Hogsmeade

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'Dado (10)' :

No hacía falta mucho más que experiencia con demonios para saber que estaba mintiendo... Y ella es uno, así que poco más huelga decir, pero de cualquier modo, decidió no extender el tema, no llegarían a mucho, y por ahora tenía cosas mucho más divertidas qué hacer ya que por fin tenía a su vasija.

Por el contrario cuando lo vió intentar retroceder, supo que no sería capaz de hacerlo mucho, eso de luchar en contra de sus propios deseos no se le da tan bien a los mortales como ellos quisieran pensar, y eso ella lo sabe sobradamente.

Solo te pido un pequeño favorcito, nada complicado.~

Comentó tranquilamente, mientras se enfocaba en seguirle los pasos, debía seguir tentandolo, por básicamente... Mera satisfacción, ya que la verdad, no le apetecía pelear, no es cuestión finalmente obtener una vasija qué la satisfacía para dañarla justo después.

Lo siguiente que hizo fue recargarse un poco, y abrazarlo, asegurandose de que sienta el calor de su cuerpo.

¿Y quien dijo que te aprovecharás?... ¿Cómo estás tan seguro de que no le gustaría?~

Preguntó pícaramente mientras que Lemóni estaba en el asiento del copiloto de la mente, en una mezcla de horror y vergüenza extrema por la situación.

Y-Yo pienso que eres muy guapo... Y-Y valiente... Y-Y eso me gusta...

Nuevamente volvió a hacer una impresión de Lemóni, misma qué de hecho no iba tan desencaminada, por mucho que Lemóni no admitiría sus pensamientos por norma general.

No deja de ser una adolescente qué se limita a sentir sin aclararse.

Sí me seguirás... Ven, vámonos entonces.~

Entonces se puso de puntillas con intención de acercarse a su oído.

Tengo formas de convencer.~

Y entonces procedió a tomar a Khan de la mano, con intención de llevárselo de ahí a la posada del pueblo, donde tendrían más privacidad y ocasión de que ella haga algunas cosas que prefiere no hacer en público... No porque le importe, si no porque los milenios te enseñan discreción cuando te gusta la tierra tanto como a ella.

"Maldito Matvey, ¿por qué no contestas? ¿Dónde estás?"

Volvió a mirar con impaciencia el brazalete comunicador, por enésima vez en los pocos minutos que habían pasado desde que mandó el mensaje. El abrazo de Lémoni le pilló tan desprevenido que se quedó rígido durante varios segundos sin ser capaz de reaccionar o de decir algo con sentido para salir de aquella situación. Tenía demasiado calor, y sólo quería...¿qué, qué era lo que quería exactamente? tenía la mente aturullada y ni siquiera podía concentrarse en cuál era el mejor plan a seguir.

- ¡Porque la conozco! no creo que ella quisiese que fuese así. - y ese demonio seguro que iba a usarla más veces de ese modo, ya lo había dicho. La única solución era sacarlo cuanto antes, pero mientras tanto tenía que seguirle la pista. No podía huir y abandonarla a su suerte. ¿Y si los desaparecía de allí a ambos y se la llevaba a Ouroboros? ¿Serviría de algo meterla a una celda para que no se marchase? probablemente no...los demonios podían escaparse usando portales demoníacos.

"piensa, piensa... maneras de atraparlo y que no se escape hasta que lleguen refuerzos."


Los halagos que le hizo sólo sirvieron para subirle más el ego adolescente, que para ese momento estaba un poco disparado. Al final acabó siguiéndola, dejándose guiar por su mano hasta la posada más cercana que encontraron. Aún seguía debatiéndose entre lo que deseaba de manera animal y lo que debía hacer para evitarlo. Antes de darse cuenta ya estaban en una habitación bastante destartalada, a solas. Se había quedado peligrosamente cerca de ella, y esta vez no podía retroceder hacia atrás porque estaba de espaldas contra la pared. Quería probar sus labios, pero no se atrevía a dar el primer paso porque aquello no estaba bien. Se acercó un poco más, llegándole el aroma a limón que solía tener la chica. En un arrebato acabó atrayéndola hacia él para besarla de manera apresurada, cerrando los ojos mientras subía las manos por su espalda.

Las cosas de repente iban mucho mejor, al menos para su gusto, las cosas iban avanzando justo por donde ella quería y mientras tanto, lo miraba ver su brazalete de forma incansable, y además la otra parecía haber hecho algo con él, ¿Qué será? Se lo cuestiona, tal vez algo importante.

En fin, se mantuvo cerca de él, y tuvo que ladear la cabeza, porque bueno, eso no podía desmentirlo, sabe que ella seguro preferiría hacerlo por sí misma, pero nunca se atrevería, o como mínimo no estando sobria, pero dejando ese pequeño asunto de lado...

Ya habían llegado a la posada...

Mucho mejor lugar, bueno, entre comillas, estaba tan derruido como todo el pueblo, pero era privado y eso era todo lo que necesitaba, prueba de ello fue qué cuando tuvo contra la pared al lindo descendiente, este la besó, y ella respondió al instante, cerrando los ojos y besando de forma un tanto lasciva e intensa, pero lento al mismo tiempo, en esencia al contrario qué él, para darle tiempo de acostumbrarse.

Una sintió qué su vasija se iba quedando sin aliento, tuvo que retirarse un centímetro para tomar dicho aliento separandose con un suave jadeo.

Ahh.~

Y por supuesto, sus propias manos no estaban quietas, las tenía alrededor del cuerpo de Khan, concretamente, intentaba colarlas debajo de su ropa, para que sintiera sus caricias sobre la piel directamente, que seguramente tendrían mejor efecto qué simplemente sobre la ropa.

Mmm... ¿Estás convencido ahora?~

Preguntó, probando un poco más el terreno, mientras pensaba, que solo era cuestión de tiempo, y que quizás, cuando finalmente empiecen, debería ver si puede agenciarse ese brazalete, solo para estar segura de que es exactamente, podría tratarse de algo potencialmente peligroso o de menos molesto... Pero por lo mientras se enfocará en gozar.

