Castillo de Edimburgo

...

Para este punto, ya estaba fuera, y había estado planeando como dar su próximo paso, no iba a rendirse nunca, mientras no fuera imposible, no iba a rendirse nunca, al fin y al cabo, había encontrado a la vasija qué estaba buscando la qué le parecía que sería perfecta para sí...

Pero le hecho de tener a Erebus ahí molestando lo hacía todo complicado, así que estaba pensando en una forma de sacárselo del medio, cosa que se tomaba tiempo considerando quien era y ahora que había visto que gente peligrosa podría ponerse en medio si actuaba sin cuidado...

...

Pero entonces pudo sentirlo, y Amnael no dudó ni un segundo en dejar su vasija provisional y acudir al llamado, porque por lo que podía notar... Al final, lo que siempre esperó había terminado pasando antes de que siquiera lo hubiera imaginado, cosa que cambia las cosas, pero en buen sentido.

Sus delgadas y anormalmente alargadas extremidades de color azul pálido se aferraron al piso mientras emergía del portal qué le había hecho venir, a sabiendas de que solo una persona podría ser responsable de esto, y sus ojos, grises y nacarados como las perlas, le dejaron ver que no se equivocaba.

Cuándo se alzó en toda su altura, no pudo evitar también ver alrededor, y apreciar el aroma qué experimentaba, sándalo... Veía perlas, y pétalos de flores... Como una puesta en escena, una sin un público pero tampoco hacía ninguna falta, porque no era algo para ser compartido por nadie...

Y ni siquiera tuve tiempo de audicionar...

Inquirió con cierta comicidad en su voz, aunque le agradaba la situación en general, decidió darse un momento para sentir a través de las emociones de Lemóni, y lo primero que pudo sentir fue algo claro... Desesperación el sentimiento de alguien que simplemente no sabe que debería de hacer.

Y cuando lo vió emerger... Supo que no había vuelta atrás, pero a la vez, no sentía que se estuviera arrepintiendo, porque las cosas estaba pasando más o menos como creyó qué iban a pasar, la forma en que llegó... Y parece haberle gustado toda la habitación, cargada de simbolismos hasta la náusea de forma completamente premeditada.

Incluso ella... Ella es simbolismo también, se encuentra arrodillada sobre una almohada blanca, y frente a sí lentamente va dejando la corona, sobre una almohada más pequeña, esto mientras que se limita a responder.

¿Y quien en este mundo lo tiene?

Inquirió mientras cruzaba las manos sobre su regazo, y le dedicaba una mirada tan fija como agotada, pero aún con todo eso... Dispuesta, pensaba seguirle el juego, quizás de esa forma podría lograr hacer qué coopere más fácilmente, que esté de su lado, pues al fin y al cabo, es el único demonio en todo el infierno qué la vería más como un fin qué como un medio, porque sí no fuera así, ¿Por qué tomarse tantas molestias en perseguirla?

En el fondo ni siquiera importa... Somos arrojados a un acto de guión enrevesado, cuyo director renunció, y que nadie se quedará para ver como termina...

Comentó, vagamente, como un diálogo mal improvisado, realmente no es una gran actriz, pero espera sus esfuerzos puedan llevar al ente frente a sí a ser imprudente, lo suficiente para que todo termine, o por lo menos... Sea todo mejor.

En el fondo... Actuamos para nosotros mismos... Menos esta noche, claro.

Es un buen punto.

Concedió, mientras que se iba acercando de forma sinuosa pero innegable, apreciando un abanico de significados a su alrededor, siendo todo tan teatral... Como le gustaba aque fuera, se sentía bastante en su elemento en el momento, y a la vez, era capaz de inferir qué pasaba...

Luego de usar el saber de la añoranza, ahora sabe cual es el punto detrás de todo, el centro de toda aquella telaraña de simbolismos, y no se sorprendió, si no era de esa forma, iba a ser de alguna otra, al final, todo salió tal como lo había previsto eventualmente...

¿Pero no es acaso buena su renuncia?

Argumentó.

Ahora que no está, la obra no significa nada, y por lo tanto, puede significar lo que sea.~

Conforme se iba acercando, podía notar qué Lemóni cambiaba ligeramente de posición.

Y sí no es para nosotros... ¿Para quien es este acto? ¿De qué trata este acto?

