Recuerdo del primer mensaje :
El castillo de Edimburgo es una antigua fortaleza erigida sobre una roca de origen volcánico ubicada en el centro de la ciudad de Edimburgo. Ha sido utilizado con fines de tipo militar desde tiempos prehistóricos, siendo destinado a usos civiles solo hasta épocas muy recientes. Se encuentra emplazado en la cima de la calle Alta o High Street, también conocida como Milla real o Royal Mile.
Fue utilizado como base de operaciones por dos desarrolladores mágicos, siendo posteriormente abandonado por ser descubierto por los soldados de la Alianza.
Fue utilizado como base de operaciones por dos desarrolladores mágicos, siendo posteriormente abandonado por ser descubierto por los soldados de la Alianza.
Éamon O'Connell
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Había tenido que resolver trabajo acumulado por todo el asunto de estar con Blair en el hospital, así que decidí aprovechar que ya había despertado y tenía compañía para ponerme un poco al día con cosas varias. La primera era lidiar con cientos de reportes y quejas de problemas que cada vez iban a más. La vegetación estaba sufriendo cambios importantes, como si estuviésemos en un lugar propenso a la desertización. Las aguas resultaban tóxicas con demasiada frecuencia, y las temperaturas no eran normales para la época del año, pues ahora eran inusualmente altas. Además, se habían empezado a detectar problemas en granjas del país, donde morían más animales de lo habitual y sin explicación aparente. Algunos amigos de las teorías de la conspiración habían comenzado a asociar todos esos acontecimientos con la desaparición de la magia, aunque si había algún amago de manifestación era rápidamente silenciado y reprimido. Algunos reportes preocupantes del hospital afirmaban que habían comenzado a nacer más niños con problemas de lo habitual, y eso los que sobrevivían, porque había otro número importante que apenas duraba unas horas.
Al parecer al resto de países de la Alianza les estaba sucediendo algo similar, aunque desde los gobiernos se negaba e intentaba tapar todo, no vaya a ser que tengamos que admitir que cometimos un error, o que la maldita "magia" es necesaria de algún modo. Por otra parte, cada vez estábamos más cerca de localizar el escondite de los magos. Andreas me había enviado un reporte que indicaba que habían habido picos de energía mágica en cierta zona de Escocia. No habían encontrado nada, a pesar de ello, así que supusimos que se las habían apañado para esconderse. Tal vez lanzar bombas a ciegas no sea tan mala idea, antes de que les de tiempo a contraatacarnos. El desgraciado de Tobías seguía desaparecido, así que decidimos buscarlo por todos lados, incluido el lugar que se supone es su residencia, según los drones de vigilancia que le pusimos en su día. Ordeno a los soldados que entren al castillo para registrar y saquear lo que encuentren a su paso, aunque no hay ni rastro de Tobías. Me enciendo un cigarro mientras busco alguna pista por el polvoriento castillo, pasándome una mano por la sien ante el creciente dolor de cabeza.
El registro acaba llevándonos a una especie de laboratorio semioculto en un sótano, al cual accedemos tras volar la puerta que lo protegía. Allí ordeno que cojan todo lo que encuentren, pues tiene pinta de que se marchó de manera precipitada. Me apoyo en una mesa para observar los cacharros y anotaciones que tenía en una libreta, hasta que una gota de sangre cae sobre el papel. Me llevo la mano a la nariz, dándome cuenta de que estoy sangrando. - No tiene que ver...¿o sí? - murmuro para mí mismo con fastidio, sin querer admitir que puede que esto también nos esté afectando a nosotros. Me limpio la nariz con un pañuelo, girándome para dar la orden a los soldados.
- ¡Recoged todo y nos largamos de una vez! - tras eso salimos del castillo, subiendo al jeep lo que se haya encontrado que sea de interés. Pido a los soldados que esperen un momento, mientras realizo una llamada fuera del vehículo, a Andreas. Espero unos segundos hasta que lo coge, soltando muy serio. - Tenemos que hablar urgentemente. Es sobre los satélites. Y también deberíamos lanzar un bombardeo indiscriminado contra la zona conflictiva. Ya sabes a qué me refiero. ¿Sigues en el hospital con Blair? puedes poner el manos libres para que lo escuche. Yo estoy pensando en viajar a Irlanda hoy mismo.- la llamada continua un rato más, mientras monto en el vehículo. Después nos marchamos de allí todos.
Al parecer al resto de países de la Alianza les estaba sucediendo algo similar, aunque desde los gobiernos se negaba e intentaba tapar todo, no vaya a ser que tengamos que admitir que cometimos un error, o que la maldita "magia" es necesaria de algún modo. Por otra parte, cada vez estábamos más cerca de localizar el escondite de los magos. Andreas me había enviado un reporte que indicaba que habían habido picos de energía mágica en cierta zona de Escocia. No habían encontrado nada, a pesar de ello, así que supusimos que se las habían apañado para esconderse. Tal vez lanzar bombas a ciegas no sea tan mala idea, antes de que les de tiempo a contraatacarnos. El desgraciado de Tobías seguía desaparecido, así que decidimos buscarlo por todos lados, incluido el lugar que se supone es su residencia, según los drones de vigilancia que le pusimos en su día. Ordeno a los soldados que entren al castillo para registrar y saquear lo que encuentren a su paso, aunque no hay ni rastro de Tobías. Me enciendo un cigarro mientras busco alguna pista por el polvoriento castillo, pasándome una mano por la sien ante el creciente dolor de cabeza.
El registro acaba llevándonos a una especie de laboratorio semioculto en un sótano, al cual accedemos tras volar la puerta que lo protegía. Allí ordeno que cojan todo lo que encuentren, pues tiene pinta de que se marchó de manera precipitada. Me apoyo en una mesa para observar los cacharros y anotaciones que tenía en una libreta, hasta que una gota de sangre cae sobre el papel. Me llevo la mano a la nariz, dándome cuenta de que estoy sangrando. - No tiene que ver...¿o sí? - murmuro para mí mismo con fastidio, sin querer admitir que puede que esto también nos esté afectando a nosotros. Me limpio la nariz con un pañuelo, girándome para dar la orden a los soldados.
- ¡Recoged todo y nos largamos de una vez! - tras eso salimos del castillo, subiendo al jeep lo que se haya encontrado que sea de interés. Pido a los soldados que esperen un momento, mientras realizo una llamada fuera del vehículo, a Andreas. Espero unos segundos hasta que lo coge, soltando muy serio. - Tenemos que hablar urgentemente. Es sobre los satélites. Y también deberíamos lanzar un bombardeo indiscriminado contra la zona conflictiva. Ya sabes a qué me refiero. ¿Sigues en el hospital con Blair? puedes poner el manos libres para que lo escuche. Yo estoy pensando en viajar a Irlanda hoy mismo.- la llamada continua un rato más, mientras monto en el vehículo. Después nos marchamos de allí todos.