El inicio de aquel beso torpe y apresurado fue mejorando con el paso de los segundos, en gran parte gracias a la maestría que demostraba ella  en contraposición con lo inexperto que era él. Estaba sucediendo todo muy rápido, aunque tampoco sabía muy bien lo que estaba pasando porque estaba medio aturullado y lo único que escuchaba eran las respiraciones de ambos entremezcladas. Era la primera vez que besaba a alguien de ese modo, profundizando de manera intensa. Recobró un poco el aire al separar sus labios, queriendo detenerse sin mucho éxito.

La sangre se le empezó a revolucionar más de la cuenta cuando las manos de la chica buscaron el contacto de su piel bajo la ropa, haciendo que él también quisiera eso. La atrajo por la  cintura para pegarla contra él,  besándola de nuevo. Apenas tardó en colar la otra mano por debajo de su camiseta, sin detenerse hasta llegar a uno de sus pechos. No le hizo falta mucho más, para ese momento su cuerpo ya había reaccionado, evidenciando una notable presión en sus pantalones. La alzó  del suelo para llevarla a la cama que estaba casi al lado de la puerta, dejándola caer de espaldas sobre el colchón. Fue entonces cuando se dio cuenta...con aquella escena. Algo hizo click por fin en su cabeza a pesar de la manipulación de deseos del corruptor.

En un instante de lucidez  logró escabullirse, alejándose lo suficiente como para permitirse respirar y pensar con un mínimo de claridad. Se fue a la otra esquina de la pequeña habitación, al lado de un sillón desvencijado. Estaba alterado y la cabeza le daba vueltas de solo pensar lo lejos que habría llegado de no haberse detenido a tiempo. Por suerte no había llegado a quitarle la ropa ni a quitársela él. Se avergonzó profundamente al mirarse hacia abajo, tanto que se puso un cojín delante para disimular lo evidente. Quería que se lo tragase la tierra allí mismo.

- ¡Basta...no vas a seguir jugando con nosotros! Lo que querías que le hiciese...eres detestable. -   la única salida para no dañarla físicamente con un ataque era hacer que perdiese el conocimiento, así que hizo su mejor intento por conseguirlo. Intentó no mirarla directamente para no descentrarse, concentrándose en el pulso de ella para comenzar a ralentizarlo. Después extendió una mano hacia delante, haciendo un gesto rápido y descendente para que le bajase la presión sanguínea con rapidez, lo justo para que se desmayase.


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Dado 15 + 40 stat + 10 hab=65 a Lémoni (para desmayarla, si su defensa no lo supera)

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'Ataque' :

Tan dulce es tener cuerpo... Honestamente, extrañaba este tipo de experiencias, no se siente a gusto con ellas hasta que no tiene un cuerpo qué le convence... Y suele tener estándares bastante altos para sus vasijas, por eso era casi un milagro que le convenciera...

Se dió cuenta entonces de que finalmente el chico tomó más iniciativa, cosa que finalmente le hizo sentir bien, incluso más feliz de lo que estaba por tener a su vasija, correspondió con gusto al siguiente beso, sintiendo finalmente las manos ajenas sobre su piel, y sobre una zona sensible qué le hizo estremecer un poco...

También sentía que finalmente su cuerpo estaba reaccionando a todos los estímulos qué le estaba proporcionando, por lo tanto finalmente lo bueno estaba a punto de empezar, se dejó alzar sin ofrecer resistencia alguna, y una vez sobre la cama, le dió una mirada deseosa, llevaba rato con ganas de esto, pero de repente...

Oh... Por favor...

Lo vió tener una suerte de epifanía repentina, justo antes de empezar, suspiró con cierto grado de decepción, mientras que lo miraba, y luego de eso simplemente ofreció una sonrisa y dijo.

HaHa... Que aburridos se han vuelto los mortales con el tiem-- Ugh...

Entonces lo notó, su pulso...

Supo que el cuerpo de la pequeña era muy débil para resistir eso... No lo creyó capaz de hacerle algo a ella, pero parece que lo subestimó, un error qué tendrá que aceptar...

Te... Arrepentirás...

Alcanzó a decir antes de caer de espaldas sobre la cama nuevamente, sin embargo, ahora podría hacerle lo que prefiera, mientras que por dentro, había una contienda, entre espíritu demoníaco y Lemóni, quien sea que gane, solo se sabrá cuando despierte, y cuando será eso, solo lo sabe Khan con certeza.

Nota:

- Pues te aguantas. Te has equivocado de gente con la que meterte. - le respondió de manera un poco infantil cuando dijo lo de los mortales aburridos, aunque la amenaza final le preocupó lo suficiente como para tenerla en cuenta. Pudo respirar tranquilo cuando por fin logró que Lémoni se desmayase sobre la cama, tras el bajón de tensión. Se acercó a ella despacio para comprobar que de verdad estuviese fuera de juego, comprobando que su pulso estuviese estable. No le gustaba mucho hacer aquello y no lo tenía demasiado practicado, por eso había tenido que hacer más de un intento para lograrlo.

- ¿Y ahora qué? Matvey no contesta...- en menudo lío se había metido. Menos mal que había reaccionado a tiempo y no había pasado a mayores. Eso sí, se había quedado con un calentón importante. Qué vergüenza cuando volviesen a verse en condiciones normales. Si ya le daba corte lo del beso con Justin, ahora que había sido más intenso pues mucho más. No daría muchas explicaciones al llegar al campamento, allí sabrían qué hacer con ella en cuanto lo explicase. Tenía que contactar también con su familia...eso iba a ser más peliagudo. Finalmente la cargó en brazos, desapareciéndose de allí rumbo al campamento.

