Y después de eso...Después de todo eso, hoy estamos aquí- Miró hacia su anular, hacia su anillo de matrimonio y lo acarició con suavidad -Tú no tienes la culpa de esta guerra Sean...Nosotros no tenemos la culpa de esta guerra. Y si sus padres han muerto entonces nadie mejor que tú habrá para consolarlo-
Pareció volver un poco en sí, Catherine soltó lentamente el aire mientras pensaba que ...Que quería pintar. Quería pintar Ouroboros en ese momento de gracia y felicidad. Quería pintar el invierno que los hacía sentirse tan a gusto en los brazos de sus seres queridos. Quería pintar la alegría que aún calentaba su pecho después de ver esa foto...Y la pérdida, la pérdida no sólo de los padres de Lucio sino de toda la gente de la isla...Esas cicatrices que no todos serían capaz de sanar. Porque no...no habían logrado salvarlos a todos. Un escalofrío le recorrió cuando la corrigió -Púdrete- Le gruñó con una sonrisa leve.
-Tu y tus ilusiones...- contesté a las palabras de la morena, ambos teníamos un concepto bastante distinto el uno del otro, para mi ella era Catherine Lefay, mi amiga, una mujer templada que no se dejaba derrotar por nada ni nadie, alguien que apenas dejaba ver sus sentimientos pero si la conocías lo suficiente podías llegar a comprenderla, alguien que había sufrido demasiado en la vida y que aún así allí estaba, en mi habitación intentando que yo levantara la cabeza por mis dudas absurdas que no eran nada comparado a todo lo que ella había pasado. Mis dudas e inquietudes salieron de mis labios y la respuesta de Catherine me hizo mirarla con un gesto de disculpa, no quería insinuar nada, al entrar me había dicho que por fin se encontraba feliz y en paz con su familia pero yo cuestionaba su felicidad.
Para mi sorpresa no estaba tan loco y mis dudas no eran descabelladas, ella se había sentido igual, me sorprendió lo de Azahar, a Savannah la conocí en el bosque antes de la misión, dos personas que conocía pero a mi parecer ninguna tan excepcional como Catherine. La escuché en silencio, había conseguido superarse, aferrarse a la persona que amaba pero yo no dejaba de pensar que era una situación algo diferente. "La guerra no es culpa tuya" al menos eso si me entró en la cabeza y me sentía un poco mejor pero darle la noticia a Lucio sería difícil y complicado pues solo podía pensar en el estado que se había despertado, seguramente esa noticia lo devastaría.
Cuando conseguí calmarme sonreí levemente al insulto de Catherine, era su manera de decir "te quiero" o al menos eso quería pensar. Tomé algo de fruta de la bandeja pensando en el huerto de Lucio que había dejado descuidado con todo el jaleo, tendría que pedirle ayuda a Sofía para poder dejarlo decente antes de que pudiéramos volver a casa... suspiré pesadamente porque si Lucio no me recordaba ¿ a que casa volvería? a la de sus padres? a la suya o a la nuestra? todo eran problemas.
Alguien llamó a la puerta y una de las enfermeras pasó con una sonrisa de oreja a oreja, tenía buenas noticias, Lucio había despertado y se encontraba bien, lo subirían a planta en breves pero a pesar de la felicidad extrema de poder verlo vivo y fuera de peligro estaba el miedo aderezado por la duda sobre si podría recordarme o no, miré a Catherine con algo de pánico -No te vayas...- dije en un tono casi de súplica, ya no me apetecía el desayuno, se me había cerrado el estómago de golpe y ahora solo quería verlo tanto para saber que estaba bien como para recibir el golpe de una sola vez.
Para mi sorpresa no estaba tan loco y mis dudas no eran descabelladas, ella se había sentido igual, me sorprendió lo de Azahar, a Savannah la conocí en el bosque antes de la misión, dos personas que conocía pero a mi parecer ninguna tan excepcional como Catherine. La escuché en silencio, había conseguido superarse, aferrarse a la persona que amaba pero yo no dejaba de pensar que era una situación algo diferente. "La guerra no es culpa tuya" al menos eso si me entró en la cabeza y me sentía un poco mejor pero darle la noticia a Lucio sería difícil y complicado pues solo podía pensar en el estado que se había despertado, seguramente esa noticia lo devastaría.
Cuando conseguí calmarme sonreí levemente al insulto de Catherine, era su manera de decir "te quiero" o al menos eso quería pensar. Tomé algo de fruta de la bandeja pensando en el huerto de Lucio que había dejado descuidado con todo el jaleo, tendría que pedirle ayuda a Sofía para poder dejarlo decente antes de que pudiéramos volver a casa... suspiré pesadamente porque si Lucio no me recordaba ¿ a que casa volvería? a la de sus padres? a la suya o a la nuestra? todo eran problemas.
Alguien llamó a la puerta y una de las enfermeras pasó con una sonrisa de oreja a oreja, tenía buenas noticias, Lucio había despertado y se encontraba bien, lo subirían a planta en breves pero a pesar de la felicidad extrema de poder verlo vivo y fuera de peligro estaba el miedo aderezado por la duda sobre si podría recordarme o no, miré a Catherine con algo de pánico -No te vayas...- dije en un tono casi de súplica, ya no me apetecía el desayuno, se me había cerrado el estómago de golpe y ahora solo quería verlo tanto para saber que estaba bien como para recibir el golpe de una sola vez.
Tras aparecer en recepcion de hospital con los planos aun doblados bajo el brazo, habia preguntado alli por Eire y Galenus. Me dieron indicaciones, uno seguia en UCI, asi que nada.... lo que no esperaba es que al otro lo hubiesen vuelto a ingresar.
Subí escaleras corriendo hasta llegar a la planta que me indicaron.
Esquivé a una enfermera risueña, que al parecer, salía del cuarto de Sean.
Al entrar lo vi alli, acompañado por Catherine. Me quité los planos de debajo del brazo y los doblé mas, metiendolos a presion, arrugados y mal, en mi abrigo.
"mision 1"
- Hola, como estáis? Como está Lucio? Acabo de enterarme.
Subí escaleras corriendo hasta llegar a la planta que me indicaron.
Esquivé a una enfermera risueña, que al parecer, salía del cuarto de Sean.
Al entrar lo vi alli, acompañado por Catherine. Me quité los planos de debajo del brazo y los doblé mas, metiendolos a presion, arrugados y mal, en mi abrigo.
"mision 1"
- Hola, como estáis? Como está Lucio? Acabo de enterarme.
No intervengo en la charla entre Altaïr y Anteia porque mis dientes todavía están agarrando la mano del licántropo a ésa altura y porque todo está dicho. Me culpo más a mí por no haber sido lo suficientemente fuerte para siquiera hacerles un rasguño a aquellos trolls de metal y por haber huído de la batalla que al descendiente de Licaón. Está de vuelta y está vivo, eso quiere decir que no tengo que ir a buscarlo y despellejarlo para cocinarlo y servirlo en la cena, lo que es bueno, pero siendo su compañera también quiero participar en lo que él hace. Mi mandíbula deja ir la mano del hombre y entre sus caricias en mi vientre que me hacen sentir cosquilleos entre las piernas y las palabras de la chamana que me recuerdan el calor y el sabor salado de la piel de Altaïr sobre la mía, el deseo pronto se refleja en mí mirada que va desde sus ojos a su boca, pero el hecho de no tener la gran pata de cerdo cuando la pido interrumpe mi acaloramiento. -La quiero ahora.- Digo con calma.
Suspiro aliviada al conseguir una posición más cómoda acostada en la camilla con la ayuda del licántropo, su tacto me distrae del molesto tirón que siento en el bajo abdomen. -¿En reposo?- Termino la oración por la rubia, estoy a punto de preguntar por cuánto tiempo cuando suelta que me debería quedar por todo lo que queda de embarazo. Eso me disgusta, estoy calmadamente disgustada. Quedarme en la casa del descendiente de Licaón era una cosa, a pesar de estar lejos de la naturaleza sentía la presencia del hombre que le daba un soplo de atractivo aire primitivo y elemental, aunque él no siempre estaba por una u por otra razón, pero quedarme en este sitio completamente extraño... -¿No pueden ponerme una cama como la de Altaïr en el bosque? Una manta sería suficiente.- Pregunto, mi expresión deja claro que la idea de permanecer aquí no me gusta para nada, en lo más mínimo, pero primero; los cachorros.