Preguntó con un tono qué hacía parecer qué realmente le interesaba saber la respuesta, aunque a su vez, sin salir de su propia caracterización, pero esto es obvio... Porque jamás lo hace. esté o no en una puesta en escena.

Realmente... No me hace sentir mucho mejor.

Comentó amargamente, penando bajo el peso de la inevitabilidad y la falta de significado, desde aquél tiempo... Nada ha vuelto a ser igual, aunque se ha esforzado por mantenerlo igual, simplemente ya no lo es, y eso es horrible, es todo lo contrario de lo que quiere.

Puede observar como el demonio se acerca, mientras que ella, ya sin más remedio. Lentamente se gira en su dirección para encararlo directamente, pero al mismo tiempo procede a levantar la corona de donde la había dejado, mateniendola en sus manos.

De tí, para tí...

Simplemente respondió, como si fuera tan evidente como decir que el cielo es oscuro y cubierto de estrellas, como es en ese momento, porqué en ese momento no había sentido en ocultar lo que estaba haciendo, o cuales eran sus por qués, sobre todo con Amnael, intentar ocultar eso es estúpido.

Y de mí, pero no para mí...

Y con eso dicho.

He venido a decirte... Que todo ha terminado... Y que tú ya sabes como termina esta historia, ¿No es así?... Entonces tal vez solo deberías hacer lo último que hay que hacer...

Entonces con ceremoniosa lentitud, procedió a ofrecer la corona.

Haciéndose una idea de lo que ella misma estaba haciendo, porque justamente para eso la había comprado, como un simbolo, motivo por el cual prácticamente contuvo el aliento esperando el veredicto.

Dado:

El miembro 'Lemóni Cefiadis' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

---

'Probabilidad' :

Durante unos momentos, Amnael extendió su mano pero paró durante un momento, decidiendo reflexionar en lugar de dejarse llevar, y sonriendo vagamente antes de volver su forma en agua y concentrar la misma en un cúmulo justo en mitad de donde estaba Lemóni, agua clara qué la reflejaba aunque fuera vagamente por la poca profundidad, dejándole ver su estado.

¿Qué tan segura estás?

Preguntó.

¿Qué tan segura estás... De qué no es para tí? Todo por tí y por nadie más... Una persecución por un pasado imaginado, y que jamás fue como tal...

Incluso en su forma acuática, su voz seguía presente, espectral, y carente de rasgos definitorios, un sonido qué aunque resulta armonioso no es en lo absoluto algo humano, o siquiera terrenal, se siente completamente como otra cosa, y por supuesto, Amnael se enorgullece de ello profundamente.

Sabes... Él intentó hacer lo mismo en su día... Y el resultado fue más o menos este mismo, y por supuesto, yo todavía sé cómo acaba...

Infirió mientras el agua se movía recogiendo pétalos de flores, que se movían perezosamente sobre la superficie de la misma, fácilmente movidos por su bajo peso, en una compleja danza.

Yo sé... Que todo lo que soy es lo que necesitas... Siempre lo supe... Pero lo que no sé, es una cosa... ¿Qué estas dispuesta a dar por todo lo que necesitas?...

Preguntó y durante un par de segundos, se pudo palpar el silencio.

Estuvo... Cerca, mucho, tanto que casi pensó que funcionaría, pero no, no se esforzó suficiente por lo que parece, es otro más a su lista de fracasos qué solo va creciendo entre más cosas intenta, por lo cual a emitido un suspiro derrotado, mientras que veía a Amnael hacer trucos con sus poderes.

A su vez se contempló a sí misma en el reflejo por un momento... Pero procuró girar la cabeza después, también evitando pensar demasiado en lo que el demonio decía, pues ella sabe por qué hace las cosas... O al menos cree que lo sabe.

Yo... No quiero esto solo para mí... Quiero que otras personas estén conmigo también...

Al menos de eso está segura... Sin tener a más personas, no tendría sentido tener nada, se sentiría muy sola y tendría frío si no fuera por los demás, son parte integral de su vida.

Y mientras pensaba veía lo que Amnael hacía con lso pétalos de flores, puede ver como se mueven de una forma creativa por la superficie del agua, toa vez ella misma debió pensar en algo así, quizás traer agua salada, tal vez eso fue lo que le faltó para funcionar...