¿Alguien me podía explicar en qué punto la conversación se tornó en una discusión? La mala cara con la que me retornó el demiguise de mi patronus después de dejar el mensaje me lo había dejado muy claro. Suspiré, dejando caer de una forma muy pesada los hombros, como si pesaran diez veces más, y decidí ir a prepararme para salir. Aunque, si tenía que ser franco, después de aquel comentario me apetecía bastante poco… y a la vez mucho más de lo que parecía parecer. Mi cumpleaños, que era el 31 de Agosto, pasó sin pena ni gloria, con el fatídico regalo de una discusión por patronus. ¿En serio se podía discutir de esa manera? ¿Habíamos inventado una nueva forma de hacerlo? Yo quería haber salido a dar un paseo por el Lago Ness, viendo la luna llena del 31 o la lluvia de estrellas, disfrutar de mi decimoséptimo cumpleaños en el que había conseguido un patronus consolidado. ¿Acaso de había dado cuenta nadie? Seguramente no.

Como todavía hacía bueno, a pesar de estar al norte de la Gran Bretaña, decidí ir con pantalones cortos beige, zapatillas de tela de color negro y un polo de rayas azul turquesa. No viajé en aquella ocasión en la nube, como podía ser habitual, me encontraba un tanto intranquilo y el grifo llamaría demasiado la atención, por lo que decidí hacerlo en la alfombra regalo de la boda de Vishous y Sofía, cuando tuve que colarme para informar de que los Pendragon se habían llevado a Lucio. Lucio, ¿cómo estará? ¿Si le escribo se sentirá orgulloso o infinitamente dolido conmigo por prácticamente haber desatado una guerra por un cochino árbol? Iba escribiendo todos aquellos pensamientos en un pergamino mientras la alfombra surcaba los cielos desde el campamento hasta Hogsmeade, en vuelo raso para no llamar mucho la atención, donde aterricé lo suficientemente lejos como para que nadie pudiera verme. Al final arrugué el papel y lo guardé en un bolsillo, no conforme con mis estúpidas idas y venidas a las que a Lucio seguramente le dieran igual.

Hogsmeade.

No sabía decir con ciencia cierta si conseguía recordar todos los momentos que habíamos pasado por allí en mi niñez que, por alguna extraña razón, se me hacía tan lejana. Paseé en silencio por el prácticamente medio vacío pueblo, tratando de imaginar cientos de situaciones que podrían haberse dado en aquellas calles que ahora, morían en silencio. ¿SAM no se había pasado por allí o es que simplemente la magia se resistía a la acción mecánica de la máquina? Seguí con mi paseo en silencio, sujetando con fuerza las hombreras de la mochila donde iban algunos artilugios, tratando de discernir si las habladurías sobre aquel pueblo eran recuerdos propios o si eran impronta de otros, deteniéndome con curiosidad en la ventana desencajada y cristales rotos, de lo que en algún momento pudiera haber sido un bar (o una cafetería) cuyo cartel rezaba el nombre de “Las Tres Escobas”

El tono final del mensaje de Justin no le había gustado ni un pelo. ¿A cuento de qué tenía que decirle eso de que si de verdad le apetecía cuando él era el primero que no había aceptado su propuesta de ir a visitarlo a su casa? que por cierto, ya le gustaría a él tener una casa con personas de su familia, por mucho que no fuera propia o hubiese demasiada gente dentro. Ya iba un poco molesto por todo eso, pero de todos modos quería ir a verle. No dejaba de ser su mejor amigo. O eso creía que seguían siendo. Se pasó por el campamento para cambiarse de ropa, unos vaqueros, su camiseta de Hellsing y una cazadora porque luego refrescaba por la noche.

Se apareció directamente en el lugar,  muy cerca de donde había estado la última vez con todo lo de Lemóni y el asunto del demonio. Qué apuro había pasado con todo eso, teniendo que resistirse. En otro momento o situación seguramente se lo hubiese contado a Justin, pero ahora no sabía ni cómo iban a reaccionar al verse. Se metió las manos en los bolsillos del pantalón, echando a andar por allí porque eran tontos y no habían quedado en  ningún punto concreto del poblacho. Finalmente dio con él cerca de un bareto con pinta de abandono, aunque parecía tan distraído que seguramente no le había visto. Respiró hondo mirando un momento hacia la luna llena antes de echar a andar hacia Justin, saludando conforme se acercaba a él.

- Ey. Pensé que no ibas a venir. ¿Estás bien? ¿Qué mosca te ha picado antes?

Estaba ensimismado con aquel bar lleno de polvo cuando escuché voz conocido. No respondí en seguida pues lo primero que pensé fue en contarle cómo había sido "mi casa" debajo de una burbuja en el lago negro, "mi casa" cuando era una habitación encima del Caldero Chorreante o, quizás mi preferida, "mi casa" sobre el lomo de una tortuga. En su lugar, el chirrido molesto de la ventana respondió a Khan, mientras trataba de dejarlo en la misma posición destartalada en la que lo había encontrado, medio caído. Volteé hacia el moreno con un tono que no denotaba estar de muy buen humor -Podría preg...- Pero no pregunté. El tablón de madera terminó por caer del todo, armando bastante barullo. Le dediqué una mirada de odio a aquel escombro, con la nariz arrugada molesto por aquella intromisión en mi discurso.

Al final rodeé los ojos y espiré de una forma bastante pesada, relajando el tono con que iba a iniciar antes la pulla. Al final terminé por buscarle con la mirada -No me pasa nada. Solo quería saber cómo has estado este mes. No sabía que no me habías venido a buscar. He estado liado. Y no quería molestarte con mis bobadas para no despistarte de las cosas del Consejo. Sé lo importantes que son para ti- Terminé por bajar la mirada azul hacia la madera del suelo, cogiéndola con cuidado y colocándola apoyada en el alféizar de la ventana -Gracias por haber venido a buscarme al campamento. Yo...- Dudé sobre cómo debía seguir -... Quería saber si estabas bien después de todo el lío del campamento, del árbol...- Sonreí de lado, tratando de quitarle hierro al asunto, encogiéndome de hombros -El patronus no es un buen mecanismo de comunicación- Traté de bromear sobre nuestra minidiscusión, para quitarle hierro al asunto

Le hizo gracia la torpeza de Justin tirando la ventana medio rota, y a punto estuvo de reír un poco hasta que recordó que mejor no, que primero ver si estaba enfadado o qué pasaba ahí. El otro sí lo parecía, por sus gestos y esa manera de suspirar. - Ya, pues cualquiera lo diría. - respondió a eso de que no le pasaba nada, acercándose un poco más a él mientras se pasaba la mano por la nuca un tanto incómodo. - Da igual, olvida lo de antes. Es que sonaba como si pasases de quedar si no era el otro plan. - Ahora lo iba a hacer sentir mal amigo y todo con eso de que sólo quería saber cómo había estado durante ese mes. Había pasado rápido...demasiado.