Habíamos abandonado Ávalon algunos días atrás, justo cuando los Pendragon emprendieron la misión con sus tropas hacia tierras nórdicas. Por fin habíamos logrado enterarnos de que iba todo aquello, y para qué se suponía que necesitaban tantos dragones y aliados. La idea de querer formar un imperio me recordaba demasiado a lo que hacían los antiguos ministeriales, y la idea no me convencía en absoluto. Teníamos más que perder, y si ganaba algo sería algún terreno que podía conseguir por mí mismo. Además, siendo campeones de los torneos de Ouroboros no éramos unos cualquiera, no necesitábamos servir a los Pendragon en su propósito.
En medio de todo aquello convencí a Juliet para marcharnos de allí, aunque un tanto engañada. Le había dicho que iríamos a Escocia a participar en la campaña de los Pendragon de expansión en esas tierras, pues algunos grupos de soldados iban hacia allá. Una vez allí nos separamos del resto, dirigiéndonos hacia el abandonado castillo. Había servido de base para la Alianza antes de que sucediese lo de la IA asesina, pero ahora no tenía ningún uso. Me aseguré de que no nos siguiesen, metiéndola al interior del lugar para hablar claramente.
- Creo que esto es un error. Lo único útil que se me ocurre que podemos hacer es actuar como agentes dobles, y pasar información de los planes de delirios de grandeza que tienen esta gente. ¿Qué crees que vamos a sacar de todo esto? espero que no lo hagas por contentar a tu padre.
En medio de todo aquello convencí a Juliet para marcharnos de allí, aunque un tanto engañada. Le había dicho que iríamos a Escocia a participar en la campaña de los Pendragon de expansión en esas tierras, pues algunos grupos de soldados iban hacia allá. Una vez allí nos separamos del resto, dirigiéndonos hacia el abandonado castillo. Había servido de base para la Alianza antes de que sucediese lo de la IA asesina, pero ahora no tenía ningún uso. Me aseguré de que no nos siguiesen, metiéndola al interior del lugar para hablar claramente.
- Creo que esto es un error. Lo único útil que se me ocurre que podemos hacer es actuar como agentes dobles, y pasar información de los planes de delirios de grandeza que tienen esta gente. ¿Qué crees que vamos a sacar de todo esto? espero que no lo hagas por contentar a tu padre.
La motivación de Juliet por que aquel viaje fuera excelente era demasiada. Tanta que, a pesar de tener todo calculado, confió en Reiv ciegamente hacia el camino equivocado. El imperio en sí no le llamaba tanto la atención ni le era tan urgente como la necesidad de probarse útil, valiente y valiosa ante su padre y ante todos los dragones. Tenía la sensación de que con un poco de práctica podía volverse el miembro más valioso de aquella manada, a pesar de no ser la más rápida ni la más grande.
Esperaba con ansias la batalla de Escocia. Solo tenía en mente aquel objetivo, pero seguía sin sentirse exactamente parte de un ejército. Seguía siendo la persona solitaria de siempre, así que apreció el gesto de Reiv de ir con ella, pero separados del resto. Durante todo el camino había tenido reuniones con Reiv y entrenamientos en solitario para acoplar sus nuevas habilidades con las del moreno de manera perfecta, por lo que el castillo no le pareció demasiado hasta que escuchó su primera frase.
El panorama le cambió por completo, pues sentía que era la primera vez que Reiv le mencionaba que no debían ir a la guerra, aunque quizás ya lo habían hablado antes. Le dejó terminar, con el rostro cada vez más extrañado a medida que hablaba, entendiendo las reservas que tenía por su padre, pero no las que tenía por los Pendragón.- No comprendo.- Susurró un tanto estresada, tratando de enlazar las ideas del moreno.
¿Agentes dobles de quién? ¿Qué tenía en contra de su padre? Ella tampoco comprendía al hombre, pero no creía que fuera para tanto.- Reiv, si hablas de la batalla, lo vas a hacer muy bien, hemos practicado mucho. De verdad no hay nada que temer, no vas a caerte de nuevo, ya hablamos de eso, yo iré tras de ti si vuelve a pasar.
Y esto no es por mi padre... es mucho más grande que eso. ¿Por qué de repente estás tan... extraño?
Esperaba con ansias la batalla de Escocia. Solo tenía en mente aquel objetivo, pero seguía sin sentirse exactamente parte de un ejército. Seguía siendo la persona solitaria de siempre, así que apreció el gesto de Reiv de ir con ella, pero separados del resto. Durante todo el camino había tenido reuniones con Reiv y entrenamientos en solitario para acoplar sus nuevas habilidades con las del moreno de manera perfecta, por lo que el castillo no le pareció demasiado hasta que escuchó su primera frase.
El panorama le cambió por completo, pues sentía que era la primera vez que Reiv le mencionaba que no debían ir a la guerra, aunque quizás ya lo habían hablado antes. Le dejó terminar, con el rostro cada vez más extrañado a medida que hablaba, entendiendo las reservas que tenía por su padre, pero no las que tenía por los Pendragón.- No comprendo.- Susurró un tanto estresada, tratando de enlazar las ideas del moreno.
¿Agentes dobles de quién? ¿Qué tenía en contra de su padre? Ella tampoco comprendía al hombre, pero no creía que fuera para tanto.- Reiv, si hablas de la batalla, lo vas a hacer muy bien, hemos practicado mucho. De verdad no hay nada que temer, no vas a caerte de nuevo, ya hablamos de eso, yo iré tras de ti si vuelve a pasar.
Y esto no es por mi padre... es mucho más grande que eso. ¿Por qué de repente estás tan... extraño?
- ¿Qué es lo que no comprendes de todo esto? - pregunté un tanto exasperado al ver que ella no se daba cuenta de dónde nos estábamos metiendo. Había pasado de ser algo entretenido y de visitar Ávalon a meternos directamente en una guerra que nada tenía que ver con nosotros. Mi gesto se tornó más serio cuando dio a entender que ella pensaba que yo tenía miedo de que volviese a pasarme algo grave. Ambos lo habíamos pasado bastante mal con aquello, pero no tenía nada que ver.
- No es eso. No soy tan cobarde, ¿sabes? asumo que pueden pasarnos cosas, pero que sea por pelear para esta gente pues...no me hace ninguna gracia. - hice un sonido irónico cuando me dijo que era yo el que estaba extraño, cuando precisamente era ella la que estaba acatando decisiones de otros. Cada vez tenía menos dudas de que estaba realmente influenciada por el tipo de magia que tenían los Pendragon.