Tomo la mano del licántropo para apartarla de mí barriga y dejar hacer a la curandera pero no la suelto porque lo noto tenso, él me había animado a poner mi confianza en Anteia y tengo fe en la mujer porque ella hasta ahora siempre se mostró preocupada por el bienestar de los cachorros y el mío, eso no significa que me sienta tan segura con ella como con mi clan o con el descendiente de Licaón, pero no está muy lejos aunque siempre estoy lista para reaccionar, al menos, a un ataque físico. Al escuchar esos sonidos suelto aire en un suspiro que no sabía que retenía. Siguen ahí, mis cachorros, la esperanza de mi clan sigue viva. Yo fui capaz de mantenerlos a salvo y ellos fueron fuertes. Me imagino a unos poderosos licántropos, con la sangre de Licaón corriendo por sus venas, trotando sobre el verdor entre gruesos árboles. Eso me saca una sonrisa y giro el rostro para mirar al hombre junto a mí e intentar conectar con sus ojos mientras le doy un apretón a su mano.
Pasa el tiempo, pero no me importa demasiado, supongo que ese sonido son mis hijos y saber que están allí me hace feliz, podría no hacer más que escuchar ese ruido en silencio por el resto de mi vida. Cuando la rubia dice de uno que se dejó ver y que es un varón centro mi atención en ella y luego en la pantalla aunque no entiendo nada de lo que veo ahí. ¿Un varón?¿Eso quiere decir que el resto son todas mujeres? Eso tal vez permitiría que muchos de mis nietos se queden en el clan y no sea tan difícil rastrearlos, eso es bueno. Sonrío ante la idea de los cachorros peleando desde antes de nacer, serían unos ganadores con su primer llanto. Me miro la barriga cuando la chamana predice que se pondrá muy grande. -En realidad, comparado con mis anteriores embarazos a ésta altura, ya estoy bastante grande. Se nota que llevo a más de tres bebés, mi récord anterior a Altaïr.- Explico. Dejo que él agarre el papel que la mujer nos entrega mientras yo acaricio mi vientre hinchado y lo miro con anhelo. Ya quiero enseñarles las maravillas de lo salvaje, lo privilegiados que son por ser licántropos y cuánto podrían ayudar compartiendo su privilegio al convertir a los que se lo merecen.
-Queremos declarar públicamente que somos compañeros y no lo quiero hacer aquí, quiero hacerlo en el bosque, ante todos y que haya mucha carne, jamón sobre todo. Quiero que los árboles y la luna escuchen y sean testigos de nuestra promesa.- Digo lo último mirando profundamente al licántropo luego de que la rubia pregunte si tenemos dudas. -Luego de eso quiero que la descendiente de Confucio me duerma hasta que nazcan los cachorros, es terriblemente doloroso ignorar el llamado de la luna cada mes, los licántropos no deberían hacerlo, es como decidir no respirar.- Pero yo aguantaría la respiración el tiempo necesario por mí clan.
Suspiro aliviada al conseguir una posición más cómoda acostada en la camilla con la ayuda del licántropo, su tacto me distrae del molesto tirón que siento en el bajo abdomen. -¿En reposo?- Termino la oración por la rubia, estoy a punto de preguntar por cuánto tiempo cuando suelta que me debería quedar por todo lo que queda de embarazo. Eso me disgusta, estoy calmadamente disgustada. Quedarme en la casa del descendiente de Licaón era una cosa, a pesar de estar lejos de la naturaleza sentía la presencia del hombre que le daba un soplo de atractivo aire primitivo y elemental, aunque él no siempre estaba por una u por otra razón, pero quedarme en este sitio completamente extraño... -¿No pueden ponerme una cama como la de Altaïr en el bosque? Una manta sería suficiente.- Pregunto, mi expresión deja claro que la idea de permanecer aquí no me gusta para nada, en lo más mínimo, pero primero; los cachorros.
Tomo la mano del licántropo para apartarla de mí barriga y dejar hacer a la curandera pero no la suelto porque lo noto tenso, él me había animado a poner mi confianza en Anteia y tengo fe en la mujer porque ella hasta ahora siempre se mostró preocupada por el bienestar de los cachorros y el mío, eso no significa que me sienta tan segura con ella como con mi clan o con el descendiente de Licaón, pero no está muy lejos aunque siempre estoy lista para reaccionar, al menos, a un ataque físico. Al escuchar esos sonidos suelto aire en un suspiro que no sabía que retenía. Siguen ahí, mis cachorros, la esperanza de mi clan sigue viva. Yo fui capaz de mantenerlos a salvo y ellos fueron fuertes. Me imagino a unos poderosos licántropos, con la sangre de Licaón corriendo por sus venas, trotando sobre el verdor entre gruesos árboles. Eso me saca una sonrisa y giro el rostro para mirar al hombre junto a mí e intentar conectar con sus ojos mientras le doy un apretón a su mano.
Pasa el tiempo, pero no me importa demasiado, supongo que ese sonido son mis hijos y saber que están allí me hace feliz, podría no hacer más que escuchar ese ruido en silencio por el resto de mi vida. Cuando la rubia dice de uno que se dejó ver y que es un varón centro mi atención en ella y luego en la pantalla aunque no entiendo nada de lo que veo ahí. ¿Un varón?¿Eso quiere decir que el resto son todas mujeres? Eso tal vez permitiría que muchos de mis nietos se queden en el clan y no sea tan difícil rastrearlos, eso es bueno. Sonrío ante la idea de los cachorros peleando desde antes de nacer, serían unos ganadores con su primer llanto. Me miro la barriga cuando la chamana predice que se pondrá muy grande. -En realidad, comparado con mis anteriores embarazos a ésta altura, ya estoy bastante grande. Se nota que llevo a más de tres bebés, mi récord anterior a Altaïr.- Explico. Dejo que él agarre el papel que la mujer nos entrega mientras yo acaricio mi vientre hinchado y lo miro con anhelo. Ya quiero enseñarles las maravillas de lo salvaje, lo privilegiados que son por ser licántropos y cuánto podrían ayudar compartiendo su privilegio al convertir a los que se lo merecen.
-Queremos declarar públicamente que somos compañeros y no lo quiero hacer aquí, quiero hacerlo en el bosque, ante todos y que haya mucha carne, jamón sobre todo. Quiero que los árboles y la luna escuchen y sean testigos de nuestra promesa.- Digo lo último mirando profundamente al licántropo luego de que la rubia pregunte si tenemos dudas. -Luego de eso quiero que la descendiente de Confucio me duerma hasta que nazcan los cachorros, es terriblemente doloroso ignorar el llamado de la luna cada mes, los licántropos no deberían hacerlo, es como decidir no respirar.- Pero yo aguantaría la respiración el tiempo necesario por mí clan.
--- Habitación de Sean (con Catherine y Giordano) ---
Los sanitarios que me habían atendido me prepararon para poder bajarme a otra planta después de hacer las pruebas pertinentes, y yo les había pedido que me pusiesen en la misma habitación en la que estaba Sean. Durante el trayecto estaba bastante impaciente y nervioso por saber cómo le encontraría. Tal vez me habían dicho una verdad a medias para que no me preocupase.
Al doblar el pasillo vi que Giordano dirigirse hacia una habitación, así que supuse que esa sería a la que me llevarían. Enseguida metieron mi cama dentro de la habitación, empujando un poco a Gio porque se había quedado en la puerta y así no podíamos pasar. - Pues vivo, que no es poco. - respondí agradecido al escuchar que estaba preguntando por mí justo en el momento en que entramos. - Perdón por el atropello, Gio. - me disculpé mientras el sanitario terminaba de pasar mi cama, pudiendo ver por fin el resto de la habitación y quien quiera que estuviese dentro. Catherine fue a la primera que vi, y después me dio un pequeño salto el corazón al ver que estaba junto a la cama en la que estaba él, la persona a la que quería ver desde que había despertado. No me habían mentido, estaba despierto, pero eso no quitaba la preocupación porque seguía estando en el hospital.
- ¡Sean!- me incorporé un poco como pude para verle mejor, esperando a que dejasen quieta la cama. Al final la colocaron en paralelo a la suya, aunque lo suficientemente separadas para que no pudiese llegar aunque extendiese el brazo. Él tenía bastante mala cara y parecía que había llorado, lo cual cuadraba con lo del ataque de ansiedad que me habían dicho arriba. - Ya me han contado casi todo...cuánto lo siento. ¿Cómo estás? ¿Qué te han dicho los médicos? - miré después a Catherine como buscando sinceridad, porque él seguro que no me lo quería decir todo. - Gracias a los dos por acompañarle...sois buenos amigos.
Los sanitarios que me habían atendido me prepararon para poder bajarme a otra planta después de hacer las pruebas pertinentes, y yo les había pedido que me pusiesen en la misma habitación en la que estaba Sean. Durante el trayecto estaba bastante impaciente y nervioso por saber cómo le encontraría. Tal vez me habían dicho una verdad a medias para que no me preocupase.