- Yo también quería saber cómo estabas. Por eso te busqué en el campamento. Podría haberte enviado un mensaje, ya lo sé, pero...estuve un poco liado con varias cosas. - claro...liado. Pero no sólo con cosas del Consejo. Sí, era cierto que había estado hablando con Catherine, que había estado pendiente de cosas del Sanguis y los mensajes del Consejo, pero también había estado de tonteo y lo que no era tonteo con la discípula de Matvey. No sabía si podía o quería contárselo, porque aún seguía confundido sobre lo que pasó la noche de la fiesta. Él no se lo había mencionado tampoco, así que parecía como que no había existido. Alzó las cejas casi indignado por el comentario en el que le daba a entender que no podía contarle sus cosas, como si él fuese un ser súper importante o algo así.

- ¿Qué dices de molestar con tus bobadas? ¿en serio piensas eso? - soltó un "boh" por lo bajo, terminando de acercarse un poco más para quedar ya a una distancia normal de conversación. Hizo memoria de lo que pasó después de todo el jaleo de Shyvanna, cuando intentó volver a ayudar pero ya era tarde. - Después de lo del árbol no tardé mucho en recuperarme. Estuve unos días en la enfermería del campamento, pero nada más. En cuanto me trajeron pasteles me largué.- había sido Lemóni quien había ido a visitarle, y a partir de ahí...habían pasado bastante tiempo juntos. Lo de los pasteles le hizo recordar también el día en el que estaban, casi se le pasa por alto. Acabó por darle un pequeño puñetazo en el hombro en señal de que daba igual la discusión. - Calla. Y por cierto, feliz cumpleaños. - finalmente acabó sonriéndole, sosteniéndole por primera vez la mirada desde que se habían encontrado. - Habrá que celebrarlo, ¿no?

No contesté al comentario que me lanzó sobre si estaba o no enfadado pues el dilema se respondería solo más adelante. Igualmente, Khan le quitó importancia al asunto que, en verdad, en no sé qué maldito punto todo se había liado de una forma confusa y extraña. En verdad todo se había hecho extraño y confuso desde hacía un tiempo a aquí y jamás, nunca, se me pasaría eso de que pudiera pasar de él. La sola mención hacía que me temblaran las canillas. Quizás me había apegado demasiado a alguien en aquella isla o…. no sabía, no sabía qué me pasaba, de la misma manera que tampoco entendía qué había pasado en aquel balcón o cuál era mi comportamiento con la chica del pelo verde y olor rico. -¡No! ¡Qué va qué va! Para nada- Hice un aspaviento al aire para tratar de despejar cualquier tipo de duda que no dejaba de “moscardonear” entre los dos. Y la maldita hoja de madera de la ventana parecía querer obedecer a mis órdenes. -No pasa nada, yo también podría haberlo hecho. Podríamos haber hecho muchas cosas. Pero ya no vale la pena estar todo el rato fustigándonos con lo que podríamos haber hecho o no. El pasado, pasado- Pensé, no siendo del todo sincero con aquella frase, pero tampoco valía la pena andar culpándonos sobre si debíamos o no habernos escrito. Lo de la fiesta, eso era otra cosa que sí pasó, aunque lo ignorásemos. Quizás Khan no se acordase de nada…

-No… bueno sí- Me terminé por sincerar sobre mis bobadas -Sé que están pasando muchas cosas en la isla, en el Consejo, con el árbol… no quería distraerte con otras cosas, suficiente lío causé ya la otra vez. Y mira cómo hemos acabado- Cuando Khan se colocó en una posición más cercana le invité a andar, con un leve gesto, quizás pudiéramos encontrar un bar que no fuera un cadáver de algo que ya no será más. Lo de los pasteles le extrañó, a partir de ese momento cuando perdí el rastro de Khan, aunque nos hubiéremos cruzado -¿Pasteles?- Pregunté con toda la inocencia del mundo, quizás un poco enfadado porque no me invitara a uno, pero sin ningún tipo de maldad en la pregunta -Pasteles sanadores, dignos de patente- Iba a contarle que yo había estado liado con algunas cosas del hospi y de la biblioteca de Merlín, haciendo mis propias pesquisas pero el puñetazo cambió el trascurso de la conversación. Se la devolví haciendo desviando mi marcha para chocar con su hombro. -¿El qué? ¿que ya soy mayor de edad y me pueden meter en la cárcel?- Bromeé con una risotada. Por cómo estaban las cosas quizás celebrar que continuas un día más con vida debería ser un triunfo. -Pues no había pensado mucho en ello la verdad. Pero podríamos tomar algo por aquí. Yo te invito. Aunque Hogsmeade ha cambiado mucho desde la última vez que me la describieron. ¿Conocías el pueblo?-

Se quedó más tranquilo con eso de que quedasen en paz, sin escalar en el pequeño cruce de palabras malhumoradas que habían tenido por mensaje. Simples malentendidos. Puso cara de estar nada de acuerdo cuando Justin se refirió al incidente en el árbol como "lo que causó", negando rápidamente. - Que no. Si la que no tenía que estar ahí era Shyvanna Pendragon. ¿Qué vas a ser tú el causante de nada sólo por pasear libremente por Ouroboros? - ya estaba bien de echarse las culpas por algo que no las tenía. Justin solía ser muy dado a eso. A saber si es que de pequeño le echaban a él las culpas de todo y por eso ahora pensaba siempre de ese modo.