- Tu padre sólo te ve como un peón más. Siento ser duro y decirlo así. En serio...esto no nos conviene. Es una campaña de conquista. Lo mejor será pararlo antes de que se acabe complicando todo. No podemos enfrentarnos abiertamente a los Pendragon, no ahora que nos han abierto las puertas de su casa. Deberíamos fingir estar de su parte, al menos un tiempo, y mientras tanto informar a otra gente en la que confiemos. Mi hermano, por ejemplo. - bajé el tono de voz aún más, por si acaso había alguien cerca escuchando. - A eso me refiero con actuar como agentes dobles. - puse las manos sobre sus hombros para que centrase su atención en mí, esperando ver algún atisbo de sentido común después de mi explicación.
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éxito: No les escucha nadie
fallo: Hay un soldado que los descubre al pasar por allí
- No es eso. No soy tan cobarde, ¿sabes? asumo que pueden pasarnos cosas, pero que sea por pelear para esta gente pues...no me hace ninguna gracia. - hice un sonido irónico cuando me dijo que era yo el que estaba extraño, cuando precisamente era ella la que estaba acatando decisiones de otros. Cada vez tenía menos dudas de que estaba realmente influenciada por el tipo de magia que tenían los Pendragon.
- Tu padre sólo te ve como un peón más. Siento ser duro y decirlo así. En serio...esto no nos conviene. Es una campaña de conquista. Lo mejor será pararlo antes de que se acabe complicando todo. No podemos enfrentarnos abiertamente a los Pendragon, no ahora que nos han abierto las puertas de su casa. Deberíamos fingir estar de su parte, al menos un tiempo, y mientras tanto informar a otra gente en la que confiemos. Mi hermano, por ejemplo. - bajé el tono de voz aún más, por si acaso había alguien cerca escuchando. - A eso me refiero con actuar como agentes dobles. - puse las manos sobre sus hombros para que centrase su atención en mí, esperando ver algún atisbo de sentido común después de mi explicación.
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El miembro 'Reiv Black' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Dejó la pregunta de Reiv sin responder, porque ni siquiera sabía por donde empezar a contestarla. Dejó mejor que la conversación siguiera su rumbo, aunque tomó rápidamente un tono más acalorado del que pretendía. Al menos por parte del moreno, pues ella seguía calmada, pero bastante desorientada. Le sentó un poco mal que creyera que le había llamado cobarde, pero eso no fue lo peor de su respuesta.
Si bien, en una primera instancia trató de no engancharse en una discusión, sí le pegó en el orgullo que la llamara peón. De su padre. Peón.- ¿Desde cuándo confías en tu hermano? - Murmuró de forma brusca. Nunca le había echado en cara aquello, pero se estaba tragando el dolor que tenía por dentro.- De no ser por mí, jamás habrías hecho la paz con Johan, y en cambio tu ves a mi padre una vez y no le das ni el beneficio de la duda. Lo primero que dijiste fue "mejor que se haya ido". ¿Sabes a cuántos lugares he ido que "no nos convienen" porque tú haz querido ser parte de una batalla idiota? ¿Por qué de repente cuando es algo que yo tengo que hacer es que empiezas a dudar? - En un momento cualquiera se habría quedado mejor callada, pero el contrario había usado su debilidad contra ella y lo hacía a sabiendas del dolor que le causaba. No podía disimular ni la amargura que sentía en la garganta ni el ardor en el pecho. Aunque quería, no podía evitar sentirse entre la espada y la pared, y sentía sus ojos humedecerse de impotencia. Era ridículo, pero de cierto modo no le sorprendía que no la apoyara, y eso lo hacía más doloroso.- Toda nuestra relación ha sido yo siguiéndote. Siguiéndote a donde no quería ir, a batallas que no quería luchar. Y no tienes que hacer lo mismo por mi, pero para mí esto es importante. Es la primera vez que realmente quiero hacerlo.
Suavemente, tomó las manos del contrario de sus hombros y las bajó. Estaba levantando el rostro directo hacia el techo, tratando de no mirarle, dominando sus sentimientos y sus ganas de llorar.- Puedes irte a Londres. Te buscaré cuando termine.
Si bien, en una primera instancia trató de no engancharse en una discusión, sí le pegó en el orgullo que la llamara peón. De su padre. Peón.- ¿Desde cuándo confías en tu hermano? - Murmuró de forma brusca. Nunca le había echado en cara aquello, pero se estaba tragando el dolor que tenía por dentro.- De no ser por mí, jamás habrías hecho la paz con Johan, y en cambio tu ves a mi padre una vez y no le das ni el beneficio de la duda. Lo primero que dijiste fue "mejor que se haya ido". ¿Sabes a cuántos lugares he ido que "no nos convienen" porque tú haz querido ser parte de una batalla idiota? ¿Por qué de repente cuando es algo que yo tengo que hacer es que empiezas a dudar? - En un momento cualquiera se habría quedado mejor callada, pero el contrario había usado su debilidad contra ella y lo hacía a sabiendas del dolor que le causaba. No podía disimular ni la amargura que sentía en la garganta ni el ardor en el pecho. Aunque quería, no podía evitar sentirse entre la espada y la pared, y sentía sus ojos humedecerse de impotencia. Era ridículo, pero de cierto modo no le sorprendía que no la apoyara, y eso lo hacía más doloroso.- Toda nuestra relación ha sido yo siguiéndote. Siguiéndote a donde no quería ir, a batallas que no quería luchar. Y no tienes que hacer lo mismo por mi, pero para mí esto es importante. Es la primera vez que realmente quiero hacerlo.
Suavemente, tomó las manos del contrario de sus hombros y las bajó. Estaba levantando el rostro directo hacia el techo, tratando de no mirarle, dominando sus sentimientos y sus ganas de llorar.- Puedes irte a Londres. Te buscaré cuando termine.
La pregunta sobre mi hermano me extrañó bastante, y me molestó un poco porque me sonó como acusación. Dejé entrever eso en mi gesto, pero aún así intenté contestar sin parecer mosqueado. - Desde hace tiempo. Sobre todo desde que se me metió en los campos de concentración de la Alianza para rescatarme. ¿A qué viene esa pregunta ahora? - la miré con más cara de sorpresa cuando pareció echarme en cara que, de no ser por ella, jamás habría hecho las paces con él. Era cierto que mi rencor había ido disminuyendo con el paso de los años y a medida que yo iba abriendo los ojos, comprendiendo que él no tenía culpa y viendo sus acciones. También era cierto que Juliet siempre me había animado a mejorar la relación con mi hermano, aunque en ese momento no quería reconocérselo porque no me había gustado que lo sacase a relucir.
- Lo de tu padre es distinto. Él no ha hecho nada por ti, ni siquiera te buscó en todos estos años. ¡Sólo intento que no te lleves un batacazo con él! - puse énfasis en que entendiese que no era por celos ni nada, sino porque no confiaba en ese señor dragón tan rancio. - De verdad que no puedo creerme lo que estás diciendo...¿me has estado siguiendo a pesar de creer que eran "batallas idiotas"? ¿de verdad nunca le has visto sentido a luchar para sobrevivir o evitar que nos matase la Alianza y después S.A.M? ¿Cuál era la otra opción, meterse en un agujero hasta que nos encontrasen y nos matasen? - me separé un par de pasos de ella después de que apartase mis manos de sus hombros, cosa que habría hecho yo mismo de no ser por lo alucinado que estaba con cada cosa que iba diciendo. Lo peor es que dolía, dolía ver que pensaba que nuestra relación era ella siguiéndome a cosas que consideraba estúpidas, como quien da la razón a un loco.