Al doblar el pasillo vi que Giordano dirigirse hacia una habitación, así que supuse que esa sería a la que me llevarían. Enseguida metieron mi cama dentro de la habitación, empujando un poco a Gio porque se había quedado en la puerta y así no podíamos pasar. - Pues vivo, que no es poco. - respondí agradecido al escuchar que estaba preguntando por mí justo en el momento en que entramos. - Perdón por el atropello, Gio. - me disculpé mientras el sanitario terminaba de pasar mi cama, pudiendo ver por fin el resto de la habitación y quien quiera que estuviese dentro. Catherine fue a la primera que vi, y después me dio un pequeño salto el corazón al ver que estaba junto a la cama en la que estaba él, la persona a la que quería ver desde que había despertado. No me habían mentido, estaba despierto, pero eso no quitaba la preocupación porque seguía estando en el hospital.
- ¡Sean!- me incorporé un poco como pude para verle mejor, esperando a que dejasen quieta la cama. Al final la colocaron en paralelo a la suya, aunque lo suficientemente separadas para que no pudiese llegar aunque extendiese el brazo. Él tenía bastante mala cara y parecía que había llorado, lo cual cuadraba con lo del ataque de ansiedad que me habían dicho arriba. - Ya me han contado casi todo...cuánto lo siento. ¿Cómo estás? ¿Qué te han dicho los médicos? - miré después a Catherine como buscando sinceridad, porque él seguro que no me lo quería decir todo. - Gracias a los dos por acompañarle...sois buenos amigos.
Alzó un hombro, restándole importancia a eso de las ilusiones. Era su mecanismo de defensa y seguiría usándolo siempre que fuera necesario. Lo dejó analizar sus palabras y cuando vio que poco a poco iba calmándose suspiró. Suficiente, había sido suficiente esta vez pero estaba bien…Estaba acostumbrada a esos pensamientos autocríticos y destructivos.
Entonces llegó alguien con la noticia de que Lucio había despertado, Catherine sonrió levemente. Estaba, ahora, mucho más calmada. Apreciaba a Lucio aunque podrían tener ciertas diferencias en los métodos de acción pero…La había apoyado tanto…Tanto... Tantísimo que no podía hacer más que estar allí para él. Las palabras de Sean hicieron que ella asintiera con suavidad, no lo abandonaría.
Después de eso llegó Giordano, como siempre, parecía metido en mil cosas al mismo tiempo. La morena frunció suavemente el ceño. -Muy bien. Nos acaban de informar que ha despertado, lo traen en seguida- La mirada de Catherine delineó lo rasgos de Giordano lentamente, evaluándolo -Quiero hablar contigo cuando termines aquí. Más te vale tener espacio en tu agenda- Advirtió secamente con la cara llena de….”nada” -Y gracias por los regalos a Aedan. Los ha disfrutado- Añadió, suavizando el tono antes de que entraran con Lucio.
Observó a Sean con una sonrisa, notando que había reconocido a Gio y luego a él. Se sintió un poco en el medio, ya que estaba al lado de Sean y había extendido una mano para cogerlo del hombro en caso de que la situación fuera terrible. La morena bajó la vista hacia Lucio mientras se alejaba de Sean -Ha tenido un episodio autodestructivo. Muy Le Fay...Pero como buena heredera, he sabido solucionarlo- Dijo con soberbia, regalándole una sonrisa sardónica a Sean antes de mirar a Lucio haciendo un movimiento de la cabeza cuando mencionó que eran buenos amigos -Si no podemos confiar en nuestros amigos en estos momentos…¿En quién?...- Lo dijo con rintintin, pero no miró a nadie porque se acercaba a los pies de la cama de Sean, con un esfuerzo propio movió la camilla de Sean para acercarla más a la de Lucio y que pudieran darse la mano. Observó a uno y luego a otro -Estoy segura de que tienen mucho de qué hablar. Lucio, me alegro de que te encuentres bien…Sean…- No hubo palabras reales, sólo un pensamiento “Si yo he podido, tú también”. Tras eso se irguió un poco más, con la barbilla levantada y miró al tecnomago -Te espero afuera- Mencionó -Descansad, Feliz navidad- Susurró y en efecto salió de la habitación y se alejó un poco para esperar al italiano en el pasillo.
Entonces llegó alguien con la noticia de que Lucio había despertado, Catherine sonrió levemente. Estaba, ahora, mucho más calmada. Apreciaba a Lucio aunque podrían tener ciertas diferencias en los métodos de acción pero…La había apoyado tanto…Tanto... Tantísimo que no podía hacer más que estar allí para él. Las palabras de Sean hicieron que ella asintiera con suavidad, no lo abandonaría.
Después de eso llegó Giordano, como siempre, parecía metido en mil cosas al mismo tiempo. La morena frunció suavemente el ceño. -Muy bien. Nos acaban de informar que ha despertado, lo traen en seguida- La mirada de Catherine delineó lo rasgos de Giordano lentamente, evaluándolo -Quiero hablar contigo cuando termines aquí. Más te vale tener espacio en tu agenda- Advirtió secamente con la cara llena de….”nada” -Y gracias por los regalos a Aedan. Los ha disfrutado- Añadió, suavizando el tono antes de que entraran con Lucio.
Observó a Sean con una sonrisa, notando que había reconocido a Gio y luego a él. Se sintió un poco en el medio, ya que estaba al lado de Sean y había extendido una mano para cogerlo del hombro en caso de que la situación fuera terrible. La morena bajó la vista hacia Lucio mientras se alejaba de Sean -Ha tenido un episodio autodestructivo. Muy Le Fay...Pero como buena heredera, he sabido solucionarlo- Dijo con soberbia, regalándole una sonrisa sardónica a Sean antes de mirar a Lucio haciendo un movimiento de la cabeza cuando mencionó que eran buenos amigos -Si no podemos confiar en nuestros amigos en estos momentos…¿En quién?...- Lo dijo con rintintin, pero no miró a nadie porque se acercaba a los pies de la cama de Sean, con un esfuerzo propio movió la camilla de Sean para acercarla más a la de Lucio y que pudieran darse la mano. Observó a uno y luego a otro -Estoy segura de que tienen mucho de qué hablar. Lucio, me alegro de que te encuentres bien…Sean…- No hubo palabras reales, sólo un pensamiento “Si yo he podido, tú también”. Tras eso se irguió un poco más, con la barbilla levantada y miró al tecnomago -Te espero afuera- Mencionó -Descansad, Feliz navidad- Susurró y en efecto salió de la habitación y se alejó un poco para esperar al italiano en el pasillo.
Sentí toda una revolución de sentimientos y pensamientos que por un momento me enturbiaron la cabeza cuando me informaron que Lucio estaba bien, sintiendo como mi corazón respondía a aquello acelerándose más de la cuenta, miré a Catherine para que no me dejara solo porque necesitaba a alguien que me mantuviera con los pies en tierra. -Gracias- le dije a la enfermera que se marchó de inmediato y entonces suspiré, ya no me apetecía el desayuno así que dejé la bandeja en la mesita al lado de la cama, la puerta se abrió una vez más y sentí que me iba a dar otro ataquito hasta que vi a Giordano preguntando por nosotros... a buenas horas. Entorné un poco los ojos para mirarlo -Pensaba que estarías celebrando tu compromiso- y ya, solo quería sacarme la espinita, aparté la manta que me cubría para poder salir de la cama, necesitaba ir al baño pero entonces la voz de Lucio me hizo abrir los ojos de par en par, me quedé inmóvil sin poder creerlo, miré a Catherine y después volví a mirarlo a él sin saber muy bien que hacer.
-No..no te muevas- alcancé a decir de modo casi automático al ver que intentaba incorporarse, teniendo en cuenta que lo habían operado la noche anterior que hiciera esfuerzos no era lo más adecuado, Catherine se separó de mi y estiré una mano para pillarla y que no se fuera pero la maldita ya me estaba traicionando diciendo cosas innecesarias -¡Catherine!- exclamé cuando la morena se chivó sobre lo que habíamos hablado solo unos instantes antes y no contenta con eso acercó mi cama a la de Lucio , encogí las piernas para que no me las pillara y la miré a ella... no había salvación pero aún quedaba Giordano para suplicarle con la mirada que no se fuera.