Echó a andar con él cuando hizo esa invitación, aunque sin saber muy bien hacia donde ir porque la verdad es que apenas quedaban establecimientos abiertos en el lugar. Tal vez la posada...si tenían intención de tomar algo. Se dio cuenta de que el comentario de los pasteles le había extrañado, cosa que era de entender porque no le había dado contexto alguno. Bueno, tampoco tenía nada de malo que una amiga le trajese un regalo mientras estaba recuperándose. - Sí, me los trajo Lemóni cuando vino a visitarme. - explicó de manera casual, sin darle más importancia antes de que pasasen a comentar el tema del cumpleaños. Dejó que le empujase un poco con el hombro y se rio después por lo de lo de ir a la cárcel, alzando un dedo para puntualizar.

- En realidad ya podrías haber ido a la cárcel, desde los 15 somos mayores de edad. ¿Por qué crees si no que entre en el Consejo hace 5 meses? - era relativamente poco tiempo, pero parecía que había pasado más por todo lo que había sucedido desde entonces. - Además, nos tratan como mayores, podemos hacer lo que nos de la gana. - soltó con tono un poco chulito, señalándole la taberna más cercana cuando dijo eso de invitarle a tomar algo. Lo malo es que no tenía ningún regalo preparado para su cumpleaños...algo tendría que improvisar. - Mira, ese sitio no está mal. He estado alguna vez. Sobre todo desde que la isla se ha ido a la mierda y ya odio dormir en el campamento. - avanzó unos cuantos pasos más, abriendo la puerta mientras esperaba que su amigo le siguiese al interior.

- Juro que esta vez no acabaré borracho. - prometió sonriendo y alzando la mano solemnemente, dándose cuenta tal vez un poco tarde de que con eso podía dar paso a abrir el melón de lo que sucedió aquella noche. Él lo dejó pasar haciendo como si nada, dirigiéndose a una de las mesas más apartadas del local.

Bajé la mirada sin estar conforme con el tema del árbol. Si había guardias ahí, sería por algo. Accidentalmente o no, no tendría que haberme saltado la vigilancia. No quise insistir en aquello porque en parte Khan tenía razón, pero parte no y no íbamos a llegar a ningún punto. Vaya un luchador por causas perdidas, le recordaba a… Desvié un segundo la mirada hacia Khan un segundo cortando aquel pensamiento en cuanto quiso aparecer y acabé con la ventana. Fue el punto de inflexión justo para empezar a andar sin rumbo por aquel populacho y aprovechar para ponernos al día. Por supuesto que no se me había pasado por algo las últimas novedades y, como buen cotilla instruido por Aldaron, ahora quería saber más. Pero también necesitaba saber sobre aquellos pasteles que, de haber estado comiendo uno, se me hubiera indigestado -¡Ah!, la amiga de Nichollas, ¿no? ¡La chiquita de pelo verde!- Esa frase fue cambiando en tono según fue surgiendo pasando del shock a una especie de simpatía forzada, con su correspondiente sonrisa incómoda y su silencio que esperas que alguien rompa en cualquier momento. ¿Podría preguntar por el sabor de las tartas? Francamente me daban igual, de la misma manera que si estaban ricos, o cuando fuese que llegase o cualquier nimiedad. Necesité pensar rápido para que no se notara que, hablar de esos pasteles, me estaba poniendo por alguna razón muy nervioso -Jo, pues a la siguiente podrías decirle que me invitase. ¡Y que patente la receta!- Guiñé un ojo y saqué la lengua, tratando de aparentar toda la normalidad posible escondiendo eso que sentía sobre esas tartas en una broma muy burda. -O se las robaré para los cumpleaños- Aproveché también que habíamos cambiado de tema.

Me encogí de hombros con aquello de los 15 años y el Consejo, no conocía tanta norma, eso es cosa suya. -Y en algunos países no puedes beber hasta que no cumples 21. O conducir hasta los 18…- Rodeé los ojos, pensando en algunos estudios -Hay autores que, para fechar la mayoría de edad, usan otros factores psicológicos de madurez, otros de madurez física, o de responsabilidades… Para otras tribus éramos mayores de edad desde los 10- Lo leí por ahí en un libro sobre crecimiento de la biblioteca de medimagia, por aquello de enfermedades pediátricas. -Que puedas hacer lo que te dé la gana no significa que tengas que hacerlo- Le respondí en el mismo tono chulito y de marisabidilla que estaba usando él conmigo, a ver si iba a pensar que iba a poder conmigo.

-Eso tampoco me preocupa. Ya tengo experiencia en sujetarte el pelo y en cuidarte. Vamos, que a esta ronda invita el cumpleañero- Le cogí de la mano casi sin pensar, porque era la zona más próxima. Podría haber sido la muñeca, pero no, la distancia no lo quise. La solté casi al instante para disculparme por, yo no estoy seguro, pero por algo. Y sin dar mucho tiempo a que Khan dijera o pensara algo me situé a su espalda y le fui empujando para guiarle al interior, sentarle en una silla -Voy a pedir- Me excusé para apartarme a la barra.

Al poco volví a la mesa, había usado el tiempo separado para tratar de calmarme y recobrar mi normopulso porque, por alguna razón, desde que hice contacto mano con mano, me entraron como temblores en las piernas. Conversar levemente con el tabernero me ayudó a calmarme y conseguir una jarra de cerveza fresquita y un zumo de una fruta de nombre impronunciable pero de sabor exótico y colores tropicales que me había apetecido probar.

-¿Y por qué dices que estás harto del campamento? ¿Tiene algo que ver con las novedades que me tenías que contar?- Interrogué mientras me sentaba frente a Khan, dejando la mochila en la silla de al lado y habiendo repartido previamente las bebidas servidas.