- Yo luchaba también por ti. Nos defendíamos el uno al otro. Entonces había un motivo, ahora...ni siquiera entiendo por qué quieres hacerlo. Sigo sin comprender qué ganamos ahora que nuestras vidas ya no están amenazadas. - suspiré al ver cómo alzaba la cabeza como mirando al techo, claro gesto de que se estaba aguantando las ganas de llorar. - No quiero dejarte sola en esto. - en ese momento escuché el sonido de sonido de unas pisadas sobre la piedra, haciendo que me girase bruscamente. Alguien nos estaba escuchando, y eso podía ser una condena a muerte si habían pillado la parte en la que hablaba de hacer de espías.
- Mierda. - mascullé yendo tras el sonido de las pisadas, encontrando a un guardia Pendragon retirándose a toda prisa. Conjuré unos zarcillos de oscuridad a los tobillos para apresarlo por los tobillos, atrayéndolo con brusquedad hacia nosotros. En cuanto lo tuve cerca le quité el casco de la cabeza, por si acaso era como los de Ouroboros y los usaban para comunicarse. - ¿Qué hacías ahí escuchando?
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par: No responde y ataca a Reiv
impar: No ataca y pide que le dejen ir
- Lo de tu padre es distinto. Él no ha hecho nada por ti, ni siquiera te buscó en todos estos años. ¡Sólo intento que no te lleves un batacazo con él! - puse énfasis en que entendiese que no era por celos ni nada, sino porque no confiaba en ese señor dragón tan rancio. - De verdad que no puedo creerme lo que estás diciendo...¿me has estado siguiendo a pesar de creer que eran "batallas idiotas"? ¿de verdad nunca le has visto sentido a luchar para sobrevivir o evitar que nos matase la Alianza y después S.A.M? ¿Cuál era la otra opción, meterse en un agujero hasta que nos encontrasen y nos matasen? - me separé un par de pasos de ella después de que apartase mis manos de sus hombros, cosa que habría hecho yo mismo de no ser por lo alucinado que estaba con cada cosa que iba diciendo. Lo peor es que dolía, dolía ver que pensaba que nuestra relación era ella siguiéndome a cosas que consideraba estúpidas, como quien da la razón a un loco.
- Yo luchaba también por ti. Nos defendíamos el uno al otro. Entonces había un motivo, ahora...ni siquiera entiendo por qué quieres hacerlo. Sigo sin comprender qué ganamos ahora que nuestras vidas ya no están amenazadas. - suspiré al ver cómo alzaba la cabeza como mirando al techo, claro gesto de que se estaba aguantando las ganas de llorar. - No quiero dejarte sola en esto. - en ese momento escuché el sonido de sonido de unas pisadas sobre la piedra, haciendo que me girase bruscamente. Alguien nos estaba escuchando, y eso podía ser una condena a muerte si habían pillado la parte en la que hablaba de hacer de espías.
- Mierda. - mascullé yendo tras el sonido de las pisadas, encontrando a un guardia Pendragon retirándose a toda prisa. Conjuré unos zarcillos de oscuridad a los tobillos para apresarlo por los tobillos, atrayéndolo con brusquedad hacia nosotros. En cuanto lo tuve cerca le quité el casco de la cabeza, por si acaso era como los de Ouroboros y los usaban para comunicarse. - ¿Qué hacías ahí escuchando?
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El miembro 'Reiv Black' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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En realidad la pregunta de Johan era retórica. Sabía que ya eran un poco más unidos que antes, pero había salido por el calor del momento. No respondió a que venía el reclamo, pero era por meterse con algún familiar suyo por haber atacado a su padre.- ¿Cómo sabes que no me buscó? Eso no lo puedes afirmar. Mi padre me encontró en la isla, yo no lo habría reconocido. Él se acercó.- Rancio y todo, pero se acercó. Tenía que ser real porque de otra manera no entendía nada.
¿No lo puedes creer? ¿Cómo no? Te lo dije cada vez. Te conocí un día y al siguiente estaba en la batalla de Bastion Hollow recién salida del mismo infierno. ¿Crees que iba muy convencida a la guerra cuando cada vez tenía que esperar dos o tres meses a un lado de tu cama para ver si despertabas? Mi angustia no era la batalla. Era todo lo que venía después. Y después de todo, vas y te metes tu solo al club de la pelea porque no te fue suficiente. Quizás no lo entiendas, después de todo no eres dragón, no es tu lucha, pero quiero un mundo mejor para Svart. Quiero que pueda crecer donde le dé la gana, quiero que pueda ver el cielo en todo el mundo, que no esté recluido en un solo pedazo de tierra como yo, y no estar huyendo porque magos necios y humanos estúpidos creen que haciendo té de las escamas sacan algo de provecho.- Y si con eso no lo entendía, la verdad es que no sabía cómo más explicárselo. Svart se merecía un mundo mejor después de tanto que había pasado en su pequeña vida.- Voy a estar bien. No quiero obligarte a nada. Aprecio mucho que no me hayas dejado sola hasta ahora, sé que ha sido difícil.- Susurró, un poco menos tranquila pero consciente de que él no quería hacerlo y de que ella jamás lo obligaría. Se sentía extraño pensar en separarse después de tantos años completamente juntos, pero sería por poco tiempo y estaba segura de que todo estaría bien. O al menos así lo pensó hasta que las pisadas la sacaron de su pensamiento y Reiv se volvió bruscamente. Sintió un terror verdadero al ver al guardia. Pensó primero en averiguar qué había escuchado, pero en eso Reiv lo atrapó y, la verdad, la cosa ya no pintaba muy bien.
Trató de mantenerse tranquila durante un momento, tratando de voltear la situación, pero por dentro estaba demasiado ansiosa.- ¿Nos estaba espiando? Estas son pláticas de tácticas de guerra. No deberías estas arriesgando la misión de esa manera. ¿Qué escuchaste?