Lucio había estado muy cerca de morir y sin embargo lo primero que había hecho al llegar era preguntar por mi estado, cuando me decidí a mirarlo me mordí el labio inferior, tenía que olvidarme del instinto de huida y enfrentarme a ello, ser el apoyo de Lucio en ese momento -Yo estoy bien, no le creas a Catherine, solo necesitaba descansar, eso es todo- estiré la mano para alcanzar la suya pero me detuve un segundo ¿de verdad volvía a ser él? tal vez se apartaría... alcé la mirada para por fin encontrarme con sus ojos y sentí que se me encogía el pecho, al menos estaba despierto, estaba vivo y estaba conmigo, quería abrazarlo, quería besarlo pero mi cuerpo estaba bloqueado.
-No..no te muevas- alcancé a decir de modo casi automático al ver que intentaba incorporarse, teniendo en cuenta que lo habían operado la noche anterior que hiciera esfuerzos no era lo más adecuado, Catherine se separó de mi y estiré una mano para pillarla y que no se fuera pero la maldita ya me estaba traicionando diciendo cosas innecesarias -¡Catherine!- exclamé cuando la morena se chivó sobre lo que habíamos hablado solo unos instantes antes y no contenta con eso acercó mi cama a la de Lucio , encogí las piernas para que no me las pillara y la miré a ella... no había salvación pero aún quedaba Giordano para suplicarle con la mirada que no se fuera.
Lucio había estado muy cerca de morir y sin embargo lo primero que había hecho al llegar era preguntar por mi estado, cuando me decidí a mirarlo me mordí el labio inferior, tenía que olvidarme del instinto de huida y enfrentarme a ello, ser el apoyo de Lucio en ese momento -Yo estoy bien, no le creas a Catherine, solo necesitaba descansar, eso es todo- estiré la mano para alcanzar la suya pero me detuve un segundo ¿de verdad volvía a ser él? tal vez se apartaría... alcé la mirada para por fin encontrarme con sus ojos y sentí que se me encogía el pecho, al menos estaba despierto, estaba vivo y estaba conmigo, quería abrazarlo, quería besarlo pero mi cuerpo estaba bloqueado.
- Ah, menos mal. - solté aliviado, quitándome un peso de encima cuando Catherine me dijo que estaba bien y que lo iban a traer ahora. Hice una mueca rara al oir a Catherine decir que tenia que hablar conmigo. - Pues tengo la agenda apretadita, pero vale.
"tengo que construir un barco en tres dias, preparar un homfung, hablar con el Consejo, anular una boda..."
Sonreí de modo genuino por eso de que a Aedan le habian gustado los regalitos que le habia fabricado. Giré la vista a Sean y me quedé con la boca entreabierta por sus palabras.
- Qué? Como te has enterado de eso? - negué exageradamente con la cabeza, pillado por sorpresa - Mira, ya te digo yo que...
Iba a explicarle que eso no iba a ocurrir y entonces casi me atropellan con la camilla de Lucio. Me hice a un lado porque estaba en todo el medio, alegrándome de verlo consciente, parlante, y al parecer con un cerebro funcional.
- Tanti auguri, amico- lo miré con algo asi parecido al cariño durante unos momentos, antes de girar mi cabeza a Catherine que dijo que Sean estaba medio destructivo consigo mismo, seguro que se echaba las culpas de todo, para variar. Fruncí el ceño mirando al hechicero...sentimientos de culpabilidad, igual que Arleen? Aquella mision los habia destrozado por fuera y por dentro. No entendí el rintintín en el comentario de Cath, para nada. Ademas tenía los sentidos saturados de haberme pasado toda la noche caminando, dibujando, esquematizando.
- Oh vamos, no me mires asi- le dije a Sean por su mirada de cachorro suplicante. - Lucio y tú teneis que poneros al dia...estar juntos sin que os molestemos. Buon Natale. - me despedí de ambos y sali de alli, muy a mi pesar, para enfrentarme a la morena.
Ya en el pasillo me acerqué a Cath, bajando el tono de voz.
- Si es por la explosión de confeti de los juguetes, te puedo asegurar que era algo planeado, y totalmente inocuo.
"tengo que construir un barco en tres dias, preparar un homfung, hablar con el Consejo, anular una boda..."
Sonreí de modo genuino por eso de que a Aedan le habian gustado los regalitos que le habia fabricado. Giré la vista a Sean y me quedé con la boca entreabierta por sus palabras.
- Qué? Como te has enterado de eso? - negué exageradamente con la cabeza, pillado por sorpresa - Mira, ya te digo yo que...
Iba a explicarle que eso no iba a ocurrir y entonces casi me atropellan con la camilla de Lucio. Me hice a un lado porque estaba en todo el medio, alegrándome de verlo consciente, parlante, y al parecer con un cerebro funcional.
- Tanti auguri, amico- lo miré con algo asi parecido al cariño durante unos momentos, antes de girar mi cabeza a Catherine que dijo que Sean estaba medio destructivo consigo mismo, seguro que se echaba las culpas de todo, para variar. Fruncí el ceño mirando al hechicero...sentimientos de culpabilidad, igual que Arleen? Aquella mision los habia destrozado por fuera y por dentro. No entendí el rintintín en el comentario de Cath, para nada. Ademas tenía los sentidos saturados de haberme pasado toda la noche caminando, dibujando, esquematizando.
- Oh vamos, no me mires asi- le dije a Sean por su mirada de cachorro suplicante. - Lucio y tú teneis que poneros al dia...estar juntos sin que os molestemos. Buon Natale. - me despedí de ambos y sali de alli, muy a mi pesar, para enfrentarme a la morena.
Ya en el pasillo me acerqué a Cath, bajando el tono de voz.
- Si es por la explosión de confeti de los juguetes, te puedo asegurar que era algo planeado, y totalmente inocuo.
La palabra amico en boca de Giordano y la expresión de su cara me hicieron alegrarme de haber solucionado con él cualquier problema que hubiésemos tenido. No merecía la pena perder a gente así por discusiones o malentendidos. Catherine fue la primera en contarme un poco lo que había pasado con Sean, aunque a éste no le hizo mucha gracia que me dijese nada. Según ella ya estaba solucionado, pero yo no lo tenía tan claro. Conocía bien a mi prometido, seguramente se había estado culpando de lo que me había pasado. Yo también había hecho lo propio conmigo mismo, no teníamos remedio.
- ¿Pero cómo que autodestructivo? ¿Por qué? me estáis asustando. - alterné la mirada entre ambos esperando que me explicasen aquello. Sean pidió que no me moviese, así que le hice caso a pesar de que lo noté raro. Seguro que no estaba bien y no quería decirme nada. Me pareció notar un tono peculiar en lo que dijo Catherine sobre confiar en los amigos, y daba la impresión de que se refería a Giordano. Cada vez estaba más perdido con la situación.
Ella movió nuestras camas para que pudiésemos estar más cerca, momento en el que extendí la mano hacia la de Sean para intentar tomarla. Se quedo en eso, en intento, porque él la bajo antes de que yo pudiese alcanzarla. Al final volví a apoyarla a un lado, sobre la cama. Me quedé un poco chafado sin entender el motivo, aunque mi atención se distrajo momentáneamente cuando tanto Gio como Catherine decidieron que debían dejarnos hablar a solas. - No molestáis, en serio. - que dijesen eso de "feliz Navidad" me hizo darme cuenta de todos los días que habían pasado desde que caí en la batalla.
Tardé un poco en asimilarlo y en responderles que igualmente, quedándome un tanto triste al recordar la ilusión con la que Sean y yo habíamos planeado estrenar nuestra casa en Navidad. No me duró mucho, el siguiente pensamiento fue que teníamos suerte por estar ambos vivos. Finalmente nos quedamos solos, aunque tardé algunos segundos más en volver a hablar. - No era así como pensábamos pasar estos días, ¿verdad?- suspiré ladeando la cabeza para mirarle, esperando que de una vez me hablase con claridad. - Cuéntame lo que pasa por esa cabeza tuya, que te conozco.-
- ¿Pero cómo que autodestructivo? ¿Por qué? me estáis asustando. - alterné la mirada entre ambos esperando que me explicasen aquello. Sean pidió que no me moviese, así que le hice caso a pesar de que lo noté raro. Seguro que no estaba bien y no quería decirme nada. Me pareció notar un tono peculiar en lo que dijo Catherine sobre confiar en los amigos, y daba la impresión de que se refería a Giordano. Cada vez estaba más perdido con la situación.
Ella movió nuestras camas para que pudiésemos estar más cerca, momento en el que extendí la mano hacia la de Sean para intentar tomarla. Se quedo en eso, en intento, porque él la bajo antes de que yo pudiese alcanzarla. Al final volví a apoyarla a un lado, sobre la cama. Me quedé un poco chafado sin entender el motivo, aunque mi atención se distrajo momentáneamente cuando tanto Gio como Catherine decidieron que debían dejarnos hablar a solas. - No molestáis, en serio. - que dijesen eso de "feliz Navidad" me hizo darme cuenta de todos los días que habían pasado desde que caí en la batalla.