Se encogió de hombros por la asociación que hizo Justin sobre Lemóni. Que el supiese no eran tan amigos, aunque el día de la fiesta los hubiese visto juntos. Ni idea, ni habían hablado del tema. - ¿Amiga de Nichollas? ni idea, creo que son más bien...conocidos.  Vale, le diré que te invite a pasteles. Si quieres quedamos los tres un día. Es muy maja.  - sugirió al final, aunque enseguida se dio cuenta de que habría estado mejor con la boca callada porque...podía ser extraño juntarse todos. El estar regañándose mentalmente hizo que no se fijase en exceso en la verborrea que le entró a Justin con la tontería de los pasteles, pasándose por alto que su reacción fue un poco exagerada.

Luego lo escuchó con atención mientras le explicaba eso de la mayoría de edad en diferentes sitios, pareciéndole bastante curioso. Le gustaba aprender de él, cuando Justin se las daba de listillo y le contaba cosas que no sabía.  - Pff...pues entonces con el montón de inmaduros que hay seguro que no se les puede considerar mayores de edad. - comentó maliciosamente, pensando en particular en el imbécil de Leroy, que se había metido con él. Se quedó unos segundos sin saber qué decir porque no se esperaba el "regaño" sobre lo de hacer lo que le diera la gana, abriendo la boca un par de veces indignado hasta que encontró las palabras. - ¿Entonces de qué sirve poder hacerlo si no lo haces, eh, eh? - replicó finalmente, aunque sabía que su argumento era un poco regulero, casi pueril. Lo dejó pasar, mejor.

No pudo evitar que se le subieran un poco los colores por la alusión de Justin a una de las cosas que pasó aquella noche, cuando se quedó cuidando de él. Estaba claro que su amigo se acordaba perfectamente, y aún así...no había mencionado nada más. - Ya...menudo desastre. Qué vergüenza. - comentó mirando hacia otro lado, tanteando así un poco el terreno para darle a entender que él también recordaba "algo" pero sin decirle todo. Disimuló su sorpresa cuando le cogió de la mano para guiarle hacia la mesa, reaccionando un par de segundos después antes de apretar un poco. No entendió muy bien la disculpa, pero enseguida estuvo sentado en la mesa mientras que él regresaba a la barra. Vale, estaba empezando a ponerse nervioso sin entender bien el porqué.

Estaba metido en su mundo de rayaduras mentales cuando Justin regresó con dos bebidas. Echó mano a la que supuso era la suya, la cerveza, bebiendo un buen trago para tratar así de calmar su mente.  - Ah...lo del campamento. Hay demasiada gente y caos todo el rato. Está claro que en mi casa estaba mejor. Problemas de niño rico, dirás tú. - si quería meterse con él adelante, ya sabía que Justin había rodado por mil sitios antes de llegar a Ouroboros.  - Y novedades...los últimos mensajes sobre el árbol hablan de que las raíces se están uniendo y...- eran tantas cosas que pensó en echar mano de los mensajes del brazalete para resumirle y que pudiera leer él. - Aunque tampoco quiero aburrirte con esos temas. -

-No lo sé. Yo les vi muy juntitos y supuse que eran amigos. O conocidos, me da igual- Y en efecto, “me daba igual” con quién anduviera o no el pelirrojo. De la misma manera que me “me daba igual” que Lemoni estuviera por ahí jugando a la repostería con Khan. Era un tema que quería zanjar y punto. Ya sabía quién ella era, me había quedado muy claro gracias a dos líneas de conversación. -¡Claro, me apetece muchísimo!- Fingí lo mejor que pude. ¿Sarcasmo? ¿Dónde? No en mi tono, quizás en el contenido. De repente me dio mucha pereza continuar con el tema de la pastelería, buscando cualquier tema que pudiera ser interesante. Al menos ya habíamos empezado a andar y charlábamos sobre lo de ser o no mayor de edad. Pudiera que tuviera ventajas, pero… No sé, no se las veía. Tampoco se las veía a ser un infante. Y ahora tendría que tomar decisiones de adulto, y tendría que elegir una especialización y… Qué lío. -¡Y así nos ha ido!- Contesté socarronamente al comentario sobre los inmaduros. En serio, no deberían dar el carnet de mayor de edad a muchos supuestos adultos que tenían la manía de actuar peor que niños. -Lo puedes hacer porque … porque nadie debería imponerte hacerlo o no. Eso sí, si lo haces puede que recibas una sanción. Por ejemplo…- Pensé un poco en silencio durante unos segundos -Los humanos, por ejemplo, decidieron hacer una máquina para controlar a los magos. Luego SAM destruyó la isla. Al final hubo que juzgarlos y acabaron en prisión- Iba a usar el típico argumento manido de no matar, pero…. No eran las circunstancias mejores para hacerlo. El juego había cambiado y fastidiar al prójimo fuera de Ouroboros estaba a la orden del día. Y a veces también dentro de la isla -Otro ejemplo: Supongamos que un dragón está enfermo con viruela de dragón incurable y sabes que podría poner en peligro toda la manada. Eres libre de darle una muerte digna, pero al hacerlo herirás el orgullo de otros dragones de rango superior y se te van a enfrentar. ¿Puedes hacerlo? Sí. ¿Va a tener consecuencias? También- Pensé en dragones por algunas cosas que me había contado él y, sabiendo que era su especialización, quizás podría servirle el ejemplo de una forma más didáctica.