¿Él?... ¿Quieres decir, mi padre?...

Pero... No, rápidamente descartó esa idea, él fue capaz incluso de entregar su alma a otro demonio con tal de escapar definitivamente de las maquinaciones de Amnael, pero sí no fuera el caso, entonces, ¿De quién podría estar hablando?

Um... ¿No te basta... Con lo que tú querías?... Después de todo... Aquí estoy.

Insistió, esperando que quizás lo hiciera reconciderar, al recalcarlo con más fuerza, y de forma directa, aunque lo cierto es que no sabe plenamente si eso va a funcionar ahora, pues parece que todo empieza a llegar... Más profundo.

El agua se meció silenciosamente durante unos momentos, provocando qué los pétalos de flores floten suavemente en dirección al reflejo de Lemóni, creando un círculo alrededor de su rostro, esto mientras que se empieza a escuchar una risa poco natural, como uan respuesta vaga a la situación en general antes de que Amnael volviera a hablar.

Erebus... Él estaría dispuesto a perder su alma antes que tener que lidiar con algo que no quiere lidiar...

El tono del demonio se amargó durante un segundo, pero rápidamente volvió a la normalidad, antes de comentar con tranquilidad.

Oh no... Tú me recuerdas a alguien diferente... A alguien que ya hace mucho tiempo que no está aquí lamentablemente...~

Luego de lo dicho, los pétalos sobre el agua volverían a dispersarse, moviéndose en diferentes direcciones mientras que a su vez el agua se empieza a desplazar del centro, como apreciando al entorno un poco más.

Claro que lo hace, siempre lo hace... Pero no es todo lo que quiero...

Entonces fue qué volvió a su forma corporea justamente detrás de la pequeña Lemóni, y en ese mismo lugar, donde simplemente se mantuvo de pie, le expresó como eran las cosas.

Ya qué quieres todo lo que soy... Yo quiero todo lo que te hace ser...

Enunció.

Y como te pareces tanto a él... Te daré el mismo trato, con tal de empezar el ciclo otra vez...

Ofreció, dando sus mayores consideraciones, a la pequeña Lemóni, pues como ya había sido expulsado al infierno una vez, mejor le conviene tener un seguro de vida, uno que le permita mantenerse en la tierra nuevamente otra vez, tal como todo este tiempo, y de ese modo poder seguir con lo que desea...

Lemóni se siente inquieta al escuchar reír al demonio, pero al mismo tiempo... No sé siente demasiado preocupada en general, pues en escencia sabe que ella es lo que Amnael busca, y además, ahora mismo ella tiene el control, incluso aunque sea nueva en el uso de esta magia... Puede hacerlo.

Tiene que mantenerse tranquila y porcurar no salirse del ambiente, aunque de cierta forma le provoca bastante curiosidad lo siguiente que dice, le compara con alguien, pero la verdad es que no sabe con quien, parece que con alguien a quien conoció hace algún tiempo, pero por lo que ha dicho su padre... Suele limitarse a usar como vasijas a gente muy concreta de su familia.

Así que así son las cosas...

Debería haberlo previsto, es lo que un demonio necesita para permanecer, y a juzgar por la vida que ha estado llevando Amnael, debe haber pasado ya mucho tiempo en la el mundo terrenal.

Sabes, aunque no lo creas, creo que ahora entiendo, aunque sea un poco... Sí yo tuviera que vivir en ese lugar... Acabaría por volverme loca.

Enunció, viéndose sorprendida por una extraña sensación de empatía repentina, pues no podía evitar pensar... Sí ella qué tuvo solo una vaga demostración de lo que el infierno es, no ha sido capaz de olvidarlo... ¿Cómo sería cada día de la vida un demonio? Honestamente, no cree que ni siquiera un ser celestial, tan elevado como pudiera haber sido creado, fuera capaz de soportar incontables años ahí sin romperse.

Y al final, también era su destino final permanecer ahí por siempre, lo sabe ahora, lo que le hace sentir cierta... Extraña sensación de paralelismo, que por más que intente evadir no puede negar, ¿En su lugar ella estaría mejor que Amnael? Lo duda.

¿Quién? ¿De quién hablas?... ¿Qué acto interpretaron juntos...