¿No lo puedes creer? ¿Cómo no? Te lo dije cada vez. Te conocí un día y al siguiente estaba en la batalla de Bastion Hollow recién salida del mismo infierno. ¿Crees que iba muy convencida a la guerra cuando cada vez tenía que esperar dos o tres meses a un lado de tu cama para ver si despertabas? Mi angustia no era la batalla. Era todo lo que venía después. Y después de todo, vas y te metes tu solo al club de la pelea porque no te fue suficiente. Quizás no lo entiendas, después de todo no eres dragón, no es tu lucha, pero quiero un mundo mejor para Svart. Quiero que pueda crecer donde le dé la gana, quiero que pueda ver el cielo en todo el mundo, que no esté recluido en un solo pedazo de tierra como yo, y no estar huyendo porque magos necios y humanos estúpidos creen que haciendo té de las escamas sacan algo de provecho.- Y si con eso no lo entendía, la verdad es que no sabía cómo más explicárselo. Svart se merecía un mundo mejor después de tanto que había pasado en su pequeña vida.- Voy a estar bien. No quiero obligarte a nada. Aprecio mucho que no me hayas dejado sola hasta ahora, sé que ha sido difícil.- Susurró, un poco menos tranquila pero consciente de que él no quería hacerlo y de que ella jamás lo obligaría. Se sentía extraño pensar en separarse después de tantos años completamente juntos, pero sería por poco tiempo y estaba segura de que todo estaría bien. O al menos así lo pensó hasta que las pisadas la sacaron de su pensamiento y Reiv se volvió bruscamente. Sintió un terror verdadero al ver al guardia. Pensó primero en averiguar qué había escuchado, pero en eso Reiv lo atrapó y, la verdad, la cosa ya no pintaba muy bien.
Trató de mantenerse tranquila durante un momento, tratando de voltear la situación, pero por dentro estaba demasiado ansiosa.- ¿Nos estaba espiando? Estas son pláticas de tácticas de guerra. No deberías estas arriesgando la misión de esa manera. ¿Qué escuchaste?
Guardia Pendragon
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El guardia había escuchado lo suficiente como para entender que aquello de "agentes dobles" los convertía en traidores. La dragona parecía hacerle entrar en razón, pero el otro era una alimaña que podía enturbiar los planes de los Pendragon. Se dispuso a retirarse discretamente, aunque fue capturado antes de poder abandonar aquel húmedo patio interior del castillo. Se dio de bruces con el suelo cuando los zarcillos de oscuridad se engancharon a sus pies, llegando hasta su agresor al ser arrastrado. No llegó a dar el aviso, pues le arrebataron el casco de inmediato.
- He escuchado lo suficiente, traidores. Así es como pagáis la lealtad de quien os abre las puertas de su casa. Escoria. - no quiso mentir, le parecía cobarde hacerlo para librarse. Es más, eran ellos los que debían tener miedo. - Si lo entregas a los Pendragon tal vez puedas librarte. - le dijo a Juliet, dándole así una oportunidad de enmendar aquello. Forcejeó intentando liberarse, pero debía herir al que hacía conjurado los zarcillos para desconcentrarlo y hacer así que le soltase. Todavía tenía su arma, así que no dudó. Se retorció hacia un lado para soltar un tajo hacia la rodilla de Reiv. Enseguida trató de escabullirse, incluso sin esperar a saber si lo había solucionado.
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dado 10 para nivel de daño que hace el ataque del guardia
- He escuchado lo suficiente, traidores. Así es como pagáis la lealtad de quien os abre las puertas de su casa. Escoria. - no quiso mentir, le parecía cobarde hacerlo para librarse. Es más, eran ellos los que debían tener miedo. - Si lo entregas a los Pendragon tal vez puedas librarte. - le dijo a Juliet, dándole así una oportunidad de enmendar aquello. Forcejeó intentando liberarse, pero debía herir al que hacía conjurado los zarcillos para desconcentrarlo y hacer así que le soltase. Todavía tenía su arma, así que no dudó. Se retorció hacia un lado para soltar un tajo hacia la rodilla de Reiv. Enseguida trató de escabullirse, incluso sin esperar a saber si lo había solucionado.
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dado 10 para nivel de daño que hace el ataque del guardia
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El miembro 'Guardia Pendragon' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Podría haberle dicho muchos motivos por los que estaba seguro de que su padre no la había buscado, pero preferí callarme para no empeorarlo todo más. Era bastante ingenuo pensar que no había sido capaz de encontrarla en tantos años, sobre todo teniendo en cuenta el ruido que habíamos hecho con muchas de nuestras acciones. Además, bastante teníamos ya con discutir lo que pensaba ella sobre las batallas que habíamos librado estos años. - Pero no creí que las considerases batallas inútiles o idiotas. Que sólo las veías como algo ajeno a lo que ibas porque yo estaba. Al final pensé que estabas convencida. - fruncí ligeramente el ceño, mirando hacia abajo al sentirme culpable por haberla preocupado al acabar herido, y por haber provocado que se quedase junto a mi cama hasta que despertase. Obviamente a mí tampoco me gustaba esa parte, ni quería recordarlo. Volví a mirarla a los ojos cuando mencionó a Svart, que lo hacía por él y por los dragones. Ahora se había convertido en una lucha por su raza.
- Y curiosamente todo esto lo dirigen los magos. Los utilizan. Os utilizan. - dije las últimas palabras muy despacio, casi deletreando un tanto exasperado. Se estaba equivocando. ¿O era yo el que me equivocaba por no dejarle probar con una de las primeras cosas en las que ella tomaba la iniciativa? iba a seguir rebatiendo para decirle que no iba a marcharme, pero no pudo ser por la irrupción del guardia. Se me aceleró el corazón ante la respuesta de aquel tipo, estaba claro que sí podía delatarnos y meternos en líos. Intercambié una mirada rápida con Juliet, como queriendo decirle que no podíamos dejarle escapar, que teníamos que actuar. Encima trataba de convencerla, pidiéndole que me entregase. El breve momento en que dejé de mirarle fue suficiente para que me atacase, reaccionando para apartarme lo justo y así evitar que me cortase la pierna a la altura de la rodilla. En lugar de eso me llevé un tajo diagonal un poco más abajo, haciéndome ahogar un gruñido de dolor. Los zarcillos de sombra se deshicieron al instante, dejando libre al problema. La pierna me falló al intentar correr para perseguirle, haciéndome caer al suelo.
- Puto desgraciado, no te vas a escapar. - murmuré con los dientes apretados, extendiendo la mano para conjurar un círculo de fuego alrededor del guardia, lo suficiente para atraparlo y que no huyese. - Juliet, no podemos dejarlo con vida. Nos delatará. - le pedí para que lo detuviese en caso de que burlase mi muro de fuego, para que hiciese lo que fuese necesario para nuestro beneficio.
- Y curiosamente todo esto lo dirigen los magos. Los utilizan. Os utilizan. - dije las últimas palabras muy despacio, casi deletreando un tanto exasperado. Se estaba equivocando. ¿O era yo el que me equivocaba por no dejarle probar con una de las primeras cosas en las que ella tomaba la iniciativa? iba a seguir rebatiendo para decirle que no iba a marcharme, pero no pudo ser por la irrupción del guardia. Se me aceleró el corazón ante la respuesta de aquel tipo, estaba claro que sí podía delatarnos y meternos en líos. Intercambié una mirada rápida con Juliet, como queriendo decirle que no podíamos dejarle escapar, que teníamos que actuar. Encima trataba de convencerla, pidiéndole que me entregase. El breve momento en que dejé de mirarle fue suficiente para que me atacase, reaccionando para apartarme lo justo y así evitar que me cortase la pierna a la altura de la rodilla. En lugar de eso me llevé un tajo diagonal un poco más abajo, haciéndome ahogar un gruñido de dolor. Los zarcillos de sombra se deshicieron al instante, dejando libre al problema. La pierna me falló al intentar correr para perseguirle, haciéndome caer al suelo.