Me hizo gracia cuando se le subieron los colores a Khan, pensando que se refería a terminar borracho -¿Desastre? ¿Vergüenza? ¿Por qué?- Le respondí como si lo de esa fiesta hubiese sido lo más normal del mundo. Fue entonces cuando me di cuenta que desviaba la mirada y caí en que podría ser por muchas cosas… ¿vergüenza por emborracharse? ¿por el espectáculo? ¿por lo del beso? Me mordí el labio y ahora fui yo el que apartó la mirada en otra dirección opuesta, localizando así la taberna en la que finalmente acabaríamos ¿Qué era laguna aquella noche y qué no? -A mi no me pareció ningún desastre- Respondí al fin con sinceridad, pasando por puntillas por cualesquiera de los temas que tratara de sacar Khan. Jo, nos estábamos todo el rato esquivando tratar de pasar de puntillas por ese tema y… ¡Por Merlín! No sabía si estaba seguro de si iba a poder ahondar en todo aquello. Y, sinceramente, me daba un poco de miedo la respuesta. Y estaba en ello cuando no agarré bien. Al menos el rato de pedir en la barra me sirvió, de nuevo, para jugar a las evasivas y cambiar de tema.

Asentí cuando me dijo lo del niño rico, casi de broma, respondiendo a la pulla. Lo de las raíces no sabía qué implicaba. Ladeé la mirada para buscar alguna idea que pudiera servir, cuando soltó el comentario. La pajita se separó de mis labios y no pude evitar arrugar la nariz con gesto de desaprobación -¿Quién ha dicho que me aburra?- El brazo del tabernero llegó con la segunda parte de la comanda que dejó sobre la mesa: un clásico Fish & Chips y un trozo de empanada de calabaza partido en cuadrados más pequeños. Uno de esos trozos fue mi primera víctima -¿Ves cómo tenía yo razón con lo la casa?- Alcé la ceja, dibujando una sonrisa camuflada mientras masticaba -No sabía nada del árbol. Y eso, ¿qué va a implicar? ¿Sabéis algo?- Cogí una patata -Pues, dado que parece que el tema del campamento va a llevar bastante rato, y pensando que tienes razón, ¿por qué no propones algo para que sea tan caótico? Tuvimos que salir corriendo de la isla, se puso un hospital de mala manera y un montón de cabañitas alrededor. ¿Se han organizado de nuevo espacios para entrenar? ¿estudiar? ¿cultivar? - Me encogí de hombros y devoré la patata, que estaba ligeramente salada y todavía caliente de haber sido frita recientemente.

Se le quedaron algunas cosas por contestar cuando se separaron brevemente mientras Justin iba a pedir a la barra, por lo que tuvo un poco de tiempo para darle vueltas a la cabeza a todas ellas. Lo de tomar las decisiones al ser supuestamente adulto, o lo de la vergüenza sobre la noche aquella. Pensó en retomar los temas cuando él regresase, aunque del segundo no estaba tan seguro. Estaba claro que su amigo no le reprochaba, al menos, lo de haberle fastidiado la fiesta con su borrachera. Pero tampoco mencionaba nada de lo otro. Maldito Justin que lo tenía en tensión. Se le quedó mirando casi irritado al verlo tan tranquilo con su pajita y su zumo de frutas, como si nada. Agarró el asa de la jarra con más fuerza de la necesaria, alzándola a la altura de su barbilla mientras le preguntaba por el asunto isla. Que no le aburría decía. Ya.

- No sé, porque llevamos meses con lo mismo y no encontramos solución. - respondió ofuscado a lo del árbol, bebiendo otro trago más de su jarra. Después empezó a picotear un poco de lo que había pedido Justin para comer, poniendo cara de que ni idea sobre lo que preguntó después sobre las consecuencias que tendría lo del Sanguis.  - Es impredecible. Por el momento ya está sucediendo esto...- le enseñó su brazalete, desplegando el panel de mensajes para que viese algunas de las cosas que habían escrito. El último mensaje era Ian Hacksaw de parte de Giordano, diciendo que lo había llevado al hospital por algo así como drenar energía.  

- Pinta mal, ¿verdad? Todo por culpa de esa gentuza.  - volvió a cerrar el panel, vaciando hasta más de la mitad de su jarra. Torció un poco el gesto por las propuestas que hizo Justin sobre el campamento, que no es que estuviesen mal pero no le servían. - Yo me refería más a tener algún sitio en el que poder refugiarme de vez en cuando, algo que no esté lleno de gente que ni conozca. Por ahora encontré una cueva...guardo ahí algunas pertenencias. Encontre huevos de dragón y los llevé allí. - tal vez podía rehacer las colonias de dragones si en algún momento se abrían los huevos que había sacado de los templos. - Podrían ser el futuro. Sobre el ejemplo que pusiste antes del dragón...no lo sacrificaría. Me iría lejos con él y lo acompañaría mientras estuviese mal. Eso es lo que hacen los amigos, y lo que me gustaría que hiciesen por mí. No somos opresores como los Pendragon. - dudó algunos segundos más, como yendo a sacar el tema de los temas a colación de lo de los amigos, pero en lugar de eso bebió un poco más y desvió la mirada hacia la mesa.

Alcé levemente la mirada cuando Khan todavía no había probado la bebida, un poco contrariado por aquella actitud. Pensé que quizás le había sentado mal la evasiva sobre lo de… la fiesta. Pero, ¿qué iba a decir? ¿qué no lo esperaba lo que pasó? ¿qué me encantaría que se repitiera? Quizás por eso mi subconsciente le había pagado una cerveza, para emborracharle y que fluyera otra vez. Apreté los labios bajando la mirada al líquido de color tropical mientras trazaba círculos con la pajita. Estaba claro que de algo se acordaba de esa noche. Sin embargo se me planteaban varios enigmas, la primera cuestión era: ¿de qué? Y la segunda: ¿cuáles serían las consecuencias de sacar el tema a colación? Ay, por Morgana, si ni siquiera estaba seguro de estar preparado para esa conversación. ¡Si todavía no lo tenía claro ni yo!
Jugueteé con la comida, mirando por el rabillo del ojo cómo al final cogió la cerveza. Quizás es que no quería y se la había comprado sin decir nada. Podría haber preguntado. ¿Quizás fuera eso lo que le pasaba?