Preguntó con cierto dramatismo agregado, abiertamente dejando de lado la oferta concreta de Amnael... Esperando que quizás si lo distrae un poco podría hacerlo perder el hilo... Y volver al punto al qué ella quiere llegar, con algo de suerte...

Durante unos segundos, hubo silencio, solo Lemóni habló, pero fuera de eso, todo quedó callado, incluso la teatralidad de la atmósfera pareció irse durante un eterno instante... Era de hecho casi tanto silencio, que alguien podría pensar que Amnael se había ido, aunque ciertamente no era así, pues se acercaría y pondría sus manos sobre los hombros de la pequeña bruja.

Amnael tamborileó los dedos de su mano derecha en un movimiento lento y rítmico, cuyo suave sonido solo podía ser apreciado al tener permiso del penetrante silencio para hacerlo, al menos hasta que, tras un tiempo difícil de determinar, en un lugar donde nada indica su paso, el demonio rompió el silencio.

¿Mientes?

Preguntó con simpleza, lejos de su actitud casi flamboyante usual, aunque de cierta forma su tono dejaba entrever qué quizás en el fondo no quería una respuesta, pero de todos modos hizo la pregunta.

Y luego, pensó por un segundo, antes de finalmente decir.

El primero que me buscó, por supuesto, un ancestro muy lejano tuyo...

Entonces le acarició la mejilla con mucho cuidado, y comenzó a relatar algo, breve, pero bastante más entendible de lo que suele hablar.

Hicimos una promesa, un pacto si lo prefieres así, él vino a mí, y me pidió mis bonanzas, a cambio, yo lo quería a él, pero al final ambos obtuvimos más de lo que veníamos buscando, pues gracias a eso, he caminado sobre esta tierra desde antes de lo que la historia puede recordar claramente, aunque la historia casi nunca recuerda claramente.~

Entonces rió, como si hubiera hecho un chiste simplemente fabuloso, por mucho que no fuera momento de ello, decidió qué reiría.

Era realmente similar a tí... Era muy hermoso, pero no se le daban bien las personas...

Lemóni con lentitud fue negando con la cabeza, poco después de estremecerse por el frío toque del demonio, que no era como un cadáver, si no como un témpano, frío y duro, además de extrañamente resbaladizo, pero aún así no hizo nada por evitarlo, no había razón, al fin y al cabo, ella fue la que empezó esto.

En fin, todo esto se estaba alargando y tomando más de lo que debería, pero... Quizás ella fue demasiado inocente al creer que podría ser más fácil de lo que era, pero de todos modos debía seguir tratando, de llegar a un entendimiento con un demonio.

Sí... Padre me contó algo de eso.

Enunció mientras daba un pequeño brinco en su lugar por el toque en su mejilla.

Has estado en la familia por generaciones, trayendoles riqueza y prosperidad, siempre cambiando de vasija, usando a los raros miembros de la misma que tienen afinidad por la magia oscura, que tienen siempre los rasgos distintivos, el cabello verde y los ojos rojos...

Es aquí qué no puede evitar preguntarse, ¿Aquél hombre de hace mucho habría sido también de esa forma? Es bastante seguro, en escencia, es un cuestionamiento casi infantil, pues de otro modo sería difícil que hubieran hecho un pacto qué se extiende desde a saber cuantos años.

Y también, de forma ya para este punto infantil. Se ha ruborizado un poco cuando dijo lo de la hermosura, no es capaz de atajar correctamente un cumplido ni siquiera cuando viene de un demonio, dejaría de ser ella misma de otra forma.

D-De cualquier forma...

Tragó brevemente.

Sabes... No tiene que terminar... Sí tú aceptas ayudarme de buena forma, yo también estoy dispuesta a ayudarte a tí... A seguir con el ciclo, puedes confiar en mí...

Entonces, aunque le resultaba un tanto difícil, procedió a colocar sus manitas sobre las del ente, tal vez sí iba un poco por sentimientos podría hacer qué se olvide de su foco otra vez.

Solo quiero que todo esto se acabe de buena forma... Sí es que eso es posible...