- Puto desgraciado, no te vas a escapar. - murmuré con los dientes apretados, extendiendo la mano para conjurar un círculo de fuego alrededor del guardia, lo suficiente para atraparlo y que no huyese. - Juliet, no podemos dejarlo con vida. Nos delatará. - le pedí para que lo detuviese en caso de que burlase mi muro de fuego, para que hiciese lo que fuese necesario para nuestro beneficio.
Tal como lo pensaba, Reiv no tuvo un por qué claro en el tema de su padre. No había razón y él no conocía las circunstancias de su padre, así que no podía juzgarle de la manera severa y mordaz en la que lo hacía. Sobre las batallas, la cosa pintaba totalmente diferente. Ahí tenía que recular un poco, porque Reiv creía que hablaba de absolutamente todo.- No todas eran idiotas. Las últimas, sobre todo, fueron muy necesarias para librarnos de S.A.M., pero eso no implica que quisiera ir. Estaba muy harta de luchar.- Suspiró, más relajada que antes ahora que no estaban discutiendo, sino que tenían el corazón abierto para escuchar al otro. Se sintió mal de ver como bajaba la mirada, así que le acarició la mejilla por un instante antes de sonreírle cuando habló de los Pendragon, aunque un poco más convencido de lo que decía.- ¿Cómo sabes que no es al revés?
Estaba a punto de explicarle sus razones, cuando el guardia apareció. Por más que creyó que podría hacerlo entrar en razón, la verdad es que por las palabras que soltaba, aquello no iba a parar en buenos términos. Entregarlo jamás, jamás sería una solución, pero no había muchas opciones. Por instinto, al ver la sangre de Reiv, aprisionó las piernas del guardia debajo de un bloque de hielo. Lo único que se le ocurría era... ocultarse. Tomó el anillo de Vilya entre los dedos y trató de conjurar magia en él. Le habían dicho en el hospital que hacía mucho más que solo curar, sino que también ocultaba zonas de los enemigos, por lo que al menos no habría evidencia visual de lo que intentaban hacer. Entonces, se acercó al guardia, pero no lo suficiente como para que también le lanzara un tajo a ella.- Escucha, él no es como crees, aún no entiende lo importante que es esto para todos. Pero lo está comprendiendo. No vamos a ir contra los Pendragón, jamás. Jamás.- Afirmó con vehemencia, tratando de ganar un poco de tiempo mientras pensaba. No se le ocurría nada, la verdad, salvo encerrarlo en alguna especie de anillo de Midas y borrarle la memoria para no tener problemas ninguno de los tres. Pero no tenía ningún anillo de Midas.- Dejémoslo en un mal entendido, ¿de acuerdo?- A toda velocidad, trataba de recordar si Thranduil sabía cómo retorcer los recuerdos de una persona... o como eliminarla sin rastro.
Estaba a punto de explicarle sus razones, cuando el guardia apareció. Por más que creyó que podría hacerlo entrar en razón, la verdad es que por las palabras que soltaba, aquello no iba a parar en buenos términos. Entregarlo jamás, jamás sería una solución, pero no había muchas opciones. Por instinto, al ver la sangre de Reiv, aprisionó las piernas del guardia debajo de un bloque de hielo. Lo único que se le ocurría era... ocultarse. Tomó el anillo de Vilya entre los dedos y trató de conjurar magia en él. Le habían dicho en el hospital que hacía mucho más que solo curar, sino que también ocultaba zonas de los enemigos, por lo que al menos no habría evidencia visual de lo que intentaban hacer. Entonces, se acercó al guardia, pero no lo suficiente como para que también le lanzara un tajo a ella.- Escucha, él no es como crees, aún no entiende lo importante que es esto para todos. Pero lo está comprendiendo. No vamos a ir contra los Pendragón, jamás. Jamás.- Afirmó con vehemencia, tratando de ganar un poco de tiempo mientras pensaba. No se le ocurría nada, la verdad, salvo encerrarlo en alguna especie de anillo de Midas y borrarle la memoria para no tener problemas ninguno de los tres. Pero no tenía ningún anillo de Midas.- Dejémoslo en un mal entendido, ¿de acuerdo?- A toda velocidad, trataba de recordar si Thranduil sabía cómo retorcer los recuerdos de una persona... o como eliminarla sin rastro.
Siseé por lo bajo al notar la magia de curación haciendo efecto en la herida de mi pierna, poniéndome después en pie de nuevo con lentitud. Lancé una mirada de agradecimiento a Juliet, tanto por la curación como por el haberle atrapado los pies al soldado con hielo para que no pudiese escapar. Lo que no me gustó tanto fue el modo en que le explicó al guardia que yo no entendía nada del asunto Pendragon y que nunca íbamos a ir contra ellos. No sabía si lo hacía como actuación o realmente lo pensaba.
- Eso no funcionará. No nos cree, aunque digas la verdad. - al menos ella sí decía la verdad, porque yo pensaba diferente. El guardia la miró con cara de incredulidad, farfullando algo así como que le contase eso a los líderes. También dijo que no era un malentendido, sino un intento de traición que había sido pillado a tiempo. De un momento a otro se puso a gritar para pedir auxilio, momento en el que reaccioné todo lo rápido que pude para acallarlo. Apenas tuve tiempo de pensar, sólo quería hacerlo callar antes de que nos metiese en apuros. - Mierda. - Hice un gesto con la mano para extinguir el anillo de fuego que había creado a su alrededor, avanzando después rápidamente hacia él mientras sacaba la espada. Enseguida le agarré por el pelo para echarle la cabeza hacia atrás, cortándole el cuello sin demasiadas contemplaciones. Un problema se había solucionado, pero empezaba otro. No era la primera vez que mataba a alguien, pero ese último se podría haber evitado si no nos hubiésemos puesto a hablar ahí. Cerré los ojos un momento, frunciendo levemente el ceño para exhalar después el aire lentamente.
- Era la única opción. Sus gritos iban a atraer a los demás, éramos nosotros o él. - murmuré antes de girarme de nuevo hacia Juliet, con el filo de la espada goteando sangre. El cuerpo inerte del guardia se había quedado aprisionado por los pies, cayendo hacia atrás de una forma un tanto extraña. - Tenemos que hacer algo antes de que lo echen en falta. No sé si será mejor hacerlo desaparecer o inculpar a un puñado de muggles. Es eso lo que quieren, ¿no? volver a usarlos de chivo expiatorio y conquistarlo. - podíamos incluso retorcer aquello para ganar puntos a sus ojos y que confiasen, de modo que poder espiarlos fuese más sencillo. Juliet podía no querer formar parte de aquello, pero no podía impedir que yo lo hiciese.