Al rato me contestó a lo del árbol, aunque parecía que no le gustaba mucho hablar de aquello. Estaba claro que era un tema que había que zanjar pronto… lo que no entiendo es por qué no se sientan todos los cabezotas de los Descendientes para trabajar en muchas perspectivas y poder tomar una solución. Bufé con molestia -No puede ser tan impredecible. Seguro que algo sabéis, de lo contrario no nos habríais sacado corriendo de la isla. ¿Come gente? Sí ¿Come sangre? Shyvanna quería usar mi sangre para dársela al árbol. ¿Come magia? También. Como mínimo sabéis tres cosas- Qué horror. Lo de la montaña. Y lo del hospital cuando atacó a Lemoni y las raíces se zaparon al guardia, desde entonces Oscurus prefirió usar la sanación muggle. -Si lo que quiere es gente, nos habéis evacuado. Si lo que quiere es magia, quitádsela con unas cadenas de penitente, o con antimagia. Si quiere sangre, ¡tú eres el chico que nos va a poder ayudar!- Respondí de una forma efusiva casi sin darme cuenta, habiendo subido el tono en el último momento. Suspiré y me dejé caer sobre el respaldo de la silla, ya que me había incorporado hacia delante. -Lo siento, no quería subir la voz. Ni cargarte con algo que seguro ya habéis intentado…- Bajé la mirada abochornado por aquello, me daba pena que Khan no entendiera el potencial que yo veía en él. Seguro que su padre también se lo hubiera dicho. Caí en la cuenta de ello, tentando el terreno antes de formular la pregunta, tensando los labios -¿Has hablado con tu padre?- Pregunté al final, justo para coger el brazalete. Sensacional. A ese árbol le va a dar obesidad a este ritmo de tanto nutrirse de la isla y nosotros. A pesar de la frustración que me generaba no poder solucionar el tema del árbol solo, traté de leer con cuidado el contenido del brazalete durante un rato, apuntándome mentalmente datos que pudieran ser de interés. Luego, con todo aquello, quizás hubiera algo en la biblioteca de Leroy. O quizás no, pero algo había que hacer. La comida había perdido mi interés hasta que me quitaron el brazalete y no pude disfrazar una mueca de disgusto, como los niños cuando le quitan un juguete o los caramelos.

La descripción que daba al campamento era EXACTAMENTE la misma sensación que tenía con la casa de Johan, por la que tanto insistía. Además de no sentirla propia, solo había gente y bebés. Y más gente. Y novias. Hacía que me sintiese totalmente fuera de lugar y, por tanto, incómodo. De visita: siempre; quedarme: no. No le comenté nada al respecto a Khan, bajando la mirada bebiendo. Ya habíamos tenido esa conversación, no tenía sentido repetirla.

Pero todo esto al final hizo que se fuera generando un silencio que se iba haciendo más incómodo conforme pasaba el tiempo después del comentario de los dragones. Iba a preguntar por los huevos, pero … me sentía fatal. Me sentía avergonzado por haber tenido que hacer elegir a Khan “matar” a un dragón, aunque solo fuera en un ejemplo tonto. -Yo… también hubiera acompañado al dragón- Expliqué al rato con un claro tono de culpabilidad. Quizás Khan pensase que era tan horrible por haberle hecho elegir aquello como los Pendragon, que era la segunda vez que los mencionaba, y no precisamente con linduras, en lo que llevábamos de tarde. -No me había dado cuenta de lo importante que son para ti. Aunque fuera para un ejemplo tonto. Lo siento- Dije en un hilo de voz, con la mirada gacha y las manos escondidas entre los muslos de las piernas, deseando que se abriera la cochina tierra y me hiciera desaparecer. ¿Dónde estaba Shyvanna Pendragon para joderle la cita en ese momento? ¡Porque ahora se la necesitaba más que nunca!

Se bebió la jarra en un par de tragos más, apurando hasta el final antes de hacer una mueca de fastidio por lo que sabían o no sobre el árbol. Al parecer no era suficiente. - Que las raíces atrapan a la gente y se la tragan, destrozan cosas. Por eso sacamos a la gente de la isla. Pero eso de poco nos sirve. - alzó la mano para pedir otra jarra al tabernero, pero de las grandes tipo oktoberfest. - Pues...sí...tal vez poniendo cerca mineral antimagia restrinja algo. No sé. Los Pendragon nunca contaron qué sucedió con su árbol durante el apagón. Pero si aguantó vivo a lo mejor es que esa cosa del averno es un ser superior. - se despeinó con ambas manos un tanto ofuscado mientras apoyaba los codos en la mesa, como si quisiera concentrarse. El modo de voz tan alto en el que habó le hizo pegar un pequeño bote en el asiento, trayéndolo a la realidad.

- ¿Te refieres a darle mi sangre al árbol o a intentar absorber la que tiene? hmm...no sé si funcionaría. Tal vez deba probar. - hizo un gesto pasota como queriendo decir que no sintiese haber levantado la voz, y que tampoco le cargaba con nada. Con lo rápido que se había bebido la primera cerveza ya empezaba a notar la cabeza más ligera, y la segunda que le trajeron empezó a entrarle igual de bien. Dejó la jarra a medias, como a cámara lenta cuando le dijo lo de su padre. ¿Cómo podía estar preguntándole eso? ¿era una broma de mal gusto o era él que se lo estaba tomando a mal porque el alcohol empezaba a ponerle idiota?

- Sabes que está muerto. - replicó muy serio, quedándose un buen rato callado después de aquello con la mirada perdida en un punto cualquiera de la mesa. Ojalá pudiese hablar con su padre una vez más, pedirle consejo, escucharle darle ánimos o saber qué opinaba de cómo lo estaba haciendo en su nuevo puesto. Acabó suspirando de manera pesada antes de que volviesen al tema del supuesto dragón al que acompañarían.

- Porque tú acompañarías al infierno casi a quien fuera. Eres una buena persona...- resumió, dando otro trago a su pedazo de jarra de cerveza. Luego la bajó, relamiéndose un poco la espuma de los labios antes de mirarlo fijamente de manera enigmática. - Seguro que también sabrías guardar secretos...del tipo que fueran. -