Al fin y al cabo... No mentía, realmente estaba dispuesta, pero no quería desprenderse de su alma, no quería que Amnael se la quedase, porque de ese modo, si muriera... Aunque ahí no puede evitar cuestionarse... ¿Qué tanto peor podría ser que el destino qué ya le espera?... No cree que pueda serlo por mucho... No más que una eternidad de horrores qué el mundo terrenal jamás conocerá, y que de hecho debe sentirse afortunado de que así sea, ¿Qué intenta proteger exactamente? Queda algo que cuidar?

Dado:

El miembro 'Lemóni Cefiadis' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

---

'Probabilidad' :

Amnael emitió un suspiro mudo, realmente no quería una respuesta y mucho menos una así, podría ser muchas cosas, sin embargo... Hay algunas muy contadas cosas que jamás podría desearle a nadie, una de ellas es el infierno, los mortales qué invocan su nombre a la ligera, no tienen idea...

Aunque luego de eso, delineó una sonrisa, parecía que Erebus finalmente sí que acabó por decirle alguna qué otra cosa a su pequeña hija, al menos lo básico, aunque Amnael por su parte también tenía cosas que decir al respecto de todo el proceso.

Y no olvides la protección... Yo los he estado cuidando todo este tiempo, además les he enseñado a vivir además de sobrevivir, incluso con el mundo en su actual condición.~

Se vanaglorió Amnael, como no podría ser de otra forma.

Por eso tengo que admitir que me sorprendió cuando Erebus...

Amnael tuvo entonces sensaciones contradictorias... Pues por una parte... Aún sentía furia, pero por otro... Sí él se hubiera quedado, lo más posible es que la pequeña no hubiera nacido, y es una vasija mucho mejor de lo que Erebus era, lo que es un giro ciertamente irónico de los acontecimientos.

Fuera de eso...

Retornó

Yo confío en tí...

Pero entonces señaló, sin decir directamente...

Pero solo en tí...

Ya que no se le olvidaba... Todos los problemas que le habían dado la gente de la cual se rodeaba, y no quería pasar por eso de nuevo.

Para eso necesita de un pacto en toda regla, y no hará más hasta que tenga lo que viene buscando desde el principio, incluso aunque le agrade la sensación de que ella haga contacto por propia voluntad, se encuentra muy cerca de lo que busca para desistir.

Una vez Lemóni vió sus opciones acabadas, se mantuvo en silencio durante un tiempo, difícil decir cuanto... Pero Amnael no agregó nada durante ese tiempo, ella supone que es porque la suerte ya estaba echada y simplemente no tenía caso agregar nada más, al final, ella había perdido...

Pero, por lo menos todo va a acabarse.

Por lo tanto, procedió a tomar la corona qué hasta ahora había permanecido justo frente a ella, y se puso de pie, soltandose del agarre de Amnael, que en verdad no tenía intención de frenarla ni nada por el estilo.

Bien... Dime tus condiciones...

Entonces lo escuchó, Amnael le habló en el idioma de los demonios, y le dijo cuales eran las condiciones del contrato y no pudo evitar alzar las cejas pensando que sonaba muy... Laxo, para ser un demonio, es decir, si quisiera darle una sufrida y miserable existencia, podría hacerlo...

Ella ya había conocido a un corruptor qué le hizo mucho daño, esto simplemente le confunde más conforme avanza... Pero no tiene tiempo de estar confundida, tiene que salvar a su maestro, por lo cual, ella misma hace una declaración en el lenguaje de los demonios... Un encantamiento, donde se limita a aceptar el pacto.

Entonces, Amnael extiende su mano y ella sujeta la corona en una mano para tener libre la otra, y extrechar esa mano enorme y helada, mientras que la magia caótica emerge de entre las manos de los dos, y finalmente Amnael se convierte en esa neblina salina y putrefacta, flotando sobre su brazo e ingresando por su boca y nariz, pero esta vez ella estaba lista, tembló por la sensación de ahogo, pero se mantuvo firme... Sintió al demonio arrastrarse por detrás de su alma, pero esta vez se mantuvo... No fue reemplazada...

Igualmente acabó por caer de rodillas, tosiendo violentamente y esforzándose por retener las náuseas, el que siga siendo ella no hace que el proceso se vuelva mágicamente agradable, de hecho, es probable que viva incomoda el resto de sus días por tener a este ser dentro...

Pero más difícil será hablar con mi padre después de esto...