Tardé un poco en asimilarlo y en responderles que igualmente, quedándome un tanto triste al recordar la ilusión con la que Sean y yo habíamos planeado estrenar nuestra casa en Navidad. No me duró mucho, el siguiente pensamiento fue que teníamos suerte por estar ambos vivos. Finalmente nos quedamos solos, aunque tardé algunos segundos más en volver a hablar. - No era así como pensábamos pasar estos días, ¿verdad?- suspiré ladeando la cabeza para mirarle, esperando que de una vez me hablase con claridad. - Cuéntame lo que pasa por esa cabeza tuya, que te conozco.-
Giordano iba a empezar con sus explicaciones sobre el tema de la boda pero no le dio tiempo al verse atropellado por la cama de Lucio ni a mi de contestarle porque se me habían muerto todas las neuronas de golpe. El medimago entró con una sonrisa reconociendo a Catherine y a Gio pero no conseguí procesar esa información en el momento, preguntó por mi estado de salud y fue la morena quien contestó sin medir sus palabras, acababa de tirarme al pozo sin miramientos y pensaba vengarme por eso. Lucio no comprendía nada y parecía confuso con la conversación lo que me recordó su estado alterado del día anterior, me asusté pues no quería verlo así otra vez y que su estado volviese a empeorar por lo que me apresuré a negarlo todo -no es nada Lucio, no te preocupes, tienes que descansar-
Nuestras camas se acercaron y el rechazo que había sufrido el día anterior además de esos pensamientos de no merecer a Lucio me impidieron tomar su mano, simplemente no podía hacerlo. Catherine se marchó y Giordano a pesar de comprender mi súplica hizo lo mismo, ojalá le echaran una buena bronca, para una vez que me entiende y lo necesito va y se marcha.
El silencio se hizo en la habitación algo incómodo para nosotros, abrí la boca queriendo preguntar que tal se encontraba pero siempre era él el que daba el primer paso -no, la verdad es que no son las navidades que esperábamos- sonreí amargamente y entonces el me preguntó por lo que pasaba por mi cabeza "te conozco"... Estaba tan perdido en mi que no me di cuenta de eso, había dicho lo de la navidad, hablado con Catherine y Giordano, lo miré para encontrarme con sus ojos que estaban clavados en mi y cuando pensaba que ya se me habían acabado las lágrimas estas volvieron a brotar -¿de verdad me recuerdas? ¿Te acuerdas de todo? - pasé mi vista a su mano y de inmediato la tomé con la mía esperando que no se apartara, lo miré intentando contenerme pero era como si me hubiera vueto el alma al cuerpo -¿recuerdas que nos vamos a casar? ¿Que te quiero? - si, todo tenía que ser que si, tenía que decirme incluso que me gustaba que me llevara el desayuno a la cama, que yo era un pésimo cocinero y que pasabamos el tiempo junto a la chimenea bebiendo chocolate, bajo la manta -Lucio dime que me quieres, por favor- quería escucharlo, lo necesitaba casi tanto como un beso.
Nuestras camas se acercaron y el rechazo que había sufrido el día anterior además de esos pensamientos de no merecer a Lucio me impidieron tomar su mano, simplemente no podía hacerlo. Catherine se marchó y Giordano a pesar de comprender mi súplica hizo lo mismo, ojalá le echaran una buena bronca, para una vez que me entiende y lo necesito va y se marcha.
El silencio se hizo en la habitación algo incómodo para nosotros, abrí la boca queriendo preguntar que tal se encontraba pero siempre era él el que daba el primer paso -no, la verdad es que no son las navidades que esperábamos- sonreí amargamente y entonces el me preguntó por lo que pasaba por mi cabeza "te conozco"... Estaba tan perdido en mi que no me di cuenta de eso, había dicho lo de la navidad, hablado con Catherine y Giordano, lo miré para encontrarme con sus ojos que estaban clavados en mi y cuando pensaba que ya se me habían acabado las lágrimas estas volvieron a brotar -¿de verdad me recuerdas? ¿Te acuerdas de todo? - pasé mi vista a su mano y de inmediato la tomé con la mía esperando que no se apartara, lo miré intentando contenerme pero era como si me hubiera vueto el alma al cuerpo -¿recuerdas que nos vamos a casar? ¿Que te quiero? - si, todo tenía que ser que si, tenía que decirme incluso que me gustaba que me llevara el desayuno a la cama, que yo era un pésimo cocinero y que pasabamos el tiempo junto a la chimenea bebiendo chocolate, bajo la manta -Lucio dime que me quieres, por favor- quería escucharlo, lo necesitaba casi tanto como un beso.
--Habitación vacía--
La frase de Sean para Giordano hizo que lo mirara de reojo profundamente mal. ¿Era necesario revelar que conocían esa información así de lleno? La reacción de Giordano, sin embargo, fue la que realmente estudió. Labios entreabiertos, sorpresa, exageración. Catherine pensó que la noticia…Podría haberle robado una sonrisa. Aunque también había tenido una reacción atropellada cuando Lucio se había propuesto a Sean. Mantuvo los brazos cruzados, tensando un poco los dedos, abriendo y cerrando los puños. Malditos Pendragon ¿Qué planeaban?
Antes de irse le había sonreído con picardía a Lucio en respuesta al grito de Sean. Miró al último pero no dijo nada simplemente salió aunque era consciente de que Lucio decía aquello de “No molestáis”, demasiado en serio. Se recordó a sí mismas los momentos en los que estaba tan incómoda alrededor de Ian que no quería quedarse sola pero…Enfrentarlo siempre fue la mejor opción.
Observó a Giordano salir y, ya que era una situación particular, movió una mano y utilizó un encantamiento simple para impedir que los oyeran. Negó suavemente con la cabeza cuando mencionó lo del confeti -No mentiré diciéndote que tuve miedo…Pero fue una agradable sorpresa- Tras eso indicó con una mano que siguieran por el pasillo. Extendió su campo telepático hacia las habitaciones siguientes encontrando que la tercera estaba vacía así que fue hasta allí, abrió la puerta, lo invitó a entrar y luego lo hizo ella, cerrando la puerta tras de sí.
Después de eso lo enfrentó, su rostro hecho una máscara de piedra y su mirada tan intensa como siempre -¿Estás enamorado de Shyvanna Pendragon?- Inquirió. Creía saber la respuesta, es más, podría simplemente clavar sus garras mentales en Giordano y saberlo pero no lo haría; no sólo porque era violar la privacidad en general sino porque sabía que Giordano lo detestaba profundamente. Se cruzó de brazos, atravesándose en la puerta, aunque sabía que si lo deseaba podía desaparecerse -De ser así, lo entiendo- Dijo en un susurro, aligerando el gesto del rostro aunque no dejaba de tener el cuerpo en tensión. Bajó la vista un momento, ella no era quien para juzgar a nadie porque por amor había cometido muchas locuras; incluso cambiar las reglas del Consejo pero si no se trataba de eso… Movió suavemente una mano -Por favor, Giordano, explícame
La frase de Sean para Giordano hizo que lo mirara de reojo profundamente mal. ¿Era necesario revelar que conocían esa información así de lleno? La reacción de Giordano, sin embargo, fue la que realmente estudió. Labios entreabiertos, sorpresa, exageración. Catherine pensó que la noticia…Podría haberle robado una sonrisa. Aunque también había tenido una reacción atropellada cuando Lucio se había propuesto a Sean. Mantuvo los brazos cruzados, tensando un poco los dedos, abriendo y cerrando los puños. Malditos Pendragon ¿Qué planeaban?
Antes de irse le había sonreído con picardía a Lucio en respuesta al grito de Sean. Miró al último pero no dijo nada simplemente salió aunque era consciente de que Lucio decía aquello de “No molestáis”, demasiado en serio. Se recordó a sí mismas los momentos en los que estaba tan incómoda alrededor de Ian que no quería quedarse sola pero…Enfrentarlo siempre fue la mejor opción.
Observó a Giordano salir y, ya que era una situación particular, movió una mano y utilizó un encantamiento simple para impedir que los oyeran. Negó suavemente con la cabeza cuando mencionó lo del confeti -No mentiré diciéndote que tuve miedo…Pero fue una agradable sorpresa- Tras eso indicó con una mano que siguieran por el pasillo. Extendió su campo telepático hacia las habitaciones siguientes encontrando que la tercera estaba vacía así que fue hasta allí, abrió la puerta, lo invitó a entrar y luego lo hizo ella, cerrando la puerta tras de sí.