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¿Hace caso a Juliet?
éxito: sí
fallo: no
- Eso no funcionará. No nos cree, aunque digas la verdad. - al menos ella sí decía la verdad, porque yo pensaba diferente. El guardia la miró con cara de incredulidad, farfullando algo así como que le contase eso a los líderes. También dijo que no era un malentendido, sino un intento de traición que había sido pillado a tiempo. De un momento a otro se puso a gritar para pedir auxilio, momento en el que reaccioné todo lo rápido que pude para acallarlo. Apenas tuve tiempo de pensar, sólo quería hacerlo callar antes de que nos metiese en apuros. - Mierda. - Hice un gesto con la mano para extinguir el anillo de fuego que había creado a su alrededor, avanzando después rápidamente hacia él mientras sacaba la espada. Enseguida le agarré por el pelo para echarle la cabeza hacia atrás, cortándole el cuello sin demasiadas contemplaciones. Un problema se había solucionado, pero empezaba otro. No era la primera vez que mataba a alguien, pero ese último se podría haber evitado si no nos hubiésemos puesto a hablar ahí. Cerré los ojos un momento, frunciendo levemente el ceño para exhalar después el aire lentamente.
- Era la única opción. Sus gritos iban a atraer a los demás, éramos nosotros o él. - murmuré antes de girarme de nuevo hacia Juliet, con el filo de la espada goteando sangre. El cuerpo inerte del guardia se había quedado aprisionado por los pies, cayendo hacia atrás de una forma un tanto extraña. - Tenemos que hacer algo antes de que lo echen en falta. No sé si será mejor hacerlo desaparecer o inculpar a un puñado de muggles. Es eso lo que quieren, ¿no? volver a usarlos de chivo expiatorio y conquistarlo. - podíamos incluso retorcer aquello para ganar puntos a sus ojos y que confiasen, de modo que poder espiarlos fuese más sencillo. Juliet podía no querer formar parte de aquello, pero no podía impedir que yo lo hiciese.
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¿Hace caso a Juliet?
éxito: sí
fallo: no
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El miembro 'Reiv Black' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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'Probabilidad' :
Se molestó ligeramente con Reiv por no intentar siquiera dialogar. Y que mientras que ella sí lo intentara, tratara de echar abajo sus esfuerzos. Cuando el guardia comenzó a gritar, no le preocupó. Si el anillo Vilya hacía su función, nadie los vería, además que no iban por una ruta oficial, gracias a Reiv y a sus mentiras al sacarla.
No era la primera vez que veía a los ojos a una persona mientras su vida se extinguía. La diferencia era que, aquella vez, la culpa era de Reiv y no suya. Por alguna razón, aquello la hacía ser menos sensible hacia la muerte. No tenía tiempo de sufrir por él, pues su mente estaba ocupada enteramente en borrar todo rastro para que Reiv jamás tuviera que pagar las consecuencias por aquello. No sabía qué era lo mejor, si dejar rastro hacia los humanos que pagarían cientos de inocentes, o solo desaparecer toda huella.- Deshazte de la sangre en la espada. Cada gota.- Murmuró. ÉL podía, con sus poderes. ÉL tenía que estar limpio de cualquier mínimo rastro de sangre. Los dragones la olían como si nada, aunque no eran detectores de adn y es un olor metálico muy característico de la guerra.
Pensó por un largo momento, abrumada de que todo tenía que ser tan rápido como fuera humanamente posible. Entre las habilidades de ambos, podían armar algún tipo de truco para deshacerse de un cuerpo.- Eres bueno deshaciendo materiales, así que el uniforme sería fácil de ocultar. ¿Cuánto tiempo te llevaría cremarlo? El humo podría delatarnos pero puedo crear una ráfaga en una zona mediana y ocultar bien el humo. Y si creo hielo por encima de todo el patio y le prendes fuego por un momento, se endurecerá y quedará como una roca. Pero debemos ser muy precisos.- Murmuró en la voz más baja que tenía. No volvería a hablar en voz alta en la vida después de ese día. Mientras Reiv se decidía, ella comenzó a crear la ventisca por fuera. No era fuerte aún, pero lo sería a medida que lo necesitara.
...
¿Lograrán ocultar el cuerpo?
No era la primera vez que veía a los ojos a una persona mientras su vida se extinguía. La diferencia era que, aquella vez, la culpa era de Reiv y no suya. Por alguna razón, aquello la hacía ser menos sensible hacia la muerte. No tenía tiempo de sufrir por él, pues su mente estaba ocupada enteramente en borrar todo rastro para que Reiv jamás tuviera que pagar las consecuencias por aquello. No sabía qué era lo mejor, si dejar rastro hacia los humanos que pagarían cientos de inocentes, o solo desaparecer toda huella.- Deshazte de la sangre en la espada. Cada gota.- Murmuró. ÉL podía, con sus poderes. ÉL tenía que estar limpio de cualquier mínimo rastro de sangre. Los dragones la olían como si nada, aunque no eran detectores de adn y es un olor metálico muy característico de la guerra.
Pensó por un largo momento, abrumada de que todo tenía que ser tan rápido como fuera humanamente posible. Entre las habilidades de ambos, podían armar algún tipo de truco para deshacerse de un cuerpo.- Eres bueno deshaciendo materiales, así que el uniforme sería fácil de ocultar. ¿Cuánto tiempo te llevaría cremarlo? El humo podría delatarnos pero puedo crear una ráfaga en una zona mediana y ocultar bien el humo. Y si creo hielo por encima de todo el patio y le prendes fuego por un momento, se endurecerá y quedará como una roca. Pero debemos ser muy precisos.- Murmuró en la voz más baja que tenía. No volvería a hablar en voz alta en la vida después de ese día. Mientras Reiv se decidía, ella comenzó a crear la ventisca por fuera. No era fuerte aún, pero lo sería a medida que lo necesitara.
...
¿Lograrán ocultar el cuerpo?
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El miembro 'Juliet Bennett' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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La reacción de Juliet fue más rápida de lo que pensaba, pero no fue la que esperaba. A simple vista no parecía enfadada por lo que acababa de hacer, aunque intuía que tampoco le había hecho gracia alguna. Yo mismo trataba de convencerme de que no había más remedio que eliminar al guardia, por mucho que no hubiese hecho nada excesivamente malo como para acabar así. Medité unos segundos, cambiando de opinión respecto a lo que le acababa de decir respecto a qué hacer con el tipo asesinado.