Y vaya que lo será... Pero, como nada puede hacerse, ella espera qué la comprenda, que solo hace esto por una razón... Y ya ha cruzado tantos límites, que cruzar unos más ya no es nada...

Y hablando de cruzar límites, tiene trabajo... Por lo que una vez se recupera, se pone de pie y se pone la corona de los Nerva, antes de desaparecer para llevar a cabo sus ideas, solo puede desear qué funcione, porque ya sabe con certeza qué rezar no sirve para nada.

El mensaje de Lemoni con lo de Rasputín era confuso, pero quería ir a comprobar por él mismo lo que había pasado. Aún no había visto a su compañero de Consejo, pero por lo que le habían dicho había logrado regresar y se habían reunido. Le fastidiaba haberse perdido esa reunión porque parecía importante, pero las malditas fiebres esas que había pillado en el campamento lo habían tenido fuera de juego y se había perdido unas cuantas novedades. Ahora le tocaba ponerse al día, y nadie mejor que Matvey para explicarle.

Se apareció directamente en el interior de la casa porque ya tenía confianza con ella y conocía el lugar, diciendo el voz alta el nombre de su amiga para que supiese que estaba allí. Si al padre le molestaba pues...que se aguantase. Avanzó hasta llegar al salón, encontrándose allí a Matvey tumbado en un sofá, con su discípula al lado. - ¿Qué le ha pasado? si me dijeron que había regresado sano y salvo. ¿Por qué dices que lo has salvado? ¿es que le han atacado? - se concentró en su pulso para saber si había alguna hemorragia abierta, pero al parecer ya le habían curado de algún modo.

Lemóni se encuentra en un banquito de madera sentada junto a su maestro qué está en el sofá, mientras que le lee el libro que le ha dejado como si fuera una especie de cuento de para dormir, o para despertar, no tiene la menor idea, quiere que cuando se vuelvan a ver, su maestro tenga la impresión de que es una chica responsable.

Y los simbolos qué deben ir alrededor del pentagrama en ese caso son...

Pues la verdad, es que fruto de la desesperación ya había leído el libro tal cantidad de veces que era absurdo.

Es posible que ya estuviera en camino de apenderselo de memoria, simplemente por obra de la cantidad de repeticiones qué hizo con el afán de ver si es que había alguna pista de como salvar a su maestro ahí, pero pro suerte estaba ahí, ya estaba salvado.

Y entonces escuchó a Khan...

Casi de inmediato se giró, dejando ver su cabello hecho un cristo, su faz con claros signos de noches sobre noches sin tener un sueño correcto, todo mezclado con el hecho de que llevaba la corona de lo Nerva en la cabeza y estaba envuelta en su capa de serpiente, hacía qué tuviera más aspecto de nigromante de lo que jamás antes tuvo.

¡Khan!~

Pero aún así se guardó el libro en su bolsa mágica y luego se lanzó a abrazar a Khan, pues la verdad lo había echado de menos, aunque normalmente no pudiera ir a su lado porque estaba ocupado con sus cosas de descendiente.

¿P-Por qué dicen esas cosas...? Sí él está justo ahí...

Lo señaló con su manita, para ella era evidente qué esas cosas no eran verdad... Que su maestro no estaba bien y necesitaba que lo salven.

O-Oh... Yo no sé que le pasó... Pero estaba por ahí tirado, solo y abandonado, así que lo salvé, ¡Todo valió la pena al final!~

Entonces volvió a alegrarse y se pegó más a Khan, queriendo qué comparta su alegría, aunque él no parezca muy por la labor...

Y ella no entiende por qué, si lo ha salvado, todo debería de estar bien, al final sí que lo logró, pudo responder debidamente a la confianza de su maestro y eso es motivo de orgullo por donde se vea, incluso ella se siente bien consigo misma.

Desvió la mirada de Rasputín hacia Lemoni una vez comprobado que el nigromante no estaba desangrándose y que no tenía que hacer una intervención de emergencia. Ya se le habían olvidado los efusivos saludos de su amiga, a la que recibió con un abrazo cuando se lanzó hacia él. La apretujó un momento antes de soltarla, sonriéndole un poco. - Me alegro de verte. ¿Cómo has estado? te veo...cambiada. - al separarse pudo fijarse mejor en ella, intentando adivinar cuáles eran esos cambios. El pelo lo llevaba más largo, las vestimentas eran como más oscuras, y tenía pinta de resaca. Seguro que había estado de fiesta.