Después de eso lo enfrentó, su rostro hecho una máscara de piedra y su mirada tan intensa como siempre -¿Estás enamorado de Shyvanna Pendragon?- Inquirió. Creía saber la respuesta, es más, podría simplemente clavar sus garras mentales en Giordano y saberlo pero no lo haría; no sólo porque era violar la privacidad en general sino porque sabía que Giordano lo detestaba profundamente. Se cruzó de brazos, atravesándose en la puerta, aunque sabía que si lo deseaba podía desaparecerse -De ser así, lo entiendo- Dijo en un susurro, aligerando el gesto del rostro aunque no dejaba de tener el cuerpo en tensión. Bajó la vista un momento, ella no era quien para juzgar a nadie porque por amor había cometido muchas locuras; incluso cambiar las reglas del Consejo pero si no se trataba de eso… Movió suavemente una mano -Por favor, Giordano, explícame
"menos mal que no es por lo del confeti explosivo"
Solté un breve suspiro de alivio, la seguí y nos metió a una habitacion tras la cual cerró la puerta. No entendía a que venía tanta discreción... Oh si. El personal del hospital era muy, muy cotilla.
- ¿Qué? No. - respondí rapidamente con cara de "tu estas loca" cuando Cath me preguntó aquello tan directamente. - Es una mujer de innegable belleza y no menos interesante psique pero no. Aunque me aventuro a decir que hemos compartido algunas cosas nuestra relación apenas roza unos cuantos encuentros, de lo más pintorescos, eso sí... ella ha dicho que si, quizá ella si está enamorada, no me extrañaría la verdad.... - divagaba, mucho. - En todo caso es con su hermana Gwen Pendragon con quien tengo algo mas de relación pero ella es una sacerdotisa y no se casa con nadie, solo con su arbol. - ahora parecia un pervertido que estaba eligiendo entre dos hermanas, aunque no iban por ahi los tiros, solo estaba comparando los dos tipos de relacion. Con Darren ni mencionarlo, ese hombre solo se habia dedicado a enseñarme la arruga de su entrecejo.
"Te has equivocado de S"
- ¿Qué vas a entender? - no, no entendía nada. Encogí mis hombros, rodé la mirada cuando pidió explicaciones. Vale, no era algo que pudiera llevar en secreto, esto no. Di un paso hacia ella y estuve a punto de sujetarla por un brazo, pero no. - Mira, te lo voy a contar. De todos modos tenía que decirselo al Consejo, asi que empezaré por ti. Estoy metido en un lío mas grande que el maldito Coliseo de Roma. - le dije hablando rapidamente. -Y Tesla tambien! Que se joda! Maldito cobarde! Voy a meterle palomas muertas en el buzon!
"pero de mentira, pobres bichos"
- Dicen que el Consejo está dividido pero ellos también, tienen un problema con el linaje Lothbrok, y ahora es MI problema tambien, porque el otro quería zurrarle a Shyvanna y nos insultó a todos y me dijo, "oh, inútil, te reto a un homgug por la mano de Shyvanna!" y yo, "vale, vaffanculo". No se que es un homfung pero tampoco quiero casarme. Solo dije que si porque era un maltratador en ciernes, machista y desagradable, que por lo visto creia que se iba a casar con Shyvanna porque su antecesor lo iba a hacer antes de que el árbol se lo comiera. - estaba visiblemente nervioso, todo el temple que habia tenido en las Montañas del Dragon no era necesario aqui. Lo estaba explicando fatal y habia empezado la historia por el final. - Ademas caeria vergüenza sobre mi vaca si dices que no a un fomjung.
Solté un breve suspiro de alivio, la seguí y nos metió a una habitacion tras la cual cerró la puerta. No entendía a que venía tanta discreción... Oh si. El personal del hospital era muy, muy cotilla.
- ¿Qué? No. - respondí rapidamente con cara de "tu estas loca" cuando Cath me preguntó aquello tan directamente. - Es una mujer de innegable belleza y no menos interesante psique pero no. Aunque me aventuro a decir que hemos compartido algunas cosas nuestra relación apenas roza unos cuantos encuentros, de lo más pintorescos, eso sí... ella ha dicho que si, quizá ella si está enamorada, no me extrañaría la verdad.... - divagaba, mucho. - En todo caso es con su hermana Gwen Pendragon con quien tengo algo mas de relación pero ella es una sacerdotisa y no se casa con nadie, solo con su arbol. - ahora parecia un pervertido que estaba eligiendo entre dos hermanas, aunque no iban por ahi los tiros, solo estaba comparando los dos tipos de relacion. Con Darren ni mencionarlo, ese hombre solo se habia dedicado a enseñarme la arruga de su entrecejo.
"Te has equivocado de S"
- ¿Qué vas a entender? - no, no entendía nada. Encogí mis hombros, rodé la mirada cuando pidió explicaciones. Vale, no era algo que pudiera llevar en secreto, esto no. Di un paso hacia ella y estuve a punto de sujetarla por un brazo, pero no. - Mira, te lo voy a contar. De todos modos tenía que decirselo al Consejo, asi que empezaré por ti. Estoy metido en un lío mas grande que el maldito Coliseo de Roma. - le dije hablando rapidamente. -Y Tesla tambien! Que se joda! Maldito cobarde! Voy a meterle palomas muertas en el buzon!
"pero de mentira, pobres bichos"
- Dicen que el Consejo está dividido pero ellos también, tienen un problema con el linaje Lothbrok, y ahora es MI problema tambien, porque el otro quería zurrarle a Shyvanna y nos insultó a todos y me dijo, "oh, inútil, te reto a un homgug por la mano de Shyvanna!" y yo, "vale, vaffanculo". No se que es un homfung pero tampoco quiero casarme. Solo dije que si porque era un maltratador en ciernes, machista y desagradable, que por lo visto creia que se iba a casar con Shyvanna porque su antecesor lo iba a hacer antes de que el árbol se lo comiera. - estaba visiblemente nervioso, todo el temple que habia tenido en las Montañas del Dragon no era necesario aqui. Lo estaba explicando fatal y habia empezado la historia por el final. - Ademas caeria vergüenza sobre mi vaca si dices que no a un fomjung.
Frunció el ceño y entrecerró los ojos cuando respondió directamente que no. Después, tal como Sean, se puso a soltar su verborrea sobre cosas que a ella no le interesaban. Excepto quizás por la parte final pero mantuvo los labios sellados mientras lo observaba -Que si es por amor, entendería porqué te casarías con una Pendragon que asedió nuestra isla- Asintió con suavidad -Entiendo ese tipo de sentimientos y lo que te lleva a hacer, por ende, en caso de que estuvieras enamorado de Shyvanna Pendragon, Gio, yo te apoyaría para seguir adelante. A eso me refería, sin embargo, parece que tu corazón está prendado de otra. Quizás deberías plantearte bien tus opciones- Indicó, con el mismo gesto de “nada” en el rostro. Impertérrita.
De pronto dijo que le iba a contar todo y se sorprendió de que hablara sobre Tesla. Siempre había conocido que tenían una relación extraña pero volvería a eso después. Observó su movimiento cuando dio un paso hacia ella pero Catherine no parpadeó, ni se movió. Si Giordano, en algún momento, representaba una amenaza para ella hace mucho tiempo que había sucedido y confiaba demasiado en sus habilidades para neutralizarlo. Simplemente, volvió la vista hacia sus ojos y escucho. Interesante, ruptura entre ellos mismo -¿Conoces otro apellido de los linajes que le rodean? – Tendría que hablar con Sayid. Su memoria era mucho mejor que la de ella -¿Pegarle a Shyvanna? ¿Por qué iba a querer pegarle? Debo confesar que los Pendragon resultan muy peculiares pero…- Después de eso escucho lo de los demás. LA palabra homfung no le sonaba de nada, pero tampoco es que estuviera versada en libros e historia fuera de la que rodeaba a Morgana.