- No te quiero hacer cómplice de esto, no te impliques más. Tú no querías eliminarlo...siento que haya tenido que ser así. - la corté en cuanto empezó a hacer cábalas de lo que íbamos a hacer para ocultar el crimen. Ella no había querido matarlo, y no era justo que la metiese. - Vete durante unas horas para que no sospechen de ti, yo me encargo de que no se entere nadie de esto. - no sabía qué hacer exactamente, pero había que eliminar los rastros rápidamente. No esperé a que se marchase para empezar a actuar, sólo confiaba en que lo hiciese. Comencé usando la magia de sangre para eliminarla de la espada, haciendo que hasta la última gota regresase al cuerpo del soldado.
- Creo que lo desapareceré de aquí, a otro lugar lejano. Es lo mejor. Nos vemos dentro de una hora en la antigua cueva del elfo. - ella sabía a cuál me refería, así que sabría a dónde ir. Agarré al soldado caído por el brazo, desapareciendo del lugar con él.
- No te quiero hacer cómplice de esto, no te impliques más. Tú no querías eliminarlo...siento que haya tenido que ser así. - la corté en cuanto empezó a hacer cábalas de lo que íbamos a hacer para ocultar el crimen. Ella no había querido matarlo, y no era justo que la metiese. - Vete durante unas horas para que no sospechen de ti, yo me encargo de que no se entere nadie de esto. - no sabía qué hacer exactamente, pero había que eliminar los rastros rápidamente. No esperé a que se marchase para empezar a actuar, sólo confiaba en que lo hiciese. Comencé usando la magia de sangre para eliminarla de la espada, haciendo que hasta la última gota regresase al cuerpo del soldado.
- Creo que lo desapareceré de aquí, a otro lugar lejano. Es lo mejor. Nos vemos dentro de una hora en la antigua cueva del elfo. - ella sabía a cuál me refería, así que sabría a dónde ir. Agarré al soldado caído por el brazo, desapareciendo del lugar con él.
Reiv, no hay marcha atrás. Yo no quiero dejarte solo en esto.- Susurró utilizando las propias palabras que el moreno había usado un momento antes, mofándose con un poco de humor negro por aquello de que no quería hacerle cómplice. No quería hacerle cómplice y sin embargo estaba cubriendo una conspiración y un asesinato, y por él lo habría hecho mil veces. No era como que se pudiera ser más cómplice que eso. Suponía que volar sin Reiv sería sospechoso, pero también sabía que nadie lo echaría en menos y que entre todos los dragones estarían aliviados de creer que lo había dejado por ahí afilando la espada, al menos por unas horas. Su ausencia sería grata. Si se mantenía lo suficientemente alejada y en forma dragón, nadie lo notaría. Olía demasiado a él.
Al menos comenzó eliminándose la sangre. Eso estaba bien. Estaba siguiendo al menos esa parte del plan que había estipulado, haciéndola sentir más tranquila de la situación. Sin embargo, no esperaba sus últimas palabras. Su primera opción era separarse, que sorpresa. Así que el plan de llevó a cabo como lo estipulara Reiv. Mientras se desplazaba por el cielo, se ocultó en lo alto de las nubes, pasando desapercibida, y curiosamente no encontró a nadie en su camino. Al menos en eso los dioses la saludaban.
Al menos comenzó eliminándose la sangre. Eso estaba bien. Estaba siguiendo al menos esa parte del plan que había estipulado, haciéndola sentir más tranquila de la situación. Sin embargo, no esperaba sus últimas palabras. Su primera opción era separarse, que sorpresa. Así que el plan de llevó a cabo como lo estipulara Reiv. Mientras se desplazaba por el cielo, se ocultó en lo alto de las nubes, pasando desapercibida, y curiosamente no encontró a nadie en su camino. Al menos en eso los dioses la saludaban.
Lemóni Cefiadis
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Ha pasado algo de tiempo... Y el suave rubor de sus mejillas ya no se disipa nunca, prácticamente se ha convertido en otra de sus características físicas, pues por mucho que no intente no puede dejar de pensar en la experiencia de haber sido poseía, cosa que fue aterradora, por supuesto...
Sentir como el cuerpo se mueve sin permiso es una de las cosas que provocan más mal rollo en este mundo, sin embargo... Lo que más le perturba de toda la experiencia es más bien ella misma, le gustaría decir que más cosas la horrorizaron pero...
En fin, se distrae observando la escena qué se alza ante ella, su padre decidió qué se iban del campamento por su propia seguridad, así que tan pronto como vinieron tomaron todas sus cosas y las llevaron a una ubicación qué él parecía tener ya planeada, quizás por eso había estado saliendo tanto.
Pero en fin, no puede negar que le sorprendió ver un castillo, en el cual sus padres empezaron a trabajar mientras ella se recuperaba de la posesión, pasando el tiempo en una alta habitación, sintiéndose de repente casi como en un cuento de hadas, uno clásico, osea, muy turbio y poco apto para niños.
En este tiempo se sumergió en la lectura del libro que le dió su maestro, procurando... No recordar, solo estudiando, en eso era buena, al menos hasta que estuvo relativamente bien, y decidió ayudar a sus padres con las reformas... Asombrandose.
El lugar en verdad parecía como un escenario sacado de alguna película de Disney, habían utensilios de limpieza por ahí andando y manteniendo el lugar despejado, mientras sus padres arreglaban desperfectos, y ella procedió ayudar, sobre todo levitando cosas, podía hacer levitar cosas más pesadas de lo usual gracias a sus encantamientos...
Y estaba feliz de hacerlo, podría seguir evitando recordar.
Sentir como el cuerpo se mueve sin permiso es una de las cosas que provocan más mal rollo en este mundo, sin embargo... Lo que más le perturba de toda la experiencia es más bien ella misma, le gustaría decir que más cosas la horrorizaron pero...
En fin, se distrae observando la escena qué se alza ante ella, su padre decidió qué se iban del campamento por su propia seguridad, así que tan pronto como vinieron tomaron todas sus cosas y las llevaron a una ubicación qué él parecía tener ya planeada, quizás por eso había estado saliendo tanto.
Pero en fin, no puede negar que le sorprendió ver un castillo, en el cual sus padres empezaron a trabajar mientras ella se recuperaba de la posesión, pasando el tiempo en una alta habitación, sintiéndose de repente casi como en un cuento de hadas, uno clásico, osea, muy turbio y poco apto para niños.
En este tiempo se sumergió en la lectura del libro que le dió su maestro, procurando... No recordar, solo estudiando, en eso era buena, al menos hasta que estuvo relativamente bien, y decidió ayudar a sus padres con las reformas... Asombrandose.
El lugar en verdad parecía como un escenario sacado de alguna película de Disney, habían utensilios de limpieza por ahí andando y manteniendo el lugar despejado, mientras sus padres arreglaban desperfectos, y ella procedió ayudar, sobre todo levitando cosas, podía hacer levitar cosas más pesadas de lo usual gracias a sus encantamientos...
Y estaba feliz de hacerlo, podría seguir evitando recordar.
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