- Ya, ya veo que él está ahí. Me refiero a que los compañeros del Consejo me dijeron que Matvey había regresado ya, y que hasta fue a una reunión con ellos. Ha tenido que pasarle algo después. Si lo encontraste herido en el bosque...seguro que han tenido que atacarle. - el caso es que la chica parecía tan emocionada con eso de que le había rescatado que hasta le daba cosa decirle que no había sido así por no quitarle la ilusión. - Bueno, en cierto modo...sí lo has salvado, aunque sea de otra cosa. Si no lo hubieras encontrado seguiría allí tirado. - le dio un par de palmaditas en el hombro para animarla, y después decidió sentarse en uno de los sofás que quedaban libres, para esperar allí hasta que Matvey despertase.

- Es bueno tener a alguien que esté dispuesto a salvarte en cualquier momento. - en ese preciso momento estaba acordándose de Justin, y de cómo lo salvó en la cueva de los goblins. Y precisamente por eso se acordó también del mensaje que les llegó aquel día, el que iba dirigido a Justin. - Por cierto, ¿qué tal con Nicho? - preguntó tratando de sonar casual, pero quería enterarse del tema.

Empecé a recobrar la consciencia poco a poco, habiendo reunido la energía suficiente para poder moverme un poco...o intentar abrir los ojos. Después de mandar a Valqar a su prisión de nuevo, era una maldita tortura tener que estar escuchando sus salmos cada vez que no estaba al mando. De no ser por el trabajo de Lyosha, con todas aquellas runas, simbolos, sigilos  y demas grabados en mi carne....probablemente el que hubiese abierto los ojos habria sido Valqar, y no yo.

No. Al hacerlo, seguian siendo de un azul hielo profundo y cristalino. Pero...no olía a bosque, si no a...hoguera?

- Donde.... - donde estoy? Pero iba lento. Algo me alertó. No, dos cosas me alertaron, pero ver a Khan alli me distrajo. - Y el orbe que estaba conmigo?! - pregunté de golpe al enfocar su cara, incorporandome para tomarlo por los hombros. Una punzada de dolor me atravesó el pecho, y me di la vuelta, alerta, al percibir a otro demonio. Pero era Lemoni la que...

- No....no....No! Que has hecho, Lemoni?! - habia soltado a Khan, y sí, le alcé la voz. Evidentemente, sin disimular mi ira. Lo habíamos desterrado!!

Ella estuvo feliz de que Khan correspondió a su abrazo le hizo sentir que todo estaba volviendo a su lugar, por ese motivo se relajó bastante, pensando que simplemente todo podría ser mucho mejor, y que luego de responder a algunas preguntas todo podría volver a ser dulce como fue siempre.

Yo también... Te había echado de menos, pero no suelo decir nada porque sé que estás ocupado... Aunque como ahora encontré al maestro Rasputin pensé que está vez no habría problema si te hablaba...

Al menos ese es su razonamiento y sobre como está...

Ahora estoy bien... Todo está volviendo a su lugar, solo me veo así porque tengo algún tiempo sin poder arreglarme, ¿Y qué tal tú?.~

Aunque de forma algo rara y retorcida, pero había ido mejorando todo, ahora sus problemas estaban resueltos, solo necesitaba recuperar la conexión con la gente que quiere y todo volverá a ser como debe, como por ejemplo, con Khan.

¿Huh?... ¿Entonces le pasó otra cosa?...

Bueno, ahora que lo dice, lo cierto es que no lo encontró dentro de la barrera qué grita como condenada, si no fuera, lo que significa... Que lo que hizo para poder cruzar...

¡Bueno, sea como sea!, ahora está a salvo porque lo salvé.~

Clamó, negandose de esta forma a tomar las cosas en consideración, su mente no está para esas cosas de hacer juicios morales, necesita un descanso, así que simplemente no piensa.

Además sonrió cuando le dió palmaditas, y no fue todo lo que hizo, pues cuando se sentó, procedió a ir a sentarse en su regazo, y hacerse bolita como si de un gato se tratase, porque... ¿Y por qué no? Si ya estaba todo muy bien, ¿Por qué no disfrutar un poco la vida?