-Pero Giordano…- Rodó los ojos, en un movimiento absolutamente evidente, soltando un suspiro exasperado -¿Por qué tienes que tú defender a Shyvanna cuando tiene sopotocientos hermanos? La misma morena fue acusada de matar a 11 soldados. Creo que se pueden encargar ellos solos y, sin embargo, has caido en su trampa como un conejito. Lamento decirlo pero te creía más inteligente… Has caído redondo- Se llevó una mano a la sien para masajeársela. Lo del árbol…¿Tenían un árbol que comía gente? De acuerdo, había que hablar con Sofía también -Tú no tienes una maldita vaca, Giordano Da Vinci, y debería importarte tres narices lo que los exiliados piensen de ti- Dijo moviendo la mano en un aspaviento enojado -Estás metido hasta la coronilla de mierda de dragón- Se llevó las manos a la cintura mientras lo miraba, tensando la mandíbula -¿Y entonces qué? Si ganas ese….Coso…¿Tienes que casarte con Shyvanna o puedes negar el compromiso? Porque está defendiendo su maldita mano, Da Vinci. ¡Estoy hasta los huevos de los matrimonios concertados!- Soltó, así de la nada, explotando.
Entonces respiró profundo por la nariz, tratando de organizar sus pensamientos. Volvió a un tema anterior -¿Qué tiene que ver Tesla?....Esto tiene que saberlo el Consejo y necesitamos hablar con Sayid sobre los linajes que acompañan a los Pendragon, sobre lo que sea que te ha hecho ese vikingo y con Sofía sobre un árbol asesino y su sacerdotisa- Le miró con el ceño fruncido y después aflojó el cuerpo en una rabieta infantil -¡Es navidad, Giordano! ¡Estábamos en una semi paz!- Espetó, moviéndose antes de negar con la cabeza.
De pronto dijo que le iba a contar todo y se sorprendió de que hablara sobre Tesla. Siempre había conocido que tenían una relación extraña pero volvería a eso después. Observó su movimiento cuando dio un paso hacia ella pero Catherine no parpadeó, ni se movió. Si Giordano, en algún momento, representaba una amenaza para ella hace mucho tiempo que había sucedido y confiaba demasiado en sus habilidades para neutralizarlo. Simplemente, volvió la vista hacia sus ojos y escucho. Interesante, ruptura entre ellos mismo -¿Conoces otro apellido de los linajes que le rodean? – Tendría que hablar con Sayid. Su memoria era mucho mejor que la de ella -¿Pegarle a Shyvanna? ¿Por qué iba a querer pegarle? Debo confesar que los Pendragon resultan muy peculiares pero…- Después de eso escucho lo de los demás. LA palabra homfung no le sonaba de nada, pero tampoco es que estuviera versada en libros e historia fuera de la que rodeaba a Morgana.
-Pero Giordano…- Rodó los ojos, en un movimiento absolutamente evidente, soltando un suspiro exasperado -¿Por qué tienes que tú defender a Shyvanna cuando tiene sopotocientos hermanos? La misma morena fue acusada de matar a 11 soldados. Creo que se pueden encargar ellos solos y, sin embargo, has caido en su trampa como un conejito. Lamento decirlo pero te creía más inteligente… Has caído redondo- Se llevó una mano a la sien para masajeársela. Lo del árbol…¿Tenían un árbol que comía gente? De acuerdo, había que hablar con Sofía también -Tú no tienes una maldita vaca, Giordano Da Vinci, y debería importarte tres narices lo que los exiliados piensen de ti- Dijo moviendo la mano en un aspaviento enojado -Estás metido hasta la coronilla de mierda de dragón- Se llevó las manos a la cintura mientras lo miraba, tensando la mandíbula -¿Y entonces qué? Si ganas ese….Coso…¿Tienes que casarte con Shyvanna o puedes negar el compromiso? Porque está defendiendo su maldita mano, Da Vinci. ¡Estoy hasta los huevos de los matrimonios concertados!- Soltó, así de la nada, explotando.
Entonces respiró profundo por la nariz, tratando de organizar sus pensamientos. Volvió a un tema anterior -¿Qué tiene que ver Tesla?....Esto tiene que saberlo el Consejo y necesitamos hablar con Sayid sobre los linajes que acompañan a los Pendragon, sobre lo que sea que te ha hecho ese vikingo y con Sofía sobre un árbol asesino y su sacerdotisa- Le miró con el ceño fruncido y después aflojó el cuerpo en una rabieta infantil -¡Es navidad, Giordano! ¡Estábamos en una semi paz!- Espetó, moviéndose antes de negar con la cabeza.
Me pareció adorable que Cath se abanderase por los amores imposibles. Solo le faltaba aprender a dibujar bien para ganarse un miniputo de Giordano.
- Aww, Cath, y pensar que creia que tenias el corazón mas helado que el toto de Locatrix... -dije conmovido. - Pero si, mi corazón actualmente pertenece a otra persona, pero ya sabes lo que dicen de los clavos.
Catherine parecia una estatua pero eso no me parecía mal, al menos no reflejaba mi histerismo.
- No pero....un tío me echó una mano...me explicó que era el homfung, y un dragón se indignó, asi que supongo que hay mas linajes descontentos con Lothbrok. Escucha, fue culpa de Wiwi. Se puso a proponer matrimonios como un loco, sin consultar a nadie. A Tesla, con Lake, la loca pelirroja asesina. A mi con Shyvanna. Y cuando el vikingo se enfadó porque yo le había robado a Shyvanna, Wiwi le dijo que relax, que podían tirarles la caña a Mei, a Rosse....me sigues, no? Hacer alianzas. Nos ve como peones, te lo aseguro. Y empiezo a pensar que ha anunciado este compromiso esperando que los Kothbrok se indignasen y que yo mordiese el anzuelo y....quitarselos de encima sin mancharse las manos.
Me tapé los ojos, agobiado, yo tambien me habia creido mas inteligente. Socialmente era demasiado torpe.
- El caso es que sabia en todo momento lo que estaba ocurriendo, pero nos insultaron tanto que mi orgullo habló primero. Tengo el sentido de autopreservacion por donde acaba el aparato digestivo. Le faltó insultar a las lentejas de mi abuela, requiescat in pace. Por cierto, en nochevieja, lentejas no?
Recordé algo a santo de los exiliados y señale a CAth.
- Los Lothbrok tenian intenciones de postularse a los puestos que ha dejado vacíos el Consejo. Son unos salvajes. Ni nos lo planteamos. - hice un puchero cuando me dijo que yo no tenia una maldita vaca. Sayid tenía una. Por que no podía tener yo una vaca?
"huelen mal y cagan mucho"
- Pues vergüenza sobre la vaca de Sayid. - puse cara de "a que si?!" cuando dijo que estaba harta de los matrimonios concertados. - Lo mismo digo! La gente se amarga con esas cosas! - apoyé un codo sobre mi brazo cruzado, pasándome la mano por la mejilla y terminando por taparme la boca, en un evidente gesto de estar pensando agobiadamente. - Si gano, los Lothbrok pierden derecho de matrimonio sobre Shyvanna, y yo lo gano. Peeeeeero no lo quiero. Asi que seré altruista! Le diré que se case con quien quiera.
Ya le habia explicado lo de Tesla, que se habia comido un marrón similar al mio.
- Tesla huyó, asi que no se metió en lios con vikingos. Debe de estar estampandose en su silla de ruedas contra una esquina, o algo asi. Sayid seguro que sabe sobre ese rito vikingo. El arbol se llama Sanguis Ligno, igual Dioscorides sabe como funciona eso. - pilló una rabieta porque era navidad, y a mi me dio otra porque jolin, igual me quedaban tres dias de vida. - Tú has preguntado! No es mi culpa si soy tan apetecible! - tenia ganas de echarme a llorar. - Y si elijo a Sam como mi campeon? Lo he estado pensando. Solo tengo que hablar con...la maquina asesina que ha intentado asesinarnos a todos y....
- Aww, Cath, y pensar que creia que tenias el corazón mas helado que el toto de Locatrix... -dije conmovido. - Pero si, mi corazón actualmente pertenece a otra persona, pero ya sabes lo que dicen de los clavos.
Catherine parecia una estatua pero eso no me parecía mal, al menos no reflejaba mi histerismo.
- No pero....un tío me echó una mano...me explicó que era el homfung, y un dragón se indignó, asi que supongo que hay mas linajes descontentos con Lothbrok. Escucha, fue culpa de Wiwi. Se puso a proponer matrimonios como un loco, sin consultar a nadie. A Tesla, con Lake, la loca pelirroja asesina. A mi con Shyvanna. Y cuando el vikingo se enfadó porque yo le había robado a Shyvanna, Wiwi le dijo que relax, que podían tirarles la caña a Mei, a Rosse....me sigues, no? Hacer alianzas. Nos ve como peones, te lo aseguro. Y empiezo a pensar que ha anunciado este compromiso esperando que los Kothbrok se indignasen y que yo mordiese el anzuelo y....quitarselos de encima sin mancharse las manos.
Me tapé los ojos, agobiado, yo tambien me habia creido mas inteligente. Socialmente era demasiado torpe.
- El caso es que sabia en todo momento lo que estaba ocurriendo, pero nos insultaron tanto que mi orgullo habló primero. Tengo el sentido de autopreservacion por donde acaba el aparato digestivo. Le faltó insultar a las lentejas de mi abuela, requiescat in pace. Por cierto, en nochevieja, lentejas no?
Recordé algo a santo de los exiliados y señale a CAth.
- Los Lothbrok tenian intenciones de postularse a los puestos que ha dejado vacíos el Consejo. Son unos salvajes. Ni nos lo planteamos. - hice un puchero cuando me dijo que yo no tenia una maldita vaca. Sayid tenía una. Por que no podía tener yo una vaca?
"huelen mal y cagan mucho"
- Pues vergüenza sobre la vaca de Sayid. - puse cara de "a que si?!" cuando dijo que estaba harta de los matrimonios concertados. - Lo mismo digo! La gente se amarga con esas cosas! - apoyé un codo sobre mi brazo cruzado, pasándome la mano por la mejilla y terminando por taparme la boca, en un evidente gesto de estar pensando agobiadamente. - Si gano, los Lothbrok pierden derecho de matrimonio sobre Shyvanna, y yo lo gano. Peeeeeero no lo quiero. Asi que seré altruista! Le diré que se case con quien quiera.
Ya le habia explicado lo de Tesla, que se habia comido un marrón similar al mio.
- Tesla huyó, asi que no se metió en lios con vikingos. Debe de estar estampandose en su silla de ruedas contra una esquina, o algo asi. Sayid seguro que sabe sobre ese rito vikingo. El arbol se llama Sanguis Ligno, igual Dioscorides sabe como funciona eso. - pilló una rabieta porque era navidad, y a mi me dio otra porque jolin, igual me quedaban tres dias de vida. - Tú has preguntado! No es mi culpa si soy tan apetecible! - tenia ganas de echarme a llorar. - Y si elijo a Sam como mi campeon? Lo he estado pensando. Solo tengo que hablar con...la maquina asesina que ha intentado asesinarnos a todos y....
No pudo evitarlo, simplemente, fue una reacción. Cuando mencionó a la maldita de Bellatrix clavó sus garras mentales en Giordano intentando que la migraña se apoderara de su cabeza. -Nunca más- Le advirtió y mantuvo su mirada de fría ira sobre él...Al menos hasta que reconoció estar enamorado, entonces las retiró a duras penas -Sí se lo que dicen y es mentira, Max nunca habría podido sacarme a Ian del corazón- Alzó suavemente el hombro -Supongo que será como el luto, simplemente aprendes a vivir con el dolor. No se te olvida- Puntualizó.
Después, siguió todo el drama y cuando Giordano lo llamó Wiwi arqueó ambas cejas -Menuda confianza con los Pendragon si ya les pones apodo- Sin embargo, la mención de Markus la descolocó y a la pelirroja no recordaba haberla oído hablar durante el parlamento. Tampoco al otro chico -Por supuesto que somos peones, Giordano, esto es política. Pero ahora que sabemos parte de su estrategia...y la divisón de su caballos- Mencionó haciendo un gesto como si fuera absolutamente obvio -Y obligarte, de una u otra forma- Se llevó las manos a la cadera mientras analizaba la situación. Lo vio agobiado pero, sinceramente, se lo merecía. A ver si espabilaba.
-Bueno…Todos somos un poco orgullosos de vez en cuando- Ella había cometido varios errores gracias a eso. Luego lo de la noche vieja la pilló de sorpresa -¿Qué pasa con las lentejas en nochevieja?- Inquirió pero luego fue consciente de algo y aplaudió tres veces en la cara de Giordano -Concéntrate, no podemos hablar de cocina y yo quemo hasta la sopa- Espetó antes de que la señalara sorprendiéndose de que Lothbrock quisiera un puesto en el consejo -No, los Pendragon solo hablaron de ello. ¿Todos los exiliados querrán volver? ¿Es eso? ¿Van a pelear por sus puestos?- Aquello le dio un escalofrío.
-La vaca de Sayi…- Giordano hacia que se fuera por las ramas y arrugó la nariz gruñendo ante el desvío. Entonces indicó lo del derecho de matrimonio y Catherine alzó suavemente la mano pidiéndole que se detuviera -Cuidado Giordano…Si ganas el derecho al matrimonio y la rechazas, su honor también se verá mermado... ¿No? ¿Por qué, sino, pelearías por ella? Es decir…¿No te ganarías a los Pendragon como enemigos?- En su cara finalmente se vio la confusión y tensó los labios -Creo…Que tenemos que hablar con Sayid sobre costumbres medievales… Y lo que te puede acarrear rechazar un matrimonio por el que has peleado… Creo.
-Tesla huyó, esa es una buena forma de escaquearse pero igual tiene que poner los puntos sobre las ies…Pero él desvaría más que tú, no sé si podré soportarlo sin pegarle- Chasqueó la lengua y entonces escuchó el nombre del árbol sintiendo un escalofrío que se le clavó en la columna y después una risita que no pertenecía a ella misma. Desvió la mirada hacia el exterior y frunció el ceño. ¿Sabría algo ella?
Al verlo hacer la rabieta quiso empujarlo y pegarle -Muy apetecible vas a quedar cuando te corten en pedacitos- Exclamó, violentamente antes de oír -¿Puedes elegir un campeón?- No sabía a que Dios rezarle para dar las gracias, porque lo que faltaba era que quedara otro puesto libre en el consejo -Tienes que elegir un campeón y tenemos que hablar YA con Sayid. Pero YA- Extendió la mano para que él los desapareciera a casa del Descendiente.
Después, siguió todo el drama y cuando Giordano lo llamó Wiwi arqueó ambas cejas -Menuda confianza con los Pendragon si ya les pones apodo- Sin embargo, la mención de Markus la descolocó y a la pelirroja no recordaba haberla oído hablar durante el parlamento. Tampoco al otro chico -Por supuesto que somos peones, Giordano, esto es política. Pero ahora que sabemos parte de su estrategia...y la divisón de su caballos- Mencionó haciendo un gesto como si fuera absolutamente obvio -Y obligarte, de una u otra forma- Se llevó las manos a la cadera mientras analizaba la situación. Lo vio agobiado pero, sinceramente, se lo merecía. A ver si espabilaba.
-Bueno…Todos somos un poco orgullosos de vez en cuando- Ella había cometido varios errores gracias a eso. Luego lo de la noche vieja la pilló de sorpresa -¿Qué pasa con las lentejas en nochevieja?- Inquirió pero luego fue consciente de algo y aplaudió tres veces en la cara de Giordano -Concéntrate, no podemos hablar de cocina y yo quemo hasta la sopa- Espetó antes de que la señalara sorprendiéndose de que Lothbrock quisiera un puesto en el consejo -No, los Pendragon solo hablaron de ello. ¿Todos los exiliados querrán volver? ¿Es eso? ¿Van a pelear por sus puestos?- Aquello le dio un escalofrío.
-La vaca de Sayi…- Giordano hacia que se fuera por las ramas y arrugó la nariz gruñendo ante el desvío. Entonces indicó lo del derecho de matrimonio y Catherine alzó suavemente la mano pidiéndole que se detuviera -Cuidado Giordano…Si ganas el derecho al matrimonio y la rechazas, su honor también se verá mermado... ¿No? ¿Por qué, sino, pelearías por ella? Es decir…¿No te ganarías a los Pendragon como enemigos?- En su cara finalmente se vio la confusión y tensó los labios -Creo…Que tenemos que hablar con Sayid sobre costumbres medievales… Y lo que te puede acarrear rechazar un matrimonio por el que has peleado… Creo.
-Tesla huyó, esa es una buena forma de escaquearse pero igual tiene que poner los puntos sobre las ies…Pero él desvaría más que tú, no sé si podré soportarlo sin pegarle- Chasqueó la lengua y entonces escuchó el nombre del árbol sintiendo un escalofrío que se le clavó en la columna y después una risita que no pertenecía a ella misma. Desvió la mirada hacia el exterior y frunció el ceño. ¿Sabría algo ella?
Al verlo hacer la rabieta quiso empujarlo y pegarle -Muy apetecible vas a quedar cuando te corten en pedacitos- Exclamó, violentamente antes de oír -¿Puedes elegir un campeón?- No sabía a que Dios rezarle para dar las gracias, porque lo que faltaba era que quedara otro puesto libre en el consejo -Tienes que elegir un campeón y tenemos que hablar YA con Sayid. Pero YA- Extendió la mano para que él los desapareciera a casa del Descendiente.
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