Sí, es verdad...

Como por ejemplo, ella tenía a su querido padre, y a Khan también, que había estado ahí para ella cuando lo necesitaba, y mientras pensaba eso, es que lo escuchó preguntar sobre Nicho, curioso, no lo esperaba, pero parece que Khan también tiene algo que ver con él.

Oh, él está bien... O eso espero, la verdad tiene algún tiempo que no lo veo, algo más de un mes diría yo...

O hasta dos, no lo sabe, ha perdido totalmente la noción del tiempo en este último tiempo, y ha visto la luz del sol en apenas algunas ocasiones.

Pero fue bueno encontrarlo, ¿Y tú? ¿Qué tal te fue con Justin?

Porque la última vez que lo vió, sabía que fue con él, y también quería saber como estaba, Justin le cae bastante bien y aún está agradecida porque la salvó.

Pero entonces...

¿Maestro Rasputin?

Lo escuchó y saltó del regazo de Khan para acercarse, Pero él por el contrario fue a tomar de los hombros a Khan, mientras farfullaba algo de un orbe.

¿Orbe? ¡Oh!

Entonces sacó de su bolsita el artilugio, apagado y vacío como lo había encontrado.

¿Este, maestro? ¿Es importante para usted?... ¿Por qué se aferraba a él? No parece ser ni siquiera mágico...

O al menos ahora no lo parece, vaya, tal vez lo era cuando su maestro lo halló.

Pero lo siguiente sí que no se lo esperaba, cuando su maestro le alzó la voz, cayó sobre su trasero casi de inmediato, apenas manteniendo sostenido el orbe por suerte, y por unos tensos segundos, hubo silencio, nada más que el sonido de la chimenea crepitando mientras Lemóni asimilaba esas palabras.

"Qué has hecho, Lemóni!?"

Quizo evitarlo, pero su mente, inmediatamente hizo una relación... Con lo que había hecho, todo lo había estado haciendo, y lo mucho que no quería pensar en ello, así que, sin poder evitarlo, empezó a lagrimear de forma silenciosa, mientras respondía.

Y-Yo... Y-Yo lo hice para salvarlo...

O al menos eso era lo que seguía repitiendose, ella había hecho todo eso, para poder salvarlo, para rescatarlo del horrible destino en el qué había caído al entrar al árbol, eso era lo que había querido hacer... Pero no había funcionado, ¿cierto?...

- Naah, no me molestas ni estaba tan ocupado, podías haberme mandado un mensaje si querías, aunque habría tardado en contestarte. Estuve enfermo con la epidemia que hubo en el campamento, por eso me enteré tarde del regreso de Matvey. - le explicó un poco por encima, sin entrar a detenerse en detalles que no eran necesarios. Al parecer ella tampoco estaba muy al tanto de lo que había estado sucediendo a su alrededor, como si hubiese estado en su mundo. Le llamó la atención eso de que fuese a sentarse en su regazo así como si nada, mucho menos tímida que de costumbre. Y ya no tartamudeaba. Mejor. Aunque le distraía eso de que se le sentase encima...

- Eh...lo que le pasó a Matvey...ya sabes, que había desaparecido al investigar el Sanguis. Pero logró regresar y...ahora nos contará. - soltó un "ajam" cuando le dijo lo de Nicho, porque tampoco es que fuera mucha información. Hasta sonaba desinteresada. No se esperaba que le preguntase por Justin, ni tampoco estaba seguro de si debía contarle todo lo que había pasado últimamente entre ellos, lo que quiera que fuese. - Puees...- Por eso le vino tan bien que Matvey despertase de golpe, hasta que se incorporase para sacudirle por los hombros.

- ¡Matvey! estás en casa de Lemoni, a salvo. ¿¿Qué orbe?? ¿De qué hablas? yo acabo de llegar porque me avisó Lemoni. - se puso en pie para hacer que ella se levantase, sujetando a Matvey por el brazo por si se caía o algo. No entendió por qué se enfadó así con su aprendiz, por qué la estaba regañando después de haberle encontrado. Al parecer lo del orbe era importante. - Ella te encontró en el bosque y te trajo para curarte. ¿Qué pasa?